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El autor argumenta que la naturaleza de la pena ha evolucionado a lo largo del tiempo,

pasando de centrarse en castigar el cuerpo a enfocarse en castigar el alma. Según el


pensador francés Michel Foucault, el sistema penal no solo juzga acciones específicas o
delitos, sino que también juzga las pasiones, instintos y anomalías que se encuentran detrás
de estos actos. sostiene que los elementos tradicionales del delito, como la tipicidad, anti-
juridicidad y culpabilidad, no son los aspectos más importantes que se evalúan en el
sistema penal. En cambio, lo que está en juego son las prácticas que no son conformes con
el discurso social, es decir, lo que se considera anormal y que se reprime debido a que no es
útil para el sistema de producción liberal.
En lo suplicio es la pena corporal, que debe cumplir con tres requisitos: 1) debe producir
cierta cantidad de sufrimiento, es decir, debe ser cuantificable; 2) dicha producción debe
estar sometida a reglas, así, dependiendo de la gravedad del delito, se impone determinado
castigo; y 3) el suplicio forma parte de un ritual en donde se marca al delincuente que fue
víctima del suplicio y, a la vez, se comprueba el triunfo de la justicia sobre el delito. Esta
forma de castigo se ejerce por varias razones; una es la razón política en la que el delito se
observa como si se hubiese cometido directamente contra el monarca, pues al provenir la
ley del soberano, por lo que sí es quebrantada, se quebranta al rey.
Michel nos explica que en la edad media la autoridad religiosa era el mecanismo de
amenaza y castigo, pues era la iglesia misma quien decide quien debía morir o vivir de
acuerdo con su conducta moral. En la actualidad es el estado quien decide quien debe estar
en la cárcel o ser una persona libre. Reconoce que unos del mecanismo global de
dominación y control de las masas, son las disciplinas que sirve como técnicas para escoger
el espacio, el tiempo y el lugar que deben ocupar los individuos en una sociedad.
Son las normas que reglamentan las conductas dentro de una determinada sociedad. Su
fin es garantizar el correcto funcionamiento y armonía dentro de una comunidad y su
incumplimiento conlleva una sanción

En esta obra Foucault no solamente hace un recorrido histórico del derecho penal,
específicamente del régimen penitenciario, también señala la presencia de las relaciones de
poder, las tecnologías de control y la microfísica del poder presentes en la sociedad. Es una
obra que permite comprender la razón de ser y el funcionamiento de las diferentes
instituciones que manejan sistemas de poder; tales como los monasterios, los ejércitos, los
talleres industriales, las instituciones educativas, las prisiones, etc; y cuya finalidad se
centra en la estandarización de los sujetos que hacen parte de ellas. ¿Cómo se estandariza a
un individuo?: vigilándolo, evaluándolo y castigándolo en el caso de que no cumpla con los
requerimientos de normalización. ¿Para qué se busca la estandarización de los individuos?:
para darle soporte a un sistema que nutre a una sociedad económicamente desequilibrada en
donde prevalece el sistema judicial y político.
En conclusión, entendemos nosotros que las sociedades tienden a ejercer el poder a través
de mecanismos de control y normalización que pueden limitar la libertad y la autonomía
de los individuos. Diríamos que somos presos de una sociedad normalizadora, de una
sociedad disciplinada en la que cada día más esta acentuada la disciplina en cada uno de
nosotros, de tal modo que no lo vemos.
Es decir, desde que nacemos y a medida que crecemos se nos obligará a encajar en el molde
que la sociedad ha impuesto a cada una de las diferentes clases, para poder ser reconocidos
como “ciudadanos de bien”
Pasado: Foucault argumenta que en el pasado, especialmente en la Edad Media, el poder se
ejercía principalmente a través de la represión física y el castigo violento, como la tortura y
la ejecución pública.
Actualidad: En la actualidad, el poder se ejerce de manera más sutil y a través de
mecanismos de control disciplinario. En lugar de castigar el cuerpo directamente, se enfoca
en controlar y regular comportamientos y conductas a través de instituciones como la
escuela, el trabajo y la vigilancia constante.

En palabras de Foucault “el panóptico es una máquina que disocia la pareja ver-ser visto”
(Foucault, Vigilar y Castigar: 1980). De esta manera, el individuo que forma parte de la
estructura panóptica se sabe en un estado de permanente vigilancia y eso garantiza su
pasividad y control de sus movimientos.
Mischel intento mostrar que la idea de una tecnología de los individuos, un cierto tipo de poder,
se ejercía sobre los individuos a fin de domesticarlos, configurarlos y guiar su conducta como
una especie de correlato estricto del nacimiento de un tipo de régimen liberal de volver útil al
individuo para que sea productivo.

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