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La mujer en la poesía negra

En el mundo de la literatura hispanoaméricana se destaca un género poético que ha recibido

toda una gama de calificativos: "poesía negra", "poesía mulata", "poesía negrista", "poesía

negroide", “poesía afro-antillana", etc. La crítica ha considerado a Guillén como el mayor

exponente de esta denominada "poesía negra”, pese a que el mismo autor considerara más

acorde la denominación de "poesía mulata", atendiendo al grado de mestizaje y de

integración del negro en el ámbito hispanoamericano. Se trata de un movimiento surgido en

los años 30 para reivindicar los derechos de los negros. Algunas publicaciones,1 que

analizan la representación de la mujer durante este periodo, señalan que los poetas se

enfocaron en una representación sexuada de la mujer afrodescendiente que resalta imágenes

eróticas.

La mujer en la poesía de Nicolás Guillén

En Cerebro y Corazón, Guillén alude a una mujer displicente, indiferente y arrogante,

muchas veces, cruel, fría y distante. Sin embargo figura un balbuceo de la mujer que se

dibuja en Sóngoro Cosongo. “Ya en tu carne hay ardores meridionales, / y en tu cuerpo

magnífico de pantera / una jocunda y cálida primavera / dibuja esplendorosas curvas

triunfales.”2

La mujer de Motivos de Son (1930) (ver anexo 1) no se asemeja a ninguna de las

otras imágenes femeninas de sus libros anteriores. Es aludida en siete de los ocho poemas

que conforman el libro. Las palabras que se utilizan para nombrarla son: mulata, negra,

1
J. M. Zuluaga Robledo, Ibid., Deicy G. Jiménez, Negrismo y feminismo en la poesía de Excilia Saldaña. En
Perifrasis, revista de literatura, teoría y crítica. 2011. Consultada el 30-05-2016.
https://revistaperifrasis.uniandes.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=91%3Anegrismo-
y-feminismo-en-la-poesia-de-excilia-saldana-deicy-g-jimenez&catid=38%3Aindice&lang=es
2
Obra poética, p. 11
chiquita, mujé. Las palabras o frases que la describen son no ere tan adelantá, colorá,

mala. Se describen su cuerpo, su boca grande, su sojo. Las actividades que realiza son

pasar, correr de bachata, caminar, llorar, cantar, bailar, coser, cocinar. Lo que ella dice es:

tú no me puede deja, bucamé pa gosá. Introduce el elemento negro con su dicción y

vocabulario peculiares, se trata del lenguaje popular adoptado y practicado por las

comunidades negras y mulatas. El yo poético observa y se dirige a la mulata protagonista

del poema. Invito a leer de corrido las enunciaciones a la mujer en el anexo 2.3. Es difícil

no dejarse llevar por la cadencia del ritmo del son que existe en Sóngoro Cosongo (1931),

en particular “Rumba”. Por la música y esa forma apelativa de la tradición oral y popular

en las que las reiteraciones y paralelismos constituyen el eje rítmico de estos poemas.

Guillén esboza un comentario sobre los que ven a la negra encasillada en el baile. La

temática negra es en realidad el epicentro de toda su actividad artística, se hace evidente

que ya ha trocado la blanca figura del cisne y de la mujer por la de la mulata o negra,

haciéndose partícipe no sólo de su mundo pintoresco, sino que por momentos parece

también compenetrarse con su mundo de valores y problemas vitales. También en el

“Secuestro de la mujer de Antonio”, (ver anexo 2.5) es inevitable ver a la mujer y su

sexualidad expuestas en escena a través de una danza alucinante y una sexualidad

animalizada. Aunque Guillen intenta reivindicar a la mujer negra, no escapa a esta

representación sexual.

En West Indies, LTD (1934) (ver anexo 3) la imagen de la mujer es muy parecida a la

anterior etapa, sin embargo, habla sobre “la negra Juana” ya no como la bailadora erotizada, sino

una mujer enferma. En la publicación de España (1937) no aparecen alusiones a la mujer, y en las

siguientes obras existe un cambio significativo en la manera de tratar la imagen femenina, aunque

sigue apareciendo la mulata, aparecen también la “Santa María”, la “señora, mi vecina”; y Rosa,
su esposa, recordada en un poema: “tú, melancólica: … / Rosa tú, melancólica / rosa de mi

recuerdo.”3 En poesía de amor (1933-1971), Guillén hace una alusión a la mujer en todo el

poemario, sin embargo, no se encuentran la sexualidad desaforada, ni el erotismo de los

libros anteriores. Así va desarrollando su poética con la mulata de su mano y resaltando

otras muchas virtudes, tal es el caso de las otras mujeres que figuran en sus libros como la

Dolores de España, dibujada en “Pasionaria”: “Que será Dolores , ella, / paloma, dile, /

quien al corazón de España / dolores quite.”4 Ángela Davis, activista afroamericana, “Creo

que sí que eres bella, / no se trata de eso. Se trata de que te quieren muerta.”5 A la pintora

cubana Amelia Peláez (1896) “Amelia es como un mundo submarino. / es como un mundo

subterráneo”.6 A María Teresa León, poetisa, intelectual española y esposa de Rafael

Alberti, y a muchas otras a lo largo y hondo de su obra.

En Prosa de Prisa, Ediciones Unión, La Habana, 2002, en donde Guillén dedica varias

líneas a distintas figuras, resaltan Rosa la Bayamesa (1840), “cuyo recuerdo en ruinas urge

reconstruir”7; es una mujer famosa a causa de su habilidad y ciencia para curar a los

cubanos heridos o enfermos en la contienda. Rafaela Chacón Nardi (1926), “la gran voz”

que entonces despertaba; Josephina Baker, “vedette mundial”, gran artista, negra universal

a quién el suntuoso Hotel Nacional de Cuba le negó hospedaje por ser negra;8 Luz Gil, la

que mucho significó en el teatro cubano; Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien “sin duda

sentía profundo afecto por la isla en que nació”; y Rita Montaner, considerada la Única. A

María Teresa, poetisa, intelectual española y esposa de Rafael Alberti, le hace una larga

3
Ibid., p. 212.
4
Ibid., p. 118.
5
Ibid., p. 235.
6
Ibid., p. 242.
7
¡Aquí estamos! El negro en la obra de Nicolás Guillén. Compilación de Denia García Ronda. La Habana,
Cuba, Editorial Ciencias Sociales, 2008. 171.
8
Ibid., pp. 188-191.
referencia en periódico Noticias de Hoy: “se asomó a nuestro pueblo, le tocó la piel

valiente y torturada, ha descrito sobre él páginas de húmeda simpatía en una de sus más

entrañables novela Contra Viento y Marea”.9

Atendiendo al corpus seleccionado, la mujer erotizada de sus poemas-son se queda ahí,

en esos versos iniciales, cuando la mujer no tenía el protagonismo de hoy en día y cuando

era resaltada la cultura africana de donde nace. A estos poemas-son le siguen una fila de

versos en los cuales aparecen la mulata y la negra, quienes son puestas en escena por sus

grandes virtudes y trabajos en la vida social, artística y política.

9
Alex Pausides, “María Teresa León y la isla de Cuba” en El exilio literario de 1939, 70 años después: Actas
/ coord. por María Teresa González de Garay Fernández, José Díaz-Cuesta Galián, 2013, ISBN 978-84-695-
9285-4, pp. 133-142

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