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EL PENSAMIENTO Y EL DIÁLOGO INTERNO POSITIVO

El pensamiento positivo no significa que ignoras las situaciones menos agradables o


problemas de la vida. El pensamiento positivo solo significa que enfrentas lo desagradable o
problemas de una manera más positiva y productiva, significa afrontar la vida y las
circunstancias que surjan pensando que todo va a salir bien. Piensas en lo bueno y no lo
malo, y crees que va a pasar lo mejor y no lo peor. El pensamiento positivo consiste en la
practica de enfocarse en lo bueno en cualquier situación, por muy complicada que sea.
El pensamiento positivo suele comenzar con el diálogo interno. El diálogo interno es ese flujo
interminable de pensamientos no manifestados que te pasan por la cabeza. Estos
pensamientos automáticos pueden ser positivos o negativos. Parte del diálogo interno
proviene de la lógica y la razón, otra parte puede surgir de las ideas erróneas que creas por
falta de información o expectativas consecuentes de ideas preconcebidas de lo que podría
suceder.
El pensamiento positivo suele desarrollar una actitud optimista. Los optimistas ven el lado
positivo de las cosas, tienen la capacidad y la habilidad de hacer que las cosas vayan bien y
van a salir bien.
Si los pensamientos que te pasan por la cabeza son en su mayoría negativos, es más probable
que tu perspectiva de la vida sea pesimista. Si
tus pensamientos son mayormente positivos, es
probable que seas un optimista, alguien que
practica el pensamiento positivo.

CÓMO IDENTIFICAR PENSAMIENTOS NEGATIVOS


¿No estás seguro de si tu diálogo interno es
positivo o negativo? Las siguientes son algunas
formas comunes de diálogo interno negativo:
 Filtrar. Exageras los aspectos negativos de una
situación y filtras todos los positivos,
dejándolos de lado. Por ejemplo, tuviste un gran
día en el trabajo, terminaste tus tareas antes de
tiempo y te reconocieron por haber hecho un
trabajo rápido y completo. Esa noche, te
concentras solamente en tu plan para terminar
todavía más tareas y te olvidas del
reconocimiento que recibiste.
 Personalizar. Cuando sucede algo malo, tú automáticamente te echas la culpa. Por ejemplo,
te enteras de que se canceló una salida con amigos y supones que el cambio de planes se
debe a que nadie quería estar cerca tuyo.
 Dramatizar. Automáticamente anticipas lo peor sin tener hechos de que sucederá. En la
cafetería de autoservicio se equivocan en el pedido y, entonces, piensas que el resto del día
será un desastre.
 Culpar. Intentas decir que otra persona es responsable por lo que te sucedió en lugar de
asumir la responsabilidad. Evitas hacerte responsable de tus pensamientos y sentimientos.
 Decir que “deberías” hacer algo. Piensas en todas las cosas que crees que deberías hacer y
te echas la culpa por no hacerlas.
 Exagerar. Le das demasiada importancia a problemas menores.
 Ser perfeccionista. Proponerte estándares imposibles e intentar ser perfecto te predispone
al fracaso.
 Polarizar. Ves las cosas solamente como buenas o malas. No hay término medio.

CÓMO ENFOCARTE EN EL PENSAMIENTO POSITIVO


Puedes aprender a convertir el pensamiento negativo en pensamiento positivo. El proceso es
simple, pero requiere tiempo y práctica: en definitiva, estás creando un nuevo hábito. Las
siguientes son algunas formas de pensar y comportarse de manera más positiva y optimista:
 Identifica las áreas a cambiar. Si quieres ser más optimista y tener un pensamiento más
positivo, primero identifica las áreas de tu vida en las que sueles pensar de forma negativa,
ya sea el trabajo, tu trayecto diario al trabajo, cambios en la vida o una relación. Puedes
empezar de a poco y centrarte en una de las áreas a las que debes darle un enfoque más
positivo. Considera un pensamiento positivo para controlar tu estrés en lugar de uno
negativo.
 Evalúate. Cada tanto, durante el día, detente y evalúa lo que piensas. Si encuentras que tus
pensamientos son mayormente negativos, trata de encontrar una manera de darles un giro
positivo.
 No olvides el sentido del humor. Permítete sonreír o reír, especialmente durante momentos
difíciles. Busca el humor en situaciones cotidianas. Cuando uno puede reírse de la vida, se
siente menos estresado.
 Mantén un estilo de vida saludable. Trata de hacer ejercicio durante unos 30 minutos la
mayoría de los días de la semana. Incluso puedes dividirlo en intervalos de 5 o 10 minutos
a lo largo del día. El ejercicio puede influir positivamente en el estado de ánimo y reducir el
estrés. Mantén una dieta saludable para alimentar tu mente y tu cuerpo. Duerme lo
suficiente y aprende técnicas para controlar el estrés.
 Rodéate de gente positiva. Rodéate de personas positivas que te apoyen y en quienes
puedas confiar para que te den consejos y opiniones útiles. Las personas negativas pueden
aumentar tu nivel de estrés y hacerte dudar de tu capacidad para controlarlo de manera
saludable.
 Practica el diálogo interno positivo con uno mismo. Comienza siguiendo una simple regla:
no te digas nada a ti mismo que no le dirías a otra persona. Sé amable y alentador contigo
mismo. Si un pensamiento negativo ocupa tu mente, evalúalo en forma racional y responde
con afirmaciones de lo que está bien sobre ti mismo. Piensa en las cosas por las que estás
agradecido en tu vida.
Aquí hay algunos ejemplos de diálogo interno negativo y maneras de darles un giro positivo:
Diálogo interno negativo Pensamiento positivo

Nunca antes lo hice. Es una oportunidad para aprender algo nuevo.

Es demasiado complicado. Lo abordaré desde un ángulo diferente.

No tengo los recursos. La necesidad es la madre de la invención.

Soy demasiado perezoso para No lo pude incluir en mi agenda, pero puedo volver a examinar
hacer esto. algunas prioridades.

No hay forma de que funcione. Puedo intentar que funcione.

Es un cambio demasiado radical. Me arriesgaré.

Nadie se molesta en comunicarse Veré si puedo abrir los canales de comunicación.


conmigo.

No voy a mejorar en esto. Lo intentaré de nuevo.

LOS BENEFICIOS PARA LA SALUD DEL PENSAMIENTO POSITIVO


Los investigadores aún exploran los efectos del pensamiento positivo y del optimismo en la
salud. Los beneficios para la salud que es posible que el pensamiento positivo proporcione
incluyen los siguientes:
 Aumento de la expectativa de vida.
 Tasas más bajas de depresión.
 Niveles más bajos de sufrimiento emocional y dolor.
 Mayor resistencia a las enfermedades.
 Mayor bienestar psicológico y físico.
 Mejor salud cardiovascular y menor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y
accidentes cerebrovasculares.
 Menor riesgo de muerte por cáncer.
 Menor riesgo de muerte por afecciones
respiratorias.
 Menor riesgo de muerte por infecciones.
 Mejor capacidad de afrontar una situación
difícil durante las dificultades y los momentos
de estrés.
 Aumenta el pensamiento critico y la
autorregulación de emociones (inteligencia
emocional).
No está claro por qué las personas que se
enfocan en el pensamiento positivo
experimentan estos beneficios para la salud.
Una de las teorías es que tener una perspectiva positiva te permite afrontar mejor las
situaciones estresantes, lo que reduce los efectos nocivos para la salud del estrés en tu
cuerpo.
También se cree que las personas positivas y optimistas tienden a llevar un estilo de vida
más saludable: realizan más actividad física, siguen una alimentación más sana y no fuman ni
beben alcohol en exceso.

PRACTICAR EL PENSAMIENTO POSITIVO TODOS LOS DÍAS


Si tienes una actitud negativa, no esperes convertirte en un optimista de la noche a la
mañana. Pero con la práctica y el tiempo, tu diálogo interno contendrá menos autocrítica y
más autoaceptación. También puedes ser menos crítico con el mundo que te rodea.
Cuando tu estado mental es generalmente optimista, eres más capaz de manejar el estrés
diario de una manera más constructiva. Esa capacidad puede contribuir a los beneficios para
la salud ampliamente observados del pensamiento positivo.

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