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Presidentes USA.

Si en la historia de Estados Unidos hay dos presidentes significativos esos son


Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy. Seguro que los oyentes han oído en más
de una ocasión las extraordinarias coincidencias que se dan entre ambos. Muchos
expertos las citan. Son en sí mismas una oda a las casualidades. Un desafío a la
lógica que nos hace pensar que algo o alguien movía los hilos de ambos.

La leyenda dice así. Lincoln fue elegido para el congreso en 1846, Kennedy en
1956 justo cien años después. Lincoln fue elegido presidente en 1860, Kennedy justo
cien años después, en 1960. Además los apellidos de ambos contienen siete letras. Y
los dos fueron asesinados un martes. Por si fuera poco el secretario de Lincoln se
llamaba Kennedy y el secretario de Kennedy se apellidaba Lincoln. Pero hay más. El
sucesor de Lincoln se llamaba Andrew Jonhson y el sucesor de Kennedy se llamaba
Lyndon Jonhson. Y los son Jonhson además habían nacido con cien años de
diferencia. Cien años exactos también separaban el nacimiento de los asesinos de
ambos presientes. John Wilkes Booth que mató a Lincoln nació en 1839, Lee Harvey
Oswald que mató a Kennedy nació en 1939. Casualmente los nombres de los dos
estaban formados por tres palabras. El primero cometió su magnicidio en un teatro y
se refugió en un almacén. Mientras el segundo cometió su asesinato desde un
almacén y se refugió en un teatro 1 . Sin duda son demasiadas casualidades. Pero ¿son
todos estos datos una simple leyenda urbana?

1
En realidad se refugió en una sala de cine. La confusión surge ya que los americanos llaman a la sala de
cine “theatre” que es fácilmente traducido por “teatro” al castellano.
Todos los expertos que han examinado en profundidad el asunto concluyen
que indiscutiblemente sí. No hay nada de extraño en todos estos datos. Como primera
prueba podemos decir lo siguiente. Lincoln nació en 1809, Kennedy lo hizo en 1917,
no hay cien años. El primero fue asesinado en 1865, el segundo en 1963, tampoco
hay cien años de diferencia. Tampoco, en realidad, hay cien años entre su elección al
congreso, sólo eso sí, hay cien años en el momento de ser elegidos presidentes. Eso
sí, el cien por cien de los presidentes de Estados Unidos fueron elegido cien años
después de otro. ¿Dónde está la casualidad? Además, Lincoln fue elegido en dos
ocasiones consecutivas, mientras que Kennedy murió durante su primer mandato. No
deja de ser curioso que los expertos de Snopes, una asociación que examina leyendas
urbanas, hayan encontrado “casualmente” más puntos que no conecta a uno y a otro
que los que los unen. Por cierto, también se dice que los apellidos de ambos tienen
siete letras el problema es que más del treinta por ciento de los apellidos en Estados
Unidos tienen siete letras.

Sin embargo las casualidades que unen a uno y a otro han ido engordando a
medida que pasaba el tiempo. Se han ido añadiendo datos al relato original. Por
ejemplo, cuando se dice que el secretario de Kennedy se llamaba Lincoln y el de
Lincoln se llamaba Kennedy se está cometiendo un error histórico. Efectivamente el
secretario de Kennedy era Evelin Lincoln. Hasta ahí bien. El problema llega con el
presidente Lincoln. Tuvo dos secretarios el primero se llamaba John Nicolay y el otro
John Hay. Y eso es que es uno de los muchos datos falsos que se han añadido a la
leyenda urbana para engordarla. El anexo más curioso es aquel que hace alusión a los
dos presidentes hablaran en sus discursos de los derechos humanos. Un asunto que
han destacado como sorprendente los especialistas que hablaron de este tema
¿sorprendente? Está documentado que el cien por cien de los presidentes de los
Estados Unidos incluyeron este asunto en sus discursos.

En uno de los detalles más significativos es que según todas las referencias
escritas que hemos localizado respecto a los citados cien años de diferencia entre los
dos asesinos, se dice que Booth nació en 1839 y Oswald en 1939 ¿casualidad? En
parte no. Ninguno nació en el año citado. Lo hicieron en 1838. Respecto a que el
primero mató al presidente en un teatro y se escondió en un almacén, mientras el
segundo lo asesinó en un almacén y se refugió en un teatro tampoco es cierto. Por
mucho que se haya repetido. Booth mató a Lincoln en un teatro pero se escondió
después en una fábrica de tabaco. Oswald estaba sí en un almacén, de libros, pero se
escondió en un cine aunque solo por unos minutos.
Los asuntos históricos han sido tradicionalmente un campo abonado para las
leyendas urbanas y más concretamente los grandes líderes internacionales. Así se
dice que acciones destacas de Napoleón y Hitler estuvieron separadas siempre sin
excepción por 129 años. Muchos libros así lo citan, sin embargo, cuando se repasan
datos históricos se descubre que esos hecho significativos estuvieron separados 128,
129 ó 130 lo cual hace menos significativa la casualidad.

Muchas de estas leyendas urbanas sobre historia han tenido éxito,


principalmente, en los Estados Unidos. Y los
presidentes de los gobiernos son, sin duda, las
victimas favoritas. Del actual George Bush se han
recogido casi unas cien y su contenido es
compartido por no pocos. Se ha dicho, por ejemplo,
que fue detenido en Canadá por crímenes de guerra.
Que los condados más afectados por los huracanes
son aquellos por los que más votos ha recibido. Que llegó a ser fotografiado leyendo
un libro que estaba al revés. Que no quitó la tapa de unos prismáticos cuando iba a
mirar a través de ellos. Que pensaba que los talibanes eran un grupo de música. Que
tenía una aventura amorosa con un soldado del ejército. Que los estudios psicológicos
a los que fue sometido dieron resultado un cociente de inteligencia casi nulo. Pero son
todo leyendas urbanas. Noticias falsas. Aunque repetidas mil veces, pero no por ello
verdad. Ojalá también fuera una leyenda urbana las guerras que ordenó comenzar.

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