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LA CUESTION

FERROCARRILERA

EN EL

Congreso Nacional
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ASUNCIÓN
TALLERES NACIONALES DE H. KRAUS
1907

LIBRARY
UNIVERSITY OF CALIFORNIA
DAVIS
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Proyecto del P. E. por el que se aprueba el contrato


celebrado con la Empresa THE PARAGUAY CENTRAL
RAILWAY COMPANY LIMITED.

Asunción, 25 de Octubre de 1906.

Honorable Congreso de la Nación:

El P. E. tiene el honor de someter á la


consideración de V. H. el contrato que ha
celebrado con la empresa del ferro -carril cen
tral denominada The Paraguay Central
Railway Company Limited » , con el fin de
poner término á la vieja cuestión suscitada
á propósito del pago de la garantía y de la
prolongación de la línea hasta Villa Encar
nación.
Por leyes de 22 de Setiembre de 1887, Ju
lio 14 de 1888 y 16 de Marzo de 1889 y sub
siguiente decreto gubernativo de 1º de Junio
de 1889, el Gobierno de la República autori
zó los siguientes actos :
1.º Vender el ferro- carril de Asunción á Vi
llarrica, por intermedio del doctor don Gui
llermo Stewart, á la sociedad anónima ya
mencionada, en la suma de dos millones cien

1310953
➖➖

mil pesos fuertes oro sellado en libras ester


linas.
2.º Otorgar la escritura de transferencia de
dominio del inmueble de referencia, con todas
sus dependencias y accesorios .
3.º Recibir del precio de venta, la mitad
en libras esterlinas , y la otra mitad en accio
nes llamadas de preferencia.
4.º Hacerse el Gobierno accionista de la
Compañía por el capital que representan sus
acciones, ó sea, por un millón cincuenta mil
pesos fuertes oro sellado .
5. Aprobar los estatutos de la nombrada
sociedad anónima, en cuyo directorio, insta
lado en Londres, se hallaba representado el
Gobierno .

CONDICIONES DE LA OPERACIÓN

La venta se efectuó con algunas condicio


nes que imponían obligaciones á cada una
de las partes contratantes.
Las principales son las siguientes :
1.a La Compañía se obligaba á prolongar
la línea hasta Villa Encarnación y librarla al
servicio público dentro de tres años .
2. La construcción de la vía férrea se ha
ría por secciones de cincuenta kilómetros ,
quedando la Compañía sujeta á una multa
de ocho mil pesos fuertes oro sellado por ca
da mes de retardo .
De su parte el Gobierno se obligaba á lo
siguiente:
5

1.º Garantir á la Compañía el interés del


6 % sobre el capital empleado en la adquisi
ción, reparación y prolongación de la vía fé
rrea, por el término de veinte años, en esta
forma: a) Sobre el precio efectivo de la com
pra-venta, ó sea, dos millones cien mil pesos
oro sellado. b) Sobre el capital suplementa
rio destinado á la reparación de la vía ya
existente, ó sea quinientos mil pesos oro se
llado (Ley del 25 de Julio de 1890) . c) Sobre el
capital empleado en la prolongación de la línea
desde Villarrica hasta Villa Encarnación , que
excede de doscientos kilómetros, á razón de
treinta mil pesos oro sellado el kilómetro .
2.º Abonar la garantía semestralmente por
cada sección de cincuenta kilómetros librada.
al servicio público .
3.º Ceder á la Compañía, gratuitamente y
en plena propiedad , los terrenos fiscales que
hubiere, para la prolongación de la línea .
Es condición en todo ferro-carril garantido,
que la Compañía concesionaria debe reembol
4
sar al gobierno las sumas que este le hubie
re abonado en concepto de garantía . A este
efecto se estipuló que de las entradas del
tráfico ferro - carrilero, 65 % sería imputado
á gastos de explotación , y el resto, de 35 %
sería ingresado en arcas fiscales hasta com
pletarse el reembolso de referencia.

EJECUCIÓN DE LAS OBLIGACIONES

El gobierno, de su parte, cumplió la obli


.
gación principal, haciendo tradición efectiva
- 6 -

de la vía férrea á la Compañía compradora,


por escritura de transferencia autorizada el
12 de Junio de 1889 .
También entrególe parte de la garantía
estipulada.
La Compañía, á su turno, entregó al go
bierno vendedor el precio de la cosa, la mitad
en dinero, (doscientas diez mil libras ester
linas ) y la otra mitad , en acciones de prefe
rencia.
Asi mismo, construyó la prolongación de
la línea, en una extensión de cien kilómetros,
con las estaciones correspondientes, librán
dola, en seguida, al servicio público confor
me á un itinerario regular.
A los efectos de la garantía, este trozo
representa tres millones de pesos fuertes oro
sellado.

REDUCCIÓN Ó MERMA DEL CAPITAL

Como el haber de una sociedad ó persona


individual merma con las deudas que con
trae, el capital de la Compañía, y consi
guientemente, el valor de las acciones del
Gobierno, se redujeron sensiblemente, por
causa de obligaciones nuevas que se impu
sieron, á saber:
1.º Por ley de 25 de Julio de 1890, el Go
bierno del Paraguay autorizó el aporte de
un capital suplementario de cien mil libras
esterlinas para reparar la vía construida en
la época de López .

Y un decreto gubernativo del 31 del mis


mo mes y año , disponía que la garantía del
6 % acordada al capital de la Compañía, se
ría abonada al capital suplementario, con
preferencia á las acciones del Gobierno .
2.º En virtud de los Estatutos de la Com
pañía, aprobados por el Gobierno, se emi
tieron nuevos títulos, llamados debentures,
por valor de un millon de libras esterlinas ,
que ganarían el mismo interés del 6 %.

DIFICULTADES

Las dificultades surgieron entre las partes


con motivo de la cuenta de la garantía, que
debía haberse abonado cada seis meses so
bre las sumas expresadas mas arriba , ó sea,
cinco millones seiscientos mil pesos oro sella
do, siendo así que el Gobierno no podía
seguir atendiendo este gravamen onerosí
simo.
La Compañía suspendió la obra de la pro
longación de la línea férrea , alegando la fal
ta de pago de la garantía, en virtud del
principio de derecho común , que dice : En
las obligaciones recíprocas , el uno de los
obligados no incurre en mora si el otro no
cumple ó no se allana á cumplir la obligación
que le es respectiva. (Artículos 544 y 1235
de la nueva edición del Código Civil ) .
En estricto derecho, el Gobierno debe la
garantía á la Compañía, de que es accio
nista privilegiado por un millon cien mil pe
- 8

sos oro sellado. En consecuencia, el 23 de


Mayo de 1893, expidió el siguiente:
W
Decreto: « Aprobar los balances de las
< liquidaciones presentadas con fecha 19 de
« Mayo de 1893 , por encontrarse con arreglo
« á la resolución del 16 del corriente; en
< consecuencia devuélvase estas cuentas á la
« Contaduría General de la Nación para que
<<sean anotadas en la Contabilidad al respec
to que debe abrirse para las cuentas del
« ferro-carril .- (Firm. ) González - Antonio Co
das » .
Para mejor ilustración se acompaña co
mo anexo de este mensaje, la mencionada
resolución de 16 de Mayo de 1893.

EL ARREGLO

El arreglo que acaba de celebrarse con


la Compañía viene impuesto por las siguien
tes razones :
1.ª La imposibilidad de que el Gobierno
abone las cuentas de la garantía , que de
ben ser atendidas durante veinte años . El
monto de la garantía es muy superior al capi
tal mermado de las acciones de preferencia .
2.a Lo ilusorio del reembolso , según la re
solución gubernativa del 16 de Mayo de 1893 .
3. Los perjuicios que la litispendencia ad
ministrativa causa al crédito de la Nación y
al desenvolvimiento de la riqueza pública .
4. La necesidad moral y material de que
el Gobierno del Paraguay deje de ser accio
9

nista de una Compañía, á la cual no puede


dar vida ni crédito moral
En consecuencia, el arreglo en lo funda
mental, consiste en las siguientes cláu -
sulas:
1.a Cesión de las acciones del Gobierno á la
Compañía.
2.a Extinción de todas las cuentas de ga
rantía .
3.a Separación del Gobierno de la Compa -
ñía, quedando esta responsable de todas las
obligaciones contraidas con terceros .

VENTAJAS DEL ARREGLO

Las ventajas del arreglo son morales unas


y materiales otras . Las primeras se refieren
al crédito del pais, que queda libre de com
promisos ante el mundo financiero .
Las ventajas materiales consistirán en que
tendremos mejor servicio ferro - carrilero que
el actual y podremos iniciar la construcción
de otros ferro - carriles . El movimiento econó
mico será grande: á mayor circulación de ri
queza, á mayor exportación de productos ,
corresponde mayor progreso comercial é in
dustrial y mayor rendimiento de los impues
tos . El bienestar trae consigo mayor movi
miento inmigratorio , que aumenta considera ·
blemente las fuerzas vivas del país . La pro
piedad inmueble se valoriza, circunstancia
que afecta favorablemente á la hacienda pú
blica. El crédito agrícola se hace posible y
10 --

entran los capitales extrangeros á desenvol


ver en mayor escala la producción nacional.
Si el ferro-carril paraguayo ha sido ven
dido en malísimas condiciones, ya es tarde
para criticarlo; pero es nuestro deber reme
diar los males que la operación ha produ
cido, y este remedio consiste, á juicio del P.
E., en el arreglo que acaba de celebrarse .
Con él ponemos término á un litigio que
dura hace más de diez y seis años.
El gobierno dictatorial de los López ha
bía construido solamente setenta y dos ki
lómetros de vía férrea en un periodo de
veinte años y más.
Hace treinta y seis años que la última
guerra se terminó, y apenas hemos añadido
á aquella corta sección , ciento setenta y ocho
kilómetros más (178 kms. ).
El P. E. considera que en este arreglo se
consultan los intereses permanentes del
país, los del presente y del porvenir, por
que se le franquea el paso para encarri
larse definitivamente en la ancha vía del
progreso moderno.
De consiguiente, espera que V. H. le pres
tará su aprobación .
Reitero á V. H. las seguridades de mi
consideración distinguida.

CECILIO BAEZ
CAYET. A. CARRERAS
―― 11

El Senado y Cámara de Diputados de la Na


ción Paraguaya reunidos en Congreso, san
cionan con fuerza de

LEY:

Art. 1.º Apruébase el contrato ad- referen


dum firmado con fecha 1º de Septiembre
entre el representante de la Empresa del
Ferro-Carril « The Paraguay Central Rail
way Company Limited » y el P. E., en los
siguientes términos :
1.º La sociedad « The Paraguay Central
Railway Company Limited » hace renuncia
expresa y absoluta á la garantía del seis
por ciento que le fué acordada sobre el ca
pital empleado en la adquisición , repara
ción y prolongación del ferro-carril de Asun
ción á Pirapó, por las leyes de su concesión
declara extinguidas todas las cuentas de
garantía liquidadas ó nó liquidadas y desiste
de toda reclamación á que se creyere con de
recho contra el gobierno del Paraguay por
las referidas leyes ó decretos gubernativos .
2. Renuncia igualmente á todas las tier
ras fiscales que por las mismas leyes de
bió el Gobierno transferir á la Empresa
compradora del ferro - carril de Asunción
á Villarrica, con excepción de la faja ocu
pada por la línea principal, con sus estacio
nes y talleres, de acuerdo con el artículo 7
de este convenio.
3.º La Empresa se obliga á mantener fir
me y seguro el ferro- carril de Asunción á
12

Pirapó, á renovar y reparar las estaciones


y depósitos que se deterioren, á construirlos
en suficiente número para llenar las necesi
dades del tráfico, á aumentar y renovar
gradualmente el tren rodante de locomo
toras, coches de pasajeros, furgones y de
más wagones de carga, de manera que no
se interrumpa el tráfico en ningun tiempo,
ni se aglomeren en las estaciones y vías
los artículos y materiales destinados al tras
porte.
4.º La Empresa se obliga á conducir gra
tis por veinte y cinco años, las balijas de la
correspondencia expedida por correo ó por
el telégrafo oficiales , asi como á los con
ductores de las mismas , y á cobrar la mitad
de la tarifa por la comunicación telegráfica
oficial y por el trasporte de empleados pú
blicos en comisión del gobierno, tropas, mu
niciones, armas , caballadas , víveres y vestua
rios para las fuerzas que se hallen al servi
cio de la Nación , asi como de los colonos y
sus equipajes enviados por el departamento
de inmigración y colonización.
5. El Gobierno se compromete á abonar
las cuentas provenientes de los trasportes
á que se refiere el inciso anterior, dentro
de los seis meses de su presentación por
la Empresa .
6. El gobierno renuncia de modo expre
so y absoluto en beneficio de la Empresa ,
á sus acciones de preferencia , y queda des
ligado de la sociedad y desobligado, respecto
-- 13

de terceros, de todos los compromisos de


ella , la cual , por este hecho , en único res
ponsable de ellos se constituye ; declara ex
tinguidas todas las ventajas que puedan
corresponderle en la Compañía ; y desiste
de toda reclamación á que se creyere con
derecho cualquiera que sea la causa de
que proceda .
7. Dentro del témino de un año de apro
bado este convenio por el H. Congreso Na
cional, el P. E. otorgará á la Empresa un tí
tulo formal de dominio sobre la faja de te
rreno ocupada por la línea de hierro de
Asunción á Villarrica, en la forma siguiente :
El terreno en que se asienta la línea, de
terminado por las zanjas de sus costados,
chaflans, rampas, base de asiento de los te
rraplenes, puentes y demás obras de afirma
do de la vía; el terreno ocupado por las es
taciones, los talleres y los depósitos de la
antigua línea de la Asunción á Paraguarí y
de los edificios análogos que la Empresa de
Patri construyó entre Paraguarí y Villa -
rrica, todo con arreglo al trazado ó plano
levantado por el Departamento Nacional de
Ingenieros y siempre que dichos terrenos
resultasen fiscales en la fecha de firmarse
este convenio . Los que resultasen ser pro
piedad particular serán expropiados por
cuenta de la Empresa y por intermedio del
Gobierno, toda vez que ella así lo requiera.
8. El gobierno concede á la Empresa á
título de compensación , á lo largo de la vía
14

de los terrenos fiscales que hubiere, una


superficie igual á la de la tierra particular
que la Empresa abone por las expropiaciones
que tengan que hacerse. Exceptúanse de
la compensación los terrenos reservados.
para uso comunal.
9° Por espacio de veinte y cinco años con
tados desde la promulgación del presente
convenio como ley de la República, la Em
presa quedará exonerada del pago de todo
impuesto, sea nacional ó municipal ó de
cualquiera otra naturaleza, salvo el de es
lingaje, cuando haga uso de los muellos
fiscales.
10. La Empresa tendrá el derecho por el
término de cinco años, contado desde la pro
mulgación de este convenio como ley de la
Nación, de prolongar el ferro-carril y el te
légrafo á Villa Encarnación . En este caso,
los planos del nuevo trazado serán presen
tados al P. E. dentro del plazo establecido
para comenzar la obra.
11. La Empresa tendrá el derecho de cons
truir en cualquier tiempo prolongaciones ó
ramales que arranquen de sus líneas en ex
plotación , sin perjuicio de la facultad que
retiene el Gobierno de otorgar las concesio.
nes que creyere convenientes, á otras com
pañías ó empresas que solicitasen construir
vías férreas en todas direcciones . Los te
rrenos particulares necesarios á este efecto
se declaran de utilidad pública y serán ex
propiados por cuenta de la Empresa.
– 15

12. Para la construcción de los ramales ó


prolongaciones de las líneas, la Empresa
tendrá el derecho de utilizar las maderas y
las piedras de los montes y canteras fiscales
de los lugares por donde aquellos pasaren .
13. Las tarifas se confeccionarán por la
Empresa y sólo en el caso de obtener un
* dividendo que pase del 6 % sobre el capital
que representan las acciones ordinarias, las
fijará de acuerdo con el P. E.
14. La tarifa del telégrafo de la Empresa
será la misma que la que rige para el telé
grafo nacional. Los despachos trasmitidos á
la prensa ó á la Bolsa de Comercio se harán
con rebaja del 50 % sobre la tarifa ordina
ria.
15. Se declara derogado el artículo 19 de
la ley de concesión de 22 de Setiembre de
1887.
16. Todas las cuestiones que se suscitaren
entre el Gobierno y la Empresa, sobre la
interpretación de este convenio ó su ejecu
ción, serán sometidas á la decisión de árbi
tros nombrados por una y otra parte, los
cuales designarán un tercero para el caso
de discordia. En su defecto, los árbitros se
rán nombrados por la vía judicial.
17. La decisión arbitral obligará, recípro
camente, al Gobierno y á la Empresa , y el
no cumplirla ó el demorar su cumplimiento
en todo ó en parte, dará lugar á una indem
nización que la parte morosa abonará á la
otra, en compensación de daños y perjuicios .
16

L
El monto de la indemnización se fijará por
los mismos árbitros que se nombren confor
me al inciso anterior y el pago de aquellos
no eximirá del cumplimiento de la sentencia.

Art. 2º Comuníquese al P. E.
Carreras

Asunción, Mayo 9 de 1907.

Al Honorable Congreso de la Nación


Después del arreglo de la cuestión del ferro
carril, del 1º de Septiembre del año próximo
pasado, el P. E. ha vuelto á gestionar algu
nas modificaciones, con el objeto de hacerlo
más ventajoso á los intereses de la Nación .
El resultado de estas gestiones eleva el P. E.
á V. H. con este Mensaje. Por él se modifican
los arts . 10, 12 y 13 en el sentido de obligar
á la Empresa á prolongar la vía á Villa En
carnación sin alterar las bases del arreglo .
Es excusado recordar la ventaja que para
la economía nacional representa la pro
longación de la línea, tanto más ahora que
del lado argentino va á llegar el ferro- carril
hasta la ciudad de Posadas, frente á Encar
nación .
Saludo á V. H. muy atte.

B. FERREIRA
MANUEL BENITEZ
17

Proyecto de modificación de los arts. 10, 12 y


13 del arreglo ad-referendum de la cuestión
entre el Gobierno de la República y la
Empresa del Ferro - carril Central
del Paraguay.

Art. 10. La empresa queda obligada á pro


longar sus líneas á Villa Encarnación en la
forma siguiente :
Dentro de un año de promulgado este con
venio por Ley de la Nación, presentará los
planos ; y salvo casos de lluvias , huelgas ú
otros de fuerza mayor, dentro de cinco años
de aprobados los planos por el Superior Go
bierno entregará al tráfico público la vía
nueva.
La Compañía determinará el punto de
arranque de la nueva línea y en caso de
resultar en un punto intermedio entre la es
tación Yegros y la actual terminación de la
vía tendrá el derecho de levantar del todo
la vía y telégrafo desde el punto de arran
que hasta Fierro - Punta .
Art. 12. Para la construcción de los ra
males ó prolongaciones de las líneas , la Em
presa tendrá el derecho de utilizar gratuita
mente las maderas y las piedras de los mon
tes y canteras fiscales de los lugares por
donde aquellos pasaren y el Superior Gobier
no concederá tambien á la Empresa gratui
tamente las tierras fiscales para la vía en
un ancho de cuarenta metros , y para Esta
ciones nueve hectáreas ó sea metros sete
18

cientos cincuenta de largo por metros ciento


veinte de ancho.
Art. 13. Las tarifas se fijarán por la Em
presa, y solo en el caso de obtenerse un divi
dendo que pase del 6 % sobre el capital que
representan las acciones ordinarias, las fija
rá de acuerdo con el P. E.; entendido des
pués de hacer el servicio de intereses sobre
el capital privilegiado .

Asunción, Mayo 9 de 1907. MANUEL BENITEZ

Asunción , Junio 1 de 1907 .


Al P. E. de la Nación.

El Presidente del H. Senado , que suscribe ,


por resolución del mismo , en
la fecha, se dirije á V. E. , á fin su dese sieónpara
qu de
la se si ón de l pr óx im o Ma rt es 4 de l eo rr ie nt e,
se digne dar á esta Cámara los siguientes
datos :
1.º A cuanto asciende en esta fecha el cré
dito del Estado contra la Empresa del Fe
rro- Carril Central del Paraguay , á mérito de
las disposiciones de los artículos 2.º de la
Ley del 16 de Mayo de 1889 , que otorgan
á las acciones de preferencia del Gobierno
un interés del 6 % anual á cargo de dicha
Empresa.
2. Si es cierto que las acciones de prefe
encia que posee el Estado en la Sociedad
- 19 -

Anónima « The Paraguay Central Railway


Company Limited » , reconocen un gravamen
hipotecario en el extrangero; y en caso afir
mativo, en virtud de qué disposición legal
se celebró esta operación , por quién ó quié
nes , en qué fecha, cuál es el texto del con
trato y á cuánto asiende la parte de deuda
que corresponde al Estado á mérito de di
cha operación y si el gravamen ha sido ins
cripto en el Registro de Hipotecas de la Re
pública.
3. Si sobre las acciones de preferencia
aludidas no pesan otras obligaciones ó deu
das, de cualquier carácter que ellas fuesen ;
y en caso afirmativo á cuanto montan .
4. O A cuanto ascendería el crédito del Es
tado contra la Empresa Ferrocarrilera refe
rida , en virtud de lo dispuesto en el artículo
6.º, parte segunda, de la Ley del 22 de Se
tiembre de 1887, en caso de haber incurrido
el Ferro - Carril Central del Paraguay en la
sanción penal allí contenida.
5. Si el Gobierno ha recibido de la Em
presa del Ferro- Carril del Paraguay, sumas
de dinero provenientes del 35 % del produc
to bruto, que le corresponde por las leyes
respectivas, debiendo expresarse las cantida
des recibidas. En caso negativo, consignar
el saldo que en la fecha arroja contra la
Empresa, la cuenta especial que el Gobierno
debe llevar á este respecto de acuerdo con
el art. 1.° inciso 2.º de la Ley del 31 de Julio
de 1890.
20

Con tal motivo, saluda al P. E. con su con


sideración distinguida.

E. GONZÁLEZ NAVERO
Gregorio M. Morales
Secretario.

Asunción, Junio 4 de 1907 .

Al Honorable Senado de la Nación.

El Poder Ejecutivo tiene el honor de ele


var á Vuestra Honorabilidad los informes
que se ha servido indicar en Mensaje del 1°
del corriente mes y año.
Para mayor sencillez , estos informes tienen
el orden en que se enuncian las cuestiones
del mensaje .
1.º -Intereses de las acciones de preferen
cia. Estas acciones fueron entregadas al
Gobierno en el año 1889 por valor de £ 210.000,
igual á $ 1.050.000 oro sellado , que devengan
el 6 % de interés al año . Capitalizados semes
tralmente los intereses, hasta el 12 del cor
riente mes, suman $ 1.993.192 :27 oro sellado.
2.°-Hipoteca de las acciones de preferen
cia.- No es cierto que estén hipotecadas las
acciones de preferencia que se han expedido
á favor del Gobierno, ni en el país ni en el
extrangero . Esto no quiere decir que los bie
nes raíces de la Compañía, situados en el
Paraguay, no reconozcan obligaciones hipo .
――― 21 ――

tecarias contraídas por el Directorio de acuer


do á los Estatutos aprobados por el Poder
Ejecutivo el 1º de Junio de 1889.
3.0- Otras obligaciones de las acciones de
preferencia . No reconocen ninguna obliga
ción las expresadas acciones en el concepto
de haberse contraído por el Poder Ejecutivo .
Ello no obstante, la Sociedad Anónima « The
Paraguay Central Railway Company Limi
ted » puede contraerlas conforme á los Esta
tutos y la Ley Comercial.
4.0 - Monto de la multa. En el supuesto
de que hubiera derecho la Compañía tendría
que abonar, con el interés del 6 % anual
capitalizado semestralmente, hasta el 9 de
Agosto del corriente año, $ 2.511.231 : 10 oro
sellado.
5.° -35% de las entradas brutas. - No se ha
entregado el excedente de las entradas bru
tas sobre el gasto de explotación reconocido.
Según las liquidaciones elevadas á ese Hono
rable Senado el 14 de Noviembre de 1906 ,
$ 1.120.590 : 34 oro sellado.
Saludo á Vuestra Honorabilidad atenta
mente

B. FERREIRA
MANUEL BENITEZ
- 22

XXII

Sesión ordinaria del día 4 de Junio de 1907

Presidencia de don Emiliano González Navero .

SUMARIO
I. A moción del doctor González se posterga la orden
del dia, para pedir al ministro del Interior se sirva
informar al H. Senado sobre algunos puntos del in
forme del P. E. recibido con fecha de hoy , relativo
al contrato celebrado entre el P. E. y la Empresa
del Ferro-carril Central del Paraguay.
II. Se resuelve dejar en la orden del dia para la próxi
ma, despues del contrato ferroviario, varios proyec
tos existentes en las carpetas de las comisiones.
PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á
Velilla los 4 días del mes de Junio de 1907.
Aponte reunidos en su sala de sesiones los
Aceval seradores anotados al margen , estan
Duarte do presentes los ministros de Rela
González ciones Exteriores doctor Cecilio Báez ,
Paiva del Interior doctor Manuel Benitez
Sosa Escalada y de Hacienda don Adolfo R. Soler,
el presidente declara abierta la sesión ,
Entrado después
siendo las 9 y 15 a. m.
López Decoud
AUSENTES --Se aprueba el acta de la sesión
Caminos anterior.
Pérez
Quevedo
Taboada
CON PERMISO I. POSTERGACIÓN DE LA
Riera ORDEN DEL DIA

Sr. Presidente - Obra en poder del señor


secretario el informe remitido por el P. E.
- 23

con motivo del mensaje que en la última


sesión dispuso pasarle el H. Senado sobre
la cuestión del ferro- carril. Pasa á la comi
sión respectiva.

Sr. Paiva - Si no hay incoveniente, yo


pediría que ese documento fuera publicado
inmediatamente á fin de que todos los seño
res senadores puedan informarse de su con
tenido, porque es sabido que el proyecto de
arreglo ferroviario está á la orden del día
para la sesión próxima.

Sr. Presidente - Así se hará, señor se


nador.

Sr. González --- Debe ser leído ese in


forme.

Sr. Presidente-El reglamento dice que


los informes del P. E. deben anunciarse, na
da más, á no ser que alguno de los señores
senadores pida su lectura.

Sr. Aponte - Pido que se proceda á su


lectura .

-Se lee .

Sr. González - Pido la palabra.


Ya que se encuentra presente el señor
ministro del Interior, si no tiene inconve
niente, le pediría se sirviera informar al H.
Senado si en virtud de qué disposición le
gal se capitalizan los intereses en las cuen
tas que ha pasado la Empresa al Estado por
-- 24 --

garantía, según datos que obran en el Sena


do así como en los nuevos datos suminis
trados por el P. E. ¿ Porqué se capitalizan
los intereses cobrando interés al interés?

Sr. Presidente - Para que el H. Senado


pueda ocuparse de la moción del doctor
González, es necesario resolver la posterga
ción momentánea de la orden del día .
Sr. Aceval - Hago moción para que se
postergue la consideración de la orden del
día relativa al establecimiento de un juego
de lotería en esta capital, en virtud de no
haberse puesto de acuerdo los miembros de
la comisión sobre su despacho.

Sr. Presidente-La postergación momen


tánea ó indefinida?

Sr. Aceval - Indefinida , hasta que los


miembros de la comisión se vean con el P. E.
sobre un nuevo proyecto que está elaboran
do sobre administración directa de la lotería
para los mismos fines que indica el pro
yecto.
Sr. Presidente - Hace moción á nombre
de la comisión ?
Sr. Aceval- A nombre de la comisión en
mayoría.
Sr. Presidente - Está en discusión la pro
posición de la comisión para que se poster
gue indefinidamente el proyecto que consti
tuye la orden del día.
25

73 A votación -- Mayoría .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
Precisamente estaba por pedir la palabra,
antes que ningún miembro de esta H. Cá
mara, con el objeto de ofrecer al H. Senado ,
en nombre del P. E. , la ampliación de los
informes enviados en el mensaje á que aca
ba de darse lectura.
Ante todo, señor Presidente, deseo enun
ciar este criterio : que no se trata de discu
tir si tiene derecho una ú otra parte, porque
se trata de un arreglo transaccional. No
obstante, es muy fácil contestar á la interro
gación del señor senador, recordando que
toda obligación que cae en mora tiene inte
rés . Si tiene que pagar la Compañía, por
ejemplo, el 6 % de interés sobre las accio
nes de preferencia y no paga, después de
vencido el plazo , tiene la obligación eɛa
misma Compañía de pagar interés de intere
ses, porque esos intereses se han capitaliza
do: la Compañía ha incurrido en mora y tie
ne la obligación de pagar intereses mora
torios .
Esta es la razón por la cual el P. E. , con
el objeto de traer al H. Senado los datos —
que se basan en el supuesto del mayor de
recho por parte del Estado , de la mayor pre
tensión del Estado - ha capitalizado los inte
reses semestralmente , lo mismo que la Com
pañía los capitaliza y carga al Estado .
26 ---

He terminado, señor Presidente.

Sr. González -Pido la palabra .


Esta pregunta no ha sido inoficiosa , señor
Presidente, y no ha sido tampoco con el
objeto de discutir si se debe esto ó si se
debe aquello, ni los derechos de la Empresa
ni los del Estado en la transacción que se
pretende llevar á efecto ; ha sido únicamen
te, señor Presidente, con el objeto muy justo
de poder emitir mi voto en conciencia sobre
las conveniencias para una y otra parte que
pueda compartir este arreglo . Y la pregun
ta me parece puesta en razón, señor Presi
dente, porque el doctor Ramón Zubizarreta,
reconocido como el primer civilista de este
país, ha llegado á la conclusión categórica
de que nadie , ni el Estado, ni la Empresa
puede, en este caso, capitalizar intereses, en
virtud de la expresa y terminante disposi
ción del Código Civil y en virtud de no ha
ber caido en mora ninguna de las partes,
puesto que esta mora debe ser declarada
por tribunal competente .
He hecho mis cuentas en favor y en con
tra de la Empresa, pero sin capitalizar inte
reses, y para salir del error en que pudiera
haber estado, he pedido esta aclaración .
Además, con el criterio del señor ministro,
en la cuenta de multas debían de haberse
capitalizado los intereses mes por mes, por
que la Empresa ha caido en mora y no ha
pagado la multa á que estaba obligada .
- 27

Sr. Ministro del Interior -- Pido la pa


labra.
Yo creo que un honorable senador quiere
anticipar el debate sobre este punto. Vuel
vo á decir, señor Presidente, que aqui se ha
puesto lo más posible que puede pretender
el Estado . Si no puede capitalizar los inte
reses ni la Compañía ni el Estado, quedan
naturalmente en el mismo pié, tal como se
encuentra en el informe del P. E.
Se trata de hacer una transacción y aqui
el P. E. envía los datos procurando poner
al Estado en el mismo pié que la Compañía.
Si el doctor Zubizarreta, á cuya autoridad
soy el primero en prestar acatamiento, dice
que no se deben intereses moratorios , está
bien; pero eso no cambia el estado de la
cuestión absolutamente .
Si no debe la Compañía intereses morato
rios ni el Estado tampoco, se encuentran en
el mismo pié de relaciones . La Compañía
pretende intereses moratorios? Pues el Es
tado los pretende tambien y por tanto se
encuentran en el mismo pié de relaciones .
El P. E. ha querido traer los datos más
favorables al Estado, vale decir, las preten
siones más favorables al Estsdo, y es por
esta razón que los ha ofrecido en la forma
que se indica en el proyecto ―― He termi
nado.
---
Entra el senador López Decoud .

Sr. González - Pido la palabra .


28 ——

Aceptando las razones que acaba de ex


poner el señor Ministro, desearía se me ex
plicara, si es posible, como se puede compa
ginar jurídicamente eso de que no es cier
to que estén hipotecadas las acciones de
preferencia del Estado , ni en el país ni en
el extrangero , y, á renglon seguido se dice :
«Esto no quiere decir que los bienes raíces
de la Compañía, situados en el Paraguay,
no reconozcan obligaciones hipotecarias con
traídas por el Directorio » .
Si la Empresa es accionista por la mitad
y si ha gravado todos sus bienes, yo creo
que necesariamente tendrá tambien que
afectar ese gravamen á las acciones del
Estado . Además, no se dice cuándo se ha
hecho esa operación, en qué forma se hizo,
cuál es la condición del contrato, á cuánto
monta el crédito, que es justamente lo que
se quería saber.
Es precisamente por eso que se ha pedido
estos datos, para impedir que despues, en
la discusión del proyecto de arreglo, se obs
truya el debate tomando de sorpresa al P.
E. sobre este particular .
Los informes enviados por el P. E., de
claro que no me satisfacen, porque justa
mente no dicen lo que he querido saber : qué
clase de crédito es ese , cuándo se ha hecho
y cómo se ha podido gravar bienes de la Re
pública sin permiso del Congreso y en virtud
de un simple decreto aprobatorio de los esta
tutos que modifican lo establecido por una ley?
29

Sr. Aponte - Pregunto si ha quedado


como orden del dia esta cuestión del ferro
carril, porque el señor senador está discutien
do sobre cosas que no han quedado á la
orden del día .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
Yo deseo que el honorable senador se
despache completamente á su gusto ; el P. E.
está dispuesto á dar todos los datos sobre
esta cuestión .

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
He pedido la palabra para rogar al hono
rable senador señor Aponte que permita
discutir ampliamente esta cuestión , por
lo mismo que no hay nada que ocultar . Si
otros gobiernos han tenido interés de hacer
misterio sobre este particular , el P. E. actual
no lo tiene y no abriga otro deseo que el
de que se haga luz, mucha luz sobre esta
cuestión.

Sr. González -- Pido la palabra .


Aplaudo sinceramente la actitud noble y
caballeresca de los señores ministros .
Desde luego yo no pretendo arrojarles
ninguna responsabilidad ; solamente deseo
tener datos para poder emitir mi voto en
conciencia en esta cuestión de vital impor
tancia para el país y en virtud del ofreci
miento generoso del señor ministro del Inte
30

rior, que dice haber venido aquí para am


pliar esos datos dados por escrito, para dar
al H. Senado todos los datos que ha recogi
do y sobre los cuales puede informar al H.
Senado. Pido esos datos, porque el informe
del P. E. no satisface mis justos deseos.
La responsabilidad de cada representante
en este caso es mucha, y yo, señor Presidente ,
por mi parte, he de emitir mi voto en concien
cia. Yo no pido que se haga ó no se haga el
arreglo; soy el primero en desear que se des
peje el horizonte financiero de mi patria si
es que con este arreglo puede conseguirse ;
pero quiero emitir mi voto en conciencia y
deseo hacer uso del ofrecimiento sincero del
señor ministro para ilustrar más mi criterio .
Mi actitud, por más que no sea reglamen
taria, no merece la obstrucción que quiere
ponerle el honorable senador Aponte .....
Sr. Aponte- Debemos observar las reglas
establecidas para el funcionamiento del Con
greso.
Sr. Ministro del Interior Pido la pa
labra.
El señor senador por San Roque y Trinidad
declara categóricamente que no está satis .
fecho con los informes del P. E.
Al P. E., señor Presidente, en este caso se
le ha puesto en la circunstancia de absolver
posiciones y ha contestado á cada una de las
preguntas que en orden numérico contiene
el mensaje . El mensaje formula la pregunta
-― 31 -

de si las acciones de preferencia están hipo


tecadas. Contestamos á esta pregunta : El P.
E. declara categóricamente que las acciones
de preferencia no están hipotecadas. ¿ Está ó
nó contestada con claridad la pregunta del
señor senador?
Tengo mucho interés en levantar este cargo
gratuito formulado por el señor senador,
porque el P. E. no ha tenido el menor empeño ,
el menor interés en que no se aclaren bien
todas las dudas ; ha procurado contestar lo
mejor que pudo á cada una de las preguntas .
Lejos de nuestro ánimo eludir ninguna clase
de contestación .
Yo no sé donde está la mala compaginación
jurídica que ha visto el señor senador. De
claro humildemente que, aunque un poco
aficionado al estudio del derecho, no he po
dido encontrar esa mala compaginación .
El señor senador sabe que el Estado, como
accionista, tiene ciertas acciones, y que la
Empresa, como persona jurídica, como so
ciedad anónima, tiene ciertos bienes que se
rigen por ciertos estatutos aprobados por el
P. E. Para disponer el P. E. de las acciones ,
habría necesidad de una ley; en cuanto á la
Empresa, ella tiene sus estatutos y tiene la
facultad de vender é hipotecar sus bienes,
entre los cuales no están las acciones de pre
ferencia que, como se ha dicho , no están hi
potecadas, ni aquí ni en el extrangero. Pero
el P. E , previendo precisamente la objeción
del señor senador, ha tenido el cuidado de
32

decir que el Estado no tiene conocimiento


de que las acciones de preferencia estén
hipotecadas . Esto no quiere decir que los
bienes raíces de la Empresa, situados en el
Paraguay, no estén hipotecados, porque eso
no depende del Gobierno, no depende del P.
E ; es el directorio el que puede hipotecar
esos bienes , y por eso digo que no encuentro
en el mensaje que ha pasado el P. E. la
laguna que nota el honorable senador.
Con el permiso del H. Senado , voy á leer
la pregunta del inciso 2.º: (leyendo .) 2.° Si
es cierto que las acciones de preferencia que
posee el Estado en la sociedad anónima « Рa ·
raguay Central Railway Company Limited » ,
reconocen un gravamen hipotecario en el
extrangero; y en caso afirmativo, en virtud
de qué disposición legal se celebró esa ope
ración, por quién ó quiénes, en qué fecha ,
cuál es el texto del contrato y á cuánto as
ciende la parte de deuda que corresponde al
Estado á mérito de dicha operación , y si el
gravamen ha sido inscripto en el Registro de
Hipotecas de la República » .
El mensaje contesta categóricamente á
todo lo que contiene esta pregunta . Y más :
cumple con un deber de lealtad el P. E. en
añadir que, no obstante, los bienes raíces
pertenecientes á la Empresa, situados en el
Paraguay, pueden reconocer obligaciones
hipotecarias, siempre que las haya contraído
el directorio, conforme á facultades estable
cidas por los estatutos aprobados por el P. E.
33

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
Robusteciendo lo que ha dicho mi hon.
colega el señor ministro del Interior, y para
mayor satisfacción del doctor González , voy
á agregar dos palabras de mi parte .
Los títulos ó acciones de preferencia per
tenecen exclusivamente al Estado y solo el
Estado puede gravarlos con la autorización
del Congreso, como decía el señor ministro
del Interior; pero los bienes del ferro- carril
no los maneja el Estado sino la sociedad
constituida de acuerdo con los estatutos
aprobados por el P. E., sociedad á la cual
vendió el Estado su ferro - carril, desprendién
dose por consiguiente del dominio de la co
sa. Son, pues, dos cuestiones completamente
distintas : los bienes del ferro - carril, que per
tenecen á la sociedad The Paraguay Central,
etc., y las acciones de preferencia, que per
tenecen exclusivamente al Estado .
Estas acciones de preferencia no han podido
ser gravadas sino por su propietario, y claro
es que no se han gravado . Un particular,
dueño de unas acciones, puede gravar sus
acciones, puede tomar dinero dejándolas en
prenda. Esto sería el gravamen de sus
acciones ; pero puede no gravarlas y tenerlas
libres, lo cual no importa que no existan
gravámenes sobre el bien raíz sobre el cual
tienen derecho esas acciones. Hay una con
fusión, entonces, entre el dominio de las
acciones y el dominio de las propiedades que
34 ―

constituyen el ferro- carril. Repito, el dominio


de las acciones es en absoluto de su tenedor
y dueño legítimo, el Estado ; el dominio de las
propiedades del ferro-carril es de la Empresa
y no del Estado; el gobierno no las puede
gravar, el gobierno no puede contraer obli
gaciones sobre ellas. ¿ Porqué? Porque se ha
desprendido de su dominio ; pero ha conser
vado él de sus acciones . Comprendo que
del monto de las obligaciones que pesan
sobre la Empresa, de que es accionista, de
pende el valor de esas acciones, de donde
resulta que esas obligaciones que el direc
torio contrae sobre los bienes y cosas del
ferro-carril, vienen á gravar indirectamente ,
disminuyendo su valor, él de las acciones.
Me parece que han de satisfacer al señor
senador estas aclaraciones.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
En obsequio á la leatad , quiero agregar
un dato más.
El P. E. no ha gravado las acciones , pero
consta en el libro de comunicaciones del
Cónsul General del Paraguay en Londres,
del año 1892 , que el P. E. había hecho pul
sar la plaza para negociar esas acciones ,
seguramente en la inteligencia de que , si
se encontraba bien la plaza, pediría la co
rrespondiente autorización al Congreso.- No
hay la comunicación del Ministerio de Ha
cienda al Cónsul General, pero hay la con
35 --

testación del Cónsul General al Ministeric


de Hacienda, diciendo que las acciones esta
ban tan depreciadas que era inútil pensar
en su negociación . - He terminado.

Sr. González -- Pido la palabra .


Con las explicaciones dadas por el minis
tro de Hacienda señor Soler, y las agregadas.
por el ministro del Interior doctor Benítez ,
tengo suficiente luz sobre esta materia . Era
lo que quería saber: si quién era la autori
dad legítima para gravar los bienes de la
República, muebles é inmuebles . Pero no
quedo satisfecho porque parece que el P. E.
tiene noticia del texto del contrato ....

Sr. Ministro del Interior -No se ha


dicho semejante cosa . El P. E. no ha mani
festado ignorancia de ningún contrato .

Sr. González - Pero desde que se ha lla


mado á silencio ....

Sr. Ministro del Interior - No es cierto


que se haya llamado á silencio . Solicito que
se lea nuevamente la pregunta y la respuesta ..

-Se lee :

« 2. Si es cierto que las acciones de pre-


ferencia que posee el Estado en la sociedad
anónima Paraguay Central Railway Compa
ny Limited » reconocen un gravamen hipoteca
rio en el extrangero ; y en caso afirmativo,
en virtud de qué disposición legal se celebró
36

esa operación , por quién 6 quiénes , en qué


fecha, cuál es el texto del contrato y á cuán
to asciende la parte de la deuda que corres
ponde al Estado á mérito de dicha operación
y si el gravamen ha sido inscrito en el Re
gistro de Hipotecas de la República » .
«2.° Hipoteca de las acciones de preferencia.
-No es cierto que estén hipotecadas las accio
nes de preferencia que se han expedido á fa
vor del Gobierno, ni en el país , ni en el
extrangero. Esto no quiere decir que los bie
nes raíces de la Compañía, situados en el
Paraguay, no reconozcan obligaciones hipote
carias contraídas por el Directorio, de acuer
do á los Estatutos aprobados por el P. E. el
1.º de Junio de 1889 » .

Sr. Ministro del Interior - Está clarísi


mo.

Sr. González - ¿ Cuál es el texto del con


trato?

Sr. Ministro de Hacienda -- No se han


hipotecado las acciones .

Sr. González - Está muy bien; entonces


se ha concluído . Me quedaré con el deseo
de conocer el texto de ese convenio . Si el
P. E. conociera el texto del convenio por
el cual se hipotecó las acciones del Gobierno,
hubiera deseado conocerlo á mi vez.

Sr. Ministro de Hacienda -Las acciones


están libres de todo gravamen . Ya le he di
w 37 -

cho al honorable senador que no están afec


tadas. Voy á ver si me entiende el señor se
nador: Supongamos que el señor senador
tiene un condominio ó participación con otro
ú otros particulares ; este condominio no está
afectado ; no ha sido gravado, no ha sido
hipotecado. Pero esto no quiere decir que
la sociedad no tenga ó no reconozca grava
men sobre sus bienes, contraído por sus ad
ministradores legales . La parte de él, en sus
relaciones con la sociedad, naturalmente, no
se ha afectado, no reconoce ningún gravamen ;
pero, repito, eso no quita que la sociedad
deje de tener gravamen ó hipoteca .

Sr. González - Bien se comprende la men


te de la pregunta; es la siguiente :
Si el gobierno como accionista de la Em
presa del ferro - carril tiene que pagar crédi
tos contraídos por el Directorio de la Em
presa, créditos de carácter hipotecario; si el
Estado tiene que responsabilizarse del pago
de estos créditos .
Esta es la pregunta , esto es lo que yo que
ría saber, con el objeto de hacer las cuentas,
según mi criterio, cuando se discuta el arre
glo sometido á la consideración del Congreso .
Ahora salimos con que las acciones no
están hipotecadas, pero que el Directorio ha
hipotecado los bienes de la Empresa Es una
contestación habilidosa que está perfecta
mente bien, y están puestos en razón los
señores ministros al contestar de esa manera.
38 -

Yo ya comprendo las explicaciones de los


señores ministros y estoy conforme. Ellos
contestan de una manera y yo he pregunta
do de otra ; pero ya me he dado cuenta de
la contestación y no insisto .
Sr. Ministro del Interior - Pido la pa
labra.
Yo no quiero , señor Presidente, dejar á
cargo del P. E. la mala nota enunciada por
el señor senador....

Sr. González - ¿ Qué mala nota? no hay


ninguna mala nota .....
Sr. Ministro del Interior - En ese caso
la pregunta está mal formulada.

Sr. González -Está bién formulada, señor


ministro.

Sr. Ministro del Interior -- En ese caso


yo siento que el P. E. no haya podido adivi
nar el pensamiento del señor senador. EI P.
E. se ha concretado á contestar clara y cate
góricamente las preguntas formuladas en el
mensage pasado por esta H. Cámara.
Repito y repetiré un millón de veces, se
ñor Presidente , que los miembros del P. E.,.
lo mismo que los miembros de esta H. Cá
mara y todos los buenos paraguayos , no quie
ren más que luz al rededor de este asunto,
luz, luz y más luz , para que pueda hacerse
justicia á la conducta de los poderes públi-
cos. He terminado.
- 39

Sr. González -Pido la palabra.


Hay una diposición de la ley de conce
sión , el art. 11 de la ley del 22 de Septiembre
de 1887, que establece que la Empresa del
ferro-carril debe entregar semestralmente el
producto líquido de la explotación hasta
reintegrar por completo lo pagado por el Es
tado en concepto de garantía. Se me ha es
capado, señor presidente, formular esta pre
gunta en el mensage; pero ya que se en
cuentran presentes los señores ministros del
Interior y de Hacienda, personas cuyo co
nocimiento en las leyes me consta y cuya
competencia jurídica también me consta, si
no tienen inconveniente, señor presidente, de
searía que - como no hay lugar para pedir
estos informes por escrito al P. E., por encon
trarse ya á la orden del día para la próxima
sesión el proyecto ferrocarrilero -me saca
ran de esta duda : si el P. E. ha recibido
alguna suma de dinero alguna vez en el con
cepto indicado , y si el P. E. ha pagado ga
rantía en cierto tiempo . En ese caso la Em
presa se halla obligada á entregar del pro
ducto líquido, semestralmente, hasta reem
bolsar íntegramente lo que se le ha dado
por garantía: Esto es lo que yo pregunto ,
á ver si alguna vez se han hecho estas
operaciones y si el P. E. ha percibido algu
na suma de dinero en concepto de reembolso .

Sr. Ministro del Interior - Pidó la pala


bra.
- 40

En el número 5 hay una pregunta refe


rente á este mismo tópico.
La Empresa del ferro -carril, como ya lo
dice el informe del doctor Zubizarreta , á raíz
de cierta reclamación de la Contaduría Ge
neral de la Nación , entregó una cierta suma ;
pero como no ha habido conformidad por
parte de la Contaduría, se retiró la suma
y ninguna nás se ha entregado .
Quiere decir entonces que no se ha entre
gado jamás un solo centavo del 35 % de
las entradas brutas .
Pregunta el señor senador cuál es la
disposición legal que autoriza á la Compañía
á quedarse con este excedente de las.
entradas brutas ....

Sr. González - Me permito observar al


señor ministro que no he preguntado eso ; lo
que he preguntado no se refiere á las entra
das brutas, sino á otra cosa muy distinta .
He hecho buscar la ley precisamente para
mejor comprensión .
Sr. Ministro del Interior - Entonces ,
ya que no he entendido bien la pregunta
del señor senador, le rogaría se sirviera.
repetirla ó esperaremos que venga la ley.
(Pausa)

Sr. González- (Leyendo) . « Art. 11. El


concesionario entregará semestralmente á la.
Nación el producto líquido de la línea hasta
reembolsarla por completo de las cantidades
――― 41

que por garantía hubiese pagado; cuando


el producto líquido excediere del 6 , se
destinará la mitad del excedente á formar un
fondo de reserva, para atender necesidades.
imprevistas, en cuya conservación é inver
sión intervendrá el P. E. Cuando las sumas
destinadas á reserva hayan alcanzado á la
cantidad de 500.000 , percibirá la Nación
el excedente íntegro hasta reembolsarse de
lo que hubiese pagado por garantía » .
Como el Estado ha pagado en concepto
de garantía algo, deseaba saber si también
había recibido algo, del producto líquido de
la explotación de la línea férrea como reem
bolso de lo que hubiese pagado en concepto
de garantía, que, como se sabe, no es mas
que un adelanto que dá el Gobierno á la
Empresa.
Deseaba saber esto con el objeto de for
mular mis cuentas. Se dá algo para que se
reciba tambien algo, y este arreglo transac
cional, para mí, es cuestión de cuentas y yo
quería este dato justamente para arreglar
mis cuentas.

Sr. Ministro del Interior — Ya se ha


contestado explícitamente á la pregunta que
acaba de hacer el señor senador. Desde que
no se ha entregado ni un centavo del 35 %
de las entradas brutas, ¿cómo se van á en
tregar las entradas líquidas?
La ley del 31 de Julio de 1890 dice en el
segundo párrafo del art. 1º lo siguiente :
42 -

Cuando la Empresa por insuficiencia de sus


entradas ó por exceso de los gastos efectivos
de explotación con referencia á los gastos
reconocidos, no pudiese entregar suma algu
na, ó solamente abonare una parte del total
estipulado , el Gobierno cargará á los
concesionarios en cuenta especial y con el
interés de un tanto por ciento igual al de
la garantía , la suma que representa la
diferencia entre las entradas brutas y el
gasto de explotación reconocido » , etc, etc
Quiere decir entonces que la Compañía, no
pudiendo entregar
entregar el excedente de las
entradas brutas , en el cual está la ganancia
líquida á que se refiere el señor senador,
debe acreditar al Gobierno esa suma, que
debe gozar del interés anual del 6 %.
Resumiendo la contestación al señor se
nador, diré que no se ha entregado suma
alguna proveniente de ganancia líquida .

(Entra al recinto el ministro de


Justicia, C. é I. Pública, doctor
Cárlos L. Isasi) .

Sr. Ministro de Hacienda - Señor Pre


sidente. He oido decir al señor senador que
esta era una cuestión de cuentas , y yo voy
á suministrarle un dato que él no ha pedi
do en el informe; pero como hemos dicho
que lo que quiere el P. E. es luz y más
luz en la cuestión , cada uno debe aportar,
con la inspiración del patriotismo, todos los
―― 43 --

datos que pueda para contribuir con su


concurso á la solución feliz de este asunto,
y entendiendo que la contribución del señor
senador con sus estudios se armonizan bien
con los deseos de todos , voy á suministrarle
un dato , y es la cifra llegada á pagarse por
el Estado en concepto de garantía ; la suma
pagada, única cantidad pagada por el Estado
en concepto de garantía, es de ochenta y
un mil seiscientos y pico de pesos. Le doy
este dato al señor senador que necesita ha
cer números.

Sr. González - Eso ya estaba en casa,


señor ministro.

Sr. Ministro de Hacienda - En el men


saje no está, no se ha pedido el dato.

Sr. González -Está en los informes ofi


ciales; pero de todos modos, agradezco al
señor ministro su informe.

(Pausa)
Sr. Presidente - El señor senador dá por
terminados los pedidos de informes á los
señores ministros del P. E.?

Sr. González - Si , señor.

Sr. Presidente - Consulto con la Cámara


si se pasa á cuarto intermedio.

-Pasa la Cámara á cuarto interme


dio -Vueltos á sus asientos.
II.--- ORDENES DEL DIA PARA LA PRÓXIMA
SESIÓN

Sr. Aceval - A nombre de la comisión de


Hacienda en mayoría pido quede como or
den del día en primer término, despues de
la cuestión ferrocarrilera que debe tratarse
en la sesión siguiente, el proyecto de ley
sobre expropiación de tierras en Concepción ,
aprobado por la H. Cámara de Diputados.

Sr. Aponte - La comisión de Presupuestos .


deja como orden del día en tercer lugar el
proyecto de ley pasado por la H. Cámara
de Diputados en revisión , modificando la
ley de papel sellado y estampillas.
Sr. Aceval - Hago moción para que se
levante la sesión .

Sr. Aponte - Deja también la comisión


de Presupuestos como orden del día en
cuarto lugar, el proyecto de ley acordando .
una pensión al estudiante de ciencias físicas
y químicas en Europa, señor Massi . Es un
proyecto pasado por la H. Cámara de Di-
putados en revisión.

Seguidamente se levanta la sesión


siendo las 10 y 25 a. m.
45

XXIII
Sesión ordinaria del día 6 de Junio de 1907.
Presidencia de don Emiliano González Navero.
SUMARIO :
Se aprueba con modificaciones el contrato ad
. referendum firmado el 1 de Setiembre de 1906, en
tre el P. E. y la Compañía « The Paraguay Central
Railway Company Limited » .
PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á
Aponte los 6 días del mes de Junio de 1907,
Duarte reunidos en su sala de sesiones los "
2
Aceval senadores anotados al márgen y es
González tando presentes todos los señores
Paiva ministros, el presidente declara abier
Velilla ta la sesión , siendo las 9 y 15' a. m.
Sosa Escalada
Pérez -Se aprueba el acta de la se
sión anterior.
Entrado después
López Decoud
AUSENTES
Sr. Presidente --- Orden
Caminos
del dia en primer término :
Quevedo convenio celebrado ad - refe
Taboada
rendum entre el P. E. y la
Riera
Compañía propietaria del fe
rro - carril, solucionando las cuestiones pen-

dientes entre el Estado y la misma Compañía .


དེ མ ཙ

Sr. Pérez - Pido la palabra .


La comisión de Hacienda, por mi inter
medio, tiene el honor de dictaminar sobre
se
dak

el contrato ad - referendum celebrado entre


46

-el P. E. y la Empresa del Ferro carril Central


del Paraguay, el 1º de Setiembre de 1906, que
posteriormente fué modificado, segun nos
--expresa el mensaje de fecha 9 de Mayo del
corriente año.
Este contrato, señor Presidente, tiene por
objeto poner término á un litigio administra
tivo que se inició hace diez y siete años ,
litigio que ha sido ya varias veces consi
derado por el H. Congreso con motivo de
las diversas soluciones propuestas .
El examen prolijo de los antecedentes de
este litigio demuestra que han sido plantea
das y no resueltas numerosas cuestiones que
complican el asunto y dificultan su solución ,
- cuestiones que se condensan en recíprocas
imputaciones de las partes contratantes so
bre faltas y responsabilidades consiguientes
que surgen del incumplimiento de las leyes
de concesión y de las estipulaciones de los
contratos respectivos. Mucho se ha discutido
sobre estas cuestiones que en todo tiempo
han tenido la virtud de interesar vivamente
á la opinión pública. De este modo se ha
llegado á afirmar que la nación no debe la
garantía del 6 % anual á que se obligó
por lo que respecta al capital empleado por
la Empresa para la adquisición y prolon
gación de esta línea, y que no la debe des
de que la Empresa interrumpió los trabajos
de la construcción de la línea en Pirapó ;
que la nación es acreedora por la multa de
ocho mil pesos oro por cada mes de retardo
47 -

en la terminación de la línea hasta Villa


Encarnación y que todas las cuentas pre
sentadas por la Empresa no merecen fé por
ser su contabilidad fraudulenta.
En contra de esta afirmación se ha dicho
que las leyes de concesión declaran que la
garantía será absoluta y se pagará íntegra-
mente, habiendo el P. E. en varios mensages
reconocido que la nación , en estricto de
recho, debe esta garantía, que también se
ha reconocido ; que debiendo la nación esta
garantía, no puede en modo alguno ser
acreedora de la multa de ocho mil pesos oro;
porque es sabido que en las obligaciones
recíprocas, una de las partes no incurre en
mora si la otra no cumple ó si deja de `
cumplir las obligaciones que le corresponden , .
y que si bien es cierto que en un principio
la contabilidad de la Empresa pudo ser
tachada de irregular, se han tomado las
medidas tendentes á regularizarla y, en la
actualidad, se lleva en debida forma. Todas
estas cuestiones, así como cualquiera dife
rencia que surja entre el P. E. y la Empresa
acerca de la manera de cumplir las obliga ---
ciones que le imponen respectivamente las
leyes de concesión, deben ser sometidas á
juicio arbitral , á estar á la disposición del
artículo 24 de la ley de 22 de Setiembre de
1887; pero á pesar del tiempo transcurrido
desde que se plantearon y discutieron las
referidas cuestiones, las partes contratantes
nunca han constituido el tribunal arbitral, .
48

evidenciando de esta manera por repetidos


actos públicos su voluntad de terminar este
litigio, no por un fallo arbitral, sino por una
negociación directa, por la celebración de
un contrato.
La comisión de Hacienda, señor Presidente ,
conceptúa prudente favorecer esta tendencia .
de las partes, porque considera conveniente
á los intereses de la República que estos
litigios no se solucionen por el fallo arbitral,
sino por un contrato ó por una transacción .
Y de acuerdo con este criterio ha estu
diado el contrato ad-referendum celebrado
entre el P. E. y la Empresa en la expresada
fecha, cuyas cláusulas principales consisten
en la renuncia expresa y absoluta que hace
la Empresa á la cuenta de garantía y á to
dos los derechos que pueda tener por las
leyes de concesión , en la obligación que
contrae de prolongar la línea hasta Villa
Encarnación y en la renuncia expresa y
absoluta, también de parte del gobierno y
en beneficio de la Empresa, á las acciones
de preferencia, desobligándose el Estado de
toda sociedad y de todo compromiso para
con los terceros, quedando estos exclusiva
mente á cargo de la Empresa.
La comisión de Hacienda reconoce que este
contrato importa un sacrificio para la Nación
y no vacila en confesar que es legítima toda
aspiración por la que se proponga obtener
un contrato que sea muy favorable á los in
tereses de la República.
49

No obstante estas consideraciones, la comi


sión entiende que este contrato ad-referen
dum que se ha pasado á su estudio, puede
ser aceptado, porque mediante este contrato
se pone término al litigio, no se expone al
Estado á la contingencia de un fallo arbitral
y á las dificultades que pudieran presentar
se para la debida ejecución del mismo . Fun
dándose en estas razones y en las que con
cienzudamente se exponen en los respectivos
mensages del P. E., la comisión de Hacienda
favorece con su dictamen al proyecto de la
referencia, reservándose para proponer en
oportunidad las modificaciones que juzgue
conveniente.
La comisión, al dar su dictámen, no se pro
nuncia, señor Presidente, en estricto derecho
sobre las cuestiones iniciadas ni sobre las
otras que existen pendientes entre el P. E.
y la Empresa del F. C. C. del Paraguay, sino
que simplemente se propone favorecer una
transacción por la que las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen sus obliga
ciones litigiosas. He terminado.
--Se lee el contrato :

El Senado y Cámara de Diputados, etc.


LEY:

« Art. 1.º Apruébase el contrato ad -referen


dum firmado con fecha 1º de Setiembre entre
el representante de la Empresa del Ferro
Carril « The Paraguay Central Railway
50

Company Limited » y el P. E., en los siguien


tes términos :
1.º La sociedad « The Paraguay Central
Railway Company Limited » hace renuncia
expresa y absoluta á la garantía del seis por
ciento que le fué acordada sobre el capital
empleado en la adquisición , reparación y
prolongación del ferro-carril de Asunción á
Pirapó, por las leyes de su concesión , decla
ra extinguidas todas las cuentas de garantía
liquidadas ó no liquidadas y desiste de toda
reclamación á que se creyere con derecho
contra el Gobierno del Paraguay por las re
feridas leyes ó decretos gubernativos.
2.º Renuncia igualmente á todas las tierras
fiscales que por las mismas leyes debió el
Gobierno transferir á la Empresa comprado
ra del ferro- carril de Asunción á Villarrica,
con excepción de la faja ocupada por la línea
principal, con sus estaciones y talleres, de
acuerdo con el artículo 7 de este convenio .
3.º La Empresa se obliga á mantener firme
y seguro el ferro - carril de Asunción á Pira
pó, á renovar y reparar las estaciones y de
pósitos que se deterioren, á construirlos en
suficiente número para llenar las necesidades.
del tráfico , á aumentar y renovar gradual
mente el tren rodante de locomotoras, coches
de pasageros, furgones y demás wagones de
carga . de manera que no se interrumpa el
tráfico en ningún tiempo, ni se aglomeren en
las estaciones y vías los artículos y materia-
les destinados al transporte .
-- 51 11

4.º La Empresa se obliga á conducir gratis


por veinte y cinco años, las balijas de la co
rrespondencia expedida por el correo ó por
el telégrafo oficiales, así como á los conduc
tores de las mismas y á cobrar la mitad de
la tarifa por la comunicación telegráfica ofi
cial y por el transporte de empleados públi
cos en comisión del gobierno, tropas, muni
ciones, armas, caballadas, víveres y vestua
rios para las fuerzas que se hallen al servi
cio de la Nación así como de los colonos y
sus equipajes enviados por el departamento
de inmigración y colonización .
5. El gobierno se compromete á abonar las
cuentas provenientes de los transportes á que
se refiere el inciso anterior, dentro de los seis
meses de su presentación por la Empresa .
6.0 El Gobierno renuncia de modo expreso
y absoluto en beneficio de la Empresa , á sus
acciones de preferencia, y queda desligado
de la sociedad y desobligado, respecto de
terceros, de todos los compromisos de ella ,
la cual, por este hecho, en único responsable
de ellos se constituye ; declara extinguidas
todas las ventajas que puedan corresponder
le en la Compañía y desiste de toda recla
mación á que se creyere con derecho , cual
quiera que sea la causa de que proceda.
7.º Dentro del término de un año de apro
bado este convenio por el H. Congreso Na
cional, el P. E. otorgará á la Empresa un
título formal de dominio sobre la faja
de terreno ocupada por la línea de hierro
52

de Asunción á Villarrica, en la forma si


guiente:
El terreno en que se asienta la línea, de
terminado por las zanjas de sus costados ,
chaflans, rampas, base de asiento de los ter
raplenes, puentes y demás obras de afir
mado de la vía; el terreno ocupado por las
estaciones , los talleres y los depósitos de la
antigua línea de Asunción á Paraguarí y los
edificios análogos que la Empresa de Patri
construyó entre Paraguarí y Villarrica, todo
con arreglo al trazado ó plano levantado por
el Departamento Nacional de Ingenieros y
siempre que dichos terrenos resultasen fis
cales en la fecha de firmarse este convenio .
Los que resultasen ser de propiedad parti
cular serán expropiados por cuenta de la
Empresa y por intermedio del Gobierno, toda
vez que ella así lo requiera.
8.0 El Gobierno concede á la Empresa á
título de compensación , á lo largo de la vía ,
de los terrenos fiscales que hubiere, una
superficie igual á la de la tierra particular
que la Empresa abone por las expropiacio
nes que tengan que hacerse . Exceptuándose
de la compensación los terrenos reservados
para uso comunal.
9.º Por espacio de veinte y cinco años
contados desde la promulgación del presen
te convenio como ley de la República, la
Empresa quedará exonerada del pago de
todo impuesto, sea nacional ó municipal ó de
cualquiera otra naturaleza, salvo el de es
――― 53 ——

lingaje, cuando haga uso de los muelles fis


cales.
10. La Empresa queda obligada á prolon
gar sus líneas á Villa Encarnación en la for
ma siguiente :
Dentro de un año de promulgado este con
venio por ley de la Nación presentará los
planos, y salvo casos de lluvias, huelgas ú
otros de fuerza mayor, dentro de cinco años
de aprobados los planos por el Superior
Gobierno entregará al tráfico público la vía
nueva.
La Compañía determinará el punto de ar
ranque de la nueva línea y en caso de resul
tar en un punto intermedio entre la estación
Yegros y la actual terminación de la vía,
tendrá el derecho de levantar del todo la vía
y telégrafo desde el punto de arranque hasta
Fierro Punta.
11. La Empresa tendrá el derecho de cons
truir en cualquier tiempo prolongaciones ó
ramales que arranquen de sus líneas en ex
plotación , sin perjuicio de la facultad que
retiene el Gobierno de otorgar las concesio
nes que creyere convenientes, á otras Com
pañías ó Empresas que solicitasen construir
vías férreas en todas direcciones. Los terre
nos particulares necesarios á este efecto se
declaran de utilidad pública y serán expro
piados por cuenta de la Empresa.
12. Para la construcción de los ramales ó
prolongaciones de las líneas , la Empresa ten
drá él derecho de utilizar gratuitamente las
54 -

maderas y las piedras de los montes y can


teras fiscales de los lugares por donde aque
llos pasaren y el Superior Gobierno conce
derá también á la Empresa gratuitamente las
tierras fiscales para la vía en un ancho de
cuarenta metros, y para estaciones nueve hec
táreas ó sea metros setecientos cincuenta de
largo por metros ciento veinte de ancho.
13. Las tarifas se fijarán por la Empresa,
y solo en el caso de obtenerse un dividendo
que pase del 6 % sobre el capital que repre
sentan las acciones ordinarias, las fijará de
acuerdo con el P. E.; entendido después de
hacer el servicio de intereses sobre el capital
previlegiado.
14. La tarifa del telégrafo de la Empresa
será la misma que la que rige para el telé
grafo nacional. Los despachos transmitidos á
la prensa ó á la Bolsa de Comercio se harán
con rebaja del 50 % sobre la tarifa ordinaria.
15. Se declara derogado el artículo 19 de
la ley de concesión de 22 de Setiembre de
1887.
16. Todas las cuestiones que se suscitaren
entre el Gobierno y la Empresa , sobre la in
terpretación de este convenio ó su ejecución ,
serán sometidas á la decisión de árbitros nom
brados por una y otra parte, los cuales desig
narán un tercero para el caso de discordia.
En su defecto , los árbitros serán nombrados
por la vía judicial.
17. La decisión arbitral obligará recípro
camente al Gobierno y á la Empresa, y el
- 55

no cumplirla ó el demorar su cumplimiento


en todo ó en parte, dará lugar á una indem
nización que la parte morosa abonará á la
otra, en compensación de daños y perjuicios .
El monto de la indemnización se fijará por
los mismos árbitros que se nombren confor
me al inciso anterior y el pago de aquellos
no eximirá del cumplimiento de la sentencia .
Art. 2.º Comuníque al P. E.

Sr. González -Pido la palabra.


El reglamento de la Cámara dispone que
la discusión en general de un preyecto debe
hacerse sobre la idea fundamental, sobre el
proyecto en masa, sobre sus bases esenciales.
Me encuentro, señor Presidente, en una situa;
ción embarazosa, porque por un lado estoy
con la idea fundamental de que el Gobierno
arregle por medio de una transacción sus
cuestiones con la Empresa ferrocarrilera,
prescindiendo del fallo arbitral; pero por otro
lado, señor Presidente, no estoy conforme con
las bases esenciales de este proyecto, con la
transacción que se discute.
Me parece, pues, llegado el caso de emitir
las razones por qué así opino y proponer en
seguida á la Cámara, como he de hacerlo, un
temperamento con el objeto de obviar estas
dificultades .
Se trata de llegar á una transacción , y el
ilustrado miembro informante de la comisión
de Hacienda ha reproducido los términos
del Código Civil sobre lo que se llama una
56

transacción: un contrato por el cual las par


tes se hacen concesiones recíprocas con el
objeto de arreglar sus cuestiones ó diferencias .
Quiere decir, que el Estado debe hacer con
cesiones y hace en este caso para recibir otras
concesiones de la Empresa. Deseo una tran
sacción , pero una transacción equitativa, en
que las concesiones de una y otra parte se
contrapongan y se equilibren .
Y bajo este punto de vista , señor Presi
dente, no estoy de acuerdo con las bases que
se proponen, por considerarlas inequitativas.
Voy á estudiar esta cuestión brevemente ,
señor Presidente.
Las bases fundamentales del contrato que
se discute son : 1.ª Renuncia por parte de
la Empresa á la garantía que se le adeu
da ; 2. Renuncia por parte del Estado á sus
acciones de preferencia ó sea á su parte de
condominio en la sociedad ferroviaria ; 3ª3a
Prolongación de la línea á Villa Encarna
ción, sin condiciones para el Estado, den
tro del plazo de seis años .
Se presenta al Estado una cuenta de ga
rantía . La garantía , en mi concepto, señor
Presidente, se debe por el Estado por ex
presa y terminante disposición de la ley.
Las leyes respectivas establecen que la
garantía debe ser pagada íntegra y absolu
tamente. Esto quiere decir, según la juris
prudencia establecida por los fallos argenti
nos sobre leyes análogas , que la garantía
debe pagarse por el Estado prescindiendo
- 57

de cualquiera reclamación que el Estado


tenga contra la Empresa, con razón ó sin
ella, por el carácter de la garantía misma,
que es un adelanto que se hace á la Empre
sa para poder desenvolver sus operaciones .
De manera que el hecho de no haber
cumplido la Empresa con la obligación de
prolongar la vía de Pirapó á Encarnación ,
ó el hecho de haber el Estado tenido un
saldo de dinero en poder de la Empresa
en la época en que suspendió la obra , no
exime al Estado de pagar esta garantía . La
garantía se debe pagar, señor Presidente ,
en estricto derecho, haya ó nó tenido el
Estado dinero de sobra en las cajas de la
Empresa en la fecha de la suspensión de
la obra de prolongación , haya ó nó cumpli
do sus compromisos la Empresa en esa
misma época .
Esta garantía , según mis cálculos , sin
capitalizar los intereses como no deben ca
pitalizarse según las leyes , monta á 5.000.000
de pesos desde el 25 de Julio de 1889 hasta
la fecha.
Pero esta cuenta de garantía no debe
asustar al gobierno, porque la ley de 22
de Setiembre de 1887 y la ley de 31 de
Julio de 1890, establecen terminantemente
que la garantía no es sino un préstamo ó
un adelanto que se hace á la Empresa. Lo
entregado á la Empresa , en fuerza de esta
garantía, debe ser reembolsado por la Em
presa en un término indeterminado y de
58

berá ser reembolsado hasta el último cen


tavo. De manera que, señor Presidente, si
el Estado cede las acciones de preferencia
en pago de la garantía, hace una cesión
definitiva del importe de las acciones de
preferencia para evitarse sólo hacer un prés
tamo ó un adelanto .
Yo supongo que las acciones de prefe
rencia que dan dominio al Estado sobre la
mitad del ferro-carril, es decir sobre todos
sus bienes, muebles é inmuebles, valen por
lo menos 3.500.000 pesos oro y si la Empresa
ha encontrado quienes le prestasen en
hipoteca £ 914.000 , es decir, cerca de $
5.000.000, o/s . es porque el ferro-carril vale por
lo menos $ 7.000.000 . o/s . De manera que
la mitad de la propiedad del ferro- carril
para mí, equivale á $ 3.500.000 o/s.; luego,
por no prestar á la Empresa $ 5.00 000 o/s.,
se le cede definitivamente $ 35000.000 o/s.
¿Cómo se equilibra esta concesión, esta re
nuncia que se hace en favor de la Empre
sa? Veamos.
En cambio se ofrece al Estado esta ven
taja: llevar á Villa Encarnación la línea
en el término de seis años . Esto , señor Pre
sidente, en rigor no me parece una conce
sión por parte de la Empresa, porque la
Empresa, desde luego, por ley está obliga
da al cumplimiento de ese compromiso, por
que las leyes respectivas, bajo una sanción
penal, establecen que si la Empresa no hace
ilegar la línea á Villa Encarnación, sufrirá
59

una multa de $ 8.000 o/s . mensual ; de ma


nera que la Empresa no ofrece sino el
cumplimiento de una obligación establecida
bajo sanción penal y ¡ vaya! señor Presidente,
si ofreciese hacer ese trabajo en un térmi
no cercano que pudiera tal vez seducir al
pueblo y al gobierno, pero ofrece hacerlo
en un término bastante largo, en un futuro
bastante lejano, en seis años, el doble por
lo menos del tiempo que se necesita para
hacer una línea de cien y pico de kilómetros
Renuncia á las tierras á que tiene dere
cho el ferro-carril por parte del Estado . El
informe del doctor Zubizarreta, que obra
en el Senado, establece claramente que la
Empresa tiene todas las tierras que debe
tener; que el Estado no le debe tierras y
que si le debe, le deberá una cosa insigni
ficante que no vale la pena mencionar.
Por que termine el pleito, este largo pleito,
está bien; es conveniente que los Estados
terminen sus pleitos cuanto ántes y se suele
decir, más vale una mala transacción que
un buen pleito; pero no estamos en el caso
de hacer un sacrificio tan grande para ter
minar este pleito, que podrá terminar pronto,
siempre que el Gobierno quiera terminarlo.
Por el crédito del país; por que estas
cuestiones ferrocarrileras nos tienen en
entredicho en los mercados extrangeros . Esto
no es un argumento de importancia, por que
no será el Paraguay el primer país que
liquide sus ferro - carriles por el fracaso de
60

un negocio de esta naturaleza . El país de


los ferro-carriles, la nación donde esta in
dustria está más desenvuelta, los Estados
Unidos, desde el año 1840 hasta 1870 , ha
visto liquidarse á 170 compañías de ferro
carriles garantidos , y no liquidando en for
ma decorosa como podría hacer este ferro
carril, quedándole dinero después de la ope
ración , sino quebrando fraudulentamente y
con pasivos colosales . Tenemos pues siem
pre, señor Presidente, que es en realidad el
Estado el que va á hacer un sacrificio más
grande en pago de concesiones que no tienen
mayor importancia. Se dirá, señor Presidente,
que el Estado vá á renunciar á unas acciones
de preferencia que en realidad no tienen
más que un valor nominal porque están
absorbidas por los debentures que la Em
presa había contratado en el extrangero en
virtud de atribuciones legales. No he podido .
saber á punto fijo, señor Presidente, á cuánto
montan esos debentures ó esa deuda ; pero
según he visto en las discusiones del anti
guo proyecto White-Martínez y otros datos
oficiales, se han emitido £ 914.000 de « de
bentures ».
Pero encuentro, señor Presidente , que para
pagarse estos « debentures » el Estado tiene
aún contra la Empresa algunos créditos ,
tiene dineros en su poder. Estos dineros
son : en primer lugar, la garantía del 6 %
sobre el valor de las acciones de preferencia .
que no se ha pagado jamás, establecida por
61

una ley expresa y terminante; esta garantía ,


según mis cálculos, asciende á $ 2.500.000 o/s.
Además, tiene el producto del 35 % de las
entradas brutas, que , según confiesa la Em
presa, en este mismo momento alcanza á
$ 1.120.000 o/s . Existe además la multa que
la Empresa tiene que pagar al Estado por
no haber cumplido su obligación de llevar
la línea hasta Villa Encarnación en el tér
mino estipulado.
En estricto derecho, señor Presidente, yo
creo que la Empresa debe estas multas, por
que estaba exonerada de ellas únicamente
si se viese obligada á suspender sus trabajos
por causa de fuerza mayor ó casos fortuitos,
y se entienden por tales en derecho, aque
llos casos que no han podido preverse ó
que previstos no han podido remediarse .
La Empresa pudo haber previsto que el
Paraguay, que tenía un presupuesto de
1.200,000 papel , no podía pagar una garan
tía anual de $ 300.000 o/s . En cuanto á re
mediarse la falta de los fondos provenientes
de garantía, también la Empresa pudo ha
berla remediado . Podía haber levantado un
capital y se le ha ofrecido facilitar más capi
tal en Londres . Pero la Empresa no colocó
todas las acciones que debía colocar en Lon ·
dres y no quiso más capital que el fijado
para la conclusión de sus trabajos hasta
el Pirapó, y cuando quiso, ya no pudo
más, porque las acciones habían ido por el
suelo .
62 ――――

De manera que agregando las multas ,


resulta que el Estado es acreedor siempre
por más de lo que le correspondería pagar.
Queda siempre pues en pié la cesión casi
gratuita del valor de las acciones de pre
ferencia.
Bajo tales conceptos opino, señor Presiden
te, que la Empresa debe obligarse á algo más.
Se dice en el público que la Empresa
• quiere llevar un ramal á las Misiones.
Con este compromiso por parte de la Em
presa de llevar un ramal á las Misiones, por
ejemplo, desde Paraguarí hasta Villa Florida,
ya podría mañana, cuando dé cuenta de mis
actos al pueblo como representante, decir :
pues bien, se ha hecho ese sacrificio por
conseguirse en cambio un beneficio real y
efectivo, cual es el de llevar una línea férrea
á las Misiones hasta Villa Florida, en un
plazo prudencial .
Todo sacrificio es poco cuando se trata de
promover el progreso ferroviario .
De manera que para justificar esta conce
sión que se hace á la Empresa, la Empresa
debe á su vez conceder algo más, y como
esta modificación es fundamental y necesita
que se consulte al señor gerente ó apodera
do de la Empresa, se necesita, además,, que
cada uno de los señores senadores, ilustrán
dose mútuamente ó rectificando mútuamente
sus cálculos , discutan esta cuestión en forma,
no de un debate solemne, sino en forma más
bien de una conversación amistosa , de mo
63

do que cada uno exprese sus ideas en for


ma breve y precisa para la confección de
un nuevo proyecto que, obedeciendo á la idea
fundamental de celebrar una transacción , ha
ga que ésta sea razonable ; hago moción pa
ra que esta cuestión sea estudiada en comi
sión por el H. Senado de manera á poder
presentarse un proyecto que no tenga que
discutirse sino particularmente .

Sr. Presidente - ¿ Está apoyada la moción


del senador señor González para que la Cá
mara entre á estudiar el proyecto en comi
sión?

Varios - Apoyada.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
En antesalas , señor Presidente , he consen
tido, en conversación particular con el sena
dor doctor González , en que se pasara á dis
cutir en comisión el proyecto que se tiene
en debate. Lo he hecho en la inteligencia de
que no se empezaría este debate en sesión
pública, en sesión solemne . El señor senador,
sin embargo, ha pronunciado un discurso
breve, en el cual formula algunos cargos al
proyecto, cargos que creo de mi deber levan
tarlos en el seno de la representación nacio
nal en nombre del P. E.
No vengo, señor Presidente, al seno de
esta H. Cámara á representar ningún inte
rés particular; ninguno de los miembros del
64

P. E. representa ninguna clase de interés


particular . Somos en este caso los represen
tantes de uno de los altos poderes del Esta
do, que vienen ante otro alto poder á traer
una palabra sincera y leal sobre su conduc
ta en el arreglo ajustado con la Compañía
del ferro-carril .
Este asunto es uno de los que más han
conmovido el espíritu público, más han agi
tado la opinión pública y más también han
servido de pasto á las pasiones partidistas .
Declaro, señor Presidente, que voy á levan
tar esos cargos, voy á explicar la conducta
del P. E. con espíritu completamente sereno.
Me siento honrado por ocupar en estos
momentos este asiento en la más alta repre
sentación del país, en nombre de uno de
los más altos poderes del Estado, teniendo
que discutir una de las más altas cuestiones
de interés público .
El P. E., señor Presidente , que cree seguir
una política de tolerancia , una política de
concordia, de unión de toda la familia para
guaya, no tiene el propósito de recordar his
torias vergonzosas del pasado, ni tiene el
propósito de hacer el proceso de ninguno de
nuestros conciudadanos. Me felicito de que
el honorable senador doctor González haya
pasado por alto este capítulo siempre triste
de las discusiones que han tenido lugar so
bre este asunto ; me felicito de que haya re
conocido la necesidad de cerrar este período
de nuestra historia administrativa.
65 ――――

Recojamos la herencia del pasado y trate


mos de que el país pueda seguir adelante,
libre de estos compromisos, de estas ligadu
ras, á la conquista del porvenir . •
Puesto que el honorable senador no ha
hecho más que hablar de números, voy á
circunscribirme también á los números, to
cando de paso algunos de los conceptos que,
á juicio del P. E., no son fundados.
Cuenta de garantía - El honorable sena
dor con mucho acierto reconoce que el Es
tado no puede eludir esta obligación. La ga
rantía es una deuda sagrada del Estado. El
doctor Zubizarreta, á quien el P. E., en épo
cas anteriores, encomendó el estudio de esta
cuestión , dice categóricamente que no se debe
dudar que se debe la garantía . Esta garan
tía no se ha pagado sino apenas un trimes
tre, y fué pagada con fondos extraordinarios.
que excepcionalmente, en aquella época, se
tuvieron á mano.
El señor senador también así lo reconoce ,
pero agrega que es un préstamo, un anticipo .
que se hace á la Compañía y que ese anticipo
es reembolsable al cabo de veinte años . Es
cierto, señor Presidente ; pero hay que tener
muy en cuenta una circunstancia y es que
con ese préstamo ó con ese anticipo ha con
tado la Compañía para su desenvolvimiento,
y bastaba que el Estado del Paraguay no
hubiese pagado la garantía en la fecha con
venida, para que la Compañía resultara per
judicada, para que se rompiera el plan que
66

tenía de desenvolvimiento y para que tuvie


ra el derecho de reclamar daños y perjuicios
contra el Estado del Paraguay.
Dice también el honorable senador que los
intereses de la garantía no deben capitali
zarse. Repito, señor Presidente, que no ven
go á hacer la defensa de la Compañía del
ferro-carril . Doy de barato que no se deban
capitalizar los intereses, pero es lo cierto que
la Compañía entiende de otra manera y ha
pasado la cuenta al P. E., que la ha recono
cido y aprobado por decreto del 23 de Mayo
de 1893, cuenta de garantía en la cual se
capitalizaban los intereses . Hay, pues, una
resolución del P. E., buena ó mala, que re
conoce que deben capitalizarse los intereses .
Yo sostengo, señor Presidente , que el Es
tado del Paraguay está obligado á esta ca
pitalización, porque el P. E. lo ha entendido
así y así lo reconoció por acto público en
representación legítima del Estado.
Por lo tanto, el Estado está obligado á
reconocer y abonar la capitalización de inte
reses aún cuando tenga el derecho de repro
bar lo que han hecho los funcionarios infie
les que no han sabido cumplir con su deber
en el desempeño de los cargos que se les
encomendaron ; esto en el supuesto de que
así haya sucedido ; yo no hago afirmación
ninguna categórica á este respecto.
Según los cálculos más favorables para el
Estado del Paraguay, que yo he tenido oca
sión de hacer, aún cuando no se admita la
67

capitalización , ha de resultar siempre que el


convenio es ventajoso para los intereses del
Estado . Es más : para desvanecer algún ex
travío de criterio, recordaré que el ferro - carril
se ha vendido definitivamente á la Empresa:
que el ferro- carril con todos sus enseres,
bienes y maquinarias se ha vendido de una
manera perpétua y definitiva á la Compañía
que se ha fundado para su adquisición y
explotación, y no es cierto, señor Presidente ,
que alguna vez el ferro-carril pueda volver
á manos del Estado del Paraguay, á menos
que lo vuelva á comprar. El contrato de
venta dice que « dá en venta real y enaje
nación perpetua el Gobierno de la República
á la Compañía » , etc.
Voy á ponerme en el mejor de los casos
para el Estado y voy á recordar las cifras.
Sin capitalizar los intereses, del 12 de Junio
de 1889 al 12 de Junio 1907, fecha á que to
davía no hemos llegado, 1.050.000 pesos oro
tienen un interés simple de 1.134.000 pesos
oro. A estos intereses que el Estado tiene
que pagar sobre el precio de venta de la lí
nea de Asunción á Villarrica, es decir, sobre
1.050.000 pesos oro, hay que agregar los in
tereses del llamado capital suplementario.
Los intereses del capital suplementario, sim
ples también , montan á 510 000 , números
redondos . No estoy haciendo cálculo aritmé
tico, sino números aproximativos . Advierto
que más bien cargo un poco á la Empresa
y me muestro muy partidario del Estado ,
68

naturalmente como representante del mis


mo.
6 % de interés simple sobre tres millones
de pesos oro, precio del ferro-carril de Villa
rrica á Pirapó, 3.240.000 pesos . Total 4.884.000
pesos.
Repito, señor Presidente, que al Estado
voy a dejarlo con todas sus pretensiones.
El Estado exije la multa, la carga en cuen
ta á la Empresa , y exije tambien intereses
capitalizados ó interés compuesto .... En fin ,
voy á colocarme del lado de todas las pre
tensiones del Estado .
Segun las cuentas, el 35 % de las entra
das brutas monta á $ 1.120.590 : 34 ; multa
2511.231 : 10. Créditos del Estado : 3.631.821 :44 ;
-es decir, haciendo el saldo de estas
cuentas entre 4.884.000 y 3.631.821 : 44 hay un
saldo en contra del Estado de 1.252 178:56.
Debo insistir que este cálculo está hecho
sobre la base de que la Empresa no capitali
za nada y el Estado capitaliza todo lo que
quiere y cobra multas todavía con interés
compuesto. Queda el Estado con una deuda
de $ 1.252.178.56. En compensación el Estado
tiene un millón cincuenta mil pesos pesos en
acciones nominales , acciones que en estos
momentos no valen nada ; pero quiero po
nerme en el caso de que esas acciones valen
oro sonante, valen su valor escrito ; aun así,
el Estado queda todavía deudor, siendo esa
deuda de $ 202.178 : 56 oro sellado . Hay que
tener en cuenta que según los términos del
69

arreglo la Compañía tiene que prolongar la


línea de Pirapó á Villa Encarnación , sin
garantía de ninguna clase, exclusivamente
por su cuenta.
Resulta, pues, que las acciones , aún supo
niendo lo mejor, no compensan todas las
deudas del Estado .
Paso á otro supuesto . Quiero suponer, se
ñor Présidente, para mejor inteligencia de la
exposición, que la Compañía debe estas accio
nes que ya ha entregado, que están en ma
nos del gobierno.
Los intereses capitalizados hasta el 12 de
este mes, alcanzan á $ 1.993.192: 27 o/s . He
mos supuesto que también la Compañía
debe por las acciones un crédito total de
3.043.192 : 27 . La diferencia, considerando las
pretensiones de la Compañía y las pretensio
nes del Estado, es de 1.317.817 : 13 , es decir,
que, aún en el falso supuesto de que la Com
pañía deba las acciones, suponiendo que se
encuentran en su poder, no cubren todavía
las obligaciones pretendidas por la Compañía ,
que queda con un crédito de $ 267.817 : 13 o/s .
Ahora voy á poner en igualdad de circuns
tancias al Estado y la Compañía. Vamos á
suponer que en este momento tomamos to
das las pretensiones de la Compañía frente
á frente con todas las pretensiones del
Estade.
La Compañía pretende 7.992.830 : 74. El Es
tado puede pretender , estirando todo, aún
aquello que se ha suprimido, 6675.013 : 71 ;
70
1

es decir, queda un saldo á cargo del Esta


do de un millón 317.817 :03, superior al capi
tal que representa las 21.000 acciones del
ferro- carril .... valor escrito, hay que tenerse
en cuenta, porque no es valor real.
El honorable senador doctor González ha
dicho también que la prolongación de la
línea de Pirapó á Villa Encarnación no re
presenta más que el cumplimiento de una
obligación que tiene la Empresa por el con
trato del 12 de Junio de 1889 ; pero, señor
Presidente, hay que tener en cuenta que es
tamos arreglando, que estamos debatiendo
desde el punto de vista transaccional. Es
cierto que la Compañía por el contrato pri
mitivo tenía esa obligación , que no la ha
cumplido ; pero también es cierto que el Es
tado á su vez tiene muchas obligaciones que
cumplir y que no ha cumplido; y en este
caso, entre unas y otras obligaciones que no
se cumplen, busquemos el término medio
que abra el porvenir á los intereses nacio
nales.
Además, hay que tenerse en cuenta cómo
se iba á prolongar la línea según la concesión
y cómo se va á prolongar ahora. Según el
contrato, se va á prolongar la línea valiendo
el kilómetro $ 30.000 o/s. No he hecho un
cálculo especial sobre este punto, señor Pre
sidente . porque no esperaba el argumento ,
y sólo mediante la amabilidad de uno de mis
cólegas puedo decir lo que iba á costar en
garantía. que son $ 23.400 o/s. anualmente.
- 71

Ahora la Compañía va á construir exclusi


vamente por su cuenta, sin garantía. El Es
tado se desliga por completo.
Acaso sea va fastidioso repetir que el mi
nisterio no tiene el propósito de defender
los actos é intereses del ferro -carril ; buenos
ó malos, han pasado ya á autoridad de co
sa juzgada.
Hay que tenerse en cuenta que por razo
nes que no voy á mencionar, porque vengo
aquí con el objeto de no mencionar ciertos
actos , se ha suprimido la multa á que se
había obligado la Empresa ; se ha suprimi
do antes de haberse efectuado el contrato ;
en el contrato no figura ya esta multa. Se
gún el art. 6° de la ley del 22 de Setiembre
de 1887 , los concesionarios se obligaban á
pagar una multa de 8.000 pesos oro por ca
da mes de retardo en la terminación de la
línea. El 14 de Julio de 1888, antes de ha
berse vendido el ferro -carril, antes de haber
se celebrado el contrato, viene otra ley que
dice : queda modificada la ley de 22 de Se
tiembre de 1887, que autoriza al P. E. para
contratar con el doctor don Guillermo Ste
wart la enagenación del ferro - carril de Asun
ción á Villarrica en la forma siguiente .... y
en su artículo 6° « Las obras de prolongación
así empezadas, proseguirán sin interrupción
alguna hasta su terminación , salvo causas
de fuerza mayor debidamente comprobadas » .
Se suprime con toda intención , y á solici
tud del concesionario, la multa.
- 72 ----

Creo, señor Presidente, haber expuesto los


motivos que ha tenido el P. E. para celebrar
el contrato que en estos momentos pende
de la resolución de este H. Senado. Que se
capitalicen ó no se capitalicen los intereses,
que se deba ó no se deba la multa , que se
tengan en cuenta todos los criterios contra
rios á la Empresa y favorables al Estado,
siempre resulta, señor Presidente, ( los núme
ros nos lo dicen) , que el Estado del Para
guay debe más á la Compañía que la Com
pañía al Estado del Paraguay, y que aun
mismo renunciando á las veinte y un mil
acciones , todavía queda algo que pagar.
Lejos de mi ánimo, señor Presidente, el
pretender que no se saque algo más de la
Compañía . ¡ Ojalá ! ¡ Ojalá el H. Senado tu
viera la suerte que no han tenido los hom
bres que están en el P. E. ! ¡ Dios lo quiera,
señor Presidente! El P. E. ha hecho todo lo
posible, y lo que ha traido á la aprobación
de esta H. Cámara es todo lo más que ha po
dido sacar . El P. E. pretende que ha obte
nido un arreglo ventajoso al país, porque
tiene la conciencia de que el valor real de
las veinte y un mil acciones está muy lejos
de su valor escrito, y que como no compen
sa ni siquiera la deuda que tiene con la
Compañía, resulta que la prolongación que
va á beneficiar mucho al país, se obtendrá
algo así como á título gratuito.
Pero supongamos todo lo peor que se quie
ra suponer respecto á la Compañía y todo
73

lo mejor respecto á las acciones . Quedará


siempre en conclusión que la línea de Pira
pó á Encarnación habrá costado al Estado
1.050.000 pesos oro, y sin la garantía del
Estado ; quedará librada á las fuerzas de la
Compañía.
Por el momento voy á terminar, sin per
juicio de tomar otra vez la palabra, según
los argumentos que se aduzcan . He dicho.

Sr. González - Pido la palabra.

Sr. Presidente - ¿El señor senador retira


su moción para que la Cámara pase á estu
diar en comisión este asunto ?

Sr. González -No la he retirado .


Quería hacer simplemente una aclaración .
Insisto en mi moción , señor Presidente ,
justamente para evitar una larga discusión
que prolongaría este debate indefinidamente .
Discutiéndose este proyecto en comisión , rec
tificaremos las cuentas con los miembros del
P. E. y con los honorables colegas .
Sr. Ministro del Interior - Estoy per
fectamente de acuerdo .

Sr. González -Debo hacer una aclaración ,


sin embargo, y es esta: hay que tener en
cuenta, señor Presidente , que no importa,
como he dicho, gran cosa el abultamiento de
la cuenta de garantía para el Estado ; que
se presente $ 7.000.000, que se presente
$ 70.000.000 de garantía , es lo mismo para el
---- 74 ―――

Estado, porque el Estado no debe esto á


fondo perdido ; si el Estado tiene que pagar
50.000.000 de garantía , tiene que reembolsarse
íntegros los $ 50.000.000, que le serán pa
gados en la forma que determina la ley de
concesión ; no es , pues, una verdadera deuda
que pesa sobre el Estado; es una deuda de
anticipo, siempre reembolsable al Estado .
No tenemos por qué hacer compensaciones
que no se admiten porque las deudas no
son de la misma naturaleza.
Adémas, se dice que se hará la vía á ra
zón de $ 30.000 o/s. el kilómetro y que esto
sería garantido ; la garantía no puede durar
en adelante por más de dos años, y para
cuando la Empresa comience á construir la
línea de Pirapó á Villa Encarnación , la obli
gación de garantía por parte del Estado
ya habrá terminado.
La garantía no se debe sino por veinte
años , en tanto que la multa se debe por tiempo
indeterminado, y no hay ninguna ley que dero
gue esa disposición . Si una ley posterior la ha
callado, el silencio por parte de una ley poste
rior no importa deregación de una ley anterior.
Queda, pues, siempre el sacrificio quehace el
Estado de sus acciones de preferencia por con
cesiones que, como he demostrado, no son tales.
Con estas aclaraciones, insisto en mi mo
ción anterior para que se pase á estudiar
en comisión este arreglo , á fin de que en
forma breve y concisa podamos discutir esta
cuestión de modo á no prolongar indefini
75

damente el debate; y como ha sido apoyada


suficientemente, debe ponerse á votación .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
Dos palabras , señor Presidente .
El ministerio no ha afirmado de una ma
nera categórica nada; no ha salido de las
hipótesis. Yo personalmente tengo mi parecer
respecto de la supresión ó no supresión de
la multa ; pero aún no suprimiéndola, no se
modifica fundamentalmente la cuestión . Con
números he demostrado que en cualquiera
de los casos el Estado vá á salir ganancioso.
Además , no se trata aquí de un silencio
de la ley posterior sino de la modificación
real de una ley anterior por otra posterior.
Dice francamente : modifícase tal ley en los
siguientes términos, y ahí está la modificación .
Debe tenerse en cuenta que esta modificación
de la ley se ha hecho en virtud de una so
licitud del concesionario; pero esto no tiene
importancia porque en cualquiera de los su
puestos el Estado sale ganancioso .
Respecto de la devolución de los fondos
de garantía, hay que tenerse en cuenta que
esta garantía todavía el Estado no la ha
pagado . No se hará ningnna devolución por
que nada se ha pagado. Además, es una
deuda que gana interés compuesto , según
la pretensión de la Compañía , pretensión
que yo no entro á estudiar porque me he
colocado en todas las hipótesis, la hipótesis
- 76 -

del interés simple y del interés compuesto ....


en todas las hipótesis, y en todas ellas he
demostrado que el convenio representa una
ventaja para el país.

Sr. Presidente - A votación la moción del


señor senador González para que se pase á
estudiar el proyecto en comisión .
-Mayoría .

-Pasa la Cámara á comisión.

-Vuelven á sus asientos los señores


senadores .

Sr. Presidente - Continúa la sesión .

Sr. González - Pido la palabra.


Habiéndose discutido en comisión el pro
yecto en general, procede que se ponga á
votación . Pido que así se haga.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el proyecto en general.
Sr. Paiva -Pido la palabra.
Como quiera que el proyecto ad-referen
dum se va á votar en general, creo cumplir
con mi deber al exponer mi manera de pen
sar sobre dicho proyecto y fundar mi voto
sobre el mismo.

Sr. Presidente Me voy á permitir, señor


senador, hacerle presente que una vez rea
nudada la sesión , debe procederse á la vo
77

tación en general, salvo que la Cámara re


suelva que continúe la discusión en general.

Sr. Paiva - Entiendo, señor Presidente ,


que el hecho de que la Cámara haya pasa
do á sesionar en comisión , no importa que
la discusión esté cerrada .

Sr. Presidente - La presidencia no hace


más que observar y hacer observar el regla
mento, sin perjuicio de lo que resuelva la Cá
mara.
-Se lee:

- « Art. 12. La discusión en general será


omitida cuando el proyecto ó asunto haya si
do preliminarmente considerado en comisión
del Senado; en cuyo caso, el Senado, luego
de constituido en sesión , se limitará á votar
si se aprueba ó nó el proyecto en general » .

Sr. Paiva -Hago moción , señor Presidente ,


para que continúe la discusión en general del
proyecto.

Sr. Presidente - ¿ Está apoyada la moción


del señor senador?

Sr. López Decoud - Creo, señor Presiden


te, que en caso de ser aprobada la moción
del señor senador doctor Paiva , se estable
cería una violencia contra el reglamento de
la Cámara.
El señor senador doctor Paiva pudo haber
hecho su exposición sobre la cuestión ferro
78

carrilera antes de haberse pasado á sesionar


en comisión ; pero no ha encontrado conve
niente hacerlo y en la discusión particular
puede explayarse en todas las consideracio
nes que le parezcan propias.
Yo, señor Presidente , con ánimo de no con
trariar el reglamento de la Cámara , pido que
se ponga á votación el dictamen de la comi
sión de Hacienda en general .
A su tiempo, en la discusión en particular ,
el señor senador doctor Paiva podrá dar sus
razones.
Por eso no he apoyado la moción del señor
senador, en obsequio al reglamento de la
Cámara.

Sr. Paiva - Declaro francamente que no


tenía presente la disposición del reglamento
que acaba de leerse, pues si lo hubiera te
nido, hubiera expuesto mi manera de pensar
sobre el asunto; pero sea como fuese yo creo
que aquello de violarse el reglamento no se
ría una objeción fundamental á la moción
que había hecho, mayormente cuando en mu
chísimas ocasiones el Senado ha prescindido
del reglamento en casos análogos .
Por lo demás, si se tuviera que estar de
acuerdo con lo que acaba de manifestar el
senador señor Arsenio López Decoud , en
cierto modo se restringiría la libertad que
tiene cada representante de fundar su opi
nión en la discusión de las cuestiones some
tidas á la consideración de la Cámara. En
79 -

el presente caso, mal podría yo fundar mi


voto en la discusión particular desde el mo
mento que deseo hacerlo en contra del pro
yecto en general . En este sentido, señor Pre
sidente, insisto en mi moción anterior.

Sr. Presidente Para que la moción del


señor senador doctor Paiva pueda ponerse
en discusión , requiere el apoyo reglamenta
rio.

Sr. López Decoud- Pido la palabra .


Sr. Presidente -Permítame, señor sena
dor .
¿Está apoyada la moción del senador se
ñor Paiva?

Sr. Pérez- Con el objeto de que se dis


cuta dicha moción , la apoyo .

Sr. Presidente - Requiere dos apoyos.

Sr. López Decoud - Apoyada.

Sr. Aponte - Apoyada .

Sr. López Decoud - Soy muy respetuoso,


señor Presidente , de la libertad que debe
existir en el Congreso para que cada cual
haga uso de la palabra á su gusto en favor
ó en contra de todo lo que le parezca con
veniente, y de ninguna manera he de levan
tar mi voz para obstaculizar esa libertad .
Por eso no estoy conforme con que el señor
senador doctor Paiva diga que mi opinión
80

contraria á su moción pueda en cierto mo


do restringir su libertad . El señor senador
Paiva, he dicho y repito, ha tenido la opor
tunidad, que parece no ha querido aprove
char - de hacer uso de la palabra después
de haber dictaminado la comisión favorable
mente, como lo ha hecho el doctor González ,
para dar su opinión en favor ó en contra;
pudo haberlo hecho cuando se pasó á comi
sión : en el seno de esa comisión pudo ma
nifestar su opinión , también en favor ó en
contra. No ha querido hacerlo, porque el se
ñor senador doctor Paiva quiere hacer co
nocer su opinión á la barra, no solamente
al H. Senado . Está en su perfecto derecho ;
pero al opinar en contra de su moción , no
coato su libertad ; he dicho que todo lo que
ha de decir ahora contrariando el regla
mento, puede decirlo cuando se discuta en
particular. No es una restricción de la liber
tad , ni de la palabra, lo que pretendo al con
trariar la moción del señor senador, quiero
solamente que se cumpla el reglamento.

Sr. Sosa Escalada - Pido la palabra.


Quiero declarar que ignoro en absoluto lo
que la Cámara haya resuelto en comisión .
Y hago presente que la Cámara no ha pa
sado á comisión ; se ha pasado á una cosa
muy distinta . Así es que no sé lo que se va
á discutir, porque á mí no se me ha con
sultado, no se me ha dicho nada.
Sr. Paiva - Pido la palabra.
- 81 -

Precisamente para hacer la misına observa


ción que el señor senador que me precede
en la palabra. A título de pasar á comisión ,
se ha pasado á cuarto intermedio , y creo
que el señor senador, como el que tiene el
uso de la palabra en este momento, no sabe
nada de lo que se ha tratado en la sesión
en comisión ; de manera que todas las obser
vaciones hechas por el honorable senador
señor Arsenio López Decoud á este respecto
huelgan .

Sr. López Decoud - Pido la palabra.


Entiendo que cuando una de las Cámaras
Legislativas pasa á comisión , es para estu
diar el asunto en forma dialogada, como lo
pidió el senador señor González , sin las for
malidades, sin la solemnidad de la discusión
pública. Así se ha hecho , señor Presidente :
en la secretaría del H. Senado se han cam
biado ideas, se han cambiado opiniones . No
es culpa de la mayoría de los senadores el
que los señores senadores Paiva y Sosa Es
calada no hayan querido acercarse á cam
biar ideas .
En la discusión en comisión se cambian
ideas y no se resuelve nada, no se adopta
ninguna resolución ; la resolución se va á
tomar recien ahora. El reglamento de la Cá
mara es terminante en el artículo que aca
ba de leer el señor secretario .

Sr. Paiva - Pediría al señor Presidente se


sirviera ordenar al señor secretario la lectu
-- 82 ――――

ra de los artículos del reglamento, pertinen


tes á lo que debe entenderse por sesión en
comisión .

-Se lee :

-De la discusión en comisión del Senado .


« Art. 106. Antes de entrar el Senado á
considerar en su calidad de cuerpo delibe
rante algún proyecto ó asunto, podrá consti
tuirse en comisión y considerarlo en calidad
de tal, con el objeto de cambiar ideas y de
conferenciar é ilustrarse preliminarmente so
bre la materia » .

Sr. López Decoud- Es lo que se ha he


cho .

-Se lee:

Art. 107. Para constituirse el Senado en


comisión , deberá preceder petición verbal de
uno ó más senadores , acerca de la cual se
decidirá sobre tablas.
Art. 108. Acordada que sea, la comisión
nombrará un presidente y un secretario,
pudiendo serlo lcs mismos que desempeñen
estos cargos en el Senado .
Art. 109. En la discusión en comisión ,
no se observará, si se quiere , unidad de de
bate; pudiendo en consecuencia cada orador
hablar indistintamente sobre los diversos
puntos 6 cuestiones que el proyecto ó asunto
comprenda.
83

Art. 110. Podrá también cada orador


hablar cuantas veces pida la palabra, la cual
se otorgará por el presidente al que primero
la pidiere; y si es pedida á un tiempo por dos
ó más, tocará al que aún no hubiese hablado ;
mas si ninguno de los que la piden lo hubie
se hecho, ó si lo hubiesen hecho todos ellos ,
el presidente la otorgará al que mejor estime.
Art. 111. En estas discusiones no habrá
votación.
Art. 112. Cuando se balle á bien, se po
drá, á invitación del presidente ó á petición
de un senador, apoyada por tres al menos ,
declararse cerrada la conferencia.

Sr. Paiva - Continúo, señor Presidente.


Entiendo que el H. Senado , durante el
cuarto intermedio, no ha llenado ninguna de
las formalidades prescriptas por los artículos
á que acaba de dar lectura el señor secretario.
Esto creo que consta á todos los señores
representantes .
Luego, todo lo referente á los efectos de
las sesiones en comisión, no podrá surtir sus
efectos en el caso de ahora ....

Sr. González -Pido la palabra.

Sr. López Decoud - Pido la palabra .

Sr. Presidente -Tiene la palabra el sena


dor señor González .

Sr. González -- La cedo al señor López


Decoud.
84 -

Sr. López Decoud - Muchas gracias .


La cuestión de estudio en comisión es cues
tión de forma ; puede hacerse en la forma
familiar en que se ha hecho, ó puede dársele
la otra forma establecida por el reglamento,
que no se ha solicitado por ninguno de los
señores senadores .
El caso es, según el señor senador doctor
Paiva, que el Senado , á pesar de haber pasa
do á estudiar el asunto en comisión, no lo
ha hecho. Perfectamente .
Y como deseo que no pueda quedar en el
ánimo del señor senador ni de ninguno de
los que me escuchan , la idea de que yo quie
ra ó pueda obstaculizar la libre emisión del
pensamiento del doctor Paiva, termino con
mis objeciones y hago moción para que se
declare libre la discusión , se entre á discutir
como si el Senado no hubiera discutido aún
el asunto en comisión y se haga el debate
público hasta su terminación y se declare
la Cámara en sesión permanente .

Sr. Presidente - ¿Ha terminado el señor


Senador?

Sr. López Decoud - Sí, señor.

Sr. Presidente - Tiene la palabra el señor


senador doctor González .

Sr. González -Justamente pedí la palabra


antes de ahora para proponer lo que ha
propuesto el señor López Decoud, razón por
la que renuncio á hacer uso de ella.
85 -

Sr. Presidente -¿Está apoyada la mo


ción del señor senador López Decoud para
que se declare libre la discusión?

Varios -Apoyada .

Sr. López Decoud -- Discusión libre y


permanente si se quiere .
Sr. Presidente - A votación para que se
declare la discusión libre y también en sesión
permanente la Cámara .

- Unanimidad.

Sr. Presidente - Tiene la palabra el señor


senador Paiva,

Sr. Paiva - Antes de comenzar la expo


sición que pienso hacer para fundar mi opi
nión en este asunto, debo una palabra de
agradecimiento á los señores senadores
López Decoud y González , quienes en obse
quio á la libertad completa de la palabra ,
han mocionado para que fuese declarada
libre la discusión del proyecto que ocupa la
atención de esta H. Cámara .
Se trata de un arreglo transaccional entre
el Estado y la Empresa del Ferro -carril Cen
tral del Paraguay, para cortar de una vez
por todas las cuestiones surgidas ó que pue
dan surgir en adelante .
Entiendo que todos los representantes de
esta H. Cámara, como todo paraguayo de
verdad, deben desear que el país arregle
86

todas sus cuestiones, máxime cuando esas


cuestiones son de trascendental importancia,
que afectan de un modo hondo el porvenir
y el progreso de la Nación . Debo manifestar ,
cumpliendo con un deber de conciencia, que
estoy en la misma corriente de ideas, pero
en todo arreglo en que el Estado se mues
tre parte, es necesario siempre salvar los
verdaderos intereses del país, como su crédi
to y su buen nombre.
En mérito de estas consideraciones he es
tudiado el proyecto de arreglo ad- referendum
que está en discusión en estos momentos
en esta H. Cámara. He tratado de buscar
sus ventajas tomando nota de los anteceden
tes de la cuestión , así como de los argumen
tos en pró y en contra que puedan militar
ó que puedan traerse á colación en la discu
sión del asunto. Creo que el estudio en la
forma indicada se impone antes de aprobar
ó de desaprobar un arreglo transaccional ,
porque es sabido que en todo arreglo de
esta índole siempre hay concesiones recípro
cas de derechos de las partes contratantes.
Ahora bien, sin ánimo de hacer una exposi
ción larga, quiero hacer una ligera reminis
cencia de todo lo que respecta á los antece
dentes de la cuestión que se debate .
Se trata, señor Presidente, como ya he
dicho anteriormente, de cortar de una vez
por todas las cuestiones surgidas ó que
puedan surgir con posterioridad en las rela
ciones jurídicas nacidas entre el Gobierno y
- 87 ―――

la Compañía del Ferro- carril Central del


Paraguay hasta la fecha . Para ello trataré
de rememorar ligeramente las leyes que se
han dictado á este respecto y solicitaría del
H. Senado me permitiera dar lectura á dichas
leyes, en las partes que crea conveniente.
Hago moción en ese sentido .

Sr. Presidente - Consulto con la Cámara


si se concede el permiso solicitado por el
senador señor Paiva .

Sr. López Decoud- Voy á permitirme am


pliar la moción del senador señor Paiva,
en el sentido de que la Cámara autorice á
todos los señores senadores á leer todos los
informes que necesiten.
Sr. Presidente -A votación la moción del
señor senador doctor Paiva, ampliada por
el señor López Decoud.
-Unanimidad .

Sr. Paiva - Continúo , señor Presidente.


Es sabido que en épocas anteriores-- y al
decir en épocas anteriores, me refiero á la
fecha que lleva la primera ley que se dictó
sobre el ferro-carril-el país tenía una línea
férrea servida desde la Capital hasta Para
guarí, distante 72 kilómetros.
Depués de la era constitucional, encontrán
dose el país en los primeros años de su re
construcción , exhausto de toda clase de recur
sos y en el deseo de encaminarse por la vía
88 ―――

del progreso, como es la aspiración natural


de todos los pueblos nuevos, se dictó una ley
por la que se autorizaba al P. E. á enagenar
la línea férrea que hasta entonces era pro
piedad exclusiva del Estado, á una Compa
ñía extrangera, con la condición resolutoria
de prolongar esa línea férrea hasta Villa
Encarnación .
La primera ley que se dictó fué la del 22
de Setiembre de 1887 ; por dicha ley, como
acabo de manifestar, se autorizó al P. E. pa
ra contratar con un tercero , á fin de proce
der á la enagenación del ferro-carril de Asun
ción á Paraguarí y de la prolongación , que
ya había empezado, hasta Villarrica.
El artículo 1.º dice : « Autorízase al P. E.
para contratar con el doctor Guillermo Ste
wart la enagenación del ferro- carril de Asun
ción á Villarrica con todo lo que le pertene
ce, por la suma de dos millones cien mil
pesos fuertes oro en libras esterlinas, con la
obligación de prolongar la línea hasta Villa
Encarnación en la forma y condiciones que
más adelante se expresarán » .
El artículo 2.º de dicha ley se refiere á la
forma en que debía de procederse al pago,
artículo que por otra ley posterior fué mo
dificado . El art . 2.º á que hago referencia,
establece terminantemente que la mitad del
precio debía pagarse en oro, libras esterli
nas, al contado y en el acto de firmarse la
escritura por la línea de Asunción á Para
guarí, y la otra mitad debería recibirse arre
―― 89 -

glado al contrato que el gobierno tenía con


el señor Patri, en acciones especiales de pre
ferencia, con el 6 % de interés anual, propor
cionalmente y á medida que el gobierno va
ya entregando al comprador el resto de la
línea en construcción hasta su término en
Villarrica ( art. 3.º ley de 16 de Mayo 1889) .
En la misma ley de 1887 figuran otros ar
tículos que posteriormente fueron también
modificados ; así por ejemplo, el referente á
los gastos de explotación . En la ley del 22 de
Setiembre de 1887, se establecía para los gas
tos de explotación el 55 por ciento del pro
ducto bruto y por la ley que más tarde se
dictó se aumentó hasta el 65 por ciento . La
ley á que me refiero , y que modificó la ante
rior, es la del 21 de Abril de 1888, que dice :
« Art. 1.° Queda modificado el artículo 10 de
la ley de 22 de Setiembre de 1887 en la for
ma siguiente » :
« Art. 10. A los efectos de la garantía , que
dan fijados los gastos de explotación en el
65 por ciento del producto bruto ..
El art. 6. , segundo párrafo , de la misma .
ley de 22 de Setiembre de 1887 , dice : « El con
cesionario (la empresa) se obliga á pagar una
multa de $ 8.000 oro en libras esterlinas, por
cada mes de retardo en la terminación de
la vía » .
Con fecha 14 de Julio de 1888, se dictó otra
nueva ley modificando la primitiva. En ella
á más de modificarse el artículo referente r
la fecha en que debía de pagarse el imp
90

del ferro-carril, se establecía, entre otras dis


posiciones, la prórroga del plazo que se ha
bía fijado anteriormente para la prolonga
ción de la línea.
En efecto ; el art. 6.º de la nueva ley de
modificación, dice : « Los estudios definitivos
para la prolongación de esta línea, serán so
metidos á la aprobación del Gobierno y el
concesionario dará principio á la construcción
del ferro-carril antes que llegue á Villarrica
la sección actualmente en construcción de
biendo terminarlo y entregarlo al tráfico pú
blico en el término de cinco años.
« Las obras de prolongación así empezadas,
proseguirán sin interrupción alguna hasta
su terminación , salvo causas de fuerza ma
yor debidamente comprobadas » .
Más tarde, fuera de otras leyes menos im
portantes , se dictó la ley del 31 de Julio de
1890, por la que se autorizaba á la Empre
sa á hacer uso de un capital suplementario
de £ 100.000 , debiendo el Estado abonarle el
interés del 6 por ciento anual. El 31 de Ju
lio del mismo año se dictó un decreto del
P. E. por el que se declaró que el 6 % de
interés garantido sobre las 100.000 £, tendrá
prelación sobre las acciones de preferencia
del Gobierno .
Hago, señor Presidente, estas citas más ó
menos aisladas sin seguir un orden sistemá
tico, porque creo que son las que deben te
nerse en cuenta para ver si las condiciones
convenidas en el contrato de arreglo pueden
91 --

ser ó no ventajosas al Gobierno, y como


bases naturalmente de la exposición que
voy á hacer.
Esta Compañía se ha formado en Inglate
rra ya después de haberse dictado casi to
das las leyes mencionadas, ó mejor dicho, los
que tenían interés en la formación de esta
Compañía habían insinuado aquí al Gobierno
para que las dichas leyes fueran dictadas .
Ella no tenía capital alguno y para poder
organizarse y hacer frente á las obligaciones
impuestas por la ley de concesión , tenía ne
cesidad de ir arrancando del Gobierno las
condiciones más ventajosas . A esto, pues, res
pondían las modificaciones sucesivas que se
hicieron á la ley de concesión del 22 de Se
tiembre de 1887.
De que la Compañía formada en Inglaterra
no tenía capital propio para dar cumplimien
to á lo estipulado en la ley de concesión , no
cabe la menor duda ; sobre eso no hay dispa
ridad de opiniones, desde el momento que el
informe levantado por encargo del Gobierno
en épocas anteriores demuestra de un modo
palpable que esa Compañia realmente no te
nía fondos con que hacer frente á sus obli
gaciones . Sobre este mismo punto, también
en años anteriores, en el seno de la Repre
sentación Nacional, varios señores diputados
y senadores, en la discusión prolongadísima
del contrato ad-referendum conocido con el
nombre de White Martínez , han dado deta
lles importantes . Me abstendré del trabajo
92

de leer esos informes y esas discusiones en


las partes pertinentes, y me concretaré á ha
cer mención de ellas, para las ulterioridades
de mi exposición .
Constituida la Compañía en Inglaterra y
firmado el contrato, la Empresa se hizo
cargo del ferro- carril con todos sus enseres
dando principio á la prolongación de la línea .
Poco tiempo después surgieron las prime
ras dificultades entre el Gobierno y la Com
pañía, cuestiones nacidas precisamente de
la falta de cumplimiento de parte de la
Empresa ó de su representante en el país
á la cláusula principal de la ley de concesión .
Estas cuestiones fueron observadas ó formu
ladas, mejor dicho , por los interventores
del Gobierno . Llegó un momento crítico en
que no había otro medio de solucionar esas
dificultades que sometiéndolas á un tribunal
arbitral, tal como se previene en el art. 24
de la ley del 22 de Setiembre de 1887.
La Empresa seguramente estaba convenci
da de la falta que se le imputaba y buscó
medios de solucionar esas primeras cuestio
nes en otra forma, mediante arreglos amis
tosos . Fué removido entonces el gerente de
la Empresa y mandado otro en su reempla
zo, quien obedeciendo seguramente á las
instrucciones recibidas del directorio de
Londres, entró en convenio con el interventor
del Gobierno.
Este convenio que puso término á las
primeras divergencias ocurridas entre el
-- 93 -

Gobierno y la Empresa, es conocido con el


nombre de convenio Heisecke - White . Según
dicho convenio, el gerente de la Empresa
reconoce las irregularidades que la adminis
tración del ferro- carril había cometido en
desdoro de los intereses del país . Para ma
yor claridad , voy á permitirme dar lectura
al texto de dicho convenio.
(Leyendo) - En la Asunción , á los 31 días
del mes de Enero de 1892, se reunieron á
invitación del señor director gerente de la
Compañía << The Paraguay Central Railway
Company Limited » don H. L. White, este mis
mo señor, y el interventor de ferro - carriles
don Cristian Heisecke y trataron lo siguien
te respecto á las cuentas sobre garantía del
6 % pendientes entre el Gobierno de la Re
pública y la expresada Compañía.
«< Expuso el señor White que antes de pro
cederse al arbitraje de las diferencias de
cuentas é irregularidades notadas por el se
ñor interventor, deseaba discutir los asuntos
y dar explicaciones al respecto, para llegar,
si posible fuere , á un arreglo satisfactorio
para ambas partes, pues tenía la convicción ,
que solo por falta de esas explicaciones y
desinteligencia habida por parte del antiguo
director gerente, podían surgir las dificulta
des apuntadas. Dada esta exposición por
parte del señor White y despues de discuti
das minuciosamente todas las diferencias
notadas por el señor interventor, se llegó al
acuerdo siguiente, que resolvieron presentar
——— 94 --

á la aprobación del Gobierno de la Repú


blica:
«< Acuerdo .

1.º) El señor White admite que ha habido


considerable negligencia, antes de Marzo de
de 1891 , con respecto al modo de llevarse
la contabilidad de la Compañía. Posteriormen
te á esa fecha, el señor interventor constata
que la contabilidad está llevada en debida
forma .
« 2.º) Conste, que se ha establecido las
cuentas de caja y las bancarias de un modo
correcto y propio y todo el dinero efectivo ,
que se recibe, es depositado diariamente
en la cuenta corriente de la Compañía en el
Banco Nacional del Paraguay, como también
se efectúa todo pago por cheque .
< 3.º) El señor White confirma la necesidad
de un libro inventario, cuya falta apuntó el
señor Interventor y ha dado ya las órdenes
necesarias para establecerlo.
«4.0) La cuenta Capital de la Compañía que
por alguna desinteligencia fué cerrada, se
gún lo nota la intervención , fué ahora rea
bierta sobre la base del capital garantido .
por el Gobierno, que es de $ 2.100.000 oro
por el precio de compra del ferro- carril y el
costo de $ 30.000 oro por kilómetro de vía
de Villarrica á Encarnación . ( Art. 8.º de la
ley aclaratoria de 14 de Julio de 1888 ) .
5.0) El señor White reconoce por parte
de la Compañía, que á fin de cada semestre
- 95 11

el Gobierno de la República debe ser acre


ditado en cuenta especial con el 35 % de
las entradas totales del ferro carril y que
por otra parte al mismo Gobierno debe car
garse el importe de la garantía del 6 % á
favor de la Compañía, sumas que deben abo
narse mútuamente de acuerdo con la conce
sión . Así mismo si sucediere que al fenecer
cualquier semestre los gastos de explotación
pasasen el 65 % autorizado por ley de 21
de Abril de 1888 y siempre que esos gastos
mayores fuesen hechos de acuerdo con el in
terventor, autorizado para el efecto á su vez
por el Gobierno de la República, en este ca
so la diferencia entre la mayor suma gasta
da y el 65 % fijado por la ley, será rebaja
da del 35 % de las entradas totales, pagade
ras semestralmente,' según se expresa arriba,
retenida por la Compañía como adelanto por
parte del Gobierno y abonada á este último
en cuenta especial de adelantos con derecho
al 6 % de interés anual, igual al tipo de
interés fijado para la garantía » .

« (Ley 31 de Julio de 1890 ) .


« La Compañía igualmente queda obligada
á dedicar al reembolso de estos adelantos,
todas las sumas sobrantes del 65 % de gas
tos de explotación autorizado por ley, que en
adelante pueda ahorrar ; es decir, si alcanzan
los gastos de explotación , por ejemplo, sólo
al 60 % , el 5 % sobrante servirá para el reem
bolso de los adelantos arriba descriptos.
96 1

6. ) En general el señor White declara y


el señor interventor así lo confirma, que la
contabilidad de la Compañía ha sido trans
formada ahora de una manera á cumplir la
resolución del Gobierno de fecha 15 de Di
ciembre último, las disposiciones del Código
de Comercio y las indicaciones del señor in
terventor en sus varios informes al respecto .
< 7.°) El señor interventor declara también ,
que el señor White le ha explicado satisfac
toriamente los motivos habidos de no abrir
debidamente la cuenta del capital suplemen
tario autorizado por ley de 25 de Julio de
1890, sinó hace poco tiempo .
« Ello ha sido principalmente, porque la
Compañía tuvo que hacer antes de ahora por
contrato un préstamo al Banco Nacional del
Paraguay de £ 50.000, cuyo capital, devuelto
por el Banco, pudo ser asegurado en efec
tividad por la Compañía sólo hace pocos me
ses.
« 8.º) El señor White constata que la Com
pañía no ha exigido la garantía del 6 %
sobre el capital suplementario de £ 100 000
autorizado por ley de 25 de Julio de 1890 y
lo hace sólo sobre aquellas cantidades de este
capital, que de tiempo en tiempo son y serán
gastadas en los mejoramientos de la línea
del ferro-carril.
« 9.º) El señor White, por parte de la Com
pañía, después de discutidas con el señor in
terventor todas las cuentas observadas , reco
noce á favor del Gobierno de la República
- 97

los siguientes saldos resultantes de las entra


das generales del ferro- carril y de sus gastos
de explotación , todos ellos hasta el 31 de
Octubre de 1891.
a) Junio 16 de 1889 á Octubre 31 de 1889,
31.843 :24 curso legal.
b) Noviembre 1.º de 1889 á Abril 30 de
1890 , 52.716 : 75 curso legal .
c) Mayo 1.º de 1890 á Octubre 31 de 1890 ,
47.518 :28 curso legal.
d) Noviembre 1.º de 1890 á Abril 30 de 1891 ,
63.827:37 curso legal.
e) Mayo 1.º de 1891 á Octubre 31 de 1891 ,
73.282:81 curso legal.

Total 269 251 : 45 curso legal .

Haciendo un total de doscientos sesenta y


nueve mil doscientos cincuenta y un pesos
fuertes con cuarenta y cinco centavos curso
legal.
10. El señor interventor, después de revi
sada la cuenta de garantía á favor de la Com
pañía, presentada por ésta al Gobierno de la
República con fecha 15 de Diciembre de 1891
y que alcanza á £ 27.164 : 14 sh . 5 p . veinte y
siete mil ciento sesenta y cuatro libras ester
linas 14 shilling y cinco peniques, valor al
31 de Octubre de 1891, afirma la exactitud
numérica de la misma, tomando por base de
la garantía la suma de $ 2.100.000 o / s . como
precio de compra del ferro carril y el costo
de $ 30.000 o/s por kilómetro de vía cons
98

truída y entregada al Gobierno desde Villa "


rrica hasta Villa Encarnación .

H. L. White
Cristian G. Heisecke
Interventor de ferro-carriles .

« Asunción Febrero 2 de 1892.

Excelentísimo señor ministro de Hacienda

«< El infrascrito, tiene el honor de someter


á la aprobación del Gobierno de la República
un convenio que en tres fojas útiles acom
paña, sobre las cuentas pendientes con la
Compañía del Ferro -carril Central del Para
guay, celebrado en fecha 31 del próximo pa
sado mes con el señor H. L. White, director
gerente de la misma, por el cual este último
señor reconoce un crédito á favor del Gobier
no de 269.254 : 45 de curso legal, á cuya suma
hay que agregar en la época del pago ó
arreglo de cuentas definitivas, los intereses
correspondientes del 6 por ciento anual, desde
la fecha de cada semestre vencido hasta el
día del pago. Igualmente debo observar á
V. E. que, dado el caso que en la liquida
ción de cuentas definitivas con la Compañía
ferrocarrilera hubiere que reducir á oro se
llado la deuda arriba expresada en moneda
de curso legal , esto deberá efectuarse al tipo
99

del oro de la fecha de cada semestre vencido .


Tengo la satisfacción de saludar á V. E.
atentaniente.
Cristian G. Heisecke
Interventor

Ahora bien ; haciendo la cuenta para saber


si el Gobierno había ó no faltado al pago de
la garantía, resulta que en la época del an
tecedente convenio, el Gobierno había ade
lantado al directorio sumas en el concepto
indicado.

Hé aquí el balance :

Cantidad entregada en Lon


dres por cuenta de garan
tía en o/s. $ 81.764:29
Cantidad retenida por la Com
pañía según el convenio
Heisecke-White , oro.... 121.557: 12
Total ... $ 203.321 : 41

A deducir:

Deuda de garantía reconocida


por el Gobierno á favor
de la Compañía segun el
mismo convenio, o/ s ........ « 135 823: 60
Diferencia á favor del Gobier
no . $ 67.497 : 82

He querido dar lectura íntegra al con


venio precedente, porque entiendo que es el
punto de partida de donde hay que arran
100 --

car para ver quién tuvo la culpa en la cues


tión surgida entre el Gobierno y la Compañía.
Desde luego, estudiando in extenso todas
las leyes dictadas en el país referentes á la
concesión del ferro-carril , nacen dos cuestio
nes que hay que tener muy en cuenta: por
un lado el compromiso contraido por el Go
bierno de pagar el 6 % de interés anual so
bre el capital invertido por la Compañía en
la compra del ferro-carril, así como en la
prolongación, y por otro lado la obligación
contraida por la Empresa de prolongar esta
línea férrea hasta Encarnación .
Para mí, señor Presidente, la cuestión im
portante está en determinar aquí si primero
el Gobierno faltó al cumplimiento de los com
promisos contraidos , ó si ha sido la Compa
ñía . Según el acuerdo transcripto, conocido
con el nombre de Heisecke-White y que fué
aprobado por decreto de 20 de Junio de 1892,
en fecha 31 de Octubre de 1891 el Gobierno
tenía á su favor un saldo de 67 mil y tantos
pesos oro, después de pagados los primeros
semestres que á título de garantía el Gobier
no había debido á la Empresa . En cambio la
Empresa, según confesión de su mismo ge
rente, había suspendido las obras de prolon
gación en fecha 3 de Agosto del mismo año ....

Sr. Aponte - Pido la palabra.


Solicito la suspensión de la sesión por ser
la hora muy avanzada, para continuar á las
2 de la tarde.
101

Sr. Presidente -¿El señor senador pro


pone un cuarto intermedio?

Sr. Aponte - Si, señor.


Sr Presidente - A votación para que se
pase á un cuarto intermedio .

--Mayoría .
-Pasa la Cámara á cuarto intermedio ,
siendo las 12 y 20 ' p . m.

Estando presentes los senadores Ace-.


val , Paiva, Aponte, Duarte, Velilla, López
Decoud, Sosa Escalada, González , Pérez
y los cinco ministros del P. E. y ocupan
do la presidencia el señor Emiliano Gon
zález Navero, se declara continuada la
sesión, siendo las 2 y 25 ' p . m.

Sr. Paiva Pido la palabra.


Decía en la última parte de mi discurso
esta mañana, que para determinar si prime
ramente el Estado faltó al pago de las garan
tías ó si la Empresa faltó al compromiso de
prolongar la vía férrea hasta Villa Encarna
ción, era necesario tener muy en cuenta el
convenio Heisecke White. Según dicho con
venio, hecha la compensación en fecha 31 de
Octubre de 1891 entre lo que el Gobierno ha
bía mandado entregar en Londres á la Em
presa para responder á la garantía del 6 %,
más lo que la Compañía debía entregar al
Gobierno á título del 35 % de las entradas
brutas de la vía en explotación , resultaba un
102

saldo de sesenta y siete mil y tantos pesos


oro á favor del último.
Mientras tanto, la Empresa, ya con fecha 3
de Agosto del mismo año, había suspendido
las obras de prolongación con la entrega de
la última sección desde Maciel hasta Estación
Perry, cerca de Pirapó. Según el mencionado
convenio resulta, pues, que quién primero
faltó al cumplimiento de las cláusulas de la
ley de concesión ha sido la Empresa y no el
Gobierno.
Esta misma tesis ha sido ya sostenida con
brillantes argumentaciones cuando se discu
tió en la Cámara de Diputados el convenio
ad-referendum Martínez-White, el año 1896.
Eran miembros entonces de la Cámara de
Diputados los doctores Báez y Audibert,
quienes tomaron como cuestión patriótica
estudiar detenidamente el asunto, y según
el estudio hecho por ellos , el Estado en aque
lla fecha no debía garantía alguna y al con
trario tenía un saldo á su favor contra la
Empresa. Y basando sus conclusiones ulte
riores sobre este punto, han opinado en aque
lla ocasión que el contrato aquel - que en
lo fundamental no lleva mayor diferencia del
que se discute en estos momentos - era in
conveniente para el Gobierno, para los inte
reses del Estado.
Por no molestar por mucho tiempo la aten
ción de la Cámara, no voy á dar lectura á
los discursos pronunciados en aquella oca
sión. Creo además, por otra parte, que todos
103

mis honorables cólegas los conocen, así como


los señores ministros del P. E.
Desde el momento que fué la Empresa la
que primeramente faltó á las estipulaciones
de la ley de concesión , no había razón , señor
Presidente, para exigir al Estado suma al
guna en concepto de garantía, y si bien la
Empresa según la contabilidad que lleva en
el país pretende que el Gobierno debe en
concepto de garantías unos pares de millones
de pesos, creo que esa pretensión no puede
subsistir en presencia de los datos exactos
y precisos de que acabo de hacer mención .
La ley de concesión del ferro carril, del
año 1887 , era ante todo un contrato bilateral
en que las partes habían contraido obliga
ciones recíprocas. Desde el momento que la
Empresa empezó por faltar al cumplimiento
de las cláusulas de ese contrato, no era po
sible, ni era justo y menos legal, según pres
cripción terminante de nuestra ley común ,
que el Estado incurriera en mora.
El artículo 510 del Código Civil terminan
temente resuelve esta cuestión , pues dice así:
« En las obligaciones recíprocas (contratos
bilaterales ) el uno de los obligados no incu
rre en mora si el otro no cumple ó no se
allana á cumplir la obligación que le es
respectiva » . Creo no tener necesidad de in
sistir sobre este punto .
Hay que tener en cuenta, por otra parte,
que entre los motivos que han dado orígen
á la ley de venta y concesión del ferro- carril,
- 104 ―――

del año 1887 , figuraba precisamente la inten


ción primordial del Gobierno de prolongar
la línea férrea hasta Villa Encarnación . Esto
se desprende de las cláusulas de la ley
mencionada y de la del 14 de Julio de 1888 ,
que vino á modificar en parte á la de 1887 ,
estableciendo en el artículo 6.º, párrafo 2.° que:
las obras de prolongación así empezadas ,
proseguirán sin interrupción alguna hasta
su terminación, salvo causas de fuerza ma
yor debidamente comprobadas » .
La Empresa, para librarse de la obligación
mencionada, siempre ha invocado como ca
ballo de batalla, como justificativo de su
morosidad, la falta de cumplimiento de la dis
posición legal sobre garantía por parte del
Gobierno, sin tener en consideración que esta
obligación no podía ser compensada con la
de prolongar la vía .
Demostrada la falsedad de esta invocación ,
debo preguntar ¿ porqué la Compañía ó la
Empresa ferrocarrilera no ha cumplido con
la prescripción de la ley que le obligaba á
prolongar la línea férrea, dentro del término
de cinco años , á contar desde la fecha de la
escritura de transferencia, hasta Villa En
carnación?
Seguramente que la Empresa no podía
haber invocado , como no puede hacerlo ahora ,
como fuerza mayor la falta de capital ; por
que si hubiera sido eso la causa , indudable
mente estaría fuera del amparo de la ley
concesionaria, pues esa falta era un caso pre
105

visto y la Empresa demasiado lo conocía


cuando insinuó al Gobierno de la República
á que dictara leyes y más leyes , despojándose
de sus bienes propios, por ignorancia ó por
mala fé.
El Código Civil en su artículo 514, deter
mina lo que debe entenderse por caso for
tuito ó de fuerza mayor, y el autor del Có
digo, en la nota del mismo, se extiende en
estos términos sobre el espíritu de dicho
artículo : « Los casos fortuitos ó de fuerza
mayor son producidos por dos grandes cau
sas: por la naturaleza ó por el hecho del
hombre » . « Los casos fortuitos naturales son ,
por ejemplo, la impetuosidad de un río que
sale de su lecho ; los terremotos ó temblores
de la tierra , las tempestades , el incendio , las
pestes, etc.» . « Mas los accidentes de la natu
raleza no constituyen casos fortuitos, dice
Troplong, mientras que por su intensidad
no salgan de! orden común » . « No se debe ,
por lo tanto, calificar como caso fortuito ó
de fuerza mayor los acontecimientos que son
resultado del curso ordinario y regular de
la naturaleza, como la lluvia, el viento , la
creciente ordinaria de los ríos , etc.; pues las
estaciones tienen su orden y su desarreglo,
que producen accidentes y perturbaciones
que también traen daños imprevistos » .
« Los casos de fuerza mayor son hechos del
hombre, como la guerra, el hecho del sobera
no, ó fuerza del príncipe, como dicen los li
bros de Europa ». « Se entienden por hechos
106

del soberano, los actos emanados de su auto


ridad, tendiendo á disminuir los derechos de
los ciudadanos » . « Las violencias y las vías
de hechos de los particulares, no se cuentan
en el número de los casos de fuerza mayor,
porque son delitos, como tales están sujetos
á otros principios, que obligan á la repa
ración del mal que causen » .
Creo, señor Presidente, que la Empresa
nunca ha invocado estos casos especificados
por la ley, por lo mismo que no han ocurrido.
En consecuencia , la Empresa faltó de una
manera lisa y llana á la cláusula fundamental
que informaba á la ley concesionaria de
1887. Lo que hubo en este asunto, señor
Presidente, es que la Empresa, como que
desde el primer momento no había dispues
to de ningún capital propio para explotar la
línea férrea de Asunción á Villarrica y pro
longarla después hasta Villa Encarnación ,
había querido valerse de todos los medios ,
de todos los subterfugios para conseguir
recursos en alguna forma, siempre sacrifi
cando al Estado del Paraguay .
En efecto, según se desprende de los ante
cedentes de la formación de la Compañía y
que constan en el luminoso informe del fi
nado doctor Zubizarreta, la Compañía con
trató con el Gobierno la compra del ferro
carril de Asunción á Villarrica por un pre
cio dado. Como no tenía capital, tuvo
necesidad de lanzar acciones, acciones que
produjeron la mitad del precio convenido
107

del ferro -carril en moneda sonante, la que


fué entregada al Gobierno ; por la otra mitad
consintió en admitir al mismo Gobierno como
accionista en la Empresa . Pero como la
Compañía no tenía cómo responder á los
intereses de aquellas acciones, por medio de
una serie de procedimientos habilidosos
consiguió nuevamente que el Gobierno garan
tiera esas mismas acciones . De suerte que
al final del cuento, la Compañía , que no
había dispuesto de un sólo centavo, pudo
encontrarse dueña absoluta del Ferro - carril
del Paraguay, obligando al mismo Gobierno
del Paraguay á garantir con sus recursos
los medios de realización del contrato.
Quiero suponer el peor de los casos : que
el Gobierno haya estado obligado á pagar
la garantía, y en el caso concreto de que la
Compañía ha sido la primera en faltar al
cumplimiento de sus obligaciones, como es la
verdad, la falta de cumplimiento del pago de
la garantía no sería compensable con la
falta de prolongación de la línea férrea por
parte de la Empresa , porque esta última
obligación era una condición resolutoria del
contrato .
Resulta, pues, en síntesis, que el Estado
no debe un solo centavo en concepto de ga
rantía á la Empresa . En cambio, la Empresa
ha incurrido en mora, puesto que ha dejado
de cumplir con las cláusulas fundamentales
de la ley concesionaria, así como con otras
condiciones que se había impuesto, como
108 -

consta en el informe de todos los interven


tores que han tenido que ver en la adminis
tración de la Empresa , como igualmente se
hallan determinadas esas faltas en los infor
mes del doctor Zubizarreta y de don Pedro
Miranda. En obsequio á la brevedad , omito ,
señor Presidente , dar lectura á esos informes.
Examinado el asunto desde otro punto de
vista, resulta que la existencia misma de la
Compañía de Ferro-carril The Paraguay
Central Railway Company Limited, es dis
cutible.
Según la ley de concesión y según las le
yes posteriores que vinieron á modificar en
parte á la primera, así como las observacio
nes que el Fiscal General del Estado hizo á
los estatutos de la Compañía cuando se le
pasó en vista, el domicilio legal de esta Em
presa es la Asunción, capital de la República,
La contabilidad debía de llevarse en el idio
ma nacional, y todas las obligaciones nacidas
ó por nacer debían regirse por las leyes del
país .
Ahora bien, la Empresa nunca ha cumpli
do con estas obligaciones , á pesar de las ob .
servaciones oportunas de los interventores ,
como del mismo Fiscal General del Estado ;
apenas se ha concretado á mandar un repre
sentante con el título de gerente, que corre
con la administración local de la Empresa en
el país.
Este punto, indudablemente, es uno de los
más importantes para dilucidar las ventajas.
― 109

jurídicas en que el Estado siempre se ha en


contrado con respecto á la Empresa. Si bién
los estatutos de la Compañía hablan de un
domicilio en Londres, desde el momento que
la aprobación de dichos estatutos ha sido con
la modificación expresa observada de que
el domicilio legal de la Empresa fuera la Asun
ción, desde ese momento, digo, señor Presi
dente, no cabe la menor duda de que esta per
sona jurídica ó sociedad anónima debe regirse
en todo y por todo por las leyes nacionales.
Nuestra ley civil determina de una manera
clara y terminante lo que debe entenderse por
domicilio legal, y no admite prueba en con
trario. En efecto, el art. 90 del Código Civil
dice : « El domicilio legal es el lugar donde la
ley presume, sin admitir prueba en contra,
que una persona reside de una manera per
manente para el ejercicio de sus derechos y
cumplimiento de sus obligaciones, aunque de
hecho no esté allí presente ,. »>
De aquí que, por más que la Compañía quie
ra sostener que su domicilio legal está en
Inglaterra, esa pretensión tiene que fallar
por su base.
Si la Empresa es una sociedad anónima ó
persona jurídica con domicilio legal en la Re
pública, cualquiera relación jurídica que ten
ga con el Gobierno ó con terceros debe re
girse por las leyes del país. Las leyes extran
jeras no pueden tener aplicación en la Repú ·
blica, sino en aquellos casos en que no se
opongan de una manera clara á las leyes na
J

110

cionales. Así terminantemente el art. 14, in 1


ciso 2.º del Código citado, dice : « Las leyes ex
trangeras no serán aplicables cuando su apli
cación fuere incompatible con el espíritu de
la legislación de este Código » .
Si la Empresa no ha cnmplido con la
cláusula de la ley concesionaria que le obli
gaba á prolongar la línea férrea de Villa
rrica á Villa Encarnación, quiere decir, que
esa sociedad anónima ó persona jurídica no
ha cumplido con uno de los objetos de su
creación, y la ley comercial es terminante á
este respecto. El art. 370, inciso 4.° del Códi
go de Comercio determina que si una socie
dad anónima se encuentra en la imposibili
dad de cumplir con los fines de su creación ,
se impone la disolución de la sociedad y co
mo consecuencia la liquidación de todas sus
existencias.
El doctor Zubizarreta , cuya autoridad en
materia jurídica era indiscutible, ha llegado
precisamente á esta conclusión al estudiar T
este asunto, y en su luminoso informe reco 1
mendó con palabras insinuantes al Gobierno
que cuanto antes hiciera efectiva la disposi
ción de la ley sobre las relaciones jurídicas
del Estado con la Empresa, pues que todas
las relaciones del Estado del Paraguay
con la Compañía, así como todos los dere
chos de la misma, serán regidos por las
leyes de la República. Esta condición fụé
impuesta por el P. E. al aprobar los estatu
tos de la Compañía .
111

Por otra parte, señor Presidente, la ley


concesionaria del 22 de Setiembre de 1887,
previene cómo deben resolverse las cuestio
nes surgidas entre el Gobierno yla Empresa.
Establece que, en caso de que ocurran dife
rencias, ellas deben ser sometidas á un tri
bunal arbitral formado de dos miembros,
uno por cada parte, y en caso de disconfor
midad, proceder á la designación de un ter
cero, cuyo nombramiento debe ser hecho
por los dos árbitros ó en su defecto por el
Superior Tribunal de Justicia del país .
No sé, señor Presidente, por qué los Go
biernos de antes, como el Gobierno de aho
ra. no han pensado nunca en arreglar las
cuestiones nacidas entre el Estado y la Em
presa según previene la ley concesionaria.
Creo que, en el peor de los casos, sometida
la cuestión pendiente con la Empresa al tri
bunal arbitral, no sería seguramente el Es
tado del Paraguay quien saldría peor pa
rado en el laudo .
Sin necesidad de recurrir á la equidad
como fuente de justicia y resolviendo única
mente las cuestiones fundamentales tal co
mo prevé la ley concesionaria, creo, señor
Presidente, ― y casi tengo la convicción fir
mísima- de que seguramente el Estado sal
dría en condiciones más ventajosas que la
Empresa.
Esta solución no solamente reportaría al
país un beneficio material inmenso, sino
que el beneficio moral sería mucho mayor
- 112

todavía, desde el momento que el país ó el


Gobierno de la República no debe nada en
concepto de garantía á la Compañía ferroca
rrilera. Resuelta la cuestión surgida, se lle .
garía á la conclusión de que el Estado ten
dría un crédito que no bajaría de unos seis
á siete millones de pesos oro sellado contra
la Empresa.
En efecto, según la ley concesionaria el
Estado es accionista de la Empresa por
1.050.000 $ oro . Esas acciones son de pre
ferencia y ganan un interés de 6 % anual,
á contar desde la fecha de la escritura de
transferencia del ferro- carril hasta nuestros
días . No se me dirá que las acciones emiti
das para el capital suplementario, garanti
das también con el interés del 6 % anual por
el Gobierno, tienen prelación sobre las accio
nes de preferencia. Es verdad que el decre
to del 31 de Julio de 1890, autorizaba esa
prelación, pero á nadie puede escapar que
ese decreto, bajo todo punto de vista , era y
es ilegal.
La ley concesionaria establece que las ac
ciones del Gobierno son acciones de prefe
rencia. El P. E , por un simple decreto ,
reconoció otras acciones de más preferencia
que las del Gobierno. El P. E., señor Presi
dente, por nuestra ley fundamental, si tiene
la facultad de reglamentar las leyes del
Congreso, esa facultad no llega hasta el
punto de alterar ó de desnaturalizar su es
píritu, y es fuera de cuestión que con el
113

decreto de que se trata, se hería de muerte


esa prescripción constitucional .
Hago esta observación , señor Presidente,
para el caso de que alguien quiera discutir
de que hay otras acciones que tienen prela
ción sobre las acciones de preferencia del
Gobierno, y porque creo que este punto es
de importancia para la tésis que sostengo .
Por la ley concesionaria, el Gobierno tiene
derecho al 35 % de las entradas brutas del
ferro carril, que mientras no le fuesen entre
gadas, deben de ganar un interés de 6 %
anual . La Empresa nunca ha entregado un
sólo centavo al Gobierno en el concepto
mencionado . Hecha la cuenta desde la fecha
en que empezó á explotarse la línea férrea
por la Compañía , resulta una suma bastan
te respetable, que monta á millones, á favor
del crédito del Gobierno .
Uno de los artículos de la ley de conce
sión establece que la Empresa , en caso de
faltar al cumplimiento de la obligación de
prolongar la línea férrea, debe pagar al Go
bierno $ 8.000 oro sellado, en concepto de
multa, por cada mes de retardo . Hecha la
cuenta, en este concepto, desde 1894, más ó
menos, hasta la fecha, más los intereses , re
sulta también una suma respetable que mon
ta á millones.
No se me dirá, señor Presidente, que esa
cláusula penal ha sido derogada por una ley
posterior, y he oido con extrañeza al señor
ministro del Interior, doctor Benítez , soste
- 114 ――――

ner que esa cláusula penal ha sido dero


gada .
Sr. Ministro del Interior - No es cierto ,
señor senador; he puesto como hipótesis y
decía que era pretensión de la Empresa.
Sr. Paiva- He estudiado esa disposición
de la ley que modifica el artículo 6.º de la
ley en que se establece esa multa, y á pesar 1
de los esfuerzos hechos, no he notado que
haya sido derogada la cláusula penal .
Es cierto que el artículo en cuestión mo
difica en parte una disposición de la ley
anterior, pero sin hacer ninguna referencia
á la cláusula penal, y es fuera de cuestión
que tanto por los principios generales del
derecho, como por una disposición expresa
de la ley común , una ley no puede ser dero
gada por otra sino de una manera expresa.
Tácitamente no puede concebirse la deroga
ción de una ley . El art. 17 de ley citada, en
efecto dice : « Las leyes no pueden ser dero
gadas en todo ó en parte, sino por otras le
yes. El uso, la costumbre ó práctica no pue
den crear derechos, sino cuando las leyes
se refieren á ellos ».
Quiere decir entonces, señor Presidente ,
que subsiste esa cláusula penal ; y desde el
momento que la Empresa ha incurrido en
mora hace unos 14' años, lo justo es que pa
gue al Gobierno en concepto de multa la
cantidad fijada , más los intereses durante
todo ese tiempo, cantidad que suma también
millones.
115

Ahora bien, según mis cuentas, sumando


las acciones de preferencia del Gobierno,
que montan á 1.050.000 pesos oro y los inte
reses del 6 % , más el 35 % de las entradas
brutas con el interés también del 6 % hasta
la fecha, más lo que en concepto de multa
debe pagar la Empresa al Gobierno, con los
intereses del 6 % también, desde la fecha de
la suspensión de las obras de prolongación,
resulta, señor Presidente, en números redon
dos, más ó menos, unos seis á siete millones
de pesos oro sellado á favor del Estado .
Si al cálculo hecho se agrega que por la
ley concesionaria , una vez vencido el térmi
no de veinte años, la Empresa debe devol
ver lo que en concepto de anticipo recibiera
del Gobierno, y que lo forma la garantía
del 6 % sobre el capital invertido en la com
pra, sobre el capital suplementario y sobre
los tres millones de pesos oro que han cos
tado los cien kilómetros de prolongación
desde Villarrica hasta Pirapó, resulta, señor
Presidente, que el Gobierno se encontraría
con un crédito enorme con respecto á la
Compañía.
Cuanto al beneficio moral, él es inmenso .
Se llegaría á probar que el Estado del Pa
raguay no es un Estado insolvente ni tram
poso, sino al contrario, un Estado que está
siempre dispuesto á amoldar todos sus actos
á los principios de justicia y á las disposi
ciones terminantes de las leyes. Está demás
decir que el crédito y el buen nombre del
――― 116 -

país saldrían mucho más beneficiados con


un arreglo judicial ó arbitral que con cual
quier arreglo transaccional que, por el solo
hecho de ser transaccional, haría presumir
que el Estado ó el Gobierno del Paraguay
no está amparado por la ley ni por la justicia
en sus pretensiones.
Prescindir del medio determinado por la
ley para solucionar cualquiera cuestión en
tre la Empresa y el Gobierno, no

(Entra al recinto el senador señor Riera).

demostraría otra cosa sino que el mismo


Gobierno del Paraguay desconfía de los
tribunales de la República; y si esa es la
presunción que puede desprenderse de la
actitud del Gobierno, es indudable que el
descrédito en el extrangero, en desdoro de
nuestros intereses y de nuestro buen nombre,
sería mucho mayor.
Como ya tuve ocasión de decir, señor Presi
dente, yo no soy contrario á que el Gobierno
del país llegue á arreglar definitivamente
todas sus cuestiones y principalmente las que
se relacionan con los extrangeros ; pero siem
pre he creido, y así lo exige á todos el pa
triotismo bién entendido , que debe procurarse
que estas cuestiones sean resueltas de manera
que no dejen nada que hablar sobre el buen
nombre y crédito del país .
En el contrato de arreglo ad-referendum ,
que está en discusión, existe la cláusula
fundamental por la cual el Gobierno renuncia
117 -

á las acciones de preferencia que tiene en


la Compañía, y yo entiendo , señor Presidente ,
que esas acciones de preferencia pueden
salvarse si se arregla la cuestión judicial
mente ó según prevé la ley de concesión .
Por lo demás, la Empresa ó la Compañía,
en todas las ocasiones en que el Gobierno
ha reclamado faltas de cumplimiento , en
que se han formulado cuestiones á resolverse
y que el Gobierno se ha decidido á someter
las á arbitraje, siempre la Empresa ha pre
tendido entrar en arreglo directo en cualquier
forma, antes que someterse al medio deter
minado y previsto por la ley, el arbitraje.
Esto, señor Presidente, es una presunción
de que la Compañía ó la Empresa no está
segura de las ventajas de su posición, y
antes de someterse á la ventura de una
decisión arbitral--- que con seguridad le será
desfavorable - siempre tiende á buscar arre
glo amistoso y más ventajoso, naturalmente,
para sus intereses.
Además, en el proyecto de arreglo ad
referendum , no se encuentra ninguna ven
taja para el Gobierno, salvo el cumplimiento
de la obligación de prolongar el ferro carril
hasta Villa Encarnación , falta de cumplimien
to que bien podría ser exigida en virtud
de la misma ley de concesión.
En realidad , pues, lo que según la Em
presa ferrocarrilera es una concesión para
el Gobierno, no es sino un derecho que
legítimamente corresponde al Estado .
118 ――

Estas breves consideraciones son las que


me han asistido para opinar que la cuestión
pendiente entre el Gobierno y la Compañía
ferrocarrilera debe solucionarse de confor
midad con la ley de concesión , que establece
que toda cuestión debe dirimirse mediante
el tribunal arbitral.
En este sentido, señor Presidente, sin
perjuicio de volver á tomar la palabra si
fuere necesaric , manifiesto que voy á dar
mi voto en contra del arreglo ad-referen
dum que está en discusión . He concluido .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
No tendría nada que decir del largo libelo
acusatorio que acaba de pronunciar el señor
senador contra la Empresa del ferro- carril ,
si en él no hubiera al mismo tiempo pro
nunciado algunos cargos contra el P. E. Me
refiero á los hombres que han suscrito este
arreglo.
Voy á procurar ser lo más breve posible
en obsequio á esta H. Cámara, empleando
la menor suma de palabras .
Condición resolutoria - La condición im
puesta por la ley de 22 de Setiembre de
1887 110 es resolutoria, señor Presidente,
porque tiene un artículo que impone una
multa por no llevarse á cabo la prolonga
ción de la línea. Si fuera resolutoria, desde
el momento que no se llevó á cabo, debió
deshacerse el contrato .
"
-- 119

El P. E., que representa al Estado del


Paraguay, suscribió el contrato de venta el
12 de Junio de 1889 y en este contrato se
dice que el P. E. « dá en venta real y ena
genación perpétua ; si dá en venta real y
enagenación perpétua, quiere decir que la
condición invocada no es resolutoria; si la
Empresa está obligada á pagar una multa
por retardo, quiere decir que después de la
suspensión de las obras, todavía continua
el contrato .
No es el caso ya de discutir, señor Presi
dente, si el ferro carril se ha vendido ó no
se ha vendido . Hace diez y ocho años que se
encuentra en manos particulares . El Estado.
del Paraguay ya no es dueño de este ferro
carril ; apenas es un accionista como perso
na particular.
Noto en el honorable senador el empeño
que muestra en hacer aparecer al P. E. co
mo cohonestando actos de la Empresa , es
decir, que el P. E. es algo así como un de
fensor de la Empresa del ferro- carril , que
tiene el propósito de cohonestar sus malos
actos. No , señor Presidente, mil veces no !
He empezado por decir que el arreglo es
meramente transaccional ; que aquí no he ve
nido á hacer historia de negociados vergon
zosos ni el proceso á ningún ciudadano pa
raguayo . Estamos hablando de los hechos
consumados , con la vista hacia el porvenir .
El honorable señor senador se desata
contra la Empresa porque dice que no ha
120 --

tenido capital. Pero, señor Presidente, cuan


do la Empresa se constituyó, el Gobierno
sabía perfectamente, antes de haberse apro
bado los estatutos, que ya se habían emitido
acciones hipotecarias. El 30 de Mayo de
1889, el presidente del directorio hizo saber
al cónsul paraguayo que se habían emitido
esas acciones . Esta comunicación obra en el
ministerio .
Sabiendo bien el Gobierno del Paraguay
que la Compañía apenas tenía lo necesario
para pagar la mitad del precio, aprobó
sus estatutos y trató con ella . El Gobierno
del Paraguay no fué, pues, sorprendido ;
sabía perfectamente lo que hacía y con
quién trataba.
El honorable señor senador niega á la
Empresa el derecho de cobrar la garantía,
y á este propósito pregunta: ¿quién faltó
primero, la Empresa ó el Estado?
El Gobierno no pagó la garantía sino
hasta el 31 de Octubre del año 1890 y las
obras de prolongación se suspendieron el 9
de Agosto de 1891 , 9 meses despúes. De esto
yo no quiero hacer mucho mérito ; quiero su
poner que todo eso sea como quiere el sena
dor doctor Paiva. Pero hay que tener en
cuenta que después de una larga tramitación
y discusión se hizo un convenio entre el re
presentante del Gobierno y la Gerencia, con
venio en el cual el P. E. de la República da
ba por buena la contabilidad de la Empresa.
Se suscitaron discusiones sobre la cuenta de

}
121

garantía, etc , y al fin se dió un decreto apro


bando la liquidación presentada hasta el 19
de Mayo de 1893. Y pregunto , señor Presiden
te, si dentro de la buena fé el Estado pue
de negar la obligación que tiene, el vínculo
que se establece en este decreto entre él y
la Compañía? Dice el decreto .... « Apruéban
se los balances de las liquidaciones presen
tadas con fecha 19 de Mayo de 1893 , por en
contrarse con arreglo á la resolución del 16
del corriente, en consecuencia devuélvanse
estas cuentas á la Contaduría General de la
Nación para que sean anotadas en la conta
bilidad que al respecto debe abrirse para las
cuentas del ferro-carril. - GONZÁLEZ - Antonio
Codas».

El doctor Zubizarreta, á cuya autoridad


prestamos todos el merecido acatamiento, di
ce: «No abriguemos la menor duda de que
no se ha hecho el pago de la garantía » . Se
pagó sólo la correspondiente al trimestre pri
mero del contrato, es decir, á los meses de
Julio, Agosto y Setiembre de 1889.
¿A qué, pues, en una discusión en que
procuramos llegar á una transacción , en que
tratamos de armonizar todos los intereses y
las grandes conveniencias del país , vendre
mos á hacer revivir discusiones que han si
do selladas por actos de autoridad legítima?
Estas cuestiones de tanta importancia pa
ra el país , es menester discutirlas con ánimo
sereno . Es inútil hablar ya de esto cuando
122

el P. E. ha reconocido, después de la sus .


pensión de la prolongación de la línea,
la obligación del Estado de pagar la ga
rantía.
Existencia legal - Dice el señor senador
que la Compañía no tiene existencia legal en
el Paraguay. Yo no sé si tiene todas las in
formaciones á este respecto. La Compañía
tiene unos estatutos que fueron aprobados
por el P. E. y que están inscriptos en el Re
gistro de Comercio, y es con esta Compañía
con quien el Gobierno ha contratado y á
quien el Congreso de la Nación ha da
do también por su parte personería acep
tando el arreglo celebrado entre el mi
nistro del Interior don Angel M. Martínez
y el gerente White. ¿ Quién duda que se
gún nuestras leyes la Compañía tiene exis
tencia legal en el Paraguay ? El señor
senador ha recorrido casi in extenso las le
yes de concesión , lamentándose muy justa
mente de que los poderes públicos hayan
cedido siempre en este asunto, modificando
de mil maneras la ley del 22 de Setiembre
de 1887 y siempre en sentido favorable para
la Empresa. Pero qué quiere que hagamos
ahora? Las leyes son leyes; tienen fuerza
obligatoria; nada valen las reclamaciones
contra el pasado cuando tenemos encima
números y hechos consumados ; estamos
aplastados por una fatalidad ; es imposible
deshacer lo que está hecho y ha pasado en
autoridad de cosa juzgada.
123

Un decreto del P. E. dice que el interés


del capital suplementario debe tener prela
ción sobre las acciones de preferencia. En
su informe el doctor Zubizarreta dice que
este decreto no era necesario, y naturalmente
no era necesario, porque las relaciones en
tre los socios constituyen algo así como una
institución independiente, de carácter interno ,
absolutamente ajena á las relaciones externas
de la sociedad con los terceros .
Si la Compañía debe, tiene que pagar es
tas cuentas, y si nada tiene, las acciones na
da valen, pero siempre hay que pagar, con
prelación, á los primeros acreedores y des
pués, si resta, dividirse entre los socios, y
entonces habrá llegado el caso de establecer
la preferencia de las acciones del Gobierno.
Pero está bien , señor Presidente ; yo soy muy
complaciente con el señor senador, y quiero
que él tenga razón . Admito que el decreto
sea ilegal ; pero yo pregunto si una compa
ñía ó sociedad anónima establecida en el país
debe estar discutiendo ó examinando si el
P. E ó una autoridad pública ha obrado
ó no conforme al derecho estricto?
Nunca habría uno que quisiera tratar con
el Gobierno del Paraguay , porque cabría
siempre el temor de que el P. E. y el mismo
Congreso, compuestos por otras personas ,
digan : todo lo que se hizo anteriormente es
nulo, no sirve para nada. Este contrato con
el P. E. de hace diez y siete ó diez y ocho
años, no vale absolutamente nada; nosotros
124

pensamos de otra manera y el actual Gobier


no del Paraguay no reconoce los actos del
Gobierno de aquella época.
Voy á terminar con el argumento del cré
dito del Estado. El señor senador cree que
el buen nombre del Estado del Paraguay
se debe levantar en el extranjero, en el mun
do de los Bancos, poniendo dificultades á los
capitales que han venido al amparo de nues
tras leyes . Pregunto, si se somete á arbitra
je ó si se liquida la Compañía ¿ qué tiempo
durará el desastre? ....
Decía que en cualquiera de las hipótesis, aún
en las mejores que pretende el señor sena
dor doctor Paiva, los números dicen que el
Estado va á salir siempre ganancioso . Y es
la verdad. De cualquier modo esta transac
ción es conveniente para el Estado y es obra
de patriotismo aceptarla . He terminado . 1

Sr. Paiva - Pido la palabra .

Es con el objeto de hacer algunas rectifi


caciones en las partes en que el señor mi 1
nistro del Interior ha hecho referencias á
mi primer discurso.
El señor ministro del Interior sostiene !
que la obligación de la Compañía, de prolon
gar la línea férrea de Villarrica á Villa En
carnación , no era una condición resolutoria,
por el hecho de haberse establecido la cláu
sula penal de cobrar una multa de 8.000
pesos oro, que la Compañía debía entregar
125 --

al Estado por cada mes de retardo en el


cumplimiento de las obras de prolongación .
Las relaciones jurídicas que medían entre
el Estado y la Compañía han nacido de un
contrato, un contrato de obligación de hacer.
La ley civil determina con claridad que er
toda obligación de hacer, si la parte obliga
da deja de cumplir con lo convenido, ó se
rescinde el contrato ó se resuelve en indem
nización de daños é intereses . Sentado este
principio, señor Presidente , que es el espíritu
de nuestra ley civil sobre el caso en cues
tión, no cabe discusión alguna de que la
obligación de la Empresa de llevar la línea
de Villarrica á Villa Encarnación , era una
condición resolutoria del contrato. En apoyo
de mi tesis recurro á la autoridad del fina
do doctor Zubizarreta, quien en su volumi
noso informe califica precisamente la obliga
ción de prolongar la línea férrea de Villa
rrica á Villa Encarnación, como una condi
ción resolutoria del contrato . Desde ese mo
mento, en el mejor de los casos para la Em
presa, aún en la hipótesis de que el Estado
le debiese garantías, no puede haber com
pensación entre la deuda supuesta del Es
tado y la obligación real de la Empresa de
prolongar el ferro - carri!.
El señor ministro del Interior, en uno de
los pasajes de su discurso ha dicho que yo
había considerado al Gobierno algo así como
defensor de los actos de la Empresa. No hay
tal, no he dicho semejante cosa; he dicho
―― 126 ―――

sencillamente que me extrañaba que tanto el


Gobierno actual como los Gobiernos anterio
res no hayan pensado seriamente nunca en
resolver las cuestiones surgidas entre el Es
tado y esta Compañía de conformidad con
las prescripciones terminantes de la ley con
cesionaria, que previene la constitución de
un tribunal arbitral para la solución de todas
las cuestiones. Por lo demás, no he imputa
do nada al Gobierno actual, porque soy el
primero en reconocer que todo el enredo que
hay en este asunto no se debe al Gobierno
de hoy sino á los Gobiernos anteriores, du
rante cuya administración se ha vendido el
ferro- carril y se han dictado las leyes sobre
la administración y explotación de ese mis
mo ferro- carril.
El señor ministro del Interior parte de la
hipótesis de que el Gobierno debe la garan
tía, y aquí encuentro el punto falso en que
siempre se han colocado los Gobiernos del
Paraguay para discutir sus intereses . El de 1
creto de 20 de Junio de 1892 es terminante :
establece el punto de partida para deslindar
las responsabilidades en las relaciones jurí
dicas entre el Estado y la Empresa ferroca
rrilera.
Si más tarde se dictó el decreto de 19 de
Junio de 1893, ese decreto no hacía referen
cia alguna al anterior. Por lo demás, dicho
decreto fué el último que se dictó referente
á las cuentas de garantía entre el Estado y
la Compañía. Desde aquella fecha, tengo en
- 127

tendido que todos los balances y las liquida


ciones pasadas por la Empresa al Gobierno
no han sido tramitados.
En el peor de los casos para el Gobierno,
admitiendo como punto de partida el decre ·
to invocado por el señor ministro, siempre
resultaría que las cuentas posteriores no ten
drían las formalidades de las anteriores ; de
manera que el monto de la garantía, de que
la Empresa cree deudor al Gobierno del
Paraguay, descansaría siempre sobre base
falsa .
El señor ministro del Interior, en uno de los
pasajes de su discurso, también nos ha dicho
que era imposible desconocer la existencia
legal de la sociedad anónima constituída
para la adquisición y explotación del ferro
carril, porque el mismo Congreso, dice, ha
reconocido su existencia. Yo no sé, señor
Presidente, si hasta qué punto puede hacer
se esta afirmación temeraria. El señor minis
tro se ha referido al proyecto de arreglo
ad-referendum Martínez - White ; es cierto que
ese proyecto ha sido suscrito por el P. E ,
pero ha fracasado con posterioridad en sus
efectos, y desde el momento que faltó la san
ción del Congreso , su existencia no era tal
desde el punto de vista legal.

Sr. López Decoud - Fué aprobado por el


Congreso, señor senador.
Sr. Paiva - El señor ministro ha obser
vado también que en el mejor de los casos
128 ---

para el Gobierno, aún cuando el Gobierno


tuviera créditos contra la Compañía, las ac
ciones hipotecarias creadas en Inglaterra
gravarían los bienes inmuebles del Para
guay. No sé, señor Presidente, si hasta qué
punto esta afirmación también puede ser le
gal.
Los bienes inmuebles, por nuestra legisla
ción positiva , se rigen por las leyes del país
donde se encuentran, por las leyes del lugar
de su ubicación ; y esta es la doctrina corrien .
te en todas las legislaciones, tratándose de
bienes inmuebles.
Las acciones hipotecarias ó debentures,
que dicen fueron emitidas, no han sido ins
criptas en el Registro de la Propiedad del
país , y nuestras leyes no pueden reconocer
la naturaleza legal de las mismas. Desde ese
momento, yo no sé cómo podría hacerse efec
tiva esa hipoteca sobre los bienes inmuebles
del país .
De manera que, en cualquiera de los ca
sos, las acciones de preferencia del Gobierno
siempre tendrían valor real, porque no pue
de perjudicarlas la existencia de otras cuya
existencia no está legalmente reconocida.
Creyendo haber replicado á los puntos
principales del discurso del señor ministro
del Interior , dejo la palabra por el mo
mento.

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra .

K
129

Sin ánimo , señor Presidente, de prolongar


este debate, casi, puede decirse, agotado, ya
que desde el primer momento, planteada ba
jo números la cuestión , ellos no han sido re
futados y únicamente se han reproducido
juicios más o menos apasionados que podrían
contestarse tomando la misma palabra oficial
de los Gobiernos anteriores expresada ante
el H. Congreso, juicios, en fin , que se apartan
de la verdad, que han sido refutados una
vez más en forma lisa y llana por el señor
ministro del Interior , -diré no obstante dos
palabras.
Condición resolutoria - Por mi parte insis
to en que desde el momento en que la ley
del Congreso, que faculta esa venta, esta
blece una penalidad para la falta de cumpli
miento de una obligación , la condición reso
lutoria deja de existir.
Pero, aún admitiendo que no fuera así,
los hechos producidos posteriormente, la san
ción legal que á esa suspensión de las obras
ha prestado no ya los decretos del poder
administrador sino la sanción misma del P.
Legislativo, vienen á confirmar la tesis.
No se defiende, señor Presidente, el crédi
to del país con discusiones y pleitos ; se de
fiende, por el contrario, confesando con leal
tad y franqueza las deudas que se tiene; se
defiende los intereses del país con la ente .
reza de quien, reconociendo sus errores, se
prepara á remediarlos para reabrir su crédi
to mirando el camino del porvenir.
130 -

Discutir después de 18 años, después de


haber mediado decretos de aprobación , des
pués de haber mediado decretos de recono
cimiento especial en que se manda anotar
en contaduría la obligación de las cuentas
de garantías ; discutir después de esa misma
sanción legislativa, discutir y plantear á los
18 años el problema de si se debe ó no , es
presentar, indudablemente, como ha dicho
mi honorable cólega, el señor ministro del
Interior, un peligro, y no remoto, para los
capitales del extrangero que vengan á gol
pear nuestras puertas, para esos capitales
tan necesarios para despertar las energías
dormidas de nuestra producción.
Discutir nosotros si debemos ó no la ga
rantía, cuando gobiernos que se han queri
do calificar de mala manera han tenido la
entereza y la honradez moral de reconocerla,
no veo su fin práctico, ni veo la inspiración
de patriotismo que pueda guiarnos . Naciones
más adelantadas, naciones como la Argenti
na que marchan á la vanguardia de la civi
lización y del progreso en América, no han
discutido esas garantías, cuando ha llegado
un momento difícil para sus finanzas. Cuan
do no han podido cumplirlas, han tenido la
entereza de decir: « no podemos llenar los
compromisos contraidos en aras del entusias
mo para cruzar el desierto de nuestro país
con las vías férreas civilizadoras ; los com
promisos han excedido á nuestras fuerzas ;
nos encontramos en condiciones de no poder
- 131

cumplirlos, y proponemos un arreglo direc


to á esas Compañías . No han buscado el
camino de los pleitos y de los arbitrajes que
establecen sus leyes de concesión , y esos son
los países grandes, esos son los países que
pueden mirar ya con menosprecio al capital
extrangero porque tienen capitales propios.
Esos países, repito, se expresan de esta
manera: «No habría por otra parte, - dice un
mensage del presidente argentino elevado
al Congreso sometiendo á su consideración
un proyecto para buscar la rescisión de las
garantías -- conveniencia alguna en limitar á
la rescisión de los contratos y á la elimina
ción de las garantías, la operación que el
Gobierno deseaba llevar á término, máxime
si se tiene en cuenta que no podía exigirse
con justicia nuevo empleo de capitales por
las empresas, desde que el Gobierno no ha
bía cumplido, por su parte, con el pago pun
tual de las garantías, y mucho más en mo
mentos en que el crédito del país había
descendido tanto en el concepto europeo .
Continúa : « Las condiciones generales del
crédito del país y las dificultades que la
suspensión del cumplimiento de los compro
misos de la Nación habían originado para
toda operación que tuviera por base levan
tar capitales para servir sus intereses con
una promesa de pago hecha por el Estado,
hicieron imposible la continuación de la
linea por la Empresa. No es admisible el
argumento de que una Empresa sería debe
132

contar de antemano con todos los capitales


necesarios para la realización de sus pro
yectos.
«Nadie ignora hoy que las grandes opera
ciones mercantiles están principalmente ba
sadas en el crédito » .
Así se expresaba el mandatario argentino
para pedir la rescisión de las garantías que
no podía cumplir . Confesaba lealmente que
la falta de pago de las garantías por su par
te, era razón más que suficiente para no
prolongar las líneas, y efectivamente, señor
Presidente, esas líneas no se prolongaron, y
el Congreso Argentino sancionó la ley acor
dando la facultad al P. E. para emitir cin
cuenta millones de pesos oro en títulos al
4 % para saldar la garantía vencida y res
cindir los contratos .
Hay alguna diferencia, indudablemente, se
ñor Presidente, en esta elevada franqueza de
un Gobierno consciente de sus fuerzas y
consciente de sus actos, deberes y obligacio
nes, confesando francamente su situación , y
la actitud que asume en esta alta Represen
tación Nacional quien discute después de 18
años la legitimidad del crédito reclamado .
A quienes han fiado en mi crédito, no pue
do exigir, dice la gran nación argentina , que
cuando yo no he cumplido con mi promesa
facilitando la suma necesaria para garanti
zar esas obligaciones, no puedo pretender
que á esa Empresa se le exija que invente
capitales y los traiga por salud á América.
133

La cuenta de garantía , pues, señor Presi


dente, no debe ni tan siquiera discutirse ; co
mo lo ha dicho muy bien el honorable sena
dor doctor González, ella es absoluta.
Quienes han dado el dinero á la Empresa,
lo han dado bajo la garantía de una prome
sa hecha por una ley de la República, y no
puede ni debe haber razones ni fundamento
alguno que nos obligue á olvidar los com
promisos solemnes contraidos por la Nación .
Sobre este particular el señor ministro del
Interior ha sido muy claro y preciso ; ha
planteado el examen numérico en todas sus
fases , admitiendo los extremos de la Em
presa ferrocarrilera , admitiendo los extremos
del P. E. en cuanto á su cuenta de garantía,
y en todos los casos arrojan los cálculos un
saldo en favor del arreglo que se proyecta .
Otro punto más tocado por el señor sena
dor como refutación á mi ilustrado cólega,
ha sido la existencia legal de la Compañía, y
al hacerlo ha pretendido rectificar la afirma
ción de que el Congreso de la Nación ha
reconocido esa existencia, afirmando para
ello que el arreglo Martínez White ha sufri
do un fracaso ruidoso en una de las Cáma
ras . Yo que conozco la ilustración del doctor
Paiva, yo que conozco la dedicación con que
estudia estas cuestiones, me admiro de la
afirmación hecha por él .
Me admira la afirmación , repito El arre
glo Martínez -White fué aprobado por ambas
Cámaras, posteriormente elevado á contrato
134 ―

y rechazado por los accionistas del ferro


carril; y el arreglo Martínez- White , ya que
llega la oportunidad de decirlo, era mucho
más ventajoso para la Empresa que el que
se discute actualmente. Ignoraba esto el se
ñor senador doctor Paiva?
Las pruebas de la existencia legal de la
Compañía están reconocidas, no sólo, pues,
por los actos y decretos del P. E., sino tam
bién por una sanción legislativa, que es ley
de la República. Puede recurrir el doctor Pai
va al Registro Oficial.
Ahora queda el único argumento, para no
cansar la atención de esta Cámara, la cues
tión de saber si este litigio debe solucionar
se directamente y no por la vía judicial .
¿Quiere decir, acaso, que sólo el Poder Ju
dicial tiene la virtud y el patriotismo de ser
equitativo y de velar por los intereses del
Estado? Lo niego.

Sr. Paiva - Es de la incumbencia del Poder


Judicial la solución de esta cuestión .

Sr. Ministro de Hacienda - ¿No cabe una


solución directa?
¿Por qué el Congreso se declararía inhá
bil? Sus miembros acaso no se sienten con
la suficiente energía para defender los inte
reses del país ? Sus miembros no se sienten
con bastantes fuerzas para decir la verdad
y desafiar las preocupaciones y cortar por
lo sano antes que prolongar un litigio eno
135

joso ? O es, repito, que sólo el Poder Judicial


tiene el patrimonio de la equidad y del pa
triotismo?
Nó. Pero - y sobre esta cuestión del ar
bitraje he de citar un caso que demuestra
que a veces resulta hasta contraproducente,
y que con un criterio se estudia cuando
se examina y se critica la cuestión , y con
otro muy distinto cuando, con la mano SO
bre la conciencia, debe uno ser juez en el
asunto.
Los honorables senadores deben recordar
el asunto Cölher y Gautier, que me cupo el
honor de sostener ante esta Cámara, firma
do anteriormente por el entonces ministro
de Relaciones Exteriores doctor Báez y los
representantes de los interesados. En esta
misma Cámara, como se recordará, se me
hicieron por el señor senador Paiva los cál
culos de que el Estado no podía deber, en
el peor de los casos, á los señores Cölher y
Gautier, sino quinientos sesenta y tantos
pesos de curso legal .
El P. E. , ante esta resolución y estos ar
gumentos, llegó á creer, efectivamente, que
se había incurrido en un error, y sometió á
arbitraje esta cuestión , nombrando precisa
mente árbitro al compañero de redacción del
doctor Paiva en un ilustrado diario, al doctor
Eusebio Ayala, y el doctor Ayala fijó la re
muneración que debía pagar el Estado en
180.000 pesos !
- 136

Sr. Paiva - Me permite una interrupción ,


señor ministro?

Sr. Ministro de Hacienda - Con mucho


gusto, señor senador.

Sr. Paiva- Pues todo lo que el señor mi


nistro acaba de informar sobre ese punto , vá
en favor de mi tesis .
Ese asunto en que precisamente fuí yo
quien dictaminé, seguramente hubo de haber
tenido otra solución , si el P. E. hubiera teni
do suficiente confianza en los tribunales de
la República, á cuyo cargo se encontraba
aquel asunto. Por lo demás, los árbitros nom
brados posteriormente para resolver esa cues
tión - tribunal de que formaba parte mi so
-
cio el doctor. Ayala – fueron arbitradores y no
jueces árbitros, es decir, que estaban autori
zados á fallar amistosamente y según su
conciencia, y no de acuerdo con las disposi
ciones de la ley común .

Sr. Ministro de Hacienda -- Una palabra


más para terminar.
No me atrevería á tomar la defensa del
doctor Ayala, del cargo inmerecido que se le
hace, si de rechazo no nos tocara á noso
tros .
No pudo ser resuelta ya por jueces de
derecho, porque existía sentencia definitiva
y se trataba pura y exclusivamente de jus
tipreciar los perjuicios , y este justiprecio
fué el que como périto por parte del Estado
137

lo hizo el compañero de redacción del doc


tor Paiva, y es injusto con él al afirmar
que hubiera sido más equitativo un juez de
primera instancia.
Nosotros, que también hemos estudiado el
asunto, creemos que el doctor Ayala ha pro
cedido en conciencia.
Cito simplemente este caso para demostrar
que muchas veces es con un criterio que se
hace la crítica de los actos ajenos y con
otro cuando debe colocarse la mano sobre
la conciencia para decir: esto es lo tuyo y
esto es lo mío.
Yo creo que en el caso de los señores
Cöller y Gautier cumplió con su deber y
conciencia el doctor Ayala. Afirmar lo con
trario importaría , como importa , decir en
buenas palabras que el doctor Eusebio Aya
la nos ha obligado á pagar 179.000 y pico
de pesos más de lo que debía el Estado á
los señores Cölher y Gautier.

(Pausa)

Sr. Presidente -- Voy á consultar con la Çá


mara si se declara cerrada la discusión libre.

Sr. Aceval - Pido la palabra .


Quisiera fundar también mi voto en esta
cuestión , como lo haría cualquier hombre
honesto y patriota ; sólo sí que mi corta ex
posición será pobre después de las brillantes
exposiciones de los primeros abogados del
foro paraguayo
138

Todas estas cuestiones suscitadas en Sud


América entre las grandes Empresas y los
Estados, han sido resueltas por contratos
equitativos, sin recurrir al arbitraje ni á los
tribunales, porque los Gobiernos han com
prendido siempre que la demora en el arre
glo de estos asuntos periudica grandemente.
el crédito del país en el extrangero, y han
preferido siempre resolverlo rápidamente ,
evitando largas tramitaciones y pleitos casi
siempre enojosos . Es preciso ser franco , señor
Presidente . Estas Empresas sólo vienen á
estos países si se les ofrecen grandes bene
ficios . Estos beneficios muchas veces con el
tiempo resultan onerosos para los Estados
contratistas y tienen que hacer grandes sa
crificios si quieren libertarse de los compro
misos contraidos. Se acaba de decir que la
República Argentina ha gastado 50.000 000
de pesos oro para eximirse de la garantía
del 6 % que dió á todas las Empresas ferro
viarias de aquel país. Eso es cierto, señor
Presidente, y hoy día no tiene más ingeren
cia en aquellas Empresas que la que le dan
las leyes especiales sobre tarifas, tráfico , etc.
Según mi opinión , queriendo el P. E. hacer
una transacción, no ha entrado á discutir
las pretensiones de la Empresa ni las del
Gobierno; ha puesto sobre el tapete de la
discusión todas estas cuestiones, las ha exa
minado detenidamente y ha suscrito un con
trato que ponga término á la vieja cuestión
que pesa en todas partes como una plancha
- 139 -

de plomo sobre el crédito del país. Pero,


¿dónde pesa más, señor Presidente? Nada
menos que en el mercado financiero más
importante del mundo, en Londres.

Sólo así se comprende que nuestro pro


greso ferroviario sea casi nulo y que en 37
años de vida constitucional no hayamos cons
truido sino 200 kilómetros, hecho que resal
ta más, sabiéndose que hay líneas como la
del Rosario á Igatimí, por ejemplo, que pue
den dar el 8 % de beneficio desde el primer
día, porque atravesaría los mejores bosques
de la República , traería casi todas las yer
bas elaboradas en los vastos yerbales del
norte y gran parte del Brasil y llevaría en
retorno mercaderías para el sostenimiento
de las numerosas empresas establecidas en
aquellos lejanos lugares .
Si hubiera cláusulas onerosas para el país
en el contrato, yo creo, señor Presidente ,
que este sacrificio está compensado por la
prolongación de la línea á Villa Encarnación,
que representaría para el Estado un desem
bolso de unos 250.000 pesos oro por garan
tía . Quedaría también compensado por el
mayor desarrollo que necesariamente ten
dría la Empresa, que hoy lleva una vida
anémica, precisamente porque no se resuel
ve esta cuestión pendiente que, desde tantos
años , pesa sobre su crédito y le impide en
contrar los capitales necesarios para llevar á
cabo la construcción de diversos ramales
―― 140 ――

que le son necesarios para completar en


parte la 1. red de su trazado.
Pienso, señor Presidente, que no es ya
tiempo de entrar á discutir fundamentalmente
todas las cuestiones que se refieren al ferro
carril . Las leyes , decretos , informes de ins
pectores, estudios públicos , etc. , etc., se
pueden medir por metros . Muchos de ellos
han sido tomados lesionando derechos del
Estado, pero con ellos no tienen nada que
ver los accionistas del ferro carril, porque
han sido dictados por gobiernos consti
tuidos.
Soy de opinión que siendo el Estado accio
nista del ferro- carril, la responsabilidad debe
dividirse mitad por mitad .
Se cree, señor Presidente, .que no debemos
ser generosos tratándose de estas cuestiones.
En mi concepto es un error. Yo creo que
los Gobiernos honestos y que desean la afluen
cia de capitales á su país, deben proceder
de distinto modo .
Si hay generosidad por nuestra parte y
ésta es criticada, yo sacaría como ejemplo el
proceder de los tenedores de bonos paragua
yos de los empréstitos de Londres , que dismi
nuyeron su capital á menos de la mitad ;
después de esta rebaja, sus acciones sólo
valieron de 16 á 17 % , y con 12 años que el
Gobierno Paraguayo hace el servicio de
intereses religiosamente, ahora recién son
cotizadas al 50 %, y esto después de treinta y
tantos años de haber sido emitidas .
-.141

Estos son hechos innegables y que impo


nen á los hombres públicos que resuelvan
esta cuestión con generosidad , cuestión que
es una rémora para el desenvolvimien
to progresivo de la República, pues afecta
á todas las ramas de la actividad financiera.
El nombre del Paraguay no está borrado
de la pizarra de Londres , y hay que acredi ·
tarlo resolviendo todas estas cuestiones que
tiene pendientes el Estado desde tantos años
en desmedro de su crédito .

Sr. González - Pido la palabra.


Sin revivir discusiones que serían inter
minables, cabe afirmar que el Estado del
Paraguay con este asunto se ha metido en
un pésimo negocio y que es deber de su Go
bierno sacarle de este negocio cuanto antes .
Cuando se hace mal negocio se liquida, y
con las saludables lecciones de la experien
cia se emprende otro mejor . Se ofrece la
oportunidad de desligar para siempre al
Paraguay de este pésimo negocio; he hecho
mis reparos en mi primer discurso á las bases
formuladas para este arreglo, no con el objeto
de negar mi voto á que se arregle esta cuestión
cuanto antes , sino únicamente con el objeto
de sacar de esta transacción ó de este arreglo
definitivo entre el Paraguay y la Empresa
ferroviaria las mayores ventajas posibles. En
la discusión en comisión que se ha llevado
á cabo por el Senado , la mayoría de los có
legas, la inmensa mayoría, ha convenido en
142

introducir algunas modificaciones de impor


tancia á las bases formuladas por la presen
te ley, pero se ha resuelto que esas modifi
caciones sean introducidas en la discusión
particular. Y á este respecto se ha consulta
do á los ministros que representan aquí al
P. E., se ha consultado también al apodera
do general de la Empresa, quien á la vez ,
como principal accionista, podía prometer
algunas concesiones más.
Así, señor Presidente, declaro que en vir
tud de lo convenido en la sesión en comisión
daré mi voto por el arreglo en la votación
en general y propondré oportunamente las
modificaciones que, en mi carácter de repre
sentante, creo convenientes al mejor servicio
de los intereses nacionales .

Sr. López Decoud – Pido la palabra.


Quiero dar, señor Presidente, en forma
breve, la razón de mi voto en este asunto ,
ante todo, por mis antecedentes en esta cues
tión .
Hace once años en este mismo recinto ,
teniendo el honor de pertenecer entonces á
la Cámara de Diputados, levantaba mi voz ,
no elocuente pero sincera, con el calor que
prestan las convicciones, por que se arriba
ra á un arreglo en el viejo pleito ferrocarri
lero. Por ese arreglo, al que se dió el nom
bre de Martínez -White, dí mi voto . Veía en
tonces, como veo ahora, la necesidad peren
toria del arreglo de nuestra vieja cuestión .
143

Ha dicho el señor ministro de Hacienda


que aquel arreglo, aprobado entonces por el
H. Congreso, era indudablemente suscrito en
peores términos que el actual. Pero han
transcurrido once años . Aquel arreglo, que
la oposición , la inmensa mayoría de la oposi
ción, entonces consideró malo, como razón
política y no como verdadera razón, -fué,
con verdadera sorpresa, desechado por aque
llos á quienes decía la oposición que se fa
vorecía con el arreglo. Temo mucho, señor
Presidente, que con el actual pudiera suceder,
lo mismo: después de once años las condi
ciones del Estado en el pleito , indudablemen
te, se han empeorado.
Considero aún bastante bueno el arreglo,
bastante favorable para el Estado . Si no lo
hace hoy, talvez mañana, en vez de recibir
algo, tenga que pagar.
Esas son las razones por las que voy á
dar mi voto en favor del dictamen de la co
misión de Hacienda.

Sr. Sosa Escalada - Pido la palabra .


Es , señor Presidente, para manifestar que
en la discusión particular he de proponer
algunas modificaciones y agregaciones al pro
yecto de arreglo . Por lo demás, daré mi vo
to en favor del dictamen de la comisión de
Hacienda que aconseja la aprobación en ge
neral del contrato ad-referendum celebrado
entre el Gobierno y el representante del ferro
carril, porque considero, señor Presidente ,
144

que es un acto de patriotismo dar término á


lo que se puede llamar imbroglio de 20 años.
Así es que daré mi voto en favor del dicta
men de la comisión .

Sr. Riera - Pido la palabra.


Recién llegado á la capital me hallo en el
momento en que la Cámara está empeñada
en la discusión de este asunto .
Este enredado asunto ha sido muy discu
tido y nunca se le ha podido dar una solu
ción feliz . Tengo entendido que es la 3.ª ó
4.a vez que se discute en el Congreso y
siempre en forma menos ventajosa para la
nación.
En principio soy partidario de terminar
esta famosa sociedad entre el Estado y la
Empresa, porque, hay que decir la verdad,
la nación ha sido engañada . Se contrató
con una Empresa sin capital ni crédito y,
por consiguiente, cuanto antes debe desha
cerse el Gobierno de ese mal socio, sacrifi
cando algo, y ese algo es indudablemente lo
que se está discutiendo.
El capital inglés, indudablemente, ha sido
siempre el menos tímido para venir á Amé
rica, pero así también tiene la rara particu
laridad de que nunca se da por saldado , y
esta es la razón porque soy partidario de
que se termine este asunto. Por eso daré
mi voto por la aprobación en general de
este proyecto, y ademas porque creo que
cuanto antes debemos de evitar que la na
145

ción continúe apareciendo como tramposa


en los mercados europeos gracias á nuestro
famoso socio, que es precisamente el que
tiene interés en hacernos figurar como tal.
Al dar mi voto por la aprobación general
del proyecto, me reservo el derecho de pro
poner modificaciones en el curso de su dis
cusión en particular.

Sr. Aponte-- Pido la palabra.


Declaro que también voy á dar mi voto
por la aprobación del arreglo firmado entre
el P. E. y la Empresa del Ferro- Carril Cen
tral del Paraguay, en atención á hallar jus
tas las razones que se aducen en el mensa
je con que se envía al Congreso el mencio
nado arreglo . Acerca de la necesidad de
poner término á esta añeja cuanto enojosa
cuestión, no pueden caber dudas y hasta
ahora no se ha oido sino una que otra voz
en desacuerdo sobre este asunto . Los inte
reses bien entendidos de la nación reclaman
con apremio la pronta solución de este litigio .
Se ha dicho hasta el cansancio que el
crédito del país en el exterior padecía nota
blemente con este statu-quo. Es pues un
deber de 1 patriotismo zanjar la cuestión, y
esto debe hacerse hoy mejor que mañana ,
pues cada día que pasa la situación del Go
bierno empeora con el crecimiento conside
rable de la cuenta de garantía.
Esto sentado, cabe preguntar: ¿podría el
Gobierno obtener mayores ventajas en el
― 146

pleito que se transa, que las que importa el


arreglo que se discute? Es posible; pero no
por la vía de un arreglo amistoso, sino en
juicio contradictorio, cuyo éxito puede ser
nos también desfavorable . Quien dice arre
glo, dice concesión , renuncia mútua de pre
tendidos derechos, y al tratar del que en
estos momentos ocupa la atención de esta
H. Cámara , está demás renovar las discu
siones que con derroche se han hecho en
más de una ocasión sobre este abundante
tema. Discutir en la forma en que se ha
hecho hasta ahora, es llevar el asunto al
terreno del litigio, á la controversia, alejarlo
del arreglo, y lo que á mi entender debe ha
cerse, ya que de arreglo se trata, es senci
llamente consultar si el que se somete á
nuestra consideración responde á los in
tereses de la nación, si va encamina
do á impulsar su progreso y si no sería
más ventajoso cortar un antiguo litigio
obteniendo concesiones de valía á cambio de
otras, tal vez igualmente importantes, que
prolongar este estado de cosas en busca de
problemático éxito en el juicio de los ár
bitros.
La deuda de garantía es real, positiva; el
Gobierno no puede eludir su pago sin men
gua de su crédito, y en las condiciones actua
les, en las circunstancias porque se atraviesa,
¿estaría en situación de afrontar y hacer
frente á esta obligación ? No hay necesidad
de afirmar que nó.
147

Fundado en las consideraciones somera


mente expuestas y aceptando, como he dicho ,
por buenas las razones que da el P. E. en
su mensaje, repito que daré mi voto por la
aprobación de este arreglo

Sr. Presidente - Voy á consultar con la


Cámara si se declara cerrada la discusión
libre.
―― -A votación . - Mayoría.

Sr. Presidente - Se va á poner á votación


el dictamen de la comisión de Hacienda
aconsejando la aprobación del proyecto en
general.

----A votación .- Mayoría .

Sr. Ministro de Hacienda A Cuántos


votos, señor Presidente?

Sr. Secretario -- Nueve contra uno.

Sr. Presidente- Se pasa á la discusión


particular.

Sr. López Decoud - Pido la palabra.


Hago moción , señor Presidente , para que
se suspenda la sesión permanente. Creo que
todos los miembros de la Cámara nos halla
mos bastante fatigados ; sería conveniente
un reposo, suspendiendo ahora la sesión para
continuarla mañana á las 2 1/2 de la tarde.

Sr. Velilla - Se puede continuar de ma


ñana.
148

Sr. López Decoud- De mañana tiene


sesión la Cámara de Diputados .
Varios - Es sesión permanente .

Sr. López Decoud -- Ah! Es verdad . Hago


moción para que á las 9 de la mañana con
tinúe la sesión .

-Se aprueba esta moción , levantán .


dose la sesión á las 4 y 40' p . m.

NOTA: El Ministro del Interior ha desautorizado


las cifras contenidas en su discurso, de ello se ha
dado cuenta en EL CÍVICO de fecha 17 de Agosto
de 1907. El Ministro dió el mismo aviso al Jefe del
Cuerpo de Taquígrafos del Congreso.
149

XXIV

Sesión del día 7 de Junio de 1907.

(Extraordinaria)
Presidencia de don Emiliano González Navero.

SUMARIO :
Se aprueba en particular, con modificaciones , el
proyecto de arreglo con la « The Paraguay Central
Railway Company Limited».

PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á


Aceval los 7 días del mes de Junio de 1907 ,
reunidos en su sala de sesiones los
Aponte
Duarte senadores anotados al margen, estan
González do presentes los ministros del Inte
Velilla rior, de Hacienda, de Relaciones Ex
Sosa Escalada teriores, de Justicia C. é I. Pública
Taboada y de Guerra y Marina, el presidente
Riera declara abierta la sesión , siendo las
Pérez 9 y 35 a. m.
Paiva
--Se aprueba el acta de la sesión
Entrado después anterior.
López Decoud
AUSENTES Sr. Presidente - Se va á
Caminos iniciar la discusión particular
Quevedo del proyecto .

--Se lee el artículo 1.º

Sr. Presidente - En discusión este ar


tículo.
- 150 ―――

Sr. Pérez - Pido la palabra .


La comisión de Hacienda desea que se
modifiquen los términos del art. 1.º, porque
tiene el propósito, como ya lo ha anunciado ,
de presentar algunas modificaciones á las
bases de este contrato, y para que estas
modificaciones puedan estar contenidas en
el cuerpo de esta ley, pido al señor Presiden
te se sirva ordenar que el señor secretario
dé lectura á la modificación que se propone
á la 1.ª parte del artículo 1.º

- Se lee :

« Art. 1º Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum para el Estado, firmado con
fecha 1.º de Setiembre de 1906 entre el
representante de la Empresa del ferro- carril
The Paraguay Central Railway Company
Limited » con las modificaciones contenidas
en la presente ley, y en los términos si
guientes:

Sr. Ministro de Hacienda - Quiere te


ner la bondad , señor secretario, de volver á
leer el artículo?

Se lee nuevamente.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.

No he podido tomar bien el sentido del


artículo. Voy á rogar al señor Presidente se
sirva hacer leer el artículo tal como está en

"
- 151

el proyecto primitivo y tal como pretende


modificar la comisión de Hacienda.
-Se lee :

Art. 1.0 (primitivo) Apruébase el contrato


ad-referendum firmado con fecha 1.º de Se
tiembre entre el representante de la Empresa
del ferro- carril « The Paraguay Central Rail
way Company Limited » y el P. E., en los
siguientes términos:

Sr. Presidente - Este párrafo es el modi


ficado por la comisión de Hacienda , según
el proyecto á que ha dado lectura el señor
secretario .
-Se lee nuevamente el art . 1.º pro -
puesto por la comisión .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
Sr. González - Pido la palabra .

Sr. Presidente -- Tiene la palabra el señor


ministro del Interior .

Sr. Ministro del Interior- La primera


observación que quiero hacer al artículo, es
que primero debe estar el P. E. en la enun
ciación de los contratantes, y después la
Empresa.

Sr. Pérez - Pido la palabra.

Sr. Presidente - La ha pedido con ante


rioridad el senador doctor González .
152

1
Sr. González - Se la cedo, señor Presi
dente.

Sr. Pérez- Simplemente para hacer notar


al señor ministro del Interior que la comisión
de Hacienda no ha hecho otra cosa sino re
producir los términos del art. 1.º con la mo
dificación que propone .
En el contrato ad-referendum celebrado
entre el P. E. y la Empresa del ferro-carril ,
primeramente se enuncia á la Empresa y
en segundo término al P. E. Pero si se
quiere variar este criterio, la comisión de
Hacienda no hace observación sobre el par
ticular.

Sr. Ministro del Interior - ¿Ha termina


do el señor senador?

Sr. Pérez - Si, señor .

Sr. Presidente -- Tiene la palabra el se


nador señor González .

Sr. González Señor Presidente ....

Sr. Ministro del Interior - Ruego al se


ñor senador me permita dos palabras .
Yo no niego que así esté en el proyecto
primitivo; los que lo han formulado, habrán
tenido sus razones para ello, y como yo no
tengo las mismas, he propuesto (y desde lue
go estaba por proponer) una modificación
en el sentido indicado, porque creo
siempre en todos los contratos celebrados

·
- 153

entre el Estado y un particular, el P. E.


debe figurar en primer término.
Sr. Ministro de Hacienda Pido la pa
labra para cuando termine el señor senador
González .

Sr. Presidente - Tiene la palabra el sena


dor señor González , si ha terminado el se
ñor ministro .

Sr. González- Yo creo que la modifica


ción propuesta por la comisión de Hacienda
se impone á mérito de las conclusiones á
que ha llegado ayer el Senado en la discu
sión del asunto en comisión . Se trata de
aprobar no solamente el contenido del con
trato ad-referendum firmado entre el P. E.
y la Empresa el primero de Setiembre del
año pasado , si que también las modificacio
nes que posteriormente el P. E. consiguió
de la Empresa y que se han comunicado á
esta Cámara el 9 de Mayo próximo pasado,
con más las modificaciones que los senadores
en mayoría, ayer en la sesión en comisión ,
han resuelto proponer.
Legítimamente, pues , no puede decir el
artículo: apruébase el contrato ad- referen
dum firmado con fecha 1.º de Setiembre, etc ,
sino acéptanse las bases contenidas en el
contrato ad- referendum del 1.º de Setiembre,...
con las modificaciones contenidas en la
presente ley, etc.; y para que puedan caber
estas modificaciones en el cuerpo de la ley,
- 154

en los incisos posteriores, se impone la re


dacción del artículo 1.º en esta forma, puesto
que todas las demás disposiciones de la ley
son incisos de este art. 1.º, no son articulos
diferentes .
En cuanto á la anteposición del P. E. en
la enunciación de los contratantes, me pa
rece que poner uno antes y otro después ,
es cuestión de una plumada. Se puede poner
al P. E. primeramente por la gerarquía ,
aunque siendo parte contratante el P. E , tal
vez se hubiese puesto á la otra parte antes ,
por cortesía.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
En la forma en que la comisión de Ha
cienda propone la redacción del artículo, por
el momento es inaceptable, porque aún no
conocemos las modificaciones que va á pro
poner.
Hago , pues , moción para que se pase á
estudiar los términos del contrato y después
se ponga este artículo, porque solamente
así vamos á conocer esas modificaciones ,
que hay que estudiar una por una. Se pue
de pasar á discutir inciso por inciso, y cuan
do se haya terminado, redactar este primer
artículo .

Sr. Sosa Escalada - Pido la palabra.


Es para pedir una aclaración al señor
ministro: si se van á dar por aprobados los
155 ―

artículos que se vayan leyendo, ó simple


mente se va á proceder á su lectura, sin
aprobarlos.
Sr. Ministro del Interior He propuesto
que se entrara á estudiar préviamente las
modificaciones que se van á proponer , para
poder redactar después el art. 1.º en la for
ma aconsejada por la comisión .

Sr. Sosa Escalada - Sin aprobar nada?

Sr. Ministro del Interior - Sin aprobar


nada todavía .... O bien,
bien , se puede decir:
apruébase el contrato ad-referendum firma
do en tal fecha en los siguientes términos ,
es decir, este mismo contrato con la modifi
cación que el Congreso introduzca ; pero como
veo que algunos señores senadores medio se
apartan de esta moción , señor Presidente ,
voy á quedarme con la primera, para que
el Honorable Senado pase á estudiar los
términos del contrato y después se redacte
este primer artículo .

Sr. Presidente - Tiene la palabra el se


nador señor González .

Sr. González - Señor Presidente.


Ayer se ha estudiado este asunto en co
misión y se ha resuelto por mayoría que se
introduzcan algunas modificaciones. Como
se trata de un contrato entre el Presidente
del directorio de la Empresa del ferro - carril
y el Estado, se ha recabado la conformidad
156 ―

de aquel Con respecto á esas modifica


ciones .
Al mismo tiempo tenemos una comuni
cación del P. E. en que por su parte nos
dice que ha conseguido también del Pre
sidente del directorio otras ventajas . No
puede haber, pues, cuestión , ni puede dudar
se por un momento de que se va á intro
ducir modificaciones en este contrato, por
consentimiento de ambas partes contratantes ,
por una parte el P. E. y el H. Senado, ó los
poderes públicos, y por otra parte la Em
presa. Es indudable, pues , que van á pro
ponerse y sancionarse modificaciones y basta
que haya la seguridad de que se introducirá
una sola modificación , para que no se redacte
el art. 1.º en la forma que está . Las bases
del contrato van á ser aprobadas, pero ade
más de esas bases ya existentes , se aprobarán
otras, porque con ellas están conformes la
mayoría de los señores senadores y también
las partes contratantes. Luego, pues, la re
dacción que propone la comisión de Ha
cienda es perfectamente correcta .

Sr. Ministro del Interior - Pero son


modificaciones.....

Sr. González - Son nuevas bases, á más


de las ya existentes, y por lo tanto modifica
ciones .

Sr. Ministro de Hacienda -- De donde


resulta que se anticipa siempre, porque las
―― 157 --

modificaciones que se quieren introducir, no


caben en la redacción del artículo 1.º tal
cual está .
No veo, pues , ninguna objeción que pue
da hacerse á la proposición formulada por
mi cólega el señor ministro del Interior, para
que se deje el artículo 1.º, que es de mera
forma, para redactarlo después de las modifi
caciones ú objeciones que puedan hacerse
al texto del contrato .

Sr. González - Desde luego yo no me he


opuesto .
Yo de mi parte no he hecho sino explicar
la razón por que se ha propuesto la modifi
cación ; y ahora que los señores ministros
proponen una forma para obviar el inconve
niente, no tengo nada que objetar .
Sr. Ministro del Interior - Habíamos es
tado perdiendo inútilmente nuestro tiempo
sobre un punto en que estábamos de acuerdo .
Sr. González -Está bien ; pero es que se
quería explicar, como se ha hecho, la razón ,
el por qué de las modificaciones ....

Sr. Pérez -- Pido la palabra .


La comisión de Hacienda ha propuesto la
modificación del artículo 1.° por las siguien
tes razones : el P. E., en su mensaje del 25
de Octubre de 1906, se ha dirigido al Con
greso solicitando la aprobación de un contra.
to ad referendum celebrado con el represen
158

tante de la Empresa del ferro- carril el 1.º de


Setiembre de 1906 ; posteriormente , por men
saje de fecha 9 de Mayo del corriente año,
el P. E. comunicó al Congreso que había
obtenido en sus gestiones con la Empresa
la modificación del contrato primitivo y el
resultado de esas gestiones fué enviado al
Congreso con el título de proyecto de modi
ficación . De modo que si se aprobara el ar
tículo primero en los términos en que está
redactado , no se expresaría la verdad , señor
Presidente, porque desde luego los artículos
10, 12 y 13 del primitivo contrato deben ser
modificados, pues el mismo P. E. ha obtenido
del directorio la modificación del contrato
en esa parte ; y era para salvar esta incon
gruencia que la comisión de Hacienda ha
bía propuesto la modificación del artículo
1.º en los términos enunciados .
Pero si se juzga que esta modificación
puede traer discusiones prolongadas, la
comisión no tiene inconveniente en prescin
dir por el momento del art. 1.º y discutir
préviamente las bases y según sea el resul .
tado que se obtenga en la discusión y vota
ción posterior se redactará el art 1º . No se
habrá hecho sino separarse en este caso
concreto de las disposiciones reglamentarias
y de la práctica que ordinariamente observa
el Senado en la discusión de los proyectos
de ley .

Sr. Sosa Escalada - Pido la palabra.


159

Quiero manifestar que el artículo tal cual


está redactado en nada puede perjudicar á
lo que se vá á tratar y aprobar después.
Por lo demás, estoy conforme con la indica
ción del señor ministro del Interior, para
que las palabras Poder Ejecutivo se ante
pongan á la « The Paraguay Central » , etc.
y hago moción en este sentido.

Sr. Ministro de Hacienda - Entiendo


que la comisión ha deferido al pedido de mi
cólega el señor ministro del Interior, para
que primero se estudien las bases y después
se entre á considerar el art. 1º.

Sr. Presidente -- Voy á poner á votación


el inciso 1.º del artículo 1.º, postergando la
consideración del párrafo con que comienza
el artículo 1.º para estudiarlo después de
considerado todo el conjunto del proyecto .

- A votación. - Mayoría.

-Se aprueban los incisos 1.º y 2.º


――- Se lee el inciso 3.º

Sr. Riera - Pido la palabra.


Yo creo, señor Presidente, que la modifi
cación última presentada por el P. E. no
está de acuerdo con la redacción del inciso
3.º, porque en lugar de decir « ferro carril de
Asunción á Pirapó debe decir á Villa
Encarnación ». Tengo entendido que debe
establecerse en esa forma, suprimiendo la
160

palabra Pirapó y estableciendo las palabras


Villa Encarnación .
Sr. Ministro de Hacienda - Para el
porvenir debe pasar ; es aceptable la indica
ción del señor senador.

Sr. Ministro del Interior - No hay in


conveniente en aceptar la indicación del
señor senador.
Sr. Ministro de Hacienda -- Es razonable.

Sr. Presidente -A votación la proposición


del señor senador ....

Sr. Paiva Pido la palabra.


Propondría una pequeña modificación al
inciso 3.º en esta forma, concordando en el .
fondo con el pensamiento del honorable se
nador señor Riera: « La Empresa se obliga
á mantener firme y seguro el ferro- carrril de
Asunción á Pirapó » y la prolongación que
se construyere á Villa Encarnación .... etc.

Sr. Riera - Acepto, señor Presidente, la


ampliación que acaba de indicar el señor
senador doctor Paiva, haciéndola mía.

Sr. Presidente - Se va á votar primera


mente el proyecto tal como se encuentra
redactado, por haberlo aconsejado así la co
misión de Hacienda.
Sr. Velilla - La comisión de Hacienda
acepta la modificación propuesta por los
senadores Paiva y Riera.
--161

Sr. Presidente - A votación entonces la


modificación propuesta por el señor senador
Riera y ampliada por el doctor Paiva.

Sr. Ministro del Interior- Pido la pa


labra.
. Manifiesto en nombre del P. E. que acepto
la modificación propuesta por el senador
señor Riera y la ampliación hecha por el
doctor Paiva.

Sr. Presidente - A votación .

-Unanimidad .
-Se lee el inciso 4.º

Sr. Presidente- En discusión este inciso .

Sr. Sosa Escalada - Pido la palabra.

Al fundar brevemente mi voto en la sesión


de ayer para la aprobación en general del
contrato ad-referendum , me había reservado ,
señor Presidente, el derecho de indicar, en
la discusión particular, algunas modificacio
nes y agregaciones que, en el interés de
obtener mayores ventajas para el Estado ,
tenía preparadas .
Hago merecida justicia á la labor fecunda
que ha tenido el P. E. para conseguir todas
las ventajas posibles en favor del Estado ,
y en esta ocasión quiero repetir las palabras
hermosas del señor ministro del Interior,
que exclamaba : Ojalá pudiera el H. Senado
ser más feliz que el P. E. y obtener de la
162

Empresa otras ventajas que no le fué dado


obtener á éste!
En este concepto, tengo varias modifica
ciones y agregaciones que hacer, para ver
si se pueden conseguir algunas ventajas más .
Por consiguiente. propongo á la H. Cámara
la supresión de las palabras 25 años de que
habla aquí el inciso cuarto, y que quede así,
en esta forma: « La Empresa se obliga á
conducir gratuitamente las balijas de corres
pondencia expedidas por el correo, etc. , etc. » ,
suprimiendo las palabras 25 años, es decir,
el tiempo fijado para este servicio .
Me parece que esto no podría traer dificul
tades, puesto que no es de mayor importan
cia para la Empresa la conducción de la ba
lija de correspondencia , la trasmisión de los
despachos telegráficos oficiales, tropas, mu
niciones, caballadas, armas, etc.
Hago moción para que se suprima el tér
mino de veinte y cinco años .

Sr. Ministro del Interior - Pido la paia


bra, si ha concluido el señor senador .
La moción del señor senador , como amplia
ción del convenio en pro de los intereses del
Estado, no puede ser más laudable ; pero
debemos tener en cuenta que se trata en
este momento de un contrato bilateral. En
este contrato el P. E. ha procurado obtener
las mayores ventajas ; las que no están en
el contrato en estudio del Senado , son las
que el P. E. no ha podido obtener. Si esta
163

Cámara resuelve modificar los términos del


artículo , hay el riesgo de que el contratante
del Gobierno, la Empresa, no acepte la mo
dificación, y por una ventaja juzgada poco
importante, se expondría al Estado sufrir
un fracaso en este arreglo dejando á cargo
de la Empresa una obligación sin término .
Desde luego, trantándose de la conducción
de las balijas de la correspondencia, es difí
cil suponer que la Compañía, vencido el tér
mino de 25 años, se niegue á continuar pres
tando ese servicio.
Yo, en representación del P. E., no
creo autorizado á dar mi consentimiento á
la modificación del senador señor Sosa Es
calada, porque no tengo el consentimiento
del representante de la Empresa. Si él accede ,
nada yo tendría que decir sino felicitar al
H. Senado ; pero dudo que se pueda conse
guir; por eso solicitaría que no se insistiera
en esos detalles que acaso representen un
inconveniente para la feliz terminación del
asunto.

Sr. Riera - Pido la palabra.


Indudablemente que en un contrato de esta
naturaleza, entre el plazo establecido por el
contrato en discusión y el término propuesto
por el señor senador Sosa Escalada, hay
mucha diferencia. Pero no obstante, es de fe
licitar la idea emitida por el señor 'senador ,
á fin de obtener una ventaja más para el
Estado en el arreglo celebrado entre el P. E.
164 ----

y la Empresa. 25 años es poco, y es mu


cho que este servicio tenga que hacerse á
perpetuidad . Por eso me permito proponer
una transacción estableciendo que en vez de
25 años sean 50.

Creo que con esto se armonizan en algo


los deseos del señor Sosa Escalada con los
términos del contrato celebrado entre la Em.
presa y el P. E.

(Entra al recinto el señor López Decoud)


Sr. Ministro del Interior - Pido la pa
labra.

Para no repetir lo que ya dije, voy á re


cordar simplemente al H. Senado que poner
un plazo mayor ó dejar sin plazo, para el
P. E. es completamente igual, porque ignora
la voluntad del contratante. Debo también
hacer presente á la H. Cámara que si se am
plía ó se suprime el plazo por el cual la Em
presa se obliga á hacer ciertos servicios al
Estado gratuitamente, corremos el riesgo de
que ella nos diga á su vez : está bien , yo
concedo al Estado 50 años y 100 también si
quiere; pero , en cambio, pido que la exención
de impuestos también se prolongue á 50 ó
100 años, ó se deje sin término, porque dice
el art. 9º : « por espacio de veinte y cinco
años ... etc., etc., la Empresa quedará exone
rada del pago de todo impuesto .... etc., etc.
Yo no hago más que llamar la atención
del H. Senado sobre esto. El P. E. no puede
165 -

decir sí ni nó , porque ignora la voluntad de


la Empresa.
He terminado .
Sr. Riera - Pido la palabra.
Según el criterio del señor ministro del In
terior, resulta que no va á poderse establecer
ninguna modificación á este contrato, porque
acaba de expresar el señor ministro su duda
de si aceptará ó no la Empresa las modifi
caciones que se van á proponer. Pero no es
posible admitir ese criterio desde el momento
que el contrato es ad-referendum , y tanto la
comisión de Hacienda como los señores sena
dores en la sesión en comisión , han resuelto
introducir algunas modificaciones ; y por eso
insisto en mi moción para que se establezca
una transacción entre el plazo propuesto por
el P. E. y la moción del honorable senador
Sosa Escalada .
Lo dicho por el señor ministro del Interior
respecto al inciso 9.º, oportunamente se dis
cutirá ; así es que insisto sobre el particular.
Sr. Ministro del Interior - Pido la pala
bra.
En el breve discurso del senador señor
Riera hay algo asi como el eco de un cargo .
En antesalas hemos hablado de algunas
modificaciones que estaba dispuesto á acep
tar, porque he hablado al respecto con el
presidente del directorio de la Empresa y él ha
dado su aceptación . Yo declaro que el P. E.
no ha de dar su asentimiento á modificaciones
- 166 ---

sobre las cuales no dé el suyo la otra parte,


es decir, sin que préviamente recabe el con
sentimiento del directorio . He concluido .

Sr. González - Pido la palabra.


Yo opino que esta cuestión no tiene mayor
importancia y veo, por otra parte, el peligro
indicado por el señor ministro. Se trata de
una transacción , de un arreglo , cuya fórmula
es aquella muy conocida del derecho : do ut
des (doy para que me dés) .
La conducción de las balijas de correspon
dencia, etc. , es de muy poca importancia y no
irrogaría gastos de consideración al Estado ;
ahora, supóngase que la otra parte, en cam
bio de esta concesión, pidiera á su vez la
exención de impuestos por 50 años ó por tiem
po indeterminado, impuestos que representa
rían para el Estado ingresos de mucha con
sideración y cuya exención tendría la Em
presa el derecho de pedir, por que en toda
transacción se da á la otra parte para que
ésta también dé . En vista de esto, soy de
opinión que el artículo se deje tal como está.
El punto no parece de mayor importancia
y las modificaciones que se proponen podrían
originar dificultades de consideración .

Sr. Sosa Escalada – Pido la palabra.


Por lo que acabo de escuchar de las expo
siciones del señor ministro del Interior y
del señor senador doctor González , veo que
al contrato no se va á poder hacer ninguna
modificación . Por consiguiente, voy á propo
167

ner que por el art. 4. en discusión no se


pida nada á la Empresa y que el Estado pa
gue la conducción de la correspondencia y
el transporte de tropas, etc. , porque declaro
que voy á hacer modificaciones. No he de dar
mi voto porque á la Empresa se la exonere
de impuestos fiscales y municipales . Así es
que empecemos por no pedir nada á la
Empresa por tales servicios.

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la


palabra.

Yo espero que el señor senador debe haber


apreciado en su verdadero concepto las
manifestaciones hechas por mi cólega el
señor ministro del Interior, al hacer las
observaciones que ha hecho á las modifica
ciones que se proyectan. Esas objeciones no
tienden á otra cosa sino á impedir que este
contrato, que ahora es ad-referendum para
el Gobierno y definitivo para la Empresa,
se invierta y resulte definitivo para el Estado
y ad-referendum para la Empresa . Esta es
una razón fundamental, y entiendo que el
Senado tampoco ha de querer que sus
deliberaciones en un contrato de esta natu
raleza puedan ser materia de discusión
y de rechazo por una Empresa particular .
Esto ha tenido muy en cuenta el P. E. al ges
tionar, precisamente, que el contrato sea de
carácter definitivo para la Empresa y ad
referendum para el Gobierno.
- 168

Cualquier modificación de detalle, que


no lleve la aceptación previa de la otra
parte, importa hacerlo ad- referendum para
ella. Es necesario tener presente esta circuns
tancia que es la que informa las observaciones
hechas por el señor ministro del Interior.

Sr. Sosa Escalada -- Me permite una pre


gunta el señor ministro?

Sr. Ministro de Hacienda - Sí, señor.

Sr. Sosa Escalada - ¿Qué peligro hay en


eso que acaba de manifestar el señor minis
tro?

Sr. Ministro de Hacienda - El peligro


sencillamente de que no se llegue a nada
práctico, el peligro de que este proyecto sufra
un rechazo en Londres, como ha sufrido el
anterior, y que, después de haber gastado
energías, después de haber hecho sonar en
su diapasón más alto el crédito de nuestro
país y después de haber atizado la vieja
cuestión, lleguemos á resultados estériles
completamente para cimentar nuestro crédito
y levantar una Empresa que está muerta ,
y que está muerta, no por la voluntad de
los que con entera buena fé han aportado
su capital á la Empresa, sino por la fuerza
de los acontecimientos, por los errores mis
mos del pasado .
Esto es necesario reconocer . No basta que
nosotros sancionemos modificaciones ; es ne
169

cesario el asentimiento de la otra parte . Es


preciso admitir que este contrato no es obra
de un día; consta á los señores senadores
que se ha discutido palabra por palabra,
concesión por concesión . No es un arreglo
hecho á la ligera . Su tramitación ha sido
larguísima y para conseguir esta nueva con
cesión , para la prolongación de la línea á
Villa Encarnación , firmada por el ministro
del Interior y el presidente del directorio,
ha sido necesario que á esa Empresa que
ha vejetado durante tanto tiempo, ha sido
necesario que se le injertara sangre nueva ,
que nuevos hombres con mayores ilusiones
y esperanzas en el desarrollo del país vinie
ran á consentir en esta nueva ventaja.
Es preciso tener en cuenta eso y sobre
todo la circunstancia de que esa modificación
de detalle, sin el asentimiento prévio de la
otra parte, convierte el arreglo en ad- referen
dum para la Empresa y definitiva para el
Gobierno, invirtiendo así la situación jurídica
de las partes .
He terminado .

Sr. Sosa Escalada - Reconozco y me cons


ta positivamente todos los esfuerzos que ha
hecho el P. E. para conseguir las mayores
ventajas para el Estado en este asunto .
Declaro que conozco á los hombres que
componen el actual P. E. de la Nación , me
consta su patriotismo y hago merecida jus
ticia á sus altas virtudes cívicas ....
- 170

Sr. Ministro del Interior - Muchas gra


cias.

Sr. Sosa Escalada ....pero esto no quiere


decir que tengamos que venir aquí á votar
únicamente. Yo no he venido al Senado á
eso , sino á discutir los proyectos y á votar
después si me parece bien ; y pues mi pre
sencia parece innecesaria, pido venia á la
presidencia para retirarme.

-Se retira.

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
Lamento en nombre del P. E. que un ho
norable senador se haya portado de esta
manera, cuando toda la libertad de acción
necesaria, toda la independencia de que es
capaz el ciudadano más honorable, nosotros
reconocemos en cada uno de los miembros
del H. Senado.

Y es una imputación gratuita la que se


formula contra los miembros del P. E. , cuando
se viene aquí á decir que á los señores se
nadores se ha tratado de imponerles para
que den su voto en esta cuestión ; esa impu
tación es tanto más gratuita, tanto más injusta,
conociendo como se conoce los esfuerzos del
P. E. en la tramitación del arreglo , por sacar
de la Empresa las mayores ventajas posibles
para el Estado en el convenio que ahora se
está estudiando .
171 —

Es muy fácil, señor Presidente, extremar


la nota patriótica y elevarse hasta las alturas
del ideal cuando no se tiene ó no se quiere
conocer las responsabilidades de la adminis
tración ; es muy fácil decir que se nos dé
todo, cuando no se tiene la responsabilidad
y la obligación de afrontar las circunstancias
y los errores que hayan podido ocurrir; no
basta de ninguna manera que al tratar las
cuestiones del Estado demos la nota más
alta , sin compasión para los mismos compa
ñeros , para los miembros de esta Cámara á
quienes se les infiere una ofensa gratuita y
para los miembros del P. E. que han dado
siempre una prueba respetuosa de su alto
acatamiento á las sanciones de la más alta
representación del pueblo .
He de citar, señor Presidente, el caso mis
mo que ayer recordé : el asunto Cölher - Gau
tier, en que el P. E., acatando la resolución
de este H. Senado y haciendo honor á sus
conclusiones, sometió á arbitrage este asunto.
El H. Senado sabe cuál fué la resolución del
árbitro, fué completamente concorde con el
arreglo firmado por el P. E., y sin embargo,
señor Presidente, á ese P. E. se le difamó
en la prensa, se le explotó de la manera más
inícua, y los hombres del P. E., que tienen
la conciencia del deber, oyeron impasibles
esas censuras y no levantaron la voz , esperan
do que los hechos con su elocuencia abruma
dora vinieran á darles la razón , como les
dieron efectivamente . Esta es la manera de
172 ―――――

luchar y defender los intereses del país, y


no con notas más ó menos simpáticas que
han de ir á conmover á esa siempre impre
sionable opinión pública. No es así como se
defiende el crédito y la verdad de las insti
tuciones; es afrontando las cuestiones tal
como ellas son, es diciendo al pan , pan , car
gando con la responsabilidad que surge del
pasado para seguir con fé y decisión adelante
y abrir el camino del porvenir á nuestra
patria . Nunca será , señor Presidente , con
discursos patrioteros , con notas más ó menos
vibrantes que se ha de hacer la felicidad y
el porvenir de la patria ; es necesario cimen
tarlos con hechos ; .... con hechos, señor Pre
sidente, que tengan por base el carácter de
los hombres de gobierno. Y es para nosotros ,
señor Presidente, una gran satisfacción que
en una cuestión tan zarandeada como es ésta ,
todos y cada uno de los miembros del P. E.
que han intervenido en el asunto , puedan
mirar con la frente alta al pueblo y puedan
mirar á los mismos contratantes , á los mis
mos interesados en este asunto, como miro
yo, frente á frente, sin temor, señor Pre
sidente, de que una sonrisa de desprecio
haga subir al rostro el rubor de la conciencia ,
porque en ese arreglo no hay sino honradez
y patriotismo .
He terminado .

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el inciso 4.° tal como está redactado en el
173

arreglo, de acuerdo con la proposición de la


comisión de Hacienda.

A votación - Mayoría.

Sr. Ministro del Interior - Pido que se


indique el número de votos en favor .

1 Ocho contra dos.


Sr. Secretario -

Sr. Ministro del Interior - ¿ Ocho contra


dos?

Sr. Secretario -- Sí , señor.

Sr. Ministro del Interior - Pido recti


ficación .

Sr. Presidente - A pedido del señor mi


nistro voy á rectificar la votación .

Sr. Taboada -- Pido la palabra.


Hay un señor senador que se ha retirado
del recinto . Ese miembro del senado no tiene
el derecho de retirarse estando en sesión .
Todos los senadores aquí presentes hemos
venido para discutir un proyecto de gran
trascendencia y hemos venido, señor Presi
dente, con la conciencia tranquila, para obrar
cada uno en la esfera de nuestras facultades ,
libre y expontáneamente, sin imposiciones de
ningún género .
Ese señor senador se ha retirado diciendo.
que aquí se quería imponer.
No es cierto, señor Presidente ; es una ofensa
gratuita que se quiere hacer. El reglamento
174

prevé este caso y la Presidencia tiene el deber


hacer traer á ese senador para votar por sí
ó por nó.

Sr. López Decoud - Pido la palabra.


Yo , señor Presidente, no me siento afec
tado en lo más mínimo , ni me alcanza la pre
tendida ofensa del señor senador que se ha
retirado. La ofensa se hace á sí mismo al
desertar de su puesto de responsabilidad ,
al no tener valor de afrontar su propia res
ponsabilidad.
Yo tengo fé en mis convicciones y confío
en la lealtad del P. E. Por eso no he entrado
á discutir ni discutiré , porque sé que ese
proyecto, como bien lo ha dicho el señor
ministro de Hacienda, ha costado muchos
años de labor y en él se halla todo lo que
se ha podido sacar de la Empresa en favor
del Estado . Respecto á la boutade, ó botarata
da del señor senador que acaba de retirarse,
debo decir que no me puede ofender á mí
ni á nadie más que á él ; se infiere la ofensa
á sí mismo . A mí me sobra valor suficiente
para afrontar cualquiera situación .

Sr. Presidente - Hago presente al senador


señor Taboada que el senador señor Sosa
Escalada se ha retirado del recinto del Con
greso.

Sr. Taboada -- Habiéndose retirado del re


cinto el senador señor Sosa Escalada, retiro
mi moción por no tener ya objeto .
175

Sr. Presidente - A votación el inciso 4".

-Mayoría (ocho contra dos ).

-Se lee y aprueba sin observación


los incisos 5, 6 y 7.

-Se lee el inciso 8.

Sr. Riera - Rogaría á la Presidencia se


sirviera mandar leer nuevamente el inciso .
----Así se hace.

Sr. Ministro del Interior— « Acéptanse »


debe decir.

Sr. Riera - No, señor ; no es eso precisa


mente lo que me ha llamado la atención . La
pequeña duda que tengo es si esta com
pensación debe venir fuera de la vía, es
decir, de otro punto.

Sr. Ministro del Interior -- A lo largo


de la vía.

Sr. Ministro de Hacienda - Si hay terre


nos fiscales ; si no hay, no hay que hablar.

Sr. Riera - Muy bién . No tengo ninguna


observación que hacer.
Sr. Presidente - A votación el inciso 8°.

-Mayoría.

-Igualmente se apruba por mayoría


el inciso 9.º del proyecto .
176 --

-- Se lee :

Inciso 10. La Empresa queda obligada á


prolongar sus líneas á Villa Encarnación en
la forma siguiente:
Dentro de un año de promulgado este
convenio por ley de la nación , presentará los
planos , y salvo casos de lluvias , huelgas ú
otros de fuerza mayor, dentro de cinco años
de aprobados los planos por el Superior
Gobierno, entregará al tráfico público la vía
nueva.
. La Compañía determinará el punto de
arranque de la nueva línea y en caso de
resultar en un punto intermedio entre la es
tación Yegros y la actual terminación de la
vía , tendrá el derecho de levantar del todo
la vía y telégrafo desde el punto de arran
que hasta Fierro Punta.

Sr. Pérez- Pido la palabra.


La comisión de Hacienda propone al H.
Senado , en sustitución del inciso 10 que acaba
de leerse, otro inciso , concebido en estos
términos : « La Empresa queda obligada á
prolongar sus líneas hasta Villa Encarnación
y abonar 8.000 pesos oro de multa por cada
1
mes de retardo, si á los tres años contados •
desde la aprobación de los planos por el 1
P. E., salvo caso de fuerza mayor debida
mente justificado, no entregase al tráfico
público la nueva línea. La Empresa presen
tará los planos correspondientes dentro de
177

un año de promulgado este convenio por ley


de la nación , determinando el punto de arran
que de la nueva línea , y en caso de resultar
en un punto intermedio entre la estación
Yegros y la actual terminación de la vía ,
tendrá el derecho de levantar las vías férreas
y telegráficas desde el punto de arranque
hasta Fierro Punta » .

Sr. Ministro del Interior - Desde ayer


aquí en el Senado, y desde que el presidente
del directorio vino á Asunción , el Ministerio
ha gestionado precisamente lo que la comisión
de Hacienda aconseja. La Compañía tiene
razones particulares para no aceptar la re
ducción del plazo . El solo hecho de que la
obligación de la prolongación de la línea esté
en un arreglo adicional, celebrado después
del arreglo principal, ya demuestra cuánto
se ha trabajado para arrancar esta concesión .
El señor presidente del directorio y represen
tante de la Empresa, con plenos poderes, esta
mañana me ha dado su consentimiento á la
multa; acepta la multa de ocho mil pesos
oro por cada mes de retardo cuando este
retardo no sea ocasionado por fuerza mayor;
pero no acepta la reducción del plazo ; cree
conveniente no aceptarla ; si se reduce el plazo ,
prefiere no efectuar la prolongación ; pero,
sin embargo, señor Presidente, el H. Senado
puede pasar á un cuarto intermedio á objeto
de hablar con el señor Rodríguez , que creo
está aquí y ver si dá su asentimiento á esta
- 178

modificación . Yo mismo, señor Presidente,


todo el P. E., con el mayor gusto, ha de hacer
todo lo posible para ayudar al H. Senado
á fin de que la Empresa acceda á esta dismi
nución del plazo; pero no es posible que,
por el momento, el P. E. dé su conformidad,
porque me consta positivamente que la Com
pañía hasta este momento se niega . Y al
ministro del Interior, señor Presidente, no se
le ha escapado este detalle ; he procurado, he
argumentado, he buscado todos los medios
posibles para que la Compañía redujera el
plazo, y el representante manifestó que no
le convenía reducirlo .

Sr. Presidente - ¿ El señor ministro del


Interior hace moción para que se pase á un
cuarto intermedio?

Sr. Ministro del Interior - El H. Senado


ha dado muestras de cordura y de alto
patriotismo al tratar de este asunto. El repre
sentante de la Compañía ha estado en la
barra desde ayer y ha escuchado todo cuanto
se ha dicho. Es muy posible y hago votos
porque así sea -- que dé su consentimiento
para esta modificación . Por eso hago moción
para que se pase á cuarto intermedio .

- Así se resuelve. Vueltos á sus asien


tos, dice el

Sr. Pérez- Cuando la comisión de Hacien


da dictaminó sobre el asunto que ocupa en
179

estos momentos la atención del H. Senado ,


anticipó, señor Presidente, que en la discusión
particular propondría algunas modificaciones
á las bases de este arreglo ó de este con
trato, y una de esas modificaciones es, pre
cisamente, la que ha propuesto. Ha indicado
la conveniencia de que el art. 10 del primitivo
proyecto de contrato, fuese sustituido por el
otro artículo que ha sido leido por el señor
secretario .
Durante el cuarto intermedio los señores
senadores y los señores ministros del P. E.
han tenido una conversación con el represen
tante de la Empresa del Ferro - carril, y este
representante ha aducido las razones, en su
concepto atendibles, para que se establezca
el término á que hace referencia el primitivo.
proyecto.
Mis honorables colegas, los dos miembros
de la comisión de Hacienda, han aceptado las
razones aducidas por el representante de la
Empresa, como valederas ; pero yo , señor
Presidente, he tenido la desgracia de no poder
ser convencido por esas razones y en esta
virtud, la modificación la propongo única
mente á nombre de la comisión de Hacienda
en minoría .

Sr. Aceval- Pido la palabra.


La comisión de Hacienda en mayoría , des
pués de oir las explicaciones dadas por el
presidente del directorio del ferro carril , las
ha pesado debidamente y no ha podido me
180

nos que aceptar las razones expuestas por


él. Se trata de disminuir en 2 años el plazo
fijado para dar al servicio público la nueva
vía. La comisión de Hacienda en mayoría
cree que no puede construirse la línea en
un plazo tan corto ; considera por consiguiente
que el inciso, tal como lo ha presentado el
P. E., está bien y está conforme con él, con
más el agregado de un párrafo que diga:
" debiendo abonar la Empresa una multa de
$ o/s 8.000 por cada mes de retardo » , cuya
adición aceptan el representante de la Em
presa y los miembros del P. E.
La comisión , pues, propone el inciso en la
forma en que se servirá tomar nota el señor
secretario (dictando) : « La Empresa queda
obligada á prolongar su línea á Villa Encar
nación en la forma siguiente : -Dentro de un
año de promulgado este convenio por ley
de la nación presentará los planos ....

debiendo abonar una multa de $ o/s 8.000


por cada mes de retardo en la terminación
de la vía . »

Sr. González -Pido la palabra .


Quiero hacer presente á la H. Cámara que
me parece incorrecto y hasta poco formal
que se establezcan como casos de fuerza
mayor las lluvias y las huelgas, es decir, que
se enuncien estas causas como casos de fuerza
mayor. No se podrá sostener que las lluvias ,
que son hechos completamente naturales, de
- 181 --

muy fácil previsión , así como las huelgas


que en estos tiempos son tan frecuentes ,
constituyan casos de fuerza mayor.
La ley redactada en esta forma parecería
poco formal; podría decir simplemente salvo
casos de fuerza mayor, como se acostumbra,
de acuerdo con la ley civil y con la costumbre
general.
La comisión de Hacienda en mayoría ha
vuelto á enunciar las lluvias y las huelgas
como causas de fuerza mayor . Por esto me
permito hacer observación , y votaré por la
supresión de las palabras huelga y lluvia,
para que diga el inciso simplemente: salvo
casos de fuerza mayor .

Sr. Ministro del Interior ――――― Pido la pa


labra.
Cuando se tramitaba este arreglo adicional,
yo hablé con el representante de la Compa
ñía al respecto, preguntándole si se podrian
suprimir esas palabras . Creo que no habrá
cuestión sobre este particular , porque las
palabras huelga y lluvia solo se han em
pleado á manera de ejemplos en el inciso ;
sin embargo, quisiera hacer una salvedad.
El señor senador doctor González dice que
las lluvias y las huelgas no pueden consi
derarse como casos de fuerza mayor. Hay
que tener presente la clase de trabajo á que
se compromete la Compañía; una lluvia con
tinuada de meses puede impedir la continua
ción de las obras, no solamente durante las
― 182 ――

lluvias , sino después, para los terraplenes


que tengan que hacerse. Las huelgas son
consideradas como casos de fuerza mayor en
casi todos los países de la tierra , en estos
tiempos.
Por lo demás, como estas palabras están
á modo de ejemplo, yo creo que diciendo :
salvo casos de fuerza mayor, se dice todo lo
que se ha indicado aquí . Sólo que no quisiera
la modificación con la nota de que está mal,
porque las lluvias y las huelgas pueden ser
de fuerza mayor para estas obras, las lluvias
para esta clase de obras y las huelgas en to
des los casos ; pero si consiento en la modi
ficación , es porque entiendo que la Compa
ñía no hará cuestión , y siempre que se su
prima, no por estar mal, sino por una mejor
redacción, porque aquí estas palabras están
á modo de ejemplo meramente.
He terminado.

Sr. Aceval - Pido la palabra .


La comisión de Hacienda acepta la supresión
de las dos palabras. Es indudable que la
palabra lluvias ha sido puesta precisamente,
porque cuando se inició este arreglo, había
una gran creciente en el país que duró casi
un año; los ríos se desbordaron ; y precisa
mente el territorio que tiene que cruzar esta
línea, de Pirapó á Encarnación , tiene varios
ríos que han salido de su cauce hasta una y
dos leguas de extensión , y es previendo esa
circunstancia indudablemente que, además
183

de decir: salvo causas de fuerza mayor, se


agregó la palabra lluvias. Pero la comisión
de Hacienda no tiene inconveniente, señor
Presidente, en aceptar la supresión de esas
dos palabras y dejar el artículo simplemente
en la siguiente forma: « Dentro de un año de
promulgado este convenio por ley de la na
cion , presentará los planos, y salvo casos de
fuerza mayor, dentro de cinco años .... etc » .

Sr. Presidente-- Voy á poner á votación


el inciso 10 con la modificación de la comi
sión de Hacienda en mayoría .

Sr. González - Señor Presidente . En con


tratos de esta naturaleza siempre suele de
cirse: salvo casos de fuerza mayor debida
mente justificados .

Sr. Aceval-- Conforme, señor Presidente.

Sr. González - Acepto, señor Presidente,


que las huelgas sean causas de fuerza ma
yor, aún cuando cualquiera Empresa puede
provocar una huelga, con pagar salarios
insignificantes á sus obreros, ó con tratar á
sus empleados de una manera inícua, pero
entonces debe mediar la justificación .

Sr. Aceval- La comisión acepta, señor


Presidente .
184 -

- Se lee:

« Art. 10. La Empresa queda obligada á


prolongar sus líneas á Villa Encarnación en
la forma siguiente:
<< Dentro de un año de promulgado este
convenio por ley de la nación , presentará los
p'anos, y salvo casos de fuerza mayor debi
damente justificados , dentro de cinco años
de aprobados los planos por el Superior Go
bierno, entregará al tráfico público la vía
nueva, debiendo abonar una multa de 8.000
pesos oro sellado por cada mes de retardo en
la terminación de la vía . La Compañía determi
nará el punto de arranque de la nueva línea y
en caso de resultar en punto intermedio en
tre la estación Yegros y la actual termina
ción de la vía, tendrá el derecho de levantar
del todo la vía y telégrafo desde el punto
de arranque hasta Fierro Puuta .

Sr. Presidente -A votación este artículo


con la modificación propuesta por el sena
dor doctor González.

-Mayoría.
--Se lee el art. 11 .

Sr. Presidente - En discusión este artículo .

Sr. González - Pido la palabra.


Ayer en la discusión general del proyecto,
señor Presidente, al pretender sacar en esta
transacción el mayor número de ventajas
- 185 -

posible en favor del Estado ó sea de la Na-'


ción Paraguaya, como mandatario del pueblo
había anunciado, señor Presidente, que tra
taría de proponer, nó como una simple fa
cultad, sino como una obligación de la Em
presa, el que construyese un ramal que ,
partiendo de Paraguarí, llegue hasta Villa
Florida. Dije que el Paraguay hacía un gran
sacrificio en este arreglo, mayor que las
ventajas que obtenía, pero que aceptaba el
sacrificio, cualquiera que fuese, siempre que
se tratara de poner al país en condiciones
de aumentar su progreso, lo que se consegui
ría únicamente con la implantación de nue
vos ferro-carriles. Que mi exigencia era viable
porque la Empresa había pasado á nuevas
manos ; los accionistas actuales tienen más
dinero, y vienen con nuevos capitales á im
pulsar el progreso ferroviario en el país .
En el estudio en comisión se me ha de
mostrado que mis cálculos sobre las deudas
de la Empresa eran equivocados por no ha
ber incluido en ellos los intereses de los
debentures durante 18 años , al 6 por ciento
anual, circunstancia que reducía á cero el
valor positivo de las acciones de preferen
cia, en caso de una liquidación , desde que
el ferro-carril no vale lo que debe. Se me
aseguró que la Empresa estaba poseida de
la aspiración de llevar cuanto antes el ramal
de Paraguarí á Villa Florida por la sencilla
razón de que le conviene, pero que como de
ber legal no podía comprometerse á eso por
186

el momento y que, si se comprometía á la


construcción de la nueva línea, tendría que
levantar en los mercados europeos capitales,
no sólo para la nueva línea de Villa Encarna
ción, cuyo costo se calcula en £ 300.000, sino
también para la línea de Paraguarí á Villa
Florida, £ 400.000 más, poco más ó menos.
Necesitaría, pues, levantar un empréstito por
lo menos de £ 1000.000 , puesto que la Em
presa debe ponerse en el caso de tener que
cumplir con sus compromisos ; que teniendo
esta otra obligación por la ley, los capitalistas
europeos, al notar que se había comprome
tido á más de lo que sus fuerzas pueden
soportar, la considerarían como una Empresa
informal y le cerrarían sus puertas, lo que
haría fracasar ruidosamente, no solamente
la línea de Pirapó á Villa Encarnación , sino
también todos los trabajos hechos para lle
garse al resultado que se pretende.
El presidente del directorio afirmó que
era su deseo, que era una aspiración de él, el
hacerse esta línea de Paraguarí á Villa Flori
da en el más breve tiempo posible, y que así
lo haría, solamente que no quiere obligarse
por ley por temor de que el exceso de com
promisos de la Empresa ya tan cargada de
deudas, le cierre la bolsa de los capitalistas.
Ante estas razones que son muy atendi
bles y seducido por la idea de que siquiera
á Villa Encarnación se asegure la construc
ción de la línea ferrocarrilera , no voy á
insistir en esta exigencia que he tenido
187

necesidad de recordar para cohonestar mi


actitud en esta Cámara.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
Quiero expresar simplemente ante esta
Cámara lo mucho que nos felicitamos noso
tros los que representamos al P. E. por el
discurso que acaba de pronunciar el señor
senador.
El H. Senado se ha constituido en comi
sión para hablar los señores senadores di
rectamente con los representantes de la Em
presa; nosotros nos felicitamos de ello . De
esta manera los señores senadores han po
dido conocer personalmente, gestionar, hacer
los esfuerzos que hemos hecho nosotros los
del P. E. y cerciorarse de la verdad de lo
que hemos dicho, de que se ha hecho todo lo
posible y que todo lo posible se ha sacado.
Quiero solamente dejar constancia de esto,
señor Presidente . He terminado.

Sr. Presidente- A votación el inciso 11 .

-Mayoría.

Sr. Aceval- Hago moción para que se


levante la sesión y continúe á las 2 de la
tarde .

Sr. Ministro de Hacienda - Faltan tres


artículos, señor senador. Le pediría que
concluyéramos. Son las 11 y 10.
188

Sr. Aceval - Retiro la moción, señor Pre


sidente .

--- Se lee:

Inciso 12. Para la construcción de los rama


les ó prolongaciones de las líneas, la Empre
sa tendrá el derecho de utilizar gratuitamente
las maderas y las piedras de los montes y
canteras fiscales de los lugares por donde
aquellos pasaren y el Superior Gobierno
concederá también á la Empresa gratuita
mente las tierras fiscales para la vía en an
ancho de cuarenta metros , y para estaciones
nueve hectáreas ó sea metros setecientos
cincuenta de largo por metros ciento veinte
de ancho.

Sr. Presidente --En discusión el inciso 12 .

Sr. Riera Pido la palabra.

Creo, señor Presidente, que este inciso


requiere una aclaración á fin de que maña
na no pueda producir pleitos.
El Estado tiene muchos montes fiscales
arrendados y creo necesario aclarar este
punto, de manera que, no porque sean del
Estado estos montes arrendados, mañana la
Empresa tenga el derecho de utilizar las
maderas que ellos contengan y que están
arrendadas . Por consiguiente requiere que
se agregue aquí : aquellas que no estén
arrendadas
- 189 ―――

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
Yo creo, señor Presidente, que el artículo,
dice lo que ha indicado el señor senador .
Es natural . Las canteras y los montes que
no estén afectados á otras concesiones ante
riores, es decir aquellos de los cuales pueda
hacer uso el Estado, pueden ser utilizados
por la Empresa en la construcción de los
nuevos ramales, ó sea , puede explotarlos en
beneficio de la Empresa misma .

Sr. Riera - Creo que para mayor claridad


habría necesidad de poner eso.

Sr. Ministro del Interior -No hay incon


veniente, desde que el señor senador lo
crea necesario .

Sr. Ministro de Hacienda - Lo que abun


da no daña .

Sr. Riera - De manera que


el artículo
quedaría así: Para la construcción de los
ramales , etc., la Empresa podrá hacer uso
de las canteras y montes que no estén
arrendados, etc.

Sr. Ministro del Interior - Desearía que


el señor senador tuviera la bondad de enun
ciar ya el artículo tal como va á quedar.

Sr. Riera- Continúa lo mismo, señor mi


nistro.
190

Sr. Velilla - La comisión de Hacienda


acepta la modificación propuesta por el
senador señor Riera, ampliada por el señor
ministro de Hacienda.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el artículo 12 con la modificación propuesta
por el senador señor Riera y aceptada por
la comisión de Hacienda .

Sr. Ministro del Interior - Por el P. E.

Sr. Presidente-A votación .

-Mayoría.

-Se lee :

<< Inciso 13. Las tarifas se fijarán por la


Empresa, y sólo en el caso de obtenerse un
dividendo que pase del 6 % sobre el capital
que representan las acciones ordinarias ,
las fijará de acuerdo con el P. E.; entendi
do después de hacer el servicio de interés
sobre el capital privilegiado » .

Sr. Presidente - En discusión este artículo.

Sr. Pérez - La comisión de Hacienda pro


pone que el inciso 13 se modifique en estos
términos : « Las tarifas se fijarán por la Em
presa, y sólo en el caso de obtenerse un
dividendo mayor del 6 % anual, las fijará
de acuerdo con el P. E. á cuyo efecto éste
se reserva la facultad de intervenir en cual
― 191

quier tiempo en la contabilidad de la Em


presa » .

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
En el arreglo del 1° de Setiembre no
estaban estas palabras que la comisión
quiere suprimir en el artículo en discusión .
Personalmente opino que no hay necesidad
de ellas ; pero la Compañía no lo entendió
así y ha solicitado la modificación á la cual
se ha accedido en la inteligencia de que no
se dice ni más ni menos de lo que ya se
decía antes.
Solicito, pues, del H. Senado se sirva man
tener estas palabras, no porque á mi juicio
agreguen nada, sino porque así lo quiere
la Compañía .
Sr. Pérez- La comisión de Hacienda se
manifiesta conforme á la indicación del señor
ministro del Interior y opina lo mismo que
él, de que con dichas palabras nada se quita ,
ni se modifica, ni se agrega.

Sr. Ministro del Interior - Solicito la


lectura del artículo tal como lo propone la
comisión .

-Se lee :

(Modificación de la comisión ).

« Las tarifas se fijarán por la Empresa, y


sólo en el caso de obtenerse un dividendo
192 ――――――

que pase del 6 % sobre el capital que re


presentan las acciones ordinarias, las fijará
de acuerdo con el P. E., á cuyo efecto éste
se reserva la facultad de intervenir en la
contabilidad de la Empresa; entendido después
de hacer el servicio de intereses sobre el
capital privilegiado » .

Sr. Ministro del Interior- Nada tengo


que observar desde luego que la disposición
que en la modificación se indica, está de
antemano estatuida en una ley vigente . Hay
una Junta Inspectora de Sociedades Anóni
mas, que tiene que intervenir necesariamente
para ver si están constituidas de acuerdo
con las leyes . Son palabras que, á mi juicio ,
no agregan nada.

Sr. González - Yo había estado de acuer


do con la modificación que la comisión de
Hacienda iba á introducir. Pero veo que
ahora se pretende dejar subsistente la frase:
bien entendido, después de hacer el servicio
de intereses sobre el capital privilegiado,
que la comisión había borrado.

Confieso, señor Presidente, que no sé á qué


se llama capital privilegiado y desearía que
los miembros del P. E. me lo dijesen . ¿ Qué
es lo que se entiende por capital privilegia
do en este artículo ?

Sr. Ministro del Interior - Pido la pa


labra.
193 --

En este artículo no hay nada de particular ,


señor Presidente, pués se refiere simplemente
á los privilegios legales .
Sabido es que los privilegios no pueden
establecerse por convención . De manera que
todos los créditos que tengan privilegios
segun las leyes, deben pagarse con prioridad .
Pagados los créditos privilegiados , se cono
cerá el remanente , con el cual debe atenderse
el pago de los créditos ordinarios . Los accio
nistas ordinarios tienen que recibir alguna
ganancia , si la hay, después de haberse pa
gado todos los créditos que tienen privilegio
por las leyes ; es decir, antes de haberse
pagado á estos accionistas no se sabe cuál
es la ganancia. Si en el pago á estos acreedo
res privilegiados se consumen todas las
entradas de la Empresa, no hay ganancia .
Los representantes de la Empresa han
creido conveniente agregar estas palabras
al proyecto en discusión. Yo les he expresa
do que de cualquier modo los privilegios esta
blecidos por la ley no pueden aumentarse, ni
pueden disminuirse. Este privilegio estaba
de antemano estatuido y naturalmente los
créditos de los acreedores privilegiados deben
cobrarse para que se sepa si hay ó no
ganancia. Como la intervención del Estado
en la fijación de las tarifas debe venir des
pués que el dividendo pase del 6 % , es decir ,
que la ganancia líquida pase del 6 % , es
natural que primero se deben pagar aquellas
deudas para saberse si hay ó no ganancia ,
- 194 -

por que en tanto que haya deuda que pagar ,


no hay ganancia.
Creo haber explicado el punto, señor Pre
sidente. Sin embargo, si el honorable sena
dor cree conveniente alguna otrà aclaración ,
tendré mucho honor en ofrecerle.

Sr. González - Pido la palabra .


No he comprendido bien al señor ministro ,
quizás por mi corta inteligencia . No se me
ha hecho la distinción entre lo que se llama.
capital ordinario y capital privilegiado de la
Empresa. ¿Acaso, señor Presidente , se que
rrá llamar capital privilegiado de la Em
presa lo que la Empresa debe por créditos
privilegiados contra sus bienes?
En ese caso, señor Presidente, declaro
terminantemente que negaré rotundamente
mi voto á que el Estado tenga que interve
nir en la fijación de las tarifas solamente
después que éstas cubran no sólo el interés
del 6 % anual sobre el capital efectivo ,
sobre lo que tiene realmente la Empresa en
el país, sino también el 6 % anual sobre el
monto de todas sus deudas atrasadas, de
sus colosales trampas anteriores .
No consentiré con mi voto que puedan las
tarifas venideras extenderse inconsiderada
mente hasta sacar del pobre pueblo para
guayo con qué pagar el interés de semejan
tes enormidades . No puedo entender que
las deudas de la Empresa constituyan capi
tal privilegiado.
195

Quedo, pues, no sabiendo lo que se


quiere llamar capital privilegiado, y si se
quiere llamar capital privilegiado á las
deudas privilegiadas de la Empresa , niego
rotundamente mi votó á la concesión de que
se trata.

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
Ha manifestado el señor ministro del
Interior que el agregado de la frase era
innecesario. No puede haber utilidad mien
tras existan obligaciones que pagar. ¿ A qué
discutir en torno de esta cuestión ? Las ac
ciones no reciben dividendos mientras no
haya utilidades, y no hay utilidades mien
tras no se paga las obligaciones. El dilema
es de hierro ; no hay vueltas que darle ; es
un circulo de acero.

Los dividendos sobre las acciones están


representados por las utilidades líquidas de
la Compañía. Una Compañía cualquiera que
tiene obligación pendiente, no tiene utilidad ;
luego, pues, las acciones ordinaria de la
Empresa no pueden tener utilidades, no pue
den recibir dividendos mientras tengan cuen
tas pendientes, mientras no se paguen las
obligaciones .
Sr. González -Pido la palabra.
Se hace una concesión á la Empresa para
sacar de una vez al país de esta ratonera
en que se ha metido (risas) , se hace la ce
196

sión de las acciones de preferencia para que


el país de una vez se desligue de todas esas
trampas á qué entonces esta cesión, si el
Estado ha de tener que seguir pagando el
6 % sobre las deudas del concesionario ?

Sr. Ministro de Hacienda


¿ Qué inte
Sr. Ministro del Interior I
rés; qué tiene que ver el Estado con eso?

Sr. González - No pagará ese interés el


Gobierno, pero lo pagarán los ciudadanos
que hagan uso del ferro -carril .

Sr. Ministro del Interior -- Los ciuda


danos del Estado del Paraguay tienen la
obligación de pagar todo servicio; lo mismo
.
en el Paraguay que en cualquier país del
mundo .

Sr. González ---No lo pagará el Estado di


rectamente, pero sí los ciudadanos paragua
yos con las tarifas inconsideradas que la Em
presa les impondrá .

Entonces ¿á qué ceder esas acciones de pre


ferencia si se tiene que seguir pagando des
pués por los ciudadanos, ya que no por el
Estado, semejante enormidad?

Sr. Ministro de Hacienda ¿ Cuál es la


enormidad en cifras?

Sr. González -El interés de los debentu


res, más el interés de las acciones ordinarias.
197

Es claro que la Empresa fijará sus tarifas


de modo que le permita atender no solamen
te sus obligaciones en el extrangero sino
que le permita sacar un dividendo ; eso es
natural; y el pobre campesino en lugar de
pagar 100 pesos por una carreta, como que
la industria ferrocarrilera está monopolizada
en el país, tendrá que pagar esos 100 pesos
por 30 ó 40 kilómetros de viaje. Esta indus
tria está completamente monopolizada en
nuestro país, no tiene competencia y hará
del pueblo lo que quiera por la fuerza de
las necesidades; pero si á esto vamos á lle
gar, yo me niego francamente á ello ; que
salga por donde saliere este arreglo, no me
animo á votar en ese sentido .

Sr. Ministro de Hacienda- Pido la pala


bra.
El senador doctor González padece de un
error gravísimo y sienta premisas completa
mente falsas respecto de la retribución de
servicios de las Empresas radicadas en el
país.
No son las leyes ni las disposiciones gu
bernativas las que limitan las utilidades de
las Empresas y de los individuos. No hay
ley que pueda limitar esas utilidades legal
mente; sólo la competencia que surje del
crecimiento del país viene á establecer el
nivel en el que coinciden las pretensiones
del que compra y del que vende, del que
presta un servicio y del que hace uso de él .
― 198 ―

Si no, por qué no se aplica la misma teo


ría del honorable senador á las otras indus
trias , á la producción y á los otros medios
de comunicación que existen en el país ? ¿Por
qué no se dice, por ejemplo, tal mensajería
cobra una enormidad y esto es arrancar
un tributo al pueblo?
¿Por qué á las Empresas de navegación
no se les limita la utilidad legítima que pue
dan obtener? ¿ Por qué? Porque carecen los
poderes públicos de los medios legales para
hacerlo ; porque sólo las propias utilidades
que realizan las Empresas son las mismas que
llaman á nuevos capitales para establecer la
competencia saludable y niveladora.
¿Por qué en artículos de primera necesidad ,
que son indispensables, aún más que un ser
vicio de ferro- carril del cual puede ó no ha
cerse uso, no dice la ley: de aquí no pasa
rás ? ¿ Quién fija y quién limita esas utilida
des? Sólo la competencia .
Y bien, pues, por qué pretender nosotros
que por tratarse de Empresas que se radican
y no pueden salir del país , que vienen á co
rrer el riesgo de su mayor ó menor crecimien
to y desarrollo , sólo á ellas les apliquemos
frenos de hierro y les digamos : no podrás
realizar utilidades sino del uno ó dos %?
Y esto me extraña aún más, cuando no
hace mucho tiempo , señor Presidente, en este
mismo Congreso se ha sancionado un pro
yecto de ley de ferro- carril por el cual se
establecía que el Estado no intervendría en
199 --

las tarifas sino cuandó las utilidades pasasen


del• 12 % ; y es natural que esas utilidades
existen ni pueden existir sino después
de cumplidas íntegramente las obligaciones .
Si nosotros establecemos desde ya que las
Empresas de ferro carriles en nuestro país
no pueden aspirar sino á una utilidad de
1 % , claro es que no vendrán nunca .
Hombres y capitales no vienen por salud
á América ; vienen buscando despertar ener
gías y realizar sus negocios. Cíteme el señor
senador un sólo país del mundo donde esté
limitada en esta forma la utilidad de las Em
presas concesionarias, y le daré la razón. Cí
teme una industria, y en este caso, señor
Presidente, como decía, estaré con el en que
en ningún caso la Empresa del ferro - carril
podrá pagar 6 % sobre el capital invertido .
No, señor Presidente , no se puede proce
der en esa forma, porque eso equivale á
cerrar de golpe las puertas de nuestro país
al capital extrangero reclamado tan impe
riosamente .

Sr. González -Pido la palabra.


Deseo que se me comprenda en lo que he
querido decir .
No me opongo á que los capitales que se
introducen en el país por la Empresa ga
nen 6 % como exigen y ganan las otras
Empresas con el trabajo y el empleo de su
capital real y efectivo ; pero sí, me opongo
á que se gane 6 % sobre un enorme capit al
200

ficticio, que nunca ha sido invertido en el


país.
La Empresa Mihanovich ó cualquier otra
Empresa por el estilo, que ejercen en el
país verdaderos monopolios y cobran lo que
quieren, trabajan siquiera sobre un capital
propio efectivo y el Estado no tiene medios
de entrometerse en sus negocios y limitar
sus ganancias.
Yo quiero que también la Empresa del
ferro carril gane sobre el capital que tiene
invertido en el país, pero no quiero que
gane interés sobre capitales ficticios , sobre
Cosas que no son capital, sobre eso no
quiero que tenga que pagar el pueblo para
guayo en forma de tarifas. ¿O se quiere
I
llamar tal vez capital á los debentures, !
aquellas famosas obligaciones cuya existen
cia se afirma y que para mí no es capital?
¿A eso llaman capital? ¿ Es capital que la
Empresa introdujo aquí? ¿ ó es una suma
abultada de cientos de miles de libras ester
linas que se han comido allá en Londres? 1
Hablo en términos demasiado gráficos , pero
es perdonable, dado el caso.
Hay que hacer, pues, distinción . Yo qui
siera que esta Empresa ganara no el 6, sino
el 15 ó el 30 % de interés sobre sus capita
les para inundar el país de ferro - carriles , si
es posible, con sus ganancias, pero jamás
sancionaría con mi voto que se pongan co
mo capital privilegiado las deudas privile
giadas que tiene la Empresa.
201 ―

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa.


labra.
La existencia del capital introducido de
que se habla es indiscutible .
Me alarman ciertas salidas del señor se
nador : por momentos le encuentro perfecta
mente interiorizado del asunto, demuestra
haberlo estudiado bien , y en otros instantes
pareciera como ofuscado, como si una nube
obscureciera su clarísimo criterio.
¿Con qué se ha hecho la prolongación
del ferro - carril de Villarrica á Pirapó ? ¡ Con
los debentures!
Se sabe que esas acciones hipotecarias
fueron emitidas al 7 por ciento, y por el
hecho de que quienes dieron el dinero hace
diez y ocho años , y lo dieron contante y
sonante, no hayan recibido un solo centavo
de interés, ¿hemos de condenarlos, aún afir
mando caprichosamente que es dinero . que
se comieron en Londres ?
Hay que tener en cuenta, vuelvo á repe
tir, que cualesquiera que hayan sido los
errores del pasado, cualesquiera que hayan
sido los actos dolosos sobre los cuales he
mos querido correr un velo piadoso, reali
zados entre la administración de entonces
y los que aquí gestionaron la compra- venta
del ferro-carril , aquellos que dieron su dine
ro en cambio de acciones del ferro - carril del
Paraguay, hicieron honor á la promesa del
Gobierno de garantir sus intereses, y en
ningún caso son responsables de agenos
202

errores . Quienes entregaron libras esterli


nas al 74 % en cambio de las acciones .
las entregaron en efectivo y vieron decro
cer su capital . ¿ Por qué? Porque el Estado
cometió inmoralidades , porque ...... lo que se
quiera; es lo cierto que la banca europea,
cuyas puertas fué á golpear una Empresa
establecida en el Paraguay llevando en la
mano una ley de la República que fijaba
un interés, esa banca que prestó fé á dicha
ley y tuvo fé también en el crecimiento y
desarrollo de nuestra patria, ha sufrido el
quebranto material de sus acciones, porque
las vió caer del 74 al 18, y durante diez y
ocho años no ha recibido un solo centavo
de interés , y hoy mismo, ante la reacción
que se opera, esas acciones no han llegado
á alcanzar el tipo de colocación á que fue
ron emitidas . ¿Y es justo, por ventura , se
ñor Presidente, que cuando tratamos hoy
de borrar este pasado, de sumar el esfuerzo
y la energía de todos para reparar esos
errores y surcir el crédito desgarrado de la
República, es justo, pregunto, que como
único compensación á quienes dieron su ca
pital al Paraguay se les dé la repulsa de los
intereses legales, no ya vencidos sino á ven
cer, y lo que es más, el desconocimiento del
capital mismo invertido?

(Pausa)
Sr. Presidente - Voy á poner á votación
este inciso .
- 203 -

-A votación . -- Mayoría.

-Se leen y aprueban sin observación


los incisos 14, 15, 16 y 17 (último ) .

Sr. Ministro de Hacienda - Ahora falta


el art. 1º.

Sr. Pérez- Hay que discutir la forma en


que debe redactarse el artículo 1.° y pediría
que se mandara dar lectura á dicho artículo .

- Se lee :

« Art. 1.º Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum firmado el 1º de Setiembre de
1906 entre el P. E. y el representante de
la Empresa del ferro carril « The Paraguay
Central Railway Company Limited » con las
modificaciones contenidas en la presente ley
en los términos siguientes :

Sr. Pérez-La redacción de este artículo


ha sido modificada por la comisión de Ha
cienda y aceptada por los señores ministros .

Sr. Ministro de Hacienda -¿ Cómo dice


el artículo?

- Se lee nuevamente el art. 1º.

Sr. Ministro de Hacienda - Debe decir


ad-referendum para el Estado.
204

-- Se lee :

Art. 1 ° Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum para el Estado, firmado .......

en los términos siguientes :

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el artículo 1.° con la modificación propuesta ,
tal como acaba de leerse.

-A votación . -- Mayoría .

« Art. 2.º Comuníquese al P. E.

-Queda aprobado el contrato por el


Senado .

-Pasará á la Cámara de Diputados .

-Seguidamente se levanta la sesión ,


siendo las 12 y 10 p . m.
VAW

Proyecto de ley remitido en revisión por el H. Senado por


el cual se aprueban las bases del contrato ferroviario.

Fecha de entrada: Junio 10 de 1907.


Comisión de Hacienda.

Al ciudadano Presidente de la Honorable


Cámara de Diputados.

Tengo el honor de remitiros en revisión ,


en copia legalizada y con los antecedentes
de su referencia, un proyecto de ley aproba
do por el H. Senado, en sesión de la fecha,
aceptando las bases del contrato ad-referen
dum para el Estado , firmado con fecha 1.º
de Setiembre de 1906, entre el P. E. y el
representante de la Empresa del Ferro - carril
The Paraguay Central Railway Company
Limited ».
Con tal motivo, saludo al señor Presiden
te con mi consideración muy distinguida .

E. GONZÁLEZ NAVERO
Gregorio M. Morales
Secretario.
206

El Senado y Cámara de Diputados etc.

LEY:

Art. 1.º Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum para el Estado, firmado con
fecha 1.º de Setiembre de 1906 , entre el P. E.
y el representante de la Empresa del Ferro
carril « The Paraguay Central Railway Com
pany Limited » con las modificaciones conte
nidas en la presente ley, y en los términos
siguientes :
1.º La sociedad « The Faraguay Central
Railway Company Limited » hace renuncia
expresa y absoluta á la garantía del seis por
ciento que le fué acordada sobre el capital
empleado en la adquisición, reparación y
prolongación del ferro- carril de Asunción á
Pirapó, por las leyes de su concesión , decla
ra extinguidas todas las cuentas de garan
tía liquidadas ó no liquidadas y desiste de
toda reclamación á que se creyere con dere
cho contra el Gobierno del Paraguay por las
referidas leyes ó decretos gubernativos .
2.º Renuncia igualmente á todas las tierras
fiscales que por las mismas leyes debió el
Gobierno transferir á la Empresa compra
dora del ferro - carril de Asunción á Villarri
ca, con excepción de la faja ocupada por la
línea principal, con sus estaciones y talleres,
de acuerdo con el inciso 7.º de este convenio .
207

3.º La Empresa se obliga á mantener fir


me y seguro el ferro-carril de Asunción á
Pirapó, y la prolongación que se construye
re hasta Villa Encarnación , á renovar y re
parar las estaciones y depósitos que se dete
rioren, á construirlos en suficiente número
para llenar las necesidades del tráfico , á
aumentar y renovar gradualmente el tren
rodante de locomotoras, coches de pasageros ,
furgones y demás wagones de carga, de
manera que no se interrumpa el tráfico en
ningún tiempo, ni se aglomeren en las esta
ciones y vías los artículos y materiales des
tinados al trasporte.

4.º La Empresa se obliga á conducir gratis


por veinte y cinco años, las balijas de la co
rrespondencia expedida por el correo ó por el
telégrafo oficiales , así como á los conductores
de las mismas, y á cobrar la mitad de la ta
rifa por la comunicación telegráfica oficial y
por el trasporte de empleados públicos en co
misión del Gobierno, tropas, municiones , ar
mas, caballadas, víveres y vestuarios para
las fuerzas que se hallen al servicio de la
Nación, así como de los colonos y sus equi
pajes enviados por el departamento de in
migración y colonización .
5. El Gobierno se compromete á abonar
las cuentas provenientes de los trasportes á
que se refiere el inciso anterior, dentro de
los seis meses de su presentación por la
Empresa.
208

6.0 El Gobierno renuncia de modo expre


so y absoluto en beneficio de la Empresa ,
á sus acciones de preferencia, y queda desli
gado de la sociedad y desobligado , respecto
de terceros, de todos los compromisos de
ella, la cual, por este hecho, en único res
ponsable de ellos se constituye; declara ex
tinguidas todas las ventajas que puedan co
rresponderle en la Compañía; y desiste de
toda reclamación á que se creyere con dere
cho, cualquiera que sea la causa de que pro
ceda.
7.º Dentro del término de un año de apro
bado este convenio por el H. Congreso Na
cional, el P. E. otorgará á la Empresa un
título formal de dominio sobre la faja de te
rreno ocupada por la línea de hierro de
Asunción á Villarrica, en la forma siguiente:
El terreno en que se asienta la línea , de
terminado por las zanjas de sus costados ,
chaflans, rampas, base de asiento de los
terraplenes, puentes y demás obras de afir
mado de la vía ; el terreno ocupado por las
estaciones , los talleres y los depósitos de la
antigua línea de Asunción á Paraguarí y el
de los edificios análogos que la Empresa de
Patri construyó entre Paraguarí y Villarrica,
todo con arreglo al trazado ó plano le
vantado por el Departamento Nacional de
Ingenieros y siempre que dichos terrenos
resultasen fiscales en la fecha de firmarse
este convenio. Los que resultasen ser de
propiedad particular serán expropiados por
209

cuenta de la Empresa y por intermedio del


Gobierno, toda vez que ella así lo requiera.
8.0 El Gobierno concede á la Empresa á
título de compensación , á lo largo de la vía,
de los terrenos fiscales que hubiere, una su
perficie igual á la de la tierra particular
que la Empresa abone por las expropiacio
nes que tengan que hacerse.
Exceptúanse de la compensación los terre
nos reservados para uso comunal .
9.º Por espacio de veinte y cinco años con
tados desde la promulgación del presente
convenio como ley de la República, la Empre
sa quedará exonerada del pago de todo im
puesto, sea nacional ó municipal ó de cual
quiera otra naturaleza, salvo el de eslingaje,
cuando haga uso de los muelles fiscales .
10. La Empresa queda obligada á prolon
gar sus líneas á Villa Encarnación en la
forma siguiente :
Dentro de un año de promulgado este con
venio por ley de la Nación, presentará los
planos, y salvo casos de fuerza mayor de
bidamente justificados, dentro de cinco años
de aprobados los planos por el Superior Go
bierno entregará al tráfico público la vía
nueva, debiendo abonar una multa de ocho
mil pesos oro sellado por cada mes de retar
do en la terminación de la vía.
La Compañía determinará el punto de
arranque de la nueva línea y en caso de re
sultar en un punto intermedio entre la esta
ción Yegros y la actual terminación de la
- 210 --

vía, tendrá el derecho de levantar del todo


la vía y telégrafo desde el punto de arran
que hasta Fierro Punta.
11. La Empresa tendrá el derecho de cons
truir en cualquier tiempo prolongaciones ó
ramales que arranquen de sus líneas en ex
plotación, sin perjuicio de la facultad que
retiene el Gobierno de otorgar las concesio
nes que creyere convenientes, á otras Com
pañías ó Empresas que solicitasen construir
vías férreas en todas direcciones. Los terre
nos particulares necesarios á este efecto se
declaran de utilidad pública y serán expro
piados por cuenta de la Empresa.
12. Para la construcción de los ramales ó
prolongaciones de las líneas, la Empresa ten
drá el derecho de utilizar gratuitamente las
maderas y las piedras de los montes y can
teras fiscales de los lugares por donde aque
llos pasaren y que no estén arrendados, y
el Superior Gobierno concederá también á
la Empresa gratuitamente las tierras fiscales
para la vía en un ancho de cuarenta metros ,
y para estaciones nueve hectáreas ó sea me
tros setecientos cincuenta de largo por me-
tros ciento veinte de ancho .
13. Las tarifas se fijarán por la Empresa ,
y solo en el caso de obtenerse un dividendo
que pase del 6 % sobre el capital que re
presentan las acciones ordinarias, las fijará
de acuerdo con el P. E., á cuyo efecto este se
reserva la facultad de intervenir en cualquier
tiempo en la contabilidad de la Empresa;
211

entendido , después de hacer el servicio de


intereses sobre el capital privilegiado .
14. La tarifa del telégrafo de la Empresa
será la misma que la que rige para el telé
grafo nacional. Los despachos trasmitidos á
la prensa ó á la Bolsa de Comercio, se harán
con rebaja del 50 % sobre la tarifa ordinaria.
15. Se declara derogado el art. 19 de la
ley de concesión del 22 de Setiembre de 1887.
16. Todas las cuestiones que se suscitaren
entre el Gobierno y la Empresa, sobre la
interpretación de este convenio ó su ejecu
ción , serán sometidas á la decisión de árbi
tros nombrados por una y otra parte, los
cuales designarán un tercero para el caso de
discordia. En su defecto, los árbitros serán
nombrados por la vía judicial.
17. La decisión arbitral obligará recípro
camente al Gobierno y á la Empresa , y el
no cumplirla ó el demorar su cumplimiento
en todo ó en parte, dará lugar á una indem
nización que la parte morosa abonará á la
otra, en compensación de daños y perjuicios .
El monto de la indemnización se fijará por
los mismos árbitros que se nombren confor
me al inciso anterior y el pago de aquellos
no eximirá del cumplimiento de la sentencia.
Art. 2.º Comuníquese al P. E.
Dado en el Senado Nacional á 7 de Junio
de 1907 .
Es copia . Fed. A. Zelada
Secretario
-- 212 -

XXXVI

Sesión ordinaria del día 17 de Julio de 1907

Presidencia de don Pedro P. Caballero

SUMARIO :
-Comienza la discusión sobre el contrato ad-refe
rendum celebrado entre el P. E. y la The Paraguay
Central Railway Company Limited , el 1. de Se
tiembre de 1906 .
PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á los
17 días del mes de Julio de 1907 ,
Amarilla
reunidos en su sala de sesiones los
Arbo
diputados anotados al márgen y es
Ayala
Báez tando presentes los ministros del
Chaves Interior doctor Benítez, de Hacienda
Cardús Huerta señor Adolfo R. Soler, de Relacio
nes Exteriores doctor Cecilio Báez
González
Lara Castro y de Guerra y Marina señor Gui
Legal llermo de los Ríos, el presidente
Molina declara abierta la sesión , siendo las
Pérez (G.) 8 y 40' a. m.
Porta Bruguez
-Se aprueba el acta de la se
Riquelme
sión anterior.
Rojas
Rolón ( F.)
Rolón (T. P. )
-- Se leen los documentos
Talavera
entrados en secretaría.
Entrados después
Sosa (Entra al recinto el minis
Perasso tro de Justicia C. é I. Pública
Pérez (J. A.) doctor Isasi).
213

AUSENTES Sr. Presidente - Orden del


Benegas día: Arreglo celebrado entre
el Gobierno de la República
Carreras
Corvalán y la Empresa del ferro- carril .
Rodas (Se lee el proyecto de ar
Yakisich reglo).

Sr. Rojas - Hago moción , señor Presiden


te, para que se declare libre la discusión y
hago moción también para que, en atención
á la magnitud del asunto á discutirse, se con
ceda venia á todos los representantes para
que puedan leer todos los documentos que
crean necesarios, á fin de que puedan discu
tir con la amplitud que el caso requiere , tan
importante cuestión .

Sr. Presidente - Está apoyada la propo


sición del diputado señor Rojas?

-Apoyada.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


por orden, las proposiciones del diputado
señor Rojas . 1.ª Si se declara libre la discu
sión general del proyecto .
-A votación. - Unanimidad .

(Entra al recinto el diputado señor Carreras.)

Sr. Presidente - 2.ª Si los señores diputa


dos pueden leer todos los documentos que
crean convenientes
214

---A votación. -Unanimidad .

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Solicito la lectura del artículo 241 del re
glamento.
-Se lee:

« Art. 241. Sin licencia del presidente,


dada en virtud de acuerdo de la Cámara, no
se permitirá entrar en el recinto de ella
á persona alguna que no sean senadores, mi
nistros , secretarios, taquígrafos y oficiales de
sala.

Sr. Lara Castro - Veo que están ocupan


do asientos de preferencia unos señores ex
trangeros, que creo que no son ni periodis
tas ni autoridades, seguramente porque no
conocen el reglamento .
Yo hago moción , señor Presidente, para
que la Cámara acuerde venia á esos señores
para que continúen en sus asientos .

Sr. Presidente - A votación la moción del


diputado señor Lara Castro.

- Mayoría .

Sr. Porta Bruguez -- Pido la palabra.


En mérito de la importancia de la cuestión
que se vá á ventilar, hago moción para que
la Cámara se declare en sesión permanente
hasta terminar el estudio de la cuestión fe
rrocarrilera.
- 215

--
Sr. Presidente En discusión la proposi
ción del diputado doctor Porta Bruguez .

Sr. Rojas - No ha sido aún apoyada la


proposición del señor Porta.

Sr. Presidente- Ha sido en nombre de


la comisión de Hacienda y no necesita de
apoyo.

-Mayoría .

Sr. Porta Bruguez - Pido la palabra.

Señor Presidente :

Vuestra comisión de Hacienda, por mi in


termedio tiene el honor de expresar las ra
zones que la asistieron al aconsejar á la H.
Cámara, en el dictámen que acaba de leerse ,
la aprobación definitiva del contrato ad-refe
rendum para el Estado , firmado con fecha
1º de Setiembre de 1906 por el P. E. y el
representante de la Empresa del ferro - carril
y pasado en revisión por el H. Senado.

En posesión de todos los datos y antece


dentes relativos á la cuestión ferrocarrilera
y después de estudiarlos con la debida aten
ción , hasta en sus últimos detalles, se llega
siempre y por cualquier camino á la impe
riosa necesidad de darle una solución equi
tativa que ponga término al litigio que, por
cierto, afecta grandemente al crédito de la
Nación .
- 216 --

Poco tiempo después de terminada la gue-


rra del 70, el Gobierno de la República en
la imposibilidad absoluta de seguir adminis
trando el ferro- carril nacional, por falta de
recursos, por la escasez de elementos y por
las erogaciones enormes que exigían la con
servación, explotación y prolongación de la
línea férrea, lo enagenó á los señores Tra
vassos, Patri y C. bajo la condición de pro
longar la vía hasta Villarrica .

Sin duda esta Empresa tropezó con las


mismas dificultades que el Gobierno en la
explotación del ferro-carril, viéndose obliga
da á enagenarlo nuevamente á favor del
Estado por un millón doscientos mil pesos
fuertes en títulos fiduciarios, amortizables
con el 8 por ciento adicional sobre los dere
chos de importación y con la concesión de
fundar un Banco de emisión que fué el fa
moso Banco de Comercio » .

En el mismo momento que el Estado ad


quiría de nuevo en propiedad el ferro- carril ,
acordaba con el doctor Guillermo Stewart
las bases preliminares de la venta de la lí
nea, y en consecuencia se dictó la ley de 22
de Setiembre de 1887 autorizando al P. E ...
para contratar con el citado doctor Stewart
la enagenación del ferro- carril de Asunción
á Villarrica bajo las condiciones siguientes:
1. El importe de la venta será de dos
millones cien mil pesos fuertes oro sellado
en libras esterlinas.
217

2. La mitad se pagará al firmarse el con


trato y la otra en proporción á las secciones
de vía que se vayan entregando al servicio
público.
3. El contrato quedará rescindido si el
comprador no abonase la primera mitad del
importe de la venta á los ocho meses de ce
lebrado el contrato.
a
4. El comprador se obligará á prolongar
la línea de Villarrica á Villa Encarnación ,
en el plazo de tres años, con la cláusula pe
nal de ocho mil pesos fuertes oro sellado
por cada mes de retardo en el cumplimien
to de esta obligación .
5. El domicilio legal del concesionario para
los efectos del contrato , y en su caso, el de
la sociedad ó compañía que se forme, si la
dirección ó administración de la sociedad
constructora ó explotadora del ferro - carril se
establece fuera de la República , tendrá en
ésta su asiento y residencia un directorio
con plenas facultades para tratar directa y
definitivamente y arreglar todas las dificul
tades que puedan suscitarse con el Gobier
no y con los particulares. Er todo caso , la
contabilidad se llevará en la República y en
idioma nacional.
6.ª La nación garante un interés de seis por
ciento, por el término de veinte años , sobre
el capital de venta y sobre el capital inver
tido en la prolongación de la línea que no
excederá de treinta mil pesos fuertes oro por
kilómetro y se pagará semestralmente y á
218

medida que se vayan entregando al servicio


público las secciones de vías terminadas .
7. A los efectos de la garantía mencio
nada quedan fijados los gastos de explota
ción en el 55 % del producto bruto y-
8. Las cuestiones y diferencias que surjan
entre el concesionario ó Empresa y el P. E.
acerca de la manera de cumplir las obliga
ciones que las leyes de concesión respecti
vamente les imponen, serán sometidos al jui
cio de árbitros.
Con esta venta el Gobierno se propuso in
dudablemente, obtener las ventajas de librar
se de la costosa y deficiente administración
del ferro carril; vender por dos millones cien
mil pesos fuertes oro lo que había adquiri
do en un millón doscientos mil pesos fuer
tes en títulos fiduciarios; y conseguir dos
cientos catorce kilómetros más de vía ó sea
hasta Villa Encarnación, fomentando así el
progreso del país.
A trueque de estas ventajas el Gobierno
se obliga á garantir á la Empresa el 6 %
anual, por el término de 20 años, sobre el
capital de venta 2.100.000 pesos fuertes oro ,
y sobre el capital invertido en la prolon
gación de la vía á razón de 30.000 pesos
oro por kilómetro.
Quiere decir, pués, que el Gobierno se
obligaba á pagar á la Empresa la suma de
quinientos diez y seis mil pesos fuertes oro
sellado anualmente, en concepto de garantía ,
inclusive el interés del capital suplementario
219

(del que nos ocuparemos más adelante) y


siempre que la Empresa hubiese terminado
los trabajos contratados.
Es cierto que para el servicio de esta obli
gación, imposible de cumplirla, el Estado
contaba con el 45 % de las entradas brutas
de la explotación de la línea cuya adminis
tración abandona exclusivamente á la Em
presa, creyendo con estas entradas que la
garantía convenida no pasaría de una obli
gación nominal por la compensación que se
esperaba.
Inocente error que, hasta hoy, desgracia
damente lo estamos palpando !
A este respecto el distinguido jurisconsulto
don Ramón Zubizarreta, abogado del Gobier
no en esta misma cuestión , se preguntaba :
¿Sabía el Gobierno que al comprometerse á
garantir á la Compañía el 6 % , contraía la
obligación de pagar anualmente y por el tér
mino de veinte años, la enorme suma de
516.000 pesos fuertes oro? No es dudosa la
negativa. Ni por asomo pudo ocurrirse á los
poderes públicos que dieron aquellas leyes ,
que la Nación contraía por ellas semejantes
compromisos » .
No bastando al Gobierno haberse echado
encima una obligación imposible de cumplir
la, dieta á favor del concesionario la ley de
21 de Abril de 1888 modificando la ley de
concesión en el sentido de fijar el 65 %
de las entradas brutas para gastos de explo
tación , en menoscabo de los intereses del
220 ――

Estado, á quien se le despojaba de un 10 %


de esos mismos gastos, á los efectos de la
garantía.
Pero estaba escrito que aquí no debía
parar la prodigalidad de aquellos hombres
del Gobierno para con el concesionario, pués,
á los 3 meses de dictada la ley anterior , se
dicta la del 14 de Julio del mismo año, vol
viendo á modificar la ley de concesión en
los términos siguientes :
(a) El pago de la venta del ferro - carril
deberá hacerse entregando la mitad equiva
lente á 1.050.000 pesos fuertes oro al conta
do y en el acto de extenderse la escritura
de compra- venta. La otra mitad se entrega
rá en acciones especiales de preferentes, ga.
nando el interés anual de 6 % y quedando
el Gobierno como accionista en la Compañía
á formarse. ¿Qué hermoso ejemplo de cordu
ra y sensatez nos dieron los hombres del
Gobierno de aquella época -que ya pasó -
con obligar al Estado á recibir acciones en
pago de un bién público enagenado y acep
tar el carácter de accionista de una compa
ñía ó sociedad á formarse con sus reglamen
tos ó estatutos aún en gestación!
(b) Fijar en el máximum de 30.000 pesos
fuertes oro el costo del kilómetro de vía
para el pago de garantía.
A este otro rasgo de la ley no le hallo
explicación posible, porque nadie ignoraba
que el kilómetro de vías costaba muchísimo
menos que el señalado . Por otra parte , sabían
221

aquellos que sancionaron y promulgaron


esta ley, que al aceptar caprichosamente el
valor del kilómetro de vía, tenía que aumen
tar necesariamente la garantía del interés
sobre el mismo valor? La negativa se impo-
ne al espíritu imparcial que no busca recrimi
naciones y solo quiere ver, con el abogado
citado, que el Gobierno del Paraguay obró
como lo habría hecho el menor de edad más
inexperto, sin darse cuenta del asunto que
tratara y de las obligaciones que contrajera.
Debo hacer constar que éstas dos últimas
leyes fueron dictadas un año después de la
ley de concesión y un año antes de conoci
dos y aprobados por el Superior Gobierno
los estatutos sociales de la Empresa, sin co
nocerse aún el monto de su capital ni las re
glas á que debían sujetarse los actos sociales .
El 26 de Marzo de 1889, el representante
de la Compañía del ferro - carril, señor Henry
Valpi, somete á la aprobación del Superior
Gobierno los estatutos sociales en mérito,
dice , de no contener nada que sea contrario
á las leyes del país.
El Fiscal General del Estado aconseja su
aprobación , previa intercalación de los si
guientes artículos : 1.º El domicilio legal de la
Compañía estará en la capital de la Repú
blica, sin perjuicio del domicilio establecido
en Inglaterra. 2.º Todas las relaciones del
Estado del Paraguay con la Compañía , así
como todos sus derechos en la misma, serán
regidos por las leyes de la República .
222

Corrida vista al representante de la Em


presa, este se opone á la intercalación de
los artículos propuestos alegando que las
observaciones hechas por el señor Fiscal
deben entenderse no como artículos extra
ños sino como aclaración ó interpretación de
los artículos 21 y 24 de la ley de 22 de
Setiembre de 1887 y complemento de lo
prescrito en la letra (o ) del artículo 3.º del
memorandum y el artículo 114 de los esta
tutos sociales .
Y en este sentido el P. E. decretó en Ju
nio 1º de 1889 la aprobación de los estatu
tos de la Compañía é inscripción en el
registro público de comercio el 11 del mis
mo mes y año.
Sabido es que una vez llenadas las
formalidades de ley respecto á los estatutos ,
memorandum ó reglamentos de sociedades
anónimas, ellos, desde su aprobación , fijan
las reglas que deben observarse en las
relaciones de la sociedad para con sus
miembros y para con terceros .
Los estatutos de la Compañía «T. P. C.
R. C. L. » acuerdan atribuciones vastísimas
á la asamblea que deberá reunirse periódi
camente en Londres . La Compañía puede
levantar capitales ó contraer empréstitos
por la emisión de hipotecas, cédulas hipote
carias, etc., etc., sobre los bienes presentes
y futuros de la misma. Puede arrendar,
hipotecar, cambiar, transferir, empeñar, ven
der, ceder ó traficar de otro modo, parcial
223 -

ó enteramente con la empresa , los negocios


ó bienes de la Compañía. La junta directi
va tiene también amplísimas atribuciones .
Luego las obligaciones hipotecarias que
hoy gravan los bienes de la Compañía fue
ron emitidas de acuerdo á los estatutos so
ciales y son por consiguiente perfectamente
válidas . Ellos gozan un interés
interés de 6 %
anual, pero jamás fueron abonados á sus
tenedores . También estatuye de que el do
micilio registrado de la Compañía estará en
Inglaterra y el domicilio de la Junta Local
ó Directorado para las relaciones con el
Gobierno y particulares estará en el Para
guay, debiendo llevarse en el país la conta
bilidad en el idioma nacional .
La Compañía tiene pues dos domicilios, en
el Paraguay y en Londres. En esta repre
senta á la Compañía un Director- Gerente
con amplias atribuciones para tratar con el
Gobierno de la República y con los particu
lares, como se observa en todos los poderes
generales presentados al P. E. por los geren
tes señores Valpi, Gray, White, Smith y Ro
dríguez .
Como se observará estas disposiciones
sociales están dictadas de acuerdo á las le
yes de concesión .
El capital social se fijaba en € 482.930 di
vidido en acciones ordinarias y especiales
de preferentes de 10 c/u .
Restando de este capital las 21 mil accio
res de preferentes que recibió el Gobierno
224

en pago de la venta del ferro- carril y los


1.050.000 pesos fuertes oro entregados al
contado en el mismo concepto, queda la
Empresa con un capital de 314 650 pesos
fuertes oro .
Podía la Compañía T. P. C. R. C. L. res
ponder con su capital emitido á las obliga
ciones impuestas por las leyes de concesión?
La negativa se impone; pero la Empresa ,
sin duda, contaba con los 516.000 pesos fuer
tes oro anuales que recibiría del Estado en
concepto de garantía por el término de vein
te años .
En Junio 12 de 1889 el P. E. y la Compa
ñía suscribieron el contrato de compraventa
del ferro-carril, bajo las cláusulas siguientes :
(a) El ministro del Interior don Juan A.
Meza en nombre del P. E. y en representa
ción del Estado : da en venta real y enage
nación perpétua el ferro - carril nacional de
Asunción á Villarrica á la sociedad anónima
<<The Paraguay Central Railway Company
Limited representada en la capital por don
Enrique Valpi, cediéndolo á perpetuidad y
de una manera irrevocable a favor de la
sociedad compradora, para que tome pose
sión del ferro- carril y sus dependencias des
de esta misma fecha y lo goce y lo explote
como verdadera propietaria del mismo .
Los términos claros é imperativos de esta
cláusula no admiten dudas.
(b) La venta se efectua con la condición
de que la Empresa prolongue la línea del
-- 225 -

ferro -carril de Villarrica á Villa Encarnación .


Si la Empresa no cumpliera ó suspendie
ra después el cumplimiento de esta obliga
ción, traería consigo la rescisión del con
trato?
La condición impuesta á la Empresa impli
ca una condición resolutoria?
La respuesta nos la da la misma ley de
concesión, al establecer una multa de 8.000
pesos fuertes oro por cada mes de retardo
en la terminación de la vía.
Al finalizar el primer año social, el repre
sentante de la Empresa señor Valpi solicitó
del ministerio respectivo el pago de la ga
rantía del 6 % sobre el capital de venta co
rrespondiente á los 142 días transcurridos
desde el 12 de Junio, fecha en que se firmó
la escritura de venta, hasta el 31 de Octubre
del mismo año, para seguir después liquidan
do ese servicio por semestres iguales, y que
importan £ 4.901 con 18 chelines, 4 peniques .
Esta liquidación dió origen á una discu
sión entre el Contador General de la Nación
y el Gerente de la Empresa sobre los si
guientes tópicos :
(a) Cuáles son los derechos y obligaciones
del Gobierno como accionista.
(b) Qué relación de subordinación ó de
pendencia existía entre la administración del
ferro carril y la contaduría general de la na
ción.
(c) En qué clase de moneda debía pagar
se la garantía.
226 ――――

(d) Cómo el 35 % de las entradas brutas


de la explotación de la línea quedaba afec
tado para el servicio de la garantía .
y (e) Qué relación existía entre este ser
vicio y los dividendos correspondientes á
las acciones de preferentes..
La discusión mencionada la solucionó el
decreto del P. E. del 8 de Mayo de 1890
ordenando el pago de la garantía reclamada
con la condición (que no fué cumplida) de
reembolsar al Gobierno dentro de los treinta
dias siguientes la parte que le correspondía
de la explotación del ferro- carril .
En Julio 1º de 1890 el Banco Nacional del
Paraguay celebró contrato con el gerente de
la Empresa del ferro- carril señor Gray ofre
ciéndole éste un empréstito de £ 50.000 so
bre los créditos de su sección hipotecaria á
condición de que se promulgase una ley
acordando la garantía del 6 % á £ 100.000
que deberían servir para los gastos de repa
ración de la línea de Asunción á Paraguarí.
Contrato que fué sancionado por ley de
25 de Julio del mismo año.
Sobre ese empréstito, huelga todo comen
tario, por que no pudo pedirse negocio más
redondo para la Empresa.
En 20 de Noviembre de 1890 la Empresa
del ferro- carril entregó al servicio público
tres y medio kilómetros de vía importando
un valor de 105.000 pesos fuertes oro sellado .
El 17 de Mayo de 1891 volvió entregar al
servicio público cuarenta y siete y medio
227

kilómetros más de vía importando la suma


de 1.425.000 pesos fuertes oro y el 9 de
Agosto entregó finalmente al servicio cua
renta y nueve kilómetros más de vía, que
suman 1.470.000 pesos fuertes oro .
Debo hacer constar que la Empresa sus
pendió la prolongación de la vía el 9 de
Agosto de 1891 después de entregar al ser
vicio público cien kilómetros de vía y el
Estado suspendió el servicio de garantía el
31 de Octubre de 1890.
En Enero 13 y Febrero 12 de 1891 el ge
rente señor R. Gray presentó al Gobierno
la cuenta de garantía liquidada al 1º de No
viembre de 1890 y que demuestra un saldo
á favor de la Empresa de £ 1.467 : 16 ch. 1
p. inclusive £ 318 : 14 ch. 11 p. intereses por
retardo de pago de garantía que ha sido
pagada al vencimiento por la Compañía á
los portadores de obligaciones .
Esta cuenta fué objetada por la Contadu
ría General en Enero 28 del mismo año en
los términos siguientes :
(a) Que la Empresa no ingresó en Teso
rería el producto bruto del 35 % como se le
ordenó en el decreto citado .
(b) Que en el referido decreto el P. E. no
mencionó las observaciones hechas por la
contaduría á la cuenta de garantía anterior
mente presentada.
(c) Que si la Empresa cobra intereses por
retardo de pago de garantía es justo que
el Gobierno perciba el interés por el ade
228

lanto que recibió la Empresa en Londres,


en concepto de garantía: en 28 de Agosto,
12 de Setiembre y 26 del mismo año ppdo.
respectivamente : £ 5.064 : 4 ch. 6 p , £ 8.503: 3
ch. 9 p. y . £ 2.785 : 8 ch. 11 p. que suman
£ 16.352 : 17 ch. 2 p .
De esta cuestión suscitada entre el Conta
dor de la Nación y el Gerente del Ferro
carril se dió vista al Interventor en Marzo 20
de 1891 , quien á su vez y después de haber
practicado un minucioso examen en la con
tabilidad de la Empresa del ferro - carril, hi
zo las objeciones siguientes :
(a) Que el libro diario, sellado y rubricado
debidamente por el señor Juez de Comercio ,
sólo contiene las operaciones de la Empresa
hasta el mes de Noviembre del ppdo. año
inclusive , no existiendo asiento alguno pos
terior á esa fecha. (b) Que se constató en
ese mismo libro en su primera página el
capital de la Empresa y del Gobierno, anu
lando este asiento posteriormente, de modo
que hoy no consta en la contabilidad ca
pital alguno del Gobierno, ni de la Empre
sa, lo que es contrario á las disposicio
nes terminantes del artículo 51 del Código
de Comercio. (c) Que no existe ningún li
bro de inventario exigido por la misma ley
comercial . (d ) Que solo las operaciones de
la Empresa referentes á la explotación del
ferro-carril desde Diciembre ppdo. á la fecha
constan de libros auxiliares, papeles sueltos
y de un libro borrador de caja. (e) Que en
229

el libro borrador de caja, ya que los libros


principales están atrasados, no constan cier
tas operaciones de pública notoriedad, como
es la cobranza mensual de la amortización
del préstamo hecho por T. P. C. R. C. L. en
Agosto ppdo. al Banco Nacional del Para
guay, desapareciendo estas cantidades sin
hacerse constar ni su percibo ni su destino
en los libros correspondientes. Es decir, que
estando sujeto el empréstito del Banco Nacio
nal del Paraguay expresamente al art. 1.º de
la ley de Julio citada, pues, así se despren
de del contrato de referencia, los reembolsos
que percibe mensualmente el representante
de T. P. C. R. C. L. constituyen el capital
suplementario de que habla el artículo refe
rido, y debe ser invertido en el mejoramien
to y reparación de la vía permanente, máqui
nas, wagones ú otros de urgente necesidad
á fin de poner al ferro- carril en condiciones
convenientes para su explotación .
Pero sucede lo contrario. (f) El ferro- carril
en todas sus subdivisiones según pública
voz va empeorando de día en día, los desca
rrilamientos y desastres se suceden con más
frecuencia, la cuenta de explotación de la
línea, que indebidamente es recargada con
los gastos motivados por estos descarrila
mientos, cada día aumenta en perjuicio del
producto del ferro - carril, garantido con el
6 % anual en oro sellado por el Estado, sin
que la Empresa se dé por entendida de cum
plir la ley de 25 de Julio de 1890. (g) La
230 ---

T. P. C. R. C. Les en extremo exigente en


cuanto á los beneficios que le conceden las
leyes del país, pero no cumple los deberes
que le imponen las leyes, en grave perjuicio
de los intereses del Estado y del público ,
que tenga necesidad para su comercio ó in
dustria de servirse del tráfico ferroviario.
Y por último termina su primer informe
proponiendo al P. E. las siguientes medidas:
1.° Que T. P. C. R. C. L cumpla las leyes
del país y haga constar en sus libros de
contabilidad todas las operaciones que efec
túe, extrictamente, con arreglo al C. de Co
mercio . 2º Que se exija á T. P. C. R. C. L.
la inversión de los reembolsos de emprésti
to que percibe mensualmente del Banco Na
cional, en mejoramientos del ferro-carril para
poner al mismo en un estado posible de ex
plotación , y 3.° Que se suspenda todo pago
de la garantía del 6 % hasta tanto no cum
pla la T. P. C. R. C. L. con las exigencias
a
1. y 2. antedichas.
Con este motivo se originó una discusión
entre el Interventor y el Gerente del Ferro
carril y para constatar los graves cargos
formulados por el Interventor contra la Em
presa, el P. E. designó una comisión compues
ta de los señores Luís Burone, Federico
Creydt, el Interventor y un Escribano Públi
co, á fin de examinar los libros de la Em
presa.
Esta comisión no pudo llenar su cometido
por oponerse á ello abiertamente el Gerente:
231

en vista de lo cual el P. E., de acuerdo con


el parecer del señor Fiscal General del Es
tado, promulgó el decreto de 15 de Diciembre
de 1891 , decreto que encierra un acabado
proceso de las irregularidades cometidas por
la Empresa, y termina ordenando se lleve
la cuestión suscitada ante el Tribunal ar
bitral.
Lástima que tan grandes energías y tan
benéficos propósitos hayan ido á terminar
en el acuerdo celebrado el 31 de Enero de
1892 entre el Interventor de Ferro - carriles
y el Gerente señor White bajo las bases
siguientes, que resolvieron presentar á la
aprobación del Gobierno de la República :
En la Asunción á los 31 días del mes de
Enero de 1892 se reunieron á invitación del
Director- Gerente de la Compañía « The Para
guay Central Railway Company Limited » ,
don H. L. White, este mismo señor y el In
terventor de Ferro- carriles don Cristian Hei
secke y trataron lo siguiente respecto á las
cuentas sobre garantía del 6 % pendientes
entre el Gobierno de la República y la ex
presada Compañía .
Expuso el señor White, que antes de pro
cederse al arbitraje de las diferencias de
cuentas é irregularidades notadas por el se
ñor Interventor, deseaba discutir los asuntos
y dar explicaciones al respecto ; para llegar,
si posible fuere, á un arreglo satisfactorio
para ambas partes, pues tenía la convicción ,
que solo por falta de esas explicaciones y
232

desinteligencia habida por parte del antiguo


Director Gerente, podían surgir las dificul
tades apuntadas. Dada esta exposición por
parte del señor White y después de discuti
das minuciosamente todas las diferencias no
tadas por el señor Interventor, se llegó al
acuerdo siguiente, que resolvieron presentar
á la aprobación del Gobierno de la Repú
blica:
ACUERDO

1.º) El señor White admite que ha habido


considerable negligencia, antes de Marzo de
1891 , con respecto al modo de llevarse la
contabilidad de la Compañía . Posteriormen
te á esa fecha, el señor Interventor consta
ta que la contabilidad está llevada en debi
da forma.
2. ) Conste que se han establecido las
cuentas de caja y las bancarias de un modo
correcto y propio y todo el dinero efectivo
que se recibe, es depositado diariamente en
la cuenta corriente de la Compañía en el
Banco Nacional del Paraguay, como también
se efectúa todo pago por cheque .
3 ) El señor White confirma la necesidad
de un libro inventario, cuya falta apuntó el
señor Interventor y ha dado ya las órdenes
necesarias para establecerlo .
4.º) La cuenta capital de la Compañía que
por alguna desinteligencia fué cerrada , según
lo nota la intervención , fué ahora reabierta
sobre la base del capital garantido por el
233

Gobierno, que es de $ 2.100.000 : 00 oro por


el precio de compra del ferro carril y el cos
to de $ 30.000 : 00 oro por kilómetro de via
de Villarrica á Encarnación . (Art. 8 de la
ley aclaratoria de 14 de Julio de 1888 ).
5. ) El señor White reconoce por parte de
la Compañía , que á fin de cada semestre el
Gobierno de la República debe ser acredita
do en cuenta especial con el 35 % de las
entradas totales del ferro- carril y que por
otra parte al mismo Gobierno debe cargarse
el importe de la garantía del 6 % á favor
de la Compañía, sumas que deben abonarse
mútuamente de acuerdo con la concesión .
Así mismo, si sucediere que, al fenecer cual
quier semestre, los gastos de explotación
pasasen el 65 % autorizado por ley de 21
de Abril de 1888 y siempre que esos gastos
mayores fuesen hechos de acuerdo con el
interventor, autorizado para el efecto á su
vez por el Gobierno de la República, en este
caso la diferencia entre la mayor suma gas
tada y el 65 % fijado por la ley , será reba
jada del 35 % de las entradas totales paga
deras semestralmente, según se expresa arri
ba, retenida por la Compañía como adelanto
por parte del Gobierno y abonada á este
último en cuenta especial de adelantos con
derecho al 6 % de interés anual igual al tipo
de interés fijado para la garantía . ( Ley 31
de Julio de 1890. )
La Compañía igualmente queda obligada
á dedicar al reembolso de estos adelantos,
234

todas las sumas sobrantes del 65 % de gas


tos de explotación autorizados por la ley,
que en adelante pueda ahorrar, es decir, si
alcanzan los gastos de explotación , por ejem
plo , sólo al 60 % , el 5 % sobrante servirá
para el reembolso de los adelantos arriba
descriptos.
6. ) En general el señor White declara y
el señor Interventor así lo confirma, que la
contabilidad de la Compañía ha sido trans
formada ahora de una manera á cumplir la
resolución del Gobierno de fecha 15 de Di
ciembre último, las disposiciones del Código
de Comercio y las indicaciones del señor
Interventor en sus varios informes al res
pecto.
7.º) El señor Interventor declara tambien ,
que el señor White le ha explicado satisfac
toriamente los motivos habidos, de no abrir
debidamente la cuenta del capital suplemen
tario autorizado por ley de 25 de Julio de
1890 , sino hace poco tiempo . Ello ha sido
principalmente, porque la Compañía tuvo
que hacer antes de ahora por contrato un
préstamo al Banco Nacional del Paraguay
de £ 50.000, cuyo capital , devuelto por el
Banco, pudo ser asegurado en efectividad
por la Compañía sólo hace pocos meses.
8.º) El señor White constata, que la Com
pañía no ha exigido la garantía del 6 %
sobre el capital suplementario de £ 100.000,
autorizado por ley de 25 de Julio de 1890 y
lo hace sólo sobre aquellas cantidades de
235

este capital, que de tiempo en tiempo son


y serán gastadas en los mejoramientos de
la línea del ferro -carril.
9.º) El señor White por parte de la Com
pañía, después de discutidas con el señor
Interventor todas las cuentas observadas, re.
conoce a favor del Gobierno de la Repúbli ·
ca los siguientes saldos resultantes de las
entradas generales del ferro- carril y sus gas
tos de explotación, todo ello hasta el 31 de
Octubre de 1891.

a ) Junio 16 de 1889 á Octu


bre 31 de 1889 ...... 31.843 : 24 cl .
b) Noviembre 1º de 1889 á
Abril 30 de 1890 ...... >> 52.716:75 »
e) Mayo 1º de 1890 á Octu
bre 31 de 1890 ...... 47.581 : 28
d) Noviembre 1 ° de 1890 á
Abril 30 de 1891 ..... >> 63 827 :37
e) Mayo 1º de 1891 á Octu
bre 31 de 1891 . » 73 282 :81 >>
Total 269.251 : 45 c /l.

haciendo un total de doscientos sesenta y


nueve mil doscientos cincuenta y un pesos
fuertes con cuarenta y cinco centavos.
10) El señor Interventor, después de re
visada la cuenta de garantías á favor de la
Compañía , presentada por ésta al Gobierno
de la República con fecha 15 de Diciembre
de 1891 y que alcanza á £ 27.164 : 14 sh . 5
peniques, veinte y siete mil ciento sesenta y
- 236 -

cuatro libras esterlinas catorce shilings y


cinco peniques, valor al 31 de Octubre de
1891 , afirma la exactitud numérica de la
misma, tomando por base de la garantía la
suma de $ 2.100.000 oro como precio de com
pra del ferro- carril y el costo de $ 30.000
oro por kilómetro de vía, construida y en
tregada al Gobierno desde Villarrica hacia
Villa Encarnación.
H. L. White
Cristian Heisecke
Interventor de Ferro - carriles

Asunción , Julio 20 de 1892.

Visto el acuerdo celebrado entre el Inter


ventor de ferro-carriles y el Gerente de la
Empresa del Ferro- carril Central del Para
guay, el 31 de Enero del corriente año , y
que se halla pendiente de la aprobación del
Poder Ejecutivo, y considerando que las
cláusulas que en ese convenio se establecen
satisfacen en lo principal al capítulo de agra
vios formulados por el P. E. en 15 de Diciem
bre de 1891 y hacen ya innecesario el arbi
traje allí decretado ; oido el parecer del
Consejo de Ministros

El Presidente de la República .

DECRETA:

Art. 1.° Apruébase el referido convenio ce


lebrado entre el Interventor de ferro carriles
237

don Cristian G. Heisecke y el Gerente de la


Compañía « The Paraguay Central Railway
Company Limited , don H. L. White, con
fecha 31 de Enero de 1892.
Art. 2.º Déjase sin efecto la disposición del
arbitraje decretado por el P. E., en resolución
de 15 de Diciembre de 1891 .
Art. 3.º Déjase subordinadas las demás par
tes dispositivas del citado decreto al acuerdo
aprobado por el presente y agréguese al
expediente de su referencia.
Art. 4. Comuníquese á quienes corres
ponda, y háganse las anotaciones del caso
al mismo tiempo que las liquidaciones por
la Contaduría General de la Nación , debiendo
los interesados ratificarse en forma, en las
estipulaciones del convenio de f. 96 á 98 en
el acto de la notificación .

GONZALEZ
José T. SOSA

Con este decreto, señor Presidente, quedan


compurgadas las faltas é irregularidades
cometidas por las partes contratantes.
En lo sucesivo se vuelven á presentar
liquidaciones y balances por parte de la
Empresa, sin que estuvieran del todo exentos
de sérias objeciones hechas por la Contadu
ría de la Nación , dando orígen nuevamente
á dificultades en la aprobación de cuentas.
238

El 15 de Junio de 1896 el P. E. celebró


un convenio con el representante de la Em
presa del ferro -carril, á fin de poner término
al diferendum ferroviario, y que sometido á
la consideración del Congreso Nacional en
26 de Setiembre de 1896, lo aprobó con mo
dificaciones que motivaron la no aceptación
del arreglo por la Empresa referida.
Las bases principales del convenio fueron
las siguientes :
(a) Por los artículos 1.º y 2.º el Gobierno y
la Empresa renuncian recíprocamente á todos
los derechos que pudieran tener el uno
sobre el otro, acordados por las leyes de
concesión.
(b) El Gobierno cede á favor de la Em
presa sus acciones de preferencia y la Em
presa da por cancelados sus créditos de
garantía, y se compromete á prolongar la
vía de Pirapó al río del mismo nombre, donde
colocará un puente flotante para sustituirlo
después por otro firme.
(c) Se compromete también á construir, sin
garantía, una línea telegráfica entre Pirapó
y Villa Encarnación.
(d) Igualmente se compromete á dejar
construido, á los dos años , un ramal de Tri
nidad á la costa del río Paraguay en el mis
mo distrito y construirá un muelle que usu
fructuará la Empresa por diez años y levan
tará la vía urbana al puerto.
(e) La prolongación de la línea férrea de
Pirapó á Villa Encarnación la contratará el
239

P. E. con dicha sociedad bajo las siguientes


condiciones:
La Empresa fija un valor de 30.000 pesos
fuertes oro sellado por kilómetro á los efec
tos de la garantía del 6 % que pagará el
Gobierno por diez años, de un modo abso
luto , y se fija en 65 % los gastos de explo
tación.
De lo expuesto se deduce que la Empresa
se comprometía á ejecutar trabajos comple
tamente insignificantes en la línea, á fin de
eludir el grave compromiso de la prolon
gación de la línea férrea á Villa Encarnación .
En efecto, cuando se refiere en el convenio
á la cuestión de llevar la vía á Encarnación ,
entonces dice que el Gobierno contratará
con la Empresa; y en el supuesto de que
se contrate definitivamente, nos brinda de
nuevo con los 30 000 pesos oro por kilóme
tro y con la garantía del 6 % que pagará el
Gobierno por el término de diez años y con
el consiguiente problema del del 65
65 %
% para
gastos de explotación . En una palabra, el
mismo cortejo de pleitos y de enredos .
En resumen, podemos decir que las rela
ciones del Gobierno con la Empresa sufrie
ron desde el comienzo dificultades, que fue
ron zanjadas unas veces por medio de de
cretos gubernativos , y otras quedaron con
solución pendiente, á causa de no llegar las
partes á un arreglo definitivo .
La Empresa del ferro-carril imputa al Go
bierno la falta de cumplimiento de la ga
240

rantía del 6 % sobre el capital de venta


2.100.000 pesos fuertes oro sellado ; sobre el
capital invertido en la prolongación de la lí
nea á razón de 30 000 el kilómetro que , sobre
100 kilómetros, importa 3.000 000 pesos oro;
sobre el capital suplementario 500.000 pesos
fuertes oro; que con intereses capitalizados
ascienden al 30 de Abril de 1907 á un total
de 8.916.184 : 13 pesos fuertes oro sellado .
A su vez el Gobierno imputa á la Empresa
el no haber ingresado en arcas fiscales : el
35 % de las entradas brutas de la explo
tación de la línea ; el interés del 6 % que
gozan las 21 000 acciones de preferencia
1.050.000 pesos fuertes oro ; y á estas parti
das, agregando el importe de la multa de
8.000 pesos fuertes oro mensuales por retar
do en la prolongación de la vía férrea , en
el supuesto de que la Empresa deba pagar,
ascienden á un total de 5 809.183 : 89 pesos
fuertes oro sellado .

Haciendo ahora el balance del debe y


haber en la cuenta del Estado con la Em
presa, nos dá como resultado un saldo en
contra del Estado de 3.107.001 : 13 pesos
fuertes oro sellado.
Es cierto que el haber del Estado debe
aumentarse con las 21.000 acciones de pre
ferencia con un valor nominal de 1.050.000
pesos oro, pero aún así mismo, el Estado
quedaría con un saldo deudor de 2.057.001 : 13
pesos fuertes oro .
241 -

Que la Empresa del ferro -carril ha grava


do sus bienes con obiigaciones hipoteca
rias denominadas deventures , por valor de
4.570.000 pesos fuertes oro, con un interés
del 5 % anual . El Gobierno al aceptar las
acciones de preferencia en pago de la mitad
del importe del ferro- carril, entró á formar
parte, como accionista , de la sociedad anó
nima « T. P. C. R. C. L. >>> yde consiguiente,
responde con sus acciones á las obliga
ciones contraídas por la sociedad de acuer
do á sus Estatutos .
Que el Estado debe pagar semestralmente
la garantía, es indudable, porque así lo man
dan las leyes de concesión y lo proclamaron
los actos posteriores de los poderes públicos.
Que tampoco se puede negar que el ser
vicio de garantía se hizo desde el 12 de Ju
nio de 1889 hasta Noviembre de 1890 y que
no podía seguir pagando el Gobierno, tam
bién es notorio, por carecer en absoluto de
recursos y los que tenía apenas cubrían el
presupuesto de gastos de la Nación.
Que la suspensión de la prolongación de
la vía fué hecha el 9 de Agosto de 1891 , es
decir, dos meses después de haber dejado el
Gobierno de abonar la garantía del 6 por
ciento .
Que la Empresa del T. P. C. R. C. L. tie
ne representante legal eu esta capital, con
amplias facultades para entrar en relaciones
con el Gobierno de la República y los par
ticulares y con domicilio en la misma ciudad ,
― 242

tampoco se puede negar, por que así lo afir


man los poderes generales amplios exhibidos
por los directores gerentes de la Empresa ,
por que así lo ordenaron en asamblea los
accionistas en Londres, por que así lo reco
nocieron el Poder Ejecutivo , el Congreso
Nacional y con demasiada frecuencia el Po
der Judicial.
El contrato que ocupa actualmente la aten
ción de esta H. Cámara viene á poner térmi
no al enojoso litigio ferrocarrilero que me
noscaba el crédito de la Nación en el extran
gero y entorpece el desarrollo progresivo
de la industria, comercio y agricultura en el
país.
En efecto, por dicho convenio la Empresa
renuncia en absoluto á todo crédito que
pudiera tener contra el Estado por las leyes
de concesión y á la vez se compromete á
prolongar la línea férrea hasta Villa Encar
nación sin garantía de ningún género, y en
compensación sólo pide al Estado renuncie
á su vez á las acciones de preferencia . Y he
mos dicho ya que estas acciones, aún en el
supuesto de tener en efectivo su valor no
minal, no cubren ni la tercera parte del debe
del Estado, advirtiendo además que actual
mente su desvalorización es tal que no se
cotizan ya en los mercados de Europa.
Y á propósito de esta solución que se
aconseja dar á la cuestión , recordaré, para
terminar, los consejos dados por el doctor Zu
bizarreta : « Para que la obligación de cons
--- 243 ――

truir la línea hasta las orillas del Paraná


surja de nuevo, es de precisión que se for
me una nueva Compañía con los restos de
aquella y que lo contrate. ¡ No caiga el Go
bierno en el lazo de entrar á formar parte
de esa nueva sociedad á motivo de querer
salvar algo de las 21.000 famosas acciones
de preferentes; y tenga serenidad y resig
nación bastante para dar por perdido aquel
capital, en cambio de la provechosa lección
que ha recibido para no mezclarse en lo su
cesivo en especulaciones de ninguna clase !
Ni es conveniente á la persona jurídica Es
tado del Paraguay meterse á especular en
ferro-carriles, ni propio de la entidad admi
nistrativa Gobierno convertirse. en interés
particular de una empresa de trasportes para
entorpecer la libertad de acción que necesi
ta tener en bien del mejor servicio público » .
En realidad el nuevo directorio en Lon
dres está compuesto de personas vinculadas
estrechamente á las sociedades de ferro
carriles argentinos, y muy conocedores de
los países sud- americanos ; así, es de esperar,
con sobrada razón , que muy pronto será un
hecho el empalme de nuestro ferro -carril con
el argentino por Encarnación.
Y finalmente , señor Presidente, una tran
sacción equitativa que ponga término á las
diferencias surjidas en las relaciones de las
partes contratantes, se recomienda por sí
sola, antes que abandonarse á la contin
gencia del fallo de un tribunal arbitral.
244

Por estas consideraciones, la comisión de


Hacienda reitera su pedido de aprobación del
contrato ad-referendum que ya fué sancio
nado por el H. Senado .

Sr. Chaves- Pido la palabra.


Como voy á impugnar el proyecto auspi
ciado por el P. E. y aprobado ya por el H.
Senado, pido indulgencia á la H..Cámara si
es que mi exposición no resulta tan breve y
tan concisa como fuera de mi deseo.
Por fuerza de las circunstancias tengo que
referirme primeramente á la memoria presen
tada por la comisión de Hacienda aconse
jando la sanción del proyecto .
Es de sentir, señor Presidente , que dicho
memorial leido por el miembro informante
de la comisión de Hacienda no fuese publi
cado ....

Sr. Presidente - Habiéndose la Cámara


declarado en sesión permanente, creo conve
niente, antes de continuar adelante, consultar
con ella si se pasa á cuarto intermedio , á
fin de que los señores diputados puedan ser ·
virse una taza de té.

-Se pasa á cuarto intermedio y vuel


tos á sus asientos los señores represen
tantes. dice el

Sr. Presidente Continua la sesión .

Sr. Chaves - Pido la palabra.


245 --

Decía, señor Presidente , que deploraba


que por disposición del reglamento el me
morial escrito y leido por el miembro infor
mante de la comisión de Hacienda sobre el
proyecto en discusión no pudiese publicarse,
á fin de que la Cámara pueda con detención
valorar las razones expuestas en ese dicta
men y las conclusiones á que llegan en favor
del proyecto .
Me referiré por eso únicamente á los puntos
culminantes del dictamen . Es cierto que el
Estado al enagenar su ferro-carril á la socie
dad The Paraguay Central Railway Compa
ny Limited , lo hizo en condiciones ventajo
sísimas para ella, pues esta enagenación se
realizó , casi puede decirse, por la mitad del
valor real del inmueble vendido. Los favores
del Estado no se han reducido solamente á
esto sino que prestó toda clase de proteccio
nes y de complacencias para la Empresa.
Casi á raiz mismo de la enagenación del
ferro -carril, se suscitó entre la Empresa y el
Estado, no precisamente un litigio, sino un
estado anormal á consecuencia del incumpli
miento por parte de la Empresa de las prin
cipales y fundamentales obligaciones estable
cidas por las leyes de concesión á favor del
Estado. Nadie duda que este estado anor
mal entre el Estado y la Empresa conviene
terminar, pero surgen las divergencias de
opiniones cuando se trata del modo, de la
forma cómo se ha de terminar ese estado
anormal.
246 --

La comisión de Hacienda , al igual que cl


P. E , presenta la solución de las cuestiones
que el Estado y la Empresa tienen entre sí
en forma de una transacción . Para la comi
sión de Hacienda, pues, la solución del pro
blema está en la transacción .
Es de advertir que desde el año 1892 has
ta el presente, ha sido una tradición guber
nativa esta forma de solución . Todos los
Gobiernos que intentaron zanjar las dificulta
des entre la Empresa y el Estado han optado
por la transacción.
Lo importante, pues, señor Presidente, es
averiguar si para zanjar estas dificultades
suscitadas entre el Estado y la Empresa no
queda otro camino más que la transacción.
He de permitirme exponer en oportunidad
muy ampliamente mi opinión acerca de esta
cuestión y ahora voy á cumplir el compro
miso de referirme á los errores del dictamen
de la comisión de Hacienda , y lo haré á
grandes rasgos.
No es cierto, como afirma la comisión de
Hacienda , que la suspensión de la línea de
prolongación á Villa Encarnasión fué poste
rior á la suspensión del pago de garantía
por el Estado.
Cuando la línea se suspendió en Agosto
de 1891 , el Estado había cumplido religiosa
mente el pago de la garantía. Es más aún :
quedaba á favor del Estado un saldo con
siderable, si mal no recuerdo, de $ 60.000 oro
más o menos .
247 ―

Es importante este punto para las respon


sabilidades que deben discernirse respecto
del cumplimiento del contrato por parte de
la Empresa para con el Estado .
Afirmaba la comisión de Hacienda que el
doctor Zubizarreta se admiraba de haber el
Estado obligádose al pago de 6 % sobre el
capital de 5.600 000 pesos , cuando los recur
sos con que contaba le imposibilitaban de
hacer efectivo este pago . Pero á este respec ·
to hay que advertir, en obsequio al Estado ,
los motivos y razones que tuvo para prome
ter esta garantía.
Antes de la enagenación á la sociedad The
Paraguay, el ferro - carril obtenía utilidades.
Consta en los antecedentes oficiales que
durante la administración del coronel Al
faro, como durante la administración de
Travassos y Cía. , el ferro- carril daba ga
nancias, y sabido es que esas adminis
traciones no podían ser ni tan inteligentes
ni tan eficaces para la mejor explotación de
la línea, por la condición y preparación de
los hombres que estaban al frente de esas
administraciones .
Por otra parte, la prolongación de la línea
á Villa Encarnación, que fué el pensamiento
fundamental del Estado, no solamente para
la enagenación de su ferro- carril en un pre
cio ínfimo, sino que también para el compro
miso que contrajo por la garantía, se expli
ca que esta garantía, ofrecida por parte del
Estado, no fué una generosidad sino más
248

bien una conclusión lógica de los motivos


que tuvo para hacer este compromiso.
Llegada la línea á Villa Encarnación, toda
la zona del interior de la República debía
tener en estas condiciones su salida por dos
grandes arterias fluviales : el Paraná y el
Paraguay. Esta zona corresponde á la más
rica que tiene el país, y el Estado, pues, no
podía imaginarse que con una administra
ción honesta é inteligente que explotara este
ferro-carril, no diera una utilidad mayor
que la que el Estado aseguraba como garan
te. Tan es así, que consta en los anteceden
tes de esta cuestión la opinión muy valiosa
del ingeniero señor Valpi , quien calculaba
el rendimiento en un 8 % una vez que la línea
llegara á Villa Encarnación .
El Estado, pues , al asegurar el 6 % de ga
rantía al capital que importaba la venta y
al capital de la prolongación , se comprome
tió á una garantía en condiciones que para
él no ofrecía ningún sacrificio positivo . El
hecho de que la Empresa no haya obtenido ,
no ya el 6 por ciento de garantía, ni tan
siquiera el 1 por ciento, no hay que buscarlo
en otra parte sino en la forma como esa
Empresa manejó el inmueble vendídole por
el Estado . Sin una administración honrada,
inteligente y ordenada, es claro , señor Pre
sidente, que ningún negocio, y principalmen
te el del ferro- carril, puede dar ganancias.
Y como la comisión de Hacienda invocara
la opinión del doctor Zubizarreta sobre este
- 249

punto , conviene advertir también que la opi


nión del doctor Zubizarreta sobre la cuenta
de garantía es la siguiente : que esta deuda
no es una deuda pura y lisa , sino una deu
da subsidiaria; es decir, en el supuesto
de que la Empresa no obtuviese la ganancia
del 6 % sobre el capital determinado, el Es
tado debía de suplir esta falta ; si la Empre
sa obtiene el 4 % de utilidad el Estado no
le debe sino el 2 %. Esta es la opinión cierta ,
segura, que se deduce del concepto mismo
de la garantía y no puede ser otra tampo
co la interpretación que se dé á esta ga
rantía de acuerdo con las leyes de con
cesión .
Respecto á los debentures á que se refie
re también la comisión de Hacienda, puede
decirse que no se trata en realidad de una
hipoteca . Estos debentures no pueden gra
var el inmueble que constituye el patrimo
nio de la Empresa, por que les faltan requi
sitos tan esenciales que francamente, para
aceptar la opinión de la comisión de Hacien
da sobre el particular, habría que cerrar los
ojos sobre disposiciones claras y terminan
tes de nuestras leyes. En la forma ✓ en que
han sido emitidos los debentures no pueden
de ninguna manera constituir para nosotros
una hipoteca, y bién sabido es que los de
rechos que gravan los inmuebles no pueden
ser juzgados sino de acuerdo con las leyes
del lugar donde se encuentran estos inmue
bles, que en este caso sería el Paraguay .
250

Se ha referido también la comisión de


Hacienda sobre la condición resolutoria .
afirmando que no existe condición resolutoria
entre el Estado y la Empresa, por su con
trato de compraventa. Es cierto que la con
dición resolutoria no existe expresamente en
el contrato, es una obligación con cláusula
penal la de la prolongación ; pero también es
sabido que en todo contrato implícitamente
existe la condición resolutoria para el caso
de que una de las partes no haya cumplido.
los compromisos á que se obligó. Es por
esta razón que es posible la rescisión de aquel
contrato, porque la condición resolutoria, si
bién no existe, como digo, expresamente,
existe implícitamente .
La comisión de Hacienda , al aconsejar la
aprobación del proyecto está de acuerdo en
que la solución de las cuestiones entre la
Empresa y el Estado, se haga por la tran
sacción. Debo declarar, señor Presidente, que
la solución de estas cuestiones puede encon
trarse en otra forma, por otros medios más
equitativos y más de acuerdo con la digni
dad propia del Estado y con la justicia y
el derecho que tiene.
Sin entrar á estudiar aún el proyecto de
transacción auspiciado por el P. E. y apro
bado ya por el Senado, he de referirme á
otros puntos préviamente.
No me explico cómo el P. E. ha entrado en
convenio con la Empresa por medio de un
intermediario ó un apoderado. La ley es
251

terminante, la ley ha querido que el Estado


y la Empresa dirimiesen todas sus cuestio
nes y diferencias directamente, sin interme
diario de ningún género. Es así cómo se
estableció terminantemente en el art. 21 de
la ley de 22 de Setiembre de 1887 que « El
domicilio legal del concesionario para los
efectos del contrato y en su caso el de la
sociedad ó compañía que se forme, será
en la capital de la República, sin perjuicio
de que sea la República el domicilio legal
del concesionario ó empresa que se forme.
Si la dirección ó administración de la
sociedad constructora ó explotadora del
ferro-carril se establece fuera de la Repú
blica, tendrá en esta su asiento y residencia
efectiva un directorio con plenas facultades
para tratar directa y definitivamente y
arreglar todas las dificultades que pueden
suscitarse con el Gobierno y con los particu
lares. En todo caso, ia contabilidad se
llevará en la República y en idioma nacio
nal».
No caben dudas ni objeciones , señor
Presidente. Por esta ley el P. E. estaba obli
gado á tratar cualquier convenio ó tran
sacción con un directorio con plenas facul
tades, para que el convenio ese se hiciese
directa y definitivamente.
El decreto de aprobación de los Estatutos
establece exactamente lo mismo, fijando el
domicilio de la Compañía en la capital de la
República y estableciendo que las relaciones
252

que existen entre la Empresa y elEstado,


serán regidas por las leyes nacionales .
Por la ley y por el decreto que acabo de
citar, pues, se ha fijado un domicilio legal
á la Compañía, es decir, se le ha fijado la
jurisdicción donde deben hacerse efectivas
las obligaciones que contrajese . Esa es la
importancia que tiene el domicilio legal en un
asunto determinado, porque es allí donde
deben hacerse exigibles , como digo, todos los
compromisos contraidos por una persona
ó por una Empresa.
Mas la Compañía hasta ahora no tiene su
domicilio en el país, está fuera de sus fron
teras, está en Londres. Y la prueba de ello
está en la forma en que el P. E. ha llegado
á la transacción del asunto entendiéndose
con un apoderado ó agente de la Empresa ,
contrariando de esta manera una disposición
tan terminante de la ley y del decreto de
aprobación. Y lo más grave del caso es que,
no habiéndose esta Empresa domiciliado en
el territorio nacional, esta Empresa organi
zada y radicada en el extrangero, su exis
tencia en el país no puede ser legal por no
estar nacionalizada, pues que precisamente
las sociedades anónimas no se radican ni
se nacionalizan sino por su domicilio .
La Empresa, pues, hasta este momento
se ha sustraido completamente á esta dis
posición de la ley, colocando su domicilio
fuera de la jurisdicción nacional.
253

No deja de ser importante también la


observación de los poderes con los cuales
los representantes de la Empresa suscribieron
la transacción con el P. E.; adolecen de gra-.
ves defectos, que pueden llevarnos á la
posibilidad de que se repita el agravio que
infirió esta Compañía á la dignidad del
Congreso y del Estado el año 1896, en
que el ejercicio del poder público se supeditó
á la ratificación ó al rechazo mejor dicho
de una Compañía extrangera radicada fuera
de las fronteras del país .
Cuando el Estado lo que desea es que
existiera en la capital de la República un
directorio con amplias y plenas facultades ,
con el cuál pudiese dirimir todas sus cues
tiones de una manera completa y definitiva .
La más remota probabilidad de que pueda
repetirse aquel hecho desagradable para el
prestigio y la dignidad del Estado obligaba
al P. E. á extremar toda clase de precauciones
al repecto . El señor Smith se presentó ante
el P. E. para firmar la transacción en repre
sentación de la Compañía con un poder gene
ral, amplio, pero este poder general, si bien
le daba al señor Smith todas las facultades
para los actos de administración, no le daba
de ninguna manera facultad para suscribir
con el Gobierno en nombre de la Compañía
un convenio ó arreglo sobre varias de sus
cuestiones . El poder debió ser especial , de
acuerdo con las disposiciones terminantes del
Código Civil sobre mandato y sobre la
254

representación que se necesita para que una


persona firme una transacción en nombre de
otra . Existe, es verdad , en el poder del
señor Smith esta cláusula:
« Para que investigue y haga indagaciones
demande, acepte y liquide, ajuste y transija
las cuentas de todas las personas que deban
rendirlas á la Compañía ó á quienes la
Compañía deba rendirlas, y para que pro
mueva, prosiga y conteste pleitos y procesos
civiles, administrativos ó criminales, nombre
procuradores y abogados que se entiendan
de ellos y transija y arregle cualesquiera
demanda ».
Desde luego no existe entre el Estado y
la Empresa ninguna demanda, no existe
litigio, lo que existe es sencillamente un
estado anormal entre ellos, surgido á con
secuencia del incumplimiento de las obliga
ciones de parte de la Empresa y de parte
del Estado . Con este poder el señor Smith
podría transar las demandas que ante los
tribunales ordinarios se incoasen contra la
Empresa, y además cuando un poder, en
términos generales, faculta para transar una
demanda, se entiende que se transa sobre
las cuestiones controvertidas en esa demanda .
abraza todos los puntos litigiosos que la de
manda comprende, y no existiendo demanda
ni litigio entre la Empresa y el Estado , el
poder del señor Smith debió ser especial pa
ra con el Gobierno. Por este poder, pues , los
accionistas de Londres pudieron repetir lo
――――― 255 ――――

que hicieron el año 96, rechazando lo que


el P. E. y el Congreso de entonces acep
taron como base de arreglo .
El poder exhibido por el señor Manuel
Antonio Rodríguez también adolece, á mi
juicio, de muy graves omisiones y defectos
si bién es un poder especial en que se
especifica la facultad de transar á nombre
de la Compañía ó Empresa sobre varias
cuestiones, como la garantía etc., no se re-.
fiere á los demás puntos, y siendo un po
der especial debió determinar y establecer
las distintas cuestiones sobre las cuales po
dría transigir el señor Rodríguez á nombre
y representación de la Compañía.
Pero aún salvando estas objeciones , surge
esta otra, y es la del artículo 15 del poder.
« Y se declara, dice, que el referido apodera
do, al ejercer las facultades conferidas á
su favor, deberá conformarse á los reglamen
tos é instrucciones que se le proponga ó se
le dé por la Compañía ó por el directorio,
sin que nadie que obre de buena fe, tenga
la obligación de averiguar ó examinar tales
reglamentos ó instrucciones » .
Quiere decir, pues, que todas las facultades
transaccionales que la Compañía dió al señor
Rodríguez por este poder, quedan supedita
das y restringidas por esta disposición , que
dan sujetas al reglamento é instrucciones
que, en carácter reservado, la Compañía tuvo
á bien darle. Y cuál es la consideración que
surge de este particular?
256 --

Es la siguiente: que en la hipótesis de


que el señor Rodríguez contrariase ese re
glamento ó esas instrucciones reservadas , el
arreglo suscrito por él con el P. E. puede
ser revocado por la Compañía.

Sr. Legal- No .

Sr. Chaves - Pero aún no pudiendo darlos ,


el P. E. debe pedirle ese reglamento y esas
instrucciones ; debe exigirle la exhibición , á
fin de que , como he dicho, no se pueda ale
gar la más remota sospecha de incurrirse en
el error gravísimo para el Paraguay, de
que la transacción autorizada por los pode
res públicos tenga que sufrir el agravio de
un rechazo por parte de una Compañía par
ticular, y especialmente, de una Compañía
que se ha sustraido á su jurisdicción , que
no existe sino por el negocio que explota,
que se ha colocado fuera de sus fronteras ,
contrariando las leyes por las cuales se obli
gaba á fijar el domicilio legal dentro del
país, contrariando también la expresa decla ·
ración del decreto aprobatorio de sus estatu
tos, de que el domicilio de esta Empresa
debe ser la Asunción.

Francamente puede tener el P. E. lo mis


mo que el Congreso ciertos escrúpulos sobre
el estado de la Compañía, para suscribir con
ella cualquier ajuste ó convenio . Al leer los
antecedentes de esta cuestión, me encontré
con el hecho anormal de que la Compañía
257

estaba intervenida por sus acreedores en


Londres, y tuve por conveniente solicitar
informes del P. E. sobre el particular y el
P. E. en su mensaje de Junio comprobó
este hecho anormal ; aseguró que la Compa
ñía desde el año 1891 hasta Setiembre de
1906 había estado intervenida por sus acree
dores .
Este hecho que puede equipararse al es
tado de quiebra de la Compañía , hace que
el P. E. tenga que despejar previamente es
ta situación para entrar con la Empresa en
cualesquiera clase de arreglo ó transacción.
¿Cómo crear nuevos vínculos, nuevos com
promisos y nuevas relaciones, con una socie
dad intervenida por sus acreedores en Lon
dres? ¿Cómo celebrar con ella nuevos pactos?
Porque es de advertir que según los térmi
nos del proyecto que constituye la orden del
día, no se terminan de una manera definiti
va todas las cuestiones que existen entre la
Empresa y el Estado sino que, por el con
trario, surgen nuevas obligaciones para la
Empresa y por consiguiente se crean nue
vas relaciones de derecho, nuevas relaciones
jurídicas entre la Empresa y el Gobierno .
Es cuestión previa, pues, la de despejar
esta situación anormal en que se encuentra
la Compañía, por virtud de la intervención
de sus acreedores en Londres .
Es cierto que en el mensaje del P. E. se
asegura que esta intervención ha sido sola
mente hasta el mes de Setiembre de 1906 ,
258 ――――

pero ¿ quién no puede dudar sobre el particu


lar, cuando la más elemental lógica nos dice
que esta intervención es muy posible que
subsista hasta ahora? Una intervención de los
acreedores desde el año 1891 hasta 1906 có
mo puede levantar una Compañía insolvente ,
una Compañía que está muerta, como dijo
el señor ministro de Hacienda en el Senado .
Estas son , pues, cuestiones que debe tener
muy en cuenta el P. E. antes de optar por
el procedimiento de una transacción , tenien
do en cuenta , sobre todo, que la ley ha
obligado al P. E. como parte en la sociedad
con la Empresa á someter sus cuestiones al
arbitraje. El arbitraje se presenta como una
solución impuesta por la ley misma para di
rimir todas las diferencias que puedan exis
tir entre la Empresa y el Estado . Esta
solución es de carácter forzoso porque está
establecida por la ley; es el tribunal compe
tente que ella designó para la Empresa y
el Estado . Cuando los poderes públicos re
suelven eludir el cumplimiento de esta dis
posición, deben ante todo observar todas las
cuestiones que vengo enumerando, y sobre
todo, deben tener la seguridad de que la
causa del Estado ante el arbitraje es perdi
da La comisión de Hacienda dió cifras en
favor y en contra del Estado y de esas cifras
dedujo que el saldo en contra del Estado
era superior al importe del capital de sus
acciones, lo cual significa que, á juicio de la
comisión de Hacienda , es más favorable la
1 259

transacción que el arbitraje ; pero se ha olvi


dado la comisión de Hacienda de determinar
muchos puntos importantes, cuestiones fun
damentales que deben ventilarse ante el ar
bitraje, para asegurarse cuáles son verdade
ramente los créditos y los derechos que el
Estado tiene contra la Empresa. Tengo para
mi, que sometidas todas las cuestiones entre
el Estado y la Empresa ante árbitros la causa
del Estado no es perdida ; antes por el con
trario: el arbitraje no podrá menos que re
conocerle derechos tan indiscutibles que
surgen de las leyes de concesión , que surgen
de los antecedentes que forman la trama de
esta cuestión á la que se ha dado en llamar
ferrocarrilera y que más propiamente debie
ra llamarse cuestión nacional. Los derechos
y la justicia del Estado nacen de una mane
ra indubitable, por fuerza de estas leyes y
por fuerza de los antecedentes . Nuestras le
yes civiles, nuestras leyes comerciales y los
principios permanentes del derecho adminis
trativo, que constituyen la fuente donde los
árbitros habrán de buscar fundamentos pa
ra resolver todas estas cuestiones, hacen im
posible que la causa del Estado sea perdi
da.
Se han alegado razones más o menos apa
rentes en pro de la transacción ; pero el quid
de la cuestión está en demostrar que ante
los árbitros el Estado debe de salir perdien
do, que su pleito ante ellos es pleito per
dido . Demostrado este extremo, recién ha de
260

surgir la transacción como una necesidad


lógica y conveniente para solucionar todas
estas cuestiones, y esta demostración es tan
to más ineludible cuanto que, como he di
cho, está impuesta por la ley.
Los particulares, en sus litigios y cuestio
nes, tienen la amplitud que quieren para
sustraer de los tribunales ordinarios el cono
cimiento y decisión de sus litigios; pero los
poderes públicos , el P. E. y el Congreso ,
para sustraer las cuestiones del Estado de
la jurisdicción ordinaria ó de la jurisdicción
competente, fijada por la ley, están obligados
á demostrar, en forma irrecusable, que la
causa del Estado es perdida sometida á los
tribunales ordinarios ó especiales, porque
no puede aceptar el Congreso transacciones
sobre los intereses y derechos del Estado si
no á base de positiva conveniencia para éste.

(Entra en el recinto el diputado señor Corvalán).

¿Cuáles serán las cuestiones principales


que conocerá el arbitraje? La deuda de ga
rantía. Pero la deuda de garantía por parte
del Estado no es una deuda real, no es
una deuda lisa y llana, como lo es por ejem
plo la de un empréstito ó cualquiera otra
clase de deuda que no sea como la de la
garantía, una deuda subsidiaria ; lo que vale
decir que está supeditada á ciertas condicio
nes que debe necesariamente cumplir la par
te acreedora ó sea la Empresa, para que esa
261

deuda se convierta de subsidiaria en real,


efectiva.
Ante ningun arbitraje nacional ó extran
jero el Estado no ha de ser condenado al
pago de la garantía, porque la Empresa no
se colocó en las condiciones de poder hacer
de esa deuda subsidiaria una deuda real y
efectiva .
La Empresa debe tener una administración
inteligente y contar con todos los elementos
necesarios para que del tráfico pudiera obte
ner el rendimiento del 6 %.
Probado por la Empresa que el tráfico no
dió á su capital el 6 % no por culpa ni por
negligencia de su administración , llegaría el
caso de hacerse efectiva la deuda de garan
tía . No se puede interpretar de otra manera
esta cuestión de garantía. Interpretar en la
forma como ha hecho la comisión de Hacien
da, es contrariar el concepto científico de
esta deuda, es contrariar, no ya el espíritu,
sino el texto de las leyes de concesión y
hasta contrariar, por fin, el buen sentido
mismo.
Qué árbitro puede condenar al Estado al
pago de la garantía, cuando queden perfec
tamente constatados todos los procedimientos
ilegales y fraudulentos puestos en práctica
por la Empresa? Cómo puede el Estado ser
condenado al pago de la garantía, cuando se
demuestre que esta Empresa no contó con
los elementos necesarios que debió tener para
que el tráfico pudiese darle el interés del 6 %%
262

ó más también ? Cómo puede ser condenado


el Estado al pago de la garantía del 6 %,
cuando la culpa, la negligencia ó la falta de
honestidad de la Empresa son las causas
porque no alcanzó el rendimiento que debió
darle el tráfico, lógica y necesariamente? Por
eso digo que la causa del Estado ante el
arbitraje es causa gañada, y á él debió de
someterse por exigencia de la misma ley y
por exigencia de los intereses del Estado .
Las transacciones se efectúan entre los
individuos con sacrificios , pero después de
examinar la calidad de sus derechos y las
conveniencias particulares que puedan tener
para sustraer de los tribunales ordinarios.
sus contiendas. Pero el criterio que tienen
los individuos para transar no puede tener
lo el Estado, ni pueden tenerlo el P. E. ni
el Poder Legislativo que obran como man
datarios del Estado .
La transacción viene á ser un acto volun
tario del P. E. y del Congreso.
Ni el P. E. Di el Congreso están obligados
á la transacción. A lo que están obligados
es al arbitraje; pero para aceptar la tran
sacción, debe antes demostrarse de una ma
nera evidente que el arbitraje no conviene ni
á los intereses del Estado, ni á sus derechos.
Entrando al proyecto de transacción .....

Sr. Ministro de Hacienda - Antes de


seguir el señor diputado me permite una
interrupción ?
F
263

Sr. Chaves -- Si , señor.

Sr. Ministro de Hacienda -- Antes de


que abandone el punto que está tocando el
señor diputado, desearía que examinara la
constitución de la Empresa, y con el mismo
reposado criterio con que ha estado estudian
do los puntos anteriores, establezca : si aún
admitiendo que el arbitraje declare que el
Estado no debe la garantía del 6 % ó que el
importe de ella se compense con las multas .
esta declaración modifica en algo el derecho
de los tenedores de acciones hipotecarias , de
cobrar los intereses y el capital adeudados ,
y en este caso, quién debe pagar ese capi
tal y esos intereses?

Planteo, pues, la cuestión en forma clara .

Admitido que el arbitraje sea netamente


favorable al Estado, poder público, garante
de las utilidades del 6 % · quedan ó nó
subsistentes las relaciones y responsabilida
des del Estado, persona jurídica, en su ca
rácter de socio de la Empresa?
¿Los créditos que en concepto de sus ac
ciones preferentes tenga el socio Estado
contra la Empresa, pueden tener prelación
sobre los créditos de terceros ?
¿Quiénes componen la Empresa del ferro
carril?

Sr. Chaves- Voy á tener el honor de


evacuar la consulta del señor ministro .
264

El Estado , señor Presidente, no solamente


es socio de la Empresa, sino también acree
dor por expresa disposición de la ley. Con
curren en él dos caracteres : el de socio y el
de acreedor.
Una de las leyes de concesión fija una
ganancia determinada á sus acciones. La ley
casi quiso que esas acciones del Estado se
sustrajesen de las contingencias del negocio
y por esa razón se fija á dichas acciones
el interés del 6 % ....

Sr. Ministro de Hacienda - Para con su


socio Empresa, no para con sus acreedores .

Sr. Chaves - Perfectamente. Voy á llegar


á esa conclusión .
Consta, pues , que el Estado en esta socie- .
dad no es tan solamente socio sino también
acreedor, porque el Estado estableció que el
interés de sus acciones será el 6 %, porque
es claro, las acciones á cuyo favor no se es
tablezca un interés determinado corren la
contingencia del negocio y no tienen ninguna
utilidad cuando el negocio ó la Empresa
no gana nada; y en estas circunstancias el
Estado siempre gana interés, gane ó nó la
Empresa .
Pero en el caso del Estado y la Compañía, F
las acciones de aquel se han sustraido de
esa condición aleatoria á que están expues
tas las acciones ordinarias ; la ley fija que
el interés de las acciones del Estado sería
1

265

el 6 % de utilidad, ganase ó no ganase la


Empresa, y se explica esto , sencillamente,
por la especialísima circunstancia en que se
encontraba la Empresa con respecto al Es
tado . El Estado le concedió el favor de no
abonarle en valor efectivo el precio de
$ o/s. 2.100.000; aceptó que la mitad de esa
cantidad le diera la Empresa , no en efectivo
sino en acciones de preferencia , en acciones
sociales, con carácter privilegiado y con un
interés estipulado .
En virtud de lo que antecede aparece el
Estado del Paraguay como un acreedor. La
duda á este respecto del señor ministro no
sería explicable sino en cuanto se refiera á
los demás acreedores. El punto sería un
caso de privilegio, es decir, si los créditos
que comprenden los bonos hipotecarios ó los
debentures sobre el patrimonio de la Em
presa constituyen créditos de mejor privile
gio que los créditos del Estado. No se nece
sita, señor Presidente, mucho esfuerzo para
comprobar que los bonos hipotecarios por
nuestras leyes no pueden de ninguna mane
ra tener el carácter de gravamen sobre el
bien inmueble. No es posible que dichos bo
nos graven la propiedad, porque les faltan
cualidades tan indispensables, requisitos tan
esenciales para que se consideren como hi
poteca, que habría necesidad de romper ter
minantes disposiciones de nuestra legislación
civil, quebrantar el espíritu que informa esa
legislación en materia de hipoteca, para que
266

se pueda admitir por un momento que dichos


bonos constituyen un derecho real hipoteca
rio sobre la propiedad . Aún es más . En el
supuesto mismo de que dichos bonos fuesen
hipotecarios , la hipoteca tiene que seguir la
condición resolutoria que surge del contrato
de venta entre el Estado y la Empresa.
¿Cual es la razón porque los tenedores de
debentures resolvieron recurrir á los tribu
nales de Londres para intervenir la caja
y la administración de la Empresa? ¿Por qué
no hicieron efectiva su hipoteca dentro de
nuestra jurisdicción ? ¿Cuál es la razon?
¿Por qué si constituyen hipoteca esos bo
nos , no la hicieron efectiva por nuestras
leyes sobre el patrimonio de la Empresa y
tuvieron que recurrir á una jurisdicción ex
traña, á los tribunales de Londres, para in
terceptar la caja y la administración de la
Empresa?
Este solo dato, este solo hecho, demuestra
que en opinión misma de los dueños de
esos debentures, no existe la más remota
creencia de que sus títulos constituyen hi
poteca indiscutible sobre la propiedad .
Sr. Ministro de Hacienda - Basta que
sean acreedores, aunque no hipotecarios .
Sr. Chaves - Entre los acreedores existen
grados, existen preferencias, existen privile
gios .
Cuando una Empresa cae en falencia ,
cuando quiebra, los acreedores luchan por
267

obtener esa preferencia y esos privilegios, y


esta es la cuestión principal .
Cuáles son los créditos más privilegiados
en el caso de la Empresa ? Son los del Es
tado ó son los debentures?
Quiebra esta Empresa. Se somete á una
liquidación , forzosamente tienen que venti
larse los privilegios de sus acreedores. Y en
esta contienda el Estado , no puede quedar
atrás porque sus créditos están privilegiados
por la ley, y es elemental conocimiento de
derecho que los privilegios no pueden nacer
de convenciones sino de la ley misma. Los
privilegios son de derecho estricto, por lo
mismo que se trata de dar preeminencia á
ciertos acreedores con respecto á otros y es
cuestión de orden público la materia . No
puede haber privilegios sin que la ley los
establezca .
Se ha adelantado el señor ministro á este
respecto . En una de las soluciones que voy
á presentar á la Cámara, como medio de di
rimir sus cuestiones con la Empresa , figura
ba precisamente la hipótesis de que concu
rriesen acreedores extrangeros y del país .
El crédito del Estado contra la Empresa
no es solamente por las acciones y el interés
de estas acciones . El crédito del Estado es
también sobre la multa, es también sobre la
devolución del 35 % que pertenece al Estado ,
y es sobre el producto líquido de la Empresa,
porque por la ley ese producto líquido debe
responder al reembolso de la garantía. Es
268

también sobre la prolongación , como obli


gación de hacer á que se comprometió la
Empresa.
No hay tribunal que no pueda condenar
á la Empresa á llevar la prolongación á
Villa Encarnación .
Porque esa fué la causa principal de la
enagenación , ese fué el pensamiento funda
mental del Estado al enagenar su ferro
carril á la Empresa, bajo la condición de la
prolongación á Villa Encarnación ó mejor
dicho con la obligación por parte de la Em
presa de prolongar la línea á ese extremo
del país, y esta obligación no solamente fi
gura en las leyes, si que también en la es
critura de transferencia del ferro -carril, lo
que quiere decir que no sólo las leyes la
establecieron sino que las mismas partes
contratantes la estipularon .
¿Qué arbitraje puede haber que no conde
ne á la Empresa por el incumplimiento de
esta obligación que es la causa principal del
contrato, de la venta? ¿Y qué es lo que
vale la prolongación ? Señor Presidente,
redúzcase pues á un valor, 2.500.000 á
$ 3.000.000 pesos oro.
Los dueños de los bonos hipotecarios han
hecho lo que muy bien han podido hacer :
han intervenido la caja de esta Empresa en
Londres.
Conste, pues , señor Presidente, haber con
testado á la pregunta del señor ministro de
Hacienda en este sentido : que si concurren
- 269

sobre los bienes de la Empresa los créditos


del Estado y los créditos extrangeros, los
debentures por ejemplo, los créditos del Es
tado tienen que ser preferidos forzosamente,
porque son privilegiados .
Hay además otra razón fundamental. Por
los estatutos, los dueños de los debentures
pueden trocar su garantía por las entradas
del ferro-carril y esto es lo que hicieron en
Londres . Esta es la realidad . De gravamen
que eran esos bonos hipotecarios, á su juicio,
sobre los bienes del ferro- carril, trocaron ,
constituyendo en esta forma un gravamen
sobre las entradas del ferro- carril, entradas
que interceptaron estos mismos dueños de
debentures .
¿Quién nos asegura que pase por la mente
de estos tenedores de debentures la idea de
que sus títulos constituyan hipoteca, cuando
la presunción lógica, la que se deduce de
sus propios actos, nos está revelando á las
claras que los mismos dueños no piensan
que sus títulos sean hipotecarios y se han
conformado con intervenir en Londres, como
he dicho ya, la caja de la Empresa, nom
brando receptores ?
La Empresa no puede invocar contra el
Estado compensación de créditos , porque
en el peor de los casos, el Estado, condena
do al pago de la garantía, esta deuda de
garantía constituye una deuda aparente y
no real, por que la Empresa está obligada
después á devolver paulatinamente y por
270

completo al Estado todo cuanto le dió en


concepto de garantía. La deuda de garantía
no puede ser sino un anticipo, un préstamo ;
tarde o temprano, la Empresa debe necesa
riamente devolver al Estado hasta el último
penique cobrado en concepto de garantía.
¿Qué significaría, pues, la conducta del Es
tado á este respecto, cuando precisamente
no faltan sino apenas dos años para termi
nar el plazo de esa garantía ? En cambio los
créditos del Estado contra la Empresa son
créditos efectivos y reales, muy lejos de ser
aparentes y ficticios; la prolongación de la
línea á Villa Encarnación, como consecuencia
de sus compromisos, es un crédito que el Esta
do tiene contra la Empresa , y muy grave ; la
Empresa está obligada á llevar esa prolon
gación como cumplimiento de sus compro
misos y de este compromiso no es posible
que árbitros nacionales ni extrangeros li
bren á la Empresa.
Ella debe también al Estado la devolución
del 35 % de sus entradas brutas; debe
también el interés del 6 % sobre el capital
que importan sus acciones y el capital mis
mo, porque es un crédito que reza contra
la Empresa ; le debe así mismo el producto
líquido como reembolso de las cuentas de
garantía, y es el caso de exclamar : si por
qué la Empresa, habiendo obtenido , según
las últimas memorias del año 1906 y 1905 ,
un producto líquido de 17.000 £ y 22.000 ±,
no haya cumplido con tales obligaciones ?
271

(Pausa).
Continúo, señor Presidente .

Sr. Arbo - Me permite una interrupción?


Estoy siguiendo con mucho interés el bri
llante discurso de usted.

Sr. Chaves - Cómo nó.

Sr. Arbo -Y quisiera, á mi vez, merecer


el honor de que se sirviera contestar á esta
pregunta, si es posible.
Usted ha demostrado, con sobrada elo
cuencia y razón , que la Empresa procedió
de una manera dolosa en el cumplimiento
del contrato de concesión , desde el primer
día hasta el presente, y quiero saber , señor
diputado, á qué causa atribuye usted y quién
es el que pudo haber llamado al cumpli
miento de lo que la Empresa prometió.
Sr. Chaves - Con mucho gusto.
Por fuerza, señor Presidente , me voy con
virtiendo en una especie de agente fiscal,
evacuando consultas. (Risas ) Pero qué quiere !
El dolo , el fraude que la Empresa ha come
tido desde que se inició, pudo evitarse , in
dudablemente, por la acción enérgica y
eficiente de los Gobiernos .

Sr. Arbo - Es muy cierto.


Sr. Chaves -Pudieron evitar estos dolos
y fraudes, ó por lo menos castigar á la Em
presa, los Gobiernos desde el 89 hasta la
272

fecha, porque dentro de la ley todos los Go


biernos han tenido y tienen medios suficientes
para poner orden dentro de ese caso llama
do administración ó explotación de la Em
presa.
Es precisamente per eso que impugno el
proyecto actual, porque no es la transacción
la más conveniente y equitativa para los in
tereses del Estado, sino que, por el contra
rio, es la más beneficiosa para la Empresa.
El hecho de que todos los Gobiernos que
han podido evitar el fraude y el dolo no lo
han hecho, no quita ni pone nada en las
cuestiones entre el Estado y la Empresa:
porque son cuestiones que no pueden resul
tar definitivas ni tienen el carácter de auto
ridad de cosa juzgada .
La Empresa y el Estado estipularon que
ambos debían someter todas sus cuestiones
al arbitraje.
Los fraudes, los dolos , las faltas de ho
nestidad de la Empresa contra los intere
ses del Estado no causan ejecutoria, mien
tras el tribunal competente constituido según
las leyes de la materia para dirimir sus
cuestiones no haya pronunciado sentencia .
Y ese es un error demasiadamente vulgar;
he oido frecuentemente repetirse , afirmarse,
que todas las cuestiones entre el Estado y
la Empresa han pasado á autoridad de co
sa juzgada, cuando de que la autoridad de
cosa juzgada no puede alegarse sino cuando
ha habido controversia ante el tribunal com
273

petente ó cuando éste ha dictado su laudo


arbitral.....

Sr. Ministro de Hacienda - O por el


consentimiento de la otra parte, señor diputa
do, como en este caso .

Sr. Chaves- Más todavía.

El pago efectuado á la Empresa por el


Estado de ochenta y tantos mil pesos , más
ó menos, todo eso no tiene el carácter de
finitivo que se ha querido dar, y el Estado
hasta puede repetir lo que hubiese pagado ,
entablando la acción que corresponde .
El error de hecho ó de derecho da á cada
ciudadano la acción legal de repetición de lo
pagado. La República Argentina, hace poco
tiempo, pagó por concepto de garantía una
suma determinada en virtud de los informes
suministrados por Empresas particulares , pe
ro cuando con posterioridad investigaciones
oficiales hicieron ver que esos informes eran
falsos, el Gobierno inmediatamente intentó
la acción de repetición de lo pagado contra
esas Empresas.
El proyecto que constituye la orden del
día, señor Presidente, no es posible que sea
aceptado por la Cámara, aparte de las con
sideraciones que he mencionado, por las que
voy á enumerar.
Las bases son inequitativas, y es sabido
que para que la transacción sea valedera
es necesario que haya entre las partes con
274

cesiones recíprocas . La ley no quiere que


una parte ceda todo, absolutamente todo,
y la otra parte no ceda nada. Por eso es
que toda transacción en que no existan con
cesiones recíprocas, en que no se equilibren
por lo menos las concesiones , la transacción
tiene que ser nula. Ahora bien, qué es lo
que la Empresa cede en favor del Estado
por la transacción ? Le cede la prolongación
de la línea, pero esta no es una concesión
de la Empresa, porque la Empresa está y
ha de estar, mientras no se lleve á cabo esta
transacción , obligada á ella.
La Empresa está obligada á la prolon
gación, y de esta obligación no puede librarse
por muy grandes que sean los deseos de la
Empresa.
Le cede también todos sus créditos que
tiene contra la Empresa, porque esa es la
verdad.
Si por la transacción se cortan todas las
cuestiones, quiere decir que el Estado cede ,
en obsequio de la Empresa, todos sus cré
ditos : además de la prolongación , los créditos
que tiene en concepto de multa , en concepto
de devolución del 35 % , y le cede aún más ,
á mi entender, le cede el derecho que tiene
el Estado de obtener utilidades en la Empresa
como co-propietario durante un periodo ili
mitado. Si el Estado se retira de ser socio ,
en las condiciones en que el proyecto esta
blece, le cede todo su crédito ; en cambio la
Empresa no le concede sino las cuentas de
275

garantía ; pero examinadas estas cuentas


de garantía se viene á demostrar que es
más aparente que real, porque la Empresa ,
tarde o temprano, tendrá que devolver todo
lo que el Estado ha pagado en concepto de
garantía.
Existen además razones poderosas para
que el Estado no deje de ser co-propieta
rio. El ferro-carril del Paraguay puede cons
tituir una fuerza poderosa sobre la econo
mía nacional, por lo mismo que es una sola
línea, la única que existe en el Paraguay.
Existe una razón económica para que el
Estado no se desprenda jamás de su co
propiedad, ya que por un error, ó por cual
quiera otra causa, se ha desprendido en la
forma que determinan las leyes de concesión .
El hecho mismo de haberse enajenado el
ferro carril á perpetuidad es una razón más
para que el Estado, á toda costa, mantenga
su co- propiedad , no precisamente movido por
el propósito de lucrar, de obtener ganancias ,.
sino como una garantía para su industria,
comercio y explotación de sus riquezas.
No es igual la explotación del ferro -carril,
completamente libre de la co-propiedad del
Estado , no es igual, repito , que cuando el
Estado participa en el dominio, como en la
forma actual.
El estado actual del Paraguay tiene razo
nes políticas y económicas, para que se consi
dere como un inmenso sacrificio la renuncia.
á su co-propiedad, ya que la enagenación de
- 276 ----

ese ferro- carril ha sido hecha en una forma


equivocada, por lo mismo que la enagenación
ha sido perpetua . Considero que ha sido
una circunstancia demás para nosotros, el
pretender que todo arreglo de transacción
con la Empresa no venga á reconocer mayor
renuncia por parte del Estado de su co -pro
piedad, cuando existen otras renuncias equi
tativas en que pudiera resolverse esta cues
tión . Para evitar un litigio , es de advertir
que desde el año 1892 todas las bases de
arreglo han sido bajo la condición de que
el Estado se retirara de la sociedad , se de
jase de la participación en la sociedad, de
jase de ser co propietario, cuando , repito ,
puede buscarse y hallarse dentro de la equi
dad otras bases de arreglo, que puedan po
ner equitativamente fin á la cuestión , sin
privarse al Estado de su intervención como
co- propietario de la Empresa, única manera
de poderse neutralizar siempre el espíritu
demasiadamente mercantil de las Empresas
particulares .
Y en eso no veo yo sino más bien una
garantía, porque si el Estado deja de ser
co-propietario, le ha de ser sumamente difícil
velar por la suerte de sus industrias, de su
producción , de su comercio, como podría
velar siendo co propietario ; más todavía ,
cuando la intervención del Estado en las
tarifas se hace por el proyecto en una forma
deplorable . El doctor Zubizarreta, que ha
estudiado esta cuestión detenidamente y que
277 -

la comisión de Hacienda ha invocado como


verdadera autoridad, á este respecto ha di
cho lo que en realidad ha afirmado el miem
bro informante, que el Estado no debe con
servar esas acciones ó seguir su condominio ;
pero esta opinión del doctor Zubizarreta no
debe de cercenarse , porque él opinaba en
esa forma en la creencia firme de que re
nunciando el Estado á sus acciones, dejando
de intervenir como co-propietario, la inter
vención del Estado debía ser absoluta, y ya
que se invoca en esta Cámara la palabra
del venerable maestro, es conveniente que
no se cercenen sus párrafos, á fin de que la
Cámara tenga en cuenta su verdadera opi
nión sobre la cuestión . Voy á permitirme leer
los párrafos que el miembro de la comisión
de Hacienda se ha dignado leer, pero com
pletando la parte que omitió , á fin de que
se pueda interpretar en su justo valor cual
ha sido la opinión real del doctor Zubizarreta,
al afirmar que el Estado no debía de querer
mantener su co -propiedad . « ¡ No caiga el Go
bierno en el lazo de entrar á formar parte
de esa nueva sociedad á motivo de querer
salvar algo de las 21.000 famosas acciones
de preferencia; y tenga serenidad y resigna
ción bastante para dar por perdido aquel
capital, en cambio de la provechosa lección
que ha recibido para no mezclarse en lo
sucesivo en especulaciones de ninguna clase!
Ni es conveniente á la persona jurídica « Es
tado del Paraguay» meterse á especular en
278

ferro- carriles, ni propio de la entidad admi


nistrativa « Gobierno convertirse en interés
particular de una Empresa de transportes
para entorpecer la libertad de acción que
necesita tener en bien del mejor servicio pú
blico. Tampoco hay que hacerse ilusiones ,
conocido el talento práctico de los ingleses ,
de que la nueva sociedad en gestación tenga
el designio de tratar de igual á igual á los
intereses que entren á formar el nuevo ca
pital y á los intereses que queden del an
tiguo, principalmente tratándose de acciones
comunes y preferentes del Gobierno . Los
acreedores por obligaciones hipotecarias, que
se consideran dueños de la línea, reservarán
quizás para el Gobierno un rincón á su la
do, pero tan pequeño que no valga la pena
de tomarse en cuenta para nada .
«< En compensación de esa limosna (es decir,
en el supuesto de que el Estado continúe
siendo co propietario ) , « han de exigir segura
mente que el Gobierno renuncie al derecho
de intervenir en la fijación de las tarifas » .
La intención del doctor Zubizarreta está, pués ,
claramente expuesta en estos párrafos : el
doctor Zubizarreta opina que el Estado no
debe ser exigente en continuar como co- pro
pietario ¿Por qué? Porque á base de esa
condición el Estado tendría que renunciar
al derecho de intervenir en las tarifas . El
doctor Zubizarreta , pués, creyó que , dejando
de ser accionista el Estado, su intervención
en la fijación de las tarifas habría de ser
279

absoluta y completa, y he aquí cómo se fija


esta intervención por el proyecto de transac
ción, cuya ampliación corresponde más bién
á la discusión particular del proyecto . Bien
es sabido que por el proyecto actual la in
tervención del Estado en las tarifas viene á
ser casi imposible, porque las condiciones
impuestas para que el Estado intervenga en
la fijación de estas tarifas son tan onerosas ,
constituyen obstáculos tan insalvables, que
el Estado no podrá intervenir con toda la
libertad de acción que debiera tener, porque,
desde luego, creo que la intervención del
Estado en esas tarifas no puede ser materia
de contrato, porque esa intervención corres
ponde al derecho de policía que el Estado
ejerce sobre el ferro- carril, sobre sus fletes , etc.
He dicho y vuelvo á repetir que la Em
presa no cede ni concede nada al Estado,
porque si cede y concede la renuncia sobre.
la cuenta de garantía, renuncia sobre una
deuda aparente, y, sobre todo, porque con el
35 % bruto que la Empresa ha debido pa
gar desde el año 1889 hasta la fecha, puede
decirse que la deuda de garantía del Esta
do está paga. El 35 % de las entradas bru
tas ha sido suficiente para que la Empresa
se pudiese cobrar lo que, en concepto de
garantía, el Estado se obligó en su favor.
No faltaba sino que la Empresa se colocase
en condiciones regulares, normales , para la
explotación del negocio, y es sabido que por
la transacción que constituye la orden del
280 ――

día, la Empresa no se obliga á devolver este


35 % .
Tales son, señor Presidente, los puntos
principales de objeción que me ha merecido
el proyecto en debate .
Voy á terminar esta exposición para reti
rar las razones expuestas, si es que estas son
victoriosamente refutadas por los señores
ministros presentes , ó ratificarlas en el su
puesto de que ellas no sean levantadas.—
He terminado .

Sr. Presidente -Habiéndose manifestado


á la presidencia que los señores taquígrafos
están demasiado cansados, consulto con la
Honorable Cámara si no fuera conveniente
acordar un cuarto intermedio .

Se pasa á un cuarto intermedio ,


siendo las 11 y 30 a. m.
-Con asistencia de los señores Cor
valán , Carreras, Lara Castro, Ayala ,
Chaves, Rolón ( F.) , Báez , Talavera, Rodas ,
Pérez (J. A. ), Sosa, Molina, Pérez (G. ) ,
Legal, González , Amarilla , Rolón ( P.T.) ,
Perasso, Rojas, Cardús Huerta y los mi
nistros de Hacienda, Interior, Guerra y
Marina, Relaciones Exteriores y de Jus
ticia, C. é Instrucción Pública, siendo las
2 p . m. , dice el

Sr. Presidente - Continúa la sesión .


Si nadie más hace uso de la palabra voy
― 281

á poner á votación si el proyecto está sufi


cientemente discutido en general.

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


No me he apercibido de que la presidencia
había reabierto la sesión y esa es la razón
porque no había solicitado el uso de la pala
bra.
Deseo formular mis objeciones al proyecto
de que se trata, aunque la vigorosa exposi
ción que ha anticipado á la Cámara el dis
tinguido cólega que me ha precedido en la
palabra, ya deja poco que agregar sobre el
asunto.
Ello no obstante debo recalcar ciertas cir
cunstancias y hacer resaltar ciertos puntos
que constituyen la base principal del proyecto
ad-referendum; me interesa además dejar
constancia de ciertos antecedentes que aún
no han sido traidos á colación por los que
han terciado en el debate : de modo, pues,
que mi exposición será lo más breve posible .
Todas las cuestiones que han surgido
hasta ahora en las relaciones entre el Es
tado y la Empresa tienen por causa prin
cipal la falta de cumplimiento por parte de
la Empresa de una de las condiciones y de
una de las estipulaciones del contrato, pero
antes de referirme á la cuestión principal
debo de empezar por dejar constancia de
los términos de la ley de concesión .
La ley de 22 de Setiembre determina cier
tas reglas cuya observancia hubiera induda
282

blemente evitado todas estas cuestiones . La


primera falta que cometió la Compañía
fué la de no haber establecido en el país
su domicilio, tal como la ley imperativamen
te lo ordenaba y esta falta de cumplimiento
de parte de la Empresa ha sustraido á la
Compañía del régimen legal á que debió su
getarse y al que las leyes han querido so
meterla. Algunos han llegado á objetar esto,
diciendo que ya que los accionistas y los
principales capitalistas que han concurrido
á la formación de la Compañía residen en
Londres, era natural que allí se constituyese
el asiento principal de ésta y que el Estado,
siendo accionista, acreditase igualmente un
representante ante esa institución . Este mo
do de pensar tiene por causa la confusión
que se hace sobre la situación del Estado
en la Compañía. Verdaderamente la duali
dad de carácter en que el Estado interviene
en esta Empresa se presta á interpretaciones
diversas, si no se tiene el cuidado de atribuir
previamente al carácter político del Estado
y al carácter social del mismo, la correspon
diente esfera de acción . Al Gobierno como
accionista no podría importarle gran cosa
que la Compañía estableciese su domicilio en
el país ó en cualquier punto del extranjero ,
pero el Gobierno, como entidad política y
como representante genuino del Estado del
Paraguay, no puede ser lo mismo . El Estado
está interesado en que todas las Compañías,
que explotan en el país concesiones oficiales,
283

establezcan en él su principal asiento, á fin


de ventilar dentro de las fronteras naciona
les todas las cuestiones que surjan del ejer
cicio de sus especulaciones .
El Gobierno antes de 1892 comenzó á hacer
objeciones á la Compañía acerca de la falta de
cumplimiento de esta parte de la ley y llegó
al punto de amenazarla de tomar medidas
violentas y eficaces para hacer efectiva esa
disposición en caso que difiriese su cumpli
miento; perola Compañía, después de haber
hecho un simulacro de cumplimiento de la
ley, ha relegado al olvido nuevamente las
recomendaciones del Gobierno .
Hubo un tiempo en que la Compañía llegó
á acreditar en el país el directorio que debía
de representarla eficazmente y con toda am
plitud de atribuciones para contratar con el
Gobierno y los particulares, y ese directorio
estaba compuesto del ingeniero señor Valpi
y del doctor Stewart; pero bien pronto, como
he dicho, la Compañía, siguiendo los dictados
de sus propósitos , ha retirado este directorio
y conservado en el país apenas un represen
tante, sin poder suficiente para gestionar, ni
aún las cosas que atañen á la administración
interna. Los señores diputados se acordarán
de un hecho reciente : cuando los obreros de
la Compañía reclamaron aumento de salario
y amenazaron con la huelga, que la realiza
ron por fin, el gerente de la Compañía ma .
nifestó no tener atribuciones para solucionar
las diferencias surgidas y en consecuencia
284

el ferro-carril dejó de funcionar por más de


dos semanas , mientras el representante de
la Empresa anduvo gestionando por telégra
fo la consiguiente autorización para zanjar
esa dificultad de orden interno . Y la falta
de domicilio de la Compañía fué siempre y
sigue siendo hasta hoy una de las circuns
tancias que más obstaculizan el arreglo de
las cuestiones entre el Gobierno y la Empre
sa . La falta de domicilio de la Compañía en
el país, es una transgresión constante y per
manente de las disposiciones legales y nin
gún poder público pudo haber tomado en
cuenta á los apoderados para contratar con
ellos , á nombre de la Compañía, sin que
previamente se hubiese normalizado la situa
ción jurídica de la Empresa.
He aquí lo que dice sobre el particular,
el abogado, cuya opinión se ha traido con
respeto en esta deliberación.
Ante el Gobierno del Paraguay, la Com
pañía no tiene, ni puede tener otro domici
lio que el de Asunción para los efectos que
se desprendan de las relaciones jurídicas
que tiene con esta República.
« Cierto es que el artículo 114 de los esta
tutos dice así : « De tiempo en tiempo la jun
ta nombrará la persona ó las personas que
crea idóneas para constituir una junta local
ó directorado en la República del Paraguay,
y en el ejercicio de las atribuciones más ade
lante expresadas, delegaría en dicha junta
ó directorado todas las facultades que pueda
285 -

exigir el Gobierno de dicha República » .


Mas también es cierto que esta cláusula de
los estatutos fué modificada antes del de
creto de aprobación, por el concierto que
celebraron el Fiscal General del Estado y el
representante de la Compañía » . « De común
acuerdo pusieron estas adiciones á los es
tatutos » :

1. Que el domicilio legal de la Compañía


estaría en la capital de la República , sin
perjuicio del domicilio establecido en Ingla
terra; 2. que todas las relaciones del Para
guay con la Compañía, así como todos los
derechos de la misma , serían regidos por
las leyes de la República » .
El artículo 21 de la ley de 22 de Setiem
bre de 1887 ordenaba lo mismo de una ma
nera muy terminante y exigía que tuviese
en la Asunción su asiento y residencia efecti
va un directorio con plenas facultades de
administración » .
« Puede asegurarse sin temor de incurrir
en error que la Compañía nunca se ha con
siderado como teniendo en la Asunción su
domicilio legal » . « Esta frase la debemos en
tender bajo la definición de la ley (Cód . Ci
vil art. 90) . Domicilio legal es el lugar don
de la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de una ma
nera permanente para el ejercicio de sus
derechos y cumplimiento de sus obligaciones ,
aunque de hecho no esté allí presente» .
286

«Varias consecuencias importantes ha trai


do aparejadas esta falta de cumplimiento á la
ley de contrato » . « Mencionaré algunas » . « El
Interventor señor Miranda ha denunciado y
el gerente no ha negado que la contabilidad
estaba fraccionada una parte aquí y otra en
Londres, y que no era posible por ese moti
vo verificar las cuentas con verdadera exac
titud » . « Los distintos conciertos ensayados
para dar fin á la irregular situación de cosas
entre el Estado y la Empresa , se han hecho
bajo la condición virtual de tener que some
terse los acuerdos legislativos de esta Repúbli
ca á la aprobación de la sociedad en Londres ,
á pesar de la terminante disposición legal de
haber de tener aquí un directorio con plena
representación para todos los negocios ordi
narios y extraordinarios de la Compañía ; y
bien sabido tenemos el desaire que sufrió la
ley paraguaya de 10 de Agosto de 1894, oca
sionado principalmente por el desconocimien
to de que el domicilio legal de aquella y su
representación completa para todas las rela
ciones con la República debía hallarse en
esta capital » . « La Compañía ha sido interve
nida por sus acreedores ».
<< Esto se ha sabido informalmente por una
simple referencia incidental de la carta que
escribió confidencialmente al ministro del In
terior señor Sosa, el señor Underdown en 18
de Noviembre de 1891 » . « Un hecho de tal
importancia se resolvió en Londres sin la me
nor consideración al domicilio legal de la
"
287 ―――――――

Compañía y haciendo caso omiso del Esta


do obligado á la garantía Y « En realidad los
gerentes desde Mr. White inclusive, han sido
apoderados de los acreedores posesionados
de la caja del ferro- carril y no del directo
rio de Londres, aunque los miembros de la
tal junta hayan tenido y tengan el doble ca ·
rácter de mandatarios de la Compañía é in
terventores de ella por cuenta de los tenedo
res de obligaciones hipotecarias » .
« Razón tuvo el ministro que amenazó al
gerente Mr. Gray de desconocerle su repre
sentación si en un breve plazo no se instalaba
.
el directorio de la Compañía en la Asunción » .
También la tiene el señor Miranda cuando
dice en su informe que la Compañía se ha
burlado de esta obligación legal y que ha
estado y está en el Paraguay sin represen
tación legítima .
Se han invertido los términos: se estipu
laba que la Sociedad tuviera su representa
ción cerca del Gobierno, y ha sucedido al re
vés, el Gobierno ha tenido que nombrar su
representante en Londres, cerca de la Com
pañía . Si esto lo ha hecho en calidad de
accionista, aún así resulta que aquella no ha
querido cumplir debidamente con los efectos
de su domicilio legal.
Si la Compañía hubiese acreditado en el
país la representación que le exige la ley de
concesión, indudablemente que el accionista
Estado ya hubiera zanjado estas dificultades
en una ú otra forma, pero la Compañía ha
288

burlado esta disposición de la ley y conse


cuente á los propósitos que la han guiado,
podemos decir, ha venido acreditando repre
sentantes inhábiles, sin facultad suficiente pa
ra tratar asuntos como este de la mayor im
portancia con el Gobierno de la República,
carentes hasta de facultades meramente ad
ministrativas. Es inconcebible que el Estado
se haya visto en la necesidad de apartar la
vista de los vicios de forma y de fondo de los
poderes de los representantes de la T. P. C.
R. C. L. para tratar asuntos de la mayor im
portancia no sólo para la Compañía sino pa
ra el Estado del Paraguay, con esos apode
rados . La situación del país en tal emergen
cia, no es la más airosa, y era deber del Go
bierno y de todas las autoridades nacionales ,
hacer cesar ese estado irregular y deprimen
te para la República del Paraguay. Los apo
derados que últimamente han venido á tra
tar con el Estado sobre el arreglo en discu
sión, carecen igualmente de la suficiente
atribución para ello .
Basta considerar que esos apoderados vie
nen solamente acreditados por el directorio ,
cuando es sabido que en toda sociedad
anónima el directorio queda sometido á la
asamblea de accionistas, autoridad suprema
en todas las sociedades de esta naturaleza .

(Entra al recinto el diputado señor Riquelme).


Además, las leyes civiles determinan los
requisitos indispensables para los poderes
289

que han de referirse á una transacción ; y


naturalmente con más razón si ésta ha de
ser de la trascendencia é importancia de la
que ocupa la atención de esta Cámara . El
Código Civil determina en su art. 1881 , que
son necesarios poderes especiales para hacer
novaciones que extingan obligaciones ya
existentes al tiempo del mandato, para tran
sigir, comprometer en árbitros, prorrogar ju
risdicciones, renunciar al derecho de apelar,
ó á prescripciones adquiridas .
De modo, pues, que esos instrumentos habi
litantes exhibidos ante el Gobierno eran nu
los y de ningún valor, porque carecían de
eficacia, no procedían de la autoridad legí -
tima de la Compañía: la asamblea de accio
nistas, ni estaban de acuerdo con las leyes
que rigen esta materia. Menos mal todavía ,
el poder del señor Smith, á quien se le hace
figurar como directorado local .

(Entra el señor ministro de Hacienda).


Pero el último, el poder presentado por el
señor Rodríguez , es un poder que no tiene
la validez que los señores del P. E. han
visto en él.
Ignoro si el P. E. al tratar de formular
las bases del contrato, se ha percatado de
lo dispuesto en la cláusula 15 de este poder ;
ignoro si han conocido las instrucciones re
servadas y los reglamentos á los que estaba
supeditado el ejercicio del mandato conferido
al señor Rodríguez .
290

Y siendo inhábil el instrumento habilitante


en cuya virtud han obrado estos gestores
de la Empresa, es natural que el contrato
celebrado en mérito de esos mismos instru
mentos naciese á la vida del derecho herido
mortalmente en su base.

(Pausa)

Sr. Presidente - ¿Ha terminado el señor


diputado?
Sr. Lara Castro - No se apure tanto , se
ñor Presidente . (Risas) Estoy buscando unos
datos, pero ya continúo .
Acabamos pues de ver que los poderes
que han exhibido los representantes de la
T. P. C. R. C. L. emanan de una autoridad
que, á su vez , está subordinada á otra, y
que, aún en el caso de que procedieran de
una autoridad legítima, no tendrían la vali
dez necesaria por carecer de las formalidades
requeridas según nuestras leyes .
Entremos ahora á examinar la cuestión de
la garantía .
La cuestión surgió, señor Presidente, de
un reclamo hecho por el representante de la
Empresa contra el Estado , pidiendo el pago
y la liquidación de las cuentas de garantía
devengadas.
El representante de la Compañía presentó
al Gobierno dichas cuentas sin los corres
pondientes comprobantes, y el contador ge
neral interventor, en aquella época, señor
291

Rojas, objetó dichas cuentas diciendo que


«el Gobierno es considerado accionista, con
los mismos derechos y privilegios acordados
á los demás socios de la Empresa del ferro
carril, en igualdad de condiciones, y las ac
ciones del Gobierno ganarían el 6 % de in
terés. Véase el artículo 2.º de la ley de Julio
del 88, que modifica la de 22 de Setiembre
del 87. Es de rigor que las cuentas adjuntas
deben venir con los comprobantes respecti
vos , como sucede con todas las presentadas
al Gobierno y en el comercio. El Gobierno
debía de haber nombrado su representante
ó representantes en la Empresa del ferro
carril, y en este caso se podría admitirlas con
el visto bueno de éste ..
« El suscrito entiende que los cálculos para
sacar la indemnización del 6 % sobre la par
te del costo, debe hacerse basándose en la
diferencia que hubiese después de deducirse
el 65 % del producto bruto para los gastos
de explotación, sucediendo entonces que ,
practicada dicha operación, hay un residuo
de 31.904 : 91 ó sea el 35 % de las entradas ,
que debe considerarse afectado para el pago
solicitado, y por lo tanto como parte del
6 % de garantía, á lo cual se debe añadir
lo que faltare para completar el 6 % de ga
rantía que se tenga que abonar, en oro ó
su equivalente en papel, lo que tampoco se
encuentra explícito en las referidas leyes ».
Pasado en vista el reclamo al Fiscal Gene
ral del Estado, entonces señor Pedro P. Ca
- 292 ――

ballero, actual Presidente de la Cámara, este


funcionario expresó que el pago del interés
debía hacerse por la Nación cada seis meses ,
conforme determinan los artículos 8 y 9 de
la ley de Julio 14 del 88 , independientemen
te de toda otra cuestión que pueda surgir
en las relaciones que el Estado tiene con la
Empresa del ferro-carril. Pero, agregaba, que
« esto no quiere decir que el pago del interés
deba hacerse íntegramente sobre el capital
de un millón y cincuenta mil pesos fuertes
oro, con prescindencia de todo examen y
liquidación de las operaciones mercantiles de
la Empresa, pues para que tal servicio pue
da hacerse con justicia y equidad, es de ri
gor que el Gobierno tenga conocimiento de
si la Empresa del ferro- carril no obtiene la
ganancia necesaria, porque en caso afirmati
vo cesaría su obligación relativa al servicio
del interés mencionado » .
« Más todavía : el Gobierno en su calidad
de accionista tiene todos los derechos y pri
vilegios acordados á los demás socios, debien
do tener por lo tanto en la Empresa la
representación que debidamente le correspon
de conforme se dispone en el art. 2.º de la
citada ley; pero de los antecedentes que se
tienen á la vista, resulta que la administra
ción del ferro- carril se encuentra hasta la
fecha á cargo exclusivo de los accionistas
particulares, sin control de ninguna especie de
parte del Gobierno á pesar de los intereses
muy importantes que tiene en la Empresa.
293 -

« El Gobierno á su vez está en el derecho


de exigir á la Empresa la 3 entrega de las
utilidades del treinta y cinco , por ciento del
producto bruto y el seis por ciento de inte
rés que ganan sus acciones preferentes , á
cuyo efecto podrá establecer una contabilidad
independiente.
« En resumen : 1 ° el servicio de seis por
ciento de interés garantido por la Nación
deberá hacerse semestralmente, previo exa
men y liquidación de las operaciones de la
Empresa del ferro-carril, y solo en el caso
de no obtener la utilidad garantida , lleván
dose á este respecto una contabilidad sepa
rada.
2. El Gobierno debe nombrar el ó los
representantes necesarios que deban inter
venir, fiscalizar y controlar todas las opera
ciones de la Empresa ; y
< 3.º Que el mismo Gobierno debe disponer
que la Empresa le entregue las utilidades.
del treinta y cinco por ciento del producto
bruto y del seis por ciento de sus acciones
preferentes, con otra contabilidad indepen
diente.
<<Por último , el servicio de interés garantido
por la Nación debe hacerse en oro, porque
es regla general que el interés deberá pa
garse con la misma especie de moneda que
constituye el capital, y recíprocamente , el
servicio de lo que se adeuda al Gobierno
tambien deberá hacerse en oro por la razón
ya expresada.
294

Salvo mejor parecer ».


En virtud de este dictamen del represen
tante legal de los intereses fiscales, el enton
ces Presidente de la República dictó el si
guiente decreto: (Leyendo).

« Asunción , Mayo 8 de 1890 » .

<<Vista la solicitud de don H. Valpi , apo


derado de la Empresa del ferro-carril central,
en que pide el pago de la garantía del
Estado sobre £ 210.000 de capital, en ciento
cuarenta y dos días , contados desde el 12
de Junio último en que se firmó la escritura
de venta del ferro carril, hasta el 31 de Oc
tubre próximo pasado, á fin de que en lo
sucesivo se cuenten los semestres para el
servicio de dicha garantía, del 1.º de Mayo
al 1.º de Noviembre y de éste á Mayo, concé
dese lo solicitado en esta parte, establecién
dose que el servicio de la garantía se haga
en lo sucesivo , en las fechas de 1.º de No
viembre de cada año ; y habiendo tambien
solicitado la Empresa el abono inmediato de
£ 4.901 esterlinas, 18 chelines y 4 peniques,
que es el importe justo del 6 anual de las
libras 210.000 en los ciento cuarenta y dos
días sobre que ha corrido la garantía has
ta el 1.º de Noviembre de 1889 , sin prévia
entrega del importe líquido de la explotación
del ferro - carril, concédese así mismo el pago
de dicha cantidad con la condición de veri
ficarse siempre el arreglo de cuentas de la
295

explotación del ferro-carril entre el Gobier


no y la Compañía dentro de los treinta días
siguientes al anticipo que se le hace y de
ingresar en tesorería dentro de ese tiempo
aquella parte de las entradas que corres
ponde al Gobierno en el 35 % .
« Pase el presente expediente á la Contadu
ría General para que haga la liquidación
correspondiente, y hágase saber » .
« ESCOBAR
José T. SOSA»

Esta resolución se notificó en la misma


fecha al gerente del ferro-carril don H. Valpi,
cuya firma obra en el expediente.
Con todo, la Compañía, señor Presidente ,
parece que nunca se hubiese dado por no
tificada ni por entendida de esta observación ,
y el Gobierno siguió reclamando siempre
con el mismo resultado la garantía y los
intereses que le correspondían , mientras la
Empresa seguía comiendo tranquilamente
el 35 % de las entradas brutas, por cuyas
cantidades seguía pagando interés el Esta
do. Oígase la exposición del Interventor
del Gobierno señor Heisecke, consultado so
bre este particular: « Asunción, Mayo 20 de
1891.- Señor ministro de Hacienda.—En
cumplimiento de mis deberes marcados en el
inciso 2º del art. 3.º de la ley de 31 de Julio
de 1890, sin perjuicio de entrar por cuerda
296

separada en detalles sobre las cuentas pre


sentadas por The Paraguay Central Railway
Company Limited , presupuesto de gastos á
formarse y otros tópicos, me permito poner
en conocimiento de V. E. que he practicado
un minucioso examen de la contabilidad de
la expresada Empresa del ferro - carril, dando
el siguiente resultado : 1.° que el libro Dia
rio, sellado y rubricado debidamente por el
señor Juez de Comercio, sólo contiene las
operaciones de la Empresa hasta el mes de
Noviembre del pasado año , inclusive, no
existiendo asiento alguno posterior á esa fe
cha; 2.º que se constató en ese mismo libro ,
en su primera página el capital de la Em
presa y del Gobierno en la T. P. C. R. C. L. ,
habiéndose anulado este asiento posterior
mente, de modo que hoy no consta en la
contabilidad capital alguno del Gobierno ni
de la Empresa, lo que es contrario á las
disposiciones terminantes del artículo 59 del
Código de Comercio ( entónces en vigencia) ;
3.º que no existe ningún libro de inventario
exigido por la ley comercial ; 4.° que solo las
operaciones de la Empresa referentes á la
explotación del ferro carril desde Diciembre
pasado á la fecha, constan de libros auxilia
res, papeles sueltos y de un libro borrador
de caja; 5.º que en el libro borrador de caja ,
ya que los libros principales están atrasados ,
no constan ciertas operaciones de pública
notoriedad, como es la cobranza mensual de
la amortización del préstamo hecho por la
297

The Paraguay Central Railway Company


Limited, en Agosto ppdo., al Banco Nacional
del Paraguay, desapareciendo estas cantida
des sin hacerse constar ni su percibo , ni su
destino en los libros correspondientes. En
efecto , señor ministro, la T. P. C. R. C. L.
es una sociedad anónima por acciones, cuyos
estatutos han sido aprobados por el Gobier
no de la República é inscriptos en el regis
tro público de comercio, con domicilio legal
en esta capital, y por consiguiente sujeta en
todas sus partes, sin excepción de ninguna
especie, á las disposiciones del Código de Co
mercio vigente, y por el mismo motivo obli
gada á hacer constar en sus libros de con
tabilidad cuantas operaciones efectuase ó
mandare efectuar por su representante legal » .
En seguida pasa el Interventor á hacer
referencia al contrato existente entre la Com
pañía y el Banco Nacional del Paraguay so
bre el préstamo de 50.000 €.
Es decir continúa diciendo el Interventor
-que el Banco Nacional hizo el servicio.
regular de este préstamo, pero que en los
libros de contabilidad de la Empresa no
consta la entrega de esas cantidades hecha
por el Banco Nacional á la Compañía.
Es necesario hacer alguna historia sobre
este préstamo.
La Compañía había obtenido del Gobierno
la sanción de una ley que le acuerda un cré
dito ó bien facilidades para obtener un capi
tal llamado suplementario con el fin de re
298

parar la vía y los desperfectos del tráfico ,


cosa que era de su exclusiva obligación se
gún reza la escritura pública de transferen
cia, pero que la Compañía no pudo hacer en
vista de no tener capital para ello . Entonces
el Gobierno de la República obtuvo la ley
de 25 de Julio de 1890, que dice (leyendo):
« Acuérdase á la Empresa The Paraguay
Central Railway Company Limited , la garan
tía de 6 % anual sobre 100.000 libras ester
linas que introducirá como capital suplemen
tario al empleado por la misma en la com
pra del ferro - carril de Asunción á Villarrica,
para subvenir á los gastos de reparación
de la línea de Asunción á Paraguarí » .
Y la Compañía dijo al Banco Nacional: si
por su intermedio consigo un crédito, ó una
ley que me facilite la adquisición de £ 100.000 ,
yo prometo darle en préstamo la mitad, que
me irá reembolsando á medida que yo nece
site aplicar en la reparación de la vía que
se halla á punto de impedir la circulación
de los trenes .
El Banco aceptó , la ley se dictó y el prés
tamo se efectuó.

La Compañía fué recibiendo poco á poco


las cantidades devueltas por el Banco Na
cional de acuerdo á su contrato; pero no
hay noticia de que ellas se hayan aplicado
á su destino. Las únicas referencias que te
nemos sobre el particular, es que la Com
pañía tuvo la bondad de seguir mandando .
299

á Londres todas las partidas recibidas, des


cuidando la compostura de la línea.
Los reembolsos, que percibía mensualmente
la gerencia del ferro - carril, debieron ser
invertidos en el mejoramiento y reparación
de la vía permanente, máquinas, wagones ú
otros de urgente necesidad á fin de poner al
ferro-carril central en condiciones convenien
tes para su explotación regular.
Pero no sucedió así.
Ocurrió otra cosa . Estas cantidades - dice
el interventor de 113.000 m/n . de c/l . per
cibidas del Banco Nacional del Paraguay,
sobre cheques firmados por el señor R. Gray,
en su calidad de administrador general de la
Compañía, no aparecen en el libro borrador
de caja, menos en los libros que por ley de
bían existir, ni consta que se hallen deposi
tadas en ninguno de los Bancos de la Čapi
tal, y mucho menos se aplicaron á las re
facciones y gastos determinados esplícita
mente por la ley de la referencia para que
así se haga más productiva la explotación
del ferro-carril y se facilite en lo posible al
Gobierno de la República el reembolso de
la garantía, que por ley está obligado á pa
gar semestralmente, cuando lo exija la Com
pañía.
El ferro carril en todas sus subdivisiones
--continúa exponiendo el interventor - según
pública voz, va empeorando de día en día ;
los descarrilamientos y desastres se suceden
con más frecuencia; la cuenta de la explo
- 300

tación de la línea , que indebidamente es re


cargada con los gastos motivados por estos
descarrilamientos, cada día aumenta en per
juicio del producto del ferro - carril, garantido
con el 6 % anual en oro sellado por el Es
tado, sin que T. P. C. R. C. L. se dé por en 1
tendida de cumplir la ley de 25 de Julio de
1890, aceptada tácitamente por ella por un
acto público cual es el contrato celebrado
con el Banco Nacional del Paraguay .
El interventor del Gobierno entra después
á examinar las cuentas presentadas por el
gerente de la Empresa, refiriéndose á la
cuenta de gastos de explotación que dice : 1
«se compone en sus detalles de los siguien
tes gastos durante un año y medio :
* 1.0) Compostura de máquinas, wagones,
coches, vía permanente, edificios , talleres , he
rramientas, puentes y otros .
2. ) Sueldos de todo el personal del ferro
carril con excepción sólo de 15.519 : 79 car
gados indebidamente á un « Capital suple
mentario» cuyo capítulo más adelante se
tratará.
< 3.º) Materiales nuevos, combustibles, gra
sa, aceite y otros para el tráfico .
* 4.0) Sueldos y gastos de una oficina esta
blecida según los libros de contabilidad en
la ciudad de Londres.
« Ahora bien, señor ministro, como se des
prende de estos detalles , el T. P. C. R. C.
L. después de recibirse del ferro - carril, se de
dicó á componer las máquinas , coches, wa
301

gones , la vía permanente en algunos lugares ,


los edificios, etc , pagando todo ello con el
producto del ferro - carril, cuyos sobrantes co
rresponden al Gobierno en reembolso de la
garantía que en libras esterlinas abona se
mestralmente, en vez de introducir los capi
tales necesarios para ello , pues la Empresa ,
al concedérsele en venta el ferro- carril, tenía
según dicha concesión que recibirse del mis
mo en el estado en que se encuentra, y co
mo por otra parte estaba obligada á no in
terrumpir el tráfico, forzoso era componer lo
recibido en estado de descompostura y para
ello necesitaba los capitales suplementarios ,
pero de ningún modo puede admitirse que ,
aunque muy mal, componga el ferro carril ,
recibido según condición de venta en el es
tado en que se encontraba, con las entradas
sobrantes que legítimamente corresponden
al fisco, pues el Gobierno ha pagado religio
samente la garantía íntegra, é íntegro debe
ser también el reembolso de estos fondos y
de ninguna manera pueden ser empleados
en composturas del ferro carril en provecho
y beneficio de una Empresa de particulares » .
La Empresa, señor Presidente , no sola
mente invirtió las entradas del ferro carril
en composturas de vías , máquinas, wagones ,
etc., y en llenar todas aquellas necesidades
para las cuales debió tocar el capital intro
ducido por la Compañía , sino que cargaba
á gastos de explotación todos aquellos gas
tos que por comodidad de la Compañía tenían
302

que hacerse. Figuraban en esos gastos par


tidas fuertes en concepto de indemnización,
gastos de abogado, gastos generales é inte
reses de su capital invertido. De esta ma
nera se comprende que de las entradas bru
tas del ferro-carril no podía sobrar para el
Gobierno y quedaba colocado éste en condi
ciones difíciles de atender la obligación que
había contraido por la ley de concesión . El
Gobierno pudo haber pagado, estuvo en
situación de atender religiosamente, como
atendió al principio, el servicio de la garan
tía, pero la Compañía le puso en camino y en
circunstancias de quedar privado de todos
los recursos indispensables para el efecto. La
Compañía no solamente usufructuaba todas
las entradas sino que también colocaba al
tráfico en condiciones de no poder funcionar
regularmente . Hemos de oir el informe que
ha presentado el Departamento Nacional de
Ingenieros acerca del estado de la vía, á con
secuencia de una interpelación promovida
en esta Cámara al señor ministro del Inte
rior por el entonces senador don Gil Ramí
rez. Solicito, señor Presidente, que el señor
secretario lea ese informe presentado por el
Departamento de Ingenieros el año 1891 .

Se lee:

Informe sobre el estado del Ferro Carril


Central- Terraplén - Desde Asunción hasta
el kilómetro 10, ó sea hasta el Campo Gran
303

de, se encuentra en buen estado, fuerte, sin


pozos, en nivel; pero las canaletas están lle
nas de tierras y despejos vejetales que
arrastran las aguas, y en algunas partes
éstas están estancadas por falta de salida.
De Campo Grande hasta Luque se encuentra
en mal estado, con muchos pozos, en partes
desnivelado, con las canaletas llenas de tierras
y las aguas estancadas en ellas . Esta par
te ofrece peligro de descarrilamientos, por
que á más de su mal estado , tiene fuerte
pendiente y curvas. De Luque á Yuquyry
se encuentra en regular estado , pero con las
canaletas llenas de vegetales que estancan
las aguas. - De Yuquyry á Paraguarí en ge
neral se encuentra flojo, con muchos pozos, y
las canaletas llenas de vegetales que sus
penden la salida de las aguas. -De Para
guarí á Pirapó hoy se halla bastante fuerte,
pero los canales de desagües interrumpidos
por los vegetales.-- De Sapucay á Estación
Caballero bastante flojo, húmedo y con mu
chos pozos y en muchas partes con las ca
naletas y alcantarillas llenas de tierras y
despojos vegetales que interrumpen que las
aguas corran. - De Caballero á Villarrica está
en buen estado, fuerte, en nivel, con los ca
nales de desagües más ó menos limpios . - El
terraplen del ramal urbano que vá al puerto
se halla en buen estado . - Diversas causas
han contribuido para destruir el terraplen ,
tanto el antiguo (desde Asunción á Para
guarí) como también el nuevo (desde Para
304

guarí hasta Villarrica) : las principales son


las grandes y contínuas lluvias que hume
decen por completo; la otra es el peso de las
locomotoras usadas, que alcanza á 70 tone
ladas , peso que requiere un terraplen bien
conservado y fuerte para no producir des
trucción. La Compañía tiene varias cuadri
llas que están reparando las secciones peores ,
afirmando nuevamente en parte con tierras
y en otras partes embalastando con piedras ;
más estas reparaciones no están en propor.
ción directa con la suma de destrucción pro
ducida, es menester se repare en términos
más generales haciendo reformas completas .
-Rieles - El estado de los rieles puede cla
sificarse del modo siguiente: --De Asunción
hasta el kilómetro 10 ( Hipódromo Nacional )
se hallan en buen estado por haber sido en
su totalidad renovados .- Del kilómetro 10 á
Luque se hallan sumamente gastados é inu
tilizados, lo que exije un cambio completo.
De Luque á Areguá los rieles que son del
sistema Vignol se encuentran en regular es
tado, que requieren en muchos puntos reno
vación.-- De Areguá á Paraguarí se encuen
tran en un estado que exije una completa
renovación por pertenecer á un sistema ya
abandonado y hallarse en la actualidad muy
gastados, además por las dificultades de ob
tener las sillas correspondientes; y de Para
guarí á Villarrica se encuentran en perfecto
estado y son del mejor sistema conocido.
Durmientes - Los durmientes del ramal urba
305

no, del Puerto á la Estación Central, son to


dos nuevos , sanos y puestos á distancia de
0 m. 70 c. unos de otros.- Desde Asunción
hasta el kilómetro 10, Campo Grande, son
casi todos nuevos, pues no hace mucho
tiempo se reformó completamente esta parte ,
haciendo la renovación de todos los que esta
ban en mal estado, sea por rajadura ú otra
circunstancia ; se hallan á distancia de 0 m.
75 c.- Desde Campo Grande hasta Para
guarí han sido renovados parcialmente, de
modo que existen muchos durmientes viejos
y muchos en muy mal estado, sea por po
dredumbres, roturas , rajaduras ; distan unos
de otros 0 m. 70 c. y en las arribadas hasta
0 m. 50 c. La Empresa tiene varias cuadri
llas que trabajan en renovar estos durmien
tes, pero no se hace de un modo general
para fortalecer más prontamente la vía. Es
en esta parte que se producen á menudo los
descarrilamientos, porque esos durmientes ya
no soportan los clavos que sostienen las si
llas y rieles , y convendría no marcharan los
trenes más de 20 kilómetros por hora hasta
tanto se renueven todos esos durmientes en
mal estado . Desde Paraguarí hasta Villarrica
los durmientes son aún buenos, fuertes y
sanos, salvo algunos que no son de madera
de ley y que ya están en putrefacción ; en
esta sección los durmientes distan unos de
otros 0 m 90 c. , razón por la cual los rieles
se desnivelan con suma facilidad con el gran
peso de las locomotoras usadas. La Empre
306

sa trata de aumentar su número para evitar


la destrucción de los rieles . Cuñas.- Sillas.
--Eclises.-- Tornillos.- Desde el Puerto hastal
la Estación Central y de ésta hasta Campo
Grande, los eclises y tornillos han sido re
novados y están firmes . -- Desde Campo
Grande hasta Luque requieren las chapas y
tornillos renovación completa.- Desde Luque
hasta Yuquyry las chapas y clavos de gan
chos han sido renovados y están bastante
ajustados.- Desde Yuquyry hasta Paraguarí
aun son usadas las sillas y las cuñas de
maderas que afirman los rieles , mas este sis
tema tiene la dificultad de requerir gran su
ma de vigilancia, pues las cuñas aflojan con
facilidad con la influencia del sol y el agua
y el movimiento constante de los trenes .
Actualmente en muchas partes han saltado
estas cuñas y se encuentran los rieles sin
sujeción en las sillas ofreciendo el peligro
del descarrilamiento. De Paraguarí á Villa .
rrica los eclises, clavos y tornillos están
completos y bastante firmes .
De las estaciones - Estación Central : Se
encuentra en buen estado . Estacion Trini
dad : En regular estado .

Sr. Lara Castro - Bueno, señor Presiden


te . Es suficiente hasta ahí.
Había hecho leer esa parte del informe
del Departamento Nacional de Ingenieros , á
fin de que se pudiera apreciar que el estado
de la vía era tal, que no permitía el libre
307 -

funcionamiento de los trenes, conforme el


Gobierno había previsto .
En el estado en que se encontraba la vía ,
y la escasez habitual del material rodante,
el tráfico no podía dar el rendimiento nece
sario , señor Presidente . Y no obstante ese es
tado de abandono, la línea ha dado el año
92 cincuenta y seis mil libras de entrada.
Júzguese, señor Presidente, si el Gobierno
de la República no estaría en condiciones de
atender con toda regularidad, como venía
atendiendo , el servicio de la garantía á que
se había obligado por la ley de concesión.
Además, señor Presidente, hay que tener
en cuenta el estudio y el presupuesto que
ha formulado el Ingeniero que ha estudiado
la línea y que ha aconsejado á los banque
ros ingleses á prestar su capital para la for
mación de esta Empresa .
Tengo aquí la traducción del informe téc
nico de los ingenieros de la Compañía, que
se ha publicado junto con el prospecto, el 15
de Febrero del 89 .
El informe es corto y voy á darle lectura.
Febrero 15 de 1889 .

Señores Morton, Rose y Cía.

FERRO - CARRIL CENTRAL DEL PARAGUAY

Muy señores nuestros :


Nos permitimos dar á ustedes un ligero in
forme descriptivo de este ferro carril, junta
mente con el presupuesto del tráfico proba
308

ble que será conducido, una vez concluida


toda la línea .
Los ferro -carriles concedidos por el Gobier
no del Paraguay al doctor Stewart consisten
de tres porciones :
1.º Desde el Puerto de la Asunción , capital
del Paraguay, hasta Paraguarí, en operación
46 millas.
2. Desde Paraguarí á Villarrica que debe
ser concluida bajo contrato para el Gobierno,
en Mayo de 1889, 46 millas.
3. Desde Villarrica hasta Villa Encarna
ción, á construirse 136 millas.
Largo total del ferro- carril más ó menos
228 millas .
La primera sección desde la Asunción has
ta Paraguarí, fué originalmente construida
por el Gobierno y ha estado en explotación
muchos años. Aunque esta porción del ferro
carril ha sido explotada bajo grandes des
ventajas , especialmente por motivo de la
cantidad inadecuada del tren rodante, la ren
ta ha aumentado rápida y continuadamente,
como demuestran las cifras siguientes (cal
culando 3 chelines valor de un peso) :

1883 1884 1885 1886 1887


Entradas brutas £ 10.675, 13.267 13.954,
19.033, 24.103.
Entradas brutas por millas £ 237, 294, 310 ,
423, 536.
Los gastos de explotación han sido redu
cidos desde 70 % más ómenos en 1884 (no se
309

ha podido conseguir los del año 1883 ) á 60 %


más ó menos en 1887; por eso las rentas lí
quides han aumentado en este periodo más
que el doble.
Se puede esperar confiadamente que el
resultado de la explotación en 1888, una vez
sabido, hará comparación favorable con el
de 1887, y como el nuevo tren rodante fabri
cado por los señores Krupp y Cía. para el
Gobierno ha sido recientemente entregado
en la Asunción , mientras que en Julio de
1887 el Congreso votó la suma de $ 150.000
para mejoras en esta sección, no cabe duda
que las entradas futuras de esta porción del
ferro carril excederán mucho per se los ob
tenidos en el pasado.
La segunda sección de Paraguarí á Villa
rrica está en construcción bajo un contrato
entre el Gobierno del Paraguay y el señor
Patri, quien se ha comprometido para com
pletarla y equipararla con el tren rodante
referido, á tiempo para abrirla al tráfico en
Mayo de 1889.
a
La 1.ª y 2ª secciones juntas formarán un
largo de 92 millas más ó menos , y unirán
á Villarrica, el segundo pueblo del país y
centro de un distrito muy rico, con la Asun
ción . Por esto, anticipamos que un tráfico
muy considerable, y más que proporcional
mente aumentado, resultará al ferro-carril
inmediatamente después de la apertura de
la 2a sección, con una reducción de la pro
porción de los gastos de explotación .
310

De los estudios que hemos hecho de la ex


tensión de Villarrica á Villa Encarnación .
hallamos que la línea será de fácil construc
ción, debido al terreno comparativamente lla
no por donde pasará el ferro- carril.
Los terraplenes serán leves, excepto cerca
de Villa Encarnación donde habrán trabajos.
algo más pesados y será necesario hacer un
estudio más cuidadoso y más detallado del
terreno, de lo que hemos tenido la oportu
nidad de hacer, para poder elegir la mejor
ruta.
Los rios que hay que cruzar no son rápi
dos y son de poca profundidad, y todos los
puentes pueden ser construidos de maderas
del país, que son de carácter muy aparente
para eso .
Los declives son comparativamente leves
y las curvas fáciles en esa sección , lo mismo
que de la Asunción á Villarrica, de manera
que se puede justamente esperar que los
gastos de explotación del ferro- carril serán
bajos .
El ferro- carril, cuando completado , atrave
sará y abrirá parte de las porciones más
fértiles y más pobladas del país . Termi
nará en la Villa Encarnación , sobre el río
Paraná, frente al pueblo de Posadas, térmi
no del ferro-carril Nordeste Argentino, actual
mente en construcción y cuyos trabajos ade
lantan rápidamente .
Estos ferro- carriles , cuando completados,.
formarán la futura línea tronca del país , dan
311

do, como darán , la ruta más corta á la costa


del mar con importantes empalmes interme
diarios: 1.° vía Brasil á Rio Grande do Sur;
2.º vía Uruguay á Montevideo ; y 3.° vía la
Confederación Argentina á la Concordia, ó
á Buenos Aires mismo si se construyen cier
tos ferro- carriles proyectados .
La línea de Villarrica á Encarnación , pa
sando como pasa por un país fértil, asegu
rará un tráfico considerable, lo que, además ,
aumentará grandemente el tráfico sobre la
linea de Villarrica á la Asunción . Se pue
de esperar también que el tráfico interna
cional será grande, y empezará inmediata
mente después de completado el ferro- carril.
Tomando una base moderada, calculamos
que cuando el ferro -carril esté abierto en
todo su largo, el tráfico bruto llegará, tér
mino medio, á 1.000 libras esterlinas por mi
lla al año, es decir, un total de 228.000 libras :
y juzgando por una comparación con otros
ferro carriles sudamericanos , debe poderse
trabajar un tráfico de este grandor á 50 por
ciento, lo que dará una renta neta de 114.000
libras esterlinas por año .
Una proporción considerable del país, por
donde pasa el ferro-carril, consiste en mon
tes compuestos de maderas de descripciones
preciosas para edificar casas y para construir
buques , así como para durmientes para
ferro- carriles , etc , y se cree que un tráfico
grande será obtenido de la conducción de
anaderas de los puertos de ambas extremi
312

dades de la línea . La conducción de yerba


mate y productos agrícolas , por ejemplo, ta
baco, granos, naranjas, etc., debiera también
dar una renta substancial ; á más grandes nú
meros de caballos y ganado vacuno son
traidos contínuamente de la provincia de Co
rrientes á la Encarnación , lo que también
debe contribuir á las entradas.
Somos de ustedes S. S. S.

(Firmado) Burrel y Valpi


Miembros del Instituto de Ingenieros
Civiles de Londres .

Del informe de estos técnicos tan compe


tentes como respetables , por la corporación
á que pertenecen y por lo que han demos
trado en los primeros estudios hechos durante
la administración de López, una competencia
excepcional en la materia, cabe colegir el
pensamiento predominante en el Gobierno
para haber acordado la concesión del 87.
Si la Empresa hubiese cumplido las esti
pulaciones á su cargo, leal y honradamente,
el Gobierno no sólo hubiera podido y estado
en condiciones de poder atender con regula
ridad el servicio de la garantía, sino que
también habría conseguido agregar á las
rentas generales de la Nación importantes
renglones provenientes de las entradas del
ferro- carril. Aquella concesión , fuera de las
miras de progreso y fuera de la buena ó
mala inversión de los recursos, representaba


313 -

el esfuerzo nacional de prolongar el ferro


carril, de dotar al país de una vía de comu
nicación rápida que habría de promover efi
cazmente el adelanto y el progreso en im
portantes regiones de la República. Pero la
Compañía, señor Presidente, no aportó el
capital necesario para el fin que se propo
nía, pues, con las 482.930 importe de las
48.293 acciones emitidas de 10 c/u., apenas
bastaba para pagar la mitad del costo del
ferro-carril y hacer frente á los gastos
indispensables de la Empresa durante los
primeros años.
¿Y se puede, señor Presidente, lícitamente.
cargar al Gobierno, solamente al Gobierno,
la responsabilidad de haberse interrumpido
el servicio de la garantía á que se ha obliga
do el Estado para con la Compañía del ferro
carril? Era la mente de la ley de 1887, que
los ingleses de la « The Paraguay Central
Railway Company Limited » pudiesen nada
más que venir á pasear en la América y á
posesionarse de nuestro único ferro carril
para divertirse y entretener su spleen á costa
de los intereses nacionales? ¿No era para
prolongar la línea hasta Villa Encarnación ,
que el Estado se resolvió á entregar el ferro
carri á capitalistas ingleses? No se ha
establecido en la ley obligaciones que cons
tituyen la causa y razon de tantos privilegios
acordados por el Estado, vendedor, accionista
y garante de la Compañía? ¿Esta tenía aca
so el derecho de usufructuar íntegramente
314

mientras dure la garantía las entradas de la


línea y de dar al Gobierno lo que buena y
cómodamente quisiera dar? ¿ Y es justo, es
honrado, echar solamente sobre el Gobierno
ó á cuenta del Gobierno la responsabilidad
de las irregularidades sobrevinientes á la
suspensión del servicio de la garantía? No,
señor Presidente. Mediando todas las circuns
tancias que mediaron para ello , la Cámara
sabrá discernir la responsabilidad á quie
nes corresponda.
El Estado no estaba anhelante de entre
gar el ferro - carril á cualquier interesado .
Aún mismo los Gobiernos pasados, que tie
nen tanta culpa en las vicisitudes por que
ha venido atravesando el país, han obrado
á mi juicio al celebrar el contrato de con
cesión, guiados por la ambición de progre
so y sobre todo movidos por la insistencia
pública y por el clamor general, pues es
sabido que cuando el Estado contrató la
prolongación de la línea hasta Villarrica,
las gestiones y las solicitaciones al P. E.
menudearon, para que la línea se prolongase
hasta Villa Encarnación , á fin de unir la capi
tal con aquel importante punto de la Repú
blica, frontera sud del país y puerto de un
importante tráfico fluvial, el Paraná . El
Gobierno tenía en cuenta los progresos que I
seguirían al cumplimento de la concesión,
y si se hubieran realizado los ensueños pa
trióticos que se han alentado antes de ahora
respecto de ella, quizá fuera muy distinta

T
315

la opinión con que hoy la juzgamos , é indu


dablemente otro hubiera sido el criterio con
que miráramos el pasado próximo, al través
de estos malos antecedentes .
Es difícil de comprender, cómo es que
solamente se ha de reconocer derechos á
la Compañía y se ha de negar todo derecho
y toda circunstancia favorable al Estado ,
que no obstante su situación precaria ha
hecho esfuerzos sobrehumanos, puede decirse ,
para atender el servicio de la garantía ,
anticipando cantidades considerables , sin
haber recibido un sólo centavo de parte de
la Compañía en concepto del 35 % con el
cual contaba.
Las cuentas de garantía fueron presentadas
sucesivamente cada seis meses. La Compañía
procuró agobiar con números á la Contaduría
Nacional; pero se cuidaba muy bien de no
hacer entrega del 35 % de las entradas bru
tas para el consiguiente reembolso que debía
paulatinamente haber hecho .
Últimamente, la Empresa ya se considera
ba desobligada de expresar siquiera el mon
to de sus entradas: se limitaba pura y
simplemente á reclamar el pago de la garan
tía . Ya se disponía también á discutir el
concepto de ésta y á manifestar su desa
grado de que la garantía á que el Estado
se obligó, pudiera ser interpretada en la
forma como la ley y los representantes
legales del Estado la interpretaban, es decir,
de que la garantía era subsidiaria . Y es
-- 316

sabido que toda garantía subsidiaria tiene


por objeto asegurar al concesionario una
utilidad mínima determinada sobre el capital
aportado. Para con T. P. C. R. C. L. la
obligación del Estado no vá más allá sino
hasta cubrir lo que faltase para sumar el
6 % de interés que reclama el capitalista , es
decir, aclarando más aún con las palabras
de conocidos legistas : que si la Compañía
consiguiese el 3 % , el Estado no se obligaba
á dar más que el ctro 3 % para completar
6; que si la Compañía obtenía un rendimiento
de 4 %, el Estado se obligaba á dar 2 % ; qu
si la Compañía obtenía sobre e producto de
su capital el 5 % de interés , el Estado sólo
se obligaba á completar lo que faltase para
sumar 6 % , y si obtiene tal interés, cesa la
obligación del Estado. Pero, la Compañía
exigía el pago íntegro , sin haber en cuenta
ninguna consideración , y este reclamo lo
fundó en una disposición de la ley de 14
de Julio de 1888, que dice que la garantía
debe or absoluta para cada sección de 50
kilómetros entregada al servicio .
Parece que la Compañía y los que la patro
cinaban, entendían que la garantía debía
ser absoluta é indiscutible » y que el Estado
estaba obligado á abonarla por teda la
línea de una manera absoluta é incontestable.
Pero, nó; esa no es la mente de la ley.
El Estado cumplió su obligación á la
medida de sus fuerzas y á la medida que
prometió á la Compañía , y no solamente
317

cumplió su obligación, sino que toleró be


névolamente las faltas de la Compañía . El
Gobierno transfirió el ferro carril de Asun
ción á Paraguarí en las condiciones en que
se hallaba y entregó la sección de Paraguarí
á Villarrica , conforme iba recibiendo del
concesionario Patri y sin esperar á que la
Empresa compradora entregue la parte del
precio correspondiente á cada sección librada .
al servicio público, como estaba determinado
en la escritura de transferencia ; anticipó
además el importe de la garantía, haciendo
entregar al directorio de la Empresa en
Londres en 29 de Agosto de 1890, £ 5.064,
' , 6', el 12 y 26 de Setiembre de 1890,
£ 8.503 3 ch. 9 p. y £ 2.785 8' , 11 " . En suma ,
el Gobierno ha anticipado á la Compañía,
sin esperar que ésta hiciese el servicio que
le correspondía, la cantidad de £ 16.352:17'
2 p. ó sea $ oro 81.764.30.
Ese fué el proceder del Gobierno con la
Empresa , y á no mediar la gran crisis eco
nómica que sobrevino por aquel entonces,
quizás hubiera seguido anticipando el servicio
de la garantía sin cuidarse del reembolso
á que tenía derecho, conducta que mucho le
agradaba, por cierto , á la Compañía, que se
pusɔ mala cuando aquél se vió en la impo
sibilidad de seguir atendiendo la cuenta de
garantía en tales condiciones .
Entretanto ¿cuál fué el proceder de la
Compañía? Quizá es irrisorio mentarlo de
tan conocido que es : 1.º No fijó su domicilio
318

en esta capital como estaba convenido, hecho


doblemente criminal, por que aparte de bur
lar el contrato que es ley entre las partes ,
ha sustraido á la jurisdicción del poder
público una Empresa de transporte garanti
da por él en la cual tenía el derecho de in
tervención por diversos conceptos ; 2.º No
entregó el precio de venta en el tiempo y
forma convenidos.

(Pasa á ocupar la presidencia el señor


Legal, bajando de ella el señor Caballero).

3. No entregó el 35 % de las entradas


brutas; 4.0 Ocultó sus operaciones ; 5.°º No
llevó sus libros conforme á la ley ; 6. ° No
construyó el ramal telegráfico á que estaba
obligada; 7. No aumentó el material rodan
te necesario para el servicio del tráfico ; 8.º
No reparó el mal estado de la vía, etc.
De modo, pues, señor Presidente, que si el
Estado se ha visto en la obligación de faltar
al servicio de la garantía á que se había
obligado, fué por que los procederes de la
Compañía le han obligado á esa conducta .
y el Gobierno de la República lo ha notifi
cado así á la Compañía.

Sr. Chaves - Señor Presidente : desearía 1


solicitar de la presidencia un cuarto inter
medio para que puedan descansar los taquí
grafos y los señores diputados .
-Se pasa á cuarto intermedio . Vuel
tos á sus asientos dice el
―― 319

Sr. Lara Castro Señor Presidente : voy


á continuar.
Habíamos quedado en que si el Estado ha
dejado de hacer el servicio de la garantía,
prévia notificación formal á la Empresa, de
que así lo ha resuelto , ha habido para ello cir
cunstancias especiales que sólo pueden atri
buirse á la misma Empresa concesionaria.
La Compañía no solamente se ha concre
tado á reclamar con insistencia el pago de
la garantía, sino que también ha venido
abultando despiadadamente sus cifras, siem
pre en progresión ascendente, hasta que la
Cámara de Diputados, en una ocasión en
que se trató en su seno del asunto que hoy
tenemos en debate, resolvió mandar estudiar
esa cuenta por medio de peritos competentes ,
y aconsejó después al Congreso el tempera
mento que debía adoptar en consecuencia.
Consta esa resolución en el libro de actas de
la Cámara de Diputados.
Pero demos de barato que la cuenta de
garantía que presentó la Empresa sea la
expresión de la verdad ; ella no cambia gran
cosa la situación del Estado, puesto que
todos los desembolsos que el Estado hubiese
hecho en servicio de esa obligación que tomó
á su cargo, deberían y deben ser devueltos
en arcas fiscales, en un término señalado. De
modo, pues, que como bien ha dicho el señor
diputado que me ha precedido en el uso de
la palabra y que con tanta altura ha
impugnado el proyecto, la cuenta de garan-
320

tía no es una deuda lisa y llana » , sino es ,


mejor dicho, una verdadera caja de ahorro
para el Estado, y siendo así, la deuda pro
veniente de la garantía no puede ser com
pensada con las deudas legítimas que tiene
el Estado contra la Empresa.
Recalcaremos el punto .
El Estado no debe la garantía, hemos
dicho: 1.º Porque las leyes de concesión y el
contrato establecían obligaciones recíprocas
y conmutativas , y la Empresa faltó á ellas .
No aportó el capital necesario á su objeto ,
ni tenía el tren rodante necesario para el
servicio regular de la línea; no constituyó
su domicilio en esta ciudad , no llevó sus
libros de contabilidad como estaba obligada;
no construyó el ramal telegráfico á Villa
Encarnación , ni prolongó la línea férrea
hasta su destino, suspendiendo las obras sin
mediar caso fortuito ó circunstancia de fuerza
mayor, con violación de lo dispuesto en el
artículo 6. § 2.° de la ley del 14 de Julio de
1888.
2.º Porque la ley sólo obliga al Estado á
la garantía del 6 % sobre el capital empleado
y no sobre sumas imaginarias . La Empresa
no ha invertido conforme á las leyes y con
tratos lo que prometió y se obligó á invertir ,
y como esto está acabadamente esclarecido ,
no me he de detener más en mentarlo ;
apenas me he de permitir recordar lo que se
me hubiese escapado en el curso de la expo
sición . Pero no olvidemos que la Empresa
321

ha enviado fuertes mensualidades á Londres


con destino ignorado , que puede suponerse
fueran para los individuos del directorio, con
perjuicio de los accionistas y de la prolon
gación de la vía y del capital suplementario
autorizado á tal objeto, mientras al Gobierno
iba cargando con nuevas obligaciones como
ya se hizo constar.
3.º Porque la suma que reclama la Empre
sa como deuda de garantía está abultada
por intereses que sólo se aglomeran con el
fin de hacer presión sobre el Gobierno, pues
al Estado no puede cobrarse intereses , á
menos que haya un convenio especial, (véase
ley de 25 de Febrero de 1872 ) .
4. Porque el reclamo de la Empresa por
garantía sólo está admitido por el Gobierno
de González , única administración que ha
dado curso á las cuentas de liquidación pre
sentadas por ella ; admisión que no puede
surtir los efectos del reconocimiento, pues el
Estado no debe la garantía.
5. Porque, finalmente, siendo ésta la doc
trina legal, es decir que el Estado no está
obligado, en las condiciones en que le han
puesto al ferro carril la incuria del directorio
y la mala administración de la Empresa , al
pago de la garantía ; por esta misma razón ,
reconocida como una doctrina legal, dentro
y fuera del país , los accionistas hipotecarios
de Londres tampoco han creido en la exis
tencia de ninguna deuda á favor de la Em
presa en concepto de garantía y es así como
322

se hizo constar y aparece en el informe anual


de la Corporation of Foreign Bonholders,
residente en Londres, como un simple reclamo
sujeto á arreglo .
Habría entonces, señor Presidente , dema
siada benevolencia, demasiado desprendi
miento en aceptar esta cuenta presentada
por la Empresa y aún más en reconocerla
como legítima y en cambiarla por los indis
cutibles créditos que tiene el Estado contra
la Empresa. Los créditos que tiene el Gobier
no contra la Compañía son de tal naturaleza
que no están en las mismas condiciones que
las cuentas de garantía que presenta la Em
presa. La Compañía debe al Gobierno, como
se ha dicho y repetido ya , el 35 % de las
entradas, le debe 8.000 pesos oro mensuales
por no haber continuado la prolongación
hasta Villa Encarnación , durante trece años ,
el 6 % de interés de sus acciones preferentes ,
que expresamente se ha determinado en las
leyes de concesión , y estas cantidades , señor
Presidente, suman buenos miles de pesos que
sobran y sobrarían para atender los recla
mos impertinentes de la Compañía.
Algunos señores que han tratado este
asunto, han querido pasar por alto, los más
benevolentes y los más prudentes, el derecho
del Estado á exigir las multas, y otros más
atrevidos confiesan paladinamente que el
Estado no tiene derecho á cobrar á la Com
pañía las multas por la falta de prolongación
de la línea . Pero , señor Presidente! se nece ..
323

sita no haber penetrado suficientemente el


criterio de la ley que ha modificado la del
22 de Setiembre, ni saber, ni conocer el pro
ceso y los incidentes que han seguido al
asunto, para sostener una tésis semejante .
La administración pública ha negado ante
riormente y repetidas veces á la Compañía
el derecho de presentar reclamos sobre la
garantía del capital suplementario, por que
se ha llegado á comprobar de una manera
palmaria por los interventores oficiales que
la Empresa no ha invertido en su destino
ese capital.
La Compañía había sido autorizada para
contraerlo, con el exclusivo fin de reformar
la vía.
El Gobierno de 1892 hizo constar que la
vía no se había reparado, conforme se había
estipulado y conforme la Empresa se había
obligado á hacer. Consta además á la Cá
marapor la lectura que se ha dado del in
forme del Departamento Nacional de Inge
nieros, posterior á la ley acordando el
capital suplementario, que la tal compostura
de vía no se había llevado á cabo .
Consta además en documentos oficiales, en
memorias del ministerio del Interior, que los
Gobiernos de aquel tiempo se habían nega
do á reconocer esos créditos, como he mani
festado, y que además habían ofrecido á la
Cámara, al Congreso Nacional, hacer todo lo
necesario y todo lo conducente para que la
Compañía cumpla su obligación , sin perjui
324

cio de aplicarle la multa de los 8.000 pesos


mensuales , á que estaba obligada por la ley.
Voy á permitirme dar lectura á algunos
párrafos de la memoria presentada por el
ministro del Interior, señor José T. Sosa,
fijando el criterio del P. E. sobre este asunto
de la garantía sobre el capital suplementa
rio.
Dice el señor ministro (leyendo) < sobre
refacciones y construcciones indispensables
para el mejoramiento del ferro- carril, cuyo
servicio general actualmente deja mucho
que desear..
< Sobre este punto el Ministerio ha llamado
seriamente la atención del gerente de la
Empresa en ésta, intimándole á que verifi
que dentro de un término prudencial, que ha
sido fijado en doce meses, los trabajos y
mejoras necesarios para colocar el ferro -carril
en condiciones de prestar con la regularidad
requerida el servicio á que está destinado ;
recordando que á este fin el Gobierno ha
prestado su garantía de 6 % anual á un ca
pital suplementario de cien mil libras ester
linas , el cual no se ha empleado hasta el
presente á los objetos que han dado margen
al otorgamiento de la garantía mencionada ,
aún cuando, por otra parte, no gravite so
bre el Estado la obligación de atender á
este compromiso sino en cuanto se cumpla
por parte de la Compañía él que á su vez
ha contraido al solicitar el aumento de capi
tal de que se hace mención .
325

No obstante esto la Empresa siempre tuvo


á bien de reclamar la garantía correspon
diente al capital suplementario, no solamente
desde la fecha de la ley que lo autorizaba ,
sino también con anterioridad á ella. (Recla
mo White ).
Voy á dejar de dar lectura á otros docu
mentos que se refieren á la manera cómo
interpretaba el Gobierno de 1892 los reclamos
de la garantía, sin perjuicio de hacerlo en
otro momento cuando sea necesario, y ahora
pasemos á examinar el contrato que ha cele
brado el P. E. con la Compañía para dar
un corte á este asunto, á la luz de los ante
cedentes que ya hemos enumerado somera
mente.
El P. E. propicia el arreglo y lo recomien
da diciendo que á su favor limitan las si
guientes razones :
1 ° « La imposibilidad de que el Gobierno
abone las cuentas de la garantía, que deben
ser atendidas durante veinte años . El monto
de la garantía es muy superior al capital
mermado de las acciones de preferencia » ;
2. Lo ilusorio del reembolso , según la re
solución gubernativa del 16 de Mayo de
1893 » ; 3. « Los perjuicios que la litis- penden
cia administrativa causa al crédito de la Na
ción y al desenvolvimiento de la riqueza pú
blica» y 4.° « La necesidad moral y material
de que el Gobierno del Paraguay deje de
ser accionista de una Compañía, á la cual no
puede dar vida ni crédito moral » .
326 -

Estas consideraciones , señor Presidente ,


son muy deleznables, aunque presentadas
en forma tal que á primera vista parecen
ser respetables.
« La imposibilidad de que el Gobierno abo
ne las cuentas de garantía que deben ser
atendidas durante veinte años , dice el P. E.
Esto hubiera estado bien dicho, señor Pre
sidente, el año 1887, ó uno ó dos años más
tarde; pero no á la altura á que hemos lle
gado, faltando dos años para vencer este
término: el año 1909 próximo entrante ha
brá pasado á la historia esa cláusula famo
sa que establece la garantía del 6 % sobre
los capitales invertidos en la adquisición del
ferro carril del Paraguay . El Gobierno de
hoy se considera en la imposibilidad de abo
nar esa cuenta de garantía. Juzgo un error
sensible , ó una debilidad sin fundamento
esta manifestación del P. E .; yo tengo plena
fe en que el Estado puede pagar estas cuen
tas de garantía , señor Presidente, no sola
mente por los dos años que faltan, sino
también las cuentas atrasadas y aún con
intereses tal como quiere la Empresa; pero
para ello se requiere una acción enérgica y
una voluntad á toda prueba y yo creo que
estas dos condiciones no deben de faltar á
los hombres que dignamente figuran al fren
te del P. E. y que han autorizado este arre
glo.
Examínense, señor Presidente, esas cuentas,
sepamos por fin el monto real y verdadero
-- 327

de las cifras que adeuda el Estado y no nos


fijemos en su bulto, no nos amedrentemos
por las mistificaciones de los representantes
de la Empresa.
Desde hace 12 ó 15 años , más todavía , vie
ne impugnándose esas cuentas. Interventores
del Gobierno han argüido de falsas esas
cuentas . Ahora nos ha mandado un « resu
men» que es una obra maestra de mistifica
ción fraudulenta . Las partidas consignadas
resumen especial y que sirven de
fundamento á este arreglo, son la más aca
bada prueba, vuelvo á repetirlo , de las fal
sedades y engaños á que la Compañía nos
tiene acostumbrados . Muchas de esas cifras
no concaerdan con las consignadas en docu
mentos oficiales , y en la escala que se hace
aparecer las entradas totales de los 18 años
anteriores, que se han adoptado exprofeso
para fundar este arreglo, están las constan
cias anteriores notablements desfiguradas y
arregladas en forma que dé un total que se
acomode perfectamente á las pretensiones
de la Empresa .
Constan en los archivos del Congreso , en
documentos oficiales , varias anotaciones de
las entradas de otros años, y con ellas en
la mano podemos destruir partida por par
tida este famoso cuadro comparativo que
tengo á la vista.
No habría necesidad tampoco, señor Pre
sidente, de verificarlo á la luz de la compa
ración y de las anotaciones que existen en
328

los archivos legislativos , desde que el simple


sentido común y las observaciones de los
ingenieros que han estudiado la línea, nos
dicen á las claras, que estas cifras consigna
das en el memorandum recordado no pueden
ser verdaderas .
He dicho antes de ahora que la línea ha
producido, según confesión de la misma Com
pañía, el año 1892 £ 56.000 ó sea $ 1.400.000
de curso legal á cambio de 500 % tipo de
cotización, creo, en aquel entonces.
¿Quiére saber el señor Presidente cual es
.
la cifra que se señala hoy como correspon
diente á ese periodo ? Hé aquí : $ 611.180 : 12 c/l .
¿ Cuál sería la condición en que se hallan
las demás partidas ? Es así como se explica
que la Empresa haya procurado por todos
los medios á su alcance ocultar su contabili
dad á los representantes del Gobierno. De
otro modo no fuera posible esta mistifi
cación criminosa .
Regularmente llevadas de esas cuentas, el
Gobierno, lejos de estar en la imposibilidad
de abonarlas, estaría en condiciones de re
coger buena parte de los fondos que obran
indebidamente en las cajas de la Compañía
y que no le pertenecen .
El monto de la garantía es muy superior
al capital mermado de las acciones de prefe
rencia » dice también el mensage del P. E.
Es cierto; el monto de la garantía tal como
se la presenta es superior al valor de las
acciones de preferencia del Gobierno ; pero
329

el Gobierno no solamente tiene sus acciones ,


señor Presidente , tiene también á su favor
todas aquellas cantidades que ya hemos
enumerado rápidamente.
¿Cuánto daría el 35 % de las entradas
durante 18 años, calculando que anualmente
diera sólo $ o/s . 200.000 ?
Y está visto que quince años antes ya pro
ducía £ 56.000 cuyo solo producto puede á
lo menos dar 5.250.000 según el cálculo que
hace en este momento un compañero . ¿A
dónde se dejan esos intereses del Estado ,
señor Presidente? ¿A dónde se dejan los
intereses que corresponden á las acciones
privilegiadas del Gobierno ? ¿ A dónde se de
jan las cantidades entregadas y anticipadas
á la Empresa en concepto de garantía? ¿ A
dónde se dejan el importe y el valor que
representan actualmente las mejores introdu
cidas en el ferro- carril y los terrenos con que
ha ensanchado su propiedad la Empresa?
Nó, señor Presidente. El Gobierno actual no
está en la imposibilidad de abonar esas
cuentas de garantía, ni el monto de la ga
rantía es superior al capital que represen
tan los derechos del Estado en la Compañía ;
á las acciones sí.
Lo ilusorio del reembolso según la re
solución del Gobierno del 16 de Mayo de
1893 , ha hecho desesperar al actual Gobier
no haciéndole flaquear visiblemente ante
esas cuentas de garantía : pero hay razón
para ello , señor Presidente? Nó, señor. Es
330

tán determinados en nuestra legislación ci


vil los casos en que se puede repetir lo pa
gado, y está igualmente la forma que deter
mina la conducta que corresponde adoptar
en esta emergencia . No debemos nosotros de
fijarnos exclusivamente en los actos de reco
nocimiento del Gobierno Paraguayo, ¿ por
qué no hemos de fijarnos también en la con
fesión del representante de la Empresa?
El representante de la Compañía ha confe
sado expresamente en el arreglo que ha ce
lebrado con el Interventor del Gobierno, se
ñor Heisecke, el 31 de Enero de 1892, que
la Compañía había recibido anticipos del Go
bierno y que había retenido en su poder
indebidamente el importe del 35 por ciento
que suman á la cantidad de 269.251 : 45 pesos
oro sellado , es decir, que en aquella fecha ,
el 31 de Enero de 1892 , el Estado era acree
dor de la Compañía . ¿ Por qué no hemos de
atribuir á esta confesión del representante
de la Empresa todo el valor que tiene la
confesión de parte? El 21 de Julio del mis
mo año, seis meses después de haber hecho
esa confesión , el señor White fué llamado al
ministerio del Interior y se le pidió que se
ratificase en la confesión que había hecho y
se le notificó la resolución del Gobierno sus
pendiendo la anterior de someter al fallo
arbitral las cuestiones existentes ; y en
aquella ocasión, el 21 de Julio, como digo, el
señor gerente del ferro carril, don Enrique
L. White se notificó y previas las formali
331

dades de ley » , dice el acta : el gerente se ra


tificó en el convenio de.foja 96 á 98 celebra
do con fecha 31 de Enero de 1892 y firmó.
Véanse los antecedentes.
Con estos antecedentes existentes, hay lu
gar, señor Presidente, á iniciar una investi
gación en la contabilidad tenebrosa del ferro
carril. Nó está el Gobierno, antes de dar
curso á ninguna de las gestiones de los repre
sentantes de la Empresa, en la necesidad de
conocer la verdad de esa misteriosa conta
bilidad, donde todas las cifras son alarman
tes para el Gobierno?
No hay, señor Presidente, motivos para
asustarse de la reclamación de la Compañía
y decir que el Estado se encuentra en la
imposibilidad de abonar esa cuenta de garan
tía y menos aún que el reembolso es ilusorio .
La tercera consideración en que el P. E.
funda el proyecto de arreglo , ó sea la con
veniencia de arreglar esta cuestión por los
perjuicios que la litis- pendencia administra
tiva causa al crédito de la Nación y al de
senvolvimiento de la riqueza pública » es
digna de tenerse en cuenta, ciertamente, pe
ro no ahora, después de quince años de
descrédito, sino antes .

(Abandona la presidencia el señor Ca


ballero y la ocupa el vice-presidente 1.º
señor Legal).
Hoy ya nada se remedia, señor Presidente ,
con el contrato que ha firmado el P. E. con
332

el representante de la Empresa. Los per


juicios de la litis-pendencia administrativa ,
á los que pueden ser agregados los daños
morales y materiales causados por el incum
plimiento de la ley de venta del ferro - carril ,
son perjuicios muy considerables , sí, pero que
no pueden ser invocados en favor de este
arreglo, mucho menos aquellos que debemos
á la propaganda activa y constante de los
directores de la Empresa en Londres ; y no
es con este arreglo, repito, que se han de
hacer cesar los perjuicios que nos acarrea
esa propaganda, sino, por el contrario, bus
cando los medios prácticos de resarcirnos de
esos perjuicios causados á la Nación con el
estancamiento de los productos en todo el
costado de la línea desde Pirapó hasta Asun
ción, por el maltrato de su nombre en el ex
terior y por la falta de ingresos en sus arcas,
de las cantidades que debieran doblar en
ellas. De modo , pues, que la tercera conside
ración tampoco es una recomendación eficaz
para la sanción de este proyecto .
Finalmente, el F' . E. encarece la necesidad
moral y material de que el Gobierno del
Paraguay deje de ser accionista de una Com
pañía á la cual no puede dar vida ni cré
dito moral. Yo, francamente, no alcanzo á
comprender los motivos que han dictado
esta cláusula. El Gobierno del Paraguay,
procediendo en la forma en que debe proce
der, aconsejado por sus intereses y el orden
público , está en condiciones de encarrilar á
333

esta Empresa por el sendero de un funcio


namiento regular, tal como se preveía al prin
cipio; y si el Gobierno por sí no puede
dar, como dice el mensaje, vida ni crédito
moral á esta Compañía muerta, en sus ma
nos también están los medios de que nuevas
energías concurran á reaccionarla y hacerla
prosperar. ¿ Por qué no se decreta la liquida
ción de la Compañía? Si el Estado no pue
de darle impulso, no ha de faltar algún otro
sindicato que pudiera hacerse cargo de la
explotación del ferro carril; hágase lugar á
que vengan nuevas energías en socorro de
la riqueza pública estancada por la inacción
de la Empresa y las debilidades del Gobier
no para suplirla.
Hemos visto, pues, que las cuatro conside
raciones con las que el P. E. recomendara
la sanción de este arreglo, no son las más
convincentes , ni son las más legítimas . ¿ Por
qué el Estado del Paraguay ha de renunciar
á sus intereses, que muy mucho le hacen falta?
Las cuentas de garantía no son compensa
bles, señor Presidente, con las cuentas que
tiene el Gobierno contra la Compañía. Quizá
el arreglo transaccional que pudiera ser acep
table no fuera otro sino aquel que, tenien -
do por base la renuncia del Estado á sus cré
ditos contra la Compañía y el desistimiento
de ésta de los reclamos que tenga presenta
dos ó por presentar contra el Estado, la de
ja siempre obligada al cumplimiento de las
estipulaciones á su cargo que dejó de cum
334

plir; pero no así, señor Presidente, no así


como se propone en el arreglo que se ha
sometido á la consideración de esta H. Cá
mara. Si este arreglo transaccional se aprue
ba, sería el caso de decir y de hacer uso de
aquella frase popular, según la cual la Com
pañía se quedaría « con el santo y la limos
na » : el Gobierno no solamente le perdona á
la Empresa por la falta de cumplimiento de
sus obligaciones sino que le hace donación
de los créditos que tiene contra ella, y aún
más, le entrega sus acciones de preferencia
por valor de 1.050.000 pesos oro .
Menos mal todavía si fueran estas conce
siones, todas las ventajas ofrecidas á la Em
presa. Pero allí no paran las prodigalidades
del Gobierno en este arreglo con la Compa
ñía. Esta no solamente queda con el santo y
la limosna, como he dicho, sino que también
se queda con el monopolio exclusivo de la
vía terrestre más importante que tiene la
República, de la única línea férrea nacional!
Hubiera sido consolador ver al P. E. y á
los hombres del Gobierno actual, consagra
dos á reparar los errores y desaciertos pasa
dos, procurando reconquistar y protejer los
intereses malbaratados del país . Esa sería
la iniciación de una verdadera política de
reconstrucción nacional y en esa gran obra
nadie querría permanecer indiferente.
Hubiera sido consolador ver que el ferro- .
carril, enagenado á perpetuidad por la igno
rancia y la falta de experiencia, volviera al
335

dominio nacional, ó por lo menos que el país


mantuviera siempre en él siquiera sea esa
participación que le habilita como accionista
á intervenir en su régimen interno.
No olvidemos de dejar constancia , de paso,
que la ley de venta del ferrro carril no ha
bla de enagenarlo á perpetuidad ». Esta
palabra fué consignada inconscientemente en
la escritura y proviene de las formas curia
lezcas que adoptaban los escribanos en aque
llos tiempos, siguiendo las formas rituales
de las actas notariales antiguas. Y así tene
mos que solamente el escribano autorizante
tiene la culpa de haberse espresado la pala
bra perpetuidad » en la enagenación del fe
rro-carril....

Sr. Presidente (Agitando la campani


lla) -- La cámara está sin quorum.

Sr. Rojas - Hago moción para que se pase


á cuarto intermedio á fin de que el orador
pueda descansar un momento .

Sr. Presidente - Esperemos que haya cá


mara para que la Presidencia pueda poner
á votación la proposición del diputado señor
Rojas .

(Entra el diputado señor Molina) .

Sr. Presidente - A votación la proposi


ción formulada por el diputado señor Rojas
para que la Cámara pase á cuarto intermedio .
336

Sr. Rojas - Pienso hacer una modificación


á la moción que había formulado .
Teniendo en cuenta que no va á terminar
de estudiarse hoy la cuestión que nos ocupa,
propongo que se suspenda la sesión hasta
mañana á las 8 y 30 a. m . y que se comu
nique al H. Senado haberse declarado en
sesión permanente la Cámara de Diputados .

(Ocupa nuevamente la presidencia el se


ñor Caballero).

Sr. Presidente - ¿Está apoyada la propo


sición del diputado señor Rojas?

-Apoyada.
-A votación - Mayoría .

--Se suspende la sesión, siendo las 5


p. m.
337

XXXVII
Sesión del día 18 de Julio de 1907
(Extraordinaria)

Presidencia de don Pedro P. Caballero

SUMARIO :
I- Asunto entrado .
II- Continúa la discusión del contrato ferroviario.
PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á los
Amarilla 18 días del mes de Julio de 1907,
Ayala reunidos en su sala de sesiones los
Báez diputados anotados al márgen , con
Chaves asistencia de los ministros del Interior
González doctor Manuel Beníteż , de Relaciones
Legal Exteriores doctor Cecilio Báez, de
Lara Castro Hacienda don Adolfo R. Soler, de
Molina Justicia, C. é I. Pública doctor Cár
Pérez (J. A.) los L. Isasi y de Guerra y Marina don
Perasso Guillermo de los Ríos, el presidente
Pérez (G.) declara abierta la sesión , siendo las
Rodas 9 a. m.
Rojas
Rolón ( P. T.) -- Se lee sin observación
Rolón (F. ) el acta de la sesión anterior.
Talavera

AUSENTES
I. ASUNTO ENTRADO
Benegas
Carreras --El Senado devuelve con
Arbo modificaciones el proyecto de
Yakisich ley aumentando el sueldo á
Sosa los magistrados del Poder
338

Porta Bruguez Judicial ; el mismo remite un


Corvalán proyecto de ley modificando
Cardús Huerta la ley orgánica de los tribu
Riquelme nales.

II. CONTRATO FERROVIARIO

Sr. Presidente --Continúa la discusión del


proyecto relativo al arreglo de la cuestión
ferrocarrilera.

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.

Ayer habíamos dicho que las cuentas de


garantía presentadas por la Empresa al Es
tado estaban abultadas por cifras imagina
rias . Hay que agregar ahora que todos los
consejeros del Gobierno, legales y adminis
trativos, como el Fiscal General del Esta
do , el Interventor del ferro carril y el In
terventor de la Nación aconsejaban al Estado
que no atendiera esas cuentas de garantía
sin previo examen y liquidación de las ope
raciones de la Empresa. Es así como el Go
bierno suspendió el servicio de la garantía ,
no sin cerciorarse previamente que era acree
dor de una cantidad respetable de la Em
presa. Consta en los antecedentes oficiales
que la Compañía, cuando suspendió los tra
bajos de prolongación , estaba debiendo al
fisco.
De modo, pues, que la suspensión del pa
go de la garantía no debía influir en la ce
339

sación de los trabajos de colocación de la


vía, aún en el caso de que esa suspensión
tuviera que considerarse como causa de fuer
za mayor. Todos estos antecedentes y todas.
estas noticias estaban en la conciencia na
cional y es así como todo el pueblo ha vis
to con indignación la celebración del con
trato ad-referendum de 1896, por el que el
Estado cedía á la Compañía sus acciones de
preferencia y además perdonaba las multas
y todos los demás créditos que tenía contra
la Empresa .
Toda la sociedad nacional protestó y con
sideró como un atentado aquella nefasta ne
gociación: en la capital, las damas para
guayas y caballeros muy distinguidos é
imparciales hicieron llegar hasta la repre
sentación nacional la voz de su protesta
contra un acto considerado como el más
inconsulto y más perjudicial para los intereses
nacionales . Y la protesta no se limitó á la
ciudad ; ella trascendió á los puntos más le
janos de la República: la sociedad pilarense
representada por sus más sobresalientes.
miembros ha hecho llegar al Gobierno de la
República la voz de su más sincera protesta
contra ese escandaloso negociado.

Sr. Pérez (J. A.) - Contra éste, dice?

Sr. Lara Castro - Contra ese. La socie


dad de Villa Concepción por medio de sus
miembros, también más sobresalientes, hizo
340

llegar así mismo hasta la representación


nacional y hasta el Gobierno de la Repúbli
ca su protesta airada contra aquella nego
ciación, y no solamente las damas de aquella
progresista población sino que también
caballeros muy distinguidos, encabezados
por el hoy diputado señor Martín González ,
protestaron en . forma enérgica y culta contra
aquel negociado .
He aquí los términos de la adhesión á la
protesta:
« Los suscritos se adhieren á la protesta
formulada por el público asunceno contra
la cesión indebida del ferro- carril á una
Compañía inglesa representada por el señor
Enrique L. White. Así lo declaran en Villa
Concepción, Agosto 15 de 1896 *.
(Siguen las firmas ).
¿Acaso los vecinos de Concepción, Pilar
y de otras partes no pedían á voces la
investigación de los antecedentes, el esclare .
cimiento de esta cuestión y el examen de
la famosa cuenta de garantía presentada
por la Empresa?
Un respetable núcleo de extrangeros sus
cribían también el año 96 la siguiente pro
testa :
« Los suscritos extrangeros, domiciliados
en el territorio de la República, nos adheri
mos al memorial dirigido á la H. C. de Di
putados, por ciudadanos paraguayos, pidien
do investigaciones previas para solucionar
convenientemente la cuestión ferrocarrilera
- 341 -

sometida á la consideración del Congreso .


Al proceder de tal modo creemos ejercitar
un derecho que nos acuerda la sabia cuanto
previsora Constitución Nacional , dada la cir
cunstancia de tener intereses vinculados con
los del ciudadano paraguayo . - R. B. Cros
key, H. E. Stanley, C. J. M. Featherston , A.
P. Thorp, G. Urrutia, S. Chiriani, A. Pecci,
M. Quaranta -- Siguen otras firmas.
No era solamente la opinión pública la que
reclamaba esta investigación. También en el
seno de esta H. Asamblea se han elevado
voces entusiastas en ese sentido, y esta H.
Cámara ha llegado á dirigir una comunica
ción al P. E. en los términos que el señor
secretario se servirá leer.
-- Se lee:
Asunción, Octubre 6 de 1892.

Al P. E. de la Nación .

« La Cámara de Diputados se ha impuesto


de los antecedentes que sobre el ferro- carril
ha recibido y á pesar de no encontrarlos aún
completos ha podido constatar ya los puntos
siguientes :
« 1.º La Empresa de esa línea férrea no
tiene personería legal, porque en esta ciu
dad, que es la de su domicilio , según la ley,
no tiene constituido en forma el directorio
que debe tener.
<< Así lo ha reconocido tambien el P. E. en
nota pasada hace un año próximamente al
342

gerente del ferro- carril, pero ninguna medi


da ha tomado al respecto .
< 2.º Es evidente que, por lo menos, se ha
faltado á la ley, en lo referente al telégrafo,
pues es público y notorio que hasta hoy no
tiene más que un solo hilo.
« 3.º También se ha faltado á la ley suple
mentaria, pues no se han hecho en la anti
gua vía las composturas que debían hacerse .
< 4.° El Gobierno no puede aceptar que se
cobre la garantía sobre las acciones que á
él le pertenecen exclusivamente, ni abonarla
por la línea nueva, tomado por base el cos
to de $ 30.000 oro por kilómetro, puesto que
el art. 8.º de la ley sólo señala esa cantidad
como máxima y se sabe que la Empresa no
ha pagado más que $ 22.000 oro , escasos ,
por kilómetro .
« El convenio habido, pues , en el sentido
de lo uno y de la otra, no puede ser admi
tido sin defraudar los intereses del Estado.
5. Se sabe también que la Empresa ha
emitido cédulas hipotecarias por más canti
dad que la que corresponde al estado actual
de las obras sin que se haya justificado su
inversión ; y que el saldo que queda por emitir
no alcanza para el pago de las obras que hay
que hacer de Pirapó á Villa Encarnación .
« 6.º El Gobierno ha debido protestar contra
la emisión de cédulas hipotecarias , en el su
puesto de que con ella puedan perder la
preferencia las acciones que tiene en la
Compañía.
343

< 7. Resulta que la Empresa llevaba los


libros con infracción á los preceptos del Có
digo de Comercio , ocultando partidas que
correspondían al haber del Gobierno, incu
rriendo en otras inexactitudes igualmente
culpables, por lo que el Gobierno decretó el
arbitraje determinado por la ley de la ma
teria.
<< Este decreto fué después revocado por
el mismo Gobierno, pero la Cámara no halla
razón que justifique esa revocatoria y opi
na que el arbitraje debe llevarse á efecto , má
xime cuando la Empresa ha hecho en Lon
dres gestiones judiciales que importan preli
minares de liquidación.
« 8.º Es también evidente que la falta de
tren rodante no permite que la línea de todo
el rendimiento que debería dar, y que el
existente sufre deterioros indebidos por falta
de depósitos ; y las composturas resultan ca
ras por falta de buenos talleres . A esto hay
que agregar que la base de cálculos del
Gobierno al hacer la concesión , fué el impor
tante tráfico que tendría la línea llegando á
Villa Encarnación ; cálculos que hoy quedan
sin base porque la línea ha quedado en
Pirapó, en detrimento de los intereses del
Estado y contra la prescripción expresa de
la ley de concesión , que establece que debe
rá continuar sin interrupción.
9. Sin las faltas que se apuntan, la ga
rantía deberá pagarse por estar comprometi
do en ello el crédito del Estado, pero con
344

esas faltas la garantía no debe pagarse


mientras no se subsanen, porque el contrato
celebrado es obligatorio para ambas partes
y en ese sentido la Empresa no puede pre
tender que el Gobierno lo cumpla y dejar
ella de cumplirlo.
« 10. Este cúmulo de cargos que resultan
contra la Empresa y la falta de personería
que ya se ha indicado, han debido inducir
al Gobierno antes de ahora á tomar medi
das legales que garanticen los intereses deb
Estado y los de los acreedores de la Empre
sa, desde que esta está sujeta á la legisla
ción del Paraguay.
11. La suspensión del pago de la garan
tía no será imputable al Gobierno sino á los
directores que tiene en Londres la Empresa ,
que abusando de su carácter y extralimitan
do sus atribuciones, manejan arbitrariamente
los intereses sociales en perjuicio del Estado
y de los acreedores de la sociedad.
« 12. El Gobierno no ha debido permitir
que su representante en Londres fuera nom
brado director, porque esos dos cargos son
incompatibles .
« La Cámara se limita á hacer constar estos
datos por la premura del tiempo y por la
insuficiencia de los antecedentes que le ha
suministrado el P. E. y aplaza el estudio
detenido y extenso de la cuestión para el
próximo periodo legislativo en el que, con
más abundancia de antecedentes, adoptará
las medidas de rigor que requiere la mala
345

administración del ferro - carril y los abusos


que en ella se cometen, si es que para enton
ces el P. E. no ha remediado ya esos males .
« De todos modos resulta de esta breve
exposición que el Estado no debe abonar ni
un peso de garantías mientras no se le rin
dan cuentas claras, pues hay motivo para
creer que la Empresa es actualmente deudo
ra del Gobierno por partidas de varias proce
dencias, entre ellas la diferencia de $ 8.000
oro y pico por kilómetro en las obras de
Villarrica á Pirapó.
« También resulta que, habiéndose absorbi
do, sin saber cómo ni en qué, una cantidad
de cédulas hipotecarias mayor á la que
corresponde á las obras practicadas, la Em
presa carece de capital para prolongarlas
hasta Villa Encarnación , por lo que no po
drá dar cumplimiento al contrato, perdiendo
así el derecho de pedir el pago de la garantía
lo que, desgraciadamente, recaerá también
en daño del Gobierno, porque las acciones
que posee en la Empresa, perderán casi todo
su valor.
« Bajo estos conceptos es indudable que el
contrato ad-referendum que se ha elevado
á la Cámara firmado por el P. E. y Mr.
White, no tiene más'alcance que el de salvar
los intereses de la Empresa sin ningún pro
vecho para el Estado y aún en perjuicio de
él, porque la prórroga para la conclusión
de la línea retarda el adelanto de una re
gión importante de la República .
346

«Es de sentir que el P. E. haya estudiado


con tanto descuido un punto tan delicado y
que haya comprometido la seriedad y el cré
dito del Estado con ese contrato ad-referen
dum , que la Cámara, en su sesión de hoy,
ha rechazado en todas sus partes.
« El P. E. se servirá remitir á esta Cáma
ra el 1º de Abril de 1893 , todos los demás
datos que tenga en sus oficinas , referentes
al P. C. R. C. L.» y los que adquiera en
ese intérvalo, y sobre todo la cuenta gene
ral detallada para los efectos que corres
pondan.
« Con tal motivo saluda al P. E. con su
más distinguida consideración .
A. H. CARVALLO

E. P. Fleytas
Secretario.

De la lectura hecha por el señor secreta


rio , se habrán impuesto los señores represen
tantes de la forma como ha pensado zanjar
la cuestión la H. Cámara de Diputados en
1892. Los señores diputados de aquel tiem
po , según consta en esa nota, han dejado
bien constatados los puntos de la observa
ción que quedan mencionados en el curso
de la exposición que vengo haciendo.
La Cámara de Diputados de aquel enton
ces ha querido que el Poder Público inves
tigara el grado de legitimidad de las recia
347

maciones de la Empresa para poder atender


esos reclamos ; y éste es el tiempo, señor
Presidente , en que podemos y debemos rea
lizar ese laudable pensamiento, ese justo
clamor de la opinión pública . Es á nosotros,
es al Gobierno actual á quien compete rea
lizar esa hermosa aspiración, pues es así
como se salvarían los verdaderos intereses
de la Nación y una cantidad considerable
amenazada por los manejos fraudulentos de
la Compañía que tantos daños ya ha hecho
al país, moral y materialmente.
No debemos decir: cedamos estas acciones,
desvinculemos al Estado de esta Compañía
y que se acabe todo de una vez . No, señor
Presidente. Eso sería una pusilanimidad de
nosotros ; el Gobierno paraguayo, por muy
laudable que sea su deseo de acabar estas
cuestiones, no puede justificar su proceder
con abandonar todos sus intereses ....

(Entra el diputado señor Sosa).

á manos de los detentadores; salvemos si


quiera algo .
El ferro -carril es sabido que hace tiempo
ha dejado de ser materia de una mera es
peculación particular para tomar el carácter
de una razón de Estado .
Ya que por una incuria, por una negli
gencia ó por ignorancia inesplicable se ha
transferido á perpetuidad ese ferro-carril,
procuremos siquiera mantener la interven
348

ción efectiva del Estado por medio de las


acciones en el régimen interno de la Em
presa. Esas acciones deben ser conservadas
á toda costa, aún teniendo que reconocer
las cuentas fabulosas de la Compañía. Que
se le reconozca, que se le dé todo lo que re
clama, pero conservemos al menos las ac
ciones . Se me preguntará ¿cómo entonces
habría de abonar lo que debe el Estado?
Dispensándole de reembolsar el 35 % de las
entradas por todo el tiempo que necesite
para cubrir esas cuentas . Es así como se
han de conservar las acciones privilegiadas
del Estado y es así como el Estado puede
seguir á perpetuidad formando parte prin
cipal de la Empresa y aún con la esperanza
de poder recuperarla en tiempo oportuno ,
ya que el Estado no muere .
Toda negociación tendente á terminar este
litigio sobre la base de la cesión de las ac
ciones debe ser repudiada por la Represen
tación Nacional. Esas acciones deben ser
conservadas á toda costa, he dicho y repito ,
señor Presidente, porque ello está en el in
terés nacional.
No olvidemos que la vía existente es la
única con que cuenta el país y no olvidemos
tampoco que su enagenación y su monopo
lio exclusivo por cuenta de la Compañía, que
sólo consulta sus intereses mercantiles, sus
intereses materiales, puede ser fuente de
fecundos perjuicios á los intereses naciona
les . El monopolio que nos amenaza, á raíz
- 349

de la aprobación de este convenio, vendrá


á justificar todos nuestros esfuerzos en con
tra de toda negociación basada sobre la ce
sión de las acciones y vendría á dar justifi
cación plena también á la sociedad entera
y á todos los que se han mostrado adversos
á esa acción.
Hemos, pues, demostrado : que las conside
raciones expuestas por el P. E. para fundar
la necesidad y la conveniencia del arreglo ,
cuya discusión ocupa actualmente á la Cá
mara, no son, señor Presidente, las más
firmes y valederas.
No debemos aún entrar á discutir las cláu
sulas de esta cesión porque eso es materia
de la discusión en particular. Por eso voy
á dar por terminada la impugnación en ge
neral del tratado para exponer con más
abundancia en la discusión en particular
otras razones, que muchas aún quedan, se
ñor Presidente .-- He terminado .

Sr. Ministro de Relaciones Exteriores


-Pido la palabra .
Señor Presidente : Ayer tarde el honorable
diputado señor Lara Castro ha afirmado
que los esfuerzos patrióticos de los Gobiernos
vendedores del ferro carril habían sido de
fraudados en sus aspiraciones patrióticas por
la Compañía inglesa, obligada á prolongar
la línea férrea hasta Villa Encarnación .
Como esta afirmación , hecha en esta for
ma y en los términos en que se ha expues
350

to, pudiera significar que al actual Gobierno


no le animan los mismos ideales patrióticos
que á los Gobiernos anteriores, voy á per
mitirme levantar este cargo y demostrar á
la vez que el arreglo ferrocarrilero que
ahora se examina responde á los intereses
permanentes del país en la actualidad histó
rica en que nos encontramos.
Hasta este momento, señor Presidente, el
convenio ha sido discutido bajo su faz ex
clusivamente jurídica.
Fué bajo ese mismo aspecto que nosotros ,
los diputados de la oposición en 1896, lo
combatimos en este mismo Congreso .
Los argumentos entonces expresados se
reproducen ahora para combatirlo , sin tener
se en cuenta su oportunidad .
Pero es necesario que la conciencia pú
blica se imponga de todos los antecedentes
del asunto y es necesario también salir del
estrecho circulo jurídico en que se debate
esta cuestión , para encararla bajo el punto
de vista de los intereses financieros y eco
nómicos de la Nación .
Séame permitido, señor Presidente, hacer
una exposición sincera y completa de los
antecedentes históricos de la cuestión .
Teníamos la línea férrea de Asunción á
Paraguarí y era una aspiración nacional
llevarla hasta Villa Encarnación ; el Para
guay carecía de recursos para acometer esta
Empresa . En 1885 se dictaron las leyes so
bre venta de tierras públicas, yerbales y
351

montes fiscales. El Paraguay, por las con


fiscaciones de épocas anteriores, poseía en
tonces como diez y seis mil leguas de tierras
fiscales, según el informe del señor Wisner
de Morgenstern, ingeniero que fué de los
Gobiernos dictatoriales. Esas diez y seis
mil leguas de tierras, regadas con el sudor
y con la sangre de los mártires de la dicta
dura, fueron vendidas á los especuladores
y capitalistas del extrangero ; no fueron, nó ,
repartidas á las víctimas de la dictadura ;
fueron objeto de especulaciones escandalosas
cuyo solo recuerdo hace saltar á la mejilla
el rubor de la vergüenza.
¿Qué se hizo del producto de esas 16.000
leguas de tierras? Esos fondos ingresaron
en arcas fiscales, pero era necesario comér
selos de algún modo; entonces se recurrió
á expedientes mañosos para darles una sa
lida aparentemente legal . Fué cuando se
pensó prolongar la línea férrea de Paraguarí
hasta Villarrica ; pero antes de que la línea
se concluyera, antes de que llegara á Villa
rrica, ya los fondos se habían evaporado
de las arcas fiscales , y el Gobierno se encon
traba en las imposibilidad de abonar al se
ñor Patri, constructor de esa línea, las sumas
que constituían el importe del trabajo. En
tonces algún ingenio fiscal, hábil en estos
manejos, sugirió la idea de que el medio de
pagar al señor Patri era vender el mismo .
ferro-carril y pagarle con su precio. Así se
hizo, señor Presidente .
352

El negociador en Londres del sindicato


comprador del ferro carril y constructor de
su prolongación, fué el doctor don Guillermo
Stewart; el doctor don Guillermo Stewart
formó el sindicato y se dictó el año 87 la
primera ley por la que se autorizaba la
venta del ferro- carril en $ 2.100.000, que de
bía recibir el Gobierno en libras esterlinas ;
pero después los ingleses se apercibieron
de que no les convenía pagar todo el im
porte del ferro carril, que era necesario pa
gar solamente la mitad y que la otra mitad
se pagara en acciones ; entraron en compo
nendas con el Gobierno y se dictó, en conse
cuencia, la segunda ley para modificar la
primera, según la cual este sindicato formado
en Londres tendría por socio al Estado del
Paraguay, pagándole el importe del ferro
carril la mitad en dinero y la otra mitad en
acciones de preferencia ó acciones privilegia
das . Pues bien, señor Presidente, la ope
ración se llevó á cabo : ios cajoncitos de li
bras esterlinas fueron depositados en el Ban
co de Comercio que acababa de fundarse
por el mismo señor Patri y otros capitalistas ,
contando con esas mismas libras esterlinas
que habían venido de Londres.
Poco después quebraba el Banco de Co
mercio, y el Banco Nacional también quebra
ba. ¿ Qué pensaron los hombres del Gobier
no de aquella época para evitar por algún
tiempo más la quiebra de aquellos dos Ban
cos, para sostener por algunos días ó meses
353 -

más la existencia de aquellas instituciones


de crédito ? -¡Pues señor, el ingenio fiscal,
fecundo siempre en recursos de este género,
inventó el recurso de los 500.000 pesos oro
de capital suplementario . Esos 500.000 pesos
oro no fueron empleados en el ferro- carril;
ingresaron en el Banco Nacional para evitar
momentáneamente la quiebra, pues toda su
caja metálica había sido saqueada por los
hombres de la situación, como sucedió pos
teriormente con el Banco del Paraguay y Río
de la Plata, que también saquearon.
Ahora bien, señor Presidente, ¿ cómo se
había formado el sindicato primitivo ? -Se
había formado con las acciones de preferen
cia del Gobierno, con las acciones liberadas
y con acciones ordinarias.
Pero quiero simplemente referirme á las
acciones liberadas . ¿ Quiénes recibieron esas
acciones ? -En primer lugar el doctor Guiller
mo Stewart, como fundador del sindicato :
en segundo lugar el doctor Zubizarreta, co
mo abogado del mismo ; y en tercer lugar,
muchos hombres del Gobierno que no es
necesario nombrar . Es así como se explica
la complicidad de los hombres del Gobierno
de aquella época con la Empresa ferrocarri
lera.
Y vino el Gobierno del señor Juan G.
González . Durante el Gobierno del señor
González se dictaron todos aquellos decretos
irregulares nó conformes con la ley, con el
derecho.
- 354 ―――

Ahora bién, el año 92, en el segundo año


de Gobierno del señor González , se produjo
la cuestión presidencial: El señor González
quería que fuera Presidente de la República
don José Segundo Decoud y los generales
Caballero y Escobar querían que fuese Pre
sidente alguna hechura suya . Con este mo
tivo se produjo una tirantez de relaciones
entre los principales del partido colorado.
Fué entonces cuando el señor Héctor Carva
llo, Presidente entonces de la Cámara de
Diputados, pasó aquella nota al Presidente
don Juan G. González , su cómplice en todos
los asuntos y en todos los negocios . La
Cámara de Diputados, cuya mayoría respon
día entonces á los generales, quiso incomo
darle al Presidente rebelde y le propuso
algunas cuestiones sobre los asuntos ferro
carrileros, como queriendo significarle que
ella, la Cámara, podía enjuiciarle por sus
actos irregulares si no se sometía á la disci
plina de su partido . El Presidente González
fué por esta causa derribado militarmente
del poder, y con eso las cosas volvieron á
entrar en su cauce natural. Ni convenía
tampoco á los hombres de la situación re
mover ese escandaloso asunto , porque es ne
cesario que sepa la república, señor Presi
dente, que los hombres del Gobierno del 87
habían recibido coimas. Existen en Londres ,
en donde he estado, dos recibos firmados
por el general Caballero , de haber recibido.
coimas. El doctor Stewart sacó la fotografía
355 --

de esos recibos, los trajo aquí y los mostró


por las imprentas y á los abogados que
querían informarse de su contenido.
Tales hechos no denuncian , pues, los es
fuerzos patrióticos de aquellos gobernantes.
No veo yo en ellos los esfuerzos patrióticos
á que se refiere el diputado señor Lara Cas
tro ; no veo en ellos los deseos vehementes
de mejorar la suerte de esta desolada Repú
blica, nó ! ....

(Entra al recinto el diputado señor Arbo).

Algún tiempo después vino la presidencia


del General Egusquiza, en que ya todo se
había consumado. Y era necesario pensar
en un arreglo decente del asunto y se pro
dujo el arreglo White- Martínez ; ese convenio
fué, y ahora es el caso de repetir, el resul
tatlo del anhelo patriótico del General Egus
quiza de arreglar la cuestión. Allí no hubo
conato de negocios , allí no hubo coimas, allí
hubo solamente el deseo de echar un velo
sobre aquel vergonzoso pasado y limpiar la
frente tiznada de la República, de tan su
cios manejos . El proyecto White-Martínez
venía prestigiado, entre otros ministros, por
el de Hacienda doctor Benjamin Aceval, pa
triota íntegro, esclarecido, á quien sus con
temporáneos le han erigido una estatua en
Villa Hayes .
Aquel proyecto de arreglo dejaba en des
cubierto á los poseedores de las acciones
- 356 --

liberadas ; de ahí la indignación del doctor


Stewart, del doctor Zubizarreta y de todos
los que poseían acciones liberadas. El doctor
Stewart no dormía ; aquel hombre se desvi
vía, no dejaba en paz ni los hogares de las
familias con el objeto de arrancar firmas
para protestar contra el arreglo .
No era un móvil patriótico el que lo mo
vía; no era sino el interés personal del
hombre que había sido defraudado en sus
intereses, porque es evidente, señor Presiden
te, que el doctor Stewart, como comisionista
de la venta, tenía derecho á una comisión , y
esa comisión no se le pagó sino con acciones
liberadas . De suerte que, cuando se hizo
el arreglo Martínez-White, el doctor Stewart
se vió burlado en las esperanzas y en las
promesas que se le habían hecho .
Que hubo manifestaciones por aquí y por
allá contra aquel convenio, es cierto, señor
Presidente ,....

Sr. Lara Castro - Me permite una inte


rrupción?

Sr. Ministro de Relaciones Exteriores


pero es necesario que la República
sepa la verdad; es necesario hablar con
sinceridad ; es necesario que los hombres
públicos abramos el corazón , abramos el pe
cho y tengamos el orgullo y la satisfacción
de decir en público la verdad , porque noso
tros no nos debemos á nosotros mismos ; los
- 357

hombres públicos , los ciudadanos todos de


la República, nos debemos á nuestros com
patriotas; nos debemos á la posteridad . ¿ Por
qué no hemos de hablar el lenguaje de la
verdad en estos casos?
Deseo, pues, y es necesario confesar que
aquellas manifestaciones aisladas en la capi
tal, Pilar, Concepción , Villarrica, etc. , fueron
manejos políticos por parte de unos y otros
que tenían algún interés, ya personal, ya
político, en combatir aquella situación .
Recuerdo que éramos diputados de la opo
sición en esta Cámara, Taboada, yo y otros
que no figuran hoy en el Gobierno . Había
mos formado el plan de combatir el proyec
to Martínez -White, con un objeto preciso,
definido, categórico . Es necesario que sepa
la Nación , que el objeto de los diputados de
la oposición de 1896, fué formar el juicio
político á los autores de aquellos escándalos ,
á los autores de aquellos peculados . Nuestro
deber era hacer el proceso de los gobernan
tes prevaricadores y demostrar la necesidad
de enjuiciarlos ante el H. Senado, negando
nuestro voto al convenio . No hubo oportu
nidad de formular la acusación formal contra
ellos porque la Cámara lo aprobó por una
gran mayoría. Y el convenio Martínez -Whi
te quedó hecho ley.
La oposición de 1896 no logró su objeto,
pero triunfó moralmente hasta cierto punto
porque el Directorio en Londres no aceptó
el contrato.
358

Entonces el juició político ante el Senado


era todavía posible porque no habían trans
currido sino ocho años y la prescripción aun
no había cubierto con la impunidad á los
autores de aquellas acciones infamantes .
Encaramos el asunto bajo su faz jurídica
y política, porque nuestro objeto era jurí
dico y político á la vez . Aducimos, presen
tamos como argumentos para el juicio polí
tico ....

(Entra el diputado señor Riquelme)

..en primer lugar los decretos irregulares


dictados en la época de González y muy
principalmente los documentos obrantes en
el Directorio en Londres y cuyas copias foto
grafiadas poseía aquí el doctor Stewart quien
estaba dispuesto á suministrarlos .
La oposición , considerando este asunto
bajo la faz jurídica, decía que el telégrafo
debía ser de doble hilo y que no se había
construido sino un solo hilo ; que los $ 500.000
oro no se habían empleado en la refección
de la línea de Asunción á Villarrica ; que
la sociedad se había formado sin capital,
etc. Todos los demás cargos que se men
cionan en los discursos de los oradores , en
los escritos de los publicistas, en la opinión
de los periodistas y hasta en las conferen
cias que se han dado en el Instituto Para
guayo, son conocidos; se discutía si quien
primero faltó, si fué el Gobierno ó si fué la
Empresa. Todo eso está hoy suficientemente
359

discutido, y puede asegurarse que en su faz


jurídica concordamos todos en los puntos
principales.
Han pasado 18 años de aquellos sucesos ....
Toda acción de responsabilidad contra los
gobernantes culpables está prescripta.
Apesar del tiempo trascurrido, el Para
guay sigue sufriendo las consecuencias de
aquellos malos negocios. He estado en Lon
dres y he podido darme cuenta de que pesan
como una losa de piedra sobre el Paraguay
aquellas negociaciones calificadas de frau
dulentas . Fué más o menos en aquella épo
ca que un director, en una asamblea de
accionistas, dijo pobre Paraguay!, esa
frase resonó en todas las bolsas europeas
de una manera triste para el Paraguay.
A la República Argentina le ha sucedido
una cosa parecida sobre aquel negocio de
las aguas corrientes . Cuando un director
airado se levantó y dijo: y dónde están las
700.000 libras que hemos pagado de coimas
al gobierno argentino, se apresuró este á
lavar aquella mancha arreglando el asunto
y perdiendo unos cuantos centenares de mi
les de libras esterlinas, porque el crédito
del país así lo exigía, porque el crédito del
país valía más que un millón ó dos millones
de pesos.
He estado en Londres - digo -y allí he
podido apreciar la opinión pública sobre el
Paraguay .
360

Las repúblicas sud - americanas no gozan


de crédito en Europa á causa de estos ne
gocios famosos y fraudulentos que se ha
cen.
Llegué aquí el 1.º de Abril de 1905, en
que regía los destinos del país el honorable
ciudadano don Juan Baustista Gaona, eleva
do al poder por la revolución regeneradora
y triunfante de 1904.
Desde el primer momento el señor Gaona
me habló de lo que pensaba sobre la cuestión
ferrocarrilera . Hay que arreglarla en cual
quier forma, le contesté yo, y entonces el
señor Gaona me contestó que él participaba
de mi opinión , porque esa era la opinión
de todo el pueblo paraguayo, era la opinión
del comercio, era la opinión de la industria ,
era la opinión de todas las clases trabaja
doras, de todas las clases capitalistas, y que
le llegaban comunicaciones de todas partes
en el sentido de que era necesario el arreglo
de la cuestión ferrocarrilera á fin de dar
impulso á la Nación.
Autorizado por el señor Gaona y los de
más ministros de su Gobierno, yo le pedí
entonces al señor González Navero que se
sirviera hacer reuniones en su casa. A esas
reuniones recuerdo que asistieron los docto
res Teodosio González y Paiva, don Juan A.
Aponte, don Adolfo Riquelme, don Pedro T.
Rolón , don Ramón Lara Castro , don Guillermo
Sosa, don L. Rojas y no sé quienes más
que en este momento no recuerdo. Les sometí
361

el arreglo ferrocarrilero, no hasta Villa


Encarnación , sino hasta Pirapó, porque así
fué el primer proyecto hasta 1905 ; y puedo
asegurar que nunca he oido objeciones , sal
vo sobre detalles .
El señor Presidente sabe que á fines de
1905 hubo un cambio en la Presidencia de
la República. Me tocó á mí ejercer el cargo,
y yo continué las negociaciones y llegué á
firmar el contrato con el señor Smith . Ese
contrato ha sido modificado, ampliado y
mejorado en este año de la presidencia del
General Ferreira, en el sentido de que se
prolongue la línea hasta Villa Encarnación ,
para colmar de una vez las aspiraciones pa
trióticas de la República.
Y éste es el contrato que se debate ahora
en la opinión pública y en la Cámara de
Diputados y al cual el H. Senado le ha pres
tado su sanción .
El contrato que hemos celebrado con la
Empresa ferrocarrilera ha sido aplaudido
por toda la República ; ha sido aplaudido
hasta por los Gobiernos extranjeros .....

Sr. Lara Castro - Y por los accionistas.

Sr. Ministro de Relaciones Exteriores


- Quiero referirme , señor Presidente, á un dis
curso pronunciado en el Senado de Bolivia
por el Ministro de R. Exteriores doctor Clau
dio Pinilla, en ocasión de tratarse de un
proyecto de ferro-carril. El doctor Pinilla,
362

defendiéndolo, dijo lo siguiente: « Tengo á la


vista el último mensaje del Excelentísimo
señor Presidente del Paraguay que en el
capítulo de ferro- carriles nos puede dar su
gestivas enseñanzas . Voy á permitirme dar
lectura >> y leyó los párrafos pertinentes al
caso para apoyar sus argumentos contra los
que todavía en el siglo XX levantan la voz
contra la construcción de ferro - carriles .
El arreglo ferroviario que nos ocupa va á
resolver un gran problema, una cuestión de
vital importancia para el país ; se trata de
llevar el ferro - carril á Villa Encarnación para
empalmarlo con el ferro carril argentino á
traves del Paraná . Se trata de sacar á este
país de la incomunicación é inmovilidad
que vive encerrado por la espesa cortina de
sus bosques, hace tres siglos; se trata de
provocar las energías adormidas y de des
pertar de su letargo á las poblaciones soño
lientas del interior con la voz potente de la
locomotora, á esas poblaciones que aún llevan
vida primitiva y pasan su tiempo en la hol
ganza de la edad paradisíaca.
Se trata de favorecer el desarrollo de su
industria y comercio, se trata de sacar al
exterior esas 200.000 vigas que están esca
lonadas á ambos lados de la línea férrea y
que no pueden exportarse porque no hay
ferro-carriles que puedan llevarlas á las cos
tas del Paraná y del Paraguay, y así como
la madera, tantos otros elementos de riqueza,
tantos tesoros con que cuenta el Paraguay
363

para desenvolver sus energías. ¿ Qué repre


sentan 200.000 vigas exportadas al año? (y
nótese que habiendo ferro carriles podría
haber 400 y 600.000 vigas al año) -200.000
vigas representan, según los cálculos de los
conocedores, 4.000.000 de pesos oro, y esos
4.000.000 de pesos oro, importados anualmen
te al Paraguay para fomentar el comercio y
la industria, darían también al Gobierno, por
vía de impuestos, importantes sumas.
No debe mirarse, pues, ahora ya la cues
tión bajo el punto de vista jurídico, bajo el
punto de que el Gobierno se deshace de
1.000.000 de pesos para que ese ferro - carril
se construya. Ese 1.000.000 de pesos en accio
nes de preferencia que el Gobierno pretende
ceder á la Empresa es una ayuda á la mis
ma para que ella á su vez influya podero
samente en el desenvolvimiento del país .
No se deben juzgar estos asuntos de interés
nacional con el criterio de un judío capitalis
ta.
Los hombres del actual Gobierno para
guayo miran de otro modo, bajo otra faz
el asunto . Miran bajo la faz económica, bajo
la faz financiera, bajo la faz de los intereses
permanentes de la Nación .
El honrado y patriótico Gobierno del doctor
Ferreira, ya que ha tenido la suerte de
traer la regeneración á la Nación y de desa
lojar del poder á los prostituidos políticos
que se habían adueñado de los destinos del
país, quiere completar su obra ; quiere reali
364

zar su grande y patriótico programa de sa


car á este país de la inacción en que vive ;
de abrir á este país las puertas de la espe
ranza ; de abrir á este país las puertas del
progreso.
Es necesario que la juventud paraguaya
sepa que no somos nosotros, señor Presi
dente, los que hemos contribuido á aumentar
las amarguras, las desgracias de la Nación ;
no somos nosotros los que hemos contribui
do á aumentar su triste infortunio, las tri
bulaciones de su desventurada orfandad.

Varios --Muy bien .


Sr. Ministro de Relaciones Exteriores
- Es necesario que se sepa que los esfuer
zos patrióticos de los gobernantes anterio
res, á que alude el señor Lara Castro, no
existían , no han existido nunca . Es una
fantasía que se ha producido en la mente
del honorable diputado en el fervor de su
discurso ....

(Entra el diputado señor Carreras).

y que tal vez los apasionamientos po


líticos del día han influido en su ánimo
para proferiria. Por un lado, es una false
dad, por otro lado, por lo que á nosotros
respecta, es una solemne injusticia.
El partido liberal hoy en el poder, es com
batido por sus adversarios políticos y hasta
por algunos amigos ; pero bien examinada
365

la cuestión , no existe razón ostensible para


ello. Son apasionamientos personales, y á la
vez norma de conducta de la agrupación
política desalojada del poder . Se quiere im
pedir que el Gobierno del partido liberal
gobierne; se quiere atar sus manos, redu
cirle á la impotencia, y con reducirle á la
impotencia, se quiere perpetuar la inacción
y el estancamiento de la República . Quiere
decir que los opositores, por satisfacer ani
mosidades personales , sin ideales legítimos ,
quieren perpetuar el atraso del país, quie
ren que siga durmiendo, en brazos de la
holganza, la prolongada siesta del coloniaje .
Hay un país parecido al nuestro y que es
vecino nuestro : Bolivia. Bolivia, país medi
terráneo que ha sufrido también el despo
tismo de sus gobernantes anteriores, ahora
que ha desatado esa cadena política quiere
también desatar las ligaduras de su situa
ción mediterránea para salir al Atlántico ó
al Río de la Plata, para sacar sus produc
tos, para desenvolver sus fuerzas vivas,
para fomentar su comercio, para acrecentar
sus industrias, en una palabra, para incor
porarse definitivamente á las demás nacio
nes civilizadas; quiere construir también fe
rro carriles y también no faltan quienes se
levanten á combatir estos proyectos regene
radores, que son los llamados á sacar á es
tos países de la inamovilidad chinesca en
que viven. Ya los ferro- carriles bolivianos
vienen hacia Salta, hacia Jejuy, ya están
366

adelantadas las obras del ferro carril á em


palmarse con la Argentina, y Bolivia saldrá
de su aislamiento y se adelantará al Para
guay que tiene riquezas en su propio país,
riquezas de las cuales no había podido ha
cer uso por falta de ferro - carriles.
Yo abrigo la convicción , señor Presidente ,
de que el Paraguay saldrá también un día
no lejano de su aislamiento, de su incomu
nicación.
Esta es una batalla más que libramos
contra las preocupaciones del pasado . La
geografía había sido también nuestro ene .
migo, como la política ó el sistema de inco
municación de nuestros gobernantes .
El sistema de la incomunicación lo hemos
salvado, hoy todas las puertas del Paraguay
están abiertas, hablando políticamente ; hoy ,
nuestra última y decisiva batalla debe ser
contra la incomunicación en que nos ha co
locado la geografía y que no puede levan
tarse sino por medio de ferro- carriles.
Esa es la aspiración nacional de hace
muchos años, porque ese ferro-carril incor
porará al Paraguay al concierto de las na
ciones civilizadas, porque ese ferro carril se
rá la base de otros ferro- carriles que lleva
rán los productos del país hacia el Paraná,
hacia el Oriente, el Occidente, hacia todos
los lados. Mientras este problema permanez
ca tal como está, nada hemos de hacer, por
que los países que no arreglan sus grandes
asuntos financieros, los países que invocan
―― 367

argumentos jurídicos para no ayudar á una


Empresa ferroviaria con un millón de pesos ,
esos países no merecen la consideración de
las bolsas europeas. Es necesario tener en
cuenta que el Paraguay es el único país que
no ha ofrecido casi nada á los capitales eu
ropeos. Bolivia , aparte de muchas otras ven
tajas concedidas á su Empresa ferroviaria,
le ha regalado mil leguas de tierras fiscales .
Los Estados Unidos, país inmenso, de gran
des recursos, no dá dinero á los capitalistas
constructores de ferro- carriles, pero les dá
tierras á ambos lados de la línea, y es sabido
que las líneas norte- americanas son líneas
de cientos de leguas: de New York á San
Francisco , de New York á México y de New
Orleans al Canadá, son grandes ferro- carri
les de quinientas á mil leguas de extensión que
se cruzan en todas direcciones. El Gobierno
de los Estados Unidos dá tierras y nó dine
ro á esas grandes Empresas, porque los capi
talistas norteamericanos no necesitan dinero ,
necesitan tierras y el Gobierno americano
se las dá á ambos lados de las líneas .
Todos los Gobiernos europeos, excepto el
inglés, protegen y subvencionan á los ferro
carriles .
La Inglaterra, país rico , una potencia enor
me , no dá nada á las Empresas ferrocarrile
ras. Los capitales del país se bastan y se
sobran para construir los ferro carriles bri
tánicos . Es el único país en el mundo que
nada dá á las Empresas ferroviarias. Francia ,
368

solamente durante el segundo imperio, ha


dado en subvenciones y garantías ferroca
rrileras 800.000.000 de francos . Alemania cons
truye por sí sola sus ferro -carriles.
En Europa las concesiones ferrocarrileras
se entienden de otro modo que aquí.

(Entra al recinto el diputado doctor Por


ta Bruguez).

Aquí la llamada concesión ferrocarrilera ,


no ha sido una concesión . Esta es una pa
labra que se ha tomado del lenguaje pú
blico europeo, por no conocerse su verda
dera significación . Por concesión se entien
de en Europa, cuando un Gobierno cede
tierras y garante un interés al capital inver
tido en la construcción de un ferro - carril,
que debe ser explotado por la Empresa, y
después de 99 años, entregarlo al Estado.
Aquí no ha habido eso ; aquí ha habido una
operación de compra-venta ; aquí se ha ven
dido el ferro-carril para pagar con su im
porte la construcción de la línea desde
Paraguarí hasta Villarrica y para salvar
momentáneamente, como he dicho , de la
quiebra á dos bancos, y se ha agregado
la cláusula de que la Empresa llevaría la
línea hasta Villa Encarnación, ofreciéndose
el Gobierno á abonar 6 % de interés sobre
el valor calculado de 30.000 pesos oro por
cada kilómetro de vía, cláusula que no se
ha cumplido.
369

Los argumentos jurídicos dicen que el Go


bierno del Paraguay tiene el derecho de co
brar 5.000.000 de pesos, porque hay multas
é intereses á cobrar y porque hay sumas
entregadas á cuenta de garantía. Aquí debe
mos citar aquel artículo del Código Civil
que dice, que cuando hay un convenio en
tre dos partes y ambas han cometido dolo ,
la una no puede aprovecharse del dolo de
la otra para dejar sin efecto lo que había
prometido, para eludir el cumplimiento de
lo que debe á la otra parte. Esto lo prescri
be el Código Civil en el título de la nulidad
de los actos jurídicos.
Todos convienen en que hubo engaño, que
hubo dolo por ambas partes ; y lo que inte
resa á una de ellas, lo que interesa á su
dignidad , á la dignidad de la Nación , es arre
glar el asunto .
Los demás argumentos de carácter jurídico
sobre si la Empresa está ó no está domicilia
da en Londres ó en el Paraguay, sobre si
tiene ó no representante en el Paraguay,
suficientemente habilitado para tratar, no
tiene importancia ninguna , no significa nada.
Por el derecho civil, las personas ausentes
pueden celebrar toda clase de contratos por
medio de mandatarios completamente auto
rizados; y de este mismo derecho gozan las
firmas comerciales que constituyen una razón
social, como también las personas jurídicas
legalmente reconocidas , existan en el país ó
en el extrangero; ellas gozan de los mismos
370

derechos que los particulares para adquirir


derechos y contraer obligaciones.
Estas disposiciones civiles concuerdan con
las del derecho comercial.
La sociedad anónima de que se trata , ade
más, presentó sus estatutos y éstos fueron
aprobados en forma. Y es un principic ó re
gla de nuestra legislación civil que la apro
bación de los estatutos de una asociación ,
legítima su existencia como persona jurídica
con efecto retroactivo al tiempo en que se
verificó la fundación ....

Sr. Rojas- Usted ha declarado en otra


ocasión que jurídicamente considerada la so
ciedad The Paraguay Central Railway Com
pany Limited » no tenía personería jurídica
en el Paraguay .
Sr. Ministro de Relaciones Exteriores
--Bien .... Lo que yo sé es que el Estado
del Paraguay puede contratar con cualquiera
persona física, jurídica ó simple razón so
cial, como Rius y Jorba, Guillermo Stewart,
Enrique Valpi ó Banco Mercantil .
De suerte que no solamente por derecho
civil sino también por las leyes especiales
de su concesión , la Compañía compró legal
mente el ferro - carril, del cual se desapoderó
el Gobierno, recibiendo su precio en dinero
y en acciones privilegiadas , con las cuales
entró en ella como accionista .
El Gobierno, pues, no puede honradamen
te sostener la no legitimidad de la adquisi
371

ción de la Compañía . El Congreso autorizó


la venta del ferro- carril, y la Compañía lo
compró en buena ley.
El Gobierno ya no puede arrepentirse,
aún en la hipótesis de que no existiese es
critura de transferencia en forma, pues los
contratos consensuales , como el de compra
venta, quedan perfectos y válidos por el so
lo hecho de manifestar su conformidad las
partes contratantes . Art. 1174, Código Civil .
En nuestro caso las partes eran hábiles. El
Gobierno había sido autorizado por una ley
especial para vender el ferro- carril, recibir su
precio y convertirse en accionista de la Com
pañía .
A su vez la Compañía compradora era há
bil para comprar, ya como sociedad anónima
con estatutos aprobades, ya como simple so
ciedad civil ó mercantil, sin estatutos, domi
ciliada en el país ó en el extrangero . (Art. 46,
Código Civil . Arts. 282 y 286 del Código de
Comercio).
Dicen también los impugnadores del pro-
yecto que la Compañía no tiene existencia.
legal por carecer de patrimonio propio.
Queda demostrado que la Compañía es una
sociedad anónima con estatutos aprobados, es
decir, una persona jurídica de existencia legal .
Pero en todo caso, como simple asociación
civil ó mercantil, puede comprar y vender,
adquirir derechos y contraer obligaciones.
El argumento sacado de la naturaleza de
la Compañía, en la hipótesis negada de que»,
372

fuera cierto, no afectaría, pués, en nada á


la validez del contrato, pués el Estado ven
dedor no es ningún incapaz para alegar fal
ta de consentimiento.
Alegan que la propiedad del ferro - carril
está equiparada á un camino público, y que
de consiguiente está fuera del comercio . Que
el Gobierno no puede transferirlo á perpe
tuidad.
Nada de esto es cierto . No existe ninguna
ley que haya puesto el ferro- carril fuera del
comercio .
En Inglaterra y Estados Unidos, los ferro
carriles pertenecen exclusivamente á sus pro ·
pietarios particulares.
Los caminos considerados por el Código
Civil como bienes públicos del Estado son
las carreteras, los caminos de herraduras y
las calles.
Las vías férreas son vías exclusivamente
destinadas á la circulación de los trenes . Por
eso sus propietarios están obligados á cer
carlas. Por sus trochas se prohibe la circula
ción de peatones, caballerías, carros y demás
vehículos que no sean los trenes arrastrados
por locomotoras .
En Francia y otros países del continente,
los ferro- carriles, ó son del Estado, ó son
concesiones por 99 años ; pero en Francia,
donde existe principalmente este sistema,
llamado mixto, el Estado no solamente con
tribuye á los gastos de construcción, sino
que otorga también garantías y subvenciones .
373 —

Tampoco es cierto que el Gobierno no pue


da transferir á perpetuidad el ferro carril.
La Constitución Nacional dice que el Con
greso debe promover la construcción de fe
rro-carriles por leyes protectoras y por con
cesiones temporales de privilegios y recom
pensas de estímulo . Art. 72, inciso 15.

Las recompensas de estímulo son las ga


rantías y las subvenciones .
Los privilegios temporales son las exen
ciones de derechos fiscales y municipales , de
impuestos y contribuciones de otros y favores
de esta naturaleza ; estos privilegios pueden
durar diez , cincuenta ó noventa años , según
sea la importancia del ferro- carril ; pero es
un absurdo deducir de allí que el Estado ca
rezca de facultad para vender el ferro carril
nacional á perpetuidad , ó para permitir que
una persona ó Compañía construya un ferro
carril á sus expensas, sin venir á ser pro
pietaria exclusiva y absoluta de él. Enton
ces nadie construiría ferro carriles en el
Paraguay .
El Paraguay es un país pobre y poco po
blado. Aquí no hay aliciente bastante para
la construcción de ferro- carriles, que son siem
pre muy costosos . Necesariamente, pues , el
Estado debe venir en ayuda de las Compa
ñías , dándoles tierras como en los Estados
Unidos, á perpetuidad , ú otorgándoles sub
venciones y garantías y contribuyendo á los
gastos de construcción como en Francia.
374

Una concesión ferrocarrilera no significa


otra cosa sino la autorización acordada á una
persona ó Compañía para construir un ferro
carril, ya expropiando los terrenos particu
lares , ya utilizando los terrenos fiscales
necesarios al efecto. Sin la concesión legisla
tiva ninguna Empresa podría construir ferro
carriles.
La ley paraguaya que nos ocupa es doble
en su objeto: es la ley de venta del ferro carril
de Asunción á Villarrica, y de autorización
para prolongarlo. Por eso, cuando los oposi
tores dicen :
Las concesiones de ferro -carriles caducan
si no se diera principio á la obra dentro
de los plazos establecidos,
confunden lastimosamente la autorización
legislativa acordada á una Compañía para
construir un ferro-carril - régimen establecido
en España -- con la ley paraguaya que auto
riza la venta del ferro- carril nacional.
En las diferentes leyes dictadas al respecto,
no se ha establecido ninguna condición reso
lutoria para el contrato de compra del inmue
ble. ni para la autorización de prolongar la
línea. Y esto es obvio, porque precisamente
lo que necesita el Paraguay es que el ferro- ca
rril se realice, y nó que la concesión caduque.
Es importante que el capital inglés se arrai
gue en el país para que llame y atraiga
nuevos capitales .
Los capitales , una vez colocados, difícil
mente vuelven á salir de él. Especialmente los
375

capitales consistentes en ferro carriles ya no


emigran más, porque están clavados al sue
lo. Deber del Gobierno es fomentar los inte
reses particulares, porque éstos constituyen
la riqueza y la vida de la Nación .
Este bien nacional, este ferro carril se en
cuentra clavado sobre el suelo paraguayo .
Los contratos dicen que esos rieles no se
levantarán y agregan, que el tráfico no se
suspenderá nunca. Este ferro- carril, este ca
pital inglés introducido en el Paraguay en
forma de acero, es un bien permanente de
la República ; esa vía no se levantará, no
habrá jamás confabulación que pueda defrau
dar al Paraguay respecto de la posesión de
ese bien. No será propiedad ni pública ni
privada del Estado; pero eso no importa ; el
Estado no tiene necesidad de ser precisa
mente propietario particular de los ferro
carriles, y esta es la oportunidad de decir, ya
que hablamos del capital inglés, tan indigna
mente atacado por algunos.
Es necesario reconocer que al capital inglés
se deben casi todos los progresos de la
América del Sur y del Norte. Es el capital
inglés el capital más aventurero, más audaz
y más generoso en el mundo. Al capital in
glés se le deben esas opulentas ciudades que
se llaman Calcuta, Bombai, Sidney, etc.; es al
capital inglés que se debe la creación de los
Estados Unidos ; es al capital inglés que se
debe la creación del dominio del Canadá ; es
al capital inglés que se debe las riquezas de
376

México, de Buenos Aires, Rio Janeiro, Valpa-


raiso , de todas las grandes y opulentas ciu
dades del mundo ; es al capital inglés, al genio
inglés que debemos muchas conquistas en
Sud-América ; y fueron los ingleses los que
ayudaron para conseguir la emancipación
política de las repúblicas sud-americanas de
la madre patria.
Cuando el dictador Rozas cerró los puertos
del Paraná y Paraguay ; cuando el dictador
Rozas prohibió el comercio del Rio Paraná y
del Rio Paraguay, fueron los ingleses los que
vinieron á forzar esa incomunicación , los que
vinieron á cortar con el hacha las cadenas
tiradas en la vuelta del Obligado para impe
dir el pasaje de los buques .
Yo me honro y me glorío en hacer honor
al capital inglés y á él deben acudir todos
los pueblos que carecen de recursos y ener
gías para labrar su propio bienestar.
Es deber, pues , del Gobierno y del pueblo
paraguayo proclamar bien alto esta verdad,.
á fin de que los capitalistas ingleses no crean
que somos una punta de bárbaros que esta
mos tratando de ahuyentarlos . No , señor
Presidente ; debemos abrir los brazos al ele
mento, al capital extrangero . Hago esta obser
vación porque una voz he oido levantarse
para zaherir al capital inglés y porque no se
han guardado las consideraciones debidas - es
necesario confesarlo con dolor - á los caba
lleros que representan el sindicato inglés en:
377

el Paraguay; aquí en el seno mismo de esta


Cámara se han hecho alusiones más o menos
encubiertas como para causarles vergüenza.
No tienen por qué ruborizarse los represen
tantes del sindicato inglés ; ellos saben que
los poderes públicos del Paraguay aprecian
en alto grado á los extrangeros y saben
también que hacen todo lo posible para atraer
al país el capital, el comercio y la industria
de la civilizada Europa .
Quería hacer estas manifestaciones, señor
Presidente, para desvanecer las mistificacio
nes al público que generalmente no se con
testan dejándolas pasar, por la cobardía mo
ral de la mayoría de los que las formulan y
por creer necesario también que se sepa que
los hombres del Gobierno del general Fe
rreira, guiados por su patriotismo, guiados por
su vehemente anhelo de completar el progra
ma revolucionario de la regeneración , sobre
todo para sacar á este país de su inmovili -
dad, de su pobreza y atrazo, no escatimarán
esfuerzos ni sacrificios y hacen poco caso de
las calumnias é injurias que en contra de él
se levantan. La posteridad, para no decir la
historia, juzgará nuestros actos. Yo tengo la
convicción de que la misma juventud para
guaya , extraviada por mistificadores políticos ,
nos hará justicia y en lugar de armarnos un
tole tole en las plazas públicas , vendrá en
otra forma, con manifestaciones de carácter
popular á felicitarnos ó al menos á darnos
las gracias por tener la entereza patriótica,
378

la entereza cívica de despreciar la difama


ción, los insultos de la prensa bárbara.

(Se oyen manifestaciones hóstiles en la


barra).

No me afecta en ninguna forma la manifes -


tación que acaba de hacérseme en la barra ,
pero si alguna impresión me causa, es hasta
cierto punto de tristeza, porque yo he deseado
siempre que la juventud paraguaya fuera un
modelo de cultura, de honradez, de lealtad
y de patriotismo. Yo he deseado siempre que
pudiera citar á los pueblos civilizados á la
juventud paraguaya como un modelo de pa
triotismo, de cultura , de nobleza, y créanme
que yo no dudo de la lealtad de esa juven .
tud, ni dudo de su patriotismo, ni dudo de
su nobleza, por cuanto consta á todo el mundo.
que esa juventud, ardiendo en fiebre patrió
tica, ha acudido á Villeta á salvar la honra
nacional en horas supremas para la patria.
Debo concluir, señor Presidente , para no
seguir distrayendo de su tiempo á los ora
dores que me han de seguir en el uso de la
palabra, pero con el decidido propósito de
continuar y de contestar los demás discursos
que se pronuncien, si esos discursos tienden
á demostrar la inconveniencia del proyecto
que se debate, proyecto que yo lo defiendo
y que yo lo he firmado, porque entiendo que
al hacerlo así, he obrado como patriota, y he
obrado con el intento, con el deseo de servir
379

los intereses vitales y permanentes de la


República del Paraguay .

(Aplausos en la barra).

(Entra el diputado señor Corvalán).

Sr. Presidente- (Agitando la campani


lla). Es prohibida terminantemente á la ba
rra toda clase de manifestación de aproba
ción ó desaprobación.

Sr. Chaves -- Pido la palabra.

Sr. Cardús Huerta - Pido la palabra .

Sr. Rojas- Pido la palabra.

Sr. Presidente - ¿ Quién la ha pedido pri


mero?

Sr. Cardús Huerta- Yo la he pedido


primero.

Sr. Rojas- Yo creo que la he pedido an


tes que el señor diputado, pero la cedo al
señor diputado .

Sr. Presidente -Tiene la palabra el di


putado señor Cardús.

Sr. Cardús Huerta- Tramitado en mi


ausencia el proyecto de ley que ocupa nues
tra atención, no he podido suscribir el infor
me de la comisión de Hacienda, y deseaba
apoyarlo en silencio con mi voto, pero el
― 380

discurso de corte histórico que acaba de ha


cernos el doctor Báez, me obliga á expresar
las vistas personales que me han inducido á
no negar mi voto para la más pronta solución .
del litigio y á manifestar sinceramente la
impresión que me produce ese discurso.
Como representante, he tratado de imponer
me bien de los antecedentes hasta donde me
lo permitían mis fuerzas y los medios de
estudio de que he podido disponer, habiendo
encontrado en ellos tan compenetrada la faz
jurídica con la faz económica y política de la
cuestión .
Examinando, con todo el interés de un
profesional, las relaciones jurídicas del Go
bierno y la Empresa del ferro carril, como
otros cólegas, he tropezado con una multitud
de cuestiones incidentales no resueltas y con
los informes que no han propuesto una so
lución práctica del litigio .
He leido, además, las brillantes defensas
de los derechos fiscales y con toda la predis
posición creada por ellas en mi espíritu , he
pesado las razones de ambas partes, no sé
si con imparcialidad , porque en los asuntos
de esta índole siempre prima el sentimiento
nacional sobre los raciocinios abstractos , pero
serenamente me ha parecido encontrar del
saldo razonable á favor del Gobierno.
Entonces , pensando que el arreglo actual
importaba alguna generosidad hacia la Em
presa, hube de alistar los argumentos para
combatir el arreglo, y me encontré con que
381

la mejor de mis alegaciones sería prestada


del primer mandatario que había suscrito el
mensage patrocinando el arreglo. No tendría
más que repetir, ó leer, los discursos pro
nunciados, hace años , en este mismo recinto .
Pensé entonces si debía hacerlo, es decir
si en esta emergencia convendría más á los
intereses del país que yo asumiera el rol
de litigante con preferencia al rol de com
ponedor.
Sin resentimientos contra nadie, creí de
mi deber no asumir el primer rol y pensé
en las modalidades políticas de esta vieja
cuestión y en los tumbos que viene produ
ciendo . Si con respecto á ella, me dije, ha
habido un vuelco completo en las ideas de
ciertos hombres ; si estos no han podido
mantener una misma opinión en la llanura
y en el Gobierno sobre la cuestión ferrc
carrilera, hay que buscarle explicación al
fenómeno, que, decorosamente, no puede ser
hallada en otra parte que en las altas razo
nes de política económica.
Tantas veces se ha dicho ya lo que aca
ba de repetir el doctor Báez , de que este
mal negocio del ferro-carril, más que plata
ha hecho perder toda la esperanza de crear
crédito en Europa . Sin corresponder la peor
parte al Gobierno se le ha hecho aparecer co
mo el más tramposo , por que esa es la suerte
del más pobre, llámese Gobierno , persona ó
cualquiera otra cosa, frente al capital repre
sentado sea por un banco ó un especulador
382

Pero por más apego que se pueda tener


al crédito financiero del país, me dije, no se
puede erigir á regla de transacción la gene
rosidad, porque apeligraríamos quien sabe
qué intereses vitales de la República.
Y, á pesar de ser cierta la reflexión, me ha
parecido tan abrumadora la triste realidad
de esta cuestión ferrocarrilera , en la que por
cada retardo en la transacción van disminu
yendo nuestras exigencias, haciéndome temer
tan fundadamente que visto con los ojos del
mañana parezca poco nuestra generosidad
de ahora.
Pensando en el enredado conjunto de los
actos irreparables que hicieron nuestros
antecesores: venta á perpetuidad del ferro
carril y asociación imposible, reconocimiento
de cuentas y reclamaciones tardías ; pensando .
en el incurable descuido de nuestros pleitos
y anhelando , como el que más , el desarrollo
financiero de nuestro país, dije á mis com
pañeros de comisión que, sin defender el
arreglo, yo no le negaría mi voto para su
más pronto despacho.
Tal es en síntesis el proceso del estudio
que yo he hecho de esta cuestión y que sin
reticencias lo expongo ahora .
Son , más ó menos, las razones que ha
expuesto el doctor Báez ; pero expuestas por
él vienen como una capa de plomo sobre
mí, porque las expone invocando el nombre
de la juventud y como principio de conducta
práctica en política; las expone como para
383

que pueda servirnos de guía á nosotros los


más jóvenes é inexpertos, y, señor Presidente ,
el que en esta misma banca no hace sino 14
años se ha mostrado el más fuerte opositor
á las pretensiones de la Empresa, no puede
ser ahora sin desdoro el que desempeñe su
mejor defensa, haciendo una misma invoca
ción hoy, cual lo hiciera tiempo atrás.

Entiendo que en política los hombres to


dos algo tienen que errar y que es una
buena cualidad reconocer los errores, pero
entiendo también que en política no se
puede ejercer siempre de Mesías, ora defen
diendo un derecho, ora impugnándolo ; y si
catorce años atrás el doctor Báez defendió
desde estas bancas lo que él creía, sincera
mente entonces, derechos fiscales, no veo
que, sin sacarnos la última ilusión que pudié
ramos tener en nuestros hombres, pueda
venir ahora desde estas mismas bancas á
impugnar esos mismos derechos, reconocien
do sus propios errores, y, no solo eso, sino
invocando el nombre de la misma juventud
que hace catorce años ha sido castigada en
esa plaza por seguirle á él.

(Aplausos en la barra . - El Presidente


agita la campanilla).

Sr. Ministro de Relaciones Exteriores


No es cierto . Se tuerce mi discurso por el
diputado por V. Concepción .
384

Sr. Chaves- Es usted el que ha envene


nado el ambiente de este debate.

En la barra: sí, señor!

Sr. Cardús Huerta - Señor Presidente:


jóven, y por consiguiente predispuesto á los
apasionamientos, he cerrado mis ojos y apar
tado los antecedentes mios ; no he querido
fijarme en las razones meramente jurídicas,
por temor francamente de que con tales ra
zones tuviera la inocencia de creer en la ga
nancia de este pleito perdiendo el porvenir
financiero del Paraguay, tan dependiente de
los capitalistas extrangeros .
Por cariño á ese porvenir financiero, sin
cuya realización este país nunca será gran
de, porque quiero que no vejetemos en la po
breza, en la miseria, que es la principal
fuente de los malos gobiernos , y porque
hoy por hoy, los hechos políticos nuestros
son sino luchas económicas, por todo
eso he dicho : he de votar por el arreglo y
así se lo anuncié á mis compañeros de co
misión . Mas ahora, con ese discurso de cor
te histórico, que me ha hecho el efecto de
un hierro candente, porque yo había esta
do con esa juventud en los tiempos en que
era ilusionado por el orador, ahora me pre
gunto : ¿ Qué es lo que en política nosotros
los jóvenes podremos creer ?
¡ Qué grande desilusión es la que nos cau
sa el que tanto atizara nuestros entusiasmos!
385 —

Hemos de creer al hombre de ahora, ó he


mos de esperar á que en el porvenir defien
da otros ideales?
En el proceso político es menester que
los más jóvenes tengan fé en los de más
experiencia. Y cómo se ha de tenerla cuando
sobra el transcurso de una década , el trans
curso de unos años para el cambio radical
en las ideas de los hombres en quienes pu
diera tenerse fé?
Cómo se puede tenerla cuando se oyen
declaraciones tan terminantes de que hace
catorce años no se hacía sino cuestión polí
tica combatiendo el arreglo ferrocarrilero ,
que ahora se defiende?
Por la misma razón ¿ no podría decirse
ahora que se está haciendo cuestión política
en este asunto?
¿Cómo hemos de creer á un hombre en
una circunstancia y hemos de seguir creyén
dole en la contraria?
Yo de mi parte he de errar en política ,
como en cualquier otro orden de mi activi
dad ....

Murmullos en la barra.

Una voz de la barra - Aquí en este re


cinto de la Cámara de Diputados no manda
nadie sino el Presidente de la Cámara. Pre
gunto si la presidencia ha ordenado mi ar
resto ....

-El Presidente agita la campanilla .


386

Sr. Lara Castro - Sírvase intervenir, se


ñor Presidente ; que el señor secretario vaya
á ver lo que ocurre en la barra .

Así se hace .

Sr. Cardús Huerta- Decía, señor Pre-


sidente, que tengo la seguridad de que no
he de ser infalible en mi vida política, como
en todos los órdenes de mi actividad , pero ,
mis errores han de ser sinceros é involun
tarios , y, si he de tener el valor de recono
cerlos, puesto que eso es noble, creo que no
he de llegar al límite de renegarlos, siquie
ra valga más que la política la honestidad
de los hombres.
Es necesario que en política, hasta donde
sea posible, los hombres se mantengan de
una pieza no borrando con el codo lo que
han escrito con la mano . Y si esto no ha
sucedido con el doctor Báez, y á pesar de
eso hemos tenido la prudencia de tolerarlo ,
á qué se expone ahora dando consejos con
la autoridad del maestro, como si aún ejer
ciera la hegemonía de otros tiempos?
Por eso señor Presidente , tengo la fran
queza de manifestar la malísima impresión
que me produce su discurso, con el objeto de
que se guarde el testimonio de no habérsele
escuchado con el mismo placer de hace 14
años, ni se nos tenga por absolutamente
ignorantes é inconsecuentes .
No es posible ya que con principios é
deas contrarias á las expuestas entonces
387

se nos lleve por el mismo camino . Miembro


humilde de la juventud que se ha invocado ,
me sublevo y expreso sinceramente lo que
siento en estos momentos.

Sr. Chaves Pido la palabra.


El discurso del doctor Báez me obliga á
mí, así como á todos los que han impugna
do el proyecto del P. E. sobre la cuestión
ferrocarrilera, me obliga á rectificar algu
nas de sus afirmaciones.
Se interpreta los móviles y los propósitos
de los impugnadores en una forma verdade
ramente deprimente, se les hace aparecer
como contrarios á la implantación de capita
les en el país . Afirmaciones de esta natu
raleza, que comprometen la imparcialidad y
la rectitud de la minoría, no deben dejarse
sin una rectificación terminante.
Declaro, señor Presidente, con la ingenui
dad y con la sinceridad más profunda, que
mis móviles al impugnar el proyecto de tran
sacción, no son móviles egoistas, sino que
guiado por la verdad, que á mi juicio sur
ge del estudio de esta cuestión, he creido de
mi deber combatir con la palabra y con mi
voto el proyecto. Y al doctor Báez le cabe
la honra de haber convertido este debate
hasta ayer tranquilo y sereno, en un am
biente cálido, en que no se busca la razón
intrínseca para la defensa del proyecto, sino
que se busca las alusiones más ó menos
personales más o menos veladas . Me he
388

de permitir mencionar á la Cámara el con


traste entre esta conducta y la del se
ñor ministro del Interior, doctor Benítez:
al terminar ayer la sesión de la mañana
el doctor Benítez, con la honestidad que le
caracteriza, me manifestó su placer porque
en esta forma se discutiesen los actos del
P. E. y es en este terreno en que hemos
comenzado, que debemos terminar el debate,
puesto que ni en los que defienden el pro
vecto ni en los que le impugnan puede ha
ber propósitos mezquinos y egoistas ; podría
haber error porque nadie está libre del
error; y mismo creo que el proyecto del P.
E. se funda en propósitos loa bles, aún cuan
do á mi juicio este proyecto sea equivocado;
y si yo tengo el deber y la nobleza de de
clarar el propósito noble, que le ha guiado
al P. E. en este asunto, es también deber de
parte de los que le representan en esta Cá
mara, declarar que esa misma buena fé y ese
mismo propósito noble, guian á todos los
impugnadores del proyecto.
¿Se quiere salir del terreno legal en que
puede resolverse la cuestión ? Perfectamente.
Llevémosla en el terreno de la equidad, que
es donde debe estudiarse la transacción, y
es en este terreno, señor Presidente, que el
proyecto, á mi juicio, no es conveniente.
Dentro de la equidad, la transacción , pa
sando por alto los antecedentes que consti
tuyen la materia del asunto, pueden encon
trarse bases equitativas, no solamente para
389

la Empresa , sino también para el Estado,


y esta solución armónica entre los intereses
y derechos del Estado, es la solución que
debe adoptarse .
Si hubo falta por parte de la Empresa, ó
de parte del Estado , si hubo complacencia
de parte del Estado hacia la Empresa, como
ha dicho el diputado doctor Cardús Huerta,
puede perfectamente omitirse, puede, por un
momento, cerrarse los ojos. No miremos los
antecedentes y concretémonos al arreglo
transaccional.
Desde este punto de vista, pues, ofrece las
mismas objeciones el proyecto, porque en
sus bases no hay equidad.
En hora buena que el Estado haga todos
los sacrificios posibles para que esta Em
presa, que hasta ahora lleva una vida pre
caria, se desenvuelva ámpliamente, benefi
ciando por este medio el progreso nacional ,
ya que el ferro- carril constituye un factor
poderoso dentro de nuestro orden económico
nacional; pero, también es obligación de los
mandatarios de la República armonizar esta
necesidad de progreso y prosperidad con la
equidad y la parte de justicia que puede
reclamar legítimamente el Estado .
En todas estas cuestiones asegura el doc
tor Báez que no es nada la renuncia de las
acciones del Estado, que importan á su jui
cio y á su entender $ o/s . 1.050.000. Per
fectamente.
390

¿No puede encontrarse por ventura en


otras formas, en otras bases, iguales conce
siones para la Empresa? He aquí una solu
ción : El Estado puede perfectamente conce
der la explotación exclusiva y absoluta de
parte de esta Empresa por un cierto tiempo
determinado , á fin de que pueda salvar to
dos los obstáculos y todas las dificultades con
que ha tropezado hasta hoy. ¿La Empresa
por ventura no ha de considerarse satisfe
cha con que el Estado renuncie á su favor
la explotación exclusiva, por ejemplo, por el
término de treinta ó cuarenta años ? Con
cuerdo en que se saque del terreno legal
este asunto y que se le haga entrar dentro
del terreno de la equidad ; pero en ese terre
no debemos buscar una solución igualmente
conforme á las exigencias del Estado y á
las de la Empresa .
La afirmación absoluta de que los Estados
no deben ser ferrocarrileros ofrece también
su punto de objeción . Países como Norte
América no necesitan ser ferrocarrileros,
porque la competencia es tan grande que el
Estado efectivamente no tiene necesidad de
ser co-propietario en ninguna de las Empre
sas ferrocarrileras . Pero el Paraguay no se
halla en las condiciones de Norte América y
Argentina, porque aquí la competencia es
nula , el país no cuenta sino con una sola lí
nea férrea, y no existe la probabilidad de
que surja competencia. Si nuestro territorio
estuviese cruzado por varias redes de ferro
391

carriles , sería sencillo porque la competencia


haría lo que el Estado en garantía de sus
intereses .
Es por esta razón que he considerado el
problema de suyo grave, porque envuelve ,
dentro de nuestra condición actual, un mo
nopolio absoluto en favor de la Empresa .
No quiero que el Estado invoque el dere
cho jurídico que tiene para la rescisión del
contrato ; no quiero que invoque su potestad
para cazar la autorización que le ha dado á
esta sociedad anónima , que actualmente se
encuentra en condiciones imposibles de cum
plir el fin que se ha propuesto. Puedo tam
bién pasar por alto el arbitraje impuesto
por la ley , para admitir la necesidad , por ra
zones económicas ó por razones de cualquie
ra otra índole, la necesidad de que someta
mos á una transacción, es decir, dentro de la
equidad, porque es imposible que la transac
ción, no se efectúe, no se realice, olvidando
los principios de la equidad . Yo por mi
parte no he presentado como una solución
absoluta el arbitraje. He dicho sí que para
demostrar la necesidad de solucionar por
medio de un arreglo transaccional, era nece
sario demostrar antes que el Estado , someti
do al arbitraje como lo indica la ley, podría
sufrir quebrantos en sus derechos. Exami
nado, pues, bajo el aspecto de la equidad ,
imposible de omitir en cuanto se relaciona
con una transacción , el proyecto, señor Pre
sidente, es á todas luces inequitativo para el
392

Estado, porque de su parte el sacrificio es


inmensamente superior al sacrificio que la
Empresa se impone para esta transacción :
el Estado cede todo cuanto puede ceder, to
do cuanto tiene y puede tener en la Empre
sa: renuncia á sus acciones, renuncia al de
recho y demás ventajas futuras por un tiem
po ilimitado, como renuncia á todos sus cré
ditos, de los que podría hacer responsable
de una manera efectiva á la Empresa, y re
nuncia, por último, á la potestad más impor
tante que el Estado tiene en esta cuestión ,
que es el derecho de intervención en las
tarifas .
Yo no sé si puede considerarse como ra
zones toda la larga disertación del doctor
Báez sobre el fondo cenagoso que tienen 113
leyes de concesión y los actos de Gobiernos
determinados.
Al estudiar esta cuestión , señor Presiden
te, no me he fijado sino en la superficie, en
el acto exterior, en el proyecto mismo, sin
tratar de investigar lo que puede existir en
el fondo, porque todo cuanto existe en ese
fondo cenagoso, no puede invocar legítima
mente, ni con honestidad , la Empresa, por
que sería el primer culpable desde el mo
mento que, para obtener utilidades , hace
caer á los mandatarios en infidelidades .
No puede honestamente invocar esta con
ducta como favor que deba dispensársele en
la hora en que tengan que dilucidarse todas
sus cuestiones.
393 ―

(Ocupa nuevamente la presidencia el di


putado señor Caballero).

Y á ser verdad todo cuanto ha dicho el


doctor Báez á este respecto, forzosamente
tenemos que llegar á esta conclusión : que
el Estado ha sido víctima no tan solamente
de la Empresa sino también de mandatarios
infieles . Pero en la hora de la transacción
debe tenerse más en cuenta esta circunstan
cia en favor del Estado, esta circunstancia
debe constituir hasta cierto punto más para
que el Estado exija de la Empresa mayores
sacrificios para suscribir la transacción , que
la Empresa del Estado .
No niego tampoco que en Londres ó en
otros países europeos, esta deuda de garan
tía que la Empresa hace pesar sobre el
crédito del país, resuene ingratamente sobre
el crédito nacional ; pero es necesario tener
en cuenta también la obligación que existe
de parte de los mandatarios , de consultar
otros requisitos á más del crédito . Está
bien que se sanee el crédito de la Nación en
Europa, pero sanéese en una forma deco
rosa, de acuerdo con sus derechos y de
acuerdo con la justicia que le asista en los
litigios que tenga con las Empresas particu
lares.
Si se tratara de un proyecto para hacer
efectivo el pago del empréstito, por ejemplo ,
francamente no habría una sola razón que
invocar en contra de este pensamiento, por
394

que esa deuda es sagrada, en esa deuda va


la firma y la dignidad del Estado y cual
quier sacrificio que se hiciese no sería gran
de ; pero esta deuda de garantía no puede
equipararse en ningún sentido con las otras
deudas que tiene el Estado .
Por lo demás, no creo que en Europa se
desconozca el asunto , no creo que allá igno
ren que el Estado, además de haber sido
complaciente hasta el extremo de que, des
pués de haber vendido su ferro carril á un
precio ínfimo, después de haber ayudado á
la Empresa en todas sus necesidades , tenga
que ser esa deuda una mole de piedra colo
cada sobre nuestro crédito. Es necesario
hacer distingos en esta materia. Nuestro
crédito no puede sufrir mayor quebranto
por la deuda de garantía que tiene el Esta
do para con la Empresa, porque allá han
de conocer , como aquí, la naturaleza y la
conducta de esa Empresa particular, y si
bien es verdad que los capitalistas ingleses
son los mejores factores y los que se han
adaptado á nuestra vida, fomentando el co
mercio, la industria, etc., es también cierto
que no todo lo que nos viene de afuera es
honesto y santo . La República Argentina
ha mantenido y mantiene litigios con varias
Empresas particulares ¿ y sería acaso esta
circunstancia un motivo para que el crédito de
esa Nación se quebrante? No. Los estados
europeos lo que quieren es que exista justi
cia, no quieren que los estados sean pródi
395

gos, al contrario les gusta ver en ellos el


empeño de defender sus intereses y sus de
rechos. La prodigalidad jamás ha sido ba
se del crédito y si los pueblos sudamericanos
quieren invocar esta condición , la de la pro
digalidad, como medio de conseguir el cré
dito, es un error gravísimo ; ni los indivi
duos, ni los pueblos pueden por este camino
afianzar su crédito ni crearlo siquiera.
Termino, señor Presidente , porque mi obje
to, como he dicho, no ha sido ....

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.

Sr. Chaves ....sino hacer algunas recti


ficaciones á los propugnadores de este pro
yecto, deplorando que un representante tan
ilustrado del P. E. como el doctor Báez no
haya pagado con la misma moneda á todos
los que hemos impugnado el proyecto y hemos
declarado que si en esta cuestión se olvidan
sus derechos , ha sido por un error nada más
He terminado.

Sr. Presidente - Tiene la palabra el dipu


tado señor Rojas .

Sr. Lara Castro - Yo la he pedido, señor


Presidente.

Sr. Rojas - Me dá la palabra, señor Pre


sidente?
El doctor Báez ha recordado las reuniones
de los diputados radicales en la casa del
señor González Navero , á propósito de la
396

cuestión ferrocarrilera, y ha dicho que, en


aquella ocasión , no ha escuchado objeción.
alguna á las bases que en nombre del Presi
dente de la República había propuesto.
No tendría importancia alguna esta mani
festación , si no significase, como yo creo que
significa, un reproche. Como he estado en
aquellas reuniones, recuerdo que no he com
prometido mi voto. Exigido por el doctor
Báez á manifestarme, le he declarado lo si
guiente: No conozco la cuestión ferrocarrilera
y por lo tanto no puedo comprometer mi
voto ni en favor ni en contra. Me propongo
estudiar los antecedentes, y según lo que mi
leal saber y entender me indique, procederé ,
y ahora es la oportunidad de manifestar en
qué sentido lo he de dar .
También manifiesta el doctor Báez que no
había oido objeción alguna. Y recuerdo que
el doctor Teodosio González ha llegado á
declarar que, por los pocos antecedentes que
conocía de la cuestión , la Empresa era quebra
da y fraudulenta. Ha dicho que la Compañía
del ferro-carril era una Compañía de pícaros
y si esto no importa en el concepto del doc
tor Báez una objeción á la propuesta como
él había manifestado ....

Sr. Pérez (J. A. ) - Y terminó diciendo que


si los amigos votaban , él también se compro
metía á dar su voto ....

Sr. Rojas- No es cierto lo que dice el


señor diputado ....
397 ――――

Sr. Pérez (J. A.) — …...y todos dieron su


conformidad ; es cierto, ninguno ha dicho
nada, usted también ha callado en esa reu
nión ....

Sr. Rojas- No me he callado , señor dipu


tado, ni he comprometido jamás mi voto ....

Sr. Pérez (J. A.) - Es cierto ; yo también


he estado presente en esa reunión y puedo
afirmarlo ....

Sr. Rojas -....no tengo la costumbre de


comprometer mi voto cuando se trata de una
cuestión de trascendencia.

Sr. Pérez (J. A.) — ¿ Por qué viene á mis


tificar el señor diputado ? Todos hemos esta
do en esa reunión ; han estado el doctor
Teodosio González, el señor Pedro T. Rolón ,
el diputado Rojas, he estado yo y han estado
también otros más y el diputado Rojas no
dijo lo que acaba de decir ahora....

Sr. Rojas- Y yo era el único que callaba


y de los que hablaron ya al terminar la
reunión . Recuerdo perfectamente que con
este motivo me dijo el doctor Báez en estos
términos y usted don Liberato, qué opi
na? » ; fué entonces que yo le dije que no
podía comprometer mi voto en un asunto
que aún no conocía ; que cuando llegara la
oportunidad lo estudiaría y votaría conforme
á lo que me diga la conciencia y me impon
ga el deber de diputado y de ciudadano
398

y le aseguro al diputado Pérez la exactitud


de mis palabras, como puede decirle el doc
tor Báez .
Y como no había comprometido mi voto
con mi actitud de aquella ocasión , no puedo
ahora dejar de levantar esa afirmación in
cierta para restablecer la verdad en lo que
me respecta.
Mi conducta actual no puede prestarse á
reproches de ninguna índole ; me guardo
siempre muy bien de dar un solo paso, de
decir una sola palabra que pueda después
constituir motivo de acusación en lo futuro .
He terminado.

Sr. Lara Castro- Pido la palabra .


Ya que mi exposición fué la que tuvo el
honor de provocar el elocuente discurso ,
como lo sabe hacer el que lo hizo , es á mí
que me correspondería hacer algunas salve
dades. No entraré yo á escarbar en las cena
gosas fuentes á que ha descendido el ilustra
do orador, representante del P. E. Por tanto ,
no he de hacer cuestión á las referencias
que con tanta lucidez ha desenvuelto ante
esta Cámara el orador, adalid entusiasta de
las causas populares antes de ahora . Me con
cretaré á los demás puntos que se refieren
á la cuestión que se discute y especialmente
á los puntos tocados en mi exposición an
terior.
Después de hacerse aparecer el honorable
ministro del P. E. como movido por pasiones
399

políticas, después de pretender justificar su


actuación anterior en los propósitos y móvi
les partidistas, insinúa que la impugnación
del proyecto en discusión debe ser movida
ó animada por los mismos sentimientos.
De mi sé decir, señor Presidente , que mi
objeto, al impugnar este proyecto, es defen
der con las fuerzas de que puedo disponer,
los intereses permanentes del país .

Sr. Presidente -- Un momentito, señor di


putado.
Los señores taquígrafos hacen decir á la
Cámara que es conveniente que ella acuer
de un cuarto intermedio porque están de
masiado cansados .

Sr. Lara Castro - Estoy conforme, señor


Presidente .

-Se acepta la indicación de la pre


sidencia y pasa la Cámara á cuarto in
termedio .

-Vuelven á sus asientos los señores


diputados.

(Pausa).
Sr. Lara Castro ¿Continúa la sesión ,
señor Presidente?

Sr. Presidente - Siendo las 11 1/2 , invito


á la Cámara á servirse un almuerzo en el
Club Paraguayo, para reanudar la sesión á
las 2 de la tarde .
400

---A votación . - Mayoría.

-Se suspende la sesión .

-Bajo la presidencia del señor Caba


llero y estando presentes los señores
Porta Bruguez , Rolón (P. T.) , Pérez (G. ) ,
Talavera, Molina. Rodas, Rolón (F. ), Cha
ves, Ayala, Lara Castro, Carreras, Ro
jas, Perasso, Legal, Pérez ( J. A.) , Ama
rilla y los ministros del Interior, de
Hacienda , de Guerra y Marina y de Re
laciones Exteriores, siendo las 2 y 15'
p. m., continúa la sesión .

Sr. Lara Castro - Señor Presidente. Con


tinúo con la palabra .
Me había propuesto, señor Presidente, ha
cer mención de la exposición que con tanta
lucidez hizo el señor Ministro de Relaciones
Exteriores acerca de la cuestión que hoy se
discute y de sus antecedentes históricos y
políticos.
Me creo desde luego desobligado de repe
tir y examinar los datos lúgubres que con
tanto acopio de noticias nos ha suministrado
el nombrado representante del P. E , desde
luego que ninguno de los que nos sentamos
en las bancas de esta augusta representación
vienen á ella para defender los intereses de
ninguna bandería política. Yo no debo de
hacer mención ni siquiera para sincerar á mi
partido de la gratuita ofensa que le infirió
401 ―

el que ayer fué nuestro jefe, al hacer apa


recer al Partido Liberal como haciendo opo
sición por cálculos políticos . De mi sé decir
particularmente que si antes he respondido
á sus arengas y á sus artículos llenos de
fuego, á sus conferencias llenas de entusias
mos, de bríos y de fé en el porvenir del
país, no fué por cierto porque era trabajado
por los cálculos egoistas que ha manifestado
ante esta honorable asamblea, ni fué porque
el doctor Stewart me hubiese sugestionado.
Sr. Ministro de Relaciones Exteriores
--No es cierto .
Sr. Lara Castro - Nó, señor Presidente.
Yo he formado en repetidas ocasiones parte
de esas multitudes que venían á protestar
contra aquellos malos negocios del Estado,
y es público que del grupo en donde yo
formaba parte salió aquel grito airado y
brillante, que rayó en lo sublime, grito lan
zado del pecho de un ciudadano viril, como
lo es el señor Victoriano Escobar. Es verdad
que antes de ahora se han combatido con
todo calor los negociados iguales ó análogos
al que ahora estamos examinando, pero co
rresponde á mi ingenuidad y á mi sinceridad
declarar que si antes me he prestado en
aras de mis convicciones ciudadanas y de
mis anhelos patrióticos á secundar los es
fuerzos de nuestro jefe, ahora , con los docu
mentos en la mano y con el criterio que me
da la edad y la responsabilidad de mi po
― 402

sición , declaro, con franqueza , que el nego


ciado que hoy se discute lo hubiera aún
combatido con más tenacidad, si hubiera es
tado al cabo de todos los antecedentes de los
cuales estoy en posesión á la fecha.
El ilustrado representante del P. E. dice
en su exposición que ciertos accionistas des
poseidos de sus intereses representados por
las acciones liberadas, fueron los que han
promovido en el gremio comercial y en los
círculos sociales la oposición que hizo am
biente á la que en esta Cámara hicieron los
honorables diputados de aquel entonces , doc
tores Báez , Audibert y otros. Parece que el
ilustrado ministro del P. E. no tenía bién
presentes los datos suministrados á esta H.
Corporación en los debates actuales.

(Entran los diputados Báez y Riquelme).

Sr. Lara Castro Desde luego por el


contrato White-Martínez no se han anulado
las acciones liberadas y los accionistas segu
ramente ejercitarían sus derechos de tales
en cualquiera ocasión que la Compañía tu
viese medios para responder los intereses
que representan esas acciones . El doctor Ste
wart - particularizando con él por haber sido
nombrado por el señor ministro fué el que
se prestó para negociar la concesión en los
mercados de Londres. Parece que este ho
norable facultativo ha procedido con toda
lealtad y nobleza en esta negociación , tal
403

como procediera en los tiempos aciagos pa


ra la Nación . Debe haber sido así, señor
Presidente, porque no fueron las recom
pensas otorgadasle muy satisfactorias, pero
tampoco fueron negativas . Ese honorable fa
cultativo, después de haber obtenido la con
cesión de mi referencia, la vendió á un sin
dicato formado en Londres , recibiendo en
pago de su comisión acciones ordinarias ,
de cuyas acciones ordinarias una parte to
davía fué ofrecida á la subscripción pública
en Londres. Los representantes podrán for
marse mejor idea sobre este particular dan
do la palabra á un enemigo furioso del doc
tor Stewart, el antiguo gerente Mr. White.
Este antiguo gerente de la Compañía, cuyos
actos fueron desaprobados por aquel sindi
cato, dijo en su folleto de 1893, refiriéndose
á las acciones ordinarias y á la falta de re
compensa alegada por el doctor Stewart, las
siguientes palabras :
« Lo que yo sé es que el doctor Stewart
se ha olvidado muy pronto de que, como
todas las acciones ordinarias, incluidas las
diez mil que debían de venir á él por su
concesión, fueron ofrecidas á la subscripción
pública y el público subscribió mil ocho
cientas y el sindicato el resto, y como las
acciones eran de £ 10, el doctor Stewart....

(Entra el diputado señor González).


Sr. Lara Castro ―――― « .recibiría como
£ 6.500 en efectivo, por la parte correspon
404

diente á lo suscrito por el público, y £ 93.500


en acciones » .
No comprendo, pues, por qué se ha de dar
como disgustado al doctor Stewart « porque
el contrato White - Martínez le dejaba en des
cubierto sus acciones liberadas » . Lo que tal
vez fuera de creerse sería que el doctor
Stewart no estuviese conforme con los ma .
nejos del gerente de la Empresa mister
White, porque sabido es que Mr. White no
vino aquí en representación del directorio
fundador de la Empresa, sino como secreta
rio que fué de los tenedores de debentures;
vino aquí á representar á los acreedores.
Lo que pudiera creerse también es que,
habiendo dejado los accionistas, los propie
tarios de acciones liberadas, de percibir los
intereses correspondientes á sus acciones, por
que la corporación de tenedores de debentu
res se atribuía todo , esa fué la causa del
descontento de algunos tenedores de accio
nes liberadas , pues es sabido que los porta
dores de acciones liberadas y, por supuesto,
de otra clase de acciones, ya tuvieron sus
dividendos hasta el año 1891 .
El doctor Stewart ha recibido el interés
correspondiente á sus acciones (9.350) el 1.º
de Noviembre del 89, el 1.º de Mayo del 90 ,
el 1.º de Noviembre del 90 y el 1.º de Mayo de
1891 , y en todo ese tiempo ha recibido un total
de £ 11.180 en efectivo .
He ahí, señores, cómo la Empresa había
podido antes repartir dividendos, sin curarse,
- 405

sin recordar su compromiso para con el Es


tado, propietario de 1.050.000 pesos en accio
nes privilegiadas .
El Banco de Comercio, señor Presidente,
no fué fundado con el importe del ferro
carril, como afirma el señor ministro. En la
recopilación de leyes de Vallejos y en el
registro oficial del 89, figura la ley que dá
destino al importe del ferro - carril.
No he entrado ni tengo el ánimo de pe
netrar en las profundidades á que ha des
cendido el ilustrado ministro del P. E. para
averiguar si lo que consigna el registro ofi
cial es la verdad.
Por ley de 19 de Agosto de 1886 se dis
puso la prolongación de la línea de Para
guarí á Villarrica y el 24 de Setiembre del
mismo año, de acuerdo con esa ley anterior,
se formalizó un contrato entre el P. E. y el
empresario señor Luís Patri ante el escri
bano mayor de Gobierno, á los efectos de
dar cumplimiento á esa ley. Don Luís Patri
se comprometía á construir el ferro-carril de
Paraguarí á Villarrica, incluyendo las esta
ciones, tren rodante y línea telegráfica, en
la suma de $ 280.000 oro, pagaderos en la
forma que se determinará más adelante.
En la cláusula 17 de la escritura se con
signaba lo siguiente :
El empresario comenzará los trabajos á
los ocho meses y entregará concluida la vía
á los dos años, á contar desde la expiración
de los ocho meses. A medida que vaya ter
406

minándose irá dando al servicio cada sección


comprendida entre una y otra estación, así
como el tren rodante á medida que se halle
armado » .

El contratista Patri, según consta en los


registros oficiales, no ha dado cumplimiento
á su compromiso, pues debiendo entregar
la línea el 24 de Mayo de 1889 concluida
hasta Villarrica , no la entregó sino en No
viembre del año siguiente .

Pero el Estado no pudo hacer efectiva en


el señor Luís Patri la responsabilidad que
contrajo de pagar $ 8.000 oro por cada mes
de retardo en la terminación de la obra,
porque el Estado, al transferir el ferro -carril ,
había transferido también á la Empresa
compradora del ferro carril, los derechos que
le daba ese contrato, reservándose única
mente las obligaciones que le daba el mis
mo.

Es posible que la Empresa haya exigido


y cobrado al señor Luís Patri lo que le
adeudaba por esa falta de cumplimiento á
sus obligaciones. No he averiguado ese pun
to, pero es posible comprobar si el contra
tista Patri ha faltado ó nó al contrato, si
se tiene presente lo que se consigna en la
memoria correspondiente al ministerio de
Hacienda que dice (leyendo) :
- 407 --

« Asunción , Diciembre 28 de 1889.

Exmo. señor ministro del Interior, coronel don


Manuel A. Maciel.

Señor ministro :

« Tengo el honor de acusar recibo de la


nota de ese Ministerio de fecha 23 del co
rriente mes transcribiendo la providencia
superior recaída á mi solicitud del 4 del que
rige, en la cual el Superior Gobierno se dá
por recibido de la 5.ª y 6.ª secciones de la pro
longación del ferro carril de Paraguarí á
Villarrica y declarando que con dicha en
trega el infrascrito queda exonerado de las
obligaciones contraídas con el Superior Go
bierno por el contrato celebrado de fecha
24 de Setiembre de 1886. En tal virtud y de
acuerdo con lo dispuesto en el art. 90 del
contrato referido , me permito pedir á V. E.
para que se sirva ordenar la devolución del
cheque de $ 25.000 contra el Banco de Co
mercio que había depositado como garantía
de dicho contrato.
« Saludo á V. E. con mi más alta conside .
ración.-- Luis Patri » .

Asunción, Febrero 22 de 1890.

Pase al Ministerio de Hacienda para lo


que hubiere lugar. Maciel ( sello del Minis
terio del Interior) . Asunción, Febrero 28 de
- 408

1890. A la contaduría . Sosa . (sello del Mi


nisterio de Hacienda ) . Contaduría General,
Marzo 3 de 1890. Señor ministro de Hacienda :
Esta oficina no tiene ninguna noticia res
pecto de lo aseverado en la antecedente so
licitud del señor Patri ; por lo tanto hay
necesidad que primeramente se justifique el
hecho de la entrega total de la línea y sus
enseres, conforme á lo pactado en el contrato
de 24 de Setiembre 1886, para la devolución
solicitada y anotaciones que deben hacerse
en ésta.-M. Viveros, guarda libros » .
En la memoria á cuyo capítulo he dado
lectura no consta que el señor Patri haya
interpuesto reclamo contra el Estado por fal
ta de cumplimiento de las obligaciones á car
go del Gobierno. De manera, pues, que el
ilustrado ministro del P. E. no ha tenido
bien presente este dato que nos ha suminis
trado en el curso de su lucida exposición .
Se ha referido de paso, igualmente , nues
tro antiguo jefe, á una reunión á la cual fui
mos invitados á su pedido en casa del se
ñor González Navero, actual vice-presidente
de la Repúblida.

Sr. Ministro de Relaciones Exteriores


-Nunca he invitado á ninguna reunión .

Sr. Lara Castro - Yo hubiera deseado


dejar de tocar este asunto que no corres
ponde al que estamos discutiendo, pero he
querido exponer la verdad, tal como resulta
409 —

de los hechos : la fragilidad de la memoria


del señor ministro, cuya atención está recar
gada por toda clase de asuntos, ha hecho que
no tuviera bien presente muchos hechos cu
ya relación nos ha traido á esta Cámara.
Para no dar lugar á una discusión , á un
cambio de palabras tal vez agrio, yo voy á
dejar este capítulo, dejando sin embargo
constancia de que no he faltado á ninguna
opinión manifestada antes de ahora.
Se ha dicho también que el aplauso gene
ral ha prestigiado el arreglo que hoy se
discute.
Es público y notorio, señor Presidente,
que el arreglo no ha sido recibido bien por
la opinión pública, y que si no se ha tenido
muchas manifestaciones análogas á las que
antes del arreglo se han hecho, ha de ser
por la confusión seguramente, que habrán
producido en el ánimo nacional ciertos cam
bios y ciertas nuevas manifestaciones.
Se dice también que las ventajas del arre
glo consisten en llevar adelante los trabajos
de prolongación de la línea, haciéndola Île
gar á Villa Encarnación .
Abrigo justos temores , señor Presidente, de
que esta parte del arreglo no sea más que
una cláusula de imposible realización .
Cónstame haber recibido una persona res
petable del circulo financiero nacional, una
comunicación de un miembro conspicuo del
directorio de accionistas en Londres, dicien
do: < Cuando nosotros estábamos esperando
410 -- +

por momentos la comunicación de haberse


convertido en un hecho el arreglo suscrito
entre el representante de la Empresa en
Asunción y el Gobierno de aquel país, he
aquí que recibimos un cablegrama de nues
tro enviado avisándonos habérsele invitado
y él otorgado el compromiso de continuar la
línea hasta Villa Encarnación . Esta noticia
nos ha causado la más ingrata impresión ,
puesto que no hay ni el más mínimo deseo
de que esta Compañía prolongue la línea
siguiendo el trazado que se tuvo en vista al
principio, á menos que se cambie de ruta y
se hagan efectivas las opiniones sustentadas
á este respecto por el sindicato, es decir, que
la línea trazada antes de ahora, al principio,
y que sirvió de base á esta concesión, fuera
alterada en el sentido que expresan los estu
dios de modificación practicados anterior
mente. >>
Si esta revelación tiene todos los contor
nos de una realidad indiscutible, todos los
esfuerzos hechos en favor de los bienes de
la Compañía resultarán estériles ; y no debe
mos olvidar la cláusula 15 del poder confe
rido al gestor de la Compañía señor Rodrí
guez, á que se ha hecho referencia en otro
momento .
El honorable representante del P. E. dice
también, que no comprende sino en un pue .
blo de avaros, en un pueblo de judíos, una
defensa tan encarnizada de un millón de
pesos que corresponden al Estado . Pero,
-- 411

señor Presidente, no es que defendamos aquí


un millón de pesos, ni dos millones. Me
opongo yo á la aprobación del negociado ,
no por amor á ese millón de pesos, ni á
todos los millones que la Empresa se ha co
mido y que correspondían al Estado. Yo
me opongo en nombre de los intereses de
mi país á ese contrato ; me opongo á que el
Estado ceda sus acciones, porque considero
que esas acciones son el único vínculo con
que el Estado puede intervenir en el régi
men interno de la Compañía.

Sr. Ministro de Hacienda - Pero es un


error gravísimo, señor diputado.
El Estado interviene en la tarifa en razón
de ser garante .

Sr. Lara Castro - Interviene en las tari .


fas de una Compañía el Estado como enti
dad jurídica en ejercicio de la policía que
le confieren las leyes comunes y especial .
mente la ley de enajenación del ferro- carril.
Es así que yo no soy defensor de ningún
millón de pesos, no, señor Presidente : es de
cir, no defiendo especialmente ningún millón
de pesos solamente ; pero ....

Sr. Ministro de Hacienda - ¡ Pero, señor


diputado! ¿ qué es lo que defiende entonces ?

Sr. Lara Castro yo defiendo los


altos intereses del país.
- 412 ――――

Decía el señor ministro « hagamos ferro


carriles » . Hagámoslos en buena hora, pero
hagámoslos en forma; pues así no creo que
haya un solo representante, un solo ciuda
daño que se oponga, porque todos desean
que la campaña del país y los desiertos aún
inexplorados de nuestras fronteras sean ani
mados por la civilización que aporta el riel .
Todos tenemos la aspiración más ó menos
noble y patriótica que expresan esas pala
bras del ilustrado representante del P. E.
Pero ro es así como se defienden los inte
reses permanentes del país, no es despojan
do al Estado de lo que es suyo y entregán
dolo á una Compañía que no ha cumplido
con sus obligaciones , no ´es entregando, repi
to, á una Compañía todos los intereses del
Estado como se fomenta el crédito del país
y se construyen ferro carriles.
Si Bolivia tiene mil leguas de tierras de
siertas que regalar á Empresas ferrocarrile
ras, en buena hora que las regale, señor
Presidente ; si nosotros las tuviéramos de
sobra, creo que las regalaríamos también ,
pero es que no las tenemos .
Yo no mezquino tierras, no mezquino los
millones, mezquino solamente las acciones.
del Gobierno, mezquino los intereses nacio
nales .
Al rebatir también los puntos que se refie
ren á la falta de personería de los apodera
dos de la Empresa y á la falta de persone
ría de la Compañía misma, según nuestras
-- 413

leyes, dice el representante del P. E. que el


Estado puede tratar con cualquier ente, sea
ó no persona jurídica, y aún particular. Yo
no me opongo á que el Estado trate con los
señores Rius y Jorba, con cualquiera perso
na que no sea persona jurídica, ó que con
trate con particulares . El P. E. puede contra
tar hasta con los indios .
Lo que niegan nuestras leyes es que se
pueda contratar con intermediarios de una
Compañía que debía tener su domicilio en el
país y no lo tiene, pues las leyes establecen
que esa Compañía debe tener su domicilio
en el país, para que no tenga necesidad de
intermediarios.
El ilustrado representante del P. E. tam
bién ha sido muy injusto conmigo al querer
intrigarme con los ingleses (Risas) .
Es una de las intrigas peores que se pue
da hacer aquella que se hace con los capita
listas. No ha sido mi ánimo desconocer todos
los beneficios que nos ha proporcionado el
capital inglés . Guardo muy grata memoria
del socorro eficaz que nos ha traido en horas
aciagas el capital inglés .
No hemos de olvidar que fueron ingleses
los que echaron los primeros metros de rieles
en 1859 ; fueron ingleses los que en los mo
mentos luctuosos de la guerra de cinco años
curaban nuestras necesidades y atendían los
apuros del Gobierno ; admiro el genio inglés
tan bien pintado en la Psicología de las Na
ciones de Gustavo Le Bon. Yo respeto su
414

egoismo nacional, y admiro el espíritu em .


prendedor que caracteriza á la raza anglo
sajona; pero yo no hago el flaco favor á los
ingleses y al capital inglés, de compararlos
con tres ó cuatro pillos que han venido aquí
al país á querer convertir á la República en
posesión conquistada, y á buscar la incorpo
ración de su sociedad anónima, como una
institución política casi, en el régimen de la
República.
Véanse sus estatutos.
Sobre este particular, ha tenido una pági
na brillante el mismo ilustrado representante
cuyas opiniones me he guardado de citar an
tes de ahora, porque no he venido aquí á
esta Cámara á citar opiniones muertas.
Prensa bárbara, ha dicho el ilustrado re
presentante del P. E. ¡ Prensa bárbara!

Sr. Pérez (J. A.) - Bastante bárbara.

Sr. Lara Castro - Esas palabras me traen


á la memoria sus frases caldeadas, antes de
ahora, refiriéndose á los bárbaros del inte
rior ». (Risas).
No es mi ánimo, señor Presidente, traer
ninguna disputa. Dejo únicamente constancia
de mis palabras .
Termino para dejar la palabra á las de
más oradores .

Sr. Ministro del Interior -Pido la pa


labra. Con toda intención, señor Presidente,
- 415

he dejado de hablar durante estos dos días


de sesión .
He querido oir las argumentaciones de los
señores que han expresado parecer contra
rio al arreglo ajustado por el P. E. y. ya
sancionado por el H. Senado, y no obstante
haber estado muy preparado para oir estas
argumentaciones, no he podido encontrar
ninguna que se hubiese referido al ་ fondo de
la cuestión.
Hasta este momento la H. Cámara de Di
putados se ha ocupado exclusivamente de
la forma, de los incidentes, de los elementos
más o menos secundarios ; pues los señores im
pugnadores del proyecto han tenido el espe
cial cuidado de saltar de rama en rama,
de hoja en hoja, sin atreverse á mirar el fon
do de la cuestión .
Uno de los señores diputados ha dicho
muy felizmente que hacía en el seno de es
ta Cámara el papel de agente fiscal, y ha
hecho una exposición de los derechos del
Estados en el ferro carril . El diputado se
ñor Lara Castro ha hecho más : ha hecho
no sólo eso, no sólo el papel de agente fis
cal, sino el papel de un furioso fiscal del
crímen y ha formado un largo proceso á la
Compañía del ferro- carril.
Yo no tengo, señor Presidente, otra cosa
que hacer que alabar el espíritu crítico de
estos señores representantes : lamentando , sin
embargo, que ni el uno ni el otro hayan ocu
pado el sitio que debían, con sus argumentos ,
- 416 77

con el objeto de zanjar las cuestiones trai


das al debate, en el seno de esta H. Cámara.
El P. E. no viene á hacer la exposición
de los derechos del Estado ; trae al seno de
la Representación Nacional una transacción .
Es inútil establecer ó discutir quién tiene ra
zón ; la Empresa cree, durante 18 años , que
tiene razón ; todos nosotros creemos que el
Estado tiene razón . Durante 18 años hemos
gastado energía, fuerza , crédito , riqueza, bie
nes materiales en ardientes y estériles contro
versias. ¿Para qué á estas alturas hacer la
crítica de actos más ó actos menos de hace
18 años? Ninguno de los representantes ha
dicho que el arreglo no convenía. Uno ha
dicho que los representantes de la Empresa
carecían de personería, y otros se han que;
jado amargamente que el P. E. hubiese tra
tado con el representante de una Compañía.
Pero .... y ¿ con quién más tendría que tratar
el P. E ? Acaso algún representante de la
Compañía también se queje á estas horas
de que la Compañía haya tratado con el re
presentante del Estado y nó con el Estado
mismo. Cuando se trata con una entidad
que no tiene más existencia que la que le
acuerdan las leyes , naturalmente que nadie
puede tratar más que con los representantes
de ella. Ahora es el caso de averiguar si
esos representantes tienen facultad pira ha
cer lo que han hecho . El P. E., es escusado
decirlo, no se cree autorizado á ajustar de
un modo definitivo el arreglo, y es por eso
- 417 ――

que lo estamos discutiendo en el seno de la


más alta representación del país .
En los antecedentes enviados por el P. E ·
consta que en Febrero de 1904 se reunieron
los accionistas de la Compañía del ferro-ca
rril, en Londres, y resolvieron autorizar al
directorio á arreglar amigablemente -- así lo

dice la frase todas las cuestiones que tiene
con el Estado del Paraguay.
Yo deseo, señor Presidente, recalcar la ex
posición sobre este punto .
Los accionistas resolvieron en asamblea fa
cultar al directorio para que este á su vez
facultara á su representante á ajustar
con el Gobierno del Paraguay el arreglo de
las cuestiones pendientes. En las memorias
sucesivas se viene hablando invariablemente
de este proyecto de arreglo.
En una de las memorias dice el directorio á
la asamblea de accionistas : « El arreglo pro
puesto que HA MERECIDO NUESTRA SANCIÓN
fué presentado al Gobierno por nuestros re
presentantes ..... Hay que tenerse en cuenta
que algún tiempo después, á raíz de la asam
blea de accionistas, la autorización se comu
nicó al Gobierno por el mismo directorio y
por nuestro agente financiero en Londres
En este momento tengo aquí un documen
to traducido del inglés al castellano por el
entonces traductor público don Enrique Ló
pez . Formaba parte entonces del Gobierno
el señor doctor don Francisco C. Chaves .
- 418

Todas las cláusulas del arreglo actual, en


sus lineamientos principales, se fundan en
estas comunicaciones oficiales : todo está he
cho de acuerdo á estas bases.
Cuando estalló la revolución de Agosto
estaba tramitándose el arreglo .
Esto consta también en la memoria del
Ministerio del Interior, que se ha hecho im
primir por el P. E.
Tan pronto como terminó la revolución , se
continuó la gestión de arreglo .
He ahí la razón fundamental por qué, á
raiz de los acontecimientos de 1904, no se
ha podido tomar ninguna medida que modi
ficara el estado de cosas, porque acaso hu
biera sido ello una dificultad insuperable
para el arreglo de la cuestión .
El directorio de Londres constituyó una
pequeña comisión que tenía que evacuar las
consultas del representante de la Empresa
en el Paraguay, en los casos en que pudie
se haber algunas modificaciones propuestas
por el Gobierno .
Tanto el señor Smith como el señor Ro
dríguez han obrado como representantes
con facultades suficientes . El señor Smith
como representante con poder general, y el
señor Rodríguez como representante con
poder especial para administrar el ferro- ca
rril y arreglar estas cuestiones.
El señor diputado doctor Chaves sabe
perfectamente que un poder general, así á
secas, no es suficiente para transar. Yo no se
419

ría capaz de decir lo contrario. Pero es que


este poder general no es así, á secas. Este
poder general tiene la facultad especial de
transar. Y no sólo esto es así, sino que cons
ta en los antecedentes que tanto el uno co
mo el otro han estado obrando aquí, en to
das las incidencias, conforme á las instruc
ciones y á las bases aprobadas en Londres .
Debe, pues, á mi juicio, descartarse el pun
to que se refiere á la falta de personería de
los representantes de la Empresa . Todos ellos
han tenido suficiente facultad y han obrado
de acuerdo á las instrucciones del poder
dante.
En estos documentos en que aparecen
las bases, se declara categóricamente que
los accionistas piensan que el Gobierno está
resuelto, está en buen camino, para zanjar
las cuestiones con la Empresa, y que la úni
ca observación que había hecho, estribaba en
que no era decoroso para el Gobierno del
Paraguay suscribir un arreglo que podría
recibir una repulsa por parte del directorio
de una Compañía particular.
Es por esta razón que los accionistas apro
baron las bases en asamblea general y die
ron instrucciones á sus representantes, los
cuales no hicieron otra cosa que autorizar ó
suscribir el contrato transaccional, de acuer
do á la facultad especial de sus poderes y á
las órdenes del mandante.
Otro de los puntos debatidos es el domici
lio, punto que se refiere exclusivamente á
―― 420

la forma. Debe tenerse en cuenta que la


Compañía del ferro carril es una sociedad
extrangera, fundada en Londres ; que lanzó
acciones á la subscripción en Londres; que
firmó el contrato de constitución en la mis
ma ciudad , el 5 de Febrero de 1889, é ins
cribió sus estatutos el 11 del mismo mes, en
el registro público de Londres.
El 27 de Abril del mismo año celebró un
contrato con los señores Perry, Cutbil , de
Lungo y C. , contratistas de obras . Llegó al
Paraguay el señor Valpy, en representación de
esta Compañía, y en la solicitud que presen
tó al ministro del Interior decía: Fulano de tal,
representante de la Compañía cual, domici
liada en Londres, etc., etc. Solicita el reco
nocimiento de la personería jurídica con to
das sus consecuencias. El P. E., con audien
cia del Fiscal General del Estado , dictó un
decreto el 1.° de Junio de 1889, reconociendo
la personería de la Compañía. Agregaba
que su domicilio debía tener en el Paraguay
y debía regirse por las leyes paraguayas,
conforme á la indicación del Fiscal General
del Estado. El que está al tanto de nuestras
leyes conoce que estas cosas no eran necesa
rias. Si la Compañía, legalmente constituida
en el extrangero, ha sido reconocida en el
Paraguay, para todos los actos realizados en
el Paraguay tiene su domicilio en el Para
guay, es decir, todos sus actos se rigen por
las leyes locales, en este caso por las del
Paraguay. De ningún modo ha de pretender
-- 421 ――

ningún Gobierno que los actos realizados en


el extrangero se rijan por sus leyes, es decir
por las leyes de un país distinto de aquel
en que se consumaron . Yo creo que ningu
no de los representantes ha de pretender
que una sociedad extrangera establecida
en Londres se someta á nuestras leyes , á
las leyes del Paraguay, en aquellos actos
realizados en Londres.
La Compañía , como persona particular,
se subordina naturalmente, para todos los
actos, á las leyes del país donde se encuentra,
á las leyes del domicilio. Todos los
realizados en el Paraguay, lo mismo que las
relaciones del Estado con la Compañía , to
dos estos actos - lo repito - se rigen por las
leyes del Paraguay.
Si la Compañía ha hecho aprobar sus es
tatutos, reconocer su personería jurídica ; si
la Compañía se ha hecho inscribir en el re
gistro público de comercio; si ha llenado to
das estas formalidades legales, ¿ por qué esta
Compañía no ha de existir como cualquier
otra entidad jurídica para las leyes del Pa
raguay? ¿ Cuál es la ley que dice que esta
Compañía no tiene su domicilio en el Para
guay? A esto hay que agregar que esta Com
pañía, como cualquier otra, como todas las
sociedades anónimas extrangeras que tienen
también negocio en el Paraguay, esta Com
pañía - digo -- está reconocida por los tribuna
les de la República , está reconocida por to
dos los poderes públicos. ¿ Acaso es la pri
422

mera vez que el P. E. trata con esta Com


pañía? ¿Acaso es la primera vez que el
H. Congreso trata con esta Compañía?
¿Acaso no hay una ley, la del 26 de Setiem
bre de 1896 , que autoriza al P. E. á zanjar
todas las cuestiones pendientes con esta
Compañía?
Estos dos puntos son los únicos que yo
quiero tocar por el momento , respecto de la
exposición de los señores impugnadores.
En mi exposición , señor Presidente, no ten
go más remedio que ser un poco cansador,
porque este asunto es muy vasto ; cuanto más
uno lo estudia, tiene mucho más que estudiar.
Este asunto, antes que un asunto cualquiera
particular, como bien se ha dicho en este re
cinto, es una causa nacional.
Debemos, pues, aportar todos los datos,
quiero decir, aquellos que son necesarios pa
ra la formación del criterio, aquellos que son
necesarios para justificar lá conducta del P.
E. y acreditar los poderosos motivos que le
llevaran á aceptar y firmar el arreglo que
se debate.

Como tengo que recordar muchas leyes,


muchos artículos y muchas cuentas, á fin de
no estar hojeando papeles, me he tomado la
libertad de hacer ciertos apuntes á los cuales
tendré que referirme en el curso de mi ex
posición .
Antes de entrar en materia .... Ah , se me
iba á pasar un punto que quisiera rectificar .
423
1

Ha afirmado el honorable señor diputado


doctor Chaves que primero había ocurrido
la suspensión de las obras que la suspensión
del pago de la garantía por parte del Estado .
Y á este efecto mencionó , -creo, que no lo
recuerdo muy bien - un decreto del P. E.
Debo hacer presente al señor diputado
que creo yo haberse equivocado. Según
las cuentas, la garantía se ha pagado hasta
el 1.º de Noviembre de 1890 y la suspensión
de las obras tuvo lugar en los primeros días
de Agosto de 1891.
Es cierto que el P. E. dictó un decreto el
15 de Diciembre de 1890, suspendiendo el pa
go de la garantía , decreto que luego fué
derogado por otro del 20 de Julio de 1892 ;
pero es cierto también, ciertísimo, que es
anterior el hecho de la suspensión del pago
de la garantía á la suspensión de las obras.
Ya no fué pagada la cuenta del 30 de Abril
de 1891 .
Quiero también recordar algunas nociones
elementales que, acaso por el calor de la
exposición, han sido un poco quebrantadas,
á mi juicio, por algunos señores diputados.
El doctor Chaves ha insistido mucho en la
co-propiedad que tiene el Estado con la Com
pañía del ferro - carril. Esto no es cierto . El
12 de Junio de 1889 el Estado vendió DEFI
NITIVAMENTE el ferro- carril. El hecho de que
el Estado sea accionista de la sociedad anó
nima no induce co-propiedad, no es condomi
nio. Una sola persona jurídica, la Compañía
424

del ferro carril, es la dueña de todos los


bienes; el Estado no es más que accionista .
Ni siquiera hay que pretender que el Esta
do sea acreedor, por tener acciones de
preferencia, porque esas acciones de preferen
cia las ha recibido en pago del precio de la
venta del ferro -carril.
Para discutir este asunto que tenemos
ahora en debate, es necesario establecer una
división en el proceso de todas estas cuestio
nes: del 12 de Junio de 1889 al 26 de Setiem
bre de 1896 ; y del 26 de Setiembre de 1896
á la fecha actual.
No es posible discutir este arreglo, tal como
lo hacen los impugnadores. El arreglo está
de acuerdo á una ley vigente que autoriza
al P. E. á transar, á zanjar todas las cuestio
nes del Estado con la Compañía del ferro
carril.
Esta ley está en vigencia; no ha sido
derogada ni modificada. Está registrada en
el Registro Oficial, pag. 76 tomo de 1896.
Preguntaráse acaso por qué entonces el
P. E. trae el convenio á la aprobación del
H. Congreso ? Sencillamente, porque ha con
seguido algunas ventajas por cierto muy
apreciables.
Estas ventajas importan modificación de
la ley y necesitan consiguientemente la san
ción del H. Congreso .

Sr. Lara Castro - Señor ministro: me per


mite una interrupción?
425

Sr. Ministro del Interior - ¡ Cómo nó!

Sr. Lara Castro Señor Presidente, dos


palabras.
La ley á que ha hecho referencia el ilus
trado señor ministro del Interior, creo que
es la misma que aprobaba el arreglo White
Martínez .

Sr. Ministro del Interior - Es verdad ,


señor diputado .

Sr. Lara Castro -Esa ley autorizaba al


P. E. á transar con la Compañía del ferro
carril las diferencias existentes de acuerdo
con esas bases presentadas por la parte con
traria, bases que fueron retiradas por la Com
pañía . Es así como ha quedado aquella ley
sin efecto . No ha sido una autorización gene
ral para transar sobre las cuestiones existen
tes, sino una autorización para transar en la
forma hecha por el P. E. hace algún tiempo.
Muchas gracias .

Sr. Ministro del Interior -Ha termina


do el señor diputado?

Sr. Lara Castro - Ya, señor ministro.

Sr. Ministro del Interior— El honorable


diputado ha sido poco feliz en la interrupción.
Está muy equivocado. Es muy posible que
haya leido de un modo incompleto la ley.
Es una ley vigente ; es una ley sin condicio
- 426

nes. En este momento el P. E puede retirar


este arreglo y ajustarse á esa ley sin que el
Congreso pudiera intervenir. Yo desearía
que el señor diputado leyese mejor la ley.

Sr. Rojas -¿Me permite una pequeña inte


rrupción , señor ministro?

Sr. Ministro del Interior- Con el ma


yor gusto, señor diputado .

Sr. Rojas - Había pedido la palabra nada


más que para solicitar la lectura de la ley.

Sr. Ministro del Interior - Yo quiero


ser muy complaciente con todos los señores
diputados . Ojalá me interrumpieran á cada ra
to, porque creo que estoy en condiciones de
dar todos los datos que se soliciten, amplia
y satisfactoriamente. A mí me place que en
el seno de la Representación Nacional se
hagan estas consultas, porque es así como el
P. E. tendrá ocasión de demostrar la bon
dad de este arreglo y de justificar sus actos.

Sr. Rojas - No era para discutir actos del


P. E., sino para solicitar, como he dicho, la
lectura de la ley.
Sr. Ministro del Interior - El honorable
diputado señor Rojas, como todos los demás ,
tiene el derecho de solicitar la lectura de
esta ley y de cualquier otra.

Sr. Rojas - Perdone el señor ministro que


le haya interrumpido en esta forma.
- 427

Sr. Ministro del Interior - Vuelvo á re


petir que yo tengo mucho gusto en que así
sea.

Sr. Rojas - Muchas gracias .

-Se lee :

-Art. 1. Autorízase al P. E. á celebrar


con el representante de la Empresa del
ferro-carril un convenio, de conformidad con
las bases firmadas el día 15 del mes de Ju
nio del corriente año, entre dicho represen
tante y el señor ministro del Interior, y con
las modificaciones introducidas por el Con
greso .
Art. 2.º Comuníquese .

Sr. Ministro del Interior- Nada más.

Sr. Rojas - De manera que las bases de


la ley eran las bases firmadas el quince de
Setiembre de 1896.

Sr. Ministro del Interior - Aquí está la


continuación de la ley, señor diputado.

Sr. Rojas- ¿Quiere tener también el señor


ministro la bondad de leer la continuación
de esa ley?

Sr. Ministro del Interior - Supongo que


no ha de ignorar el señor diputado la ley ;
yo podría leérsela , pero no lo hago por ser
muy larga.
428

Sr. Rojas - Pero puede habérseme escapa


do sus términos (risas).

Sr. Ministro del Interior - ¿Puedo con


tinuar, señor diputado?

Sr. Rojas-- Sí, señor, cuando quiera.

Sr. Ministro del Interior - Decía, señor


Presidente, que el P. E. había sometido á
la aprobación del H. Congreso el arreglo
firmado con el representante de la Empresa
del ferro- carril, simplemente para obtener
del Congreso, si así lo cree conveniente, la
sanción de las ventajas que había conse
guido de la Empresa, á fin de que todas las
partes del convenio tengan fuerza igualmente
obligatoria para ambos contratantes.
Tal es así, que ha podido el P. E. hacer
uso de la autorización que tiene y ajustar
un arreglo definitivo, completamente incon
movible, que, sin ulterior intervención del
Congreso, diese término final á la vieja cues
tión ferrocarrilera.
Bastaba para ello no gestionar ninguna
ventaja, no aceptar ninguna modificación de
la ley del 26 de Setiembre de 1896 : bastaba
hacerlo todo conforme á la letra de la ley.
Mas, animado el P. E. del patriótico inte
rés que anima á todos los buenos paragua
yos, de zanjar las cuestiones pendientes , sa
cando, en cada caso, el mayor beneficio para
el país ; animado de este interés, digo, no ha
trepidado en gestionar ventajas que han he
―― 429

cho necesarias nuevas y ardientes discusiones


y provocado honda agitación en la opinión
pública.
No solamente explico, sino excuso la ner
viosa tensión de los espíritus. Estamos abo
cados á un asunto de accidentada historia ,
que siempre ha provocado el mayor apasio
namiento. El error consiste en el punto de
vista en que se colocan los impugnadores .
Discuten hasta las ventajas conquistadas, ce
gados por el odio natural á un odioso asunto,
sin tener en cuenta que estamos procurando
saldar una cuestión de honor, eliminar mo
tivos de distanciamientos políticos, de nau
fragio moral é interdicción económica.
El 26 de Setiembre de 1896 señala toda
una era en los anales de la cuestión que se
debate. La ley de esta fecha ha dado fuer
za obligatoria al reconocimiento de la deuda
de la garantía, al interés capitalizado y á la
renuncia de la multa. Ha tenido por buenas
y valederas todas las pretensiones de la Em
presa, cerrando para siempre la discusión .
Antes de esta ley, sólo el P. E. había he
cho este reconocimiento expreso . Y aunque
era suficiente para obligar al Estado, care
cía, al fin y al cabo, de la sanción del H.
Congreso ; no tenía aún el sello aprobatorio
de la ley.
Pero después es imposible discutir. Cua
lesquiera sean los antecedentes, el Estado
debe la garantía , debe el interés compuesto ,
no tiene derecho á la multa, porque así lo
430

dijo el P. E., así lo dijo el H. Congreso, así lo


establece la soberana voluntad de una ley.
Hablar á estas alturas de falta de capital
de la Compañía, de la mala fé de sus ges
tiones, de la falta de contabilidad regular , de 1
cientos de pesos más ó menos en las cuen
tas, de la manera de formularlas, etc., etc.;
hablar de todo esto, lo repito, es disertar
sencillamente sobre historia antigua , muy
útil acaso por sus enseñanzas, pero absolu
tamente fuera de lugar y oportunidad en
el estudio del arreglo que está sobre el
tapete .
Eso es no conocer la cuestión en sus ac
tuales términos; eso es ignorar lo que se
tiene que discutir. ¿ Cómo cerrar los ojos á
la fuerza y trascendencia de los hechos con
sumados? ¿ O el tiempo ha corrido de balde ,
sin influencia en el viejo pleito ferrocarri
lero? ¿Por qué hemos de tener empeño en
conmover las soluciones firmes? Todas estas
cuestiones resueltas por la ley están bien
resueltas , porque la ley lo ha hecho. Pre
tender reabrirlas es ir contra la autoridad
de la cosa juzgada. Y plantear problemas
resueltos como verdaderos problemas podrá
servir para satisfacer una pueril vanidad,
á la vista de las multitudes profanas; pero
nunca, señor Presidente, nunca ilustrará nin
guna cuestión de Estado; nunca honrará el
talento, ni la visión del bien público ; nunca
acreditará capacidad para el Gobierno, pa
triotismo ni virtudes cívicas .
431

Estudiemos el arreglo desde el único pun


to de vista que se debe estudiar, con el único
criterio que cabe después del 26 de Setiem
bre de 1896. Y veamos si hay algo en él que
no sea de positiva ventaja. Me refiero á
las cláusulas que no están en la autorización
del P. E.
Aún á riesgo de cansar á esta H. Cáma
ra, fuerza es compulsar el convenio, artículo
por artículo, con la ley tantas veces récor
dada, que ha puesto término á todas las
controversias .
El proyecto de ley no consta más que
de dos artículos : el artículo 1.º, dividido en
incisos, que corresponden á los artículos del
convenio firmado; y el artículo 2.º, que es
de rúbrica, el Comuníquese al P. E. Así, pues,
si me refiero á incisos me refiero siempre
al art. 1º.
Dice el inciso 1.º que la Compañía hace re
nuncia á la garantía del seis por ciento y á
todas las cuentas provenientes de ella, liqui
dadas ó no liquidadas. Para ello el P. E.
no ha hecho más que uso de la autorización
que tiene. (Art. 1.º, inciso 1.º).
Por el inciso 2.º del mismo artículo del
proyecto, la Empresa renuncia á las tierras.
fiscales que debía entregarle el Estado por
las leyes de concesión y el contrato de ven
ta. Esta cláusula, señor Presidente, está ba
sada en la segunda parte del inciso 1.º del
art. 1.º de la autorización legislativa.
432

Debe mencionarse que es superior á lo


que está autorizado, como se verá adelante,
al compulsar el inciso 7.° del mismo artículo
del convenio. Hoy le entrega el Estado so .
lamente el asiento de la línea ; sin embargo
el P. E. está autorizado á entregar una faja
de veinte metros á cada lado de la vía á
contar del eje, es decir, una faja de cuaren
ta metros de ancho, fuera de las estaciones .
Por el inciso 3.º, art. 1.° del proyecto, la
Empresa se compromete á mantener firme y
seguro el ferro carril, á renovar y reparar
las estaciones y depósitos , á construirlos en
suficiente número, á aumentar el tren rodante,
de manera que no se interrumpa el tráfico
en ningún tiempo, ni se aglomeren en las
estaciones y vías los artículos y materiales
destinados al transporte. Este compromiso
no está en la autorización ; es una de las
ventajas que estamos discutiendo.
Por el inciso 4.° de este mismo artículo ,
la Compañía se compromete á conducir gra
tis las balijas de la correspondencia, lo mis
mo que á los portadores de las mismas, á
cobrar la mitad de las tarifas por los tele
gramas oficiales , por los pasajes de los em
pleados y los colonos, y por el transporte
de elementos de guerra y equipajes de los
colonos. Esta cláusula está conforme con
el artículo 10 de la autorización .
Por el inciso 5.° del artículo que estamos
examinando , del proyecto, se establece regla
para el pago de las cuentas de la Empresa.
433

Este inciso no tiene ninguna clase de im


portancia.
Por el 6.º el Estado renuncia á sus accio
nes de preferencia ; se desliga de la sociedad
y se desobliga de todos sus compromisos,
los cuales quedan á cargo exclusivo de ella ;
declara extinguidas todas las ventajas que
puedan corresponderle y desiste de toda re
clamación á que se creyere con derecho.
Esta renuncia á las acciones de preferencia .
está de acuerdo al inciso 2.º del artículo 1.°
y el artículo 3.º de la autorización legislativa.
En la cláusula está comprendida la extin
ción de la multa conforme al inciso 3.º del
citado artículo 1.º de la misma autorización .
Por el 7.º se reglamenta la extensión que
debe darse á la Empresa, de los terrenos
fiscales que ocupare la vía : el asiento de la
misma, de las estaciones y talleres. Los te
rrenos particulares deben ser expropiados
por cuenta de la Empresa .
Esta cláusula es mejor que la autorización .
Se basa en los artículos 11 , 12 y 13. Pero
el artículo 11 establece que la faja cedida
debe ser conforme á los planos aprobados, y
el inciso 1.º del artículo 1º dice categórica
mente que la faja debe ser de cuarenta me
tros por todo, fuera de las estaciones, ó sea
de veinte metros por cada lado de la vía, á
contar desde el eje de la misma .
Por el 8.º se establece una compensación
absolutamente ilusoria, porque no hay terre
nos fiscales á lo largo de la vía.
1

434

Por el 9.º se otorga la exención de los


impuestos fiscales y municipales por veinte
y cinco años . Exceptúase el eslingaje, el
cual será pagado por la Compañía, siempre
que haga uso de los muelles del Estado.
Esta cláusula está conforme al art. 9.º de
la autorización, con la ventaja del pago del
eslingaje .
Por el 10. se obliga á la Empresa á ha
cer la prolongación de la línea hasta Encar
nación . Esta es también una de las venta
jas que estamos discutiendo .
Debe advertirse que la prolongación es
por cuenta exclusiva de la Empresa, sin ga
rantía alguna . Es inútil buscar esta cláusula
en la ley del 26 de Setiembre de 1896.
Excuso hablar de la importancia de esta
cláusula. Satisface toda una aspiración na
cional. Ella se impone por sí misma.
El doctor Chaves ha dicho que llevar la
línea á Villa Encarnación es apenas cumplir
con una obligación . Hay que tener en cuenta
las condiciones, señor Presidente. La Empre
sa estaba obligada á llevar la línea á Villa
Encarnación sobre la base de 30.000 pesos
oro por kilómetro y el 6 % de garantía; aho
ra la Compañía va á hacer la prolongación
sin ninguno de estos requisitos , el precio ki
lométrico ni la garantía, ni ninguno de estos
elementos que tantos desagrados nos han
traido.
En la ley de Setiembre figura solamente
una facultad para el P. E. de contratar esta
435

prolongación. Era precisamente la causa por


la cual la Compañía ha negado su consenti
miento al arreglo Martínez-White.
Por el inciso 11 se dá á la Empresa el de
recho de construir ramales, en cualquier di
rección, por su cuenta; pero sin perjuicio de
la facultad que retiene el Estado de otorgar
las concesiones que creyere convenientes.
Esta cláusula está basada en el art. 7.0
inciso 1.º de la autorización legislativa. Y
tiene la ventaja de suprimir el derecho de
preferencia ó tanteo establecido por el inci
so 2.º del mismo artículo. Este derecho de
tanteo cerraba las puertas á cualquier otra
Empresa que quisiera traer capitales al Pa
raguay para emplearlos en ferro - carriles.
La Compañía, señor Presidente, hasta hace
poco exigía invariablemente este derecho de
tanteo. El Estado dá concesión ó autoriza
ción para construir ferro- carriles : era necesa
rio un término para que la Compañía del fe
rrocarril central, ésta que tenemos, optara por
tomar á su cargo la concesión ó expresara
que no la va á tomar, á fin de que el Estado .
pudiera darla á otras sociedades. Como se
comprende, esto es abrir un abismo entre el
capital que debe emplearse en ferro- carriles
y el territorio del Paraguay.
Pues bien, esta cláusula- abismo se ha su
primido, señor Presidente .
Por el 12 se fijan normas para la prolon
gación y los ramales.
436

Por el 13 se establece la intervención del


P. E. en las tarifas, de acuerdo al núm. 4 de
las reglas aclaratorias sobre las tarifas de la
sección de Pirapó á Encarnación . Me refiero
á la autorización legislativa.
Algunos de los señores diputados impug
nadores del proyecto han mentado demasia
do la intervención que debe tener el P. E.
en la fijación de las tarifas y á este propó
sito me permito recordar los distintos pape
les en los cuales el Estado se relaciona con
la Empresa.
Como garante de un capital empleado , se
relaciona por medio de un interventor; como
accionista, se relaciona por medio de un
agente financiero, que está en Londres y
de quien ha dicho alguien que no debía in
tervenir en el directorio, no sé por qué razón ,
porque si representa al accionista Estado ,
y nada menos que al poseedor de las accio
nes de preferencia, no veo yo por qué no
debe formar parte del directorio. El Estado
es un accionista cualquiera, es cierto, y co
mo tal tiene asiento en el directorio .
Pero sigamos con las tarifas.
Se me ha pasado, señor Presidente, men
cionar que también el Estado interviene co
mo autoridad pública, en ejercicio de la fa
cultad de policía que tiene en todos los tér
minos del territorio; pero esta intervención
no es la que tiene que mentarse en este mo
mento . La menciono simplemente para que
mo se crea que la he olvidado y porque al
437 ――

guien ha vuelto á preguntar si el Estado


intervenía en la fijación de las tarifas.
Sí, señor; el Estado interviene en ella por
ser garante del 6 % . Y tan es así, que esta
intervención cesa con la cesación de la garan
tía. Si de aquí á dos años cesa la garantía,
naturalmente debe cesar la intervención del
Estado en la fijación de las tarifas.
Entonces sí que cesaría toda intervención
por parte del Estado y no según está en el
convenio.
Eso de que, por ser una Compañía de
ferro - carril, debe intervenir el Estado en la
fijación de las tarifas, de una manera amplia,
absuluta, sin restricciones , me parece un poco
extraño ; tanto más cuánto que sólo con ella
se pretende hacerlo, habiendo como hay una
multitud de compañías ó sociedades que fi
jan voluntariamente sus tarifas , conforme
les convenga, de acuerdo á su criterio y sus
intereses.
Hasta aquí, hasta el presente, no sé que
ningún representante haya alzado la voz,
haya reclamado que se dé una intervención
al Estado en la fijación de las tarifas de
estas compañías, no obstante el monopolio
que algunas ejercen y los abusos que come
ten, en perjuicio del comercio de toda la
república.
Por el 14 se fija para el telégrafo de la
Compañía la misma tarifa que rige en el te
légrafo nacional, con el 50 % de rebaja para
438

la prensa y la bolsa de comercio. Esta es


otra de las ventajas que se discuten.
Por el 15 se declara derogado el artículo
13 de la ley del 22 de Setiembre de 1887 .
Este artículo se refiere al doble hilo del telé
grafo. El P. E. obró dentro de la autoriza
ción : artículo 1.° inciso 3.º
Los incisos 16 y 17 del proyecto crean la
obligación de someter á arbitraje todas las
cuestiones suscitadas entre el Estado y la
Empresa. En la autorización no se ha teni
do en cuenta este tópico importante para el
porvenir.
Aquí termina el texto del convenio. El ar
tículo 2.º, como ya lo he dicho, es el « Comu
níquese al P. E. » .
El asunto ferro carrilero abraza tres cues
tiones fundamentales:
1. Renuncia del Estado á las acciones de
preferencia y á la multa.
2. Renuncia de la Empresa á la garantía .
3.a Prolongación de la línea á Encarnación .
Las dos primeras cuestiones cardinales es
tán solucionadas conforme á la ley del 26 de
Setiembre de 1896. El convenio, pues, en
estos puntos es inconmovible. El P. E. ha
obrado de acuerdo á una ley vigente.
La tercera cuestión fundamental está ori
llada en términos notoriamente ventajosos.
Creo que nadie en el seno de la Represen
tación Nacional ha de levantar la voz para
oponerse á que el territorio sea cruzado por
ferro - carriles, porque así lo imponen los más
- 439

grandes intereses económicos y políticos de


la Nación. Como ciudadano paraguayo , lo
digo con entera convicción , me encuentro
satisfecho de que nadie haya levantado la
voz para impedir que se lleven ferro carriles
á regiones casi desiertas . Llevar la línea á
Encarnación es resolver muchos problemas
para la Nación . Intereses económicos y polí
ticos permanentes aconsejan unir á Encarna
ción con la capital.
Nunca la Empresa ha ofrecido mayores
resistencias á la renuncia de la garantía ,
acaso porque siempre la ha juzgado superior
á las fuerzas del deudor; pero nunca se ha
avenido á llevar la línea á Encarnación ,
quizás por falta de capitales, y quizás tam
bién porque tenga la seguridad de la exi
güidad de los rendimientos que debe dar
una línea que cruza comarcas casi desiertas
de Pirapó á la costa del Paraná ; porque no
basta, señor Presidente, la riqueza natural
del suelo para que un ferro - carril dé rendi
miento. Al suelo hay que agregar población ,
hay que agregar trabajo : ni población ni
trabajo hay en los desiertos, en los desiertos
remotos , distantes de todo centro de coloca
ción de los productos. Si, por ejemplo, al
guien quisiera llevar ferro - carriles al centro
del Chaco ¿ se dirá, porque el Chaco es
demasiado rico, que este ferro-carril hará un
gran negocio, cuando yo tengo la seguridad
de que por falta de población y de trabajo
este ferro-carril vá á una bancarrota segura,
-- 440

á una bancarrota cierta, consumada de ante


mano?
Es lo cierto que, por una razón ú otra, la
Empresa esta vez ha capitulado, dando su
consentimiento á un artículo que la obliga á
construir el ferro carril á Encarnación , por
su cuenta exclusiva, sin garantía alguna, con
la misma multa impuesta por el art. 6.º de la
ley del 22 de Setiembre de 1887.
Es difícil dar con la razón que aconseja
discutir una ventaja tan evidente. Cuando
uno mira sin apasionamiento, con el espíritu
limpio, libre de prejuicios , queda francamente
confundido ante el aparatoso desbordamiento
con que distinguidos ciudadanos , comunmente
muy juiciosos, combaten el arreglo con un
tesón digno de las causas más sagradas de
la patria. Todas estas energías , señor Presi
dente, debemos consumirlas en otras cosas,
acaso opuestas á la que en estos momentos
ocupa á la honorable representación nacional.
Encarada la cuestión desde el punto de
vista con que la estudio, creo que no hay que
hablar mucho , señor Presidente. La ley lo
dice y el P. E. lo cumple con una pequeña
ventaja que no es posible que niegue el H.
Congreso Nacional.
Yo hubiera dado por terminada aquí la
exposición , pero por las señales que se han
dibujado en la opinión pública, por los
diversos criterios que se han anunciado, y
por las argumentaciones empleadas, debo
declarar que también yo he estudiado esta
441

cuestión en la historia antigua, es decir, en


el período anterior á 1896.
Vamos á retrotraer, pues, las controversias,
al estado en que se encontraban antes de
dicha ley .
Esto es perder el tiempo, indudablemente ,
porque las suposiciones que hagamos no
enervan ni modifican los mandatos de la ley,
ni cambian el verdadero estado de las cues
tiones. Ello no obstante, vamos á hacerlo con
el mayor gusto, para demostrar que, aún
así, el Estado debe la garantía , debe el
interés capitalizado, no tiene derecho á la
multa y que la transacción hecha por el P. E.
es buena y conveniente á los intereses de la
Nación .
Empecemos de la garantía .
La garantía es una de las cuestiones más
debatidas del arreglo. Lo mismo fué en los
arreglos anteriores .
Para la mejor inteligencia de la exposición ,
conviene recordar el carácter esencial de la
garantía y la relación de derecho en que se
halla, conforme á la clase de capital á que
corresponde.
El señor diputado doctor Chaves ha ma
nifestado que se ha garantido simplemente
el interés de 6 % . Pretendo demostrar que
este criterio es absolutamente errado.
Las leyes de concesión hablan de garantía
absoluta.
¿Qué es lo que debe entenderse por garan
tía ABSOLUTA? ¿ Qué es garantía ABSOluta ,
442

señor Presidente? Tengo interés en subrayar


la palabra absoluta , en acentuar la frase.
El artículo 9.º de la ley del 14 de Julio
de 1888, dice textualmente : « La garantía del
Gobierno se pagará semestralmente y será
ABSOLUTA para cada sección de cincuenta
kilómetros, entregada al servicio público .
Esta ley se halla confirmada por la del
16 de Mayo de 1889. Repite, pues, que la
garantía es ABSOLUTA .
Una interpretación legislativa ha venido
á cortar toda cuestión.
El inciso 1.º del art. 1.º de la ley del 31 de
Julio de 1890 , dictada con el objeto de
interpretar las cláusulas relativas á la garan
tía, dice del modo más categórico que ella
« será pagada ÍNTEGRAMENTE » .
Es decir que el Estado debe pagar siem
pre el 6 % sobre el capital garantido ,
independientemente de cualquier incidente,
cuestión ó reclamación suscitada, con cual
quier motivo, por cualquiera de los contra
tantes, y cualquiera que sea la ganancia
líquida de la Empresa.
Razón tenía el doctor Zubizarreta en decir
que la garantía no es tal sino de nombre,
puesto que es la obligación clara y neta
de pagar una suma determinada, semestral
mente, durante veinte años » .
Es falsa, pues , la tesis de que el Estado
ha asegurado simplemente una garantía
líquida del 6 % al año ; según ella, la obli
gación consistiría en integrar este tanto por
443

ciento, abonando lo que falte al producto


líquido para completar el interés del 6 %.
Semejante tesis es contraria á la letra de
las leyes de concesión , á los términos del
contrato de venta y á las reglas de interpre
tación del 31 de Julio de 1890.
Garantía absoluta es, por lo tanto, garan
tía exigible íntegramente, con independen
cia de cualquier cuestión ó pretensión del
Estado, y con independencia también del
rendimiento que obtenga la Empresa, de la
explotación del ferro-carril.
Es por esta razón, señor Presidente, que
tenía que entregar la Compañía el 35 por
ciento de las entradas brutas. ¿Por qué?
Porque el Estado aseguraba una ganancia,
aseguraba pagar semestralmente una cierta
cantidad, que equivaldría al 6 por ciento del
capital empleado, á cambio de que la Em
presa, de sus entradas brutas, vaya reinte
grando lo que íntegramente ha pagado el
Estado.
Mirada desde el punto de vista del capi
tal , la garantía puede dividirse en tres clases :
1.ª 6 por ciento sobre $ 2.100.000 oro sella
do, precio de venta de la línea de la Asunción
á Villarrica.
2. 6 por ciento sobre $ 3.000.000 oro sella
do , precio legal de los 100 kilómetros de vía
de Villarrica á Pirapó .
3. 6 por ciento sobre $ 500.000 oro sellado,
capital suplementario.
444

Que se debe la garantía sobre el capital


suplementario, está fuera de discusión , señor
Presidente. La ha acordado la ley del 5 de
Julio de 1890, sin condición alguna, con ab
soluta independencia de las leyes de conce
sión y del contrato de venta. Es una garan
tía de gracia - insisto, señor Presidente, de
gracia- otorgada un año, un mes y trece días
después de haberse transferido el ferro -carril
por escritura pública .
Además, esta garantía ha sido reconocida
por la ley que ha aprobado el contrato de
Martínez -White. Ha sido también antes re
conocida por el P. E. en las cuentas pasa
das por la Empresa, por resoluciones del 20
de Julio de 1892 y 23 de Mayo de 1893.
Hay que tener en cuenta que esta garan
tía es poco simpática, no solamente mirada
desde el punto de vista de la ley que la ha
otorgado por gracia, sino por la humillación
que recuerda para el amor propio nacional.
Cien mil libras esterlinas lanzadas á la
subscripción, ó, mejor dicho, acciones por va
lor de cien mil libras, no han dado más que
50.000 libras. ¡Tal era el crédito del Paraguay
en el mercado del dinero! ¡ Y apenas un año
después del contrato de venta del ferro- carril !
Si alguna controversia cabe, en materia de
garantía, debe versar sobre la que se refiere
á las dos primeras clases.
Pero esta garantía se debe:
1.º Porque la estableció el art. 8. ° de la
ley del 22 de Setiembre de 1887.
― 445 ―

2. Porque la confirmó el art. 8.º de la ley


del 14 de Julio de 1888 .
3.º Porque la volvió á confirmar el art. 1.º
de la ley del 16 de Marzo de 1889.
4. Porque así lo expresa el art . 6.º del
contrato de venta del ferro- carril del 12 de
Junio de 1889.
5. Porque la garantía es ABSOLUTA , vale
decir, independiente de cualquier hecho ó
reclamación , ya del Estado, ya de la Empre
sa (art. 9.º de la ley del 14 de Julio de 1888,
art. 1.º de la ley del 16 de Mayo de 1889 y
art. 6.º del contrato de venta) .
0
6. Porque la garantía no se abonó sino
hasta último de Octubre de 1890 y la suspen
sión de las obras tuvo lugar en los prime
ros días de Agosto de 1891 , esto es , la sus
pensión sobrevino nueve meses después del
último pago de la garantía.
7. Porque aún en el falso supuesto de que
la suspensión de los trabajos pudiera tener
influencia en la exigibilidad de la garantía,
el P. E. la reconoció en las cuentas de la
Empresa, HASTA EL 31 DE OCTUBRE DE 1891 ,
por resolución del 20 de Julio de 1892, con
audiencia y conformidad del interventor
señor Cristian Heisecke. El art. 4.º de la re
solución ordena á la Contaduría General de
la Nación haga las anotaciones correspon
dientes . Y el 20 de Abril de 1893 hizo dichas
anotaciones en las cuentas de igual clase ».
A este propósito quiero recordar la im
portancia que tiene el informe del interven
446

tor señor Cristian Heisecke, leido por el


diputado señor Lara Castro .
El señor Lara Castro, como ya lo he dicho ,
desempeña hábilmente el papel de fiscal del
crimen, citando todos los antecedentes que le
convienen, que puedan favorecer su argu
mentación y guardándose para sí todo lo
que no le conviene.

Sr. Lara Castro - ¿Y el señor ministro


qué tal?

Sr. Ministro del Interior -Ha guardado


silencio sobre la conformidad del mismo in
terventor á las cuentas de garantía. Ha guar
dado igualmente silencio sobre el decreto del
P. E. que ha dejado sin efecto la resolución
á la cual ha hecho referencia.

Sr. Lara Castro - Lo he recordado una


vez.

Sr. Ministro del Interior - Soy un poco


frágil de memoria y no recuerdo haber oido
su cita.
El decreto dice: aprobar los balances de
las liquidaciones presentadas por encontrar
se con arreglo á la resolución del 16 del
corriente; en consecuencia devuélvanse estas
cuentas, etc., etc.
8. Porque el P. E. volvió á reconocer la
garantía por resolución del 23 de Mayo de
1893, aprobando la cuenta de la misma, HAS
TA EL 31 DE OCTUBRE DE 1892, de acuerdo
447 ―――

al parecer del Interventor señor Eleuterio


Correa y de la Contaduría General de la
Nación . Fueron ordenadas también las anota
ciones del caso .
Uno de los argumentos de los que impug
nan este arreglo se funda en el estado de la
contabilidad de la Empresa. Arguyen que no
merece fé la contabilidad, por no haberse
llevado en forma.
Es cierto que la contabilidad no estaba en
forma. En los antecedentes consta que el P.
E. ha recibido varias denuncias de sus in
terventores antes del año 1891. El mismo
gerente de la Empresa señor White lo ha
reconocido del modo más categórico por acta
del 31 de Enero de 1892.
Es indiscutible, pues, que la contabilidad
estaba mal, muy lejos de satisfacer las exi
gencias legales .
El Ministerio no comparece ante esta H.
Cámara á decir que la contabilidad estaba
bién desde el comienzo. El Ministerio viene
á traer los motivos de la transacción y á de
mostrar los hechos inconmovibles, buenos ó
malos, que le han servido de base, porque
han sido autorizados por los órganos com
petentes para la legítima representación del
Estado .
El P. E. hizo sobre esta cuestión un arre
glo que ha quedado inconmovible . El 31 de
Enero de 1892, después de laboriosa trami
tación, firmó el interventor de ferro - carriles
señor Cristian Heisecke, con el señor White ,
448 ――

director gerente del ferro - carril, un arreglo


que ha puesto término á la cuestión sobre
la contabilidad.
Por el artículo 1.° el señor White reconoce
que ha habido considerable negligencia, an
tes de Marzo de 1891 , en la manera de llevar
la contabilidad. Pero á su vez - insisto, señor
Presidente ―――― el interventor señor Heisecke
constata que, después de esa fecha, la con
tabilidad está llevada en debida forma.
Por el art. 6.° el gerente declara, y el in
terventor así lo confirma, que la contabili
dad de la Compañía ha sido transformada
ahora de manera á cumplir la resolución
del Gobierno de fecha 15 de Diciembre úl
timo (de 1891 ) , las disposiciones del Código
de Comercio y las indicaciones del señor in
terventor en sus varios informes al respecto.
Por último y esto es lo más grave - por
el art. 10 el interventor, después de haber
revisado la cuenta de garantía, afirma la
exactitud numérica de la misma.
El 6 de Febrero de 1892 el interventor so .
metió el arreglo suscrito á la aprobación del
P. E. y el 20 de Julio del mismo año, de
acuerdo al parecer del consejo de ministros ,
el Presidente de la República dictó un decre :
to aprobatorio del arreglo, por ser satisfac
torias las cláusulas del mismo .
Y el P. E. dió cuenta de esta extraña tran
sacción en mensaje del 16 de Agosto del mis
mo año, como puede verse en el archivo del
H. Congreso .
- 449

Los documentos constan en el anexo F de


la memoria del Ministerio del Interior, cor
respondiente al año 1891 .
Refiriéndose la memoria á las cuestiones
del Estado con la Empresa, dice en la pági
na 8.a que «tuvieron una solución amistosa
y satisfactoria, mediante un convenio pacta
do el 31 de Enero del corriente año » . La
memoria fué presentada en 1892.
Después de la transacción ó arreglo el In
terventor ha constatado que la contabilidad
« es llevada de acuerdo con la ley y con es
crupulosidad » . Véase el informe del inter
ventor señor Correa de fecha 9 de Marzo de
1893. Estas palabras están repetidas casi
textualmente en otro informe de fecha 19 de
Mayo del mismo año.
Debe admitirse, por tanto, dentro del dere
cho estricto cualquiera sea el hecho real ó el
criterio de cada ciudadano - que la contabi
lidad estuvo mal, pero que se ha compuesto;
porque así lo dice el interventor en un acto
transaccional, lo confirma el P. E. de aque
lla época, y todo lo elevó al H. Congreso
en su debido tiempo. Consta en documentos
oficiales .
¿Y ahora cómo desligar al Estado de su
compromiso? ¿ Cómo pretender deshacer lo
hecho, con el simple cambio de personas en
las funciones públicas? El Estado es siempre
idéntico á sí mismo . El Estado que arregló
la cuestión sobre la contabilidad, es el mismo
Estado que celebró la transacción de todas
----- 450

las cuestiones pendientes . ¿ Acaso el Estado


que hizo aquel arreglo no es el mismo Es
tado que en estos momentos discute la tran
sacción de todas las cuestiones pendientes?
Si ha habido infidelidad en los mandata
rios , lléveseles al banquillo de los acusados,
pero reconózcase la obligación nacida por
virtud de actos legítimos de la autoridad, en
legítima representación del Estado.
Y ahora, señor Presidente, pongamos la
mano sobre la conciencia y declarémonos á
nosotros mismos como hombres de bien, ha
ciendo cuenta de que estamos á puerta cerra
da, en una conversación confidencial. ¿Puede
negar el Estado, en buena fé, la deuda de la.
garantía con pretexto alguno , después de ha
berla reconocido positivamente por todos los
órganos competentes ? ¿Puede retroceder aca
so, retirando el reconocimiento otorgado por
dos interventores , por el P. E. y por el mis
mo Honorable Congreso ? ¿Hay alguna razón
de moral, de derecho, de simple conveniencia
que explique, ya que es imposible excusar ,
semejante atentado contra los derechos ad
quiridos? ¿ De qué valdrían entónces, señor
Presidente, los documentos públicos, las deci
siones legítimas de las autoridades constituí
das y la fé que debe merecer el honor de la
Nación?
No, señor Presidente . La deuda de la ga
rantía es indiscutible. La impone el derecho ,
la impone la moral, la impone la buena fé,
la imponen los intereses permanentes de la
451

Nación , los intereses superiores de la Repú


blica, los altos intereses nacidos antes que
nosotros y destinados á vivir mucho más
que nosotros, mientras alienten las últimas
generaciones del Paraguay.
Y este arreglo, señor Presidente, es con
veniente; más que conveniente, ventajoso.
Ya lo demostraré también en el lenguaje
severo é incontrovertible de los números.
Para qué hemos de hacer discursos de cor
te funerario, llenos de maldiciones, cuando
estamos frente á los hechos consumados, á
la desgracia indiscutible, á algo que ha caido ·
sobre nosotros con el poder del rayo .
Es pueril, señor Presidente, desatarnos en
lamentaciones ante el desastre cierto é irre
mediable. Demos la espalda á ese desastre y
marchemos hacia el porvenir.
EL INTERÉS COMPUESTO ¿Por qué gana
interés la garantía? Yo deseo acentuar la
cuestión : ¿Por qué gana interés la garantía?
Sabido es que la garantía no es tal sino de
nombre. En este recinto se ha invocado
muchas veces la alta y legítima autoridad de
uno de los maestros de todas las personas
que han pasado por los establecimientos de
enseñanza de nuestro país , el doctor Zubiza
rreta; he tenido el honor de ser su discípulo ,
soy el primero en prestar acatamiento á su
parecer. El doctor Zubizarreta dice : « es la
obligación clara y neta de pagar una suma
determinada , semestralmente durante veinte.
años ».
452

Si, vencido el semestre , el Estado no entre


ga el dinero á que se ha obligado, es natu
ral que debe abonar los intereses moratorios.
Este es un principio de legislación civil y
comercial.
Y no se arguya que falta la interpelación ,
porque la Empresa ha pasado invariable
mente toda la cuenta de garantía al fin de
cada semestre. Esto obra en los antecedentes .
Hay, pues, de un lado, la obligación de
abonar una cierta suma, periódicamente, en
plazo fijo , y de otro la interpelación al deu
dor. Hay, por tanto, mora. El Estado de
be el interés de la suma no abonada en el
plazo convenido
Los impugnadores del arreglo pretenden
equiparar la garantía al interés común. Tal
ecuación no existe.
El interés común es un accesorio del ca
pital; no es exigible sino con el principal.
De aquí que no se deba interés del interés
más que por convención posterior ó por sen
tencia no cumplida en su tiempo.
La garantía se rige por leyes especiales ;
tiene entidad propia ; es independiente del ca
pital, el cual no es exigible en ningún caso.
Nunca el Estado tendrá que pagar á la
Compañía ni el capital de compra, ni el de
prolongación , ni el capital suplementario .
Ello no obstante, está obligado á pagar al
fin de cada semestre, en concepto de garan
tía, una cierta suma fija, en razón del régi
men especial que ha creado el vínculo .
453

Esto es una consecuencia de la naturaleza


excepcional del anticipo denominado ga
rantía.
Siendo una obligación pura y simple, tie
ne su plazo y las modalidades de las obliga
ciones comunes, con los gravámenes de los
deudores morosos .
Olvidan los impugnadores este concepto y
pretenden someter la garantía á las reglas
ordinarias del derecho común, sin parar su
ficientemente la atención en los antece
dentes .
Como se sabe, me refiero á los hechos y
documentos anteriores á la ley del 26 de
Setiembre de 1896.
Invocan los adversarios la ley de 21 de
Febrero de 1872. En este recinto no he oido
invocarse todavía el artículo 623 del Códi
go Civil. Pero el doctor Zubizarreta lo ha
invocado en su informe. Doy, pues, por una
de las bases de la argumentación contraria
el mencionado artículo del Código Civil.
A mi juicio, estas leyes no son aplicables ,
por estatuir reglas para el interés ordinario.
Con todo voy á suponer lo contrario para
satisfacer á los demás .
¿Qué establecen estas leyes? La primera
que el Estado no debe pagar interés sino
en caso de convención; la segunda que el
deudor no debe intereses de los intereses
sino por convención posterior ....
¿No hubo convención acaso? Sí, la hubo .
La Compañía ha pasado invariablemente la
――― 454

cuenta de garantía cargando interés á los


semestres impagos , y el P. E. la ha recono
cido así, con audiencia y conformidad del
Interventor y de la Contaduría General de la
Nación, por los decretos del 20 de Julio de
1892 y 23 de Mayo de 1893 .
Adviértase que, cuando devolvió la cuenta
presentada, el P. E. á la Empresa, por de
creto del 16 de Mayo de 1893, las impugna
ciones versaron sobre otros puntos. No se
hizo reparo alguno de los intereses..
Si la Compañía propuso y el P. E. aceptó
¿cuál sería el requisito que falta para la
convención ?
No se diga que el P. E. no estaba autori
zado para ello. ¿ Por qué se callaron las cá
maras legislativas ? ¿ Por qué el silencio de
esta H. Cámara, cuando el hecho se publicó,
cuando se dió cuenta de él en las memorias
de los ministerios?
¿Y serían responsables los terceros de la
mala conducta de los gobernantes? Hablo
en tesis general . No abro juicio alguno so
bre ninguno de nuestros conciudadanos.
Yo sostengo que el Estado ha quedado
obligado . Si el acto es ilegal, el remedio no
consiste en negar el compromiso.
No quiero cerrar este capítulo de la dis
cusión, sin tocar otro punto de vista.
Las disposiciones legales en que se apo
yan los que combaten el interés de la garan
tía, no son absolutas ; por el contrario, ad
- 455

miten á diario las excepciones impuestas por


los casos especiales.
A menudo el P. E. tiene que pedir antici
pos á los establecimientos bancarios para
satisfacer servicios urgentes Y hasta ahora,
que sepa, ninguno ha discutido la facultad del
P. E. de abonar los intereses, no obstante la
vigencia de la ley del 21 de Febrero de 1872.
Y es que estos asuntos son especiales ; se
rigen por otras leyes. Encerrar al Estado en
la disposición prohibitiva, en términos abso
lutos , es expulsarlo del mercado, con desco
nocimiento de las reglas que lo rigen.
He hablado del interés de la garantía, con
el único objeto de seguir la discusión en
todos los terrenos .
Para el proyecto de arreglo este punto
está resuelto favorablemente. La ley del 26
de Setiembre de 1896 lo pone fuera de discu
sión . Y pronto vamos á ver con números ,
que es indiferente : no pesa en la balanza
ni para bien ni para mal. El arreglo es ven
tajoso, que la garantía tenga ó no tenga
interés .
LA MULTA - Siguiendo el propósito de re
trotraer las cuestiones al estado en que se
hallaban antes del 26 de Setiembre de 1896 ,
voy á decir también dos palabras sobre la
multa.
El artículo 6.º de la ley del 22 de Setiem
bre de 1887, obliga al concesionario á pagar
una multa de $ 8.000 o/ s. por cada mes de
retardo en la terminación de la vía.
1-1 456

La ley del 14 de Julio de 1888 modifica


la anterior. Dice terminantemente: Queda
modificada la ley del 22 de Setiembre de
1887 .... en la forma siguiente: refiriéndose á
la forma como queda el artículo 6.º, suprime
la multa.
Esta supresión es intencional. La ley fué
modificada á pedido del concesionario doctor
Stewart, y esta modificación fué recomen
dada por el P. E. Obra esto en los antece
-
dentes y en los archivos de este H. Con
greso.
La ley del 16 de Mayo de 1889 confirma
las anteriores, pero con las modificaciones.
Véase el artículo 1°.
Este criterio está robustecido por el silen
cio que ha observado el P. E. respecto de la
multa. Nunca ha pretendido, no diré cobrar,
ni hacer reconocer la deuda de la multa por
la Compañía. Todos los documentos están en
blanco sobre este importante rubro.
En la renuncia general y recíproca de las
reclamaciones está renunciada también la
multa, así en la ley de 1896 como en el con
venio que pende de la resolución de esta
Cámara.
Para mí, el asunto multa no tiene impor
tancia. Voy más : soy demasiado complacien
te; quiero que se pretenda esa multa con
interés. Voy un poco más aún: que el inte
rés sea compuesto. Doy, pues, de barato que
los impugnadores se apoderen de esa multa
y capitalicen esos intereses. Dentro de un
457

momento vamos á ver, que aún así, el con


venio nos es ventajoso .

Sr. Legal - Pediría un cuarto intermedio


para que se descansara un rato .

-- Apoyado.

Sr. Presidente -A votación el cuarto in


termedio solicitado por el doctor Legal .

- Mayoría.

Se pasa á cuarto intermedio y vue!


tos á sus asientos, dice el-

Sr. Presidente -- Continúa la sesión .

Sr. Ministro del Interior -- Continúo en


el uso de la palabra , señor Presidente.
Demostrado que el arreglo es bueno, indis
cutiblemente bueno, como transacción , ante
la ley escrita y el derecho que surje de los
antecedentes, vamos á abandonar el campo .
de las disquisiciones y penetrar en el terre
no de la realidad dura de los negocios del
Estado en relación con la Empresa .
Para satisfacer á todos los criterios, quie
ro hacer las suposiciones más extremas , á
fin de que nadie tenga el derecho de que.
jarse de que su parecer no se ha tenido en
cuenta. Hagamos las hipótesis :
1.a Todos los intereses se capitalizan se
mestralmente . El Gobierno no tiene derecho
á la multa.

458

2. Todos los intereses se capitalizan se


mestralmente. El Gobierno tiene el derecho
de cobrar la multa .
3. Todos los intereses son simples. El Go
bierno pierde la multa.
4. Todos los intereses son simples . El Go
bierno cobra la multa.
Estudiemos los balances conforme á cada
una de estas hipótesis .
Adviértase que la primera hipótesis y
consiguientemente el primer balance son los
únicos que están de acuerdo á la ley del 26
de Setiembre de 1896. Los demás no son
sino la traducción en números de los criterios
más antojadizos .
Yo suplico á la Cámara se digne tener be
nevolencia para con esta árida exposición ;
el asunto es tan grave que obliga á hablar
aún de aquello que fatiga el espíritu .
Los cálculos están hechos á 12 de Junio
de 1907 , es decir, a cierre del año de la ven
ta del ferro carril.
El ferro carril se vendió el 12 de Junio de
1889, y los balances están tomados á 12 de
Junio de 1907.
460

PRIMERA
INTERÉS COMPUESTO

Gobierno de la República en cuenta con

DEBE
1907
Junio 12 GARANTÍA :
6 o anual capitalizado por semestre des
de el 12 de Junio de 1889 hasta la fecha
sl. oss. 2.100.000
valor de compra del ferro-carril de Asun
ción á Villarrica.. 01s. 3.986.384
6 oo anual capitalizado por semestre des
de el 20 de Noviembre de 1890 hasta la
fecha s/. O[s. 105.000
costo de 3 1/2 kilómetros de vía á 30.000
ps. oss . 174.516
6 oo anual capitalizado por semestre des
de el 17 de Mayo de 1891 hasta la fecha
s/. os. 1.425.000
costo de 47 1/2 kilómetros de vía á 30.000
ps . ops. 2.259.782
6 o anual capitalizado por semestre des
de el 9 de Agosto de 1891 hasta la fe
cha sl. os. 1.470.000
5.100.000
costo de 49 kilómetros de vía á 30.000 ps .
ops. ...... 2.280.458
6 ojo anual capitalizado por semestre has
ta la fecha y que corresponde al capi
tal suplementario 741.922 9.443.062
TERRENOS
422 hectáreas á expropiarse por el Go
bierno, avaluadas en ps . 33.760 cpl . al
1190 010 2.836
9.445.898
461

HIPOTESIS
-SIN MULTA

la Empresa del Ferro- Carril Central

HABER

1907

Junio 12 ――――― GARANTÍA :


Abonada en Londres . 81.764
35 ojo de entradas brutas hasta el 31 de Octubre
de 1891 cedido á la Compañía s/. resolución del
P. E. del 16 de Mayo de 1893 y sus intereses
capitalizados por semestre hasta el 31 de Octu
bre de 1892 .. 121.557 $ 203.321

ENTRADAS BRUTAS
35 ojo de éstas acreditadas al Gobierno hasta la
fecha..... 995.986
INTERESES
600 anual capitalizado por semestre sobre
81.764 $ , desde el 1° de Noviembre de 1890 hasta
la fecha . 136.620
6010 anual capitalizado por semestre sobre
121.557 $, desde el 19 de Noviembre de 1892
hasta la fecha ..... 166.905
6 oo anual capitalizado por semestre sobre ps .
1.050.000, valor nominal de las acciones de pre
ferencia, del 12 de Junio de 1889 á la fecha..... 1.993.192
6 oo anual sobre las distintas partidas acreditadas
al Gobierno en concepto de 35 oro de entradas
brutas, capitalizado por semestre hasta la fecha. 477.792 2.774.509

DIFERENCIA QUE DEBE EL GOBIERNO O S. 5.472.082


9.445.898
462

SEGUNDA
INTERÉS COMPUESTO

Gobierno de la República en cuenta con

DEBE

1907
Junio 12 - GARANTÍA :
6 oo anual capitalizado por semestre, des
de el 12 de Junio de 1889 hasta la fecha
s/. os ....... 2.100.000
valor de compra de la vía de Asunción
á Villarrica .... $ 3.986.384
6 oo anual capitalizado por semestre, des
de el 20 de Noviembre de 1890 hasta la
fecha s/. o[s. 105.000
costo de 3 1/2 kms . de vía á 30.000 $
O[S . 174.516
6oo anual capitalizado por semestre , des
de el 17 de Mayo de 1891 hasta la fecha
s) . ois. 1.425.000
costo de 47 1/2 kilómetros de vía á 30.000
$ oss. 2.259.782
6 oo anual capitalizado por semestre, des
de el 9 de Agosto de 1891 hasta la fecha
s/. oss. 1.470.000
5.100.000
costo de 49 kilómetros de vía á 30.000 $
ois . 2.280.458
6 oo anual capitalizado por semestre y
que corresponde al capital suplemen
tario.... 741.922 $ 9.443.062
TERRENOS
422 hectáreas á expropiarse por el Go
bierno, avaluadas en $ 33.760 c/l . al
1190 o/o. 2.839
9.445.898
-- 463 -

HIPOTESIS
-CON MULTA

la Empresa del Ferro- Carril Central

HABER
1907
Junio 12 -- GARANTÍA :
Abonada en Londres o[s . 81.764
35 ojo de entradas brutas hasta el 31 de Octubre
de 891, cedido á la Compañía s/ . resolución
del P. E. del 16 de Mayo de 1893 y sus intereses
capitalizados por semestre hasta el 31 de Oc
tubre 1892 121.557 203.321
ENTRADAS BRUTAS
35 ojo de éstas acreditadas al Gobierno hasta la
fecha.... 995.986
MULTAS DE
8.000 $ ofs . mensual desde el 12 de Junio de
1894, en que venció el plazo de cinco años
para la terminación de la vía, suponiendo que
este término corra desde el día que se otorgó
la escritura de venta del ferro-carril - 12 de
Junio de 1889 - hasta la fecha . 1.248.000
INTERESES
6 oo anual capitalizado por semestre S/. 81.764
ops. desde el 1° de Noviembre de 1890 hasta
la fecha . 136.620
600 anual capitalizado por semestre s/. 121.557
ps . oro sellado desde el 1° de Noviembre de
1892 hasta la fecha .. 166.905
6 ojo anual capitalizado por semestre sobre 1.050.000
valor nominal de las acciones de preferencia,
desde el 12 de Junio de 1889 hasta la fecha.... 1.993.192
oo anual s/ . las distintas partidas acreditadas
al Gobierno en concepto de 35 o/o de entradas
" brutas capitalizado por semestre hasta la fecha . 477.792
600 anual acreditado al Gobierno por falta de
pago de las multas, capitalizado por semestre
hasta la fecha .. 634.930 3.409.439
DIFERENCIA QUE DEBE EL GOBIERNO OS. 3.589.152
9.445.898
464 --

TERCERA
INTERÉS SIMPLE

Gobierno de la República en cuenta con

DEBE

1907
Junio 12 GARANTÍA :

6 co desde el 12 de Junio de 1889 hasta


la fecha sl . o[s . $ 2.100.000
valor de compra del ferro-carril de Asun
ción á Villarrica ops. $ 2.268.000
6 ojo anual desde el 20 de Noviembre de
1890 hasta la fecha s/. 105.000
costo de 3 1/2 kilómetros de vía á 30.000
OIS. 104.335
ojo anual desde el 17 de Mayo de 1891
hasta la fecha s/. 1.425.000
costo de 47 1/2 kilómetros de vía á 30.000
ops. 1.373.937
6 ojo anual desde el 9 de Agosto de 1891
hasta la fecha s/. 1.470.000
5.100.000
costo de 49 kilómetros de vía á 30.000 $
ols . 1.397.235
6 ojo anual sobre capital suplementario
hasta la fecha ... 458.306 $ 5.601.813

TERRENOS

422 hectáreas á expropiarse por el Go


bierno, avaluadas en $ 36.760 c/l. al
1190 o[0...... 2.836 2.836

5.604.649
465

HIPOTESIS
-SIN MULTA

la Empresa del Ferro- Carril Central

HABER

1907
Junio 12 GARANTÍA :

Abonada en Londres .. 81.764


35 ojo de entradas brutas hasta el 31 de Octubre
de 1891 cedido á la Compañía s/ . resolución
del P. E. del 16 de Mayo de 1893 y sus intereses
simples hasta el 31 de Octubre 1892 120.755 $ 202.519

ENTRADAS BRUTAS

35 ojo de éstas acreditadas al Gobierno hasta la


fecha ... 995.986

INTERESES

6 ojo anual sobre 81.764 $ desde el 1º de No


viembre de 1890 hasta la fecha ... 81.518
6 ojo anual sobre 120.755 $ desde el 1° de No
viembre de 1892 hasta la fecha .... 105.901
oo anual sobre $ 1.050.000, valor nominal de
las acciones de preferencia, del 12 de Junio de
1889 á la fecha ..... 1.134.000
6 ojo anual sobre las varias partidas acreditadas
al Gobierno en concepto de 35 o/o de entradas
brutas.... 254.785 1.576.204

DIFERENCIA QUE DEBE EL GOBIERNO O'S 2.829.940


5.604.649
― 466

CUARTA
INTERÉS SIMPLE

Gobierno de la República en cuenta con

DEBE

1907
Junio 12 - GARANTÍA :

6 ojo anual desde el 12 de Junio de 1889


hasta la fecha s/. o[s. 2.100.000
valor de compra del ferro-carril de Asun
ción á Villarrica ..... $ 2.268.000
6 ojo anual desde el 20 de Noviembre de
1890 hasta la fecha s/. o[s. 105.000
costo de 3 1/2 kilómetros de vía á 30.000
ols. 104.335
6 ojo anual desde el 17 de Mayo de 1891
hasta la fecha s/. o[s. 1.425.000
costo de 47 1/2 kilómetros de vía á 30.000
O[S . 1.378.937
6 ojo anual desde el 9 de Agosto de 1891
hasta la fecha s/. o[s. 1.470.000
5.100.000
costo de 49 kilómetros de vía á 30.000
ops . 1.397.235
6 oo anual que corresponde al capital su
plementario hasta la fecha .. 458.306 $ 5.601.813

TERRENOS

422 hectáreas á expropiarse por el Go


bierno, avaluadas en 36.760 c/l. al
1190 ojo.. 2.836

5.604.646
467

HIPÓTESIS
-CON MULTA

la Empresa del Ferro - Carril Central

HABER

1907
Junio 12 -- GARANTÍA :
Abonada en Londres . 81.764
35 ojo de entradas brutas hasta el 31 de Octubre
de 1891 , cedido á la Compañía s/ . resolución
del 16 de Mayo de 1893 y sus intereses simples
hasta el 31 de Octubre de 1892 .. 120.755 $ 202.519
ENTRADAS BRUTAS
35 ojo de éstas acreditadas al Gobierno hasta la
fecha .. 995.986
MULTA DE
8.000 $ ols. mensual desde el 12 de Junio de 1894
en que venció el plazo de cinco años para la
terminación de la vía, suponiendo que este
término corra desde el día que se otorgó la
escritura de venta del ferro-carril - 12 de Junio
de 1889 - hasta la fecha.... 1.248.000
INTERESES
6 010 anual sobre 81.764 $ os . desde el 1º de
Noviembre de 1890 hasta la fecha .. 81.518
6 ojo anual s/. 120.755 $ os. desde el 1 de No
viembre de 1892 hasta la fecha .. 105.901
6 ojo anual s/. 1.050.000 , valor nominal de las
acciones de preferencia, desde el 12 de Junio
de 1889 hasta la fecha. 1.134.000
6 opo anual St. las distintas partidas acredita
das al Gobierno en concepto de 35 o/o de entra
das brutas hasta la fecha 254.785
6 ojo anual acreditado al Gobierno por falta de
pago de las multas, hasta la fecha . 483.600 2.059.804

DIFERENCIA QUE DEBE EL GOBIERNO . 1.098.340


5.604.649
468

Del examen de estos balances , señor Pre


sidente, resulta que el Estado tiene siempre
un fuerte saldo deudor, conforme se ve en
el siguiente esquema :

En la 1.ª hipótesis o/s $ 5.472.082


En la 2.a « < 3.589.152
En la 3.a « K < 2.829.940
En la 4.a << < < 1.098.340

Es decir que, en la hipótesis de que se


haga el arreglo conforme lo establece la ley
del 26 de Setiembre de 1896 , el Estado tiene
un saldo deudor de o/s . $ 5.472.082. Esto es
en el caso del interés compuesto sin multa.
Interés compuesto con multa: o s. $ 3.589.152 .
Interés simple y sin multa : o / s. $ 2.829.940 .
Interés simple con multa: o's. $ 1.098.340 .
Cualquiera que sea la hipótesis que se
pretenda, cualquiera que sea la suposición
que se haga, cóbrese la multa ó no se cobre,
sea compuesto el interés, sea simple el inte
rés; dando de barato que el interés no sea
compuesto, que el Estado tenga derecho á
la multa y aún la bonifique con interés ; en
cualquiera de los casos digo- el arreglo es
siempre ventajoso, porque en cualquiera de
los casos queda siempre á cargo del Estado
un fuerte saldo, muy superior al valor no
minal de las acciones de preferencia.
Hay que tenerse en cuenta que estos cál
culos están hechos á 12 de Junio de 1907.
Faltan todavía dos años para vencer el
469

término en que aún el Estado debe seguir


pagando intereses.
Por el arreglo en proyecto, en cualquiera
de los casos, el Estado sale ganancioso, por
que, en cualquiera de ellos, el Estado debe
más de lo que tiene en la Empresa. Y no
solamente se desliga de la deuda anterior ,
sino que también de la deuda que tiene que
venir por la fuerza de las leyes vigentes .
Si dentro del derecho el arreglo es bueno,
pues, que así lo establece una ley, se ve
también que, dentro de la justicia, de la con
veniencia, el arreglo es bueno y ventajoso .
Ahora pasemos á otro punto : el arbitraje .
Constreñidos á indicar algún camino , los
adversarios de la transacción preconizan el
sometimiento á arbitraje de todas las cues
tiones pendientes .
Para facilitar el juicio, voy á recordar al
gunos datos de la Compañía.
Por los estatutos el capital de la Compañía
tenía que levantarse por subscripción de
acciones ordinarias y de acciones de prefe
rencia. Hay que tenerse en cuenta que la
suma de todas las acciones , la totalidad de
las acciones era de 48.293 á 10 libras cada
una, ó sea 482.930 libras esterlinas . Las 21.000
acciones de preferencia eran posteriormente
destinadas al Estado, por el pago de la mi
tad del precio del ferro- carril. Las 27.293
restantes eran ordinarias para obtener el di
nero efectivo con que pagar la otra mitad.
Total 48.293 acciones . Es el caso de decir
470

que la Compañía, cuando se estableció, no


tenía dinero ni para empezar .
El consejo de la Compañía tenía la facul
tad de emitir hasta libras 1.500.000 en bonos
de garantía hipotecaria, sin consultar á la
asamblea general. De estos bonos fueron
emitidos libras 914.000 para el pago de los
100 primeros kilómetros de prolongación y
más libras 100.000 en concepto de capital
suplementario.
Total, 1.014.000 al 5 % de interés al año .
Pesan, pues, actualmente sobre la masa de
los bienes de la Empresa una deuda de
$ 5.070.000 oro sellado, y más $ 3.940.945 oro
sellado de interés , ó sea un total de $ 9.010.945
oro sellado á 12 de Junio del corriente año .
Una sociedad que ha pasado diez y ocho
años sin repartir un solo centavo de divi
dendo, que no ha pagado ni el interés de su
enorme deuda, es inútil que golpee á la
puerta del capital antes de arreglar las rui
dosas cuestiones que han dado al traste con
su crédito en el mercado europeo.
No quiero pasar sin recordar aquí lo que
ha dicho el honorable diputado señor Lara
Castro. El ha recordado unos dividendos
repartidos . Pues, era sencillamente el pago
de las primeras cuotas de garantía. La emi
sión de los debentures se ha hecho poco des
pués del 27 de Abril de 1889, de tal manera.
que cuando vino aquí el señor Valpy, en
representación de la Compañía , para pedir
su reconocimiento como sociedad legalmente
471

constituida en nuestro país, el cónsul del


Paraguay en Londres tuvo tiempo para ha
cerlo saber todo al Gobierno, como consta
de las comunicaciones que se encuentran en
los archivos del Ministerio.
El Estado no puede, pues, alegar igno
rancia. Es cierto que el contrato con los
señores Perry, Cutbil, de Lungo y C. , fué
firmado antes del reconocimiento de la Com
pañía en el Paraguay ; pero también es cier
to que el P. E. lo ha hecho todo con pleno
conocimiento de causa: aprobó los estatutos
y negoció con la Empresa , sabiendo el esta
do en que se encontraba, sabiendo las anti
cipadas deudas con que ha venido á nacer
á las leyes del Paraguay.
Y con estos antecedentes vayamos al arbi
traje .
Pero antes, señor Presidente, debo men
cionar que he oido decirse, no recuerdo por
quién, en són de crítica, que no se explicaba
cómo la Compañía, en sus estatutos, haya
podido establecer que se facultaba también
al directorio para incorporarla al organismo
político del Paraguay ó algo así ....
Sr. Lara Castro - Creo que por el regla
mento se prohiben las alusiones directas y el
señor ministro ha hecho una alusión directa
al señor ministro de Relaciones Exteriores.

Sr. Presidente- Nadie puede quejarse de


la falta de consideración como no sea el
mismo perjudicado .
― 472

Sr. Ministro de Hacienda - Y menos


por cuenta ajena, y menos aún el diputado
señor Lara Castro que necesita campear por
sus propios derechos y no por los ajenos.

Sr. Pérez (J. A.) — Y fué el señor diputa


do Lara Castro quien dijo eso.
Sr. Ministro del Interior - Después de
esta corta interrupción para dar lugar á un
chiste del diputado señor Lara Castro, con
tinúo, señor Presidente .
Vamos á suponer que el laudo condene á
la Empresa á pagar la multa y á llevar la
línea á Encarnación .
¿Y qué? Como se encuentra sin recursos
se impone la liquidación .
Fácil es hablar de la liquidación de una
Compañía de ferro carril ; pero la obra es
larga y costosa.
La venta de todos los bienes de la Em
presa no dará para cubrir sus deudas. El
ferro - carril pasará á manos libres, es decir ,
sin obligaciones con el socio Estado . Esto
significa pérdida de tiempo, pérdida de las
acciones de preferencia, de sus intereses, y ,
sobre todo, pérdida de la prolongación de
la vía á Encarnación .
Soñar con que el Estado podría hallar un
medio hábil para salvar sus acciones de
preferencia, es soñar un verdadero sueño .
Sobre todas las relaciones de los socios entre
sí, está la relación de la sociedad con los
terceros .
473 --

Los tenedores de los debentures son acree


dores de la Compañía y acreedores privile
giados .
Basta la calidad de terceros acreedores ....

Sr. Rojas- ¿Me permite, señor ministro ,


una pequeña interrupción?

Sr. Ministro del Interior - Cómo no ,


señor diputado.

Sr. Rojas - ¿ Qué ley de la República


acuerda el privilegio á los tenedores de de
bentures?

Sr. Ministro del Interior - Si el señor


diputado no está muy nervioso , le rogaría
me esperara un segundo que ya se lo voy
á decir.

Sr. Rojas- No estoy nervioso, ni tengo


porque estarlo, tanto como supone el doctor
Benítez ; estoy como para esperarle mucho
más todavía que un segundo.
Sr. Ministro del Interior - Muchas gra
cias ; es como siempre muy amable el señor
diputado .

Sr. Rojas - Y el señor ministro lisonjero , •


por no decirle también que es demasiado
amable.

Sr Ministro del Interior Decía que


bastaba la calidad de terceros acreedores
para que el socio Estado no pueda retirar
474

un centavo de la masa social, antes de ha


berse cubierto todos los créditos pasivos de
la sociedad, al tenor del artículo 442 del
Código de Comercio.
He dicho también que los tenedores de los
debentures tienen crédito privilegiado. Pres
cindo intencionalmente de su calidad de hi
potecarios , en obsequio á los adversarios que
la niegan, en el afán de salir airosos en la
demanda.
Los debentures fueron entregados á los
señores Perry, Cutbil, de Lungo y C.ª. , pre
cisamente como título de la obligación pro
veniente del suministro de materiales y la
construcción de la línea de Villarrica á Pi
rapó y su reparación de la Asunción á
Villarrica. Tienen, pues, privilegio sobre el
precio de venta de la obra, de acuerdo al
art. 3916 del Código Civil.
Y este privilegio es tal, que no cede más
que á los hipotecarios sobre el inmueble y
á los gastos funerarios y de justicia . Véase el
contrato entre la Compañía y los contratis
tas del 27 de Abril de 1889 , art. 22. Este con
trato consta en escritura pública .
Y no se invoque el hecho falso de que el
Estado tenga privilegio alguno sobre el
ferro - carril, en razón de las acciones de prefe
rencia. La Empresa ha pagado todo el pre
cio de compra; el Estado no es acreedor
por parte alguna del precio de la cosa ven
dida . El Estado no tiene crédito sobre el
ferro -carril; apenas es socio de la sociedad
475

anónima propietaria. Las acciones de prefe


rencia apenas dan la prioridad en las rela
ciones de los socios entre sí.
Es indudable, por lo tanto, que provocar
el arbitraje y la consiguiente liquidación es
hacer un negocio desastroso para el socio
Estado y para el país, aún en el mejor de
los supuestos. El primero pierde sus acciones
de preferencia y el segundo la prolongación
de la línea á Encarnación .
¿ Qué diremos para el caso de un fracaso
ante el tribunal arbitral, si el arbitraje es
desfavorable á las pretensiones del Es
tado?
He abusado demasiado de la atención de
la cámara y voy á terminar .
Resumen 1. El arreglo es indiscutible,
porque está conforme á una ley vigente. Lo
único no autorizado en él es la prolonga
ción de la línea á Encarnación .
2. Aún retrotrayendo las cuestiones al es
tado que tenían antes del 26 de Setiembre
de 1896, es bueno el arreglo, porque el Esta
do debe la garantía , debe el interés com
puesto y no tiene derecho á la multa.
3.º Dando de barato que el interés no sea
compuesto, que el Estado tenga derecho á
la muita y aún la bonifique con interés, el
arreglo es siempre ventajoso , porque siem
pre queda á cargo del Estado un fuerte
saldo, muy superior al valor nominal de las
acciones de preferencia.
476 ―

4. El arbitraje no conviene, porque, en


el mejor de los casos, lleva á la liquidación
de la Compañía .
5. La liquidación no conviene, porque fa
talmente lleva á la pérdida de las acciones
de preferencia y sus intereses y á la no
prolongación de la línea á Encarnación .
Sólo el que ha vivido vida paraguaya, se
ñor Presidente , en el ambiente caldeado de
nuestras luchas, conoce toda la trascendencia
de la vieja cuestión ferrocarrilera .
Es uno de los asuntos más ingratos para
el hombre público ; es un asunto tan ingrato ,
que ante él, señor Presidente , tiemblan aún
los espíritus más fuertes. Y sin embargo es
necesario llegar al monstruo y llegarle re
sueltamente, porque este monstruo tiene
agobiado á nuestro país y envenenadas sus
principales fuentes de prosperidad pública
y privada.
Es urgente darle algún corte. Es imposi
ble esperar. El ferro - carril se ha conver
tido en una faja que ciñe á la economía na
cional.
Acaso sea en este momento el peor ene
migo de nuestro progreso . ¿Cómo pensar,
señor Presidente, en producir cuando no hay
medios de transporte?
Inmensa cantidad de madera labrada se
pudre á lo largo de la línea en espera del
tren. Y el tren nunca llega ! El agricultor
no tiene depósitos ni wagones . Todos los
productos del trabajo, todos los productos
477

de los obrajes , de la agricultura, de todas


las industrias están muy lejos de la capital,
estando sin embargo sólo en Villarrica. Tan
lejos de la Asunción , mucho más lejos que
Buenos Aires!
Acaso sea paradógico decir que el estado
en que se encuentra el ferro- carril, es la
causa de muchos de nuestros males. Por su
mal servicio, pesa con peso de plomo sobre
el desarrollo económico del país. Y por es
tar trazada la línea , no pueden venir otras
empresas á explotar este negocio casi inex
plotado en el Paraguay.
Está muy lejos de ser nuestro ferro-carril
un eslabón en la cadena de los intereses
materiales. Por el contrario, es la causa de
nuestro aislamiento. El estado en que ve
geta es una propaganda contínua que aleja
cada vez más el capital que tiene que ex
plotar nuestras selvas, poblar nuestros cam
pos y conquistarnos del todo á los grados
superiores de la civilización .
Personalmente, no tengo ningún interés en
que se haga el arreglo ó no se haga de un
modo ú otro. Lo que urge es el arreglo . Es
toda una necesidad nacional. El P. E. ha
celebrado un convenio que cree ventajoso .
Toca á esta H. Cámara decir la última pala
bra.
De mi sé decirlo declaro con ingenuidad
-que no sé qué tengo en mi interior que
me impulsa, me grita á que yo propenda
al arreglo de está cuestión ; y lo hago con
478

toda el alma, con todo mi ser, persuadido


de prestar con ello un servicio á nuestra pa
tria. He terminado.

Sr. Riquelme - Pido la palabra.


El señor ministro del Interior ha devuelto
á esta Cámara el ambiente sereno que fuera
interrumpido inesperadamente esta mañana
por el señor ministro de Relaciones Exteriores,
haciéndonos oir su interesante exposición .
Por fuerza tengo que referirme antes á
algo muy personal que ha tocado no sé con
qué objeto el mismo señor ministro de Re
laciones Exteriores en su discurso de esta
mañana. Ha hecho referencia á ciertas reu
niones preliminares que han precedido antes
de ahora al arreglo de la cuestión ferro
carrilera .

Sr. Ministro del Interior - Me permite


una interrupción , señor diputado?

Sr. Riquelme--- Cómo nó .

Sr. Ministro del Interior - Me permito


suplicar al señor diputado, por intermedio de
la Presidencia, se digne levantar un poco
más la voz , pues no oigo absolutamente na
da. Que me perdone esta molestia.

Sr. Riquelme - Es usted muy cortés, le


complaceré, señor ministro .
En esas reuniones á que se ha referido el
señor ministro, en que, en horas de charla
amena, de cuando en cuando, se tocaba la
479

cuestión ferrocarrilera , se ha pedido la opi


nión de los amigos invitados. En aquella
ocasión se ha manifestado por todos los ami
gos que con la mejor buena voluntad se
acompañaría á los que tenían que arreglar
en una ú otra forma la cuestión ; pero no
se ha adelantado opinión de ninguna clase ,
porque desde luego era imposible en un
asunto tan complicado como es éste, y que
está ocupando ya dos días de sesiones de
esta Cámara, para que los honorables repre
sentantes se convenzan de su conveniencia
ó de su inconveniencia , que se haya podi
do entonces adelantar una opinión después
de algunas horas de charla amistosa.
Recién esta mañana he podido comprender,
señor Presidente, el objeto de aquellas reu
niones . Parece que se ha querido entonces
sorprender la buena fé del partidario y la
sincera conducta del amigo para exponerlo
hoy en esta Cámara como una razón en con
tra de los que impugnan el proyecto .
Restablecida así la verdad, señor Presi
dente, por lo que toca á esta alusión , debo
volver á la antecedente exposición del señor
ministro del Interior. Ha hecho una brillante
defensa de la conducta de la Empresa del
ferro - carril ……..

Sr. Ministro de Hacienda - No es cierto,


señor diputado.

Sr. Pérez (J. 4.) - No es cierto .


480

Sr. Riquelme -- Permítame , señor ministro .


....después de los primeros años en que se
han notado las primeras deficiencias de su
contabilidad. Lo ha dicho así el señor minis
tro del Interior.
Ha demostrado también , que los debentu
res son títulos privilegiados en la deuda que
tiene la Compañía. No solamente nos ha di
cho eso, señor Presidente , sino también nos
ha traido al recuerdo una ley del año 1896 ,
presentándonos como vigente todavía esa ley
que autorizó al P. E. á celebrar con el re
presentante de la Empresa del Ferro carril
Central del Paraguay, un convenio. Pero este
convenio, señor Presidente, tenía que ser, y
lo fué, de conformidad con las bases firmadas
el día 15 del mes de Junio de aquel año.
El Congreso del Paraguay autorizó este
arreglo, pero fué y lo es todavía, una ley sin
fuerza de ningún género, porque una de las
partes ha desestimado el convenio .
Yo preguntaría al señor ministro, por qué
no se exige entonces el cumplimiento de lo
que se estipula en ella?
Sr. Ministro de Hacienda - Una inte
rrupción , señor diputado .
Sencillamente porque la ley rige para no
sotros y no para la otra parte, y porque la
ley es obligatoria para la nación y no para
terceros ....

Sr. Rojas - De la misma manera que los


debentures.
-- 481

Sr. Ministro del Interior- Yo extraño


que esa pregunta la haga un señor diputado
que siempre ha dado pruebas de tener una
inteligencia tan clara . ¿ Cómo se vá á exigir
el cumplimiento de la ley á la Compañía si
la Compañía no la ha aceptado ? -La ley es
de autorización al P. E. Yo sostengo que el
P. E. está autorizado ahora, porque el señor
diputado sabe que, en derecho, las cosas se
hacen y se deshacen como se hicieron.
La ley se ha dictado por el Congreso . En
este caso se trata de una ley que ha llenado
todos los requisitos del procedimiento parla
mentario . El P. E. puede arreglar la cuestión,
conforme á sus términos, sin ulterior resolu
ción del Congreso .

Sr. Riquelme - Debo insistir, señor Pre


sidente, en que esta autorización acordada
al P. E. ha sido condicional....

Sr. Ministro del Interior - ¿Dónde está


la condición , señor diputado?

Sr. Riquelme -Está en la misma ley.


Sr. Ministro del Interior Entonces yo
solicitaría la lectura de la ley, porque en
ella no veo ningún término ni condición .

Sr. Riquelme - Voy á leérsela: (leyendo)


« Art. 1.° Autorízase al P. E. á firmar con el
representante de la Empresa del Ferro- carril
Central del Paraguay un convenio, de con
formidad con las bases firmadas el día
482

quince del corriente mes y año entre el se


for ministro del Interior don Angel M. Mar
tínez y el señor Henri Lewis White como
representante de la citada Empresa » .

Sr. Ministro de Hacienda ¿ Se fija tér


mino para el cumplimiento de esta ley?

Sr. Riquelme - No se fija. No ha sido


aceptada y con esto ha quedado sin efecto ....

Sr. Ministro de Hacienda - ¡ Pero señor


diputado, atienda más á lo que dice ! Vd . que
suele tener tan buen criterio, me extraña
que diga ahora semejante cosa.

Sr. Riquelme - Esta ley no fija término ;


pero con el hecho de que una de las partes
que se menciona en la misma, y en quien
debió surtir los efectos legales con su acep
tación, no la aceptó, ha caducado .

Sr. Ministro de Hacienda - No, señor.


¿Me permite una interrupción ?

Sr. Riquelme -- Sí, señor, todas las que


Vd. quiera.

Sr. Ministro del Interior - Permítame,


señor ministro de Hacienda.
He aquí cómo el diputado señor Riquel
me en el recinto mismo de las leyes susten
ta la doctrina peligrosísima de que un par
ticular puede derogar una ley del soberano
Congreso ....
――― 483

Sr. Riquelme -No es cierto que yo haya


dicho semejante cosa, como me atribuye el
señor ministro del Interior , de que un par
ticular pueda derogar una ley del Congreso
de la Nación .

(El Presidente agita la campanilla).

Sr. Ministro del Interior -....de que la


Compañía del ferro - carril, una persona par
ticular, pueda derogar, imponerse derogando
la voluntad de la nación, la ley del congre
so paraguayo. Es necesario que el señor di
putado lea mejor la ley por si no compren
de mejor y como es debido sus términos ....

Sr. Riquelme - Voy á leérsela, señor mi


nistro, para que pueda después darme la
razón .

Sr. Ministro dei Interior- No tengo ne


cesidad de que me la lea, porque la he leido
muchas veces y alcanzo perfectamente á
comprenderla ; muchas gracias.

Sr. Riquelme - Pero yo creo de necesidad


para el señor ministro que se lea, pues pa
rece que la ha olvidado ó la está confun
diendo con otra ley , tal vez ....

Sr. Ministro del Interior - Si quiere,


puedo repetírsela de memoria.

Sr. Riquelme - Puede que con su fragi


lidad de memoria la haya olvidado .
484

(Leyendo).

<<Autorízase al P. E. á celebrar con el


representante de la Empresa del Ferro-carril
Central del Paraguay un convenio , de con
formidad con las bases firmadas el dia 15
del mes de Junio del corriente año, (he aquí
la condición ) entre dicho representante y el
ministro del Interior, y con las modificacio
nes introducidas por el Congreso » .

Sr. Ministro del Interior - En seguida


están las bases firmadas por el ministro del
Interior y el representante de la Empresa .

Sr. Riquelme -Pues precisamente es que


iba á decir .....

Sr. Ministro del Interior - Esas bases


constituyen parte integrante de la ley .

Sr. Riquelme - Son esas bases las que no


han sido aceptadas por el Directorio.

Sr. Ministro del Interior Por lo tanto


¿está derogada la ley? ¿por qué el Directo
rio no haya aceptado las bases, ha dejado de
ser una ley vigente?

Sr. Riquelme - De manera que esta ley


la vamos á hacer aparecer en los momentos
en que únicamente convenga su aparición.
Se ha visto en la práctica que no ha de
pendido del Gobierno del Paraguay la im
posición de esta ley, no ha tenido efecto de
485

ninguna clase. Es una ley que ha sido su


peditada por la voluntad del Directorio de
la Empresa del Ferro-carril. Por esta razón
es que no ha tenido fuerza de ley.

Sr. Ministro de Hacienda -- No ha po


dido tener ejecución . Confunde el señor Di
putado la ejecución con la vigencia de la
ley. Es ejecución lo que no ha podido tener.

Sr. Riquelme - Precisamente porque no


se ha podido ejecutar....

Sr. Ministro de Hacienda - Es decir, el


P. E. no ha podido hacer uso de la dispo
sición; pero desde que la ley no tiene tér
mino, puede hacerse ese arreglo mientras
la ley subsista, y para que no subsistiera
más era necesario que fuera derogada, que
el Congreso dictara otra ley.

Sr. Riquelme Entonces para qué se ha


sometido este arreglo al Congreso?
Sr. Ministro del Interior - Por las ven
tajas del arreglo .

Sr. Riquelme - Según el criterio ministe


rial.
Continúo, señor Presidente.
Es lo cierto que estamos en presencia de
una cuestión que ha tenido la rara virtud
de hacer conocer muchas actitudes . En otras
épocas, en momentos análogos á este, en que
se sometía á la deliberación de la Cámara
486

el arreglo de la cuestión ferrocarrilera, tam


bién se manifestaron impugnadores y defen
sores del arreglo transaccional y es así que
la verdad era disputada en todas las formas
y colocada, á veces, del lado del Estado y
otras veces del lado de la Empresa, según
eran las circunstancias en que actuaban de
fensores é impugnadores .
Pero al correr de los tiempos, señor Pre
sidente, se ha modificado el criterio con que
se discuten los derechos del Estado y los
de la Empresa, cuando también cambiaron
de escenario la actitud de ciertos hombres,
y así nos encontramos hoy en presencia de
un fenómeno extraño que nos hace ver, con
armas de combate, á hombres que se han
solidarizado con quienes , antes de ahora,
han prestigiado arreglos más ó menos idén
ticos, y vemos también á otros hombres que
han impugnado ese mismo arreglo, presti
giando hoy una forma de solución parecida ,
con el mismo entusiasmo con que antes la
combatían .....

Sr. Pérez (J. A.) — ¡ Qué argumento de hie


rro en contra del arreglo !

Sr. Riquelme. ¿Qué significa esto ,


señor Presidente ? ¿O es que al tener que
considerarse esta cuestión, no es posible, ó
no han podido , los que intervinieron en ella ,
sustraerse á ciertas influencias políticas, que
hacían inclinar la palabra y el voto, del la
487

do que no aconsejaban ni las convicciones.


honradas ni el criterio, libre de insanos pre
juicios?
No quiero calificarlos, señor Presidente,
porque no es el momento, no es la oportu
nidad de hacerlo. Si me he referido á este
fenómeno, raro por cierto, que ha manifes
tado tantas inconsecuencias, ha sido única
mente para advertir el lado peligroso que
ofrece y ha ofrecido siempre esta cuestión
en la que parece que en todos los casos ha
prevalecido poco el espíritu de sincera de
fensa que merecen los intereses del Estado .
Se ha querido traer á esta Cámara argu
mentaciones de otras épocas y otros hombres
para combatir este proyecto, lo cual impor
ta un grave peligro, señor Presidente, por
que corremos el riesgo de no encontrar ba
ses sólidas en estas argumentaciones, pués
es difícil precisar si los que combatieron en
otras épocas este arreglo han estado entón
ces en el error ó si están hoy en la verdad
los mismos que prestigian un arreglo seme
jante ....

Sr. Rolón (P. T.) ·―――― Se me ocurre lo si


guiente: que el señor diputado acostum
bra ir tras de las opiniones agenas. Ahora,
no encontrando una opinión propia, ha echa
do mano de las agenas sin haber podido
hacer comprender las ventajas ó desventajas
de este arreglo, y en eso estamos . Creo que
sería bueno que se discuta y se procure de
488

mostrar si es bueno ó nó el arreglo , antes


que divagar inútilmente.

Sr. Riquelme- El honorable cólega , ama


ble como siempre, puede tener todas las ocu
rrencias y cuantas se le vengan en gana,
pues á la Cámara muy poco importa que
se le ocurra ó no se le ocurra nada, porque
con ocurrencias como éstas, tampoco podre
mos llegar á probar las conveniencias ó des
ventajas del proyecto de arreglo.
Señor Presidente, dice el señor diputado
precisamente lo contrario de lo que estoy
sosteniendo: digo que no debe hacerse uso
de las argumentaciones de otras épocas y
de otros hombres. Creo que he dicho así,
señor diputado .
De aquí que esta cuestión hay que estu
diarla con un criterio exclusivamente propio,
con toda independencia, mirándola, tal como
se ha dicho, como una cuestión nacional
más que como arma política. Así afrontare
mos todos nuestros votos sin influencias ex
trañas de ningún género, sea de personas ,
de círculo ó de partido .

Sr. Rolón (P. T.) -Y así hacemos.

Sr. Riquelme - Así hacemos, ó debemos


hacer.

Sr. Rolón (R. T.) - Así hacemos , señor


diputado.
489 -

Sr. Riquelme - Colocados en este terreno


no tendremos mañana, cuando los efectos
de la aprobación ó del rechazo de este con
venio nos hagan ver la realidad de los he
chos, necesidad de buscar justificación á
nuestra conducta anterior.
Yo por mi parte, para el voto que voy á
dar sobre este convenio, no me guía sino
una convicción exclusivamente personal, sin
fijarme para nada ni en los hombres que
prestigian este proyecto, ni en los que lo
impugnan, sino en los altísimos intereses
que van en él comprometidos .
Yo comprendo, señor Presidente, que todos
los representantes estamos en el leal deber
de colaborar para la solución pronta de esta
cuestión; pero este deber tampoco nos debe
llevar hasta el extremo de transigir con un
corte en el que, con el propósito de zanjar
este diferendo importante para el Estado ,
lleguemos á renunciamientos onerosos.
El señor ministro del Interior nos ha hecho
conocer cálculos minuciosos sobre esta cues
tión, señor Presidente . Pero discutir este
asunto con números no me parece , por más
elocuentes que sean éstos, que sea el mejor
camino para llegar á un convencimiento sin
cero. No he escuchado, señor Presidente, dos
cálculos iguales en este asunto del ferro- carril :
cada impugnador, cada defensor del proyec
to nos ha hecho conocer sus cálculos , amol
dándolos exclusivamente á sus argumenta
ciones . De aquí que han sido todos ellos
490

distintos, según sea el punto de partida de


donde se hayan tomado rumbos para los
cálculos .

Sr. Pérez (J. A.) -Me permite una inte


rrupción?

Sr. Riquelme - Si , señor diputado Pérez .

Sr. Pérez (J. A.) - A fin de no alargar


la cuestión con vaguedades é ir al fondo de
ella, quiero que el señor diputado me demues
tre la inexactitud de los números y de los
cálculos que ha hecho el señor ministro del
Interior, porque es en esta forma que debe
mos discutir, y me extraña que ....,

(Murmullos en la barra. El Presidente


agita la campanilla).

Sr. Pérez (J. A. ) Me extraña que el


señor diputado diga que no es con nú
meros....

(Murmullos en la barra. El Presidente


agita la campanilla).

Sr. Pérez (J. A. ) - Déjelos, señor Presi


dente, que hagan todas las manifestaciones
que quieran; yo vengo con la convicción
profunda de que quiero defender los inte
reses del país, con el mismo interés con que
lo combaten los de la oposición . Déjelos que
griten, déjelos que nos infamen, no importa;
491

la posteridad, algún día , juzgará nuestra


actitud y ella tal vez nos agradecerá.
Continúo, señor Presidente.
Es necesario , digo, que en esta cuestión
nos concretemos á los números y se demues
tre con ellos cuáles son los intereses , las con
veniencias del Estado y las sumas que, se
gún los impugnadores, va á perder con la
aceptación de este arreglo, fijadas en núme
ros redondos . Porque ¿ á qué venir á discutir
esta cuestión diciendo que en este negocia
do, el Gobierno del general Caballero, por
ejemplo, ha cobrado 10.000 libras como prima
y que el doctor Zubizarreta ha recibido por
su parte tantas libras de parte de la Empre
sa, cuando todo eso ya lo sabemos?
Por eso le pido al señor diputado que nos
demuestre con números la inconveniencia de
este arreglo. Es necesario que nos diga : El
Estado pierde tantos millones de pesos y,
con este arreglo, destruye los intereses del
país , su porvenir. Aquí está la prueba, aquí
están los números .
Es así como se debe discutir .
De esa manera, declaro con toda franqueza
que he de negar mi voto al proyecto.
Termino agradeciendo al señor diputado
su atención.

Sr. Riquelme - De nada .


Yo no he dicho que repudio los números;
al contrario, he dicho que son muy elocuen
tes, pero he dicho también que ese no era el
492

mejor camino para llegar al mejor resultado .


El señor diputado, ó cualquier otro, puede
tener una opinión distinta . Yo, por mi par
te, no he hecho sino leer la ley de concesión
y las otras leyes posteriores dictadas en dis
tintas épocas, con otros tantos decretos, y
me he encontrado, señor Presidente, con que
el Congreso del Paraguay ha autorizado
una sociedad en la que, desde el primer mo
mento, la mala fé por un lado, del lado de
la Empresa, y la ineptitud por otro lado,
del lado del Gobierno, han complicado de
tal manera esta cuestión , que ha hecho im
posible toda armonía entre los asociados .
Transferido el dominio del ferro carril
en la forma ya conocida , la Empresa em
pezó por buscar todo género de inciden
tes, que para mí no tuvieron otro propósito 1
que explorar las energías y las aptitudes
del Gobierno de entonces para cuando se
presentase una desavenencia, que muy pron
to, por lo visto, iba á ser presentada al Go
bierno, cuidándose siempre la Empresa de
sacar, de favorecer, mejor dicho, sus intereses
con la credulidad de los hombres de en
tonces. Siguiendo por este . camino , contra
riando siempre los términos claros de la ley
de concesión , la Empresa acentuó tanto su
procedimiento que en el año 1891 , lo ha di
cho también el señor ministro , la Contaduría
General de la Nación ha tenido que exigirle
el ingreso de los 35 % de las entradas bru
tas que le imponía la ley.
493

En esa misma época, el interventor oficial


denunciaba otras faltas no menos graves.
Denunciaba las deficiencias de la contabi
lidad : que en el libro « Diario » no había
asientos desde años anteriores ; que las ope
raciones del ferro- carril se anotaban en pa
peles sueltos, en un borrador de « Caja » ,
atrasado también; que faltaban asientos que
hicieran referencias al capital del ferro - carril ;
que no tenían el libro inventario prescripto
por el Código de Comercio y otras muchas
irregularidades .
En esa misma época se comprobó tam
bién, por la intervención oficial, el mal es
tado de la línea, la falta de tren rodante,
y otras tantas faltas que han producido una
nota de protesta de todo el comercio de
Asunción .
Así se inició uno de los socios .
Fué también en el año 1891 que el P. E.,
haciendo uso de los términos de la ley de
concesión, firmó un decreto para que se so
metiera á un tribunal arbitral todas esas
cuestiones pendientes , suspendiendo al mismo
tiempo el pago de la garantía hasta que el
tribunal arbitral diese su fallo.
La Empresa, á quien molestó seguramente
este decreto del P. E., se apresuró á pedir
una prórroga y á separar al Gerente que
entonces administraba los intereses de la
Compañía, buscando así entorpecer inmedia
tamente los efectos de aquel decreto . Reem
plazó al Gerente señor Gray con el señor
494 ---

White quien trajo las instrucciones necesarias


para dar al Gobierno todas las explicaciones
que constan en el convenio Heisecke -White
que todos conocen. Apesar de estas explica
ciones que confirmaron plenamente todas
las irregularidades denunciadas, todas las
faltas de la Empresa, aquel Gobierno que
tuvo un momento de buen sentido y de
energía, dejó sin efecto el decreto de cuyo
cumplimiento tal vez hubiera dependido evi
tar todas las cuestiones posteriores .

Esta complacencia del P. E., para no lla


marla de otra manera, mejor dicho, para no
penetrar en las verdaderas causas que hayan
exigido que este decreto quedase sin efecto ,
á esta complacencia siguieron otras tantas
concesiones graciosas para el ferro -carril y
empezaron después á formularse recíprocos
cargos por faltas cometidas, que se atribu
yeron el Gobierno y la Empresa.
He hecho someramente referencias á estos
puntos, señor Presidente, para no repetir
demasiadas veces lo que hemos estado es
cuchando ya en este recinto , y lo he hecho
únicamente con el propósito de hacer cono
cer que para mí, la Empresa, desde los pri
meros años , se ha colocado en un terreno
completamente desfavorable, y que el Es
tado, á pesar de las torpezas, de las debili
dades - llámese como se quiera, señor Presi
dente de sus gobernantes pasados, está aún
en condiciones de obtener mejores ventajas ,
495 ―――

sometiendo esta cuestión , de acuerdo con la


ley, á los árbitros .
El señor ministro del Interior nos ha que
rido demostrar que en el arbitraje el Estado
estaría en peores condiciones . Es natural,
señor Presidente .

Concediéndole á la Empresa todos los de


rechos , que yo los considero para el Estado ,
es natural que el arbitraje será para éste
completamente perjudicial.
Pero la Empresa no ha entendido así se
guramente, pues desde mucho tiempo antes,
y siempre, ha repudiado esta forma, la del
arbitraje, para deslindar las posiciones de
los dos socios , y es así que, buscando siem
pre defender sus intereses, ha preferido y
prefiere el arreglo transaccional, para lo
cual ha encontrado siempre muy buena dis
posición en todos los Gobiernos anteriores
cuyos errores estamos mentando á cada paso.
Volvamos las espaldas á esos errores y
miremos el porvenir, nos ha dicho el señor
ministro del Interior.

Perfectamente. Volvamos las espaldas á


esos errores y miremos el porvenir, pero
mirémosle con el propósito de corregir todos
esos errores, y no solidarizándonos con ellos,
aceptando y defendiendo el mismo tempera
mento de entonces, con este arreglo tran
saccional, que yo reputo completamente per
judicial para los intereses del Estado.
- 496

Sr. Pérez (J. A.) — ¿Y cuál sería la forma


de arreglo, señor diputado ? Disculpe la in
terrupción . Quiero que Vd . se sirva darme
la forma de la solución .

Sr. Riquelme- Esta forma de arreglo,


transaccional no ha sido aplaudida sino por
los tenedores de bonos hipotecarios, por
que estos son los que más directamente re
sultan beneficiados con el arreglo , porque
este convenio, más que un arreglo con la
Empresa, es un arreglo con los tenedores
de debentures.

Sr. Ministro de Hacienda - Que son los


acreedores .

Sr. Riquelme ....y ese aplauso intere


sado, señor Presidente, de los tenedores de
debentures nos está diciendo bien claro que
en este convenio que se presenta á la con
sideración de la H. Cámara de Diputados
se defiende con mucha más preferencia los
intereses extraños que los intereses del Es
tado.
Por estas consideraciones, declaro , señor
Presidente, que voy á dar mi voto en con
tra del convenio firmado por el P. E. y con
siderado en este momento por la H. Cámara
de Diputados . He terminado .

Sr. Chaves - Pido la palabra.


Esta mañana los que impugnamos el pro
yecto hemos sido calificados como adver
497 -

sarios del capital inglés y esta tarde el se


ñor ministro del Interior nos ha dado otra
calificación: adversarios de la prolongación
de la línea.

Sr. Ministro del Interior --No, señor di


putado . He dicho otra cosa . He dicho que
no creía yo que aquí en el recinto de la re
presentación nacional hubiese uno solo que
vote en contra de la prolongación de la línea.

Sr. Chaves - Si yo no refutase la argu


mentación brillante (por qué no decirlo ) del
señor ministro del Interior, estaría á punto
de creerme, yo mismo, contrario á los capi
talistas ingleses y adversario de la prolon
gación de la línea. Necesito, pues, refutar
esa pieza que nos ha leido el señor ministro,
pieza importante por su fondo y por su
forma. Yo he de procurar hacer esta refuta
ción con la misma moderación, con la misma
cultura, aunque no con la misma brillantez
de dicción .
Me alegro que las observaciones por mí
hechas en la primera exposición sobre los
poderes de los señores Smith y Rodríguez ,
hayan sido subsanadas á tiempo por el P. E.,
mediante los documentos que el señor minis
tro nos ha exhibido y que prueban que no
existe el peligro que había mencionado de
ser este arreglo ad- referendum respecto de
la Empresa para con los accionistas y que
por consiguiente no es probable ni posible
498

que se repita el suceso de 1896, en que la


resolución del Poder Legislativo aceptando
las bases del arreglo White-Martínez sufrió
un agravio por parte de los accionistas.
Me he referido también al domicilio, por
que creo que éste es un punto importante
no solamente para fijar exactamente la ju
risdicción competente sino para regular_las
relaciones y vínculos jurídicos entre la Em
presa y el Estado.

Es sabido que el domicilio como asiento


legal, como asiento jurídico de las personas
ó sociedades, establece la jurisdicción dentro
de la cual han de hacerse efectivas todas las
responsabilidades contraidas por estas perso
nas y estas sociedades ; pero si por este lado
el punto es importante, por otro aún lo es
mayor y envuelve para nosotros una cuestión
de dignidad nacional.
Las sociedades anónimas no pueden equi
pararse á las personas naturales. Necesitan
del domicilio para poder decirse que esas
sociedades anónimas están radicadas , ó me
jor dicho, nacionalizadas. Está bien que las
sociedades anónimas se formen en Londres,
en Alemania, en todas partes del mundo , con
el objeto de beneficiar á los capitales que
aportan; pero cuando esas sociedades se or
ganizan fuera de nuestras fronteras ha me
nester que el Estado las nacionalice cuando
tengan que venir al país á explotar un ne
gocio, como es el negocio ferrocarrilero .
499 -

Sr. Lara Castro - Señor Presidente, pido


la palabra .
Un momento, para una moción previa.
Siendo la hora bastante avanzada, pues
son las seis de la tarde, yo hago moción
para que se suspenda la sesión de este día
y se continúe mañana á la hora reglamen
taria; yo creo que hemos devengado la jor
nada máxima de los obreros : ocho horas.

Sr. Presidente - ¿ Está apoyada la moción


del señor diputado Lara Castro?

-Apoyada.

Sr. Presidente-¿ A qué hora decía?


Sr. Lara Castro - A la hora reglamen
taria.

Sr. Pérez (J. A.) Entiendo que la Cá


mara se ha declarado en sesión permanente .
De manera que corresponde que la Cámara
continúe su sesión de mañana .

Sr. Lara Castro - Está bien, estoy con


forme.

Sr. Presidente- Voy á poner á votación


la moción del diputado señor Lara Castro ,
para que se suspenda la sesión y continúe
mañana á las 8 y 1/2 a. m.

A votación .-- Mayoría.

-Se suspende la sesión siendo las


6 p. m .
500

XXXVIII
Sesión del día 19 de Julio de 1907
(Extraordinaria )
Presidencia de don Pedro P. Caballero
SUMARIO :
-Termina la discusión sobre el proyecto de arre
glo con la The Paraguay Central Railway Company
Limited, aprobándose la sanción del Senado, sin
modificación.
PRESENTES En la ciudad de la Asunción , á los
19 días del mes de Julio de 1907,
Rolón (P. T.)
González reunidos en su sala de sesiones los
Legal diputados anotados al margen, y es
tando presentes los ministros del
Pérez (G.)
Molina Interior, de Hacienda, de Relaciones
Exteriores , de Justicia, C. é I. Pú
Rojas
Lara Castro blica y de Guerra y Marina, el pre
Chaves sidente declara abierta la sesión,
siendo las 9 a. m.
Rolón (F.)
Pérez (J. A.)
Báez
Talavera -Se aprueba el acta de
Rodas la sesión anterior.
Amarilla
Entrados después
Carreras Sr. Presidente - Continúa
Ayala la discusión del proyecto de
Cardús Huerta arreglo ferrocarrilero.
Riquelme
Perasso Sr. Chaves - Pido la pa
Porta Bruguez labra . Voy á procurar , se
Corvalán ñor Presidente, resumir todo
- 501

Sosa cuanto tengo que decir como


Arbo contestación ó refutación á
la exposición del señor mi
AUSENTES
nistro del Interior, conside
Benegas rando que este asunto va
Yakisich tocando ya á su término.

El domicilio que el Estado y la Empresa


fijaron para los efectos del contrato que am
bos suscribieron sobre el ferro- carril, no se
ha cumplido por parte de la Empresa, pues
no fija, en la capital , su domicilio . Lo fija en
Londres.
Esta omisión ha originado varias dificul
tades y contrariedades para el P. E. mismo
y para el país. Así es cómo la contabilidad
se ha truncado : una parte en la Asunción y
la otra en Londres, sin que el examen de
ella en Asunción sea suficiente por tal mo
tivo, para enterarse perfectamente de la mar
cha y de las distintas operaciones que rea
liza el ferro- carril. En este sentido tiene
mucha razón el contador señor Heisecke
cuando decía que se necesitaba ser artista
para llegar á sacar en limpio todo cuanto
existe en la administración de esta Empresa.
Del incumplimiento de la ley con respecto
al domicilio, también resulta que cuantas
veces el Congreso necesita informes para
ilustrar mejor su criterio sobre las cuestiones
que se relacionan con el ferro- carril, la Em
presa, se ve en la imposibilidad de satisfacer
esta exigencia, que está obligada á satisfacer.
- 502 --

Por no citar otros casos , voy á citar el


último. Un diputado, el señor Lara Castro,
creyó conveniente pedir al P. E. el envío á
esta H. Cámara de memorias y balances de
la Compañía. El P. E., para cumplir el pedi
do formulado en este mensaje de la Cámara,
lo solicitó á su vez de la Empresa , pero
resultó que la Empresa no contaba aquí con
memorias ni con balances, porque estos
balances y memorias se hallaban en Londres.
Y es demasiado deplorable que una empresa,
la del único ferro- carril que existe en el Pa
raguay, no tenga en la administración central
todos los documentos é informes que los
poderes públicos necesiten consultar, para
los casos en que tengan que resolver cues
tiones relacionadas con la misma.

(Entra el diputado señor Ayala).

Tengo la seguridad de que aún cuando


hasta ahora no haya cumplido la Empresa
esta obligación , la ha de cumplir más tarde ;
y si se muestra remisa á este cumplimiento ,
habría llegado el momento de que el P. E.
haga efectiva esa disposición de la ley.
El señor ministro del Interior tomó la pa
labra co-propietaria que habíamos usado los
impugnadores del proyecto, al referirnos al
Estado, como base para algunas considera
ciones, y llegó á la conclusión - ¡que importa
todo un descubrimiento jurídico ! -de que las
nociones más elementales de derecho hacían
503

comprender que el empleo de este término


no era propio.
Como yo he sido el primero, creo, en em
plear este vocablo, voy á permitirme dar
algunas explicaciones al respecto .
Las acciones de una sociedad anónima no
solamente constituyen un título de crédito ,
no dan derecho únicamente á las utilidades
que entrega esa sociedad, sino que constituyen
también un derecho real, mueble ó inmueble,
según sea la naturaleza de la cosa que cons
tituye el patrimonio de la sociedad . No es
pues un error cuando á un accionista tan
principal, como es el Estado en esta sociedad ,
dueña del ferro-carril, se le llame co - propie
tario . Claro es que es co-propietario, de
acuerdo con sus acciones , por la parte que
le toca; pero, como digo, no tiene ninguna
importancia el punto.
Ha afirmado también el señor ministro que
la ley del 26 de Setiembre de 1896, autori
zando al P. E. á ajustar ó á firmar el conve
nio White-Martínez , estaba en vigencia. Creo
que con esto ha querido tomar como término
de comparación las bases de aquel arreglo
para comprobar la bondad que presenta el
proyecto en discusión , porque realmente la
tesis no tiene fundamento. ¿Cómo puede
decirse que está en vigencia aquella ley?
Desde luego conviene advertir que no ha sido
una ley de carácter general como las que
suele dictar el Congreso y promulgar el P.
E., ley obligatoria para todos los habitantes
504 ----

de la República . Se trata de una simple


autorización al P. E. para celebrar un con
venio con el mandatario de la Empresa. De
modo, pues, que el P. E., lo mismo que el
señor White, han obrado en carácter de man
datarios, el uno del Estado , el otro de la
Empresa , y no habiendo aceptado uno de
los mandantes ( la Empresa) aquel convenio ,
es claro que aquel mandato quedaba revocado
respecto á la Empresa y con respecto tam
bién al P. E.

(Entra el diputado doctor Cardús Huerta).

Sr. Ministro de Hacienda-¿Me permite,


señor diputado?

Sr. Chaves - Sí, señor.

Sr. Ministro de Hacienda - La ley - auto


rización fija acaso término al P. E. para la
ejecución de la misma ? ¿ existe en ella por
ventura alguna condición, si no resolutoria,
revocatoria?

Sr. Chaves - Señor Presidente : cómo iba á


fijar término ni condición aquella ley , cuando
determina expresamente que da autorización
al P. E. para firmar un arreglo transaccional
sobre ciertas y determinadas bases ; no podía
determinar un término siendo una autoriza
ción....

Sr. Ministro de Hacienda - Muy bien.


505

Sr. Chaves - Pero como quiera que sea....

Sr. Ministro de Hacienda - Ah! Ahora sí!

Sr. Chaves -....esto no tiene importancia


sino doctrinal ; porque habiendo el P. E.
sometido á la consideración del Congreso el
proyecto, ese punto no tendría otra importan
cia que la meramente doctrinal.
Se ha referido extensamente el señor minis
tro del Interior sobre el concepto de la ga
rantía .
Para el señor ministro del Interior la deuda
de garantía del Estado, es una deuda abso
luta ....

(Entra el diputado señor Sosa).

y no sé francamente en qué puede apoyar


se para justificar esta aseveración . Es ver
dad que hay un artículo que habla de abso
luta, respecto á la deuda, pero es con respecto
á la sección de 50 kilómetros .
El art. 9° de la ley de 14 de Julio de 1888
dice que la garantía del Gobierno se pagará
semestralmente y será absoluta.
Esto significa , sencillamente , que como el
Estado garante por toda la línea á Villa
Encarnación, que construidos 50 kilómetros
por la Empresa, la garantía debe ser abso
luta sobre esa sección .

Sr. Ministro de Hacienda - Otra inte


rrupción .
――― 506

¿Y á título de qué, entonces , selestablece en


la misma ley que el Estado debe recibir el
35 % de las entradas brutas , si es que no
debe pagar íntegramente y en forma abso
luta la garantía?

Sr. Chaves- Yo no encuentro en esto nin


guna duda , ni cabe mala interpretación . El
Estado garante el 6 % por cada cincuenta
kilómetros de vía librada al servicio público
y por otro lado para reembolsarse este
préstamo, exige el 35 % de las entradas brutas,
claro está, hasta donde se haya construido
la línea, porque las entradas brutas son el
producido de la explotación de la línea .
El Estado no puede exigir la devolución
del préstamo con el 35 % de las entradas
brutas que puede tener la línea hasta Villa
Encarnación sino hasta allí donde llegue la
línea, hasta donde esté construida. Está bien ,
perfectamente bien el artículo 9.º que se re
fiere á las entradas brutas ....

Sr. Ministro de Hacienda Lo cual


quiere decir que el pago de la garantía se
hace sin sujeción ninguna á las entradas
brutas del ferro-carril ; cualquiera que sean
estas entradas, el Estado paga en absoluto la
garantía ....

Sr. Ministro del Interior - ¿ Quiere leer


el señor diputado el inciso 1.º del artículo 1.º
de la ley del 31 de Julio de 1890 ?
507 -

Sr. Chaves- Que determina el pago ínte


gro....

Sr. Ministro del Interior - Perfectamente.

Sr. Chaves ....que establece el interés de


la deuda, el 6 % ; pero lo que ahora se discu
te es el carácter de la deuda ....

Sr. Ministro del Interior - Sí, pues. Quie


re decir el 6 % de interés y no el 5, 4 ó 3 % de
interés, ó cualquier otro número.

Sr. Chaves - Sobre la relación que puede


haber entre la deuda de la garantía y las
entradas , no veo yo ninguna importancia.
El Estado debe el 6 % de garantía sobre
un capital determinado, y la Empresa tam
bién le garante el 35 % de las entradas ; son
obligaciones recíprocas ; pero yo creo que ni el
señor ministro del Interior ni el de Hacienda,
tan versados en esta materia, pueden negar
el verdadero concepto de la deuda de garan
tía, que es el de ser una deuda subsidiaria.

Sr. Ministro del Interior —¿ Cómo subsi


diaria?

Sr. Chaves- Sí, señor. Si mi opinión no


tiene suficiente prestigio para el señor minis
tro del Interior, que niega que la deuda de
garantía en todas partes sea una deuda
subsidiaria, voy á permitirme citar la opinión
del doctor Zubizarreta.
V 508

Sr. Ministro del Interior - Que dice que


es una deuda pura y simple .

Sr. Chaves - Ha sido una pequeña equivo


cación atribuir al doctor Zubizarreta esa
afirmación .

Sr. Ministro del Interior - Puede leer


su opinión.

Sr. Chaves- (leyendo) No hay que olvi


dar que el pago de la garantía es una deuda
subsidiaria de la República, esto es , en cuanto
las entradas del ferro-carril no alcancen á
cubrir el 6 % de interés y que debe hacerse
por cuenta de la Compañía en calidad de
adelanto, que ésta última tendría que devol
ver algún día; y claro es que en esa situación
la Empresa no puede hacer arreglos ni pro
mesas, ni obligaciones que no sean subordi
nadas al hecho de su existencia, hecho inse
guro, puesto que se halla amagada de pró
xima disolución » .
« Mas dejemos á un lado el aspecto de la
cuestión que acabo de indicar y pregunté
monos si en términos de equidad debe el
gobierno paraguayo la garantía á la persona
en cuyo favor la estipuló, cuando resulta
evidenciado que esa misma persona no ha
perdonado medio alguno para defraudar lo
que debía darse á este país en pago de la
garantía á que se había comprometido » .
Esta es la opinión del doctor Zubizarreta .
509

Sr. Ministro del Interior - Quiere tener


la bondad de leer un poco más adelante ,
donde está la palabra garantía subrayada?

Sr. Chaves - Me voy á explicar, señor mi


nistro.
Hay un párrafo que dice que es obliga
ción lisa y llana y enorme .

Sr. Ministro del Interior - Sí, señor, y


subraya la palabra garantía.
Sr. Chaves - Perfectamente.

Sr. Ministro del Interior - Es una obli


gación lisa y llana de entregar una suma
determinada por veinte años .

Sr. Chaves - Pero entre esa afirmación y


ésta, yo creo, señor Presidente , francamente ....

Sr. Ministro del Interior - Que uno se


queda con la que le conviene.

Sr. Chaves -....que debe interpretarse en


este sentido .

Sr. Ministro del Interior - Y naturalmen .


te el Estado queda con los términos de la ley .

Sr. Chaves - De modo que nos quedamos


con que el doctor Zubizarreta ha tenido dos
opiniones á este respecto. T
Pero vamos á otra autoridad .
El señor ministro del Interior, que fué
hasta hace poco muy distinguido profesor
510

de Derecho Administrativo en nuestra Uni


versidad, no debe ignorar la opinión de to
dos los autores de derecho administrativo
más afamados de la América del Sud.

Sr. Ministro del Interior - No se trata


de opinión doctrinaria ; se trata lo que está
escrito en la ley vigente del Paraguay.

Sr. Chaves - Pero yo no sé, señor Presi


dente, por qué el señor ministro no acepta
la opinión doctrinaria, cuando precisamente
es ella la que nos lleva á la verdadera inter
pretación .
Desde luego, yo niego que la deuda de
garantía sea una deuda de garantía abso
luta, y lo niego porque no existe expresa
disposición á este respecto, pues la ley ha
bla sencillamente de garantía, y por consi
guiente, debemos atenernos á lo que dice la
ley. Yo no sé por qué hemos de olvidar
.
nos del texto de la ley para ir á buscar falsas
interpretaciones que resulten desfavorables
para el Estado ....

Sr. Ministro del Interior -- Si el señor


diputado no hubiese estado en el uso de la
palabra, yo le hubiera dicho exactamente
todo lo que acaba de decir.

Sr. Chaves -- Voy á ser complaciente . Quie


ro suponer que esta deuda de garantía sea
una deuda absoluta . ¿Puede negarme el señor
ministro que es reembolsable para el Estado?
511

Sr. Ministro del Interior-Nó.

Sr. Chaves - Luego, esa deuda tiene que


volver al Estado . Un ejemplo práctico :
Le debo yo al señor ministro 100 pesos.
Pero, ¿ á qué condición? A condición de que
cuando le pague me devuelva lo que había
recibido. Lo cual quiere decir que viene á
ser la deuda de garantía una deuda más
bien aparente que real.

Sr. Ministro de Hacienda - Yo invita


ría al señor diputado á que lea la ley san
cionada por este mismo Congreso, de fecha
30 de Agosto de 1906 con motivo de la so
licitud de concesión Moeller, que dice : « El
Estado garante un interés de 6 % sobre el
capital invertido en la obras de salubridad ,
el cual no podrá exceder de un millón dos
cientos mil pesos oro. A los efectos del pre
sente y del siguiente artículo, tendrá el Go
bierno Nacional la correspondiente interven
ción en la contabilidad de la Empresa ».

<< El interés estipulado en el artículo ante


rior empezará á correr una vez librado al
servicio público el suministro de aguas co
rrientes, siempre que el producto líquido no
alcance al seis por ciento , debiendo el Esta
do abonar únicamente la diferencia . A los
efectos de la presente garantía , se fijan los
gastos de explotación en un cuarenta por
ciento sobre las entradas brutas » .
512 ―

Es necesario haber en cuenta esta inter


pretación que el Estado, ó digo, el Congreso
ha establecido sobre la garantía.

Sr. Chaves -¿Pero desde cuándo una ley


referente á otra cuestión puede servir de
interpretación á otra diferente que tiene dis
posiciones terminantes que no admiten
dudas?

Sr. Ministro de Hacienda -- La interpre


tación del Congreso es la que debe servir
como base para la interpretación general de
las leyes .

Sr. Chaves - Una ley posterior y de otra


naturaleza que una ley anterior no puede
servir de interpretación á ésta.
Pero el señor ministro acaba de leerme la
ley de concesión Moeller sobre cloacas,
alumbrado eléctrico y aguas corrientes para
interpretar el espíritu de una ley muy ante
rior sobre venta de ferro -carril . A ese paso
yo me permitiría también leer al señor mi
nistro de Hacienda una ley que existe sobre
concesión ferroviaria, no recuerdo á favor
de quién, que es por el término de 50 años ....
Los términos de la concesión al señor Moe
ller no pueden servir de base para una in
terpretación ; pero ya he dicho que siguien
do en complacencia al señor ministro del
Interior quiero dar por admitido que esta
deuda sea absoluta ; en lo que yo insisto y
deseo que se me niegue es en la afirmación
1

"
- 513

que he hecho de que la Empresa tiene que


devolver el capital que ha recibido en con
cepto de garantía.

Sr. Ministro del Interior- ¿Por qué le


vamos á negar? Tendrá que devolver si el
Estado le paga la garantía ; le irá devolvien
do oportunamente ; lo que sí es, que, hoy por
hoy, la Empresa tiene hasta el derecho de
reclamar daños y perjuicios por no habér
sele pagado en oportunidad esa garantía .

Sr. Chaves- Quiere decir que esa deuda


de garantía no conviene tomarla en un sen
tido demasiadamente absoluto, porque se
trata de una deuda que al fin y al cabo
tendrá que volver á las arcas fiscales .

Sr. Pérez (J. A.) - Una interrupción , se


ñor diputado . ¿ Puede el Estado pagar actual
mente la garantía?

Sr. Rojas-- Cuando la Empresa construya


la línea, puede.

Sr. Pérez (J. A.) - Pero ¿puede pagar el


Estado?

Sr. Rojas - Cuando se suspendieron los


trabajos de la prolongación de la línea el
Estado era acreedor de la Empresa .

Sr. Pérez (J. A .) - No, señor. Talvez


cuando llegue la línea á Villa Encarnación ,
la cuenta de garantía sea mucho más de la
514 -

que es actualmente, porque los gastos de


explotación tendrán que aumentar.

Sr. Chaves - Bien, señor diputado.

Esa es una razón que puede invocar tam


bién el Estado contra la Empresa : ¿está en
condiciones de hacer la prolongación ? ¿ está
en condiciones de cumplir todos los compro
misos contraidos por ella?
No es en esa forma que debe plantearse
la cuestión .
Termino, señor Presidente, esta parte . Ba
jo la faz jurídica ó en estricto derecho, el
Estado tiene más motivos para ser exigente
respecto al cumplimiento de los compromisos
contraidos por la Empresa ; porque si la Em
presa invoca la falta de pago de la garantía
por parte del Estado, existe como atenuante
de esta falta el 35 % que le corresponde al
Estado ; pero en cambio las principales obli
gaciones y compromisos de la Empresa han
quedado en meras promesas, no se han
cumplido.
Comprendo perfectamente la necesidad de
que se eliminen las faltas y los incumpli
mientos de los compromisos por parte del
Estado y de la Empresa , y que ambas partes ,
que han estado en entredicho durante ya
largo tiempo, traten de avenirse y traten
de zanjar todas sus cuestiones; pero enton
ces es el caso de pesar cuál de las partes es
la que cuenta con mayor derecho y con ma
- 515

yor crédito, para que también sea la que


pueda exigir mayor sacrificio en la transac
ción.
No sé si me explico bién.
Para emitir juicio sobre esta transacción ,
es necesario colocar en un platillo los dere
chos ó créditos que el Estado tiene contra
la Empresa, y en otro platillo, los créditos
que la Empresa pueda tener contra el Es
tado.

Sr. Pérez (J. A. ) - Bueno. Colóquelos y


haga los cálculos.

Sr. Chaves - Perfectamente. No se apresu


re demasiado; hay tiempo.
La primera obligación que tiene la Empresa
es la de la prolongación , y de esa obligación
no puede librarse. La prolongación de la lí
nea es el primer compromiso que tiene que
cumplir la Empresa.
Voy á colocar frente á frente el Estado
con la Empresa , en el momento mismo que
tratan de resolver, por medio de una transac
ción, sus cuestiones. De manera que me co
loco dentro del punto de vista del Estado y
de la Empresa para dirimir sus diferendos .
Los señores ministros del Interior y de
Hacienda tendrán la amabilidad de negar
me, á medida que yo vaya citando estas afir
maciones, á fin de que, exclusivamente sobre
la parte negada, pueda contestarles .
516 -

Prolongación de la línea : primera obliga


ción y por consiguiente, primer crédito que
el Estado tiene contra la Empresa .
Hay que darle un valor á esta obligación ,
porque si la Empresa no puede hacer
es posible que por ella haga un tercero ,
3.000.000 oro sellado ....

Sr. Ministro de Hacienda -¿Pero ese


crédito es á favor del Gobierno, y la línea es
para el Gobierno?

Sr. Chaves --Cuando la Empresa prome .


tió al Gobierno la construcción ó la prolon
gación de la línea, ¿ por ventura esa obliga
ción no era un crédito en favor del Estado?

Sr. Ministro de Hacienda - Pero es una


obligación de hacer y no una obligación de
dar .

Sr. Chaves -Precisamente . Pero como obli


gación la Empresa ha contraido con el Es
tado el compromiso de construir la línea .

Sr. Ministro de Hacienda - Quedándose


la Empresa con la línea que debe construir
¿ ó la línea que debe construir es para el
Estado?

Sr. Chaves - No se apresure, señor minis


tro, que no voy todavía á eso . Yo voy á
pesar en una balanza todos los derechos del
Estado y los de la Empresa, así como sus
respectivos créditos.
― 517

Sr. Ministro del Interior - Y poner la


prolongación de la línea como propiedad
del Estado .

Sr. Chaves - Porque es un crédito.

Sr. Ministro de Hacienda - Pero, señor


diputado, en todo caso el crédito sería la
multa y no la construcción de la línea ó la
línea como usted pretende.

Sr. Chaves Qué extraña es, señor Presi


dente, la doctrina del señor ministro . La
multa es nada más que por el retardo del
cumplimiento de la obligación de construir
la línea ; es un crédito á favor del Estado ,
de acuerdo con ciertas circunstancias, por el
retardo del cumplimiento de la obligación
contraida con el Estado. ¡ Cómo esa confu
sión tan espantosa entre una obligación ac
cesoria, como es la multa, y la obligación
principal, que es la de la prolongación!

Sr. Ministro de Hacienda - Es lamenta


ble la confusión del señor diputado.

Sr. Chaves -¿La ley no dice acaso retardo?


¿y qué significa esa palabra?

Sr. Ministro de Hacienda- ¿ Que la obra


quede á un tercero!

Sr. Presidente - Voy á permitirme leer al


señor diputado el artículo del reglamento que
prohibe las interrupciones.
518 ―――――

Sr. Chaves- Léaselo al señor ministro , por


que yo estoy en el uso de la palabra y es
él quien me ha interrumpido .

Sr. Ministro de Hacienda - El señor


diputado ha querido que se le observe en el
curso de su exposición , á fin de que se pueda
dejar las cosas en su lugar.

-Se lee :

Art. 204. Ningún diputado podrá ser inte


rrumpido mientras tenga la palabra, á menos
que se trate de una explicación pertinente, y
T
esto mismo sólo será permitido con la venia
del presidente y consentimiento del orador.

Sr. Ministro de Hacienda - Exactamente


el caso.

Sr. Chaves - Está bien que se me planteen


cuestionarios, pero no que se me esté inte
rrumpiendo en una forma que no pueda con
tinuar, y si el señor Presidente no tiene
recursos legales para impedirlo , no sé cómo
voy á seguir. Ya no es una interrupción , es
una especie de obstrucción la que se me hace

Sr. Ministro de Hacienda- En obsequio


al respeto que debemos á todos y á cada
uno de los miembros de esta Cámara, debo
declarar en nombre de mis cólegas del P. E.
que las interrupciones han sido hechas á pe.
dido del mismo señor diputado Chaves. Apelo
519

á la versión taquigráfica ; el señor diputado


ha dicho: invito á los señores ministros á
que me rectifiquen para que pueda corregir
los puntos del balance que voy á hacer.
Hemos hecho la primera observación ; no
ha podido contestar, se enoja, nos callamos.

Sr. Presidente- (agitando la campanilla).


Tiene la palabra el señor diputado.

Sr. Ministro de Hacienda - Está bien,


señor Presidente.
--
Sr. Chaves Prolongación de la línea.
Primera obligación de la Empresa.
La ley de venta del ferro- carril establece
muy claramente esta obligación.
Se vendió el ferro- carril á la Sociedad < The
Paraguay etc » bajo la obligación de que
ésta prolongase la línea hasta Villa Encar
nación . Luego, pues, esta enagenación ha
tenido esa modalidad que las partes le han
dado : la de supeditar su concesión ó enage
nación al requisito de la prolongación . Y no
solamente en la ley, sino en la escritura que
firmaron el señor ministro del Interior en
representación del P. E. , y la sociedad, existe
esa obligación .
De modo, que por la ley y por la escritura,
aquella enagenación ha estado sugeta á la
obligación principal (la de la prolongación ).
Ahora bien: ¿cuál es la única razón por la
cual la Empresa ha podido justificar ó excu
sarse del cumplimiento de esta obligación?
520 -

La fuerza mayor, á los efectos de la multa.


Porque el Estado pensó cuerdamente en que
como de su parte el pensamiento fundamen
tal fué la prolongación como condición y
causa principal de la venta, pensó perfecta
mente en colocar á la Empresa en esta
disyuntiva: de tener que cumplir esa obliga
ción con mayor facilidad , y en caso de
incumplimiento por la Empresa , ser para ella
un mayor sacrificio, y esta modalidad que
tiene nuestra ley de venta del ferro - carril, la
tienen muchos contratos, casi todos los con
tratos ordinarios en que se determinan
recíprocas obligaciones, fijándose muchas
veces una cantidad determinada para evitar
la avaluación de los daños y perjuicios.
En el momento, pues, en que tratan de
ponerse de acuerdo el Estado y la Empresa ,
ha llegado la hora en que aquel le diga á
esta: la primera obligación suya ha sido la
prolongación . Vd . no ha cumplido esa obli
gación y avalúo yo la prolongación en tres
millones de pesos, de acuerdo con el precio
que la misma Empresa estableció, valor ki
lométrico de la línea.
El 35 % de las entradas brutas. Esta
también es una obligación de la Empresa, por
que el 35 % le corresponde al Estado ; la
Empresa tiene que devolvérselo ; solamente
que, por una ley posterior á la venta, la Em
presa podía quedarse con el 35 % en ciertas.
circunstancias, cuando los gastos efectivos
sobre los reconocidos sean superiores, pero
521

cargando á cuenta de la Empresa y con el


6 % de interés á favor del Estado.
Creo que el señor ministro ha hecho un
cálculo á este respecto y hace ascender á
1.200.000 pesos . Debo de prevenir, señor Pre
sidente, que esto es sin la previa investigación
que pudo el P. E. hacer, basado sencillamente
en los cálculos é informes que le suministró
la misma Empresa, porque, si tuviéramos
que tener en cuenta la forma como hasta
hace poco, la Empresa ha distraido los fon
dos provenientes de sus entradas, llegaría
mos á la conclusión de que se han abultado
los gastos de explotación en perjuicio de
estas entradas y es de entenderse que los
gastos de explotación no son sino los estric
tamente necesarios para el entretenimiento
de la línea, para la conservación de la vía,
los sueldos de empleados . Así, pues , todas las
mejoras ó los gastos hechos en mejoras que
tiendan á dar un mayor valor al bien inmue
ble, no pueden constituir gastos de explota
ción .
Si se duda sobre esto no tendré inconve
niente en leer un decreto, que, advierto, no
es del gobierno paraguayo .
La multa. Ayer el señor ministro del Inte
rior nos explicaba que á su juicio esta multa
estaba derogada.
El artículo 6.º de la ley de 22 de Setiembre,
la primera ley sobre la venta del ferro - carril,
dice: Los estudios definitivos para la pro
longación de esta línea serán sometidos á la

522
物品

aprobación del Gobierno y el concesionario


dará principio á la construcción del ferro - ca
rril antes que llegue á Villarrica la sección
actualmente en construcción, debiendo termi
narlo y entregarlo al tráfico público en el
plazo de tres años, contados desde la inaugu
ración de los trabajos, no incluyéndose en
este plazo las últimas tres leguas antes de
llegar á Villa Encarnación, quedando auto
rizado el P. E. á otorgar el plazo razonable
para la terminación de esta parte de la línea
en vista de los estudios sometidos á la apro
bación del Gobierno » .
« El concesionario se obliga á pagar una
multa de $ 8.000 oro por cada mes de retardo
en la terminación de la vía » .
Este es el texto del artículo 6.º de la primera
ley sobre venta del ferro- carril ....

(Entra en el recinto el diputado señor


Carreras).

Posteriormente se dictó otra ley y se intro


dujo un etc. que produjo una confusión . Este
etc. es interpretado por unos atribuyéndole
la virtud de derogar la multa, y por otros
en sentido contrario. Llamo la atención de la
Cámara sobre los términos del art. 6º. de la
ley del 14 de Julio de 1888, posterior á la
primera ley en que se estableció esta multa ,
que dice: « Los estudios definitivos para la
prolongación de esta línea, serán sometidos
á la aprobación del Gobierno, y el concesio
- 523 ——

nario dará principio á la construcción del


ferro - carril antes que llegue á Villarrica la
sección actualmente en construcción , debiendo
terminarlo y entregarlo al tráfico público en
el término de cinco años, etc., etc. Quiere de
cir, entonces, que esta ley ha tenido por objeto
modificar el término dentro del cual se obligó
la Empresa á hacer la prolongación , fijando ,
de tres años que era, en cinco. Este artículo
emplea los mismos términos que el art . 6º. de
la primera ley, y en este caso ¿ cómo debe
interpretarse la palabra etcétera? ¿ Qué es
etcétera? Lo que todavía queda por decir al
final de un discurso ó párrafo . Quiere decir
que esta palabra etcétera comprende todos
los párrafos del art. 6.º de la ley primera.

Sr. Ministro del Interior - Tiene un


apéndice el artículo que ha leído el señor
diputado

Sr. Chaves- Una adición , (leyendo) : « Las


obras de prolongación así empezadas pro
seguirán sin interrupción alguna hasta su
terminación , salvo causas de fuerza mayor
debidamente comprobadas » . De modo que
esta ley modificativa, á juicio de algunos , es
modificativa únicamente respecto al término
fijado para la prolongación de la línea
y adicional respecto á la causa de fuer
za mayor, como medio de liberación de la
multa ; pero viene otra ley posterior y ra
tifica las dos leyes, es la del 16 de Mayo de
524

1889, que dice: « Confírmanse las leyes de 22


de Setiembre de 1887, 21 de Abril y 14 de
Julio de 1888, con excepción del art. 3.º de
esta última » .
De modo que por esta ley del 89, las dos
leyes anteriores están confirmadas. Pero no
solamente eso: está la escritura que constituye
para las partes la ley á que deben de suje
tarse también , y en esa escritura de traspaso
que el Estado hizo á favor de la Empresa
figuran estas leyes y el art. 6º. que se refiere
precisamente á la multa.
Quiere decir, pues, que por las leyes y la
voluntad de las partes, esta multa existe para
los efectos del incumplimiento de la prolon
gación, salvo caso de fuerza mayor debida
mente comprobado.
Los que quieren negar este extremo de la
multa, tienen que probar que á favor de la
Empresa existe causa de fuerza mayor, y es
sabido, señor Presidente , la causa que in.
voca como fuerza mayor la Empresa . La
multa no puede bajar de $ 1.700.000, $ 8.000
mensuales durante diez y siete ó diez y ocho
años; pero no trato de hacer cálculos tan
exactos, tan matemáticos, porque es natural
que en esta sesión eso no es posible.
Ahora viene el interés sobre las acciones,
el 6 % ; aunque la Empresa no pueda pagar
al Estado , el Estado tiene que reclamarlo ,
en este momento en que trata de transar.
Poco importa que la Empresa pueda pagar
ó no, la cuestión es determinar los créditos
525

que ambas partes pueden recíprocamente


invocar.
¿ Quién es él que hace mayor sacrificio y
obtiene mayor utilidad en la transacción ?
El interés de 1050.000 pesos que represen
tan las acciones, puedo , sin equivocarme,
asegurar que no baja de un millón de pesos.
Ahora bien; el capital de 1.050.000 que la
ley sustrajo de las eventualidades del nego
cio de la Empresa, pues la ley no dice que
estas acciones de preferencia pueden ser
tocadas, porque si vamos á ahondar la cues -
tión , yo no veo un crédito que pueda ser
tan sagrado como el crédito del vendedor
que, no pudiendo pagársele íntegro el pre
cio, permite al comprador que la mitad del
precio de venta le quede debiendo ó le en
tregue en documentos , acciones, etc. Y es
esto lo que hizo el Estado con la Empresa.
Esta le entregó sólo la mitad del precio en
dinero efectivo y la otra mitad en acciones
de preferencia.
El Estado así viene á tener un crédito
contra la Empresa por la cantidad que re
presentan sus 21.000 acciones de carácter
privilegiado, que es de 1.050.000 pesos .
Aparte de los 3.000.000 que representa la
prolongación , y de la enorme cantidad que
representan las multas, los intereses, etc.....

Sr. Ministro de Hacienda - Falta el ca


pital suplementario, señor diputado , ó sean
£ 100.000 6 $ o/s . 500.000 . Tampoco ha citado
- 526 -

lo empleado en la refacción de la línea, al


que debe agregarse también el importe de
la construcción de Pirapó á Villa Encarna
ción, que también es un crédito del Gobierno
según el señor diputado.

Sr. Chaves - Yo no trato de falsear los


hechos, como otros interesados indudable
mente en falsearlos, en favor del Estado ni
de la Empresa, pero no quisiera tampoco
que se hicieran afirmaciones tan gratuitas
en contra del Estado .
Son $ o/s. 8.200.000 los créditos del Estado
contra la Empresa, pero quiero suponer
que sean $ o/s . 7.000.000 el monto del crédito
que el Estado tiene contra la Compañía .
Ahora bien ¿ cuál es el crédito que la Em
presa puede invocar contra el Estado? Vamos
á ver. ¿ La deuda de garantía á cuánto
monta? Son 6 % sobre un capital de $ o / s .
5.600.000, que á esta fecha no puede repre
sentar arriba de $ o/s. 5.000.000 ó 6.000.000.
Vamos á suponer que represente 7 millones.
El Estado invoca contra la Empresa 7.000.000,
y la Empresa contra el Estado 7.000.000 ; pero
hay que ver la naturaleza de estos créditos ,
pues ya he dicho que esta deuda de garantía
la Empresa tiene que devolver algún tiempo .
De modo, pues , que por su carácter, por
su naturaleza no pueden parangonarse , no
pueden compensarse justamente. Efectiva
mente el Estado puede encontrarse en estos
momentos en la imposibilidad de hacer efec
527 -

tivo el pago de esa deuda, pero esa no es una


razón muy poderosa . Convengo en que el Es
tado le deba á la Empresa , perfectamente bien,
y que se olvide todos los antecedentes . Si el
Estado tiene contra la Empresa 7.000.000 y la
Empresa contra el Estado 7.000.000, y aún
cuando tenga que devolverle esos 7.000.000
tarde o temprano, convengo en que se zanjen
todas las dificultades, pero á base de que ten
gan la misma participación en el patrimonio
y en la explotación del negocio. ¿ Por qué el
Estado ha de salir de la Empresa perdiendo
todo, y la Empresa ha de quedarse con todo
lo que al Estado le pertenece?, cuando ambos
recíprocamente no pueden invocar sino un
crédito igual , y eso siendo demasiadamente
complaciente, porque la deuda de garantía ,
que es una especie de anticipo ó de présta
mo, no puede equipararse á la deuda que la
Empresa tiene con el Gobierno.
He aquí, pues, demostrada con la fuerza
de los números , á la cual dá el señor minis
tro demasiada importancia, que este proyecto
del P. E. es inequitativo.
Por el proyecto, el Estado sale de la so
ciedad en cuero. (Risas)
Esto con respecto á la Empresa.
Con respecto á los acreedores, vamos á
tener oportunidad de hacer un pequeño exa
men también . Pero aún en la hipótesis de
que tenga igual crédito, yo deseo que el
Estado le dé toda clase de facilidad á la
Empresa, y le diga: bueno, yo tengo igual
528

derecho que Vd . de ser propietario de esta


línea, porque igual derecho tenemos uno
que otro . Explote Vd . treinta años, cuarenta
años exclusivamente. Quiero demostrarle
la voluntad que tengo para que Vd . se
desenvuelva. Quiero llegar hasta ese extre
mo . El Estado, no obstante de poder invocar
igual título, igual derecho, igual crédito para
exigir la exacta coparticipación en el nego
cio, estoy muy conforme en que el Estado
le diga á la Empresa : explote Vd . exclusi
vamente para sí, por treinta , cuarenta años
ó cincuenta años, pero reservándome el
derecho que tengo como accionista y como
socio . Se puede pedir mayor complacencia,
se puede pedir más al Estado?

Yo creo que la Empresa, colocada en esta


disyuntiva, ante el rechazo y la aceptación
de la transacción sobre estas bases , rechazan
do habría demostrado que lo único que le
interesa es que el Estado salga de la sociedad
y se quede completamente sola. No podría
invocar razones ni de derecho ni de equidad .
Voy á terminar, señor Presidente, porque
me encuentro demasiado fatigado y estoy
enfermo. Pero antes, séame permitido demos
trar que la importancia de los créditos de
debentures no es tanta, pues no tienen
razones para invocar preferencias á los
créditos del Estado .
Estos acreedores son los que han inter
venido en la Empresa desde el año 91 , y
529 --

son los que se han hecho cómplices de los


manejos fraudulentos de la Empresa.
¿ Qué clase de acreedor es ese que le
arrebata la libertad de acción que debe
tener la sociedad?
Sin embargo, el Estado, acreedor también ,
y con derechos mejores, jamás ha interveni
do. ¿ Pueden invocarse razones valederas en
favor de estos acreedores, dueños de deben
tures , cuando son los que han estado apo
derándose de las entradas de la Empresa?
¿Quién nos asegura que estos acreedores
no se han resarcido de todos sus intereses?

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la


palabra .

Sr. Chaves -- Se dice que la Empresa no


ha repartido dividendos . Pero estas son
cuestiones que no pueden sino afirmarse,
sin poderlas probar, porque no existen ex
pedientes, porque no existe, en fin, nada
que justifique tales asertos oficiales .
Los acreedores han tenido la amabilidad
de levantar la intervención, según el mensaje
del P. E. y se han convertido en consejeros
de la Compañía.
Yo, francamente, no me explico de cómo
los acreedores que han intervenido en la
sociedad deudora por medio de los Tribu
nales Ingleses, puedan levantar esta inter
vención ahora, y únicamente creo posible
por uno de estos extremos : ó que la « The
530

Paraguay Central Railway Company Limi


ted » haya pagado completamente sus deudas.
con todos los intereses, ó que en unas manos
háyanse acumulado acciones y debentures.
Porque, es claro, si los acreedores han le
vantado esa intervención y han quedado
sencillamente como consultores, quiere decir
que el pago de sus créditos se ha realizado ,
porque yo creo que el único fundamento
de esa intervención es la falta de pago de
los debentures. Lógicamente no se puede
pensar otra cosa, ó bien que los títulos de
la sociedad anónima que son demasiada
mente reducidos se hayan acaparado -- por
que hay que decir que esta sociedad nació
con vicios orgánicos gravísimos que la
imposibilitaban para desenvolverse y vivir
ampliamente; nació con una joroba inmensa
(risas), nació sólo con un capital de £ 482.000
y con la facultad de emitir acciones por
valor de $ o/s. 1.500.000 ; quiere decir que
esta sociedad surgió á la vida del derecho
debiendo más que el capital de que dispo
nía. Y precisamente este gran vicio orgánico
inherente á esta sociedad anónima es el que
debe tenerse en cuenta para tratarse con
ella los arreglos . Yo estoy con el doctor
Zubizarreta cuando dice que no es posible
tratar de arreglo con esta sociedad ; es nece
sario que desaparezca por lo que hizo y
por lo que dejó de hacer. Debe de saberse ,
señor Presidente, que sociedades anónimas
con tales defectos, con tales vicios, no tienen
- 531 -

medios de desenvolverse, y entonces con


viene al Estado que se forme otra nueva ,
capaz de dar cumplimiento al objeto de su
creación ó de su organización .

Decía, señor Presidente, que no se expli


caba el levantamiento de esa intervención
de los acreedores sino por el pago hecho
por la sociedad á sus acreedores, ó por el
hecho muy probable de que en las mismas
manos en que han caido las acciones poquí
simas de la sociedad , hayan caido también
las acciones que representan los créditos
contra la Empresa . Yo no puedo explicarme
exactamente por qué desde el año 1891 los
dueños de los debentures intervinieron con
carácter oficial en la sociedad hasta el año
1906, y por qué levantaron esa intervención
en Setiembre de dicho año . Significa para
mí que los acreedores, en este caso, tienen
mucha relación con la vida de la sociedad
anónima. No es un tercero aislado completa
mente, cuyos créditos merecen consideración ;
acreedores que se han metido en el Direc
torio mismo, y ¿ en qué forma? Tomando la
bolsa de la sociedad . Por eso cuando se
invoca razones de equidad , de moral, en favor
de esos acreedores conviene tomarlas bajo
beneficio de inventario, porque estos acree
dores han tomado la tarea de ser al propio
tiempo interventores y acreedores.
Termino, señor Presidente, para no tomar
la palabra sino cuando se trate de la discu
532

sión particular del asunto, en el caso de


que este proyecto sea aceptado por la Cá
mara.
Pido permiso para retirarme.

(Aplausos en la barra. Se retira el dipu


tado señor Chaves).

Sr. Presidente - Tiene la palabra el señor


ministro de Hacienda.

Sr. Ministro de Hacienda - Sin ánimo


de terciar en la refutación de la exposición
del señor diputado Chaves, con la que se
ha pretendido replicar la del señor ministro
del Interior, cuyos argumentos quedan en
pié en todas sus partes, y dejando eso á mi
colega, que no necesita ayuda en el deba
te, voy á levantar una insinuación que ha
hecho el señor diputado , respecto á los te
nedores de acciones hipotecarias y la pro
babilidad de que, dice, éstos hayan podi
do ser resarcidos integramente del capital é
intereses.
Esta bien , señor Presidente, que fuera del
recinto de las leyes, allá en el público , donde
las pasiones no tienen freno, ni pueden los
hombres del gobierno bajar á recoger del
arroyo la calumnia, se difame; está bien que
se lancen insinuaciones más ó menos torpes;
pero que ellas lleguen hasta aquí, es algo
imperdonable, algo que subleva.
533

No era bastante ya, que en la prensa y


en el público se pretenda hacer aparecer
al P. E. como próximo á enagenar este
ferro - carril, que fué vendido á perpetuidad
hace 18 años , sino que debían los hombres
de la actual situación resultar los únicos res
ponsables de todos los errores y desacier
tos cometidos durante treinta años de nues
tra vida institucional.
El P. E., animado del espíritu de mayor
tolerancia, desde los primeros momentos
echó un velo sobre el pasado, y volviéndole
la espalda , como dijo el señor ministro del
Interior, dirigió la vista al porvenir y mar
chó hacia él con fé y decisión .
Pero cuando esas insinuaciones torpes
tratan de morder ; cuando los mismos hombres
ó sus partidarios, que dejaron al país sin
tierras y sin ferro- carriles, pretenden hoy
hacer que los hombres de la actual situa
ción recorran el calvario con el pesado
fardo de errores agenos, llega un momento,
señor Presidente, en que el espíritu más
ecuánime se subleva, en que el deseo más
vehemente de olvidar ese pasado se debilita,
y surge entonces la palabra ardiente del
doctor Báez para restablecer la verdad , por
que es justo que al fin el pueblo conozca
la verdad verdadera.
El P. E. ha querido , en homenaje á la con
cordia, á la unión de la familia paraguaya,
olvidar ese pasado irremediable. Pero ese
amor, repito , á la concordia, no puede llevarle
-534

á aceptar el fardo de responsabilidades , en


el cual no ha puesto la mano. Cúlpese, pues,
señor Presidente , á quienes invocan ese pa
sado y lo invocan , no para arrepentirse, sino
para lanzarlo como infame proyectil contra
los hombres que todavía pueden marchar
con la frente alta ; cúlpese, repito, si tam
bién nosotros lo removemos para que quede
como fuente de enseñanza para nuestra ju
ventud y para la historia ; pero dejemos que
allá en el arroyo, donde no es posible reco
jer la difamación y la calumnia, realicen
su obra las almas pequeñas ; aquí, en la más
alta representación del pueblo, nó; la mis
tificación no es posible.
Ha dicho el señor diputado Chaves : « ¡ quién
sabe si esos acreedores no se han pagado ! »
y al lanzar tan torpe insinuación , olvida
que su propio hermano ha sido Interventor
del Ferro- carril, y que ha sido necesaria la
complacencia culpable y expresa de ese her
mano para que pudieran realizarse ga
nancias ilícitas y ser ellas distribuidas en
Londres.
Es así cómo al calor de las pasiones se
pretende escupir al cielo sin ver que la sa
liva se vuelve al rostro .
Hablo de estos puntos, señor Presidente,
porque como ministro de Hacienda corre á
mi cargo la intervención del ferro- carril en
la parte numérica.
¿Esos interventores del ferro - carril, quié
nes han sido? Cristian Heisecke, Eleuterio
―― 535 --

Correa, Remigio Mazó, Pedro Miranda, Ma


nuel W. Chaves .
Si han existido errores, si se han come
tido complacencias culpables, quién sino ellos
son los autores y son ellos mismos ó sus
parientes los que vienen á presentar esa in
tervención como una nube sombría, algo así
como un fantasma que, si devora reputacio
nes, no puede ni siquiera morder en la nues
tra. No eran necesarias mis palabras para
justificar la exposición de ayer del doctor
Báez , que la están exijiendo, imponiendo á
cada rato. No le han guiado --ni guían mis
palabras el espíritu de intransigencia. ¡ Nó!
El doctor Báez como gobernante ha dado
la más alta prueba de ecuanimidad de es
píritu, ha dado la más alta prueba de amor
á la concordia de la familia paraguaya . El
ha abogado más que nadie por la unión de
todos los paraguayos ; y ese espíritu amplio
y noble lo ha llevado hasta ser víctima de las
explotaciones.
Pero repito : cuando este espíritu de unión
de todas las voluntades se pretende explo
tar ; cuando al amparo de nuestra piadosa
prudencia , los que debieran callar bajan
á recoger los errores y los desaciertos, no
del día, sino los errores y desaciertos del
pasado, para arrojarlos contra los hombres
del gobierno, es justo , señor Presidente , es
tablecer como pantalla la verdad, para que
rebotando sobre ella, vaya á señalar el ros
tro de los únicos autores responsables .
536

Cerrando el paréntesis de historia antigua


y dolorosa, un punto voy á tocar, sobre el
cual discutimos con el honorable diputado
doctor Chaves, que lamento se haya retira
do, porque de mi parte hubiera aceptado con
el mayor placer todas las interrupciones.
Dice: crédito del Estado ... $ 3.000.000 oro,
por la no prolongación de la línea á Encar
nación He oido en esta cuestión del ferro
carril las doctrinas más avanzadas, para no
calificarlas de otro modo ; pero ninguna ha
llegado á límites de ésta:
Se otorga una concesión , y porque esta
concesión no se cumple, el Estado no sólo
cobra la multa, sino el valor de la concesión .
La sola enunciación de la doctrina, revela
el despropósito .
Si fuera verdad , ¡ cuán rico sería el Esta
do y valdría la pena de designar al doctor
Chaves Fiscal General del Estado, para que,
avocándose todos esos contratos no cumpli
dos, viniera á poder del Estado el capital
de tantas empresas que quedaron en pro
yectos !
Hay muchos casos . Ahí tenemos la conce
sión otorgada por el Congreso al señor Lla
no para establecer un Banco Hipotecario,
que, como es sabido, no se fundó. La obli
gación de hacer debe convertirse en obliga
ción de dar, según la doctrina del honora
ble diputado , y en consecuencia el capital
en proyecto del banco no fundado corres
ponde al Estado . Igual cosa pasa con la
――― 537

concesión para las obras de salubridad . El


Estado no sólo debe cobrar la multa, sino
que debe cobrar también el importe de las
obras!
Por qué se discute de esta manera?
No creo, señor Presidente, que sea nece
sario haber hojeado un Código, que sea ne
cesario haber cursado la Universidad , recibido
un título de doctor y tener una inteligencia
tan clara como la del doctor Chaves, para
desconocer esto . Estoy seguro que un alum
no del 2.º, del 1.er año del Colegio Nacional ,
sabe que esto es un despropósito, una bar
baridad .... Ya lo dije.
Acreedores hipotecarios . - Planteé al doctor
Chaves, en cuanto se inició la discusión , si
la obligación que pudiera tener el socio Es
tado contra el socio Empresa, como accio
nista, modificaba en algo la obligación ó las
obligaciones que la Empresa tiene con sus
acreedores .
El doctor Chaves ha hablado tres ó cua
tro veces durante el debate y no ha tocado

la cuestión, porque no puede hacerlo sin re
conocer la verdad. Los tenedores de las
acciones hipotecarias las han suscrito en
virtud de una ley del Congreso, prestando
fé á la promesa del Estado; son acreedores
de la sociedad, no son socios . Por lo mismo,
no intervienen ni tienen participación en
las deliberaciones de la sociedad . Esto es
incontrovertible; son acreedores y nadie ig
nora que mientras hayan obligaciones, no
538

pueden haber utilidades ; que mientras haya


deuda no puede haber dividendo en una
empresa cualquiera.
Estas han sido las rectificaciones que he
querido hacer á las últimas afirmaciones del
doctor Chaves, por rozarse con la cartera
que desempeño .
En estas gestiones, señor Presidente, el
P. E. no ha querido sino subsanar los erro
res del pasado, ha querido volverle la espal
da para concentrar sus miradas en el por
venir y cree defender los intereses perma
nentes de la República al proceder así. No
ha venido ni viene á defender los intereses
de la Empresa del ferro- carril, como pro
bablemente en el calor de la improvisación
se le ha escapado al señor Riquelme, por
que no se defienden los intereses perma
nentes de la República, no se reacciona con
tra el error , no se borra ese pasado de erro
res y de ignominia, negando las deudas
contraidas, como se pretende, nó, sino reco
nociéndolas honrada y lealmente y buscando
los medios de pagarlas como Dios manda.
Es eso lo que ha buscado el P. E. en el con
trato de arreglo. Repetiré aquí lo que he
dicho ya antes de ahora: por mucho que se
investigue, no se ha de encontrar en este
arreglo sino huellas profundas de honradez
y patriotismo. He terminado .

Sr. Ministro del Interior -Pido la pa


abra .
539

Hubiera deseado oir otras impugnaciones


para tomar la palabra, pero con el objeto de
evitar en lo posible la prolongación inútil
de la discusión , voy á rectificar parte de
las afirmaciones hechas después de la ex
posición que hice ayer, en el seno de esta
Cámara.
El diputado señor Riquelme en un breve
discurso en que se ha servido anunciarnos
que va á votar en contra del proyecto, ha
dicho que el camino de los números no es
el que conduce, como línea más corta, á un
convencimiento sincero. A esto yo quisiera
contestar, señor Presidente, que en materia
de cuentas las palabras son siempre pala
bras, y que las palabras, palabras y pala
bras nunca dan el verdadero estado de la
cuenta. Para saber quién debe tanto ó quién
tiene un crédito de tantos pesos , forzoso es
sumar, restar, forzoso es verse con los nú
meros. Hemos discutido 18 años sobre el de
recho; es por esta razón que el P. E. ha he
cho un contrato transaccional. Si discutimos
una transacción , es inútil recordar con mu
cho acaloramiento los errores, los falsos da
tos, el grado mayor ó menor de fundamen
to que tengan los derechos defendidos : la
Empresa cree y ha creido siempre que ella
tenía derecho ; el Estado cree también que tie
ne derecho. ¿ Quién soluciona la cuestión ? No
es cierto que en los balances que he tenido
el honor de presentar á esta H. Cámara haya
partido simplemente del criterio del P. E
540

No es cierto. He tenido el cuidado de tomar


todas las bases. Me he puesto en el terreno
del convenio, me he puesto en el terreno de
todas las impugnaciones. He dado de barato
que se deba la multa, que se la bonifique
con interés y aun con interés compuesto . Pe
ro qué más se pretende entonces?
En el supuesto de que la garantía no ten- .
ga más que un interés simple, en el supues
to de todo lo que se ha dicho aquí, en todos
esos supuestos he demostrado que queda
siempre un fuerte saldo á cargo del Estado ,
superior al valor nominal de las acciones
de preferencia.
El honorable diputado señor Chaves ha
hecho hincapié en la derogación de la ley
de 26 de Setiembre de 1896. Yo extraño
mucho, señor Presidente, como ya lo he di
cho ayer, que en el recinto de las leyes del
Paraguay se sostenga la doctrina de que
una ley del Congreso pueda ser derogada
por la voluntad de un individuo particular.

Sr. Riquelme - Me permite una interrup


ción , señor ministro?

Sr. Ministro del Interior - Con el ma


yor gusto, señor diputado .

Sr. Riquelme - Gracias.


No se trata de la voluntad particular. Ten
go la Memoria del año 1896, elevada al Con
greso por el Ministerio del Interior, que di
541

ce: El arreglo celebrado con fecha 15 de


Junio de 1896 , entre el Gobierno de la Re
pública y el representante de la Compañía
del ferrocarril, Mr. White, para poner térmi
no á las diferencias surgidas, ha quedado
sin efecto por resolución de los accionistas
reunidos en asamblea, etc.
Esta Memoria, señor Presidente, ha sido
elevada al Congreso del Paraguay, y no se
ha hecho ninguna objeción sobre el parti
cular.
Era únicamente para hacer esta salvedad .

Sr. Ministro del Interior - Ayer el ho


norable diputado ha sostenido ya la misma
tesis, confundiendo la ejecución de la ley,
y el contrato, que es consecuencia de la vi
gencia de la ley. Esta ley desempeña un
papel, diremos, en derecho privado de un
poder especial que no depende del otro con
tratante para que el mandante lo revoque
ó no lo revoque.
Es una ley vigente sin condiciones, sin
limitación de tiempo y esa ley faculta al P.
E. á ajustar el arreglo, conforme á las bases
Martínez -White .
El diputado señor Chaves ha insistido en
el domicilio de la Compañía. Como los de
más, reconoce que una compañía constitui
da en el extranjero debe tener su domicilic
en el Paraguay, en donde está la mayor
parte de sus negocios y en donde tiene todos
sus bienes.
542

La Compañía se constituyó el 5 de Febre


ro de 1889 , el 11 del mismo mes y año se
anotó en el Registro de Comercio y el 27
del mismo mes y año celebró un contra
to con los señores Perri , Cutbil, de Lungo y
C. , para la construcción del ferro - carril .
Con este contrato y con el exiguo capital
que no daba ni para empezar las obras vi
no al Paraguay el representante de la Com
pañía , presentó una solicitud al Ministerio
haciendo la declaración de que ella, la Com
pañía, estaba domiciliada en Londres. Pidió
la aprobación de los Estatutos, el reconoci
miento de la personería, etc. El P. E. dictó
un decreto otorgando esta personería, apro
bando los Estatutos, con la modificación , que
no era necesaria, de que los actos realizados
por esta Compañía en el Paraguay debían
someterse á las leyes paraguayas .
Esta Compañía no está domiciliada en el
Paraguay? En un caso de pleito ¿ dónde será
demandada esta Compañía ? ¿ Será en Lon
dres ? Tal es la creencia y el temor del ho
norable diputado . Pero, señor Presidente,
tenemos á diario demandas contra el Ferro
carril ante los tribunales . Hasta ahora no
ha habido un juez , uno solo , que haya co
metido la heregía de inhibirse por falta de
jurisdicción. Yo mismo, señor Presidente, he
sido abogado, alguna vez, de la Compañía
Mihanovich, de navegación ; pero no ha ha
bido un tribunal que se haya inhibido por
falta de competencia. En este caso se en
543 -

cuentran todas las sociedades anónimas crea


das en el extranjero y que se han estable
cido también en el Paraguay.
¿Cuál es el requisito que falta para el do
micilio?
La Compañía ha nacido con los bienes con
que vino del extranjero , y se ha domici
liado en el Paraguay como está igualmente
domiciliada en Londres . Y más, señor Pre
sidente : la Compañía ha sido demandada
aquí, en Asunción , en Trinidad, en Luque,
en todas las estaciones hasta Pirapó . Toda
vía recuerdo que era por cobro de impues
tos municipales. Nadie, señor Presidente, ni
siquiera esos jueces de paz que comunmente
no están muy informados en derecho , nadie,
repito , ha tenido la ocurrencia de inhibirse
por falta de competencia .
A mí me cuesta un poco de trabajo men
cionar las leyes porque son demasiado cono
cidas . Pero algunas veces me veo en esa
imprescindible necesidad .
El art. 205 del Código de Comercio dice,
refiriéndose á los transportes : Las acciones
podrán ser deducidas ante las autoridades
judiciales en que resida un representante
del porteador, y si se tratara de caminos de
hierro, ante la autoridad judicial en que
se encuentre la estación de partida ó de
arribo ».
¿Pero dónde está la falta, dónde está esa
falta de requisito de que la Compañía tenga
-- 544 -

domicilio aquí? Yo no la encuentro, señor Pre


sidente, y me consuelo pensando que como
yo ó el P. E , piensan todos los Tribunales
de la República, todos los señores, todos los
ciudadanos que, tranquilamente y exentos de
toda preocupación , han tenido que aplicar las
leyes de la República.
En cuanto á la multa, señor Presidente,
creo haber insistido suficientemente ayer,
diciendo de que no hablaba de ella sino para
satisfacer á los demás , á los adversarios de
este arreglo, á los que no piensan como el P. E.
A mí no me importa absolutamente nada.
de que se deba ó no se deba la multa. Su
pongamos que la multa no solamente tenga
que cobrar el Estado sino que tenga dere
cho á interés compuesto ; aún así quiero dar
le la razón , aún así, digo, en nada mayor
mente se beneficia el crédito del Estado en la
Compañía; y digo esto fundado en mis cál
culos, hechos , no á la ligera en un pupitre,
sino en algunas noches de vigilia , señor Pre
sidente; cálculos cuya exactitud numérica me
tomo la libertad de asegurar, pues han sido
revisados y confirmados además por conta
dores competentes ; y estos cálculos dicen
otra cosa completamente distinta de lo que
ha afirmado el señor diputado, si bien es
verdad que él ha llegado á compensar con
la doctrina acomodaticia de que una conce
sión no cumplida se vuelve en crédito en favor
del Estado, por el capital invertido ó que de
bió invertirse en la realización de las obras .
545

Con esa doctrina se ha llegado á la conclu


sión de que el Estado y la Empresa están
en igual pié de condiciones .
Yo confieso de que hay errores muy gran
des, creo haber dicho ya en mi exposición
anterior.
Aún suponiendo lo falso, aún suponiendo
cierto que haya equivalencia entre el crédito
y el débito ¿ no gana el Estado, señor Pre
sidente, cuando, á trueque de renunciar á
So's. 1.050.000 nominales, consigue la pro
longación de la línea de Pirapó á Villa En
carnación ? El mismo señor diputado en sus
cálculos le ha atribuido el valor de $ o/s.
3.000.000 ¿y qué mucho que el Estado consi
ga por 1.050.000 pesos nominales , por unos
papeles en los cuales está escrito eso, pa
peles despreciados en todos los mercados ,
la prolongación de la vía ? ¡ y en qué con
diciones, señor Presidente , sin garantía,
sin precio kilométrico , sin ninguna de esas
engorrosas reglas que han constituído nues
tras pesadillas en el estudio de estas cues
tiones ! Esta prolongación va á ser por
cuenta exclusiva de la Empresa. Y esto por
satisfacer un interés dudoso, porque según ha
expresado el diputado señor Lara Castro, un
miembro del Directorio ha dicho que á la
Empresa no le sería conveniente llevar el`
ferro carril á Encarnación ; pero, señor Pre
sidente, si la Empresa realiza un negocio.
dudoso para ella, en cambio satisface necesi
dades permanentes de la Nación , necesidades
546 --

de orden económico y político, vinculando la


capital con todos los pueblos situados sobre
el Paraná .
El señor diputado ha hablado también
de la garantía y ha sostenido una doctrina
absolutamente nueva, diciendo que no con
sistía más que en el interés del 6 % que el
Estado aseguraba á la Compañía. De manera
que si la Compañía gana 1 % el Estado debe
pagarle el 5 % , si gana 2 le pagará el 44 %,Y
así sucesivamente. A esta interpretación de
la ley, interpretación hecha doctrinalmente,
yo opongo la letra de la ley. La garantía
es absoluta. Dice el inciso 1.° del artículo 1.º
de la ley del 14 de Julio de 1890, que el 6 %
debe pagarse íntegramente por el Estado .
¿ Cuál sería la excepción de ese pago íntegro?
Adviértase que esta ley es una ley de com
placencia, se ha dictado precisamente cuando
la Empresa se apercibió de que no iba á
ganar nada con el negocio. No contenta la
Empresa con que la ley hubiese dicho
garantía absoluta, gestionó la interpretación
auténtica , la interpretación legislativa y se
dictó una ley el año 90, 14 de Julio , ley en
la cual se extremaban las generosidades con
la Empresa, se le aseguraba el seis por cien
to íntegro , sin centavo menos , y se le otor
gaba además el 35 % de las entradas á títu
lo de anticipo, solamente con la condición de
pagar el 6 % de interés.
Ha preconizado el honorable diputado otros
arreglos, por ejemplo, el de que quede el Es
547 ――

tado, dice, socio de la Compañía , ó mejor di


cho, accionista , y que otorgue á la Compañía
el usufructo exclusivo de la línea por cin
cuenta años, por ejemplo .
Pero, señor Presidente, yo no sé cómo es que
nosotros vemos de un modo tan diferente, de un
modo tan distinto que el honorable diputado.
Las acciones de 1.050.000 pesos no repre
sentan ni siquiera el 20 % de su valor real.
Yo quiero suponer que representen el 20 % ;
doy de barato que lo representen . Pues el
honorable diputado no quiere perder 1.050.000
pesos, para perder 3.150.000, que son los
intereses del 6 % durante 50 años . Está,
pues, el honorable diputado encaramado
por mantener en la mano derecha unos
papeles sucios é inútiles, que no sirven más
que para pleitos , y en cambio, con la izquierda ,
dá con mano generosa 3.150.000 pesos oro.
He oido en este recinto, señor Presidente,
muchas quejas, casi lamentaciones, sobre los
debentures. ¿Qué son estos debentures? ¿ Qué
son estas acciones ó estos bonos ? -Pues sen
cillamente son los títulos de la deuda que ha
contraido la Empresa para construir el ferro
carril de Villarica á Pirapó .
Sin el dinero proveniente de estos títulos
nunca la Empresa hubiera podido llevar á
cabo esa obra, porque un ferro- carril no se
hace con promesas.
Se preguntan algunos ¿ quién ha autorizado
la emisión de esos debentures ? Pues la Com
pañía, el directorio de la Compañía.
548

Los estatutos de la Compañía, registrados


en el Registro Público de Comercio del Pa
raguay, dicen que el directorio, sin consul
tar á ninguna asamblea de accionistas, pue
de emitir obligaciones hasta por valor de
1.500.000 $ en bonos hipotecarios, en bonos
cuyo pago se garante con la totalidad de los
bienes de la Empresa .
El directorio ha hecho uso de esa facul
tad que le acordaban los Estatutos , y cuando
vino al Paraguay el representante de la Com
pañía, estos debentures ya estaban emitidos,
suscritos, es decir, que la Compañía contrajo
la obligación antes que el socio Estado ó el
Estado, que fué socio posteriormente, fuese
accionista. ¿Por qué había de pedir permiso
al gobierno del Paraguay una compañía.
cualquiera establecida en el extranjero para
hacer lo que crea conveniente á sus inte
reses ? Los que sostienen la tesis debie
ran de preguntarse por qué el Estado ha
entrado á formar parte de esa Compañía
insolvente que vino al mundo, como dijo el
doctor Chaves, con una joroba enorme que
le impidió cumplir sus compromisos. ¿ Por qué
el Gobierno, digo yo, ha consentido en formar
parte de esa Compañía, cuando sabía per
fectamente por los informes del cónsul del
Paraguay en Londres que esa Compañía no
tenía ni para empezar, no tenía para pagar,
señor Presidente, el ferro carril de Asunción
á Villarrica, y mucho menos para hacer la
prolongación de Villarrica adelante ? .... Con
549 -

pleno conocimiento de todo esto, á posteriori,


el Gobierno consintió en formar parte de es
ta sociedad. Entonces el Gobierno entraría
á formar parte, diciendo : yo entro á formar
parte de la sociedad para participar de los
beneficios , pero las obligaciones anteriores
y posteriores á mi ingreso, quedan á cargo
de Vds.
Hemos dicho varias veces, señor Presidente,
que en el recinto de la Cámara traemos la
palabra leal y sincera del P. E., traemos
los motivos que han asistido al P. E. para
firmar este contrato de transacción . El P. E.
ha tenido en cuenta las leyes existentes, las
resoluciones de las autoridades constituidas
dictadas en uso de facultades legítimas, ha
tenido en cuenta hechos consumados , incon
movibles, que necesariamente dentro de la
honradez y de la buena fé deben constituir
jalones para la formación del criterio y el fi
niquito de todas estas cuestiones.
Yo creo, señor Presidente, que algunos de
los señores diputados todavía van á hacer
uso de la palabra ; me reservo, pues, para
continuar, si aducen algún argumento que
represente impugnación y refutación de mi
exposición .

Sr. Rojas - Pido la palabra.


Después de haber manifestado ayer el se
ñor ministro de Relaciones Exteriores que
el Gobierno coincidía con todos los impug
nadores de este proyecto desde el punto de
- 550 -

vista jurídico, parecía innecesaria la discu


sión desde este punto de vista y sí solamen
te bajo el punto de vista de su faz econó
mica; pero el señor ministro del Interior ha
creido necesario y conveniente despertar de
nuevo la discusión bajo el punto de vista
jurídico. Ha hecho un largo y hermoso dis
curso que hoy ha vuelto á reproducir, y ha
demostrado según su criterio que todos los
impugnadores de este proyecto, así sean los
que ocupan una banca en esta Representa
ción Nacional, como los que fuera de ella han
emitido juicios á este respecto, no tienen
razón y los únicos que tienen razón son los
defensores del proyecto de arreglo.
Yo concedo mucha importancia á la inte
ligencia del señor ministro del Interior ; pero
no creo que él sea el único depositario de
la verdad y creo que, juntamente con él, otros
han estudiado muy bien la cuestión y la han
visto no de la misma manera que la vé el
señor ministro. Por de pronto bien podría
hacerle pelear con su colega el señor minis
tro de Relaciones Exteriores, que en otra
oportunidad ha demostrado muy bien pre
cisamente todo lo contrario de lo que el señor
ministro del Interior se ha propuesto demos
trar hoy.
Uno de los puntos principales que el señor
ministro del Interior ha tocado y que, pre
cisamente por su importancia ha vuelto á
tocar hoy, es el domicilio de la Compañía.
Según el señor ministro del Interior la Com
-551 ―――

pañía tiene establecido su domicilio aquí;


para el miembro informante de la comisión
también, y el miembro informante de la co
misión ha llevado todavía más lejos su crite
rio: ha dicho que la Compañía no tiene su
domicilio aquí, pero sí su directorado ; no tiene
directorio, pero sí directorado ; este direc
torado está representado por una sola per
sona; de manera que se da el caso de un
directorio local, o que un directorado se
componga de una sola persona.
Voy á leer la opinión del doctor Zubiza .
rreta sobre el domicilio de la Compañía.
Tanto se le ha mentado, tanta importancia
se dá á su preparación jurídica , que creo
que vale la pena leerle:
« Ante el Gobierno del Paraguay, dice el
doctor Zubizarreta, la Compañía no tiene ni
puede tener otro domicilio que el de la Asun
ción para todos los efectos que se despren
dan de la relación jurídica, que tiene con
esta República .
« Cierto es que el art. 114 de los estatutos
dice así: « De tiempo en tiempo la junta:
nombrará la persona ó las personas que
crea idóneas para constituir una junta local
ó directorado en la República del Paraguay,
y en el ejercicio de las atribuciones más ade
lante expresadas, delegaría en dicha junta
ó directorado todas las facultades que pueda
exigir el Gobierno de dicha República ». Mas
también es cierto que esta cláusula de los
estatutos fué modificada antes del decreto
552 ----

de aprobación por el concierto que celebra


ron el Fiscal General del Estado y el repre
sentante de la Compañía. De común acuerdo
pusieron estas adiciones á los estatutos : 1.a
que el domicilio legal de la Compañía esta
ría en la capital de la República , sin perjui
cio del domicilio establecido en Inglaterra ;
2a que todas las relaciones del Estado del
Paraguay con la Compañía, así como todos
los derechos de la misma, serían regidos por
las leyes de la República.
« El decreto de 1º de Julio de 1889 aprobó
dichos estatutos de conformidad <<con la
aclaración convenida entre el representante
del Paraguay Central Company Limited y
el señor Fiscal General del Estado.
« El art. 21 de la ley de 22 de Setiembre
de 1887 ordenaba lo mismo de una manera
muy terminante, y exigía que tuviese en la
Asunción su asiento y residencia efectiva un
directorio con plenas facultades de adminis
tración .
<< Puede asegurarse sin temor de incurrir
en error que la Compañía nunca se ha con
siderado como teniendo en la Asunción su
domicilio legal. Esta frase la debemos enten
der bajo la definición de la ley ( Código Civil
art. 90). Domicilio legal es el lugar donde
la ley presume, sin admitir prueba en con
tra, que una persona reside de una manera
permanente para el ejercicio de sus derechos
y cumplimiento de sus obligaciones, aun
que de hecho no esté allí presente » .
553 ―

«El Directorio de Londres, después de


varios conatos, frustrados por sus propias
resoluciones, de establecer aquí un directo
rio, se limitó á enviar meros apoderados que
bajo el nombre de gerentes administrasen los
intereses de la Empresa en el Paraguay, con
el encargo de obrar bajo sus instrucciones.
Esto equivalía á eludir mañosamente la ter
minante disposición del citado art. 21 , que
exige el establecimiento de un directorio en
el Paraguay, porque jamás se ha visto que
un directorio se constituya con una sola
persona.»
No es cierto, honorable miembro informante
de la comisión, que aquí se haya constituído
un directorado.
(Leyendo): « La facultad que al efecto se
quiso establecer por el art. 114 de los esta
tutos contrariando la ley de concesión quedó
borrada por la modificación antes mencio
nada que dejó en pleno vigor la disposición
de la ley.»
«Debemos reparar en la diferencia notabi
lísima de una y otra representación . Un di
rectorio establecido de acuerdo con la ley y
decreto aprobatorio de los estatutos , repre
senta á la Compañía directamente sin el
intermedio del directorio de Londres , por
que su mandato lo recibe de la ley y del
contrato. Aunque el directorio de Londres
sea el que lo nombre, no puede darle ins
trucciones, por lo mismo que ese directorio
del Paraguay no ejerce su mandato por
554 —

delegación del que le nombra, sino por atri


bución propia » .
Y sucedió lo contrario: el representante de
la Compañía ejerce su representación por
mandato del directorio de Londres.
« No sucede así con los apoderados que
envía al Paraguay la Junta de Londres para
que administren el ferro- carril, pues como
mandatarios subalternos obran bajo las ins
trucciones del que los envía, y al que tie
nen que consultar contínuamente. El sistema
de omitir el directorio de la Asunción po
niendo en su lugar un empleado, no responde
tanto á la economía de sueldos como se pre
texta, cuanto sí á la cautela habilidosa de
librarse de las reclamaciones directas del
Gobierno. Cuando ocurre cualquiera recla
mación desagradable para el Gerente, éste
sale del paso invocando la falta de instruc
ciones ó la necesidad de consultar á sus man
dantes, mientras que el directorio local ten
dría que resolver por sí, directa , clara y
netamente sobre el caso.
« Varias consecuencias importantes ha trai
do aparejada esta falta de cumplimiento á la
ley del contrato . Mencionaré algunas . El
interventor señor Miranda ha denunciado y
el Gerente no ha negado que la contabilidad
estaba fraccionada, una parte aquí y otra en
Londres, y que no era posible por ese mo
tivo verificar las cuentas con la necesaria
exactitud . Los distintos conciertos ensayados
para dar fin á la irregular situación de co
555

sas entre el Estado y la Empresa, se han


hecho bajo la condición virtual de tener que
someterse los acuerdos legislativos de esta
República á la aprobación de la sociedad en
Londres, á pesar de la terminante disposición
legal de haber de tener aquí un directorio
con plena representación para todos los ne
gocios ordinarios y extraordinarios de la
Compañía; y bien sabido tenemos el desaire
que sufrió la ley paraguaya de 10 de Agos
to de 1894, ocasionado principalmente por
el desconocimiento de que el domicilio legal
de aquella y su representación completa para
todas las relaciones con la República, debiera
hallarse en esta capital. La Compañía ha
esta capital.
sido intervenida por sus acreedores. Esto
se ha sabido informalmente por una simple
referencia incidental de la carta que escribió
confidencialmente al ministro del Interior ,
señor Sosa, el señor Underdown en 18 de
Noviembre de 1891. Un hecho de tal impor
tancia se resolvió en Londres sin la menor
consideración al domicilio legal de la Com
pañía y haciendo caso omiso del Estado, obli
gado á la garantía . En realidad los gerentes
desde Mr. White inclusive, han sido apode
rados de los acreedores posesionados de la
caja del ferro - carril y no del Directorio de
Londres, aunque los miembros de la tal jun
ta hayan tenido y tengan el doble carácter
de mandatarios de la Compañía y interven
tores de ella por cuenta de los tenedores de
obligaciones hipotecarias .
―― 556 ――――

< Razón tuvo el ministro que amenazó al


gerente Mr. Gray de desconocerle su repre
sentación si en un breve plazo no se insta
laba el Directorio de la Compañía en la
Asunción . También la tiene el señor Miranda
cuando dice en su informe que la Compañía
se ha burlado de esa obligación legal y que
ha estado y está en el Paraguay sin repre
sentación legítima.
« Se han invertido los términos: se estipu
laba que la sociedad tuviera su represen
tación cerca del Gobierno y ha sucedido al
revés : el Gobierno ha tenido que nombrar
su representación en Londres cerca de la
Compañía. Sí que esto lo ha hecho en ca
lidad de accionista ; pero aún así resulta que
aquella no ha querido cumplir debidamente
con los efectos de su domicilio legal ..
Esto es lo que dice el doctor Zubizarreta,
el mentado maestro de la juventud para
guaya, en oposición á la doctrina sustentada
por el señor ministro del Interior.
El señor ministro de Relaciones Esteriores
ha dicho también el año 1896 que la Em
presa ó Compañía de la línea ferrocarrilera
no tenía personería legal, porque no había
establecido su domicilio en la capital de la
República.
No tengo en estos momentos el discurso
del doctor Báez , que creo además innecesario
desde el momento que él ha manifestado
ayer que este arreglo no debe ser conside
rado desde su punto de vista jurídico, cuan
557 ―――――

do todos estamos conformes, de acuerdo,


menos el señor ministro del Interior.
He querido leer estos párrafos del doctor
Zubizarreta, simplemente para indicar que
no creo que el señor ministro del Interior
tenga razón al referirse al domicilio de la
Compañía, diciendo que ha llenado el requi
sito esencial de su existencia al constituir
aquí en la capital de la República su domi
cilio legal, lo cual es incierto, puesto que la
Compañía no ha constituido su domicilio en
la República .
Pero ya que por causa del señor ministro
del Interior, forzosamente tenemos que ir
considerando desde el punto de vista jurí
dico el proyecto de arreglo suscrito entre el
P. E. y el representante de la Empresa, voy
á continuar leyendo otros documentos que se
refieren al caso .
Dice el doctor Audibert:

«Comenzaré por ocuparme de la ley del 22


de Setiembre de 1887, la cual autorizó al P.
E. á contratar con el doctor don Guillermo
Stewart la enagenación del ferro- carril de
Asunción á Villarrica, con todo lo que le
pertenece, por la suma de dos millones cien
mil pesos fuertes oro libras esterlinas , con
la obligación de prolongar la línea hasta
Villa Encarnación y dar principio á esta obra
antes que llegase á Villarrica la sección en
tonces en construcción por el señor Patri,
debiendo entregarla al tráfico público en el
558

plazo de tres años, contados desde la inau


guración de los trabajos.
« La Nación le garante un interés de 6 %
anual por el término de veinte años á la línea
de Asunción á Villarrica, sobre el costo de
venta de $ 2.100.000 oro, y de Villarrica á
Villa Encarnación sobre el costo que deter
minasen los presupuestos hechos por los in
genieros de la Compañía asociados de un
representante del Estado y aprobados por
el P. E., no pudiendo en ningún caso ga
rantirse más de $ 30.000 oro por kilóme
tro de vía. El concesionario se obliga á
pagar una multa de $ 8.000 en libras esterlinas ,
por cada mes de retardo en la terminación
de la vía.
« El importe del ferro carril sería satisfecho ,
una mitad al contado y en el acto de exten
derse la escritura de la compra-venta, y la
otra mitad proporcionalmente y á medida
que se entregase al servicio público cada una
de las secciones de la línea comprendida entre
Paraguarí y Villarrica , con arreglo á los
términos del contrato Patri.
« A los efectos de la garantía quedaron
fijados los gastos de explotación en el 55 %
del producto bruto, y las cuestiones ó diferen
cias que surgiesen entre el concesionario ó Em
presa y el P. E. acerca de la manera de cumplir
sus obligaciones, serían sometidas al juicio
de árbitros nombrados de una y otra parte.
«Tales son las cláusulas principales de la
ley de venta y concesión de la vía- férrea
559 --

acordada al doctor Guillermo Stewart, por la


referida ley.
« Marchó á Inglaterra él con sus títulos y
no pudo enagenarlos, pero encontrándose
con esperanzas de realizarlo solicitó algunas
modificaciones, que dieron lugar á las leyes
del 21 de Abril y 14 de Julio de 1888.
« Por la primera se elevó los gastos de ex
plotación al 65 % y por la segunda el pago
del precio debía verificarse, la mitad al con
tado y la mitad en acciones especiales de
preferencia, con un interés del 6 % anual. Y
en consecuencia, el Gobierno sería conside
rado como accionista en la Compañía que
al efecto se formase para la explotación del
ferro - carril, con los mismos derechos y pri
vilegios acordados á los demás socios, y
tendría la representación que le correspon
diese, con arreglo al capital que ingresase.
« Los estudios definitivos para la prolon
gación de esta línea , serían sometidos á la
aprobación del Gobierno y el concesionario
daría principio á la construcción del F. C.,
antes que llegase á Villarrica la sección
actualmente en ejecución , debiendo terminar
lo y entregarlo al tráfico público en el tér
mino de cinco años .... etc » .
« El art. 6. de la ley originaria, agrega ,
contados desde la inauguración de los tra
bajos, no incluyéndose en este plazo, las
últimas tres leguas antes de llegar á Villa
Encarnación , quedando autorizado el P. E.
á otorgar el plazo razonable para la termi
560 -

nación de esta parte de la línea , en vista de


los estudios sometidos á la aprobación del
Gobierno.
« El concesionario se obliga á pagar una
multa de $ 8.000 oro en libras esterlinas, por ca
da mes de retardo en la terminación de la vía.
El art. 6.º de la ley de 11 de Julio, después
de la expresión etc., continúa así:
« Las obras de prolongación así empezadas,
proseguirán sin interrupción alguna hasta
su terminación , salvo causas de fuerza ma
yor debidamente comprobadas.
« La nación garante el 6 % de interés anual
por el término de 20 años, de Asunción á
Villarrica sobre el costo de la venta y de
Villarrica á Villa Encarnación sobre el costo
(máximo está sobreentendido ) de $ 30.000
oro por kilómetro de vía, pagándose semes
tralmente por cada sección de 50 kilómetros :
entregada al servicio público ....
Sr. Lara Castro - Pido la palabra.
Yo rogaría al señor diputado supendiera
un momento su discurso para reanudarlo á
la tarde.

Sr. Presidente - Es muy temprano toda


vía .

Sr. Lara Castro - Entonces hago moción


para que se pase á un cuarto intermedio,
porque parece que el señor diputado quiere
seguir con la palabra y los señores taquí- .
grafos han de estar cansados.
――― 561 --

Sr. Presidente- Los taquígrafos no toman ,


nota de la lectura.
Está apoyada la moción del diputado se
ñor Lara Castro?
Sr. Lara Castro -- Retiro la moción , se
ñor presidente.

Sr. Rojas - Continúo . (Leyendo) : « Por fin


la ley de 16 de Mayo de 1889, autorizó al
P. E. á recibir en la Asunción el precio de
venta y otorgar la correspondiente escritura
de traspaso con arreglo á las anteriores le
yes y dentro de un mes improrrogable, á
contar desde su promulgación , quedando
entendido que el comprador se recibirá
de la vía férrea y sus accesorios en el es
tado en que se encontrase en la fecha de
firmarse la escritura de enagenación .
« El precio debía satisfacerse una mitad en
oro libras esterlinas al contado, en el acto
de firmarse la escritura, por la línea hasta
Paraguarí, y la otra mitad en acciones espe
ciales de preferencia , con el 6 % de interés
anual, entregadas proporcionalmente y á
medida que el gobierno fuese entregando
al comprador el resto de la línea en cons
trucción hasta Villarrica.
« El 12 de Junio del mismo año se extendió.
en la Asunción la escritura de venta del fe
rro -carril á la sociedad « The Paraguay Cen
tral Railway Company Limited » , previa apro
bación de sus estatutos é inscripción de éstos
en el Registro Público de Comercio.
562

« El Ministro del Interior, en representación


del Gobierno del Estado, dijo: « que daba
en venta real y enagenación perpetua el Fe
rro-Carril Nacional de Asunción á Villarrica,
á favor de la Sociedad Anónima « The Para
guay Central Railway Company Limited » ,
que representaba actualmente en esta capi
tal don Enrique Valpy, con arreglo á las
siguientes claúsulas :
«Primera: Se comprende en esta venta los
siguientes objetos :
(a) Todas las estaciones, edificios, salones,
talleres, construcciones, dependencias directas
é indirectas del Ferro - Carril de Asunción á
Villarrica ....
Esto voy á omitir de leer .
« El Estado, por razones económicas ven
dió la vía férrea de Asunción á Villarrica ,
con la condición impuesta al comprador de
prolongarla hasta V. Encarnación y le con
cedió el derecho de « construir y explotar »
la vía férrea, en los términos que se esta
blecen en las leyes del 22 de Setiembre de
1887 y 14 de Julio de 1888.
«Y ¿cuál es el derecho que el Estado ven
de y el comprador adquiere sobre la vía de
Asunción á Villarrica?
« El gobierno construyó esta parte y tenía
el derecho de explotarla y la transfirió con
todos los accesorios y elementos necesarios á
este efecto, á la sociedad « The Paraguay Cen
ral Railway Company Limited » .
― 563

« Los caminos , siendo bienes públicos del


Estado , están fuera del comercio y no es ,
ni puede ser materia de una enagenación
perpetua.
« Lo que el Gobierno ha vendido, no es el
dominio privado del suelo , los rieles, las ma
quinarias, wagones y estaciones , sino la ex
plotación del bien público de la vía férrea,
con todos sus accesorios , á fin de que la
vialidad esté mejor servida, en bien del in
terés comercial é industrial del país.
་ El comprador no puede desnaturalizar
la obra, ni suspender el tráfico, ni destruir
la vía. En una palabra, no puede ejercer
los derechos inherentes al dominio pleno ó
perpetuo. La concesión ó propiedad de una
vía férrea de servicio general, es así por
su naturaleza, su objeto y razón de ser, un
dominio imperfecto y temporario, porque la
explotación de una vía pública es el usu
fructo especial ó extraordinario, acordado á
una persona ó Empresa, sobre un bién del
dominio público; por consiguiente, ella es
por su naturaleza y por su objeto, una pro
piedad imperfecta y temporaria.
« El término de la concesión debe fijarlo
la misma ley, ó su reglamentación, ó el con
sentimiento universal de las naciones más
cultas, porque ella no puede ser perpetua
sin desnaturalizarse .
La Constitución del Estado ha sido pro
fundamente previsora al respecto. Autoriza
al Congreso á promover la industria, la
564

construcción de ferro- carriles, canales nave


gables y telégrafos .... etc. « por concesiones
temporales de privilegios y recompensas de
estímulo ». Art. 72 inciso 15.
« La construcción y explotación de una vía
pública , es la concesión de un privilegio ó
propiedad ....
Sr. Rolón (P. T.) - Me permite, señor di
putado?
Sr. Rojas - Sí, señor .

Sr. Rolón (P. T ) -Quiero advertir al


honorable diputado que todos los colegas
conocen los documentos que está leyendo .
Si se tuviese que leer todos los discursos
de los doctores Audibert y Báez, estaría
mos aquí tres ó cuatro días, y lo interesan
te es conocer la opinión del señor diputado
sobre el arreglo firmado últimamente por el
P. E. Creo que él debe ir citando los puntos
que le interese y discutir el arreglo . Hago
esta advertencia en obsequio de la Cámara
que le está escuchando con tanta paciencia .

Sr. Rojas - No tengo la menor duda de


que la Cámara conoce estos antecedentes ;
pero cuando se reunieron en casa del señor
González Navero varios amigos con el obje
to de discutir el arreglo, contraje el 蔬 com
promiso formal de enterarme de los antece
dentes á fin de que oportunamente pudiera
dar mi voto , y me he hecho precisamente
de esos antecedentes en el estudio que han
565 --

hecho los doctores Audibert y Báez , tanto


en la Cámara como fuera de ella, en el estu
dio que han hecho el doctor Zubizarreta,
Miranda y otros, que de una manera ú otra
han contribuído á esclarecer esta cuestión .
Yo necesito dar á conocer los fundamentos
· de mi voto ....

Sr. Rolón (P. T.) - Todo eso está muy bien ;


pero el señor diputado hubiera leido en su
casa esos documentos. Eso hubiera sido más,
cuerdo .
No habrá prometido en casa del señor
Emiliano González Navero que vendría á
leerlos en sesión .

Sr. Rojas - Señor presidente: Creo que el


diputado está en la entera libertad de leer
todos los documentos que crea conveniente .
y sobre todo la Cámara así lo ha resuelto

Sr. Rolón (P. T.)- Está muy bien señor


diputado; si vd. no acepta ....

Sr. Rojas - Verdaderamente lamento te


ner que cansar á vd. y otros colegas ....

Sr. Rolón (P. T.) - Conocemos los docu


mentos que está leyendo ....
Sr. Rojas- A mí me es absolutamente
igual que la sesión termine hoy ó que ter
mine dentro de un mes ; yo estoy dispuesto
á oir á todos los señores diputados y quie
ro que á mi también me oigan....
1
――― 566 -

Sr. Pérez (J. A.) — A vd . sí, pero discur


sos ajenos , nó.

Sr. Molina (al señor Rojas) - Se conoce


que vd. es buen lector. Yo propondré al P.
E. para que le nombre profesor de lectura
en las escuelas. Yo le reconozco como poeta
y buen lector al señor diputado; pero venir
á esta Cámara con esta impertinencia, con
la lectura interminable de documentos y de
discursos pronunciados por otros en otra
época y que están en el dominio de todos,
es hasta ridículo, señor presidente .

Sr. Pérez (J. A .) - Ni más, ni menos.

(Murmullos en la barra).

(El presidente agita la campanilla).

Sr. Molina - Si hasta este momento , yo


he soportado esta impertinencia , mi paciencia
se me ha agotado . Yo quiero que el señor
diputado Rojas combata el arreglo ad-refe
rendum ó la transacción firmada por el P.
E., verdaderamente con argumentos más ó
menos sólidos , de su cosecha propia ; pero
que no venga aquí á exhibirse al público
con discursos pronunciados por el ilustrado
doctor Audibert y por el eminente estadista ,
entonces diputado, doctor Báez . La lectura
de esos antecedentes está demás completa
mente, porque todos los hemos estudiado,
todos los conocemos.
567

Repito que voy á proponer al P. E. para


que el señor diputado Rojas sea nombrado
profesor de lectura.

(Breve pausa).

Sr. Rojas - Desearía saber si el diputado


doctor Molina ha terminado , para que pueda
continuar la lectura.

Sr. Molina - La lectura, nó, señor presi


dente.

Sr. Presidente - Mientras la Cámara no


resuelva lo contrario, el señor diputado pue
de seguir leyendo .

Sr. Molina -Pues yo, señor presidente ,


propongo que se suprima la lectura.

Sr. Presidente -¿Está apoyada la propo


sición del diputado señor Molina, para que
se suprima la lectura de esos documentos?

Sr. Pérez (J. A.) -Es decir, del discurso


que está leyendo . Si tiene algún discurso
propio, que lo lea en buena hora.

Sr. Rolón (P. T.) - Ruego al diputado se


ñor Molina se sirva retirar la moción que
hizo . Creo que no debe cohibirse á ningún
diputado en el uso de la palabra .
Yo he hecho simplemente una advertencia
al diputado señor Rojas, por si él quisiera
acojerla buenamente .
568

Sr. Molina - Ya que me lo pide el dipu


tado señor Rolón , retiro mi moción y tendré
el gusto de continuar oyendo la lectura.

Sr. Presidente - Voy á consultar con la


Cámara si se permite al diputado señor Mo
lina el retiro de la moción que había for
mulado.

Sr. Rolón (P. T.) -- Ya la ha retirado ....


Sr. Molina- y creo que no hay nece
sidad de una votación de la Cámara.

Sr. Presidente - El reglamento prescribe


que no está en la voluntad del señor dipu
tado el retiro de su moción una vez apoyada
por la Cámara .
Voy á poner á votación si se permite que
el diputado señor Molina retire su moción .

- Mayoría.
Sr. Presidente - Puede continuar leyendo
el diputado señor Rojas.
Sr. Rojas Antes debo hacer una adver
tencia á la H. Cámara, que mucho más le
agradecería al señor diputado Molina si pro
pusiese mi nombramiento como profesor de
lectura, de idioma nacional y de literatura,
para tener el placer de contarle entre mis
alumnos. Ahora continúo :
« La construcción y explotación de una vía
pública es la concesión de un privilegio ó
propiedad que, de acuerdo con la Constitu
- 569 -

ción del Estado debe ser temporal , como es


temporal la propiedad del autor ó inventor
de una obra, invento ó descubrimiento. Véase
artículo 19 de la misma . El término de la
concesión ferroviaria ó del autor de una obra
es indeterminada , mientras no se dicte la ley
reglamentaria, pero todo autor ó concesio
nario de ferrocarriles está sujeto á la ley
que puede y debe dictar el Congreso ; por
que nadie puede ignorar la ley fundamental
de la República, para pretender que una
concesión ferroviaria de servicio general, es
un dominio perfecto ó perpetuo, como la
propiedad privada .
Por el art. 2.º de la ley de 22 de Setiembre
de 1887, como por el art. 3.º de la ley del 16
de Mayo de 1889, «The Paraguay Central
Railway Company Limited » debía entregar
en el acto de la escrituración £ 210.000 en
efectivo, por la línea hasta Paraguarí ; y por
el resto de la línea hasta Villarrica, debía
de dar £ 210.000, en acciones especiales de
preferencia, proporcionalmente, y á medida
que el Gobierno fuese entregando al compra
dor el resto de la línea en construcción hasta
su término .
« En la misma escritura del 12 de Junio
de 1889, consta que la Empresa se recibió
en el acto de la línea de Paraguarí hasta
Ibitimi, pero en ninguna parte consta que
hubiese la Compañía cumplido la obligación
de entregar las acciones de preferencia espe
ciales, proporcionalmente y á medida que el
- 570 ――――――

Gobierno fuese entregando al comprador el


resto de la línea en construcción.
« La Contaduría General reclamó esta fal
ta y el Gobierno del General Escobar, á
pesar de dichas leyes y el contrato, siguió
entregando la vía férrea hasta Villarrica, sin
exigir las acciones de preferencia que debía
entregar la Compañía en la Asunción y en
la forma expresada .
« La nota del cónsul Mr. Christopher Ja
mes , del 3 de Noviembre de 1891 , hizo saber
al Ministro de Hacienda , que la Junta Direc
tiva de la Empresa recién resolvió entregar
las referidas acciones en su sesión del 28
de Octubre del mismo año 91 , en la ciudad
de Londres y nó en la Capital de la Repú
blica.
« Para explicar esta primera falta y otras
de la Compañía , es preciso estudiar su for
mación, su capital y sus recursos artificiosos
en Londres.
« El día 15 de Febrero de 1889, el comi
sionado doctor Guillermo Stewart celebró un
contrato con los señores Perry, Cutbill, de
Lungo y C. por el cual se comprometió tras
ferirles la concesión ó á la persona ó socie
dad que ellos indicasen, por la suma de cien
mil libras esterlinas .
« A este efecto , el 5 del mismo mes de Fe
brero, quedó terminado los Estatutos de una
sociedad anónima denominada « The Para
guay Central Railway Company Limited >>
y fueron registrados en 13 del mismo, fiján
- 571

dose el domicilio de ella en Londres, bajo


la dirección de los señores Edward Pleydell
Bouverie, E. M. Underdown, Edwart Thorn
ton , Sir Douglas Fox, Walter J. Stride, Glyn ,
Mills, Currie y C.ª, Burrel y Valpy y otros
señores ».
No estoy muy versado en inglés, por eso
leo así esta parte.
« Esta Compañía formaba su capital con £
482.930, dividido en 21.000 acciones liberadas.
de preferencia de £ 10 cada una, al 6 % de
interés anual, ó sea, £ 210.000 destinadas al
Gobierno de la República, como precio de la
línea de Paraguarí á Villarrica; y 27.293 ac
ciones ordinarias de £ 10 cada una , que hacen
£ 272.930 de acciones comunes . La sociedad
podía emitir £ 1.500.000 en acciones hipote
carias.
« Los señores Perry, Cutbill, de Lungo y
C.a , por contrato del 27 de Abril del mismo
año, vendieron á dicha sociedad anónima la
concesión del doctor Guillermo Stewart y
tomaron á su cargo el cumplimiento de ella ,
bajo las siguientes principales bases :
Ellos se comprometían á la transferencia
de la concesión del doctor Stewart y á pro
veer á la Empresa « The Paraguay Central
Railway Company Limited » , la suma en efec
tivo de £ 210.000 para el pago del precio de
la línea de Asunción á Paraguarí y £ 210.000
en acciones de preferencia para el pago del
precio de Paraguarí á Villarrica, con arreglo
á la escritura de concesión del doctor Stewart
― 572

de fecha 28 de Octubre de 1887 y 24 de Julio


de 1888 ; además se obligaban á prolongar la
vía hasta Villa Encarnación , dentro del tér
mino de cuatro años , debiendo quedar con
cluidos los cien primeros kilómetros de la
prolongación , dentro de tres años , contados
desde la fecha del contrato.
« Los señores Perry, Cutbill, de Lungo y
C.a, se obligaban también á satisfacer todas
las sumas necesarias para la expropiación
de tierras, como cualesquiera otras obliga
ciones, daños y perjuicios que la Compañía
tuviese que pagar al Gobierno de la Repú
blica, por falta de cumplimiento de lo estipu
lado .
Por ejemplo, la multa de 8000 pesos oro
en libras esterlinas por cada mes de retardo .
« Por cuenta de ellos corrían también la
formación y registro de la Empresa , la trans
ferencia de la concesión , gastos de planos y
demás trabajos preliminares, así como todos
los gastos legales de cualquiera clase que
fuesen . Debían pagar la suma de £ 23.000
en efectivo para los gastos de administración
durante la construcción de los primeros 100
kilómetros, y los sueldos de los ingenieros .
También debían entregar á la Empresa, se
mestralmente, el interés garantido por el
Gobierno para ser distribuido á los tenedores
de obligaciones hasta la entrega de la vía
al servicio público . Para la prolongación del
resto de la línea hasta Villa Encarnación se
reservaron un término de 18 meses , dentro
573

del cual optarían ó nó por la obra. En una


palabra, por el contrato del 27 de Abril de
1889, los señores Perry, Cutbill, de Lungo y
C.a , tomaron á su cargo la concesión, siendo
de cuenta de ellos el pago del precio de ven
ta del ferro - carril, el de todos los gastos de
la prolongación , los de la administración esti
pulados y el del servicio de las acciones , de
tal manera , que la Compañía no debía de
sembolsar dinero alguno efectivo, pues ella
pagaba á los expresados contratistas sus ser
vicios , desembolsos y responsabilidades con
los siguientes títulos :

Sr. Presidente - La mayoría de los dipu


tados se han retirado. La Cámara está sin
quorum .

Sr. Rojas - Muy bién ; así voy á descan


sar un rato.

Sr. Lara Castro --- Voy á invitar á algu


nos representantes, para tomar alguna reso
lución .

Sr. Presidente - Perfectamente.

(Sale del recinto el diputado señor Lara


Castro).

(Breve pausa).

(Entran los diputados Porta Bruguez y


Lara Castro).
574 --

Sr. Presidente - Puede continuar, señor


diputa do.

Sr. Rojas -- Muy bién , señor presidente .


« La compañía les entregaría en pago de
las £ 210.000 en efectivo que debía dar al
gobierno:
£ 285.715 en acciones hipotecarias .
£ 210.000 en acciones de preferencia .
£ 272.930 en acciones comunes ; £ 60.000
en acciones hipotecarias y £ 31.300 más, en
estas acciones en pago de Planta, gastos
preliminares, concesión , provisión de dinero
á la compañia , servicios de intereses, etc.
« Por la prolongación de los 100 prime
ros kilómetros la Compañia le entregaría
£ 536.985 en acciones hipotecarias , que hacen
un total de £ 914.000 en acciones hipoteca
rias, £ 210.000 en acciones de preferencia
y £ 272.930 en acciones comunes.
Los gastos de emisión , seguros, colocación
y cualesquiera otro, son por cuenta de los
señores Perry, Cutbill, de Lungo y Ca., al
tipo del 26 1/2 % de descuento por la prime
ra emisión de £ 400.000 y al tipo de 26 %
de descuento por la segunda de £ 514.000 .
« En caso que los señores Perry, Cutbill,
de Lungo y Cia., optasen por continuar la
prolongación de la vía hasta Villa Encarna
ción , esto es, por la construcción de los 119
kilómetros restantes, la Compañía les entre
garía por gastos de administración 25.800 £
en acciones hipotecarias y £ 560.200 por las

1
-- 575 -

obras, que hacen un total de £ 586.000 de las


referidas acciones.

Sr. Presidente (Agitando la campani


lla )-Siendo la hora demasiado avanzada ,
invito á los señores diputados al almuerzo
preparado en el Club Paraguayo y consulto
con la Cámara si se suspende la sesión per
manente para continuarla á las dos de la
tarde .

-Se suspende ia sesión.

-Con asistencia de los señores Perasso ,


Porta Bruguez , Rolón (P. T. ) , González , Le
gal, Pérez (G.), Moliua, Rodas, Ayala, Rojas,
Báez , Chaves, Pérez (J. A. ) , Lara Castro y
los ministros del Interior, de Hacienda, de
Relaciones Exteriores, de Justicia Culto á I.
Pública y de Guerra y Marina, siendo las 2
20 p. m., dice el

Sr. Presidente -- Continúa la sesión.


Tiene la palabra el diputado señor Rojas .

Sr. Rojas -- Continúo, señor Presidente :


« A la luz de los hechos expuestos, voy á
examinar las cuestiones existentes, para juz
gar sobre las ventajas ó inconveniencias del
arreglo .
« La primera y fundamental cuestión puede
formularse así: Cuando se suspendió la pro
longación de la vía - ¿el gobierno tenía ó nó
satisfecha su cuenta de garantías?
576 ―――

«< He aquí el punto capita


viario . El señor White afi 1 del asunto ferro
del 12 de Enero de 1894: rma en su protesta
de las obras de prolonga que la prosecución
carnación , fueron sus .ción, hasta Villa En
adeudarse á la Empres
pendidas después de
En su refutación al i a un año de garantías .
especial del H. Senac nforme de la comisión
bre de 1893 dice : « S o de fecha 12 de Octu
pendidas , es por qu si las obras fueron sus
Empresa casi tres e el gobierno debía á la
atrasadas , cuand semestres de garantías
bajos en el mes se suspendieron los tra
¿ Qué tiempo d le Agosto de 1891 » .
trabajos de pro espués se suspendieron los
de los datos ha longación de la vía? ¿ Cuál
misión de Haci .bría que creer? ¿ el de la Co
dido después enda que dijo haberse suspen
de ocho meses ....?
Sr. Porta
Bruguez-- Es cierto .
Sr. Roja
Interior qu s-....ó el del señor ministro del
del Gerent e creo ha dicho diez meses , ó el
El Ger e de la Compañía ?
bajos se nte manifestó que cuando los tra
si tres s suspendieron el Gobierno debía ca
emestres de garantía ....
Sr. 1
lo que Porta Bruguez - Es la opinión de Vd .
ron 1 quiero conocer : cuándo se suspendie
pago os trabajos y cuándo se suspendió el
, de la garantía ?
S
r. Rojas- Aquí viene .
577 ―――――

Sr. Perez (J. A.) – El discurso de quién es?

Sr. Rojas- (Leyendo) « El origen que ha


producido esta situación , es que el Gobierno
con anterioridad á la suspensión de los tra
bajos en el mes de Agosto de 1891 , había
faltado á sus compromisos y no podía cum
plir los venideros.

Sr. Pérez (J. A. ) - Una pregunta, señor


diputado. En el supuesto de que la garantía
estaba adelantada por tres meses, después
de vencido este tiempo ¿ podía continuar pa
gando el Estado la garautía ?

Sr. Rojas - El Estado dejó de pagar la


garantía, porque la Empresa faltó á sus com
promisos.

Sr. Pérez (J. A. ) - No es cierto. El Estado


del Paraguay no podía pagar la garantía
después de 1891 , porque sus rentas no pasa
ban de 3.000.000 de pesos papel, con los cua
les apenas cubría su presupuesto, ¿y cómo
había de poder pagar una cuenta de 500.000
pesos oro? Contésteme esto, señor diputado .

Sr. Rojas - El hecho indiscutible es que


cuando el 6 de Agosto de 1891 se suspendie
ron los trabajos de la prolongación de la
vía, el Estado era acreedor de la Empresa
del ferro- carril por dinero que había adelan
tado por concepto de garantía en una suma
igual á 54.000 pesos oro.
-- 578 -

Sr. Pérez (J. A. ) - Pero después ¿ podía


continuar pagando ?

Sr. Rojas - De manera que la Empresa


no tenía razón cuando alegó la circunstancia
de que el Gobierno no podía pagar esa ga
rantía.

Sr. Pérez (J. A. ) Acepto eso ; pero des


pues de haber pagado esos 54.000 pesos
¿ podría seguir pagando la garantía?

Sr. Rojas - El Estado estaba obligado


por cada sección de la línea que la Empresa
concluyese ....
Sr. Presidente - Advierto á los señores
diputados que el reglamento prohibe discu
siones de este género .

Sr. Pérez (J. A. ) - El señor diputado me


ha permitido hacerle una pregunta á fin de
alcanzar de él una opinión propia, ya que
el discurso que lee no es suyo, sinc de otro,
pronunciado hace diez años, y hay que co
nocer la opinión personal del señor diputado .

Sr. Rojas - Es muy cierto, señor diputado .


Pero yo creo que tampoco he tenido necesi
dad de hacer un discurso propio, ni creo que
ninguno de los que han tomado la palabra
para discutir este proyecto, ha hecho un dis
curso que pudiera llamarse verdaderamente
propio, porque esta cuestión está agotada de
suyo, ha sido estudiada perfectamente hace
- 579 ――――

diez años en todos sus puntos. El mismo


convenio celebrado por el P. E. y la Empresa
no es nuevo ; no es más que una reproduc
ción del convenio White-Martínez, con peque
ñas diferencias, ó diferencias sustanciales si
se quiere, pero no es más que la repetición
de aquel mismo convenio, y todos los dis
cursos que se han hecho, pueden ser perfec
tamente adaptables á este nuevo convenio.

Sr. Porta Bruguez -- Votemos, entonces.

Sr. Rojas-- Y tan es así, que ni la comi- ·


sión de Hacienda , ni ninguno de los que han
defendido el proyecto han aducido nuevas
argumentaciones.

Sr. Pérez (J. A. ) - El señor ministro del


Interior ha hecho un nuevo y hermoso dis
curso.

Sr. Rojas --Indudablemente el señor mi


nistro ha hecho un hermoso discurso , pero
no todo es suyo .

Sr. Presidente - Voy á hacer leer el ar


tículo 271 .

Sr. Pérez (J. A.)


Lo conocemos, se
Sr. Rolón (P. T.) ---
ñor Presidente.

Sr. Rojas- Su señoría va á tener la ama


bilidad de disculparme siempre que los se
ñores diputados e obliguen, interrumpién
580

dome, á darles la cara de frente, porque si


su señoría me obliga á no mirarles siempre
de frente, voy á tener que dar las espaldas
á estos caballeros. Así es que, repito, su se
ñoría va á tener la amabilidad de disculpar
me por todas las veces que, sin querer, haya
de faltar á la prescripción reglamentaria .
(Leyendo) Veamos ahora lo que la Em
presa tiene derecho á cobrar hasta la suspen
sión, y lo que ha cobrado.
«De las cuentas de los señores Rojas y
White resulta evidente que :

El Gobierno Debe
A garantía del 6 % sobre 1.050.000
Del 16 de Julio del
89 al 31 de Octu
bre del mismo ...... 24.509:91
A id . del 1º de No
viembre del 89 á 30
de Abril del 90 .... 31.500: 00
A id. id. 1 ° de Mayo
del 90 al 31 de Oc
tubre del 90 ........ 31.500:00
A id. id. 1º de No
viembre del 90 al
30 de Abril del 91 31.500:00
A garantía sobre prolongación :
De Yuty á Villarrica
32 km. á ......... 30.000
Del 20 de Noviembre
de 1890 á 30 de
Abril de 1891 ...... 2.797:58
581

Deuda total del go


bierno al 30 de
Abril del 91 ......... 121.807:49

Ciento veinte y un mil ochocientos siete


con cuarenta y nueve centavos oro .
Veamos ahora el haber del gobierno :
Por el 35 % de las en
tradas brutas del
16 de Junio de 1889
al 30 de Abril de
1891 , según cuadro
Mr. White, oro ...... 94.514: 70
Por anticipos del go
bierno en Londres
el 29 de Agosto de
1890 ..... £ 5.064-4 6
El 12 de Septiembre 8.503.3.9
El 26 id. » 2.785-8-11

16.352-17-1
que hacen 81.764:29

Total 176.278:99
El gobierno tenía pues, á su fa
vor la suma de ciento setenta
y seis mil doscientos setenta y
ocho pesos fuertes oro , con no
venta y . nueve centavos , el 30
de Abril de 1891 ...... 176.278 :99
121.807:49

54.471 :50
582

« Restando de esta cantidad lo que debía


en la misma fecha, se tiene un saldo favora
ble de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos
setenta y un pesos fuertes oro , con cincuen
ta centavos, el 30 de Abril de 1891 .
« La obra de prolongación se suspendió
el 9 de Agosto del mismo año 91 ; por consi
guiente, queda demostrado con la fuerza
incontestable de los números, que la Empre
sa suspendió los trabajos antes de tener el
derecho de cobrar la cuenta de garantía
correspondiente al 1 ° de Noviembre del mis
mo año, á cuya cuenta tenía el Gobierno
adelantada la suma espresada de $ 54.471.50
centavos oro.
«Y la Empresa no puede pretender que
los 35 % de las entradas brutas, no deben
imputarse á la cuenta de garantías, porque
el art. 2º del decreto de 16 de Mayo de 1893
dispone lo siguiente :
<<En las nuevas liquidaciones serán calcula
das íntegramente los 35 % del producto bru
to, con sus intereses del 6 % anual, ambos
desde el 16 de Junio de 1889 hasta el 31 de
Octubre de 1891 , deduciéndose su totalidad de
la suma de intereses adeudada á la Empresa
por garantías hasta esta última fecha; pero
de esta en adelante serán formulados los ba
lances con la admisión de la parte del 35 %
que retuviese la Empresa por insuficiencia de
los 65 % para cubrir los gastos de explotación
de la vía , siempre con arreglo al tanto por
ciento de gastos fijado de acuerdo con el
583 ―――――

Interventor y aprobado por el Gobierno, y


el excedente de la parte referida del 35 %
será entregado á la Tesorería Nacional » .
Esto en cuanto á lo relativo á la garantía.
Se ha dado y se dá, creo que con bastan
te razón , una importancia incontrovertible á
los números . Se vé por estas cifras, que son
el resultado del estudio de documentos ofi
ciales, que no es cierto que el Gobierno ha
ya sido deudor de la Compañía por concep
to de garantía cuando la Compañía suspendió
los trabajos de la prolongación de la vía .
Vamos á otro artículo . Voy á ir cercenan
do la lectura en obsequio á los señores di
putados que han manifestado conocer per
fectamente bien todos estos documentos .
Como son sumamente extensos, han podido
olvidarlos; por eso he querido refrescarles
la memoria .
« La Compañía, pues, evidentemente, no
ha estado, ni está en condiciones de llenar sus
compromisos hacia el Estado , y la causa ale
gada para la suspensión de la obra es ma
nifiestamente falsa.
«Y dada esta situación : ¿El Gobierno está
obligado á pagar la garantía estipulada ?
« La Empresa, fundándose en el hecho falso,
de que el Gobierno le debía un año de ga
rantía, cuando se suspendió la prolongación
de la vía, ha dicho en la protesta del 12 de
Enero de 1894 que se consideraba desligada
y dejaba en suspenso la obligación de pro
longarla hasta Villa Encarnación , mientras
584 ―

el Gobierno de la Nación Paraguaya no


cumpliese la garantía estipulada .
«Y la comisión en mayoría, fundada en el
mismo hecho falso, agrega :
« ¿ Es lógico, es prudente, es razonable su
poner que cuando existe una obligación re
cíproca entre dos partes contratantes , como
en el caso sucede , puede con toda impuni
dad faltar una de ellas á lo pactado y aún
considerarse con derecho de exijir que la
otra lo cumpla?
« Pero fundado en esta misma razón , doc
trina ó ley, el Gobierno puede y debe decir
á la Empresa : Me considero desligado y dejo
suspenso el pago de la garantía, desde el 5
ó 9 de Agosto de 1891 , mientras la Empresa
no prosiga sin interrupción la prolongación
de la vía hasta Villa Encarnación, salvo
caso de fuerza mayor debidamente compro
bado .
« El caso fortuito ó fuerza mayor, según
Escriche, es el suceso inopinado ó que no se
puede prever ni resistir . Ley 11 « Tt. 33
Pár. 7 - Tales son , agrega, las inundaciones,
torrentes, naufragios , incendios , rayos, vio
lencias, sediciones populares, ruinas de edifi
cios causadas por alguna desgracia imprevis
ta, y otros acontecimientos semejantes.
« El art. 513 del Código Civil dice : El deu
dor no será responsable de los daños é in
tereses que se originen al acreedor por falta
de cumplimiento de la obligación, cuando
- 585 ――――

estos resultaren de caso fortuito ó fuerza


mayor » .
« El señor diputado Báez ha explicado el
caso fortuito ó de fuerza mayor, con arreglo
á la nota del codificador, y la fuerza mayor
alegada por la Empresa consiste en el he
cho de no haber podido prever la falta
de pago de la garantía por el Gobierno; pe
ro esta circunstancia, admitiendo la hipótesis ,
de que fuese cierta, al tiempo de la suspen
sión de la obra, no constituye un caso for
tuito ó de fuerza mayor, en el sentido de la
ley y del contrato, porque es un hecho que
ella pudo prever por el estudio del presu
puesto y recursos del Gobierno » .
Ahora voy á leer la parte pertinente á
los créditos privilegiados , que es también
otro de los puntos que ha tocado el señor
ministro del Interior en su exposición de
ayer.
« Por el art. 27 del contrato de Abril 27
de 1889 entre la Compañía y los contratistas,
los debentures emitidos serán irredimibles,
gozarán de un interés perpetuo del 5 % y
serán una primera deuda flotante sobre el
ferro-carril y la garantía del Gobierno,
mientras dure esta, y sobre el material ro
dante y accesorios y edificios del ferro- ca
rril».
<Los debentures son irredimibles , y bajo
este punto de vista son verdaderas acciones
sociales ; ganan un interés fijo y bajo este
punto de vista tienen los caracteres de cré
586

dito contra la Empresa ó Compañía ; esto es,


sobre el ferro-carril y la garantía del Go
bierno que la pertenece .
« Más de esta manera se vé, que los de
bentures de la Sociedad, por nuestra legis
lación no son créditos hipotecarios, ni pren
darios, sino verdaderas acciones sociales , de
carácter preferente á las acciones comunes
de las compañías .
«Y desde que por los Estatutos de la Com
pañía, « todas las relaciones del Gobierno del
Paraguay con ella deben rejirse por las leyes
de la Republica » , es evidente que los deben
tures emitidos no pueden tener privilegic
sobre las acciones de preferencia del Go
bierno, que son también irredimibles y gozan
también de un interés fijo.
<< Por otro lado , el art. 3876 del Código
Civil, establece que: « El privilegio no puede
resultar sino de una disposición de la ley .
El deudor no puede crear privilegio á favor
de ninguno de los acreedores ».
« Las acciones del Gobierno son de prefe
rencia con arreglo á la ley de concesión y
ninguna otra acción ó título de la Compañía
puede ser privilegiada sobre ellas, sin una
ley de la República, puesto que todas las
relaciones del Paraguay con la Empresa se.
rijen por las leyes del país.
« Fuera de esta consideración existe otra
razón fundamental y especialísima , que hace
inadmisible la doctrina del abogado inglés
consultado por Mr. James. Las acciones de
587

preferencia del Gobierno constituyen el precio


de venta de la línea de Paraguarí á Villarrica ,
sujeta á la condición resolutoria de la pro
longación de la vía hasta Villa Encarnación .
En tal sentido, debe tenerse en cuenta lo
dispuesto en el art. 3924 del Código Civil que
dice: El vendedor de un inmueble no paga
do, aunque hubiese hecho tradición de él,
haya dado término para el pago ó fiádose
de otra manera en el comprador, tiene pri
vilegio por el precio que le es debido, y
puede ejercerlo sobre el valor del inmueble,
mientras se halla en poder del deudor ; pero
los administradores de los bienes concursa
dos están autorizados para retener el inmue
ble, pagando inmediatamente el precio de la
venta y los intereses que se debiesen » .
« Entiendo, pues, que las acciones de prefe
rencia del Gobierno es una parte del precio
de venta, que debe subsistir mientras dure
la concesión , con interés del 6 % anual, y con
el privilegio especial del art. 3924 del Código
Civil, puesto que es una manera de fiar que
ha tenido el vendedor en el comprador.
<<Bajo este punto de vista, aun cuando los

debentures fuesen créditos hipotecarios , son
de orden inferior al privilegio de las acciones
de preferencia del Gobierno, por cuanto por
el art. 1496 del Código de Comercio,

(Entra el diputado señor Sosa)


los acreedores hipotecarios son posteriores
á los acreedores con privilegio especial .
588

« Bajo otro punto de vista, no es menos


incontestable el privilegio de las acciones
de preferencia del Gobierno sobre los deben
tures. El interés general de la sociedad ha
consagrado que, los créditos del fisco » son
privilegiados sobre la generalidad de los
bienes del deudor, sean muebles ó inmuebles ,
y es fuera de cuestión , que bajo este punto
de vista especial, las acciones de preferencia
del Gobierno son privilegiadas sobre todos
los bienes muebles é inmuebles de la Com
pañía, y en tal carácter su privilegio es aun
muy superior á los verdaderos acreedores
hipotecarios, puesto que es anterior á los
acreedores con privilegio especial. »

(Salen del recinto los señores Pérez (J. A.)


y Porta Bruguez)

Sr. Perasso -- Advierto á la presidencia


que la Cámara está sin quorum .

Sr. Presidente Es que todos los señores


diputados disparan de la lectura. Tenga la
bondad de terminar, señor Rojas.

Sr. Rojas - Ya voy á terminar.


Sr. Rolón (P. T.) —
――― Hay quorum.
Sr. Rojas
« El interés general de la sociedad ha con
sagrado que el crédito del fiador es privile
giado sobre la totalidad de los bienes del
deudor, sean muebles ó inmuebles ; y si se
589

mira la cuestión desde este punto de vista


especial, las acciones de preferencia del Go
bierno son privilegiadas sobre todos los bienes
muebles é inmuebles de la Compañía; y en
tal carácter, es muy superior á las de los
acreedores hipotecarios .
« Las acciones de preferencia del Gobierno ,
le dan á éste el derecho de socio, á los efectos
de intervenir en la marcha de la Compañía
y recibir el interés estipulado; pero ni la ley
de concesión ni los Estatutos despojan al
Estado de su privilegio general, ni de su
privilegio especial . La quiebra de la Empresa
no es la quiebra del Estado.
« En caso de liquidación administrativa ó
judicial de la Empresa, no comprende las
acciones de preferencia del Gobierno, sino
las acciones comunes de la misma y las car
gas y ventajas de la concesión .
« Esto resulta claramente de nuestras leyes,
y en cierto modo resulta más claramente
expresado en el contrato entre la Compañía
y los señores Perry , Cutbill , de Lungo y Cía.
«Cuando se emitieron esas acciones, sabían
los señores poseedores de debentures que
el Gobierno tenía acciones de preferencia
contra la Compañía por la cantidad de
$ 1.050.000 oro, que era el precio de la venta;
y que como tal, tenía un privilegio especial,
tanto por las leyes nuestras y las inglesas,
si es que mi memoria no está extraviada .
«Y si se entra á examinar la cuestión desde
este punto de vista especial, si se tiene en
590

cuenta que esos $ 1.050.000 no están sujetos


á las ganancias y pérdidas de la Compañía ,
porque gozan de un interés fijo, garantido
por la propia sociedad , fácilmente se com
prende que las acciones de preferencia por
lo menos estarían equiparadas y en las mis
mas condiciones que las acciones hipotecarias .
Ambas son verdaderos préstamos hechos á
la sociedad ; y aunque se les dé el carácter
de sociales, no es sino al efecto de regularizar
la marcha de la administración de la Empresa .
Pero en el rigor jurídico de la palabra ,
esas acciones no son sociales en el sentido
de que no están sujetas á ganancias y pér
didas.
« Tanto esas acciones de preferencia del
Gobierno, como esas acciones ó debentures
de los acreedores hipotecarios , son verdade
ros préstamos hechos á la sociedad; y como
créditos, es incontestable que el Estado lleva
prioridad sobre aquellos otros.
« Las acciones de preferencia del Gobierno
se encuentran, pues, bien garantidas, en caso
de liquidación de la Empresa, y ningún temor
debemos tener por ellas » .
Con la lectura que acabo de hacer, señor
Presidente, creo que están más que refutados
los discursos del señor ministro del Interior
y todos los puntos que la comisión de Ha
cienda en su , breve discurso ha tenido por
conveniente mencionar en favor del convenio
celebrado , que se está debatiendo en estos
momentos.
591 -

Ahora debo hacer, para terminar, la siguien


te manifestación :
Del estudio de todos los documentos rela
tivos á este asunto, que he tenido la obliga
ción de hacer, se desprende para mí, de una
manera clara é incontrovertible, el derecho
que le asiste al Estado en esta cuestión . Esto,
desde el punto de vista jurídico, según ha
dicho el doctor Báez .
Desde el punto de vista económico , no veo
tampoco ventaja alguna para el Estado,
ventaja alguna que sea real y verdadera.
Para mí, la cuestión se reduce á esto : el Es
tado vendió su ferro - carril, su único ferro
carril, por la cuarta parte de su precio . To
davía de esa cuarta parte de su precio, reci
bió la mitad en efectivo , y la mitad al fiado .
Después de pasar muchísimos años sin
recibir todo el importe que tenía que recibir
por concepto del 35 % de las entradas brutas,
por concepto de multas y por concepto de
intereses de las cantidades no entregadas á
tiempo, se presenta ahora el deudor y le dice :
arreglemos la cosa. Yo me quedo con toda
la propiedad que te he tomado al fiado, y
debes darte por satisfecho para que no haya
más cuestión entre nosotros.
No veo ventaja alguna económica en el
asunto .
Es indiscutible la ventaja de la prolonga
ción de la vía á Villa Encarnación. Ese fué,
precisamente, el pensamiento fundamental
que ha originado la venta del ferro - carril.
592

El ferro-carril, terminando en el desierto


como ahora, nunca ha de ser productivo, y hay
que llevarlo á toda costa á Villa Encarnación .
Sobre todas las ventajas que se le ofrecen ,
sobre todas las cuestiones en que el Estado
pueda salir perdidoso, tiene que entregar á
la Empresa (y esta es la enorme ganancia
que la Empresa tiene), como propietaria del
único ferro- carril que existe en el Paraguay .
Yo no entro á averiguar si es ó nó cons
titucional la venta del ferro - carril. Según la
opinión del doctor Audibert, la venta es nula .
Ya que la venta está hecha así, ya que es
un hecho consumado, acepto la venta .
Pero si se acepta la venta, por esta misma
razón no debe el Gobierno dejar de ser
copropietario del ferro- carril. Todo lo que se
podrá hacer es dejar á la Empresa el usu
fructo exclusivo de la línea por un tiempo
determinado, cincuenta años por ejemplo.
Yo pregunto á los defensores del proyecto
¿á cuánto alcanzarían las entradas del Gobier
no si el ferro- carril hubiese llegado á Villa
Encarnación? ¿ Cuánto habría producido esa
línea dentro de cincuenta años para el Es
tado del Paraguay ?

Sr. Rolón (P. T.) Sería cuestión de


adivinar .

Sr. Rojas- No hay necesidad de adivinar,


señor diputado ; basta con calcular tomando
como base las entradas que últimamente ha
tenido el ferro carril, que son de £ 22.000
593

de ganancias líquidas. Tomemos ó calculemos ,


pues, con esta base las ganancias del ferro
carril, es decir, á razón de £ 22.000 por el
kilometraje existente y calculemos lo que
podría dar hasta Villa Encarnación con esta
base de rendimiento, puesto que el ferro
carril, llegando hasta Villa Encarnación , y
no terminando en un desierto, en circunstan
cias muy distintamente favorables, daría
mucho más rendimiento su explotación , que
el que actualmente ha dado .
Yo deploro que la comisión de Hacienda
no haya estado presente á fin de que se
haga cargo de las preguntas que formulo .
Tal vez el diputado señor Pérez ....

Sr. Legal- La Cámara está sin quorum,


así es que no puede hacerse cargo de su
indicación .

(Entra al recinto el diputado señor


Amarilla)

Sr. Rojas - Por las consideraciones que


he expuesto, que se desprenden de los
estudios hechos, declaro que voy á dar mi
voto en contra del convenio que estamos
discutiendo . He terminado .

Sr. Presidente - De acuerdo con el Re


glamento voy á consultar con la Cámara si
el asunto está suficientemente discutido en
general.
594

Sr. Lara Castro - Yo quería hacer uso


de la palabra por un momento.

Sr. Presidente - La tiene.

Sr. Lara Castro -- Deseaba examinar bre


vemente las opiniones vertidas en su exposi
ción por el hon. ministro del Interior. Las
palabras de un profesor de Derecho Adminis
trativo, tan bien conceptuado entre la clase
intelectual del país, y que por la misma
razón puede tener mucha autoridad, deben
ser tomadas en cuenta y examinadas á fin de
atribuirles la verdad que ellas representan .
El hon . ministro del Interior se ha de
tenido largo tiempo en refutar las conclu
siones de los impugnadores del proyecto
referentes al domicilio de la Compañía. Co
mo el asunto está bastante discutido sobre
este particular, yo creo solamente de mi
deber dejar constancia de que nunca como
ahora es tan necesaria la interpretación de
los términos de la ley en lo que se refiere
al domicilio, por cuanto el proyecto que
hoy estamos discutiendo y que mañana será
indudablemente una ley
ley,, prestándole su
sanción el Congreso, crea nuevas relaciones
con la Compañía, establece nuevos vínculos,
y á fin de que en adelante no tropecemos
con las mismas cuestiones, á fin de que la
falta de cumplimiento de la ley en la parte
relativa al domicilio, no nos vuelva á traer
nuevos embarazos y no vuelva á colocar á
595 -

la Compañía en la situación irregular en


que hasta ahora permanece .
Señor Presidente : es necesario insistir mu
cho sobre este particular, insistir, y no sola
mente insistir, sino buscar la forma de
establecer con toda la claridad posible que
el domicilio social de la Compañía debe estar
en el Paraguay, y que el Gobierno de la
República o el Estado en sus relaciones con
esa Compañía, no debe aceptar la interven
ción de mediadores, sino debe en lo posible
procurar tratar directamente con la sociedad .
El honorable ministro del Interior también
nos ha traido una nueva argumentación . Se
debe indudablemente á la perspicacia reco
mendable del ilustrado ministro el nuevo
argumento á que hago referencia, y ese
nuevo argumento es el apoyo que se ha
dado en favor de este arreglo, de la ley del
26 de Setiembre de 1896.
Esta ley, señor Presidente, habiendo sido
dictada para una circunstancia especial , indu
dablemente que no puede ser invocada para
actos posteriores ni para un arreglo que po
dría tener lugar 10 ú 11 años adelante. Indu
dablemente no era ese el espíritu de la ley. El
Congreso, el legislador, no ha querido otorgar
una autorización ilimitada al P. E. porque
ignoraba que más adelante pudieran ofrecerse
nuevas bases y nuevas ventajas al Estado.
No es posible invocar, pues, seriamente ,
la vigencia de esa ley, para propiciar el
arreglo que se discute.
596

Si es cierto que en términos legales aquella


ley no está especialmente derogada, no es
menos cierto que, por el consenso unánime ,
ha quedado sin efecto .
Cuando el P. E. se dirigió al H. Congreso
Nacional al siguiente año de la aprobación
de esa ley, y le dió cuenta de que, de mutuo
acuerdo entre el P. E. y la Empresa, habían
dejado sin efecto el arreglo, el Congreso no
se ha opuesto ni ha alegado la vigencia de
esa ley para imponer el arreglo, ni podía
hacerlo tampoco, como muy buenamente ha
demostrado el señor ministro .
Había, pues , de extrañar que al señor
ministro que con tanta erudición ha defendido
los términos del arreglo, pudiera habérsele
ocurrido traer á colación este argumento, y
siendo así, cabe opinar que, habiéndose co
nocido la debilidad de las argumentaciones
sostenidas en pro del proyecto, deseaba ha
llar otro medio de hacer más eficaz la pala
bra con la que se ha sostenido la bondad de
dicho arreglo .
Las cuentas del señor ministro en cuanto
á la multa, pueden también ejercer una in
fluencia especial en el ánimo de los señores
representantes, conocida como es la prepara
ción y la dedicación del señor ministro, como
también su laboriosidad.
Por esta razón vuelvo sobre el particular
para anunciar á la H. Cámara que el señor
ministro del Interior de ahora opina de una
manera radicalmente opuesta al ministro del
597

Interior del año 1892 en lo relativo á este


asunto. Es de saber, señor Presidente, que
cuando en esta H. Cámara se provocó una
interpelación ruidosa sobre la falta de cum
plimiento de la Empresa á la ley que acor
daba interés al capital suplementario, como
también sobre la paralización de las obras
de prolongación de la línea, el señor minis
tro contestó diciendo : no se aflijau, señores
representantes, el P. E. sabrá hacer cumplir
á la Empresa aquellos compromisos. Es muy
claro y muy cierto que el Estado no debe
la garantía sobre el capital suplementario,
hasta tanto que no se haya dado cumpli
miento á la ley que lo autorizaba; cuando
se falte á la prolongación de la línea á su
destino, el Estado exigirá en oportunidad la
multa establecida en la ley y en la escritura
de transferencia » . Esta exposición del minis
tro del Interior de entonces obra en el acta
de sesiones del año 1892, página 7ª.
Los señores ministros también exponen
que en cualquiera hipótesis de las cuentas
y resúmenes presentados á esta Cámara, el
Estado sale debiendo á la Empresa; pero
en ese total los señores ministros no han
tenido presente que en las mismas cantidades
englobadas y apartadas como á favor de
la Empresa no han adjudicado nada á las
acciones privilegiadas del gobierno, en la
proporción que le corresponde .
La Empresa puede ser acreedora de
7.000.000 de pesos, y puede serlo por más
598

pero no hay que olvidar que en ese


crédito el Estado tiene parte, algo han de
ganar las acciones privilegiadas del Es
tado .
Manifiestan también los señores ministros
y algunos otros auspiciadores del proyecto,
que el Estado , aún en el caso de que haya sido
acreedor de la Empresa cuando ésta suspen
dió los trabajos de prolongación , se hallaba
en la imposibilidad de atender el servicio
de la garantía en lo sucesivo . Yo entiendo
que no es así, señor Presidente, porque
como las obligaciones que emanan de aquel
contrato son conmutativas , cada parte tiene
que dar algo, y si la Empresa hubiese cum
plido religiosamente su compromiso dando
ese algo, que en ese caso podíamos llamar
35 % las multas, el Estado podría estar
en condiciones de atender el servicio de
la garantía con toda puntualidad.
De modo, pues, que los argumentos úl
timamente expuestos por el hon . é ilus
trado ministro del Interior no son los más
firmes y los más eficaces para convencer
á quien ha dedicado algún estudio á este
asunto.

Por mi parte, creyendo haber rebatido las


argumentaciones expuestas en favor del
arreglo, voy á dar por terminada mi expo
sición, para continuarla después si algunos
de los señores diputados hacen uso de la
alabra en algún sentido.
599

Sr. Presidente - Voy á consultar con la


Cámara si se dá por suficientemente discu
tido el proyecto en general.

Sr. Arbo - Pido la palabra.


No pensaba tomar participación en este
debate; pero habiéndose insinuado de que
los que estamos conformes con el proyecto
que hoy ocupa la atención de esta Cámara,
estábamos poseidos, al parecer, de un frío
desengaño, porque no usábamos de una
pujante acometividad como los que combaten
el proyecto, precisamente en el asunto que
ha tenido la virtualidad de traer tan recias
sacudidas en la opinión , voy á permitirme
molestar por un momento la atención de
mis honorables colegas.
Ayer el doctor Báez con su habitual elo
cuencia explicaba el motivo de su actitud
en 1896, y se expresaba con esa actitud y
esa franqueza que le caracterizan y que
por cierto le han valido muy acres conceptos
de un distinguido é ilustrado colega de esta
H. Cámara, conceptos que yo no he de pasar
por alto sin levantarlos como yo entiendo
debo hacerlo, en obsequio á uno de nuestros
conciudadanos que hace honor al Gobierno
y hace honor al Paraguay.
Mr. Clemenceau, el gran jefe del socialismo
de la extrema izquierda de la Cámara de
Diputados de la República Francesa, acome
tió al Gobierno de su país por el desgobierno
que á su entender se hacía, y lo acusó por
600 —

desmanes contra las libertades públicas con


frases que se han hecho memorables ; y
cuando ocupó la Presidencia del Consejo
de Ministros de esa gran República, no tuvo
inconveniente en hacer ametrallar á sus
mismos partidarios en las plazas de París
sofocando así con mano de hierro el princi
pio de una revolución social. Battle, el pre
sidente uruguayo, ahogó con sangre la revo
lución más simpática de la América del Sud .
Mitre, el gran Mitre , se abrazó con su enemigo
tradicional el general Roca, en obsequio á
los grandes intereses nacionales, al principio
del orden . El gran Pellegrini fué apedreado
en las calles de Buenos Aires por haber
propiciado un proyecto de ley, que después
se llevó á la práctica. Y sin embargo, señor
Presidente, ni los franceses , ni los uruguayos ,
ni los argentinos, desconocían la preeminen
cia de sus grandes hombres, verdaderos
exponentes de la capacidad gobernante de
sus épocas, algunos de los cuales están ya
en la tumba y otros viven entre la admiración
de sus compatriotas.
No tiene, pue
puess,, el doctor Báez , en mi
concepto, por qué no seguir mereciendo la
consideración de la juventud . Al contrario ,
con esta actitud que ha tomado franca , cual
cumple á los hombres públicos de valía , se
hace una vez más acreedor á la consideración
de sus conciudadanos.- Así lo conceptúo y
he de ser muy feliz, señor Presidente , repi
tiendo en lo porvenir lo que ahora acabo
601 ――

de decir en esta alta Representación Na


cional.
Yo que no he sido su partidario, puedo
decirlo, y además porque dificulto mucho que
haya un joven que tenga mis años- dejando
aparte modestia - que vea las cosas con tan
sereno criterio .
Con estos antecedentes voy á entrar á
fundar brevemente mi voto en este asunto.
Los que me han precedido en el uso de
la palabra han hecho la historia documen
tada del desastroso negocio en que el Es
tado del Paraguay se comprometió con la
venta del Ferro Carril Nacional.
Estado y Empresa, por los hechos expues
tos , se atribuyen la falta de cumplimiento
de prestaciones de que nacen nuevas obli
gaciones, aparte de la existencia de obliga
ciones á que se habían obligado y no
cumplido . Este hecho tan natural , porque
natural es ya en los pleitos que cada parte
se atribuya el mejor derecho, muchas veces
hasta simulando la existencia de derechos
que no existen, la solución de este asunto
de intereses exclusivamente privados entre
el Estado y la Empresa se ha venido difi ·
cultando por la calidad misma de la persona
Estado. Y no porque la persona Estado en sí
misma considerada no persiga otros fines
que no sean los de la justicia extricta, sino
porque dentro de esa entidad eminentemente
política se mueven un cúmulo de intereses
transitorios, sí, pero suficientemente podero
― 602

sos para, si no impedirla, por lo menos


dificultarla .
Muchos no quieren saber, al entrar á
discutir la mejor forma de solución de este
asunto, que el Estado del Paraguay vendió
á perpetuidad el ferro-carril, que era nacio
nal, por escritura del 12 de Octubre de
1889, comprendiendo en la venta á perpetuidad
todas las existencias del ferro- carril, sus
estaciones, asiento de estas , tren rodante ,
telégrafos, etc , etc.
Desde el momento, pues, que el Estado
no es dueño del ferro- carril sino simple
accionista de una Empresa que es la pro
pietaria, huelga toda consideración sobre los
tópicos que suelen discutirse con este motivo ,
cuales son: si conviene que el ferro -carril
sea ó no del Estado, y en caso afirmativo ,
si debe el Estado explotarlo directamente
ó confiar su explotación á los particulares ,
etc., etc., y esto, por las múltiples dificultades
que puede traer, para el desarrollo de la
industria y del comercio de un país.
He de decir, no obstante, que esa cuestión ,
así como otras del orden económico finan
ciero, no tiene una misma solución en todos
los países , porque los principios de las cien
cias políticas se modifican y son poderosa
mente influidos por el medio ambiente en que
tratan de desenvolverse, y así, si en Alemania
por ejemplo, la aplicación de la doctrina de
la nacionalización de los ferrocarriles ha dado
buen resultado, tanto como servicio público
-- 603

cuanto como por contribuir con un gran


porcentaje á formar su presupuesto de in
gresos, la nacionalización de los ferrocarriles
no ha dado tan buen resultado en Italia,
tanto como servicio público cuanto como
empresa industrial.
Por eso otros países europeos adoptan un
sistema intermedio, nacionalizando los ferro
carriles de carácter estratégico y dejando
á la industria privada las demás líneas .
En Norte América está completamente
librada á la iniciativa particular así como
en Inglaterra, como se ha repetido en más
de una ocasión . Si en la Argentina, por
ejemplo, el Ferrocarril Andino dá un por
centaje de 5.70 % , con un gasto de explota
ción que sube al 46 % , sobre un capital de
$ 10.000.000 , otro ferro-carril del mismo país,
el Argentino del Norte, no dá sino el irri
sorio rendimiento de 7 %0, sobre un capital
de $ 14.000.000, elevado ya á 24.000.000 ; y
otro ferro- carril, el Gran Oeste, creo, no dá
sino el ínfimo rendimiento del 1.40 % sobre
un capital de 37.000.000.
En nuestro país, es bien sabido, señor
Presidente, que la actual Empresa del ferro
carril, en la que interviene el Estado como
garante y como socio, tiene un pésimo
servicio, y peor ha sido cuando era exclu
sivamente del Estado .
Para estudiar con verdadero espíritu crítico
este asunto que hoy se debate, hay que
hacer no poco esfuerzo mental, para poder
604 -

separar bien las cuestiones y dar una opinión


completamente libre del humo de las batallas
que los intereses antagónicos han librado
sobre ella.
En el estudio de este asunto, los apasio
namientos á nada conducen, porque, en el
peor de los casos, cada parte se quedará
con su pleito, y además, porque no hay que
entender antagonismo de intereses como
antagonismo de personas para dar la mejor
solución á esta cuestión que afecta honda
mente á la opinión pública.
Decía que el Estado no es sino accionista
de esta Empresa y pregunto yo: ¿ qué bene
ficio ha reportado al Estado esta sociedad
después de 18 años ? ....
Beneficio material ? .... Absolutamente nin
guno, porque el Estado no ha recibido un
centavo hasta hoy, ni las acciones con que
entró á formar parte de esa Empresa ac
tualmente representan el capital invertido.—
Beneficio moral? Completamente desastroso ,
porque pesa hondamente sobre el crédito
nacional. Es inútil oponer los engaños de
la misma lógica á esta realidad . La verdad,
sea triste ó amarga, hay que proclamarla .
¿Cuál es, pues, el deber de una adminis
tración inteligente, de una administración
verdaderamente diligente de los intereses
del Estado? - Sacarlo cuanto antes de esa
asociación que en uno ú otro sentido le
perjudica , y he aquí que el P. E. proyecta
con el directorado local una forma de solu
605

ción transaccional y como tal, como transac


ción que es, un acto jurídico por el que se
dirime cuestiones litigiosas y en la que cada
parte hace renuncia de pretendidos derechos.
De modo que el asunto hay que estudiarlo
bajo el punto de vista de la transacción ,
no bajo el punto de vista del derecho que
asiste á cada parte y que pueden aducirse á
su favor. Hay que estudiar si conviene ó
no esa transacción .
Voy á hacer un brevísimo estudio de ese
convenio.
Es sabido que en la época actual, el crédito
es la palanca de Arquímedes que mueve
las dormidas energías de una nación . El
crédito, como ha dicho un publicista , ha
enriquecido más á los pueblos , más que
todas las minas del mundo .
No hay mejor propaganda para los pueblos
nuevos, que necesitan de capital y brazos
para su progreso, que la alta cotización de
los títulos públicos de esos Estados ó de los
títulos que emiten las Empresas industriales.
en ellos establecidas.
Y es sabido, señor Presidente, mal que
pese á nuestro orgullo nacional, que el Es
tado del Paraguay ocupa, si no el último,
por lo menos el penúltimo grado en la escala
de los pueblos desacreditados.
¿Cómo pretender la venida á nuestro país
de nuevos capitales que han de explotar
y mover las dormidas riquezas nacionales ,
mientras la actual y ya vieja línea férrea
606

no reparta por lo menos un dividendo de


cinco ó seis por ciento á las acciones ordi
narias, y que los títulos emitidos por la
Empresa no se coticen por lo menos á la
par? Para que los capitales vengan á South
América, debe ofrecérseles , por lo menos,
el aliciente, ya que no de una paz pública
por nuestro espíritu belicoso y por no contar
con un partido verdaderamente conservador,
debe ofrecérseles , repito, por lo menos el
aliciente de los altos intereses . Sin ellos ,
es ilusoria toda pretensión de que vendrán
á establecerse y promover el bien nacional.
Entienden los hombres de negocios que
el Paraguay no debe escatimar sacrificios
para sacar al Estado de este contubernio
más bien que sociedad , en que al decir del
doctor Zubizarreta se ha metido el Estado
del Paraguay con la inocencia más absoluta
de lo que se hacía, y que hizo esclamar al
gran jurisconsulto de que razón tenían los
romanos para haber establecido en favor
del Estado , lo mismo que en el de los meno
res de edad, el beneficio de restitución in
integrum .
Los que combaten este proyecto dicen que
por él se trata de despojar al Estado de
sus acciones ; pero, señor Presidente , si el
despojo se ha consumado ya con la escritura
de fecha 12 de Octubre de 1889 ; se ha con
sumado, en tal caso, por la ley mencionada
ayer por el señor ministro del Interior, el
año 1896, que está en vigencia ; el despojo
607

también se ha consumado con haberse deja


do á este asunto seguir insoluble hasta
llegar á nosotros, y ¡ diez y ocho años des
pués ! buscarle una solución,
solución , volviéndose,
á fuerza de zarandeada, difícil y escabrosa.
Lo que ahora nosotros tratamos de hacer
es precisamente no despojar al Estado, señor
Presidente , del único bien que le resta al
Paraguay después de haber tenido cuantiosos
bienes, de sanearle su crédito externo, que
hasta eso ha perdido .
Qué representan actualmente las acciones
por $ 1.050.000 o/s nominales? Yo quiero
creer en la sinceridad de los que combaten
este proyecto, pero esto no es motivo para
alarmarnos á los que estamos con él confor
mes .
En todas las sociedades existe un grupo
de hombres inteligentes que saben sobrepo
nerse, con su acción, á solucionar las cues
tiones que afectan á la comunidad, y que
se imponen á las impaciencias de los que
quieren avanzar demasiado como el deseo
de aquellos que por tradición quisieran cla
var la rueda del tiempo .
En ningún parlamento los buenos actos
de gobierno merecen siempre sincera apro.
bación, y esto porque los intereses de la
política son casi siempre más poderosos que
los intereses que se discuten . Es justo, señor
Presidente, -yo lo reconozco, -que los parti
dos afectados por los grandes triunfos de
sus contrarios los combatan con la misma
608 ―

sinceridad, con el mismo entusiasmo con que


los otros los defienden . -Es nuestro caso.
Del estudio razonado que yo he hecho de
este asunto, he llegado á la conclusión de
que la solución que se estudia conviene al
Estado por los siguientes fundamentos: 1.º
porque si se somete la cuestión á arbitraje,
no tenemos la seguridad de que con el fallo
mejorará el Estado. Yo no veo una solución ,
si ella ha de ser justa, que pueda ser superior
á esta .
2.º porque aún en el caso improbable de
que todos los puntos litigiosos se fallaran
á favor del Estado, como está demostrado
que la sociedad debe tanto ó por lo menos
llega su deuda hasta lo que representa el
valor actual de sus bienes sobre qué bienes
haría efectivo el socio Estado la responsabi
lidad que por la mala fé de la Empresa ó
de los accionistas, sobre qué bienes Îlegaría
á hacer efectivo , repito, ese fallo favorable
del tribunal arbitral? Y no se crea con esto
que yo desconozca los derechos del Estado
como tal, no como socio, por la falta del
cobro á la Empresa de los 35 % de las en
tradas brutas, crédito que, desgraciadamente ,
no compensa el crédito que la Empresa tiene
contra el Estado por el 6 % de la garantía ; y ,
3º porque con el sometimiento de esta cues
tión al arbitraje no se conseguiría uno de
los fines primordiales del arreglo: la pronta
terminación del litigio, que es lo que importa
al crédito de nuestro país.
609

Atribúyase á la mala fé de la Empresa


ó á la mala fé de los gobernantes, ó á la
ineptitud de estos ó de aquellos, siempre ha
de resultar, señor Presidente - y este es el
punto de vista en que yo me coloco - de que
en los mercados del capital el Paraguay
seguirá apareciendo, mientras tanto, como
un país insolvente y tramposo . Que no es
así, yo soy el primero en reconocerlo, pero
que en esta forma nos desacreditan, que
así lo propalan por donde pueden perjudicar
nos, los accionistas de la Empresa y los
balances publicados , es innegable.
En países como el nuestro, en que la lucha
de la democracia es tan desenfrenada, tan
apasionada, los partidos políticos usan de
todos los medios posibles para hacer fracasar
el pensamiento gubernamental de los que
dirigen ese país, y yo , señor Presidente , ape
sar de atribuir sinceridad á los que combaten
este proyecto, quiero creer, si en ello me
equivoco, válgame mi fé honrada que este
convenio, esta solución es más ventajosa
que cualquiera otra propuesta por los que
la combaten. He terminado .

Sr. Presidente - Si nadie más hace uso -


de la palabra, voy á poner á votación si el
proyecto está suficientemete discutido en
general.
Sr. Sosa- Pido la palabra.
Voy á exponer de una manera brevísima
los fundamentos de mi voto.
610

Soy partidario del arreglo de transacción


y hubiera aceptado las bases presentadas
por el P. E. á la consideración del H. Con
greso, si hubiese visto en ellas que el co
mercio y el público quedaban garantidos
por la intervención del gobierno en la fija
ción de las tarifas.
Por otra parte, en las bases presentadas
y discutidas ya por el P. E. y el represen
tante de la Empresa no cabe modificación
alguna. Es menester que la Cámara se con
crete á aprobar ó rechazar el contrato , pues
siendo definitivo para la Empresa y ad-re
ferendum para el Estado , en el supuesto de
introducirse algunas modificaciones, podría
suceder el caso de que el directorio de Lon
dres lo rechace, como ha sucedido con el
contrato White -Martínez , el año 1896 .
Por esta sola razón voy á dar mi voto
en contra del contrato ad-referendum .

Sr. Presidente -Voy á poner á votación


si el proyecto está suficientemente discutido .

Sr. Riquelme -Parece que hay un dipu


tado en antesalas.

Sr. Presidente - Se le ha llamado ya


y no viene. La Presidencia ha cumplido
ya con su deber.

-A votación - Mayoría.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


general el proyecto.
611 ——

(Entra el diputado señor Lara


Castro).

Sr. Rojas- Pido la palabra.

Sr. Presidente - Para hacer alguna moción


de orden?

Sr. Rojas- Sí, señor. Y mi moción consiste


en pedir que la votación sea nominal.

Sr. Presidente-- Voy á poner á votación


la proposición del diputado señor Rojas.

Sr. Porta Bruguez -No está apoyada .


Sr. Presidente - No necesita apoyo.

Un diputado -- Apoyado.

Sr. Rojas -¿No está apoyada?


Varios - Apoyado .

Sr. Presidente - No necesita apoyo.


Voy á hacer leer á los señores diputados
el reglamento para que lo conozcan .
— -Se lee:

Art. 226. Ningún diputado asistente á la


sesión dejará de votar sino en el caso de que
el asunto sea exclusivamente de su interés
individual.... etc.
Art. 227. No podrá tampoco salvar el vo
to ni protestar contra la resolución de la
Cámara, pero sí tendrá derecho á exigir que
conste en el acta cual ha sido su voto.
— 612 ――

Sr. Presidente - A votación la proposición


del diputado señor Rojas.

Mayoría.

Sr. Presidente- Voy á poner á votación


nominal el proyecto en general .
El diputado señor Riquelme, vota por la
aprobación ó por el rechazo del proyecto?

Sr. Riquelme - Mi exposición de ayer


contiene los fundamentos de mi voto en con
tra del proyecto.

Sr. Presidente - El diputado señor Rojas ?

Sr. Rojas- En contra del proyecto.

Sr. Presidente - El diputado señor Carre


ras?

Sr. Carreras -En favor del proyecto .

Sr. Presidente - El diputado señor Lara


Castro?

Sr. Lara Castro - Mis opiniones son cono


cidas, pero no está demás decir que voto en
contra.

Sr. Presidente --El diputado señor Ayala?

Sr. Ayala En favor.

Sr. Presidente -- El diputado doctor Cha


ves?

Sr Chaves - En contra.
- 613 --

Sr. Presidente - El diputado señor Rolón ?

Sr. Rolón (F.) - En favor.

Sr. Presidente- El diputado señor Báez ?


Sr. Báez - En favor del proyecto .

Sr. Presidente -- El diputado señor Tala


vera?

Sr. Talavera - En contra del proyecto.

(Aplausos en la barra. – El presidente agi


ta la campanilla) .

Sr. Presidente - El diputado señor Rodas?


Sr. Rodas - En favor del proyecto.

Sr. Presidente - El diputado doctor Arbo ?


Sr. Arbo - En favor del proyecto.

Sr. Presidente --- El diputado señor Pérez ?

Sr. Pérez (J. A. )- En favor del proyecto.

Sr. Presidente- El diputado señor Sosa?


Sr. Sosa - En contra del proyecto.
MAG
Sr. Presidente - El diputado señor Moli
na?
Sr. Molina - En favor de la transacción .

Sr. Presidente- El diputado señor Pérez


(G.)?

Sr. Pérez (G.) -- En favor.


;

614

Sr. Presidente-- El diputado doctor Legal? I

Sr. Legal - En favor del proyecto.

Sr. Presidente - El diputado señor Ama


rilla?

Sr. Amarilla --En favor del proyecto .

Sr. Presidente- El diputado señor Gon


zález?

Sr. González - En favor del proyecto.

Sr. Presidente - El diputado señor Rolón?

Sr. Rolón (P. T.) - En favor del proyecto .

Sr. Presidente - El diputado doctor Por


ta Bruguez ?
Sr. Porta Bruguez - En favor del proyecto .

Sr. Presidente - El diputado señor Pe


rasso?

Sr Perasso - En favor.

Sr. Presidente- El diputado señor Car


dús Huerta?

Sr. Cardús Huerta - En favor del pro


yecto.

(Ruidos en la barra. - El presidente agi


ta la campanilla. )

Sr. Secretario -Mayoría. Diez y seis vo ·


tos en favor, seis en contra.
-- 615 ---

Sr. Presidente - En discusión particular el


proyecto.
-Se lee:

Art. 1. Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum para el Estado firmado el
1º de Setiembre de 1906 entre el P. E.
y el representante de la Empresa del Ferro
Carril «The Paraguay Central Railway Com
pany Limited con las modificaciones conte
nidas en la presente ley y en los términos
siguientes:>

-Se lee el inciso 1.°

Sr. Chaves - Pido la palabra .


Deseo proponer una pequeña cláusula adi
cional al artículo ; ¿ quiere el señor Presiden
te que la redacte por escrito ó verbalmente?

Sr. Presidente - Debe el señor diputado


redactarla por escrito .

(Pausa)

-Se lee :

(Adicional) El Estado entregará sus accio


nes á la Empresa tan pronto como ella cum
pla la obligación de la prolongación de la
línea á Villa Encarnación.

Sr. Presidente - A votación la forma del


proyecto primitivo .
616

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.

Sr. Presidente - La tendrá el señor minis


tro una vez en discusión la adición propues
ta por el señor Chaves .

Sr. Ministro del Interior -¿Cómo dice el


señor Presidente?

Sr. Presidente - Que voy á poner á vota


ción el inciso 1.° del artículo 1. ° del proyec
to . Después de la resolución de la Cámara,
de acuerdo con el reglamento, pondré en
discusión la proposición del diputado señor
Chaves.

Sr. Ministro del Interior -- Está bien en


tonces.

Sr. Presidente - A votación el inciso 1.°


del artículo 1.°

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Quisiera proponer una modificación , ó di
go, la supresión de algunas palabras del in
ciso 1.º y someto al parecer de la comisión
respectiva dicha supresión .
Dice el inciso : (leyendo) « La sociedad
The Paraguay Central Railway Company
Limited hace renuncia expresa y absoluta
á la garantía del 6 % que le fué acordada .
sobre el capital empleado en la adquisición ,
reparación y prolongación del ferro carril de
617

Asunción á Pirapó por las leyes de su con


cesión ; declara extinguidas todas las cuentas
de garantías liquidadas ó no liquidadas y
desiste de toda reclamación á que se creye
re con derecho contra el Gobierno del Para
guay por las referidas leyes ó decretos gu
bernativos>> .
Si la Empresa prolonga sus líneas hasta
Villa Encarnación, mañana esta Empresa
que ha derramado tanta mala fé en el pro
ceso administrativo , puede venir á reclamar
nos la garantía correspondiente á la prolon
gación de la línea. Por ese motivo yo qui
siera suprimir estas palabras de Asunción
á Pirapó, y que se diga: la sociedad The
Paraguay Central Railway Company Limited >>
hace renuncia expresa y absoluta á la ga
rantía del 6 % que le fué acordada sobre el
capital empleado en la adquisición , repara
ción y prolongación del ferro- carril por las
leyes de su concesión , etc , etc. La supresión
de estas palabras, creo que más bien aclara
la disposición de este artículo .

Sr. Presidente Voy á poner á votación


el inciso tal como se encuentra en el proyec
to ; si no es aceptado, pondré nuevamente á
votación el mismo inciso con la enmienda
propuesta por el señor Lara Castro.

Sr. Rojas- ¿No se podría saber el parecer


de la comisión de Hacienda?
Sr. Presidente - No es de mi incumbencia ,
señor diputado.
618

Sr. Rojas - Esta supresión creo que aclara


el sentido y evita cualquiera reclamación
ulterior de la cual podría ser otra vez víc .
tima el Estado .

Sr. Ministro del Interior - Este pro


yecto, como se sabe, consiste en la apro
bación del contrato firmado definitivamente
para la Empresa y ad-referendum para el
Estado .
Toda modificación hace necesaria la apro
bación de los representantes de la Empresa ,
y hace correr al Estado el peligro que ha in
dicado el honorable diputado señor Guillermo
Sosa, de que la sociedad diga: no es eso lo
que hemos convenido .
El peligro que vé el honorable diputado se
ñor Lara Castro , está salvado más adelante .
Dice: « decláranse extinguidas todas las cuen
tas de garantía liquidadas ó no liquidadas y
desiste de toda reclamación á que se creyere
con derecho contra el Gobierno del Para
guay por las referidas leyes ó decretos guber
nativos » . Es decir, que por este contrato
termina definitivamente toda reclamación pa
sada, presente y futura. - He terminado, señor
Presidente .

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


La exposición que acaba de hacer el señor
ministro del Interior, me asusta realmente,
cuando se opone á la supresión de unas cuan
tas palabras ....
619 ――――

Sr. Ministro del Interior- Yo no


opongo. Digo que no sé si se aprobará por
la Empresa.

Sr. Lara Castro - Quiere decir que la


Empresa tendrá en cuenta esas palabras ;
que la Empresa querrá valerse de esos tér
minos . Nó, señor Presidente.

Sr. Ministro del Interior - Yo no sé si


la Empresa querrá, tendrá ó no derecho de
hacerlos valer . Lo que sé es que la Empre
sa tiene el derecho de no aceptar la modifi
cación .

Sr. Rojas- Y eso quiere decir que un


poder soberano de la República está supe
ditado á la Empresa .

Sr. Lara Castro - Yo no me explico có


mo el mismo señor ministro que acaba de
hacer uso de la palabra ha aconsejado eso y
ahora se opone á que se aclare.

Sr. Ministro de Hacienda - La observa


ción hecha por el señor ministro del Interior ,
es que la adición es innecesaria. El concepto
del inciso 2.º aclara.

Sr. Lara Castro - Pero nadie puede desis .


tir de una reclamación futura , señor ministro .

Sr. Ministro de Hacienda - El buen


sentido, el simple buen sentido ....
620

Sr. Pérez (J. A ) -Pero si no es más que


una aclaración lo que desea el señor dipu
tado .
Sr. Lara Castro - Lo mismo que una su
presión.
Sr. Rojas - Me basta que la Empresa ha
ya reclamado hasta la validez de las cuentas
pasadas, para esperar que esta misma Em
presa, valida de cualquier palabra cuyo sen
tido no esté suficientemente aclarado, se
aproveche de esta circunstancia para venir á
reclamar otra vez al Gobierno , haciéndole nue
vamente víctima de cualquiera clase de re
clamación ulterior. Yo creo que cualquiera
precaución contra la Empresa sería insufi
ciente para garantizar los derechos del Es
tado .

Sr. Ministro de Hacienda - Esa es una


opinión personal del señor diputado .
Sr. Rojas- Sí señor, es una opinión perso
nal mía que la hago en cumplimiento de mi
deber de diputado, pues que tengo el deber
de manifestarla como tal.

Sr. Ministro de Hacienda -- Indudable


mente que el señor diputado cumple con su
deber de manifestar su opinión , sin que es
to obste á que su manera de pensar perju .
dique el voto de la Cámara.

Sr. Rojas - Es que se renuncia á los de


rechos del Estado y que se exprese de uña
621

manera categórica y no en la manera como


se expresa en el proyecto, pues de lo con
trario sería igual cosa que el cuento del vi
no de Campoamor……… .

Sr. Ministro de Hacienda - Este es el


concepto de la sanción legislativa y así tiene
que ser....

(El Presidente agita la campanilla .)

....así tiene que ser la interpretación de la ley.

Sr. Rojas- Decía que esto es lo mismo


que lo del cuento de Campoamor ....

Sr. Presidente- El diputado señor Rojas


tendrá siempre la bondad de dirigirse á la
presidencia, de acuerdo con el reglamento.

Sr. Rojas-- Decía, señor Presidente, que


el poeta don Ramón de Campoamor ha he
cho unos hermosos versos sobre lo siguiente :
queriendo el rey evitar la borrachera en su
reino y notando que todos los borrachos se
emborrachaban con vinc tinto , prohibió el
uso del vino tinto ; pero el pueblo español
seguía emborrachándose, nó con vino tinto,
sino con vino blanco .....

Sr. Presidente - El reglamento prohibe


salir de la cuestión .

Sr. Rojas- No salgo de la cuestión; el se


ñor Presidente no sabe á qué conclusión voy
-- 622

á llegar. Voy á dar en la cuestión basado


en esto. Resulta que el pueblo español, como
he dicho, se emborrachaba con vino blanco;
entonces se prohibió el uso del vino blanco ;
entonces mezclaba el vino blanco con el tin
to y se emborrachaba lo mismo. Encontraba
siempre un medio de eludir la prohibición ;
á esto he querido llegar. Los que tienen ma
la fé siempre encuentran una puerta abierta
por donde escaparse y eludir el cumpli
miento de la ley.

Sr. Pérez (J. A.) - Entonces no hay nece


sidad de dictar ninguna ley.

Sr. Rojas - Hago esta exposición nada


más que para recomendar á la Cámara toda
clase de precauciones. Todos hemos recono
cido que la Nación ha sido víctima de una
Empresa que nunca ha tenido buena fé.
En vista de esto y para cortar con ella
toda cuestión, el Estado va á hacer el sacri
ficio de desprenderse de su ferro- carril y de
entregarlo á la Empresa , porque esa Empre
sa le dá miedo, porque no quiere tratar más
con ella ni como socio, ni como nada, y por
eso yo recomiendo que agotemos todas las
precauciones contra esa Empresa, para ce
rrarle por completo, si es posible, toda recla
mación que pudiera nuevamente perjudicar
los intereses del Estado.
¿Por qué se ha de oponer la Cámara á la
supresión de esas palabras, que sustancial
623

mente no modifican el arreglo hecho y que


sin embargo valen muchísimo para lo que
pudiera reclamarse en lo futuro?

Sr. Porta Bruguez - La Empresa no es


capaz de hacer eso.

Sr. Rojas -Yo creo que la Empresa es


capaz de reclamar hasta el Palacio de Go
bierno.

Sr. Presidente- Voy á poner á votación


el inciso 1.º del art. 1.º sin la enmienda ó
supresión propuesta por el diputado señor
Lara Castro. Si no es aceptado el inciso
tal como se encuentra en el proyecto, volve
ré á poner á votación con la enmienda pro
puesta.

Sr. Chaves - Hay una adición también ,


señor Presidente.

Sr. Presidente - Irá después por orden.

A votación el art. 1.° inciso 1.° tal como se


ncuentra en el proyecto.

--Mayoría

Sr. Lara Castro - ¿Cómo, señor secreta


rio?

Sr. Secretario - Mayoría,

Sr. Lara Castro - Pero yo creo que hay


minoría , señor Presidente; me permito pedir
rectificación.
624 ---

Se rectifica la votación , resultando nueva


mente mavoria.

Sr. Presidente - ¿Está apoyada la propo


sición adicional propuesta por el diputado
doctor Chaves?

-- Apoyada.

Sr. Porta Bruguez - En qué consiste?


Sr. Presidente -- Va á leerla el señor se
cretario .

-Se lee nuevamente.

Sr. Presidente - En discusión.

Sr. Chaves - Pido la palabra.


Voy á explicar muy brevemente las rázo
nes que me han guiado para proponer esta
cláusula adicional al artículo 1.° del proyecto .
Se trata de una transacción con una socie
dad anónima, cuya responsabilidad es limita
da, de acuerdo con sus mismos estatutos y de
acuerdo con las leyes que rigen á las socie
dades anónimas.
Las sociedades anónimas tienen la respon
sabilidad conforme al monto del capital que
poseen y á las utilidades realizadas, y como
es demasiadamente público y notorio que es
ta sociedad The Paraguay Central» tiene
mayores deudas que lo que representa su
capital, quiere decir que su responsabilidad
es nula, y en virtud de esta responsabilidad
625

nula de la Empresa, propongo esa cláusula


que viene a servir como una garantía para
el cumplimiento de la prolongación, porque
si bien es cierto que existe una multa, para
el caso de retardo, esa multa se refiere úni
camente al retardo, y sobre todo porque,
precauciones de esta naturaleza que vengan
á resguardar al Estado de toda clase de
fraude ó de mala fé, creo que la Cámara
no podrá menos que aceptar.

Sr. Ministro de Hacienda -- Pido la pa


labra.
La adición propuesta por el señor diputa
do doctor Chaves viene á modificar la na
turaleza del contrato. Se trata de un arreglo
por el cual el gobierno hace cesión de sus
acciones de preferencia, con la obligación
por parte de la Empresa de prolongar la
línea férrea hasta Villa Encarnación , sin ga
rantía. La demora en el cumplimiento de
esta obligación tiene su cláusula penal con
sistente en la multa de $ o/s 8.000 mensual.
De manera que no hay por qué establecer
como condición lo propuesto por el doctor
Chaves.
¿ Le sería posible á la Empresa, en esa for
ma, levantar los capitales necesarios, los tres
ó cuatro millones de pesos oro que necesitará
para la prolongación de la línea? .... La adi
ción que propone el señor Chaves modifica
la naturaleza del contrato, lo cual importa
volver á plantear la misma dificultad de la
626

ley del 96 que fué definitiva para el Gobier


no y ad referendum para la Empresa.
La única observación que merece ser ha
bida en cuenta, dice, es elpeligro respecto á
la responsabilidad , el cualpeligro no existe
en realidad, puesto que la Empresa, si bien
es una sociedad anónima , tiene bienes arrai
gados en la República con que responder á
la obligación contraida y no es posible pen
sar que esa sociedad anónima sea mañana
irresponsable , siendo dueña de 250 ó 300 km.
de via-férrea.

Sr. Rojas ---


Pido la palabra.
Sr. Chaves

Sr. Presidente - Quién primero ha pedido


la palabra ?

Sr. Rojas- Yo he pedido también la pa


labra, pero como era para una pregunta que
quería hacer al señor ministro de Hacienda ,
la cedo al señor diputado Chaves.

Sr. Chaves -- La multa como garantía del


cumplimiento de la obligación , es sencillamen
te una disposición inútil, ficticia, porque se
trata de una sociedad insolvente , de una so
ciedad de la cual el señor ministro de Hacien
da dijo en el Senado que estaba muerta, y
aquí mismo por boca de los representantes
del P. E. se ha dicho á la Cámara que esta
sociedad tenía más deudas que bienes y hasta
se ha llegado á asegurar que los debentures
― 627 ---

constituían un gravamen con privilegio sobre


ellos. Es recogiendo esta opinión del Gobier
no que he propuesto esta cláusula adicional.
á fin de que el Estado se garanta verdade
ramente del cumplimiento de la prolongación
de la vía, y no suceda mañana que la prolon
gación no se realice y se esfumen las acciones
del Gobierno. La multa es una garantía pa
ra los que tienen una garantía real, pero no
para los insolventes, y esta Empresa, apesar
de estar radicada aquí, según se ha mencio
nado , las deudas que tiene sobrepasan al va
lor de su patrimonio. Después de la aproba
ción en general del proyecto, recién se llega
á rectificar cuantas afirmaciones se han he
cho en este sentido. Llegamos, pues, á la
conclusión de que efectivamente los bienes
de la sociedad no estaban hipotecados; que
si la sociedad no prolongase la línea dentro .
del término fijado, el Estado le podrá exigir
el cumplimiento, pero no han de faltar falen
cias que importen hipoteca, gravamen, de
bentures, etc. , para que vengan á caer sobre
el patrimonio de la Empresa en perjuicio del
Estado .
Si la Empresa de buena fé ha suscrito
esta transacción á base de la prolongación
de la línea, ¿qué dificultad puede surgir para
admitir esta cláusula?
No veo absolutamente, señor Presidente,
ningún inconveniente, ni de parte de la Em
presa, ni de parte de la Cámara, cuya mayo
ría ha opinado en favor de la transacción .
- 628

¿ Por qué no admitir esta cláusula que es


una garantía en favor de la transacción cuya
importancia todos hemos reconocido?
Por otra parte, la razón de que la Em
presa no acepte modificaciones que se in
troduzcan en la Cámara, no es una razón
para mí. Como diputado, tengo el derecho
de formular cuantas modificaciones quiera
sobre las bases de la transacción , acepte o
no acepte la Empresa . He terminado.

(Aplausos en la barra).

Sr. Porta Bruguez - Pido la palabra. Ro


garía al señor Presidente quiera hacer leer
el artículo adicional formulado por el dipu
tado doctor Chaves.

Se lee:

« El Estado hará entrega de sus acciones


á la Empresa, tan pronto como ella cumpla
la obligación de la prolongación de la línea
férrea á Villa Encarnación.

Sr. Ministro de Hacienda Pido la


palabra.

Sr. Porta Bruguez Señor Presidente .


Cabría preguntar á qué conduce ese artículo
adicional ? Si la Empresa no prolonga la
línea, ¿ el Gobierno quedaría autorizado para
… . ...
retener sus acciones ? ¿ Sí ó pó? .

Sr. Rojas- Claro .


629

Sr. Porta Bruguez - Y si las retiene ¿ para


qué le servirian si se trata de una sociedad
insolvente . sin capital, cuyos bienes todos
están gravados, como dice el diputado doctor
Chaves? Creo que es más efectiva la garan
tía de los 8000 pesos mensuales, porque ese
crédito se podrá hacer efectivo sobre la línea
férrea . Así que, señor Presidente, no alcanzo
á comprender el valor del artículo adicional
propuesto por el diputado doctor Chaves .

Sr. Rojas- Pido la palabra. No me pare


ce que el señor diputado Porta Bruguez esté
en lo cierto al afirmar que esas acciones no
valen nada. En el debate de la cuestión , los
representantes del P. E. han sostenido que
las acciones no valen ni siquiera la mitad
de su valor escrito , pero el señor ministro
de Hacienda ha manifestado que la Empresa
necesitaba de 4 6 5 millones, de manera que
caigo en la cuenta de que esas acciones le
van á reportar á la Empresa de 4 á 5 mi
llones de pesos oro.

Sr. Ministro de Hacienda-- Pido la pala


bra. Lamento de veras, señor Presidente, que
no se nos entienda ó que no se quiera en
tendernos ....

Sr. Rojas- No tengo ningún propósito


erróneo.

Sr. Ministro de Hacienda - ¿ Cómo decía,


señor diputado?
630

Sr. Rojas - Digo que no tengo ningún pro


pósito erróneo.

Sr. Ministro de Hacienda - Y por eso


deploro que no se nos entienda y que todas
las palabras y las afirmaciones hechas por
los ministros del P. E. se presten á interpre
taciones á bases antojadizas ....

Sr. Rojas - Entiendo que estamos hablan


do el castellano ¿ó los señores ministros nos
hablan en inglés ú otro idioma ....?
2.1
(El Presidente agita la campanilla)

Sr, Ministro de Hacienda El se


ñor diputado me hizo decir que las acciones
de preferencia por 1.050.000 de pesos oro, en
el mejor de los casos, iban á servir á la Em
presa para obtener cuatro ó cinco millones.
¡ Pero, señor Presidente! ¿ es posible afirmar
semejante cosa?
He dicho que haciendo depender la cesión
de las acciones de preferencia del cumpli
miento posterior de una obligación sujeta
ya á multa, se establecen siempre las trabas
que mantienen el actual estado de cosas , im
posibilitando á la Empresa á emitir nuevas
acciones para levantar el capital que necesi
ta para la prolongación de la vía.
i
Sr. Chaves - De modo que lo que á juicio
del señor ministro es importante, es la en
trega de las acciones.
631 --

Sr. Ministro de Hacienda - Perfeccionar


el contrato .

Sr. Chaves - Retiro el artículo adicional


que he propuesto .

Sr. Ministro de Hacienda - El diputado


doctor Chaves manifiesta que hemos incurri
do en contradicción al decir ahora que el
Estado podía hacer efectiva la cláusula pe
nal relativa á la prolongación . Es hasta in
justo que, cuando se discuten cuestiones de
tanta trascendencia, se haga arma de argu
mentos de esta naturaleza.
Hemos dicho hasta el cansancio que el
socio Estado no podía reclamar utilidades ni
podía pretender prioridad sino en relación á
las utilidades excedentes con sus asociados
y nunca con prioridad á sus acreedores ; pe
ro en este caso, desligado el Estado de toda
sociedad, mero acreedor por consiguiente de
la Empresa, por las multas en que esta pu
diera incurrir, yo pregunto á mi vez al hon.
diputado, ¿ cuáles obligaciones tienen priori
dad según nuestras leyes sobre los bienes de
una Empresa?

(Entra al recinto el diputado señor


Corvalán.)

¿Los créditos nacionales ó los contraidos en


el exterior en estado de quiebra? La contes
tación está dada por sí misma; pero no se
nos haga decir lo que no hemos dicho, por
632

que en esta forma la discusión es cansadora ,


señor Presidente.

Sr. Chaves -- He retirado la primera modi


ficación, para sustituirla por otra más favo
rable para la Empresa .

Sr. Ministro de Hacienda Pero si nos


otros no buscamos nada que sea favorable á
la Empresa, ¿ á qué viene esta afirmación?
Hemos dicho ya esta mañana, que todo
esto es consecuencia del pasado ; todos esta
mos pagando los errores que se han cometido
anteriormente ; que aquellos polvos traen
estos lodos. No somos nosotros los que entre
gamos el ferro-carril; hace diez y ocho años
que se ha entregado ; las deudas fueron
contraidas entonces, y todas esas deudas han
sido reconocidas, pese á quien pese.

Sr. Chaves - No tengo la intención de


reanudar la discusión general.

Sr. Presidente -Voy á 粤 poner á vota


ción ....

Sr. Chaves - Señor Presidente: Tenga la


bondad de hacer leer por secretaría ....

Sr. Presidente - Consulto con la Cámara


si el diputado doctor Chaves retira su mo
ción primitiva. 1

-A votación .-- Mayoría.


633

Se lee :

« Las acciones del Estado revertirán con


todos sus derechos y privilegios en caso de
incumplimiento de la prolongación de la vía
férrea á Villa Encarnación por parte de la
Empresa .

Sr. Chaves De modo que por esta moción,


se entregan las acciones, pero en caso de incum
plimiento, vuelven al Estado.

Sr. Ministro de Hacienda - Eso es ¿y la


Empresa?
Sr. Chaves - ¿Qué es lo que pierde la
Empresa?

Sr. Ministro de Hacienda -¿El señor


diputado quiere anular el contrato aún en
el caso de que la Empresa haya construído
ya 100 kilómetros, por ejemplo, y sólo falten
10 6 12 ?

También puede hacerse depender del pri


mer mes de retardo los 8.000 pesos de multa
y la pérdida del contrato . Pero entonces ¿ por
qué se contrata ? ¡ Seamos justos de una vez
por todas, señor Presidente !

Sr. Lara Castro -Pido la palabra.

Sr. Presidente - ¿ Está apoyada la nueva


proposición del diputado doctor Chaves?

Apoyada .
-- 634

Sr. Presidente -- Tiene la palabra el dipu


tado señor Lara Castro.

Sr. Lara Castro - Creo que todas las dis


posiciones de la ley, tendientes á garantir
la eficacia del nuevo arreglo con la Empresa,
han de ser todavía insuficientes, señor Pre
sidente .
Ya había manifestado en otra oportunidad
que, según una carta enviada á un importan
te miembro del círculo , financiero nacional,
el Directorio de la Compañía no tenía la más
mínima intención de cumplir con esa parte
de la obligación contraida. Todavía dice es
ta carta: Extrañamos mucho que el cablegra
ma que nos envía el señor Rodríguez nos
pida nuestro parecer parà autorizar nuevos
privilegios sobre medio millón de libras, pa
ra hacer frente á los gastos de prolongación .
Habida en cuenta esta circunstancia y ha
bida en cuenta la circunstancia de que hace
18 años que esta Empresa ha dejado de cum
plir su obligación, no obstante la multa de los
8.000 pesos oro que se le ha estipulado ; ha
bida en cuenta la evidente mala fé con que ha
procedido en todos los momentos la Compa
ñía , por si las circunstancias encaucen su
situación, es menester reconocer, señor Presi
dente, la necesidad imprescindible de hacer
que siquiera este arreglo sea eficaz y respon
da á los beneficios que con él se busca para
el país según se ha dicho , de manera que las
poblaciones que deban ser cruzadas por los
635

rieles lleguen á recibir la recompensa de tan


to tiempo de estacionamiento ; es necesario
que no todo lo hecho beneficiosamente se
atribuya ó se adjudique á la Compañía y
todas las angustias al Estado ; es necesario
mirar de vez en cuando los intereses nacio
nales, los intereses permanentes del país .
Si yo hubiera sospechado que los Ministros
del P. E. iban á defender con tanta valentía
la integridad de las bases del arreglo firma
do el año 96 ......

Sr. Pérez (J. A.) Que son peores á las


del proyecto actual .

Sr. Lara Castro no me hubiera ex


plicado, como no me explico, porqué se some
te á la consideración del Poder Legislativo
este arreglo, máxime si no hemos de tener la
autorización de discutir, estudiar y enterarnos
suficientemente de sus bases como debemos ,
por estar obligados á ello conforme nuestro
desinterés y nuestro criterio nos hagan ver.
No sé para qué, no me explico para qué ha
bremos de tratarlo distrayendo inútilmente el
tiempo ......
Yo creo que la adición propuesta por el co
lega mocionante es necesaria, indispensable ,
y juro por mi honor que la revelación que
traigo á la Cámara es la pura verdad . Yo he
visto la carta, está firmada en Londres, no re
cuerdo bien la fecha, creo que es del 20 de
Mayo.
636 --

Sr. Pérez (J. A.) - Pero hay que tener en


cuenta que, como ha dicho el señor ministro
de Hacienda, si después de haber construído
la Empresa 100 kilómetros y le faltan 10 ó
12 para concluir la prolongación, no sería
justo que pierda todo por tan poca cosa. El
contrato está bien garantido, están los 8.000
pesos de multa, que tendrá que cobrarse si
no cumple con la obligación .

Sr. Lara Castro - La alegación que hace el


señor ministro de Hacienda de que habiendo
diferentes créditos, extranjeros y nacionales,
que concurren á hacer efectivos sus derechos
sobre bienes establecidos en el país, no es la
más convincente, porque esos señores propie
tarios de debentures pueden venir á radicar
se en el país , ó pueden transferir sus acciones
con tal de hacer efectivos sus derechos.

Sr. Pérez (J. A.)— Nó.

Sr. Lara Castro -- Por qué nó , señor dipu


tado?

Sr. Pérez (J. A.) — En este caso, el crédi


to del Estado tiene privilegio ; está la ley que
expresa terminantemente que si la Empresa .
no lleva á cabo la prolongación, deberá pa
gar 8.000 pesos de multa, y no hay ningún
tribunal que pueda negarle eso .

Sr. Ministro del Interior - He pedido


la palabra, señor Presidente .
637

Sr. Presidente- La tiene.

Sr. Ministro del Interior - Quería sim


plemente decir que en el fondo el P. E. no
tiene por qué desear precisamente la aproba
ción de todos los términos del contrato. Lo
que el P. E. no quiere en este momento est
lo que algunos señores diputados han temido
justamente en la discusión general del pro
yecto, y es que el Congreso apruebe este
arreglo y lo desapruebe una compañía par
ticular.
Lejos de mi ánimo el propósito de discutir
la facultad que tienen todos y cada uno de
los representantes de proponer todas las
modificaciones que quieran. En representa
ción del P. E., yo no hago más que apuntar
el peligro ; la H. Cámara sabrá mejor lo que
tiene que hacer.
La reversión de las acciones, representa
una sobre-multa . Que la multa puede cobrarse,
es indudable. Vencido el primer plazo, se
presenta el Estado, entabla la acción corres
pondiente contra la Empresa, y si no puede
ó no quiere pagar, la hace declarar en quie
bra, y concurre con prioridad sobre los
demás acreedores.
Yo no tengo interés en discutir mucho este
punto. El P. E. ha procurado sacar todas las
ventajas posibles. Si algún otro habitante de
la República, y mejor si es un representante ,
consigue algo más, yo seré el primero en
felicitarle, en felicitarme y en felicitar al país.
-- 638

Sr. Lara Castro - Yo hago moción para


que se pase á cuarto intermedio, á fin de
consultar con el representante de la Com
pañía.

Sr. Pérez (J. A.) - Antes de pasar á cuarto


intermedio, que el señor secretario lea nue
vamente la modificación .

Se lee nuevamente.

Sr. Presidente - Está apoyada la propo


sición del señor diputado Lara Castro ?

---Apoyada.
Sr. Arbo - Pido la palabra.
A fin de que los señores diputados que
quieran hacer alguna modificación al pro
yecto aprovechen ya este cuarto intermedio
para tratar con el representante de la Em
presa todas esas modificaciones, y no tenga
mos que pasar á cuarto intermedio por cada
artículo, con ese fin, digo, he solicitado la
palabra para hacer esta indicación .

Sr. Lara Castro --Voy á tener entonces


el honor de colegislar con un extranjero en
vista de los obstáculos con que se tropieza
para modificar los términos del proyecto.

Sr. Arbo - No soy tan ignorante, señor


diputado, para proponer semejante cosa. Mi
propósito no ha sido que fuéramos á legislar
con un extranjero.
639

Yo, como diputado, como representante


de un poder público, siempre he de exigir
que me respeten y que si hay posibilidad
se respete más que á mí á cualquiera de
los poderes públicos de mi país.

Sr. Lara Castro-- Acepto la ampliación


del señor Arbo á mi moción .

Sr. Arbo - No he hecho otra cosa que apo


yar su moción, señor diputado .

Se pasa á cuarto intermedio.


Vueltos á sus asientos los señores represen
tantes, dice el

Sr. Presidente - Continúa la sesión.

Sr. Presidente - Si nadie más hace uso


de la palabra voy á poner á votación el
inciso adicional propuesto por el diputado
señor Chaves y que consultado con el repre
sentante de los accionistas no lo ha aceptado ,
según informes que recibió la presidencia.

-Breve pausa durante la cual se manda


llamar á los que se hallaban en antesalas.

(Entran los señores Báez , Riq


Rique
uel
me, Cardús Huerta , Sosa, Lara
Castro y los ministros de Justicia
y de Hacienda).
Sr. Presidente- A votación el inciso
adicional propuesto por el doctor Chaves.
640 -

--Minoría .

-Se lee:

2. Renuncia igualmente á todas las tierras


fiscales que por las mismas leyes debió el
Gobierno transferir á la empresa compra
dora del ferro- carril de Asunción á Villa
rrica, con excepción de la faja ocupada por
la línea principal con sus estaciones y talle
res, de acuerdo con el inc. 7º de este
convenio .

Sr. Presidente - A votación el inciso 2°.


del proyecto .

-Mayoría.
- Se lee: 134 ....

3.º La empresa se obliga á mantener fir


me y seguro el ferro- carril de Asunción á
Pirapó, y la prolongación que se construyere
hasta Villa Encarnación, á renovar y reparar
las estaciones y depósitos que se deterioren ,
á construirlos en suficiente número para llenar
las necesidades del tráfico, á aumentar y
renovar gradualmente el tren rodante de
locomotoras, coches de pasajeros , furgones
y demás wagones de carga, de manera que
Do se interrumpa el tráfico en ningún tiempo,
ni se aglomeren en las estaciones y vías los
articulos y materiales destinados al trasporte.

Sr. Presidente - A votación este inciso .


641 --

- Mayoría .
-Se lee:

4. La empresa se obliga á conducir


gratis por veinticinco años, las balijas de
la correspondencia expedidas por el correo
ó por el telégrafo oficiales , así como á los
conductores de las mismas , y á cobrar la
mitad de la tarifa per la comunicación tele
gráfica oficial y por el trasporte de empleados
públicos en comisión del Gobierno, tropas,
municiones , armas , caballadas , víveres y
vestuarios para las fuerzas que se hallen
al servicio de la Nación, así como de los
colonos y sus equipajes enviados por el
departamento de inmigración y colonización .

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Voy á proponer un artículo adicional que
no está en oposición á las manifestaciones
que hemos recibido durante el cuarto inter
medio, de los labios del Presidente del Direc
torio. El señor secretario se servirá leer ese
artículo adicional.

-Se lee:

« La empresa se somete á las leyes que


se dictaren sobre ferro- carriles , y su explota
ción , conservación y mejora de la vía, for
mación y marcha de los trenes , conducción
de pasajeros , transporte de mercaderías , á las
inspecciones gubernamentales y disposiciones
penales , sin que pueda eludir su cumplimiento
642

alegando razones de los estatutos ó las leyes


de concesión vigentes á la fecha.

Sr. Presidente - ¿ Está apoyada la propo


sición adicional que hace el señor diputado
Lara Castro ?

- Apoyada .

Sr. Porta Bruguez - La Comisión de


Hacienda no tiene conocimiento de que el
representante de la Compañía haya aceptado
ninguna modificación al contrato que se dis
cute en esta Cámara.
Por lo tanto, bastaría la introducción de
una sola palabra, aunque no tuviera impor
tancia, para que quedáramos otra vez en
el mismo caso que el año 1896 y que tantas
veces se ha repetido : ad- referendum para la
Empresa y definitivo para el Estado, que
dando completamente inútil otra vez todos
los trabajos hechos para un 1 arreglo.

Sr. Ministro del Interior -- Pido la pala


bra. Cuando el honorable diputado señor Lara
Castro ha dicho que el representante de la
Compañía había accedido á la modificación
que estaba por proponer, como yo no había
asistido á la conferencia , me he tomado la
libertad de averiguar con él, qué puntos
son los que ha consentido se modificasen ,
y me dijo que ninguno ; que él, como cual
persona particular ó sociedad
quier otra persona
que se encuentre en el territorio nacional ,
― 643 -

se hallaba sometido á las leyes nacionales.


Las leyes de policía son de orden público;
su cumplimiento no se puede eludir dentro
del territorio nacional. Con este agregado
ó sin este agregado , la Compañía está some
tida á las leyes de orden público, y acaso el
incluir esta adición , aparte de la modificación
que entraña en el contrato, representa á la
vez algo así como que en el seno de la Re
presentación Nacional, en el seno del Con
greso, se duda de la soberanía de la Nación .
Para mí, señor Presidente, no hay necesi
dad de esta modificación . Las leyes de poli
cía son de orden público y obligan á todas las
personas que permanente ó temporalmente
se encuentran en el territorio de la República.
He terminado.

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Estoy más o menos al cabo de las nociones
de derecho político que nos ha expuesto el
señor ministro del Interior, catedrático de
derecho administrativo ....

Sr. Ministro del Interior - Apenas si he


expuesto una ligera noción que he recordado
sobre la materia.

Sr. Lara Castro - He propuesto el artículo


adicional únicamente para garantir mejor los
derechos y los intereses de la Nación . Tantos
privilegios y tantos derechos tiene el país ,
cuyo ejercicio ha sido desconocido , que no
sería difícil encontrar nuevamente á la Empre
644 -

sa fundada en esta ú otras concesiones, pre


tendiendo supuestos derechos para negar el
ejercicio de la policía en el nuevo sindicato .
Atento á las manifestaciones expuestas
por el señor presidente del directorio, que
fué llamado á una conversación íntima du
rante el cuarto intermedio, es que me había
permitido proponer esa adición.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


la adición propuesta por el diputado señor
Lara Castro
· A votación .-- Minoría .

Sr. Pérez (J. A ) -Parece que hay un solo


voto.

-Se lee nuevamente el inc . 4°.

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Los señores ministros del P. E. nos han
dicho que han discutido mucho tiempo estas
bases de arreglo y que palmo á palmo han
conquistado las concesiones que se consignan
en el proyecto .
Las bases firmadas el año 1895 y aproba
das el año siguiente, no contienen este térmi
1
no de veinte y cinco años. y deseo saber de
parte de la comisión ó de cualquiera perso
na que pueda darme razón 1 de esto ; si trans
curridos los 25 años, ¿qué cobrará la Empre
sa por la conducción de las correspondencias
expedidas por las oficinas de correos ó por
los telegramas oficiales?
645

Sr. Ministro del Interior - Con mucho


gusto voy á evacuar la consulta del dipu
tado señor Lara Castro.
Declaro que el P. E. ignora qué es lo que
pedirá la Empresa, transcurridos los veinte
y cinco años, en el caso de que no decida
hacer gratuitamente ese servicio, como se
presume que lo hará y como lo hacen todas
las compañías de transportes. El P. E. ignora
en absoluto, repito , qué es lo que pedirá la
Compañía de aquí á 25 años . He termi
nado.

Sr. Lara Castro --Como es posible que


en adelante se pida por este pequeño servicio
« un negro con pito» (risas) como suele de
cirse, voy á pedir la supresión de las pala
bras por 25 años. Es sabido que todas las
empresas de transportes con privilegio de
paquetes, correspondiendo á esta ventaja y
además como medio de dar expansión al
comercio, lo cual refluye en beneficio de las
mismas empresas, así como también para
dar lugar á la acción policial del Estado ( por
lo que respecta á la conducción de empleados
y tropas) -concurriendo de esa manera á
prevenir toda clase de perjuicios, ó á repa
rarlos en lo posible, conceden á su vez este
pequeño privilegio al servicio de la Repú
blica. Todos los transportes de navegación
que tienen el carácter de paquetes, están
obligados á este insignificante servicio, que
al fin y al cabo no es ningún recargo para
646

la Empresa, y sí una ventaja, como ya he


tenido el honor de manifestar.

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
Es para establecer simplemente que es
inexacto que todas las compañías de trans
porte hagan este servicio gratuitamente . Nó;
lo hacen á cambio de otras ventajas que les
ofrece el Estado. Las compañías de vapores
hacen la conducción de las correspondencias
en obsequio al privilegio de paquetes que
se les acuerda.

Sr. Lara Castro - Sí, señor.

Sr. Ministro de Hacienda - Entonces no


todos los vapores hacen este servicio gratui
tamente sino como compensación del privi
legio que reciben, y en esta misma Cámara
se han sancionado repetidas veces conce
siones á las mensajerías con la obligación
de transportar gratuitamente la correspon
dencia, obligación que sólo subsiste mientras
subsiste la concesión.
Luego, pues, no es una obligación de todas
las compañías de transportes y no lo hace
ningún ferro-carril del mundo. - He concluido.

Sr. Lara Castro - Lo mismo que yo dije


ha repetido el señor ministro de Hacienda,
solamente que no me habrá entendido bien.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el inciso 4º tal como se encuentra en el pro
647

yecto; si no es aceptado, volveré á poner á


votación con la supresión propuesta por el
señor diputado Lara Castro.

-A votación .--Mayoría.
-Se lee el inciso 5º.

Sr. Lara Castro - Este plazo, señor Pre


sidente, no lo contienen tampoco las bases
del arreglo de 1896.

Sr. Presidente --A votación este inciso .

-Mayoría.

-Se lee el inciso 6º.

-Se aprueba por mayoría.

-Se lee el 1er. párrafo del inciso 7º.

Sr. Lara Castro - Señor Presidente.


Antes de pasar al párrafo 2° yo quiero
proponer una modificación á la redacción de
la primera parte del artículo 7º, en estos
términos:

(Leyendo) 7 ° Dentro del término de un año


de la promulgación de esta ley y previa apro
bación de los planos á que se refiere el inciso
1º del artículo 10 , el P. E. otorgará á la Em
presa un título formal de dominio sobre la
faja de terreno ocupada por la línea de hie
rro de Asunción á Villarrica , en la forma
siguiente:
-- 648 -

Sr. Lara Castro - Es una enmienda que


no afecta al fondo del artículo .

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el párrafo 1º del inciso 7° del proyecto primi
tivo. Si no es aceptado, volveré á poner á vo
tación el mismo inciso, con la modificación
propuesta por el señor diputado Lara Castro .
Los que estén por la afirmativa del pro
yecto primitivo , de pié.
--Mayoría
Sr. Lara Castro - Ninguno se ha puesto
de pié.
――
Se lee el párrafo 2º del inciso 7º.
Sr. Lara Castro - Pido la lectura del
mensaje del P. E. dando respuesta al de
esta H. Cámara en que se solicitaba el envío
de estos planos .
Sr. Presidente--¿Está apoyada la propo
sición del diputado señor Lara Castro para
que se dé lectura al mensaje del P. E. del
16 del corriente?
- Apoyada.
Sr. Presidente- En discusión .

Sr. Lara Castro - Solamente la parte del


mensaje pertinente á los planos quiero que
se lea.

Sr. Presidente - A votación la proposición


del diputado señor Lara Castro para que se
―――― 649 --

proceda á la lectura de la parte del mensaje


del P. E. á que ha hecho referencia .

--Mayoría.

Sr. Presidente -- Informa la secretaría que


el mensaje relativo al plano ha sido enviado
á la imprenta para ser impreso (risas).
Sr. Lara Castro - Entonces debe suspen
derse la sesión hasta que se lea el documento
cuya lectura había solicitado, por creer que
una resolución de la Cámara debe ser cum
plida.

Sr. Pérez (J. A.) - El secretario no ha


proclamado el resultado de la votación .

Sr. Rojas- Ha proclamado mayoría.

Sr. Presidente El señor secretario pro


clamó mayoría .

Sr. Pérez (J. A.) - Pido que se rectifique


la votación .

Sr. Lara Castro - Yo no insisto en la lec


tura de ese documento, pero ruego á S. S.
se sirva informar á la Cámara de su conte
nido.

Sr. Presidente - No lo he retenido en la


memoria.

Sr. Lara Castro - Voy á permitirme ha


cerlo yo, si es que el señor ministro del In
terior que representa al P. E. en estos mo
650

mentos, no tiene la bondad de decir algo


sobre el particular.

Sr. Ministro del Interior - Con el mayor


gusto, señor Presidente.
La H. Cámara de Diputados, á solicitud
de uno de sus miembros, pidió al P. E. el
envío de ese plano, y el P. E. contestó del
modo siguiente : que por una resolución an
terior del P. E. se había acordado á la Em
1
presa una faja de 20 metros de terreno á lo
largo de la línea, á partir del eje, es decir,
40 metros por todo, fuera de las estaciones ;
y en las estaciones 100 metros de ancho por
500 de largo . Por el convenio se trata de
dar simplemente el área ocupada por la vía
y las estaciones.
Por eso dice aquí: el asiento de la vía,
determinado por las zanjas de sus costa
dos, los terraplenes, puentes y demás obras
de afirmado de la vía, etc., etc. Quiere decir
que anteriormente, la Empresa tenía derecho
á una faja de cuarenta metros, fuera de las
estaciones, y de cien metros de ancho por
quinientos metros de largo de superficie pa
ra las estaciones y depósitos , talleres, etc.; en
el convenio se reducen esas superficies á la
parte de terreno materialmente ocupada por
la vía , las estaciones, talleres, etc., etc. De
manera que el Estado sale ganancioso , y
muy ganancioso ......

Sr. Lara Castro - Voy á concluir .....


651

Sr. Ministro del Interior - Si me permite


un momento ....

Sr. Lara Castro - Sí, señor.

Sr. Ministro del Interior - El mensaje


también agregaba que, por lo tanto, no ha
bía todavía ningún plano trazado de acuerdo
á este mismo criterio ....

Sr. Lara Castro - Es verdad, señor mi


nistro.

Sr. Ministro del Interior -La mensura


fué hecha anteriormente por un agrimensor ;
después de esa mensura , se hizo un plano
y como este plano no está conforme con el
convenio, naturalmente tiene que hacerse uno
nuevo.

Sr. Lara Castro - Es lo que yo quería sa


ber. El P. E. manifestó que no podía man
dar el plano....

Sr. Ministro del Interior - No, señor; no


existe el plano .

Sr. Lara Castro- ..... desde que aún no


estaba confeccionado con arreglo á este con
venio.
Pero es que esta 2.ª cláusula del inciso 7.º
se presta á confusión ; aquí se hace referencia
al plano levantado por el Departamento Na
cional de Ingenieros ...
652 -

Sr. Ministro del Interior- Que levante.


el Departamento de Ingenieros.

Sr. Lara Castro- Con las palabras del


señor ministro del Interior, yo quiero modi
ficar este texto, en forma que diga ..... « con
arreglo al plano que levante el Departamen .
to de Ingenieros » .
Sr. Ministro del Interior - Yo no puedo
dar mi conformidad á esa modificación.
Basta la interpretación del artículo .

Sr. Lara Castro- He propuesto esa mo


dificación , señor Presidente.

Sr. Presidente -- Voy á poner á votación


el párrafo 2.º del inciso 7.º, tal como se en
cuentra en el proyecto Si no es aceptado ,
pondré á votación el mismo párrafo con la
modificación propuesta por el diputado señor
Lara Castro .
Los señores diputados que estén por la
afirmativa , se servirán ponerse de pié.

-A votación -- Mayoría.

-Se lee el inciso 8... *

Sr. Lara Castro - Yo solicito que se di


vida el artículo así como dispone el Regla
mento .

Sr. Pérez (J. A.) - Pero qué gusto de opo


nerse . Ya me voy convenciendo de que el
señor diputado hace cuestión política sobre
653

este proyecto. Por qué ese empeño en pedir


modificaciones á cada artículo?
¿Por qué este empeño en presentar modi
ficaciones que son verdaderos disparates?

Sr. Lara Castro- Pido la palabra si ha


terminado el señor diputado.

Sr. Pérez (J. A.)— Sí, señor, he terminado .

Sr. Lara Castro - Muchas gracias .


He pedido que se divida este inciso en dos
partes como dice el Reglamento, para pedir
seguidamente la supresión de la primera
parte , fundado en lo que nos han manifes
tado los señores ministros antes de ahora,
de que todo es ilusorio desde luego que se
sabe que á lo largo de la vía no existen te
rrenos fiscales . No tiene pues razón esta par
te del inciso 8.° en el proyecto que estamos
discutiendo.

Sr. Ministro de Hacienda- Pido la pa


labra.
Pareciera, señor Presidente, que de veras
queremos hacernos más pequeños de lo que
somos, cuando tratamos de arreglar un viejo
pleito por fin después de diez y ocho años
.... (no se oye) .... Afrontemos de una vez la
cuestión y no perdamos nuestro tiempo y
nuestras energías en detalles de tanta insig
nificancia. Aún admitiendo que existieran
todas las tierras fiscales como para poder
entregar á la Empresa lo que el Gobierno
654 -

le prometió por una ley de la República ¿ no


sería más honroso hacer esa entrega, que
á lo sumo representará doscientos mil pesos
de curso legal, antes de discutir y empeque
ñecernos por una bagatela de esta clase?
La sola enunciación de esto elimina toda
cuestión á su respecto . He terminado .

Sr. Lara Castro- No estoy tratando de


cosas propias, por eso me he permitido ha
cer esta proposición , aunque se trate de ba
gatela ....
Sr. Ministro de Hacienda -- No son
nuestros los errores, señor diputado.

Sr. Lara Castro- También voy á anun


ciar, desde ya, que en el segundo periodo
del artículo me voy á permitir agregar al
gunas cuantas palabras, para que no se sor
prendan los señores representantes .
Sr. Presidente --- A votación el primer
párrafo del inc. 8.º

-Mayoría .

-Se lee:

(Párrafo 2º.) Exceptúanse de la compen -


sación los terrenos reservados para uso co
munal.

Sr. Lara Castro Ahí quiero agregarle


estas palabras : y los que hubiesen sido ad
quiridos para fines determinados .
-- 655

Recientemente el Estado ha adquirido al


gunas extensiones de tierras al costado de la
vía para ensanche del cuartel de caballería
de Paraguarí. Tal vez se haya adquirido
otras porciones para otros fines determina
dos, que no sean para uso comunal, y no
sería justo que mañana ó pasado la Empre
sa, fundada en este artículo, nos reclame es
tas mismas tierras adquiridas para fines de
terminados .

Sr. Pérez (J. A .) - Si está para fines de


terminados, ¿cómo quiere que reclame? Otro
disparate. Vé vd. cómo es diparatado todo
lo que está diciendo? Eso, verdaderamente,
hace dudar de su buena fé, señor diputado.

Sr. Presidente (agitando la campanilla)


-¡Calma, señor diputado !
Voy á poner á votación el párrafo que
acaba de leer el señor secretario, tal como
se encuentra en el proyecto primitivo. Si no
es aceptado por la Cámara, pondré á vota.
ción el mismo párrafo con la adición pro
puesta por el diputado señor Lara Castro .

-A votación - Mayoría.

-Se lee el inc . 9.°

Sr. Lara Castro - Hago moción para que


se supriman las palabras: « ó municipal, »
desde luego que éste no es un impuesto, co
mo se ha dicho, sino una tasa que se esta .
656

blece por servicios prestados por la Muni


cipalidad.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el proyecto primitivo ; si no es aceptado, pon
dré á votación el mismo proyecto con la su
presión propuesta.

A votación - Mayoría .

Se lee y aprueba sin objeción


el inciso 10.

---Se lee el inciso 11 .

Sr. Lara Castro - Desearía una explica


ción de parte de los señores representantes
del P. E., que han autorizado estas bases,
sobre si no se ha de permitir á otra compa
ñía extender un ramal de Asunción á cual
quiera otra dirección y si se ha de atribuir
siempre á la Compañía Paraguay Central el
derecho de construir esta vía férrea con ex
clusión de toda otra empresa .

Sr. Ministro de Hacienda Pido la pa


labra.
La verdad que yo voy creyendo que el
señor diputado quiere tomarnos el pelo.
(Risas).
Le preguntaría á mi vez al señor diputa
do: ¿Está escrito eso en castellano, sí ó nó?

Sr. Lara Castro - El señor ministro pue


de conocer mejor que nadie eso.
- 657

Sr. Ministro de Hacienda - Como con


testación, que el señor secretario lea nue
vamente el inciso .

Sr. Lara Castro -- Antes què lea el señor


secretario, yo voy á decir cómo he entendi
do este inciso.
Voy á decir otro nuevo disparate, pero que
yo creo que consulta los intereses del país.
Según el inciso 11 , en discusión , ninguna
otra compañía puede establecer ferrocarriles
en el país, porque la Empresa le va á salir
inmediatamente al encuentro, diciéndole : « No,
señores, Vds. no tienen derecho á construir
ningún ferro- carril en el Paraguay, porque
yo tengo el privilegio de extender mis rama
les por todo el país, siempre que arranque
de la línea existente actualmente » .
El inciso dice: « La Empresa tendrá el de
recho de construir en cualquier tiempo pro
longaciones ó ramales que arranquen de sus
líneas en explotación , sin perjuicio de la fa
cultad que retiene el gobierno de otorgar las
concesiones que creyere conveniente, á otras
compañías ó empresas que soliciten cons
truir vías férreas en todas direcciones . Los
terrenos particulares necesarios á este efecto
se declararán de utilidad pública y serán ex
propiados por cuenta de la Empresa ..
Quisiera saber, señor Presidente, si en el
caso de que venga otra Empresa que se ani
me á construir líneas en todas direcciones ,
¿cómo se arreglaría el Estado? (risas. )
658 ---

Sr. Ministro de Hacienda - Impagable


está el señor diputado .

Sr. Lara Castro - Todos se ríen como yo


mismo me río .

Sr. Presidente - A votación este inciso.

Mayoría.
-Se lee el inc. 12.

A votación - Mayoría.
-Se lee el inc. 13.

Sr. Chaves- Pido la palabra.


Considero la intervención del P. E. en la
fijación de tarifas como una cuestión muy
importante.
El señor ministro del Interior muy acer
tadamente nos ha dicho que el derecho de
policía que el Estado ejerce en materia de fe
rrocarriles es cuestión de orden público . Es
esa la razón porqué me he permitido pedir
la sustitución del artículo del proyecto, á fin
de que la Empresa, de acuerdo con el P. E.,
fije la tarifa conforme á las necesidades del
comercio, de la industria y del desenvolvi
miento de la misma Empresa .

Sr. Ministro de Hacienda - Pido la pa


labra.
En el curso de la discusión en general se
ha establecido la única razón porqué puede
intervenir el Estado en la fijación de las ta i

1
659 --

rifas de las empresas particulares: su carác


ter de garante de la línea ; porque cuando el
Estado garante una utilidad legítima, tiene
también legítimamente el derecho de fijar,
de común acuerdo con la empresa, los pre
cios del servicio que ella presta; pero cuan
do esa garantía cesa , debe cesar también
lógicamente la intervención del Estado , de
jándola en libertad absoluta para realizar
las utilidades que legítimamente le corres
pondan.
No se puede invocar en favor de la tesis
sostenida por el diputado doctor Chaves el
hecho de que este ferrocarril sea el único y
necesario ferrocarril que tenemos . Hay otros
servicios, otras necesidades más indispensa
bles en el país y sin embargo el Estado no
interviene para fijar ó limitar las utilidades
del individuo ó de la Empresa, porque no
tiene derecho á hacerlo ; es un principio muy
elemental que sólo la competencia es la en
cargada de regular las utilidades legítimas
que puede obtener la aplicación de los capi
tales ó la actividad individual. ¿Por qué, se
ñor Presidente, no se fijaría esa limitación,
por ejemplo, á las empresas de navegación?
¿Por qué no se les limita á las demás em
presas de transporte? ¿ Por qué no les dice
también el Estado : debo yo fijar de acuerdo
con ustedes la remuneración á cobrar? ...... Re
pito que está en el interés primordial del
Estado que toda empresa establecida en el
país viva , por que la prosperidad de las em
660

presas forma la riqueza nacional. Úna em


presa que no vive y no prospera es una
empresa que importa un cartabón de descré
dito para el país en el exterior . Es un error
antieconómico pretender, por medio de im
puestos ó leyes restrictivas, restar indebida
mente las utilidades legítimas que pueden
corresponder á las compañías ; por el contra
rio, hay que alimentarlas , dejarlas crecer,
para que el estímulo de las utilidades que
realizan , traiga nuevas compañías á ponerse
frente á ellas á establecer la competencia,
que es la única llamada á reglar sus utilida
des; y me extraña , señor Presidente, que
cuando aquí se han otorgado concesiones en
las cuales se determina que sólo interven
drá el Estado cuando esas empresas produz
can más del 12 % , se pretenda ser estrecho
con una empresa que, por errores ó por lo
que se quiera, del pasado, ha vivido 18 años
vegetando, sin ofrecer rendimientos de nin
guna clase á los tenedores de acciones que,
fiados en el porvenir de nuestro país y en
la palabra empeñada por el Estado , han aven
turado sus capitales en una empresa ferroca
rrilera.
¿Cómo es posible pretender que cuando
esas entradas no dan sino 1 % , el Estado va
ya á fijarle y limitarle los fletes que debe
cobrar? -Esto no se ha hecho ni se hace con
nadie. En paises más prósperos, más adelan
tados, se han otorgado concesiones en las
cuales la intervención del Estado es ejercida
661 ―

después de obtener una utilidad de 16 y 17 %


-He terminado.

Sr. Chaves- Pido la palabra.


Por lo visto, discrepamos fundamentalmen
te sobre este particular con el señor ministro .
Yo considero que el derecho de intervenir
el Estado en las tarifas ferrocarrileras, es un
derecho implícito , de orden público. Lo ha
dicho exactamente el señor ministro del Inte
rior....
Sr. Ministro del Interior - Yo no he di
cho semejante cosa.
Sr. Chaves - El derecho de intervenir en
la fijación de las tarifas no viene á ser sino
un derecho de policía. Véase « Las Deci
siones Constitucionales » de Calvo.

Sr. Pérez (J. A.) — ¿ Cómo las ganancias.


de una sociedad van á ser cuestión de
orden público, cuestión de policía del Poder
Público?
Una suposición : ¿ quién me podría prohi
bir que yo me meta en un negocio y gane
cien mil pesos , supongamos?

Sr. Chaves-- Eso no es lo mismo que una


empresa de transportes .

Sr. Ministro de Hacienda - ¿ Por qué no


se impone también á las empresas navieras?

Sr. Chaves- Para las empresas navieras


están abiertos los ríos, que pueden ser sur
- 662

cados por todos los buques de todas las


banderas del mundo sin necesidad de nin
guna concesión ; mientras que este servicio
público ferroviario importa un privilegio, un
monopolio, una concesión .
¿Qué dificultad habría en que la Empresa
fijara sus tarifas de acuerdo con el P. E.?
¿0 por ventura constituye eso un obstáculo
para la Empresa ? De ninguna manera. Esa
intervención del P. E. se establecería sólo
con el objeto de evitar que la Empresa con
sus tarifas excesivas trate de oprimir al
pueblo, á la industria, al comercio. Ese es
el propósito loable que me ha guiado para
proponer esta modificación .
Yo quiero que la Empresa se ponga de
acuerdo con el.P. E. para la fijación de las
tarifas , de manera á no ser posible oprimir
á la industria y al comercio con una tarifa
exagerada.
Por lo demás, como he dicho , no puede
compararse el ferrocarril con las empresas
de navegación, pues para constituirse estas
empresas, basta tener capitales ....

Sr. Ministro de Hacienda Exacta


mente igual para los ferrocarriles.

Sr. Chaves-- Para los ferrocarriles se ne


cesita concesión, el servicio público es dis
tinto . ¿Cómo va á ser lo mismo una empresa
naviera que una empresa ferrocarrilera,
única que existe en un país ? Esta puede
663

matar por medio de sus tarifas la producción


de ese país ; en cambio las empresas de na
vegación nó, porque entre ellas hay compe
tencia.

Sr. Ministro de Hacienda - Deploro el


error fundamental del diputado doctor Cha
ves. No es cuestión de policía la intervención
del Estado en la fijación de tarifas. La po
licía del Estado no puede nunca intervenir
en los intereses particulares, y me extraña,
señor Presidente, que sea en el recinto de las
leyes donde se siente semejante doctrina. A
título de qué esta empresa ha de agobiar á
la industria, al comercio, al país entero como
se afirma, cuando precisamente en el progre
so de la industria, del comercio y del país
está la prosperidad de la Empresa misma?
Por lo demás , como ya lo he dicho, no es
cuestión de policía la intervención del Esta
do en la fijación de las tarifas ; son cosas
muy distintas.

Sr. Chaves --¿Pero no vamos hasta impo


ner el servicio personal para mantener y
conservar los caminos carreteros?
¿El Estado no vá hasta allí, hasta imponer
al ciudadano el servicio personal obligatorio
y gratuito ? y no ha de tener intervención
en las tarifas para fijarlas? ¿ Qué sacrificio
más grande para los ciudadanos que el obli
garles á servir gratuitamente ? Es por la
importancia de las vías de comunicación ;
664

por eso se obliga á todos á trabajar gratui


tamente en homenaje á los intereses que re
presentan estas vías carreteras, caminos pú
blicos, etc., y con ese mismo criterio debemos
ver la intervención del Estado en las tarifas
del ferrocarril.

Sr. Ministro de Hacienda - El argumen


to es el siguiente : porque se impone á los
ciudadanos el servicio obligatorio de abrir
caminos carreteros, la Empresa del ferro
carril debe prestar sus servicios al precio
que al Gobierno le agrade ...

Sr. Chaves -- He citado como ejemplo los


caminos carreteros, porque entre caminos
carreteros y ferrocarriles no sé cuál es el
más importante .

Sr. Ministro de Hacienda -¿Y contribu


ye Vd . á hacer el ferrocarril? ¿ Garante Vd .
el capital al capitalista que va á hacer esa
línea? ¡No ! ... pues entonces, puesta la mano
sobre la conciencia, hago al señor diputado
la pregunta : ¿ puede decirle al capitalista : Vd .
no debe fijar sus utilidades más allá de este
límite; y yo que nada dí, ni nada me im
porta que Vd . gane ó no , debo ponerme de
acuerdo con Vd. en lo que debe cobrar?
¿ Qué me diría el señor diputado si yo le
dijera: los abogados agobian á la industria,
cobrando lo que no deben cobrar; limitemos
á tanto sus ganancias? ¿ Por qué no limita
mos entonces las ganancias de los abogados
665

y procuradores, así como los beneficios de


la industria y del comercio ? ....

Sr. Chaves - Sencillamente quiero salvar


mi responsabilidad ....
Sr. Ministro de Hacienda - Está salvada.
¿Hay algo más necesario que las vías de
comunicación ? -El pan. - ¿ Por qué no limita
mos las utilidades de los panaderos?

Sr. Chaves La municipalidad las limita,


sí, señor.

Sr. Ministro de Hacienda - ¿ En qué?


¡ En nada!
Lo cierto es esto. En esta Cámara se ha
sancionado una ley que acuerda la interven
ción del Gobierno en las tarifas de una
empresa después que pase el 12 % y ahora
se espantan porque se pone el 6 % .

Sr. Chaves - Yo no quiero limitar esas


tarifas, no quiero que se le ponga un límite
del 6 y del 7 %; yo lo que quiero es que'
el P. E. tenga la facultad de intervenir en
la fijación de esas tarifas, á fin de que es
ta Empresa que dá vida á nuestras energías,
á nuestra producción, al fijar sus tarifas
para la explotación de nuestras riquezas ,
el P. E., cuando vea que esas tarifas son
suficientes y la Empresa quiere elevarlas
más, pueda decirle : hasta allí no más, no
eleve más Vd. sus tarifas que son suficientes,
por ahora, porque elevarlas sería agobiar á
666 —

nuestras industrias. Así como es loable


que se dé vida á las empresas que vengan
á constituir el principal factor de . nuestros
adelantos, es muy loable también aspirar á
que el P. E. tenga en sus manos los medios
con que evitar todo exceso, toda extralimi
tación.

Sr. Arbo - ¿Me permite una pregunta, se


ñor diputado?

Sr. Chaves- Sí, señor.

Sr. Arbo -- En el caso de que no se hubiese


llevado á cabo esta transacción con la Em
presa y fenecido el término por el cual la
Compañía tiene derecho al pago de la garan
tía, ¿ podría el Estado continuar intervi
niendo en la fijación de las tarifas ? No hay
que olvidar que el Estado interviene en
virtud de la garantía del 6 % .

Sr. Chaves- Voy á contestar al honorable


y estimado colega el diputado doctor Arbo .
Por veinte años fué la obligación recípro
camente contraida entre el Estado y la
Empresa y por todo este tiempo el Estado
ha dado á la Compañía las ventajas de la
concesión y una de ellas ha sido la fijación
de tarifas.
Vencido este término, recupera el Estado
lo que ninguna empresa puede negarle, el
derecho de intervenir en las tarifas como
667 ----

derecho policial, tal como se establece en


numerosas decisiones constitucionales.

Sr. Arbo - ¿Dónde está el artículo de la


ley-contrato vigente que así lo establece?

Sr. Chaves - Le voy á decir al doctor Arbo


que de esa cuestión de tarifas ha hecho
cuestión de contrato la Argentina, Brasil y
Uruguay, porque en los primeros tiempos
que necesitaron introducir capitales tuvieron
que ceder toda clase de privilegios.

Sr. Arbo Actualmente, he visto que en la


última memoria leida en Londres, el ferroca
rril Gran Sud Argentino ha repartido un
dividendo de 7 % á las acciones ordinarias
y eso que no tiene la intervención el P. E.
de la República Argentina, para la fijación
de las tarifas . Por esta transacción se adopta
la base del 6 % , lo cual parece no es ventaja
despreciable ....

Sr. Pérez (J. A.) –Y á otros ferrocarriles


hemos puesto el 12 %.

Sr. Chaves-- Pero tanto vá el interés par


ticular en esto que el mismo gobierno argen
tino ha hecho cuestión de la fusión de ferro
carriles : dos empresas ferrocarrileras distin
tas que van en una dirección han convenido
fusionarse, y el gobierno argentino ha visto
en esto la ausencia de competencia y ha
intervenido ; es así cómo el gobierno argen
tino ha mirado la fusión de ferrocarriles .
668

¿Por qué? Porque era necesario mantener


la competencia .

Sr. Arbo - No es cierto, señor diputado ....


Sr. Chaves - Si nosotros tuviéramos dos ó
tres ferrocarriles , no habría inconveniente
en que el Estado dejara de intervenir, por
que habría competencia ....
Sr. Ministro de Hacienda - Pero la com
petencia, que es la única que regula las utili
dades......

(El señor presidente agita la cam


panilla).
Sr. Arbo - Pido la palabra.
La fusión de ferrocarriles en la República
Argentina, que ha preocupado hondamente
la atención de los publicistas , no dependía
del gobierno argentino: la fusión de ferro
carriles la han hecho los directorios de esos
ferrocarriles en Londres; los poderes públicos
de la R. Argentina han tratado de obstacu
lizar esa fusión, pero no la han impedido por
cierto, como no han impedido tampoco en In
glaterra que los ferrocarriles, estableciendo
sus vías hasta á 500 metros de distancia
unos de otros , fijaran la jurisdicción uno y
otro directorio, para fijar las tarifas que
debían cobrar.
Indudablemente que es un propósito muy
loable eso de querer que el Estado inter
venga cuanto antes en la fijación de las ta
669

rifas, pero al mismo tiempo es un propósito


irrealizable. Casi ningún país lo ha conse
guido.
En cuanto á que la Empresa matará las
industrias, es un sofisma que se combate y
destruye por sí mismo, porque la Empresa
no puede matar lo que le dá la vida.

Sr. Chaves - Pero puede agobiarla.


Una industria que puede ganar buena
mente 20 pesos , por ejemplo, la Empresa
puede agobiarla , haciendo que no gane sino
12 ó 15.

Sr. Presidente-- Voy á poner á votación


el proyecto primitivo.

Sr. Lara Castro - Pido la palabra.


Desearía decir dos palabras acerca de este
artículo tan discutido.
Realmente que es muy onerosa la condición
que contiene este inciso. Las bases anterior
mente aprobadas, del año 96, decían que el
Estado intervendría en las tarifas una vez
que la Empresa obtuviera un rendimiento
de 4 % sobre el capital del ferrocarril y el
capital suplementario.
En las bases que estamos discutiendo, no
sólo se ha elevado este tipo sino que, en el
Senado, se le ha agregado estas palabras :
-entendido después de hacer el servicio de
intereses del capital privilegiado » , y ninguno
de los representantes del P. E., ni el señor
670

ministro del Interior, ha protestado contra 1


esa adición .

Sr. Ministro del Interior - ¿ Ha termi


nado , señor diputado?

Sr. Lara Castro -Sí, señor.

Sr. Ministro del Interior - Pido la pala


bra.
Quiero simplemente rectificar una afirma
ción del señor diputado .
El convenio se ha firmado así como está ;
lo que en la ley se ha hecho fué cambiar
la última parte. Y los representantes del P.
E. han sostenido el convenio tal como está.
Nada más . - He terminado.

Sr. Lara Castro -- Pido la palabra .


El inciso del proyecto primitivo, enviado
al H. Senado, decía lo siguiente: las tarifas
se confeccionarán por la Empresa y sólo
en el caso de obtener un dividendo que pa
se del 6 % sobre el capital que representan
las acciones ordinarias, las fijará de acuerdo
con el P. E.

Sr. Ministro del Interior -¿Ha termi


nado el señor diputado?

Sr. Lara Castro - Sí, señor .

Sr. Ministro del Interior -Parece que


hubiera aquí el propósito de insinuar que se
ha faltado á la verdad . Yo soy incapaz de
671

hacerlo, y mucho menos tratándose de la alta


representación de nuestro país.
Vuelvo á decir al señor diputado que el
P. E. ha firmado este convenio y así lo ha
elevado al H. Senado.
El artículo, tal como lo leyó el señor di
putado, es el artículo redactado en Septiembre
del año pasado .
Las modificaciones se redactaron en Mayo
de este año, porque algunas personas pro
bablemente habrán indicado á la Empresa
la necesidad de esas últimas palabras y
como el P. E. entendió que no había incon
veniente en ello, consintió en la agregación.
Es así cómo en el convenio de Septiebmre
del año pasado no existen esas palabras que
figuran en el convenio adicional de Mayo
del corriente año.
Reitero, pues, la afirmación de que no se
ha introducido esas últimas palabras en el Se
nado sino en el Ministerio del Interior, entre el
ministro y el representante de la Empresa,
en el acuerdo adicional de Mayo de este año.

Sr. Presidente - Voy á poner á votación


el inciso del proyecto primitivo ; si no es
aceptado, pondré á votación el inciso susti
tutivo que propone el doctor Chaves.

-A votación -- Mayoría .

Sr. Lara Castro- Ruego al señor Presi


dente se sirva hacer leer el artículo adicio
nal que me voy á permitir proponer.
672 -

-Se lee: « No se podrán aumentar las ta


rifas actuales á más del 15 % mientras no se
haya librado al servicio público la primera
sección de prolongación .

Sr. Lara Castro -- Sabido es la gran canti


dad de productos y de mercaderías que
están estacionados á lo largo de la vía, espe
rando una oportunidad para ser conducidos
á los puertos de embarque ó á su destino .
La falta de wagones y la actual situación
precaria del ferrocarril ha impedido dar sa
lida á estos productos que, por este motivo,
se han perdido en gran parte.
Si de un momento á otro la Empresa al
tera considerablemente las tarifas, es induda
ble, señor Presidente, que se traería un gran
desequilibrio en los negocios, en las empresas ,
en las industrias ....

(Baja de la presidencia el señor Ca


ballero, y la ocupa el Vicepresidente 1º
doctor Legal.)

Sr. Lara Castro -No se puede, señor Pre


sidente, alterar las tarifas de golpe aumentán
dolas con exceso; y á fin de resguardar los
intereses particulares comprometidos, que
experimentarían, como he dicho , un gran
desequilibrio, es que había propuesto ese artí
culo adicional. He terminado, señor Presi
dente.

(Pausa)
673

Sr. Lara Castro - Corresponde que se


ponga á votación, señor Presidente.

Sr. Presidente - En seguida se vá á poner ,


señor diputado .
Está en discusión.

(Vuelve á ocupar la presidencia el


señor Caballero).

Sr. Presidente- Voy á poner á votación el


inciso adicional propuesto por el diputado
señor Lara Castro .
--A votación.- Minoría .

-Se aprueban por mayoría, los


incisos 14, 15 y 16.

Sr. Lara Castro - Señor Presidente: Voy


á proponer un artículo adicional.
- -Se lee :

« En caso de conmoción interior ó invasión


extranjera ó amenaza exterior, el Estado po
drá hacer uso en absoluto y por completo de
la línea, abonando á la Empresa el importe
de la mitad de lo que hubiese producido la
línea en el mismo periodo de tiempo del año
anterior» .

Sr. Presidente -¿Está apoyado este pro


yecto de artículo adicional?

-Apoyado.
Sr. Presidente-- En discusión.
- 674 ----

----A votación.- Minoría.

Sr Lara Castro -Cómo , señor Presidente.

Sr. Secretario - Minoría.

-Se aprueba por mayoría el inci


so 17.

Sr. Lara Castro - Señor Presidente : quie


ro proponer una última adición . Ruego á los
señores representantes tengan un poco de
paciencia.

Sr. Presidente - Toda la que quiera el


señor diputado . Paciencia no nos falta.

Sr. Lara Castro - Como la Empresa tiene,


según creo, el propósito de construir algunos
ramales que tienen que cruzar algunos ríos
navegables , como el que se dirigirá á Villa
Florida, y como no sería conveniente para
el país que se le privase de un tráfico tan
barato como el fluvial, por eso me permito
proponer el siguiente inciso adicional : ‹< Cuan
do el ferrocarril haya de cruzar un río, la
Empresa debe tomar todas las medidas ne
cesarias para que no se obstaculice ni se inte
rrumpa el tráfico , durante ni después de la
construcción del puente » .

Sr. Presidente - Está apoyado


el pro
yecto de artículo adicional propuesto por el
diputado señor Lara Castro?
675

Apoyado.
En discusión. (Pausa)

Sr. Lara Castro --Parece que este artículo


me lo van á aceptar. Así lo estoy viendo.
(risus.)
Sr. Ayala. Si el señor Presidente de la
Compañia lo acepta ....
Sr. Presidente - A votación el artículo
adicional puesto en discusión .
-A votación .
Sr. Lara Castro - Mayoría .
Sr. Secretario - Minoría.
-Se lee:
«Art. 2º Comuníquese al P. E.
Sr. Presidente - Es de forma. Pasará la
ley al P. E.
-Se levantan varios diputados
(El presidente agita la campanilla.)
Sr. Lara Castro -- El señor Presidente
llama á los señores diputados para votar el
« Comuníquese ! (risas .)
Sr. Presidente- Orden del día para el lu
nes próximo: comparecencia del señor minis
tro de Guerra y Marina para informar á la
Cámara acerca de los puntos consignados
en el mensage pasado al P. E. á moción del
doctor Cardús Huerta.

Seguidamente se levanta la sesión , siendo las 6 y 35 p.m.


Ley aceptando las bases del contrato ad-referendum para
el Estado, firmado el 1º de Septiembre de 1906 entre
el P. E. y el representante de la Empresa del Ferro
carril Central del Paraguay.

El Senado y Cámara de Diputados de la Na


ción Paraguaya reunidos en Congreso, san
cionan con fuerza de

LEY

Art. 1º Acéptanse las bases del contrato


ad-referendum para el Estado, firmado con
fecha 1º de Septiembre de 1906 entre el P. E.
y el representante de la Empresa del Ferro
carril The Paraguay Central Railway Com
pany Limited » , con las modificaciones conte
nidas en la presente ley, y en los términos
siguientes :
1° La sociedad « The Paraguay Central
Railway Company Limited » hace renuncia
expresa y absoluta á la garantía del 6 "
que le fué acordada sobre el capital emplea
do en la adquisición , reparación y prolon
gación del ferrocarril de Asunción á Pirapó ,
por las leyes de su concesión , declara ex
tinguidas todas las cuentas de garantía
liquidadas ó no liquidadas y desiste de to
da reclamación á que se creyere con derecho
677

contra el Gobierno del Paraguay por las


referidas leyes ó decretos gubernativos .
2º Renuncia igualmente á todas las tierras
fiscales que por las mismas leyes debió el
Gobierno transferir á la Empresa compra.
dora del ferrocarril de Asunción á Villarrica ,
con excepción de la faja ocupada por la línea
principal, con sus estaciones y talleres, de
acuerdo con el inciso 7° de este convenio.
3° La Empresa se obliga á mantener firme
y seguro el ferrocarril de Asunción á Pirapó,
y la prologación que se construyere hasta
Villa Encarnación , á renovar y reparar las
estaciones y depósitos que se deterioren, á
construirlos en suficiente número para llenar
las necesidades del tráfico, á aumentar y re
novar gradualmente el tren rodante de loco
motoras, coches de pasajeros, furgones y de
más wagones de carga, de manera que no
se interrumpa el tráfico en ningún tiempo ,
ni se aglomeren en las estaciones y vías los
artículos y materiales destinados al trans
porte .
4º La Empresa se obliga á conducir gratis
por 25 años , las balijas de las corresponden
cias expedidas por el Correo ó por el Telé
grafo oficiales, así como á los conductores
de las mismas, y á cobrar la mitad de la
tarifa por la comunicación telegráfica oficial
y por el transporte de empleados públicos
en comisión del Gobierno, tropas, municiones,
armas, caballadas, víveres y vestuarios para
las fuerzas que se hallen al servicio de la
- 678

Nación, así como de los colonos y sus equi


pajes enviados por el Departamento de Inmi ·
gración y Colonización .
5º El Gobierno se compromete á abonar
las cuentas provenientes de los transportes
á que se refiere el inciso anterior, dentro de
los seis meses de la presentación por la
Empresa.
6 El Gobierno renuncia de modo expreso
y absoluto en beneficio de la Empresa á sus
acciones de preferencia, y queda desligado
de la Sociedad y desobligado, respecto de
terceros, de todos los compromisos de ella,
la cual, por este hecho , en único responsable
de ellos se constituye; declara extinguidas
todas las ventajas que puedan correspon
derle en la Compañía y desiste de toda
reclamación á que se creyere con derecho,
cualquiera que sea la causa de que proceda,
7° Dentro del término de un año de apro
bado este convenio por el Congreso Nacio
nal, el P. E. otorgará á la Empresa un título
formal de dominio sobre la faja de terreno
ocupada por la línea de hierro de Asunción
á Villarrica en la forma siguiente:
El terreno en que se asienta la línea, deter
minado por las zanjas de sus costados, cha
fláns, rampas, base de asiento de los terraple
nes, puentes y demás obras de afirmado de
la vía; el terreno ocupado por las estaciones ,
los talleres y los depósitos de la antigua lí
nea de Asunción á Paraguarí y el de los
edificios análogos que la Empresa de Patri
679 ―

construyó entre Paraguarí y Villarrica, todo


con arreglo al trazado ó plano levantado
por el Departamento Nacional de Ingenieros
y siempre que dichos terrenos resultasen fis
cales en la fecha de firmarse este convenio.
Los que resultasen ser de propiedad particu .
lar, serán expropiados por cuenta de la Em
presa y por intermedio del Gobierno, toda vez
que élla así lo requiera.
8. El Gobierno concede á la Empresa á tí
tulo de compensación, á lo largo de la vía,
de los terrenos fiscales que hubiere, una
superficie igual á la de la tierra particular
que la Empresa abone por las expropiaciones
que tengan que hacerse.
Exceptúanse de la compensación los terre
nos reservados para uso comunal .
9. Por espacio de 25 años, contados des
de la promulgación del presente convenio
como ley de la República, la Empresa que
dará exonerada del pago de todo impuesto,
sea nacional ó municipal ó de cualquier otra
naturaleza , salvo el de eslingaje cuando haga
uso de los muelles fiscales.
10. La Empresa queda obligada á prolon
gar sus líneas á Villa Encarnación en la
forma siguiente :
Dentro de un año de promulgado este con
venio por ley de la Nación presentará los
planos, y salvo caso de fuerza mayor debi
damente justificado, dentro de 5 años de apro
bados los planos por el Superior Gobierno
entregará al tráfico público la vía nueva, de
680

biendo abonar una multa de 8.000 oro se


llado por cada mes de retardo en la termina
ción de la vía.
La Compañía determinará el punto de
arranque de la nueva línea, y en caso de re
sultar en un punto intermedio entre la Esta
ción Yegros y la actual terminación de la vía,
tendrá el derecho de levantar del todo la vía 1
y telégrafo desde el punto de arranque hasta
«Fierro Punta » .
11. La Empresa tendrá el derecho de
construír en cualquier tiempo prolongaciones
ó ramales que arranquen de sus líneas en
explotación , sin perjuicio de la facultad que
retiene el Gobierno de otorgar las concesio 1
nes que creyere convenientes, á otras com
pañías ó empresas que solicitaren construír
vías férreas en todas direcciones. Los te
rrenos particulares necesarios á este efecto
se declaran de utilidad pública y serán expro
piados por cuenta de la Empresa.
12. Para la construcción de los ramales ó
prolongaciones de las líneas , la Empresa
tendrá el derecho de utilizar gratuitamente
las maderas y las piedras de los montes y
canteras fiscales de los lugares por donde
aquellos pasaren y que no estén arrendados ,
y el Superior Gobierno concederá tambien á
la Empresa, gratuitamente, las tierras fisca
les para la vía , en un ancho de cuarenta
metros, y para estaciones nueve hectáreas ó
sea metros 750 de largo por metros 120 de
ancho .
681 -

13. Las tarifas se fijarán por la Empresa ,


y sólo en el caso de obtenerse un dividendo
que pase del 6 % sobre el capital que repre
sentan las acciones ordinarias, las fijará de
acuerdo con el P. E. á cuyo efecto éste se
reserva la facultad de intervenir en cualquier
tiempo en la contabilidad de la Empresa ;
entendido después de hacer el servicio de
interés sobre el capital privilegiado.
14. La tarifa del telégrafo de la Empresa
será la misma que la que rige para el Te
légrafo Nacional. Los despachos transmiti
dos á la prensa ó á la Bolsa de Comercio se
harán con rebaja del cincuenta por ciento
sobre la tarifa ordinaria.
15. Se declara derogado el artículo 19 de
la ley de concesión del 22 de Septiembre de
1887 .
16.º Todas las cuestiones que se suscitaren
entre el Gobierno y la Empresa sobre la
interpretación de este convenio ó su ejecu
ción, serán sometidas á la decisión de árbi
tros nombrados por una y otra parte, los
cuales designarán un tercero para el caso de
discordia . En su defecto, los árbitros serán
nombrados por la vía judicial.
17. La decisión arbitral obligará recípro
camente al Gobierno y á la Empresa, y el
no cumplirla ó el demorar su cumplimiento
en todo ó en parte, dará lugar á una in
demnización que la parte morosa abonará á
la otra en compensación de daños y perjui
cios.
682

El monto de la indemnización se fijará


por los mismos árbitros que se nombren
conforme al inciso anterior, y el pago de
aquellos no eximirá del cumplimiento de la
sentencia.
Art. 2º Comuníquese al P. E
Dada en la sala de sesiones del Congreso
Legislativo, á los 19 días del mes de Julio
de 1907.

El P. del Senado El P. de la C. de D. D.
E. GONZALEZ NAVERO 1 PEDRO P. CABALLERO

Gregorio M. Morales Federico Chirife


Secretario. Secretario

Asunción, Julio 20 de 1907.

Téngase por Ley, publíquese y dése al


Registro Oficial.

FERREIRA
MANUEL BENITEZ
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RECALL

16 DEC '67
DEC 14 REC'D

LIBRARY, UNIVERSITY OF CALIFORNIA, DAVIS


Book Slip-70m-9,'65 ( F7151s4 ) 458
386212
HE2970
Paraguay . Congreso , C4
1906-1907 . A5
La cuestion 1907
ferrocarrilera .

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UNIVERSITY OF CALIFORNIA
DAVIS

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