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“Salud Pública y Mental I”

Trabajo Practico N° 3

Comisión Lunes 18 Hs. Profesor Santiago Pellicer - Joaquin Iaconis

Grupo 3:
 Montero Florencia DNI: 43710585
 Toscano Verónica Daniela DNI: 4093941
 Muñoz Rocío Agustina DNI: 4384666
 Vargas Celeste Magali DNI: 43282574
 Villafañe Silvana DNI: 27008747
 Ramos Jimena Valeria DNI: 42453186
 Perea María Florencia Del Rosario DNI: 32980473
El asesinato de Juan Pablo Roldán es un caso que involucra al oficial de
policía del Cuerpo de Policía Montada de la Policía Federal Argentina que juntamente
con otros compañeros de trabajo fueron a auxiliar una situación de inseguridad por
parte de una persona que se comportaba de forma violenta en la calle.
Ante esta situación, el Inspector Juan Pablo Roldán busca interceder, ante el peligro
inminente intentó disparar dudando y disparándole a los pies, acción que terminó con
el agresor apuñalado.
El agresor Rodrigo Facundo Roza fue identificado como un paciente psiquiátrico, quien
fue derivado a un hospital, pero falleció horas más tardes.
El hecho ha tenido gran repercusión en medios locales y en algunos medios
internacionales. El gobierno argentino frente al hecho decretó un día de Duelo
Nacional.
Luego de la situación ambos son enviados a nosocomios (Roldán al Sanatorio Mater
Dei y Roza al hospital Fernández), muriendo primero Roldán y luego Roza.
Ante el hecho surgieron diversas manifestaciones políticas, institucionales y
profesionales, en ocasiones desviando la atención al hecho en sí mismo. Reproducimos
aquí, sólo las vertidas por algunos protagonistas anónimos en relación con las
concepciones de lo sano y enfermo, que ustedes deberán analizar intentando -con
cada una de ellas- relacionarlas con las concepciones vertidas en los textos del Dr.
Galende y la Dra. Stolkiner.

DESARROLLO
Opinión A: “un loco suelto es un peligro para la sociedad, deberían matarlo porque no se
regenera más!”
El siglo XVI este tipo de pensamiento tuvo vigencia con EL GRAN ENCIERRO, se generó
conciencia de exclusión y encierro por enfermedades venéreas y se consideraba a la locura de
igual forma, por lo que si estas personas eran encerradas se evitaría la propagación de la
locura.

Opinión B: “¿Qué garantiza que no lo hubiera hecho un cuerdo? ¡Todos los días hay
asesinatos de gente sana, en todo caso estamos todos locos!”
A esta afirmación, podemos asociarla al concepto de “libertad” e “igualdad” entre los hombres,
el pilar de la Revolución Francesa donde lo sano se manifiesta desde la libertad de cada
persona en relación con su accionar, la libertad como esencia del ser humano, como
representación de su bienestar subjetivo.

Opinión C: “estamos enfermos como sociedad, este pobre infeliz es una muestra más de esa
enfermedad”
Opinión D: “Los locos tienen que estar en su lugar, el loquero. No podemos exponernos a que
alguno de ellos nos mate porque sí. Cada cual, en su lugar, si está enajenado, tiene que estar
encerrado”
Esta concepción se remonta al siglo XVIII, el loco estaba naturalmente encerrado, excluidos de
la sociedad civil y convertidos en asociales; se constituyó un espacio social diferenciado, un
espacio de locura, habitado por hombres que perdieron su relación con otros hombres, para
establecer una relación de inmediatez con su animalidad. Ésta última no se trata, se doma, se
corrige.

Opinión E: “los locos no son malos. Dios no les dio la misma oportunidad de estar sanos, más
bien hay que escucharlos porque dicen verdades que los crápulas y falsos de siempre no se
animan a decir”
Asociar la locura con Dios, es propio del pensamiento medieval. Según esta concepción, el
hombre fue creado como un ser perfecto, dotado con poderes intelectuales y morales, pero
con el “pecado original”, el demonio se apoderó de su cuerpo y sus sentidos.

El delirio podía significar posesión demoníaca o éxtasis místico. En esta expresión podemos
observar que la salud estaría asociada al bienestar por decir “verdades”.

Opinión F: “hay mucho loco suelto, ¿tenemos que encerrar a todos? ¡¡Hasta gobiernan países
y nadie se queja!!”

Opinión G: “¡¡pero si era tan religioso y educado, no puede ser loco!!”


Esta expresión denota una posición positivista, donde se toma como “normal o saludable” el
poseer educación y practicar determinada religión; esa es la norma. Todo lo que se desvíe de
ese camino, será tomado como anormal, sinónimo de enfermedad.

Pero el nivel de educación o la práctica religiosa no es un determinante objetivo de salud en


una persona.

Opinión H: “a los anormales hay que reeducarlos, hay que darles una oportunidad, si no
sirven más, no se reeducan, hay que encerrarlos de por vida. Son las degeneraciones que a
veces se da en toda sociedad”
Términos como “reeducar” a los “anormales”, o a las “degeneraciones” de una sociedad, evoca
al positivismo en su máxima expresión.

Los anormales, según esta perspectiva, serían quienes no tienen una conducta socialmente
aceptada, los enfermos son los que deben reeducarse. Toda conducta humana según esta
teoría puede estar condicionada para el correcto funcionamiento de la sociedad, se debe
“reeducar” a lo que se desvía de la “norma”.

Opinión I: “lo que hizo es producto de no controlar sus pasiones, su mente no controló sus
pasiones”.
Platón planteó que el alma debe dominar al cuerpo, como el amo al esclavo, es el alma quien
antecede y precede el cuerpo.
La salud es el “bienestar del alma” y se alcanza mediante la presencia de “virtudes esenciales”.
Podemos establecer una relación con esta afirmación teniendo en cuenta que es la mente
quien debe controlar las pasiones e impulsos del cuerpo.

Aristóteles también plantea que la salud de la mente está en el funcionamiento lógico del
intelecto, acorde con lo percibido.

Opinión J: “un enfermo mental no es un delincuente, es víctima de un sistema familiar y


social que lo dejó hacer cualquier cosa de entrada y ahora no puede controlarse”

Opinión K: “eso les pasa por vagos, si hubiera tenido trabajo de entrada, no sería un
desocupado que anda jodiendo la vida de los demás, con los planeros pasa lo mismo”

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