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Abuso Sexual
Abuso Sexual
Abuso Sexual
López y del Campo (1999), expresan que existen falsas creencias en este tema
pues se considera que los abusos ocurren raramente, que sólo lo sufren las
niñas, que actualmente se dan más abusos que en el pasado, que se dan en
clase social baja y que los niños no suelen decir la verdad. Todas estas
opiniones, bastante extendidas son discutidas por estos dos autores que
explican claramente cómo los abusos son más frecuentes de lo que pensamos,
que se dan en todas las clases sociales y que es conveniente creer a los niños
o al menos prestarles toda la atención necesaria cuando dicen que han sufrido
un abuso. También Topper (1988) destaca en un informe de FUNCOE
(Fundación Cooperación y Educación) y la Alianza internacional "Save the
Children", la peligrosa frecuencia con la que se producen los abusos sexuales
infantiles y aboga para que esta cuestión deje de considerarse un tema tabú.
Un 23% de las niñas y un 15% de los niños sufre abuso sexual en España
según un estudio de FUNCOE. Este informe fue presentado en Valencia con
motivo de un Seminario sobre Prevención del Abuso Sexual (Revista Escuela
Española, 1998).
No obstante, Sosa y Capafons (1996) indican que los resultados sobre estudios
de incidencia y prevalencia de abusos sexuales en la infancia y adolescencia
tienden a arrojar resultados muy dispares entre sí y la extrapolación de
resultados a la población general debe realizarse con precaución.
CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DEL ABUSO SEXUAL
En la mayoría de los casos el abuso sexual provoca en las víctimas
numerosas secuelas negativas a nivel físico, psicológico o
comportamental.
TRATAMIENTO
Así, la tabla 1, expresa de forma gráfica las opciones que hemos tomado para
nuestro trabajo (zona sombreada).
Los tratamientos terapéuticos utilizados con niños son muy similares a los
utilizados con adultos. Más que en aspectos conceptuales, las diferencias
radican en la adaptación del procedimiento a la edad y a las características del
menor, así como en el papel más directivo del terapeuta y/o del coterapeuta
(Bragado, 1993).
Tuma (1993), hace un estudio sobre las terapias clásicas aplicas a niños y
distingue entre terapia psicoanalítica, de orientación psicoanalítica, de relación,
estructurada y de terapia centrada en el cliente. En la terapia psicoanalítica se
pretende que el niño entienda sus sentimientos problemáticos y sus defensas,
de modo que pueda tratarlos directamente (lo que es conocido como insight).
El insight se consigue mediante la técnica de interpretación. En el proceso de
logro del insight, lo inconsciente se convierte en consciente. En resumen, se
trata de que la persona conozca y resuelva sus conflictos inconscientes. Este
autor afirma que en la psicoterapia de orientación psicoanalítica se trata en
primer lugar de aliviar los síntomas que producen problema. El tratamiento
consiste en interpretar la conducta como una defensa contra la ansiedad, en
orden a poner fin a esa conducta.
Del Barrio (1997) hace referencia a los técnicas terapéuticas más usuales
basadas en las distintas escuelas. Las técnicas de Modificación de Conducta
parten de las conductas inadecuadas o los síntomas son conductas aprendidas
y por tanto, el tratamiento debe ir dirigido a aprender a modificar estos
patrones. En cualquier perturbación, siguiendo esta técnica se eligen la
conductas con las que se va a trabajar en función de su relevancia, frecuencia
y facilidad para modificarla; planificando además la correcta aplicación de
premios y castigos. Por su parte las Teorías Cognitivas parten de que en las
conductas inadecuadas o en los síntomas existen atribuciones causales y
pensamientos distorsionados que los generan. Se trata de reestructurar los
patrones de ideas negativas. Habría que entrenar al niño en técnicas de
autocontrol tanto del pensamiento como del propio cuerpo y control de las
preocupaciones, estrategias de resolución de problemas y en habilidades
sociales. El entrenamiento en asertividad, dentro del campo de las habilidades
sociales, significaría enseñar al niño a defender o establecer los propios
derechos sin agredir ni ser agredido (López y del Campo, 1999). Aunque habría
que tener también en cuenta que tampoco sería conveniente en estrategias de
prevención "volcar toda la carga de la misma en el niño", pues los resultados
indican claramente que ningún agresor hubiese dejado de abusar sexualmente
del menor si éste se hubiese resistido más, (López, 1998).
Dar respuesta a todos los problemas que hemos abordado desde una sola
escuela de psicoterapia sería prácticamente imposible. Frecuentemente se
suele optar por una intervención ecléctica a la hora de elegir un tratamiento.
Nuestro modelo de intervención tendrá esta línea.
Existen técnicas que sin cumplir unos requisitos estrictos de pertenencia a una
escuela de psicoterapia determinada o sin cumplir ciertos criterios, son usuales
y de eficacia en los tratamientos con niños: por ej. el reforzamiento positivo,
que suele utilizarse en cualquier intervención terapéutica, o la relajación. Más
que técnicas pueden considerarse como un complemento de todas ellas.
- Explicar que ellos no son culpables del abuso, aunque así lo crean.
- Motivarle para que hable del suceso y/o los sucesos de abuso que el niño ha
sufrido, diciéndole que es conveniente para él, aunque sin obligarle a que lo
haga. No juzgar cuando el niño relate los hechos e insistir en que ellos no son
culpables.
Indicarle que las conductas sexuales pueden ser adecuadas si cumplen las
siguientes condiciones:
. Las relaciones sexuales pueden darse entre personas adultas, no entre niños.
Esta puede ser una de las conductas hipersexualizadas de las que hemos
hecho referencia.
Algunos niños, que han sido abusados por varones, tienen miedo a sentirse
homosexuales (Glaser y Frosh,1997); habría que mitigar la ansiedad sexual de
estos niños insistiendo en la no culpabilidad del menor, aunque haya habido
consentimiento por su parte. Insistir en que su consentimiento no es válido ya
que aunque a él le parezca no tiene la madurez suficiente para decidir ya que
ésta se alcanza con la edad adulta.
En resumen para López (1998), lo anterior significa que tendríamos que hablar
de forma positiva de la sexualidad, advirtiendo al niño que algunas personas
pueden utilizar la sexualidad de forma equivocada. Sería también imprudente
inculcar excesivo miedo o sospechas inadecuadas cuando establezcan lazos
emocionales o afectivos "normales" con sus amigos o adultos. Es muy
importante que los niños vivan la sexualidad sin relacionarla con el abuso
sexual.
Enseñar a los niños que el respeto a los mayores no quiere decir que tengan
que obedecer ciegamente a los adultos. Hablar a los niños de lo que significa la
"obediencia responsable".
Para Juvonen (1999) los niños esperan que los agresores tengan un aspecto
determinado, no piensan que éstos puedan parecerse a su padre o amigos de
familia. Es bueno que los niños sepan que los pedófilos suelen darse consejos
como "No intentes forzar al niño. Coge sus cosas y te seguirá". Se pretende
también enseñar a los niños que ellos son más valiosos que cualquier bien o
propiedad.
d) Una vez que el niño ha dicho "no", puede aparecer un tema más sutil y que
quizás pueda ser entendido por niños mayores. Se trata del tema del acoso
sexual. En el acoso, el abusador intenta conseguir los favores sexuales de la
víctima, quizás de forma abierta o tal vez de forma solapada. Cuando recibe el
rechazo suele pasar a otra forma de acoso, que podría ser el acoso moral.
Puede que se dedique a desprestigiar, a minusvalorar a esa persona o a
descalificar e infravalorar sus trabajos. Defenderse de esta situación es más
difícil pero no imposible (Hirigoyen, 1999).
En el caso del abuso, que estamos tratando, los juguetes pueden ser muñecos
con atributos sexuales bien definidos (Del Barrio, 1997), si se pretende que el
niño se exprese y libere su angustia mediante la manifestación de sus
sentimientos en el juego.
3.3.3. Psicodrama
3.3.4. Role-playing
Esta técnica que es una variedad del Psicodrama, aunque aquí los
participantes desempeñan papeles o roles diferentes a los que tienen
asignados en la vida real. Consiste en que una persona actúe de forma y
manera como lo haría otra.
El dibujo, a la vez que nos ayuda a evaluar el maltrato que el niño ha sufrido
(Test del Dibujo de la Figura Humana - Goodenouhg y Machover, Test de la
Familia, Test del Árbol, Test del Dibujo Casa-Árbol-Persona, etc.), puede
servirle también para que exprese y se libere de sus conflictos emocionales. En
este aspecto, Furth (1998), afirma que los dibujos pueden ser expresiones del
inconsciente y a la vez base para la terapia. Pueden servir pues, tanto de
mecanismos auxiliares de terapia como de instrumentos de diagnóstico.
3.3.6 Redacciones
Cornejo (1996) trabaja con las redacciones, iniciando cada día una página en la
que coloca una frase como enunciado. Por ejemplo: "Me pone triste que". Es
conveniente obligar a algunos niños a que escriban esta especie de diario y
motivar con formatos divertidos si el niño se resiste.
3.3.7. Relajación
Martorell (1996), dice que el interés principal de la relajación, estriba en que los
estados alcanzados por medio de ella son incompatibles con la ansiedad y sus
estados asociados.
Existen numerosos juegos de relajación para niños, en los que a veces el
terapeuta sirve de modelo. Algunos pueden ser como los que se exponen a
continuación.
Decir a los niños que son muñecos de trapo, o un sauce, o globos que se van
desinflando. Otros juegos de relajación pueden ser los que tomamos de Olba
(2000), como "la ola del mar"o "pintar una estrella antes de dormir". El
movimiento de las olas se representa con el movimiento de los brazos,
estirándolos hacia el frente y arriba para representar la llegada y hacia atrás
para representar el reflujo, aunque existen muchos juegos para niños con el fin
de conseguir la relajación. También se puede emplear alguna grabación
musical o la propia voz del terapeuta dando las pautas para relajarse.
3.3.8. Musicoterapia
Pensamos que es difícil que los niños atiendan en una composición musical, tal
como hace un adulto, pero sí puede utilizarse como música de fondo en
combinación con algún otro trabajo que estemos realizando.
Tanto el modelo de tratamiento anterior como este, son más acertados para
adultos que para niños. Sin duda pueden aprovecharse de ambos algunas
técnicas después que hayan sido adaptadas a las características y edad de los
usuarios.
4. COMENTARIOS
Las medidas más eficaces son siempre las educativas y preventivas: una
buena educación sexual ofrece a nuestros niños la mejor prevención del abuso.
Estos temas se tratan en nuestras escuelas como transversales del currículo.
Los temas transversales, entre ellos la Educación Sexual, no se circunscriben a
un área de experiencias y conocimientos concretos, sino que deben estar de
alguna manera presentes en todas las áreas; han de impregnar todos los
conocimientos que el alumno reciba en la escuela.
Los programas preventivos pueden ir dirigidos a todos los grupos de niños pero
con especial incidencia deben llevarse a grupos de riesgo como son los de
ambientes de delincuencia y marginales, a niños con minusvalías y a niños de
familias con problemas de drogadicción o desestructuradas.
Son válidos para nuestros entornos educativos los que presentan Del Campo y
López, (1997a,b,c,d,e) dirigidos a los niveles de infantil, primaria y secundaria.
También puede abordarse el tema preventivo con la presentación de unos
vídeos que recomendamos: Liberman (1992) para niños de Infantil y Primaria, y
el publicado por AISPAS (1998) para Secundaria.
REFERENCIAS
Olba, M.S. (2000). Un verano para relajarse. Revista Mujer de Hoy, 64, 27-34.
Perteson M.S. y Urquiza, A.J. (1993). The role of mental health professionals in
the prevention and treatment of child abuse an neglect. US Government
Printing Office. US Department of Health and Human Services, National Center
of Child Abuse and Neglect, Washington.
Pipher, M. (1998). Cómo ayudar a su hija adolescente. Barcelona: Amat.