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Capacitación “La educación secundaria técnica en clave de género: reflexiones aportes y desafíos pedagógicos”

Trabajo Práctico Final


ESETP 716 “CASIMIRO SZLÁPELIZ”

El trabajo en el que nos basaremos para realizar la ampliación de conceptos y


análisis teórico, será el n° 3 correspondiente al eje 2 “Reconocer la perspectiva de
Género”.
Existen patrones o modelos de conducta usados por los medios masivos de
comunicación que favorecen la reproducción de relaciones de poder patriarcales
(Morgade G.; Alonso G. Cuerpos y sexualidades en la escuela. 2008. p. 302) Y
provienen, en su mayoría, de tradiciones instaladas en la sociedad con mucho
poder. La escuela moderna ha sido el espacio privilegiado para transmitir y moldear
ciertos ideales científicos, religiosos y políticos. Ésta institución reforzó muchas ideas
a partir de las tendencias que cobraban fuerza en ese entonces, como el
positivismo, el higienismo, el biologicismo, entre otras que marcaron los parámetros
de la perfección.1 Uno de los objetivos de la escuela era controlar y regular los
cuerpos infantiles, por ende también establecer prototipos de varones masculinos y
mujeres femeninas, que implicó una diferencia de roles (ej. nenes en el taller, nenas
en la cocina) marcando estereotipos.
Analizando esto, hemos podido profundizar el reconocimiento de las
desigualdades entre los géneros dentro de nuestra institución, por ejemplo la división
sexual del trabajo (sobre todo en el área práctica-técnica) como lo es delegar las
prácticas que requieran más fuerza sólo a los varones. Estas acciones avalan ideas
en torno a la debilidad del género femenino ya que justifican jerarquías de los
cuerpos, determinando relaciones de poder (opresión y dominio), lo que puede
legitimar acciones de violencia de género.
Como indica el documento principal de este eje, la escuela debe ser un
espacio de ruptura y desnaturalización de algunas concepciones e ideales, dando
lugar a otros escenarios posibles. Presenciamos día a día situaciones que ponen en
riesgo la continuidad de los estudios de nuestros/as estudiantes y afectan su
desarrollo emocional y psicológico, y, Si entendemos la responsabilidad que implica
el ser referentes de tantos niños/as y adolescentes, tal vez seamos más
comprometidos/as para hablar, escuchar y promover aprendizajes significativos,
sabiendo que el currículum oculto es parte nuestra rutina. Esto debe ejercitarse
desde la coeducación, que según Urruzola (1995) consiste en educar a las chicas y
a los chicos al margen del género femenino o masculino,
Otro punto en el que hemos hecho una autocrítica es sobre la invisibilización
(o complicidad) de lxs adultxs ante violencia a la diversidad afectivo sexual –tanto
expresiones2 e identidades de género3 minoritarias como orientación sexual4 no
heteronormativa. Consideramos que no sólo debemos centrarnos en la
representación simbólica del ser hombre y mujer, sino que además las miradas
deben estar dirigidas a desmitificar - y desestigmatizar- la homosexualidad y
transexualidad. Esto sería imposible de llevar adelante sin una clara perspectiva de
género, ya que podemos caer en subjetividades (y torpezas) muy dañinas.
El ABC de la Educación Sexual Integral (Sanchez Agostini Carolina, 2019)
implica tres acciones concretas: prevenir, promover y atender, y dado que nuestras
observaciones han sido numerosas y diversas, consideramos interesante tomar un
1
Fragmentos seleccionados del módulo II de la cátedra ESI del ISFDA 814
2
Refiere al modo en que una persona comunica su identidad de género a otras a través de
conductas, manera de vestir, peinados, voz o características corporales.
3
Refiere a la vivencia individual e interna de género tal como cada persona la siente profundamente,
que podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento
4
Refiere a la atracción emocional, afectiva, física y sexual que una persona siente por otra. Puede
ser heterosexual, homosexual y bisexual.
Capacitación “La educación secundaria técnica en clave de género: reflexiones aportes y desafíos pedagógicos”

ejemplo para recorrerlas y analizarlas. En este sentido, nos propusimos pensar en


prácticas que podrían concretar todo este recorrido de aprendizajes, usando como
recurso al cuento “El marica” de Abelardo Castillo (Incluido en el cuadernillo de
actividades de la ESI para Nivel Secundaria II, página 27) posicionándonos como
una escuela que defiende los derechos humanos, la perspectiva de género y salud
integral.
Tomando como referencia algunos de los pilares que sustentan la educación
para la igualdad y algunas Propuestas sobre cómo apoyar a los niños, niñas y
adolescentes -detallados en la “Guía para la prevención y la actuación ante la
violencia de género en el ámbito educativo” (Moreno Llaneza M., 2017, p. 38)-
ideamos el siguiente plan de acción:
 No debería actuar un solo profe, a retar o sancionar al que ejerce acoso gritando
marica, por ejemplo. Hay que reunir al equipo docente y organizar planes de acción
en los que manejemos el mismo discurso: luchar contra la discriminación. Plantear la
situación en equipo de forma clara y solicitar especial atención en el caso ocurrido.
 Es urgente realizar reuniones y capacitaciones donde se hagan acuerdos
institucionales acerca del respeto por la diversidad sexual, lo que incluiría nuestra
propia deconstrucción, por ejemplo erradicar comentarios discriminativos entre lxs
mismxs adultxs. Contemplar la opción de pedir formación o información a las
personas de referencia del equipo en cuestiones de violencia de género, o bien
Pedir asesoramiento sobre los servicios especializados de atención al recurso
específico o de referencia.
 Se conversará con las familias de lxs participantes de la situación de acoso. Se
sondeará cómo se relacionan y cómo se sienten con su familia, cómo los ven, se
tratará de llegar a acuerdos para colaborar con la mejoría de actitudes. También se
pondrá en conocimiento a la familia de el/la joven afectado/a.
 Intentar hablar con él/ella en un sitio tranquilo y seguro, sin victimizar pero cuidando
las palabras para no caer en: “vos que le hiciste para que te molesten”
 Acercarnos a cada uno de los participantes de estas escenas de agresión y, en
privado, tratar de identificar enojos, frustraciones, dolencias, roles del pasado en el
grupo de pares. Esto siempre en un clima de confianza y respeto, buscando resolver
los conflictos desde una cultura de paz.
 Será imperante la premisa de NO DEJAR PASAR, responsabilizar a todxs nuestros
colegas a observar y oír con sumo cuidado y actuar con precisión ante cualquier
alerta de violencia. ¿Cuál será la sugerencia para la hora de actuar? Detener con
autoridad la situación y dialogar en privado con cada una de las partes. Preguntar,
insistir, buscar la reflexión y el cuestionamiento hacia esas actitudes. Eso en una
primera instancia, luego proceder a la sanción (que no atente contra los derechos de
lxs estudiantes) previamente consensuada, por ejemplo realizar una acción
reparatoria: escribir con guía del docente unas disculpas hacia el compañero, ayudar
a alguien (cualquiera) a realizar algún trabajo, fomentar el cooperativismo de algún
modo.
 En caso de que este acoso se traslade a las redes sociales, consideramos
importante dialogar con todo el grupo, transmitir mecanismos para denunciar o
bloquear publicaciones ofensivas y realizar dinámicas que nos ayuden a comprender
que el compartir o dar “me gusta” es igual de grave que publicar. Ponerlos en el
lugar del otro, sin re-victimizar a lxs afectadxs.
Capacitación “La educación secundaria técnica en clave de género: reflexiones aportes y desafíos pedagógicos”

En dirección a prevenir y promover


 Propiciar espacios de diálogo dentro del aula, más allá de lo curricular. Una
propuesta que ha dado buenos resultado ha sido iniciar las “rondas de convivencia":
cada docente debe destinar 20-30´ de su clase en realizar una dinámica para
fortalecer los vínculos grupales pero poniendo el acento en el respeto y la
importancia de la valoración de otro, como ser distinto pero semejante a todxs.
 Finalmente debemos abordar, desde la perspectiva de género, el desarrollo de las
capacidades del técnico y técnica agropecuario/a, sabiendo que las mismas no
tienen género, y así contribuir a erradicar las desigualdad de trato y oportunidades
que tanto ha afectado históricamente. Este será un trabajo de revisión institucional
que debería ir de la mano con jornadas docentes que sustenten dicho cometido.

Bibliografía:

Borisonik, Diego L. Hablar de diversidad sexual y derechos humanos: guía


informativa y práctica / Diego L. Borisonik ; Lucía Bocca ; contribuciones de Eduardo Otero
Torres. - 1a ed- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación. Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, 2017.

Lía Bargalló, M. Marina, M. Educación sexual integral para la educación secundaria


II : contenidos y propuestas para el aula / - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Educación
de la Nación, 2012. (Serie Cuadernos de ESI)

Morgade G.; Alonso G. Cuerpos y sexualidades en la escuela. De la “normalidad” a


la disidencia. 2008. Buenos Aires, Paidós

Moreno Llaneza M.; Ruiz Repullo C.; Díez Fernández, C. Guía para la prevención y
la actuación ante la violencia de género en el ámbito educativo. 2017. España. Instituto
Asturiano de la Mujer del Principado de Asturias.

Sanchez Agostini, C. (2019). El ABC de la Educación Sexual Integral. Material de la


Diplomatura en Educación Sexual Integral de la Universidad Austral. No publicado.

Urruzola, María José. “Conquistar la igualdad: La coeducación hoy”. 1995. Revista


Iberoamericana de Educación.

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