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EDMUNDO O’GORMAN Bo pee LA INVENCION DE AMERICA M/s 804 Investigacion acerca de la estructura histdrica del nuevo mundo y del sentido de su devenir [02 (op - Be FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO ia cite ‘wr Shc ehecuray Mexican), HE Aw Usrversipan Nactonat, Autéwonts ot Mésaoo con oRATFTUD ¥ AMOR 1 | 1988, Fowna we Curr Eroweien Tin Fann De GttFoag ELDSOMEEA, SAL HF Jr, Fav ne CELEERs EL owouaen Teacherajuaco 227; 14200 Mexico, D.F - ISBN 968-16297141 | lunpresn om Mesien ADVERTENCIA Ex texto de esta segunda edicién en castellano es el ques entonces traducide por mi al inglés y ahora corregido y au: fmentado, sirvié de original para la edicién inglesa publicads fn Bloomington, 1961, por la Indiana University Press, y feeditala por la Gretnavood Press, 1972, West Port, Con- necticut En el prologo de esa edicién —también reproducido en Gta expliqué ln genesis del libro y di cuenta de las exten Sa adiciones que. introduje respecto a Ia primera edicién en ‘aitellsno, Fondo de Coltura Econémica, México-Buenos ‘Kites, 1958. Nada, pues, tengo que agregar aqui, salvo dejar tectimonio del beneplicito que me eausa la oportunidad de ofrecer al lector de lengua espafiola esta renovada, version Ge la obra que, entte las mizs, estimo la menos indigna de exponerse de nuevo a los rigores de la luz piblica ‘Temixco, junio de 1976. E.0G. (al PROLOGO La twsis central de este libro tiene un largo proceso de ges: tribe Desde 1940, cuando me fae encomendada la torea de weetitad ta pian ubsa historica del padwe José de Acosta,’ per i waganmente que la spariciOn de Anxérica en el seno de Ja Coltura Occidental no se explieaba de un modo satistactorio ponsundo que habia sido “descubieta” an buen dia de oc Ribre de 1492, En efecto, en las piiginas de Acosta se tans Farentaba In existencia de’ un proceso explicativo del ser dc PrrenMundo que parceia innecesarto de sce cierta, aquelia nterpretacign. A ese proceso Tamé, por entonces, la “con Gquista Glosbtica de América” en un pequetio libro sue put Ane daffaios mids tarde? La solucién ala duda que asi habia Singldg.gespecto a lg manera teadicional de entender el Die nce viaje de Cristobal Colon, reque via, sin ede, una meditacion previa acerca. del yalos Feu ge ln verdad que elabora la cieneia historia, y a tal srigencin se debe que haya publicado en 1947 wn libro donde seeming, desde el punto de vista de mi preceupacion, tan Glecsivo problema. En esta obra, pese a afirmaciones que Hoy considero deben ser revisadas,* puse en claro, para mi por fo menos, la necesidad_de_considerar ta historia dente gun perspectiva ontolOgica, 6S decir, coino un produetor de entidades histéneas y no ya, Seg Jase como wn proceso, que_di_por supnesto, Come. algo evo, al SAE Tichas entidades. Vstas ref "nye sisvieron pasa Gainpizirder-que_el_concepto fundamental de ta mane de entender la Histonta car ede Tinwenei5i™ pore ef de “eeneibn”, que sione” pioducir algo ex wihilo, sblo tiene sGatido dentso_de}.Ambite- deta. fe. ‘ecligiosa. Asi fue emo~ Tlegué a sospechar que la. clave. para. resolv ia aparieién lvistérica_de América estaba ‘Frcino coma el elt ana invenc ‘oceidental_y-no.ya camo. ¢l.de.un descubsin “Figo, allzado, ademis, por casualidad. “Pi ty ir PROLOGO ‘ospecha se convintiera en conviceién, iacia falta sujctar a Be eximen ritico los fundamentos de la manera hebiteal de entender el sieeso, de suerte que emprenti wen investiga. Glin con el objeto. de reconstruir la histarin io. del "ee, brimicilo de 7, Shio.deTa idea de quo Amérieg habla wide geiaubienta:“Los resultados de este Tabaio, publica, co 1951," iie-ermitieron mostrar que, Hevada a ee eee Formats Wien, esa cea se reducia al absutdo, o 10 que eo lo mismo, ue era una manera inadecuada de comprender Ja joel iskérica a que se referia. Rernovido 4514) cbethers lo que significba fa cxistencia de una interpretacion que renia aceptindose como verdadera, el camino estaba abic ce Ge clencia evando ha dlescubietto que hipsters vigente o (8 taatin de Ia totalidad del fendmena, Apoyadis, pies, fu hs conclusions dle Ia investigncign previa, proced a. plan: 1Gagtt problema en os términos autorizades por ellay en 1958, bajo el titulo de La invencidn de Amirioaspibliqué {Gs resultados de este nuevo iatento® Por altine corks la Universidad de Indiana me contitié el honor de designarme tive he cantante bajo Tos auspicios de Ia Patton Foundation, tine fr oportunidad de revisar en conjanto Ins idens carne nits en los dos Gitimos tibros que he mencionader incre bor ds mecesidad de exponcrlas sumaciamente em a) ee Dublico que sustenté en dicha Universidad datante los wee {63,de noviembre y diciembre de 1958. Pade, asi ming ne Suurablemente algunos puntos, corregir ciertes erraresy subs BF omisiones, trabajo que he aprovechado para la redyecten de la presente obra Ja taz6n primordial en consignar los anteriores anteceden Lane cath que el lector quede acvertido de que el lbwo ce Lene sotre Jas manos no es, ni con mucho, una mete eels Gam At anterior que lleva ‘el mismo titulo, En elects, no sélo se han incorporacla un resumen dc la histevig y critica tle Ia idea del descibrimiento de América (Primers Parte) y a bresentacién del horizonte cultural que simvib de forte al proceso de la invencidn ele América (Segunds Parte), sino PRoLOGO n ave se ha afndido una especulacién final (Cuarta Parte) acerea de ta estructura dll ser americano y de st desariollo histérico eon Jo que se pretende oftecer una explicaciin fondo de la raz6n de ser de la existercia de las dos Amérieas y de su tespectivo significado dentro del amplio mateo de Is storia universal, Se trata, en lo esenctil, del mismo libeer Pero por ten considcrablemente ampliado’ puede y debe: te perce por otro. Por eso y a fin de evitar el peligro de uns confusién, le hemos puesto a éste un subtitule distinto Hechas las anteriores expicaciones es pestinente repetir algo elo expuesto en el prélogo de la primera edicién, porauece {inte de tas cansideraciones también aplcables a deta, Die entonces que este trabajo puede entenderse en um sentids Duy literal, como una comonicacién de indole cientifiea en cuanto que cn ningiin momento se pretende en ella invale {rat los problemas de las primeras causas y cle ls diltimas sae 12s sel Fendmeno que en él se estodia. Quiero decit que tn Te alguno se tata de una investignciinorientada por ui ites previa acezca de In finalidad trascenlente o innenenta del devenir histérice, Aqui no catnpea ni un providencislis mo religioso, ni una teleologla idealista, porque no en vano js ha ensetiado Ia experiencia que tales sabidurias exeeden les limites del entendimiento Ininano. Esto no impide, sig enibargo, que quien asi lo quiera, pueda Teer detiis ale tune tras deseripciones una intencién divina o unos propésitos coe, pnees. Aqui campea, en todo caso, la rocidn del devon histrico como un praceso auie cumple a so modo las frei clades de Ia vida,"lo que es decir bien poco, porque elle ne £2¢¢ sino remitilo a fondos que se hunden en el mnisterie, 1 ates or conigniente, de unas descripciones, y hasta ex, hasto esquemétieas, como podrian ser las de un’ biSloge ae ssomade a] nvieroscopio, se conforma can commie wt observaciones acerca de Ia mancra en que se reprodvce, pon. gam0s por caso, la célula de in tejido vivo. Si se me permite Ja imagen, quisiera que se viera en este litto algo au come jina investigacién de la fisiologfa de la historia; pero de Ig Historia entendida, no ya como um acontecer que le "pasa ee pana i aaa 1 tHe 2 PROLOGO al hombre y que ast como le sucedi6 pudo haberle no ocu: trido, mera contingencia y accidente que en nada lo afect, Sino como zigo que lo va constituyendo en su ser espisitual la historia, or lo tanto, como una modalidad de lo que lama nos la vida, Y es que este trabajo, no obstante sus flaquezas teen definitiva, una inspeccion del modus uperandi y det srodus vvendi de 1a historia: revela —dentro de Tos limites Tal campo. de observacién elegido— como del seno de un ‘leterminada imagen del mundo, estrecha, particularista y Sreaica, surge un ente histérico imprevisto ¢ imprevisible que, arise ‘constituyendo en su Ses, opera como disolvente de la Vieja estructura y cBmo, al misino tiempo, ¢ el catalitico que froveea una nueva y dinémica concepeién del mundo més amplia y generosa. TEs claro, entonces, que el lector debe estar preparado para advent sia sorpresa que los problemas que aqui se estudian desbordan por todos lados los limites concretos del tema ame- (ieano, oara acabar ofreciendo wna idea de Ta marcha y pro- gresos ce la Cultura de Occidente, que asi se revela come eicjnice proyecto vital de la historia con verdadera promesa en virtud de la dialéctica interna que lo vivifica. Pamcers PaRre HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA {Hasta que, por in, vino aguien'a descubritmne! Entrada del 12 de octubre de 1492 en un jmaginario Diario {ntimo de América 1 No sexk dificil convenir en que el problema fundamental de la historia americana estriba en explicar satisfactori {a aparieién de América en el seno de ta Cultura O% porque esa cuestién involucra, ni mis ni menos, la manera Eh que se conciba cl ser ce América y el sentido que ha de coneederse a st historia, Ahora bien, todos sabemos que la respuesta tradicional consiste en afirmar que, Armérica se hizo patente a resultas desu descubrimiento, idea que ba sido Heeptata como algo de suyo evidente y constituye, hoy por hoy, uno de los dogmas de Ja historiografia universal. Pero puede realmente afimarse que Amérita fue deseubierta sip sPeamirse en tin absurdo? ‘Tal es 1s duda con que queremos iniciar estas reflexiones, Empecemos por justificar nuestro escepticismo, mostran- do por qué motivo ¢s liito suscitar um duda al parecer tan trtiavagante, La tesis es ésta: que al llegar Colon el 12 de ootubre de 1492 a una pequetia isla que él ereyd, pertenccha sam archipiéligo adyacente al Japén fue como deseubné @ ‘América, Bien, pero preguntemos si eso fue en verdad To que @ Colén, hizo 0 si eso es lo que ahora se dice que hizo. Ts fobyio que se trata de lo segundo y no de To primero, Este ‘lanteamiento es dccisivo, porque revela de inmediato que Pyando los historiadores afirman que América fue descubier te por Colén no describen un hecho de suyo evidente, sino que nos ofreten In manera en que, segin ellos, debe enten- Gere un hecho evidentemente muy distinto: es claro, en efecto; que no es Jo mismo Tegar a una isla que se cree ect feana al Japan que revelar la existencia de un continente de ust uy — at 6 HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA 1a cual, por otta parte, nadie podia tener entonces ni la me og sospeeha. En suma, se ve que no se trata de to que Fe ibe dacumentalmente que acontecid, sino de una ided acer gh de le que se sabe que aconteci6, Dich de otro modo, que Chand se nos ascgura que Colén dlescubrig a América no cofrala de un hecho, sino meramente de la interpretacion Se tun hecho. Pero si esto es asi, seri necesario admitic que siada impide, salvo Ta percea o la rutina, que se ponga en ga la validea de esa manera peculiar de entender lo que jae Obign en aquella inemorable Fecha, puesto que, en defi- va, no es sino una manera, entre otras posibles, de enten- “Hele! Es, pues, lito suscitar la duds que,"en efecto, hemos suscitido.! Few suscitada la duda, es muy importante comprender bige ss aleance, porque hay riesgo de incursir en un equivo- Cie e conduciia a ha confusion lamentable, Entiéndase bien y de una vez por todas: el problema. que planteamos, no ae Moen poner en duda si fue o no fue Colon quien des: cts ainérea, ya que esa audi supone la admision, de Ie fea de que América fue descubierta, No, nuestro problema léyicamente anterior yas radical y profundo: consiste ex pone-en-duda’si los Tiechos que hasta ahora se ban ene Beis como el descubrimiento de América deben_ ono deben spur entendiéndose asi. Por consigaiente, lo que vamos & GEhninae noes cbmo, cudndo y quién descubsio a Aménca, Gino si la. idea misma de.que América fue. deseubiesta es una manera adecuada de entender los-ueqatecimientes, o deck, Teor esx idea se logta 0 no explicar, si-objeci6aN6gica, la fotaiidad del fendmeno histdrico de que se trata. Nada, pucs, Liens de extravagante auestea actitud. Es la de un hombre de ciencia que, frente a una hipétesis la sujeta 2 revisiip, ya fre eonfomarse con ella si no encuentra una expliéecién hejor, ya pata rechazarla y substituifla por otra en caso con: to, Tal ha sido siempre la marcha en cl progreso del conacimiento, Nos persuadimos de que las consideraciones anteriores son. suficientes para que, por 10 menos, se nos conceda el bene- ficis de la duda. Quien no lo estime asi, debe suspender esta va DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA v Jectura para seguir encastillado en sus opiniones tradicions: Jes. Quien, por el contrario, comprenda que estamos frente aun verdadero problema ha dado ya el paso decisive: ha des. pertado, como decia Kant, de su suefio dogméticn. ‘Una ver puesta en duda la valides de la idea que exphiea la apaticién de Amériea como ¢} resultado de su desc miento, debemos pensar de qué modo puede ponerse a prue- ba, En principio esta no ofrece mayor dlficultad. Pn efecto, como toda interpretacién responde a wna exigencia previa, que fs de donde depende su verdad, el problema se reduce a ex minar si dicha exigencia conduce 0 no a un absurdo, porque ts claro que de ser asi se debe rcchazar In intespretacion para Substiteidla por otra ms satisfactoria, Pero gcdmo, enton- ces, comptobar si co acontece en nuestro caso? He aqui la cuestién, Paes bien, como la idea de que Colon descubrié a Ame rica cuando aporté a una isla que crey6 cercana al Japon no describe e suceso histérico segdin aparece en los testimonios, obvio que la exigencia que generd aquella interpretacién no procede del fundamento empirico del hecho interpretado, 5 decit, es obvio que no se trata de una interpretacion apo: yada de los hechos (a posteriori), sino de una interpretacion fandada en una idea previa acerca de los hechos (a priori). Pero si es0 es asi, zqué es lo que debemos examinar para averiguat en qué comsiste esa idea previa para poder compro bar si conduce o no a un absurdo? La respuesta no oftece Quda: puesto que en nada aprovecha examinsr ¢l hecho i terpretado, porque de él no depende Ia idea, es claro que debemos examinar el hecho mismo de la interpretacién que es un heclio- tar historico camo et otr6. Eiuna ‘palabra, que parr saber’a ques debe la idea de que Colén descubsib a ‘América a pesar de que se sabe que él ejecuté wn acto muy distinto, es mecesario averiguar cundo, cémo y por’ qué se pens6 eso por primera vez y por qué se sigue aceptando. Ts ccit, seré necesario reconstnuir Ja bistoria, no del deseubri “mento de-Arndriea, sino de. la idea de-que América fue des. tubjerta, que no ¢s fo mismo, Y e50 es lo que vamos a hacen!” 1B HISTORIA ¥ ORITICA DE LA IDEA Pucsto que nuestra tarea consiste en contar Ta historia de la idea del descubrimiento de América, lo primero que debe reoeuparnos cs averiguat el orige: idea, Sabemos que Colin no es responsable de ella. “ZC0ai6, cntonces, ce eon. cibio por primera vez el viaje de 1492 como una empresa de descubriniento? Una pesquisa documental realizada en otra obra,* nos en- sefid que Ta idea se gesté cn un rumor popular que las erudlitos Hamam la “leyenda del piloto andnimo”. Vamos a recordarlo brevemente de acuérde con las noticias del padre Bartolomé de las Casas, el testigo mds directo que tenemos acre de se particular. Dice que los. primitives colonos dela Isla Espaitola. (Haiti empezd a™poblatse por los espaoles. cn 1494), aiitre quienés habia algunos que acompatiaron a Co. ‘on en su primer viaje, estaban persuadidos de que cl motivo Que determing al slmirante para hacer Ia travesia, Eye el de seo de’ mostrar Ia existencia de wnat tierras desconocidas de las Gue tenia noticia por el aviso que le dio un piloto cuya nave habfa sido arrojada_a-sus playas por una tempestad? Consideranco Ia temprana fecha y el contenido del telato, ¢s forznso concluir que en él se concibe por primera vez el Viaje de 1492 como una empresa cle descubrinniento, puesto que en lugar de admitir el verdadero propésito que animé a Colin —aque era llegar al extremo oriental de Asii—, se dice que su finalidad fue revelar ninas tiettas desconocidas, Esta manera de comprender la “leyenda” ha sido objetada por dos motives. Se alega que es indebiclo concedlerle el sen: Uido de sma interpretacién del viaje colombino, primero, por. que ¢l hecho que se relata es falso y segundo, porque lt “Te yends” no tuve ese objeto, sino que fue forjada como una arma polémica para emplearse en couitra de los intereses Prestigio de Colén.t Ahora bien, admitiendo Ia verdad de esas dos citcunstancias, no cs diffeil ver que ninguna consti tuye una objecién a nnestea tesis. En efecto, respecto a la Drimera ¢s obvio que In falsedad objetiva del retato no impide que contenga una interpretacién del suceso a que se relieve DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA 9 Si hiciésamos caso de ese argumento la mayoria de los histo. adores snodemos tendrian que afirmar que, por ejemplo, La Gindad de Dios de Sin Agostin no contiene una interpreta. cién de la historia universal, porque es falso que exists una Providencia divina que noma y rige los destinos hhumarios. Et Segundo ergo es igualmente inclicaz, porque es claro que dle ser cierto que Ia “leyenda” tuve por propésito fabricar tun arma polémica contra los intereses y prestigio de Colén, sélo concediéndole el significado de sna interpketacién del viaje podia servir para exe clecto, Es como si, para tomar el mismo ejemplo, se alegara que no es debido aceptar La Ci. dad de Dios como wna interpretacién de la historia univer, sal, porque el objeto que persiguié Son Agustin al eseribirla fue, como en efecto fue, ofrecerle al Cristianismo un arma polémica contra Tos paganos. Dejemos a un lado, pues, eas Supuestas objeciones, y pasemos a considertr In verdadera dificultad que presenta el hecho miso de 1a existencia de 4a “leyenda” y del amplio crédito que, como es sabido, se le concedié de inmediato* En efecto, no_es_fécil comprender a primera vista e6mo wugit la “leyenda” y por qué.fue aceptada por encima fe qué Ta creencia de Colén de haber Negado a Asia se divalg® como cosa publica y nctotia“al regreso de su Primer viaje-“Ta sohucién a este pequetio enigma ha preoc. prdo-a-muchos escritores modemos, sin que, a decir verdad, lo hayan resuelto satistactoriamente, porque o se limitan a mostrar su indignacién contra cl anénimo “envidioso” que inventé tan fea calumnia,® 0 bien niegen el problema en lu. gar de resolvetlo, alegando, contra toda evidencia, que la Greencia de Colén era un secreto det que no estaban entera. dos los historiadores,” A mi me parec: que la solucién se encuentra en el general escepticismo con que fue recibida la creencia de Cotin,* porque ast se entiende que, fuera de los Citcules oficiales bien enterados, se dudata de la sinceridad de ese “italiano burlador” como le dectan algunos, y que, por {o tanto, se buscara una explicacién a su viaje apoyada en alguna ciscunstancia mas o menos plausible. Se pueden ima. ginar muchos posibles pretextos, incluso algunos eruditos 2 HISTORIA ¥ GRITICA DE LA IDEA han ereido poder senalar el que consideran el “niicleo histé- fico” de la“leyenda”,"* y hasta podria pensarse que alguna frase del propio Colén haya dado piel al cuento 0 por To me- nos que lo haya sugerido." Estas especulaciones tienen, sin embargo, un interés snuy secundario’ para nuestros propésites, porque lo decisive & Gque al surgit la “leyenda” como explicacion histérica del via Se inicid el proceso del desconccimiento de a finalidad hue realmente Jo animé, y esta cizcunstancia, que Tlamarcmos why oousfacién del objetivo asiatico de la empresa’, 65, ni mas ni menos, la condicién de posibilidad de la idea misma de {que Celén descubsié a América, segin hemos de comprobar mas adelante. Pero si es cierto que en la “leyenda” esta el germen de est interpretacién no debemos sobrestimar su alcance, De mo mento es obvio que no se trata aGn del deseubrimiento de ‘América, pues fa “leyenda” s6lo se refiere a unas tierras inde teninidas en su ser especifigo, y no es menos obvio que, de euerdo con ella, el verdadero descubridor seria el piloto and rnimo por haber sido el primero que realizé el hallazgo. De ‘sfis-sondlusiones se infiere, entonces, que el préximo paso fonsistira en ver de qué manera el viaje de 1492, ya interpre- tado como uiir empresa descubridora de-tieras ignoradas, “Serf weferido especificamente a América y Smo pudo atri- buirse el descubrimiento a Colén en lugar de atribuirsclo a su sival, el piloto anénimo. Mm El testo més antiguo donde aparece Colén coro el descubri- Aovde América es el Sumario de fa natural historia de las Ing digs, 4e Gonzalo Fernindez. de Oviedo, libro publicado unos ~ frainta atts después’de-la época'en que debi6 susgir 1a * yend: del piloto andnimo”.* Este pequefie libro no es sino Tina especie de breve anticipo de la Historia general que ya scrilia por entonees el autor, y en él se limita a consignar DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA las noticias acerea de In naturaleza de América que, a su par recer, podian interesar mds vivamente, al emperador don Car Jos, a quien va dedicado, No ¢s sorprendente, entoncrs, que cen cl Sumario s6lo se cnenentre una alusién a unestro Lema pero tina alusidn muy significativa. Remitiendo al lector a lo qu aparecerd en la Historia ge- neral donde, segin dice, tratars por extenso cl asunto, Oviedo ‘ima que “como es notorio”, Colin descubsié las Indias (us decir, América) en su viaje de 1492.” Eso es todo, pero no fs poco si consideramos que aqui tenemos afinnada por pri mera vez de un modo inequivoco la idea cuya historia vamos reconstruyendo. ‘Alora bien, si no estuvigramos en antecedentes, Ta opinida de Oviedo resultaria muy desconcertante, porque sin tener conociniento de la previa interpretaci6n contentda en a le yenda del piloto andnimo y de la ocultacién que en ella se hace de los motivas que animaron a Colén y de su ereencia de haber Megado a Asia, serfa muy dificil explicarla, Tin efee to, ¢s claro que si a Oviedo le parece “notorio” que lo reali: zado por Colén fue descubrir unas tierras ignotas, es decir, Si le parece que semejante manera de entender el viaje de 1492 es algo que no requicre prucba ni justificacién, tiene ‘que ser porque ast era como se venia entendiendo desde an es, Se trataba, pues, de uma opinidn recibida que él sinyple- monte recoge y repite. Pero si esto parece indiscutible, no se ve tun fi por qué Oviedo no refiere el descubsimiento a slo unas re mninadas como acontece cn la leyenda, sino es- peciti Indias, 0 sea a América, La eadn de tan decisive cambio es qe durante los treinta afios que habfan transeurrido desde que aparecié 1a “leyenda” se Imbia des. arrallado un proceso ideoldgico que eulmind, como veremos fen Ia Segunda Parte de este trabajo, en la conviecién de que las tieeras visitadas por el almirante en 1492 formaban parte de wna masa continental separada de Asia y concebida, por To tanto, como un ente googréfico distinto, Hamado América por unos y las Indias, por los espanioles."* ‘al dar Oviedo por supucsta como verdad indiseutible mente 2 HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA In interprctacion del viaje de 1492 como una empresa descu: bridora, lambién dio por supnesto que dicho descubrimiento fine de las Indias (Ariérica), ya que s6lo eon ese ser conocia las regiones halladas por Colén Pero ests mucva manexa de entender la hazaiia colombina que consiste, segiin acabamos de explicar, cn interpretar wn Seto de acacrdo con los resultados de un proceso de fecha iy posterior del acto interpretado, suscitd un grave proble ma que conviene puntualizar, porque sera el eje en torno al ual va a gitar toc esta extraordinaria historia, En efecto, como a diferencia:ide Ta “leyenda” 3¢ afirma ahora que cl tlescubrimiento fue, no de vnas regionies indeterminadas en fir der, sino'de uircontinente imprevisible, para poder afirmat que Coléir reveld In existencin de dicho continente, seri in dispensable mostrar que tuvo concienein del ser ce es0 cuya ‘existencia se dice que reveld, pues de lo contratio no podria gtibnicse a Colén of descubrimiento, Par que esto quede fenteramente claro vamos 4 poner wif ejemplo. Supongamos {que ct velador de un archive encuentra wy viejo popiro en tina bodega. Al dfa siguiente le da la noticia a un profesor universitario de letras clisicas y éste reconoce que se trata de tin texto perdido de Aristételes. La pregunta es ésta: yquién tc cl descubridor de ese documento, ef velador que lo hallé fl prolesor que To identificé? Bs evidente que si se le con- Sider como puro objeto fisico, como un papiro cnalquiera, fue el velador el descubridor. Ese es el caso de 1a interpreta cidn contenida en Ia leyenda de! pilot andnimo. Pero ¢s ignalmente evidente que si se considera el documento como tin testo de Atistétele, su descubridor {ne el profesor, pucs: to que @ fue quien tivo conciencin de lo que era. Asi, si alguien caterado del suceso quisiera mantener que el verda- Gera descubridor del texto de Aristételes habia sido el velador el archivo y que a él le correspondia Ia fama cientifica del Tiallazgo, nadie estaria de acuerdo a no ser que: mostrasn que tuvo conciencia de lo que habla encontrado en aquella bo: dega. Ese es, precisamente, cl caso en que se coloca Oviedo y todos os que, después de 6), van a sostener qite Coldn fue Qi descubridor de América. Y' ya se iré columbrando Ja difi- DEL DESCUDRIMIENTO DE AMERICA B cultad del trance, cuando‘ya no sea posible seguir descono ientlo To que en realidad pensb Colén de su hallazgo. Esta Grsis, sin embargo, no se presentari de inmediato, porave, segin indicamos, Ia consecuencia findamental de la “leyen da” fue ocultar, precisamente, aquella opinién. Planteada act Ja sitwacién, vamos a examinar en seguida Jos intentos que se hicieron por superarla, Se trata de tres teorias sucesivas que integran un proceso légieo y que, como se veri oportunamente, acabaré fatalmente por reducir al ab- surdo la idea del descubrimiento dz América, Lo acabamos de ver: ypa_ve lanzada Ia idea de que lo des- eubierto eta Amérien, es decic, un continente hasta entonées 1i9 s6lo imprevisto sino imprevisible, el nico problema que quedaba etna quién atribuirle la fama de tan extraordinasio suiceso, a piloto anénimo o a Cristébal Colén, p para decitio th términos de nuestro ejemplo, a. velador que hallé el pa- piro 0 al investigador que lo identified como un texto de Aris- tétcles. Para resolver este contlicto hubo dos intentos inicia- les, ambos insuficientes por lo que se veri en seguida, y un tercero que supo encontrar Ta solucién al dilema, “El conjun: to de estos esfucreos constituye 1s primera gran etapa del proceso, Vamos a examinarla en sus pasos fyndamentales, 1) Brimér intento: Oviedo. Historia general y natural de las Tndias* He aqui br tesis: A. La explicaciéxi tradicional de e6mo ocurtié ef descubri miento de Ameérici_ os insatisfactoria, porque el relato, del piloto anénimo es dudoso, Pero suponiendo que sea cierta Ii intervencién de ese, personaje, ¢s a Colén a quien corres ponde Ja gloria del d¢scubrimients de tas Indias. ” B. La cazén es que, independientemente de si recibié o no 1 aviso del piloto andniiid, Coléu supo Jo que eran las tie- SES =EEEue ” HISTORIA Y GRITICA DE LA IDEA ‘ras cuya existencia revel6, es decir, tuvo conciencia del ser ‘Qe esas tetas, ‘C Pxo yeomo? Coldn, dice Oviedo, sabia lo que tba a encontrar desde qué propuso cl viaje, En efecto, como las Trias, explica, no son sino las Hespérides de que tanta men- ‘don hacen 0s escritores antiguos, Colén se enterd desu fexistensia y ser por medio de la leclura de esas obras. Asl, sabedo: de que tales ticrras existian y de lo que,eran, y quiz Cortaborado, ademas, pot 1a noticia del piloto anénimo, salio a buscarlas y las descubri6.”* 3) Segundo intento:; Gémara, Historia general de las Ine dias." He aqui la tesiss 7 'A. a explicacion tradicional es satisfactoria, porque el telato del piloto anénimo es verdadero, B. Lo que resulta fabuloso es pensar que Colén haya ave- rignado 12 existencia de las tieras que hall6 por lecturas en Tee his clisicos. Cuanto se puede concedes es que eorro- ord lh noticia del piloto andnimo con las opiniones de hon Bras doctos acérca de To que decian Tos antiguos sobre’ “otras tierras y mundos”, ‘C. Golén, por lo tanto, solo es un segundo descubridor. El primero y verdadero fuc el piloto andnimo, porque a él se Bebe el conocimiento de las Indias que hasta entonces bian permanecido totalmente ignoradas."* ‘Si consideramos estas das tesis, se advierte que ninguna To- gra resolver satisfactoriamente el problema. La de Oviedo, es Sarto, cbmple con el requisite que debe concurrir en el des- Gubrilor, porque Colén aparece como teriendo conciencia Gel ser especifico de las tierras cuyo descubrimiento se le atri- Duye Pero el descubrimiento, en cambio, deja de ser propia prence 650, porque al identificarse América con las Hespérides, ya mo se trata de algo cuya existencia era desconocida, sino Inefemente de algo olvidado o perdido.” ‘Le tesis de Gémara, por su parte, adolece del defecto con- ttario: se mantiene en ella, es cierto, la idea de que se trata de amas tierras cuya existencia se desconocla, pero no se cum EASES DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA B ple, en cambio, el requisito por parte del descubridor de Je onciencia de to que eran This ambas tesis, aunque por motives opucstos, ef acto ane cePatibuye no cortesponde al acto que st dice fue realizac elas aflesiones muestra que la solucién tena que comb ray ine eiertos wespectivos de Ins tesis precedents, evitan do Mar fellas ‘Tenia que mantenerse ta idea de que se ignoraba Tr eeistencia de is Letras objeto del deseubrimnicnlo, como lo He Sonnars, y mostrar, sin embargo, que el deseubridog eae eeencia previa de que éxistian, Sdn Yo intents Ovi we” Guien logrd conciliar ung extraihos a parecer tan i “Bapatibles fue el bibléfilo: ys humnanista don Femando Golda. en la célebre biogeatia que escribid de, su famoso padre, Veamios céino y a «ue precio logr6 acest, . a, S sPercer intemto;, Fernand Colén Vida del Alinirante He aqui la tesis 7 A. Nadie antes de Colén supo de ta existencin de las tee ras GUe-hallé en 1492, Es, pues, falsa que alguien te haya rc maticis de ellas,y falso que haya leido de ellas en ante sguos libres. B Lo que pasd es que Colin tuvo a idea de que al occ dente dle Tiutopa tenia que existic un continente hasta en tonces-ignorado. S Pero si eta ignorade, e6mo, entonces, tuvo Cot ides de que existia, La two, dice don, Fernando, por una getial oe aaa deducida de’sus amplios couocimicutos cientift aan de su erudicion y de sus observaciones. Es decis, Luv ¢§8 Extraordinaria idea como hipétesis cientifica ia empitia de 1492 no fue, pues, de corroboracidn, de tana notictt que hubiere tenido Colén; fue de comprobacién uMbinea de su hipétess, solo debida asa talento, Con eh Sie que emprendié en 1492, Coldn mosted, por consignen ea ‘eaistencia de un continente ignorad, no de reo mes venoeidas pero olvidadas segiin pretende Oviedo; y-al mesteat coor tteneia revel6 To. que era, porque previanienic to sabia Colon, pues, es el descubrider indiseatible de América. 6 TISTORIA ¥ CRITICA DE LA IDEA E. Bs cierto que ese continente se conace ahora con. cl nombre de “Indias";-pero eso no_signifiea, como pretenden algunos, que Colén haya creido qiie haba Hegadlo a Asia. La explicacién «& que, sabiendo muy bien que se trataba de on continente distinto, él“misino le puso aquel nombre, no séto por su tclativa cercania a Ja India asiética, sino porque de esa Miuneta loged cespertar la codieia de los reyes para animarlos a palsocina In empresa.” De este modo, don Fernando no sélo aprovecha Ia ocul- tacidinr que ya existin respecto a las verdaderas opiniones de su padre, sino que dcliberadamente Ia fomenta al dar una falsa explicacién del indicio que revelaba la verdad de aque- _llas opiniones, pues ¢s indiseatible que él las conocia, En ‘cfecto, es pico suponcr ese conocimienta por muchos obvios motives y, entre atros.y no cl menos. porque don Fernan- do acompand a Celén en su cuarto viaje que fue cvando, después de cierta vacilacién en el tercero, ef almiggnte queds absolita y definitivamente persuadide de que todes Jos litorales que se Tabian explorado eran de Asin. Tal Ja tan mal comprendida y equivoca tesis de don Fernando Colin. ‘Avora bien, se aelvierte que esta tesis, en que la ocultacion de las ideas de Colbn ya no se debe a un mero escepticismo, sinp-a-un-caleulnelo deseo de esconderias, logra_conciliar los “dos ‘exjuisitos del problema. Es de concltirse, entonees, ‘que cen ella cncontrd sit solucién adecusda, pero, claro est, solo mientras se pudicra mantener escondida Ia opinién que se formé Colén de su hallzago. Desde este momento, por otra parte, la rivalidad entre el piloto anénimo y Colén queds decidida a favor de este, porque si_es cierto que la tesis de Gémara signié teniendo muchos adeptos de no poca distin. cigs! no lo cs menos que semejante actitud no representa ‘un nuevo paso, sino un mero arrastre de inercia tradiciona- lista, Por este motivo aqui no cabe ocupamos de ello. Vac mos a-esaminar, en_cambio, 9 gué-se debié, que la sobucién 1 equivocamerite_alcanzada por don Fernando haya en ido en crisis, impulsanido, de ese modo al proceso Wa segunda etapa de su desarrollo, Esta mudanza se debe al pa DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA n dre Las Casas cuya intervencién, por consiguiente, procede estutliar on sept Bartolomé de las Casas, Historia de les Indias.” ‘A, La premisa fundamental es la concepeién providencia. lista de la historia: Dios es la causa mediata y eficiente, y el hombre, la causa inmediata ¢ instrumental. Asi, cl descubs miento de América es el cumplimiento de un déignio vino que fue realizado por un hombre elegido para ese cfecto.* B. lise hombre fue Cristébal Colén, a quien Dios doté de todas las cualidades necesarias para llevar a cabo Ia hazafia. De esta manera, gbrando con libertad centro de la esfera del _mundo natural, Colén logré intuir yor hipdtesis cientéfica, ‘no por rcyclacion divina,.la existencit del continente de Tas Frias, es decir, América. Vlasta aqui, Las Casas sigue de cerca la argumentacién empleada por don Fernando." G. Formalmente las dos tesis son casi iguales, pero difie- ren en el fondo, porque, para Las Casas, el significado del descisbrimiento grovita exclusivamente en su finalidad reli giosa. Lo esencial_no estriba, pues, en que de ese modo se conociétna parte ignorada de la. Tierra, sino en la citcuns taneia de que se trata de tierras habitadas por unos honibres ‘a quienes todavia.no Jes alumbra la Iz evangélica, D. Esta diferencia ideolégica respecto al significado de la empresa ("hazaiia divina” la Hama Las Casas) explica por ‘qué Las-Casas, siempre aficionado a acumular razones, no se limité"a-tepreducir Ia argumentacién de don Femando, tan Giidadosamente caleulada para no delatar el verdadero pro- pésito que animé a Coldn, En efecto, Las Casas aisadié ‘cuantos motives se le ocurrieron pata explicar cémo pudo saber Colén que esistian las Indias, y asi, sin reparar en Jas inevitibles incongriencias, lo vemos aducir en abigarmada ¢ 7 | 1 | aw HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA indigest. mezela, ya e] mito de la Atlintida, ya los Vamados vye1sds Froféticos de Seneca, ya “la leyenda” del piloto and- rnimo y hasta la teoria de las Hespérides de Oviedo, tan dura ‘mente censurada por don Fernando.** E, Pero lo decisivo en esta manera de proceder fue que Las Caias, poseedor de los pupeles del alnirante, so se enidé de ocultar el objetivo asidtico que en’ realidad animé su via- je, ni la conviceiéa que tuvo de haberlo alcanzado." F. La razén es que, dada la perspectiva trascendentalista adoptada por Las Casas, los propésitos personales de Colon cearecen de importancia verdadera, porque, cualesquiera que hayan sido (confirmar wna noticia, hallar unas regiones olvi- dadas, corroborar una hipétesis o Vegar a Asia), el significado Ge la empresa no depende de ellos. Para Las Casas, Qolbn tiene uo cumplic fatalmente las intenciones divinas Tnde= pendientemente de las suyas personales, de suerte que deter: minar lo que Colén queria hacer y lo que exeyé que habia hecho resulta enteramente secundario, Lo ‘inico que inte resa poner en claro es que Dios le inspiré el deseo de hacer cl via, y para este efecto cualquier explicacién es buena G. Igual indiferencia existe por lo que toca al problema del sex especitico de las tierras halladas, al grado de que re sult cific si no imposible precisar Jo que al respecto opinsa Las Casas. La razén es siempre kt misma: semejantecit- canstancia carece de significacion verdadera. ;Qué mis da si Se trata de las Hespérides, de un fragmento de la Isla AUSn- tida, de un Nueyo Mundo 0 de unas regiones asidticas? gQué més da Io que Colin o cualquiera piense al respect? Dios hio puede tener interés en los progresos de la ciencia geos fica, Lo decisive es que Colén abrié el acceso a unas region nes de la Tierra repletas de pueblos a quienes es urgente predicar la palabra revelada y concedlrles In oportunidad del Deneficio de los sacramentos antes de que ocusra el fin del mundo que Las Casas estima inminente.” H, Por lo tanto, si ha de decitse en verdad quién fue el jescudridor de América, debe contestarse que fue Cristébal Ion, péto_no cn virtud de los propésitos y convicciostes _peffonales que animaron su empresa, sino como instrumento, - DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA » dlogido por 1a Providencia para realizar ta twuscendental ba Gana, Y si ha de precisarse qué fue Jo que descubrid, debe decitse, no que fueron tales o cuales regiones geograficamen: te determinadas, sino el oculto camino por donde legaria Cristo a aquellos numeroses y olvidados pueblos para cosechar Citre ellos el mistica fruta deta salvaciou eterna.” "Tal Ia tesis de Bartolomé de las Casas, y tal la manera de entender las muchas incongrucncias que, de ot manera ofrece la atenta Iectura de su obra. Pero geudl, entonces, cl Sentido de la intervencién de Tas Cass desde el punto de vista de nuestro problema? Trateaos de puntualizarlo, Puesto que la tesis remite el significado de la empresa al plano taascendental de la esfera religiosa, Ia desamaiga de sus premisas histérico-temporales, y por lo tanto, en st misma ne Topresenta ningin avance en ¢} desarrollo, del proceso que Negimos reeonstruyendo, Pero esto no quiere decir que c2 ezea de importancia. Por el contrario, como en la Historia de Las Casas se admite y prueba cual fue el propésito que tavo Colén al einprender su viaje de 1492 y se confiesa la saueiia en que estuvo de haberlo realizado, en Jo sucesive 4 posible continuar ocultando lisa y Hananente ose y creencia, Con Ia intervencién de Las Casas, pot Zonsiguiente, entra en cfsisTa primers gran etapa del procesc Sse anicia ast la posibiidad de un nuevo y fundamental des Frralo, yen esto, claro esté, estriba para nosotros su siguit: _cacién’decisiva, ut Se pensar que desde el momento ef que se hizo patente Gon testimonio irrefragable la verdad del objetiva asiatico del viaje de 1492, ema obligado abandonar Ja idea misma de ver tral una empresa descubridora de tierras totalmente ignos das, paca comprenderlo, en cambio, como To que fue: wna tentativa de ligar a Europa y Asia por la vata del oveidente Y tal cm, en efecto, la consecuencia a que debié legerse de 30 HISTORIA ¥ CRITICA DE LA IDEA no haber existido el impedimento ligico de la premisa que, segiin sabemos, condiciona todo este proceso, a saber: que Ta interpretacin de aquel viaje como un acto descubridor de tierras desconocidlas habla quedado establecida como wna evi doncin. A causa de esto ge siguid, pues, en Ta snisma situaciGn légica_y por Jo tanto, quedé en pic el problema de cémo atribuidle a Colén el descubrimiento de América, pero ahora 1 pesar’y par encima de que se sabe que sus propésitos fue “fon 01405, vamos a dedicar este apartado al estudio de los es ierzos que se hicieron por sesolverlo, y que no serdn. sino jintentos de coneiliar la {65 de dott Fernando con los infor- tes proporcionados por Las Casas...No otra, en efecto, podia ser [a orientacién general de este nucvo desarrollo, 1. Herrera, Las Décades.” A. Hin Términos generales, Herrera se atiene a la argumen tacidn de don Femando, Para él, pnes, Colon tvo conci cia -de que existian las Indias (América) Gcias'a una hipd- Lesis cientifica, y el viaje de 1492 no fue sino la manera de comprabarls. B, Pero a gran diferencia de don Femando y-ante la nece- sidad de tener en eventa los datos revelados por Las Casas, Herrera afinna, sin explicar cémo ni por qué, que Colin se persuadié que habia Hegado a Asia. Es decir, que en el pri er viaje, Colén no comprobé sir hipdtess. C. El engatio en que incurrié ef almirante subsistié a To Tnxgo de la segunda y tercera exploraciones; pero en la eyarta y iiltima, Colén advirtié su error al tener noticia cierta de Ta fa del Mar det Sur, es decir, del Océano Pacifico. D. Fue ast, por lo tanto, como finalmente Coté pido comprobar su hipétesis inicial, de suerte que Herrera puede atribuirle cl,descubrimiento de América, ya que no s6lo mos. ‘{ré_dénde se hallaba ese deseonocido continente, sino que ‘vo conciencia de lo que revelaba.™ “advierte sin dificultad que esta tesis no logra atender debidamente Tos hechos delatados por el padre Las Casas, puesto que sélo introduce en Ta interpretacién la circunstan- DEL DESCUBRIMIENTO DE ¢MERICA 3 cia de que Colén creyé haber Hegado a Asia, pero no asi que Ge era desde un principio su propésito. A este respecto He- tera altera deliberadamente lo que afirna Las Casas,” con jo que se demuestra hasta qué punto comprende que para atribuirle'@ Coldn el deseubrimiento era necesatio mantener {que habia tenido conciencia del ser espécifico de las tieras Tialladas. La tesis, pues, es un primer intento por superar la esis; pero con toda evidencia la maniobra en que se sustenta no podia sostenerse indefinidamente. ‘Tenfa que Hlegar el mo- mento en «ic se admiticra cl objetivo atidtico de la empresa, porque sélo asi, por otra parte, se comprenderla por qué Collin se persuadié de que las regiones halladas eran asi Gs, cireunstancin que, naturalmente, Herrera no puede ex pliear, Ese momento se presenté afios mis tarde, segiin lo Rocumeintan dos autores cuyos textos vamos a considerar cn seguida, : 2, Beaumont, Aparato.” Beaumont. Ne A. La empresa estuvo animada pot dos objetivos posibles: 6 descubrir un continente desconocido cuya existencia habia inferido Colén por hipétesis cientifica, » egar hasta Asia, en G caso de no hallar dicho continente. B. Durante el primero y segundo viajes, Colén cree que est en Asia; pero en la tercera exploracién advierte que habia aportado a playas del continente descenocido que quiso en- contrar desde in principio. C. Fue ast como Colén deseubrié a América, porque pese 4 su equivoco previo, ueabé comprobando la hipdtesis inital.” Esta manera de entender la enupresa y de atribuir et descu Drimiento a.Colin es niuy somejante a Ia de Herrera, y. por To tanto, todavia se trata de un compromiso a base de la solucién de don Femanclo. In efecto, el modo de introducir en ella, sin alterar su csencia, cl equivoco de Colén es cl mismo que adopts Herrera, pero ahcra sin inconsecuencia, porque el abjetivo asidtico aparece ya postulado como fina Tidad de la empresa, bien que como secundario al Tado del objetivo descubridor de un continente desconocido, La tesis eee Se 71 Teen eee eee ol — 3), _ISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA de den Fernando ain se mantiene, pero ys se ha dado el paso que accbard por arrainarla. Sigamos la trayectoria de ‘este inevitable desenlace. 3. Robertson. The History of America. ‘A. El autor inicia su exposicién describiendo el horizonte histérico que sirve de fondo a su tesis. A finales del siglo xv, dice, el gran anhelo de Europa era abrir una comunicacién maritima eon el remoto Oriente, A esta preocupacién gene- Tal obodece la empresa de Colon. No se trata,, pues de una inexplicable 0 extravagente ocurrencia, ni de una inspiracibn ving, es una hazaiia del progreso cicntifico del espicitu humino. B, Situada ast la empresa, Robertson pasa 2 explicar en qué consistié el proyecto de’ Colon. Pens6, dice, que nave- ando par cl rumbo de accidente no podia menos de encon frar tierra, Pero Coldn esté en duda acerca de lo que serian lis regiones que podia hallar. En efecto, tiene motivos cien- tifieos para sospechar que toparia con un continente deseo hocilo, pero por otra parte, tiene razones para creer que ia fh dar 2 playas asisticas, Colén se inclina mas por esta dtima pesibilidad; pero Ia duda es la esencia misma del proyecto. Cuando Col6n obtiene, por fin, los medios para em- preader In travesia, Robertson nos lo presenta surcando et Feéino francamente en pos de Asia, pero siempre con Ta re- Sera de que quiz encuentre, atravesado en el camino, el fontinente que habia intuido hipotéticamente. D. Al hullar tierra, Colin se persuade que ha Hegado a ‘Asia y por eso, explica Robertson, fue bautizada con el nom bre de Indias, Peto el almirante ‘no ha abandonado la duda jnidal, En el segundo viaje sospecha que ha incurrido en fan equivoco, que, sin embargo, no logra disipar sino hasta el tercero, Fue entonees cuando supo de fijo que habia halla Go el desconocido continente que desde un principio pensd que podia descubrir, Colén, pues, es el descubridor de Amé Ace, porque, al comprobar una de las dos finalidades de In empresa, tivo plena conciencia de lo que habia revelado.™* «DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA » La tesis guarda una obvia semejanza con la anterior; pero la diferencia implica un manifiesto adelanto hacia la exisis definitiva de la vieja solucién de don Femando la cual, sin embargo, todavia subsiste como base para poder atribuir a Colén el descubrimiento de América. En efecto, ndtese que Robertson no solo postula el objetivo asiético como una !'s dos finalidades de Ia empresa, sino que aparcee como la prin cipal. Pero ademas, y esto 8 decisivo, la explica come obyia dentro de las citcunstancias historicas. Asi, el deseo de Co én por llegar a Asia ya uo se admite s6lo por la exigencia de dar tazbn de los datos revelados por Las Casas, sino que s¢ hia convertido en la condicién misma para entender el sace so. En este momento, por consiguiente, se opera un cambio Giametral respecto a Ta situacién que hizo posible la ereencia ‘en el relato del piloto andnimo. Por eso, et propésito ce des ubrir un continente ignorado, pero intuido por hipotesis cientifica, pasa a un segundo plano; no por mero aunastre a dicional, sino para los efectos de poder tesponsabilizar a Co Tén de un descubrimiento que de otro modo no se sabria a quién atribuitl. nos en el umbral de un cambio decisivo: la tesis de dou Femando, en que culmin6 la idea del descubrimiento intencional de América por parte de un Colén consciente de To que hacia, enconted en Robertson un iltimo baluarte. El préximo € inevitable paso consistici en el abandona defini: tivo de esa pretension, y se planteard, entonces, la dificultad de atribuirle a Colén’ un acto de cuya indole no tuvo, sin ‘embargo, la menor ideo, Se inicia, asi, la segunda gran eta pa del proceso. va La crisis sobrevino, may explicablemente, cumdo un erudite espaiiol, Martin Ferindez de Navarrete, divulgé en wna €o- Jeccién impresa los. principales documentos relativos a los viajes de Colon, Asi, en efecto, quedaban superadas las ambi- 4 HISTORIA Y GRITICA DE LA IDEA sitedades on cl relato del padre Las Casas, y se hizo patente, no sélo que Colén habia proycetado ir a Asia, sino que nun: ca se desengané de haber realizado ese deseo. Era incyitable, mus, ane el pauatvo, pose de. devin del objetivo Asiitico aleaneara sw culminacién definitiva. Fue el propio Rurtince de Navauete quien, en la Intend et ob, puntunlizé con nitidex el hecho. Veamos lo que dice. 1. Navarrete, Coleccitin.” A. A semejanza de Robertson, Ia empresa de Colin se ex plica y justifies como uno de los intentos por satisfacer el anhelo general de abrir una ruta maritima con Asia B Pero a diferencia de Robertson y de todos los antetio. raricte, cl proyecto de Culén no consistié: sino La guandera de ta hata, pues, no radica en las ideas aque Ia iuspitaron, radica en Ta osadia de buscar cl eamino a las Indias por el ‘rumbo de occidtente C. Por lo tanto, ya nada se dice acerca de la famosa y s0- puesta hipétesis que habria claborado Colin respecto a la existencia de una desconocida masa continental 1, De acuerdo con to anterior, Navarrete admite que, has- ta su mueite, Colén evey6 que {as tierras exploradas por él pestenceisn af Asin; pero al mismo tiempo concluye que, con Gl hallazgo de 1492, Colén realiz6 el inesperado y asomiroso escubrimiento de América, porque, con admiracién univer sal, dice, dio a conocer un nuevo mundo." Se ve bien: en esta tesis ya no queda ni el menor rastro Gel motivo. por el cual se venia atribayendo hasta entonces €l descubrimiento a Colén. Ello no obstante, se Te. sigue atribuyendo. ¢Cémo y por qué? Si, segiin Tatgamente hemos explicado, se trata de un acto que tequiere en el agente con: ciencia de To que hace, emo, entonces, responsabilizar a Co Jén de quien expresamente se afirna que carecié de ella. He aqui el problema constitutivo de esta segunda etapa, Para disipar el enigma vamos a examinar los textos pertinentes. ene’ DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA 6 2. Irving. Life and Voyages of Cotumbus.* ‘A. Una ver mis, la empresa quetla explicada en térmi- nos del anhelo de establecer la conanicacion maritima con Asia Ty Para determinar en qué consistié el proyecto de Colén, Irving examina la tesis de don Femando. De acuerdo con ella, dice Irving, Coldn llegé a concluir que “habia tierra no descubierta en la parte occidental del océano;, que era ‘accesible; que era féttil, y finalmente, qu: estaba habitada”, Es decir, la famosa hipétesis segiin la cual Colén habria in- tudo Ta ‘xistencia de América. C. Pero a Irving Te parece que Ja argumentacién de don Fervando es ambigua y adolece de ciesta falla logica.* Por eso, piefiere sacar sus propias conclasicnes. firma que cl nrgumento decisive que indvjo a Colén fue Ia idea de que ‘Aria era Facilmente accesible por el occidente.* Irving, pues, rio conoce mis finalidad de Ia empresa que el abjetivo asiatico. 1D, En el relato de los cuatro viajes, Irving se esmera_ por mostrar que en todo tiempo Colén estuvo persuadido de he ‘ber explorado unas regiones de Asia, y aclara que jamds se desengaiié.” B, No obstante manera tan explicita de admitir lo que Co: on quiso y creyé hacer, Irving no Je concede a la empresa dl sentido correspondiente. Desde un principio y a lo largo e todo cf libro, In entiende como la manera en que Colén descubrié, América. TF. Ahora bien, Irving no aclara por qué motivo Ia entien de asi. Se teita, pues, de una intervencién que considera fobvia, pero de todos modos conviene tratar de averiguar sus motives. G, Pues bien, de un pasaje en uno de Tos apéndices de la obra parece que Irving atribuye el descubrimiento a Colén fen viitud de habet sido el primero en topar con el continente fmericana; peto una atenta lectura de la obra no autoriza Scmejante conclusién. En efecto, sabemos de fijo que Irving no se atiene a la prioridad en el hallazgo fisico, puesto que econoce como probables unas expediciones de los nonman- Ls 36 HISTORIA ¥ CRITICA DE LA IDEA ddos a playas americanas realizadas varios siglos antes. Esas eapediciones, piensa, no constituyen, sin embargo, wn desc: Demniento de América propiamente dicho, porque la revele ign que asi obtuvo no trascendié la esfera de los intereses particulares de aquel pueblo, y porque, ademés, Tos nocman: Jos mismos pronto Ia echaron ex olvido.* "H. trving insinga, pues, que en la empresa de 1492 con. curre un elemento de intencionalidad que no existe en los Viajes normandos y que, por ofa parte, no radica precisa Tnente en el proyecto que Ja animé y que opera a pesar del fequivoeo en que incurié Coté al pensar que habia visitado Titres de Asia, A esa misteriosa intencionalidad se debe, por lo tanto, que se siga manteniendo la idea de que, con el fallazgo realizado en 1492, América fue deseubierta “Tale en resumen, la tesis de Washington Irving, el prinier historfador que narré la empresa admitiendo sin compronti gos 1 que quiso hacer y lo que pens6 Colén, Tal, sin cmbat- go, el misterio que rodea est tosis. Fxaminemos el texto que disigard el enigma, 3. Humboldt, Cosmos. ‘A. Este eminente pensador también sitda la empresa den- tro del ambiente y los anhelos de la época en que se Nevd a abo, Pero no se limita a sefalar la conexidn, sino que oftece tina idea del devenir histérico dentro del cual el aconteci- niento queda entrafablemente articulado y slo sespecto al ‘cua, cobra su verdadero sentido. E. En términos genetales se trata de la concepcién idea lists de la historia tan predominant, sobre tedo en Alcina: ia durante la primera mitad del siglo xnx. Su premisa fun Hanental, recuérdese, consiste en creer que ta historia, en sit Esercia, e& un progresivo e inexorable desarrollo del espiritu humano en marcha hacia Ia meta de su libertad conforme a razin. Para Humboldt, esa marcha estriba en los Tentos pero Seguros avances de los conocimientos cientifices que, al it conquistando la verdad acerca del cosmos, acabarin por en. reaat al hombre una visién absoluta de Ta realidad, Ta base DEL DESCUBIIMIENTO DE AMERICA ” inconmoyjble para establecer las wormas de su conducta fu tura y dé las relaciones sociales. © Pero, es el hombre por si solo, y no snerced a ninguna interveneién diving, quien debe cumplir 1a finalidad inma- nente de la historia y labrarse, ai, su propia felicidad. Ahora bien, esto no significa que los individuos tengan necesaria- mente conciencia de ese supuesto objetivo, nf que abriguen fl propésito de aleanzarlo, porque a lo largo de fa histonia se ‘a ‘ealizando con independencia de los anhielos y voliciones personales. Asi, pues, lo significativo es, ciertamente, To que hacen los hombres, pero lo que hacen en cuanto instrumen: tos de los designios de 1a historia D. Resulta, entonces, que dentro de esa concepcién teleo- Jégica del devenir humano, ¢s posible responsabilizar @ wn hombre de un acto cuya significaci6n trascicnde el sentido que tiene en virlud de las intenciones con que lo ejecutl Siempre que sean de tal indole que, independientemente de $n contenido particularista, estén de acucrdo con los desig. nnios de la historia. En efecto, asi puede y debe decirse que ese hombre tuvo conciencia del significado trascendental de Su acto, no como individu, pero si en su caricter de ins- teumento de las intenciones inmanentes a la marcha historic E. A la luz de estas premisas, Tumboldt compara el senti do qua, respectivamente, tienen Ia empresa de Colin y las expediciones nommandas del siglo x1. Para ello recouoce, fin reservas, 1a verdad histérica de esas expediciones y asi mismo el hecho de que Colén creyé haber visitado lerras asidticas en virtud de que é&¢ habia sido su objetivo. F. Desde un punto de vista cronolégico, es forzoso con: eluir que los normandos fueron los descubridores de América y que el viaje de 1492 no fue sino un redescubriniiento, Pero ’sta es una manera superficial y alsa de considerar la cues: tidn, porque cl mero hallazgo fisico no es lo significative. Es necesario examinar el problema a partir de la intenciowali- dad de ambos actos. G. Pues bien, asi considerados, lus expediciones norman- das son un hecho casual, porque el hallazgo de tierras ame- Fieanas se debe a que wna nave fue avrojada hacia ellas por 6 HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA una tempestad. El acto responde, pues, al impulso de un iego fenémeno telitico indiferente al destino humano, de suerte quo, desde el punto de vista de su motivacién, no cons tituye un descubrimiento de América que, por definicién, implica tin acto inteneional. La empresa de Colén, en cambio, no es un hecho fortuito, porque responde 3 un proyecto eientifico que obedece al Impulso del trabajo intelectual, larga y penosamente prolon- gad desde los albores de la humanidad. No es un acto arbi trario e indiferente al destino histérico det hombre, de ana. era que, por sn mativacién, si puede constituir un verdadero dlescubrimient, H, Se advierte que, fiel a sw visién, Humboldt canedla como carentes de sentido los propésites y crcencias pers Tes de Colén; y si el acto realizado por él parece intencional y no fortnito, es porque lo considera, no como individuo, sino como instrumento de Tos designios de In historia I, Pero aunque’ estas consideraciones bastan para expli car por qué no es posible atribuir a los normandos et descu- brimiento de América, no acharan por si solas el sentido con- cereto que tiene fa empresa de Colén como descubrimienta, ni cémo puede responsabilizarse en su persona. Fn efecto, si sa hemos que no se trata de un acto fortuito, no sabemos atin en qué consiste, ni cdino emple Colén con su papel de ins- trumento de los designios de la historia, tinea base pata con cedetle el tihulo de descubridor. J. Pues bien, le que hace que ta empresa colombina sca cl acto siguificativo que se conoce como el descubrimiento de América, es que en esa empresa se realiz6 uno de esos avan- ces de los conocimientos cienitfieos en que estriba, segin vi mos, la esencia misma de la marcha del hombre hacia suv destino histérico. En efecto, fue ast como se entregs a la contemplaeisn de los sabios, vicatios de los inlereses de la hu- manidad, wna porcién desconocida det globo terrestre, abrien- ‘Io asi la posibilidad de completar, con el estudio de las fegiones tropicales de Améticn, la visién cientifica de la parte del cosmos que es dlirectamente asequible a la observacién, Con este entiquecimiento, tan largamente esperado, el pro: DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA ” gre50 del espirity humane pudo pronto aleanzar su primera culminacién, porque fue ya posible sentar las bases inconmo- vibles de conocimientos absolutos; las bases, en suma, de a nueva revelacién, "la ciencia del cosmos”, de la que Alejan- dro von Fumboldt es ef evangelista y supremo pontifice. K. Pero si en eso estriba el descubrimento de América, gecuiy aesponsabilizar a Colon de tan alta hazana? gPuede, realmente, atribuitsele? Himboldt responde por la afirmati va. No es, explica, que Colén haya sido un sabio, ni siquiera un mediano hombre de ciencia, aunque posela ‘un espiritu inquieto que lo distingue mucho de un vulgar aventurero, sélo atento a su provecho. No, la razén decisiva es que Colén fue sensible a 1a belleza del mundo tropical y supo anunciat Ja buena nueva de la existencia de tales regiones, Jamas se ‘cansa de contemplarlas y gozarse en ellas y en sus escritos se esfuerza por contagias el entusidsmo que le provocan, Por ¢s0, pese a su tosco Ienguaje, se alza sobre Camocns y otras poctas de sw dia, anclados atin en las ficciones literarias de tuna supuesta naturaleza arcaica y artificiesa; por eso, tam- bién, es Colén el descubridor de América. En efecto, el pottico vuclo de su entusiasino fue Ta via adecuada para ‘na- ticiar a Europa, donde posaba el espiritu de la historia, la apertura de ese nnevo campn de observacion en que, en defi nitiva, consiste ol acto descubridor. Fue asi, entonces, como Colén desempeiié cumplida y plenamente su papel de porta vox de log intereses de la humanidad y de insteumento de las intenciones de Ia historia, 1, Nada de este concurce én ef caso de las expediciones de Jos normanvlos, Beneficiarios de un haliazgo fortuito, no supieron sino fumdar unos establecimientos comerciales que, por otra parte, resultaron precarios. Ademés, como las regio: nes septentrionales exploradas por ellos no ofrectan un nuevo cspecticulo dela naturaleza, si acaso la ncticia del hallazgo traspast el estrecho citeulo ce Jos pueblos para quienes cra familiar, no pudo tener ninguna significacién verdadera. No hnubo, pues, un descubrimiento propiamente dich He agut despejado el enigma que roseaba Ia tesis de Ir ving; he aqui la solucién que coresporwle a la segunda 0 HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA ‘etapa del proceso, Ya se ve: a pesar de la amenaza que sig- ified el reconocimiento pleno de los propésites de Colén y tle su idea de haber explorado regiones de Asia, se pudo satisfacer la exigencia de mantener a flote la vieja interpreta- cién de la empresa de 1492 y se logré resolver el problema de atsbuitle a Colon ef acto det descubrimicuto. Para ello, fue recesatio recurrir al arbitrio fitos6fico de postular, por encima de las intenciones individuales, una intencionalidad inmavente a'la historia que, en la esfera laica, es Ja contra partida de los designios divinos del providencidlismo cristiano Ue la tesis del padre Las Casas. Peso esta vee, semejante at bitric produjo el efecto contratio, porque en lugar de delatar come verdad histética los propésitos personales de Colon y ‘su creencia de haberlos realizado, los cancelé como histérica- mente inoperantes. Fue asi, por lo tanto, cémo por segunda vez, bien que de un modo mis sutil se oculté el. objetiva asid- tico de Ia empresa y la conviccién que tuo Colon de haber explorado regiones de Asia, ocultacién necesaria, como sa- bemos, pata poder atribuirle el cescubrimiento de América ‘Con la tesis teleol6gica que hemos examinado el proceso se replegé a'su segunda trinchera, y ahora sélo nos falta ver: cebmo sobrevino la crisis final cuando, en virtud de la disolu- ‘eidn del dogma idealista, fue preciso renunciar a su amputo, Se intentari, lo veremos en seguida, un iltimo reeuss0 por Inantener la idea del descubrimiento de América, pero’ un recurso’ que no sitve, en definitiva, sino para poner de mani- fiesto el absurdo que implica semejante manera de explicar Ja aparicién de ese ente. vat Mientras se pudo creer, con el idealismo, que la historia era tun sroceso en que fatalmente se iban cumpliendo, para de- ‘irlo en ténminos de Kant," las intenciones de la Naturaleza, Situsdas mds alls de Ia esfera de los propésitos y voliciones individuales, el viaje de Colén pudo seguir entendiéndose DEL DESCUBRIMIENTO DE, AMERICA a como el descubsimiento de América a la manera en que lo coed Alejandco von Humboldt, Pero cuando aquella per soci filosofica 0 mejor dicho, cuasi_religiosa, ented en se Mespats de haber slcanzado su cispide, Tos bistoriad pee aunque los primeros rebeldes, poco supieron hasta, aie frado quiedaban desamparados y expuestos. En segulsnitut Fare aentaciones marcadas pur et poztivismo civntifico, 1a creas ONetbtica deberia repidiar e) iusorio auxilio’ de todo xptiorisme metafisico por empiricamente incomprobable riverse) en cambio, a kx observacién de los fenémencs pars poder reconstrui, gin la célebre formula de Ranke, Jo que coerrcalidad acontecié”. Quiere decir esto que los hishora: dune ce comprometieron a reconoces, como fuente del sen- filo de os sucesos histéricos, Jos propésites y conviec ones personales de Jos individuos que partiiparon ex 0s Di Perntonees, que, por fin, le habia legado a he empresa Cf Salon In hora de que se la comprendiera con el sentido que tuvo pata él Pero lo cieato es que a pesar de las hueas © gencias metodoligiens y de Tas sauclas investigngons® i Enriquecicron la historiografia colombins desde finales del siglo aax, se mantuvo Ta interpeetacin tradicionsl om 1a sree crceneia de que Col6n habia deseubierto América cn Jogn 1492, enconted una isla que erey® pertenecer 2 un archipidlago ‘adyacente al Japon. Pam hawernos cargo de qué mancra se sostuvo est vi iden, conviene, ante todo, puntualizar Ia tesis respoctivn, & tayo etecto vamos a empicar el texto que, entre otros Pov! ties, parece representativo, tanto pot su Fecha reciente, Cone por cl aplauso con que hia sido recibide y pot la seviedad y prestigio cientifico de su autor Morison, Admiral of the Ocean Sea |A, Como ya es de rutina, 1a empresa se ubiea en el am pichte de lx Gpoca y en particular se relacions eon el deseo ern que habla por establecer Js comuniencién marihims on las Fegiones extremas orientales de. Asia av inea centeal que animé a Colén, dice Morison, fue oy MISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA realizar ese auhelo, pero eligiendo Ia ruta del poniente. Se- mejante proyecto nada tenia de novedoso. Lo extraordinario en el caso de Colén sno fc, pues, Ja ocurrencia, sino cl ha. berse convencido de que era factible y Ia decision de reali- rari. Morison, por consiguientc, admite como finalidad ani cea de In empresa el objetivo asiético.** C. Ein la narracién de los cuatro viajes, el autor reconstrye minnciosamente los itinerarios y se esmera por identificar en el mapa actual de América los lugares visitados por Colén, D. Morison se empeiia, ademas, en mostrar que, en me. dio de las ins variadas conjeturas de dctalle, Colén siempre estuvo conveneido de que habia legado a Asia desde Ja pri mera vex que hallé tierra en 1492" =. Ahora bien, a pesir de un réconocimiento tan expreso de las intenciones personales de Colén y de st opinion aces- ca de lo que habia heclio, Morison no dhuda siquiera de que, en verdad, lo que realmente hizo el Almirante fac deseubric 1 América. Pero gedimo, por qué? Explica, en un pasaje decisivo, que puesto que Colin no tuvo jamas el propésito de encontrar al continente ameri cano, ni abrigé sospecha de que existia, la verdad es que des cubrié a América enteramente por accidente, pot casualidad."* He aqui, pues, ta respuesta que corresponde a 1a tercera etapa del proceso, Ia tesis del descubrimiento castal que hoy se ensefia y se venera como Ia verdad y que sirvid de punto de partida a esta investigacién. Con ella, por lo. tanto, ter: mina la teconstruccién histériea que nos propusimos hacer, y ahora vamos a examinar esa tesis para ver si implica 0 no un absurdo, segtin anticipamos. Ba Pacsto que se trata de poner a prucha ma interpretacién es conveniente, ante todo, tener una idea clara de lo que signi fica eso Pues bien, lo esencial al respecto consiste en reconocer que DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA 8 cualquier acto, si se Te considera en si mismo, ¢s yn aconte- Gimiento que carece de sentido, un acontecimiento del que, por lo tanto, no podemos afirmar Jo que es, ¢s decir, un acon tecimiento sin ser determinado, Para quc lo tenga, para que podkimos afirmar lo que es, ¢s necesario postularle una inten Gin 0 propésito. En el momento que ‘accmos exo, en efee- to, el acto cobra sentide y podemos decir lo que ¢s; le com cedemos un ser entre otros posibles. A esto se Hama una interpretacién, de suerte que podemes concluir que interpre- tar on acto cs dotarlo de un ser al postularle una intencién Pongamos tn ejemplo, Vemos a un hombre salir de su casa y dirigitse al bosque cercano. Ese #s el acto considerado én si misino como tin puro acontecimionto. Pero zqué es ese feto? Obviamente puede ser muchas cosas distintas: um pa- Sco, una heida, wn reconacimiento Tlexado a cabo con fines Ineratives, tina exploracién cientifica, el inicio de wn lateo fo, en fin, tantas otras cosas cartas puedan imaginar Se, siempre de acuerdo con Ia intencién que se suponga e acquel hombre Esto parece claro y no hay necesidad de insistir en ello Pero es nccesario, en cambio, ver que esta posibilidad que tenemos de dotar de ser a un acto al interpretarlo tiene un Timite, En efecto, Ja intencién que se suponga debe atribui sea wi agente, no necesarfamente capa. ce realizarla por si mnismo, puesto que puede valerse de otro, pero si necesatia mente capaz de tencr intenciones, porque de lo contratio se jewrrird en win absurdo, Asi, bay machos entes a quienes podemos contcbir y de hecho se han coneebido como capa Fes dle voliciones y de realizarlas por si mismos, como son Dios, os angeles, los hombres, los expiritus de ultratumba y ann los animales, y otros como capaces de lo primero, pero ya de lo segundo, como son cicrtas entidades metafisicas, 1a Natuialeza o la Historia Universal, segiin Ia han entendido y entienden algunas doctrinas filosoficis, Pero To que ya no Se puede concebir de ese modo son los entes inanimados como las figuras geométricas, tos mimeros 0 Tos objetivos ma- ferales, un Urifngulo, una mesa, cl Sol o el mar, pongamos por caso. Silo hacemos 0 es metaféricamente, como cuando aie “ HISTORIA Y CRITICA DE LA IDEA se dice que el mar no quiso que Espaia invadiera a Inglate- rra, 0 bien nos heinos salido de quicto sto nos ensena que, en el limite, la interpretecion de un acto pusde admitirse aun cuando cl agente que lo realiza sea incapaz de tener intenciones, con tal de que cl propésito {que le eoncede sentido al acto proceda de un ente capaz de teneslas, pero que serd absurda en el caso contrario, aun cuan: do el agente que lo realiza tenga, él, esa capacidad, Examinemos ahora, a la luz de estas consideraciones el proceso de la historia ‘de la' idea del descubrimiento de Amé fica, puesto que se trata, precisamente, de tres mancras dis- tintas ce interpretar un snismo acto, a saber: l viaje de Co- on de 1492. Primera etapa del proceso: La interpretacién consiste en afirmar que Colin mostrd que las tierras que hallé en 1492 eran wn continente desconocido, porque con esa intencién realizé el vigje (supra, Apartado IV) En este caso se trata de una interpretacion admisible, por que la intencién que le concede al acto interprétado el sen tido de ser una empresa descubridora sc radica en una perso- nna, 0 sea en un cute capaz de tenerla y de realizarla, Pero ya sabemos que esta tesis tuvo que abandonarse, porque su fun damento empirico result6 documentalmente insostenible Segcnda ctapa'del proceso. La interpretacién consiste en afirmar que Colén mostté que las tierras que hallé en 1492 fran un continente desconocido, porque si es cierto que ésa no fue la intencién con que realizé el viaje, ni tuo ides de Jo que habia hecho, al ejecutar st acto cumplié 1a intencién de la Historia de que el hombre conociera In existencia de dicho continente (supra, Apartado ViL) En este segundo caso Ia interpretacién todavia es admisi- ble, porque la intencién que le concede sentido al acto int pretado de ser tuna empresa descubridora se radica en el acto mismo, es decir, se concibe como inmanente a la Historia, centidad que puede concebirse como capaz de tener intencio- nes, aunque no de realizarlas por si misma, de suerte que s¢ vale de Colén como un instrumento para ese efecto, Pero ya sabemos que esta tesis también tuvo que abandonatse, DEL DESCUBRIMIBNTO DE AMERICA 6 no ya por deficiencia de fundamento empirico, come en el vase anterior, sino porque su premisa tebrica result insos tenible Tercera etapa del proceso, La interpretacién consiste en afismar que Colon mostré que las tierras que hallo en, 1492 ran un continent desconocido, puramente. por casualidad, cMeait sin que inedic ninguna intenciou al ceapecto, (S¥pre ‘Apartado VIIT) in este caso es obvio que, desde cl punto de vista de los requisites de una interpretacin, In tess ofrece una seria dt tea, porgue no obstante que se niga la intencién, se le Sigue coneediendo al acto et mismo sentido de las tesis ante sigue Contnora bien, como esto es imposible, porque sin aquel fequisito ol acto no podtia tener el sentide que se Je conce Net es forzoso suponer «ue 1a intencién existe a pesar de que Se niega, ye) problema, entonces, presenta un doble zspecko primero, cémo eonciliar esa constraiccion, y segundo, Wen Phar ddnde existe esa inteacion que ha sido necesario supones para que el acto pueda tener el sentido que se le concede La contradiccion puede evitarse si tenemos presente que no es necesario que el agente que realiza cl uclo sea quien tenga la intencidn que le concede su sent, poraue ys sb thes que puede obtie como mero énstrumiento le ww ces tue no seal suyo personal, En efecto, de ese modo Colin Tbe revelndo, sin intencién de hacerlo, el ser ce Tas tlerras gue lallé, cunpliendo un proptsito ajeno, de manera a Jesde el punto de vista de Colon, seria legitimo afirmuat, como fo lace la tesis, que cl acto no fue intencional, aunque en vealed tenga que serlo. En ottas palabras, lo suponiendo {que Colén obc6 como instrumento de wa intencidn divers ai suya se evita Ii contradiccién que indicamos y la tesis queda a salvo por este motivo. Pero pddnde radiea, entonces, esa ocultaintenci6n que Te da el sentido de descubrimiento al viaje de 14927 La respucs- ta, por exteaio que parezca, no admite duda. En efecto, come ta Pek fo s6lo oftece al respecto tres posibilidades, a saber: ¢l Sojeto del acto, el acto mismo y ¢l objeto del acto, y como, neal caso, ya se ensayaron y deseastaron las dos primers, ¢

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