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LA LITERATURA HISPANO-LATINO-ITALIANA DE LOS JESUITAS EXPULSOS DE AMERICA. ELENA Maria CaLpERON DE CUERVO ee. FIL y Letras, U.N. Cuyo RESUMEN. Los jesuitas expulsos de América que se atrinchera- ron en Italia constituyeron un grupo de vanguardia cultural que exige su posicién y su andlisis particular en la Historia de las ‘Letras Hispénicas. La produccién literaria en sentido estricto, se mezcla, en este grupo, con la erudite, y el prurito apologético ¢ historiogréfico no deja de hacerse presente atin en las obras relacionadas con temas netamente religiosos (vidas de santos, tratados de devocién, advocaciones marinas 0 sobre el Sagra- do Corazén). Tuvieron, siguiendo ol gusto silustrado», un gran ‘entusiasmo por la Historia, particularmente por la de América y por la Ciencia moderna y, sélo en ese sentido, coincidieron y contribuyeron con la llustraci6n espafole, colaborando en ‘raguar ese fenémeno que Mario Géngora ha lamado con prec- si6n la «ilustracién catélicer, pero que tendré mas presencia en Ja titima década del siglo XVIII y en las primeras del XIX, confi- gurando el perfil de las nacientes Repiiblicas Criollas. PALABRAS CLAVE. Historia y Literatura Hispanoamericana, Jesuitas expulsos, Lustracién. ABSTRACT. Ejected Jesuits of America and refugee in Italy, be- cause they were a group of cultural avant-garde, requires its position and its analysis in the history of the Hispanic letters. In this group, the literary production in the strict sense is mixed with the scholar one, and apologetic and historiographic eager- ness continues to do this even in the works related to issues ‘ago y Ray n° 4, 2012 pp. 8-04 6 ELENA MARIA CALDERON DE CUERVO purely religious (lives of Saints. treaties of devotion, Marian devotions or on the Sacred Heart), They had, according to willus- trated» taste, a great enthusiasm for the history, particularly by the America, and by Modern Science; only in that sense, agreed and contributed with the Spanish enlightenment, collaborating in forging this phenomenon that Mario Gongora has accurately called «Catholic illstration», but which will have more presen ce in the last decade of the 18th century and early 19th, shaping the contours of the emerging Creole republics. KEY WORDS: Hispanic American history and literatura, ejected Jesuits, Enlightenment. Deslindes preliminares La circunstancia de vivir como extranjeros en Italia en una época en que la primacia cultural europes habia pasado ya de Espafia a Francia y se sentfan nuevos aires en los pueblos germé- nicos y sajones, convierte a los jesuitas expulsos de América, en tun grupo de vanguardia cultural que exige su posicién y au andlisis particular en la historia de las letras hispdnicas, Dos hechos principales determinan la formacién de esta gene- racién o cohorte de literatos en el siglo XVI: de un lado, la politica «nacionalista» de los Borbones espaiioles; del otro, la expulsion de todos los jesuitas de Espatia y de sus posesiones de ultramar, par- ticularmente, de los virreinatos americanos, Desde los tiempos de Alfonso el Magaénimo y del primer papa Borja eran muchos los poetas y escritores espaftoles que vivieron largos afios en Italia, en Napoles principalmente y en Roma, con diversos cargos eclesidsticos. Pero el fenémeno del siglo XVIII es algo distinto, El hecho de que en el Renacimiento y en el Barroco los ingenios espafioles en Italia tuvieran una irradiacién particu- larfsima en el ambiente, permaneciendo atin, impermeablemente ‘gy Baya 42012 pp 46-4 LA LITERATURA HISPANO-LATINO-ITALIANA.- a hispénicos, se dio a causa de la hegemonia ce la casa de Austria, cuando el castellano era Ja primera lengua que aprendia en Ttalia la gente culta, porque no era un rasgo de nacionélismo sino de univer- salidad en un Imperio que se postulaba, ante todo, catélico (valga como universal). En el setecientos tal impermeabilidad era ya im- posible y ello explica el nuevo aspecto literario hispano-ftalo-latino que traié de enfrentarse, culturalmente al menos, y en un espacio «neutral» como era Italia, con el servilismo olitico de la primera rama de la dinastfa borbénica en Espaiia. Es justo afirmar, en primer lugar, que la produccién de esta ge- neracién tiene muy poco de creacién y mucho de erudita: literatura muy dieciochesca eilustrada, cuando se llamaba literatos tanto a los poetas como alos fisicos y astrénomos y la misma palabra literatura equivalfa al sentido moderno del vocablo cultura. Tan escasa es y tan poco trascendida o proyectada en la recepcidn, la produccién creativa de esa época que puede ser englobada en un apartado tini- co.con a literatura doctrinal y erudita. Al margen de estas paginas queda, naturalmente, la ciencia pura y con ella también la filosoffa didéctica que no representa un cambio 0 unarenovacién de parti- cular alcance para la misma historia cultural y literaria. La irrupcién. de los jesuitas en este espacio y, particularmente de los jesuitas de “América y de otras posesiones del imperio espatiol, no deja de tener una gran importancia. Las provincias de ultramar repartfan sus actividades entre las misiones vivas de indios y las ensefianzas en Jos colegios para los espafioles y los criollos principalmente. De los profesores nacieron, en Italia, los publicistas; de los misioneros, co- nocedores de recénditas lenguas ind{genas, se valieron muchos de ‘sus comipafieros de destierro para sus obras hist6ricas, etnogréficas ¥ geogréficas: todos ellos fueron la fuente principal de que se sirvid el padre Lorenzo Hervas y Panduro para sus vastas obras enciclopé- dicas; el dfa en que se publique la correspondencia del gran filélogo con esos misioneros, conservada y repartida en diversas bibliotecas italianas, se veré cudn importante fue la aportacién andnima de es- tos tiltimos ala cultura espafiola del siglo XVIE. uo y Ray n° 4, 3012, 9p 45-64 48 ELENA NARIA CAL.DERON DE CUERVO Si algiin rasgo comtin aparece en todas las provincias jesufticas de Espafia antes del decreto de expulsidn de Carlos Ill (y més que las peninsulares, las de ultramar), es su aislamiento dela cultura general espafiola, entonces divulgada casi exclusivamente en cas- tellano. Hl encerramiento de la produccidn jesuftica en los moldes latinos, apenas presenta algunas excepciones en uno que otro his- toriador o exégeta —Burriel, Isla, Codomnid o Lacunza—. Este ence- rramiento unido a las corrientes clasicistas ilustradas (que en gran medida reaccionaron contra lo que llamaban el «mal gusto» del barroquismo del siglo XVII) explicarfa por sf solo la abundancia de holenistas y latinistas entre los expulsos. Habré que agregar a este argumento el hecho de que los jesuitas, principelmente los més ancianos, incapaces ya de adoptar otra lengua literaria como hicie- ron algunos més jévenes, encontraron en el latin principalmente, una cultura y un idioma comin con sus pares y mecenas italianos. Mientras en Espafia los estudios clésiccs decafan de modo alar- mante después de 1767, en el destierroitélico se distinguieron nue- vos clasicistas que van a producir, en gran medida el florecimiento neo-humanista de fines del siglo XVIII y principios del XIX. Dos centros culturales y geogrdficos van a concentrar la acti- vidad intelectual de los expulsos en Italia: Mantua, donde brillé el padre Andrés, al amparo de los marqueses Bianchi; y Cesena’, en casa de los marqueses Ghini, donde pasaron Diego de Abad y otros expulsos muy instruidos como Lorenzo Hervas. Bl que hace de mediador entre los expulsos y los mecenas italianos es el padre ‘Agustin de Castro, famoso, ademds, por sus pinturas. Entre los ex- pulsos de América que pasaron por estas ciudades estén, ademas de los ya nombrados, Francisco Javier Alegre, Clavigero, Campoy, * Patria de Virgilio, Mantua fue gobernada po: Austria desde 1708 hasta 1866, ‘excepto durante un breve tierapo en Ia 6poca napoleénica. Bejo el gobiermo anstriaco, ‘Mactsa disfraté de un renecimicnto y durante este periodo se erearon la Real Acade- ria de Ciencias, Lotras y Artes el teatro Clentifco y numerosos palacios, Fl 4 de junto de 1796, durante las Guerras Napoleénicas, Mantua fue asediada por Napoleén como movimiento contra Austria, go y Bay, 4, 22, PAB 1LA LITERATURA HISPANO-LATINO-ITALIANA.. “9 Iturriaga, Fabry, Rafael Landivar, Lozano, Joaquin Millas y Juan Ig- nacio Molina, por nombrar solo los més importantes. La importancia y trascendencia que este grupo de jesuitas tavo fue muy prontamente captada por his-oriadores y eriticos, como lo demuestran los trabajos del barcelonés Francisco Gusta y el italiano Luis Rizzi quienes escribieron, contemporéneamente a los autores, su Notizia degli scritori gesuiti i quali dopo labolizioni de la Compagnia hanno publicato diverse opere. Sobre la base de esta noticia, escribe su obra —capital para compronder esta coyuntura hist6rica—, el padre Raimundo Diosdado Caballero: Bibliothecae Scriptoram Societatis Jesu supplement; aparecida en dos voldmenes: Supplementum primum (Roma, 1814), y Supplementum alterum (Roma, 1816). En 1898 aparece, en Torino, la obra de Gian Vittorio Limmigrasione dei Gesuiti spagnuoli literatti in Italia y luego del pa- dre Alessandro Gallerani, La eivilita Cattolica. En 1896, Menéndez y Pelayo, dedica un capitulo a la literatura ¢e los expulsos en su Revista critica de Historia y literatura espafola, portuguesa e his- panoamericana; Salvador de Madariaga publica, en Salamanca en 1897, Jesuitas expulsos literatos en Italia, y don José Toribio Medina: Jesuitas expulsos de América en 1767, aparecida en Santiago de Chi- le, Imprenta Elzeviriana, en 1915. I, La literatura religiosa de los expulsos Muchos de los expulsos, principalmente Hervas y Masdeu, al- ternaron sus obras profanas con otras de caricter religioso, dando * Cesena fue recuperada bajo cl control direeto papal. Pero en contra de un se- ‘ior local, César Borgia, en 1500. La ciudad fue elevada al rango de capital en su corto ‘perlodo de dominio ducal. Cesena por lo tanto se convirt en la segunda ciudad de ‘os Estados Papales, Durante las Guerras Napolesnicas fueron desmontados numero- ‘0s monasteriose iglesias Algunos de 6us ciudadanos hea tenido notable importan- ‘cia en la unificacin de Italia, en le segunda mitad del sigo XIX Como se puede ver, _ambas ciudades, Cesena y Mantua, fueron centros poltices y religiosos muy impor- tantes en a época en que albergaban alos expulsos. uego Ray 2° 4, 2012, pp. 45-64 50 ELENA MARIA CALDERON DE CUERVO ala Apologética de este perfodo un alto tono de dignidad y un sello caracteristico de adaptacién al ambien:e. A partir, entonces, de Hervas y Masdeu —que no tuvieron relacién con el espacio ame- ricano—, os jesuitas que venfan de Amé:ica se dedicaron a seguir Jos modelos trazados por estos dos. Son muy abundantes, en este sentido, los comentarios y escritos relativos al Libro de los Bjerci- ios espirituales de San Ignacio; las vidas de San Ignacio de Loyola tanto como las innumerables versiones 7 traducciones de la obra, de Tomés de Kempis: la Imitacién de Cristo. Se advierte claramente en todos estos escritos relacionados con la historia y la fundacién de 1a Compaiiia, la intencién de proponer un método y un modelo eficaz» de santidad frente al alarmante proceso de secularizacién del mundo moderno. Lo mismo se advierte en la enorme produccién de Francisco Gust: tanto los escritos estrictamente apologéticos del padre Gustd, como los aparentemente histéricos, estén siempre condi- cionados por las invectivas de los adversarios de la Iglesia hacia los ya extintos jesuitas. Si los eriticos y febronianos intentaban esmoronar las tradiciones y los privilegios de la sede romane, Gust4 esgrimiré también la critica para refutarlos y confundirlos; sila filosoffa y el jansenismo seguian vilipendiando la memoria de Ja Compaiie de Jestis, los atacaré con una cultura no inferior a la de los fildsofos, y con una pureza y austeridad de vida que no pudiese ofrecer asidero alguno de laxicmo a los jansenistas del XVIIL De ahi ese tono de exageraci6n desorbitada que tiene toda su ingente obra, la violencia y el sarcasmo constante de su vibran- te estilo, la critica real de su apologétice y la posicién de rechazo feroz en cuanto a jansenismo se refiriese Gran alarma desperté en Espaiia e Italia, principalmente en los centros eclesidsticos de Roma, la aparicién clandestina en San Fernando (Cédiz), entre 1810 y 1812, de la obra péstuma del jesuita chileno Manuel de Lacunza —nacido en Santiago el afio 1731 y muerto en el destierro de Imola en 1801 cuando se disponia a ro- gresar a América— sobre La venida del Mesias en gloria y majestad, Pang y Ray 4, 2012 9p. 6-64 LA LITERATURA HISPANO-LATINO-TIALIANA.. 51 exposici6n febricitante y exaltada de un milenarismo fantéstico, que tiene sus rafces histéricas, més que en algunos santos Padres antiguos, en los escritores medievales seguidores de Gioachino da Fiore, Peire Joan Oliew y Arnau de Vilanava. Aunque el libro, publicado bajo el seudénimo de Josafat Ben Ezra, tuvo sus apolo- gistas en los dos compaieros de su verdadero autor, los ex jesuitas americanos José Valdivieso y Ramén Viezcas, pronto fue conde- nado por la Inquisicién de Cédiz (1812) e incluido en el Indice romano de libros prohibidos (1824). Su difusién fue procurada, ya en el siglo pasado, por los protestantes, y aun en nuestros dias ha interesado y sigue interesando de un modo particular a las sectas adventistas. Enire los muchos que en el destierro de Italia se dedicaron ala literatura ascética y piadosa, son de recordar Francisco Javier Pero- tes (1742-1825), autor de un muy setecentista tratado Della religio- sa perfecione e della cristiana e civile educazione (Bolonia, 1785); el ‘vasco Roque Menchaca, editor latino de las cartas de San Javier y de San Ignacio (Bolonia, 1795, 1804); el andaluz, José Salvador Var- gas Machuca (1745-1807), que propugnaba, conforme a las corrien- tes de su época, la ensefianza de la ‘Teologfa en lengua vulgar: los americanos Gaspar Xudrez (1731-1804), de Santiago del Estero, por ese entonces centro de la Provincia del Tucurén, y Manuel Mora les (1731-1790) de San Juan de Cuyo; el mallerquin Andrés Ferrer, que publicé en Roma en lengua castellana su librito Medios para Ia verdadera felicidad del cristiano (1781); el catalan José Francis- co Clavera (1721-1788), hermano coadjutor y bachiller en cirugia en Espafia, que, ordenado de sacerdote en Bolonia, entreveré sus, publicaciones médicas, con otras espirituales, en latin, italiano y castellano: curiosas sus ediciones latina y espatiola de los escritos religiosos del mistico montserratense fray José de San Benito (Fe- rara, 1774; Bolonia, 1786) y su biografia en italiano de la «Azucena de Quito»: Mariana de Jestis Paredes y Flores (Bolonia, 179); ete. El padre Antonio Ferndndez de Palazuelos, que venfa de la provincia de Chile, tiene un optisculo sobre La divina providencia o Storia Pago Ry, 26202, pp 5-68 2 ELENA MARIA CALDERON DE CUKRVO Sacra poética de Job («versién de un Filopatro expatriado»), una Traduecién del Salterio Davidico y una versién libre parafréstica en castellano del Paraiso Perdido de Milton. Otro tema religioso importante para destacar, son los tratados de Devocién al Sagrado Corazdn, més si se tiene en cuenta que la devocién al Sagrado Corazén significd, para los franceses del siglo XVIII, una posicién clara contra las nuevas ideas y contra la Revo- lucién francesa. De hecho, el Sagrado Corazén fue el distintivo de Jos combatientes contrarevolucionarios en la guerra de La Vendée. Jerénimo Solis, chileno, nacido en Santiago, escribe un opisculo apologético titulado Sacratissimi Cordis Jesu Laurea Theologica Animadvertionibus in Antirrheticon (Pada, 1774), que muestra La disputa que sobre la devocién al Sagrado Corazén se habia levan- tado en los finales del siglo XVIIL En tomo a esta disputa, aparece también la obra de Juan Manuel de Zepeda (Coquimbo ~ Chile): Lettera in risposta alla Pastorale de Morsignor Vescovo di Pistoya sulla devoaione del Santissimo cuore di Gest; editado también como Lettera ad wn amico sopra il libro, che ha per titolo pregiudizi legittimi contro la divozione al Cuor Carneo di Gesti (Massa, 1782). ‘Antes de terminar este apartado, conviene hacer una breve reflexién sobre lo que significé la aparieién de un género apolo- gético nuevo: la

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