VII. LA POESIA VISITA AMERICA
Besides, a fate attends on all I writ,
That when Taim at praise, they say Tbite.
“ALEXANDER POPE
Ex rumen niimero de la Biblioteca Americana, publicada en julio
de 1823, fue un Iujoso volumen de 470 paginas con varias es-
tampas a color de escenas del Nuevo Mundo. Frente a fs
rimera pagina hay una litografia que muestra una mujer en ata-
Vio elésizo que visita a una mujer indigena de pechos desnudos
y plumas en la cabeza. La india est rodeada de palmeras y est
sentada en un escabroso afloramiento al pie de una montafia. Al
fondo se puede ver una lama. Entre las dos mujeres hay tres
nifios semidesnudos jugando con regalos que parecen haberles
sido ofrecidos por la mujer clasica, que esta de pie con el brazo
derecho extendido. Los regalos incluyen una esfera, un telesco-
pio, una lira, un libro, un busto, una paleta y un pincel. Al pie
de la litografia se lee la dedicatoria del periédico: “Al Pueblo
Americano”. a
Desde la primera pagina, la Biblioteca Americana insiste en su
americanismo, Anuncia que esté patrocinada por una sociedad de
americanos, y el prospecto, firmado por Garcia del Rio, declara:
“Daremos en todo un lugar distinguido a cuanto tenga relacién
con la América”. Los editores explican que no mostrarén prefe-
rencia por este o aquel pafs del nuevo mundo; se dirigiran a to-
dos los habitantes del continente americano: “No consideraremos
exclusivamente en ella al colombiano, al argeritino, al peruano, al
chileno, al mexicano; escribiendo para todos éstos, la Biblioteca
sera eminentemente Americana”. leben “Amér Fj
Qué, cabe preguntar, significa la palabra “América” para los
editors dela revista? Mis especificamente, .qué clase de relacién
contemplan entre Europa y América, entre el Viejo Mundo y el
Nuevo? La litografia presenta una respuesta emblemitica: Euro-
a, vestida a lo clasico, visita la América y trae consigo los uten-
a8
LAPOESIA VISITA AMERICA 239
silios y objetos que caracterizan la civilizacién occidental. Los
hijos de América, a su vez, absorben Avidamente esta cultura,
como lo simboliza el que estén hojeando un volumen impreso 0
Sosteniendo un busto clésico. El prospecto de la revista desarrolla
esta estrecha dependencia cultural: asi, el saber acumulado de Oc-
cidente debe ser diseminado a través del Nuevo Mundo, poniendo
fin a tres siglos de aislamiento y de ignorancia, Garefa del Rio, con
4a mente colmada por las transacciones financieras que lo pre-
ccupaban en aquel tiempo, expresa la relacién entre Europa y
América como una de acreedor y deudor. En el parrafo de cierre
del prospecto, eleva el tono de su prosa, expresando que prevé el
dia cuando los rayos de la verdad brillarén por todo el Nuevo
Mundo, cuando la América andard con pasos gigantes los cami.
nos de los pueblos civilizados que han progresado antes, “hasta
que llegue la época dichosa, en que la América, a la sombra de
gobiemos moderados y de sabias instituciones sociales, rica, flo.
reciente, libre, vuelva con usura a la Europa el caudal de luces
que hoy le pide prestado, y lenando sus altos destinos, reciba el
incienso del mundo”.
La Biblioteca esta dividida en tres secciones: a primera esté
dedicada a poesia literatura y filologia; la segunda, a ciencias y
tecnologia; y la tercera, a politica e historia, o—para usar el térmi
no preferido por los editores— “Ideologia”, vocablo que tomaron
Prestado de Destutt de Tracy y los idéologues franceses.* Unica-
mente el primer volumen del periédico se publicé completo, Del
segundo y ultimo volumen s6lo Ia seccién dedicada a literatura se
Publicé, en octubre de 1823,
La primera pieza en el nitmero inaugural de la Biblioteca es un
Poema de Bello: “Alocucién a la Poesia, en que se introducen las
alabanzas de los pueblos e individuos americanos que més se han
distinguido en la guerra de independencia. Pragmento de un poe.
na inédito titulado “América’.)” En el primer volumen, Bello pu-
blieé los primeros 447 versos del poema. Los restantes 387 versos
abrian el segundo volumen de la publicacién. Los originales
manuscritos de la “Alocucién” revelan que Bello complet6 una
Porci6n grande del poema entre 1821 y 1823, es decir, durante
+ Para la influencia del témino “itéologie” sobre cia del ros
spec ae la a a
PP. 58-93, 98-109.= LONDRES (1810-1829)
los afios cuando trabajé como asistente de Irisarri. Las hojas 9, 12
y 28 hasta la 25 (que contienen unos 300 versos del poema), to-
das muestran marcas de agua de esos afios. Otros manuscritos
que contienen versos de la “Alocucién” no estén fechados, con la
excepci6n de la hoja 5, que tiene una marca de agua de 1814 (véa-
se“ Apéndice”). ;
EI fen maa dividido en dos secciones, as cuales pudiéramos
lamar “ge6rgica” (1-206) y “épica” (207-834). En la seccién geér-
sica el poeta invita a la diosa Poesia a visitar el Nuevo Mundo, y
para tentarla describe la vegetacién exuberante y el potencial
agricola del continente. Pero en el verso 207 el poeta interrumpe
su peén a la belleza apacible de América y pregunta a la Poesia si
refiere cantar mas bien los hechos de la guerra. El resto del poe-
ma es una evocacién de los héroes que han perecido en las sues
de independencia. La “Alocucién” es por tanto una reconstruc-
cin de las dos etapas en la composicién poética que hemos se-
fialado en los afios de Bello en Londres. Primero enfoca la belle-
za natural de América y después —incapaz de pasar por alto el
fema de la guerta— comienza a escribir sobre los hombres que
dieron sus vidas por la independencia. El pasaje que sirve de pivo-
te entre estas dos secciones es uno que he fechado alrededor de
3815 (hoja 5, marca de agua 1814), el afio que marcé un punto
de viraje en el renuente compromiso de Bello con la causa patrio-
ta, Los versos 207-215, en los que Bello pregunta a la Poesfa sino
preferiria cantar més bien acerca de “Ia guerra impia”, recuer~
dan al lector que este poema, que aparentemente celebra la revo-
lucién, es también una denuncia de esas guerras.
El poema comienza en tono de ristia serenidad, cuando Bello
invita a la “divina Poesia” a que abandone la “culta Europa” y
que visite “el mundo de Colén’”:
Divina Poesta,
td dela soledad habitadora,
a consultar tus cantos ensefiada
con el silencio de la selva umbria
‘iia quien la verde gruta fue morada,
y el eco de los montes compafia;
tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
|
|
LA POESIA VISITA AMERICA, nat
¥ dirijas el vuelo adonde te abre
el mundo de Colén su grande escena,
(OC, vol. 1, p. 43, vv. 1-10)
Desde que Pedro Henriquez. Urefia describis el poema de Bello
como una declaracién de independencia espiritual e intelectual
de Hispanoamérica, estos versos han llegado a ser la piedra an-
gular del “americanismo”, una palabra que expresa la blisqueda
dle autonomia cultural. Henriquez, Urefia no fue el primero en con,
ferir esta funcién a Bello; antes que él, Juan Maria Gutiéeres he
ia puesto el poema de Bello al frente de la més famosa antolo.
fa de la poesia hispanoamericana del siglo xix, Amériaa Poétcn,
que estaba dedicada enteramente a producciones de poesia des,
de la revolucién.*
Fi se quiere entender lo que América significa para Bello y la
‘elacin entre el Nuevo y el Viejo Mundo en la “Alocucién”, po-
demos mizar primero el contexto del poema publicado. La “Slo.
cucién” abre una revista cuyas manos dirigentes eran dos his.
Fanoamericanos, Bello y Garcia del Rio, quienes hasta la vispera
le publicarlo habfan puesto todas sus energias en la operacion de
instalar a un principe de una casa real europea para encabezar
Enz monarqu‘a en el Nuevo Mundo. Los coeditores habian acep-
{ado con anterioridad la emancipacién hispanoamericana en fl
Censor Americano y La Biblioteca Columbiana, un periédico editado
Por Garcia del Rio en Lima en 1821. Pero el ideal de ambos era
tuna emancipacién con estrechos lazos con las monarquias del
continente europeo. Para el momento cuando la Biblioteca Ameri-
cana entr6 en prensa, la formula monérquica ya no era viable,
pero todavia se encuentran testimonios del deseo de dependen,
Gia de América con Europa en cada pagina del periédico. La
Htografia muestra a América recibiendo de Europa el regalo de
Saber y gloria acumulados y a los hijos de América prometiendo
misitn Maria Gutiérrez, América Pottca, Valparaiso, 1846, pp. 11-16; Pedro
Hentiquez Urea, “El desconocimiento y la promesa”, Seis ieiyos cn fare ne
pain apres, Buenos Aites, 928, idem, Las correnteslterarzs ela Amérow fi,
pinks, México, 2978, exp. p. 103 (ed. en inglés, 1943]. Fara comentoring tog
Tegantes Sobre la “Alocucion” como hito del americana, véase Donald hast
p_tmercanness'in Spanish American Literature Compartive Critic, 8 (2980,
B. 213. Arturo Ardao, “Primera idea del americanismo lteratio” ene be ae
igencinIntinocmericona,préxino a publicatse,aa LONDRES (2810-3825)
un nuevo florecimiento de las artes y las ciencias del Occidente.
La-metéfora financiera de Garcia dei Rio va todavia més lejos en
cuanto sugiere que América hoy esta tomando prestada la cul-
tura europea y que a la vuelta de los afios el Nuevo Mundo can-
celaré este préstamo.
Luego viene la “Alocucién” de Bello, cuyo americanismo se
ajusta estrechamente al del periédico. La Poesia y América son
los dos elementos que establecen el drama de su poema. Bello in-
vita a la Poesia a abandonar Europa porque el Viejo Mundo ya no
puede ofrecerle e] ambiente natural que ella necesita para prospe-
rar. Pero la “Poesfa” de Bello es en todos los sentidos un invento
clasico, un tépico de invocacién de los poetas griegos, romanos e
ingleses. Como Ja mujer vestida al uso clésico de la litografia del
frontispicio, la Poesia es la personificacién del espiritu europeo
en busca de un nuevo escenario sobre el cual se extiende la mar-
cha de la civilizacién.
Si el comienzo de la “Alocucién” es el grito de la independen-
cia cultural de Hispanoamérica, la piedra angular de su emanci-
ppaci6n espiritual, Bello define esa autonomfa no como tna rup-
tura con Europa, sino como la incorporacién de la esencia misma
de la cultura europea. América habré de ser el novisimo hogar
para una diosa que antes ha visitado las diferentes tierras del conti-
nente europeo y de las islas briténicas. En “The Progress of Poesy”
(‘El viaje de la poesia”), Thomas Gray, un poeta inglés que Bello
clogia en la Biblioteca, muestra en forma parecida la ruta seguida
por las Musas, que abandonan Grecia e Italia —que han sido en-
cadenadas por la pompa, el poder y el vicio— y egan a las costas
de Inglaterra:
Alike they scom the pomp of tyrant-Power,
‘And coward Vice, that revel in her chains.
‘When Latium had her lofty spirit lost,
‘They sought, oh Albion! next the sea-encizcled coast
gual desdefian la pompa del Poder tirano,
y del cobarde Vicio, que goza en sus cadenas.
Cuando Lacio su alto espititu hubo perdido,
Ellas buscaron, luego ;Oh Albin! la costa que el mar rodea]
> Thomas Gray, The Complete Poems, H. W. Starry J-R. Hendrickson (comps),
Oxford, 1966, p. 15.
LA POBSIA VISITA AMERICA =
Los versos de Gray son, sin duda, el antecedente directo del
comienzo de la “Alocucién”. El tema de la Poesia peregrina que
abandona la tirania y decadencia del continente europeo en bus-
cade un ambiente fresco y natural es idéntico en ambos poemas.
La misma distancia se establece entre el nuevo ambiente de la dio
sa y los que previamente ha visitado. La apertura de la “Alocu-
cién” bien pudiera ser el punto de partida del americanismo,
Pero para Bello este término implicaba algo esencialmente afin a
“lo inglés” (Englishness) de Gray, una especie de patriotismo ret6-
ico, con distinguidos antecedentes clisicos, que reafirmaba la
Posicién central y la permanente importancia de la civilizacién
europea.
Igual que en el poema de Gray, hay en la “Alocucién” una rup-
tura con Europa, pero es una ruptura con Ja decrepitud del conti-
nente europeo. En el comienzo de su poema, Bello ofrece a la
Poesia un marco ambiental que la propia Europa ya no puede
ofrecerle. Su estrategia sera tentar a la Poesia a que abandone las
corruptas cortes de la Europa continental y se asiente en las frescas
tierras transatlénticas que todavia conservan el vigor original de
Ia Creacién (“el vigor guardan genital primero”). Bello, en conse-
cuencia, adopta un t6pico utilizado por los enemigos del antiguo
régimen desde el siglo xvmi, de acuerdo con el cual Europa es una
‘tierra vieja y cansada, y América una tierra de frescura y libertad:
{Quéa ti silvestre ninfa, con las pompas
de dorados alcézares reales?
2A tributar también irés en ellos,
‘en medio de la turba cortesana,
el torpe incienso de servil lisonja?
(wv. 24-28)4
El poema mismo comienza asi con una sonora condena de la
clase de poesfa que Bello habia practicado en los dias coloniales,
cuando puso a Carlos IV en medio de nubes de incienso. No, ar-
guye ahora, ése no es el lugar de la Poesia. En la juventud de la
humanidad ella no asistfa a los lujosos palacios, sino que simple-
mente trat6 de cantar las primeras leyes al pueblo ya sus reyes.
{Para la importancia de este tépico en la década de 820, véase Llotens, Libe-
rales y rominticos, p. 330.134 LONDRES (1810-3829)
En estos versos Bello también pide una poesfa “natural”, una esté-
tica que evite los excesos del neoclasicismo y regrese a los mode-
los de la Edad Media espafiola y de la edad de oro.s
Bello entonces renueva su ataque al continente europeo, pero
ahora es més especifico:
Note detenga, oh diosa,
esta region de luz y de riser,
endonde fu ambiciosa
rival Filosofia,
(quel virtud a célculo somete,
de los mortales te ha usurpado el culo;
donde la coronada hidra amenaza
traer de nuevo al pensamiento esclavo
In antigua noche de barbarie ycrimen,
donde libertad vano deirio,
felaservilidad, grandeza east,
Ja corrupcign cultura se apelida,
(ov. 35-49)
Arturo Ardao ha expuesto de manera convincente que los pri-
meros versos de este pasaje son un ataque contra Ia “aritmética
moral” de Bentham y su uso del “célculo” en la ética En segui-
da, Bello asalta la “coronada hidra”, la monarquia absoluta y tird-
nica, personificada por la Santa Alianza, que amenaza restaurar
el viejo orden. Bello tambign critica las condiciones de Europa, so-
bre todo las de Espafia y Francia en 1823; estas condiciones han
distorsionado el sentido de las palabras y exacerbado las tensio-
nes internas. Y Bello censura por igual a los liberales por haber
» Bello compart este ideal estético con espafioles contemporineos como
Blanco White, Mora y Alcalé Galiano. En una resefia sobre Cienfuegos en la Bi-
bliotce,expresé este ideal en un pSrrafo memorable:
~}en los antiguos [es doce, en ls poetas y dramatuzgos de ls sighs xvty
‘inl hay ide Satasiena yn ls Hrodercos ts ane Ea agua eae
amos lr, gai fag, fecundad oan ecuntente regular
fn desert pro Guten suo miss egos leg un carder Se
ranileza y de atzvimiento que impone respeto, No asi por lo geneal ent
poetas que han floreido desde Lusk” [OC vol. 9, pp 1s 200)
El articulo sobre Cienfuegos fue el primer escrito publicado por Bello que
4 frmé —pero solo con sus iniciales A. B.
* Arturo Ardao, “La etapa filoséfica de Bello en Londres”, en Bello y Londres,
vol. 2, p.158
LAPOESIA VISITA AMERICA a5
transformado el significado de la libertad en “vano delitio”, y a
los serviles por ocultar su atraso politico tras la mascara de la fe
religiosa. Aqui por primera vez Bello emplea la palabra “fe”
para describir el espiritu reaccionario de la Iglesia catélica y su
apoyo a la causa absolutista. En el capitulo 9 veremos el signifi-
cado de esta palabra en “La Agricultura de la zona t6rrida’”. Todo
este pasaje, en breve, es una critica de las condiciones politicas que
han existido en Europa, y especificamente en Espafia, al menos
durante la década precedente.
‘Mas adelante, en la “Alocucién”, Bello dirige una critica mas ex-
plicita a ambos lados de la politica continental —el lado de los li-
berales y el de los serviles—. En un pasaje donde se describen los
sucesos en Espafia desde la reconquista por Femando, los “calcu
los” de Bentham aparecen de nuevo:
Puebla la inquisici6n sus calabozos
de americanos; 0 espafiolas cortes
dana la servidumbre formas nuevas?
Colombia vence; libertad los vanos
calculos de los déspotas engafia.
(wv. 546-548, 552-552)
Los dos partidos de Ia politica espafiola son presentados sen-
cillamente como dos versiones diferentes del despotismo. Una an-
tigua, que Bello lama “inquisici6n”, su sinécdoque preferida para
significar la alianza de la Corona y la Iglesia; la otra nueva, las
Cortes liberales, cuya tiranfa sobre Hispanoamérica es atin mas
absoluta? La Poesia, por lo tanto, debe abandonar las regiones
ahora dominadas por la filosofia de Bentham y la servidumbre al
pasado.
Como una alternativa, Bello ofrece a la Poesia los atractivos de
Aanérica. Ella pudiera asentarse cerca del claro rio de Buenos
7 Ff “Reflexiones sobre la presente Constitucién de Espaiia”, EI Censor Ameri-
camo, 3 (3820), p. 33
Sila Consttucin de 1812 legase a establecerse permanentemente (que por for
{una es poco probable), is cadenas de Espana pesarian ms que Sunes sobre
nosotros Un pucbl ibe ha egido sienpre hn vasa de fico ts exes
cimientosdstantes El gobierno ce un Monarcasbsoluto,rodeado de una noble
2 opulena,y de letras envejecidos en la mapistatia, es cle su naturaiea
‘mucho menos opresivo para lascolonias, que elle un Congreso popula26 LLONDRES (1810-3825)
Aires, donde los héroes de Albién fueron derrotados; o en los va-
Iles de Chile, donde la inocencia y el candor del mundo antiguo
se combinan con el valor y el patriotismo; o en la ciudad de los
aztecas, rica con inagotables venas que casi saciaron la avaricia de
Europa; o en Quito, en Bogoté, 0 en los valles de Venezuela. Cual-
quiera de estos lugares seria acogedor para la Poesia, y el dia ven-
dra cuando un Virgilio americano cante a la agricultura del nuevo
mundo:
Tiempo vendra cuando de ti inspirado
algtin Marén americano, joh diosa!
también las mieses, los rebafios cante,
1 rico suelo al hombre avasallado,
y las dadivas mil con que la zona
4e Febo amada al labrador corona;
donde cénndida miel llevan las cafias,
yanimado carmin la tuna cria,
donde tremola el algodén su nieve,
yeel ananés sazona su ambrosia.
(vv. 189-198)
El “Marén americano” es, desde luego, el mismo Bello, y estos
versos son el anuncio de su préximo poema, “La Agricultura dela
zona torrida”. Pero Bello ha comenzado ya a cantar la belleza de
América en la primera parte de la “Alocuci6n”; ya hemos proba-
do su pasion gedrgica, su don para describir la naturaleza y la
transformacién humana de la naturaleza.
Hasta aqu{, Bello ha definido su americanismo como el rechazo
de una visién especifica de la cultura europea, de la cual la Es-
pafia de la década de 1820 ofrece el mejor ejemplo. En el primer
cuarto del poema ha utilizado el t6pico contemporaneo de la co-
rrupeién europea y la juventud de América, tema ubicuo en la
era posnapolesnica, y ha dado cuenta de la vegetacién rica y
pura del Nuevo Mundo. Ahora la “Alocucién” pasa de la geo-
grafia a la historia, y las restantes tres cuartas partes del poema
estén dedicadas a los héroes de las guerras de independencia.
Los nombres de los héroes mayores —Bolivar, San Martin,
OHiggins—, sin embargo, no figuran en el catdlogo de Bello. A
San Martin se le menciona brevemente en una perifrasis. De
(O'Higgins, que acaba de perder el poder, nada se dice. Y Bolivar
es “alabado” en una recusatio al fin del poema, cuando Bello dice
LA POESIA VISITA AMERICA 7
que las hazafias del Libertador serdn tema para una més diestra
pluma:
Mas no a mi débil voz la larga suma
de sus victorias numerar compete;
a ingenio més feliz, mas docta pluma,
‘su grata patria encargo tal compete,
Pues como aquel samain que siglos cuenta,
de las vecinas gentes venerado,
que vio en torno a su basa corpulenta
el bosque muchas veces renovado,
¥ vasto espacio cubre con la hojosa
copa, de mil inviernos victoriosa;
asi tu gloria al cielo se sublima,
Libertador del pueblo colombiano;
digna de que la leven dulce rima
¥ culta historia al tiempo més lejano.
(vv. 821-834)
En la “Alocucién”, la gloria de Bolivar es enaltecida fuera del
Poema. Pero tenemos que regresar al poema para damos cuenta
de que el Virgilio americano declina alabar al nuevo Augusto
Por razones que tienen poco que ver con la “débil voz” del poeta.
Entonces podemos comprender por qué su nombre no esté in.
cluido en la lista de hispanoamericanos “que se han distinguido
nds en las guerras de independencia”.
Para su lista de héroes Bello se inspir6, como se apunté en el
capitulo vz,en el catalogo de héroes de Anquises en el libro 6 de
Ja Eneida, En un pasaje dedicado a Francisco Javier Ustatiz, Bello
nombra los héroes clasicos que acompaiiarén a los nuevos hé-
toes hispanoamericanos en los campos eliseos:
‘De mértires que dieron por la patria
la Vida, el santo coro te rodea:
Régulo, Trésea, Marco Bruto, Decio,
cuantos inmortaliza Atenas libre,
‘cuantos Esparta y el romano Tiber.
(vv. 653-657)
Cada uno de estos romanos republicanos nos hace pensar en
Augusto, quien, desde luego, no se nombra en el poema. Los De-ab LLONDRES (1810-1825)
cios, por ejemplo, fueron los héroes preferidos de Virgilio, elo-
giados tanto en las Geérgioas como en la Eneida. El nombre sim-
boliza el sacrificio personal: de toga purpura, la cabeza velada, e
invocando los dioses romanos, el primer Decio corrié hacia stt
muerte, causando terror entre los enemigos de Roma. Aftos des-
pués, el mismo acto fue imitado por el segundo Decio. Los De-
cios aparecen en el verso 169 del libro 2 de las Geérgicas, un verso
antes que César, y de nuevo en el verso 824 del libro 6 de la Enei-
«ia, poco después que Anquises ha descrito a Augusto para Eneas
(wv. 789-807).
Régulo, el héroe inmortalizado en la oda 3.5 de Horacio, urgié
al senado romano a que rechazara los desfavorables términos de
paz propuestos por los cartagineses, y anuncié que preferiria ser
torturado en la defensa de la integridad de la repiblica romana
que ceder ante sus pérfidos enemigos. Pero Horacio alaba a Ré-
gulo en un poema dedicado a Augusto, "In honorem August
En su cambio del monarquismo al republicanismo, Bello alude
asia un poema en el que el monarca divinamente inspirado
(‘divas Augustus”) destaca sobre un fondo de vida republicana
Pero a diferericia de los poetas augustales, Bello rehisa celebrar
monarca algun6 o aspirante a monarca.
Si Régulo y Decio sugieren imagenes positivas del princeps, Mar-
co Bruto y Trésea son renombrados por su oposicién a la monar-
quia absoluta. Bruto, junto con Casio y otros senadores romanos,
asesinaron a Julio César en el aio 44 a. C. Mas tarde, fue derrotado
ppor las fuerzas de Antonio y Octavio en Filipos, habiendo fracasado
en su intento de restaurar la repiblica de los optimates. El archiene-
migo de la monarquia, Marco Bruto, es puesto por Dante en el il
mo circulo del infiemo. Trésea representa a los estoicos que aspira-
bban preservar la fuerza de los viejos valores republicanos durante
un periodo de opresién imperial. Senegé a adular a Nerén y a creer
ena divinidad de Popea. Su injusta muerte, decretada por esa més-
cara de legalidad en que se habia convertido el senado bajo los
wes, cerra el texto que se conoce de los Anales de Tacito, que
fue, como se sabe, el enemigo clasico de Augusto,
De modo que Augusto esta ausente de la “Alocucién” y sus
ceniemigos son enalteciclos. Lo mismo es verdad en el caso de Boli-
var, pues un gran mimero de héroes conmemorados en Ja segun-
da parte del poema —Ribas, Castillo, Miranda, Piar— estuvieron
LAPOESIA VISITA AMERICA x9
desavenidos en alguna forma im
importante con el Libertador.
(vv. 490-509) culpé a Bolivar por el desastre de ney
ae capatas son las largas secciones acerca ce Miranda (Vv, 674-700
son las (vv.
en cuya caida Bolivar estavo implicado, y de Piar (vv eno
ue fue ejecutado en 1817 por haber desobedecido al Li
al Libertador.
Mas atin, una velada pero dcida critic lean
Pello esgrime este cargo contra la Iglesia (vv. 605-620), pero tam-
bin contra los patriotas que actuaron deslealmente Después de
{inter loas a Miranda, Bello defiende su capitulacion y staca la
‘taicién de aquellos que lo entregaron a los espafioles:
Y si, de contratiempos asaltado
que humanos medios resist no es dado,
te fue el ceder forzoso, yen cadena
a manos perecer de una perfidia,
fu espiritu no ha muerto, no;
tema dela perfdia sala también la
Sale dedlicado a Morillo (vv. 509-581), El comienzo de este eoene
8 derecho, sincero. Igual que en el Bosqusjo, Morillo es acustelo ne
ctueldad, particularmente en sus acometidas asesinas on Carne
Bena y Bogoté. El pasaje contintia con lo que a primera vist
Pareciera una arenga dirigida a Morillo, quien es comparsie
desfavorablemente, con conquistadores espafioles como Cortes y
Pizarro y con el duque de Alba. Pero el pasaje termina con nce.
saciones que son enteramente inapropiadas a Morillo:
‘Quien te pone con Alba en paralelo,
ioh cuanto yerra! En sangre ban el suelo
de Batavia el ministro de Felipe;
Pero si fue citl y sanguinario, «
bajo no fue; no acomodando al variosg0 LONDRES (1810-1825)
semblante de los tiempos su semblante,
yadesertor del uno,
yadel otro partido,
S6lo el de su interés sigui6 constante;
no alternativamente
fue soldado feroz, patriotafalso;
no dio ala inquisicién su espada un dia,
y por la libertad ldi6 el siguiente;
ni trafcanteinfame del cada,
0 de los indultos graneri,
7 (wv. 567-581)
Elasunto de estos versos no puede ser Morillo, quien defendis
4a causa realista con persistente intransigencia. Nadie pudo decir
ue entregara jamds su espada a la Inquisicién, Esto implicaria que
en algtin momento Morillo hubiera sido enemigo de Eepata,
‘Tampoco habfa luchado Morillo alguna vez por la causa
libertad. Hasta 18:20, el aio en que salié de Venezuela después de
verse forzado a firmar un armisticio con los patriotas, Morillo
fue un enemigo implacable dela causa patriota, e
{De quién,entonces, habla Bello en este pasaje? {Quin es este
hombre que un dia se rindi6 a los espafioles y al siguiente os
batié por la causa de la libertad? Los detalles sugieren episo Ba
en la vida de Bolivar, especialmente los sucesos que rodearon
caida de Miranda. Pareciera que Bello ha velado su afilada cen-
sura de Bolivar en la apariencia de un ataque a Morillo. Como
veremos en el capitulo x, la critica de Bello no escapé a la aguda
vista de Bolivar, quien hizo una a fascinante de la “Alocu
” conversaciones con Perti de Lacroix
fos sntimdenton de Bello hacia Bolivar abarcaron todo el es-
pectro de la emocién humana, desde la admiracién hasta la a.
En 1820 Bello todavia expresaba, aun a intimos amigos, su ad-
miracién por el Libertador. En una de sus cartas,Irisari hace oa
ferencia a la amistad invariable de Bello y Bolivar, y Alamiro de
Avila ha sugerido que una biografia muy favorable de Bolivar,
que aparecié como un apéndice a la Carta al Obseroador de Lon
dres, fue escrita por Bello,* Otros documentos, especialmente una
* 0c, vo. 2, p. 205; Alamiro de Avila Martel, Des logis cilenos «Baar en
2819, Siting 1976.
LAPOESIA VISITA AMERICA =
{arta de noviembre de 1826, comprueban parecidos sentimien-
‘fs. Pero en la poesfa de Bello se percibe una corriente soterrada
de aguda critica a Bolivar. En la “Alocucién’” esta eritica ce velada;
Tega es Poemas —especialmente la “Carta” a Olmedo de 1827
Mega a ser explicita.
{Las razones del enojo de Bello son comprensibles. Para octubre
de 1823, detalles de las negociaciones de Guayaquil probable,
ete habian llegado a Londres, y se pudo ver claro que el ver.
jenemigo de la causa de los monarquicos era Bolivar. Bello
no pudo sino redefinir otra vez su perspectiva politica. El conti.
nuado ascendiente de Bolivar acab6 con las esperanzas de Bello
62 Ja Inglaterra del siglo xviu: en politica, una monarquia cone
trolada o limitada; en literatura, una emulacién de la estétien
Jomano-augustal redisefiada por la ausencia de Augusto Come
{os augustales ingleses, Bello y los monarquicos esperaban lena
fl centto del poder con una figura que preservase el legado de
Jas instituciones monarquicas y al mismo tiempo revocase los ele,
mentos absolutistas y tirénicos que esas instituciones habian ad.
quirido desde el siglo xv1.
En la visién de los monarquicos, el trono no podia ser confiado
a un hispanoamericano. El lustre del linaje, el casi inmemorial
picenso al Poder, daban a ls casas reales de Europa un privilegio
¥ respeto que no podian ser emulados por cualquier advenediso,
tturbide era la prueba de los peligros de cualquier “monarquia
Gtiolla”. Primero la simulacién de la libertad, despues la tirana,
El nico ensayo, de monarquta hispanoamericana habja caido en ci
absolutismo 0, como escribié Bello, “la coyunda de Iturbide”
(Alocucion”, v. 286). Ahora, cuando Bolivar habia cancelado tas
Speranza de establecer una casa real europea en América, Bello
crea un Poema que enaltece a los enemigos de Bolivar y declare
due Bolivar tendré que buscar su poeta en otra parte. Las alusicn
nes finales a la gloria futura del Libertador y la recusatio de ciene
son una forma elegante de ataque politico,
Aunque Bello ha roto con el nuevo Augusto, guarda una cierta
nostalgia por el orden augustal, por su pompa y solemnidad, Hl me.
[Jara erica sobre August etre los poeta ingleses cel siglo wim, vénse
Weinbrot guts Casa "Aupustey- bie "we LONDRES (1810-1829)
delo augustal de poder nunca llegé a disgustar completamente a
Bello:
@Doesté la torre bulliciosa
{que pregonar solia,
de antorchas coronada, .
Ja pompa augusta del solemne dia?
Entre las rotas ctipulas que oyeron.
sacros ritos de ayer, torpes reptiles
anidan, yen la sala que gozosos
banquetes vio y amores, hoy sacude
Ja grama del crial su infausta espiga.
(wv. 423-430)
Pero el modelo politico de la Caracas colonial ya no podia so-
brevivir. Bello se vio forzado, igual que los filésofos y poetas de
la Tlustracién, a encontrar un modelo politico que pudiera susti-
tuira Ja monarqufa absoluta. Su segunda opcién, una monarquia
al estilo inglés, no podria ser. Después de ésta, habria estado dis-
puesto a convenir en el modelo sobre el cual las monarquias limi-
tadas o constitucionales a menudo se basaban, el de la Roma re-
publicana. Como Voltaire, Bello—aunque probablemente seguia
creyendo en las ventajas de la monarqufa— podia considerarse un
republicano. Como Montesquieu, podfa con facilidad desplazar
sus lealtades entre la monarqufa limitada inglesa y el republi-
canismo romano. Tanto como Horacio y Virgilio, podia celebrar
a los héroes republicanos.
Para el afio 1823, Bello estaba convencido de que el futuro de
Hispanoamérica estaria vinculado al republicanismo. Su tarea
seria moldear esta frmula politica, para adaptarla tanto como
fuera posible a un modelo de monarquia constitucional. En cuan-
to al lustre de los reinos, la gloria de los imperios —éstos, como
Roma, habian caido—. Para cerrar la seccién literaria del segun-
do volumen de la Biblioteca Americana, Bello escogié el famoso
poema de Quevedo sobre lo que queda de la gloria romana. Las
iniciales de Bello siguen el poema, como una firma al fin de su
revista, esto por seguro, pero casi como si hubiese prestado jura-
mento de fidelidad al tema de Quevedo:
Buscas en Roma a Roma, joh peregrino!,
yen Roma misma a Roma no la hallas:
LA POESIA VISITA AMERICA 233
cadaver son las que ostenté murallas,
¥y tumba de si propio el Aventino.
Yace donde reinaba el Palatino;
Y, limadas del tiempo las medallas,
zis se muestran destrozo a las batallas
de las edades, que blasén latino.
Sélo el Tiber qued6, cuya corriente
si ciudad la reg6, ya sepultura
la ora con funesto son doliente,
10h Romat En tu grandeza, en tu hermosura,
‘huy6 lo que era firme, y solamente
Jo fugitivo permanece y dura.
ABIX. “LA AGRICULTURA”
Dans les pays Despotiques, ot Vesclave nose parler a son
‘maitre, la langue prendra un ton allégorique et mysté-
vieux: et c'est la que naftront les apologues et le style fi-
guré.
Jacques Duis
En 1823 la revolucién tocaba su fin y los hispanoamericanos co-
menzaban a gozar de paz y apoyo internacional. Mientras Castle-
reagh habfa persistido en una politica de neutralidad, Canning
estaba decididamente a favor de la independencia, considerando-
la inevitable a la larga y también deseable para los intereses comer
ciales briténicos. En octubre, Canning obtuvo de Polignac, el emba-
jador francés en Londres, un memorandum donde se declara que
Ias tropas francesas no invadirian Hispanoamérica. Ese mismo
mes Canning despaché cénsules a Buenos Aires, Montevideo, San-
tiago y Lima, allanando el camino para el reconocimiento pleno
dela independencia de Hispanoamética. En diciembre el presiden-
te Monroe anuncié que los Estados Unidos se opondrian a cual-
quier potencia europea que lanzara una invasién en cualquier
parte del continente americano.+
A pesar de estas sefiales inequivocas de apoyo, quedaba el no
resuelto problema del Peri. Como habia dicho Bello en la “Alo- °
cucién”: “la ciudad que dio a los Incas cuna / atin gime esclava”.
Los espafioles ocupaban todavia grandes zonas del altiplano pe-
ruano y los patriotas estaban decididos a expulsarlos. No podria
haber vestigio de imperialismo en el Nuevo Mundo. El9 de agos-
to de 1824, tropas de caballeria de Colombia, Pert, Irlanda e In-
glaterra, comandadas por Bolivar, detrotaron a los espaiioles en la
batalla de Junin. No se disparé un tiro y los espafioles huyeron
después de una hora de combate. Como escribié Bolivar a Pe-
alver en una de sus escasas referencias a este evento: “El crédito
» John Lynch, “Great Britain and Latin American Independence, 1810-1830",
‘en Bello y Londres, vol. x, pp. 46-47
4
“LA AGRICULTURAY BS
de nuestro ejército es tan grande que los espaficles no se han
atrevido a batirse con nosotros. Son prodigiosos los.
ts Progresos que
hemos hecho en este pais sin tirar un solo tiro de fusil” = Sucre se,
atriotas, en su mayor parte colombianos, derrotaron a las
del virrey La Serna en Ayacucho, ie
En tanto, Bello habia perdido el cargo d i
_ En ta 2 el cargo de secretario de la mi-
sion chilena. Después de la caida de O'Higgins, el nuevo gobier.
no de Freire envié a Mariano Egafia a Londres, prineipalmente
Para resolver el asunto del empréstito de Irisarri,
{criores, en agosto de 1824, para solicitar tn cargo en la misién
Colombiana. Parece que Bello habia considerado primero la posi-
bilidad de trasladarse a Chile, pero pronto desistié de la ides
‘La idea de trasladarme al polo antattico y de abandonar para
siempre mi patria, me es insoportable” (OC, vol. 25, p. 133).
ical gscribio otra vez a Gual en enero de 1825 y renov6 su pe-
ticion, Comienza su carta evocando la juventud feliz de ambos
carat antes universitatios y luego le pide noticias de la uni.
2 qué es de nuestra anciana y venerable nod
: venerable nodriza? .Ha desechado
nteramenteetonilo de a docrna aistteicatorktica yan
Uiguallas con que se trataba de dar pabulo a la imag és
lo a la imaginacién mas que
alentendimiento de los americanos... [OC, vol. 25, p 1421 "
Bello repite a Gual que no quiere terminar en el polo
¥en pardfrasis de la primera Sgloga de Virgilio, dice pare
Sta morit entre los chilenos, que estén tan lejos del resto del mans
do: “Por otra parte, me es duro renunciar al pais de mi nacimnien.
‘oy fener tarde o temprano que ir a morir en el polo antartico
entre los foto divisos orbechilenos, que sin duda me mirarlan como,
® Cartas det Li
poaag. Me Mbertader, 2 et, Vicente Lecana (comp.), Caracas, 1965, vol. 4,136 LONDRES (1810-1825)
un advenedizo”. En ambas cartas Bello expresa la esperanza de
que podré contar todavia con el apoyo de Bolfvar.
A fines de 1824, Pedro Gual escribié a Bello nombrandolo se-
cretario de Manuel José Huztado, el enviado de Colombia en Lon-
dres. En enero del afo siguiente el gobierno briténico anuncié a
Espafia su intencién de reconocer a Buenos Aires, México y Co-
Jombia, Bello, que asumié su nuevo cargo el 7 de febrero, parti
6 en las negociaciones que condujeron al pieno reconocimiento
diplomatico de Colombia; El reconocimiento por Inglaterra era
Ja sefial por largo tiempo esperada que mareé el fin de las gue-
rras de independencia; pero los problemas de Hispanoamérica
estaban lejos de quedar resueltos. La revolucién habia dejado en
bancarrota a los nuevos estados. Varios paises contrafan pesadas
deudas con Gran Bretafia pero s6lo una pequefa fraccién de los.
£ 21000000 tomados en préstamo fue invertida en los nuevos
paises. Para comenzar, los préstamos fueron fuertemente des-
contados: Buenos Aires, por ejemplo, recibié £ 600000 por un
préstamo de £ 1000000. Ademés, una porcién grande de ios fon-
dos recibidos habia sido usada para financiar las guerras, contra
Brasil en el caso de Buenos Aires, contra Espafia en las campafias
de Junin y Ayacucho en el caso de Colombia, Por wltimo, un
gran flujo de capital salié de Hispanoamérica por la importacién
de bienes de consumo. Tampoco fueron capitalizados los nuevos
paises con inversiones extranjeras directas. Las inversiones que
fluyeron a Hispanoamérica en 1824 y 1825 se destinaron sobre
todo a negocios especulativos de minteria que pronto resultaron
insolventes. En 1825 Chile, Colombia y Peri suspendieron los
agos de sus deudas, causando la quiebra de siete insttuciones
financieras en Inglaterra y una crisis que tuvo repercusiones en
toda Europa.t
Ademis de la crisis econémica, Hispanoamérica suftia por las
s6rdidas manipulaciones del derrotado Fernando, quien en 1824
> Amundtegui, Vida, p. 200; Waddell, “Las relaciones britnicas con Venezuela”,
80, -
PP Sumpheeys, eration in South Americ, cap 9; Lynch, “Great Britain and
Latin American Independence”, pp. 75-81; John Ford, "Rudolph Ackermann,
Publisher to Latin America’, en Bello y Londres, vol. i pp. 204-205. Para la des.
Cripeién y el andlisis mas detallados de la crisis de la deuda, véase Jaime Rodri-
‘guez, “The Politics of Credit”, en The Emergence of Spanish America: Vicente Roc
fuer and Spanish Americanism, x808-1833, Betkeley, Calif, 1975, pp. 108.328.
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i
“LA AGRICULTURA” 37
utiliz6 su influencia con el papa Leén XII para montar una tiltima
tentativa por recobrar las colonias. La enciclica del papa, que ur-
fa a las naciones hispanoamericanas a reconocer al monarca es-
Pafiol como su conductor legitimo, contribuy6 a la inestabilidad
de las nuevas reptblicas, aunque encontré una oposicion sdlida,
Servando Teresa de Mier escribié un vehemente Discurso sobre la
enciclica del papa Leén XI. Su lenguaje era lacerante: “Es una carta
de mera formalidad escrita en jerigonza mistica, 0 més exacta.
mente: es una artimafia italiana tipica de las que utiliza la corte
de Roma para salirse de los aprietos y lazos en que la ponen las
{estas coronadas”, Acusa a los espafioles de crear divisiones en.
ite los hispanoamericanos por medio de “un pergamino goti-
co-ultramontano”. Hasta reta a la Santa Alianza a que ataque el
Nuevo Mundo. Que venga Ja Santa Alianza a nuestras costas, dice.
Y si el papa quiere formar parte de la expedicién, como princi.
pe temporal, se hara guerra contra él, como en los tiempos de Car-
los V y Felipe Il. El fraile concluye su diatriba advirtiendo a todos
los mexicanos que no se dejen seducir por las maniobras de Fer
nando VIL y Leon XILS
El Vaticano poco después acepts el hecho de que Espaiia habia
Perdido las Indias, y se establecieron relaciones diplomaticas, A
medida que el peligro de una nueva invasion desde Espaia se
hacia menos probable, las nuevas naciones comenzaron a dar
muestras de un equilibrio doméstico inestable. Bolivar habia di-
cho alguna vez que temia més la paz que la guerra, y los acon.
tecimientos confirmarian su premonicion,
Gran parte del debate de la posguerra en Colombia era sobre
cl papel de la Iglesia, Personalidades gubernamentales, de un
lado, deseaban preservar la primacfa regalista del Estado sobre la.
Iglesia y fomentar la tolerancia religiosa. La Constitucién de Ci
cuta permitia a los extranjeros radicarse en Colombia y también
permutfa que organizaciones mas6nicas y protestantes hiciesen ptt-
blicaciones en oposicién a la supremacta de Roma, Las figuras prin-
cipales del gobierno colombiano, més atin, se interesaron perso-
nalmente en promover un nuevo aire de tolerancia. Santander, el
vicepresidente de Colombia, y Restrepo, el ministro del Interior,
; Servando Teresa ce Mier, Discurso sobre l ncn del papa Lan XII, México,
1825, pp. 4,14.8 LONDRES (1610-1829)
alentaron las asociaciones masénicas y el anticlericalismo. Y Pedro
Gual lleg6 a ser el primer presidente del capitulo de Colombia
de la Sociedad Biblica Briténica (British Bible Society), un capitu-
Jo fundado por James Thompson durante sus prolongados viajes
por Hispanoamérica.
Elclero ultramontano, que vio el surgimiento del anticlericalis-
‘mo patrocinado por el gobiemo como una amenaza directa al
monopolio de que habia gozado, no estaba dispuesto a ceder.
No fue, sin embargo, en el centro del poder colombiano, en Bo-
got4, donde la confrontacién entre el clero y el Estado se sintié
con més intensidad, sino en Caracas. Aqui la Iglesia se opuso a la
distribucién de la Biblia en espaftol y echo manos de la conocida
‘téctica de incitar a Jos esclavos a la rebelién. En 1824 los esclavos.
de Petare, un suburbio de Caracas, se levantaron en defensa de
Fernando; un cura fue acusado de promover la insurreccién. Otros
incidentes similares ocurtieron después, y se sospechaba que la
Iglesia estaba coordinando los esfuerzos por la rebelién con las
fuerzas de Espaiia y Francia.S
Alentados por el progreso diplomatico con la Gran Bretafa,
pero descorazonados por la crisis religiosa, econémica y politica,
Bello y Garefa del Rio decidieron reiniciar la publicacién de una
revista. Esta vez, sin embargo, se apegarian més a la realidad y
disefarian un formato més corto y menos costoso. EI titulo de la
nueva publicacién fue El Repertorio Americano, del que aparecie-
ron cuatro voliimenes entre 1826 y 1827. Guillermo Guitarte pro-
bablemente tiene raz6n cuando afirma que Garcia del Rfo asumi6
el papel principal en la Biblioteca, pero se equivoca cuando ex-
tiende esta observaci6n a El Repertorio. Una consulta del indice de
Ja edicién facsimilar de EI Repertorio revela que Bello firmé 29 poc-
‘mas, traducciones y articulos. En contraste, Garcia del Rio firmé
sélo 13 articulos.?
* Esta descripcin del auge del anticlericalismo en Colombia sigue de cerca la
obra de Mary Watters, A History ofthe Church in Venezuela, 1810-1930, Chapel
Hill, N.C, 1933.
* Guitarte, “El papel de Juan Garcia del Rio en las revistas de Londres",
‘pp. 59-73; El Repertorio Americano, edicion en facsimile con notas y prefacio por
Peciro Grases, Caracas, 1971. Para la actividad de Belo de solictar materiales para
ublicacién en E! Repertorio, véase el primer tomo de sa correspondencia (OC,
ol. 25, PP, 203,285, 261,270,279, 310,341,343, 345, 350, 364, 377). El papel pro-
tagénico de Bello en el periédico lo confirma José Joaquin de Mora, quien
“LA AGRICULTURA” 39
fuando la necesidad de preservar vinculos con Europa, incluso
con Espafa, y con la cultura clasica y la Hustracion, Su “america.
Pismo" es como el de Miranda, caracterizado por una compleja
trama de tradicién occidental y la energia de las naciones emer.
gentes. En un articulo sobre Colén, la figura tutelar de Miranda,
Bello trata de resolver a cuestin de la animosidad entre Espatia
¥ la América espafiola, lo cual es quizés el tema més espinoso en
cualquier discusi6n del “americanismo”. Bello dice:
No tenemos la menor inclinaciGn a vituperar la conquista, Atroz 0 no
atroz, a ella debemos el origen de nuestros derechos y de nuestra
existencia, y mediante ella vino a nuestro suelo aquella parte de la
civilizacién europea que pudo pasar por el tamiz de las preocupa-