You are on page 1of 9

LA MADRASTRA

By Liliana Situ

Escúchame expresarme...

Tomados del brazo, los dos caminan por la plaza en ese bello día soleado.

La gente a su alrededor no les presta atención, cosa que los hace sonreír
todavía más.

Mirándose a los ojos, la pareja de mujer de mediana edad y hombre joven sigue
su camino hacia su destino, un hermoso y agradable restaurante.

Sentándose, la pareja ordena su comida mientras charlan, ríen y bromean entre


ellos.

La gente a su alrededor podría decir que son madre e hijo, aunque la verdad es
que son hijastro y madrastra.

Aunque no es todo lo que son...

Ambos comparten un postre de chocolate, uno que el chico menciona que


puede hacer mejor ya que es un gran repostero.

La mujer acuerda porque ha probado sus delicias culinarias antes.

Cuando terminan, se retiran para seguir paseando, charlando y riendo en ese


día.

Su día especial.

No hay nada de lo que no hablen.

Ningun tema es tabú para ellos.


Cansados y dispuestos a regresar a la casa que comparten los dos, suben al
auto que los transporta de vuelta a su lugar privado.

Al lugar donde los dos pueden ser tal como son sin restricciones ni prejuicios.

Donde los dos pueden amarse sin que nadie los juzgue o mire de forma extraña.

Sin que nadie les diga que está mal lo que están haciendo porque...

Porque se supone que ellos dos deben ser solo hijastro y madrastra pero...

Pero en la privacidad de su casa los dos se aman de forma apasionada.

Porque ellos dos son una ardiente pareja.

Ninguno sabe cómo comenzó esta relación que no quieren esconder de la


sociedad.

Pero saben que la sociedad aún no está preparada para un amor como el suyo.

Aunque eso no les impide amarse cuando los dos están solos.

Al principio, cuando el padre del chico se casó con la mujer, los dos mostraron
una relación normal de madrastra e hijastro.

Pero con el pasar del tiempo, la atracción fue más que obvia y clandestina.

Comenzó con un juego tonto,


una plática sin sentido cuando el padre del chico estaba fuera de casa.

Y después fue una caricia mirando una serie, cuando los dos estaban solos, sin
nada que hacer...

El beso los sorprendió a los dos...


Los sorprendió y los encendió de formas que nunca antes pensaron sentir.

Y aunque los dos creyeron que había sido solo un momento de tontería...

Un momento de debilidad...

La verdad es que los dos anhelaban volver a quedarse solos.

Y la oportunidad ideal se dió.

El padre del chico tuvo que salir de viaje de negocios durante un semana entera,
dejando a su esposa e hijo solos.

Y los dos mantuvieron una distancia incomoda hasta que un simple roce de
manos llevo a una respiración agitada...

Y esa respiración agitada llevó a un latido errático del corazón...

Y ese latido errático del corazón, llevó a un gemido sutil y enervante...

Lo que desencadenó que los dos acabaran a centímetros de sus labios


ansiosos...

Deseándose.

El beso fue cauto.

Pero después evoluciono a un beso ardiente, descontrolado, húmedo y


apasionado.

Y entonces las manos se dieron permiso de tocar el cuerpo del otro...

Y de explorarlo sin reparo alguno.

Las ansiosas manos quitaron la estorbosa ropa hasta que estuvieron en ropa
interior.
Tomando conciencia de que no es una chica de la edad de su hijastro, la mujer
de pronto se encuentra cohibida y temerosa ante él.

"No me mires."

"Olvida esto, finjamos que nunca sucedió."

Pero el chico tiene otros planes.

Planes que involucran no dejarla ir nunca más.

Y disfrutar de todo lo que ella pueda darle.

-No te alejes de mí por favor-

-Quiero verte...-

Susurra el chico con voz erótica y lujuriosa.

-Quiero probarte...-

Cerniéndose sobre ella, el apuesto chico la acorrala con su cuerpo.

-Te deseo-

Asevera el chico con voz sensual y provocativa, logrando que la mujer se moje
como nunca antes lo ha hecho.

"Oh dios..."

Susurra la mujer encerrada debajo del guapo chico quien no deja de mirarla con
intensidad.

Los amantes de nuevo se devoran los labios de forma sucia,


intensa,
profunda.
Sus besos desesperados e impulsivos son de los que te quitan el aliento...

Y el deseo intenso por lo prohibido se eleva como la espuma entre ellos...

El deseo fogoso cubre sus cuerpos sensibilizados....

El intenso y subyugante deseo caliente por acariciarse sin descanso alguno


mientras su pasión se eleva a niveles volcánicos y estratosféricos los atrapa y
consume en su propio infierno celestial.

"MMMMMHHH..."

Gime la mujer de mediana edad cuando el chico...

Su hijastro.

El hijo de su esposo...

Ese deseable chico se apodera de sus senos con su boca mientras una de sus
manos se desliza por los pliegues mojados y ardorosos de la mujer.

"Oh dios..."

Vuelve a gemir la mujer pues su esposo había tenido sexo con ella un par de
veces como mínimo en todo ese tiempo.

-Deliciosa...-

-Déjame probar tus jugos afrodisiacos-

-Déjame complacerte bien-

Con respiración pesada la excitada mujer no deja de observar a su joven


amante deslizarse hasta quedar en medio de sus piernas.
Tras aspirar un poco el aroma almizclado de la excitación líquida de la mujer, el
chico desliza suavemente primero su húmeda y cálida lengua por sus pliegues
ansiosos...

-hhhuummm...-

Un ligero gruñido muere en su boca porque el sabor de la intimidad de ella lo


hace adicto al instante.

El cuerpo de la mujer se ondula...

Sus piernas no paran de palpitar mientras su piel se eriza por completo.

Sus gemidos sensuales y algunos jadeos fuertes encienden al chico quien sigue
rodeando sus senos sin dejar de lamer, chupar ese puntito durito que está
volviendo loca a la agitada y caliente mujer.

Sin poder resistirse más...

"OH DIOS!"

"MI DIOS!"

"NIÑO..."

"AAAAAAAAAHHHH!"

Enredando sus manos en el cabello del chico la mujer grita su orgasmo


dejándola indefensa y laxa en esa cama que comparten.

-He deseado tanto esto en mis sueños húmedos-

-Te he deseado tanto en mi mente y corazón-

-Y te hare mía sin que te opongas a ello-


Como si la mujer no deseara también sentir dentro de ella a ese malvado chico
que la tiene ardiendo en llamas.

Como si ella pudiera decirle que no a esta lujuria desenfrenada que siente por
su hijastro!

Una pasión censurada...

Un deseo clandestino...

Una luz oscura...

Besando cada parte de piel temblorosa y erizada de la bella mujer el chico


estrella sus labios con los de la excitada mujer quien lo recibe con apremio
antes de sentir que la caliente y dura punta de su miembro se posa en la
entrada de sus pétalos rosados.

-No voy a parar ahora...-

Gime con voz temblorosa y estrangulada el chico pues su calentura lo está


asfixiando por dentro!

"No pares mi amorcito..."

"No pares ahora por favor."

Suplica la mujer rodeando con sus manos el duro trasero de su joven amante
para introducir su miembro hasta el fondo de ella.

Y carajo por dios!

Los dos deben cerrar los ojos y aferrarse fuerte el uno del otro porque el placer
intenta asesinarlos.
"Bésame."

Implora la mujer acariciando la bella carita contraída de su amante joven quien


obedece la orden de su madrastra.

-Mierda-

Se queja el chico porque no espero sentir este delicioso y electrizante placer


que le recorre toda terminación del cuerpo.

Sin que su amante lo pida, el chico comienza el suculento vaivén del amor que
les eriza la piel y los invita a gemir, jadear y suspirar.

Empapados de sudor...

Con el corazón a punto de reventar!

Y la desesperada sensación de hundirse en el orgasmo, los dos estallan entre


gritos y gruñidos a que su gozo al calor del momento, que el oxígeno se evapora
entre ellos.

Cayendo sobre sus antebrazos, el chico besa la boca de su experimentada


amante mientras llena toda su dulce, suave y palpitante cavidad de su blanco
semen.

Pero los dos apenas están comenzando con su lujuria sucia y dominante.

Unas veces ella es la sumisa.

Unas veces ella es la dominante.

De cualquiera de los dos modos, los dos se deleitan en sus cuerpos, manos y
boca.
Cuando la semana de viaje del padre estaba a punto de llegar a su fin, los dos
recibieron una noticia extraña.

El esposo de la mujer no regresaría a su ciudad natal.

Había encontrado a una chica con la que quería compartir lo que le restaba de
vida.

Y para los dos amantes fue como si un milagro hubiera ocurrido!

Los dos ahora son libres de amarse fuera y dentro de su nidito de amor.

Y aunque han disfrutado hacerlo en lugares extraños, como el baño del cine o
del restaurante, la verdad es que los dos aman hacerse el amor sin prisas ni
sobresaltos en su cama.

Una cama que es muda testigo de la profunda y caliente pasión sucia de los
dos.

Donde la mujer goza con la vitalidad y juventud de su amante.

Y el chico disfruta de la experiencia, dedicación y disponibilidad de ella.

No hay otra forma en que los dos desearían estar.

No hay otro lugar en que los amantes deseen estar.

Su amor es más fuerte e importante que el que dirán.

***BY LILIANA SITU***


Porque siempre estás en mi mente, mis letras están impregnadas de tu manera
sutil y suave a la vez, todo gracias a tu preciosa voz.
-NVS-

You might also like