You are on page 1of 26
2 Las dos polaridades pulsionales Scanned with CamScanner RO DE haber sido lo suficientemente claro con No Estoy respecto a este “giro de 1920", y al hecho de que todo esto des- embocaba en una mutacién donde la noci6n de representacién inconsciente cedfa el lugar al concepto de moci6n. Al final de mi exposici6n, intentamos entender la relaci6n entre los términos de pulsién y mocién pulsional, y su proximidad con el concepto de acci6n; la diferencia se volvfa a veces mfnima. Ahora bien, mi posicién consiste en decir que cualquier especie de comparacién moderna actual en la teorfa, que viera en el funcionamiento no- consciente la intervencién de “esquemas de accin” (ésta es una expresién que ha sido empleada en las “fantasfas de accién’), me parece ajena al pensamiento freudiano, pues descuida la di- ferencia con el concepto de pulsién; es decir, algo que empuja al interior del mismo a representar, actuar o hacer, y el concepto de accién que no es por nada que los dos términos estaban vin- culados, la pulsién a la pasividad y la accién a una actividad. La paradoja es concebir la pulsién como una diligencia interna de- rivada de una situacién de pasividad, pero que no puede seguir el modelo de la accién. Al final de mi exposicién empecé a ha- blarles de la accién de que la pulsién tenia que ver con actos que No eran acciones y que ponfan en evidencia, inicialmente, una situacion que era del nifio y que la vuelve pasiva por su estado de desorganizacién ps{quica. Para avanzar ahora, en primer lugar, voy a abordar una transicién que prolonga las reflexiones que acabo de hacer so- bre la pasividad y la actividad. Esto es lo que recordé en uno de los seminarios, que Freud lega a un punto en el que las teorfas de la neurologia existentes dividen al sistema nervioso en u" 36| Scanned with CamScanner sistema de la vida de relacién y en otro vegetativo-auténomo Creo que el cambio aportado por Freud, consistié en mostrar que ese sistema nervioso, llamado vegetativo-auténomo, es una simplificaci6n de los neurdlogos y que, al contrario, este sistema es infinitamente més interesante a considerar, porque sus excita- ciones, sus demandas de satisfaccién, tienen un empuje cons- tante, y mientras no se les responda con la satisfaccién, éste va a seguir enviando sus excitaciones. En consecuencia, la pulsién constituye el fondo de la vida psiquica mas que la accién, que es intermitente y pone en juego la intencionalidad del sujeto y la manera en que pone en accién un mecanismo de huida o un mecanismo de retirada sin verse obligado a sufrir la excitaci6n. Este es un punto que hay que recordar. De hecho, en la neuro- biologia moderna existen algunas cosas que recuerdan esta di- vision. Por ejemplo, en los trabajos de Gerald Edelman —pues para Freud como para él— lo complejo del aparato nervioso no viene del enriquecimiento de sus relaciones con las excitaciones externas, sino de las soluciones que éste tiene que encontrar para cesar una excitacién interna que es continua, puesto que la fuente de agitacién no puede ser retirada como se retira la mano del fuego, y que justamente el hambre, la sed y las manifesta- ciones de este tipo que no pueden recibir satisfaccién inmediata, incluso con la mejor de las madres, Ilaman a intentos de solu- cién por parte del psiquismo. Es por ello que la definicién de la pulsién incluye 1a medida de exigencia de trabajo impuesta a lo ps{quico debido a su vinculo con lo corporal. En la construccié6n freudiana hay implicaciones similares de esta situacién. Por ejemplo, para hablar de la experiencia del 137 Scanned with CamScanner deseo en el modelo freudiano, implica que haya habido experien- cias anteriores satisfactorias. Cuando el niffo se encuentra bajo la presién del hambre o la sed, esto moviliza las representaciones de satisfaccién anteriores, por lo tanto, tienen que haberse pre- sentado estas experiencias. Otro punto que hay que recordar es que el deseo no se moviliza més que frente a la accién de la falta. Asi, cuando hay carencia de algo como el hambre o la sed, una necesidad de la presencia del objeto, esto suscita el deseo de ha- cer aparecer las condiciones internas de la satisfaccién, es decir, evocar una mamada anterior o un juego con la madre, pero que no esté ahf porque la falta de la madre se impone. Un tercer punto es que la respuesta mnémica, es decir, vinculada con la memo- ria es imaginaria, Uno comienza por imaginar la satisfaccién que se espera y no est4, Esta imaginaci6n esté en el origen de una actividad psiquica primaria, por ejemplo, la movilizacién de la memoria y el recurso de la realizacién alucinatoria del deseo. Tal solucién esté llamada al fracaso. La realizacién alucinatoria del deseo no es seguida por una verdadera satisfaccién, por lo tanto, es necesario que el nifio encuentre otros medios para expresar su desamparo: el grito o la excitacién que va a instituir la comunica- cién primitiva con el objeto y, finalmente, la aparicién del objeto que responde a la demanda. Estas nociones, que son de base freu- diana, han dado lugar a reacciones diversas. Por ejempla

You might also like