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Pozo sin fondo: Date prisa. Puedes orinarla más tarde. Me estoy perdiendo
la cena.
Pozo sin fondo: Vete a la mierda, imbécil. Estoy creciendo. Ahora date prisa
antes de que entre y saque a rastras tu lamentable culo.
Maldita sea, estuvo cerca, gruñe mi oso. Tienes que mejorar, idiota.
No necesito tu maldita opinión. Siseo, sabiendo que estoy a
punto de perder la puta cabeza y que todo es culpa de mi compañera.
Una vez que atrape su culito, planeo descargar todo mi dolor y
sufrimiento en su delicioso cuerpo.
—Eres la mujer más hermosa que he visto. — Me acerco a ella y
me inclino para darle un suave beso en la mejilla. —Me va a resultar
difícil no tocarte esta noche, pequeña descarada.
—Oh. — Me mira fijamente a los ojos y traga saliva. — ¿Te das
cuenta de que tus ojos se ponen rojos?
Santa mierda. No tiene ni idea de que soy un maldito cambiaformas, pasa por
mi mente.
—Es mi oso interior intentando tomar el control de mí. — Sus
ojos se agrandan hasta casi tragarse su cara. El miedo se dibuja en
su expresivo rostro. —No te preocupes, pequeña descarada. Lo tengo
bajo control y nunca te haría daño. Voy a pasarme el resto de mi vida
cuidando de ti.
—Espera un momento, Smokey. — Parker da un paso atrás y
odio la maldita distancia que nos separa. —Estás saltando de
encantado de conocerte a voy a arrastrarte por el pelo mientras te
inclinas ante mí. No sé con qué mujeres estás acostumbrado a tratar,
pero no soy una de ellas. Eso de cavernícola no va a funcionar
conmigo.
Bromeo sobre ello ahora que sé que está bien, pero nunca
olvidaré el terror que rugió en mi alma cuando recibí la llamada de
Thelma Stephens. Conduje hasta aquí como si los sabuesos del
infierno me pisaran los talones.
Encontrarme al imbécil retorciéndose en el suelo después de que
mi compañera le pateara el culo fue una agradable sorpresa, pero no
estoy dispuesto a dejar a Barry libre de culpa. Para cuando acabe con
este imbécil, estará preguntando — ¿Quieres papas fritas con eso?—
el resto de su vida.
No suelo pedir favores a mi familia, pero me tragaré mi orgullo y
le pediré a Griffin que se asegure de que el fiscal del distrito de Honey
Pot Hollow procese a este imbécil.
La puerta se abre detrás de nosotros y, con mi compañera en
brazos, veo al sheriff Brock Hodges entrando en la habitación. — ¿Qué
demonios pasa?— Mira entre nosotros y el hombre que gime en el
suelo.
—Barry intentó agredir a mi compañera y ella le pateó el culo. —
Estoy tan jodidamente orgulloso de ella que mi oso asoma la cabeza.
—Maldita sea. — Brock se frota la nuca y hace una mueca de
dolor ante el evidente dolor en la cara de Barry. —Apesta ser él. ¿Por
qué no se sientan en el despacho exterior mientras le pongo las
esposas a este imbécil? Una vez que le lea sus derechos y lo lleve a la
comisaría, necesitaré breves declaraciones de ustedes dos.
— ¿Por qué me detiene?— Barry balbucea, y la saliva vuela de
su boca.
Mi compañera hace arcadas y se acurruca más a mi lado
mientras el sheriff le explica al imbécil: —Has intentado agredir a un
empleado. — Pone los ojos en blanco y habla despacio. —Tenía todo el
derecho a patearte el culo.
Puedo ver que los próximos meses van a ser difíciles, pero valen la pena, le
digo mentalmente a mi pareja a través de nuestro vínculo de
compañero. Es un pequeño truco que aprendí poco después de
aparearnos.
Fin…