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Trabajo practico N°1

Taller II

Profesora: Corsini Noelia

Alumnas: Caparelli Vanesa

García Gisela Carolina

Lemaire Lorena

Fecha de entrega: 30/05/2023


Competencia N°7: “Informar e implicar a los padres”

Desde que se unifico el sistema escolar, entre finales del Siglo XIX y principios del siglo
XX, todos los niños pasan por la escuela primaria “la misma para todos” si se trata de la
enseñanza pública. La escolaridad obligatoria a constituido una maquina formidable de
desposeer a los padres de su poder educativo, la ley obliga a los padre a ceder parte de
la educación de sus hijos a la escuela.

Con el transcurso de las modificaciones de las leyes escolares se les otorga a los padres
más derechos, como entrar a la escuela, a estar informados, ser consultados, participar
de la gestión de las instituciones. Esta asistencia no es negociable, no es un pedido de
ayuda, la escuela no es un simple servicio frente a una demanda social.

La escuela es obligatoria debido a que los niños/as no tienen ganas de asistir a clases y
los padres preferían quedarse a su cargo y llevarlos a trabajar desde temprana edad. La
escolaridad obligatoria ha arrancado a los niños de su familia a partir de los 6 años de
edad; por un lado se trata de garantizar su aprendizaje, protegerlo del maltrato y la
explotación, por otro lado el propósito era moralizar su educación mediante la educación
cívica, la higiene, la disciplina pero también normalizarla empezando por un lenguaje
escolar que no era el mismo que se hablaba en el contexto familiar.

En la actualidad la institución escolar ya no tiene la necesidad de ejercer una obligación


debido a que los padres consideran que sus hijos al asistir a clases tendrán más
herramientas para trabajar, hacer sus deberes, ser educado.

La relación entre profesores y padres no es tan sencilla.

Los profesores son quienes encarnan el poder de la escuela, el carácter obligatorio de sus
horarios, sus disciplinas, los deberes que la escuela asigna, entre otros. Son ellos quienes
están obligados a enfrentarse a la agresividad, a la crítica de los programas, a las
protestas sobre las exigencias de la escuela, a las comparaciones que se realizan en
cuanto a otras escuelas u otros profesores. Por consiguiente podemos entender que no
todos los profesores viven con alegría el dialogo con las familias.

Cuando los colaboradores entienden que el dialogo dura si cada uno comprende el punto
de vista del otro y no lleva sus deseos más allá de lo razonable cada uno descubre que la
colaboración no es posible, sino productiva, lo cual aumenta la confianza mutua.

Los profesores son profesionales a los cuales les corresponde hacer la mayor parte del
trabajo de desarrollo y mantenimiento del dialogo, aunque algunos piensan que esta
asimetría es injusta y esperan que los padres hagan tanto esfuerzo como ellos. En la
escuela sobre todo si es obligatoria deben relacionarse con todos los niños y todos los
padres en su diversidad para comunicar y adherir al proyecto de instruir a sus hijos y
repartir tareas con las familias.

Informar e implicar a los padres es una consigan y una competencia. Este referencial
tiene 3 componentes de esta competencia global.
⮚ Fomentar reuniones informativas y de debate

⮚ Conducir reuniones

⮚ Implicar a los padres en la construcción de conocimientos

Fomentar reuniones informativas y de debate

Las familias que asisten a reuniones saben que no es el momento ideal para arreglar
casos particulares, sin embargo cuando la situación de sus hijos les preocupa realmente,
pueden sentirse tentados a hablar de ello a través de un general. Por esta razón la
primera competencia de un profesor es evitar organizar reuniones generales cuando los
padres tienen preocupaciones particulares, esto lleva a prever reuniones

- A principio de año escolar cuando se presenta el sistema de trabajo y los padres


no tienen preocupaciones acerca de su hijo aun
- Más tarde cuando el profesor se haya reunido con los padres de forma individual y
respondido a sus preguntas y preocupaciones.

Es muy poco habitual que de una veintena de padres y madres todos tengan una relación
completamente serena con la escuela. En el seno de las familias la escolaridad de los
hijos a menudo se vive de un modo muy emocional, entre inquietudes y grandes
esperanzas, desarrollar fantasmas respecto a lo que vive en un mundo que escapa
completamente de su control: la clase, los pasillos, el patio, el camino a la escuela.

Es importante que el profesor sepa situarse ante sus propios ojos y luego frente a los
padres, sentirse bien consigo mismo encontrar la distancia justa, el tono conveniente. Una
reunión no es una clase pero no funciona con un mínimo de estructura, es sensato
recordar el motivo de la reunión, anunciar algunos temas previstos, dejar alternativa para
algunos otros, alternar momentos de información, preguntas y debates. Reunir a los
padres con el único propósito de informar y explicar que lo que hace es irreprochable, los
padres comprenderán que el profesor no quiere escuchar ni cambiar nada, asistirán
sabiendo que no se les consultara nada.

La competencia de los profesores consiste en aceptar a los padres tal como son, en su
diversidad, entendiendo que cada uno es el producto de una historia real, una cultura, una
condición social, que determina su relación con la escuela y el conocimiento.

Conducir reuniones

Para llevar acabo una reunión se prepara el ambiente, y el resultado depende en gran
parte de la manera de provocarla, de definir su objetivo, de iniciarla, y de hacer que los
interlocutores se sientan cómodos. Convocar a los padres de forma autoritaria y tratarlos
como acusados no sería un dialogo de igual a igual, la competencia principal es saber
situarse claramente.
Si las reuniones con los padres normalmente suponen un desafío, padres y profesores
deberían reunirse con más frecuencia preferentemente con el niño, solo para analizar la
situación por el simple hecho de que comparten la tarea educativa. Por falta de tiempo se
plantea una reunión únicamente cuando hay un problema. Algunas reuniones las suscita
el profesor que tiene la necesidad de reunirse con los padres para informarle de su
inquietud, los padres entonces se encuentran en una posición de la mala conducta de su
hijo, de educación laxa, que carecen de autoridad. Otros adoptaran la actitud humillada,
se disculparan, otros reaccionaran con más agresividad. La competencia por parte del
profesor es hacer lo posible para no situar a los padres en una posición de debilidad.

En resumen la competencia consiste sobre todo en no abusar de una posición dominante,


por lo tanto controlar la tentación de culpar o juzgar a los padres.

También puede darse el caso de que quienes convoquen a una reunión sean los padres
que tienen dudas o quejas que formular, el profesor se haya entonces en la posición de
acusado. Los padres más instruidos, seguros de su derecho, que pertenecen a la clase
media, alta, se atreven a responsabilizar a los profesores o decirles cuál es su
desacuerdo, entonces atacan con violencia, y no es extraño oír quejarse a los profesores
sobre la agresividad de algunos padres, esta competencia destaca estrategias defensivas.

Las competencias necesarias de un verdadero profesional consiste en no poner toda su


energía en defenderse, en rechazar al otro, sino por el contrario, aceptar, escuchar,
negociar, comprender lo que los padres tienen que decir sin renunciar por ello a defender
sus propias convicciones, aquí las competencias no valen nada si no pueden apoyarse en
una identidad, una ética y una forma de valentía.

Implicar a los padres en la construcción de aprendizajes.

Implicar a los padres en la construcción de conocimientos no se limita solo a invitarlos a


representar el control del trabajo escolar y fomentar en sus hijos una motivación para
tomarse en serio la escuela y aprender. Tampoco se de implicar a los padres únicamente
en el trabajo de una clase abierta para facilitar la comunicación invitándolos, o pidiendo
colaboración activa en los deberes en la casa. Todo esto sin duda favorece el dialogo, sin
embargo plantea un problema de fondo, ¿cómo se hace para que los padres no sean un
obstáculo en los aprendizajes de sus hijos?

Una minoría de padres no están de acuerdo con la obligación escolar y no cumplen los
deseos de la escuela. Hay padres que pretenden convencer a los hijos para que se
queden en casa, la misma convicción que otros utilizan para que no falten a clases.
Algunos minimizan la opinión de la escuela mientras que otros las dramatizan y exageran,
algunos no ven el interés de estudiar y otros se ponen enfermos ante la simple idea que
su hijo no pueda acceder a la enseñanza superior. Todos los padres no cooperan de la
misma forma en el proyecto de instruir a su hijo. En cuanto a las estrategias educativas
algunos profesores consideran algunos padres como aliados y otros como adversarios.

Cual sea la pedagogía de un profesor, tiene la necesidad de que los padres la entiendan y
estén de acuerdo con ella, las nuevas pedagogías incitan más a movilizar e implicar a los
padres. Las nuevas clases media de trabajadores de profesiones de lo humano son más
favorables de las nuevas pedagogías que las clases medias tradicionales.

La competencia de un profesor consiste en ganarse la aprobación de los padres que


parecen refractarios a su pedagogía, sin olvidarse de los otros, pretende en primer
momento no ser el blanco de críticas y a su vez espera no hacer la tarea de los alumnos
más difícil ya que no es favorable que viva en un conflicto entre lo que opinan sus padre y
el profesor.

El profesor se considera un profesional informado y formado que se supone sabe lo que


hace, por lo tanto espera de los padres una confianza que no siempre se logra.
Bibliografía

Perrenoud Philippe Diez nuevas competencias para enseñar se imprimió en los talleres de

Quebecor World, Gráficas Monte Albán, con domicilio en Fracc. Agro-industrial La Cruz,

El Marqués, Querétaro, México, el mes de diciembre de 2004.

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