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TEMA 1.

EL PROCESO PENAL
- El proceso penal: función específica.
- Conjugación de los principios técnicos y de las formas en el proceso penal; sistema acusatorio formal.
- Oralidad, concentración, inmediación y publicidad.
- Tipos de proceso penal.

EL PROCESO PENAL: FUNCIÓN ESPECÍFICA

El proceso penal es el instrumento jurídico por medio del cual el Estado ejerce el ius puniendi.
Del art. 1 LECrim se extraen las siguientes premisas: solo se podrán enjuiciar conductas que
estén descritas como punibles en las normas penales; no se impondrán penas sino por medio
de un proceso seguido de acuerdo con lo establecido en la legislación procesal penal aplicable
(principalmente la LECrim); y el juez (o tribunal) que dicte la sentencia condenatoria deberá
estar investido de competencia en la materia.

La forma de realización de la actividad jurisdiccional penal es distinta a la de la jurisdicción


civil.

En el ámbito civil, encontramos normas cuyos destinatarios son los particulares, siendo el juez
un destinatario indirecto de las mismas que solo interviene a requerimiento de los justiciables.
Aquí rigen el principio dispositivo y el de aportación de parte y también el de congruencia. De
esta manera la tutela por parte del Estado está condicionada a que la parte perjudicada se
dirija al órgano correspondiente y solicite el auxilio a que tiene derecho.

En el ámbito penal, por el contrario, las normas se dirigen al juez (o tribunal) que es el único
que las puede cumplir o incumplir siendo el particular un destinatario indirecto. En general,
los particulares no poseen un derecho al desarrollo del proceso ni siquiera cuando han sido
víctimas del delito porque es una potestad exclusiva del Estado.

El Estado tiene -a su vez- la obligación de poner en marcha un proceso y desarrollarlo por


todos sus trámites siempre y cuando se den los presupuestos materiales y procesales
requeridos, con independencia de la voluntad del perjudicado. Si dejáramos en manos de los
particulares la decisión de iniciar o no un proceso penal para castigar a un presunto
delincuente, la sociedad quedaría desamparada y al albur de voluntades particulares y/o del
poder del más fuerte.

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CONJUGACIÓN DE LOS PRINCIPIOS TÉCNICOS Y DE LAS FORMAS
EN EL PROCESO PENAL; SISTEMA ACUSATORIO FORMAL

A. LOS PRINCIPIOS TÉCNICOS DEL PROCESO PENAL

En todos los procesos rigen dos tipos de principios:


- los principios jurídico-naturales: que son el principio de audiencia y el principio de
igualdad de partes que rigen todos los procesos porque responden a exigencias
elementales de justicia material.
- y los principios jurídico-técnicos: que cambian en función de la clase de proceso.

En el proceso civil rigen el principio dispositivo y el principio de aportación de parte. Los


derechos subjetivos privados que se discuten en el proceso son derechos renunciables y, en
consecuencia, disponibles por sus titulares.

1. PRINCIPIO DISPOSITIVO vs PRINCIPIO DE OFICIALIDAD DE LA ACCIÓN

La justicia civil al ser una justicia rogada, es el interesado quien tiene que pedir
-mediante demanda normalmente- que se ponga en marcha la actividad jurisdiccional para
que se inicie el proceso. Y los titulares de los derechos subjetivos que se discuten
pueden llevar a cabo actos de disposición a lo largo del proceso pudiendo, incluso,
poner fin al mismo sin necesidad de alegar razones ni argumentos jurídicos.

Por el contrario, los intereses que se tutelan en el proceso penal son de naturaleza
pública. El órgano judicial competente ha de iniciar el proceso de oficio tan pronto
como tenga conocimiento de la existencia de un hecho que revista los caracteres de
delito.

A diferencia del proceso civil, las partes que intervienen en el proceso penal no tienen
facultades de disposición sobre los derechos sustantivos que se tutelan. Por ejemplo,
sí el perjudicado por el delito "perdona" a su agresor, este perdón no implicará la
terminación del proceso ya que es el Estado el titular de la acción penal.

En este sentido, en el proceso penal no existe el principio de congruencia del proceso


civil. Existe una específica obligación de correlación entre la acusación y la sentencia,
mucho menos limitativa de la decisión del juez a la hora de dictarla.

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A los denominados delitos privados y semiprivados (o semipúblicos) no se les aplica el
principio de oficialidad de la acción porque el interés que se tutela no es estrictamente
público y los particulares ofendidos pueden decidir sobre la iniciación o no del proceso.

En cuanto a la mediación penal, esta posibilidad sí se contempla en el proceso de


menores. Sin embargo, en el proceso de adultos, lo cierto es que no existe un cauce para
otorgar viabilidad al mismo. A pesar de lo dicho, si se permite ciertas “disponibilidades”
en asuntos de menor gravedad.

2. PRINCIPIO DE APORTACIÓN DE PARTE vs PRINCIPIO DE INVESTIGACIÓN


DE OFICIO

En el proceso civil rige el principio de aportación de parte significa que son los
particulares quienes han de traer al proceso los hechos y la prueba de los mismos.

En el proceso penal rige el principio de investigación de oficio, consecuencia del interés


público tutelado. El órgano judicial, apoyado por el MF y la policía judicial tiene el
derecho-deber de investigar los hechos. La verdad del proceso ha de acercarse lo
máximo a la verdad material para cumplir con la exigencia de justicia material propia
del proceso penal.

Las partes pueden colaborar en la aportación de datos que no serán considerados


ciertos por su mera enumeración, debiendo contrastarse las versiones ofrecidas.

Asimismo, se practicarán todas las diligencias de investigación que sean pertinentes a


juicio del órgano instructor con intervención del MF y de la policía.

B. LAS FORMAS EN EL PROCESO PENAL

Las normas de derecho sustantivo aplicables al proceso civil hacen necesario que se desarrolle
de forma contradictoria. Es decir, lo natural es que el actor solicite del juez una tutela concreta
frente a un demandado y el órgano jurisdiccional permanezca en una posición de mero
espectador, garantizando el cumpliento de los principios de audiencia y de igualdad de partes.

Como consecuencia de la disponibilidad a favor de las partes que impera en el derecho civil
sustantivo y procesal son el demandante y el demandado quienes deciden lo que piden, lo que
aceptan, lo que niegan y si prefieren que el proceso se desarrolle por todos sus trámites o que
finalice por otro medio distinto de la sentencia.

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Esto no puede ocurrir en el proceso penal puesto que los derechos que se tutelan tienen
naturaleza pública. Es el Estado el responsable del cumplimiento de la norma penal, de forma
que la introducción de los hechos y la investigación sobre los que son relevantes jurídicamente
es responsabilidad de los órganos públicos.

Tradicionalmente, la forma de entender el proceso penal era la inquisitiva, el juez se coloca en


una posición de superioridad frente al presupuesto autor del hecho criminal y plantea la
acusación. Sin embargo, ya en 1882 era unánime el sentir de los juristas sobre la injusticia de
este sistema para el acusado puesto que se dejaba al sujeto en manos del órgano sentenciador
sin posibilidades reales de defensa ante el ataque directo del juez.

La experiencia histórica en el ámbito del proceso ha demostrado que se imparte una justicia
mejor cuando se adopta la forma contradictoria. Cuando hay posiciones enfrentadas que
presentan su posición de manera abierta y libre, es posible el debate sobre la contienda objeto
del pleito, y la justicia se imparte de una forma más depurada. De ahí que desde las
revoluciones liberales exista una tendencia constante a construir también el proceso penal
adoptando la forma contradictoria.

C. EL SISTEMA ACUSATORIO FORMAL

Nuestra LECrim responde a lo que se llama sistema acusatorio mixto o formal. Este sistema se
caracteriza porque durante todo el proceso rigen los principios jurídico-técnicos de oficialidad
de la acción e investigación de oficio, pero las formas son distintas según la fase del proceso en
la que nos encontremos. Y es que, en el proceso penal, existen dos fases fundamentales.

1. FASE DE INSTRUCCIÓN
En la primera fase, de investigación o sumario, hay un predominio de la forma
inquisitiva, por lo que no es necesaria la existencia de dos partes ni la identidad del
autor de los hechos. Mientras se desconozca la identidad del sujeto, solo tenemos una
parte que investiga y realiza los enjuiciamientos necesarios. Eso sí, desde que se
sospeche que una persona concreta pueda ser el responsable del delito, este puede
participar en los actos de investigación nombrando un abogado que lo asesore y
prepare mejor su defensa frente a una todavía hipotética fase de juicio oral.

La Exposición de Motivos LECrim señala que "es difícil establecer la igualdad absoluta de
condiciones jurídicas entre el individuo y el Estado en el comienzo mismo del procedimiento
por la desigualdad real que en momento tan crítico existe entre uno y otro".
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2. FASE DE DECISIÓN
La segunda fase del proceso o fase de juicio oral, se estructura necesariamente en
forma contradictoria con un acusado y un acusador. Hay que advertir, sin embargo, que
esta dualidad es puramente formal, porque en sentido material solo está el acusado.

La exposición de motivos LECrim destaca que con el establecimiento de la forma


contradictoria puede "ceñirse el tribunal al ejercicio de una sola atribución, la de fallar como juez
imparcial del campo sin sujetarse a una prueba tasada de antemano por la Ley, antes bien, siguiendo
libremente las inspiraciones de su conciencia, exento de la pasiones que enciende siempre la lucha en
el ánimo de los contendientes y sin el aguijón del amor propio excitado en el juez instructor por las
estratagemas que en ocasiones emplean el acusado y el acusador privado para burlar sus
investigaciones y, aun sin esto, por las mismas dificultades inherentes de ordinario a la instrucción".

3. REGLAS COMUNES
Este sistema se completa con tres características esenciales:
1. Deben estar separadas las funciones de instrucción o sumario y la fase de

decisión o juicio oral y encomendadas a dos órganos distintos. Quien investiga


los hechos y circunstancias relacionadas con una notitia criminis, no puede luego
tener atribuida la función de decidir sobre el litigio. Se distingue el órgano
instructor (unipersonal) y el órgano decisor (puede ser unipersonal o colegiado).
2. Para que exista la segunda fase (juicio oral) se precisa de, al menos, un acusador

que sea distinto del órgano judicial. Los jueces no pueden ser acusadores en la
fase de juicio oral. Tal y como se señala en la Exposición de Motivos de la LECrim
"los magistrados deben permanecer pasivos, retraídos. neutrales".
Con ello, se garantiza la imparcialidad del órgano decisor que no estará
contaminado por la instrucción de un órgano distinto.
3. Debe ser un órgano público el garante de la persecución de los hechos

criminales, ya que si no los particulares podrían llevar a cabo actos de


disposición, pudiendo el ofendido desistir de la persecución o llegando a un
acuerdo extraprocesal con él.
Para evitar este efecto, se creó una figura específica cuya función es la tutela de
la legalidad: el Ministerio Fiscal. Su obligación es tanto la persecución de los
hechos delictivos, actuando normalmente como parte acusadora, también
solicitando la absolución cuando no se den los presupuestos exigidos para la
condena del acusado.
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ORALIDAD, CONCENTRACIÓN, INMEDIACIÓN Y PUBLICIDAD

A. ORALIDAD

“Las actuaciones judiciales serán predominantemente orales, sobre todo en materia criminal, sin
perjuicio de su documentación” (arts. 229.1 LOPJ y 120.2 CE).

A esta normativa debe hacerse alguna matización por la división del proceso penal en dos
fases.

En la fase de investigación, muchos de los actos que se llevan a cabo deben presentarse por
escrito: así, por ejemplo, los informes médicos, (autopsias, parte de lesiones...). Caben, no
obstante, algunas actuaciones orales: como las declaraciones de testigos, del propio
investigado..., así como las alegaciones que sobre los escritos sea necesario hacer para aclarar
su contenido.

La segunda fase del proceso, (que es la fundamental), está centrada en un acto único y
concentrado que es la vista oral donde la práctica totalidad de las actuaciones se realizan
oralmente ante el órgano sentenciador, ya que este debe percibir de primera mano los
elementos de juicio necesarios para crear en su ánimo la convicción de la certeza o falsedad de
los hechos sucedidos. Así, es básico que el juzgador oiga a los testigos, al acusado, a los
peritos... para advertir su grado de credibilidad al responder a las preguntas e, incluso,
formularles algunas si no ha quedado satisfecho con las respuestas ofrecidas.

No obstante, en esta fase existen determinados actos que deben realizarse necesariamente
por escrito: la presentación de calificaciones provisionales y definitivas; los escritos de
acusación y defensa; los documentos probatorios... Sin embargo, en la mayoría de los escritos
es necesario hacer un resumen oral ante el órgano enjuiciador (excepto para la prueba
documental).

B. CONCENTRACIÓN

La concentración está implícita en la oralidad de la fase de plenario, puesto que todas las
actuaciones se llevan a cabo en un único acto. Cuando hablamos de único acto no queremos
decir que este comience y termine en un punto concreto espacio-temporal, sino que será
considerado como único con independencia de su duración y lugar, pudiendo desarrollarse en
minutos, días, meses, y en uno o varios lugares.
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La concentración o unicidad del acto significa que desde que empieza hasta que termina
solamente puede verse interrumpido fuera de las horas en las que está previsto llevar a cabo
las actuaciones judiciales (se descansará para comer, por las noches, los fines de semana...),
pero la continuidad la marcará la no interrupción (por tiempo indefinido) del acto. Existen
algunas causas que permiten la suspensión de las sesiones del juicio oral.

C. INMEDIACIÓN

La inmediación en el juicio oral implica que las actuaciones que se realizan deben estar
presididas por el órgano enjuiciador. No debe existir un intermediario entre quien declara y
quien percibe la declaración. Inmediación es presencia directa, observación por parte del juez
o tribunal de la forma en la que se desarrolla el acto. Significa también que este pueda tener un
conocimiento en primera persona de las vacilaciones que pueden darse en las contestaciones
de acusado, testigos, peritos... o tener la posibilidad de repreguntar en el mismo momento en
el que se está practicando la prueba.

D. PUBLICIDAD

La CE otorga rango de derecho fundamental al derecho a un proceso público en el art. 24.2,


con lo que puede dar lugar al planteamiento de un recurso de amparo ante el propio TC.

Tal y como se dispone en los arts. 120.1 CE y 232.1 LOPJ, "las actuaciones judiciales serán
públicas, con las excepciones que prevean las leyes de procedimiento". A continuación, no
obstante, el art. 120.2 CE añade que "excepcionalmente, por razones de orden público y de protección
de los derechos y libertades, los jueces y tribunales, mediante resolución motivada, podrán limitar el ámbito de
la publicidad y acordar el carácter secreto de todas o parte de las actuaciones".

De nuevo, tenemos que distinguir el modo en que esta característica se aplica en el proceso
penal en función de en cuál de las dos fases que lo aplica componen nos encontremos.

La publicidad significa que los actos del proceso son públicos para las partes y para los
terceros.

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1. En la FASE DE INSTRUCCIÓN no existe la publicidad frente a terceros.

A pesar de ello, se informa a la opinión pública de qué es lo que se está investigando, se


transcriben conversaciones telefónicas entre personas investigadas, se llevan a cabo
enjuiciamientos paralelos... lo que, a nuestro juicio, debería ser perseguido por los tribunales
por dificultar y alterar gravemente la investigación. La base legal para reprimir esta conducta
se encuentra en el art. 301 LECrim donde se dispone, como regla, que las diligencias del
sumario serán reservadas hasta que se abra el juicio oral. El abogado, procurador de
cualquiera de las partes u otra persona que no sea funcionario público que revelare
indebidamente el contenido del sumario, será corregido con multa de 500.000€ a 10.000€. El
funcionario público, incurrirá en la responsabilidad que el CP señale en su lugar respectivo.
El juez podrá acordar, de oficio o a instancia del MF o de la víctima, la adopción de cualquier
medida cuando resulte necesario para proteger su intimidad y el respeto que se le debe a esta
o su familia.

Como regla general, las partes personadas sí pueden conocer todas las actuaciones que se
estén realizando o se hayan realizado, así como intervenir en ellas. Sin embargo, la ley prevé la
posibilidad de que el juez instructor decrete por medio de auto el secreto de todas o de parte
de las actuaciones de investigación. Normalmente esta situación no debe durar más de un mes,
y el secreto se debe alzar necesariamente con diez días de antelación a la conclusión del
sumario para que las partes pueden tener conocimiento de todo lo actuado antes de que se dé
por concluido y, proponer o recurrir todos aquellos actos que se hayan realizado sin su
conocimiento. En este momento estarán todavía a tiempo de proponer medios de
investigación de descargo, o de recurrir aquellas actuaciones que hayan podido realizarse
vulnerando derechos de los encausados.

2. En la FASE DE JUICIO ORAL, la regla general es que la publicidad lo sea también hacia

terceros bajo pena de nulidad de lo actuado.

No obstante, la ley prevé, también, la posibilidad de acordar que el juicio oral se celebre a
puerta cerrada -por razones de moralidad, orden público, de protección de la intimidad de las
personas ofendidas o de la de sus familiares-. Esta decisión se adopta por medio de auto
irrecurrible de oficio o a petición de los acusadores y se leerá ante los terceros presentes para
que despejen el local. En ningún caso podrán ser expulsados los acusados, los perjudicados por
el delito, el acusador privado, el actor civil, ni sus respectivos defensores. El secreto frente a
terceros podrá acordarse al inicio o en cualquier momento de la tramitación del juicio.
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TIPOS DE PROCESO PENAL

Debemos partir de que en el proceso penal todas las acciones que se plantean son acciones de
condena. Lo que se solicita del órgano judicial es la condena (o la absolución) de un sujeto.

Se distingue entre procesos de declaración (donde se condena o absuelve al acusado) y procesos de


ejecución (donde, de oficio, se llevará a cabo el cumplimiento de la pena impuesta en la sentencia de
condena).

En el momento en el que se redactó la actual LECrim, el legislador fue bastante riguroso y


sistemático a la hora de establecer los tipos de proceso penal según la conducta antijurídica
llevada a cabo. Así, se distingue un proceso por delitos y un proceso por faltas. Dentro de los
procesos por delitos también existían algunas especialidades en función de la gravedad del
delito o del sujeto que lo hubiera cometido. Sin embargo, las sucesivas reformas de la LECrim
han desmontado el esquema claro y conciso que se pensó en un principio. Es cierto, no
obstante, que las reformas han venido impuestas por las circunstancias y los avances en la
criminalidad que se han producido.

Desde que en el año 2000 se aprobara la vigente LEC, se planteó la elaboración de una Ley de
Enjuiciamiento Criminal que actualizará todo el contenido de la actual. No obstante, a día de
hoy no existe una fecha prevista para la aprobación de una nueva ley en materia procesal
penal, aunque sí hay un anteproyecto de 2020 en tramitación cuya principal novedad es la
atribución de la investigación al MF. En esta línea, la LO 9/2021 ha supuesto un importante
avance ya que otorga la investigación de los delitos al MF, con la creación de un juez de
garantías que se encarga, fundamentalmente, de autorizar aquellas actuaciones que supongan
una restricción de derechos fundamentales. Eso sí, de momento, este esquema está reservado
a la persecución de delitos relacionados con los intereses económicos de la Unión Europea,
como veremos al estudiar la Fiscalía Europea.

ENUMERACIÓN DE PROCESOS

Podemos agrupar los principales procesos penales en declarativos y ejecutivos.

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