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Colombia y las nuevas ciudadanias < Figura 9. Colombia Fuente: shutterstock/377863417 En la Constitucién de Colombia se prevén diversos mecanismos de participacién ciu- dadana (plebiscito, referéndum, accién popular, consulta popular), gracias a los cuales el ciudadano colombiano, al menos formalmente, puede decidir sobre temas puiblicos que le conciernen. Hacer uso de esta participacién obedece a nuevos modos de vivir la democracia y por ende el ejercicio de la ciudadania, que dan cuenta de variados proce- sos de la historia reciente del pais; econdmicos, sociales, politicos, culturales que debe- mos comprender en el presente médulo con el fin articular la experiencia propia con la experiencia colectiva y social en la democracia contempordnea Si hablamos de nuevos modos de vivir la democracia, si nos referimos a formas inédi- tos de comprender y vivenciar la convivencia social, hablamos de cambios sociales de gran profundidad y significado que se han venido produciendo en tiempos recientes en Ic historic de Colombia, y claro en Ia historia del mundo ectucl. i] important Procesos sociceconémicos tan significativos como la denominada globali- Zacién, revoluciones culturales cuyo resultado final aun hoy nos parece incierto como la rebelién estudiantil parisine de finales de los anos 60, cambios sociotec- nolégicos como Ie revolucién informatica que facilité el acceso a la més variada informacién a nuevos grupos de personas, el colapso de la Unién Soviética con su fin del “socialismo reat’, son solo algunos de los hechos que a modo de contexto ros servirdn para comprender los nuevos modos de entender el ser ciudadano en el mundo de las democracias actuales. ee ee reer en y) De igual forme si ser ciudadeno hoy significa de algiin modo “ser ciudadano del mun- do”, cosmopolite y vigjero, simulténeamente frente a ese discurso debernos pensar la ciudadania vulnerada del grupo de poblacién que hoy no tiene acceso a unos minimos vitales de democracia. Lo que algunos autores han llamado justamente déficit demo- cratico y que esté directamente relacionado con otros déficits de desarrollo econémico y social, tales como acceso a servicios fundamentales de salud, educacién, vivienda, infraestructura y saneamiento bésico. Asi, pensar los nuevas ciudadanias implica pensar el desarrollo. Surge entonces la pregunta por las relaciones que podemos estudiar entre democracia y desarrollo, 0 lo que es lo mismo entre los esferas politicas en las cuales se toman las decisiones sobre los formas de ejercer el poder, y los modos de produccién de la riqueza, su circulacién y consumo. Responder al interrogante por las relaciones entre politica y economia, en la sociedad contemporénes, especialmente Io nuestra, es fundamental para apropiar los sentidos novedosos de ciudadania. Reflexionar sobre el ugar del desarrollo humano, lo que sea que esto signifique y traducirlo a diversos escenarios de democracia supone un ejercicio critico sobre los modos actuales de vivir en sociedad iNuevas ciudadanias, viejas ciudadanias? jRecordemos que! Afirmébamos antes que uno de los hechos politicos més importan- tes de Ia historia reciente del pals, fue Ia inclusién en lo Constitucién de 1991 de mecanismos de participacién ciudadana a través de los cuales el ciudadano colombiano puede participar en Ia toma de decisiones sobre ‘osuntos de politica publica que le conciernen directamente. Figura 10. Democracia en Colombia Fuente: shutterstock/593134913 Fundacién Universitaria del Area Andina | 23) Asi, por ejemplo, es posible adelantar consultas populares sobre variados temas de politica publica, entre otros la preservacién de bienes medio ambientales frente a la explotacién de recursos mineros. De igual forma, se prevé que grupos significatives de ciudadanos puedan llevar a cabo revocatorias de funcionarios puiblicos de primer nivel como los alealdes que no cumplan con su plan gobierno, o perticipar en lo respuesta de preguntas promovidas desde el Congreso de la Republica, o por iniciativa directa del Gobierno. Si bien el proceso de participacisn ciudadana puede ser dificil y lleno de obstaculos, importa pensar la historia del pensamiento politico y de los hechos sociales que han desembocade en una cierta forma de entender el poder ciudadano en democracia. Im- porta examinar criticamente el por qué, y el cémo se ha llegado al punto de detener la maquinaria de extraccién minera de un conglomerado multinacional en determinado municipio colombiano, o se ha llegado « negar el contenido de un acuerdo de paz. En ambos casos, se trata de ejemplos de “poder ciudadano” Y es que esta forma de entender el poder politico, en el que el individuo es convoca- do, interrogado, interpelado, e incluso cuestionado por un Estado que parece, al menos formalmente, dispuesto a escucharle y a tornarle en cuenta, o que quiere hacer valer su presencia en la esfera publice a través de la auto-organizacién ciudadana, es relativa- mente nueva y corre acorde con cambios en otras esferas de la experiencia social. Estos cambios se expresan en el estimulo ciudadano hacia causas colectivas como lo plantea Garcia (2016) Poca Rc Pensa ene pecto del bienestar material individu ee eee eee ace tena See Estee ree ee eee Boer ier aerate yee eae a eV cc ee esse ee eer oe eel Seen mas de discriminacién qu (p. 43) | Area Andina ey Es necesario tomar en cuenta que la Constitucién de 1886, la que regia antes de la Constitucién de 1991, tenic un carécter mucho mas paternaliste, en la que el Estado era el encargado de orientar los procesos sociales, econémicos politicos e incluso culturales y de convivencia. Prueba de esto Ultimo fue el acuerdo al que llegé el Estado colombiano para encomendar lo educacién publica a instituciones religiosas, mds especificamente catélicas. De igual forma, el Estado habia sido consagrado al Sagrado Corazén de Jesus, para solo mencionar dos hechos constitucionales que refieren Ia naturaleza del pais le- gal y politico que estaba en mente de los poderes politicos de la Colombia de entonces uego, tras més de un siglo de la Constitucién de 1886 en la que el individuo estaba sujeto a mucha menos participacién ciudadana, zqué cambios en las distintas esferos econémicas, politicas, sociales y culturales posibilitaron la elaboracién de la Constitu- clén de 1991 con la incorporacién en le Carta Magna de derechos en variados niveles y la configuracién de un nuevo ciudadano? 5 i) Mua acid Para responder a la pregunta, Ia invitacién a los estudiantes es a examinar criticarnente la realidad social que les rodea. Esta labor se puede llevar a cabo mediante el uso de herramientas conceptuales y metodolégicas que le permitan al estudiante, cualquiera que sea su proyecto profesional, comprender los cambios sociales que han impactado y constituide nuevas per- cepciones y por tanto nuevas actitudes ante le configuracién de los poderes estatales hoy, y las respuestas que el nuevo ciu- dadano puede plantear ante tales poderes. Asimismo, se ha de entender que las relaciones de poder que se establecen entre el estado colombiano en sus diversas expresiones burocraticas y el ciudadano actual estén mediadas por diversos micropoderes lo cual puede llevar a que dichas relaciones sean asimétricas. Examinemos, entonces, algunos de los cambios més significativos que han llevado a Ia configuracién del nuevo ciudadano: uno que se presupone més auténomo, més cons- cliente de su rol como sujeto de deberes y de derechos politicos, econémicos y sociales, asi sea en un nivel formal, y estudiemos algunos de los hechos que han posibilitado la creacién de este ideal de ciudadania en el pais ey 25 Colombia, una historia ciudadana Trea teee esa) a eo a Cr nc CR IN Recor eae OR ue ec oe te Cte eek ue tae necié ol lado de [a tradicional de stibdito de la corona hasta 1810, cuando en el marco de los primeras luchas revolucionarias y de la traduccién de la Declaracién de los derechos Ce eee RC ie Cd ct ecu ee ec caer Cres erecta te ReMi) ra eee CCE a aCe RV oC ce Ciccone eee eon acres CeCe ae Re eRe eae ence er cae ao CE eco aCe Rea en ae a re CRS eRe Oe oe oe at Cette aM et eC ea a a eae Un eee aco) vb) eee Re RS aca ae RR ea ne ea ae ee Ura ry vi) Mua Srascis Es de notar, como se ha mencionado, que el concepto de ciudadania ha estado vinculado a los diferentes momentos his- téricos de los cuales ha emanado su sentido semédntico. Ya en el inicio de las luchas independentistas el vocablo adquiere cierto nobleza y cardcter politico que no solo no perderé, sino que se- guird ofianzando hasta bien entrado el siglo XX, si bien, como se afirmaba antes, en a Constitucién de 1886 el espiritu que acompafie dicha carta magna esté més ligado al de Ic lealtad del ciudadano para con un Estado cuasiconfesional y protector de valores y principios morales més que republicanos. Sin embargo, con esa apariencia de tranquilidad moral y de relaciones de lealtad patriétice entre el Estado colombiano de la Constitucién de 1886 y el ciudadano, rugia un desaforado descontento social, y una confiictividad que fue tomando Ia forma de confrontacién permanente. Asi, por ejemplo, como lo asegura Garcia (2016) Cee aCe Recy eee aCe ea Pree ena Sete ete ec rel eee ee esa Sea oe nero Sa eau ee oer) Pee eee eRe cea Se etc) eee econ ence eee an is Es decir, la nocién de ciudadenia va tomando forma como una ciudadania a través de la cual se apropian derechos vic la lucha politica y Ia presién social, como en el caso de los mujeres que menciona el autor. De la misma forma, la clase obrera en el marco de negociaciones sindicales y de movilizaciones sociales intenta hacerse un lugar de de- rechos ciudadanos que, sin embargo, tiene resultados varios, 0 en algunos casos modos de produccién del sujeto asalariado agenciados desde el patrén y duefo de la empresa antes que de la misma iniciativa del obrero Es asi como en Colombia surgieron las que se han denominado empresas providencia que asumieron funciones sociales que el estado no asumié. Asi caracterizaron a estas empresas autores como Urrea y Arango (2016) en su ensayo Culturas empresoriales en Colombia. Innovacién y cultura de las organizaciones en tres regiones de Colombia Fundacién Universitaria del Area Andina | 27 eke osteoma ey Eee accor oat ere Nae ee ect evo ara de destacar, como se mencioné, que para entender las nuevas ciudadanias colom- bianas en relacién con el desarrollo se debe comprender el modo de produccién vigente en cada momento histérico y, come lo indica la cita, hasta la década de 1980 este era de carécter paternaliste, y también, que el tipo de organizacién que refiere el autor, la emprese providencia, se encargé de la provisién de servicios que deberian ser provistos por el estado lo que ha venido erosionando la relacién ciudadano-Estado De igual forma, el argumento planteado por Urrea y Arango (2016), anticipa lo que seré uno de las grandes problematicas del tiempo actual y es que el modelo de estado de bienestar europeo o providencia que inspiré a los constituyentes de 1991 en Colom- bia, y que llevé al estado colombiano a ser caracterizado como estado social de derecho ha entrado en crisis de legitimidad, crisis ocasionada por la tensién con los modos de produccién neoliberal sustentados en las ideas de Milton Friedman, Von Hayek, y Nozik entre otros autores, para los cuales la participacién de los estados modernos en la es- fera econémica ha de ser minima mientras se deja la provisién de servicios basicos a la “mano invisible” de mercados capaces de autorregularse. stas propuestes, aunadas @ la crisis econémica que sufrié el pais en la década de 1980, levé a un cambio en el peradigma en relacién con las empresas providencia. Ano- tan Urrea y Arango (2000) Een, Pec ee ee ea eccucs eri Se eeESer ene Senay car cce Pane colaboradores” para referirse a ree cence eat Es decir, ni el Estado ni ahora la empresa asumen la provisién de servicios sociales in- dicados constitucionalmente a partir de 1991, solo lo hacen parcialmente. El resultado es una ciudadania confundida y prese de discursos paternalistas, autoritarios y populistas, cuya pretensién es mantenerla como coto de caza electoral para fortalecer el imagina- rio democrético, que se limita, en este discurso, en este modo de entender la democra- cla, o su aspecto electoral ilmportante! De otra parte, el nuevo ciudadano colombiano también encuentra mo- dos de resistencia ante Ia nueva situacién procurada por la instauracién de politicas neoliberales que limitan el alcance de valores sociales como la coo- peracién y la solidaridad. Como velamos antes, nuevas causas sociales como. la defensa del medioambiente, el respeto para los animales, la inclusién de nuevos actores que buscan su lugar de enunciacién, la valoracién positiva de la diferencia y de la diversidad politica, cultural, sexual hacen parte de los mo- tivos para la movilizacién y la deliberacién sobre los modos de profundizar la democracia, y que esta no se limite c que existan elecciones regulares. Cabe agregar que de la misma forma que se puede contextuclizar la evo- lucién del concepto de ciudadania en clave de la evolucién y cambios en el modo de produccién capitalista, también es posible hacerlo en términos de una “historia critica de las sensibilidades contempordneas” al decir de Urry y Lash (1996). En esta linea argumentativa es posible identificar al menos dos tipos de sensibilidad actual, dos modos de sentir y de procesar los estimulos emotivos y su respuesta que ayudan a comprender Ia situacién del ciudadano hoy: las sensibilidades clegéricas y los sensibilidades simbélicas Explican Urry y Lash (1996) que el sentir alegérico hunde sus rafces en la tradicién moderno-roméntica de estirpe niezstcheana, esto es un tipo de sensibilidad que “torna revancha contra la naturaleza y les de paso a los instintos como rectores de la conducta humana. Ahora los instintos se vengarén y la busqueda de placer inmediato serd el sello del nuevo sujeto” (p. 145) Esta sensibilidad de coracter mas urbano, supone el sentir “estresante” de los tiem- pos que corren. Es mds egoista que solidaria, y més fragmentada que unitaria. Esté en busqueda permanente de la novedad, y los tiempos y espacios a través de los cucles se desenvuelve suelen ser cortos y limitados. Un modo de sentir alegérico es, en suma, “el modo de sentir enfocado en si mismo de los grandes urbes cuyas utopias han des- aparecido y solo queda un vago sentimiento de frustracién e impotencia compensado parcialmente por el acceso a placeres répidos, faciles y que no supongan compromisos duraderos" como lo explican Lash y Urry en su ensayo Economias de signos y espacio (1995 p. 152) Fundacién Universitaria del Area Andina | 2Q) Es util comprender esta sensibilidad en cuanto es la expresién de nuevos ciudada- nos que no solo por el escepticismo frente a lo publico asumen posturas mds egois- tas, sino que parecen mostrarse indiferen- tes frente al destino conjunto de le na- cién colombiana. Asimismo, porque cabe preguntarse hasta qué punto este tipo de sensibilidad es promovida desde discursos como el publicitario, punta de lanza del copitalismo posindustrial octual De otra parte, frente a esta sensibili- dad olegérica, ha resurgido una sensibili- dad més simbélica que propende por una manera de sentir osociada a grandes re- lates, misticos, religiosos, 0 simplemente trascendentales. Esta sensibilidad tiene sus origenes también en el romanticismo, pero menos de carécter instintivo como en el caso del fildsofo alemén Friedrich Niet- zsche, y mds en un sentir de comunién y de unidad con instancias de la experiencia vital que superan los limites de la compren- sién racional humana, pero que llaman a la préctica de la compasién, la solidaridad e incluso la hermandad con realidades tras- cendentes; dios, la comunidad nacional, o la neturaleza: Es con respecto a este ultima, la natu- raleza, que el discurso de la sensibilidad simbélica ha edquirido mayor resonancia € interés como pretexto de estudio para comprender les nuevas ciudadanias y el desarrollo humeno, pues se encuentra al decir de los autores “en la base de los dis- cursos verdes y ambientalistas europeos que no solo persiguen Ia supervivencia hu- mana sino, eventualmente un respeto ge- nuino por Io naturaleza y todo lo que esta significa y representa Asi, la emergencia de discursos en lo que se antepone Ia nocién de equilibrio natu- ral, ecosistémico al desarrollo econémico copitalista, basado en extraccién de mine- rales, por ejemplo, no obedecerian exclusi- varente a cambios en los modos de pro- duccién capitalista que se pueden captar tedricamente sino en cambios en el sentir de las personas que usan su conciencia de nueva ciudadania para hacer valer sus de- rechos ambientales, por ejemplo. Que pro- testan contra las corridas de toros porque, més allé del discurso cientifico que consta- ta que los animales son seres sintientes y, por lo tanto, sujetos de derechos, se ha cul- tivado une especial empatia con el animal Sin embargo, estas sensibilidades sim- bélicas también pueden conducir « la con- figuracién de un individu susceptible a discursos de unidad bosados en el carisma y en la autoridad trascendentales, que se sitUan fuera de este mundo, y, por lo tanto, poner en riesgo valoraciones positivas de la diversidad y de la diferencia. Es ost como los discursos religiosos que promueven la unidad nacional, 0 muestras de coinci- dencia entre practica politica y religiosc 0 espiritual son cuestionades por la intelec- tualidad pro-demoerética, pues ven en la confluencia religidn-politica un riesgo para la democracia Peer ee En suma, son varios los factores que permiten comprender la emergencia de las nuevas cludadanias. En términos econé- micos los cambios en los modos de produccién capitalista que subrayan una participacién mds activa de los sujetos en un consumo mas reflexivo, y mds diferenciado. La crisis del estado de bienestar europeo en el que se inspiré el Estado social de de- recho colombiano, que ha motivado la movilizacién de diversas fuerzas sociales en defensa de derechos sociales adquiri- dos, configurando una ciudadania més consciente de si misma. De igual forma, en clave de andlisis socioe- conémico, las nuevas ciudadanias han sufrido el impacto de un cambio en el modelo capi- talista que, resultado del desmonte gradual del estado de bienestar, ha limitado derechos cuando no los ha restringido 0, en la practica, eliminado. Los ciudadanos hoy se ven ante la disyuntiva de participar activamente en la rei vindicacién de sus derechos, 0 la conservacin de puestos de trabajo cada vez més precariza: dos, con posibilidades limitadas de asociacién sindical y de diélogo simétrico con los duefios del gran capital. Figura 12, Confluencia religién-politica Fuente: shutterstock/496938280 ny Mga En términos politicos, la cuestién de como profundizar la democracia, de cémo crear las oportunidades para el desarrollo de los talentos y el alcance pleno de las libertades que prevé la misma para todos los individuos, de cémo utilizar el poder que, como ciudadano, al menos formalmente poseo, son cues- tiones esenciales y un terreno de lucha para los nuevos ciudadanos. La gestion comunitaria, la generacién dinémica de liderazgos politicos en los niveles locales yrregionales, la toma responsable del poder ciudadano que eventualmente el es- tado delega cuando consulta a sus ciudadanos son hechos que permiten pensar qué significa ser ciudadano en el mundo actual Fun Meee eee Sanat fees? oleae reat Wa aul Teen eet SMC Recurlaa ae Beene) ee selael ite ke tater Fuente: En términos culturales, la dimensién afectiva, emocional, y sensible, cobra importancia @ Ia hora de explicar la entronizacién de discursos en la vida publica de las sociedades contempordneas. Sensibilidades alegéricas y simbdlicas facilitan la comprensién de la circulacién y apropiacién de discursos por parte de los ciudadanos del siglo XX! respecto de temas como el maltrato animal, la aceptacién y valoracién positiva de la diferencia, la conservacién del medio ambiente, el respeto a Ia naturaleza, la disminucién del dolor tanto humano como animal, el rechazo de practicas violentas y discriminatorias contra actores sociales como Ia mujer 0 contra minorias étnicas, religiosas, 0 raciales. En conclusién, las nuevas ciudadanias se encuentran ante diversos desafios. Conso- lidar y profundizar modelos democraticos de convivencia, plurales, y econémicamente viables y sustentables, mds alld de las fallas estructurales y recurrentes de los mercados, y més allé del agotamiento de unos recursos naturales finitos que se han convertide en la gran preocupacién de los ciudadanos hoy. eee renee eae ae) Arango, G., L. G., y Urrea, G., F. (2000) Culturas empresariales en Colombia. En Ra RO Re ig eg aa eet ea Sic Cees eer ee Ee Rem Oey CeO Ree aaa a ea eae rR cc ee eee ei reer ed a eee eat eA ess Peele el ois eclaeg ciate Me eateial tl ote eel te lels eta een ore Pe eee easel ceo ed Calderén, F. (2007). Ciudadania y desarrollo. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. PEM acer MR Oe Me SI Ree ki eee A Garavito, C. (26 de julio de 2017). No basta con decir no. E/ Espectador. Recuperado Eerie eeteeietele Secu y(- gion ere: lege LOST Hal,B.,H. (10dejuliode2017) .Porquéhoynoesposiblelarevolucién.£iPais.,Recuperado de Pee eee AAP (Pees ae SAO Hinkelamert, Fy Mora, H. (2009) .Por una economia orientada hacia la reproduccién de la vida. Iconos, (33) 39-49. Tera aC) Re ae Ree Reh Ree a Cet Ea Stora YOL MRI eRe ILO mental meats ve Dee MO) aa ere Nate ele ete cinco Ce Ly Tet COR OL OER Re Ea elec ge cele el ea Ree i eT seme HO ee eee Londofo, J. C. (18 de julio de 2017). Vuelven los barbaros. El Espectador. 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