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Introducción:
Todos Han Pecado
Muchas personas hoy en día son semejantes al hombre que dijo: “No soy suficientemente
bueno para ir al cielo, ni tan malo para ir al infierno.” Se creen más o menos buenos y
que de alguna manera Dios les dará un hogar en el cielo.
¿Qué dice la Biblia acerca del hombre? Dice así: “Engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9). “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Todos
han pecado; yo he pecado, tú has pecado. Somos como el hombre que se encontraba perdido
en un bosque. Al fin se encontraba tan confundido que se sentó y esperó que alguien le
viniera a encontrar. ¿Te encuentras tú perdido? ¿Sabes a dónde ir?
Jesús ofrece un premio aún más grande. Él te dice esta noche dice: “Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Mucha gente
ya aceptó esta llamada; ¿y tú? Jesús te está llamando ahora. Estas palabras son para ti. Si
estás cansado del pecado, si te sientes atribulado, acércate a aquel que te dará descanso. Él
borrará tu pasado pecaminoso. Cargará sobre Sí la carga que te agobia. Él puede aliviar
todas tus turbaciones, porque tiene cuidado de ti. Él extiende su brazo para ayudarte ahora.
Jesús te dice esta noche: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna;
y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Fíjate en la
última parte del verso, “ha pasado de muerte a vida.” Esto no necesita tomar mucho
tiempo. El precio esta pagado y ahora mismo puedes ser librado. Él pagó el precio cuando
murió en la cruz. Allí fueron pagados tus pecados. Pero necesitas mirar con fe a Jesús quien
murió en la cruz en tu lugar.
¿Puedes creer esto? ¿Puedes creer a Jesús y su Palabra y dejarle la carga de tus angustias y
pecados? Ora a Él, arrepiéntete, confiesa tus pecados y recibe gratis el don de paz. Nace de
nuevo y sé un hijo de Dios. Jesús dice “Os es necesario nacer de nuevo.” (Juan 3:7) Esto
quiere decir nacer del Espíritu Santo.
Ahora te gozas en la palabra de Dios. La lees, la escuchas y la estudias. Aun puedes amar a
aquellos que antes no querías. Tienes comunión con Dios por medio de la oración en tu
hogar, en la iglesia, y recibes fuerza para decirle no al tentador. Cuando llegan las
tentaciones sabes que Dios está cerca, presto para ayudarte en tiempos difíciles. Al crecer
en la vida cristiana encuentras que la oración es el aliento vital de la vida del cristiano. No
puedes permanecer sin la oración.
Al llegar a conocer mejor la Palabra de Dios, puedes extenderte más y ayudar a aquellos que
están en pecado. Puedes ayudar con el trabajo en la iglesia. Puedes enseñar la escuela
dominical, ayudar en las clases bíblicas y con el culto en la iglesia. En público puedes
testificar por el Señor. Dios te guiará a una vida activa. De esta manera honras a Dios y
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muestras tu agradecimiento por lo que Él ha hecho en tu vida. Dios llama a cada cristiano a
su servicio. El apóstol Pablo nos da muy buenas instrucciones acerca de esto. Él dice:
“Hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).
Es menester obedecer la Palabra de Dios y al Espíritu Santo quien nos guía en la buena
senda. Jesús dio mucho énfasis a que debemos ser hacedores de la voluntad de nuestro
Padre celestial. “No todo el que me dice “Señor, Señor”, entrara en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21).
Dios Te Recompensará
¿Cómo te recompensará Dios? Verdaderamente hay dos etapas de recompensa; una aquí en
esta vida, y la otra en la vida venidera.
Jesús nos dice esta noche: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo
la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). La paz de la cual Él
habla aquí es para aquellos que tienen sus pecados perdonados, cuyos corazones son
emblanquecidos por medio de la sangre de Cristo. Esta paz es para aquellos que han
entregado completamente su vida al Señor. Él da esta paz a los hombres para que su vida
cristiana sea de valor. Al dirigirte a Él con todos tus problemas puedes tener la paz en tu
corazón. Esta es parte de la recompensa.
Como hijo de Dios no necesitas temer la venida del Señor Jesús. Jesús viene para llevar a sus
hijos al cielo. Él dice esta noche: “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el
tiempo” (Marcos 13:33).