La textura de drenaje se califica tomando sobre el mapa,
al azar, muestras de un kilómetro cuadrado, y según la cantidad de drenajes que se observe dentro de cada muestra, se puede calificar como textura gruesa, media o 214 fina, según haya una cantidad baja, media o alta de drenajes por unidad de área, respectivamente. Teniendo en cuenta la estrecha relación existente entre la textura y la densidad de drenaje, y con el fin de eliminar la subjetividad que se puede presentar al calificar la textura, se ha optado por relacionar las calificaciones de textura de drenaje con la escala de valores asignada a la densidad de drenaje, de tal forma que a una densidad de cauces menor a 1,5 Km/Km², corresponde una textura de drenaje gruesa; entre 1,5 y 3,0 Km/Km², se tiene una textura media, y mayor de 3,0 Km/Km², la textura es fina. Esta clasificación es válida cuando se trabaja con planchas cartográficas a escala 1:25.000. Según la clasificación de Way (1978), citado por el Ministerio del Medio Ambiente de España (1998), la textura de drenaje se puede determinar por fotointerpretación, utilizando fotografías aéreas a escala 1:20.000. Textura fina es aquella en la que el espaciamiento medio entre tributarios y corrientes de primer orden es menor de 0,60 cm., en la fotografía aérea. Cuencas con esta textura de drenaje reflejan elevados niveles de escorrentía superficial, roca madre impermeable y suelos de baja permeabilidad. La textura media se presenta cuando el espaciamiento medio entre corrientes de primer orden oscila entre 0,60 y 5 cm. La escorrentía es media, la textura y la permeabilidad de los suelos son intermedias. Cuando la separación entre corrientes de primer orden es superior a 5 cm., se tiene una cuenca con textura de drenaje gruesa. En este caso, la escorrentía superficial es menor, la roca es más resistente, aunque más permeable, y los suelos tienen elevada permeabilidad. Figura 22. 7.2.7 Frecuencia de cauces ( F ). Otro parámetro similar a la densidad de drenaje, es la frecuencia de cauces, que se define como el cociente entre el número cauces existentes en la cuenca ( NC ) y la superficie de la misma ( A ). Se expresa en número de cauces por kilómetro cuadrado. 215 A NC F= La utilización conjunta de la densidad de drenaje y la frecuencia de cauces, facilita, en gran medida, la clasificación de cuencas, ya que, en muchas ocasiones, existen cuencas muy diferentes con la misma frecuencia de cauces, que pueden distinguirse calculando su densidad de drenaje, o a la inversa. Figura 22. Texturas de drenaje 7.2.8 Extensión media de la escorrentía superficial ( E ). Se define como la distancia media en que el agua de lluvia tendría que escurrir sobre los terrenos de una cuenca, en caso de que la escorrentía se diese en línea recta, desde donde la lluvia cayó, hasta el punto más próximo al lecho de una corriente cualquiera de la cuenca. Considerando que una cuenca de área A pueda ser representada por un área de drenaje rectangular, y teniendo un curso de longitud L , igual a la longitud total de las corrientes de agua dentro de ella, que pasa por su centro, como se muestra en la figura 23, la extensión media E , de la escorrentía superficial será: L A A lL l 4 = 4 ⇒= 216 Figura 23. Extensión media de la escorrentía superficial 7.3 ASPECTOS DEL RELIEVE SUPERFICIAL Y DE LOS SISTEMAS DE CAUCES El estudio del relieve superficial de una cuenca hidrográfica se debe hacer por separado del relieve de los cauces, pero su análisis e interpretación están estrechamente relacionados, en razón de que estos dos parámetros son factores determinantes de la torrencialidad de las cuencas. De otra parte,