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INTRODUCCIÓN

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades de salud


mental complejas, multicausadas, que afectan principalmente a adolescentes y
mujeres jóvenes.

Los TCA representan la tercera enfermedad crónica más común entre las
jóvenes, y también es un trastorno más común en las mujeres.

La Organización Mundial de la Salud ha ubicado a los TCA entre las


enfermedades mentales de prioridad para los niños y adolescentes dado el
riesgo para la salud que implican. El diagnóstico más frecuente entre
adolescentes es el Trastornos Alimentario No Especificado (TANE), seguido por
el de Anorexia Nervosa y, finalmente, el de Bulimia Nervosa. Estos trastornos
abarcan factores psicológicos, físicos, y elementos del medio ambiente en su
etiología, desarrollo y mantenimiento y comparten síntomas cardinales tales
como la insatisfacción con la imagen corporal o una influencia anormal de ésta
en la valoración personal, preocupación persistente e interferente por la
comida, peso y/o forma corporal y el uso de medidas no saludables para
controlar o reducir el peso, las que derivan en un deterioro significativo del
bienestar psicosocial y físico de quienes los sufren.

Muchas veces su curso es crónico, lo que conlleva consecuencias que pueden


abarcar desde la morbilidad médica y psiquiátrica hasta la muerte, debido a
complicaciones médicas y suicidio. Su pronóstico mejora notablemente cuando
el diagnóstico es realizado dentro de los tres primeros años de la enfermedad,
por lo que el diagnóstico precoz es fundamental para mejorar su pronóstico y
prevenir la cronicidad.
TRANSTORNO ALIMENTICIO

DEFINICIÓN

Los trastornos de la alimentación, también llamados trastornos de la conducta


alimentaria, son enfermedades médicas graves con una influencia biológica
que se caracterizan por alteraciones graves de las conductas alimentarias.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos trastornos se


presentan con comportamientos alimentarios anormales, acompañados por una
distorsión en la percepción de la imagen corporal, una preocupación excesiva
por el peso y por la comida.

CAUSAS

Se desconoce la causa exacta de los trastornos alimentarios. Los


investigadores creen que estas afecciones son causadas por una interacción
compleja de factores, incluyendo genéticos, biológicos, conductuales,
psicológicos y sociales.

En niños

Los niños pequeños, incluidos los bebés, pueden rechazar el alimento por
diferentes motivos incluida la dentición. También si está enfermo, presenta
fiebre, alguna infección de vías respiratorias u otro tipo de problemas o
malestar físico.

Anorexia infantil: el niño rechaza comer de forma permanente y comienza una


pérdida de peso. En bebés de seis meses al cambiar de alimentación hay niños
que rechazan comer. Esto ha de tenerse en cuenta para evitar forzarles. Las
causas de la anorexia infantil pueden ser diversas. Deben ser evaluadas por un
médico pediatra para poder poner en práctica un protocolo de tratamiento
eficaz.

La bulimia infantil implica que el niño come alimentos muy energéticos de


manera voraz y luego los vomita. Suelen ser niños que presentan problemas
psicológicos del tipo ansioso y/o depresivo.
El síndrome de PICA. En él los niños comen de manera incontrolada cosas que
no son alimentos como tierra, hormigas, pintura, papel, plástico, pegamento. Se
asocia a presentar desnutrición, autismo o trastornos cognitivos del desarrollo.
Este tipo de problemas deben de consultarse al pediatra porque pueden estar
asociados a trastornos del desarrollo del niño.

La rumiación es un trastorno que aparece en los niños ante problemas


afectivos, aunque siempre debe descartarse algún problema orgánico que
impida deglutir adecuadamente al niño. Consiste en que el niño mastica y
regurgita la comida para volver a masticarla.

También existen más trastornos alimenticios infantiles causados por problemas


físicos en la boca como las caries, la celiaquía (que implica una intolerancia al
gluten), la diabetes infantil o las alergias alimentarias. Todas ellas deben ser
evaluadas y diagnosticadas por el pediatra y puestas en tratamiento
adecuadamente.

En los jóvenes

Entre los factores que aumentan el riesgo para la aparición de los trastornos
alimentarios en la adolescencia y la juventud se encuentran: la genética, los
cambios corporales en la pubertad, la vulnerabilidad de los adolescentes a los
ideales de delgadez, la presión social por ser delgada, la insatisfacción con la
imagen corporal, la dieta restrictiva, la depresión y la baja autoestima. Sin
embargo, se sugiere que en las diferentes culturas los trastornos del
comportamiento alimentario pueden venir de una serie de condiciones no
relacionadas con las conductas compensatorias o con el peso, pero con la
forma del cuerpo o parte de lo mismo.

Factores interpersonales que pueden contribuir a los trastornos


alimenticios:

 Relaciones personales y familiares problemáticas.


 Dificultad para expresar sentimientos y emociones.
 Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso.
 Historia de abuso físico o sexual.
EFECTOS

Los trastornos alimenticios pueden dañar el corazón, el aparato digestivo, los


huesos, los dientes y la boca. Pueden llevar a otras enfermedades. También
están relacionados con la depresión, la ansiedad, las autolesiones y los
pensamientos y comportamientos suicidas.

 Anorexia Nerviosa

En el ciclo de auto-inanición de la anorexia nerviosa, el cuerpo es negado de


los nutrientes esenciales que necesita para un funcionamiento adecuado. Por
lo tanto, el cuerpo es forzado a disminuir todos sus procesos para conservar
energía, resultando en consecuencias médicas muy serias, como las
siguientes:

Disminución anormal en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, indicando


que el músculo cardíaco está debilitado. El riesgo de falla cardíaca incrementa
a medida que la presión y la frecuencia cardíaca bajan.

Reducción en la densidad de los huesos (osteoporosis) que resulta en huesos


débiles y frágiles.

Pérdida de músculo y debilidad muscular.

Deshidratación severa que puede resultar en falla renal.

Sensación de desmayo, fatiga y debilidad general.

Cabello y piel secas; la pérdida de cabello es común.

Crecimiento en todo el cuerpo, incluyendo la cara, de una capa fina de cabello


conocido como lanugo en un esfuerzo de conservar el calor corporal.

 Bulimia Nerviosa

Los ciclos recurrentes de atracones y purgaciones de la bulimia pueden afectar


todo el sistema digestivo y llevar a un desbalance químico y electrolítico en el
cuerpo que puede afectar las funciones del corazón y otros órganos
principales. Algunas de las consecuencias médicas de la bulimia incluyen:
Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y
posible falla cardíaca y muerte.

El desbalance electrolítico es causado por deshidratación y pérdida de potasio,


sodio y cloro por parte del cuerpo por resultado de las purgaciones.

Ruptura gástrica potencial durante los períodos de atracón.

Inflamación y posible ruptura del esófago debido al vómito frecuente.

Caries dentales y destrucción de los dientes debido al contacto con los ácidos
estomacales durante el vómito frecuente.

Movimientos intestinales irregulares y constipación crónica como resultado del


abuso de laxantes.

Úlceras pépticas y pancreatitis.

 Trastorno por Atracón

El trastorno por atracón usualmente resulta en muchas de las complicaciones


médicas asociadas con la obesidad clínica. Algunas de las consecuencias
médicas potenciales del trastorno por atracón incluyen:

Presión arterial alta.

Niveles altos de colesterol.

Enfermedad cardíaca como resultado de los niveles elevados de triglicéridos.

Diabetes mellitus tipo II.

Enfermedades de la vesícula biliar.


ANEXOS
CONCLUSIÓN
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades
psiquiátricas complejas, multicausadas, que afectan principalmente a
adolescentes y mujeres jóvenes. El diagnóstico más frecuente durante la
adolescencia es el de TCA no especificado, seguido por el de anorexia
nerviosa y bulimia nerviosa. Todos estos trastornos comparten síntomas
cardinales tales como la preocupación excesiva por la comida, peso y/o figura
corporal y el uso de medidas no saludables para controlar o reducir el peso
corporal.

Los TCA muchas veces se acompañan de complicaciones médicas así como


psicológicas que potencialmente pueden dejar secuelas irreversibles para el
desarrollo del joven o adolescente. Para evitar la cronicidad del trastorno, se
recomienda un tratamiento temprano lo cual requiere de un diagnóstico y
derivación oportunos a un equipo especializado.

Este equipo requiere ser interdisciplinario con experiencia tanto en TCA como
en adolescencia, para poder abarcar las diversas facetas del trastorno así
como las particularidades y desafíos que implica su aparición durante la
adolescencia.

La colaboración de la familia y la reeducación también de los familiares es muy


importante, ya que deberán cambiar sus hábitos alimentarios y analizar los
mensajes que transmiten a los niños en relación al peso y la alimentación.
Además en el caso de trastornos alimenticios en niños, se debe de tener
mucha atención de los padres o cuidadores principales, y ver si el niño rechaza
alimentos y se le fuerza, forcejea o incluso se le obliga físicamente o se le
castiga, puede mantener esta conducta en el tiempo para llamar la atención de
los padres.

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