Una clase tradicional frente a una clase en línea

A medida que la tecnología avanza sustancialmente, repercute en todos los ámbitos de

nuestra vida, incluso en la forma de aprender. En la actualidad, podemos asistir a clases

tradicionales en centros de enseñanza presenciales o a clases virtuales en universidades e

institutos en línea. A pesar de compartir algunas similitudes superficiales, las diferencias

entre una clase tradicional y una clase en línea son notables. Ambos tipos de aprendizaje

requieren instrucción por parte de los profesores y tienen métodos de evaluación

comparables. Sin embargo, difieren entre sí en cuanto a programación, proceso de

aprendizaje y comunicación.

La primera diferencia entre una clase tradicional y una clase en línea es el horario. La

clase tradicional requiere un lugar o entorno fijo para aprender y enseñar. Esto limita el

número de estudiantes que pueden estudiar al mismo tiempo. El número de estudiantes

dependerá del tamaño de la clase y del centro de enseñanza. Además, la clase tradicional

no es flexible, ya que obliga a los alumnos y profesores a asistir a un lugar concreto en un

horario específico. Por ejemplo, los alumnos de clases tradicionales tienen la

responsabilidad de presentarse en clase para cumplir el requisito de asistencia (Quality

Distance Education at your Fingertips, s.f.). Por lo tanto, no es conveniente para los

trabajadores a tiempo completo, ya que tendrían dificultades para disponer de tiempo

libre para asistir a clase. Por otro lado, la clase en línea permite que un número ilimitado

de alumnos aprendan al mismo tiempo, lo que sólo requiere conexión a la red para

acceder a la clase virtual. También es posible que alumnos de distintos países se reúnan

en una misma clase. Los estudiantes pueden distribuir su tiempo fácilmente para cursar

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sus estudios en clases virtuales. Esto se debe a que el entorno en línea ofrece distintas

oportunidades para un aprendizaje flexible y centrado en el estudiante. Logan, Elisabeth,

Rebecca Augustyniak y Alison Rees (2002), citadas por Driscoll et al. (2012), afirman

que en las clases en línea se exige a los estudiantes que asuman la responsabilidad de su

propia educación y se les obliga a ser proactivos en el proceso de aprendizaje. En

resumen, la flexibilidad de las clases en línea permite a los estudiantes asistir a clase en

cualquier momento y en cualquier lugar, mientras que los estudiantes de las clases

tradicionales tienen que cumplir horarios rígidos para completar sus estudios.

El proceso de aprendizaje es otro aspecto que diferencia las clases en línea de las

tradicionales; sin embargo, son similares en cuanto a la forma de acceder a la

información. En el caso de las clases tradicionales, los estudiantes tendrían que acudir a

un centro de enseñanza física para cursar sus estudios. La clase tradicional estaría más

enfocada a los libros. Materiales como apuntes de clase, apuntes de tutoría, libros de

referencia y libros de texto son necesarios para las clases tradicionales. La biblioteca es el

lugar donde los estudiantes pueden encontrar más información sobre los cursos. En la

biblioteca hay revistas, libros de consulta, diccionarios y disertaciones a los que pueden

recurrir los estudiantes. En cambio, el proceso de aprendizaje de la clase en línea depende

básicamente del ordenador y de Internet. Todos los materiales de estudio están

disponibles básicamente en clases en línea y otros sitios web externos. Los alumnos a

distancia deben ser independientes y muy disciplinados para lograr un aprendizaje en

línea sobresaliente (Kokemuller, s.f.). Sólo la perseverancia puede prometer el éxito del

aprendizaje en línea. James y Gardner (1995), citados por Díaz y Cartnal (1999),

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mencionan que los estudiantes que favorecen la confianza en las habilidades de

aprendizaje independiente serían más adecuados para una clase en línea. Además, las

clases en línea pueden programar con frecuencia debates en tiempo real para realizar sus

tareas o proyectos, mientras que los debates en las clases tradicionales normalmente

requieren la presencia de los participantes. Blackmore (1996), citado por Díaz y Cartnal

(1999), recomienda que lo que pueden hacer los profesores para ayudar en el proceso de

aprendizaje es simplemente estar alerta de que existen diversos estilos de aprendizaje en

la población estudiantil. Sin embargo, los alumnos de ambos tipos de clases pueden

acceder a la misma plataforma de información, que es Internet. Ambos tipos de

aprendizaje requieren que los alumnos naveguen por Internet para adquirir más

conocimientos sobre determinadas materias. Por lo tanto, los estudiantes pueden sentir la

distinción entre las clases tradicionales y las clases en línea en términos de proceso de

aprendizaje, sin embargo, Internet es la base común para los estudiantes de ambas clases

para obtener más conocimientos sobre el curso.

Existe una diferencia considerable en cuanto al método de comunicación entre la clase

tradicional y la clase en línea, pero ambas comparten el mismo objetivo, que es transmitir

la información al alumno. La clase tradicional aplica el método de aprendizaje presencial,

que permite al profesor interactuar directamente con los alumnos. Por ejemplo, los

estudiantes podrían reunirse con los instructores en clase o durante la hora de consulta.

Los estudiantes también podían mantener una comunicación informal con sus

compañeros, ya que en las clases tradicionales podían reunirse con ellos en persona con

frecuencia. Por el contrario, la clase en línea carece de interacción directa entre alumnos

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y profesor. Normalmente, la comunicación formal tiene lugar en clases virtuales. Los

estudiantes tendrían que comunicarse con los profesores y compañeros por correo

electrónico, redes sociales o en el foro de debate de clase. Según Clark-Ibáñez y Scott

(2008), los instructores de las clases tradicionales podían observar a sus alumnos mirando

e interpretando las expresiones faciales o los signos de falta de atención de los

estudiantes, con lo que podían reaccionar inmediatamente para rectificar las cosas que

pudieran haber ido mal, a diferencia de las clases en línea. Por el contrario, el entorno en

línea podría proporcionar un lugar más cómodo para la participación entre los estudiantes

que son tímidos o carecen de confianza y que pueden sentirse intimidados por el entorno

público de un aula presencial (Driscoll et al., 2012). No obstante, ambos tipos de

comunicación son necesarios para transmitir el mensaje a los estudiantes, de modo que

éstos puedan adquirir más conocimientos en sus estudios. Por lo tanto, la comunicación

tanto en la clase tradicional como en la clase en línea es significativa, aunque la

comunicación en la clase tradicional es más directa e informal que en la clase en línea.

Hay varias semejanzas entre la clase tradicional y la clase en línea, aparte de las

importantes distinciones comentadas. La instrucción del profesor es indispensable tanto

en la clase tradicional como en la clase en línea. Ambos tipos de aprendizaje se basan

plenamente en la enseñanza impartida por profesores o conferenciantes. Los instructores

desempeñan un papel crucial a la hora de transmitir la información y guiar a los

estudiantes a lo largo del curso. En una clase tradicional, los profesores tendrían que

acudir a clase y presentar el material didáctico . Los estudiantes tendrían que asistir

regularmente a las clases tradicionales para adquirir más conocimientos sobre sus cursos.

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Goodlad (1984), citado por Relan y Gillani (1997), describe el escenario de la

"instrucción tradicional en clase": No predomina el "cómo" sino el "qué" aprender.

Profesores y alumnos estaban ocupados "cubriendo" lo que se establecía en los libros de

texto y cuadernos de ejercicios. Los alumnos estaban moderadamente ocupados en tareas

predeterminadas por los profesores. En general, la materia estudiada parecía estar alejada

de las preocupaciones e intereses cotidianos de los alumnos (Goodlad, 1984, pp. 13-14).

En cuanto a las clases en línea, un alumno en línea puede ver los materiales de

aprendizaje a su conveniencia, ya que hay varios instructores que presentan los materiales

de aprendizaje en directo, han pregrabado sus conferencias, o incluso interactúan uno a

uno con los estudiantes (Tucker, s.f.). No obstante, los instructores deben desempeñar el

papel de mentores de los alumnos a distancia, proporcionándoles asistencia académica y

animándoles a participar activamente en foros o debates en línea sobre el tema de sus

cursos (Stansfield et al., 2004). En resumen, los estudiantes deben interactuar con los

instructores y obtener información tanto en la clase tradicional como en la virtual.

Además, ambos tipos de aprendizaje tienen el mismo método de evaluación, que consiste

en pruebas formales y tareas (¿Es Online para mí? Presencial vs. Online, 2013). Por lo

tanto, tanto si se opta por la clase en línea como por la clase tradicional, habrá una tarea

que completar y ésta deberá ser instruida por los profesores. En las clases tradicionales,

los alumnos suelen poder corregirse mutuamente sus trabajos o editar sus trabajos

escritos, pero en las clases en línea es difícil llevar a cabo esta tarea, a menos que los

alumnos se envíen los trabajos electrónicamente. Sin embargo, hoy en día las tareas de

revisión por pares no sólo están disponibles para las clases tradicionales, sino también

para las clases en línea. Por ejemplo, la mayoría de las tareas de los cursos en línea

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disponibles en Coursera, una plataforma de educación en línea gratuita, ofrecen

evaluaciones entre compañeros, en las que los estudiantes utilizan una rúbrica de

calificación para puntuar otras evaluaciones de otros estudiantes (Pedagogy, s.f.).

Además, ambas clases también tienen la similitud de que se realizan exámenes para

identificar qué han entendido realmente los alumnos de los cursos. El profesor establece

los límites de tiempo para la realización del examen, que puede ser a libro cerrado o a

libro abierto (Tucker, s.f.). Los estudiantes tendrían que presentarse a las pruebas en sus

respectivos centros de enseñanza. Por el contrario, las pruebas realizadas en clase en línea

son bastante exclusivas. Por ejemplo, los estudiantes a distancia de los cursos en línea de

la Universidad de Delaware pueden realizar los exámenes a través de ProctorU.com, una

plataforma que permite a los estudiantes realizar los exámenes en línea desde casa. Se

requiere cámara web y micrófono para los exámenes en línea, y se cobra una tasa por

examen (University of Delaware Online Exams, s.f.). Es evidente que el método de

evaluación de las clases tradicionales y de las clases en línea es idéntico.

Como conclusión, podríamos experimentar varias distinciones entre la clase tradicional y

la clase en línea, como la programación fija frente a la programación flexible, el proceso

de aprendizaje basado en libros frente al proceso de aprendizaje basado en la tecnología,

y la comunicación cara a cara frente a la comunicación en línea. Sin embargo, estas

diferencias no extinguen sus similitudes, en las que ambos tipos de aprendizaje dependen

de las instrucciones de los profesores y tienen el mismo método de evaluación. Tanto la

clase tradicional como la clase en línea tienen el mismo objetivo: transmitir información

a los alumnos. El aprendizaje desempeña un papel importante en nuestra vida, y el

conocimiento es un activo que podemos utilizar para hacer frente a los acontecimientos

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cotidianos. Como hemos visto, sólo diferentes personajes particulares se adaptarían a la

clase tradicional o a la clase en línea. Por lo tanto, tendríamos que identificar nuestra

personalidad y nuestras preferencias antes de elegir entre estas dos alternativas.

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