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Los factores terapéuticos de Yalom en la psicoterapia de grupo

Yalom (1995) ha identificado empíricamente once factores basados en la "intrincada interacción


de la experiencia humana" y que abren el camino al cambio terapéutico. Estos once factores
son: (1) Infundir esperanza,
(2) Universalidad, (3) Transmisión de información, (4) Altruismo, (5) Recapitulación correctiva
del grupo familiar primario, (6) Desarrollo de técnicas de socialización, (7) Comportamiento
imitativo, (8) Aprendizaje interpersonal, (9) Cohesión del grupo, (10) Catarsis y (11) Factores
existenciales. A continuación se describen y explican terapéuticamente cada uno de los once
factores terapéuticos.

1. Infundir esperanza: La esperanza es crucial para el proceso terapéutico. Los miembros del
grupo (y los facilitadores) deben lograr y mantener la esperanza de que el cambio es posible. La
esperanza es necesaria no sólo para mantener a los clientes en terapia, sino que "la fe en un
modo de tratamiento puede ser en sí misma terapéuticamente eficaz". Como facilitador del
grupo, debe ser capaz de comunicar cómo este enfoque grupal ayudará a los miembros del
grupo. Además, debe intentar capitalizar su esperanza en la eficacia de este enfoque de
tratamiento siempre que sea posible (por ejemplo, en las primeras sesiones de grupo, reforzar
las expectativas positivas, educar ante las ideas preconcebidas negativas y dirigir la atención a
las mejoras mostradas durante el transcurso del grupo).

2. Universalidad: Los clientes pueden entrar en la terapia de grupo con la idea preconcebida de
que están solos con sus problemas y que los demás no comparten dificultades similares.
Aunque esto es cierto hasta cierto punto, la desconfirmación de su singularidad puede suponer
una poderosa sensación de alivio. Es decir, los clientes aprenden que son universalmente
similares entre sí. Se supone que a medida que los clientes empiecen a compartir y conocer las
similitudes de los demás, se volverán más confiados y abiertos entre sí. Su papel es contribuir al
desarrollo de la universalidad del grupo señalando las similitudes entre sus miembros. Cuando
los clientes presenten problemas u objetivos similares, es importante indicarles el carácter
universal de sus problemas. Esto puede lograrse más fácilmente durante la primera sesión de
grupo. Cuando los clientes empiecen a hablar de sus vidas, usted ayudará al grupo a identificar
puntos en común en sus historias vitales, problemas y objetivos.

3. Impartir información: Este factor terapéutico incluye tanto la instrucción didáctica (por
ejemplo, la psicoeducación) como el asesoramiento directo (por parte del facilitador y de los
miembros del grupo). En general, los clientes de los grupos orientados a los procesos
interpersonales no valoran mucho la instrucción didáctica ni el dar consejos, y Yalom
desaconseja tales prácticas. Como facilitador, puede optar por utilizar la psicoeducación u
ofrecer sugerencias a algunos miembros del grupo para facilitar su crecimiento y mejora. No
obstante, se recomienda no abusar de estas intervenciones. Los miembros del grupo también se
darán consejos unos a otros, sobre todo en las primeras fases del grupo. Aunque los miembros
del grupo no suelen considerar muy beneficiosos los consejos de otros miembros del grupo, dar
consejos sirve para algo. El proceso, más que el contenido, es importante, ya que implica y
transmite interés y cariño mutuos. Esta es una faceta importante de la terapia de grupo y los

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clientes pueden beneficiarse de reconocer que se interesan y se preocupan unos por otros.

4. Altruismo: En la terapia de grupo, los clientes reciben dando. Los clientes pueden
beneficiarse especialmente de este factor, ya que puede ser una de las pocas veces que den en
lugar de recibir. Los clientes pueden creer que son una carga para los demás y la experiencia de
que pueden ser útiles o importantes para los demás puede ser refrescante y aumentar su
autoestima. Los clientes de la terapia de grupo pueden ayudarse mutuamente ofreciéndose
apoyo, consuelo, sugerencias, comprensión y compartiendo sus problemas. No es infrecuente
que los clientes de una terapia de grupo acepten las observaciones de otros clientes mucho
antes que las suyas. Puede que le perciban como un profesional que no es del mundo real, que
no puede entenderles realmente. Otros clientes son reales y comprenden su difícil situación,
por lo que son fuentes de información más creíbles. Normalmente, los clientes cuestionan la
utilidad de la terapia de grupo con preguntas como: "¿Cómo puede un ciego guiar a otro
ciego?". Esta resistencia puede explorarse mejor a través del factor terapéutico del altruismo.
En efecto, un cliente que dice que otros clientes están en la misma situación que él y no pueden
serle de ayuda está diciendo "estos clientes son como yo, y no tengo nada de valor que
ofrecerles". Puede ayudar a estos clientes a explorar su autoevaluación negativa ayudándoles a
identificar formas en las que pueden ser de ayuda para el grupo. Otros pueden beneficiarse
indirectamente de esta exploración del proceso. Además, puede resultar beneficioso reflejar el
apoyo que percibe en las sesiones de grupo.

5. La recapitulación correctiva del grupo familiar primario: Se producen dinámicas de grupo


que se asemejan mucho a las dinámicas familiares. En los grupos se reexperimentan muchos
aspectos de las familias: las figuras de autoridad/padres, los hermanos de la misma edad, las
emociones fuertes, la intimidad profunda y los sentimientos hostiles y competitivos. Las
respuestas de otros clientes del grupo serán similares a las reacciones de los miembros de la
familia. Sin embargo, la importancia terapéutica no radica en que se revivan las experiencias o
los conflictos familiares tempranos, sino en que se revivan correctamente. Su tarea consiste en
encontrar vínculos comunes entre sentimientos, pensamientos y comportamientos pasados y
actuales, y en explorar y cuestionar comportamientos interpersonales rígidos. Debe ayudar a los
clientes a identificar comportamientos muy influidos por experiencias familiares tempranas y
animarles a experimentar nuevos comportamientos interpersonales en el grupo. El grupo debe
ser un refugio seguro para que prueben nuevos comportamientos. Así, cuando los clientes
pueden resolver problemas contigo y con los demás miembros, en realidad están resolviendo
asuntos pendientes de relaciones anteriores.

6. Desarrollo de técnicas de socialización: Los grupos proporcionan un laboratorio instantáneo


para la observación y el desarrollo de habilidades sociales. El desarrollo de habilidades de
socialización en un grupo orientado a procesos interpersonales es una ganancia secundaria, ya
que el entrenamiento en habilidades sociales no suele ser uno de los objetivos de estos grupos;
sin embargo, los clientes pueden aprender de los comentarios de los demás sobre su
comportamiento social. Esto puede ofrecer a los clientes una oportunidad única de recibir
información directa sobre sus habilidades interpersonales. Parece intuitivamente plausible que

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este feedback sólo pueda ayudar a los clientes en sus relaciones interpersonales dentro y fuera
del grupo. Yalom (1995) subraya los beneficios potenciales de este factor terapéutico cuando
afirma que "los miembros más veteranos... están en sintonía con el proceso; han aprendido a
responder con ayuda a los demás; han adquirido métodos de resolución de conflictos; son
menos propensos a juzgar y más capaces de experimentar y expresar una empatía precisa." Su
tarea consiste en ayudar a los clientes a desarrollar habilidades sociales más funcionales
mediante el modelado (es decir, demostrando el comportamiento usted mismo directa o
indirectamente) y/o la retroalimentación.

7. Comportamiento imitativo: Todos hemos imitado alguna vez comportamientos ajenos. La


terapia de grupo no es diferente, ya que los clientes modelarán su propio comportamiento
basándose en el tuyo y/o en el de los miembros del grupo. Es probable que los clientes de este
grupo se "prueben" fragmentos de otras personas del grupo y se queden con los
comportamientos que "encajan" y descarten las cualidades que no encajan. Yalom (1995)
articula este punto muy sucintamente cuando escribe sobre este proceso de probar y descartar
otras cualidades o características como beneficioso porque descubrir quiénes no somos es
importante para descubrir quiénes somos.

8. Aprendizaje interpersonal: El aprendizaje interpersonal es, con mucho, el más abstracto y


difícil de explicar de todos los factores terapéuticos de Yalom. El aprendizaje interpersonal
incluye procesos similares a los de la terapia individual, como el insight, el trabajo a través de la
transferencia y la experiencia emocional correctiva. Para entender el aprendizaje interpersonal
tal y como lo identifica Yalom, primero hay que estar familiarizado con su visión de la
importancia de las relaciones interpersonales, la experiencia emocional correctiva y el grupo
como microcosmos social.

Las relaciones interpersonales son importantes porque desarrollamos un sentido de quiénes


somos basado en las percepciones y reflexiones de los demás. En general, la mayoría de los
clientes intentan vivir la vida basándose en sus propios valores y normas y de forma que los
demás puedan sentirse orgullosos de ellos. En lo que respecta a las relaciones interpersonales,
los individuos tienen tendencia a distorsionar las percepciones de los demás (Yalom se refiere a
estas percepciones distorsionadas como "distorsiones paratáxicas"). Estas distorsiones se
producen tanto en respuesta a los facilitadores como a los miembros del grupo. Por ejemplo, un
cliente crónicamente enfadado y resentido puede percibir a los demás como duros y
rechazantes. Si esta proyección puede ser identificada y discutida en grupo, entonces él/ella
puede estar en una posición única para obtener una validación consensuada (es decir, obtener
feedback del grupo con respecto a su autoevaluación).

Se supone que el grupo reavivará experiencias emocionales previas, pero que se permitirá al
cliente experimentar una "experiencia emocional correctiva". Es decir, el crecimiento del cliente
puede desarrollarse a través de la auto-revelación de material emocionalmente cargado y la
retroalimentación del grupo permite poner a prueba la realidad. Cinco componentes parecen
de suma importancia con respecto a la experiencia emocional correctiva: (1) los clientes se

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arriesgarán a expresar fuertes reacciones emocionales, (2) el grupo debe apoyar el riesgo de los
clientes, (3) se examina el proceso del grupo, (4) se reconocen los sentimientos y
comportamientos inadecuados o los comportamientos interpersonales evitados, (5) se facilitan
interacciones más honestas y profundas. Una vez más, hay que señalar que la expresión
emocional no es suficiente para promover el cambio y que un componente cognitivo (es decir,
reflexionar sobre la experiencia y encontrarle un sentido) es esencial para que se produzca el
cambio. Tendrá que ayudar al grupo enmarcando y/o dando sentido a las emociones exhibidas
en el grupo.

Uno de los principales beneficios de los grupos interactivos es que facilitan un microcosmos
social de los miembros del grupo. En otras palabras, los miembros del grupo empiezan a
interactuar entre sí como lo hacen con otros como fuera del grupo. En muchos sentidos, el
grupo representará su día a día
Mundial. Con el paso del tiempo, los miembros del grupo serán ellos mismos durante las
interacciones grupales. Como resultado, acabarán mostrando sus propios problemas o
patologías. No hace falta que preguntes por sus problemas o patologías porque ellos lo
mostrarán para que lo veas tú y todos los demás. Una de sus tareas más significativas será
identificar y someter a terapia los comportamientos interpersonales inadaptados de cada uno
de los miembros del grupo y ayudarles a aprender nuevas formas de relacionarse. Antes de
convertir el microcosmos social en una ventaja terapéutica, primero hay que identificar los
patrones desadaptativos recurrentes de los miembros del grupo. Los miembros del grupo se
transmitirán mutuamente sus sentimientos y usted deberá considerarlos como datos. Si éstos
no son los sentimientos que el cliente quiere provocar, entonces se ha identificado un
problema. Tenga en cuenta que una respuesta de otro miembro del grupo es un dato
insuficiente y debe buscar datos confirmatorios (también de otros miembros del grupo). Debe
obtenerse una validación consensuada (retroalimentación sobre la autoevaluación) del grupo
para ayudar realmente a identificar los estilos interpersonales inadaptados de cada miembro del
grupo. Algunas de las quejas más frecuentes de los clientes son que el grupo y sus interacciones
no son representativos del mundo real, que el grupo es artificial y artificioso. Cabe señalar que,
aunque los miembros del grupo sólo se reúnen una vez a la semana, están en condiciones de
explorar con gran profundidad las experiencias vitales y el funcionamiento interpersonal de
unos y otros. Desarrollar el tipo de confianza y honestidad necesarias para trabajar juntos no
puede considerarse artificial. No hay nada artificial en que un cliente exprese su enfado contigo
o con otro cliente. De hecho, en muchos sentidos, las experiencias en grupo pueden ser más
reales que su vida cotidiana.

Por último, el factor terapéutico del aprendizaje interpersonal debe incluir un debate sobre el
insight. El insight es el descubrimiento de algo importante sobre uno mismo, y puede producirse
al menos en cuatro niveles diferentes.

1. Los clientes pueden desarrollar una impresión objetiva de su estilo interpersonal. Pueden
aprender cómo les ven los demás.
2. Los clientes pueden desarrollar una comprensión de sus patrones interaccionales.

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Los factores terapéuticos de Yalom en la psicoterapia de grupo

3. Los clientes pueden llegar a comprender las motivaciones que subyacen a sus patrones de
interacción. Pueden aprender por qué interactúan de la manera en que lo hacen. Por ejemplo,
los clientes pueden aprender que se comportan de determinadas maneras para evitar las
catástrofes percibidas (por ejemplo, si expreso mi ira acabaré peleándome; si lloro, los demás
me percibirán como débil).
4. Los clientes pueden llegar a comprender cómo han llegado a ser como son.

9. Cohesión del grupo: La cohesión del grupo en su forma más básica se refiere al atractivo de
un grupo para sus miembros. Definida de forma más conductual, la cohesión del grupo se
refiere a los sentimientos de calidez y comodidad de los miembros en el grupo, sentimientos de
pertenencia, valoración del grupo y sentimientos de ser valorados, aceptados
incondicionalmente y apoyados por los demás miembros del grupo. La cohesión del grupo
parece ser un componente necesario de la terapia de grupo. No se trata de un proceso
estancado, sino que la cohesión de cualquier grupo fluctúa en función de las circunstancias del
mismo; sin embargo, debe mantenerse cierto nivel de cohesión del grupo o es probable que sus
miembros lo abandonen.

Es fundamental para el proceso de la terapia de grupo que no se malinterprete la cohesión del


grupo como comodidad. Los grupos cohesionados deberían poder expresar mejor la ira y los
conflictos. La hostilidad debe reconocerse y expresarse para evitar la hostilidad encubierta, que
obstaculizaría considerablemente la eficacia del grupo. La hostilidad en la terapia de grupo debe
procesarse y es imperativo que los miembros conflictivos del grupo establezcan un medio para
trabajar juntos. Los clientes pueden tener tendencia a evitar la expresión abierta de la ira o la
hostilidad, sin embargo, como facilitador del grupo debes ayudar al grupo a identificar y
explorar el conflicto a través de la expresión abierta de la ira. Sé consciente y prepárate para
que la expresión inicial de ira se dirija hacia ti. Si los miembros del grupo no pueden confiarte su
ira, ¿cómo van a confiar en los demás clientes? En algún momento del desarrollo inicial del
grupo debe observar retos o enfrentamientos de los clientes. Por ejemplo, es posible que se
enfrente a su falta de dirección o a su falta de atención y preocupación. Si no trata esta
expresión abierta de ira de forma sana y positiva (por ejemplo, permitiendo a los miembros
compartir su decepción, ira, etc., sin juzgarlos), establecerá inadvertidamente una norma de
grupo que desaliente la expresión abierta de sentimientos intensos.

10. Catarsis: La catarsis es el proceso de la experiencia emocional y generalmente se refiere a


expresar y descargar emociones previamente reprimidas. En general, la mayoría de los teóricos
y clínicos aceptan que la catarsis no es suficiente para promover el cambio psicológico. Como
facilitador, una de tus tareas es ayudar al cliente a ir más allá de la ventilación de sentimientos e
intentar añadir significado o sentido a la experiencia catártica. Debes facilitar el doble proceso
de expresar sentimientos y reflexionar sobre el proceso (este proceso se conoce como bucle
autorreflexivo). Por ejemplo, puede preguntar a un miembro del grupo cómo ha sido compartir
esos sentimientos en el grupo hace un momento. La catarsis es fundamental para la terapia de
grupo, sin ella el grupo sería una estéril discusión intelectual de ideas y pensamientos, pero es
insuficiente para promover el cambio y debe complementarse con otros factores terapéuticos.

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Además, este factor terapéutico permite a los clientes (posiblemente por primera vez en su
vida) aprender y ser capaces de decir lo que les preocupa. En lo que respecta a la catarsis con
los clientes, tenga en cuenta que la expresión del afecto es una experiencia relativa. Lo que uno
percibe como intenso puede no ser lo mismo que lo que otros perciben como intenso. Así, si un
cliente relativamente constreñido expresa una respuesta afectiva, considere la experiencia
desde el mundo experiencial de ese cliente.

11. Factores existenciales: Los factores existenciales se refieren a la búsqueda de propósito y


sentido en la vida, y constan de cinco puntos:
(1) "Reconocer que la vida es a veces injusta".
(2) "Reconocer que, en última instancia, no se puede escapar de algunos de los dolores de la
vida ni de la muerte".
(3) "Reconocer que, por mucho que me acerque a otras personas, debo enfrentarme a la vida
solo".
(4) "Afrontar las cuestiones básicas de mi vida y mi muerte, y así vivir mi vida con más
honestidad y estar menos atrapado en trivialidades".
(5) "Aprender que debo asumir la responsabilidad última de la forma en que vivo mi vida, por
mucha orientación y apoyo que reciba de los demás". (p.88).
En un sentido general, estos cinco factores existenciales hacen hincapié en la conciencia de la
muerte, la libertad, el aislamiento, el propósito de la vida y la lucha con la existencia. Este factor
terapéutico no se basa en técnicas o estrategias, sino que es una actitud o una forma de ver el
mundo. Su tarea consiste en ayudar al cliente a explorar su papel en el mundo y su forma de
vida.

Integración de los factores terapéuticos

Al leer sobre los once factores terapéuticos, es probable que hayas desarrollado un sentido de
aquellos factores terapéuticos que tienen más peso con respecto al proceso de cambio. Yalom
no estaría en desacuerdo con usted. Por ejemplo, infundir esperanza en sí mismo no facilita el
cambio; sin embargo, ayuda a mantener a los miembros en el grupo para permitir que otros
factores terapéuticos faciliten el cambio. Además, los factores terapéuticos no deben
considerarse individualmente, sino en conjunto. Cada factor contribuye y es crítico para el
proceso de cambio. Si pensamos en el proceso de cambio de forma circular, con el cambio en la
parte superior del bucle y cada factor conduciendo circularmente al cambio, podemos ver que si
se elimina uno de los factores, el bucle se rompe. Así pues, cada factor no es necesariamente
una condición de cambio, sino más bien un mecanismo en el proceso de cambio. Uno de los
objetivos de su grupo debe ser facilitar el proceso de cambio mediante la integración de los
factores terapéuticos descritos anteriormente.

Referencia:

6
Los factores terapéuticos de Yalom en la psicoterapia de grupo

Yalom, Irvin D. Teoría y práctica de la psicoterapia de grupo.5ª edición, Basic Books. 2010

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