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OBEDIENTES

A LA VISIÓN
CELESTIAL
Sábado, 5 de septiembre de 2009
Villahermosa, Tabasco, México
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y
exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo
tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente
error de audición, transcripción e impresión, y no debe
interpretarse como errores del Mensaje.
El texto contenido en esta conferencia puede ser
verificado con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para
propósitos personales de estudio hasta que sea publicado
formalmente.
OBEDIENTES A LA VISIÓN CELESTIAL
(Reunión de Ministros)

Dr. William Soto Santiago


Sábado, 5 de septiembre de 2009
Villahermosa, Tabasco, México

M uy buenas tardes, ministros compañeros en el


Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. Es
una bendición y privilegio grande estar con ustedes
en esta ocasión, para compartir con ustedes unos
momentos de compañerismo alrededor de la Palabra
de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo
final.
Para lo cual, leemos en el libro de los Hechos, capítulo
26, las palabras del apóstol San Pablo, versos 19 al 23, y
dice así:
“Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión
celestial,
sino que anuncié primeramente a los que están en
Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a
los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios,
haciendo obras dignas de arrepentimiento.
Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el
templo, intentaron matarme.
4 Dr. William Soto Santiago
Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero
hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a
grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los
profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:
Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la
resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo
y a los gentiles.
Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran
voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven
loco.
Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino
que hablo palabras de verdad y de cordura.
Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también
hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora
nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón.
¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.
Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades
a ser cristiano.
Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por
mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy
me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas
cadenas!
Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el
gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con
ellos;
y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí,
diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión
ha hecho este hombre.
Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto
en libertad, si no hubiera apelado a César”.
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
Obedientes a la visión celestial 5
Tomamos el verso 19 para nuestro tema, que dice:
“Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión
celestial”.
“OBEDIENTES A LA VISIÓN CELESTIAL”.
Si uno no es rebelde, entonces es obediente; por lo
cual, Pablo fue obediente a la visión celestial que Cristo
le dio para anunciar el Evangelio de Cristo, reconociendo
a Cristo como el Mesías, como el Salvador, y dándolo a
conocer a judíos y a gentiles, como Cristo en la visión le
había dicho a él.
Pues San Pablo relata su conversión, y le dice en el
verso 12 en adelante de este mismo capítulo 26, dice
Pablo:
“Ocupado en esto (o sea, ir a buscar a los cristianos,
llevaba cartas de los sacerdotes para llevarlos presos,
tomarlos presos), iba yo a Damasco con poderes y en
comisión de los principales sacerdotes,
cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi
una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la
cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz
que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra
el aguijón.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo:
Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto
he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de
las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré
a ti,
librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes
ahora te envío,
6 Dr. William Soto Santiago
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para
que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y
herencia entre los santificados”.
Aquí San Pablo narra claramente su experiencia,
su conversión a Cristo y lo que Cristo le dijo que tenía
que hacer: era colocado como ministro, como testigo de
Cristo, para anunciar el Evangelio de Cristo, para abrir los
ojos espirituales de las personas, para que se convirtieran
de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios.
O sea, lo colocó para hacer una labor muy importante
entre judíos y gentiles; y a lo último, ya fue más hacia los
gentiles que hacia los judíos, porque había sido colocado
como apóstol para los gentiles. Él no fue rebelde a la
visión celestial, sino obediente a la visión celestial.
A través de la historia del cristianismo como del
judaísmo, a través de la historia del pueblo hebreo como
de la Iglesia del Señor Jesucristo, encontraremos hombres
de Dios que no fueron desobedientes a la visión celestial,
como Enoc, Noé…
Noé tuvo la revelación divina del proyecto divino, que
sería la construcción de un arca, y le fue encomendada esa
labor a Noé1, y Noé no fue rebelde a la visión celestial;
en el cumplimiento o realización de lo que él vio en
visión estaba la salvación para él y su familia. O sea, en el
cumplimiento, en realizar la visión que Dios ha dado, está
la bendición de Dios.
Encontramos también a Abraham, que no fue rebelde
a la visión celestial cuando Dios le dijo que saliera de su
tierra y de su parentela a una tierra que Dios le mostraría2;
1 Génesis 6:13-22
2 Génesis 12:1
Obedientes a la visión celestial 7
y Abraham fue obediente: salió y llegó a esa tierra,
recibió esa bendición; Dios le dijo que todo lo que pisara
la planta de sus pies sería para él y su descendencia3. No
fue rebelde a la visión celestial y obtuvo la bendición de
Dios.
Encontramos también a Isaac y a Jacob. Jacob no fue
rebelde a la visión celestial. Dios le guiaba, le mostraba
las cosas, y él hacía como Dios le mostraba; y obtuvo la
bendición de Dios.
Vean, cuando Jacob fue hacia la casa de su tío y su
primo, para el territorio de Harán, Dios le apareció y le
dijo: “No te dejaré hasta que cumpla todo lo que te he
dicho, todo lo que te he prometido”4.
Luego, cuando estuvo unos 20 años viviendo allá y ya
era un hombre rico, le aparece el Ángel de nuevo y le dice
que se vaya a su tierra; y él se lo cuenta a sus esposas, y
ellas están de acuerdo en irse con él; ellas tampoco fueron
rebeldes a la visión celestial que le había sido dada a Jacob.
Y salieron hacia la tierra que Dios le había prometido a
Abraham, a Isaac y a Jacob, y a todos los descendientes de
ellos, y llegaron a la tierra.
Jacob con su familia, con sus esposas y sus hijos,
recibieron la bendición de Dios; porque en el cumplimiento
de la visión celestial está la bendición de Dios.
Encontramos a otras personas, como Gedeón: no fue
rebelde a la visión celestial, hizo lo que el Ángel le dijo y
obtuvo la victoria, lo cual fue una bendición para él y para
el pueblo.
Siempre en el cumplir la visión celestial está la
bendición para la persona y para los que están con él.
3 Génesis 13:14-17
4 Génesis 28:15
8 Dr. William Soto Santiago
Tenemos también a otros hombres de Dios.
¿Mencionamos a Moisés? Moisés no fue rebelde a la
visión celestial que obtuvo allá en el Sinaí cuando el
Ángel de Dios le apareció en aquel árbol y le habló; lo
envió a Egipto con una misión divina5. Y al ser obediente
a esa visión divina…, misión y visión, porque en la visión
que recibió de Dios le fue encomendada la misión.
Como a San Pablo: en la visión que recibió, también
le fue encomendada la comisión, o sea, lo que él tenía que
hacer.
Y ahora, encontramos también a otras personas a las
cuales Dios les apareció; como a Josué también, y le dijo:
“Moisés ha muerto. Ahora tú esfuérzate y sé valiente”.
Y comienza a hablarle Dios, y le dice: “Tú repartirás la
tierra en heredad a las tribus”. A él le tocaba esa labor. Ya
Moisés, a dos tribus y media, les había repartido antes de
cruzar el Jordán, y el resto lo iba a hacer Josué.
No fue rebelde tampoco a la visión de cruzar el Jordán.
No fue rebelde a las palabras del Ángel que se encontró
con él y tenía una espada en la mano6: no le hizo frente, no
atacó a ese Ángel: era el Ángel de Dios, era Cristo en Su
cuerpo angelical.
Encontramos que Josué no era rebelde a la visión
celestial que le era mostrada en diferentes ocasiones, y
tuvo la victoria. Hasta paró el sol, se detuvo el sol y la luna
por Palabra de Dios en la boca de Josué, para obtener la
victoria en aquella batalla que estaba librando7.
Así encontramos a muchos profetas, y de los jueces
también, y de los profetas, como Samuel, que no era
5 Éxodo 3:1-12
6 Josué 5:13-15
7 Josué 10:12-13
Obedientes a la visión celestial 9
rebelde a la visión celestial que le era dada en diferentes
ocasiones. Vean, ya había ungido a… O el pueblo quería
un rey, y Dios estaba reinando a través de Samuel, que
era juez y profeta. Eso era teocracia: eso es Dios reinando
por medio de un hombre. Y ahora el pueblo quería que un
hombre reinara para Dios, querían un hombre por rey, y
Samuel no quería; porque lo mejor es Dios reinando sobre
el pueblo a través de un hombre; pero el pueblo insistía.
Samuel, muy triste, se lo comunica a Dios, que el
pueblo quiere un cambio de gobierno, quiere que sea
cambiada la teocracia por la monarquía; y Samuel sabía
que la perfecta voluntad de Dios era la teocracia, y estaba
muy molesto con el pueblo. Y habla con Dios y Dios le
dice: “Dale al pueblo lo que están pidiendo”8.
Samuel pensaba que el pueblo lo había rechazado a él
porque ya estaba viejo, que era la excusa que ellos tenían.
Podían decir: “Bueno, Samuel, sería bueno que el próximo
que estará como juez en lugar tuyo ya lo conozcamos y
nos lo presentes, para irlo conociendo”; pero más bien
ellos no querían eso, ellos querían un rey, no a un juez.
Y entonces Dios le dice que le dé rey, porque no han
rechazado a Samuel; dice: “No te han rechazado a ti, sino
que me han rechazado a Mí, para que Yo no reine sobre
ellos”, no reine en la forma que lo estaba haciendo: a través
de un hombre. Más bien ellos querían que un rey fuera el
que reinara, y, por consiguiente, que ese rey reinara sobre
el pueblo y reinara para Dios; o sea, que hiciera un reino,
tuviera un reino, para Dios. Pero lo mejor es Dios reinar
sobre el pueblo a través de un hombre.
Y ahora, Samuel, aunque no estaba de acuerdo con el
deseo del pueblo, Dios había dicho que cuando el pueblo
8 1 Samuel 8:4-9
10 Dr. William Soto Santiago
quisiera rey podía tener un rey, y tenía que ser del mismo
pueblo9. Eso es también el mismo sentir de las naciones,
que se exige que su presidente sea del mismo pueblo;
tiene que haber hasta nacido en el mismo país, y ser, por
consiguiente, un ciudadano de ese país.
Y ahora, Samuel estuvo muy triste, pero no fue
desobediente a la visión celestial; hizo como Dios le dijo:
Dios le mostró a quién tenía que ungir y lo ungió, y amó
de corazón a esa persona.
Luego, más adelante, el rey no obedecía la Palabra
que Dios le daba por medio de Samuel, porque todavía
Samuel estaba vivo; y vean el conflicto entre monarquía y
teocracia.
En la teocracia, el líder que Dios usa se sujeta
al Programa de Dios, a lo que Dios dice; pero en la
monarquía, algunos líderes, reyes, no se sujetan a lo que
Dios ha dicho por medio del profeta a través del cual Dios
estuvo reinando en la teocracia; no se sujetan a Moisés, a
Josué, y a lo que habló por medio de los jueces y profetas;
y por consiguiente vienen problemas para el pueblo.
David fue el mejor rey. Y vean, cuando el pueblo quiso
rey, todavía el rey que era conforme al corazón de Dios no
había nacido; o sea que el pueblo tenía que esperar unos
años en lo que nacía el rey que sería conforme al corazón
de Dios.
Siempre encontramos que algunos quieren las cosas
antes de tiempo; y las cosas tienen un tiempo en el
Programa de Dios.
Encontramos luego a David ya jovencito; y Saúl ya
había desobedecido a Dios, cuando desobedeció lo que
Dios le dijo por medio de Samuel.
9 Deuteronomio 17:14-15
Obedientes a la visión celestial 11
Uno puede leer y ve que Samuel fue el que habló, pero
habló en Palabra de Dios; era profeta y era el último de los
jueces, y era un hombre muy importante; aun ministraba
también los sacrificios; o sea, tenía un ministerio muy
grande; y ministraba allá en el tabernáculo desde muy
jovencito.
Y ahora, cuando Dios más adelante le dice, luego de
haber rechazado a Saúl, le dice: “Ve a Belén de Judea y
allí me ungirás al que Yo te indique”10.
Y ahora, para Samuel era un problema, porque él le dice
a Dios: “Bueno, salgo yo hacia allá, y lo llega a saber Saúl:
me va a matar”; o sea que sabía que al que había ungido
como rey, ahora no era tan amigo como en el principio.
Se le fue a la cabeza esa posición de rey, que hasta
el mismo profeta Samuel sabe que lo podía matar por
conservar el trono, cuando ya Dios lo había rechazado.
Y él pudo decir: “Ya que ya Dios me ha desechado
como rey, vamos a ver a cuál Dios quiere como rey, y yo
le voy a ceder el lugar; porque no hice de acuerdo a como
Dios ordenó que hiciera; y lo voy a ayudar en todo”.
Saúl ni Samuel sabían quién sería el próximo rey; pero
ya tenía carrera militar sin uniforme, y había hecho más
sin uniforme que los que tenían uniforme; había hecho
más que Saúl, pues Saúl le tenía miedo al gigante, a
Goliat, y todos los de su ejército también; y un jovencito
fue y aceptó el reto que allí hubo.
Ahora, ya había sido ungido, sí, como rey; pero una
cosa es ser ungido como rey (en el capítulo 16 de Primera
de Samuel) y otra cosa es sentarse en el trono.
Es como los candidatos a presidentes o a alguna otra
posición, de gobernador, o de presidente municipal, o
10 1 Samuel 16:1-5
12 Dr. William Soto Santiago
alcalde, o reyes, que ya estén reconocidos y escogidos
para ser el candidato; pero de ese momento, a sentarse en
el trono presidencial, hay un lapso de tiempo en donde hay
que luchar mucho, que pelear, para obtener la victoria de
sentarse en el trono presidencial.
Y ese es el lapso de tiempo por el cual pasó David:
fue ungido siendo un jovencito, y del campo, pero era
conforme al corazón de Dios; y era el menor de la familia,
al que tenían allá en el campo trabajando con el rebaño.
Esos hermanos de David, siete hermanos mayores
que él, representan los siete ángeles mensajeros de las
siete etapas o edades de la Iglesia, como también pueden
representar los siete mensajeros de las siete etapas de
la Iglesia hebrea bajo la Ley. En ese caso, esa primera
tipología, el séptimo fue Juan el Bautista; y el octavo: que
está representado en el rey David; porque en el rey David
se reflejó Cristo, el octavo es Jesucristo.
David significa ‘amado’, ‘el amado’. Y en el Monte de
la Transfiguración11, como también cuando Juan bautizó
a Jesús12, Dios dijo: “Este es Mi Hijo amado”. ¿Ve? El
Amado, el David.
David, siendo tipo y figura de Cristo, es pasado por
una etapa de sufrimiento; y después vuelve y recupera el
trono, y es una etapa de bendición y de gloria.
Y ahora, Cristo luego se sentó en el Trono de Dios,
el Trono más importante, más importante que el Trono
de David. Así que no lo dejaron sentarse en el Trono de
David, pero miren, como todo obra para bien: se sentó en
un Trono superior, el Trono de Dios celestial; pero todo
eso estaba en el Programa Divino.
11 Mt. 17:5, Mr. 9:7, Lc. 9:35
12 Mt. 3:16-17, Mr. 1:9-11, Lc. 3:21-22
Obedientes a la visión celestial 13
Por lo tanto, no hablamos en contra del pueblo hebreo,
pues se estaba cumpliendo un Programa Divino; como
tampoco hablamos en contra de Adán y de Eva. Ya Dios
sabía todo eso; y si Él no lo impidió, ¿quiénes somos
nosotros para estar criticando a Adán y a Eva, o al pueblo
hebreo porque hayan rechazado a Jesús? Todo eso estaba
en el Programa Divino, y ya estaba reflejado, tipificado,
en José el hijo de Jacob, y también en David, y en otros
profetas.
Y ahora, por cuanto se abrió la Dispensación de la
Gracia, vean ustedes… pero vamos un poquito antes.
Vean, David también…, o Samuel, no fue rebelde
cuando le fue mostrada la visión de que ungiera a David:
Fue, arriesgó su vida, usó la estrategia que Dios le dio, y
entonces lo ungió como rey13; y después el muchacho se
fue para el campo otra vez a trabajar con las ovejas.
Cuando ocurrió la guerra con los filisteos14 Dios lo
guio; Dios guio todas las cosas para que estuviera allá,
viera lo que estaba pasando; pero fue a llevarle quesos
y otras cosas a sus hermanos. Pero sus hermanos, y
sobre todo el mayor, dice: “No, tú a lo que has venido
es a ver la guerra, porque tú eres rebelde, tú eres así…”;
o sea que era de ese temperamento. Y le tocó escuchar
los comentarios de que el que venciera a ese gigante,
el rey le iba a dar la hija, iba a ser yerno del rey, le iba
a dar riquezas, y cosas así; y le interesó a David. ¿Y a
quién no?
Y por cuanto el Espíritu de Dios estaba en él y estaba
en el Plan de Dios que fuera así, cuando está preguntando
y preguntando, aparece Goliat, y el Espíritu de Dios se
13 1 Samuel 16:10-13
14 1 Samuel 17:1-58
14 Dr. William Soto Santiago
movió dentro de él; y… ya él había preguntado: “¿Qué le
van a dar al que venza a ese gigante?”.
Y ahora llegó el tiempo, y lo llevan donde el rey,
porque estaba un muchacho preguntando mucho; y cuando
lo llevan, él dice que va a enfrentarse al gigante. No está
siendo rebelde a la visión celestial que él despierto está
viendo; porque él está viendo que va a vencer al gigante,
y ya él está viendo por dónde le va a dar, por dónde está
el punto débil del gigante. O sea, él tenía una visión muy
clara de que si iba a ser rey, cosas tenían que pasar para
que obtuviera ese lugar.
Y cuando lo llevan allá a Saúl, y Saúl lo ve, y se lo…,
de seguro pensó: “Los que son grandes acá de mi ejército,
¡ninguno!, ni yo tampoco (diría él); y ahora viene este
muchachito…; vamos a ver lo que tiene”.
Y David le habla en una forma tan positiva, y le dice
que el Dios que lo libró del oso y del león lo va a librar de
ese también, “de ese incircunciso”; y le levantó la fe a Saúl.
Entonces le ponen la armadura, y no puede caminar con la
armadura; y si era la de Saúl, mucho menos, porque Saúl
era un gigante, un hombre alto, y David era un muchacho.
Pero se quita todo ese armamento, y coge su onda,
con lo que él estaba acostumbrado a defenderse, busca
unas piedras, cinco piedras lisas, y va a enfrentar al
gigante, y con su cayado. Eso fue lo que David puso en
las manos de Dios para que Dios lo usara a él, con esas
herramientas de guerra sencillas, rústicas; pero si con
una vara, un cayado, Moisés fue para libertar al pueblo,
ahora David tenía más equipo: el cayado, la onda y las
piedras.
Recuerden que siempre es una obra de fe la que tiene
que ser hecha para una victoria divina.
Obedientes a la visión celestial 15
Va, se enfrenta al gigante y obtiene la victoria;
inexplicable, pero real.
Y allá ahora, de seguro todos le dirían, cuando va con
la cabeza del gigante para el rey y se la entrega…; pero
la espada no se la entregó, con la espada se quedó como
botín de guerra.
Y ahora tiene que esperar que el rey cumpla la
recompensa; y ahí pues son esquivos; después que han
hecho la recompensa, cuando hay que darla, son muy
esquivos; pero tenía que cumplir la recompensa.
Luego ya más adelante obtiene la recompensa, a
medias. Y ya después se pone celoso también cuando
escuchan a… Saúl se pone celoso, porque escucha que
luego de la victoria que obtuvo Israel, encabezada no por
el rey sino por David, comienzan a cantar las mujeres,
las doncellas: “Saúl mató los miles”, y se puso contento,
“y David los diez miles”, diez veces más; y ahí se puso
celoso; y enseguida piensa: “Ahora lo que falta es que
le den el trono también”15; pues eso era lo que faltaba,
porque le pertenecía a David.
Recuerden que David siempre representa, por ser el
octavo hijo, el menor, siempre va a representar a Cristo,
Cristo en Su Venida: Cristo en Su Primera Venida y Cristo
en Su Segunda Venida. Y Él viene en Su Segunda Venida
para sentarse en el Trono de David.
Y Dios va a reinar —como ha sido prometido— por
medio del Mesías, va a reinar sobre el pueblo hebreo;
y ahí vamos a tener una combinación de teocracia y
monarquía. Y eso lo veremos más adelante, en otras
ocasiones.
Y ahora, lo que falta es que aparezca el número ocho.
15 1 Samuel 18:6-9
16 Dr. William Soto Santiago
En el tiempo del reverendo William Branham, él le
estaba tirando el ojo a una bendición que hay ahí, y por
eso él decía que David era el número siete; pero después,
en otro lugar, ya dice que es el número ocho.
Es que en la Biblia hay un lugar donde señala siete
hijos16; pero cuando Samuel fue a ungir a David, señala
ocho hijos, y David era el octavo; y ya luego en la historia,
cuando escriben esa parte donde señala solamente siete,
pues se murió uno, y quedan siete; porque no puede haber
contradicción en la Biblia.
Y ahora, el siete tiene que aparecer en el tiempo
final, después de la séptima etapa de la Iglesia del Señor
Jesucristo, así como apareció el octavo; después del siete,
pues viene el ocho.
Después que apareció el séptimo mensajero de la
séptima edad, dos mil años atrás, de la séptima edad judía
o hebrea de la iglesia hebrea bajo la Ley, luego apareció
el octavo, y era Juan el Bautista. Y era de la familia, vino
como parte de la familia, porque María y Elisabet eran
parientas o parientes.
Y ahora, en la casa de David, la descendencia de
David, de la cual viene Cristo, ahora por medio de
Cristo, todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo
pertenecen a la casa de David. Tan simple como eso.
La casa de David, la descendencia de David, por medio
de Cristo; y esa es la simiente de David, la simiente
de Cristo, que son todos los que forman la Iglesia del
Señor.
Ahora vean, de todos los hijos de David, no todos iban
a ser reyes; de todos los que tenía David, Salomón fue el
elegido para ser rey.
16 1 Crónicas 2:13-15
Obedientes a la visión celestial 17
Ahora, va a ocurrir en el tiempo final lo que ocurrió
en la Primera Venida de Cristo: Cristo venció (el octavo
siempre va a obtener la victoria), pertenece a la edad
eterna, a la edad perfecta: la Edad de Oro de la Iglesia
hebrea y la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo;
y obligatoriamente se va a sentar en el Trono; y vean en
qué forma.
Cuando Cristo estuvo en la Tierra predicando, Él sabía
que Él era el heredero al Trono de David, y Él sabía que Él
se iba a sentar en el Trono celestial con el Padre; por eso
en el capítulo 26, verso 63 al 65, de San Mateo, cuando
lo están juzgando, Él dice: “Y veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del poder de Dios”. ¡Él lo sabía! Y en
Marcos también habla lo mismo17.
Y ahora, cuando muere y resucita glorificado, luego sube
al Cielo y se sienta en el Trono celestial; y por consiguiente
recibe autoridad, poder, sobre los Cielos y la Tierra.
Y la Escritura dice en Primera de Pedro, capítulo 3,
versos 21 en adelante, que a Jesús están sujetos ángeles,
autoridades y potestades; todas las huestes celestiales,
todos los arcángeles con sus huestes celestiales, todo
está sujeto a Él; todos los reinos del mundo celestial o
del mundo espiritual o mundo invisible están sujetos a Él;
todo está bajo el gobierno del Trono celestial.
Pero ahora, ¿qué será del Trono de David, al cual Cristo
es heredero? Cristo dice: “Al que venciere…”. Dice: “Yo
estoy a la puerta y llamo; si alguno abre la puerta…”.
Vamos a tocar eso para tener un cuadro claro.
Dice, capítulo 3, verso 20 al 21 [Apocalipsis]:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…”.
Es la puerta de una dispensación.
17 San Marcos 14:62
18 Dr. William Soto Santiago
La de la Dispensación de la Gracia la abrió Pedro el
Día de Pentecostés; y Cristo es la Puerta.
Al abrir el misterio de la Primera Venida de Cristo
como Cordero de Dios y como el Macho Cabrío de la
Expiación, efectuando con Su muerte el Sacrificio de
Expiación por nuestros pecados, y dando a conocer así
que ahora toda persona tiene la oportunidad de creer en
Cristo y obtener la salvación y vida eterna; en ese mensaje
que predicó Pedro, que cubre todo eso, encontramos que
abrió la Puerta: abrió a Cristo. Con la revelación que tenía,
que le fue dada del Cielo, abrió la Puerta del Reino de los
Cielos, que es Cristo.
Y por medio de esa Puerta, por medio de Cristo,
entramos al Reino de los Cielos, que está en la esfera
espiritual, pero que algún día va a estar en la esfera física
en este planeta Tierra.
Y esa Puerta de la Dispensación de la Gracia fue
abierta; pero va a ser cerrada, conforme a San Lucas,
capítulo 13, versos 25 al 27, cuando el Padre de Familia
se haya levantado y haya cerrado la puerta.
Pero también en la parábola de las diez vírgenes, de
San Mateo, capítulo 25, versos 1 al 13, nos dice que a la
medianoche se oyó un clamor: “¡He aquí el Esposo viene;
salid a recibirle!”.
Y las vírgenes - las diez vírgenes se levantaron,
prepararon sus lámparas. Y las insensatas dicen a las
prudentes: “Dadnos de vuestro aceite porque nuestras
lámparas se apagan”; ya estaban apagándose porque no
tenían aceite; y las prudentes sí tenían aceite y necesitaban
tener sus lámparas encendidas.
Cuando se está de noche, y no se tiene una luz y está
oscuro, puede aparecerle cualquier persona y usted no
Obedientes a la visión celestial 19
saber quién ha aparecido. Por consiguiente, las vírgenes
insensatas, al no tener Aceite en sus lámparas, estarán en
tinieblas, estarán a oscuras, y no podrán ver la Venida del
Señor. Tan simple como eso, como sucedió dos mil años
atrás. No pudieron ver que aquel era el Mesías. No tenían
el Aceite: el Espíritu, para tener Luz de Dios con relación
a la Venida del Señor.
Pero las prudentes verán la Venida del Señor, lo
recibirán y entrarán con Él a las Bodas; y se cerrará la
Puerta de la Dispensación de la Gracia.
Pero hay otra Puerta. Cada dispensación tiene la puerta
de entrar a ella. Y para eso se requiere una llave.
En Apocalipsis, capítulo 3, verso 7, dice:
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice
el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el
que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”.
Ahora, para el tiempo final se va a requerir la llave de
David, para abrir la Puerta de la Dispensación del Reino;
y el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David.
Para abrir esa Dispensación del Reino, para entrar a
la Dispensación del Reino, para obtener la bendición de
la transformación física, se requerirá que sea abierta la
Puerta, y que se esté predicando, anunciando, el misterio
de la Segunda Venida de Cristo; porque Él viene para
reinar, Él viene para reclamar Su Trono terrenal y Reino
terrenal, que es el Reino de David y Trono de David.
Y en la lectura que tuvimos, vean, dice (anterior)…
dice:
[Apocalipsis 3:20] “He aquí, yo estoy a la puerta y
llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él,
y cenaré con él, y él conmigo (alguien tiene que abrir la
Puerta).
20 Dr. William Soto Santiago
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias”.
El que va a vencer es el que tendrá la llave de David
y abrirá esa puerta: la Puerta del Reino de David, la
Puerta de la Dispensación del Reino, para que entren a
esa dispensación, y entren físicamente al Reino de Dios
obteniendo la transformación de sus cuerpos, y los muertos
en Cristo recibiendo la resurrección en cuerpos eternos.
También nos dice que será en la misma forma en que
sucedió con Él, pues dice:
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi
trono (el Trono de David; ese es el Trono de Cristo), así como
yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
O sea que en la misma forma en que el Padre hizo con
Jesús, Jesucristo va a hacer con el Vencedor.
Y no vamos a explicar mucho ahí porque se abriría
mucho ese misterio del Séptimo Sello; recuerden que ahí
está el misterio del Séptimo Sello.
Recordamos que los judíos están esperando un hombre.
Ellos van a ver el Vencedor, el que abrirá la Puerta de la
Dispensación del Reino, el que abrirá la Puerta del Reino
de David; y lo van a reconocer; pero las vírgenes prudentes
también lo van a reconocer.
Así que, así como luego Cristo decía: “Todo poder me
es dado en el Cielo y en la Tierra”, también lo va a poder
decir el Vencedor; pues dice:
[Apocalipsis 2:26] “Al que venciere y guardare mis
obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá con vara de hierro…”.
Obedientes a la visión celestial 21
Va a recibir esa autoridad y poder sobre el planeta
Tierra, así como Cristo la obtuvo sobre el universo
completo. Dice:
“… y serán quebrantadas como vaso de alfarero…”.
Así que todo eso, vean, lo mismo que Cristo recibió
a nivel universal, a nivel de todo el universo, de todo el
Reino de Dios celestial, que incluye el de la Tierra también,
Cristo lo dará local; como lo dio a Adán en el Huerto del
Edén, que lo colocó como rey en el Huerto del Edén para
gobernar sobre todo el planeta Tierra. Y le fue dado el
Título de Propiedad, pero le fue quitado después; como a
Saúl, que le fue dado el trono y luego le fue quitado.
Pero ese Título de Propiedad, en Apocalipsis 10 ya
Cristo lo trae a la Tierra; pues lo toma en Apocalipsis 5,
lo abre en el Cielo en Apocalipsis 6, 7 y 8 (todo eso por
ahí); está abriendo… son cosas contenidas en esos Sellos;
y luego lo trae a la Tierra para entregárselo a un hombre.
El Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, el
Título de Propiedad de la vida eterna, el Título de Propiedad
del reino terrenal, que perdió Adán, y del Reino de David;
todo eso está incluido en ese Título de Propiedad; y se lo
da a un hombre para que se lo coma.
Cristo, vean, lo obtiene en Su Primera Venida, hace la
Obra para obtener ese Título de Propiedad, lo obtiene en
el Cielo luego de terminar Su labor de Intercesor, y luego
lo trae a la Tierra para entregárselo a un hombre; ese será
el que se sentará con Cristo en Su Reino. Tan simple como
eso.
Y en él estará Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu
Santo, el Sello del Dios vivo, manifestándose en el tiempo
final, y obteniendo la victoria en todas las cosas que están
prometidas que Dios llevará a cabo.
22 Dr. William Soto Santiago
Para este tiempo final, leemos entre las promesas
divinas que hay una visión de Dios, eso es una visión
celestial; y el Vencedor, el que va a vencer, va a creer
en esa visión celestial, no va a ser rebelde a esa visión
celestial, y va a trabajar para que se haga una realidad; va
a obtener la victoria juntamente con todos los ministros y
todos los creyentes en Cristo del tiempo final.
Así que no seremos desobedientes, sino obedientes, a
la visión celestial.
Si llegan a preguntar: “¿Por qué están construyendo
una Gran Carpa Catedral?”: porque no somos rebeldes a
la visión celestial que ya fue dada.
Y si le preguntamos: “Y ustedes, que han tenido tantos
años, tanto tiempo para hacerla, ¿por qué no la han hecho?”.
La respuesta es: han sido rebeldes a la visión celestial,
no han creído en la visión celestial, no han creído que es
literal; aunque tenga también parte en el campo espiritual,
ahí se cumple, se puede cumplir en las dos formas; pero
una de las formas, obligatoria, es la literal.
Y ahora, podemos decir que el grupo del Día Postrero
en la Edad de la Piedra Angular, que corresponde al
número ocho, y que corresponde a quien David estará
representando en el Día Postrero: obtendrá la victoria
ese grupo de escogidos de Dios y conquistará todas las
promesas divinas, incluyendo la materialización de esa
Gran Carpa Catedral.
Así que no tenemos ni una pizca, ni un poquito de
dudas en cuanto a eso: así fue profetizado, así fue dicho, y
así será; y todo se está preparando para la materialización
de esa visión celestial.
Y nadie más la podrá hacer una realidad, sino Dios por
medio de todos los escogidos en la etapa de la Edad de la
Obedientes a la visión celestial 23
Piedra Angular, bajo el ministerio del Día Postrero, bajo el
ministerio (vamos a decir) octavo.
Y ahora, estaremos viendo el respaldo de Dios, como lo
hemos estado viendo siempre, por 30 o 40 años; yo lo he
estado viendo por casi 50 años; y Miguel también ha estado
viendo la mano de Dios obrando en toda su vida, en el
ministerio que Dios ha colocado en él. Yo también he estado
viendo la poderosa mano de Dios obrando en el ministerio
que Él ha colocado en mí, y he estado viendo las bendiciones
que Dios ha estado derramando sobre Su Iglesia.
De todos los tiempos de la Iglesia del Señor Jesucristo,
este es el mejor: es la Edad de Oro de la Iglesia del Señor
Jesucristo, es la edad, la etapa, en donde va a ocurrir la
resurrección de los muertos en Cristo y la transformación
de nosotros los que vivimos.
Ninguna de las etapas pasadas existió en el Día
Postrero, solamente la etapa en la cual estamos nosotros.
Y hemos reconocido nuestro lugar en el Cuerpo Místico
de Cristo, que no es la quinta edad: edad luterana, no es
la sexta edad wesleyana, ni tampoco es la séptima edad
pentecostal; es la Edad de la Piedra Angular.
Hemos reconocido nuestra posición, y, por consiguiente,
lo que dijo el reverendo William Branham: “Cuando la
Novia, la Iglesia-Novia, reconozca su posición, entonces
vendrá el rapto”18.
Así que estamos en esa parte tranquilos, seguros, y
agradecidos a Cristo por lo que Él está haciendo en nuestro
tiempo. Le agradecemos a Cristo todas las bendiciones
que Él nos está dando, y esperamos más bendiciones de
parte de Cristo.
18 Citas, pág. 107, párr. 931: 63-0728 “Cristo es el misterio de Dios
revelado”, párr. 240
24 Dr. William Soto Santiago
En el cumplimiento de la Visión de la Carpa va a
estar el Nombre de Dios, el Nombre de la Ciudad de
nuestro Dios y el Nombre Nuevo del Señor; Él fue el
que lo dijo; por lo tanto, lo tiene que cumplir, porque
es una promesa; y Él dijo que lo va a escribir sobre el
Vencedor19. Por lo tanto, así será.
¿Cómo será eso? Pues dejemos que todo eso sea
abierto completamente para que lo entendamos; y si no lo
entendemos estando en estos cuerpos, cuando tengamos el
nuevo lo vamos a entender.
Así que, para sentarse en el Trono de Dios celestial,
Jesús tuvo que tener el Nombre de Dios en Él. “Yo he
venido en Nombre de Mi Padre”, dijo Cristo20.
Para sentarse en el Trono de David con el Señor, el
que se va a sentar con Él en el Trono tendrá el Nombre
de Jesucristo, el Nombre Nuevo de Jesucristo, Nombre
Eterno de Dios y de la Ciudad de nuestro Dios; y tendrá
que estar en la edad que le sigue a la séptima edad, tiene
que estar en la edad que le sigue a la edad del precursor. El
precursor dijo: “A él le conviene crecer, y a mí menguar”.
Así dijo Juan el Bautista21 y dijo el reverendo William
Branham22.
Así que será paralelo a lo que pasó en el pasado. Lo
que sucedió con Jesús y Juan el Bautista se repetiría en
una nueva dispensación y en un entrelace dispensacional,
en donde se entrelaza la Dispensación del Reino con la
Dispensación de la Gracia, como allá se estaba entrelazando
la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la

19 Apocalipsis 3:12
20 San Juan 5:43
21 San Juan 3:30
22 Los Sellos, pág. 474, párr. 174
Obedientes a la visión celestial 25
Ley; y se estaba entrelazando el Mensaje de Jesús con el
Mensaje de Juan. Así que… Y Jesús dio testimonio de
Juan identificándolo como el Elías que tenía que venir en
aquel tiempo.
El que vendrá después del reverendo William Branham
va a dar testimonio de que el reverendo William Branham
era realmente el precursor de la Segunda Venida de Cristo,
era el Elías que tenía que venir en la cuarta manifestación
del ministerio de Elías por cuarta ocasión.
Recuerde, en la página 119 del libro de Citas, por ahí
usted encontrará que él dice [párr. 1058]: “Será paralelo
en todo”. Finalizando ya ese párrafo (está a la mano
derecha), del libro de Citas, ya al final por ahí, dice en
algún sitio: “Será paralelo en todo”, cuando habla de la
Tercera Etapa, y cuando habla: “Yo no moriré de viejo
sin que Él esté aquí”. ¿Ya tendría cuántos años? 100
años.
También él dice en otros lugares que el séptimo
Ángel estará en la Tierra en el tiempo de la Venida del
Ángel Fuerte de Apocalipsis 10, que desciende del Cielo
con el Librito abierto. Puede ser el séptimo ángel de la
séptima edad o séptimo ángel de los ángeles de las Siete
Trompetas, para no poner la cosa difícil para el grupo
del séptimo mensajero, al cual amamos, tanto a su grupo
como al mensajero séptimo; aunque ya se fue, pero
continuamos amándolo de todo corazón; y lo vamos a ver
en su regreso jovencito, y nos va a visitar. Así como los
santos del Antiguo Testamento, cuando resucitaron con
Cristo visitaron a muchos de sus familiares. Eso está en
San Mateo, capítulo 27, verso 51 en adelante.
Bueno, San Pablo dijo: “No fui rebelde a la visión
celestial”. Y yo también digo que no fui rebelde a esa
26 Dr. William Soto Santiago
Visión celestial de la Carpa, sino obediente a la Visión
celestial. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también,
pues estamos brazo a brazo creyendo y obrando.
Porque muchas personas dicen: “Yo creo”, pero no
hacen nada. Esos son los que creen de palabra, o sea,
que lo dicen de palabra, de la boca para afuera, pero acá
adentro no han creído.
Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón. Él lo
dijo y lo va a cumplir; por lo tanto, lo creemos de todo
corazón.
Yo creo de todo corazón, no este año, sino hace años,
que les he estado diciendo a ustedes y les he estado
mostrando que esa Visión —que es celestial, y que no hay
duda que vino del Cielo— se cumplirá. Y ahí es donde la
gloria de Dios va a ser manifestada en toda Su plenitud, y
en donde muchas bendiciones grandes van a venir.
Está ligada a la fe para el rapto, está ligada al misterio
del Séptimo Sello, se cumple la Tercera Etapa ahí. Y la
Tercera Etapa es la Palabra creadora siendo hablada.
Alrededor de la Palabra creadora siendo hablada será que
se cumplirá esa Tercera Etapa y que operará todo en el
cumplimiento de la Visión de la Carpa.
“OBEDIENTE A LA VISIÓN CELESTIAL”. Y en
plural: “OBEDIENTES A LA VISIÓN CELESTIAL”.
Por eso estamos trabajando juntos, porque somos
obedientes a la visión celestial.
Ha sido una bendición y privilegio grande estar con
ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de la visión
celestial, la Visión de la Carpa, y todas las demás visiones
que hayan sido dadas a los diferentes profetas: a Jesús
también, a los apóstoles y a los siete ángeles mensajeros
del Señor.
Obedientes a la visión celestial 27
No somos rebeldes a la visión celestial que haya Dios
mostrado, y trabajamos en la visión o visiones celestiales
correspondientes a nuestro tiempo, como trabajaron otros
en la visión o visiones celestiales correspondientes al
tiempo en que ellos vivieron, profetas y mensajeros de
Dios.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde.
Oren mucho por mañana, que estaremos aquí
nuevamente para recibir las bendiciones de Cristo nuestro
Salvador. Oren mucho por esa actividad de mañana y por
todas las que se estarán llevando a cabo en diferentes
lugares de la República Mexicana, en donde el misionero,
doctor Miguel Bermúdez Marín, estará viajando; y yo
también estaré viajando para cumplir compromisos de
actividades.
Bueno, por aquí Miguel… está esperando el postre;
pero ya hace rato, Miguel, ya hace rato nos lo comimos.
Puedes pasar por aquí.
Recuerden que en el campo espiritual se come, y se
come más que en el campo físico.
Bueno, también vean, Ezequiel se comió un rollo23, un
libro (en ese tiempo eran en rollo los escritos sagrados);
y vean, en Apocalipsis el Libro es traído para que una
persona lo tome y se lo coma. Y de eso es que tiene que
hablar a la Iglesia y al mundo entero: del contenido escrito
en ese Título de Propiedad que se come.
Por eso después dice: “Es necesario que profetices
otra vez”24. ¿Ve? Tiene que ser un profeta, para poder
profetizar. “Que profetices otra vez sobre muchos
pueblos, naciones y lenguas”; por lo tanto, tiene que
23 Ezequiel 3:1-2
24 Apocalipsis 10:10-11
28 Dr. William Soto Santiago
estar en la Tierra para profetizar sobre pueblos, naciones
y lenguas.
Es el mismo que en Apocalipsis, capítulo 14, verso 6
al 7, aparece con el Evangelio Eterno para predicarlo a
los moradores de la Tierra, aparece con el Evangelio del
Reino; del cual Cristo dijo en San Mateo 24, verso 14:
“Y será predicado a todas las naciones este Evangelio del
Reino, para testimonio…”. Vamos a leerlo correctamente,
aquí se los cité así sin leerlo directo; vamos a leerlo directo
para que quede grabado. Capítulo 24, verso 13 al 14, de
San Mateo, dice:
“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin”.
Y el Evangelio del Reino se predica por testimonio
y para testimonio a todas las naciones por el Espíritu
Santo en el mensajero de la Dispensación del Reino con el
Evangelio del Reino.
¿Y qué estará hablando cuando esté predicando el
Evangelio del Reino? Pues estará hablando del Reino, del
Reino de Dios que va a ser establecido en la Tierra; de
lo cual Cristo dijo que cuando oremos, digamos: “Padre
nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tu Nombre.
Venga Tu Reino. Hágase Tu voluntad, como en el Cielo,
también en la Tierra (o aquí en la Tierra)”25. Y eso será
en el Reino del Mesías que se hará la voluntad del Padre
celestial aquí en la Tierra.
Porque en la actualidad, por miles de años, se está
haciendo la voluntad de personas, se está haciendo la
voluntad humana; pero en el Reino del Mesías se hará
25 San Mateo 6:9-10, San Lucas 11:2
Obedientes a la visión celestial 29
la voluntad de Dios, porque será un hombre conforme
al corazón de Dios, y los pensamientos de Dios serán
transmitidos a él para gobernar sobre el pueblo hebreo y
sobre todas las naciones.
Así que vienen tiempos gloriosos para los creyentes en
Cristo en este tiempo final. Aunque vienen problemas para
el planeta Tierra, pero nos vamos a ir antes de los juicios,
antes que caigan los juicios divinos sobre el planeta Tierra;
y esa temporada, que serán tres años y medio, la vamos a
pasar muy bien en la fiesta de la Cena de las Bodas del
Cordero.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde.
Ya tuvimos el segundo postre, Miguel. Vamos a pasar
por aquí, Miguel.
Y que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“OBEDIENTES A LA VISIÓN CELESTIAL”.
Notas
Notas

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