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Facultad de Ciencias Físico

Matemáticas

Nombre
Aldo Medrano Segovia
Ángel Daniel Ruiz Cavazos
Emiliano Estrada Flores

Zadrak Eduardo Castillo Saldaña

Unidad de Aprendizaje
Cultura de género

Trabajo
Ensayo
La cultura es un concepto amplio que abarca todas las formas en que una sociedad
se organiza y se expresa. Se compone de valores, creencias, normas, costumbres
y tradiciones que se transmiten de una generación a otra. La cultura es un producto
social que se construye y reconstruye constantemente, y que puede variar de una
sociedad a otra.

En el caso de la construcción del género, es importante conocer los antecedentes


históricos para entender cómo se ha desarrollado este concepto a lo largo del
tiempo. La sociedad antigua se regía por una división binaria de género, donde se
consideraba que había solo dos géneros: masculino y femenino. Esta concepción
se basaba en la diferencia biológica entre los sexos: los hombres eran más fuertes
y capaces de realizar trabajos físicos, mientras que las mujeres eran más débiles y
se dedicaban a las tareas del hogar y la crianza de los hijos.

Esta visión binaria del género ha evolucionado a lo largo de la historia. En la Edad


Media, por ejemplo, se desarrolló la idea de que el hombre era el ser superior,
mientras que la mujer era su complemento natural. Esta concepción se basaba en
la creencia religiosa de que la mujer había sido creada a partir del hombre y que su
papel en la sociedad era secundario.

En la época moderna, la Revolución Industrial trajo consigo una nueva concepción


del género. Las mujeres comenzaron a participar en la fuerza laboral y a
desempeñar trabajos que antes solo realizaban los hombres. Esto llevó a una mayor
igualdad entre los sexos, aunque todavía existían barreras para que las mujeres
pudieran acceder a los mismos puestos y salarios que los hombres.

Refiriéndonos a la diferencia entre sexo y género, es importante destacar que el


sexo se refiere a las características biológicas que definen a un individuo como
hombre o mujer, como los cromosomas, los órganos sexuales y las hormonas. En
cambio, el género se refiere a las características sociales, culturales y psicológicas
que se asocian con cada uno de los sexos, como las expectativas de
comportamiento, los roles y las identidades de género.

Es importante destacar que el género no es algo que esté determinado de forma


innata, sino que es una construcción social que varía de una sociedad a otra. Por
ejemplo, en algunas culturas se considera que los hombres deben ser agresivos y
dominantes, mientras que las mujeres deben ser sumisas y complacientes. En otras
culturas, estas expectativas de género pueden ser diferentes. A lo largo de la
historia, se han establecido normas y expectativas de género que han condicionado
las conductas, las identidades y las relaciones entre los seres humanos.
En este sentido, el sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y
mujeres, mientras que el género se refiere a las expectativas y normas sociales que
se asocian a estos sexos. En la mayoría de las sociedades, se establecen roles y
estereotipos de género que se asocian a cada sexo.

Estos estereotipos de género pueden tener consecuencias negativas para la salud


y el bienestar de las personas. Por ejemplo, se ha demostrado que los estereotipos
de género pueden influir en las decisiones que se toman en el ámbito laboral, lo que
puede llevar a la discriminación y a la desigualdad salarial entre hombres y mujeres.
También pueden influir en la salud mental y física de las personas, ya que se espera
que los hombres sean fuertes y no muestren emociones, lo que puede llevar a la
represión emocional y a la violencia.

En México, los estereotipos de género y las expectativas de género han cambiado


a lo largo del tiempo, pero todavía existen desigualdades y barreras para la igualdad
de género. Por ejemplo, en el ámbito laboral, las mujeres todavía enfrentan
discriminación y desigualdad salarial. Además, la violencia de género es un
problema grave que afecta a millones de mujeres en todo el país. Según datos del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 66.1% de las mujeres
mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Ante este panorama, es importante promover la igualdad de género y la erradicación


de la violencia de género. Para lograrlo, es necesario que se promuevan políticas y
acciones que fomenten la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, así
como la educación y la sensibilización sobre la importancia de la igualdad de
género.

Por otro lado, es importante destacar que la construcción social del género también
tiene una relación directa con la orientación sexual. La orientación sexual se refiere
a la atracción romántica, sexual o emocional hacia una persona de un género en
específico o hacia más de uno. La orientación sexual se ha utilizado históricamente
como un mecanismo para reprimir la diversidad sexual, lo que ha llevado a la
estigmatización de la homosexualidad y otras formas de orientación sexual no
normativas.

En la actualidad, ha habido un aumento en la aceptación de la diversidad sexual, lo


que ha llevado a la lucha por los derechos LGBT+. En México, esto se ha traducido
en una mayor visibilidad y reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT+,
aunque aún queda mucho por hacer para garantizar la igualdad real para todas las
personas, independientemente de su orientación sexual.
En cuanto a los modelos de relación sexo-género, es importante destacar que estos
son también construcciones sociales. En la actualidad, se ha luchado por una mayor
equidad en las relaciones sexuales y de pareja, lo que ha llevado a la promoción de
relaciones basadas en el consentimiento, el respeto y la igualdad. Sin embargo, aún
persisten prácticas y actitudes que reflejan una visión patriarcal y machista de las
relaciones de pareja y sexuales.

En cuanto a la orientación sexual, es importante destacar que esta es una dimensión


distinta del género y se refiere a la atracción emocional, romántica y sexual que una
persona siente hacia otras personas. La orientación sexual puede variar de una
persona a otra y no está necesariamente relacionada con el género. Por ejemplo,
una mujer puede sentir atracción por otras mujeres y todavía identificarse como
mujer.

Por otro lado, los modelos de relación sexo-género, es importante destacar que
estos varían de una sociedad a otra y de una época a otra. En algunas sociedades,
se considera que los hombres deben ser los proveedores y las mujeres deben ser
las encargadas del cuidado del hogar y los hijos. En otras sociedades, estas
expectativas de género pueden ser diferentes y las responsabilidades pueden ser
compartidas de manera más equitativa.

En México, la construcción del género ha estado influenciada por su historia colonial


y por las tradiciones culturales indígenas. Durante la época colonial, se impuso una
concepción binaria del género basada en la religión católica. Las mujeres eran
consideradas como seres inferiores y se les negaba la educación y el derecho a la
propiedad. Además, se establecieron roles de género muy definidos, donde se
esperaba que las mujeres se dedicaran exclusivamente a las tareas del hogar y la
crianza de los hijos.

Después de la Independencia, México comenzó a construir su identidad nacional y


a promover una nueva concepción del género. En la Constitución de 1857, se
estableció que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, aunque esta igualdad
no se extendió a las mujeres hasta mucho después. Durante el siglo XX, las mujeres
comenzaron a participar más activamente en la vida pública y a luchar por sus
derechos. En 1953, se creó el Instituto Nacional de las Mujeres, que se encarga de
promover la igualdad entre los géneros y de erradicar la violencia de género.

Sin embargo, a pesar de los avances, todavía existen barreras para que las mujeres
puedan acceder a los mismos derechos y oportunidades que los hombres en
México. La violencia de género es un problema grave que afecta a millones de
mujeres en todo el país. Además, las mujeres todavía enfrentan barreras para
acceder a la educación, el empleo y la participación política.

En conclusión, la construcción del género es un proceso histórico y social que ha


evolucionado a lo largo del tiempo y que varía de una sociedad a otra. Es importante
entender los antecedentes históricos para comprender cómo se ha desarrollado
este concepto a lo largo de la historia y cómo ha influido en la situación actual de
las mujeres en México. La lucha por la igualdad de género y la erradicación de la
violencia de género es un desafío constante que requiere la participación de toda la
sociedad.
Bibliografia
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Recuperado de https://www.gob.mx/inmujeres/acciones-y-programas/estadisticas-
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