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Alumna: amira al rammah

Trabajo de investigación:
LA ESCENA MESOAMERICANA

La arquitectura mesoamericana es el conjunto de tradiciones


arquitectónicas producidas por las culturas y civilizaciones
precolombinas de Mesoamérica, tradiciones que son más conocidas en
la forma de edificios y estructuras monumentales públicas, ceremoniales
y urbanas. Las características distintivas de la arquitectura
mesoamericana abarcan una serie de diferentes estilos regionales e
históricos, que sin embargo están significativamente interrelacionados.
Estos estilos se desarrollaron a lo largo de las diferentes fases de la
historia mesoamericana como resultado del intenso intercambio cultural
entre las diferentes culturas del área de la cultura mesoamericana a
través de miles de años. La arquitectura mesoamericana se destaca
sobre todo por sus pirámides, que son las estructuras más grandes
(fuera del Antiguo Egipto y el Imperio Chola).

Un tema interesante y ampliamente investigado es la relación entre


cosmovisión, religión, geografía y arquitectura en Mesoamérica. Mucho
parece sugerir que muchos rasgos de la arquitectura mesoamericana se
regían por ideas religiosas y mitológicas. Por ejemplo, el diseño de la
mayoría de las ciudades mesoamericanas parece estar influenciado por
las direcciones cardinales y sus significados mitológicos y simbólicos en
la cultura mesoamericana.

Otra parte de la arquitectura mesoamericana es su iconografía. La


arquitectura monumental de Mesoamérica estaba decorada con
imágenes de significado religioso y cultural, y también en muchos casos
con escritura en algunos de los sistemas de escritura mesoamericanos.
Las decoraciones iconográficas y los textos sobre los edificios son
importantes contribuyentes al conocimiento general actual de la
sociedad, la historia y la religión precolombinas de Mesoamérica.
Cosmos y su replicación
Simbolismo
Una parte importante del sistema religioso mesoamericano estaba
replicando sus creencias en formas tangibles concretas, en efecto
haciendo del mundo una encarnación de sus creencias. Esto significaba
que la ciudad mesoamericana se construyó para ser un microcosmos,
que manifestaba la misma división que existía en la geografía mítica
religiosa: una división entre el inframundo y el mundo humano. El
inframundo estaba representado por la dirección norte y muchas
estructuras y edificios relacionados con el inframundo, como las tumbas,
a menudo se encuentran en la mitad norte de la ciudad. La parte sur
representa la vida, el sustento y el renacimiento
y a menudo contenía estructuras relacionadas
con la continuidad y función cotidiana del
estado de la ciudad, como los monumentos
que representan los linajes nobles, o barrios
residenciales, mercados, etc. Entre las dos
mitades del eje norte / sur era la plaza, que a
menudo contenía estelas que se asemejan al
árbol del mundo, el eje mundi mesoamericano,
y un juego de pelota que servía como punto de
cruce entre los dos mundos.

Algunos mesoamericanistas sostienen que en


el simbolismo religioso, las pirámides de la arquitectura monumental
mesoamericana eran montañas, las estelas eran árboles, y los pozos,
los juegos de pelota y los cenotes eran cuevas que proporcionaban
acceso al inframundo.

La Arquitectura mesoamericana es el conjunto de tradiciones


arquitectónicas producido por las culturas y civilizaciones precolombinas
de Mesoamérica, las cuales se manifiestan de la mejor manera en la
forma de monumentales estructuras, templos y edificios públicos,
ceremoniales y urbanos. Las características distintivas de la arquitectura
mesoamericana reúnen numerosos estilos regionales e históricos que
están significativamente interrelacionados. Estos estilos se desarrollaron
como resultado del intenso cambio cultural que se llevó a cabo en el
área de las culturas mesoamericanas durante miles de años
(cronologías de Mesoamérica). Esta arquitectura es reconocida por sus
pirámides, las más grandes edificaciones fuera del Antiguo Egipto.

Un tema interesante y
exhaustivamente
investigado en los estudios
mesoamericanos es la
relación entre cosmovisión,
religión, geografía y
arquitectura. Ciertos datos
sugieren que muchas
particularidades de la
arquitectura
mesoamericana responden
a ideas religiosas y mitológicas. Por ejemplo, la disposición de la mayor
parte de las ciudades parecen estar influenciadas por los puntos
cardinales y los significados simbólicos y mitológicos que tienen en
Mesoamérica.

Otro aspecto impactante de la arquitectura mesoamericana es su


iconografía. Los edificios monumentales estaban decorados con
imágenes de importancia religiosa y cultural y en muchos casos con
escritura en algún sistemas de escritura mesoamericanos. La
decoración iconográfica y los textos, son colaboradores importantes del
conocimiento actual de la sociedad, historia y religión precolombinas en
Mesoamérica.

OLMECAS
La cultura olmeca fue una civilización que se desarrolló durante el
periodo preclásico de Mesoamérica. Aunque se han encontrado
vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica, se
considera que el área cultural olmeca —zona metropolitana— abarca la
parte sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco. En ese
sentido, es necesario hacer la aclaración de que el etnónimo olmeca les
fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no debe ser confundido
con el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en el
epiclásico en sitios del centro de México, como
Cacaxtla.

Durante mucho tiempo se consideró que la


olmeca era la cultura madre de todas de la
civilización mesoamericana.​ Sin embargo, no
está claro el proceso que dio origen al estilo
artístico identificado con esta sociedad, ni
hasta qué punto los rasgos culturales que se
revelan en la evidencia arqueológica son
creación de los olmecas del área nuclear. Se
sabe, por ejemplo, que algunos de los
atributos propiamente olmecas pudieron haber
aparecido, primero en Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca.
Entre otras dudas que están pendientes de respuesta definitiva, está la
cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la
Depresión del Balsas (centro de Guerrero).

Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios


comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la
difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la
cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el culto
a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el
simbolismo religioso del jade, e incluso, el propio estilo artístico, que fue
reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de
los principales centros de estos tiempos.

Organización política y social


Los olmecas crearon sistemas políticos centralizados y respaldados por
la religión y el poder hereditario que no tenían paralelo en otros pueblos.
La sociedad olmeca llegó a desarrollar una organización social
estratificada compuesta por: los gobernantes divinos, la aristocracia y la
gente común. La existencia de una genealogía aportó los principios de
exclusión social y jerarquización de linajes con el fin de legitimar a los
gobernantes y distinguir a la elite de los demás. El poder de los
gobernantes se fortaleció mediante los conceptos, las creencias y las
prácticas religiosas y se afianzó por conducto de su acceso privilegiado
a bienes de primera necesidad, santuarios y de importación. Se trata de
una de las sociedades más destacadas y antiguas de Mesoamérica, se
especula que establecieron una política que se caracterizó por su
acoplamiento con lo religioso, por tal motivo se le considera como una
civilización teocrática. De hecho, debido a su gran antigüedad, se
desconoce la identidad étnica de sus integrantes.

San Lorenzo
San Lorenzo, es uno de los primeros centros ceremoniales olmecas, el
mismo se encuentra ubicado en una explanada levantada mediante una
gigantesca labor de acarreo de tierra. Sus montículos artificiales se
complementan con numerosas lagunas que proveían de agua durante la
temporada seca y cuyo nivel podía regularse por medio de una
ingeniosa red de canales de desagüe hechos de grandes bloques de
basalto. Los montículos muestran entre sí una gran simetría. En torno a
un eje norte-sur, existen varios grupos de plataformas regulares que
integran plazas en las que se dispone lo que parece una de las primeras
canchas de juego de pelota o tlachtli. Se observa una esmerada
planificación que luego marcará las pautas para toda Mesoamérica: un
eje central en torno al cual se disponían las plazas y los edificios. Esta
es muy importante en la cultura ya hablada.

La Venta
El sitio de La Venta (1100-400 a. C.) está situado en el centro de una
isla pantanosa de unos 5 km² de extensión. El elemento principal es una
gran pirámide de arcilla, de 30 m de altura por 130 m de diámetro, que
fue luego rodeada por construcciones más bajas siguiendo un eje
norte-sur. Aparte de los montículos semiesféricos que rodean la gran
pirámide, el conjunto se cierra al norte con una pirámide escalonada, la
primera en Mesoamérica, frente a la cual se levanta una amplia
explanada artificial hecha en adobes. Dentro del basamento escalonado
que limita el conjunto se han encontrado tres tumbas, una de ellas
formada por columnas basálticas y otra que contenía el único sarcófago
monolítico conocido en Mesoamérica.
La arquitectura olmeca es el primer ejemplo mesoamericano de una
distribución arquitectónica planificada. Sus basamentos y plazas
constituyen el primer intento de convertir las formas arquitectónicas en
una visión cultural del Universo. Se desconoce el sentido exacto de la
cosmovisión que los olmecas intentaron plasmar, pero no tenemos
dudas sobre el carácter intencionado de su incipiente urbanismo.

La arquitectura olmeca es monumental.


La pirámide con su base cuadrangular o redondeada, construida en
arcilla, representa el centro ceremonial. La arquitectura de los mayores
sitios olmecas, en La Venta o en San Lorenzo, está considerada como
el ejemplo arquitectónico más
completo del preclásico. Así, la
pirámide cónica en el sitio de La
Venta (30 metros de alto) o la
de San Lorenzo (2 km de largo
por 1 km de ancho), el terreno
de juego de pelota, la presencia
de un sistema de drenaje,
combinados con el arte
monumental, son los
precursores de los sitios
mesoamericanos posteriores.

ARTE OLMECA
El arte olmeca se refiere a las manifestaciones artísticas que se
conservan de la cultura olmeca que se desarrolló durante el Preclásico
Medio de Mesoamérica (floreció entre 1200 a. C. y 500 a. C.) y es
considerada la primera de las grandes civilizaciones de esa región.8​
Aunque los olmecas ocuparon en especial la zona norte del istmo de
Tehuantepec. los principales sitios arqueológicos están en San Lorenzo,
La Venta y Tres Zapotes, así como en Villahermosa y Tabasco, su
influencia se extendió a muchas regiones mesoamericanas y muchos
aspectos culturales comunes de esas culturas se iniciaron con ellos,
como el culto a las montañas y a los lugares elevados (como la pirámide
cónica de La Venta), el culto a la Serpiente Emplumada y al dios jaguar,
el juego de pelota o el simbolismo religioso del jade. La cultura olmeca,
que inventó la escritura usando pictogramas e ideograma, y el
calendario, fue identificada en un principio como un estilo artístico y ese
sigue siendo su sello distintivo.​ Fue una referencia y un legado para
todas las culturas posteriores de América Central toltecas, zapotecas y
hasta los aztecas siendo ejemplo la escritura maya, que tiene sus raíces
en el primer sistema glífico desarrollado por los olmecas.

Su arte se manifiesta a través de un gran dominio técnico de la


escultura y de la talla, para muchos no superado por ninguna otra
civilización precolombina. La mayor parte del arte olmeca es naturalista,
pero también se utiliza una rica iconografía que refleja un significado
religioso, con criaturas antropomórficas fantásticas, a menudo altamente
estilizadas. Se puede distinguir un arte monumental o colosal hecho en
arcilla, piedra (principalmente basalto y andesita) y madera y un arte
menor o mobiliario a base de jade-jadeíta y otras piedras verdes
(serpentina) y de obsidiana, junto con algunas pinturas rupestres. Los
monumentos de piedra se pueden agrupar en cuatro clases.

● Cabezas colosales de piedra (hasta 3 m de altura y 10 t de peso​),


ejemplo de escultura monumental tallada en basalto procedente
de lejanas canteras, que son las obras más representativas del
arte olmeca,​ de las que se han encontrado 17 ejemplares en
diversos sitios del área nuclear olmeca. Se caracterizan por su
apariencia negroide, de ojos
abotargados, labios
carnosos y nariz ancha, con
un casco encajado, que se
cree pueden representar a
dioses, a guerreros o a jefes
cabezas de linaje de familia
o antepasados e incluso a
jugadores de pelota. (La
apariencia negraide ha
llevado a conjeturar que
eran evidencias de algunos
contactos interoceánicos en
tiempos antiguos).
● «Altares» rectangulares (probablemente tronos según Ann
Cypher) como el famoso altar de La Venta, con una cavidad en su
parte frontal que representa una puerta al inframundo, de donde
sale un personaje mitológico que sostiene una cuerda que rodea
todo el altar a modo de cenefa.

● Esculturas en bulto redondo, independientes, como «Los


gemelos» de El Azuzul, el monumento San Martín Pajapan o el
Señor de Las Limas, una obra en serpentina de un joven en
posición sedente que sostiene en sus brazos a un niño-jaguar,
motivo frecuente en el arte olmeca.

● Estelas, introducidas más tarde que las cabezas colosales, los


altares o las esculturas
independientes. En sus
inicios eran una simple
representación de figuras
como el monumento o la
estela de La Venta, pero
más adelante llegaron a
representar eventos
históricos, en particular
actos que legitimaría a los
gobernantes. Esa tendencia culminaría en monumentos
post-olímpicos como la estela de La Mojarra, que combina
imágenes de gobernantes con glifos y fechas del calendario de
cuenta larga.

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