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El Cristo de Burgos O de Cabrilla en La Archidiócesis de Granada. Arte, Historia E Iconografía
El Cristo de Burgos O de Cabrilla en La Archidiócesis de Granada. Arte, Historia E Iconografía
INTRODUCCIÓN
El próximo año se cumplirán los 375 años
de la venida a Cabra del Santo Cristo del primer
lienzo del Cristo de Burgos. Los que participamos
en todos los actos que se celebraron, en 1987, con
motivo del 350 aniversario, aún recordamos con
verdadera emoción toda la serie de actividades
que la comisión, instituida para tal efecto,
organizó con gran interés y celo. Puesto que,
por razones obvias, cuando se cumplió el III
Centenario de su venida, en 1937, aquel primer
lienzo fue profanado y en última instancia
destruido, precisamente el actual lienzo del
Santo Cristo de Cabrilla se hizo, en 1986, con
motivo de tal efeméride.
Así pues, con motivo de esta próxima
efeméride, el 375 aniversario, me ha parecido
oportuno abordar, desde todos los ámbitos
posibles, la enorme difusión que alcanzó en la
archidiócesis de Granada la devoción y el culto
al Santo Cristo de Burgos o de Cabrilla. Hasta el
punto que, estoy convencido de que fue en este 1. Burgos. Catedral. Cristo de Burgos antes de su
restauración.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
territorio, tan próximo y cercano, donde más arraigo y difusión alcanzó, más, incluso, que
en la misma diócesis de Jaén, a la que desde siempre ha pertenecido la parroquia, desde su
erección en 1545.
Esta contribución, junto con la que hace unos años dediqué a la a vecina diócesis
de Guadix1, completan uno de los episodios históricos más singulares de la religiosidad
popular andaluza del barroco: la devoción y arraigo de la devoción al Cristo de Cabrilla en
el Reino de Granada.
1
“Arte e historia del Cristo de Burgos o de Cabrilla en la diócesis de Guadix-Baza”, en Boletín del Instituto
“Pedro Suárez”, año XVI, Nº. 16. Guadix, Instituto de Estudios “Pedro Suárez”, 2003, pp. 25-44.
2
Numerosos trabajos he dedicado al Cristo de Burgos o de Cabrilla a lo largo de mi vida, señalando los
más importantes tenemos: Cabra del Santo Cristo. Su arte e historia. Granada: Parroquia-Santuario de Cabra del
Santo Cristo, 1978, pp. 33-56; La Época áurea de la historia de Cabra del Santo Cristo: La del Dr. D. Francisco Palomino de
Ledesma (1631-1674). Jaén: Ayuntamiento de Cabra del Santo Cristo, 1982, pp. 6-10, El Santuario de Cabra del Santo
Cristo. Granada: Caja de Ahorros de Granada, 1985, 50 páginas. Evolución jurídica de la villa de Cabra del Santo Cristo.
Jaén: Ayuntamiento de Cabra del Santo Cristo, 1989. Cabra del Santo Cristo (Jaén). Arte, Historia y el Cristo de Burgos.
Granada, 2002 y “Aproximación histórico-artística a la villa de Cabra del Santo Cristo”, en SAMUNTÁN. Revista
de Estudios de Sierra Mágina, 21. Jaén, Diputación Provincial, 2004, pp. 9-68.
3 Para una información más detallada al respecto véase. L. GILA MEDINA [1989], pp. 25-46.
4
Ciento sesenta casas tenía en 1628 la villa de Cabra según B. XIMÉNEZ PATÓN. Historia de la antigua y
continuada nobleza de la ciudad de Jaén. Jaén: Riquelme y Vargas ediciones, 1983, p. 233 [Ed. facsímil del original
Jaén: Pedro de la Cuesta, 1628].
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se trata de la llegada, y posterior permanencia definitiva en esta localidad tras una serie
de hechos especiales, de una copia en lienzo de la venerada talla del Cristo de Burgos o
de san Agustín, que recibía culto en el convento de esta última advocación de esa ciudad
castellana y desde 1836 en su singular catedral gótica. A modo de síntesis señalaremos que
su propietario D. Jerónimo de Sanvítores y de la Portilla, Caballero santiaguista, regidor
perpetuo de Burgos y del Consejo de Hacienda de Felipe IV, como buen burgalés le profesaba
una especial devoción, pues ya había recibido de Él varios e importantes favores: en 1633
estando desahuciado de los médicos por grave enfermedad por su mediación obtuvo la
curación y dos años después logró que el monarca le permutase su nombramiento como
corregidor de la ciudad de México, en el virreinato de Nueva España, por el mismo cargo
en Guadix, Baza y Almería, pues las tres localidades formaban un solo corregimiento. A
Guadix muy a finales del 1636 remitía todas sus pertenencias, entre los que venía una copia
en pintura de la venerada imagen del Cristo de Burgos, realizada por el pintor Jacinto
Anguiano Ibarra, discípulo de Mateo Cerezo, el Viejo. Al pequeño lugar de Cabrilla llega
la caravana de arrieros en la tarde-noche del 19 de enero, alojándose en el mesón de Juan
de Soto Salas, cuya esposa María Rienda, manca del brazo derecho, tras abrir con enorme
fervor la caja donde iba enrollado el Sagrado Lienzo obtiene la curación.
Eran las primeras horas del día 20 y los vecinos se hallaban celebrando la festividad de
san Sebastián, su patrón. Conmocionados por el suceso se llevan a su iglesia parroquial el
lienzo y se niegan a devolverlo a su legítimo propietario. Éste, apoyado por el Nuncio de
Su Santidad (y) la ciudad de Guadix, que iba a ser el destino definitivo de la citada copia,
exige su devolución. Mas las oportunas negociaciones del obispo de Jaén, el cardenal
Baltasar de Moscoso y Sandoval y del prior de la localidad, el Dr. D. Francisco Palomino de
Ledesma, dan como resultado el que, el 14 de septiembre de ese mismo año, D. Jerónimo
de Sanvítores done al Pueblo de Cabrilla el lienzo del Cristo de Burgos, tras una serie
de compensaciones de tipo espiritual y material que le animarían a establecerse en esta
localidad, creando primero un mayorazgo, después un señorío, luego un vizcondado y por
fin obtendría el marquesado de la Rambla de Cabra del Santo Cristo, ya en la persona de
su hijo D. José de Sanvítores y de la Portilla.
Incluso, ya con anterioridad a la curación de la mesonera, en el duro y accidentado
camino de subida que desde el río Jandulilla conduce a esta localidad, el mulo que traía la caja
donde venía el lienzo tanto se fatigó que cayó rendido y el arriero tuvo que cambiar la carga
a otra acémila. Este hecho, tras el extraordinario suceso de María Rienda, fue interpretado
como una clara premonición del deseo del Santo Cristo de Burgos de permanecer para
siempre en este pequeño lugar. Es más, sería el relato de este suceso por parte del arriero a
la mesonera el que el que con toda seguridad despertaría en ella la curiosidad y le animaría
a abrir la caja donde viajaba enrollado el lienzo e implorar su misericordia. Al igual que
también sanó a un tal Juan de Cazorla, quien se hallaba gravemente enfermo en dicho
mesón afectado por un fuerte tifus, amén de otro tercer caso más de curación: el de un
pobre joven tullido, de nombre Juan, quien vivía de coger retamas y otros arbustos en
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
Archivo Histórico Provincial de Jaén [A.H.P.J.). Protocolo [Prot.] 6871 y folios [fols.] 483r-487v.
5
Exemplar eterno de prelados, impreso en el corazón y executado en la vida, y acciones del Señor Don Baltasar de
6
Moscoso Sandoval, Presbítero, Cardenal y Arzobispo de Toledo. Toledo: Francisco Calvo, 1670.
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nos ofrece un extenso capítulo sobre estos acontecimientos, precisamente sirviéndole como
base la información personal que, años antes, le había hecho llegar el mismo D. Jerónimo7.
También tiempo antes el clérigo Martín de Ximena Jurado, gran cronista de la diócesis de
Jaén, muy vinculado a la figura del cardenal Moscoso y Sandoval, se hacía eco de la llegada
a Cabra del Cristo de Burgos8. Si esto acontecía en 1654, unos ocho años antes se expresaba
en parecidos términos el también clérigo Francisco de Rus Puerta9 y finalmente en 1653
hacia lo mismo Francisco de Bilches, sacerdote jesuita10.
Ya en el siglo XVIII, por su gran interés, debemos mencionar al Padre Pedro Loviano,
prior del convento de san Agustín de Burgos, quien, en 1740, en la gran monografía que le
dedica al Santo Cristo de Burgos de entre la multitud de copias que se le hicieron solamente
se hace eco de dos: concretamente de la talla en madera que fue a Lima y de la que en
pintura vendría a Cabra, relatando detalladamente en relación a esta última todos los
acontecimientos extraordinarios acaecidos11. En los mismos términos se expresaba, años
después, el Padre Enrique Flórez, precisamente agustino calzado y burgalés de nacimiento
—vino al mundo en Villadiego—, en su magna obra España Sagrada12.
Muy a finales del siglo XIX, concretamente en 1896, D. Juan José Pugnaire Jiménez13,
prior de Cabra del Santo Cristo dedicaba una pequeña monografía, pionera en su género,
al centrarse en exclusiva en el Cristo de Burgos o de Cabrilla —a comienzos de los años
cincuenta del siglo pasado se volvería a publicar de nuevo por D. Antonio Soto Guerrero,
párroco de aquel momento.
Finalmente, aunque dentro de otros géneros literarios debemos reseñar dos frutos muy
significativos: en primer lugar se trata de la comedia que Agustín Moreto y Cavana (1618-
1669), literato vinculado al círculo de Lope de Vega, compuso con el expresivo título El
Cristo de los Milagros o el Santo Cristo de Cabrilla. Obra que, con toda probabilidad, hay que
poner en relación por su vinculación con la personalidad del cardenal Moscoso y Sandoval;
7
D. Baltasar de Moscoso y Sandoval. Arzobispo de Toledo. Madrid: Bernardino de Villadiego, 1680, Capítulo IV:
“Primer milagro del Santo Cristo de Burgos de Cabra”, pp. 708-729.
8
M. XIMENA JURADO. Catálogo de los obispos de las Iglesias Catedrales de Jaén y anales eclesiásticos de este
Obispado. Granada, Universidad de Granada-Ayuntamiento de Jaén, 1991, p. 547 [Ed. facsímil del original de
1654].
9
Corografía antigua y moderna del Reino y Obispado de Jaén Jaén: UNED, Centro Asociado de la Provincia
de Jaén “Andrés de Vandelvira” y Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1998 [Ed. facsímil del original
de 1892, estudio preliminar, revisión e índices de José Latorre García, Jesús Cañones Cañones y Juan A. López
Cordero], p. 140. Agradecemos, muy sinceramente, a D. Ramón Carrasco, Presidente de la Sociedad Económica
de Amigos del País de Jaén el que nos haya facilitado generosamente un ejemplar de este libro, ya muy difícil de
conseguir en el comercio, para su consulta.
10
Santos y santuarios del Obispado de Jaén y Baeza. Madrid: Domingo García Corral, 1653, p. 251.
11
Fray P. LOVIANO. Historia y milagros del Santísimo Cristo de Burgos y su novena. Madrid: Imp. del Venerable
Padre Fray Alonso de Orozco, 1740, pp. 90-95.
12
E. FLÓREZ. “Iglesias, monasterios, parroquias, hospitales y santos de la diócesis de Burgos” en España
Sagrada. Vol. XXI. Madrid: D. Antonio de Sancha, 1722. Capítulo VIII: Monasterio de Burgos “Convento de san
Agustín y el Santísimo Cristo de Burgos”, pp. 483-508.
13
Historia y milagros del Santo Cristo de Burgos que se venera en la Iglesia Parroquial de Cabra del Santo Cristo,
Provincia y Obispado de Jaén. Jaén: Imp. de la viuda de Guindos, 1896.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
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La noticia de la existencia del manuscrito de esta comedia en la Biblioteca Nacional la dio D. Nicolás
LÓPEZ MARTÍNEZ. El Smo. Cristo de Burgos. Burgos: Ediciones Aldecoa, S.L. 1997, p. 62. Recientemente ha sido
publicada con un excepcional estudio introductorio por A. VALLADARES REGUERO. El Santo Cristo de Cabrilla.
Úbeda: Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, 2003,
15
Este sermón se publicó con el siguiente título: Sermón predicado en la fiesta del Santo Christo de Cabrilla.
Granada: Imp. Real de Francisco Sánchez. A lucida expensas de Esteban García de Berber, 1668, existiendo un
ejemplar en la Biblioteca General de la Universidad de Granada. Del mismo existe un pormenorizado estudio de
J. CÓZAR CASTAÑAR. “Sermón al Santo Cristo de Cabrilla”, en Boletín del Instituto de Estudios Gienneses, n.º 145.
Jaén: Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación Provincial, 1992, pp. 23-45. Precisamente este autor en
un trabajo de hace unos años se hizo eco de la repercusión que tuvo en la bibliografía de su momento la llegada a
Cabra del primer lienzo del Cristo de Burgos. Para más información véase “El hecho religioso de Cabra o Cabrilla
de 1637 en los textos de Historia y de Literatura del siglo XVII”, en Contraluz 1. Revista de la Asociación Cultural
“Arturo Cerdá y Rico”, Jaén, 2004, pp. 61-65.
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Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo
16
Una reciente biografía sobre esta religiosa puede verse en L. GILA MEDINA. “La Venerable Madre Marta
de Jesús (1590-1699): Una prieguense de nacimiento y cabrileña de adopción, por su devoción al Cristo de Burgos,
a los pobres y necesitados”, en Contraluz, 5, Revista de la Asociación Cultural “Arturo Cerdá y Rico”. Jaén, 2008,
pp. 333-358.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
INVENTARIO DE 164617
Fue realizado el 5 de junio de 1646 por D. Juan Pérez de Valenzuela, visitador general
del obispado de Jaén, tan sólo nueve años después de la llegada del lienzo. De un total de 59
objetos registrados, 26 corresponden a gentes provenientes de la archidiócesis de Granada
granadina —y si le sumamos los cuatro donados por personas de la vecina diócesis de
Guadix entre los dos superan el 50%. Estos veintinueve objetos inventariados, desglosados
por apartados, son los siguientes:
Lámparas
-- Una lámpara grande con sus cuatro cadenas de plata que dio el lugar de Bérchules
y que pesó siete libras y diez onzas [Una libra equivale a 460 gramos, un marco a
250, una onza a 28.16 y un adarme a 1.79]
-- Una lámpara de plata que envió a este santuario D.ª Estefanía de Frías, vecina de
la ciudad de Granada.
-- Otra lámpara de plata pequeña que dio de limosna D. Cristóbal Sánchez de
Escobar, vicario de Guadahortuna y que pesó dos libras y doce onzas18.
-- Otra lámpara de plata que dio de limosna D. Martín González de Bernedo, vecino
de la ciudad de Granada, que pesó dos libras y trece onzas.
-- Otra lámpara que dio D.ª Ana de Ribera, vecina de la ciudad de Granada, que
pesó una libra y quince onzas.
-- Otra lámpara más pequeña que dio de limosna D. Luis de la Cruz, vecino de la
ciudad de Granada, que pesó una libra y media onza.
-- Otra lámpara grande, la mayor de todas, con su bacía, capitel, cadenas, manzana
y canecillos, donde se cogen las cadenas, que dieron de limosna los vaqueros de
Sierra Nevada y que pesó nueve libras y cinco onzas.
-- Otra lámpara grande que dieron los pastores del Reino de Granada.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
personas dispuestas a agruparse con el objetivo de fundar una cofradía, dejando al margen
posibles personalismos o afán de notoriedad individual; redacción y aprobación por la
autoridad eclesiástica correspondiente de sus estatutos y constituciones, lo que no siempre
se conseguía de primeras; hacer un extraordinario desembolso económico para equiparse
con los enseres necesarios; y, sobre todo, mucha devoción y especial cariño al titular de la
hermandad para afrontar los riesgos, sufrimientos e inconvenientes que llevaba consigo el
peregrinar anualmente a Cabra del Santo Cristo, generalmente el 29 de septiembre, día de
san Miguel Arcángel, que era el día grande de las cofradías foráneas que concurrían a esta
villa a honrar al Cristo de Cabrilla.
La primera de todas fue la de la ciudad de Guadix, que gozaba de una serie de privilegios
en esta localidad y en su iglesia-santuario, generosamente cedidos por el obispo de Jaén,
cardenal Moscoso y Sandoval, y el prior de la localidad, Dr. D. Francisco Palomino de
Ledesma, a fin de compensarlos en la medida de sus posibilidades de la enorme frustración
que les debió causar el que el lienzo del Cristo de Burgos, cuyo destino, originariamente,
era Guadix, quedará definitivamente en el lugar de Cabra.
Como se deduce del inventario que acabamos de analizar para 1646 ya estarían
formalmente constituidas la cofradía de Serón, en Almería, y la de Moclín, en Granada,
pues ambas trajeron para su presentación y bendición la cruz de plata que coronaría su
estandarte. También se afirma en ese documento que los vaqueros de Sierra Nevada y a los
ganaderos del Reino de Granada, quienes polarizaron y canalizaron por este antiguo reino
la devoción al Cristo de Cabrilla, le trajeron sendas lámparas de donativo. Concretamente
la de los primeros la más grande, aunque aún no estarían constituidos canónicamente
como cofradía.
La primera en constituirse sería la de los Vaqueros de Sierra Nevada19, que alcanzaría
una gran difusión por las Alpujarras granadinas —en los municipios de los Bérchules,
Albondón, Válor, Turón y muy especialmente en Úgijar y Yegen, donde hasta comienzos
del siglo pasado existió una ermita al Cristo de Cabrilla—, si bien la cofradía tuvo su sede
canónica en la iglesia parroquial de Mecina Bombarón. Sus estatutos fueron aprobados
en septiembre de 1664 por el arzobispo D. José de Argáiz, fijando su fiesta principal en su
localidad el lunes siguiente al primer domingo de octubre —una vez regresados de Cabra
del Santo Cristo, donde la solemne fiesta y procesión del 29 de septiembre en un principio
corría de su cuenta—, haciendo un gran alarde de fuegos de artificiales, danzas, toros,
soldados y otros espectáculos, que le ocasionaban grandes gastos, que algunos arzobispos
intentaron controlar. Tal es el caso de D. Pedro Antonio Berroeta y Ángel, quien en 1763
les ordenó que sus gastos en este sentido no sobrepasasen los 550 reales. Hubo de ser una
cofradía muy numerosa y poderosa económicamente, pues, además de concurrir a Cabra
del Santo Cristo y hacer a su costa los actos religiosos del día 29 de septiembre, sufragaban
19
LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, J. J. et alii. Granada y el Santo Cristo de San Agustín. Granada: Hipercor,
1994, pp. 69-72.
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solemnes cultos al Cristo de Cabrilla en la localidad de su sede canónica. Una misa cantada
y responso durante todos los viernes del año, todos los meses un oficio de difuntos por los
cofrades fallecidos, y el 3 de mayo —festividad de la Invención de la Santa Cruz—, el 10 de
agosto —día de san Lorenzo—, y el lunes siguiente al primer domingo de octubre, fiesta
solemne y procesión con el Cristo de Cabrilla, finalizando con un funeral por sus difuntos
al día siguiente.
Aunque algo más tardía en constituirse canónicamente, la Hermandad de los
Ganaderos del Reino de Granada, conocida popularmente como la de los Pastores o de
La Mesta, pues estaba bajo el patrocinio de esta importante asociación ganadera, pronto
adquiriría un protagonismo fundamental. Agrupaba a los criadores de ganado lanar de
los pueblos de la Vega, la Sierra, el Valle de Lecrín y el Temple —la zona de Alhama de
Granada—, teniendo su sede canónica en la parroquia-basílica de Nuestra Señora de las
Angustias. Constituida en 1670, sus estatutos y constituciones fueron aprobadas por el
arzobispo D. Diego Escolano y Ledesma en este mismo año, si bien, posteriormente, en
1718, tras una renovación de los mismos, de nuevo lo fueron por D. Cristóbal Damasio,
provisor de la curia eclesiástica granadina.
No obstante, aunque oficialmente no se considerara cofradía hasta 1670, ya en 1646, fecha
del, tantas veces citado inventario, figuraban en
el mismo los Ganaderos del Reino de Granada
ofreciendo una lámpara de plata al Cristo de
Cabrilla. Años más tarde, concretamente, en
1664, se obligan a traer todos los años seis arrobas
de aceite para su mantenimiento. Incluso, en ese
mismo año, donaban a esta parroquia-santuario
1.650 reales para que dados en préstamos, al 3%
anual, con sus réditos se sufragase una fiesta
solemne al Cristo de Cabrilla todos los 14 de
septiembre, festividad de la Exaltación de la
Santa Cruz. Sus donativos a esta parroquia-
santuario del Cristo de Cabrilla serían muy
frecuentes y numerosos, sobresaliendo los 600
reales que, en 1755, donaban para ayudar a la
realización del magno retablo mayor.
Su capilla en el templo granadino, hoy
conocida como la del Cristo de Cabrilla o de los
Pastores, es la primera del lado del evangelio,
lindando con el crucero. Fue adquirida a la
fábrica parroquial en 1673 por 440 ducados,
colocando en ella su titular. En este caso una
escultura exenta, no una pintura como era lo 4. Granada. Basílica de las Angustias. Cristo de los
Pastores, de Burgos o de Cabrilla.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
normal, que la cofradía había comprado el año anterior por 5.300 reales a Diego Arias
Vizcaíno, estando también incluida en esta cantidad el importe de un dosel para acoger
y realzar la imagen de su titular, un frontal para la mesa de altar, así como otra serie de
objetos litúrgicos para la misma. A finales de esta misma centuria, concretamente en
1697, el maestro de ensamblador Andrés Martínez de la Peña haría el actual retablo, que
doraría Gregorio de Rueda, con un importe total de 4.950 reales20. La imagen del Cristo
de Cabrilla, que sigue el modelo que fijara a finales del siglo XVI Pablo de Rojas, en la
actualidad se encuentra desprovista de faldellín y del huevo de avestruz a los pies, su
atributo iconográfico más importante y representativo, aunque sabemos que lo tuvo, pues
en los libros de cuenta de la citada hermandad, que por fortuna se conservan en el archivo
parroquial, aparecen apuntes relativos a la compra de este singular elemento iconográfico
e iconológico21.
La Hermandad de los Ganaderos tenía
el privilegio, cuyo origen no hemos podido
documentar, de vender en Cabra del Santo
Cristo los estadales y otros objetos relacionados
con el Cristo de Cabrilla, el día 29 de septiembre.
Con sus beneficios financiaban su venida,
colaboran con la parroquia y costeaban las
luminarias, los fuegos de artificio y la compañía
de soldados que traían para rendirle honores al
Cristo de Cabrilla en la solemne procesión del
veintinueve de septiembre. Y, como prueba de
ello, tenemos que el 10 de mayo de 1755, los
hermanos Manuel y Juan de Aguilera, prioste
y mayordomo de la dicha cofradía, acordaban
con Julián de Salazar y Santiago Tallón, capitán
y alférez, respectivamente, de una compañía de
soldados, el que rindiesen honores en tal fecha
a la venerada efigie del Santo Cristo de Cabrilla.
Por su parte el Municipio cabrileño les daría el
lugar donde montar sus tiendas de campaña y
la cofradía local 550 reales de vellón, más mil
4.1. Granada. Detalle del Cristo de los Pastores.
20
Para más información véase M. L. y J.J. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ. Nuestra Señora de las Angustias y
su Hermandad en la Época Moderna. Granada: Comares, 1996, pp. 143-144.
21
En el Archivo Histórico de la Parroquia de las Angustias se conserva la documentación de esta extinta
hermandad, algunos de cuyos libros han sido trabajados por el profesor doctor D. Juan Jesús López-Guadalupe
Muñoz, quien generosamente nos ha cedido todas las notas que ha sacado para nuestro uso personal. Por eso
desde aquí mi más sincera gratitud por su gran generosidad.
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Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo
quinientas estampas, que una vez en Cabra podrían igualmente vender para ayudarse en
sus gastos22.
Ignoramos cuando dejarían de venir a Cabra, sospechamos que debió de ser con motivo
de la francesada, pues la inseguridad de los caminos, la incorporación de los hombres al
ejército nacional o a las guerrillas, las miserias y limitaciones que generó, etc., no facilitaban
este tipo de manifestaciones de la religiosidad popular. Lo que sí es cierto es que, hacia
1790, la parroquia-santuario de Cabra del Santo Cristo, en la persona del Dr. D. Antonio
José de la Moneda, les disputó y consiguió arrebatarle el privilegio de la venta de estadales
y otros objetos religiosos. No obstante siguió celebrando sus cultos en su capilla granadina
el día 8 de septiembre, día de la Natividad de Nuestra Señora, precisamente como recuerdo
de que en tal solemnidad litúrgica, desde la fundación de la hermandad ofrecían como tal
su fiesta anual al Cristo de Cabrilla en su iglesia-santuario.
5. Calcografía del Cristo de los Pastores o de 6. Grabado del Cristo de Burgos. Madrid. Manuel de
Cabrilla. Granada, 1851. Castro, 1790.
22
Véase nota 15, p. 70.
141
El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
También prueba de que durante el siglo XIX la cofradía siguió viva es que existen
grabados realizados por la hermandad granadina. Como el que en 1851 sacó a la luz a
instancias de D. Francisco de Paula Criado, encargado de los cultos por su cofradía,
precisamente, aunque con ligeros añadidos, siguiendo el modelo del que Manuel de
Castro, en 1790, realizó en Madrid del Cristo de Burgos o de Cabrilla por encargo del Dr.
de la Moneda23.
La capilla tenía como era lo normal su cripta, donde recibían sepultura los cofrades
que así lo solicitaban, siendo buen ejemplo de ello el del presbítero Francisco de Vega
Ferrer, natural de Otura, precisamente beneficiado de la iglesia de las Angustias, quien en
su testamento otorgado el 2 de marzo de 1762, pedía ser enterrado vestido con vestiduras
sacerdotales en la bóveda de la capilla del Santo Cristo de Cabrilla, de su iglesia parroquial, donde
están sus ascendientes, como hermano que ha sido de la Hermandad de la Mesta. Incluso la capilla
y la hermandad se vio favorecida a lo largo del tiempo por sus cofrades y devotos. Tal es
el caso de Doña Ana de Rus, viuda de D. Bartolomé García del Olmo, quien, en abril de
1702, le cedía dos censos perpetuos, que importaban un total de 2.920 reales para que con
sus intereses o réditos anuales se cuidase perpetuamente la lámpara del Santo Cristo de Burgos,
que, días antes ella misma le había donado y con lo que sobrase, pues se trataba de una
cantidad muy considerable, se socorriese al hospital que la Hermandad de la Virgen de las
Angustias mantenía para asistencia de sus cofrades, pues a él también tenían acceso los
miembros de la del Cristo de Cabrilla o de los Pastores24.
Ciertamente tuvo que existir muchas más cofradías, especialmente en aquellas
localidades donde predominaba el sector ganadero, como hemos evidenciado en el
inventario de 1646. Mas, sin duda, estas dos, de las que acabamos de hacer un pequeño
bosquejo histórico, debieron ser las más importantes, ocupando un puesto clave y
fundamental de entre todas las que se constituyeron, desde el último tercio del siglo XVII a
la francesada. Y buena prueba de ello es el testimonio del carmelita descalzo fray Antonio
de Jesús María, quien en la biografía que, en 1680, le dedica al cardenal Moscoso y Sandoval
se expresa en estos términos con relación a la iglesia de Cabra del Santo Cristo:
Este santuario es uno de los más famosos de España y consuelo de las Andalucías.
Celebrase la memoria de la santa Imagen con tres fiestas al año: La primera, día de san
Sebastián, hace la Villa. La segunda el día de la Natividad de Nuestra Señora a costa
de los Ganaderos del Reino de Granada y Sierra Morena, concurren a la villa con sus
estandartes, traen música y muy lucida y numerosa compañía de soldados. La tercera,
día de la dedicación de san Miguel, XXIX de septiembre, por cuenta de los Vaqueros
de Sierra Nevada, que corren toros y hacen varias invenciones de fuego, mostrándose
tan devotos que a todos nos edifican.
23
A. IZQUIERDO. Catálogo de la exposición “La estampa devota granadina. Siglos XVI al XIX”. Granada: Caja de
Granada-Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2003, p. 185.
24
Véase nota 15, p. 69.
142
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
aquí una capillita dedicada al Cristo de Burgos, fechable en el siglo XVII, de las típicas
capillas domiciliarias que, aún hoy, se van pasando las vecinas de una calle o barrio para
honrar y venerar a alguna imagen religiosa de su especial predilección y fervor. Con
una vida efímera por su constante trasiego y por ser trabajos muy sencillos, la que aquí
presentamos por fortuna nos ha llegado a la actualidad, se guarda en el mismo lugar de
los dos cuadros anteriores, aunque procede de Cabra del Santo Cristo, y en ella recibe
culto una sencilla e ingenua pintura del Cristo de Burgos, presentando la curiosidad de
ofrecernos las iniciales de su primer/a propietario/a en su frontispicio, a saber M R.
En total son ocho cuadros,
todos anónimos excepto el de La
Zubia, que es obra de Juan Luengo
de 169925. Tres en la capital y cinco
repartidos por distintos pueblos
de la archidiócesis. Dentro de las
primeras tenemos la de la iglesia
del antiguo convento de Santa Inés,
de franciscanas-clarisas, hoy capilla
de los Hermanos Obreros de María;
la de la vecina iglesia del convento
de Zafra de Madres Dominicas; y la
de la parroquia de la barriada de El
Fargue. Mientras que dentro de las
segundas tenemos la de las iglesias
parroquiales de Chite, Churriana
de la Vega, Pinos Genil, Zafarraya y
La Zubia, si bien habría que añadir
una copia muy reciente, como se
verá en su momento, hecha a partir
del actual lienzo de Cabra del Santo
Cristo y donada a la parroquia de
Lújar por una vecina de Granada,
aunque natural de esa localidad
granadina.
7. Granada. Antiguo convento de santa Inés. Cristo de Cabrilla.
Fotografía Carlos Madero.
25
Así figura en la página web de la iglesia parroquial de esta localidad. Debe ser un dato de archivo, pues
ni la firma ni la fecha aparecen en el lienzo. Juan de Luengo, activo entre finales del siglo XVII y comienzos del
siguiente, fue básicamente grabador. Así sabemos que en 1730 realizó un espléndido grabado del Santo Cristo de
San Agustín de Granada por encargo de su Real Hermandad. Para más información véase Juan Jesús y Miguel
Luis LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ. “Artes y oficios artísticos en Granada a mediados del siglo XVIII”, en
Espacio, Tiempo y Forma. Serie VII. Tomo 9. Madrid: UNED-Facultad de Geografía e Historia, 1996, pp. 157-188.
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Desde el punto de vista iconográfico, no podemos calibrar con total precisión hasta
qué punto estas copias siguieron fielmente el modelo original del Cristo de Burgos o de
Cabrilla, pues éste, lamentablemente, se perdió en la noche del siete de agosto del 1937.
Es verdad que tenemos numerosos testimonios gráficos del retablo mayor de la iglesia
de Cabra del Santo Cristo, o de distintos momentos de su recorrido procesional por las
calles del pueblo, realizadas a comienzos de la pasada centuria especialmente por el gran
maestro y pionero de la fotografía Dr. D. Arturo Cerda y Rico, mas no tenemos ninguna de
detalle del venerado lienzo original.
Hasta cierto punto, esta lamentable ausencia la podemos compensar con la copia
del Cristo de Burgos que se venera en la iglesia del Monasterio de las Huelgas de Burgos,
pues fue realizada por Jacinto Anguiano Ibarra, en 1646, justo diez años después de que
él mismo realizara la original de Cabra del Santo Cristo por encargo de D. Jerónimo
de Sanvítores y de la Portilla, como se dijo en su momento. Así pues este lienzo, que
se exhibe a los pies de la nave lateral de la epístola del citado cenobio burgalés, nos
ofrece el Cristo de Burgos con faldellín blanco, sobre un pequeño montículo que simula
el Gólgota, las cabezas o remaches de los clavos de los pies están muy desarrollados,
más abajo, formando casi un triángulo, el huevo de avestruz y por fin en un plano
inferior una calavera, en clara alusión a la muerte mientras el huevo de avestruz está
preludiando iconológicamente la vida o la resurrección de Cristo. La presencia de la
calavera en conexión con el huevo de avestruz solamente la hemos encontrado en el
Cristo de Cabrilla, aunque no todas las copias la incluyen, quizás porque la escasa
preparación cultural del pintor le impedía captar el profundo contenido iconológico
de estos motivos iconográficos o porque nadie de su alrededor le hiciera observación
alguna al respecto, incluso, en última instancia, porque muchas de las copias no se
realizaron a partir del original cabrileño sino de otra reproducción anterior que habría
ignorado tal elemento iconográfico.
En esta última línea, sin la calavera, están los cuadros de las localidades de La Zubia,
Zafarraya, Pinos Genil y el de la iglesia conventual de las Madres Dominicas de Zafra de la
capital granadina. Todos de grandes dimensiones y de muy buena factura, especialmente
el de La Zubia y el del convento de Zafra por el delicado tratamiento del torso del Cristo
de Cabrilla y el faldellín. Los cuatro están necesitados al menos de una limpieza que le
devuelva la calidad original de la figura y la viveza de sus colores, en especial el blanco
del tonelete, siendo esta intervención aún mucho más necesaria en el de Zafarraya y Pinos
Genil. Precisamente éste último tiene un marco de excepcional calidad al igual que el del
convento de Zafra, oscilando la cronología de todos ellos entre el último tercio del siglo
XVII y la primera mitad del siguiente.
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extendidas—, así como una larga leyenda en la base del lienzo, bastante deteriorada, pero
que, tras muchos intentos, en parte hemos podemos leer lo siguiente … El Santo Cristo
de Cabrilla… donó a la iglesia de Chite el Señor D. Dionisio Fernández de Aguilar. Alcayde de la
Alcazaba de la Fortaleza de la Alhambra de Granada. Año de 1749.
Los dos cuadros siguientes: el de la iglesia del antiguo convento de santa Inés, en el
bajo Albaizín granadino, y el de la iglesia parroquial del El Fargue, los podemos considerar,
siguiendo al siempre recordado D. Alfonso Emilio Pérez Sánchez, como “trampantojos
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“Trampantojos a lo divino”, en Lecturas de Historia del Arte, III. Vitoria: Instituto de Estudios Iconográficos
“Ephialte”, 1992, pp. 139-155.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
El segundo cuadro propuesto —el de la parroquia del barrio del Fargue— es mucho
más sencillo, pues en este caso son sólo unos cortinajes rojos, que caen por ambos lados
desde los ángulos superiores y se recogen a media altura con unos alzapaños, los que
intentan enmarcar y realzar la figura del Cristo de Cabrilla. El lienzo, necesitado de una
pronta limpieza, es sin duda el de menos calidad de todos, aunque, no debemos olvidar que
para el pueblo sencillo y fiel, cuando realmente siente y vive con intensidad la devoción a
un simulacro, en el argot de la época, de Cristo o de la Virgen, etc., los valores estrictamente
artísticos pasan a un muy segundo plano. Buen ejemplo de ello es lo que aconteció con el
lienzo del Cristo de Burgos que estuvo al culto en Cabra del Santo Cristo entre 1950 y 1986
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Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo
y que vino a reemplazar al que se hizo en 1939 al finalizar la guerra civil, donde la figura
del Cristo de Cabrilla era prácticamente imperceptible, siendo esta la razón que nos llevó,
en 1986, a realizar la copia actual, obra del gran pintor jiennense, ya fallecido, D. Francisco
Cerezo Moreno.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
cabeza; más abajo dos huevos de avestruz y no tres y un fondo de ciudad, en clara alusión
a Jerusalén, con algunos edificios en el horizonte ligeramente esbozados. Los donantes, de
medio cuerpo, oran con gran fervor y levantan su cabeza para dirigir su mirada al Cristo de
Cabrilla. A la izquierda una mujer de edad madura y a la derecha un muchacho aún bastante
joven. Fechable a comienzos del siglo XVIII, las figuras representadas tal vez puedan ser
D. Francisco de Vega y Ferrer y su madre D.ª Francisca Ferrer. Él, andando el tiempo sería
párroco de las Angustias de Granada y, como ya se dijo, en su testamento, otorgado el 2
de marzo de 1762, tras afirmar que era hijo legítimo de José de Vega, ya difunto, y de D.ª
Francisca de Vega, naturales de Churriana de la Vega y de Otura, respectivamente, pedía
ser enterrado en la cripta de la capilla del Cristo de Cabrilla de la iglesia de las Angustias.
Luego podemos pensar que en algún momento de la juventud de este futuro clérigo, su
madre, ya viuda, se hiciera retratar con su hijo en una pintura consagrada al Cristo de
Cabrilla, del que eran cofrades y muy devotos.
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27
Archivo Notarial de Granada [A.N.Gr.]. Sección Histórica [S.H.]. Documentación de la Ciudad [D.C.].
Prot. 822, fol. 1051.
28
Ibidem. Prot. 839, fols. 442r/442v.
29
Ib. Prot. 860, fols. 755r/758v.
30
Ib. Prot. 891, fol. 413r.
31
Ib. Prot. 917, fol. 572r.
32
L. GILA MEDINA. “Nuevos datos para la vida y obra del pintor real Pedro Atanasio Bocanegra”, en
Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada 28. Granada, Departamento de Historia del Arte, 1997, pp. 87-103.
33
A.N.Gr. Prot. 964, fols. 331r/335v.
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34
Archivo Histórico del Arzobispado de Granada [A.H.A.Gr]. Caja 37. Prot. A. Notario: Andrés del Castillo
Salamanca, fols. 92r/98r.
35
Ibidem, fols. 17r/20v.
36
A.N.Gr. Prot. 1069, fols. 90r/92v.
37
Ibidem. Prot. 1269, s/f.
38
Archivo Histórico Nacional[A.H.N.]. Sec. Consejos. Cámara de Castilla, leg. 15.819, fols. 1021r y 840v, año
de 1758.
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El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía
las clases más dotadas económicamente querían tener una copia en pintura del Cristo de
Cabrilla, mientras que los menos favorecidos por la fortuna tendrían que conformarse con
una estampa o un grabado. También noble arte, mucho más frágil y perecedero al ser el
papel su base.
Para completar este apartado queremos señalar que son numerosas las veces que el
Cristo de Cabrilla aparece en los protocolos notariales como beneficiario, especialmente, en
mandas testamentarias o codicilos de sus devotos granadinos —aceite para las lámparas
votivas, grano para con su venta sufragar misas en su honor, donación de los más diversos
objetos del ajuar litúrgico. Mas, en este caso, para no fatigar en exceso al paciente lector,
solamente nos vamos a hacer eco de que el 11 de febrero de 1686, en el testamento otorgado
por D. Francisco Salido Herrera en una de sus mandas señala Item. Mando al Santo Cristo
de Cabrilla treinta ducados para que con ellos se haga un velo a Su Majestad que cueste los dichos
treinta ducados, más o menos39.
39
A.N.Gr. Prot. 929, fol462r/466r.
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horas de la tarde del dicho día 29 de septiembre, dándose el caso curioso de que algunos
peregrinos eran autorizados por las autoridades eclesiásticas a hacer el recorrido procesional
subido a las mismas andas procesionales, pensando, sin duda, de que estando más cerca
del Cristo de Cabrilla la garantía y probabilidad de conseguir el anhelado e implorado
favor y gracia sería mucho mayor. Tal sucedió con Pedro Antonio Moreno, vecino de Baza,
quien, tras declarar que era totalmente ciego, necesitando incluso la ayuda de un lazarillo,
como lo atestiguaron sus convecinos, el día de San Miguel de 1790, haciendo el recorrido
procesional subido en su trono recobró totalmente la vista.
Evidentemente, y sin ánimo de insistir más en esta línea, todos estos hechos especiales
incrementarían aún más la fama y la devoción al Cristo de Burgos o de Cabrilla, por lo que
las peregrinaciones a este pueblo-santuario de gentes humildes y sencillas, necesitadas
de la protección divina bien por razones personales —enfermedades, defectos físicos
congénitos, etc.—, o bien por otras circunstancias adversas, muy frecuentes en esas
centurias, como epidemias, hambrunas, guerras, etc., aumentarían en gran medida, a la
par que, paralelamente, propiciarían el surgimiento de nuevas cofradías, especialmente
por Andalucía Oriental.
En total diecisiete relatos aparecen recogidos en este libro-memorial, sin contar el
primero o el del Sudor, que ocupa más de la mitad del mismo. De ellos, el mayor número,
siete, corresponden a vecinos de esta archidiócesis, y cuatro a la de Guadix, en total
once, con lo que tendríamos el 60% de todos los sucesos extraordinarios aquí recogidos.
Concretamente, los de la archidiócesis de Granada serían los siguientes:
1. El 1 de octubre de 1699 ante D. Lorenzo de Molina Gámiz, comisario del Santo
Oficio de la Inquisición de Córdoba y rector de este santuario, comparece Juan
Ruiz del Valle, vecino de Granada y de oficio cohetero, quien declara que estando
el 25 de febrero de ese mismo año trabajando en su taller, en compañía de su
mujer, Juana Martín, y dos hijos pequeños, casualmente explotaron 24 docenas de
cohetes y otras tantas libras de pólvora que tenía empaquetadas, mas invocando
Al Santo Cristo de Burgos, que está puesto en esta villa de Cabra del Santo Cristo,
salieron todos ilesos, e igualmente la casa, como certificaron los alarifes [maestros de
albañilería] de Granada. Por tal motivo y para dar las gracias a Su Majestad había
venido hasta aquí, trayendo un lienzo con la pintura del milagro y costeando los
fuegos artificiales de la procesión del día San Miguel.
2. Acto seguido —en ese mismo día— Francisco Serrano, vecino de Granada, tras
declarar que tenía una hija con ambos brazos paralizados por problemas óseos,
en la procesión le pidió a la dicha Santa Imagen del Santo Cristo de Cabrilla le
diese la salud y, una vez acabada la misma, la niña empezó a mover los brazos
con toda normalidad.
3. El 22 de abril de 1705, de nuevo ante D. Lorenzo de Molina Gámiz compareció
Francisco Martín de Yebra, vecino de Laroles, en las Alpujarras, y bajo juramento
declaró que el 3 de marzo del año anterior, muy temprano, salió de Aldeire y en
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40
M. L. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ [1994], p. 71.
41
A.N.Gr. Prot. 1273, fols. 76r/79v.
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CONCLUSIONES
A través de estas líneas, redactadas unas veces a partir de trabajos ya conocidos y otras
de documentación totalmente inédita, hemos intentado ofrecer uno de los capítulos más
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17. Granada. Colección particular. Capilla domiciliaria del Cristo de Cabrilla, siglo XVII.
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