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TEMA 2: NORMATIVA DE COMERCIO MINORISTA

PLANTEAMIENTO
Finalidad de la normativa

El comercio interior supone cerca entorno a un 14% del total de PIB. Dentro del comercio interior, el comercio minorista
representa un 5% del total del PIB en España. Además, una de cada seis empresas en España se dedica a esta actividad. La
regulación del Comercio Minorista se plantea desde el ámbito de protección de los derechos de los consumidores y de
protección del pequeño comerciante.

Es destacable la estructura del mercado, formada por cientos de miles de pequeños establecimientos (543.658 para ser exactos,
a principios de 2023) hacía que este sector estuviera tradicionalmente fuera de los sectores regulados. Principalmente hay dos
motivos a esta escasa regulación del comercio minorista:

 El elevado número de operadores favorecía una competencia sana y sin demasiados desajustes.
 Por otro lado, se hacía realmente difícil para un organismo regulador la vigilancia y control de las operaciones de
comercio minorista, que generalmente revisten escasa entidad individualmente y forman parte de la cotidianeidad.

Pese a esto, la necesidad de protección del consumidor ha hecho necesario la creación de un régimen específico de regulación
del comercio minorista. Esta regulación, convive con el resto de las normas enfocadas a la protección de los consumidores y
otras regulaciones sectoriales. La normativa de comercio minorista complementa la tutela del consumidor en ámbitos muy
específicos, pero de gran relevancia en el día a día, donde es necesario concretar algunos de los principios y obligaciones de los
empresarios respecto de los consumidores, como del deber de información y la obligación del mantenimiento de una diligencia
profesional, entendida ésta como el nivel de competencia y cuidados especiales que cabe esperar de un empresario conforme a
las prácticas honestas del mercado (Art.4 de la Ley de Competencia Desleal).

Se puede afirmar que la regulación del comercio minorista se enfoca principalmente hacia la protección del consumidor. No
obstante, la acción política también ha dirigido, en ocasiones, la regulación del comercio minorista hacia la protección de otros
intereses, especialmente los pequeños comerciantes. Todavía pueden observarse muchas reglas, en especial en la parte
autonómica de esta regulación, que van dirigidas a equilibrar la posición de los pequeños comerciantes frente a grandes
superficies, como son las normativas de horarios comerciales. En cualquier caso, resulta evidente que, en caso de conflicto entre
la protección del consumidor y la protección del pequeño comerciante, la normativa se inclina claramente hacia los primeros.

Problemas competenciales

Una de las cuestiones más complejas de la regulación del comercio minorista es la concurrencia de normativa autonómica y
normativa estatal. La normativa de comercio interior no pertenece a las competencias exclusivas del estado (sí pertenece la
legislación en el ámbito mercantil y civil), y las Comunidades Autónomas han asumido competencias en este ámbito. Ello
implica que prácticamente todas las comunidades han desarrollado su propia normativa de comercio minorista, en concurrencia
con la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista.

 NORMAS ESTATALES
- Ley 7/1996, de 15 de enero de ordenación del comercio minorista LOCM
- Ley 1/2004, de 21 de diciembre, de Horarios Comerciales.
 NORMAS AUTONÓMICAS (no pueden contradecir las normas principales de las normativas estatales)
- Ley 116/1999, de 29 de abril de comercio Interior de la Comunidad de Madrid. LOCI/CAM
- Ley 2/2012, de 12 de junio, de Dinamización de la Actividad Comercial en la Comunidad de Madrid.

¿Qué ocurre en caso de contradicción en las normas? El Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre esto en varias
ocasiones. El resumen de la jurisprudencia del TC es que la normativa autonómica puede desarrollar la normativa estatal en
materia de comercio minorista, pero no modificar las definiciones, las categorías y lo principios esenciales de la ley. Por ejemplo,
no es posible modificar el periodo de rebajas establecido en la LOCM, o añadir nuevas actividades promocionales específicas;
pero sí que es posible añadir nuevas reglas que aumenten la protección del consumidor ante actividades promocionales. En
cualquier caso, el alcance de las competencias de las Comunidades Autónomas en este caso sigue siendo discutido. A efectos
prácticos, la mayoría de la CCAA han añadido muy pocas reglas diferentes a la LOCM, por lo que la influencia de la normativa
autonómica, aunque debe mantenerse presente, sigue siendo residual.

Ámbito de aplicación

El artículo 1.2 de la LOCM define el comercio minorista como “aquella actividad desarrollada profesionalmente con ánimo de
lucro consistente en ofertar la venta de cualquier clase de artículos a los destinatarios finales de los mismos, utilizando o no un
establecimiento”. Este último inciso puede considerarse innecesario, pero deja claro que la actividad comercial fuera de
establecimiento, tanto ambulante como a través de internet, se encuentra sometida a la regulación legal. La definición permite
acotar el ámbito de aplicación de la ley:

 La actividad regulada es la compraventa, dejando fuera a los servicios.


 La actividad debe desarrollarse de manera profesional. La falta de concreción de este término nos lleva a la aplicación
de los criterios tradicionales de “habitualidad”, como el señalado por el artículo 1.1 del Código de Comercio: Son
comerciantes los que, “teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, se dedican a él habitualmente”. Aun así,
pueden existir escenarios en los que no sea sencilla la distinción entre una actividad profesional y una esporádica (que
no estaría sometida a esta ley).
 La compraventa debe dirigirse al destinatario final. Lo contario implicaría a que el comercio tenga consideración de
mayorista y, quedaría fuera del ámbito de aplicación de la ley. Este punto puede ser problemático, al no ser fácil
siempre distinguir cuando dicha oferta está enfocada a un destinatario final. La mera adquisición de bienes para uso
profesional no debería implicar que el establecimiento donde han sido adquiridos tenga carácter de mayorista. Para
determinar si la oferta se “dirige” al destinatario final hay que tener en cuenta criterios como la accesibilidad del público
general a la oferta de productos, la cantidad y formato en el que se ofrecen, la forma en la sé que enfoca la promoción
de estos…

Para determinar si estamos ante un comercio minorista o mayorista se atiende a quien va dirigida la oferta de los productos.

AMBITO DE APLICACIÓN: Normas que en una ley establecen a quien va dirigida esa ley y cuál es el objeto (subjetivo/objetivo)

REGULACIÓN DE PRECIOS
La regla general que establece el artículo 13 de la LOCM, en consonancia con las normas propias de la economía de mercado, es
el principio de libertad de precios. La inclusión de esta norma tiene una clara finalidad: establecer a continuación una serie de
excepciones en las que el Gobierno podrá fijar precios o “establecer márgenes de comercialización”, es decir, la intervención en
el mercado vía precios. Las circunstancias señaladas en el artículo 13 son las siguientes:

a) Cuando se trate de productos de primera necesidad o de materias primas estratégicas.


b) Cuando se trate de bienes producidos o comercializados en régimen de monopolio o mediante concesión
administrativa. (Como tabaco, o medicamentos).
c) Como medida complementaria de las políticas de regulación de producciones o de subvenciones u otras ayudas a
empresas o sectores específicos.
d) Excepcionalmente y mientras persistan las circunstancias que aconsejen la intervención, cuando, en un sector
determinado, se aprecie ausencia de competencia efectiva, existan obstáculos graves al funcionamiento del mercado o
se produzcan situaciones de desabastecimiento. (Este último apartado da un amplio margen de maniobra al Gobierno
para poder establecer medidas intervencionistas).

Además de esta regla, el artículo 14 de la LOCM establece la prohibición de venta a pérdida en las circunstancias en las que ésta
pueda considerarse desleal, de acuerdo con la Ley de Competencia Desleal (Art.17 de esta ley). Este artículo sufrió una
modificación en 2018 como consecuencia de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Anteriormente, este
artículo prohibía con carácter general la venta por debajo de precio de adquisición, salvo unas excepciones.

La redacción actual indica que sólo estará prohibida la venta a pérdida cuando pueda reputarse desleal (principalmente cuando
ésta se realice como parte de una estrategia encaminada a expulsar a otros competidores del mercado). La fundamentación de
esta regla se encontraba en la idea de protección del pequeño comerciante contra estas prácticas (Dumping), pero, tras la
modificación de este artículo, el control administrativo frente a estas prácticas se hace más complicado.

ACTIVIDADES PROMOCIONALES
Régimen general

El núcleo de la regulación de comercio minorista se encuentra en las normas relativas a las actividades promocionales. Estas son
las actividades que merecen una mayor regulación al estar enmarcadas dentro del marketing de la empresa, enfocado a la
influencia en el comportamiento del consumidor. El principio detrás de esta regulación es la protección del consumidor mediante
el incremento de la información que recibe. Ello implica, obligar al empresario a dar toda la información sobre el contenido de
las promociones, sean cuales sean su naturaleza e identificar algunos de los comportamientos engañosos más habituales.

La ley Art. 32 LOCI/CAM: define actividad promocional como “aquella que tiene por finalidad dar a conocer un nuevo producto
o artículo, o conseguir el aumento de venta de los existentes, o el desarrollo de uno o varios comercios o establecimientos”.
Esta descripción de carácter finalista no permite concretar demasiado el concepto de actividad promocional. Esto, no obstante,
es deliberado. La idea de la ley es establecer un concepto amplio: Toda aquella actividad que tenga esa finalidad, al margen de la
mera comunicación o exposición publicitaria, será considerada como actividad promocional.
Más adelante la ley definirá unas actividades de promoción específicas, dejando fuera las llamadas “ventas en promoción”
(art.27 LOCM) en las que simplemente menciona que son aquellas no contempladas específicamente en otro de los capítulos del
presente Título, que se realicen por precio inferior o en condiciones más favorables que las habituales. Cualquier actividad que
ofrezca alguna ventaja al comprador puede considerarse promoción, ya sea una rebaja en el precio o una promoción más
compleja (posibilidad de entrar en un sorteo, una tarjeta de puntos que se obtengan con la compra de productos y que se
puedan canjear por premios, vales descuento, etc.)

Cualquier actividad promocional, tanto las específicas como las no reguladas específicamente, están sometidas a las reglas de los
artículos 19,20 y 21 de la LOCM.

Normas generales de las actividades de promoción (art.18-23 LOCM): IMPORTANTE

 Publicidad de las reglas especiales de la promoción. En los anuncios de las promociones a las que se refiere el artículo
anterior deberá especificarse la duración y, en su caso, las reglas especiales aplicables a las mismas
 Deberán afectar al menos al 50% del establecimiento si se promocionan como actividades generales. Cuando las
ofertas especiales no comprendan, al menos, la mitad de los artículos puestos a la venta, la práctica de promoción de
que se trate no se podrá anunciar como una medida general, sino referida exclusivamente a los artículos o sectores a los
que realmente afecte.
 Imponer constancia expresa del precio rebajado . Siempre que se oferten artículos con reducción de precio, deberá
figurar con claridad, en cada uno de ellos, el precio anterior junto con el precio reducido. Precio anterior; el precio
mínimo que hubiese sido aplicado sobre productos idénticos en los 30 días precedentes a la actividad promocional.
 Separación clara de los productos promocionales y los que no. En el caso de que se oferten artículos a precio normal y
a precio reducido, unos y otros deberán estar suficientemente separados, de forma que no pueda, razonablemente,
existir error entre los que son objeto de una u otra oferta.
 Disponer de oferta suficiente o ser capaz de reponer en plazo (art.32 LOCI/CAM)

Estas son las reglas más importantes, debido a la transversalidad de éstas. Independientemente de la denominación que se le dé
a la práctica promocional que se realice, deben salvaguardarse las normas que eviten la desinformación del consumidor y las
conocidas como “prácticas señuelo”. La propia LOCM indica que las actividades promocionales que incumplan estas reglas
podrán considerarse como desleales, de acuerdo con la Ley de Competencia Desleal.

Actividades específicas de promoción

 REBAJAS (Art. 26 LOCM y 34 LOCI/CAM

Las rebajas son la actividad promocional por excelencia. Se trata de un periodo en el que los artículos objeto de la misma se
ofertan, en el mismo establecimiento en el que se ejerce habitualmente la actividad comercial, a un precio inferior al fijado antes
de dicha venta (precio ordinario). La regulación de esta actividad es escasa actualmente, ya que antes (hasta 2012) sí que existía
una limitación respecto del periodo y la duración en la que se podían realizar estas actividades. Ahora hay libertad para
establecer el periodo y la duración.

La eliminación de esta limitación lleva a que un establecimiento pueda prolongar indeterminadamente este periodo. Para evitar
engaño al consumidor, el art.24 indica que no pueden denominarse rebajas la venta de productos a su precio ordinario o de
productos no puestos a la venta con anterioridad, así como para la oferta de productos a un precio inferior por encontrarse
deteriorados o próximos a echarse a perder. Esta regla solo obliga a que no se use la denominación rebajas para este tipo de
ofertas, por lo que esta limitación puede esquivarse fácilmente con el uso de palabras como” outlet”, “oportunidades” …

 SALDOS (Art. 28 LOCM)

La ley define la venta en saldos como la de productos cuyo valor de mercado aparezca manifiestamente disminuido a causa del
deterioro, desperfecto, desuso u obsolescencia de estos. Acompaña la normativa la regla de que la venta de estos productos no
suponer un riesgo (en especial en alimentos a punto de caducar) ni un engaño para el consumidor o un producto que no cumpla
su función. No pueden considerarse saldo los excedentes. Al margen de estas normas y su desarrollo autonómico, lo cierto es
que la regulación de la venta de saldos resulta carente de contenido después de la modificación del art.14 en relación con la
venta a pérdida, ya que esta actividad era una de las excepciones que señalaba el art.14. Tras su modificación, la venta a saldos
resulta indistinguible de una promoción genérica, manteniendo la regla antes mencionada de los productos ofertados que no
pueden suponer riesgo o un engaño.

 LIQUIDACIONES (Art. 30 LOCM y 35 LOCI/CAM)

Las ventas en liquidación se regulan como una actividad promocional de carácter excepcional y de finalidad extintiva de
determinadas existencias de productos pues la utilización de esta denominación está sujeta a la concurrencia de circunstancias
(art.30 LOCM y ss.):
a) Cesación total o parcial de la actividad de comercio (negocio).
b) Cambio de ramo de comercio o modificación sustancial en la orientación del negocio (traslado del local)
c) Cambio de local o realización de obras (reformas) de importancia en el mismo que implique la perdida de productos.
d) Cualquier supuesto de fuerza mayor que cause grave obstáculo al normal desarrollo de la actividad comercial.

Señala la ley, a su vez, que esta actividad no puede prolongarse por más de 1 año y que no procederá efectuar una nueva
liquidación en el mismo establecimiento de productos similares a la anterior en el curso de los tres años siguientes.

La regulación se enfoca al uso de la denominación liquidación para referirse a esta actividad promocional. Sería engañoso e
ilegal, por lo tanto, el uso de la denominación liquidación para actividades promocionales que tengan una duración superior a un
año o que no se realicen bajo las circunstancias mencionadas, en especial, como señala la ley, para la promoción de productos
que no formaran parte de las existencias del establecimiento, o aquellos que fueron adquiridos por el comerciante con objeto de
incluirlos en la liquidación misma. Esta actividad también era una de las excepciones por las que se permitía la venta a pérdida.

El uso de palabras como “Outlet” o expresiones como “limpieza de stock” permiten esquivar esta normativa, ya que, aunque en
realidad se traten en esencia de liquidaciones, el uso de otras denominaciones permite argumentar que se trata de una actividad
promocional genérica, solo sometida a las reglas generales de los art.19,20 y 21.

 VENTAS CON OBSEQUIO O PRIMA

Aunque estas ofertas se tratan de manera conjunta, lo cierto es que la ley distingue entre:

 Ventas con obsequio (aquellas en las que la promoción consiste en un regalo o la participación en un sorteo).
Necesitan autorización y llevan aparejadas tasas.
 Ventas con prima (aquellas que llevan aparejadas alguna ventaja para el comprador, como un vale descuento, cupones
o formas similares). Esta distinción es conceptual, pues la normativa aplicable a ambas actividades es la misma.

1. La primera regla que se regula es el plazo máximo de entrega de los obsequios, cuando estos no se entreguen junto
con el producto principal. La LOCM deja un marco de regulación a las comunidades autónomas, con un plazo máximo de 3
meses para la entrega del obsequio. En el caso de la Comunidad de Madrid, la LCI/CAM ha reducido ese plazo a 2 meses
2. La calidad o la cantidad del producto no puede disminuir
3. Prohibición de la llamada “oferta conjunta”. En rigor, la oferta conjunta no es una actividad promocional, ya que lo
que plantea la ley es la oferta de productos en lotes o packs indivisibles, pero no necesariamente ligados a una promoción o
por un precio inferior al habitual. Esta prohibición se justifica para evitar ciertas prácticas deshonestas con consumidores, como
la de vender injustificadamente productos en lotes más grandes de lo que el consumidor medio habitualmente necesita, o la
de ofrecer productos con poca demanda ligados a otros productos de mayor demanda para forzar la venta de los primeros. La
norma, no obstante, se acompaña de cuatro excepciones:

a) Cuando exista una relación funcional entre los artículos ofertados (ej, venta de detergente y suavizante conjunta)
b) Cuando sea práctica comercial común vender ciertos artículos en cantidades superiores a un determinado mínimo. (ej.
Yogures, cervezas…)
c) Cuando se ofrezca, simultáneamente, la posibilidad de adquirir los artículos por separado y a su precio habitual.
d) Cuando se trate de lotes o grupos de artículos presentados conjuntamente por razones estéticas o para ser destinados
a la realización de obsequios. (Ej. Cestas de regalo)

VENTAS ESPECIALES
La LOCM dedica un escueto título a la regulación de las llamadas “ventas especiales”. Se tratan de ventas que, dentro de la
actividad comercial minorista, requieren una regulación especial por sus características, si bien es cierto que esta regulación es
complementaria a la que se encuentra en otras normativas de protección de los consumidores. Ejemplo de esto es la regulación
de las llamadas “ventas a distancia”, cuyos artículos se encuentra casi totalmente derogados y simplemente delegan la regulación
a Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

Ventas automáticas Art.49-50 LOCM

Las ventas realizadas por máquinas de “vending” son las que la LOCM denomina “ventas automáticas”. Su especialidad radica en
el hecho de que el comprador no interactúa con una persona real ni tampoco, en ocasiones, adquiere el producto en un
establecimiento (físico o virtual). La necesidad de protección del consumidor deriva de la posible dificultad del ejercicio de sus
derechos ante un sistema automático y sin un responsable visible. Ejemplo: Máquinas de refrescos. Para proteger al consumidor
se regulan una serie de obligaciones de información que deben aparecer en las máquinas de venta automática, como la
información relativa al producto que se ofrece e información sobre el funcionamiento de la máquina. Pero la norma más
relevante en este punto la encontramos en el art.52: En el caso de que las máquinas de venta estén instaladas en un local
destinado al desarrollo de una empresa o actividad privada, los titulares de esta responderán solidariamente con el de la
propia máquina frente al comprador del cumplimiento de las obligaciones derivadas de la venta automática. Las obligaciones
de la venta deben entenderse, en este caso, no solo a cumplimiento de la entrega del producto sino, además, a las posibles
responsabilidades derivadas de defectos o vicios del producto (como productos en mal estado).

 Debe indicar información sobre el producto


 Debe indicar el tipo de monedas que admite e instrucciones
 Son responsables solidarios los titulares de la máquina y los titulares de los locales donde estén situadas

Ventas ambulantes Art. 43-55 LOCM

 Es necesaria licencia administrativa de los Ayuntamientos (sujeta a regulación municipal)

La venta ambulante, “Venta no sedentaria” es aquella que se realiza fuera de establecimientos comerciales fijos, es decir, en
pequeñas tiendas o casetas que sean desmontables o transportables. La ley delega a los ayuntamientos la regulación de las
ventas ambulantes, tanto sus requisitos como las formas en las que se permite realizar. De hecho, se consideró inconstitucional
el inciso de la ley original que limitaba las competencias municipales en este ámbito, por lo que la regulación de la LOCM de las
ventas ambulantes es casi nula, y se limita a la definición y a la obligación de identificación del comerciante que realice estas
actividades.

Las ventas en subasta Art. 56-61

 No aplicable a subastas judiciales y administrativa


 Se regula la venta a través de empresa subastadora

Esta normativa, al contrario que algunas de las reglas anteriormente estudiadas, tiene una finalidad más amplia que la
protección del consumidor. Es la principal fuente normativa que regula las ventas en subasta al margen de las realizadas dentro
de procedimientos judiciales y administrativos (que la ley expresamente excluye).

La ley define el concepto de subasta como ofertar, pública e irrevocablemente, la venta de un bien o servicio a favor de quien
ofrezca, mediante el sistema de pujas y dentro del plazo concedido al efecto. Añade, además, que aquél que quien realice la
oferta ganadora (por el sistema que sea) quedará obligado a comprar el bien subastado. La ley se preocupa de la información
que debe prestar la empresa subastadora respecto de los bienes ofertados, indicando que deberá contener una descripción
veraz de los objetos que salen a la misma, si bien es cierto que permite la excepción de que ciertas calidades no sean totalmente
comprobables, sino deducibles o atribuidas por un experto (la ley piensa aquí en subastas de arte y antigüedades, en las que la
antigüedad o la autoría de algunos artículos puede no corroborarse al 100%). Además, regula la ley el llamado “Contrato de
subasta” que se realiza entre la empresa subastadora y el propietario de los bienes que se subastan (cuando no son propiedad de
la empresa subastadora).

HORARIOS COMERCIALES
 Libertad de horarios comerciales
 Sin límite de domingos/festivos abiertos al año, pero mínimo de 16 domingos/festivos al año
 Distinción entre grandes (+2500 metros cuadrados) y pequeños establecimientos comerciales y establecimientos
comerciales colectivos (centros comerciales).
 Regulación de ventas domiciliarias Art. 36. LCICM
 Licencias y régimen sancionador especial

Las CCAA pueden poner máximos de horarios y festivos que pueden abrir los establecimientos. Esos máximos no pueden
superar 90 horas semanales y 10 domingos y festivos anuales (Ley de Horarios Comerciales)

Al margen de la regulación de la LOCM, otras normas estatales y autonómicas han establecido reglas destinadas a este sector.
Entre ellas, las más relevantes son las leyes que regulan los horarios comerciales de los establecimientos, en especial aquellas
normas que limitan el número de horas y los domingos y festivos que pueden abrir tales establecimientos . Esta normativa no
es aplicable solo a los comercios minoristas tal y como se describen el al LOCM, sino que es aplicable a todos los
establecimientos comerciales abiertos al público.

La normativa marco aplicable es la Ley 1/2004, de 21 de diciembre, de Horarios Comerciales. Esta regulación tiene como fin el
proteger a los pequeños comerciantes frente las grandes superficies, en tanto que se entiende que los pequeños
establecimientos no pueden competir con los amplios horarios y los calendarios de apertura de los grandes comercios. No
obstante, la ley permite que las comunidades autónomas puedan ampliar los límites generales de la Ley de Horarios Comerciales.
La ley estatal establece un marco de regulación para las Comunidades Autónomas. El marco permite limitar, por un lado, el
número de horas que puede estar abierto un establecimiento comercial a la semana y, por otro lado, el número de domingos y
festivos que los comercios pueden permanecer abiertos al público.

Respecto a lo primero, señala la ley que el horario global en que los comercios podrán desarrollar su actividad durante el
conjunto de días laborables de la semana no podrá restringirse por las Comunidades Autónomas a menos de 90 horas. (art.3.1
LHC). Esto quiere decir que las comunidades pueden establecer restricciones a los horarios comerciales, pero estas restricciones
no pueden ser inferiores a 90 horas semanales.

Al ser esto un marco regulatorio de mínimos, una comunidad autónoma puede no establecer restricción alguna a los horarios
comerciales (Como es el caso de la Comunidad de Madrid, y recientemente, Andalucía). De igual modo, las Comunidades
Autónomas pueden establecer limitaciones a los domingos y festivos que pueden abrir los establecimientos a lo largo del año,
obligando, por lo tanto, a que permanezcan cerrados el resto de los domingos y festivos. En este caso, la ley señala que en
ningún caso se pueda limitar por debajo de diez el número mínimo de domingos y festivos de apertura autorizada. Una vez más,
no es obligatorio establecer tales límites, por lo que la Comunidad de Madrid, a partir de 2012, no limita el número de domingos
y festivos que pueden permanecer abiertos al público, pudiendo los establecimientos estar abiertos todos los domingos y
festivos del año. Hay que señalar que estas limitaciones (en las Comunidades Autónomas en las que se hayan establecido) no se
aplican a todos los establecimientos. El art. 5 de la LHC señala algunos establecimientos con un régimen especial, como el caso
de panaderías, quioscos de prensa, gasolineras, pequeños supermercados, etc.

Licencias y Régimen sancionador


Ley 2/2012 de Ordenanza para la apertura de actividades económicas en la Ciudad de Madrid:

Declaración Responsable: Con carácter general, para la mayoría de las actividades

 Licencia previa:
- Establecimientos sometidos a control medioambiental,
- Clínicas, residencias, guarderías
- Hoteles
- Actividades industriales que conlleven riesgo o daños para los vecinos

Régimen sancionador LCICM

- Sanciones leves: Resto de supuestos


- Sanciones graves: Incumpliendo de las normas de las actividades promocionales, la venta a pérdida, incumplimiento de
los plazos, actividad comercial sin declaración responsable, etc…
- Sanciones muy graves: Las que supongan un riesgo para la salud o las personas, no otorgamiento de información,
reincidencia…

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