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VOZ 1

Hemorragia submucosa:

La hemorragia submucosa o hematoma del repliegue vocal corresponde a una rotura vascular
relacionada con un traumatismo vocal agudo.

En el latigazo laríngeo, a la hemorragia se añade una rotura muscular que interesa el musculo
tiroaritenoideo.

En ambos casos aparece un hematoma que se aprecia como una superficie con un intenso color
rojo vivo que afecta a una extensión más o menos grande de la cara superior del repliegue vocal.

Epidemiologia:

La hemorragia submucosa aparece siempre en ocasiones de un importante y brutal esfuerzo vocal,


que lo podemos traducir acústicamente a sonidos intensos y agudos. Este problema se suele
presentar en cantantes liricos de gran potencia y en actores que deben representar papeles
vocalmente violentos, aunque aparece también tras excesos vocales por discusiones, altercados o
gritos prolongados. Parece ser menos frecuente tras chillidos de pánico en accidentes o
agresiones.

Existe un cierto número de factores favorecedores, como son la fatiga general, una técnica vocal
defectuosa, y en otro orden de ideas, la congestión de la mucosa de los repliegues vocales, la
existencia de dilataciones vasculares y el periodo premenstrual.

Clínica:

El comienzo es siempre brusco y se traduce en un súbito descenso de la intensidad vocal, con una
alteración más o menos acentuada del timbre. En algunos casos esto provoca una afonía casi
completa en un contexto de intensa ansiedad. A veces se aprecia dolor cervical.

Cuando se efectúa la exploración, algunas horas o días más tarde, se observa que persiste la
alteración vocal, a menudo exacerbada por la ansiedad del paciente. La voz es sorda, en ocasiones
bitonal, y puede existir una afonía más o menos completa. En esta fase es frecuente que haya
desaparecido el dolor.

En la exploración laringoscopia se observa una zona de color rojo vivo que se extiende con una
amplitud variable por el repliegue vocal, en general por su parte media. A veces aparece una zona
mas reducida, triangular de vértice externo, que interesa una parte variable del borde libre del
repliegue vocal. En caso de rotura muscular, que no es frecuente, se aprecia además una muesca
que implica el tercio medio del repliegue vocal, dejando sobresalir posteriormente la apófisis
vocal.

Diagnostico diferencial:
Se descarta desde un principio la monocorditis vasomotora por la ausencia de un comienzo tan
brusco y por el color rosado, no rojo, del repliegue vocal alterado, asi como por la distribución
homogénea de dicha coloración por toda la superficie de este repliegue.

Evolución:

La hemorragia submucosa se reabsorbe aproximadamente en 2 a 4 semanas, progresivamente se


recupera la voz, en general por completo a poco que el paciente se modere vocalmente durante
ese tiempo. El pronóstico es aún más favorable en caso de rotura muscular, que puede causar una
alteración mucho mas duradera en la voz.

Al nivel laringoscopio se observa la progresiva reducción de la superficie afectada del repliegue


vocal; hasta que finaliza esta evolución, el color sigue siendo rojo vivo. Cabe apreciar una falta de
reabsorción del hematoma, lo que ocasiona la formación de un seudoquiste hemático. La
hemorragia submucosa puede constituir para el paciente un motivo para instaurar un
comportamiento de sobresfuerzo vocal crónico, con posible aparición de una laringopatia
disfuncional secundaria.

Tratamiento:

El tratamiento debe constar desde el principio de una información objetiva que precisa la
naturaleza y el carácter benignos (salvo si se trata de un auténtico latigazo) de esta dramática
alteración vocal.

Durante algunas semanas se aconsejara un reposo vocal, o al menos una moderación vocal. Si
existe una técnica vocal defectuosa, se trata mediante reeducación. Respecto al seudoquiste
hemático, es tributario de una intervención quirúrgica. Se han propuesto diversos tratamientos
médicos a base de antiinflamatorios, antibioterapia, hormonoterapia y antiflogísticos, pero parece
que es preferible abstenerse de aplicarlos.

Monocorditis vasomotora o quiste mucoso por retención:

El quiste mucoso es una tumefacción que aparece en el repliegue vocal como resultado de la
acumulación de una secreción mucoide debida a la obstrucción del conducto excretor de una
glándula mucosa.

Epidemiologia:

Se observa tanto en niños como en adultos de uno y otro sexo, aunque parece ser más frecuente
en el sexo femenino, según freche, su máxima incidencia se sitúa entre los 25 y 45 años.

Clínica:
Se traduce como una alteración del timbre vocal, que se amortigua a veces se casca o incluso es
momentáneamente bitonal. También se observa una disminución de la intensidad vocal y breves
momentos de desonorización, que corresponden a los que suelen denominarse como baches en la
voz.

Existe una fatigabilidad de la voz y un descenso de la calidad del timbre vocal en el momento que
la voz es un poco más solicitada.

La exploración de la voz permite evaluar la mayor o menor importancia, según los casos, del
comportamiento de sobreesfuerzo vocal asociado.

Etiopatogenia:

Es probable que la obstrucción canalicular responsable de la formación del quiste se deba a una
inflamación aguda o subaguda de la mucosa del repliegue vocal, producido de manera eventual, o
sustentada por un comportamiento de forzamiento vocal.

Evolución:

Sin tratamiento, el quiste puede permanecer estacionario durante años, con frecuencia tiende a
aumentar de tamaño progresivamente, pero a veces puede vaciarse de forma espontánea antes
de reanudar su evolución, variando entonces la alteración vocal de forma simultánea.

Tratamiento:

El tratamiento es fundamentalmente microquirúrgico y consiste en la extracción del quiste tras


incidir la cara superior del repliegue vocal a distancia del borde libre. En este momento se diseca el
quiste con el despegador y se extrae, preferiblemente en monobloque.

Es frecuente que durante la intervención se rompa el quiste, lo que hace necesario realizar una
minuciosa limpieza de la bolsa quística para impedir que puedan subsistir algunos restos de la
pared, susceptibles de originar una recidiva.

La utilización del láser, mucho más sencilla para el cirujano, no está indicada en este caso ya que
no permite efectuar la minuciosa disección que se necesita.

Por supuesto, antes y después de la intervención quirúrgica se efectuara una reeducación vocal
para disminuir el comportamiento de sobreesfuerzo vocal asociado.

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