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Con el pasar de los años es inevitable el constante desarrollo de la

tecnología, ya que por medio de ella se han obtenido beneficios


significativos para el bien común, desde avances médicos hasta mejoras en la
comunicación y la eficiencia energética (en cuanto a rendimiento y
optimización). Sin embargo, actualmente vivimos en una sociedad esclava
de dicho conjunto de herramientas, un claro ejemplo de esta situación es el
uso de aparatos tecnológicos para tareas que son de la vida cotidiana y para
las cuales estamos totalmente capacitados, y así mismo se ve reflejado esto
en la industria, donde las personas están siendo reemplazadas por
diferentes tipos de maquinaria, generando cada vez más desempleo e
incertidumbre en el campo laboral.

Teniendo en cuenta el gran impacto de tiene la tecnología y que éste cada


vez será mucho más grande y puede afectarnos en cierta medida de manera
mucho más grave estoy de acuerdo con lo que dice Bunge en su escrito, ya
que es necesario dejar de lado el enfoque de la ética tradicional e
implementar una nueva que aborde todos los dilemas éticos que provienen
de ella, como el fácil acceso a la información privada, la sustitución de la
mano de obra por maquinaria o la creación de armas autónomas, es decir,
una tecnoética con un enfoque ético sensible al rápido avance de la
tecnología y que esté basado en principios científicos, ya que tal como se
menciona en el texto, cuando se habla de la sociedad desde el punto de vista
tecnológico estamos hablando realmente de una sociedad industrial, donde
los científicos juegan un papel importante en el momento de moldearla.

Aunque, también me gustaría resaltar que además de los grandes creadores


de todos estos artefactos, nosotros como población perteneciente a dicha
sociedad también hacemos parte de la problemática, ya que somos quienes
consumimos y adquirimos aquellas “herramientas” que en muchos casos
resultan ser innecesarias en nuestro diario vivir y lo que es peor, con dinero
que no tenemos. Por lo que considero que también debería de crearse una
conciencia social, donde se busque cambiar el sistema político económico y
social.

En cuanto al video sobre la obsolescencia programada, estoy de acuerdo en


que es un problema importante que debe ser tratado antes de que la
problemática sea mucho más grande, ya que los principales afectados
somos nosotros como consumidores, debido a que nos obliga a gastar más
dinero comprando nuevos productos, y el medio ambiente, ya que para la
producción de productos con poca vida útil se necesita de recursos
naturales, que a fin de cuentas son desperdiciados y además se aumentan
los residuos electrónicos. Todo esto se podría evitar si aquellos productos
contarán con un diseño que hiciera que durarán más tiempo.

Ahora, para hablar de la relación existente entre el texto y el video quiero


citar la siguiente línea:

“En otras palabras, es preciso tener el tecnólogo por responsable, no sólo


técnica sino también moralmente, por todo lo que diseñe o ejecute. No sólo
debe exigirse que sus artefactos sean óptimamente eficientes sino también
que, lejos de ser maléficos, sean beneficiosos, y esto no sólo a la corta sino
también a la larga.” (Bunge, siglo XX)

En el párrafo anterior, considero que se resume la estrecha relación entre la


tecnoética y la obsolescencia programada, ya que ambos destacan la
importancia de consideraciones éticas en la tecnología. La obsolescencia
programada es un ejemplo de cómo las decisiones de diseño y fabricación
de productos pueden traer consecuencias éticas significativas y la
tecnoética expuesta por Bunge describe la manera en qué se pueden
abordar dichas problemáticas con el fin de desarrollar soluciones éticas que
verdaderamente beneficien a la sociedad.

En resumen, estoy de acuerdo con la necesidad de desarrollar una


tecnoética que aborde los desafíos éticos planteados por el avance
tecnológico. Además, creo que la obsolescencia programada es un ejemplo
claro de cómo las consideraciones éticas son relevantes en la tecnología
moderna. Ambos temas son importantes para garantizar un uso ético y
sostenible de la tecnología en beneficio de la sociedad y el medio ambiente.

REFERENCIAS

Bunge, M. (siglo XX). POR UNA TECNOÉTICA. Buenos Aires.

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