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Presentación

Historia Educativa Universal Y Dominicana


Sustentante:
Vikihara Mercedes Rijo Mat. DE7212

Facilitadora:
Damaris de Oleo Encarnación
1. A partir dl siglo XIX, ¿Cuáles fueron los cambios esenciales
de la educación en América Latina?
En el siglo XIX, A pesar de que el liberalismo europeo en boga a principios del siglo XIX
procuró que el Estado se abstuviera de intervenir en los asuntos sociales, desde un
principio las necesidades de construcción nacional propiciaron una serie de medidas
estatales, entre ellas las medidas de política educativa, a las que se asignó un papel
integrador.

Igualmente se llevaron a cabo diversas políticas sectoriales destinadas a mejorar las


condiciones de vida de la sociedad o para el fomento y defensa de ciertas actividades
económicas, sobre todo en aquellos países de mayor retraso industrial.

A pesar de la profunda inestabilidad política que siguió a la Independencia de América


Latina, desde el comienzo de la gestación de las nuevas repúblicas la educación pública
fue un campo propicio para las manifestaciones unitarias, y su implantación se inició,
aunque de forma intermitente y poco sistemática, con escasos resultados prácticos.

La legislación sobre materia educativa fue muy abundante e intensa a lo largo de todo el
siglo XIX, y el principio del "Estado docente" se introdujo desde el inicio en las nuevas
constituciones políticas. El Estado se atribuyó sin vacilaciones la función educadora.

La transmisión de estos valores integrantes de la identidad nacional se llevó a cabo en


gran medida a través de la instrucción pública. Las enseñanzas de corte patriótico y cívico
jugaron precisamente el papel de apoyar la construcción de una legitimidad y la
cristalización de fermentos de identidad colectiva.

De especial interés es este contexto la formulación del concepto de patria, que en última
instancia se identificó con la nación. Para construir una legitimidad y un sentido heroico
se utilizó el pasado reciente constituido por las revoluciones de Independencia.
Igualmente se utilizaron los conflictos limítrofes con otras Repúblicas como elementos
para fomentar el espíritu nacionalista.

El patriotismo llegó a convertirse en verdadero proyecto nacional. Tal fue su arraigo que
incluso en muchos países los grupos medios, en el transcurso de su marcha hacia el poder,
lo fueron elevando al nivel de una ideología política superior.

Como muestra del papel que cumplió la escuela pública en la transmisión de estos valores,
es significativo lo que en torno a 1908 afirmaba un observador extranjero tras un viaje
por América del Sur: "El valor educativo de la música es bien entendido y el canto de
canciones patrióticas, en especial, forma parte del horario escolar".

También resulta ilustrativo en ese sentido el análisis del contenido nacionalista y


patriótico de los libros de texto escolares de todo el período independiente. Según fue
avanzando el siglo XX en algunos países se iniciaron procesos de industrialización y
diversificación de la economía.

La educación fue adquiriendo entonces mayor importancia por su contribución a la


formación de la fuerza de trabajo.
En las décadas de los años 50 a 70 los Estados latinoamericanos adoptaron de forma muy
generalizada y amparados por organismos como la CEPAL (Comisión Económica para
América Latina, de las Naciones Unidas) desarrollista, que hacía del Estado el sujeto del
desarrollo económico y social. Mediante una estrategia de planificación, este enfoque
desarrollista fomentó el intervencionismo estatal a falta de una burguesía nacional,
considerando como ejes básicos el desarrollo económico y la democracia política.

Dentro de esta nueva concepción de la política, las decisiones educativas fueron


entendidas como decisiones de inversión de capital (teoría del capital humano). Ello trajo
consigo un creciente interés por la extensión de la educación, no sólo la educación
profesional más directamente relacionada con las cualificaciones requeridas por el
mercado de trabajo, sino también un incremento general de la educación primaria, así
como importantes medidas para la erradicación del analfabetismo

La crisis económica que ha afectado a América Latina en la última década ha tenido


hondas repercusiones en la educación pública, que ha sufrido un considerable deterioro,
junto a otros servicios sociales.

El gasto público destinado a educación ha sufrido un gran retroceso y como además el


peso de la recesión ha caído desproporcionadamente sobre los sectores medios y bajos de
la población, ha disminuido la capacidad de las familias para costearse la educación
privada. Según ha señalado J.C. Tedesco, se ha producido una interrupción del proceso
de incorporación de los hijos de familias de sectores populares a los niveles post-básicos
del sistema educativo y, en términos generales, el sector educativo público ha adoptado
características cada vez más masivas y el sector privado características cada vez más
elitistas.

Lógicamente se ha producido también un deterioro de la calidad de la educación. Resulta


preocupante el hecho de que la ausencia de posibilidades de aplicar políticas de
mejoramiento de la calidad en momentos de tan intenso cambio científico-tecnológico
como el actual, implique aumentar sustancialmente el grado de obsolescencia, de
aislamiento y de distancia entre los aprendizajes que tienen lugar en la escuela y los
aprendizajes socialmente significativos imprescindibles para la participación social.

Estos y muchos otros problemas en el ámbito de la educación pública se producen por el


abandono por parte de un Estado en crisis de ciertas funciones que, aunque se pretende
que sean realizadas al menos parcialmente por la iniciativa privada, constituyen un
cometido específico del sector público y nadie está en condiciones de asumirlas.

En primer lugar, es preciso reconocer que muchos países de América Latina siguen
careciendo de una verdadera burguesía nacional, de una clase dirigente identificada con
los intereses de la totalidad. Las elevadas cifras de exportación de capitales de toda la
región evidencian esa falta de participación de los grupos sociales más poderosos en la
integración nacional. Ante la carencia de una clase social capaz de asumir los intereses
generales, el Estado sigue teniendo que asumir un destacado protagonismo en muchos
aspectos de la vida nacional.
2. Analiza función del educador como dirigente del proceso
pedagógico, el papel del Estado, de la Iglesia católica para
algunos países de América Latina en relación a la educación.
Asimismo, una y otra vez el factor docente es citado como uno de los más importantes
para que los cambios se concreten y expresen en mejores aprendizajes de niñas, niños y
jóvenes, mejor gestión de las escuelas y mayor efectividad de los sistemas educativos. En
este sentido se orientan las declaraciones del Proyecto Regional de Educación para
América Latina y el Caribe (PRELAC), aprobado por los ministros de Educación en el
año 2003.

El proyecto definió como uno de sus cinco focos estratégicos sobre los cuales es necesario
colocar la propuesta y acción, precisamente, el fortalecimiento del protagonismo de los
docentes para atender las necesidades de aprendizaje de sus estudiantes, participar en los
cambios y contribuirá transformar los sistemas educativos.

No es propósito de este artículo reflexionar sobre el conjunto de temas alrededor de las


transformaciones educativas. Su interés fundamental es contribuir a la discusión sobre el
tema docente en una visión y horizonte más amplio de análisis. Igualmente, aportar
algunas ideas sobre la relación de los docentes con las respuestas a las preguntas antes
planteadas.

Sin embargo, la afirmación del papel determinante de la educación en el desarrollo social


y económico de las naciones no ha sido acompañado de los cambios necesarios para que
este rol pueda ser ejercido plenamente, pese a que todos los días aumentan las demandas
de la sociedad sobre los sistemas educativos, los cuales, a su vez, las trasladan a la escuela
ya los docentes. “A la escuela y a los docentes de hoy se les exige hacer todo lo que la
sociedad, los estados y la familia no están haciendo”.

“Las exigencias a la educación sobre calidad, eficacia y competitividad no siempre van


acompañadas de los recursos, autonomía y cambios estructurales en los sistemas
educativos ni en la cultura escolar”. Al igual que las nuevas demandas sobre trabajo
docente no se acompañan de procesos sistémicos e integrales para que el profesorado
pueda desempeñar estos nuevos roles, participar en los cambios y corresponsabilizarse de
los resultados de su trabajo.

Es más, hay señales claras que, por un lado, la educación no es considerada una prioridad
en las agendas políticas de muchos países, y por otro lado, que el prestigio y valoración
social dela profesión docente se debilitan en forma significativa. No sólo la educación
está interpelada por sus resultados, la propia sociedad lo está por la responsabilidad que
tiene sobre ellos.
3. En nuestro país, como parte del contexto latinoamericano, cuáles
cambios se han producido en nuestro sistema educativo. Identificar
dos educadores destacados en la educación dominicana. Especificas
sus aportes.
La educación dominicana ha desarrollado, desde la década de los años noventa, diversos
planes, programas y proyectos orientados a la reforma educativa. Éstos han generado
movimientos y procesos capaces de sensibilizar y fortalecer el interés de la sociedad por
una educación de calidad para todos.

A pesar de esto, los planes, programas y proyectos han aportado mejoras parciales con
bajos niveles de profundidad. Sus perfiles y acciones se mantienen distantes del sentido,
del alcance y de las implicaciones de un cambio de paradigma. Los planes, programas y
proyectos no han afectado las estructuras del sistema educativo dominicano.

La educación dominicana, a pesar de los resultados deficientes en materia de aprendizaje,


se ha mantenido en un movimiento permanente sin aproximarse a los cambios
estructurales que requiere el país en el ámbito educativo.

Este artículo se propone la realización de una revisión bibliográfica en “perspectiva


estructurada y profesional” (Gómez-Luna et ál., 2014, p. 158- 163.) que permita distinguir
cuál ha sido el alcance de los movimientos y propuestas de reformas de la educación y
qué tan próximos o distantes se encuentran de una revolución educativa, de un cambio de
paradigma.

Interesa identificar los rasgos característicos de una experiencia de cambio educativo, de


cambio de paradigma. Importa, además, aportar elementos que ayuden a una toma de
conciencia sobre aquellos que son claves para nominar una experiencia educativa como
realidad que representa un cambio de paradigma

En su proceso evolutivo la educación dominicana ha acuñado diversos términos para


expresar sus avances, sus desafíos y sus tareas pendientes. Aproximarnos a estos
conceptos es tarea obligada para entender en qué punto del cambio se encuentra la
educación del país.

Las aproximaciones teóricas y prácticas sobre estos conceptos nos ayudarán, además, a
identificar oportunidades y las barreras que obstruyen la transformación real de la
educación dominicana.

El cambio educativo se asume como un proceso que no ocurre espontáneamente. Es una


realidad que requiere larga temporalidad; demanda conocimiento, análisis, capacidad de
gestión, evaluación e integración de los docentes a los procesos de cambios (Marchesi &
Martín, 2000).

Supone, además, la creación de mecanismos que impliquen a los docentes en la


construcción de nuevas ideas, pues el cambio implica modificaciones en el modo de
pensar y de actuar (Fullan, 2002). Es muy importante introducir transformaciones
sustantivas en el sistema (Fullan, 2007) para que se pueda considerar que se genera un
verdadero cambio educativo.

La revolución educativa es una expresión que trata de evidenciar los avances que se están
produciendo en el sector educación en el período 2016-2020 (Programa de Gobierno
2016-2020).

Este Programa plantea darle continuidad al cambio educativo y social que, desde su
perspectiva, ha estado siendo promovido desde años anteriores. Unen dos conceptos con
los que buscan marcar la diferencia: revolución y cambio. Desde su óptica, intentan
realizar las transformaciones sentidas por la sociedad dominicana.

La educación dominicana presenta, desde la década de los años noventa, un dinamismo


notable que a su vez coexiste con fragilidades profundas. En la base de este dinamismo
están las diferentes reformas educativas que se han impulsado en el país y en el
continente.

Algunos rasgos propios de este proceso son el incremento de la sensibilización educativa


en la sociedad y el fortalecimiento de la conciencia ciudadana respecto de la importancia
de la educación y del derecho a la educación que tienen todas las personas

Educadores dominicanos y sus aportes:

Salomé Ureña:

Fue una gran maestra con vocación de servicio de calidad que lo demostró con sus doce
años al frente del Instituto de Señoritas y con más de dos décadas al servicio del
Magisterio Nacional con su maestro Eugenio María de Hostos.

Era una maestra con principios pedagógicos, éticos y morales que defendía con su
práctica docente en las aulas su que hacer diario. El conocimiento por la naturaleza, el
razonamiento y el naturalismo científico. Además, el laicismo y el respeto por las ideas,
creencias religiosas y políticas para desarrollar el libre pensamiento. Su pensamiento
naturalista implicaba la búsqueda de la verdad científica a través de la sociedad.

Desde temprano interpreto fielmente las enseñanzas de Hotos recibiendo del educador
puertorriqueño gran apoyo para la realización de uno de sus más grandes aportes a la
educación dominicana: la creación del Instituto de Señoritas Salomé Ureña el 3 de
noviembre de 1881 y donde graduó las primeras maestras normalistas del instituto de
Señoritas entre ellas: Mercedes Laura Aguiar, Tomasa Arvelo, Carmen G. Carvajal,
Daniela Carvajal, Emilia De Elena, Mercedes Echenique, entre otras.

Ercilia Pepín:
Fue una prestigiosa educadora dominicana y una de las grandes mujeres de República
Dominicana, dedicada al bienestar y preservación de la patria dominicana, a través de la
Educación. Es considerada un ejemplo de todas las mujeres dominicanas, por sus labores
y aportes a la educación dominicana.
Basó su teoría educativa en los principios de Eugenio María de Hostos, que buscaba la
objetividad de las cosas. De ahí, pedagógicamente, exigió belleza, orden, formación de
hábitos, creación de nuevas formas para enseñar, justicia social, libertades públicas y
capacidad de convivencia.
Realizó cambios significativos en el Sistema Educativo de la época, reformando el
programa oficial de las escuelas primarias, agregando asignaturas como: el Dibujo,
Trabajos Manuales, Geografía Evolutiva, Cantos Coreados y Manejo de Globo y Mapas.
Instituyó el desayuno escolar; dotó de laboratorio el plantel donde trabajaba, impuso el
uniforme para los escolares a quienes exigía una veneración respetuosa cuando el Himno
Nacional era interpretado.
Ordenó izar el Pabellón Nacional todos los días; hizo respetar los símbolos patrios, se
empezó a cantar en la escuela y las clases de inglés, se regularizaron.
4. Expone dos argumentos que más llamaran tu atención sobre la
educación en América Latina. Expone dos argumentos en relación
con los cambios que se han producido en nuestro país.

Tomando en cuenta las lecciones de la historia en la región de América


Latina, de acuerdo con el estado actual de la educación y sus tendencias y
perspectivas de desarrollo, es preciso identificar los desafíos que debe
encarar la educación, la escuela, los agentes que intervienen en el proceso
educativo y los decisores de políticas públicas.

La problemática actual es garantizar una educación de calidad, con


aprendizajes sólidos y la adquisición de herramientas que permitan aprender
a lo largo de toda la vida. Es prioritario avanzar en la determinación de un
concepto de calidad de la educación y el trabajo sostenido de todos los
actores del proceso en la gestión de la calidad.

El estudio de la historia de la educación latinoamericana revela la larga lista


de desencuentros e insatisfacciones acumuladas, que la adopción de
disímiles políticas públicas y de gobierno no ha resuelto a través de siglos,
propiciando una suerte de desfasaje en relación con los logros y metas
situadas en occidente en su agenda educativa.

La educación en el continente ha operado avances, ha evolucionado y ha sido


campo de logros y grandezas, pero aún no ha sido posible despojarse de
miserias y limitaciones que la pobreza y la desigualdad como pesados fardos
imponen a millones de seres humanos en esta parte del mundo.

La educación en el continente ha operado avances, ha evolucionado y ha sido


campo de logros y grandezas, pero aún no ha sido posible despojarse de
miserias y limitaciones que la pobreza y la desigualdad como pesados fardos
imponen a millones de seres humanos en esta parte del mundo.

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