You are on page 1of 10

ISSN 2250-5288

FAMILIA MAYO 2015 - NÚMERO 61

I 11

El divorcio en el nuevo
Código Civil y Comercial

El "derecho de visitas" desde


la visión de un terapeuta familiar

La fidelidad conyugal

L a responsabilidad parental
en el nuevo Código
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA I N» 61 | 2015

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL


"DERECHO DE VISITAS", DESDE LA VISION
DE UN TERAPEUTA FAMILIAR
Carlos Ai. Díaz Usandivaras*
Universidad de Buenos Aires

RECIBIDO EL 9 DE MARZO DE 2015 | ACEPTADO EL 27 DE MARZO DE 2015

RESUMEN
El autor analiza el derecho de visitas -con una nueva denominación, en el Código Civil y Comercial de la Nación-, desde
la mirada de un terapeuta familiar y abarca vicisitudes tales como el abandono de uno de los progenitores, la aliena-
ción parental. el robo de la identidad filiatoria. y los roles paterno y materno.

ABSTRACT
The author analyses the right to contact -which has a new denomination in the Código Civil y Comercial-, from the
perspective of a family therapist. including features such as the abandonment of one of the parents, parental alienation,
identity theft. and paternal and maternal roles.

No soy yo quien te engendra, son los muertos.


Son mi padre, su padre y sus mayores
son lo que un largo dédalo de amores
trazaron desde Adán...

J. L. Borges, "Al Hijo"

El "derecho de visitas" palabra que alguna vez pudo ser congruente con lo que
representa, aunque hoy ya esté muy lejos.
A s u m o que estoy refiriéndome a una denomina- El derecho de visitas es un concepto que ha ido evo-
ción caduca. En los nuevos códigos tendrá otra, en los lucionando: desde la vieja idea del derecho de un proge-
que el término se acerque más a lo representado. Por nitor visitante, a la de un progenitor conviviente, y creo
ahora lo usaré por el tiempo que nos lleve corregir el que ello no solo fue por optimizar factores emocionales
error de usar como denominación un término hoy aje- o sentimentales del visitante, sino por el actual recono-
no a su significado literal. A veces es difícil dejar una cimiento del niño como sujeto de derechos. U n cambio
de paradigma.
Si vemos al niño como poseedor del supremo i n -
terés, el de visitas, es -después de t o d o - u n derecho
* Médico psiquiatra, terapeuta familiar y director del Instituto
de la Familia de San Isidro. Máster en Matrimonio y Familia (Uni- del niño, antes que u n derecho de sus progenitores,
versidad de Navarra)t. extensible a u n deber.

I
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA I N° 61 | 2015

Sería este, según G R O S M A N , C. (1985) " u n dere- que hacen generar la existencia de la persona a de-
cho deber subjetivo de doble titularidad". sarrollar y la cohesión que mantiene a esa estructura
Solo trataré aquí de justificar el carácter asimétri- para el eficiente c u m p l i m i e n t o de las otras f u n c i o -
co entre progenitor e hijo, en función de las conse- nes: las parentales o propias de ellos como progeni-
cuencias diferenciales de su negación. Algo así como tores. La función procreativa es ocasional, la unitiva
intentar responder, desde las ciencias de la conduc- es permanente en la familia intacta, y está ausente en
ta: "¿por qué es malo que se pierda el contacto entre la familia divorciada, o aun sublimada, en algunas
u n niño y alguno de sus progenitores divorciados o de ellas. Las funciones parentales son tres diferen-
separados?" ciables: la de crianza o n u t r i t i v a , la cual consiste en
Pero, para comprender mejor su verdadera i m - la satisfacción de necesidades del hijo, en todos sus
portancia, creo que vale ubicarnos en el contexto aspectos, desde los materiales hasta los emociona-
familiar en u n sentido amplio. les. Le sigue la función de educación o normativa:
Aunque parezca fuera del tiempo, comenzaré por aquella que implica enseñar o inculcar las reglas
una sabia cita de S A N T O T O M Á S D E A Q U I N O escri- con las que funciona el sistema familiar, que si se
ta en el siglo X I I I , logra en la familia,
pero que tiene ple- con alguna amplia-
na vigencia, porque Solo trataré aquí de justificar el carácter asimé- ción, resulta en la
se refiere a la N a - trico entre progenitor e hijo, en función de las adquisición de las
turaleza, algo que reglas del contexto
-independiente de
consecuencias diferenciales de su negación.
social, y con ello lo
la c u l t u r a - resulta Algo así como intentar responder, desde las cien- que denominamos
intangible y perma- cias de la conducta: "¿por qué es malo que se socialización: la
nente: "La natura- pierda el contacto entre un niño y alguno de sus adquisición de la
leza no solo inclina categoría de ciuda-
a la generación de
progenitores divorciados o separados?". dano del m u n d o .
la prole, sino a la La tercera es, t a l
conducción y promoción de ella al estado perfecto vez, la que más nos interesa aquí: la identidad que
del hombre, en cuanto hombre, que es el estado de aporta en p r i n c i p i o la filiación. La especial relación
virtud" .1
que implica ser " h i j o de" o "padre de" o el de perte-
necer a u n linaje familiar y o a algún suelo o territorio
que atribuyen u n nombre, cuando no a alguna raza
¿Cómo se promociona a la prole al estado y credo religioso. Resulta casi obvio que los factores
de virtud? que afectan al proceso familiar la modifican. La se-
paración o el divorcio alteran en alguna medida es-
2

Podríamos decir entonces que la "Naturaleza" se tas funciones, ya desde los cambios en la estructura
vale, para lograr este cometido, de la familia, en una y en las relaciones. Porque, en realidad, el divorcio
acción que podríamos llamar "proceso familiar". no acaba con la familia: la transforma en otra es-
Consiste en u n conjunto de funciones, que se acti- tructura diferente.
van en u n lugar, durante u n tiempo.
En los estudios científicos y jurídicos sobre el d i -
El lugar es la estructura familiar: u n conjunto de
vorcio se trató siempre de encontrar cuáles eran los
integrantes que se relacionan de una manera p a r t i -
factores que afectaban a los hijos negativamente y
cular, con distintas atribuciones, diferencias jerár-
cómo se los podía neutralizar o corregir.
quicas y funciones, más o menos estables. Sobre el
En u n principio, en la década de los setenta, se
tiempo, podríamos pensar que lo que se tarda en
desarrolló, bajo la prestigiosa orientación de la U n i -
formar a u n ser humano en el "estado de v i r t u d " es
versidad de Yale, u n equipo interdisciplinario: A n a
alrededor de unos veinte años.
Freud, Joseph Goldstein y Albert Solnit (1973), que
Nos detendremos ahora, en especial, en las f u n - expresó la idea de que es necesario encontrar la so-
ciones, que es el ítem que más nos ocupará. En p r i - lución menos perjudicial para el niño. Para ellos era
mer término podríamos determinar las funciones la buena adaptación madre/niño, ya que esta era, sin
conyugales o maritales: la procreativa y la unitiva,

1
E n la obra de Santo Tomás la virtud es un concepto más gené- 2
Aunque reconozco que jurídicamente es incorrecto, usaré
rico y amplio. Una de sus definiciones sería "haber desarrollado las para ambas situaciones - l a separación o el divorcio- este último
propias capacidades hasta su máximo nivel". término, para simplificar el texto.
CUADERNO JURIDICO DE FAMILIA | N° 61 | 2015

lugar a dudas, el progenitor psicológico, quien de- genes. Se nutre de varias fuentes. La primera es la
bería disponer aun del control de la relación padre/ filiación -el hecho de ser "hijo de" o "padre de"-. U n
niño. Claramente una construcción matriarcal, que fenómeno recíproco que nos marca. Podemos hablar
excluía o subestimaba - i m p l í c i t a m e n t e - al padre en entonces de una identidad sociológica, que compren-
la vida de los niños. de el linaje familiar, el suelo en que se desarrolló ese
Tiempo después surgieron otras serias inves- linaje y las historias y mitos que lo enriquecen.
tigaciones, como las de J U D I T H W A L L E R S T E I N y También existe la identidad biológica, que i m -
J O A N K E L L Y ( 1 9 8 0 ) , que descubrieron que aquella
plica lo hereditario, las similitudes y afinidades y la
descuidada carencia del vínculo padre/niño era u n
definición sexual biológica. En el caso diferencial de
factor patógeno serio, pero que aportaba consecuen-
la madre, el proceso de la concepción, la gestación,
cias tardías, más allá de la niñez. Surgió entonces
el parto, el amamantamiento y los primeros cuida-
la necesidad de incluir al padre, y la importancia
del concepto de coparentalidad, que llevó también dos. Todas funciones que aportan identidades que se
al desarrollo de la idea y la práctica de la tenencia complementan, y que justificaron alguna preferen-
compartida y la familia binuclear, desarrollada por cia en la doctrina jurídica de los años tiernos.
C O N S T A N C E A H R O N S ( 1 9 9 4 ) . U n modelo según el Por último está, naturalmente, la identidad rela-
cual el niño reconoce como propias y habita alterna- cional que depende del historial familiar.
damente en ambas casas. Desde entonces, el criterio Según l o expresa la ley, el concepto de sí m i s m o
prevalente es que la familia divorciada óptima es la se construye, en el niño, a través del derecho de ade-
familia binuclear. cuada comunicación con su familia.
El padre, sin quitar atribuciones a la madre, vuel- Sostiene M A K I A N I C H D E BASSET (1993) que
ve a ser protagonista en la familia divorciada, pese "propender judicialmente a mantener el derecho
a que a veces resulta u n logro difícil. Era más fácil de adecuada comunicación es c u m p l i r con el deber
ignorar al padre y excluirlo que hacerlo responsable constitucional de proteger integralmente a la familia
y protagonista. Transitamos de la idea de la compe- (surgida o no del m a t r i m o n i o ) " .
t i t i v i d a d a la de la complementariedad. La función Sin duda, éste es u n proceso de integración del yo
paterna y la materna son diferentes y no recíproca- del i n d i v i d u o que se logra a través de la interacción
mente reemplazables. o la relación del sujeto con estos orígenes. Sus oríge-
Cabe ahora citar las consecuencias, para el supe- nes, que debe conocer.
r i o r interés del niño, que conlleva esta ausencia en el GROSMAN, C. (1985) sostiene que: "este debe al-
proceso tamiliar, en cada una de sus funciones. canzar el carácter de interacción formadora del me-
La función de crianza o nutritiva, que es la que nor".
generalmente se enfatiza más, es finalmente la me- Yo agregaría: de ambos padres, ante todo, pero
nos afectada, por haber sido - e n todos los t i e m p o s - luego del resto del linaje de cada familia, personali-
la más defendida. Mediadora de un derecho recípro- zado en los abuelos, tíos, p r i m o s etc., más todas las
co, de ambos: padre e hijo, a preservar su vínculo historias y mitos que ellos aportan.
afectivo. El amor de padre o madre a h i j o puede ma- La herencia biológica está predeterminada y solo
nifestarlo -independientemente- cada uno por su podemos decir de ella que no es totalmente reem-
cuenta. Solo requiere el contacto. La coparentalidad plazable por lo relacional. Es el A D N o dotación ge-
insuficiente no lo afecta. nética.
En cambio la función de educación o nor- Es bueno recordar que cada célula, unidad inte-
mativa, más difícil y compleja, requiere acuer- grante de nuestro cuerpo, está provista de una do-
dos básicos entre los progenitores. La ausencia de tación genética compuesta en partes iguales por los
participación de uno de ellos lo convierte gene- genes paternos y maternos. Esa es nuestra identidad
ralmente en u n consciente o inconsciente sabo- biológica, indiscutiblemente igualitaria.
teador de aquella n o r m a construida sin su aporte. En ésta, nuestra época, sufre frecuentes subesti-

Se llega así al incipiente p r i m e r nivel, en u n con- maciones e intentos de ser reemplazada totalmente

tinuum progresivo de m a l i g n i d a d del divorcio: la con la relacional, no sin consecuencias. Este es uno
de los hándicaps de la adopción, y presumo que fue
coparentalidad insuficiente según D Í A Z U S A N D I V A -
u n factor decisivo en la motivación para la lucha por
R A S , C. ( 2 0 1 0 ) .
Pero el área más afectada por estas ausencias es la recuperación de la identidad familiar, de su linaje
sin duda aquella que requiere para su realización del originario, a los hijos de los desaparecidos durante
proceso de identificación: la identidad. La construc- los años de violencia política en nuestro país. Según
ción del autoconcepto de sí m i s m o del hijo. M o z o s , citado por D ' A N T O N I O , H . ( 2 0 1 0 ) : "se resal-
P o d e m o s considerar a la identidad como u n fe- ta el aspecto relacional de la identidad constituido
nómeno complejo constituido desde distintos orí- por el papel que el sujeto representa en la sociedad".
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA I N° 61 | 2015

Estos conceptos nos recuerdan los desarrollos de de modo regular, salvo si ello es contrario al interés
R. L A I N G ( 1 9 6 1 ) sobre la identidad complementa- superior del niño."
ria, cuando afirma, en El Yo y los otros: "La "propia Por otra parte el viejo Código Civil en el art. 2 6 4 ,
identidad de una persona no puede abstraerse por inc. 2 , expresa: "el derecho/deber del padre no convi-
completo de su identidad-para-otros. Su identidad- viente a tener adecuada comunicación con el hijo y a
para-sí; la identidad que otros le adscriben; las iden- supervisar su educación".
tidades que ella les atribuye a éstos; la identidad o También existe en el Código Penal la Ley 2 4 . 2 7 0
identidades que piensa que ellos le atribuyen; lo que "que considera delito a las obstrucciones del vínculo
piensa que ellos piensan que ella piensa que ellos entre no convivientes". En ella, el bien jurídico prote-
piensan". gido es: " el vínculo psicológico parental en la relación
Para D ' A N T O N I O , H . ( 2 0 1 0 ) , "el Derecho a la iden- hijo menor-padre no conviviente".
tidad es el presupuesto de la persona que se refiere Según afirma V I L L A R , A . ( 1 9 9 7 ) , se trata claramen-
a sus orígenes como ser h u m a n o y a su pertenencia, te de un bien recíproco de progenitor e hijo.
abarcando su nombre, filiación, nacionalidad, i d i o -
ma, costumbres, cultura propia y demás elementos Volviendo a la C D N , el art. 1 0 , inc. 1 se refiere cate-
componentes de su propio ser". góricamente a la necesidad del niño de reunirse con su
Para A U E R , G . ( 1 9 8 6 ) , la referencia es al autocon- familia. Aquí ya no solo se refiere a las relaciones pa-
cepto: "En este artículo el término autoconcepto se rentofiliales, sino ahora extensivas a otros miembros

define como 'una consistencia e integración de las del linaje familiar como abuelos, tíos, primos, etc. Más

diferentes identidades de una persona Es precisa- aun, no debemos olvidar a la fratría, el conjunto de
los hermanos que a veces son separados en algunas
mente esta consistencia e integración lo que puede
tenencias repartidas.
faltar en los chicos que han perdido a u n progenitor
por separación o divorcio".
En síntesis, un niño sólo puede ser separado de
Todos estos conceptos que hacen a la construc-
sus padres "a reserva de resolución judicial" y cuando
ción de la identidad están, además, profusamente
"tal separación sea necesaria en el interés superior del
valorizadas en la Convención de los Derechos del
niño". Ello da cuenta de la responsabilidad y gravedad
Niño. En el art. 7 se refiere a "conocer a sus padres y
que implica tal decisión, y que el límite está dado por
a ser cuidado por ellos". En el art. 8 - 1 "preservar su
el cumplimiento de su superior interés. Lamentable-
identidad, nacionalidad, nombre y relaciones f a m i -
mente, este estándar no deja de tener un fuerte han-
liares. Y en el 8 - 2 : "Cuando un niño sea privado... de
dicap subjetivo, porque se presta a interpretaciones.
su identidad los citadas partes deberán prestar asis-
Así en alguna ocasión se ha confundido el criterio del
tencia y protección apropiadas con miras a restablecer
superior interés del niño con su mera opinión o deseo,
rápidamente su identidad".
de discutible validez por la incapacidad propia de la
edad y la posibilidad de inducción y sugestión por ter-
Todo esto se complementa con el A r t . 2 9 c) de la
ceros. De todas maneras queda claro que solo u n juez
C . D . N . que impone "inculcar al niño el respeto de sus
puede hacerlo, y es aquí donde se impone su sano c r i -
padres, de su propia identidad cultural, de su idioma
terio y su enorme responsabilidad, aunque no pueda
y de sus valores".
escapar de la subjetividad y las creencias personales.
La identidad relacional es n i más n i menos que la
Pero, sin lugar a dudas, el más claro e importante
historia familiar. La relación entre los miembros de
para nuestro tema es el art. 9 , que dice:
la familia. Esta, finalmente, puede ser u n factor i m -
portante también en la relación de padrastros y ma-
9 . 1 . "Los estados partes velarán porque el niño no sea
drastras, o afines, en las familias reconstituidas. Una
separado de sus padres cuando, a reserva de revisión
relación valiosa, pero que no debe competir con la
judicial, las autoridades competentes determinen de
biológica, sino complementarla.
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables,
La f o r m a en que se estructura la identidad de una
que tal separación es necesaria en el interés superior del
persona es a través de la relación, simple, corriente,
niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos
doméstica, con los padres, abuelos y otros de los l i -
particulares, por ejemplo, en casos en que el niño sea najes de origen que el niño va conociendo a través
objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres de su desarrollo. Se complementará luego con otras
o cuando estos viven separados y debe adoptarse una figuras representativas, pero la identidad p r i m a r i a
decisión acerca del lugar de residencia del niño". surge de esos linajes originarios. Estos aspectos de la
Y en el inciso 3 del mismo artículo: "Los Estados identidad pueden relacionarse con los vínculos p r i -
partes respetarán el derecho del niño que esté sepa- marios del niño, como son los fenómenos de apego
rado de uno o de ambos padres a mantener relacio- o "attachment" de los investigadores ingleses, que se
nes personales y contacto directo con ambos padres basan no ya en aspectos de satisfacción de necesida-
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA | N° 61 | 2015

salud mental de adultos que perdieron el vínculo He visto quejas del otro progenitor cuando el con-
porque fueron víctimas del Síndrome de Alienación tacto del niño no es exclusivamente con la persona
Parental en su infancia. de su progenitor. De la misma manera que la C D N
Así, la importancia de este derecho hace soslayar su postula el derecho del niño a v i v i r con sus progeni-
otra cara: es también u n deber, aunque estos parecie- tores, l o extiende también a la familia de origen. Los
ran no afectarnos tanto. A veces olvidamos la inevita- niños necesitan y deben tener relación con los abue-
ble complementariedad entre derechos y deberes. los, que además de aportar logística en la relación,
Cuando pensábamos en el derecho de visitas traen aquello de la historia y mitos que hacen de ca-
como u n encuentro afectuoso, casi siempre entre talizadores de la instalación de la identidad familiar.
padre e hijo, de unas pocas horas de paseo, diversión Otro aspecto importante en el cual los abuelos
o recreación de ambos, cabía esa denominación y su pueden ser decisivos es si existen auténticas y vera-
pobreza: dos o tres horas cada dos semanas. Si pen- ces razones, suficientemente graves, para restringir o
samos en la necesidad de una relación estructuran- suspender la relación filio parental. Es precisamente
te, esta debe ser d i - cuando más necesa-
ferente. El contacto rio es el reemplazo
debe ser doméstico. La identidad relacional es ni más ni menos que la del progenitor des-
Con esto quiero historia familiar. La relación entre los miembros cartado por otro,
decir 'hogareño', en
de la familia. Esta, finalmente, puede ser un factor pero de su linaje,
alguna medida. El casi siempre abue-
niño deberá per-
importante también en la relación de padrastros
los o u n tío, en vez
noctar con su p r o - y madrastras, o afines, en las familias reconstitui- del reemplazo p o r
genitor, y no solo das. Una relación valiosa, pero que no debe com- un extraño de linaje
hacer programas
petir con la biológica, sino complementarla. ajeno o una redun-
con él. Tampoco dancia del otro lina-
creo válido que el je de origen.
niño pierda parte de sus actividades socializadoras En cuanto al factor territorial, lo vemos extensible
por el c u m p l i m i e n t o de u n régimen rígido. El proge- al del linaje: la casa en la que se cumple el "régimen"
n i t o r puede hacer también lo que hace habitualmen- en cuestión puede no ser únicamente la del progeni-
te el conviviente: llevarlo a u n cumpleaños, a alguna tor, sino la de abuelos, tíos o primos. La identidad se
actividad deportiva, a alguna consulta profesional nutre también de ámbitos y lugares.
o asistirlo en algún trabajo escolar. Naturalmente, Los estudios de C O N S T A N C E A H R O N S (1987,
esto no puede lograrse con dos horas quincenales. 1994), ya citados, muestran que el mejor modelo de
No hace falta llegar a la tenencia compartida para organización de la familia divorciada es lo que ella
acortar las diferencias. Estudios de investigadores llama la "familia binuclear": una familia compuesta
de USA demuestran que el contacto del niño con el por dos núcleos separados, no lejanos, a cargo de
progenitor no conviviente no debe ser menor del 30 padre y madre respectivamente, en los que los niños
% del tiempo total para no generar consecuencias reparten su tiempo con la convicción de que ambas
deficitarias. Si revisamos muchos acuerdos de "Ré-
son "su casa", integrando el factor t e r r i t o r i a l como
gimen de Visitas", nos encontraríamos con que su
parte de la identidad.
porcentaje es tan ínfimo que vale seguir llamándole
Y si de titulares del derecho de visita se trata, ¿no
"visitas". Lo malo es que debemos, entonces, asumir
cabría pensar que aun el progenitor a cargo tiene el
que aceptamos que muchos niños estén "desnutri-
derecho a u n descanso de su función parental, que
dos de identidad". M e estoy refiriendo a regímenes
ayude a recuperar su mejor aptitud?
homologados por algún juez y aprobados por dictá-
menes del Asesor/Defensor de Incapaces correspon-
diente. Si, en estos casos, el progenitor visitante no
reclama, alguien, en nombre del niño, debiera ha-
Disfunciones
cerlo, ¿o no es superior el interés del niño?
Naturalmente, una función tan sensible y depen-
Otros conceptos que creo importantes son el diente del contacto, puede verse alterada por diver-
de linaje y el de territorialidad. La identidad no es sas causas en el divorcio.
aportada solamente por el progenitor, sino por toda Comenzaré p o r citar algunas torpezas menores,
su familia, que es también con la que el niño c o m - no malintencionadas en su aplicación, pero que
parte su A D N . Esto demanda el acceso de abuelos, pueden hacer complicado e incómodo para las par-
tíos, p r i m o s , etc., y estructura la noción de familia tes y para el niño el c u m p l i m i e n t o del contacto. Es
como el grupo de pertenencia p r i m o r d i a l . frecuente u n régimen de poco tiempo por vez, pero
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA | N° 61 | 2015

muchas veces. Sus inconvenientes: muchos viajes tal ejercicio del derecho recíproco de mantener un
para el visitador y el niño. Es también fácil com- vínculo parentofilial no reconocido.
probar que los momentos de riesgo de conflictos y La exclusión legítima por inconducta tan grave,
violencia en la relación entre progenitores son los que haría perder el ejercicio de la patria potestad o
cambios de mano de los niños, el pasaje de uno a la responsabilidad parental es una lamentable rea-
otro progenitor. Es una reconocida estrategia de u n lidad, pero de difícil comprobación. Son los casos
mal progenitor para excluir al otro generar alguna que la C D N refiere como sujetos "a reserva judicial
situación conílictiva, estresante para el niño, con la en función del interés del menor . Sucede que, desde
1

natural consecuencia de que este rechace no en rea- el p u n t o de vista de las funciones parentales, m u -
lidad al progenitor, sino a la situación de conflicto. chas de ellas son específicas, propias de la condición
Así como en u n vuelo los momentos críticos y ries- masculina o femenina, e irremplazables por el otro
gosos son el despegue y el aterrizaje, es más segu- progenitor. La función materna y la paterna son d i -
ro u n vuelo sin escalas, directo, que uno con varios ferentes a la hora de aportar identidad.
aterrizajes y decolajes. Es mejor u n solo tramo por
Las consecuencias de perder el vínculo con u n
semana, con u n solo intercambio.
progenitor son tan graves que esta instancia debiera
El otro argumento es el territorial, y cómo él afec- estar restringida solo a situaciones graves. U n proge-
ta a la identidad. El contacto múltiple pero breve nitor debe ser verdaderamente m u y pernicioso para
es en realidad más aplicable al concepto de visitas que sea mejor perderlo que tenerlo. Se supone que la
que al de convivencia doméstica. Si el tiempo de limitación se restringe a verdaderas conductas graves
convivencia con el progenitor es en u n solo tramo de abuso, sexual, físico o moral; inducción al delito, a
por semana, tendrá mucho más efecto territorial y la drogadicción o a la grave marginalidad.
acercará u n poco más a la igualdad que promueve la
familia binuclear. Dice M A K I A N I C H D E BASSET, L. (1995): "El daño
Se ha argumentado en algunos casos que el niño que se evita con la denegación debe ser de mayor
no puede alejarse mucho tiempo de su madre, que entidad que el que se produce impidiendo la debida
es casi siempre el progenitor a cargo. Creo que es un comunicación entre padre y/o madre e hijo. Se ha de-
concepto m u y relativo, m o v i d o casi siempre por u n cidido, con razón, que 'solamente en casos muy gra-
prejuicio matriarcal que pretende ignorar la capa- ves que ofrezcan u n real peligro y no u n temor mera-
cidad afectiva y continente del padre, insinuándo- mente conjetural de perjuicio para el menor, es dable
lo como peligroso. Dependerá, naturalmente, de la privar a los padres del derecho de visita y que 'salvo
edad del niño. excepciones, es beneficioso un contacto asiduo entre
El abandono de uno de los progenitores pude ser padres e hijo. Mientras no se acredite un efecto per-
u n factor importante. Uno de ellos se ausenta físi- nicioso, debe presumirse lo que sucede de ordinario,
ca, m o r a l , y/o económicamente del hijo. N o queda esto es, que son buenos para ambos".
más alternativa que procurar que el otro progenitor También Makianich de Basset cita como Jurispru-
intente c u b r i r la brecha, lo cual, además de some- dencia de CNCiv., Sala A, 31-3-80:
terlo a una sobrecarga, nunca será suficiente. Esto "El derecho de visita, ínsito en la relación paternofi-
bien puede ser una de las respuestas disfuncionales lial, solo puede ser restringido o aun suprimido cuan-
provocadas p o r la crisis del divorcio. Vale, p o r lo do de su ejercicio deriven evidentes y notorios perjui-
tanto, intentar su rescate, más que por el progenitor, cios para el menor. La apreciación de la concurrencia
que tal vez no lo merezca, fundamentalmente por de estas circunstancias debe efectuarse con criterio
el niño, que lo necesita. Pero lo más grave es que, si riguroso, a fin de no llegar a contrariar los principios
bien existen, sin duda, progenitores abandónicos, es impuestos por el orden natural de las cosas, cuales son
m u y frecuente también que el abandono sea i n d u - los que rigen la relación de un hijo con su padre, cau-
cido por el maltrato del otro progenitor, extensible sen a u n niño severos trastornos de conducta cuyos
por inducción al niño, que también puede rechazar- alcances pueden ser inimaginables siendo, entonces,
lo injustificadamente. Suele ser m u y frecuente la fra- tardío cualquier remedio ante el hecho consumado".
se "tu padre/madre nos abandonó". A l g u n a vez t a m - Estas sabias palabras escritas respectivamente en
bién el abandono de u n progenitor, que antes fue al 1995 y 1980, hoy, treinta y cinco y veinte años después,
menos presente en su lucha jurídica, se puede deber son incongruentes con la realidad de niños privados de
a la pérdida de la confianza en la institución j u d i - la relación con uno de sus progenitores "por las dudas",
cial. Con frecuencia asistimos a progenitores que se en casos en que hubo una denuncia obviamente falsa y
muestran m u y decepcionados con la respuesta del desestimada. Hoy no podemos ignorar que el riesgo de
sistema j u d i c i a l a lo que ellos están convencidos que esta medida protectora puede ser que la otra parte en el
son legítimos reclamos: casi siempre el más elemen- conflicto de divorcio maligno, sobredimensione o exa-
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA I N° 61 | 2015

gere, maliciosamente, imperfecciones, fallas o defectos (2003). También, como una breve pero completa y
menores, que no son favorables, pero que son menos clara síntesis sobre lo que es la alienación parental,
negativos que la ausencia de la relación. Negaría, ade- es recomendable leer los términos de la Ley 12.318
más, la probabilidad de algún cambio favorable en la de Alienación Parental, del Código C i v i l de Brasil,
conducta desde la acción reparadora del Juez o de algún nuestro país hermano.
psicoterapeuta. La alienación parental es, probablemente, la cau-
Con frecuencia se plantean temores de un progenitor, sa más frecuente y grave del i n c u m p l i m i e n t o de los
generalmente referidos a la persona del otro progenitor, regímenes de visitas o de convivencia parento filial
que funcionan como una presunción o anticipación de con las consecuencias que estoy describiendo y, para
riesgo o de inconducta, solo a partir de la subjetividad peor, con el argumento falaz de proteger el interés
del progenitor conviviente o del sobredimensionamien- del niño, cuando lo más frecuente es que solo se
to de alguna falla personal o de la historia conyugal, que busca satisfacer el odio generado por u n narcisismo
nada tiene que ver con la parentalidad. Haber sido u n herido del otro progenitor.
mal cónyuge del progenitor no necesariamente m a - Dentro de esta disfunción, el SAP, existen aun va-
ligniza su función riantes más malig-
parental. Son amo- nas, como el robo
res diferentes. Se- "Es malo que se pierda el contacto entre un niño de identidad fdia-
gún GLORIA AUER toria, que no es n i
(1986): "Nos en-
y alguno de sus progenitores divorciados o sepa-
más n i menos que
frentamos con la rados". Sin embargo, resulta sorprendente que, pretender cambiar
relación asimétrica aunque las leyes y documentos que lo tratan son la filiación natural
de padre e hijo. Los claros y terminantes, este sea, tal vez, el derecho del niño, cambián-
padres no tienen dole en el trato d o -
que ganarse el de-
más profanado y negado de los niños y de su su-
méstico la figura de
recho a sus hijos a perior interés. su padre o madre,
menos que hayan y reemplazándola
sido probadamente negligentes o abusadores". por el "astro" que esté acompañando en ese m o m e n -
to a su otro progenitor. Esta condición requiere u n
Me planteo que así como nuestra Constitución eficiente proceso de "lavado de cerebro", que lo vacía
proclama como u n derecho, la presunción de i n o - de los vestigios de vínculo con el progenitor biológi-
cencia, hasta que no se demuestre la culpabilidad, co. U n grave daño a la identidad. Lamentablemente,
debiera estar sobre entendida, también, la presun- la denominación de "padrastro/madrastra/etc", que
ción de parentalidad suficientemente idónea, hasta era explícita en el reconocimiento de esta diferencia
que n o se pruebe l o contrario. La peligrosidad no es y así ayudaba a evitar confusiones, ha sido reempla-
un criterio aceptado en la Justicia Penal, pero a veces zada por la de "padre afín", en el nuevo Código, lo
lo es, en los casos de familia, y no por presunción del cual, por la s i m i l i t u d , induce a la confusión y es una
juez, sino del otro progenitor que lo presiona, y aun
invitación a la generación de esta grave disfunción
a veces lo amenaza.
maligna para la identidad del niño.
La alienación parental es la causa de exclusión
También existe la creencia del reemplazo solo
más frecuente: es el proceso, activado p o r u n proge- de ' 'una función", la paterna o materna, con algún
nitor, para descalificar al otro, sobre todo atentando m i e m b r o pero del linaje del alienador y no del alie-
con su prédica a la destrucción del vínculo emocio- nado.
nal que ha desarrollado el niño y que ya es u n ob- Casi siempre es u n abuelo/a o tío/a que toma la
jeto interno propio, parte de su p a t r i m o n i o yoico. posta de hacerse cargo de la nueva función. Esto
Patrimonio del niño, no de su representado, y cuvo solo es mejor que nada, pero no mucho mejor, por-
ataque daña mucho más al niño que a aquel. que genera inevitablemente graves confusiones de
No es este el ámbito para extenderme sobre el la identidad, además de la pérdida definitiva de la
flagelo emocional y conductual que constituye la m i t a d de su linaje de origen que no puede ser reem-
alienación parental y su consumación a la hora de la plazado por el otro.
captura de la opinión del niño, que se identifica con El secuestro local o internacional es otra variante
su progenitor alienador y, en una coalición con él, gravemente disfuncional, y una de las peores formas
ataca al alienado. Si el niño resulta así reducido a la de violación de todos los derechos del niño, u n deli-
condición de usurpado por el progenitor alienador, to que la Ley Penal Internacional castiga severamen-
el cuadro ya merece la denominación de Síndrome te. Este implica sustraer al niño del circuito o ámbito
de Alienación Parental (SAP), Díaz Usandivaras, C. natural de su vida, su centro de vida, y convertirlo,
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA 1 N° 61 | 2015

con su progenitor secuestrador, en alguien que c o m - Nuevas Organizaciones Familiares, Buenos Aires,
parte su suerte de prófugo. Así se le roba al niño el 1986.
acceso real a su otro progenitor, que desconoce su Baker, A m y , Adult children of Parental Alienation
paradero, así como a sus condiciones naturales de Syndrome. Breaking the ties that bind, N o r t o n C o m -
vida social. pany, N e w Y o r k - L o n d o n , 2007.
Su vida queda sometida al riesgo de depender Borges, Jorge L., Obra Poética, Emecé Editores,
de las funciones parentales equivocadas del secues- 1998.
trador, generalmente caracterizadas por una salud Bowlby, John, El vínculo afectivo, Paidós, 1976.
mental deficiente, de escapar a la posibilidad de que Bowlby, John, Una base segura, Paidós, 1989.
el o t r o progenitor cumpla con el derecho y deber de Díaz Usandivaras, Carlos, "Organizaciones fa-
supervisar su educación y por último, de escapar a miliares post divorcio: benignas y malignas", X V I I I
la acción correctora de la justicia ante acciones que W o r l d International Family Therapy Association
v i c t i m i z a n al menor. ( I F T A ) , Buenos Aires, marzo 2010.
Casi siempre se le da al niño una explicación fal- Díaz Usandivaras, Carlos, "Tratamiento Inter-
sa: el otro progenitor los abandonó, o se murió, o es disciplinario del Síndrome de Alienación Parental
tan malo y perverso que deben h u i r de él. Se le roban Severo (SAPS)", Revista Cuadernos de Terapia Fa-
también al progenitor todos sus derechos como tal. miliar, Ed. Stirpe, M a d r i d , 2010.
Para terminar, creo que, más allá del término que Díaz Usandivaras, Carlos, "El Síndrome de A l i e -
utilicemos para definir este derecho, debe quedar nación Parental (SAP)", Revista Derecho de Familia,
claro que es de ambos, - p r o g e n i t o r e h i j o s - pero no abril 2003.
es igualitario. Es mucho más importante para los n i - Goldstein, Joseph, Freud, A n n a y Solnit, A l b e r t ,
ños, cuyo interés es superior, n o lo olvidemos. Está Beyond the Best interest ofthe child, Free Press, 1973.
jurídicamente tutelado por múltiples artículos de la Grosman, Cecilia, El Proceso de Divorcio. Derecho
C D N , su i n c u m p l i m i e n t o es causante de daño emo- y realidad, Ed. Abaco - Depalma, 1985.
cional en los niños que lo padecen, y este solo se jus- Grosman, Cecilia, Los derechos del Niño en la Fa-
tifica por una seria y m u y comprometida acción j u - milia. Discurso y Realidad, Eudeba, 1998.
dicial de máxima responsabilidad. A veces asistimos Laing, Ronald, El Yo y los otros, Fondo de Cultura
a verdaderos actos heroicos de jueces que sufren el Económica, México, 1961.
acoso de los medios, aun de instituciones bieninten- M a k i a n i c h de Basset, Lidia, Derecho de Visitas,
cionadas pero equivocadas, cuando no a piquetes y Ed. H a m u r a b i , Buenos Aires, 1993.
escraches, por c u m p l i r con su sana crítica. El divor- Rivero Hernández, Francisco, Derecho de Visitas,
cio se puede procesar sin este deplorable atentado a Eunsa, Pamplona, 1982.
los derechos humanos, en este caso, de los niños y de Villar, A r i e l , El delito de impedimento u obstruc-
su superior interés. ción de contacto de hijos menores con padres no con-
Así, espero haber respondido a la pregunta i n i - vivientes, Editorial Némesis, 1997.
cial. Por estas razones, "es malo que se pierda el Wallerstein, Judith y Kelly, John B., Surviving the
contacto entre u n niño y alguno de sus progenitores Breakup, Basic Books, Nueva York, 1980.
divorciados o separados". Sin embargo, resulta sor-
prendente que, aunque las leyes y documentos que
lo tratan son claros y terminantes, sea, tal vez, este el
derecho más profanado y negado de los niños y de
su superior interés.

Bibliografía

Ahrons, C , The Good Divorce, Harper Collins Pu-


blishers, New York, 1994.
Arciero, Giampiero, Estudios y diálogos sobre la
identidad personal. Reflexiones sobre la experiencia
humana, A m o r r o r t u Editores, Buenos A i r e s - M a H H H
2003.

Auer, Gloria, "Contacto con el Progenitor después VOCES: FAMILIA - MENORES - PATRIA POTESTAD - TRATA-
de la Separación o el Divorcio. U n Recurso Terapéu- DOS Y CONVENIOS - RÉGIMEN DE VISITAS - DIVORCIO - FILIA-
tico" Revista Terapia Familiar nro., 15, D i v o r c i o y CIÓN - CÓDIGO CIVIL - CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL
CUADERNO JURÍDICO DE FAMILIA | N° 61 | 2015

des, como en el conocido modelo freudiano, sino en gar? Para esto está el régimen de visitas, al que ya
el hecho de garantizar la seguridad que otorga una no podemos seguir denominando así, pues su p r o -
relación confiable que asegure estar disponible si re- cedimiento y características van mucho más allá de
sulta necesaria. U n "puerto seguro", diría B O W L B Y una "visita"
(1976, 1989). Según la observación histórica jurisprudencial de
Según afirma G I A M P I E R O A R C I E R O (2003), "De RIVERO HERNÁNDEZ (1982), el término "derecho de v i -
hecho, al elaborar en conjunto una identidad narra- sitas" no se aplica por primera vez a la relación parento-
tiva, los progenitores subrayan los márgenes de los filial, sino que unos abuelos pudieran ir a ver y "visitar"
acontecimientos significativos, establecen para el a su nieto en el domicilio de sus padres, en la Francia
niño las coordenadas de sentido de sus propias ex- de 1857. La adjudicación del término a una función de
periencias emotivas (estilo atributivo) y redefinen, los abuelos no resulta así tan inadecuada e insuficiente
implícita y/o explícitamente, la imagen que el niño como lo sería aplicado a los padres. Esto podría satisfa-
articula de sí m i s m o reconfigurando sus contornos cer solo la función de crianza o nutritiva que necesita
con relación a la experiencia al respecto". el niño y los sentimientos parentales del progenitor. Tal
Hasta aquí, una concepción, nueva
explicación del c i - o diferente, no es si-
tado derecho de
El padre, sin quitar atribuciones a la madre, vuel-
métrica o recíproca
visitas. Pero los de- ve a ser protagonista en la familia divorciada, como la anterior. La
rechos de los niños pese a que a veces resulta un logro difícil. Era pérdida de la fun-
son las demandas más fácil ignorar al padre y excluirlo que hacer- ción no solo genera
que exigen la satis- nostalgias, pena y
facción de necesi-
lo responsable y protagonista. Transitamos de la sentimientos de tris-
dades propias de la idea de la competitividad a la de la complemen- teza recíprocos. Ade-
condición de per- tariedad. La función paterna y la materna son más, el niño - y esto
sona en desarrollo.
diferentes, y no recíprocamente reemplazables. es lo más importan-
El derecho de visi- t e - sufrirá u n défi-
tas no es u n mero cit funcional en la
ingrediente sentimental entre miembros de la f a m i - estructuración de su patrimonio yoico, quedará "rengo
lia: es la expresión f o r m a l de una necesidad de la en identidad", aun cuando la relación con el otro proge-
prole para el desarrollo de su identidad. Sobre todo, nitor sea óptima. Esto tiene consecuencias emocionales
espero que ubicarlo así justifique su importancia, ya serias.
no solo afectiva y emocional, como es para ambos, Otra vez citamos a A U E R , G . (cit.): "Si este proceso
progenitor e hijo; sino a través del daño indiscuti- se interrumpe originando imágenes libidinales (bue-
ble que su ausencia puede causar, en el divorcio o nas) a uno de los padres y agresivas (malas) al otro, el
la separación malignas, al niño. Vale citar otra vez a chico fracasará en la integración necesaria que lo lleva
R. D. L A I N G : " L O S huérfanos y los hijos adoptivos a a una identidad yoica estable" [...]. Es difícil para u n
veces desarrollan u n deseo vehemente de averiguar chico quererse a sí mismo si él no quiere a sus padres.
quienes son siguiendo el rastro del padre y la madre [...] Cuando el padre ausente es desvalorizado o descon-
que los concibieron. Se sienten incompletos por ca- firmado a través del tiempo, disminuye la confianza del
recer de padre o de madre, pues su ausencia les deja chico en el mundo".
su concepto de sí m i s m o incompleto. Algo tangible, La identidad débil es causa de baja autoestima,
aunque sea una placa sobre una tumba de piedra, origen de toda clase de disfunciones y patologías
puede bastarles. Parecería que permite concluir"' psíquicas. Es peor aún cuando el déficit relacional
La interacción del niño con sus dos progenitores va asociado con la descalificación del vínculo defici-
es el material con el que el yo va estructurando su tario, y por l o tanto con la desconfirmación del p r o -
p a t r i m o n i o . "La identidad del yo es la historia que genitor. U n o puede l i m i t a r la identidad relacional, a
cada u n o se cuenta a sí m i s m o acerca de quién es través de una exclusión, pero no puede oponerse a la
u n o " ( R . D . L A I N G , " E l Yo y los otros"). biológica, que ya está inevitablemente marcada des-
Es el sentido de la construcción de sí mismo. Su de la concepción. Entre estas disfunciones se des-
déficit o carencia, en su desarrollo es a ese yo como tacan las adicciones, las depresiones y, sobre todo,
lo serían, para su cerebro, el déficit de proteínas o, la discapacidad conyugal: una suerte de desinterés,
para sus huesos, el déficit de calcio en su dieta. La indiferencia o rechazo a tomar pareja consistente, y
cuestión es: ¿cómo logramos una "dieta equilibrada" que si se llega a formar, resulta altamente vulnerable.
de interacciones parentofiliales, cuando el divorcio Son categóricas las conclusiones de las investi-
ha llevado a u n o de los progenitores fuera de su ho- gaciones de A M Y B A K E R (2007) sobre daños en la

You might also like