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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

NUEVA CONCEPCIÓN, ESCUINTLA

FILOSOFIA DEL DERECHO

LICDA. VILMA PATRICIA PELAEZ RECINOS

DERECHO Y LIBERTAD

THATYANA ALEJANDRINA MARTÍNEZ MARTÍNEZ

CARNÉ: 4950-18-15640

DERECHO Y LIBERTAD
LIBERTAD COMO DERECHO

¡Libertad!: he aquí la sonora palabra que ha servido de bandera y de grito de guerra en los grandes
movimientos revolucionarios que se han gestado en contra de la opresión y el despotismo. ¡Libertad
de creencias, libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad de reunión! ¡Siempre libertad!
“¡ Ah, libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, exclamo Marie Jeanne Philipon,
Madame Roland De la Platiere (Manon, en la intimidad), cuando era conducida al patíbulo, y al
pasar “ante la gigantesca estatua de yeso de la libertad, levantada frente a guillotina”.

Como hemos visto a través de todo este ensayo, el derecho puede ser contemplado desde cuatro
grandes ángulos: desde el divino, desde el natural, desde el racional y desde el estatal. Ahora bien
¿quiere esto decir que existen varios conceptos del derecho, uno para cada punto de vista?
Consideramos que no. Uno mismo concepto puede ser aplicado al mismo objeto, puesto que el
derecho es el mismo, y lo único que cambia es el ángulo desde el cual se le mira. Es como su una
persona se la viera de frente, de espaldas y de perfil: la persona continúa siendo la misma, lo que
varía es el aspecto, según el punto en que se sitúa el observador. No es que haya un concepto divino
del derecho, otro natural, otro racional, y otro estatal. Solo hay uno, aun cuando el objeto puede ser
contemplado desde distintos puntos de vista.

Desde el ángulo divino, vemos que a Dios compete todo derecho, puesto que su Poder es absoluto;
desde el natural, el derecho es lo que la fuerza de la naturaleza permite; desde el racional, es lo que
la fuerza de la razón concede, y desde el estatal es lo que el poder del Estado otorga. Podemos
concluir entonces que el derecho, en todos estos aspectos, no es sino el margen de libertad que las
fuerzas divina, natural, racional y estatal conceden. Dios posee el sumo derecho y, en consecuencia,
la suma libertad, porque su poder es absoluto. Todos los ángulos del derecho tienen como
denominador común la libertad. Así pues, derecho y libertad son una sola y la misma cosa.

DERECHO COMO CONJUNTO DE OBLIGACIONES Y DERECHOS

La palabra Derecho, con D mayúscula, no solamente se emplea para designar la disciplina que lo
estudia, sino también para denotar un conjunto de normas que imponen obligaciones y otorgan
derechos, con d minúscula: el primero es el llamado derecho objetivo, y los segundos son los
llamados derechos subjetivos. A nuestro modo de ver, es en este último sentido el vocablo derecho
tiene su significado propio. El derecho propiamente tal es el subjetivo, la facultad conferida por la
norma. El llamado derecho objetivo, como hemos dicho, no es sino un conjunto de reglas o leyes
jurídicas; no es el auténtico derecho. Llamar derecho al conjunto de normas, es confundir, como
hizo notar LÉVY-ULLMANN, el continente con el contenido, la expresión con la idea, las palabras
con el pensamiento. Además, las normas no sólo confieren derechos, sino también imponen
obligaciones: ¿por qué llamar, pues, a su conjunto, sólo Derecho? Empero, hemos usado la palabra
Derecho como conjunto de obligaciones y derechos, porque es la primera imagen que viene a la
mente del jurista, por fuerza de la costumbre, cuando se habla de ese vocablo. Cierto es que las
obligaciones, pues no se puede ordenar una conducta y prohibirla al mismo tiempo, como ya se ha
dicho, entrañan o implican un derecho cuando menos: el de cumplirlas. De otra manera, habría un
contrasentido. Mas el derecho propiamente tal es la facultad o la libertad que concede la norma.
Pero aun en el caso de que se trate del derecho a cumplir una obligación, no se rompe la
identificación que hemos hecho entre derecho y libertad: tal derecho sería la libertad de cumplir
dicha obligación; GARCÍA MÁYNEZ lo llama derecho de grado único.

Tomada la palabra derecho como conjunto de normas que imponen deberes y otorgan derechos, no
podría ser usada para el ámbito divino, puesto que el Ser Supremo no tiene obligaciones, sino sólo
facultades absolutas (KANT, como se recordará, era de esta misma opinión). En el ámbito natural,
las obligaciones serían lo que los científicos llaman leyes físicas o naturales, las cuales se imponen
ineludiblemente; los derechos estarían constituidos por el conjunto de movimientos, hechos o actos,
que los seres pueden realizar en el amplio margen de libertad que les dejan esas leyes. Desde este
punto de vista, y en un sentido sumamente lato, podemos decir que las cosas inanimadas tienen
derecho a desplazarse, que los animales tienen derecho a moverse, etc.; en cuanto al hombre, su
derecho llegaría hasta donde llegara su poder: su fuerza sería la medida de su derecho. (Como se
recordará, esta tesis del derecho natural basado en la fuerza del hombre es la que antiguamente
defendieron los sofistas y, modernamente, al sostener el supuesto estado de naturaleza, Baruch de
SPINOZA; Eugen HUBER denomina a este derecho libertad natural y GARCÍA MÁYNEZ,
libertad como poder.) Las reglas jurídicas, desde este mismo punto de vista, no se distinguen de las
morales, las religiosas, las de cortesía o cuales quiera otras.

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