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Filosofía

Definición: es el conocimiento cierto de todas las cosas a la luz de la razón, explicadas


por sus causas primeras o últimas.

Objeto material: toda la realidad (hombre, mundo y Dios)

Objeto formal: estudio de lo profundo de esa realidad

El filósofo estudia las causas primeras en el orden del ser.

La razón para Dios es creadora y para el hombre es descubridora

Los dos caminos de la Filosofía según Abagnano

Filosofía Contemplativa

- Considera que la realidad esta perfectamente ordenada, es completamente


racional.
- Tarea de la filosofía consiste solo en darse cuenta su orden y de su racionalidad.
- Representante: Hegel decía que la filosofía llega siempre demasiado tarde para
decir como debe ser el mundo porque aparece cuando la realidad ya está
consumada.

Filosofía Activa

- La realidad no tiene orden ni racionalidad


- La tarea de la es el esforzarse por dar, otorgar ese orden y esa racionalidad.
- Sostiene que la filosofía tiene que insertarse en los asuntos del mundo, debatir
los problemas que interesan, mostrar las posibles soluciones y ayudar a elegir
aquellas que sean más favorables.
- El filosofo no puede ser “el espectador desinteresado del mundo”
La filosofía es:

Según su objeto: -El conocimiento de las cosas divinas y humanas.

- EL conocimiento del ente en cuanto ente.

Según su fín: - Aprender a morir

- El refuerzo reflexivo por alcanzar la realidad

- Asimilación de lo divino

Por su sentido universal: -EL saber de todo saber.

-EL arte de todas las artes.

- La ciencia en general

Orígenes de la filosofía

1- Asombro o admiración: el admirarse impele a conocer, en la admiración busco


el saber por el saber mismo, no para satisfacer ninguna necesidad común.
2- Duda: Una vez que he satisfecho mi asombro se anuncia la pregunta, la duda se
vuelve fuente del examen caótico de todo conocimiento. Sin duda radical no hay
verdadera filosofar.
3- Situaciones límites: Empiezo a filosofar al percatarme de la propia debilidad e
impotencia humana. Por nuestra situación humana estamos siempre frente a
situaciones límites; Situaciones de la que no podemos salir y que no podemos
alterar (muerte, culpa, desconfianza) Estas situaciones nos dan el impulso
fundamental que nos mueve a encontrar en el fracaso el camino que lleva al ser.

Estos tres motivos son sin duda válidos pero no suficientes ya que se necesita la
comunicación entre los hombres ya que de esta manera se consigue el fín de la
filosofía en el que está fundado en último término el sentido e todos los fines: el
interiorizarse del ser, la claridad del amor y la plenitud del reposo.

La filosofía según la definición vista es un conocimiento cierto (dotado de certeza),


de todas las cosas (la que la distingue de las ciencias positivas que estudian sectores
de la realidad), la luz de la razón (lo que la distingue de la teología sobrenatural),
explicado por su causas últimas (según el proceso ascendente de nuestro conocer) y
causas primeras ( en el orden del ser; lo que lo distingue de las ciencias positivas
que explican las cosas por sus causas próximas).

Complejidad y polivalencia de la realidad

La realidad es:

- Compleja y rica: Ya que hay una diversidad de seres. Está integrada por
distintos entes y realidades físicas y no físicas (ej: ángeles)

- Polidimensional: porque tiene distintas dimensiones


- Polivalente: cada sujeto es quien puede conocer la realidad y sus tesoros.
- Inteligible: Tiene posibilidad de ser entendida si esta es llevado a cabo por el
logos que le da la razón de ser a las cosas.

- Una obra de arte cuyo actor es Dios: hay realidad porque Dios hizo una
donación del ser. Las cosas son huellas e imágenes de la divinidad porque
primero están en la mente divina y luego en la realidad.

Téngase en cuenta que la verdad es la adecuación del entendimiento y la

realidad: algo es verdadero cuando mi manera de entenderlo coincide con la

realidad.

El que algo sea verdad implica una característica: algo es verdadero porque

es real, es decir, independientemente del hecho de que yo lo conozca o no. Al

ser algo de la realidad, la verdad puede ser conocida como tal por cualquiera

que se acerque a ella. Un observador con los suficientes datos y con los

conocimientos futbolísticos necesarios debe descubrir que hubo fuera de juego.

Por eso, cuando defendemos que algo es verdad, eso significa que tiene una

cierta universalidad, es decir, que puede ser conocido por todo el mundo, que

cualquiera lo puede conocer, o que cualquiera lo hubiera conocido de esa

manera si hubiera estado en nuestra situación.

Un supuesto que tiene esta idea es que la realidad es inteligible, esto es,
que puede ser conocida por la inteligencia. La realidad es inteligible porque

tiene un cierto orden, y ese orden puede ser captado por la inteligencia.

¿Qué es la realidad?

Para los griegos presocraticos: llaman a la realidad cosmos, naturaleza (fisis) es eterna,
profunda e inagotable, tengase en cuenta que para los griegos no existe la nada; tienen
una concepción cíclica del tiempo, las cosas vuelven, se repiten

Platón: tiene la idea de un Dios fabricador, fabrica las cosas con las ideas y la materia,
las ideas para platón son eternas mientras que la materia es también eterna pero
desordenada, por lo que es ordenada por las ideas.

Para Platón existen dos mundos, uno, el de las ideas que es la verdadera realidad y otro,
el mundo sensible al cual descalifica, dice que el cuerpo y la materia son malos.

El conocimiento de la realidad produce la ciencia mientras que el conocimiento del


mundo sensible produce la opinión dice Platón.

Aristóteles: Para Platón, la auténtica realidad es el mundo inmutable y perfecto de las


ideas. Las ideas, son aquello que hace inteligible el mundo físico, porque constituyen la
esencia de las cosas.

Como discípulo de Platón, Aristóteles advirtió algunos de los inconvenientes de la


teoría platónica:

 Si el mundo sensible y material que nos rodea sólo se explica como una copia
imperfecta de las ideas. ¿Existe una idea de cualquier cosa, de barro, de un
crimen? ¿Existe la idea de maldad perfecta? Para Aristóteles es inadmisible la
existencia de ideas perfectas de todo lo malo y negativo que hay en el mundo.

 Si todo lo que existe en el mundo es lo que es: un caballo, un árbol; esto es


porque participa de la idea de caballo y árbol. Para Aristóteles, la esencia de una
cosa, su causa, no puede existir separada de esa misma cosa.

 Las teorías de Platón no consiguen explicar ni dar razones del movimiento y el


cambio. ¿Cómo puede el mundo perfecto, inmutable, ser causa de un mundo
imperfecto y cambiante?
 Según Platón el aprendizaje del hombre está basado en la reminiscencia o
recuerdo, pues según para Aristóteles; nada hay en la inteligencia que no haya
pasado antes por los sentidos.

Para Aristóteles existe un mundo con dos niveles: uno parte superficial y otro
profundo, dice que las ideas de las que habla Platón están metidas en la realidad y
que lo inteligible está en las cosas y podemos llegar a ella a través de la inteligencia.

Visión judeo – cristiana

La realidad no se agota en el mundo físico donde existe un Dios absoluto, un


principio eterno. Dios es creador de la realidad por amor, creó las cosas de la nada
(no a partir de materia o de ideas preexistentes) Dios es el ser y da parte de sus ser a
las criaturas (personas, cosas) tenemos un modo imperfecto de existir (somos
finitos) donde nuestro ser es una donación y contingente, estamos ligados a lo
efímero.

Para el hombre moderno

Se interesan por la realidad física, cuantitativa dejando de lado el mundo metafísico


y ontológico.

Newton y Galileo van a decir que la realidad es una maquina, obra de un relojero
(Dios) y se cree en un racionalismo donde hay que pensar racionalmente, se endiosa
a la Razóny la fé se deja de lado por ser irracional, oscura y secundaria. Teoría del
big bang y revolucionistas.

Para el hombre contemporáneo

La realidad se reduce a fuerzas, energías, etc. Dicen que de la nada puede aparecer
el ser por la autogeneración de la materia y por la intervención de Dios; no le
interesa el ser sino el acontecer, es una época antimetafísica y donde aparece el
existencialismo con Heidegger que trata de investigar el ser, y Sastre habla del
hombre como pura libertad y proyecto. Se considera que el hombre es existencia
pura, o sea que existe y no tiene esencia.

Clasificación del Conocimiento

Conocimiento vulgar

Llamado conocimiento ingenuo, directo es el modo de conocer, de forma superficial o


aparente se adquiere contacto directo con las cosas o personas que nos rodean.

Es aquel que el hombre aprende del medio donde se desenvuelve, se transmiten de


generación en generación.

Características del conocimiento vulgar


Sensitivo

Aunque parte de los hechos el conocimiento se estructura con lo aparente, no trata de


buscar relación con los hechos.

Superficial

Aunque parte de los hechos el conocimiento se estructura con lo aparente, no tratar de


buscar relación con los hechos.

Subjetivo

La descripción y aplicación de los hechos depende del capricho y arbitrariedad de quien


los observes.

Dogmático

Este sostiene en la aceptación táctica de actitudes corrientes o en nuestra propia


suposición irreflexiva se apoya en creencias y supuestos no verificables o no
verificados.

Estático

Los procedimientos para lograr los conocimientos se basan en la tenacidad y el


principio de autoridad, carecen de continuidad e impide la verificación de los hechos.

Particular

Agota su esfera de validez en sí mismo, sin ubicar los hechos singulares es esquemas
más amplios.

Asistemático

Porque las apariencias y conocimientos se organizan de manera no sistemática, sin


obedecer a un orden lógico.

Inexacto

Sus descripciones y definiciones son pocas precisas.

No acumulativo

La aplicación de los hechos es siempre arbitraria, cada cual emite su opinión, sin
considerar otras ideas ya formuladas.

Conocimiento Científico

Llamado Conocimiento Crítico, no guarda una diferencia tajante, absoluta, con el


conocimiento de la vida cotidiana y su objeto puede ser el mismo. Intenta relacionar de
manera sistemática todos los conocimientos adquiridos acerca de un determinado
ámbito de la realidad.

Es aquel que se obtiene mediante procedimientos con pretensión de validez, utilizando


la reflexión, los razonamientos lógicos y respondiendo una búsqueda intencional por la
cual se delimita a los objetos y se previenen los métodos de indagación.

Características del Conocimiento Científico

Racional

No se limita a describir los hechos y fenómenos de la realidad, sino que explica


mediante su análisis para la cual elabora conjeturas, fórmulas, enunciados, conceptos,
etc.

Fáctico.

Inicializa los hechos, los análisis y luego regresa a éstos

Objetivo

Los hechos se describen y se presentan cual son, independientemente de su valor


emocional y de su modo de pensar y de sentir quien los observa.

Metódico

Responde a una búsqueda intencionada, obedeciendo a un planteamiento donde se


utilizan procedimientos metódicos con pretensión de validez.

Auto-Correctivo o Progresivo

Es de esta forma porque mediante la confrontación de las conjeturas sobre un hecho con
la realidad y el análisis del hecho en si, que se ajustan y rechazan las conclusiones.

General

Porque ubica los hechos singulares en puntas generales llamadas “Leyes”.

Sistemático

Ya que el conocimiento está constituido por ideas conectadas entre sí, que forman
sistemas.

Acumulativo
Ya que parte del conocimiento establecido previamente y sirve de base a otro.

Diferencia entre Conocimiento Vulgar y Científico

Conocimiento Vulgar

 Este se adquiere por medio del azar.

 No es verificable ni subjetivo. Esta sujeto a nuestra experiencia y modo de


sentir.

 Es dogmático porque se apoya en creencias y respuestas no verificables.

 Es inexacto, sin definiciones son pocos precisos.

 Es subjetivo.

 Es vago sin definiciones.

Conocimiento Científico.

 Este se adquiere mediante la razón.

 Es verificable, puede estar basado en la experiencia, pero se puede demostrar.

 Es objetivo.

 Es sistemático, se adquiere mediante el conocimiento acumulativo, porque sirve


de base para otros entendimientos.

 Es sistemático, porque se adquiere con procedimientos.

Conocimiento Filosófico

Es el conjunto denominado, ordenando y sistematizado de procedimientos basado en la


investigación de la razón y sus fines son: el adquirir nuevos conocimientos perfeccionar
lo existente o explorar áreas no suficientes no muy conocidos

Presocráticos

Tales

Una primera respuesta la encontramos en Tales de Mileto (h. 624 a. C.-h. 546 a. C.),
para el cual el principio o arjé era el agua, afirmación que se fundamentaba en la
observación de que todo cuerpo, alimento ó germen poseía la cualidad de lo húmedo,
siendo el agua su principio rector. Lo importante de dicha afirmación no estriba en la
elección del principio, sino en la afirmación de la necesidad de la existencia de éste para
explicar ¡a multiplicidad empírica y en que la arjé se formula fuera de todo contenido
religioso. Si Tales es el primer filósofo, la filosofía surge como una explicación
genealógica de lo real, de la physis, como generalización de la ley universal de todo
acontecer.

Anaximandro

El segundo presocrático del que tenemos noticia fue Anaximandro (610 a. C.545 a. C.),
autor del más antiguo texto filosófico conocido, que dice así: «De donde las cosas
tienen origen, hacia allí tiene lugar también su perecer, según la necesidad; pues dan
justicia y pago unas a otras de la injusticia según el orden del tiempo». La naturaleza se
concibe como retribución, como justicia (diké) cuya ley es la necesidad. Toda la
multiplicidad (determinada) de seres surge de un principio que ya no es un «elemento
físico», sino un preelemento indefinido e indeterminado: el apeiron (de péras, límite,
determinación). El apeiron es la génesis y principio de los seres, por lo que ello mismo
evade y rehuye toda determinación. La arjé de toda determinación no puede ser ella
misma determinación alguna, y de ella brota el conflicto de la generación de los seres,
como una segregación de parejas de contrarios que han de ser «devueltos» (según
justicia) a lo indeterminado siguiendo la ley de la necesidad. Lo interesante del
pensamiento de Anaximandro es la negación de toda evidencia empírica. El apeiron es
un principio abstracto, hipotético, que contradice toda experiencia sensible.

Anaxímenes

Para Anaxímenes de Mileto (h. 582 a. C.-524 a. C.), la arjé o principio creador de todas
las cosas es el aire, que por condensación y enrarecimiento, en ciclos infinitamente
repetidos, origina todos los seres y sus diferencias cualitativas. Aire es también el alma
(psiché), soplo o aliento divino similar al aire que nos rodea.

Sócrates. Nació en Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V
a.C., la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua
Grecia. Fue hijo de Sofronisco, de profesión cantero, y de Fainarate, comadrona,
emparentados con Arístides el Justo. Según Plutarco, cuando Sócrates nació su padre
recibió del oráculo el consejo de dejar crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su
voluntad ni reprimirle sus impulsos. No obstante, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta
intervención del oráculo, lo que hace pensar que pueda ser una tradición popular muy
posterior. Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de
sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina con la que salpicaba sus
tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba
sobre su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía
ninguna enseñanza. Se casó con Xantipa, que era de familia noble y trataba muy mal al
filósofo -de ahí que los romanos apodaran a las mujeres de mal carácter como Xantipas.
No dejo testimonios escritos, porque decía que un libro es algo muerto que en caso de
duda no puede resolverla. Por eso para reconstruir su pensamiento hay que recurrir a
otras fuentes, como su más fiel discípulo Platón. Según Platón Sócrates fue consagrado
al saber de la huma perfección, velaba por la justicia y recordarles el cuidado sus almas.
El se presentaba no como un sofo (sabio) sino como filosofo (el que no sabe nada o que
solo sabe que no sabe) el filosofo no es un sabio, pero tampoco es un ignorante. Es
aquel que no sabe pero es consciente de su no saber (al contrario que los ignorantes).
Sócrates adopto como su lema “Solo sé que no se nada”, todo lo referente a él es
verdaderamente Socrático, puesto que ciertamente no se sabe nada. Su misión consistía
en sembrar la duda, haciéndoles preguntas a los que se creían sabios, para que se dieran
cuenta de su error. Salía a la calle y conversaba cordialmente con todos, la conversación
era espontánea y cualquiera de ellos podían sacar a relucir un tema y Sócrates lo
debatía. Se centro únicamente en el tema de la humanidad y todo lo relacionado con
ello. Sócrates utilizaba la ironía, dejaba sin respuestas a todas esas personas que se
consideraban sabios.
El método filosófico fue la mayéutica que consistía en hacer preguntas de tal forma que
el otro llegue a descubrir esa verdad por si mismo mediante la razón natural. Según
Sócrates, para que el hombre descubra el bien moral hay que utilizar el procedimiento
del dialogo ya que un libro es algo muerto. El logro del pensamiento socrático es que es
común a todos los que buscan. El principio fundamental del pensamiento es la identidad
entre el saber y la virtud. Decía que la verdad la llevamos dentro, aunque no nos demos
cuenta, y él mediante el diálogo hace que vuelva del olvido y hallemos y lleguemos a
descubrirla. Propone una teoría moral racionalista con el nombre de intelectualismo
Moral, para obrar bien y justamente, es preciso conocer lo que es el bien y la justicia. El
saber que busca Sócrates es el saber sobre sí mismo. Filosofía es un saber que más que
ciencia es sabiduría, porque es la búsqueda de un saber práctico sobre la vida que nunca
tendrá un fin.
La educación para Sócrates es que el conocimiento forma parte de esta, ya que es una
grabación consciente e intencionada de los agentes que entran en el proceso, la
educación no puede ser ejercida a la fuerza, el que educa no puede obligar al que este
siendo educado.

Platón. Nació en Atenas el año 427 a.C. en una familia aristocrática. En el año 407
conoce a Sócrates y mantuvo amistad con él hasta su condena a muerte (399), entonces
Platón viaja a Megara y entra en contacto con las doctrinas pitagóricas y eléatas. Más
tarde realiza tres viajes a Siracusa (Sicilia) en los años 388, 367, 361, para poner en
práctica sus ideas políticas, aunque fracasa todas las veces. También funda una
academia en el año 387 donde además de filosofía se enseña geometría y astronomía y
acaba muriendo en 347. La mayor parte de sus obras (excepto sus cartas y La apología
de Sócrates está escrita en forma de diálogos. Tuvo 4 períodos de actividad literaria):
Período socrático. Temas: virtudes, investigación de la verdad. La apología de Sócrates,
Hipias menor, Critón, Lisis. De desarrollo y sistematización de la doctrina platónica:
Gorgias, Menón, Fedón, Banquete, Fedro, La República. De reelaboración crítica
(impulsada por las conciencia de las dificultades de su doctrina): Teeteto, Sofista,
Parménides, Político. Sistematización en la que incluye el tema cosmológico y se ve
influenciado por el pitagorismo: Filebo, Timeo (tema cosmológico), Critias, Leyes…
Platón crea una filosofía nueva, original e idealista con carácter universal. Defiende un
dualismo entre mente y materia (alma-cuerpo). Temas fundamentales: La realidad
(Teoría de las ideas en la que hay además del mundo sensible, otro mundo que es el del
verdadero ser denominado mundo de las ideas –entidades inmateriales-), el
conocimiento (defiende la heterogeneidad radical del conocimiento sensible e
intelectual), el hombre (lo ve como una unión accidental entre cuerpo y alma) y
cuestiones éticas y políticas (se opone al relativismo y escepticismo de los sofistas).
Teoría de la realidad (ontología) de Platón/Teoría de las ideas.
Introducción: Platón distingue dos mundos: el inteligible y el sensible y su teoría de la
realidad recibe el nombre de teoría de las ideas porque concibe a las ideas como el
verdadero ser. En esta teoría se produce la aceptación de verdades absolutas, eternas,
inmutables, independientes y universales del mundo de los fenómenos.
Mundo inteligible. Está formado por una pluralidad de ideas. Las ideas son arquetipos
inteligibles de las cosas materiales de la naturaleza sensible y material. Las ideas son
eternas, perfectas, inmutables, simples e inmateriales. Constituyen la verdadera realidad
y son la verdadera causa de las cosas. Son invisibles y sólo se pueden captar por la
inteligencia, y al existir las ideas, se puede afirmar la existencia del conocimiento
científico. La virtud se funda en el saber. Jerarquía de las ideas: Idea del bien, ilumina a
todas las demás y da inteligibilidad a los objetos noéticos y les confiere esencia y ser.de
belleza, justicia, ser y devenir.de generación-corrupción (vida-muerte), movimiento-
reposo e igualdad-desigualdad.de los números.de los seres materiales. La ciencia que
estudia el bien es la dialéctica, que es un método de ascenso y de intuición intelectual
del bien.
Mundo sensible. Es el mundo de los seres sometidos a generación-corrupción, es una
imagen del mundo inteligible y se caracteriza por lo múltiple. Sólo se puede percibir por
los sentidos. Ha sido creado por un Demiurgo, un ser inteligente que ordena la materia
de acuerdo con un modelo perfecto y eterno.
Relación entre mundo sensible e inteligible. Por participación: Las ideas son seres en sí
y las cosas son cuando participan del ser de las ideas. Imitación: Las cosas han sido
creadas por un Demiurgo imitando las ideas. Finalidad: La idea es la causa del
acontecer de todas las cosas, en cuanto las cosas tienden a una idea.

Concepción del hombre, teoría antropológica.


Introducción. El hombre es la unión accidental de un cuerpo y un alma.
Alma. Origen: Mito del carro. Dice que las almas se encuentran en un lugar celeste
contemplando las ideas eternamente hasta que por una falta de concupiscencia caen al
mundo sensible, donde se encarnan en un cuerpo y entonces se olvida de todas las ideas
que había contemplado.

Naturaleza: Las almas son inmortales, indivisibles, espirituales, superiores al cuerpo y


constituyen el verdadero yo.

Funciones: Racional (función superior del hombre, pensamiento. Hace posible la


contemplación suprasensible de la verdad), irascible (regula las pasiones nobles –valor,
ira, ambición…-) y concupiscible (regula las pasiones innobles y los deseos
vegetativos).

El cuerpo. Es material, imperfecto, mutable, despreciable y formado por el Demiurgo.


Relación alma-cuerpo. La unión entre alma y cuerpo es accidental y superficial, y el
cuerpo es una cárcel para el alma. El cuerpo es un mal, porque le crea necesidades al
alma y la impiden buscar la verdad. Obliga al alma a tener cosas materiales. El papel del
alma es evadirse del cuerpo cuanto antes, y para ello el alma se tiene que purificar de la
falta cometida en el mundo de las Ideas. Esta purificación si no se consigue en una vida,
el alma se reencarna en otras personas.

Ética. Tiene mucha influencia de Sócrates. Defiende el intelectualismo moral (identifica


saber con virtud) y afirma que la bondad es asunto del conocimiento. Tiene tres
conceptos de virtud: virtud como sabiduría (es virtuoso el sabio), virtud como
purificación (es virtuoso el que purifica su alma de las pasiones) y virtud como armonía
(justicia). Virtudes: Sabiduría (propia de la función racional), fortaleza (de la función
irascible), templanza (propia de la función concupiscible) y justicia (su esencia erradica
de la armonía de las otras tres virtudes). Por lo que un hombre no puede ser justo si no
tiene sabiduría, fortaleza y templanza.

Teoría de la sociedad. Según Platón la sociedad existe porque genera ventajas para el
hombre, que necesita a los demás para satisfacer sus necesidades. En la república nos da
una visión acerca de una sociedad perfecta, la cual consta de 3 clases:
La clase de los artesanos o productores: ofrecen los recursos suficientes para las
necesidades básicas con un trabajo productivo. En ellos domina la función
concupiscible y su virtud es la templanza Clase de los guardianes o guerreros:
Mantienen la seguridad en la ciudad y su función predominante es la irascible y su
virtud la fortaleza. Clase de los gobernantes: Su misión es dirigir la sociedad y en ellos
predomina la función racional y su virtud es la sabiduría. Según Platón la sociedad es
justa cuando todos cumplen la función con la que han nacido. Platón propone una
organización jerarquizada en la que no todos los hombres están poseen las mismas
características ni deben hacer las mismas funciones, ya que en cada uno predomina un
alma y ha de ser educado de acuerdo con las funciones que le toque. En formas de
gobierno Platón relaciona el saber con el arte de gobernar. Según él el mejor gobierno es
la aristocracia (gobierno de los mejores) y la peor forma es la tiranía, entre la que se
encuentra la timocracia, (gobierno de los ambiciosos, los que tienen renta y honor), la
oligarquía (en la que mandan los explotadores) y la democracia (gobierno del pueblo),
la cual Platón la ve como una perversión del orden y la fuerza.

Principales influencias recibidas. Principalmente es influenciado por Sócrates, que le


inició en la búsqueda de definiciones universales. De él adopta dialéctica y el
procedimiento para alcanzar las Ideas. También se opone al relativismo y escepticismo
de los sofistas.
También se ve influenciado por Parménides, ya que afirma que lo verdaderamente real
es el objeto de la ciencia, y el mundo de los sentidos es solo apariencia (del que tenemos
opinión). La inmutabilidad, perfección y eternidad también lo aprendió de Parménides y
se lo atribuyó a las ideas. Pero Platón si afirmaba la pluralidad del ser. Platón se basa en
Heráclito cuando explica el mundo sensible, ya que dice que está en constante cambio.
Los pitagóricos le aportan la visión dualista del hombre (cuerpo y alma), la inmortalidad
del alma y la reencarnación y la importancia de las matemáticas. De Anaxágoras coge lo
del primer principio interpretado como mente ordenadora, que él llama demiurgo (y
construye el mundo sensible a partir del inteligible).

REPERCUSIONES: Se continúa en la Academia fundada por Platón, en la que se


formaron sus discípulos. Destaca Aristóteles, quien criticó la teoría de las ideas de
Platón. La vertiente mística de las doctrinas platónicas la heredaron los neoplatónicos,
que desarrollaron una concepción emanatista del universo. Influyó en autores cristianos
(San Agustín, que sitúa las ideas en la mente de dios y cambia la reminiscencia por la
iluminación divina) el Renacimiento tuvo mucha importancia en obras inspiradas en la
República. En la Edad Moderna se puede ver su influencia en el racionalismo de
Descartes y un poco en Kant. En algunos filósofos del siglo XX se puede observar la
influencia de Platón como en Husserl o Scheler. La filosofía platónica también ha tenido
adversarios como Nietzsche, quien dice que hay que invertir la doctrina platónica.
Aristóteles. Nació en la ciudad Griega de Estagira, era un hijo de médico y en la
adolescencia estudio en la academia platónica tres años de los 17 a los 20, enseño
retórica en la academia, se relaciono con artes médicas y métodos.

Fundamentos y elementos de la educación. Fundamento la educación en la teoría del


movimiento la cual consiste en dos partes una que cambia la forma y la otra que
permanece la materia, la educación es una modificación de categoría accidental, es decir
no altera la esencia del ser humano pero altera facultades humanas con esencia y
voluntad menciono que el concepto de educación se esclarece según se identifique en el
acto y se clasifique con perfección de la potencia respectiva.

Para Aristóteles el aprendizaje es adquisición y un proceso de inteligencia creciente que


proviene de la reminencia, para el hombre nace con riqueza y origina que son semillas
del pensamiento contemplativo y con el lenguaje la cual parte forma de los
conocimientos contemplativos especulativo y el aprendizaje lleva proceso de
inteligencia.

La razón la maneja como el conocimiento, siendo razón e inteligencia y el


descubrimiento de la rectitud, correspondiendo a las costumbres, una forma de mejorar
el concomiendo ese l aprendizaje con la ética y la verdad ya que la educación es el
camino de la verdad y la comprensión a la realidad.

El bien, la felicidad y la virtud. Bien: El bien y el mal son dos poderes para Aristóteles;
el hombre es el resultado de sus acciones, así es malo o bueno y esta acción busca la
felicidad la consecuencia que se obtiene cada quien. La moral es el arte de vivir bien:
qué es lo bueno para el hombre y dependiendo de sus acciones, ya que cada
comportamiento es diferente dependiendo de cada ser humano. Nadie tiene al mal, toda
acción humana está orientada a la consecución de algún bien, al cual van unidos placer
y la felicidad.

Felicidad: no es algo abstracto y se maneja como el bien concreto al que tiene el hombre
en sus actividades es dinámico y determina la felicidad, ya que esta es autosuficiente se
busca por sí misma y nunca como medio de otra persona .Menciona que una de las
interpretaciones falsas de felicidad como el placer, el honor y la riqueza, no se
fundamenta la felicidad por lo exterior si no por lo interior, cada ser es feliz por lo que
se tiene con sigo mismo.

Virtud: Se menciona que la virtud se tiene por naturaleza no es innata si no se requiere


de esfuerzo y de voluntad, el habito engendra la costumbre el modo de ser de cada
persona. La virtud es esa fuerza, capacidad poder, buscar el bien por plenitud para
Aristóteles no comparte el intelectualismo moral de Sócrates que identifica la virtud con
el saber y la ignorancia no basta saber el bien para practicarlo ni basta conocer el mal
para dejarlo de hacer, la virtud es esa capacidad racional de saber escoger

POTENCIA-ACTO.
- Mediante la teoría de la potencia y el acto Aristóteles pretende explicar el problema
del movimiento.

La potencia se entiende como el poder para ejercer una transformación en un objeto o


la disposición para poder llegar a ser algo.

El acto se concibe como el ser actual, la realidad del ser.

Por ejemplo: estoy en potencia de ser docente, pero en acto soy estudiante.

Tipos de gobierno

Para Aristóteles la política es el prototipo de toda capacidad humana, ya que su objetivo


es la vida feliz y digna de los ciudadanos.

La finalidad del Estado es la promoción de la virtud y la felicidad de los ciudadanos. En


este sentido, la política es la continuación y la culminación de la ética.

La política es la ciencia del bien, más deseable y de los medios para obtenerlo. Es el
bien más deseable en la vida noble y feliz.

Los sofistas predicaban que los principios de la vida social son meramente
convenciones y contrarios a la naturaleza.

Aristóteles sostuvo en cambio que el hombre por su propia naturaleza, es el “zon


politikón”, un animal político destinado a convivir con otros hombres en el ámbito de la
polis. Es decir, el hombre en su dimensión social y política.

Los sofistas afirmaban también que el Estado surge artificialmente de un contrato que
restringe la libertad de cada uno en defensa de sus intereses mutuos.

Aristóteles mostró que nadie es libre ni plenamente humano fuera de la comunidad


política y que ella no se organiza solo en torno de necesidades comunes, sino también
por objetivos compartidos entre sus integrantes.

Todos estos temas fueron redactados en forma provisional y fragmentaria por


Aristóteles en 8 capítulos que fueron revisados y ajustados una y otra vez por el filósofo
hasta que finalmente los agrupó en un tratado conocido con el nombre de Política.

Aristóteles expuso en su libro la Política la teoría clásica de las formas de gobierno,


resignificada por Charles-Louis, barón de La Brède y Montesquieu (La Brède, Francia,
1689-1775 en su libro excepcional “L´Esprit des Lois”, El Espíritu de las Leyes
publicado en 1748, en Ginebra, sin nombre del autor.
La célebre teoría de las seis formas de gobierno se basa en el fin del régimen político
(bien común o bien particular). Los regímenes políticos que buscan el bien común
(puros) son:

Si gobierna una sola persona: monarquía

Si gobiernan pocas personas: aristocracia

Si gobiernan muchas personas: república.

Las degradaciones de estos regímenes políticos se traducen en:

La degradación de la monarquía es la tiranía

La degradación de la aristocracia es la oligarquía

La corrupción de la democracia es la demagogia.

pensamiento filosófico de Agustín de Hipona ( San Agustín)

San Agustín es el máximo exponente de la filosofía cristiana durante el período


patrístico y uno de los más geniales pensadores de todos los tiempos. Mejor que ningún
otro logra la síntesis armoniosa entre platonismo y cristianismo. Su filosofía religiosa y
su doctrina teológica tiene un influjo decisivo en la Edad Media y el Renacimiento,
tanto en el aspecto teológico como en el social. Influyó en todos los ámbitos:
dogmático, político, místico, de reforma, etc.

—El momento histórico

Desde el punto de vista Político: había terminado las persecuciones, el Estado apoya a
los cristianos, pero se entromete en las cuestiones religiosas. Los bárbaros invaden el
Imperio romano

Desde un enfoque Cultural: desde Marco Aurelio y Plotino, no surgen grandes


pensadores paganos (Libanio, Símaco, Macrobio y Claudio son de segunda categoría).

En cambio surgen las grandes figuras de la literatura cristiana: Clemente, Orígenes, los
Capadocios, Jerónimo, Hilario, Ambrosio, etc. Religión: se suceden las grandes herejías
(arrianismo, donatismo, pelagianismo, nestorianismo, etc., que influyen en la obra de
Agustín).

—Fuentes del pensamiento filosófico de San Agustín


Conocía muy bien a Cicerón. El "Hortensio" le influye decisivamente. Sus filósofos
preferidos eran Platón y Plotino, aunque conoce mejor a Porfirio, al que también
admira.

—Doctrina del conocimiento

—Problemas de epistemología

la pregunta sobre si conocemos la verdad, responde con su crítica al escepticismo.

la pregunta sobre cómo la conocemos, responde con su doctrina de la iluminación, que


sustituye a la doctrina de la reminiscencia de Platón y a la doctrina aristotélica de la
abstracción.

—Critica del escepticismo: el hombre conoce la verdad

Agustín prueba que el hombre no puede dudar de su existencia en el mismo momento


en que se plantea esta posibilidad: si soy capaz de preguntarme si existo, es que existo.

También afirma que si el hombre es capaz de dudar, es que la verdad existe, puesto que
la duda es una señal de que existe algo que es verdadero, aunque yo ahora no lo conozca
como tal.

La discordia entre los filósofos, indica al menos una verdad: que la discordia existe.

Por otra parte, es falso que los sentidos nos engañen. El engaño puede provenir de la
enfermedad de los sentidos. Pero cuando están sanos, no engañan.

Además, el escepticismo es sumamente dañino en el terreno moral, porque conduce al


relativismo, y a la disolución de la sociedad.

Mecanismo del conocimiento: doctrina de la iluminación

Según San Agustín existen tres tipos de conocimiento:

el sensitivo: se realiza por el alma a través del cuerpo, de manera, por tanto, mediata.

el conocimiento de las leyes del mundo físico por medio de la razón inferior; esta
función de la razón da origen a la ciencia de las cosas temporales.

el conocimiento de las verdades eternas (ya sea algunas ideas como la justicia, la
bondad, la belleza, etc., o ya sea —Gilson— la misma verdad en el juicio); este proceso
se llama iluminación y es un nuevo modo de explicar lo que Platón explicaba por medio
de la preexistencia de las almas y la doctrina de la reminiscencia; esta función superior
de la razón da origen a la sabiduría de las verdades eternas y a la vida contemplativa.

Es claro que el hombre debe dar preferencia a esta última función (conocimiento de las
verdades eternas), como María; a riesgo de caer en la avaricia (radix omnium malorum)
y en el orgullo (initium peccati), si sigue el camino de Marta que conduce al egoísmo, el
individualismo y la anarquía de la civitas diaboli.
—Fe y Razón

Antes de su conversión Agustín era un racionalista convencido. Despreciaba la Sagrada


Escritura, con su lenguaje infantil, decía, y antropomórfico. Despreciaba las enseñanzas
de la Iglesia y toda autoridad que no fuera la razón. Por eso se adhirió al gnosticismo de
los maniqueos.

Después, admitió plenamente el papel de la fe que conduce a la verdad plena que no


podemos obtener con la sola razón. El cristianismo es la verdadera filosofía. Razón y
Religión deben ir siempre unidas. Cfr. De utilitate cedendi y De vera Religione.

—La filosofía del lenguaje

San Agustín trata del problema del lenguaje en el De Magistro y en De Doctrina


christiana. En estas dos obras explica que las palabras no son fuente de conocimiento,
porque las cosas naturales las conocemos por la visión y las sobrenaturales es Cristo
mismo el que nos las da a conocer. Las palabras son un instrumento para recordarnos lo
que ya hemos conocido. Son un signo convencional (también hay signos naturales).

La Sagrada Escritura es Palabra de Dios y está en el marco de los signos. El sentido de


la Escritura puede ser literal (inmediato) o alegórico (nos da a conocer una realidad más
allá de lo que las palabras quieren significar inmediatamente).

San Agustín afirma que las palabras son signo de las cosas, pero también en ocasiones
dice que son signo del pensamiento.

Respecto al lenguaje teológico, San Agustín dice que podemos hablar de Dios con
nuestro lenguaje humano porque Él es el que ha creado todas las cosas, pero sobre todo
porque ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Nuestro lenguaje es apto, por
tanto, para hablar de lo divino (las ideas no tienen subsistencia en sí mismos sino en
Dios), aunque no es posible hablar de Dios de manera plenamente adecuada, porque es
inefable.

—Problemas de cosmología: origen del mundo, del tiempo y del mal

El fundamento de la filosofía agustiniana: la interioridad

Para Agustín sólo dos cosas tiene que conocer el hombre: el alma y Dios. A partir de ahí
conocerá toda la realidad. Aristóteles había buscado la verdad en la realidad. Agustín la
busca en la interioridad. "Ubi Deus ibi homo" decía Agustín. Pero podría haber dicho
también "ubi homo ibi Deus". Es la filosofía de la interioridad.

La existencia de Dios la prueba por la presencia de verdades eternas en el alma humana,


que requieren la existencia de una razón suficiente: Dios. Y la naturaleza trinitaria de
Dios también la explica mediante la analogía con el alma humana que tiene mens, amor,
notitia.

—Origen del mundo : Al principio, Agustín pensaba que el mundo era una emanación
de Dios. Después de su conversión, comprende que ha sido creado por Dios. La
expresión "in principio" la interpreta como "en el Logos" (según las ideas arquetípicas
que se encuentran en el Hijo), de la nada y por su bondad.

—El problema del tiempo

Platón concebía el tiempo como la imagen móvil de la eternidad. Aristóteles como la


medida del movimiento. Agustín como la duración de una naturaleza finita que no
puede existir toda contemporaneamente. El pasado y el futuro existen porque el presente
no puede ser un presente siempre: es un presente que pasa. El presente se distingue en
esto de la eternidad: es un nunc transiens; en cambio la eternidad es un presente que no
pasa: es un nunc stans.

XXXXXSólo en nuestra mente se encuentran presente pasado y futuro: la memoria


(presente del pasado), la intuición (presente del presente) y la espera (presente del
futuro). En el alma es donde se mide el tiempo.

XXXXXEl universo es finito y sucesivo. Por lo tanto tuvo que tener un origen en el
tiempo y no en la eternidad.

XXXXX—Las razones seminales

Son las virtualidades puestas por Dios en la creación, que se van desarrollando en el
tiempo. Son las semillas de todas las cosas futuras, que son desveladas y puestas por
obra gracias a la actividad de las creaturas.

El porqué de las razones seminales es el mantener la simultaneidad de la creación (como


dice la Biblia) y que sólo Dios puede crear.

—El problema del mal

Lo trata San Agustín en su polémica con los maniqueos que sostenían un principio del
mal junto a un principio del bien. Agustín afirma que sólo hay un Dios bueno, creador
del Cielo y de la Tierra, y que el mal viene al mundo por la misma limitación de la
creación y, sobre todo, por el pecado (mal moral).

Bibliografía: B. Mondin, Storia della Filosofia Medievale, Pontificia Università


Urbaniana, Roma 1991

HOMBRE Y DIOS EN EL PENSAMIENTO MEDIEVAL: TOMÁS DE AQUINO


(SANTO TOMÁS)

INTRODUCCIÓN

El cristianismo no es filosofía, pero algunos de los elementos más importantes que


utiliza en su propuesta de salvación han sido objeto tradicional de la filosofía, por lo que
no es extraño que los creyentes hayan usado esta disciplina como fundamento de
algunas de sus creencias. Una de las preocupaciones más importantes del pensamiento
medieval fue la relación entre la teología y la filosofía, entre la fe y la razón. El
problema es discernir cuál es la relación entre el conocimiento sobrenatural del hombre,
alcanzado por revelación, y el conocimiento natural, logrado a través del intelecto y los
sentidos.

I. EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN FE Y RAZÓN

Para Santo Tomás, la distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden


natural y sobre- natural: el orden de conocimiento natural procede de la razón humana,
da lugar a la filosofía y tiene carácter demostrativo; el orden sobrenatural procede de la
revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro; algunas de sus verdades están al
alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último
término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. Entre las dos
esferas de conocimiento cabe la colaboración, dando lugar a la teología: la revelación
puede orientar a la razón y le permite evitar errores; la razón le sirve a la fe para aclarar
y defender los misterios de la revelación. Algunas creencias nunca podrán ser
demostradas por la razón y otras sí, como los preámbulos de la fe (existencia de Dios e
inmortalidad del alma). Habrá dos tipos de teología: la racional o natural, que llega a
Dios utilizando una capacidad ligada a la naturaleza humana, la razón; y la teología
cristiana o sobrenatural: su fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también
de la razón para conseguir un orden científico y como arma dialéctica.

II. LA EXISTENCIA DE DIOS

1. El problema de su demostración. Podríamos pensar que Dios puede ser perceptible


directamente por la razón, al modo como vemos las verdades del tipo "los triángulos
tienen tres lados"; a estas proposiciones las denomina Sto. Tomás evidentes en sí
mismas; en ellas el predicado se incluye en el sujeto pues en la esencia de sus objetos se
encuentra la propiedad referida en la proposición. Son, además, evidentes para nosotros
cuando las vemos como verdaderas con solo comprender el concepto sujeto. Si la
existencia de Dios se incluyese en su esencia, entonces podríamos captar la verdad de la
proposición “Dios existe” con la mera comprensión del término "Dios"; algunos
filósofos (S. Anselmo p. ej.) creerán que se puede mostrar la existencia de Dios
basándose en ese supuesto (el "argumento ontológico"). Sto Tomás mantendrá, por el
contrario, que no cabe una argumentación de ese género porque la esencia de Dios no
nos es dada con la misma claridad que por ejemplo, la esencia del triángulo. Ello quiere
decir que la proposición "Dios existe" no es evidente para nosotros, aunque sea evidente
en sí misma (pues es verdad que la existencia se incluye en la esencia de Dios).

2. Las cinco vías. Según Sto. Tomás, la demostración meramente racional de la


existencia de Dios no es la adecuada pues no es acorde a las facultades humanas;
debemos llegar a Dios a partir de lo más conocido para nosotros, de la experiencia
sensible. Sus pruebas (las Cinco Vías) tienen antecedentes en Aristóteles y Platón y son
demostraciones a posteriori: parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo
para remontarse a Él como causa última. La Tercera Vía comienza destacando uno de
los rasgos más importantes de todos los objetos finitos, la radical insuficiencia de su ser,
la contingencia: todos los seres existen pero podrían no existir; si existen y podrían no
existir es pensable un tiempo en el que no existían; y si nada más que ellos existiera en
la realidad, ahora nada tendría que existir. Como este no es el caso, es preciso suponer
que exista un ser necesario, un ser que tenga la razón de su existencia en sí mismo y no
en otro, y ese ser es Dios. La Quinta Vía parte de la existencia de orden en el mundo
natural y de la necesidad de que exista siempre una inteligencia que dirija el
comportamiento de aquellos seres que tienen conducta final, conducta ordenada a un
propósito. Es el caso de que los seres naturales no disponen de inteligencia, luego han
tenido que ser creados por otro ser que les haya dado su disposición al comportamiento
más adecuado para alcanzar los fines que les son propios; en conclusión, debe existir
una Inteligencia Ordenadora a la que cabe llamar Dios.

III. LA ESENCIA DE DIOS

Santo Tomás quiere defender la posibilidad del conocimiento de Dios sin rebajar la
calidad de su ser, evitando dos extremos: afirmar la posibilidad del conocimiento de
Dios a costa de aproximar demasiado su ser a las cosas del mundo (con el peligro de su
antropomorfización); y separar radicalmente a Dios del mundo, negando con ello la
posibilidad de su conocimiento racional. Para ello empleará varios recursos: la
afirmación: afirmaremos de Dios únicamente aquellas propiedades puras que no traen
consigo imperfección; la negación: obtenemos un concepto negativo de Dios negando
de Dios las propiedades de las criaturas que implican imperfección; la eminencia
diremos que Dios posee de forma infinita las perfecciones que encontramos en las
criaturas. Por su parte, la analogía nos recuerda que las palabras empleadas para pensar
a Dios no tienen exactamente el mismo significado que poseen cuando las empleamos
para referirnos a las cosas finitas (no tienen un significado unívoco), pero tampoco
equívoco, sino analógico, en parte igual y en parte distinto.

Las Cinco Vías suministran otros tantos predicados de Dios: Motor inmóvil, Causa
incausada, Ser necesario y perfectísimo, Inteligencia suprema. El constitutivo formal es
el atributo fundamental, el primero ontológicamente y del que se derivan los demás. El
constitutivo formal de Dios es el mismo ser subsistente: en Él la esencia se identifica
con la existencia. Esta propiedad es la raíz de todas las demás perfecciones y aquello
por lo cual su esencia se distingue de los seres creados, en todos los cuales la esencia es
distinta de la existencia. Los atributos divinos pueden ser entitativos u operativos. Los
atributos entitativos de Dios se refieren a su ser (simplicidad, perfección, infinidad,
inmutabilidad, unidad, bondad, omnipresencia y eternidad) y todos ellos hacen de Dios
un ser trascendente al mundo. Los atributos operativos de Dios se refieren a su obrar y
son el entender, querer y poder, que dan lugar a su vida divina. Los efectos de la
voluntad divina son el amor y el gozo, y sus virtudes la justicia, la misericordia y la
liberalidad. La potencia activa de Dios se manifiesta de tres maneras: la creación, la
conservación y la gobernación (providencia).

IV. LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE

1. La estructura de la realidad creada. El Aquinate parte de la contingencia de todo ser


finito: la indigencia radical de todo ser finito exige un ser que sea fundamento de sí
mismo y de todo lo real, Dios. Todas las criaturas tienen una composición metafísica de
esencia y existencia (son contingentes, limitadas) frente al único ser necesario e infinito,
Dios, que es la causa de su existencia. Partiendo de Dios, Sto Tomás nos ofrece una
visión de la realidad creada en forma jerárquica. Para referirse a los seres creados
(compuestos) se sirve de conceptos aristotélicos: acto y potencia, sustancia y accidentes,
materia y forma, añadiendo la distinción esencia/existencia. La jerarquización de los
seres vendrá dada por su mayor o menor simplicidad y su mayor cercanía al puro existir
de Dios. En la cúspide de la creación están los ángeles (compuestos de esencia y
existencia), después los hombres (con un alma que es su forma sustancial, unida a una
materia). Las sustancias del mundo corpóreo están compuestas de materia y forma. En
el hombre la "forma" es su alma y puede existir con independencia del cuerpo; en
cambio, los seres sensitivos ―como los animales― o los puramente vegetativos
―como las plantas― tienen formas corruptibles y dependientes de la materia. Las
formas de los seres inertes y las formas de los elementos primeros son las más
imperfectas. En un grado inferior están las formas accidentales (que necesitan de las
substancias para existir) y la absoluta potencialidad de la materia prima, que es pura
capacidad de ser.

2. El hombre, imagen de Dios. El hombre se compone de cuerpo y alma espiritual; por


el cuerpo se vincula con el mundo sensible y por el alma con el mundo espiritual. Es lo
más perfecto en el orden sensible y lo menos perfecto en el orden de las sustancias
intelectuales. La concepción del hombre tomista combina la óptica aristotélica y el
pensamiento cristiano: a los vivientes les corresponde un conjunto de operaciones
distintas de los no vivientes: nacer, nutrirse, crecer, reproducirse, moverse localmente y
morir, y en los grados superiores sentir, pensar y querer. Santo Tomás define el alma
como el principio de la vida y como la forma de un cuerpo físico que tiene vida en
potencia. Es lo que distingue a los vivientes de los no vivientes. Hará mención también
a las facultades o potencias activas del alma con los que realiza las operaciones vitales:
corpóreas (requieren un órgano corporal), o incorpóreas (el entendimiento y la
voluntad). Además del intelecto, dividido en teórico y práctico, el alma humana
contiene tres facultades: la voluntad o apetito racional, las facultades de la sensación
(vista, oído...) y la sensualidad o apetito sensible. Santo Tomás defiende el dualismo
antropológico, pero su posición es más moderada que la platónica al entender que la
palabra "hombre" designa la unidad de cuerpo y alma, y no únicamente alma, como era
el caso de Platón.

3. El hombre hacia Dios. El hombre se encuentra en el orden sobrenatural por la gracia


divina, merced a la cual alcanza un estado de perfección al que no puede llegar por sí
mismo, pero ninguna esferas de la actividad humana se pueden comprender sin la
referencia de lo humano hacia Dios:

a) Dios como objeto último del conocimiento: la vocación intelectual del hombre hacia
Dios se cifra en el hecho de que la teología es la ciencia suprema y la máxima
perfección de nuestra inteligencia, pero también porque el conocimiento se ordena a la
verdad y Dios es la suprema verdad. Toda verdad está conectada con Dios, pues es el
creador, sostenedor y lo que da inteligibilidad a todo lo real; además, conocemos a Dios
en todo lo que conocemos, pues el mundo es la "revelación física" de Dios. Finalmente,
el objetivo supremo del hombre es la visión de Dios en la otra vida, es decir, un
conocimiento puramente intelectual y directo de Él.

b) Dios como objeto último de la voluntad: Dios, por ser el ser superior, es la bondad
perfecta e infinita. También la vida moral está dirigida hacia el logro de la beatitud:
Santo Tomás defiende un punto de vista teleológico o finalista del universo, pero el
hombre es el único ser que tiene conciencia de los fines y de los medios y que puede ser
impulsado a la acción por ideas de lo bueno y de lo correcto. La voluntad tiende
naturalmente a buscar el bien, búsqueda que sería totalmente caótica sin la intervención
de la razón. En relación con Dios (el bien perfecto), Dios mueve la voluntad humana
necesariamente. Pero respecto de los bienes menos perfectos, la voluntad no está
obligada necesariamente a ir hacia ellos (es libre). La ética se centra en los bienes que
permitan al hombre alcanzar su bien último o Dios. En su teoría de las virtudes, el
Aquinate sigue a Aristóteles, añadiendo algunos elementos de su perspectiva cristiana.
Las virtudes son los hábitos gracias a los cuales el alma puede realizar bien cada uno de
los fines a los que tiende. Puesto que en el alma encontramos distintas partes, habrá
también distintos tipos de virtudes: las intelectuales o perfecciones del intelecto (arte,
prudencia, inteligencia, ciencia y sabiduría), y las morales o perfecciones de las
facultades apetitivas (la justicia de la voluntad, y la fortaleza y templanza, del apetito
inferior, irascible y concupiscible), y que consistirán en el justo medio entre dos vicios,
uno por defecto y otro por exceso. A esas virtudes añade las virtudes sobrenaturales o
teologales (fe, esperanza y caridad), que tienen como objetivo Dios mismo,
perfeccionan la disposición humana hacia al orden sobrenatural y son infundidas en
nosotros por Dios.

c) El hombre hacia Dios por la conducta social: la doctrina política de Sto. Tomás es
una síntesis de la política aristotélica y de sus creencias cristianas. El hombre tiene un
fin sobrenatural, pero debe conseguirlo mediante su actividad y su vida en el Estado,
aunque de forma completa, sólo lo alcanza en la otra vida. El Estado es una institución
natural fundamentada en la naturaleza del hombre. El hombre es un ser político que vive
en comunidad lo cual exige un gobierno que mire por el bien común. Tanto la sociedad
como el gobierno, por ser connaturales al hombre, tienen en último término justificada
su existencia en Dios, creador de la naturaleza humana. Como el fin sobrenatural del
hombre consiste en conseguir la beatitud eterna, que es competencia de la Iglesia, el
Estado, aún siendo autónomo, queda supeditado indirectamente a aquella. Así, el Estado
debe guiar y legislar para que los ciudadanos vivan virtuosamente y alcancen el fin que
les es propio: la salvación eterna. Las leyes (mandatos que descansan en la razón y
según los cuales algo es inducido a obrar), deben, pues, orientarse hacia la consecución
del bien común.

Santo Tomás distingue tres clases de leyes: la natural, la positiva y la eterna. La ley
natural dirige y ordena los actos de los seres naturales para la adecuada realización de
los bienes que les son propios. El Aquinate toma del pensamiento griego la noción de
naturaleza como principio dinámico intrínseco que determina el comportamiento
ordenado de los seres naturales, a la vez que la idea de que puede utilizarse el criterio de
la “naturalidad” para distinguir la conducta buena de la mala: lo bueno es lo natural y lo
malo lo contrario a ella. Pero añade a esta idea griega la tesis de que las inclinaciones
naturales descansan en último término en Dios, quien por su providencia gobierna todas
las cosas y les da las disposiciones convenientes para su perfección. En los seres
irracionales la ley eterna inscrita en su naturaleza determina sus acciones de manera
pasiva y necesaria, en los hombres descansa en su razón y se realiza a partir de su
voluntad y libertad. Santo Tomás interpreta la ley natural como la ley moral, y la
identifica con la razón humana que ordena hacer el bien y prohíbe hacer el mal. La ley
moral es racional pues es dictada por la razón y natural porque la razón es un rasgo de la
naturaleza humana y porque describe las acciones convenientes para los fines inscritos
en nuestra naturaleza. La ley natural contiene los preceptos básicos que rigen la vida
moral, el primero de los cuales es “debe hacerse el bien y evitarse el mal” y en el que se
fundan todos los demás preceptos de la ley moral. Dado que la ley natural se
fundamenta en la naturaleza humana, y ésta en Dios, la ley natural no es convencional,
es inmutable y la misma para todos (universal). La ley positiva (ley que promulgan los
Estados) debe ser expresión de la ley natural para ser justa y buena y, por tanto, no será
convencional. La ley natural tiene su origen y fundamento en un orden más amplio: el
orden del Universo, orden que es expresión de la ley eterna, ley inmutable que descansa
en la propia razón de Dios y de la cual derivan todas las demás leyes. Dios ordena todas
las acciones, tanto humanas como no humanas, hacia su fin

Las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios, de Santo Tomás de Aquino

Primera vía: El movimiento como actuación del móvil: Es cierto y consta por el sentido
que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido
por otro. Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y
este por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito… Luego es necesario llegar
a un primer motor que no es movido por nada; y este todos entienden que es Dios.

Segunda vía: Experiencia de un orden de causas eficientes: Vemos que en este mundo
sensible existe un orden de causas eficientes; pero no vemos ni es posible que algo sea
causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, lo cual es
imposible. Ahora bien, no es posible que en el orden de causas eficientes se proceda
hasta el infinito… Luego es necesario suponer una causa eficiente primera, que todos
llaman Dios.

Tercera vía: La contingencia o limitación en el existir: Nos encontramos con cosas que
tienen posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se
corrompen. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe. De
ahí que si todas las cosas tuviesen esa posibilidad de no existir, alguna vez no habría
existido nada, y por consiguiente ahora tampoco, pues de la nada no procede nada. Pero
dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen posibilidad de existir y de
no existir, que algo ha de ser necesario, y esto, en última instancia, es Dios.

Cuarta vía: Diversos grados de perfección en las cosas: Encontramos en este mundo
cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y otras
cualidades así. Ahora bien, el más y el menos se dicen de cosas diversas según la
diversa aproximación a lo que es máximo en ese orden. Por eso ha de haber algo que sea
óptimo, nobilísimo, máximamente verdadero y, por consiguiente, máximo ser. Y como
lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género, ha
de haber un máximo ser causa de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de las demás
cualidades por el estilo; y este es Dios.

Quinta vía: El gobierno de las cosas: Vemos que algunas cosas que carecen de
conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin… Ahora bien,
las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún
cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige todas las cosas
naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios.

Las Cinco Vías


"Si todo debe tener una causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo
sin causa, tanto podría ser el mundo como Dios, así que ese argumento no tiene
validez." (Bertrand Russell, "Por Qué No Soy Cristiano")

No voy a hablar mucho de las Cinco Vías, tales como fueron presentadas por Santo
Tomás de Aquino, ya que han sido refutadas cien veces desde entonces. (Ingenuamente,
algunos cristianos modernos las encuentran por primera vez en un libro de filosofía e
intentan probar a Dios con ellas, como si fueran novedades.)

Las dos primeras Vías son más o menos la misma cosa: se basan en el hecho de que no
hay efecto sin causa; nada comienza a moverse a menos que algo más lo empuje. Al
aplicarse al universo, esto se transforma en el argumento cosmológico kaläm:

1. Si algo comienza, tiene una causa.


2. El universo comenzó a existir.
3. Por lo tanto, el universo tiene una causa.

Esto es todo muy lindo, pero se cae abajo si uno lo mira de cerca. La premisa 1 es
verdadera para todas las cosas dentro del universo (a nivel macroscópico) pero no
sabemos si lo es para el universo completo (que lo es todo, por definición). La premisa 2
es controvertida; el mismo San Agustín dijo que Dios creó al universo con el tiempo, no
en el tiempo, y nuestro entendimiento actual nos dice que toda la energía, materia y
tiempo (el espacio tiempo tetradimensional, o quizá el hiperespacio de 10 o 26
dimensiones que propone la teoría de cuerdas) "comenzaron" juntos. (¡Digo
"comenzaron" entre comillas porque es absurdo hablar sobre comienzos o finales
cuando no hay tiempo!) Creado por Dios o por sí mismo, el universo no "comenzó". La
obra de Stephen Hawking (Una breve historia del tiempo) sugiere que el universo es
finito pero no tiene borde -- como la superficie bidimensional de una esfera, o nuestra
Tierra.

De cualquier modo, si el universo no "comenzó", la premisa número 1 es irrelevante, y


la conclusión es, por tanto, probablemente inválida. Aun si fuera válida (lo cual no creo
que podamos probar), concluiríamos lo mismo que en el argumento del diseño: la
Primera Causa propuesta, o Creador, no explicaría nada, y sería un asunto de fe saber si
es Dios.

La Quinta Vía habla de orden y ley, y puede ser refutada de forma similar. No sabemos
por qué las leyes de la naturaleza son como son, pero inventar un Legislador para
responder por ellas no es útil y no dice nada sobre Él.

La Tercera Vía es filosófica; no la refutaré aquí ya que no la encuentro convincente


desde un principio -- no habla de la realidad. La Cuarta Vía es también de naturaleza
filosófica y elevada; afirma que las cualidades tales como la bondad, la verdad, la
nobleza, etc., se encuentran en diversas cantidades en todas las cosas, de forma que
éstas se pueden ordenar. Esta jerarquía, según Tomás, implica un punto máximo, una
pureza de la cualidad en cuestión, un arquetipo; el arquetipo de estas cualidades es Dios.

Por supuesto, el mal, la deshonestidad y la ruindad también son cualidades, y por el


mismo razonamiento podríamos decir que Dios es la cima del Mal, etc. Pero de acuerdo
a la doctrina cristiana, el mal no es una cualidad sino la ausencia de una (la bondad), y
así. En cualquier casos, una jerarquía no implica un máximo, y el infinito tampoco es
una elección; la infinitud es un concepto matemático hecho para usarse en ciertos
contextos y no otros.

(En términos matemáticos, un elemento X de un conjunto C es infinito si, para cada


elemento Y en C, X es mayor o igual que Y. Pero si C no es un conjunto cerrado, como
ocurre con los números enteros o naturales, por cada X que elijamos habría siempre una
cantidad [¡infinita!] de Y's mayores que X. Por supuesto, esto significa que no existe tal
X infinito... La infinitud no se encuentra en ninguna parte fuera de las matemáticas, e
incluso allí es un recurso útil, no un objeto real.)

Ya tenía dudas cuando encontré las Cinco Vías. No hicieron más que aumentar mis
dudas, ya que sólo eran astutos ejercicios de lógica, pero no basados en la realidad.

[2] A nivel macroscópico, es decir, a nivel de lo que nuestros sentidos pueden ver, y
también hasta lo que puede ver un microscopio convencional, o incluso hasta el nivel de
las moléculas. A nivel atómico y subatómico la cosa se pone más espesa porque
empiezan a ser importantes los efectos cuánticos. Hablando con propiedad, a nivel de
partículas subatómicas no hay causalidad. Los físicos, según entiendo, reconocen que la
causalidad es un concepto sin correlato real; las cosas simplemente suceden, y a nivel
macroscópico parecen sucederse en lo que llamamos cadena de causa y efecto. Ejemplo
de lo extraño que puede ser esto es que un grupo de investigadores, recientemente,
hicieron un experimento que, si es interpretado en la formato causal habitual, tuvo el
resultado de hacer salir un fotón de luz por el extremo de un tubo antes de que hubiera
entrado por el otro extremo.

KANT

En la filosofía kantiana (“Idealismo transcendental”) culminan las tres corrientes


filosóficas principales de la Edad Moderna, racionalismo, empirismo e Ilustración: al
afirmar que el conocimiento se limita a la experiencia, Kant se aproxima al empirismo,
y al afirmar que no todo el conocimiento proviene de la expe- riencia se acerca al
racionalismo. Los dos grandes ilustrados, Newton y Rousseau, también le influyeron:
Newton representó el éxito definitivo que se puede alcanzar si limitamos la ciencia al
conocimiento de los fenómenos; Rousseau reforzó en Kant la convicción de la
autonomía de la moralidad frente a las leyes que rigen el mundo objetivo y la
pertenencia del hombre a dos mundos o reinos, el Reino de la Naturaleza y el del
Espíritu. El problema tratado por Kant fue el de la posibilidad de lo metafísico, la
aclaración de cómo el hombre es ciudadano de ambos reinos. La filosofía kantiana es
una filosofía crítica: se tratará de investigar la posibilidad y límites de la Razón tanto en
su aspecto teórico como en su dimensión práctica. Su proyecto consiste en establecer los
principios y límites del conocimiento científico de la Naturaleza, descubrir los
principios de la acción y las condiciones de la libertad, y delinear el destino último del
hombre.

A. EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN


A. I. PLANTEAMIENTO KANTIANO DEL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

Responder a la pregunta ¿qué puedo conocer? exige señalar los principios y límites del
conocimiento científico. Kant defendió en un primer momento la metafísica dogmática
racionalista, para la que era posible, por pura deducción racional, alcanzar el
conocimiento metafísico de la realidad, pero la lectura de Hume le despertó de este
“sueño dogmático”. Kant creyó necesario para los intereses y fines últimos del hombre
una Crítica o examen de la propia Razón sobre sí misma y sus límites, y propuso, frente
a la “filosofía dogmática” una “filosofía crítica”. El problema es el de si es posible la
Metafísica como ciencia y para solucionarlo debemos investigar antes las condiciones
que hacen posible la ciencia. En esta tarea distingue dos tipos de condiciones: empíricas
(particulares y contingentes) y a priori o transcendentales (universales y necesarias). La
investigación de estas últimas dará lugar a la filosofía transcendental. Puesto que la
ciencia es un conjunto de juicios, se preguntará por las condiciones que hacen posibles
los juicios científicos. Lo que exige establecer los tipos fundamentales de juicios, que
clasificará así: tenemos juicios analíticos si el predicado se incluye en el sujeto (no dan
información nueva alguna, no son extensivos) y juicios sintéticos cuando el predicado
no se incluye en el sujeto (son juicios extensivos y amplían nuestro conocimiento); y
juicios a priori si su verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia,
ya que su fundamento no se halla en ésta (juicios universales y necesarios) y juicios a
posteriori si su verdad es conocida a partir de la experiencia (particulares y
contingentes). Los juicios más importantes son los juicios sintéticos a priori, que por ser
sintéticos amplían nuestro conocimiento, y por ser a priori son universales y necesarios.

A. II. LA DOCTRINA DEL CONOCIMIENTO EN LA "CRÍTICA DE LA RAZÓN


PURA"

La tarea fundamental de esta obra es averiguar cómo son posibles los juicios sintéticos a
priori (tanto en Matemáticas como en Física) y si son posibles en Metafísica. Veamos
sus tres partes principales.

La Estética Transcendental se ocupa de la Sensibilidad (facultad de las sensaciones) y


trata de las condiciones transcendentales (universales y necesarias) que permiten el
conocimiento sensible. El efecto de los objetos en la Sensibilidad son las sensaciones,
que son dadas a posteriori y constituyen la materia del conocer. Pero, gracias a la forma,
las sensaciones se presentan ordenadas en ciertas relaciones; la forma está ya a priori en
el espíritu, como forma de la Sensibilidad. La síntesis de sensaciones o datos empíricos,
como materia, y la forma a priori es el fenómeno. Las formas puras o principios a priori
de la Sensibilidad son el espacio y el tiempo. Espacio y tiempo son las condiciones de
posibilidad de toda experiencia, ahora bien, espacio y tiempo no son propiedades
objetivas de las cosas mismas, sino formas a priori de la Sensibilidad.

Percibir no es, aún, comprender los objetos; comprender los fenómenos es poder
referirlos a un concepto, y esta es la función propia del Entendimiento (facultad de los
conceptos). Kant la estudia en la Analítica Transcendental, y distingue dos tipos de
conceptos, empíricos, que proceden de la experiencia y son a posteriori, y conceptos
puros o categorías, que no proceden de la experiencia y son a priori: las categorías
(sustancia, causalidad, unidad...) son nociones que no se refieren a datos empíricos pero
tampoco son construidas empíricamente por el hombre, pues pertenecen a la estructura
del entendimiento. El conocimiento es posible porque aplicamos las categorías a la
multiplicidad dada en la sensación. Los conceptos puros son condiciones
transcendentales, necesarias, de nuestro conocimiento de los fenómenos ya que el
entendimiento no puede pensarlos si no es aplicándoles estas categorías, pero las
categorías solamente son fuente de conocimiento aplicadas a los fenómenos y no tienen
aplicación válida más allá de los mismos. El error de la filosofía dogmática (basada en
el uso puro de la razón) consiste en usar las categorías para referirse a realidades
transempíricas o trascendentes (Dios y el alma, p. ej.).

La Dialéctica Transcendental estudia la Razón (facultad de las argumentaciones) y el


problema de si la Metafísica puede ser un saber a priori, y concluye que la Metafísica
como disciplina científica es imposible. La Metafísica quiere alcanzar las cosas tal y
como son en sí mismas, sus objetos son transcendentes ―no empíricos―: el alma, Dios
y el mundo como totalidad; pero la ciencia usa necesariamente las categorías y éstas
sólo pueden emplearse legítimamente aplicadas a los fenómenos, a lo dado en la
experiencia. Kant muestra cómo la Razón realiza argumentos aparentemente correctos
pero ilegítimos. Precisamente las argumentaciones de la metafísica son de ese tipo. El
conocimiento intelectual formula juicios y conecta unos juicios con otros formando
razonamientos. Pero hay una tendencia peculiar en el uso de la Razón: la Razón busca
encontrar juicios cada vez más generales, aspira a lo incondicionado, al fundamento de
los fundamentos. Cuando la Razón, en esa búsqueda de las condiciones de lo
condicionado, de leyes más generales y profundas, se mantiene en los límites de la
experiencia, su uso es correcto y no da lugar a contradicciones; pero esa tendencia lleva
inevitablemente a traspasar los límites de la experiencia empírica en busca de lo
incondicionado: los fenómenos físicos se pretenden explicar por medio de teorías
metafísicas acerca del mundo, los fenómenos psíquicos de teorías metafísicas acerca del
alma, y unos fenómenos y otros se intentan explicar y unificar por medio de teorías
metafísicas acerca de una causa suprema de ambos tipos de fenómenos: Dios. "Dios",
"alma" y "mundo", son pues tres Ideas de la Razón; ideas que, sin embargo, no tienen
una referencia objetiva, pues no podemos conocer los objetos a los que se refieren.

A. III. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL: EL "FENÓMENO" Y EL


“NOÚMENO"

Para entender la aportación de su filosofía, Kant propone la analogía de la revolución


copernicana: al igual que Copérnico consiguió comprender el movimiento de los astros
modificando las relaciones que se creía que existían entre ellos y el sol, Kant creerá que
es posible comprender el conocimiento sintético a priori si modificamos las relaciones
entre el sujeto y el objeto: hasta Kant se había considerado que el sujeto era pasivo en el
acto del conocimiento y se tenía que plegar al objeto para conocerlo; pero de este modo
es imposible entender el conocimiento a priori. El giro copernicano consiste en rechazar
la concepción tradicional del conocimiento y considerar que el sujeto es activo, que son
las cosas las que se deben someter a nosotros de cara al conocimiento: sólo podemos
conocer a priori de las cosas aquello que antes hemos puesto en ellas; podemos
comprender el conocimiento a priori si admitimos que conocemos únicamente los
fenómenos y no las cosas en sí mismas o noúmenos, tesis principal del Idealismo
Trascendental. El Idealismo Trascendental es la culminación del pensamiento moderno,
que comienza con el planteamiento cartesiano del problema del conocimiento y que
progresivamente va centrando en el sujeto el fundamento de la experiencia humana.
Toda la filosofía anterior a la modernidad, mantiene una concepción realista del mundo:
los objetos, sus propiedades y relaciones existen independientemente de la experiencia
que podamos tener de ellos. Pero con Kant aparece la concepción idealista: no sabemos
cómo puede ser el mundo independientemente de nuestra experiencia de él; todo objeto
del que tenemos experiencia ha quedado influido por la estructura de nuestro aparato
cognoscitivo. Estas ideas llevan a los conceptos de Noúmeno y de Fenómeno: Noúmeno
(o Cosa en sí) es la realidad tal y como pueda ser en sí misma, independientemente de
nuestra experiencia de ella; Fenómeno es la realidad dependiente del Sujeto
Trascendental (el sujeto no empírico del cual se predican las formas aprióricas, es la
realidad estructurada por las formas de la Sensibilidad y las categorías del
Entendimiento. El sujeto no deja intacta la realidad conocida, la constituye en el propio
acto del conocimiento. Por ello, el Idealismo Trascendental se puede resumir en la
afirmación de que sólo conocemos fenómenos.

B: EL USO PRACTICO DE LA RAZÓN

B. I. LA RAZÓN PRÁCTICA Y EL CONOCIMIENTO MORAL

La Razón Teórica formula juicios y se ocupa de conocer cómo son las cosas; la Razón
Práctica ofrece imperativos y se ocupa de cómo debe ser la conducta de los seres
racionales. Punto de partida de la ética kantiana: en la experiencia moral hay algo
análogo al dato fundamental del conocimiento: el "factum de la moralidad", el hecho
moral, la existencia del deber: todos los hombres tienen conciencia de estar sometidos a
prescripciones morales, se sienten obligados a hacer ciertas cosas y a evitar otras. Esta
conciencia del deber es conciencia de una determinación de la voluntad que posee
características análogas a las de la experiencia de conocimiento: la universalidad y la
necesidad. La ética kantiana es un intento de entender el factum de la moralidad y sus
condiciones de posibilidad, del mismo modo que la teoría del conocimiento kantiana es
la investigación de las condiciones de posibilidad de la ciencia.

Kant clasifica los principios prácticos del siguiente modo: las máximas expresan cómo
nos comportamos dadas tales o cuales circunstancias; hay máximas buenas y malas. El
hombre no está dirigido necesariamente a realizar el bien, por ello el deber se le
presenta como un mandato. Los imperativos o mandatos pueden ser hipotéticos o
categóricos; los imperativos hipotéticos mandan una acción porque ésta es un buen
medio para la realización de un fin. Los categóricos mandan la realización de una
acción porque esa acción es buena en sí misma. Un imperativo es hipotético o
categórico dependiendo del fundamento de determinación que el sujeto ha tenido al
realizar la acción: si ha seguido el precepto "debes hacer X" para la realización de un fin
suyo, entonces dicho mandato es un imperativo hipotético ("debes hacer X si quieres
conseguir Y"). Si lo ha hecho exclusivamente por la propia acción, entonces el mandato
es categórico ("debes hacer X"). Los imperativos hipotéticos son imperativos de la
habilidad cuando el fin para el cual se prescribe una acción como buena es un fin
meramente posible (fin no común a todos los hombres). Los imperativos hipotéticos son
imperativos de la prudencia cuando el fin es un fin real (un fin común a todos los
hombres, la felicidad).
B. II. CRÍTICA DE KANT A LAS ÉTICAS MATERIALES

Hasta Kant las éticas habían sido materiales, frente a todas ellas, su ética es formal. Son
materiales aquellas éticas según las cuales la bondad o maldad de la conducta depende
de algo que se considera Bien Supremo (sea espiritual o material): los actos serán
buenos cuando nos acerquen a él y malos cuando nos alejen de él. Toda ética material
parte de que hay bienes, cosas buenas para el hombre, determina cuál es su bien o fin
supremo y establece las normas o preceptos para alcanzarlo. Pero los preceptos de toda
ética material son hipotéticos, empíricos, por lo que no valen absolutamente, sino sólo
de un modo condicional, como medios para conseguir un fin. Kant creerá que los
imperativos hipotéticos no reflejan la auténtica experiencia moral porque ésta es
sometimiento a un precepto universal y necesario, y dichos imperativos no pueden ser
universales y necesarios, ni los de la habilidad ni los de la prudencia. Dado que las
éticas materiales extraen su contenido de la experiencia empírica y que ésta nunca
puede dar universalidad ni necesidad, dichas éticas únicamente podrían fundamentar
mandatos a posteriori, particulares y contingentes, pero nunca imperativos universales y
necesarios, que son los verdaderos preceptos morales, como expresa el factum de la
moralidad. Además, las éticas materiales son heterónomas: un sujeto es autónomo
cuando tiene la capacidad para darse a sí mismo sus propias leyes y es heterónomo
cuando las leyes no descansan en él mismo, cuando le vienen de fuera; las éticas
materiales son heterónomas porque describen una acción como buena sólo de forma
condicional, describen una acción como buena porque es un buen medio para la
realización de un fin querido por el sujeto. En las acciones heterónomas el sujeto se
tiene que someter a la realidad, es ésta la que impone sus condiciones; el sujeto tiene
que plegarse al orden del mundo.

B. III. LA ÉTICA FORMAL DE KANT

Podemos caracterizar la ética kantiana a partir de sus tres rasgos siguientes:


• Es formal: la materia del imperativo es lo mandado, la forma el grado de universalidad
del imperativo. La tesis esencial de la ética kantiana consiste en indicar que una máxima
describe propiamente una acción moral cuando cumple un requisito puramente formal:
que pueda ser universalizable.
• Es autónoma: un sujeto es autónomo cuando tiene la capacidad para darse a sí mismo
sus propias leyes, y es heterónomo cuando las leyes no descansan en él mismo, cuando
le vienen de fuera; la ética kantiana es autónoma al afirmar que sólo las acciones
morales son autónomas. Kant considera que sólo allí donde encontramos acción moral
encontramos libertad: cuando nos conducimos moralmente el fundamento de
determinación de nuestra voluntad no nos viene de fuera, del mundo, o de la religión,
sino de nosotros mismos, de nuestra conciencia, pues es nuestra razón práctica la que
nos da el criterio de la conducta buena y permite la determinación de nuestra voluntad.
En la experiencia moral somos autónomos porque la ley a la que nos plegamos está en
nosotros mismos.
• El fundamento de las acciones buenas es el deber, no la inclinación: para que una
acción sea buena no basta que sea conforme al deber, además ha de hacerse por deber.
El rigorismo kantiano implica el deber por el deber, aunque vaya en contra de mi
felicidad y de las personas que quiero, y el carácter universal de la bondad o maldad de
una acción, universalidad que impide aceptar excepciones en la validez del impe- rativo
categórico. Este imperativo prescribe una acción como buena de forma incondicionada,
manda algo absolutamente, declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin
referencia a ningún propósito extrínseco. Sólo el imperativo categórico es imperativo de
la moralidad. Kant dio varias formulaciones generales del imperativo categórico, entre
las que destacan la “fórmula de la ley universal”, y la “fórmula del fin en sí mismo”,
que ordena tratar a la humanidad, tanto propia como ajena, siempre como un fin en sí
mismo.

B. IV. POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA

El Idealismo Trascendental rechaza la posibilidad del conocimiento metafísico (de Dios,


el alma, la libertad...); pero Kant no negará todo acceso a esa realidades, sólo el
intelectual, el conocimiento científico, pues únicamente cabe la ciencia de la realidad
fenoménica. Pero para Kant hay otra experiencia que puede vincularnos con lo
metafísico: la experiencia moral. Y ello a partir de los llamados postulados de la Razón
Práctica o proposiciones que no pueden ser demostradas desde la razón teórica pero que
han de ser admitidas si se quiere entender el "factum moral"; estos postulados se
refieren precisamente a la existencia de la libertad, la inmortalidad del alma, y la
existencia de Dios. Aunque desde la perspectiva de la razón teórica se concibe al
hombre como sometido a la ley de la causalidad y necesidad natural, desde la
perspectiva de la razón práctica podemos defender la existencia de la libertad pues la
libertad es la condición de posibilidad de la acción moral (únicamente de las acciones
libres podemos predicar valor y responsabilidad moral); la libertad es la capacidad de
los seres racionales para determinarse a obrar según leyes que son dadas por su propia
razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad. Con el postulado de la libertad,
Kant muestra que el hombre pertenece a dos reinos: el fenoménico (o Mundo Sensible),
en donde todo está sometido a la causalidad, y el nouménico (o Mundo Inteligible o
Reino de los Fines) en donde rigen las leyes morales (la esfera de la libertad). Por otra
parte, Kant llama “Sumo o Supremo Bien" a la síntesis de virtud y felicidad, y defiende
que su realización última es la condición de posibilidad de la moralidad: nuestra
conducta moral carecería de sentido si no existiese la posibilidad de realizar la santidad;
en éste mundo no la podemos realizar, luego debe existir otra vida en donde tenga
cumplimiento perfecto el afán moral. Postulado de la inmortalidad del alma: la tesis del
Supremo Bien permite la defensa de la inmortalidad del alma, pues la virtud necesita de
un tiempo infinito para su realización plena. Postulado de la existencia de Dios: en este
mundo no coincide la realización de nuestra felicidad con la realización del bien por
tanto debemos pensar que existe Dios ya que únicamente Él puede hacer que coincidan
las leyes que rigen la realización de la felicidad con las leyes morales. Los postulados de
la razón práctica no se pueden demostrar científicamente, pero tienen una validez
subjetiva ya que sirven para que tenga sentido la experiencia moral, y llevan a lo que
Kant llama fe racional: fe porque de ellos sólo cabe un convencimiento subjetivo, pero
racional porque no vienen dados por urgencias de la revelación sino de la propia razón.

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