CONSIDERACIONES HISTORICAS SOBRE
LA EVOLUCION DE LA GINECOLOGIA
Alejandro Grafia
HISTORIA DE LA GINECOLOGIA
Uno de los mayores problemas para la observacion
cientifica de los genitales femeninos fue siempre la
btisqueda del método para lograr examinar el inte-
ror dela cavidad vaginal. ¥ aunque algunas formas
deloquehoy llamamos espéculo eran conocidas por
losegipciosylos hebreos,y formas desarrclladas del
mismo han sido halladas en Pompeya’’, mas tarde
también fueron usados por Galeno (siglo Il y por el
4rabe Albucasis (1085). Nofue sino hastasu empleo,
mucho més tarde, por distinguidos cirujanos -como
Ambroise Paré en el siglo XVI y Johann Scultetus en
el siglo XVIL-, que empez6 realmente a tomar cierta
importancia su uso. Ya para entonces, la anatomia
delaparato genital femenino habfasidoilustradama-
gistralmente por grandes pioneros disectores y
anatomistas, que lograron con sus estudios un me-
jor entenciimiento de aquello que lograba verse en el
interior de la cavidad vaginal y de la pelvis.
Debemos tener en cuenta, sin embargo, que ladisee-
cion de cadveres no estuvo permitida en la antighie-
dac, tanto por razones religiosas como de higiene
y,en consecuencia, la informacién sobre la estructu-
ra interna de los genitales humanos era muy poco
conocidaen aquellas €pocas, ya veces erréneamen-
teconcebida, debido a quese basabaen estudios de
modelos animales. Soranus de Efeso (siglo I), por
ejemplo, gran cirujano y ginecdlogo de su época, no
consideraba a la anatomia importante, sino “intere-
sante”, para el examinador diario; pero, ain asi util
zaba una forma de espéculo en su prictica””
(lca San Felipe Fx gineclogo Hosta. Guilemo Ameraralrigoen
238. Ginecologia y Obstetricia
Recién la disecci6n en el cuerpo humano cobro
importancia verdadera hacia el siglo XV, con los
dibujos exactos de Leonardo Da Vinci sobre més-
culos, huesos y 6rganos y, sobre todo, con la mo-
numental obra de laminas anat6micas tomadas
directamente del cadaver por Andrea Vesalius, na-
tural de Bruselas, y contenidas en su Fabrica
comporis humani®, Esta extraordinaria obra fue
publicada hacia 1543, en pleno Renacimiento,
‘cuando precisamente se empezaba a car profun-
dos y revolucionarios cambios en los conceptos
hasta entonces tenidos del mundo y la naturale-
za, tales como la afirmacién de que era la tierra la
que giraba alrededor del sol, enunciada por
Copérnicus, en contra de la idea reinante que afir-
maba lo opuesto. La obra ce Vesalius represent
el cambio definitive hacia una anatomia humana
auténtica y rectilieé los errores de los clasicos
textos del pasado.
Fue el Renacimiento un movimiento cultural de
extremada curiosidad intelectual, sobre todo, en
loreferente al estudio mismode la naturalezay de
Jaestructuradel cuerpo humano, y duranteelcual
‘se profundiz6 los estudios de la anatomia, tanto
animal como humana, capacitando entonces aal-
gunos grandes mécicos y estudiosos «lel momer
to para abastecerse de conocimientos propios y
veridicos sobre la conformacién del organismo
humano y de su funcionamiento natural. Es asi,
entonces, como aparecieron grandes figuras que
sentaron los principios para la investigacién cien-
tificaen el estudio delos 6rganosy partes del cuer-
po, desechando antiguos conceptos y creenciasAejandro Grafa 43}
a
‘equivocadas transmitidas por la tradici6n rabe-
romana durante toda la Edad Media, Tal fue el caso
imo del gran médico Theophrastus von
, Mejor conocido como Paracelso. Este
médico, siendo profesor de la Universidad de
Basilea y de ideas totalmente revolucionarias, in-
tent6 un acto de fidelidad a lo que él consideraba
entonces la verdad, y decidié refutar y desacredi-
tarlos antiguos y equivocados dogmas de Galeno
yde Avicenna, que habfan sobrevivido intocables
en la educacion médica durante todo el medioe-
‘vo, quemando ptiblicamente las obras escritas por
éstos en presencia de sus alumnos, en la hoguera
de San Juan de Basilea®**. Esto, por supuesto, le
costé severisimas criticas de parte del plantel de
profesores de aquella universidad, que afectaron
profundamente su reputacién
Mas tarde, yyaenel siglo XVII, el holandés Regner
de Graaf llega a publicar un trataco sobre “Las fun-
clones de los érganos femeninos” (1668), en don-
de describe con precision la estructura de estos
<6rganos, dando una importancia especial ala pre-
sencia de los “oliculos” observados precisamen-
teenlos ovarios, y abriendoasi el camino haciael
estudio de la funcién ovarica y hacia las conside-
raciones sobre el fendmeno de la reproduccion
humana. Es en este siglo, ciertamente, en el cual
se da con veracidad y plenitud un gran fenémeno
de “ilustraci6n” o enriquecimiento cultural y cien-
tifico. Tal vez deba considerarse con justicia que
lainiciacion de este nuevo florecimiento se deba,
en gran parte, a la poderosa figura intelectual de
Francis Bacon, sabio educado en el Trinity College
de Cambridge. Bacon, aunque fundamentalmente
un fil6sofo, resalta con claridad en su *Nuevo
Organén™, el podery el auténtico lugar de lacien-
cia, separéndola al mismo tiempo del empirismo
reinante de entonces, y da paso de esta manera al
verdadero pensamiento cientilico modernizadoy
basado en la experiencia antes que en las creen-
clas infundadas. AunqueBacon estuvo fuertemen-
teinspirado en conceptos aristotélicos, ilustra no,
obstante magnificamente sobre los verdaderos
fundamentos filos6ficos necesarios para el estu-
dio sistematico de lanaturateza. Entonces, el pen-
samiento especulativo y légico toma una forma
esclarecidamente cientifica y empuja necesaria-
mentea la sucesion de los grandes descubrimien-
tos del siglo, Se empieza a buscar, sobre todo, la
demostracién en los planteamientos y descubri-
mientos cientificos, como fue el caso en aquellos
revolucionarios estudios referentes a la fisiologia
circulatoriaque hizo William Harvey, concibiendo
y demostrando el paso de la sangre como un cit
‘cuito cerrado en permanente movimiento, contra
la idea estatica y meramente conceptual del mo-
mento. Debemos reconocer, no obstante, que sus
cconclusiones fueron antecedidas en cierta medi-
da en la centuria precedente por las experiencia
del espanol Miguel Servet, quien fue quemado por
Ja Santa Inquisici6n al consicerarse heréticas sus
comunicaciones cientificas,demostrandolacireu-
lacton pulmonar,
LA GINECOLOGIA EN EL PERU
En el Perd, la anatomia no fue bien conocida en el
periodo prehispénico",ylamejor exposiciéndeella
se encontraba Gnicamente en las representaciones
y expresividad de los ceramios. La diseccién de ca-
‘daveres comienza a ensefarse formalmente recién
con la creaci6n del Anfiteatro Anatomico de San
Andrés, en 1792, obra debida al pujante caracter de
Hipélito Unanue, su primer profesor'*"y siguiéndo-
se para ello diversas obras, sobre todo espafiolas,
pero principalmente la vesaliana de Martin Mart-
nnez, que versaba sobre la completa anatomia del
hombre, y aquella preferida de Unanue, correspon-
diente al danés Jacobo Winslow “Exposicion Anat6-
mica’ La aparicién cel Real Colegio de Medicina y
Cirugiade San Fernando" hacia 1808, formaliza del
todola ensetanza médicayquinirgicay, por supues-
to, anat6mica.
EL MICROSCOPIO, LOS ANATOMISTAS
‘También, fa aparici6n del microscopio en este si-
glo, conlleva a ampliar atin mas el conocimiento
intimode los aparatos femeninoy masculino, des-
cubriéndose entonces el movimiento delos esper-
matozoides bajo las detenidas observaciones de
Anthony Leeuwenhock, quien abre el camino al
entendimientodelsubmundo microscépico, ocul-
to ala observaci6n natural del ojo desnudo.
Ya en las siguientes centurias, y basndose en los.
principios cientificos reinantes, los anatomistas
alemanes -como Eisenmann (1725) y Wilheim
Waldeyer (1870)-trabajan extensamente en laana-
Val 47 NP 4 actubre-diciembre 2001 239g Consideraciones histricas sobre a evolucin de la ginecolgia
toma y la fisiologia de los érganos reproductivos
de la mujer™, llegando a producir laminas con
ilustraciones precisas referentes a los mismos, y
describiendo su relacién topografica y sistematica
ordenadaen un Atlas; inclusive llegan adar algunas
observaciones de importancia fisiologica sobre
importantes elementos, comoel 6vulo, participe fun-
damental en la reproduccién humana, Fallopio, en
Padua, describe el sistema tubérico femenino, al
igual que Cowper y Santorini trabajan también en la
anatomia del area reproductora®.
ELESPECULO
Jean Astruc, profesor de la escuela médica de Pa-
ris, reintroduce ef uso del espéculo vaginal hacia
1761, destacando su importancia para la visuali-
zacién interna y el diagnéstico de las enfermeda-
des femeninas". Pero, a pesar de razones solidas
para hacerlo y de sus esfuerzos, los celos profe-
sionales y los recatos prejuiciados de la época
hacen quesu uso vuelvaa caer temporalmenteen
elolvido.
Es verdaderamente con los trabajos de José
Récamier, quien empieza a usar de mutuo propio
en su practica el espéculo metélico tubular para
la inspecci6n vaginal (1819), cuando se abre
auténticamente el capitulo moderno del diagnos-
tico ginecolégico"*. En principio, este espéculo
de forma cilindrica rigida, slo permitia la vision
limitada de ciertas dreas de la anatomia vaginal,
por loque posteriormentesu extremo externo fue
ampliaco para permitir el mayor paso de la luz, y
més tarde modificado por el propio Récamier en
la forma de dos hemicilindros desplazables, que
permitian una mucho mejor visién interna, Algan
tiempo después, sin embargo, fue el famoso ciru-
jano francés Dupuytren quien introdujo un ‘man-
go” para acilitar la manipulaci6n comodadel apa-
rato.
Més tarde, elnorteamericano Marion Sims, en 845,
introduce por su parte un nuevo disefio moderni-
zado de espéculo en forma de “pico de pato"®,
representando esto un avance de sumaimportan-
cia sobre aquél otro concebido afios antes por
Magenty y Columbat, poseedor ésteiltimodeseis
hojas metélicas instaladas también sobre un co-
ar metélico, pero incémodoy de poca visibilidad
profunda.
240 Ginecologia y Obstetricia
El espéculo de Sims, aunque llamado bivalvo, no
estaba construido para que ambas valvas fueran
introducidas en la vagina simultaneamente. Se in-
troducia tan s6loun extremo, mientras el otro ser-
via de agarradera o manija que permitia una muy
extensa maniobrabilidad y una excelente vision
interna del fondo vaginal. La eficiencia de este
nuevo espéculo se basaba en gran medida en el
efecto dela gravedad, ya que la paciente era colo-
cada en posicion genupectoral, el aire atmosféri-
ose introducfa répidamente al interior de la ca-
vidad vaginal, distendiéndola y permitiendo su
inspecci6n con comodidad y amplitud de visi6n.
‘Sims empez6, no obstante, a buscar la posicion
ideal parala inspecci6n ginecol6gica, una que fue-
raalavez cémoda para el examinador y el pacien-
te, llegando a la conclusién de que la disposicion
del cuerpo del paciente en forma lateral, con la
pierna de arriba mas flexionada que la otra, pro-
ucfa un relajamiento natural del suelo pélvico,
facilitando definitivamente el examen visual'™”.
En los aftos que siguieron, el disenio conceptual
sobre el espéculo, como el de Sims, suirié varias
modificaciones hechas por diversos examinado-
res, Asi, Ségales y Charriere introdujeron nueva-
mente la modalidad de uso de tres o cuatro valvas
y Robert Ferguson, en 1855, invent6 otra vez un
cilindro, aunque esta vezde vidrio, para la inspec
ci6n vaginal interna ampliada. Mas adelante atin,
Cleveland modifies el propio disefiode Sims, agre-
gandole un mango con peso para hacerlo auto
sostenible y facilitar al operador la prdctica de
maniobras quirirgicas dentro de la cavidad vagi-
nal, tales como las referentes al curetaje de la ca-
vidad uterina
Miltiples modificaciones del espéculo continua-
ron haciéndose en las siguientes décadas, y otros
operadores insistieron en introducir cambios y
mejoras individuales, en busca permanente del
aparato ideal. Thomas, por ejemplo, disefé un
espéculo tubular de tipo telescopio, con dos tu-
bos cilindricos que encajaban uno dentro del otro,
con el propésito de alargar o acortar su campo
visual, algo que podria asemejarse a un efecto
zoom de la actualidad.
Otro espéculo que llegé a ser muy popular fue el
creado por Neugebauer en Polonia, consistenteendos valvas separadas y paralelas; ast como tam-
bién el de Nott, este ditimo con un mecanismo de
tres valvas, dos paralla pared anterior vaginal y una
para la posterior, buscando siempre con ello la
maniobrabilidad y a visin mas ampliada y pano-
ramica de la cavidad anatémica.
Enfin, lacreacién de otros modelos siguid clando-
sealo largo del siglo veinte y, en 1938, Erskine pro-
dujo el espéculo “expansor”, para su uso en la ra-
ioterapia, al facilitar el acomodo de los 6vulos
metélicos contenedores de Radio. También
Bowen, buscando mayor comodidad operativa,
agrega una pequefia “taza” metilica para recoger
os productos endometriales resultantes durante
elcuretaje. Y finalmente, ya en 1941, aparece com-
pletamente desarrollado el famoso espéculo de
Graves", de uso actual, de facil introduccién y
maniobrabilidad practica. Con el tiempo, no obs-
tante, surgen nuevos modelos para su adaptacién
alas diferentes formas y amplitudes vaginales. El
propio modelo original de Graves es estilizado por
Pederson para hacerlo més delgado y de fécil in-
troduccién, atin en caso de pacientes virgenes.
Laevolucién del espéculo vaginal a partir de José
Récamier representa uno delos puntos claves para
el desarrollo de la ginecologia diagndstica y ope-
ratoria, Las inspecciones de la cavidad vaginal en
el pasado, anterior al siglo XVI, fueron esporéct
cas y tan s6lo de recurso, y no impulsaron el avan-
ce cientifico, por la falta de conocimiento anat6-
ico y por la carencia de los fundamentales ele-
‘mentos operatorios. Pero, a partir de su uso siste-
‘matico en el siglo XIX, se hizo posible la practica
rtinaria de intervenciones de relativa magnitud,
tales como el curetaje uterino, introducido por el
mismo Récamier®, e inclusive para el abordaje de
lacavidad peritoneal transvaginalmente, como fue
el caso mismo del diseito de la colpotomia poste-
rior para el vaciamiento y drenaje de colecciones
patolégicas, en especial de los abscesos pélvi
cos! cuyo drenaje resultaba al final mucho me-
‘nos mérbido que por el abdomen. La Cronica Mé-
dica de Lima reporta en 1902 tres casos de
celiotomia por via vaginal, realizacios por Tello y
LeGn, entre nosotros, explicandose en el artfeulo
lasimplicidad del procedimiento y el facil aborda-
je de la cavidad peritoneal, en especial en las in-
fecciones pélvicas con coleccién palpable!
‘AejandroGratia
LOS ANESTESICOS
De otro lado, es necesario tener en cuenta, y ya en
pleno siglo XIX, los importantisimos aportes del
dentista norteamericano Morton con el empleo de
los anestésicos gaseosos cle éter,utilizaclos por pri-
mera vez en 1846, en Boston'=**, para una extrac-
ci6n dental sin dolor y bajo narcosis, dan comienzo
ala era anestésica de la cirugia. Electivamente,
William Morton, quien habfa estado algiin tiempo
experimentando con el gas rectificado de éter, a
sugerencia del quimico Jackson, y baséndose en las
experiencias de Wells con el éxido nitroso, que él
mismo habia atestiguado,seaventuréaadministrar-
Jo en uno de sus pacientes con una crisis de dolor
agudo por un absceso dentario, logrando extraer la
muelaafectada sin la més minima reaccién dedolor
y bajo la completa inconciencia del paciente.
Mésadelante, alemplearseelcloroformo comoanes-
tésico por el obstetra Simpson, en Edimburgo',
quien ya habia experimentado primero en su pro-
pla persona y en la de algunos de sus amigos, antes
que en su practica obstétrica, se lega a demostrar
tuna cierta superioridad practica de este gas sobre
el éter, marcéndose asf cefinitivamente un hito ab-
soluto que divide la cirugia en era preanestésica y
laanestésica. A partir del uso clinico de estos gases
se hizo posible “insensibilizar” rutinariamente al
paciente, para proceder con mas seguridad, certe-
za y velocidad en las intervenciones, resultando
también posible aventurarse a abrir cavidades,
como la abdominal yla pélvica,o ala cirugia “abier-
ta” de las extremidades.
A finales del siglo XIX, Corning, un cirujano neo-
yorquino, empezé a inyectar sustancias contenien-
do cocaina dentro del liquido espinal”. Su finali-
dad era mitigar el dolor en algunos tipos de afec-
clones en donde este sintoma resultaba intratable.
La idea fue tomada por Bier (1898), quien fue el
primero en administrar la cocaina por via espinal,
con la inalidad de producir anestesia"™™\, Lacor-
tedad del efecto anestésico y algunas molestias
colaterales, sin embargo, limitaron su uso, pero
suscitaron interés en el método, haciendo quecon
eltiempo se inventara, hacia los aos cuarenta del
siguiente siglo, la llamada anestesia espinal conti-
nua, Para tal propésito, se utilizaba una aguja de
metal blando conectada a un catéter, que permitia
la restitucion del anestésico cada cierto tiempo.
Vol 47 N° 4 octubre-diciembre 2001 241j Consideracions histrieas sobre a evolucién de la ginecolagia
Labiisqueda de mejores sustancias anestésicas se
hizo no obstante imparable, y pronto empez6 el
fisi6logo Luckhardt, de Chicago, a experimentar
con el gas de etileno y, ademas, en 1929 aparecié
el ciclopropano, descubierto por Lucas y
Henderson en la Universidad de Toronto.
Laidea de emplear otras vias de uso més simplifi-
cacloy préctico, habfa conducido lainvestigacién
hacia la sintesis del barbital por Emil Fisher, en
1902, déndose lugar a la aparicion a la familia de
los barbitiricos de uso endovenoso, como el Evital
(1932) y el tiopenial (1934), utilizacos por sus pro-
piedades como anestésicos y, especialmente,
como inductores, previo al uso inmediato de los
anestésicos gasificados, Eventualmente, también,
se fue manejando farmacos utilizados como rela-
jantes musculares, como el curare, Ilevado éste a
Europa por el sabio von Humboldt aos atras des-
delaselvaamaz6nica, eintroducido por Griffith y
Johnson para su uso clinico, en1942°. Conesto, la
anestesiase hacia de mejor calidad, produciéndo-
se el relajamiento muscular de las estructuras de
lapared abdominal y lamas facil exposicién delos
Grganos y cavidades, haciendo posible la explora-
ci6n sin resistencia muscular o “pujos”.
LAANTISEPSIA
Las demostraciones de Lister, en Inglaterra, reco-
nociendo el rol patogénico de las bacterias en las
heridas'®**y de que las soluciones de sublimado
carbélico o las fenicadas tenian efecto antisépti-
co y debian ser empleadas para el lavado de las
manos del cirujano y del cuerpo del paciente en
los actos quirargicos, asi como para la vaporiza-
cién de! medio ambiente de la sala operatoria,
para disminuir la morbilidad infecciosa resultan-
te del aire ambiental, permitieron en forma abso-
Juta dar el paso necesario para abrir el capitulo
real de la cirugia moderna e iniciar al mismo tiem-
pola practica de la ginecologia operatoria actual.
Gran parte de sus principios de antisepsia los co-
‘municé Lister en una publicacién en el Lancet, en
1867: “Sobre un nuevo método para tratar fractu-
ras compuestas, abscesos, etc., con observacio-
nes sobre las condiciones de la supuracién”""Y
aunque, en un principio, hubo cerrada resisten-
cia aaceptar sus sugerencias sobre la antisepsia,
y hasta fue motivo de burlas por parte de otros
242. Ginecologia y Obstetricia
cirujanos, el método dio resultado claro en la dis-
minuci6n de la morbilidad infecciosa operatoria,
acabando al final por imponerse como rutina.
Para el desarrollo de la teorfa listeriana, no obs-
tante, result6 necesario primero que Louis Pas-
teur' 2, quimico francés del siglo XIX, demos-
trara a través de sus sabios experimentos sobre
la“enfermedad del vino y de la cerveza”, que los
microorganismos no podian aparecer de la nada
‘por “generacién espontnea”. Era absolutamen-
tenecesario, concluy6, que éstos se reprodujeran
a partir de otros microorganismos ya presentes
enlazona, Pero, atinasi, su articulo sobre la “Fer-
mentaci6n del 4cido léctico producida por gérme-
nes” (1857), fue recibido con total escepticismo en
el mundo cientifico del siglo y, mas ain, por los
severos miembros de la Academia de Medicina
francesa. Mas tarde, empero, habriadedemostrar
Pasteur la verdad de sus enunciados, al crear una
vacunacontrael Antrax de los carneros. Entonces,
bajo la experiencia misma, vio que sobrevivieron
alaenfermedad Gnicamente aquellos carneros va-
cunados, llegandose a establecer con claridad in-
discutible que la proteccién inmunolégica contra
los gérmenes era real y efectiva, y que, por lo tan-
to, éstos tenian que ser los responsables y trans-
misores de la enfermedad. Y asi, después, Guerin
imagin6 que la causa originaria del pus podria
encontrarse en aquellos fermentos 0 gérmenes
que Pasteur habia descubierto presentes en el
aire", e intenté con cierto éxito la curacién
algodonada.
Mientras tanto, al otro lado del continente, tam-
bién la publicacién norteamericana de Holmes
sobre “La contagiosidad dela fiebre puerperal por
las manos del examinador”, proclamando el lava-
do de manos con cloruro de calcio antes del exa-
men, y la demostracién del joven médico hiinga-
roSemmelweiss!*” en Viena, indicando también
que el cuidadoso lavado de las manos del opera-
dor antes del examen de las pacientes en trabajo
de parto disminufa dramaticamente la incidencia
deesta fiebre, dio adicionalmente el paso necesa-
rio hacia la era de la antisepsia, inspirada funda-
‘mentalmente en los trabajos de Lister, con el dci-
do fénico """, paso absoluto para el desarrollo
moderno de la cirugia obstétrica y ginecolégica,
demostrindose cientificamente que la dramaticaAljandro Graf &
disminuci6n de la morbilidad y mortandad puer-
perales, asf como postoperatoria, obedecia a la
antisepsia ejercida sobre los gérmenes normal-
mente transportados por la mano del operador y
por elaire, generandose entonces medidas claras
y acertadas para el lavado de manos y la limpieza
del instrumental, asi como la vaporizacién del
ambiente con soluciones fenicadas previas a la
asistencia del parto o al acto operativo, aunque
hay que recordar también que Pasteur habia re-
comendado ya el lavado de manos con jab6n, an-
tes de cualquier acto quirargico™”.
En el Pert, la era antiséptica se inicia a fines del st
slo XIX, durante la guerra del Pacifico, y Francisco
Almenara fue reputadamente quién emple6 la tée-
nica listeriana por primera vez para ejercer una
amputacién de pierna'. Después habria de legar el
concepto de laasepsia, con laidea de esterilizacion
deinstrumentos y material quirdrgico, complemen-
taria dela antisepsia,
fundamentalmente por Carvallo'®* y utilizada lue-
go por grandes operadores, como Lino Alarco y
Néstor Corpancho, ilustres maestros de la 6poca.
LA CESAREA
Entre los procedimientos quiriirgicos ginecoobsté-
tricos mas antiguos se halla la operaci6n cesérea, al
parecer practicada entre los hebreos y también por
losromanos bajo la Lex Regia, peroconsistente ésta
icamente en extraer al feto de la madre gestante
fallecida. Mésttarde,yapartir de 1280, lalglesia Cris-
tiana preconiza el consentimiento para esta opera-
cin, también enmadres gestantes muertas acciden-
talmente o durante el proceso del parto, con fines
tan sdlo de cardcter religioso.
El primer relato auténtico, al parecer, dle haberse
realizado la operacién en una gestante viva, proce-
de del siglo XVI, con Francois Rousset en Francia,
‘quien aconsej6 su uso, existiendo también relatos
de que la cesérea pudo haberse llevado a cabo en
otros paises europeos, como en Italia, en la mujer
viva. Con todo, el caso mas demostrado parece ser
elreferente al castrador de puercos Jacob Nulfer, en
Suiza, quién realiz6 la operacion en su propia mujer
con total éxito, aparentemente basdndose en prin-
Cipios veterinarios, y legando incluso esta mujer a
gestar hastacinco veces mas ya alcanzar una avan-
zada edad,
Los relatos posteriores salidos ala luz, como el de
‘Trautmannen Alemania, en 1610, esultan fehacien-
tes, ya que existe una descripcién detallada del
modo en que este médico realizé la cesarea en una
mujer vivaen trabajo de parto prolongado, con bue-
nos resultados", Mas tarde atin, hacia 1827, en Ohio,
Norteamérica,realizala primera operacién cesérea
ocumentada el doctor John Lambert, en una pa-
ciente en estado de trabajo de parto prolongado y
‘sintomas evidentes de eclampsia, reportando este
médico un resultado totalmente satisfactorio del
procedimiento!
Pese alas bondades de las anteriores experiencias,
la operacién cesérea entra en total controversia d=
rante el siglo XIX y os primeros afios del XX, debido
ala alta mortalidad que empez6 a relacionarse ala
misma, Tanto los peligros de la hemorragia como el
gran problema de la infecci6n puerperal, frenan por
muchos afos el entusiasmo de los ciryjanos para la
ejecucién de la cesdirea, aunque llegando después a
admitirse uso de su practica, tan s6lo con la anti-
‘gua idea de salvar al feto, in exiremis, pero sin espe-
ranza dehacerlocon lamadreseveramenteenferma,
Durante las épocas coloniales, en el Pert, la opera-
‘cin cesdrea se practicabaal menos en el siglo XVI,
segiin algunas referencias’, y ain se hacia utilizan-
do para ello un cierto criterio anatémico, pero ex-
cclusivamente para fines religiosos de bautizaral eto,
vivo o muerto, después de fallecida la madre. Cléti-
gos, como Francisco Gonzales y Agustin de Jéuregut,
insistieron en los ines piadosos parael alma del feto
yenel derecho deésteal bautismo. En vistadeesto,
el Virrey dio su aceptacién por intermedio de un
bando parala practicadela operacién parto-cesarea
en las mujeres fallecidas, estando avanzadas en el
embarazo, con la finalidad de poder ofrecer salva-
ci6n bautismal ala criatura extrafda del interior de
sus vientres. No es segura, sin embargo, la version
de que la operacion cesérea haya sido practicada
durantelacoloniaoenlaépocarepublicanaen otras
circunstancias, como en el caso de la mujer viva 0
para salvar al feto de la muerte. Tal referencia vaga
existe, no obstante, en la obstetricia de los tiempos
republicanos, en los registros del antiguo hospital
deSanta Ana, correspondientes a aio 1861, cuando
el médico francés Brandin hizo laasistencia de “un
parto por el ombligo”, aunque hay ausencia de
detalles llegados a nosotros.
Vol 47 N’ 4 octubre-diciembre 2001 243é Consideraciones hist6ricas sobre la evolucién de la ginecologia
Mas bien, ya en 1910, el médlico obstetra peruano
Sosa Artola tiene el mérito de haber sido el pri-
mero en realizar una operacién cesarea con éxito
para el feto y la madre, en el Hospital de
Bellavista”, como un recurso ineludible después
de un largo e infructifero trabajo de parto y de la
frustrada aplicacién del forceps en una
primigravida. La operacién la siguié practicando
elmismo Sosay también lo hicieron otros eminen-
tes obstetras de la época, como Fernéndez Con-
cha y Mostajo, en la Maternidad de Lima. Recor-
demos que en aquellas épocas de principios de
siglo estaba mas bien en boga el uso de los for-
ceps obstétricos, a los cuales se recurria con cier-
tafrecuencia cuando existian problemas en laeta-
paexpulsiva del parto. Estos instrumentos, cono-
cidos en retrospectiva desde el siglo XVII y
reputadamente creados por el cirujano inglés
Peter Chamberlen parasuuso privado, represen-
taban el recurso final del operador obstetra para
laextracci6n del feto vivo, oaveces muerto, cuan-
do el parto parecia demasiado lento o imposible
de terminarse espontaneamente.
Cabemencionar adicionalmente que una de las in-
tervenciones obstétricas deingenio, realizadatam-
bién en el Pert a comienzos de siglo, fue la
pubiotomia, seccién de una de las ramas del hue-
80 piibico o de su cartilago, para facilitar la salida
del feto durante el parto. El doctor Benavente, en
1912, parece haber logrado realizar la primera de
éstas propiamente documentada en nuestro me-
dio’, aunque luego fue dejada de lado a cambio de
lacesarea,
LA HISTERECTOMIA
Curiosamente, existen referencias tan tempranas,
‘como en el siglo XVI, de operaciones supuestamen-
te relacionadas a alguna forma de histerectomia
vaginal. Las referencias estan siempre asociadas a
alguna forma de “prolapso” avanzado 0 a la proba-
ble “inversién” del itero durante el parto oe! alum-
bramiento!* Cirujanos renacentistas, como Carp
yDella Croce, podrian también haber hecho la ope-
racién, aunque con téenicas desconocidas y proba-
blemente de una manera parcial y con resultados
de oscura evaluacién. Existe, empero, una muy an-
tigua referencia sugestiva de una forma de histerec-
tomia porvia vaginal realizadapor Soranus deEfeso
244 Ginecologia y Obstetricia
en el siglo Il’, y puede con ello darse a pensar
que algunas veces esta operacién fue realizada en
el mundo antiguo, aunque no haya precisi6n sobre
el que se haya necesariamente practicado una ver-
dadera histerectomia vaginal, tal como la
conceptualizamos hoy.
Yahacia 1800, Baudelocque, en Francia, reportaha-
ber praeticado cerca de veintitrés histerectomias
totales porla via vaginal"™", aunque siempre insis-
tiendlo de que se trataba de casos de “prolapso” o
desituaciones puerperales con inversiones uter-
nas. Mas claramente, Langenbeck, hacia I813, pa-
rece haber planificacio ya sus pasos para la reali-
zacion de una histerectomfa vaginal total, “sin
penetrar a la cavidad peritoneal” y usando una
diseceién cortante , al final, practicando unasola
ligadura para cerrar el espacio eruento residual.
Fue Sauter, sin embargo, en 1822, quien tiene el
prestigio de haber empleado una técnica més
modernay con fundamentoanatémico, yaqueesta
descrita la referencia de haber identificado apro-
pladamente las estructuras de sostén del titero y
ligado de manera adrede los ligamentos anchos,
en la aplicaci6n de la técnica referida'®. ¥ el pro-
pio Récamier la practicé, al parecer con éxito,
desde 1829, existiendo también a referenciade que
laoperacion de histerectomia vaginal habria sido
hecha en 1726 por Robert Houston en Glasgow,
segin relata Carvallo”
Poco a poco, la operacién vaginal de la histerecto-
fa fue recomendada también para casos de cén-
cer uterino, y ya mas avanzado el siglo XIX fue prac-
ticada varias veces con este fin por cirujanos de la
época, como Werneberg, Esselman y Henning. No
obstante los esfuerzos, la alta mortalidad ligadaa la
misma produjo un sentimiento de escepticismo
haciael procedimiento'™*y éste cayénecesariamen-
te en desuso. A finales del siglo, empero, la opera-
cién renacié con los trabajos inspirados y
sistematizadores de Czerny, Billroth, Mikul
Wells, senalinclose ya entonces principiosanatémi-
‘cos més claros y pasos operatorios mucho mas efi-
cientes y seguros, como son la cuidadosa identifi
cacién y ligadura de las estructuras cervicales de
sostény de los vasos uterinos, asi como el manteni-
imiento de la traccion sobre la pieza, para permitir
lavisualizacién y clampajedelos ligamentosanchos
yovaricos"=* Precisamente, hacial899, Carvallonosaimerosan [aT
relata en la Cronica Médica Peruana que esta ope-
racionestaba “de moda” entre nosotros’. Y también
entre los operadores extranjeros que realizaron la
histerectomia vaginal en el Peri, merece hacerse
‘menci6n del francés Guermarquer, de la Maison de
Santé, operador habil, rapido y depurado, con gran
experiencia clinica y operatoria’.
Ephraim McDowell, de Kentucky, realizé la primera
ovariectomifa, en 1809, en condiciones totalmente
primnitivas y sin nso de ningimn tipo de anestesia. La
patologia descrita empiricamente, result6 ser la de
un quiste enorme o gigante, y se menciona asom-
brosamente la recuperacién perfecta de la pacien-
te, sin ningin tipo de complicacién, pese a las con-
diciones rudimentarias, tanto de la cirugia como de
Ja atmésfera de higiene en la cual se realiz6 el pro-
cedimiento,
En el PerG, el profesor Lino Alarco'®, gran maestro
de la época, tiene la reputacién de haber realizado
Ja primera ovariectomia, en 878, entrando por pri-
mera vez a la cavidad peritoneal’, en el propio do-
micilio dela paciente. Pero, yaantes, amediados de
Ja centuria, Heath, inspirado en esta misma opera-
cién de McDowell, al encontrarse realizando una la-
parotomia con el fin de practicar la ovariectomia,
hallo durante su exploracién tumores fibrosos en el
titero, en ver de la patologia ovarica esperada. Se
decidié instantaneamente a extirpar el Organo en-
fermo, realizando una ligadura total por debajo del
cuerpo uterino y complementéndola con otras me-
nores, para controlar el sangrado en los elementos
de sostén, Con este ejemplo se desperté el énimo
de algunos operadores del momento, como Clay,
Burnham y Kimball, quienes empezaron a aventu-
rarse en la histerectomia por via abdominal. En to-
dos los casos realizaban el procedimiento extirpan-
do el cuerpo uterino por encima del cérvix y em-
pleando ligaduras globales. Pero, personalidades
como Pean y Koeberléempezaronasu vera utilizar
suluras innovadoras de tipo metalico, para dar ma-
yor seguridad y duracién a sus ligaduras durante
estos procedimientos (1861), y propiciaban su colo-
caci6n separando las hojas peritoneales del cérvix
-yaquellas delos ligamentosanchos. Sus resultados,
‘no obstante, acarreaban siempre una enorme mor-
bilidady significativamortandad,enespecial de tipo
infeccioso, Por esta misma raz6n, la histerectomiia
abdominal recibié las eriticas opositoras de la
Academia de Medicina de Paris, disminuyendo no-
tablemente su popularidad'™. Pese a estos fraca-
sos, Porro se aventuré a practicar la operacién st-
pracervical en pacientes gestantes infectadas, en
‘quienes noera posible a extraccién manual del eto,
y teniendo aparentes resultaclos salvacores en al-
guns casos"
Fue, sin embargo, Freund, en 1878, quien se aven-
turd aextirpar un ditero canceroso(?) porla via ab-
dominal. Su disefo técnico de la operacién tuvo
mejor éxito debido a la cuidadosa consideracin
anat6mica que planifie6, Dio especial importancia
ala ligadura hemostatica de los vasos sanguineos
ala peritonealizacién para recubrirlazonacruen-
taresidual,facilitadaestamaniobra por medio del
posicionamiento adecuado y alto de la pelvis so-
bre la mesa operatoria (;Trendelemburg?). Pero,
pese a sus esporddicos éxitos, la histerectomta
segufa siendo una operacién altamente riesgosa,
con supervivencias a veces inferiores al 30%, se-
‘gin Hegar'®, Paso a paso, sin embargo, se fue com-
prendiendo los detalles técnicos de importancia
yel procedimiento fue depurado. Los norteameri
anos, como Reis, Werder y Clark, “tecnificaroi
‘mejor las etapas mismas del procedimiento, inclu
siveaconsejando el uso previode lacateterizacion
vesical y del drenaje operatorio final por la via
vaginal", De esta manera, sistematizada y utilizan-
do elementos innovadores de su propia inspira-
cin, Howard Kelly, en Baltimore, logra disminuir
su mortalidad operatoria a una cifra tan baja que
se aproximaba al 5%, asombroso para la época”®
Asi mismo, Wertheim, discipulo de Schauta, et
propiciador de la histerectomfa vaginal para el
cancer uterino™'** logra aventurarse a dar pasos
t€cricosimportantes paramejorar laoperacion de
la histerectomia total y adn para hacerla “ensan-
chada” o ampliada a los parametrios y a la vagi-
na**% pasoabsolutamente necesario en casos de
tumores malignos del cérvix.
Pero, por muchos aftos, yyaavanzado el siglo XX, la
histerectomia supracervical o subtotal segufa sien-
dolaregla, bajola preconizacién principalmente de
Kelly'"5, La mejor forma de disminuit la morbili-
dad, segiin este investigador, para no abrir la vagi-
na y permitir asi la penetracién de gérmenes a la
cavidad pélvica peritoneal, propiciando la temida
peritonit
Vol 47 N° 4 octubre-diciembre 2001 245CConsderacioneshistricas sobre la evoucin de a ginecologia
LAHISTERECTOMIA EN EL PERU
Néstor Corpancho, Constantino Carvallo y Lino
Alarco fueron los primeros en aventurarse a una
histerectomfa por via abdominal en el Pent, y sien-
dosu ejemplo seguido por otros ilustres practican-
tesdelamaterniad deLima, Explicabaprecisamen-
te Carvallo, hacia 1914, su preferencia por Ia histe-
rectomia supracervical, ‘salvoen casos deinfeccio-
nes odeneoplasias del cuello"**7. El mismo Carva-
Ilo, fundador dela Catedra de Ginecologia'*-en 1898,
en el viejo hospital de mujeres, modifics de su ins-
piracién algunos pasos esenciales de la histerecto-
mia, haciéndolamasrapiday segura’®* yfueélquién
contribuy6 en forma pioneraa la ntroduccién de la
asepsia con el uso de esterilizadores para las salas
de operaciones. También fue Carvallo quién realizé
Japrimerahisterectom{atotal “panhisterectomia’
en 1899'** en el viejo hospital de Santa Ana (1549),
aunque esté referido que la paciente muri6.
Néstor Corpancho, gran operador contemporaneo
de Carvallo y su més destacado rival, practicé va-
rias series de “ovariectomifas e histerectomfas”"**
tanto vaginales como abdlominales, atribuyendo su
éxito (eis muertes sobrettreinta casos) al“diagnos-
tico preciso, técnica operatoria répida, hemostasia
segura, asepsia y antisepsia, impidiendo las infec-
ciones y, finalmente, la anestesia vigilada”. Eran
entonces los momentos en que se acostumbraba a
“exteriorizar” porviaabdominalel pediculoresidual,
por temor a la hemorragia ola infeccin internas,
pero la maniobra contribuia a la supuracion
prolongadisima de la herida,
Rollo, empero, describe el uso de la histerectomfa
total Hamada colpohisterectomfa u operacién de
Wertineim-Blumm”, practicada en 17 pacientes del
hospital de Santa Ana, a partir de 1908, conténdose
el fallecimiento de tan s6lo tres de ellas en esta ca-
sufstica; aunque al parecer el doctor Juvenal
Denegri** peruano alumno de Wertheim, lahabiaya
practicado en Santa Ana el afto 1902. Y, ya después,
nds entrado el siglo, se hace rutinario el tratamien-
to con concepto “ampliado” para los casos de cén-
cer cervical. Pero, segiin Heraud’ todavia no existia
elcriterio necesario para la selecci6n adecuada de
casos con patologia maligna limitada exclusivamen-
teal cuello uterino y, por lo tanto, esto explicaba el
fracaso frecuente de la operacion, practicada inad-
vertidamente en casos mas bien avanzados.
246. Ginecologia y Obstetricia
Noobstante los problemas de morbilidad implica-
dos en la histerectomia, el austriaco Wertheim, el
aleman Blummy elamericano Kelly contribuyeron
extensamente, con sus estudios innovadores, al
mejor disefio de la histerectomia total para el tra-
tamiento del céncer cervical y establecieron defi-
nitivamente los preceptos modernos para la reali-
zacién a salvo del procedimiento, con amplios
margenes de disecci6n,
Con el advenimiento de a técnica coherente y dept
rada y, por sobre todo, con el empleo de la asepsia,
nos relata Bello que, en el Peri hacia 1929, la benig-
nizacién del procedimiento de la histerectomia se
hizo patente, llegandose arealizar inclusive por razo-
nes de profilais y atin en casos de embarazo ect6pico,
LA FISTULA VESICOVAGINAL
Quizas se debaala insistencia de James Marion Sims,
irujano general de Alabama, que gran parte de los
principios del tratamiento delaffistula vesicovaginal,
afeccion deenormeimportanciaenelsigloXIXy parte
del XX, fueran esclarecidos. Esta fistula, que era casi
incurabley tremendamentemortificantey peligrosa,
afectando a mujeres jovenes que habian sufrido par-
tos traumaticos o prolongados, exponia a las enfer-
mas ala imposibilidad de la relacién sexual, a un st
frimiento de irritacién permanente y a la presencia
de un hedor insoportable. El uso de las suturas de
alambre de plata, ideadas por el propio Sims, produ
jounade las primeras curas permanentes de esta fs-
tula (1849), en una mujer de color llamada Anarcha,
después de haberse ensayado el procedimiento 29
veces antes en la misma paciente* por lo que se le
consider6 a este operador pionero en el disenio de
este tratamiento, al demostrar que tal fistula podtia
ser curable bajo ciertos principios quirdrgicos de
precision. Sinembargo, fueronlos conceptosideados
por Doyen! como nos relata Luque en el Per, ha-
ia 1911, los que propiciaron los elementos plasticos
dela cura de la fistula vesicovaginal, al recomendar
la denudaci6n de la mucosa perifistulosa y la imbri-
‘cacién de los tefdos subyacentes, para cubrir el de-
fecto en forma adecuada y hermética,
Resulta de suma importancia considerar en la his-
toria ginecolégica la aparicién de las sulfas, hac
1935, introducidas por Gerhard Domagk para su
uso contra el estreptococo, aunque habian sido
sintetizadas ya en 1908 (Prontosil) y utilizadas ex-tensamente como colorantes. Y, por supuesto,
también el descubrimiento de los efectos bacte-
riostaticos del hongo dela penicilina, por el inglés
A Fleming, en 1928, introducida més tarde, en 1940,
por E. Chain y H. Florey para su uso terapéutico.
Ello puso soluci6n efectiva a enfermedades tan
temidas como la gonorrea y la sfilis, ¢ hizo pos-
ble el mayor desarrollo de la cirugta, reduciendo
sus complicaciones mérbidas de tipo séptico.
PROGRESOS DE LA PATOLOGIA
‘También, los progresos de la patologia, en espe-
cialen Alemania y en Norteamérica, habian empe-
zado aavanzar, y asi, desde que Schwann descu-
briera los micleos en las células animales, se des-
pierta un enorme interés en la patologia celular; y
Virchow” a mediados del siglo XIX, sostiene en-
tonces que la enfermedad raclicaen los trastornos
Celulares, frente a los conceptos de Bichat, para
quien estaba en los tejidos 0 "membranas”, y ante
Morgagni, que consideraba al érgano como el si-
tio de ésta. Los estudios histol6gicos empiezan a
producir frutos con el estudio celular, establecién-
dose, por ejemplo, las diferencias entre los tumo-
res benignos y malignos del ovario™ hasta el mo-
mento confusas, logrando asf Pfannenstiel y Meyer
(1915) producir clasificaciones mas aceptables de
estos tumores. Por su lado, Cullen y von
Recklinghausen describen la condicién de la en-
dometriosis pélvica, y Sampson relatasu frecuen-
cia e importancia con relaci6n a la infertiidad.
Schiller, por su parte, describi6 en 1927 el uso de
la soluci6n de Lugo! para a tinci6n del epitelio del
cuello uterino, quese hacia sospechoso de altera-
cionesneoplisicas al no teiirse de marr6n al con-
tacto con esta solucién. De tal manera que se da
‘un paso visual en direccién al diagndstico patolé-
gico de una lesi6n oculta y se ayuda en determi
nar os limites de la misma clinicamente.
Hinselmann,en Alemania, desde 1925establece los
principios dela visualizacién magnificada del cér-
vix''y, en 1933, diseaun colposcopio con elemen-
toscientificos paraesta visualizacion magnificada
(hasta diez veces) del epitelio del cuello uterino,
desarrollando al mismo tiempo “mapas” para la
observacién reglamentada de la superticie cervi-
cal, para el intento de localizar lesiones neoplési-
cas invisibles al ojo desnudo™. Y George Papani-
‘Ajandro Grate
uv
colaou, en 1941, con simpleza genial, creasu méto-
dodetincién para la observacién microscépicade
Jas células descamadas del cuello uterino y de la
vagina, Este método, que entré en vigencia des-
pués de la segunda guerra mundial, produjo una
verdadera revolucién en Ta ginecologia de enton-
ces, abriendo el campo microse6pico del diagnés-
ticoy ladeteccién anticipada de los cambios celu-
Jares predecesores del cancer, poniendo ademas
su uso en e] Ambito de cualquier examinador que
pudiera tomar una muesiracitolégica de lasuper-
ficie cervical y vaginal. La utilidad de este méto-
do, sin lugar a dudas, tiene indiscutible vigencia
en la actualidad y su valor cobra cada vez mas
importancia en la deteccién de la neoplasia cervi
cal, tanto individual como masivamente.
Digamos también aqui que el descubrimiento de
Jos rayosX porel fisico alemén Wilhelm Roentgen,
en 1895, y el aislamiento del radium por Marie
Sklodowskade Curie, a principios del sigioXX, han
constituido factores decisivos en el diagndstico
ginecolégico actual y en el tratamiento cance-
rolbgico del ramo.
HORMONAS FEMENINAS
Los avances en la fisiologia de los érganos femeni-
nos representaron también algo de gran importan-
ia para el desarrollo del campo elinico ginecol6g
co. Aunque por algin tiempo se supo que os tras-
plantes de ovario en animales castrados les hacia
recuperarsuactividad sexual, es Adler (1912) quien
ensayaeen estos mismos animales castracios el efec-
to de sus extractos acuosos de tejido ovarico, de-
‘mostrando en éstos la recuperaci6n de laactividad
feminizadora. Los experimentos continuaron rept
tiéndose y, asi en 1923, se demuestra también que la
inyeccion de extractos de liquido olicular producia
cambios morfolégicos en la mucosa vaginal de ra-
tones castrados. En consecuencia, en 1935, Frank
descubre la presencia de laestrina y su fluctuacién
mensual en la sangre femenina humana. Aschheim
y Zondeck demuestran luego que esta hormona es
‘exeretada en abundante cantidad en la orina de las
mujeres embarazadas y se logra generar asi un es-
pecial interés hacia los estudios hormonales. Muy
pronto sellegaasintetizarelestilbestrol parastiuso
Clinico, empledndose inicialmente en el tratamien-
to de condiciones como el prurito vulvar (13,24)
2001
Vol 47 N° 4 octubre-diciembr 247FET conseracones ists sobre evoctn da ginecolo
vy
Y, mas importante atin, también se llega a aislar el
‘componente hormonal del cuerpo litteo del ovario.
Wichert, en 1928, utiliza el extracto purificado de
este cuerpoen animales deexperimentacién, logran-
docomo resultado producir cambios gestacionales
enelendometrio y demostrandoentoncessuaccién
fisiolégica en el ciclo menstrual y en el embarazo. Y,
por iltimo, los estrégenos conjugados extraidos de
Ja orina de la yegua prefiada, que aparecieron en
mitad delacenturia, han constituido la base del tra-
tamiento de reemplazo hormonal femenino por me-
dio siglo, compitiendo actualmente con los sintéti-
cos para uso oral y transdérmico y con aquellos
modernos reguladores cle los receptores estro-
sgénicos!”.
Nocabealguna duda, después derevisar brevemen-
te lahistoria de la ginecologia, que fue la mitad del
siglo XIX la que marca definitivamente el paso de ka
evolucién verdadera de la especialidad hacia la era
‘moderna, Pocoa poco, precisamente desde las hon
ras del siglo XIX se va gestando penosamente la
rade latécnica quirdrgica en la ginecologia con los
aportes anat6micos yfsiol6gicos de grandes maes-
tros europeos y norteamericanos™"" que fueron
venciendo enormes obstéculos, que parecian infran-
queables, hecho que fue crucial para el éxito
operatorio hasta bien entradoel sigloXX. Enel Pert,
también, ilustradas figuras se esforzaron por con-
tribuir notablemente a la ginecologia operatoria,
lanzandose en circunstancias elementales y hero
cas a realizar procedimientos de alta complejidad y
riesgo para la época!** enfrentando azares inima-
sginables yluchando contra una altisima morbilidad
y seria mortandad,
Desde los afos cincuenta del siglo XX, sin embargo,
nuestros cirujanosj6venes comienzan amigrar alos
Estadlos Unidos cle Norteamérica buscando nuevos
conocimientosy experienciay,acambiodelantiguo
“perfeccionamiento” europeo, empiezan asometer-
seal sistema de residentado hospitalario formal ya
practicar la especialidad, bajo los rigores de una
disciplina profesional. Aunque se generaron nuevos
e ilustres maestros peruanos de la especialidad en
la segunda mitad del siglo, el aprendizaje comenz6
entoncesahacerse, segiin la concepcién norteame-
ricana, por medio de un sistema estructurado en
residencias hospitalarias de educa
miento programados.
248 Ginecologia y Obstetricia
Hoy pues, operaciones como la histerectomfa, tan-
to por la via vaginal como por la abdominal, se han
convertido en procedimientos “rutinarios” con un
gran margen de seguridad, y ya no representan un
reto estadistico real parael paciente ni para el cir
jano™2, Sus indicaciones
més liberales y seguras. El diagnéstico es enorme-
mente faciitado hoy dia, desde los afios 70, por la
contribucién aplicaca de los principios del ultraso-
nido o ecograffa, suministrando ésta informacion
precisa de imagenes y densidades de tejido a
bajisimo riesgo. Y ademés, el uso de técnicas anes-
tésicas de conduccién, como la peridural, de anes-
tésicos generales ce mejor respuesta isiol6gica, del
oxitémetro para el control de la saturacién sangui-
nea del oxigeno intraoperatoriamente, del empleo
de poderosos antibisticos profilacticos!™" de exce-
lentes suturas de material sintético, delgadas yfuer-
tes, asf como atraumaticas, y téenicas depuradas
operatorias que siguen precisas referencias anaté-
micas y fisiologicas**"™ han hecho de la cirugta gi
necoligica un campo de intervenciones, en sti ma-
yoria, sin grandes temores yal alcance inclusive de
operadores de poca experiencia, con indices de
complicaci6n muy inferiores.afracciones del 1%!"
imbién se han hecho
LAVIDEOENDOSCOPIA
Mis atin, los nuevos abordajes de la cavidad pélvi-
ca por medio de la videoendoscopia'" y justamente
con los trabajos de Stem desde 1983 en el campo de
lapelvis femenina, han reducido significativamente
lamorbilidad de los procedimientos ginecol6gicos
realizadios en forma clasica, amenguando gran par-
tedelos problemas postoperatorios, como el dolor
y la estada hospitalaria, eliminando de tacito las
complicaciones referentes a laherida quirtirgica. La
‘maghificacion y la excelente iluminacién de la cavi-
dad pélvica por este procedimiento, permite tam-
én una mejor diseccién quirdrgica, una mucho
‘mejor visualizacién panoramica de la cavidad peri-
toneal, la identificacion de los ganglios linfaticos
retroperitoneales' y de importantes estructuras a
preservar, comoeluréter yes posiblelagrabacién
videosc6pica para futuras observaciones ycriticas.
Enel Pertila videoendoscopia operatoriase viene
realizando con éxito desde aproximadamente1991,
habiéndose ya generalizado st uso por varios gru-
pos altamente especializados.‘Alejandro Grania 5
Y,es més, en algunos casos de sangrado patolégi-
co, ¢s también ahora posible “sellar” la cavidad
uterina por medio del uso dela endoscopiaendo-
metrial y obviar la intervencién de la histerecto-
mia, en casos seleccionados, mediante la extirpa-
i6n total del endometrio y la oclusién de la cavie
dad intrauterina.
Es posible ahora también, en virtud de los excelen-
tes productos de reemplazo hormonal de que dis-
ponemos en la actualidad, amenguar o hacer des-
parecer todos los sintomas resultantes de la cas-
traci6n quirirgica y dar protecci6n adecuada a 6r-
ganos circulatorios, como el corazén y las arterias,
regularizar las alteraciones de las grasas séricas y
proteger la lesmineralizacién de los huesos meno-
pausicos, ¢ inducir la ovulacién cuando se requie-
ram,
Seguiremos con seguridad buscando mejores tée-
nicas de aproximacion quirdrgica hacia la histerec-
toma y las cirugias pélvicas, que resulten més sim-
ples, seguras y efectivas*** tal como en el pasado
lo hicieron en condiciones muy limitadas los gran-
des operadores de cada época. Tal vez, en algin
futuro no lejano, en virtud a los enormes avances
‘en el manejo hormonal del campo femenino” efec-
tivos en la fertilidad, con la induccién ovulatoria’™®
lainseminacion in vitro ylaendometriosis,asicomo
por los extraordinarios aportes de la moderna qui-
jioterapia para el cdncer genital!’ se propicie la
aparicién de nuevos tratamientos no quirirgicos
que hagan infrecuentes o innecesarias algunas in-
tervenciones en el campo ginecologico del presen-
temilenio.
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