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El texto aborda la dinámica de la colonización española en el Perú durante el período 1530-

1580, destacando varios aspectos clave. En primer lugar, se enfatiza que

El proceso de "descubrimiento y conquista" de América fue una empresa privada, no una


cruzada misional ni una operación militar del Estado español. Los particulares que se
embarcaron en esta empresa lo hicieron en virtud de contratos bilaterales con la Corona
española, que les otorgó concesiones, bienes y privilegios a cambio de asumir los costos y
riesgos.

La resistencia de los encomenderos y otros terratenientes locales frente a las leyes que
buscaban proteger los derechos de los indígenas, como las Leyes Nuevas de 1542 eran parte de
los esfuerzos de la Corona por evitar la formación de una burguesía local independiente que
pudiera desvincularse de la metrópolis.

La abundancia de metales valiosos en América, provocó un aumento significativo en los precios


de las mercancías en Europa.

A pesar de los momentos críticos, como la rebelión encomendera y las ambiciones de algunos
encomenderos de separarse de la Corona, la Corona española siempre actuó para mantener su
control sobre las colonias.

Se señala la creación de una red de control a través de instituciones y funcionarios cuyos


poderes se entremezclaban.

La economía colonial del Perú se caracterizó por su adaptación a las necesidades extranjeras, y
cualquier cambio importante en su estructura productiva fue resultado de cambios ocurridos
en el exterior.

Esto condujo a una inserción marginal del Perú en un sistema de dominación y dependencia
que afectó su desarrollo económico y social.

Renovación en los estudios históricos y sociales: Se menciona que en los estudios recientes de
la historia de los Andes centrales se ha observado un esfuerzo por construir una imagen más
completa y precisa de lo que ocurrió en el siglo XVI en esta región.

Contribuciones de investigadores: Se resalta el papel de varios investigadores, como George


Kubler, Maria Rostworowski, Franklin Pease, John Murra y otros, en iluminar aspectos clave de
la historia andina, incluyendo la ideología nativa, la ecología, la demografía y la estructura
social. .

Diversidad étnica y territorial: Se menciona que el Estado Inca no logró una verdadera unidad
"nacional" en el sentido moderno, sino que estaba formada por diversas etnias y regiones que
mantuvieron cierta autonomía y resistencia a la dominación incaica.

La llegada de los españoles: Se destaca que la victoria de los españoles, liderados por Pizarro,
no se debió solo a su superioridad tecnológica, sino también a su astuta estrategia y alianzas
con grupos locales que buscaban liberarse del dominio incaico.

Colaboración de indígenas: Se señala que los indígenas descontentos colaboraron con los
españoles como aliados eficaces en roles diversos, como intérpretes, soldados y sirvientes.
Insurrección y resistencia: A pesar de la insurrección liderada por Manco Inca, esta no logró
amenazar seriamente el poder español, y la resistencia final se refugió en Vilcabamba durante
cuarenta años, manteniendo una oposición persistente a la aculturación.

Costo demográfico: Se hace hincapié en que la llegada de los españoles y los cambios sociales y
epidemiológicos llevaron a una drástica disminución de la población indígena en la región
andina.

Complejidad de la situación: Se argumenta que la caída demográfica no se debió únicamente a


la guerra y la explotación, sino también a factores complejos, como la introducción de
enfermedades y la desarticulación de la sociedad andina.

El texto describe la ciudad colonial en el Perú, con su estructura política y social, incluyendo
cabildos, gremios, artesanos, esclavos negros, conventos, hospitales, y la importancia de las
plazas de armas.

La colonización de la región se basó en razones geopolíticas y estratégicas militares, como la


ubicación de ciudades como San Miguel, Jauja y Los Reyes.

Se menciona que la economía colonial se basó en la extracción de recursos naturales y el


comercio con los asientos mineros, como la plata de Potosí y el azogue de Huancavelica. Esto
enriqueció a las ciudades ubicadas en las rutas de salida del metal.

Las ciudades coloniales se convirtieron en centros de poder y control sobre la población


campesina. Se beneficiaron de la renta del sector rural y del comercio con los minerales.

Se menciona el período toledano (1569-80), que obligó a las poblaciones rurales a dispersarse
a sedentarizarse en "pueblos" o comunidades de indios, como parte de un proceso de
reducción.

Se hace referencia al "decenio criticista" como un momento de reflexión y reevaluación en la


administración colonial.

A pesar de las críticas y cambios, se argumenta que el virrey Toledo no representó un viraje
significativo en el dominio colonial, sino que continuaron las dinámicas establecidas en las
décadas anteriores.

El texto menciona que la dominación colonial se caracterizó por la segregación racial y la


discriminación hacia los mestizos, mientras que los esclavos negros fueron incorporados sin
resistencia.

Se señala que el mestizaje fue un fenómeno inesperado y no bien aceptado en la sociedad


colonial, mientras que la dualidad social persistió.

A pesar de las condiciones difíciles, se menciona que ciertos aspectos de la cultura indígena
sobrevivieron y se adaptaron a lo largo del tiempo, incluyendo el quechua, la música, la danza,
la literatura oral y las mitologías.

El texto sugiere que hubo una interacción entre la cultura indígena y la española, pero no
necesariamente una aculturación completa.

Se destaca la importancia de revisar el pasado colonial para comprender el presente y las


dinámicas culturales y sociales actuales en el Perú.
La forma de administración de Cuzco se basaba en la imposición del quechua, control
estadístico, etc. Asimismo, se dice que la guerra que había entre Atahualpa y Huáscar
impedía una respuesta nacional frente a los invasores.

La administración en Cuzco, la capital del Imperio Inca, estaba fuertemente centrada en la


imposición del quechua como lengua oficial y en el control estadístico de la población y los
recursos. Sin embargo, durante el período en que Atahualpa y Huáscar estaban en guerra por
el control del imperio, se creó una situación de conflicto interno que debilitó la capacidad de
respuesta unificada del imperio frente a los invasores europeos, especialmente los
conquistadores españoles liderados por Francisco Pizarro.

Hubo una masacre en Cajamarca, donde Pizarro venció a Atahualpa y este es enviado a
prisión; así también, se tomó de esclavos a muchos indios.

En noviembre de 1532, Francisco Pizarro y su pequeño grupo de hombres se encontraron con el


emperador inca Atahualpa. Durante este encuentro, Pizarro tendió una emboscada a
Atahualpa y sus acompañantes, utilizando la superioridad tecnológica de las armas de fuego, la
sorpresa y la astucia. Atahualpa fue capturado en el proceso y, luego, se le mantuvo prisionero.

Pasa página.

La alianza que existía con los nobles de Cuzco, jefes étnicos, entre otros; influyó en el
asentamiento y posesión de los invasores hacia Cuzco.

La alianza que los invasores españoles, liderados por Francisco Pizarro, lograron establecer con
diversos grupos étnicos y líderes nobles en la región de Cuzco fue un factor crucial en el éxito
de la conquista. Esta alianza proporcionó a los españoles apoyo local, información estratégica y,
en algunos casos, incluso fuerzas adicionales para consolidar su dominio sobre el territorio.

En 1536, Inca Manco, agrupa fuerzas nativas, así como que se apliquen las técnicas, tácticas;
aprendidas de los invasores, tales como el uso del caballo y armas.

En 1536, Manco Inca Yupanqui lideró una importante rebelión contra los conquistadores
españoles en el Imperio Inca. Esta revuelta se conoce como el "Sitio de Cuzco" y fue un intento
de recuperar la capital imperial y expulsar a los invasores europeos.

Hubo una caída demográfica bastante notoria. La población andina que en 1525 llegaba a los
15 millones, en 1571 con Toledo, no pasaba del millón y medio.

La caída demográfica significativa en la población andina entre 1525 y 1571 se debió a una
serie de factores devastadores relacionados con la conquista española y la colonización de
América: epidemias, guerras y conflictos, explotación y esclavitud, desnutrición y hambruna

Pasa página.

Se dio un radical reordenamiento poblacional. Buscaba definir relaciones estables entre


vencedores y vencidos. Su instauración nació con la apropiación de tierras, fuerza laboral y
con la fundación de las primeras ciudades.

Se produjo un profundo cambio en la distribución de la población, con el objetivo de establecer


relaciones duraderas entre aquellos que habían triunfado y aquellos que habían sido
derrotados. Este proceso se inició con la adquisición de tierras y mano de obra, junto con el
establecimiento de las primeras urbes.
La resistencia de los encomenderos y otros terratenientes locales frente a las leyes que
buscaban proteger los derechos de los indígenas, como las Leyes Nuevas de 1542 eran parte
de los esfuerzos de la Corona por evitar la formación de una burguesía local independiente
que pudiera desvincularse de la metrópolis.

La Encomienda : La encomienda era un sistema en el que se otorgaban tierras y mano de obra


indígena a los encomenderos, en su mayoría españoles, como recompensa por sus servicios en
la conquista.

Los encomenderos se opusieron fuertemente a las Leyes Nuevas, ya que percibieron que estas
restricciones amenazaban su poder y sus ingresos. Muchos encomenderos argumentaron que
habían arriesgado sus vidas en la conquista y que la encomienda era una recompensa legítima
por sus servicios.

El proceso de "descubrimiento y conquista" de América fue una empresa privada, no una


cruzada misional ni una operación militar del Estado español.

La Corona española otorgó a individuos, otros conquistadores, permisos y concesiones


especiales. A menudo, estos individuos asumieron los costos financieros y los riesgos asociados
con la empresa, a cambio de los cuales se les prometieron derechos sobre las tierras y los
recursos que pudieron descubrir y conquistar en América

La abundancia de metales valiosos en América, provocó un aumento significativo en los


precios de las mercancías en Europa.

Dado el inmenso valor de estos metales preciosos y el impacto económico que tenían en
Europa, la Corona española se dio cuenta de la necesidad de ejercer un mayor control y
autoridad sobre las empresas privadas de conquista en América. Esto implicaba imponer
impuestos, regulaciones y estructuras administrativas para garantizar que la riqueza obtenida
de las colonias beneficiarias en gran medida a la Corona y fortaleciera su poder.

La rebelión encomendera y las ambiciones de algunos encomenderos de separarse de la


Corona, la Corona española siempre actuó para mantener su control sobre las colonias.

La Corona española deseaba mantener un control centralizado sobre sus colonias en América.
Esto se debía a razones económicas y políticas. El envío de recursos y riquezas a España era
fundamental para financiar las ambiciones imperiales de la Corona. Además.

La economía colonial del Perú se caracterizó por su adaptación a las necesidades extranjeras,
y cualquier cambio importante en su estructura productiva fue resultado de cambios
ocurridos en el exterior.

Uno de los pilares económicos de la colonia peruana fue la extracción y exportación de


recursos naturales, en particular metales preciosos como el oro y la plata. Estos minerales eran
altamente demandados en Europa y, en particular, en España. La colonia peruana se convirtió
en una fuente importante de estas materias primas, y la explotación de minas de plata en
lugares como Potosí y Huancavelica tuvo un impacto significativo en la economía peruana.

Aparece en 1561, el movimiento TAKI ONDOY, el cual busca cortar de raíz el avance católico.
Este movimiento coincide con el reinicio de las hostilidades incas hacia los españoles.

El movimiento Taki Ondoy, que apareció en 1561 en la región andina del Perú, representa un
episodio importante en la resistencia indígena contra la imposición del catolicismo y la
dominación española. Su surgimiento coincidió con el reinicio de las hostilidades incas hacia los
españoles.

En 1571, los españoles le declaran la guerra formalmente a los incas debido a los
sentimientos revolucionarios incas en Vilcabamba. Luego de ataque a la ciudad, atrapan al
emperador siendo asesinado el 24 de noviembre de ese año, y es así como termina la
resistencia inca.

Con la muerte de Túpac Amaru y la captura de Vilcabamba, la resistencia inca puso fin a
cualquier esperanza de restauración del Imperio Inca como entidad independiente. La región de
Vilcabamba y sus alrededores quedaron bajo el control absoluto de los españoles, consolidando
así su dominio sobre el territorio del antiguo imperio

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