You are on page 1of 3

El deseo profundo del rey

2ª Samuel 23:13-17

Y tres de los treinta jefes descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David en


la cueva de Adulam; y el campamento de los filisteos estaba en el valle de Refaim.
14. David entonces estaba en el lugar fuerte, y había en Belén una guarnición de
los filisteos.
15. Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de
Belén que está junto a la puerta!
16. Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y
sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la
trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová,
diciendo:
17. Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de
los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres
valientes hicieron esto.
David se había criado en Belén. Es muy posible que en tiempo de la siega y
estuviese recordando las veces calmo su sed en ese pozo tan significativo para
él.
Ahora estaba fuera. Su querida ciudad estaba tomada por los filisteos. Y tenía
sed. Y dijo: “¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a
la puerta!” Y aquellos tres valientes fueron irrumpiendo en la guarnición, y tomaron
agua para su rey.
Y el Señor me trajo a la mente estas tres preguntas:
1. ¿Por qué lo hicieron? —¿Por qué arriesgaron sus vidas para traer agua para el
rey?
Alguno de ellos pudo haber dicho: oh, yo no voy a poner mi vida en peligro por
traerle una copa de agua al rey. Sin embargo, leemos que los tres fueron a sacar
el agua para su rey. Pero ¿por qué lo hicieron? — Porque amaban a su rey. — No
encuentro otra respuesta mejor.
La segunda pregunta es esta:
¿Necesitaron una orden? —No necesitaron ninguna orden para ir a sacar el agua
del pozo de belén.
Algunos de los soldados pudieron haber dicho: Eh, el rey no nos ha dicho que
vayamos, ¿por qué tenemos que ir? Soy un soldado, y obedezco órdenes, pero
esto no es una orden, ¿por qué arriesgarse? Por desgracia hay muchos cristianos
que solo buscan en la Biblia, lo que pueden o no pueden hacer, pero no se
interesan lo más mínimo por lo que deberían hacer. En otras palabras, buscan las
órdenes o las prohibiciones, pero no los deseos del Rey.
Buscan la letra, pero olvidan el espíritu de la letra.
Vemos un ejemplo en Mateo 5.
Mat.5:17-18 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir.
18. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni
una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
19. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy
pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de
los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en
el reino de los cielos.
20. Porque os digo que, si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
21. Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio.
“que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón”.
Esto no era la letra de la Ley, esto era el espíritu de la Ley. Estos tres valientes no
buscaban las órdenes, sino el complacer a su rey.
La tercera pregunta es la siguiente:
3. ¿Cómo supieron del deseo de su rey? —¿Acaso pensamos que David gritó:
“¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la
puerta!?” ¿No sería más bien como un suspiro o un susurro? —¿Cómo pues
supieron del deseo del rey? Muy sencillo: Estaban lo suficientemente cerca del rey
para escuchar sus deseos.
Esta es la mayor lección de esta historia. No podemos saber cuál es el deseo de
nuestro Rey, si no andamos cerca de Él. A cierta distancia estaba la tropa. — (En
este sentido podrían ser los creyentes que esperan órdenes). Si el rey se levanta y
da la orden de marcha, todo el ejército se pone en marcha. Pero los únicos que
supieron de los deseos del rey fueron los que estaban cerca de él.
Lucas 17:18 ¿no hubo quien volviese y diese gloria a Dios, sino este extranjero?
Aquí se destaca la actitud del único leproso que volvió a dar gloria a Dios.
En Lucas 23:47 cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios,
diciendo: verdaderamente este hombre era justo.
el centurión reconoció que Dios estaba presente en lo acontecido cuando Cristo
murió, y dio gloria a Dios.
En Juan 9:24 entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le
dijeron: da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. el
hombre ciego nombró a Jesús como el autor de su sanidad, dando gloria a Él.
Todo lo contrario, ocurrió en los Hechos 12:23 al momento un ángel del señor le
hirió por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiro comido por gusanos.
Herodes. Por no dar gloria a Dios, sufrió una muerte calamitosa.
Romanos 4:20 tampoco dudo, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que
se fortaleció en fe, dando gloria a Dios. Esto destaca que Abraham reconoció a
Dios y porque no dudó sino “se fortaleció en fe, dio gloria a Dios”.
Aunque los tres que trajeron el agua no fueran nombrados, su sacrificio fue
debidamente valorado. ¿Acaso sabemos algo de esto? ¿Sabemos sacrificarnos
¿Deseas saber los deseos de tu REY? —Anda cerca de Él y los oirás. — Medita
un momento en esto.
y, por último, reconoció el alto valor de la consagración de los valientes. El
principio de honrar a Dios se halla en diferentes partes de la Biblia.
para que Dios sea glorificado?

You might also like