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ae TTT T9900 Ob 4445 tema de la presente obra es de capi- tal importancia, pues el hogar, piedra angular de nuestra sociedad, esté siendo minado actualmente por una serie de teorias e ideas que le restan validez, y que por lo mismo tienden a destruir sus bases y estructuras. Por otra parte, el desconocimien- fo més 0 menos generalizado de dichas ba- ses y estructuras facilita enormemente la ta- tea de los destructores del hogar, con el re- sultado de que esta institucién se encuentra ® en franca crisis en este momento, con el si- Guiente’descalabro que se echa de ver en ichos lugares del mundo entre la juventud @ creams que Compartiendo el amor ar td iF 7 2 lena una sentida necesidad de Ia hora ac- COMPARTIENDO EL AMOR Secretos de una familia exitosa ELENA G. DE WHITE Cre, Edmundo Jo H, PASTOR | _ ASOCIACION CASA EDITORA SUDAMERICANA ‘Aw. San Martin 4555, 1602 Florida Buenos Aires, Argentina Prefacio Titulo del original: Happiness Homemade, Southern Publishing Association, Nashville, Tennessee, E.U.A. unca en la historia del mundo se hal necesitado un libro como éste con lal se aed YX urgencia que esta hora lo reclama{ 0 ENA. A Printed in Argentina Nunca hai anhelado tanto los padres y los hijo: fckimasne comcas 1 ne Se t los preocupan. Nunca han estado los hogares Pine in RIS ears rma en in actual Cada uno de nosotros sabe que las condicio- Peres ais ociodnd no sexac ee Es propiedad. © ACES (1980) jo de las condiciones que imperan en los hogare ‘Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723. i de la nacién. Sabemos igualmente que cualquiei eee Sab srs cas Gopacam) cambio que se introduzca en la estructura del ho: | 18BN 950'573-6363 (apa flexible) gar se reflejard en las transformaciones que pau- i - latinamente ira experimentando la sociedad. Paré E 8 ‘White, Elena Ge lograr este fin, en un sentido altamente positiv a eeetuebasae a Por cierto, la Sra. Elena G. de White escribié Sean obra, Compartiendo el amor, que nos compl Spyawerecors ree) mos en poner en manos de nuestros lectores Thu 1. Noms de conduc ean todos los paises de lengua castellana. La Sra. Elena G. de White, autora de unas se- Impreso, mediante el sistema offset, en tallerespropios. senta obras, traducidas en promedio a unos vein- 221097 te idiomas, se ha especializado en los temas refe- gee rentes a la educacién, el hogar y la salud. En esta} ® | 1 3 Qe memco [3 obra da muchos y buenos consejos a Ja historia del mundo. fp... Bala plena conflanza de que Compartiendo el amor cons- tituye una contribucién positiva para la buena marcha de los & hogares de América Latina, y por ende de la sociedad que 'p constituimos los latinoamericanos, ponemos a su disposicién pp esta obra con nuestros mejores augurios de paz y felicidad para padres € hijos. y para todos los componentes de la socie- § dad de la que formamos parte. LOS EDITORES 27. Problemas de la madre .------seo 28. La salud y la apariencia personal de la madre ~~~ La atmosfera del hogar 12 _ LAATMOSFERA DEL HOGAR ‘ra es un lugar que los angeles visitan con agrado, y donde se glorifica a Dios. La influencia de ‘samente custodiado en los afios Ja salvaguardia més segura contr: do, En Ja atmésfera de un hogar amar a sus padres terrenales y a La santidad para con Dios debe c Los padres y los hijos deben educars Dios. Deben poner sus habitos y sus prac ‘con Jos planes de Dios. Las relaciones familiares deben ejercer una influencia santificadora. Los hogares cristianos, establecidos y dirigidos de acuerdo con el plan de Dios, c ren en forma admi- rable a la formacion de un cardct los hijos deben ofrecer juntos un servicio amante al Unico que puede mantener puro y noble el amor humano. Bases para la direccion del hogar Se necesitan hogares atractivos $ unque incumben a los padres responsabili: dades pesadas con dad y los interese: in les incumbe el deber d como sea posible. Esto tie cién de bienes y de dinero. El hogar no debe carecer de alegria. El sentimiento fam! en el corazén de los hijos, para que recuerden el hog de su infancia como Ingar de paz y felicidad muy pr ‘mo al cielo. En tal caso, cuando leguen a la madi procurarén a su vez ser un consuelo y una bendi a: t para sus padres, El hogar debe ser para los nifios el sitio mas agra: dable del mundo, y la presencia de la madre en él deb ser su mayor atractivo. Los nifios son por naturalez sensibles y carifiosos. Es fécil contentarlos 0 hac infelices. Por medio de una disciplina suave, palabi actos amantes, las madres pueden conquistar el z6n de sus hijos. La limpieza, el asco y el orden son indispen: [BASES PARA LA DIRECCION DEL HOGAR -a la administracién apropiada de la familia. Pero cuando In madre considera esas vrtudes como deberes de la maxima importancia en su vida y para consagrarse a ellos descuida el desarrollo fisico, mental y espiritual de sus hijos, comete un triste error. ‘Aunque debemos precavernos contra la ostentacién y los, adornos innecesarios, en ningtin caso debemos ser descui- dados ¢ indiferentes con respecto a la apariencia exterior. Cuando se refiere a nuestra persona y a nuestro hogar debe- mos ser aseados y atractivos. Se debe ensefiar a los jovenes cuan importante es presentar una apariencia irreprochable, que honre a Dios y la verdad. Desagrada.a Dios-ver-en cualquier persona desorden, ne- igencia y falta de esmero, Estas deficiencias son males gra- ves y tienden a privar a la esposa de los afectos del esposo cuando éste aprecia el orden, el tener hijos bien disciplinados y una casa bien gobernada. Una esposa y madre no puede hhacer feliz y agradable su hogar a menos que se deleite en el orden, conserve su dignidad y ejerza un buen gobierno. Por lo tanto, toda mujer deficiente en estas cosas, debe comenzar ‘en seguida a educarse al respecto y cultivar precisamente las cualidades de las cuales mas carezca. Soda 0%) Tareas diarias Todo trabajo que hagamos, ya sea lavar los platos, poner Ja mesa; atender a los enfermos, cocitiar 0 lavar, es impor- tante, Las tareas humildes que se nos presentan deben ser hechas por alguien; y los que las cumplen deben sentir que estén haciendo un trabajo necesario y honorable, y que al ‘cumplir su misién, por humilde que sea, realizan la obra de Dios tan ciertamente como Gabriel cuando era enviado a los profetas. rrr errr ewe T2888 bb) El primer hogar del hombre Preparado por Dios C7 hota edentco de nuestros primeros pa- .. dres fue preparado por Dios mismo. Cuan- bre pudiera desear, dijo: “Hagamos al hombre a nues- tra imagen, conforme a nuestra semejanza”. El Sefior estaba complacido con este ser, el viltimo y el més noble de cuantos habia creado, y se propuso que fuese el habitante perfecto de un mundo perfecto: No queria, sin embargo, que el hombre viviera en sole- dad. Dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le ha- réayuda idénea para él” Dios mismo dio a Adan una compatiera. Le provey6 de una “ayuda idénea para 41", alguien que realmente le correspondia, una persona digna y apropiada para ser su compatiera y que podria ser una sola cosa con él en amor y simpatfa, Eva fue creada de una costilla to- mada del costado de Adan; este hecho significa que ella no debfa dominarle como cabeza, ni tampoco de- bia ser humillada y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que mas bien debia estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él. as) 16 EL PRIMER HOGAR DEL HOMBRE Siendo parte del hombre, hueso de su: carne, era ella su segundo yo: y qui ‘uni6n intima y afectuosa que sustenta y regala”. “Por tanto, asu madre, y se uniré a su mt El primer casamiento cién del matrimonio tiene com: verso. “Honroso sea en todos primeras dédivas de Dios al pios divinos en esta materia, el matrimonio es una cién: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, sat las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza fi- sica, intelectual y moral. ‘Toda necesidad fue suplida ban en derredor de Adan y Eva, obedientes a su palabra. En la perfeccién de su virilidad, Ad4n era la obra més noble del Creador. ‘A Adén fue dada la obra de culdar el jardin, El Creador 2 |. La belleza ‘su estado de inocencia, habria sido dejado sin Pero el que cre6 al hombre sabia qué le convenia ; y tan pronto como lo creé le asigné su trabajo. plir sus deberes diarios, lo hace con un espiritu enternecido y; ‘subyugado por la conversacién con Dios ccrrr PEC PPO RRL Influencia del hogar Una leccién objetiva 1 hogar cuyos miembros son cristianos corteses ejerce una influencia positiva en favor del bien. Otras familias notarén los resi alcanzados por ese hogar, seguirén su ejemplo, y a la vez protegeran de las influencias saténi- cas su propio hogar. Una familia bien ordenada y disciplinada influye mas en favor del cristiano que todos los sermones que se puedan predicar. Una familia asi prueba que los pa- dres han sabido seguir las instrucciones de Dios y que los hijos le servirdn en la iglesia. La influencia de ellos aumenta porque a medida que dan a otros, reciben pa- ra seguir dando. El padre y la madre hallan en sus hi- Jos a auxiliadores que comunican a otros la instruc- ci6n recibida en el hogar. El vecindario en el cual viven. recibe ayuda, porque se enriquece para esta vida y-pa: ra la eternidad. Toda la familia se.dedica a servir-al ‘Maestro y por su ejemplo piadoso, otros son inducidos a ser fieles a Dios al tratar con su grey, su hermosa wey. as) y Kanon Los que hayan redo la har debe mA Promesas solemnes EI propésito de Dios para el esposo y la esposa ¢ fas que fu lo alentase y bendijese, mientras que 41, a su vez, fuese su fuerte auxiliador. Todos los que contraen relaciones matrimoniales con un propésito santo —el esposo para obtener los afectos puros del corazén de una mujer, y ella para siavizar, mejorar y completar el carécter de su esposo— cumplen el propésito de Dios para con ellos. Cristo no vino para destruir esa institucién, sino para devolverle su santidad y elevaci6n originales. Vino para restaurar la imagen moral de Dios en el hombre, y comenzé su obra aprobando la relacién matrimonial. El amor divino que emana de Cristo no destruye el amor humano, sino que lo incluye; lo refina y purifica; Jo eleva y lo ennoblece. El amor humano no puede lle- var su precioso fruto antes de estar unido con la natu- raleza divina y enderezado hacia el cielo. Jestis quiere ver matrimonios y hogares felices. Como todos los otros buenos dones See os Ia custodia de la humanidad, e! casamient bueno?, gqué es malo? y stm pues Seana oe 4 blanco de mi existencia? Una sociedad feliz y bien constituida Una experiencia para toda Ia vida ‘ara comprender lo que es en verdad el ma- Pirimonio, se requiere toda una vida. Los que se casan ingresan en una escuela en la cual no acabarén nunca sus estudios. Por mucho cuidado y prudencia con que se haya contrafdo 1 matrimonio, pocas son las parejas que lle gan a la perfecta unidad en el momento de realizarse la ceremonia nupcial. La unién verdadera de ambos cén- yuges es obra de los afios subsiguientes. ‘Cuando la pareja recién casada afronta la vida con sus cargas de perplejidades y culdados, desaparece el aspecto romAntico con que la imaginacién suele tan a menudo revestir el matrimonio. Marido y mujer apren- den entonces a conocerse como no podrian hacerlo an- tes de unirse. Este es el periodo més critico de su expe- rencia. La felicidad y utilidad de toda su vida ulterior dependen de que asuman en ese momento una actitud correcta. Muchas veces cada uno descubre en el otro flaquezas y defectos que no sospechaba; pero los cora- zones unidos por el amor notarén también cualidades desconocidas hasta entonces. Procuren todos descu- en ‘rir las virtudes més bien que los defectos. Muchas veces, muestra propia actitud y la atmésfera que nos rodea determi. nan lo que se nos revelaré en otra persona. El amor debe crecer El afecto podra ser tan claro como el cristal, arrobador en su pureza y, sin embargo, podria ser superficial por no haber sido probado. Den a Cristo, en todas las cosas, el lugar primero, el ultimo y el mejor. Contémplenlo constantemente, y el amor por él, en la medida en que sea probado, se hard cada dia més profundo y més fuerte. ¥ a medida que crezca ese amor por Cristo, el amor que sientan entre ustedes au- mentaré también en fuerza y profundidad. Aunque se susciten dificultades, congojas y desalientos, no abriguen jamés, ni el marido ni la mujer, el pensamiento de que su unién es un error o una decepcién. Resuéivase ca- da uno a ser para el otro cuanto le sea posible. Sigan tenien- do uno con otro las atenciones que tentan al principio. Alén- tense mutuamente en las luchas de la vida. Procure cada ‘uno favorecer la felicidad del otro. Haya entre ustedes amor mutuo y sopértense uno a otro. Entonces el casamiento, en ‘vez de ser la terminacién del amor, seré mas bien su verdade- Fo comienzo. El calor de la verdadera amistad, el amor que une un coraz6n al otro, es sabor anticipado de los goces del cielo, Consejos a una pareja de fuerte temperamento | __ Ninguno de los dos debe tratar de dominar. El Seftor ha _ Presentado los principios que deben guiarnos. El esposo debe ‘amar a su esposa como Cristo amé a la iglesia. La mujer debe Tespetar y amar al marido. Ambos deben cultivar un espiritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni causarse pena el uno al otro. No trate uno de obligar al otro a hacer lo que desea. No ueden obrar asi y conservar ese amor reciproco. Las mani- festaciones de la propia voluntad destruyen la paz y la felici- | dad de la familia. No dejen penetrar el desacuerdo en la vida lad, y permanecen en tal retrai Este espiritu paraliza las cot de simpatia. Al ser reprimidos, los impulsos de sociabilidad y generosidad se marchitan y el coraz6n se vuelve desolado y frio. Debemos guardarnos de este error. El amor no puede durar mucho si no se le da expresién. No permitan que el co- raz6n de quienes los acompaiien se agoste por falta de bon- dad y simpatia de parte de ustedes. Ame cada uno al otro antes de exigir que el otro lo ame. Cultive lo mas noble que haya en sf y esté pronto a reconocer las buenas cualidades del otro, El saberse apreciado es un admirable estimulo y motivo de satisfaccién. La simpatia y el respeto alientan el esfuerzo por alcanzar la excelencid, y el amor aumenta al estimular la persecucién de fines cada vez més nobles. Caracteristicas de una esposa y madre sociable En vez de sumirse en una simple rutina de tareas do- mésticas, encuentre la esposa y madre de familia tiempo para leer, para mantenerse bien informada, para ser compafiera de su marido y para seguir de cerca el desarrollo de la inteli- gencia de sus hijos. Aproveche sabiamente las oportunida- des presentes para influir en sus amados de modo que los encamine hacia la vida superior. Haga del querido Salvador su compafiero diario y su amigo intimo. Dedique algo de tiempo al estudio de la Palabra de Dios, a pasear con sus hi- Jos por el campo y a aprender de Dios por la contemplacion de sus hermosas obras. Consérvese alegre y animada. En vez de consagrar todo momento a tnterminables costuras, haga de la velada familiar una ocasién de grata sociabilidad, una reunién de familia — oes PPSMPOPSSSSVUGSVUUTVEO SES tte. chas nifias evitarian las tnfluencta del hogar legai Jo lo que Dios se propuso que fuera, e: Para toda la vida. Recompensa de Ia tolerancia y el amor Sin tolerancia y amor mutuos ningéin pod: Puede mantenerla a usted ni a su marido unidad eristiana. El compafierismo de matri ‘no deblera ser estrecho, tierno, santo infu Poder espiritual a su vida, para que puedan ser el uno para el otro todo lo que la Palabra de Dios requiere. Cuando lleguen @ la condicién que Dios quiere'verles alcanzar, hallarén el clelo aqut y a Dios en sus vidas. ‘eualquier prueba, por dura que sea. El coraz6n quedar4 unt- do al coraz6n con los éureos lazos de un amor perdurable, Obligaciones mutuas Responsabilidades individuales tis y llegar a compenetrarse cada vez mas de su Espi- itu? ‘A menudo se pregunta: “Debe una esposa no te- ner voluntad propia?” La Biblia dice claramente que e! on dard con e Juntos por legar a las para los que le aman. ~~ wey oo éDonde se establecera el nuevo hogar? Eleccién del lugar —— La familia en la ciudad Peligros de la vida urbana s placeres, la flebre de la prodigalidad, so: a la mayoria de las pers el verdadero fin de la vida. Abren la Referente a la salud El ambiente fisico de las ciudades es muchas ve- ces un peligro para la salud. La exposicién constante al contagio, al aire viciado, al agua impura, al alimento adulterado, a las viviendas oscuras, malsanas y atesta- das de seres humanos, son algunos de los muchos males con que tropieza a cada paso. No era el propésito de Dios que los hombres vivie~ Tan hacinados en las cludades, confinados promiscua- (39)

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