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Ii Unidad Politicas Publicas
Ii Unidad Politicas Publicas
POLÍTICAS PÚBLICAS
II UNIDAD
PROFESOR:
El art. 332 indica que los órganos de seguridad ciudadana (una de cuyas funciones es
mantener y restablecer dicho orden interno) son de carácter civil, y que dicha función
es competencia concurrente entre el gobierno central y los gobiernos estadales y
municipales. Sin embargo, el énfasis en el orden público como responsabilidad militar
ha creado una tensión de rango constitucional, que anteriormente no existía, entre
cuerpos militares y civiles y entre cuerpos centralizados y descentralizados de policía.
Es por ello en el año 2001, dentro del marco de una ley habilitante de la Asamblea
Nacional, fue dictado el Decreto Presidencial con Fuerza de Ley de Coordinación de
Seguridad Ciudadana, cuyo propósito fundamental fue el de establecer mecanismos
de enlace y coordinación entre diversos cuerpos policiales; por algunos casos
emblemáticos ocurridos años atrás, en materia de captura de rehenes, donde habían
concluido con muertes de civiles y funcionarios debido a la competitividad y rivalidad,
en el sitio del suceso, de diversos cuerpos policiales y de igual manera ante los
desastres naturales para garantizar el derecho a la protección de las personas frente a
cualquier situación de amenaza, vulnerabilidad o riesgo sea la fuente de la misma
natural o antrópica.. De este modo, los arts. 8 y 9 del decreto establecieron los
principios de la prevalencia de intervención para el cuerpo policial que tuviere mayor
capacidad de respuesta y recursos para enfrentar las diferentes situaciones.
Si bien es cierto, la CRBV (ob. cit.) en su artículo 332 establece como funciones
comunes para los OSC, “mantener y restablecer el orden público, proteger a los
ciudadanos y ciudadanas, hogares y familias, apoyar las decisiones de las autoridades
competentes y asegurar el pacífico disfrute de las garantías y derechos
constitucionales” constituyendo de especial interés la actuación frente a eventos
adversos de origen natural donde priva el desarrollo de acciones de búsqueda y
salvamento, por sobre la aplicación del uso progresivo y diferenciado de la fuerza para
restablecer el orden público, salvaguardar la vida y proveer los suficientes elementos
de juicio que faciliten a la autoridad la toma de decisiones orientadas mediante la
coordinación, que no solo prevé a los OSC por sí mismos, sino, a las autoridades
competentes y demás entes que coadyuven a la generación de esfuerzos.
Toda vez, que el Decreto con Fuerza de Ley de Coordinación de Seguridad Ciudadana
(2001) observa la categoría coordinación desde un enfoque que prioriza a la
delincuencia organizada prevista como una amenaza antrópica, cuyos actos han
generado todo un entramado que pone en vilo la vida de las personas e integridad de
sus bienes, lo cual, constituye un contrapeso que ejerce prioridad a esta amenaza
antrópica desde su prevención y el estudio de los factores que envuelve cada especie
de delito.
Por cuanto las normas que establece el decreto ley se orientan para la satisfacción de
la necesidad de coordinación a través de la asunción de reglas de actuación por parte
de cada integrante de los OSC según su naturaleza y la convergencia de funciones en
aras de la cooperación recíproca, que no encuentra una metodología precisa para su
aplicación.
Para que los ciudadanos puedan participar ampliamente en la vida social y política de
un país, es fundamental tener un sistema político democrático. Dahl (1971) plantea
que la democracia es aquel sistema político que es caracterizado primordialmente por
su incesante aptitud de satisfacer las preferencias de sus ciudadanos, sin distinciones
políticas. Para que esto ocurra es necesario que los ciudadanos tengan igualdad de
oportunidades para: 1) formular sus preferencias, 2) manifestar públicamente esas
preferencias ante el gobierno o los ciudadanos, 3) recibir igualdad de trato por parte
del gobierno, sin discriminación por sus preferencias. La participación es la toma de
decisiones que durante la formulación, ejecución y evaluación de la política pública
realizan los ciudadanos sobre los ámbitos de lo público, privado y socio-comunitario, el
involucramiento de los sujetos clave tienen el propósito de vigilar y darle seguimiento
a las decisiones consideradas en las agendas o en el sistema de planificación, en este
sentido la necesidad de crear impacto sobre los resultados.
Según Cunill (1991: 23, la participación, ha sido definida como “…la intervención de la
sociedad civil en la esfera de lo público”. En donde la participación y especialmente la
ciudadanía son sujetos clave y grupos sociales en las diferentes etapas en las que se
resuelven asuntos de interés público y políticas públicas, es decir, en la consulta,
discusiones, evaluaciones, propuestas, y en todo tipo de actividades en las cuales
interrelaciona el Estado y los ciudadanos para el progreso de la comunidad.
García (2007), afirma que hablar de la participación, es referir cuando las personas: a)
asisten a reuniones en su comunidad; b) manifestaciones en la calle; c) cuando de
manera pacífica se niega pública y notoriamente a comprar, hacer o decir algo que la
mayoría considera correcto; d) votaciones en proceso electoral; e) ejecución de
determinadas tareas; y f) liderazgo en reuniones, la participación bajo está
conceptualización toma un carácter general y puede ser ejecutada en la propia gestión
realizada por las comunidades organizadas, esto posibilita la creación de nuevos
espacios de relación de los ciudadanos, gobiernos, y sus propias gestiones lo cual
facilitará procesos de rendición de cuenta, evaluaciones, transparencia y contraloría
social en la gestión pública, privada y social comunitaria.
En nuestro Pais, el marco legal del proceso de una democracia representativa a una
participativa se posibilitó a través de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999. El hecho esencial lo constituyó la adopción del paradigma
participativo como elemento integrador en la formulación, ejecución y control de las
políticas públicas. Transformando en este proceso la relación entre Estado y sociedad
(República Bolivariana de Venezuela, artículos 2, 3, 4 y 5, 1999). Esta constitución va a
definir al gobierno como democrático, participativo y responsable (República
Bolivariana de Venezuela, artículo 6, 1999), que es de los principios sustentadores de
la Administración Pública, la participación y la responsabilidad (artículo 141, 1999),
también da importancia al ciudadano (artículo 39, 1999), lo que conduce a ciertos
derechos, por su conexión con la contraloría social, de los cuales se pueden mencionar:
el derecho de petición (artículo 51, 1999), el derecho de asociación (artículo 52, 1999),
el derecho-deber de participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del
país (artículo 141, 1999), el derecho a la información oportuna y veraz y al acceso a
archivos y registros (artículo 143, 1999), la participación de los ciudadanos y
comunidades en el control de obras, programas sociales y servicios (artículo 6,
numerales 2 y 6, 1999).
Como proceso que ejercen los ciudadanos sobre el Estado, son las dinámicas sociales
promovidas que se han profundizado procesos necesarios para la democracia como lo
son la responsabilidad, rendición de cuentas, transparencia, gobierno electrónico,
participación ciudadana y como parte de ésta la contraloría social.
Y a su vez la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC), que asienta el derecho
ciudadano a controlar y fiscalizar, no sólo la ejecución de obras por parte de los
diferentes ámbitos de gobierno, sino a ejercerla de igual manera en la ejecución de
obras u acciones por parte del propio consejo comunal, es decir, el derecho como
ciudadanos de controlarse así mismo, lo que de hecho amplia la noción de contraloría
social, al definirla entonces como la potestad que tiene el ciudadano de intervenir en la
gestión pública, social y la privada, mediante los mecanismos que crea necesarios, a
esto se llamará Contraloría Social. De acuerdo con el artículo 19, de la LOCC, son cinco
instancias administrativas que definen la organización y estructura de los consejos
comunales, a saber: a) asamblea de ciudadanos y ciudadanas, b) colectivo de
coordinación comunitaria, d) unidad ejecutiva, e) unidad administrativa y financiera
comunitaria, y f) unidad de contraloría social (Asamblea Nacional:1999). El órgano de
toma de decisiones es la asamblea de ciudadanos. Su órgano ejecutivo está integrado
por un vocero o una vocera de cada comité de trabajo de la comunidad, cinco
miembros de la unidad administrativa y financiera y cinco de la unidad de contraloría
social.
Los voceros y las voceras forman el órgano ejecutivo que se encarga de la planificación
y articulación de la participación organizada de la comunidad. La unidad financiera es
el administrador y ejecutor de los recursos del Banco Comunal, y es el medio a través
de la cual la comunidad puede otorgar créditos en condiciones favorables a la misma
comunidad, según las prioridades decididas por los mismos, siendo la contraloría social
la encargada de revisar y fiscalizar el manejo de los ingresos, detectar desviaciones y
sugerir y sistematizar correcciones.
CONCLUSIONES
Los consejos comunales son instancias comunitarias que manejan recursos financieros
por los proyectos comunitarios aprobados y sus miembros tienen responsabilidades
penales y administrativas a raíz de la construcción del poder ciudadano y tienen su
unidad de contraloría social conformados y realizan sus actividades de vigilancia y
control, sin embargo la información que obtienen siempre es manejada según el
criterio político del momento, y no tiene potencial para contribuir al proceso de
profundización democrática y la legitimación como comunidades organizadas para
llevar a causar impactos con los resultados obtenidos.
También Uno de los problemas que afrontan las instituciones encargadas de proveer
servicios de seguridad y justicia es la baja confianza ciudadana y el deterioro de su
legitimidad. Actualmente, la confianza ciudadana es baja porque las instituciones no
son percibidas como fuente de servicios efectivos a la ciudadanía.
Para lograr una reducción en los niveles de inseguridad y la consolidación del Estado
de Derecho, se deben mejorar los niveles de legitimidad y confianza de las
instituciones de seguridad y justicia mediante el fortalecimiento de sus procesos,
recursos humanos y capacidad de atención ciudadana. El objetivo final es construir
instituciones efectivas y eficientes, que provean servicios adecuados de seguridad y
justicia (prevención, control, investigación, judicialización, condena y rehabilitación).
Para ello es necesario, entre otras opciones:
REFERENCIAS