You are on page 1of 5

FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARÍA REINA

XPOSICIÓN

DE RODILLAS

El sacerdote revestido expone el Santísimo Sacramento como de costumbre. Después


del canto del Pange lingua y la incensación.

ONICIÓN INICIAL

“Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen
entrada a la Gloria del Señor” Tobías 12, 15 Se celebra hoy la memoria de San
Rafael Arcángel. Los ángeles contemplan cara a cara incesantemente a Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo, lo glorifican, lo adoran, lo sirven y son enviados por Dios
a nosotros los hombres como mensajeros de su salvación. Esta noche queremos unirnos
a los ángeles para adorar a nuestro Señor Jesucristo presente en la Eucaristía.
Aunque no lo ven nuestros ojos, alrededor de cada sagrario hay miles de ángeles en
adoración, cantando incesantemente: Santo, Santo, Santo es el Señor. Acompañados de
toda la corte celestial, nos postramos ante nuestro Dios y cantamos aquella oración
que el Ángel enseñó a los pastorcitos de Fátima:
MI DIOS, YO CREO, ADORO, ESPERO Y OS AMO. OS PIDO PERDÓN POR LOS QUE NO CREEN, NO
ADORAN, NO ESPERAN Y NO OS AMAN.
A

LBANZAS A CRISTO, REY Y SEÑOR DE LOS ÁNGELES

Señor nuestro Jesucristo, Tú eres el rey y señor de todos los ángeles: en ti fueron
creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las
invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue
creado por ti y para ti. Unidos a sus alabanzas, nosotros te cantamos:

Santo es el nombre del Señor, lo engrandece mi alma

Señor nuestro Jesucristo, de pie ante el trono de tu gloria están tus ángeles,
iluminados siempre por tu luz. Ellos te alaban sin cesar sirviendo a tu santa
voluntad y siendo mensajeros tuyos para nuestras salvación. Unidos a sus alabanzas,
nosotros te cantamos: Señor nuestro Jesucristo, que a lo largo de la historia de la
salvación enviaste a tus santos ángeles como guías de tu pueblo, mensajeros de tus
designios, colaboradores de tus obras. Unidos a sus alabanzas, nosotros te
cantamos: Señor nuestro Jesucristo, los ángeles te adoraron en tu encarnación y en
tu nacimiento no cesaban de dar gloria anunciando a los hombres el nacimiento del
Mesías –el Salvador-. Unidos a sus alabanzas, nosotros te cantamos: Señor nuestro
Jesucristo, que mediante tus ángeles fuiste custodiado en tu infancia ante el temor
de San José y la crueldad de Herodes. Unidos a sus alabanzas, nosotros te cantamos:
Señor nuestro Jesucristo, a quien los ángeles servían día y noche durante los
cuarenta días de tu estancia en el desierto y te reconfortan en tu agonía en el
Huerto de los olivos, cuando podrías ser salvado por ellos de la mano de tus
enemigos. Unidos a sus alabanzas, nosotros te cantamos: Señor nuestro Jesucristo,
tu resurrección fue anunciada por tus santos ángeles a las mujeres y con ellos
vendrás en tu retorno glorioso para juzgar a vivos y muertos. Unidos a sus
alabanzas, nosotros te cantamos:
BREVE SILENCIO
SENTADOS

ectura del libro de Tobías

12, 6-21

Entonces Rafael llevó aparte a los dos y les dijo: «Bendecid a Dios y proclamad
ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para bendecir y cantar su
Nombre. Manifestad a todos los hombres las acciones de Dios, dignas de honra, y no
seáis remisos en confesarle. Bueno es mantener oculto el secreto del rey y también
es bueno proclamar y publicar las obras gloriosas de Dios. Practicad el bien y no
tropezaréis con el mal. «Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con
justicia que la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna que atesorar oro. La
limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los limosneros tendrán larga
vida. Los pecadores e inicuos son enemigos de su propia vida. «Os voy a decir toda
la verdad, sin ocultaros nada. Ya os he manifestado que es bueno mantener oculto el
secreto del rey y que también es bueno publicar las obras gloriosas de Dios. Cuando
tú y Sara hacíais oración, era yo el que presentaba y leía ante la Gloria del Señor
el memorial de vuestras peticiones. Y lo mismo hacía cuando enterrabas a los
muertos. Cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida, para
esconder un cadáver, era yo enviado para someterte a prueba. También ahora me ha
enviado Dios para curarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de los siete
ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor.» Se
turbaron ambos y cayeron sobre sus rostros, llenos de terror. Él les dijo: «No
temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios por siempre. Si he estado con
vosotros no ha sido por pura benevolencia mía hacia vosotros, sino por voluntad de
Dios. A él debéis bendecir por todos los días, a él debéis cantar. Os ha parecido
que yo comía, pero sólo era apariencia. Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y
confesad a Dios. Mirad, yo subo al que me ha enviado. Poned por escrito todo cuanto
os ha sucedido.» Y se elevó. Ellos se levantaron pero ya no lo vieron más. Alabaron
a Dios y entonaron himnos, dándole gracias por aquella gran maravilla, pues se les
había aparecido un ángel de Dios. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.
P

UNTOS PARA LA MEDITACIÓN. S.S. Benedicto XVI, 29 de septiembre de 2007

¿Qué es un ángel? La sagrada Escritura y la tradición de la Iglesia nos hacen


descubrir dos aspectos. Por una parte, el ángel es una criatura que está en la
presencia de Dios, orientada con todo su ser hacia Dios. Los tres nombres de los
Arcángeles acaban con la palabra "El", que significa "Dios". Dios está inscrito en
sus nombres, en su naturaleza. Su verdadera naturaleza es estar en él y para él.
Antifona

Delante de los ángeles, tañere para ti, Señor.

Precisamente así se explica también el segundo aspecto que caracteriza a los


ángeles: son mensajeros de Dios. (…) Los ángeles hablan al hombre de lo que
constituye su verdadero ser, de lo que en su vida con mucha frecuencia está
encubierto y sepultado. Lo invitan a volver a entrar en sí mismo, tocándolo de
parte de Dios. En este sentido, también nosotros, los seres humanos, deberíamos
convertirnos continuamente en ángeles los unos para los otros, ángeles que nos
apartan de los caminos equivocados y nos orientan siempre de nuevo hacia Dios.
Antifona

Día y noche, van tus ángeles, Señor, conmigo.

San Rafael se nos presenta, sobre todo en el libro de Tobías, como el ángel a quien
está encomendada la misión de curar. Cuando Jesús envía a sus discípulos en misión,
además de la tarea de anunciar el Evangelio, les encomienda siempre también la de
curar. (…) Este hombre herido, necesitado de curación, somos todos nosotros.
Antifona

Sáname, Señor.

El libro de Tobías refiere dos tareas emblemáticas de curación que realiza el


Arcángel Rafael. Cura la comunión perturbada entre el hombre y la mujer. Cura su
amor. Expulsa los demonios que, siempre de nuevo, desgarran y destruyen su amor.
Purifica el clima entre los dos y les da la capacidad de acogerse mutuamente para
siempre. En segundo lugar, el libro de Tobías habla de la curación de la ceguera.
Todos sabemos que hoy nos amenaza seriamente la ceguera con respecto a Dios. Hoy es
muy grande el peligro de que, ante todo lo que sabemos sobre las cosas materiales y
lo que con ellas podemos hacer, nos hagamos ciegos con respecto a la luz de Dios.
Curar esta ceguera mediante el mensaje de la fe y el testimonio del amor es el
servicio de Rafael.
Antifona

El Señor es mi luz y mi salvación.

ENDCIÓN Y RESERVA

You might also like