Professional Documents
Culture Documents
Solution Manual For Managerial Accounting 6th Edition Wild Shaw Chiappetta 9781259726972
Solution Manual For Managerial Accounting 6th Edition Wild Shaw Chiappetta 9781259726972
Chapter 2
Job Order Costing and Analysis
QUESTIONS
1. Factory overhead is not identified with specific units (jobs) or batches (job lots).
Therefore, to assign costs, estimates of the relation between factory overhead cost and
job or job lot are necessary. Since managers need timely cost information, we need
to estimate a predetermined overhead rate to use in applying estimated overhead
to jobs. This estimated amount also helps job order companies determine prices on a
timely basis.
2. Several other factors (allocation bases) are possible and reasonable. These common
factors often include direct materials or machine hours.
3. The job order cost sheet captures information on cost and quantity of direct material
and direct labor, and on the amount of factory overhead applied to the respective job
or job lot. Management and employees use this information to monitor costs during
production and to estimate total cost of production.
Manufactured as a job: 3, 4, 6
1. A 3. B 5. E
2. D 4. C
Author: Aristophanes
Language: Spanish
Credits: Ramón Pajares Box. (This file was produced from images
generously made available by The Interne
Archive/Universidad de Sevilla.)
Nota de transcripción
COMEDIAS
DE
ARISTÓFANES
TRADUCIDAS DIRECTAMENTE DEL GRIEGO
POR
TOMO II.
MADRID
,
, . 6
—
1881
L A S AV I S PA S .
NOTICIA PRELIMINAR.
S .
Esclavos de Filocleón.
J .
B .
F .
C vestidos de A .
N .
U .
U .
U .
La escena en Atenas, delante de la casa de Filocleón. La acción principia algo antes de amanecer.
LAS AVISPAS.
SOSIAS.
¡Hola! ¿Qué haces, desdichado Jantias?
JANTIAS.
Procuro descansar de esta maldita centinela.[5]
SOSIAS.
¿Tan a mal estás con tus costillas? ¿O no sabes la casta de fiera que
guardamos?
JANTIAS.
¿Qué te sucede?
JANTIAS.
Basta, basta; no cuentes más; ese sueño apesta a cuero podrido.[13]
SOSIAS.
¿Cómo?
JANTIAS.
¿Que cómo? ¿Era hombre y de repente se ha convertido en cuervo? ¿No
puede conjeturarse sin dificultad, que nos abandonará para irse a los
cuervos?[19]
SOSIAS.
CORO.
Adelante, paso firme. ¿Te retrasas, Comias? Por Júpiter, antes no eras
así; al contrario, eras más duro que una correa de perro: ahora Carinades te
gana a andar. ¡Oh Estrimodoro de Contilo,[52] el mejor de los jueces! ¿están
ahí por casualidad Evérgides y Cabes de Flíos? ¡Diantre, diantre! Aquí se
halla cuanto queda de aquella juventud que florecía cuando tú y yo
hacíamos centinela en Bizancio: entonces en nuestras correrías nocturnas le
robamos su artesa a aquella panadera; la hicimos astillas, y cocimos unas
verdolagas. Pero apresurémonos, amigos; hoy es el juicio de Laques;[53
todos dicen que tiene su colmena llena de dinero. Por eso Cleón, nuestro
patrono, nos mandó ayer que acudiéramos temprano provistos para tres días
de terrible cólera contra él,[54] a fin de vengarnos de sus injurias. Ea, aprisa
compañeros, antes de que amanezca. Marchemos mirando a todas partes
con ayuda de las linternas,[55] no caigamos por falta de precaución en algún
lazo.
UN NIÑO.
Padre, padre, cuidado con ese lodazal.
CORO.
Coge esa pajita del suelo, y espabila la linterna.
EL NIÑO.
No, ya la espabilaré con el dedo.
CORO.
Niño, ¿no ves que con el dedo vas a alargar la mecha, ahora que anda
tan escaso el aceite? ¡Ya se conoce que tú no lo compras!
EL NIÑO.
Eso es obrar como hombre que busca su salvación. Dale duro a las
mandíbulas.
FILOCLEÓN.
Ya está roído: chito, no gritéis: mucho cuidado, no nos oiga Bdelicleón.
CORO.
Nada temas, amigo mío, nada temas; si chista, le obligaré a morderse su
propio corazón y a combatir por su existencia, para que entienda que no se
conculcan impunemente las leyes de las venerables diosas.[69] Ata una
cuerda a la ventana, sujétate con ella, y baja henchido el espíritu del furor
de Diopites.[70]
FILOCLEÓN.
Mas, decidme; si mis guardianes notan lo que hago, y tiran de la cuerda
para llevarme adentro, ¿qué es lo que haréis?
CORO.
Echa tú al fuego para hacer humo a Esquines, hijo de Selarcio.[81] Por fin
os hemos ahuyentado.
BDELICLEÓN.
No lo hubieras conseguido tan fácilmente, si hubiesen comido versos de
Filocles.[82]
CORO.
¿No está claro como la luz que la tiranía se ha introducido para los
pobres, aprovechándose de nuestro descuido? Y tú, perverso y arrogante
secuaz de Aminias, nos arrebatas las leyes que rigen la república, y, como
dueño absoluto, ni siquiera disculpas tu usurpación con un pretexto o con
una elegante arenga.
BDELICLEÓN.
¿No podríamos sin golpes ni alharacas conferenciar como buenos
amigos, y hacer las paces?
CORO.
Pues esto son todavía tortas y pan pintado,[85] como dice el proverbio
vulgar. Hasta ahora no tienes por qué quejarte; pero ya verás, ya verás
cuando el acusador público te eche en cara todos esos crímenes y cite y
emplace a tus conjurados.[86]
BDELICLEÓN.
¿Pero no os iréis, por todos los dioses? Mirad que si no, estoy resuelto a
moleros a palos todo el día.
CORO.
No, nunca, jamás, mientras me quede un soplo de vida. Bien claro veo
tus aspiraciones a la tiranía.
BDELICLEÓN.
Es fuerte cosa que sea grande o pequeño el motivo, a todo lo hemos de
llamar tiranía y conspiración. Durante cincuenta años, ni una sola vez o
este dichoso nombre de tiranía; pero ahora es más común que el de
pescado salado, y en el mercado no se oye ya otra cosa. Si uno compra
orfos y no quiere membradas, el que vende estos peces en el puesto
inmediato, grita al momento: «Ese hombre, quiere regalarse como durante
la tiranía».[87] Si otro pide puerros para sazonar las anchoas, la verdulera
mirándole de soslayo, le dice: «¿Puerros, eh? ¿Quieres restablecer la
tiranía, o piensas que Atenas te ha de pagar los condimentos?»
JANTIAS.