ALBA SUSANA GONZALEZ
Andamiajes
para la Ensefianza
de la Historia
ke LUGAR EDITORIAL
Escaneado con CamScannerEn este apartado se intenta llevar ala préctica cotidiana los
Planteos tedricos que se han venide desarrllandee, Jos eapitu-
los anteriores. La mayoria de las actividades que se presentan,
han sido ‘rabajadas eon los alumnos en un contexto natural de
se.
Finalmente, des
sentido de nuestra
‘tribuir este libro:
feamos compartir una reflexion acerca del
tarea, ala que, modestamente, quiere con-
43 i: 4a tarea de recomponer esta conciencia erttica, de devol-
{ver alguna esperanza y de reanimar la capacidad
lectiva hemos de contribu
en ella una funcién esencial. Por desconcertados que nos tinte,
20s, sabemos que nuestra obligacién es ayudar a que se man,
tenga viva la capacidad de las nue
Capitulo 1
Fundamentos psicol6gicos e
implicaciones diddcticas
Fate cwwiruve coxswenansstos algunos de los aportes
que, desde la Psicologia, pueden ayudarnos a desentra-
ar ciertas claves del proceso de ensefianza-aprendizaje, en
nuestro caso particular, de la Historia,
Sin desconocer otras contribuciones fundamentales a la
educacién, nos detendremos especialmente en los aportes dela
Psicologia Cognitiva y del psicélogo ruso Lev VicoTsky.
Los elementos mencionados seran trabajados desde la
perspectiva de las corrientes narrativas que han aparecido con
gran fuerza tanto en el plano de la Psicologia como en el de la
Historiografia y la Didéctica de la Historia.
1.1. LA METAFORA NARRATIVA
El enfoque cognitivo se originé en la década del “60, gracias
a los aportes de la teoria de la comunicacién, la linguistica de
Ciiosky y el surgimiento y desarrollo de los ordenadores. Su
trayectoria partié de la metdfora computacional, que asemeja el
fancionamiento de la mente al de un procesador de informacién,
En este camino, la Psicologia Cognitiva, sin abandonar del to.
do la metéfora computacional, se ha ido enriqueciendo y revisan-
do, contemplando aspectos que antes se encontraban sesgados.
Escaneado con CamScannerHan surgido también “sucesoras y rivales” de esta metAfo-
ra sobre la generacién del conocimiento como son las visiones
harrativas y conexionistas, que hacen uso de nuevas metdforas
ae aca el Pensamiento humano, (CaRReTERO, M., 1997,
pag. 124),
al surgimiento de otras paradigmas
{La metéfora narrativa ha aparecido recientemente con mu
cha fuerza en lo que atafie a la Psicologia, Las investigaciones
aacdepeiano de la narrative, y como también veremos, cuss
adelante, desde la perspectiva de la Historiografia,
Lametéfora ala ‘que nos referimos tiene su: origen en lacon-
fepeign de que la narratividad es una capacidad inherente see
Seres humanos y un atributo compartido por todas las culturas,
como vienen a demostrar los estudios transculturales
Segtin este enfoque existiria una “predisposicién” para or-
Banizar la experiencia en forma narrativa,
A través de las narraciones los pueblos conforman, transmi-
tony perpettian sus culturas, crean, negocian y renegocien ins
; 9 esboza una critica a la metéfora computa-
cional poniendo en un lugar privilegiado a la cultura y ala
interaccién:
10
asoorenzseneteemenesece strane etree erent sarernrrrscatinraeeeneney neues
1 ieipacién del hombre en la cultura y la realizacién
de toa poncltidade mentales @ través de la cultura hacen
que sea imposible construir la psicologta humana baséndonos
s6lo en el individuo... Considerar el mundo como un fluja indi-
ferente de informacién que es procesada por individuos, cada
uno actuando a su manera, supone perder de vista cémo se for-
in los individuos y cOmo funcionan”.
Se (Bruner, J., 1995, pag. 28)
La mente seria, siguiendo esta posicién, como una “fun-
ci6n generadora de historias” y la narratividad, una “meté-
fora basica sobre la manera en que los humanos generamos
conocimiento” (CarreteRo, M., 1997, pag.160).
Como indica Ecan: “solemos dar sentido a las cosas que
nos rodean en forma de narracién, nuestro mundo esté es-
tructurado en gran medida de acuerdo con la forma narra.
tiva... la atraccién hacia las historias puede explicarse como
reflejo de ciertas estructuras fundamentales de la mente”
(Baan, K,, 1991, pag. 96).
Este enfoque cuenta entre sus exponentes a JEROME BRU-
NER, cuyo principal interés consiste en explorar la construc.
cign del significado, su naturaleza y conformacién cultural y el
ol que éste juega en las acciones humanas. El mismo se refie-
Te a “una nueva revolucién cognitiva, que se basa en un enfo.
que mas interpretativo del conocimiento cuyo centro de inte.
Tés es la construccién de significados”. Esta perspectiva “ha
proliferado durante los tltimos afios en la antropologia, la lin.
Suistica, la filosofia, la teoria literaria, Ia psicologia” (BRUNER,
4, 1995, pag.19) y, podriamos agregar, la historiogratia, on
donde aparecen reiteradamente los conceptos de interpreta.
ci6n y significado.
El vinculo entre ambos conceptos —interpretacién y signi-
ficado— reside en que “el significado depende no sélo de un sig.
no y de su referente, sino también de un interpretante: una re.
Presentacion mediadora del mundo en funcién de la cual se es. |
tablece la relacién entre signo y referente” (BRUNER, J.1996, -
pag. 76).
Escaneado con CamScanner\ existencia misma depende de
[La creacién y conformacién cultural del significado, cuya
tun sistema previo de simbolos
compartides, pone en primer plano, segiin este autor, uno de
tos elementos constitutives de la cultura: la psicologia popular,
entendiéndose por ésta el “sistema mediante el cual la gente
organiza su experiencia, conocimiento y transacciones relati.
vos al mundo social” (BRUNER, J., 1995, pg. 49).
Este sistema, compuesto de creencias 0 premisas, que osten-
tan cierta coherencia, sobre nosotros mismos, sobre los demas,
sobre cémo es el mundo y eémo deberfa ser, y que informa nues.
tras acciones, tiene un principio de organizacién narrative,
1.2. QUE ES UNA NARRACION?
Para distinguir qué es una narracién analizaremos sus carac-
teristicas basicas.
En primer lugar, las narraciones son secuenciales, es decir,
constituyen una secuencia de hechos en los que participan acto.
res. No obstante, sus componentes no poseen vida propia, no
” tienen significado aislados del patrén relacional,
“Su significado viene dado por el lugar que ocupan en la confi:
uracién global de la totalidad de la secuencia: su trama o fébula.
Elacto de comprender una narracién es, por tanto dual: tene
‘mos que captar la trama que configura la narracién para poder
dar sentido a sus componentes, que hemos de poner en relacién con
4a trama. Pero la configuracién de la trama debe, a su vez, extraer
se a partir de la secuencia de acontecimientas”.
(Bronen, J, 1995, pag. 56),
La comprensién de las narraciones, entonces, pone en juego
toda una serie de procesos cognitivos a partir de la activacién de
Jos esquemas que nos permitan interpretar su significado y rea
lizar inferencias y predicciones.
En segundo lugar las narraciones pueden tener o no pre-
tensién de verdad; es este aspecto lo que diferencia al discurso
historico del literario, como veremos mas adelante.
Un tercer aspecto a considerar en cuanto a las narraciones,
‘es su cardcter de vinculo entre lo habitual lo corriente y lo ex-
cepcional, haciendo que esto tiltimo sea comprensible,
El relato proporciona una explicacién de la desviacién de la
norma o el patrén cultural, le da un significado.
BRUNER analiza el cardcter dramatico de las narraciones to-
mando los elementos que, segiin K. BuRKE en su Gramdtica de
los motivos, las conforman.
Estos elementos constitutives de las narraciones son: un ac-
tor, una accién, una meta, un escenario, un instrumento y un
problema que provoca un desequilibrio entre los componentes
anteriores. El conflicto resultante tiene que ver con desviacio-
nes a las que aludiamos més arriba y por lo tanto conlleva un
elemento axiolégico. :
Por tiltimo, aparece lo que BRUNER denomina “paisaje dual”,
o sea la sincronia en la que se suceden acontecimientos en el
mundo real y en el mundo de la conciencia de los actores del
drama, los hechos y la interpretacién de los mismos, su signifi-
cado para los protagonistas.
De esta manera, concluye el autor:
“Empieza a quedar claro por qué la narracién resulta un
vehieulo tan natural para la psicologta popular. La narracién
90 ensefiar, conservar recuerdos o alterar el pasado”.
(BRUNER, J., 1995, pag. 68),
18. ADQUISICION DE CONCEPTOS EN
CONTEXTOS NARRATIVOS
va interesarse por sus narraciones fan-
‘tasticas y comprender los relatos que més le gustan tendremos
Escaneado con CamScannernen la que apre
imples, elabordndolos después poco a
antes las conceptos mas si
Poco de modo adecuado”
ean, K,1991, pag. 42),
Esta cita de Eagan nos lleva al tema de los conceptos cient.
ficos y su modo de adquisicién, en donde juega un eat fanda.
mental la institucién escolar,
En principio es importante destacar
igual que Piscen, establece
conceptos: los conceptos
tos cientificos.
Sin embargo, Vicorsxy objeta a PIAGET el no tomar en cuen-
la diferencia que, al
VicoTSKY entre distintos tipos de
cotidianes o esponténeos y los concep-
baisico que tendremos en cuenta para
fnalizar, desde el punto de vista vigotskiano, los apories de
Eaan,
eptos esponténeos y no esponté-
a obra del psicélogo ruso, Pensa
‘miento y Lenguaje, y hace referencia a las condiciones externas
€ internas en que se desarrollan, dénde se originan y eudles son
Jos motivos que predisponen al nifio a formarlos,
En definitiva, estos dos tipos de conceptos difieren tanto en
su desarrollo como en su funcionamiento, pero son dos variane
tes del proceso de formacién del concepto,
~~* _L0s conceptos espontineos se originan en la experiencia
Hersonal y cotidiana del nifio y se definen segiin las propieda-
des perceptuales, funcionales o contextuales de sus referentes,
+ Su caracteristica fundamental es la falta de conocimiente on-
ciente del patron relacional. Aunque los nifios utilizari Corrien.
te y adecuadamente estos conceptos, lo hacen de un modo
18
irreflexivo, no pueden definirlo égicamente ya que su atencién
esté puesta en el objeto y no en el acto del pensamiento.
E] desarrollo de los conceptos cientificos, por su parte, presu-
pone la evolueién de los procesos psicolégicos superiores como
Son, por ejemplo, la atencién voluntaria y la memoria logica.
‘Los rasgos decisivos de estas furnciones son el conocimiento
reflexivo y el control deliberado que se comienzan a desenvolver,
precisamente en los primeros afios de la escolaridad. Sin embar.
0 Vicorsky nos advierte que la conciencia, entendida como cono-
cimiento, yel contro, “aparecen solamente en la iltima etapa del
desarrollo de una funcién, después de haber sido utilizada y pues-
ta en préctica inconsciente y esponténeamente” (ViGoTSKy, L.,
1995, pag. 128).
En este proceso juegan un papel primordial los conceptos
cientifias ya que son los “portales” a través de los cuales se nivi-
ba a.una conciencia reflexiva.
Vicorsicy opina que la instruccién es una de las fuentes esen-
ciales para el desarrollo de los conceptos
One
Cet tit cae
—que se adquieren por ~
ientos analitic
icos y no por experiencias concretas— y por
lo mismo determina el destino de la evolucién mental completa
del nifio.
¢Qué es lo que caracteri
iza a los conocimientos cientificos?
Fundaiientalin
rent su ubicacién en un sistema de genera ~
lidad,
Un sistema de este tipo conlleva la existencia de un ordena
miento jerdrquico de cone
ceptos de acuerdo con su nivel de gene-
Talidad. A diferencia de los eonceptos esponténeos, su relaciGn
con ain esté mediatizada por algun otro concepto:
“Ast la verdadera nociér
determinada posicién en rel
tro de un sistema de ‘conceptos”.
—» f
\
(Wiaorsiy, L., 1995, pég. 131),
‘oa dno de ward enagto foal oa en
instruccién, en un contexto espectico de interaccién, puede estar
sujeto a un control deliberado y ser manipulado en forma cons,
ciente.
in del concepto cientifico implica una ~
lacién. a otros conceptos, un lugar den-
Escaneado con CamScanner7
Con respecto a la relacién entre los dos tipos de conce;
»Ptos:
analizados, VIGOTSKY indica que, aunque su desarrollo progre.
sivo se dé en sentidos inversos (los conceptos esponténcos de
modo ascendente, 0 sea hacia un mayor nivel de abstraccién, y
~ los cientificos de modo descendente, hacia un mayor nivel de
~ conerecién) forman parte de un proceso tinico y estan inextrica. |
blemente ligados.
El concepto cotidiano forma el “piso” que permite el desarro-
~ Ilo del concepto cientifico y éste, a su vez, le otorga al primero
~ Jas estructuras necesarias para su evolucién.
La racionalidad y sistematicidad ingresan en la mente ine
fantil a través de la adquisicién de los conocimientos cientificos
y transforma totalmente las estructuras de los esponténeos,
Una vez sintetizados los aportes de VIGOTSKY al tema de la
~ adquisicién de los conceptos cientificos, volvamos al papel que
~ pueden cumplir las narraciones en este proceso, teniendo en
-- cuenta que, a diferencia de otras disciplinas, como la Fisica por
ejemplo, la Historia no dispone de una estructura conceptual
~ Migidamente jerarquizada y que los conceptos histéricos poseen
~ ciertas peculiaridades que los hacen especialmente difusos y
~ Por tanto, probablemente més dificiles de aprender (CARRETE-
_~ R0, 1995, pag. 39).
Retomando la idea de que las narraciones constituyen un
~ espacio de creaci6n de significado, es posible utilizarlas como so-
~ porte en la adquisicién de conceptos.
= __ Un concepto comprendido dentro de un relato, podria ser
.» més fécilmente extrapolable a otras situaciones, Es decir, esta
_.. Propuesta se centra en la idea de que puede ser posible arribar
a los conceptos histéricos utilizando un contexto narrativo,
Las narraciones pueden constituir la plataforma desde la
~- cual empezar a trabajar una dimensién nueva del concepto.
| ~ __ Los conceptos que ya manejan los nifios pequefios para com-
~ Prender las narraciones pueden darnos una base para despe-
gar en el aprendizaje de los conceptos histéricos.
EGAN opina que los hnifios pequefios:
“Aunque no pueden disponer de un concepto complajo de
nado o de los elementos que interactiian en las estructuras politi-
cas, si entienden el poder y la debilidad, la opresiOn, el resenti-
‘miento, la rebelién, la ambicién y el castigo. Y mientras pueden
‘carecer de conceptos relativos a la conducta constructiva o des-
tructiva, en sentido politico, s tienen los conceptos de bueno 0
malo”. (EGAN, K., 1991, pag. 41).
teresante explorar empiricamente si la adquisicién de los
conceptos sociales e historicos puede facilitarse a través de |
un entramado, pero de tipo narrativo; a través de un argu- ;
mento.Y si esos conceptos, aprendidos en contextos especifi-
cos, pueden ser generalizados, extrapolados y transferidos
En definitiva, descontextualizados. /
EGAN parece darnos una pista a través de la exploracién
de ciertas similitudes entre el “pensamiento oral" de las cul-
turas dgrafas y el pensamiento infantil previo a la adquisi-
cién de la escritura.
Esta exploracién, en la que la antropologia tiene mucho
que decir, lo leva a la conclusin de que ambos pensamientos
comparten ciertas “bonnes a penser” (cosas con las que pensar,
que comprenden, entrelazados, tanto los conocimientos como
los componentes psicolégicos) entre las que se incluye la recu-
rrencia a los pares opuestos para ordenar su mundo.
Esta estrategia nos interesa especialmente en el sentido—
de que plantea una posible puerta de entrada para acceder
desde la fantasia a la realidad, de los pares opuestos a los
conceptos intermedios y, a través de ellos, a los conceptos
cientificos.
Con respecto al papel de los conceptos intermedi
transicionales, PANOFSKY plantea la “inexistencia de un tini-
co conjunto universal de estadios intermedios” y afirma, en
cambio, que “las experiencias culturales y familiares contri-
buyen al entretejido de conceptos sistematicos y esponta-
Escaneado con CamScannerneos en las diferentes etay
1993, pag. 297).
De tal modo es imprescindible comprender el pensamiento
infantil para aprovechar los recursos que provee con el abjeto de
facilitar el entramado al que haciamos referencia,
Utilizando el marco de las ideas de ViGOTSk¥, PaNOFSKY lo
enriquece con las investigaciones de KATHERINE NELSON acerca
de la adquisicién del conocimiento de la dindmica de eventos en
forma de “guiones”, desarrollados a partir de experiencias oti.
dianas,
Retomando la idea de los pares opuestos, la oposicién, en es-
te caso, esta vinculada més a capacidades metafvricas que a “lo
‘opuesto” en términos estrictamente légicos,
‘Los nifios tienden a ordenar
‘pas de desarrollo” (PANOFSKY, C.,
nes binarias. Esto mismo ocurre en la estructura de los mitos
las narraciones populares, lo que indicar‘a que son més adecaa.
dos a la comprensién de los nifios ya que reproducen estructu-
ras fundamentales del pensamiento infantil. Como sefiala EGAN
citando a Berreysim:
“La fantasta de las narraciones populares habla
mente ala mente infantil sobre las grandes cuestione.
da respecto a las que el nito carece del aparato concept
‘esario para captarlas en térmi tas” (BETTELKEM, ci
tado por Eaan, K, 1991, pag. 131)
Las telenovelas infantiles (y no tanto) repiten, con gran éxito
el modelo de los cuentos ancestrales, la bruja mala y el hada bue-
nna en una constante lucha, la polarizacién més obvia y definitiva.
Es una exigencia constante de los nifios el saber quiénes son
os malos y quiénes los buenos, lo que puede interpretarse: geo
mo debo sentirme respecto a este personaje o a estas acciones?
Los profesores de Historia también hemos escuchado algu-
na vez, con desesperacién, y no sélo de nifios pequetios: “pero, al
fin, Rosas (por ejemplo) era bueno o malo”?
A pesar de que reconoce la bondad de los conceptos polares
para el acceso al saber, EGaN advierte:
22
\
“Los pares opuestos son asombrosamente eficaces para
lograr una asimilacién inicial del mundo y de la experienc
pero si predominan durante un plazo demasiado largo, g
ran reducciones y sim iones inadecuadas (como ocu
ppor ejemplo, en aquellos cuyo pensamiento sobre la politica
terior de su pats estd dominado por los seductores pares optes-
tos de bueno y malo).. Ast pues, nuestra tarea consiste en ver
de qué modo podemos reconocer la importancia de los pares
epuestos para hacer més accesible a los nifios el saber, sin de.
Jar de ser fieles a la obstinacién de los hechos” (EGax, K, 1991,
Pag. 130).
Pareciera entonces que la polarizacién ayuda a acceder a la
comprensién de realidades que, de otra manera estarfan muy
por encima del aleance de los nifios. Estos comprenden més ré-
pidamente los términos polares pero ello no significa que nues-
tra tarea finalice alli ya que a partir de estos términos debemos ~
ir aceredindolos a conceptos intermedios, cada vez més alejados ~
del referente personal del nifio y més cercanos a la experiencia
real.
Asilos pares opuestos funcionardn como un medio para ini-
ciar el complejo entretejido que lleva al dominio del campo con-
ceptual de la disciplina y acerear a los nifios a las abstracciones
a través de una descontextualizacién progresiva.
1.4. CONCLUSION
Apoyando esta revigorizacién de la fantasfa para acercar-
nos a la realidad, RIVIERE sefiala que, sin las competencias de
ficcién “la pretensién de la escue
inmediata, seria im-
En realidad la capacidad humana de hacer y compren-
der ciencia se deriva, en buena parte, de la de imaginar y enten.
der ficciones. No egaremos al extremo —sobrepasado por miu-
chos pensadores situados en la posmadernidad més escéptica—
de decir que la ciencia es s6lo una ficci6n alternativa, pero st de-
oa
Escaneado con CamScanner7” bemos partir de la obvia relacién entre la competencia de cons-
Teruir modelos conceptuales y cientificos de la realidad y de cons. \
“‘ruir la irrealidad; Shakespeare y Cervantes deben ser tan
c importantes para la escuela como lo son Galileo y Newton”
-(Rivtire, A., 1996, pag. 14).
La imaginacién, recurso especificamente humano que tiene
que ver con la capacidad de construir imagenes de lo inexisten-
“ey ausente, es fundamental en el mundo actual en el que gran
~cantidad de procesos relacionados con el manejo de la informa.
~-¢ién han quedado a cargo de las maquinas y la creatividad es
_Yalorizada como una capacidad fundamental para el desarrollo
sientifico.
Al mismo tiempo, y no es menos importante para la inter-
~pretacién de los fenémenos sociales y la vida de relacién, la es-
-timulacién de la “inteligencia narrativa” permite comprender, y
explicar la conducta propia y la ajena.
“La tendencia a considerar los fenémenos o movimientos so-
“Gales como el entretejido de actuaciones particulares, en las
jue el individuo se convierte en agente del cambio, supone la
~necesidad de desarrollar en los alumnos competencias empéti-
,.£28. Como lo hacen el historiador o el socidlogo es importante,
para interpretar la realidad circundante, que el alumno sea en-
““renado en habilidades que le permitan comprender a los acto-
es individuales, “ponerse en el lugar del sujeto de la accidn, in-
troducirse bajo su piel, averiguar sus motivos, lo que sin duda,
-Suarda una relacién estrecha con la estructura de la situacién
en la que se encuentran los agentes individuales, furicién a su
“ez de un conjunto de datos macrosociales, correspondientes a
0 definidos desde— el sistema dentro del que se manifiesta el
e-fenémeno estudiado”. (MORALES MovA, 1993, pag. 234),
v= Em este proceso de entender las acciones de los agentes so-
iales, sus intenciones y sus consecuencias, las narraciones pue-
len constituir un referente esencial.
Las investigaciones Hevadas a cabo por el equipo del doctor
~CARRETERO avalan esta postura al considerar a la narrativa “co-
-mo_un tipo de explicacién especifica para los procesos histérico
c
4
en contraste con los naturales” (CaRRETERO, M., 1995, pag. 100).
Segiin estas investigaciones los sujetos tienden a procesar la in-
formacién de manera narrativa utilizando, fundamentalmen-
te, el tipo de explicacién intencional. Estos resultados tienen
importantes implicaciones didacticas a la hora de repensar el
formato y el contenido de las explicaciones causales en la Histo-
ria y las Ciencias Sociales.
En sintesis, como sefiala CAaRRETERO, las narraciones pare-
cen influir positivamente en el procesamiento y la comprensién
de la informacién y en la formacién de relaciones y teorias cat
sales, ademés de contribuir a la motivacién del alumno y favo-
recer el desarrollo de actitudes criticas (CARRETERO, M.,1995,
pag. 58).
Escaneado con CamScanner\
Capitulo 2
Historia y Ciencias Sociales
2.1, LAINNOVACION EN CIENCIAS SOCIALES
Fy Nip sctesupan 5 mcurstionasis el profuundo proce-
so de especializacién que se ha dado en el interior de to.
das las disciplinas sociales,
Los desarrollos cientifices y téenicos generaron un etimulo
tal de conocimientos que hicieron imposible que un solo investi,
gador pueda abordarlos en su totalidad. De tal manera las dis.
Giplinas sociales comenzaron a fragmentarse, creando espacios
de investigacién més acotados y accesibles, con téenicas y méte,
dos precisos, con objetos, perspectivas e ideologias particulares,
Este “estallido” de las disciplinas como la Sociologia, la An.
fropologia, la Geografia y la Historia, para mencionar algunas,
condiujo a la creacién de fragmentos que se han alejado progre,
sivamente del nticleo central de éstas,
Cada fragmento de una disciplina se combina con otros,
Provenientes de otra u otras ciencias inaugurando un nuevo
campo de investigacién. Este proceso, deserito por DOGAN, eo.
mienza cuando un mismo objeto es investigado simulténea-
mente por dos 0 més disciplinas que establecen entre ellas una
fecunda comunicacién, intereambiando coneeptos, teorias y mé-
todos. En una etapa posterior el nuevo dominio hibrido, adquie-
Te cardcter institucional y es reconocido como una entidad inde-
pendiente,
Escaneado con CamScannerrs
ry TING
expect ite Br0%es0 mediante el cual se combinan los conocimientos
ominancos haa ferentes dominios consttuye lo ue none
cuperaciin de pati Un campo Kbridaes el resultcde de tc,
Gat, 1998, pag oon MSNA de dos 0 varias disciplines: de.
Bs estes campos brides,
mente citado, se produce la inn
nalidad creadora”.
En el caso de la Historia, una de las disci i
2 , linas de més anti-
Sa y multiple fragmentacin, aparecieron vatias eoreeuiilon,
ciao Por ejemplo la historia social, Ia historia cultural, la histo”
ia econémica, etoétera. El encuentro, ‘
» donde, segiin el autor anterior-
‘ovacién, lo que denomina “margi-
a Geografia, la Antropologia, la Lingtisti.
cay la Psicologia, a
El urbanismo, por ejemplo, como daminio independiente, en-
globa subdominios de diversas especialidades de la Sociclewin,
Geografia, Demografia y Antropologia; lo mismo ocurre eon I
estudios ambientales,
{Estos nuevos dominios
| transferencia de conceptes,
nas.
muestran que se ha producido una
métodos y teorias entre las discipli-
Es habitual, por ejemplo, encontrar en los trabajos de histo-
social conceptos basicos de la Antropologia relacionados con
sistemas de parentesco 0 formas y relaciones de intercambio,
En muchos trabajos sociolégicos se emplea el método del ob-
servador-participante, que proviene también de la Antropologia.
En este contexto aparece el problema, ampliamente debatido,
de la relacién entre la Historia y las Ciencias Sociales. Al respec-
{0 es importante considerar las peculiaridades de la Historia los
dos aspectos que la diferencian, como disciplina, de las demas
Ciencias Sociales, Hstos son, por un lado, el interés por e tiempo
¥ por otro, un método particular para interrogar a los vestigies
del pasado.
ria
Otro tema que no se puede soslayar es eémo abordar en la
28
v
educacién esta relacién, teniendo en claro que la escuela no es
un lugar de produccién sino de reconstruccién de conocimiento.
En este sentido hay que hacer explicitas las relaciones rele.
vantes entre los conocimientos producidos en cada una de las
ciencias, qué conceptos y métodos ayudan a enfrentar mas efi-
cazmente los problemas que las atraviesan,
Por eso, y sustentado en lo que venimos viendo acerca de la
innovacién en Ciencias Sociales, no deben quedar fuera del
aprendizaje contenidos relacionados con la Antropologia, la Eco-
nomia, la Sociologia y la Ciencia politica, ademas, por supues-
to, de los tradicionales de la Historia y la Geografia.
Es de fundamental importancia, acordar en la incorpora-
cién de un néimero basico de conceptes, tanto estructurantes
como especificos, que proporcionen a los alumnos instrumentos
para comprender la realidad que los rodea a la luz de las expe-
riencias sociales del pasado.
‘Los conceptos estructurantes constituyen conceptos ge-
nerales, de gran nivel de abstraccién, entre los que se encuen-
tran, por ejemplo, espacio geogréfico, tiempo histérico y sujeto
social. Estos conceptos, que atraviesan todos los contenidos, de-_!
ben ir trabajéndose a lo largo de los distintos ciclos para lograr
‘una aproximacién gradual.
‘Los conceptos especificos, por su parte, son aquellos ele-
mentos conceptuales propios de cada disciplina, tales como ciu-
dad, monarquia, recurso natural, poligamia, etcétera.
2.2, HISTORIA... ;QUE HISTORIA?
‘Uno de los ejes mas importantes de la transformacién curri-
cular que nos debe preocupar y ocupar es qué Historia vamos a
ensefiar, mejor dicho qué Historia es necesario que aprendan
nuestros alumnos.
La revolucién teenolégica, las modificaciones vertiginosas
del mundo en que vivimos, el cuestionamiento epistemolégico y
metodologico de las ciencias en general, hacen necesaria una re-
Escaneado con CamScanner“Las verdaderas mutaciones det trabajo histévico en estos
w ‘mos aitos no han sido producidas
flexion en este sentido. Por eso
ojeada a los senderos por los
creo que no esta de més dar una
trabajo historiogréfico,
que transita, en la actualidad, el
2.2.1, Las transformaciones de la nueva Historia
Los afios ochenta trajeron el abandon
L 0 de los paradigmas
dominantes. Los grandes relatos, el martisay y el estructu:
alismo, los sistemas globales de interpretacién, entraron en
crisis.
Con ellos, las,
Planteo. La Historia por su
inicio una nueva transformacién
aCudles son las razones de esta transformacién?
éLa crisis epistemolégi
Ciencias Sociales comenzaban un profundo re-
» No fue ajena a este desafio ¢
grAficos indescifrabl
Gace los otrora Gratificantes libros de His-
? ¢tal vez una recién naci
2 “humildad profesional” frente
ala pretension de dar cuenta de la memoria colectiva de un
pueblo?
El historiador Rocen Cuarmien propone otra explicaci
ciencias sociales’ (que habria
ids ben estas mutaciones estén ligadas aia distancia tomada on
{as propias practicas de investigacién, respecto de los prinlpion de
inteligibilidad que habfan gobernado el paso de la historia desde
facta veinte, treinta aos” (CuaRmeR, R,1991, pig. 165)
Segiin el autor citado esos principios de inteligibilidad eran:
* el proyecto de una historia global,
* 1a definicion territorial de los objetos de investigacién,
* Ja prioridad otorgada a la divisién social.
30
La Historia de Annales
La primera generacién de Annales, escuela historiogréfi-
ca francesa originada a principios de los afios treinta del si-
glo xX (que mucho tuvo que ver con los principios anterior-
mente enumerados), hizo una contribucién dé
toriografia: la llamada nueva Historia.
Por su influjo, los relatos desearnados y las sucesiones de fe-
chas y acontecimientos, dejaron paso a un tipo de explicacion
estructural que privilegiaba, sobre el aconteci
pos medios y largos, sobre las individualidades, las sociedades
y sobre la historia politica, la dimensi6n social y econémica,
‘También fueron los introductores de la historia total: nada
de lo humano les era ajeno. El mismo BRAUDEL, conspicuo re-
presentante de Annales, escribié, refiriéndose a sus maestros,
exponentes de la escuela tradicional positivista:
“Lo que les interest no es el vasto mar, sino tal o eual minis-
culo trozo de su gran mosaico,
los actos y los gestos de los prineipes y
menudos, que nada tiene que ver co
‘que a nosotros nos pr
ber emprendid la av
isiva a la His-
iento, los tiem-
oderosa y lenta historia
pa... Puede seruirme de excusa (para ha-
tura de escribir esta obra) la historia mis
lo emprendi, en 1923, bajo la forma clé-
‘blemenite mas prudente, de un estudio eonsogrado a la
srrénea de Felipe Il,
ies lo elogiaron mucho, Lo vefan eneua-
de aquella historia diplomatica bastan-
tas dela geografta, poea atenta..a laeco-
noméa y « los problemas sociales, bastante desderiosa para los
grandes hechos de la cividizacién, las religionesyy las letras y las ar-
tes, los grandes testigos de toda historia digna de su nombre, de
‘equella historia diplomtica que. no se dignaba mirar més alld
de tas oficinas de las cancillerias, para contemplar las realidades
de la vida, espesa y fecunda” (BRALIEL, F., 1946, Prélogo a la pri-
‘mera edicion francesa de El Mediterréneo y el mundo mediterrd-
‘neo en ta época de Felipe Il, pigs. 14 y 15)
Pero todo ese conjunto de certezas se fue desdibujando len-
tamente a partir de los setenta.
31
Escaneado con CamScannerLa nueva Historia social
¢ : desaparecfan dentro de las ic :
La Me ; bres desap: estructuras econémicas, soci
hie peers orteamericana NataLie Zemon Davis sine les y mentales. Asistimos en la actualidad, en ese aspecto, aun
Shama? ene teen naa dupa perae; | Mem leo .
“posmoderna?. Srmé en “vieja, con su opcion da par una tendencin a orupare de expetenciss pentane
Al respecto de esta tiltima, eseribe Zemon Davis, vinculén. en un determinado contexto espacio-temporal, prestando aten-
dola con la propuesta de Cuarnien: 7 : cién especial a los excluidos o marginales. Pobres, locos, brujas
y lesbianas ingresan, desde la marginalidad, en la “historia ofi-
ial”, empujados por la arrolladora influencia de los estudios an-
tropolégicos. También, y en el mismo sentido, comienza el estu-
dio d2"personas base” a través y desde las cuales se puede avi-
zorar todo un universo social y cultural
Esta vuelta a los primeros planos de las individualidades se
conecta con el papel preponderante atribuido a la singularidad,
alo particular y lo privado, una reconsideracién de la accién in-
dividual frente a la social.
“La nueva historia social trate de is
detectar ia
‘agrupamientos de diverso tipo —categort pmprid
Patrocinio, raza, religion —y pr
fas de edad, género, linaje,
‘eémose forman yen qué me-
s de las clases. Interpreta las
bien porque muestran el ensamblaje de las partes, la manera en El “retorno del sujeto” se manifiesta, por ejemplo, en la pro-
aque las erterioseuturalesacaban stmpre medelando le precsce liferacion y difusién que han tenido wltimamente las biografias
sociales. Los factores variables que le interesan son la mayor parte y novelas histéricas. La raz6n de esta popularidad manifiesta:
“la ineapacidad de nuestro tiempo para imaginar el porvenir,
su vuelta, por tanto, al pasado. Dudando de su identidad, desentie.
rray sacraliza sus races. A través de la biografiay la novela hist6-
rica, el pasado, euya racionalizacin desde el presente le dota de sen: )
do, se tite a veces de colores contemporéneos, arrgjando luz sobre |
el presente” (EINTHOVEN, citado por MoRaLEs Bova, 1999, pég. 230), /
rrelaciones entre ellos, los ‘Te
ta: ELestado nacién o el imperio pueden serv
frecuencia prefiere una unidad loeal, una historia oun drama par-
ticularizado que cobra sentido a través del andlisis etnolégico” (Z8-
Mon Davis, N., 1991, pag. 177).
Esta cita clarifica la ruptura que se ha llevado a cabo con ‘La posmodernidad, con su gusto por la subjetividad y la re-
| respecto a esos principios de inteligibilidad de la historia de la latividad, la disolucién de “la verdad” en la textualidad, la pree-
ie que nos hablaba CHARTIER. minencia de la comprensin sobre la explicacién y aguello de
le que “todo es segxin el cristal con que se mira” ha dado apoyo a
a i 7 7 estas vertientes.
El “retorno” del sujeto ‘Sin embargo, la modernidad no ha pasado de largo sin de-
Fae jar huellas imborrables, que ereo son valiosas y pueden y deben
Bajo la influencia del marxismo y el estructuralismola recuperarse y combinarse en una versién que enriquezca los
toria se habia convertido en un “proceso sin sujeto”. Las i planteos novedosos, Planteos, algunos, que, para mi gusto, (hi-
dualidades de los procesos histéricos se subsumfan en esque- ja, al fin, de Annales) a veces parecen excesivamente escépticas
mas conceptuales con pretension de universalidad. Los hom- ¥ relativistas, Creo que no es necesario renunciar a dar cuenta
He 32
Escaneado con CamScannerde los aspectos generales que pueden proporcionar una explica-
i6n i bien condimentada con nuevos ingredientes) del pasado
hhumano, para enlazarlocon el presente y vshummbrar elects
2.2.2. El “retorno” de la narrativa en la historiografia
Pero existe también otra novedad que vino a sacudir ain
‘és, si cabe, las cortezas de los historiadores de los afios seten-
{ai el acoplamiento entre historia y relato, entre historia y na-
Desde su inicio la Historiografia fue concebida como relatn.
La modemidad, més tarde, lo subestimo,
afin explicativo y globalizador, una historia de estructural, to-
tal y cuantificada
jqiiualiente existe en las corrientes historiogréicas una
reagencia que el historiador ingiés Lawannce Stone defwig co
‘mo “Vuelta a la narracién’,considerada ésta como ‘ie org:
cién del material en un orden. cronolégicamente. secuenci:
Asta consideracion de Stove se hacen varine salvedades.
Una de ellas, con respecto a su concepcidn de le narrativo:
"Su definicién de narrativa hunde sus
donde Ariststeles concede la primaciaal argu
elementos que componen la tragedia, Per
toy
Otra aclaracién ‘puede hacerse con Tespecto a la idea de “re-
Prey atbre todo a partir dela lectura de Micra Ceereay
Paul Ricoeur, de donde se desprende la ido que todo dis-
curso historiografico 88, siempre, un relato,
3u
*iQué otra cosa, sino un falso debate, resultarta ser ése que ha
quedado establecido en torno a Ia pretendida ‘vuelta al relato’”?
3Cémo podria tratarse en efecto de un regreso, sino es cierto que hue-
biera habido, en momento alguno, una fuga, retroceso 0 abando-
1n0..? Malamente habréa de volver aquello que, en verdad, no se fue
nunca. La mutacin serta, entonces, de otro orden y afectarta a la
prferencia que, durante un tempo le fuera concedida aciertas for
mas de relato —estructurales y cvantitativas, sociologizantes o
Imarcadlamenteintepretatioas— en peruicio de otras, bastante
‘més lineales y elésicas”. (HERNANDEZ SaNDOICA, E, 1996, pag. 51)
Iniciado el asalto desde las obras de De Cegteau y PAUL Rr
ConUR, los histeriadores han tomado coneion¢ia de que, cual.
auiera sea la forma que adopte su discurso, éste es una narra-
ci6n, y han aceptado que la historia y el relato son compatibles
ye llevan bien,
Ast toda historia, aun la més estructural, constituye un re-
{zt animado por “personajes”, agentes histérieos que pueden
tomar la forma de individuos, grupos sociales, instituciones,
mentalidades, eteétera,
pios explicativos de
salidad, la misma que permite comprender la
duales,
De esto se desprende que la verdadera novedad reside, mas
bien, como ha quedado dicho, en la prefereneis or ciertas for-
mas de narraciones con respi
rraciones de la micrchistoria,
ecto a otras, por ejemplo, las na-
Microhistoria
Los relatos dela microhistoria int
influencia de |
Escaneado con CamScannerLeamos lo que sus mismos eultores eseriben sobre la mi-
crohistoria.
“La mierohistoria es une pritica exencitmente baad en
reducién de la escala de observacién, se a ao o
lescribir vastas y comple
4a escala de cada espacio
desde aqui, de a gente y su situacisn en la vida. Pe
toria la reduecién de escala es un procedimiento an
de ser aplicado en cualquier lugar independientemente de las di
‘mensiones del objeto analizado.. A esta altura de los hechos,
supuesto, sem inmediatamente obvia que hasta la apa.
accién de, digames, alguien yendo
Pan, actualmente abarca el més leiano y
ampli sistema de todos los mereados de pan de! mundo,
Solo una paradgjiea y significativa distorsion de perspectiva
sugeriréa que la vida comercial de una villa no es de ningtin inte-
és mas alld de eu significado en escala local” (Levi, G, 1993
pags. 14 y 15)
Para tener una idea mas acabada de esta tendencia, cita-
mos a continuacién el comienzo de uno de los mas difundidos
Gjemplos de la microhistoria, la obra de CaRLO GUINZBURG, “El
queso y los gusanos”:
“Su nombre era Domenico Seandella,y le Uamaban Menocchio,
Nacié en 1592 (en su primer proceso declaré tener
dos afios) en Montereale, un pueblecito entre las colinas
trabajaba como molinero y vest las prendas tradicionales del of
cio. Ast comparecié en el proceso, vestido de blanco. Dos aitas mas
tarde dirta a sus inquisidores que era pobrisimo ‘slo tengo dos mo-
linas en alquiler y dos campos como aparcero, can ello he sustenta-
exageraba",
do y sustento a mi pobre familia’. Pero desde
(Gunepuna, C., 1994, pag. 28).
En este fragmento aparecen muchos de los aspectos que ca
racterizan a las nuevas corrientes historiogréficas: la recupera-
cin de las historias individuales, el uso exhaustivo de fuentes,
especialmente no convencionales, la historia mirada “desde aba.
Jo”, la presencia de la interpretacién por parte del autor y un re-
lato “encarnado”,
36
Este tipo de produeciones se sittia en la frontera del campo
histérico y por ello, como vimos anteriormente, constituyen in
novaciones.
Para leer otros ejemplos de microhistoria sugiero las obras
de C. Cpouta, C. Gumzuno, G. Levi, o Le Roy Lapounts (cita-
das en la bibliografia).
Caracteristicas del relato histérico
Ahora bien, volviendo al relato histérico, éste se diferencia
de otros tipos de relato, como el literario, por ejemplo, en que
tiene una pretensin de verdad.
Una narracién histérica debe ser producto de una préctica
epistémica regiada y disciplinada y el conocimiento obtenido
por estos medios debe tener las apoyaturas conceptuales y em-
piricas aceptables para la comunidad cientifica. Ast logra aspi-
rar a un status de verdad.
‘Esta pretensiGn esta basada en la corroboracién, que se le-
gitima en las operaciones especificas de la préctica histérica:
construccién y tratamiento de los datos mediante un aparato
erudito, produccién de hipétesis, critica de los resultados y vali-
dacién de la adecuacién entre el discurso histérico y st objeto.
2.2.8. sExplicar, describir, interpretar?
La discusién acerca de la valider del diseurso narrativo para
la Historia se entrecruza con el debate que aparece periddica-
mente, desde el siglo XIX, de los valores respectivos de la explica-
cidn y la descripcién en el trabajo historiografico. {Bs el inico ob-
Jetivo de la historia dar explicaciones, es la explicacién la funcién
“realmente cientifica* de la Historia?, entendiéndose por explicar
Ja explicitacion de las causas, la respuesta al {por qué?
Al respecto, ALLAN MAGILL, desde una perspectiva que valo-
ra la contribucién de la descripcién al conocimiento histérico, in-
Escaneado con CamScannerfica, que, a su juicio, existon cuatro tipos de objtivos quo pre-
~ Yende la labor historiografica: el objetivo interpretativo, el des-
criptivo, el explicativo y el argumentative,
Los cbjetivos mencionados
estan cohectados entre sf y apa-
ecen, en distinto grado, en ¥
todos los trabajos historiogréficos,
arte, aparece como un estadio pre-
Por una percepciin y una perspectiva interpretati i
Segiin el autor citado: eee
Jetivo menos historiogrdfico que ta explicacién. Asumir esto sup
cn clea pci Aen ro
Sty eran dee hie
(Manz, A, 1998, pag. 71), a
‘erpot este camino, algunos historiadores encontraron un am-
biente propicio para defender su modo de eceritura namatieg
Gpnsiderando a la narracién, mas que un medio de transimisigy
de la informacién, como el eontesto natural de produsciés ok
sigificados.
ARTHUR DaNto, uno de los principales propulsores de
enfoque, sefiala: eee ee
“Preguntar porta
tid historica del térmi
"et sen
ontcinienton cers sobre pasa
(Danto, A, 1988 ‘pag. 45). an
ido, sélo podemos contar
La mirada hacia atrés
An y la potencialidad d
sélo incumbe o interesa, en este » is"
neste momento, a la Historia,
38
fi ienci duciendo un au-
Desde la mayoria de las ciencias se esta pro ’
ge del nuevo historicismo apoyado en recuperar y reconstruir la
historia de la propia ciencia, no como un dominio independien-
te, sino como una parte integral del proceso de produccién y
construccién del conocimiento.
2.3. CONCLUSION
Esta recorrida por las iltimas corrientes historiogréficas se
basa en la ereencia de que es fundamental que la historia del
aula se acerque lo més posible a la historia académica sin pos-
tular, por supuesto, que se ensefien “contenidos universitarios
en miniatura”,
~ Los alumnos deben ir conociendo, a lo largo de su eseolari-
dad, los métodos de la Historia, su forma de produccién, los de-
|) bates y discusiones que la atraviesan, su modo de legitimacién
ante la comunidad cientifica, en definitiva, la propia historia de
(Ja Historia,
Asimismo es deseable que los investigadores se acerquen a
Jas aulas y pongan a su alcance literatura apropiada que las
contacte con las novedades cientificas, que dejen de estar cir-
cunseritos a los congresos y seminarios y bajen al periédico y al
libro de texto para dar cuenta de los avances y las transforma-
ciones de la disciplina. Este contacto puede ser muy beneficioso
para los estudiantes si queremos que adquieran la nocién de la
produccién rigurosa, metédica y reglada del conocimiento hist6-
Tico ¢ instrumentos para pensar mds eficazmente sobre la rea-
lidad social.
20
Escaneado con CamScanner