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1. CONCEPTO
Por Ejemplo:
2. HISTORIA
El Código civil francés, similar en este tema al argentino, porque Vélez poco se aparta de
esa fuente, no contempla expresamente en ningún artículo al enriquecimiento. A su
respecto, se ha dicho que “el Código Civil (francés) no contiene más que simples
aplicaciones de la idea de que está prohibido enriquecerse injustamente a expensas de
otro, habiendo desarrollado la jurisprudencia el principio de la acción de in rem verso.
3. INTRODUCCIÓN
De acuerdo con el artículo 1954 del Código Civil:“Aquel que se enriquece indebidamente a
expensas de otro está obligado a indemnizarlo”.
Toda atribución o desplazamiento patrimonial debe apoyarse en alguna razón de ser que el
ordenamiento jurídico considere suficiente. Lo contrario hace surgir, a favor de la persona que
se ha visto empobrecida como consecuencia de tal atribución, una acción dirigida a reclamar la
restitución del valor del enriquecimiento.
Es decir, la atribución o desplazamiento patrimonial debe tener una causa, o sea una
justificación, de lo contrario resultará un enriquecimiento sin causa y por ende injusto. Y como
bien sabemos, si el fin del derecho es perseguir la justicia, el enriquecimiento sin causa se
opone a tal fin por lo que el derecho debe brindar alguna acción o remedio para eliminar tal
injusticia. Esa acción vendría a ser la llamada in rem verso.
En el derecho romano, el principio que prohibía el enriquecimiento injusto ya era conocido y
aplicado. Actualmente, varias acciones tienen como objetivo evitar este tipo de
enriquecimiento: la repetición del pago indebido, el enriquecimiento ilícito en el cobro del
cheque prescrito, la indemnización, etc. Todos pertenecen al género de las acciones in rem
verso.
Para una doctrina argentina, el enriquecimiento sin causa es un aumento patrimonial que el
derecho, por alguna razón no convalida; dicha ineficacia del enriquecimiento a los ojos del
derecho no es otra cosa que una sanción al acto que lo produjo, lo que constituye una
aplicación de la teoría de la causa, pues lo que se cuestiona es la causa de esa atribución
patrimonial más que ella en sí misma.
Los diversos supuestos del instituto sub examine que el ordenamiento contempla se
encuadran en alguna de las siguientes categorías: a) enriquecimiento contrario al orden
público; b) enriquecimiento contrario a la moral o a las buenas costumbres; c) enriquecimiento
ilegítimo por falta de resultado; d) enriquecimiento ilegítimo por disposición de una cosa sin
derecho; y e) enriquecimiento incausado por percepción de un dinero o recepción de una cosa
sin derecho. (Ídem)
La relación de esta institución con la equidad es evidente. Se ha dicho a su respecto, que “el
enriquecimiento sin causa, considerado por muchos tratadistas como fuente autónoma de
obligaciones, descansa sobre un innegable postulado de equidad, según el cual nadie puede
enriquecerse sin derecho en perjuicio de otro”. (Ídem)
No existe, sin embargo, un concepto unitario de lo que se entiende por enriquecimiento sin
causa y coexisten diferentes perspectivas de tratamiento, de tal suerte que su configuración y
alcance nos sitúa ante un principio general del derecho, un cuasicontrato, ante un medio
procesal (acción) o ante una fuente autónoma y sui generis de las obligaciones. (Esteve
Gonzales, 2000, pp. 511-512)
La situación queda zanjada en nuestro derecho nacional dada la ubicación del enriquecimiento
sin causa dentro de la Sección Cuarta del Libro VII, el cual está referido a las Fuentes de las
Obligaciones.
4. DERECHO COMPARADO
Desde una visión actual del derecho, según Llambías, la mayoría de países reconocen la
existencia del concepto de enriquecimiento sin causa. Sin embargo, no todos los países dan el
mismo trato a este concepto. Por ello, podemos clasificar los países en grupos. Por un lado,
aquellos que regulan específicamente el enriquecimiento sin causa, y por otro, los que no lo
regulan específicamente.
Haciendo un poco de derecho comparado, en el Código Civil brasileño del 2002, que dedicó un
capítulo específico al enriquecimiento injusto. El único párrafo de esta disposición agrega, con
respecto al enriquecimiento que tiene como objeto cosa determinada, que “quien lo recibió
está obligado a devolverlo y, si el objeto ya no existe, el reembolso se hará por el valor del bien
en el tiempo en que fue exigido”.
La figura del enriquecimiento injustificado o sin causa carece de regulación en el Código Civil
español, habida cuenta de que se trata de una construcción jurisprudencial y doctrinal
relativamente moderna. Un ejemplo citado por Díez-Picazo y Gullón, extraído de la
jurisprudencia francesa, es el de la empleada que, a causa de una promesa de matrimonio,
trabaja gratis para su patrón, además de ser su concubina. Como no se celebró el matrimonio,
los tribunales condenaron a aquel a pagarle los salarios que se ahorró y que contribuyeron a
aumentar su patrimonio.
La jurisprudencia chilena ha identificado dos funciones que esta institución cumpliría en dicho
ordenamiento jurídico. Por una parte, el rechazo del enriquecimiento injustificado serviría de
fundamento a distintas acciones restitutorias reguladas expresamente en el derecho positivo.
Por otra parte, operaría como fuente autónoma de obligaciones, dando lugar a una acción
restitutoria innominada conocida en Chile como in rem verso. La distinción de estas funciones
ha hecho posible avanzar en la comprensión de un área del derecho privado excepcionalmente
compleja.
En uno de los países del Common law como Estados Unidos, se procede por primera vez a un
reconocimiento expreso de la figura en los «Restatement of Restitucion» de 1937, que en su
sección primera, establece expresamente que “a person who has been unjustly enriched at the
expense of another is required to make restitution to that other”. Sin embargo, en el Derecho
inglés, no fue hasta el año 1991, en el caso Lipkin Gorman vs. Karpnale Ltd., cuando se
reconoció explícitamente la figura del enriquecimiento injustificado como parte de su derecho.
(Zumaquero Gil, 2017, p. 5)
Habiendo hecho un breve recorrido por algunos países tanto del Civil law (Perú, Chile, Francia,
España, Brasil) como del Common law (Estados Unidos, Inglaterra) colegimos que la institución
del enriquecimiento sin causa está presente en ambos sistemas legales y en algunos países del
Civil law no resulta indispensable el reconocimiento expreso de tal figura para hacer uso de
ella bastando solo una construcción jurisprudencial y doctrinal.
En palabras de Castillo Freyre, la doctrina considera a la teoría del enriquecimiento sin causa
como uno de los aciertos más notables de la técnica jurídica, pues sin duda alguna lo que se
pretende amparar con tal figura son —precisamente— todos los casos de enriquecimiento sin
causa que pasaron inadvertidos al legislador, motivo por el cual los afectados no encuentran
remedio alguno en la norma; pero, no obstante ello, los principios de la moral, la equidad, la
justicia y la eficiencia no aceptan que exista una persona que se beneficie a expensas de otra,
sancionando así tal situación a través de la acción de enriquecimiento sin causa que se otorga
al perjudicado. (Canales Noreña y Vásquez Sotomayor, 2019, p. 18)
Pasemos, a continuación, a ver a los requisitos del enriquecimiento sin causa siguiendo al
profesor peruano Gastón Fernández Cruz. (2015, p. 391 y ss.)
5. REQUISITOS
Para una doctrina española, los modos de adquirir una ventaja son incontables,
pueden consistir tanto en la adquisición de un derecho, o en el aumento o
incremento del valor de un bien que hemos adquirido (lucrum emergens), como
también puede uno no empobrecerse (damnum cesans), cuando la ventaja
consiste en el no padecimiento de una obligación o carga a la que un patrimonio
estaba adscrito. El enriquecimiento por adquisición de un derecho puede referirse
tanto a un derecho real (propiedad, etc), como a un derecho de crédito; y también
puede derivarse del goce o uso efectivo de un derecho.
Castillo Freyre y Molina Aqui señalan, a modo de ejemplo, que para los supuestos
de pago indebido (en los que se produce un desplazamiento patrimonial a favor de
otro sin que exista causa alguna) el artículo 1222 del Código Civil establece que lo
que corresponde es pedir la restitución de lo indebidamente pagado; de forma
que, siendo una de las características de la acción por enriquecimiento sin causa es
la subsidiariedad -es decir, la carencia de otra acción útil para remediar el
perjuicio-, no procedería corregir tal situación a través del enriquecimiento sin
causa, pues existe otro remedio legal que el propio ordenamiento jurídico concede
para ejercer la protección del derecho.
3. Bibliografía