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LA GALLINA Y SUS POLLITOS

Había una vez en una granja en el campo una gallina llamada Doña Cluck. Doña Cluck
era una madre orgullosa de cinco pequeños pollitos: Rosita, Juanito, Pepito, Lulú y
Anita. Vivían en un pequeño gallinero al lado de un hermoso huerto.

Un día, Doña Cluck se dio cuenta de que sus pollitos estaban creciendo rápidamente y
que era hora de enseñarles algunas lecciones importantes sobre la vida en la granja.
Reunió a sus pollitos alrededor de ella y comenzó a contarles una historia.

"Hijos míos", dijo Doña Cluck, "quiero que sepan que el mundo es un lugar grande y
emocionante, pero también puede ser peligroso. Necesitan ser cuidadosos y estar
atentos". Los pollitos asintieron con atención.

Rosita, la pollita mayor, preguntó: "¿Qué tipo de peligros, mamá?"

Doña Cluck les contó sobre los zorros hambrientos que merodeaban la granja,
esperando la oportunidad para atrapar a un pollito desprevenido. También les habló de
las serpientes que podían acechar en los arbustos y las águilas que buscaban presas
desde el cielo.

Juanito, el pollito más valiente, dijo: "¡No te preocupes, mamá! Siempre estaremos
juntos y nos cuidaremos mutuamente".

Doña Cluck sonrió y les dijo: "Eso es exactamente lo que quiero que hagan.
Manténganse juntos y cuídense los unos a los otros. Y nunca se aventuren demasiado
lejos sin mi supervisión".

Los pollitos asintieron, prometiendo seguir el consejo de su madre. Comenzaron a


aprender valiosas lecciones de vida en la granja. Aprendieron a picotear semillas en el
huerto, a buscar gusanos en el suelo y a esconderse en el gallinero cuando veían
sombras sospechosas.

Con el tiempo, los pollitos crecieron y se convirtieron en gallinas y gallos fuertes.


Siempre se mantuvieron unidos y nunca olvidaron las lecciones de su querida mamá,
Doña Cluck.

Y así, Doña Cluck y sus cinco pollitos vivieron felices en la granja, disfrutando de la
seguridad y el amor que solo una familia unida puede brindar.

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