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Tratamientos de cosmiatría

Veamos a continuación qué soluciones puede aportar la cosmiatría en nuestra salud y


bienestar de la piel. A continuación veremos los tratamientos más aplicados en esta rama de
la ciencia de la dermatología.
Mesorroller
Un tratamiento cosmiátrico por excelencia es el del mesorroller. Consiste en una técnica de
rejuvenecimiento facial que se realiza con un rodillo que contiene microagujas de acero
quirúrgico o titanio. Su correcta aplicación por parte de un profesional de esta ciencia permite
realizar un “pulido superficial” de la dermis. Todo ello se traduce en una piel revitalizada, con
menos arrugas y más nutrida. También es una técnica utilizada como tratamiento previo a
otras aplicaciones estéticas.
Tratamiento HIFU
El HIFU es un tipo de láser aplicado en esta ciencia que trae múltiples beneficios para el
paciente que lo lleva a cabo. El haz de luz de alta intensidad, que se aplica con un cabezal
con efecto lupa, consigue combatir la flacidez facial prematura. Asimismo, es una
herramienta que genera microlesiones en la profundidad del tejido, lo que genera un tensado
de la piel muy favorecedor para la imagen saludable que todos queremos en nuestra dermis.
Láser fraccional no ablativo
Es otro tipo de láser que utilizado sobre la piel estimula los fibroblastos, que influyen en la
producción de la elastina y el colágeno. De este modo, impacta directamente en la tonicidad
de la piel y le da un aspecto terso, sin arrugas y con una bonita textura.

TRATAMIENTO

La cosmiatría se aboca al cuidado de la piel sana y enferma, a


mejorar el estado cutáneo y resolver alteraciones simples. También,
a minimizar el impacto del paso del tiempo y prevenir futuras
alteraciones.

Pero esto no es todo. Las diversas prácticas y procedimientos que


emplea embellecen, rejuvenecen y a la vez mejoran la calidad de
vida del paciente al que los problemas estéticos que padece le
hacen daño sobre su autoestima.
La piel

La piel es el órgano más grande del organismo, formado por varias capas que protegen los tejidos
subyacentes como músculo, hueso, ligamento y órganos internos. La función principal es la
protección contra patógenos, el almacenamiento y síntesis para lípidos y agua, y a la vez es
termorreguladora. La piel es un órgano complejo integrado por funciones especializadas; es una
barrera protectora contra agentes infecciosos y es parte fundamental del sistema inmune
(Academia Nacional de Medicina de México, 2014). El funcionamiento de la piel se da a través de
receptores que permiten captar diferentes estímulos, tales como el dolor y la temperatura. Por
consiguiente, influye de manera determinante en ciertas funciones del cuerpo que son esenciales
para la supervivencia, por ejemplo, la termorregulación.

2.1 Generalidades de la piel La piel es un órgano y se caracteriza por ser el más grande del cuerpo
humano, el grosor varía según la zona; en párpados la capa de piel es la más fina, en cambio en la
planta de los pies es la zona de mayor grosor, este tejido cumple funciones de protección frente a
agentes externos, como barrera selectiva, recibe información del exterior, e informa de patologías
existentes en el medio interior al manifestarse en el tejido tegumentario para su posterior
diagnóstico (Rivas, 2009). Además, está compuesta por tres capas funcionales: epidermis, dermis e
hipodermis, cada una posee diferentes actividades celulares. La capa más externa se caracteriza
por tener un grado creciente de queratinización y su grosor promedio se encuentra entre 0.1 a 0.2
mm, también cuenta con más capas internas que cumplen algunas funciones (Rivas, 2009). En la
figura No. 1 se muestra la estructura de las tres capas de la piel.

Dibujo

Dentro de la epidermis está la capa o estrato basal, conocida como zona prolifera que es el lugar
donde se da la renovación celular, encima está la capa o estrato espinoso allí se encuentra el
estrato granuloso, conocido como zona de diferenciación donde se da la maduración celular, y
finalmente se localiza la capa o estrato córneo, también conocido como zona funcional protectora,
y a su vez se da la eliminación de células. Aquí están los corneocitos que son células aplanadas y
sin núcleo con una envoltura rigurosa de queratina (Torres, 2017). Por tal razón, la piel es un
órgano importante, ya que cuenta con estratos que cumplen distintas tareas para el correcto
funcionamiento de la misma.

Concepto

Es el órgano más extenso, cubre externamente al cuerpo humano y protege a los órganos y tejidos
internos del medio exterior.

Histología

Está formada por 3 capas desde la más superficial a la más profunda: Epidermis: Capa más
superficial, se presenta por medio de estratos, cada uno posee sus propias células que cumplen
funcionen esenciales en la piel, es la capa que cubre la totalidad de la superficie corporal. Dermis:
Considerada como soporte de la piel, proporciona resistencia y elasticidad. Está formada
básicamente de tejido conectivo fibroelástico. Hipodermis: Capa más profunda, consta de una red
de colágeno y células grasas, las cuales conservan el calor corporal y es fuente de reserva
energética.

Propiedades

• Melanogénicas • Detergentes • Inmunológicas •Metabólicas y enzimáticas •Termorreguladoras


• Sensoriales

Funciones

Funciones principales que cumple la piel como barrera cutánea: • Protección • Termorregulación •
Sensación • Secreción • Función inmunológica • Producción de Vitamina D • Excreción •
Emocional • Actúa como barrera ante la pérdida de agua

Células presentes

En la Epidermis: • Queratinocitos • Langerhans • Melanocitos • Merkel En la Dermis: • Fibras


elásticas • Fibras colágenas • Fibras reticulares En la Hipodermis: • Adipocitos

Continuando con las capas de la piel, la hipodermis, también conocida como tejido celular
subcutáneo o panículo adiposo, sirve como almohadilla para amortiguar los golpes protegiendo
estructuras vitales del organismo, está constituida por lipocitos o adipocitos que son células
encargadas de fabricar y almacenar grasas. (Palomino, 2001). En esta capa es donde se realiza
generalmente la liposucción por la cantidad de grasa presente. El tejido subcutáneo representa
aproximadamente el 15 al 20 % del peso corporal en los hombres y el 20 al 25 % en mujeres, tiene
como función almacenar, suministrar energía y termorregular el organismo (Ronzio, 2012). El
adipocito es un factor determinante de la adiposidad, es donde se almacena la grasa corporal en
cada una de sus células, debido que funciona también como órgano secretor de sustancias
(Rodríguez, 2004). Los depósitos de grasa abdominal abarcan aproximadamente el 80 % del total
de la grasa corporal (Godinez, Marmolejo, Márquez, Slordia, y Baeza, 2002). El tejido adiposo
subcutáneo se encuentra en la tercera capa de la piel y se extiende aumentando su contenido
lipídico. En el hombre los adipocitos predominan en la cara ventral anterior, dando lugar al
abdomen prominente al incrementar el efecto de la grasa visceral y en la mujer la distribución de
la grasa es subcutánea, estos prevalecen en la zona glútea y las caderas (Ross y Pawlina, 2008). La
adiposidad localizada es uno de los padecimientos más frecuentes en las mujeres, son propensas a
aumentar y disminuir de peso por causas hormonales, la edad y el embarazo, lo que permite que
el tejido graso que se almacene en determinadas zonas del organismo siendo difícil de eliminar
(Welsch, 2006). 32 La adiposidad comúnmente se presenta en diferentes zonas abdominales, al
respecto Pinto (2009) señala que, la acumulación de grasa altera la estructura estética corporal de
la persona

INTRODUCCIÓN

La piel sana es un estado médico-estético donde ésta se encuentra en funcionamiento fisiológico


adecuado, por una equilibrada hidratación, producción de melanina, fibroblastos y secreción
sebácea, elementos que aportan una vitalidad cutánea. Dentro de las características de una piel
sana se encuentra la uniformidad de tono cutáneo, luminosidad, nutrición, uniforme relieve
cutáneo, equilibrado pH e hidratación (Viera, 2016). Sin embargo, esto no ocurre cuando la piel
presenta alteraciones en su funcionamiento, causando un daño cutáneo. Entre las alteraciones
causadas por el mal funcionamiento fisiológico encontramos a las secuelas de acné. Las secuelas
de acné son, una alteración cutánea que afecta la calidad de piel en el rostro de hombres y
mujeres, sin distinción de edad y raza.

La piel, cuando empieza a tener un desequilibrio en su funcionamiento fisiológico, causa un


aspecto enfermo, desvitalizado y con lesiones que pueden ser de carácter seborreico, desatando
el acné, que es una patología multifactorial “caracterizada por la inflamación de la unidad
pilosebácea” (Zeas y Ordoñez, 2016, p.18), lo cual genera un taponamiento folicular y estimula la
proliferación de la bacteria propionibacterium acnes. Como consecuencia, en el acné activo se
encuentra una sobreproducción sebo, causada por la bacteria propionibacterium acnes, lo cual
provoca la aparición de lesiones cutáneas como comedones, pápulas, pústulas, nódulos, quistes
(Agüero de Zaputovich y Samudio, 2015). De esta forma, dando lugar a su clasificación en grado
leve, moderado y severo, éste último, produciendo cicatrices atróficas e hipertróficas en rangos
del 1% al 12% (MSP, 2016). Continuando con la idea anterior, el grado severo del acné en su
proceso de sanar presenta las secuelas o cicatrices atróficas, que causan “degradación de colágeno
durante el proceso de curación” (Connolly, 2017, s.p.). Por lo cual, se puede definir que son
depresiones cutáneas resultantes de una reparación celular que sufre la piel como mecanismo
curativo ante una respuesta inflamatoria por presencia del acné inflamatorio. El acné, se puede
presentar en varias etapas de la vida de una persona, teniendo alta prevalencia en desarrollar
cicatrices. Según Torres y Zumba (2018) tal afección, es padecida por más de 40 millones de
personas a nivel mundial, siendo 17 los jóvenes quienes más lo sufren, volviéndolo un problema
no solo físico, sino también social. Al existir un gran número de casos de esta patología es
considerado, según la Agencia Europa Press (2019), que detalla en el periódico, el espectador,
como la octava enfermedad más prevalente a nivel mundial.

Intro

La alimentación juega un papel muy importante en el cuidado de la piel de todo nuestro cuerpo y
sobretodo en el de nuestro rostro debido a que los alimentos son los que dan los aminoacidos y
vitaminas que necesita la piel para poder lucir mejor y aportarte los agentes que de verdad
necesita, cuando se mantiene una mala alimentación la piel no puede cumplir con todas sun
funciones y es ahí cuando se comienza a poner grasosa, comienza a presentar acne, se hacen
manchas y se crean escamaciones.

Pre acne

Capitulo I

La influencia de la dieta en el desarrollo y en la severidad del acné ha sido ampliamente discutida.


Se han realizado diferentes estudios clínicos de intervenciones alimenticias en los cuales se ha
encontrado una relación positiva entre la alimentación y el acné. Sin embargo, aún no existe un
consenso en cuanto a esta asociación. Algunos estudios señalan que una dieta de alta carga
glicémica conlleva a un aumento de la insulina la cual genera una proliferación de tejidos y una
síntesis aumentada de andrógenos que contribuye al desarrollo del acné. En relación con
probables alimentos específicamente involucrados se ha encontrado una asociación positiva entre
el consumo de leche y el desarrollo de lesiones acneiformes. Algunos estudios soportan esta
relación dado que la leche contiene hormonas y moléculas bioctivas que tienen efectos biológicos
sobre la unidad pilosebácea. Específicamente en el caso de chocolate se ha visto una asociación
positiva debido al contenido de grasa del mismo, sin embargo, esta asociación sigue siendo
controversial.

Preanvulo tratamiento
Dado que el acné es una enfermedad inflamatoria de la unidad pilosebácea con etiología
multifactorial y con diferentes grados de expresión clínica, se requiere de diferentes tratamientos
para su control. Adicionalmente, por la historia natural de la enfermedad, los pacientes requieren
largos periodos de tratamiento y posteriormente terapias de mantenimiento. Esto puede resultar
bastante costoso. Cambiar la dieta para disminuir o eliminar los alimentos que promueven la
inflamación y empeoran o perpetúan la enfermedad es una intervención sin costo que por lo tanto
resultaría costo-efectiva en el manejo del acné

Cap ¡

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta la unidad pilosebácea.1 Presenta una
distribución mundial, con una prevalencia estimada de 9.4% haciendo del acné la octava
enfermedad más prevalente en el mundo.4

La gran mayoría de los casos se presentan durante la pubertad y se dice que el 85% de la
población entre los 11 y 30 años han sido afectados por esta enfermedad

Se presenta de forma más temprana en niñas, pues estas inician la pubertad primero, y luego
aparece en niños cuando estos alcanzan la pubertad con una tendencia mayor a la severidad
comparado con las niñas.14 En los años posteriores a la pubertad, nuevamente se presenta más
en mujeres debido a los cambios hormonales producidos por los ciclos menstruales y
posteriormente la menopausia.14 La prevalencia varía según la etnicidad, siendo más frecuente en
afro-americanos con 37%, luego hispanos con 32%, asiáticos con 30%, caucásicos con 24% e india
continental con 23%.14 Estas diferencias pueden ser el resultado de factores medio ambientales y
no sólo de la etnia.14 Aunque no es una enfermedad fatal, el acné puede persistir a lo largo de la
vida y dejar cicatrices permanentes en la piel, generando gran impacto psicológico y disminución
de la calidad de vida.

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