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Codina - Religión Del Pueblo Fragmento UCA
Codina - Religión Del Pueblo Fragmento UCA
De cuestionada
a interpelante
Víctor Codina sj.
Índice Prólogo
Introducción narrativa
I.En búsqueda de clarificación.
II.Partir de la religiosidad andina.
1. Permanencia de los ritos originarios
2. Ritos sincréticos
3. Sacramentalidad
4. Devociones y expresiones populares
5. Devociones emergentes a santos no aceptadosoficialmente
por la Iglesia
6. Movimientos pentecostales y carismáticos
7. Vivir bien
8. “Diosito”
III. Algunos componentes de la religión del pueblo.
1. La naturaleza
2. La persona humana
3. Los pobres
4. Las imágenes
5. Las fiestas de la Iglesia
6. La devoción a María
7. Las peregrinaciones
8. La muerte
9. Una fe ligada a la vida
IV. Claves interpretativas de la religión del pueblo
1. Lo maravilloso
2. Lo simbólico
3. Lo místico
4. Lo festivo
5. Lo burlesco y cómico
6. Lo teatral
7. Lo comunal
8. Lo político
V. La religión del pueblo en la Escritura
1. Antiguo Testamento
2. Nuevo Testamento
VI. Ángeles y demonios en la religión del pueblo
1. Ángeles y demonios en el Antiguo Testamento
2. Ángeles y demonios en el Nuevo Testamento
VII. Religión del pueblo en la Tradición eclesial
1. Integración de símbolos y mitos
2. Integración de lo cósmico y religioso en las fiestascristianas
3. Impacto de los pueblos germanos
4. Influjo renacentista y barroco
VIII. Religión del pueblo en el magisterio eclesial
1. Vaticano II
2. Pablo VI
3. Juan Pablo II
4. Benedicto XVI
5. Francisco
6. Magisterio latinoamericano
6.1 Medellín
6.2 Puebla
6.3 Santo Domingo
6. 4. Aparecida
IX. Síntesis teológica
1. La visión de la religión del pueblo desde la religión oficial
2. La religión del pueblo como mecanismo y herramienta de
defensa
3. Lugar teológico
4. . Prioridad teológica de los pobres
5. El instinto de la fe
6. Teología del Pueblo
6.1 El Pueblo como pueblo sufrido y crucificado
6.2 El Pueblo de Dios como sujeto cultural y religioso
7. Cultura y religión
8. Pneumatología
9. Discernimiento
10. El Dios de los pobres
X. Epílogo
El mundo campesino que cada año experimenta la maravilla de que nazca la vida y
la vegetación a partir de una pequeña semilla enterrada en la tierra, es el más
propenso a esta actitud de apertura a lo maravilloso y nuevo. Esta actitud
contemplativa e intuitiva, abierta a la fertilidad y a la fecundidad, se hace presente
también en el campo religioso.
Y al revés, el mundo técnico, moderno, científico, urbano, secular es muy crítico ante
esta actitud supra-racionalmágica y sensible a lo maravilloso. Consecuentemente el
sector oficial y moderno de la sociedad, tanto en su versión socio-política como
religioso-eclesial, suele ser crítico ante la religiosidaón del pueblo, a la que llama
despectivamente “religiosidad popular” y a la que quiere evangelizar.d popular
Hay relación entre religión del pueblo osidad popular y liturgia, por más que la liturgia
muchas veces se haya estructurado al margen del pueblo que no comprende el
lenguaje ni los ritos de la liturgia oficial y buscaque sucedáneos para vivir su devoción
y su fe.
Evidentemente estas dimensiones de la religión de los sectores populares quedan
muy afectadas por la modernidad.
8. Lo político configura muchas veces la religioón del pueblo sidad popular, sea como
crítica o como implicación. La acusación marxista del carácter alienante de la religión
como opio del pueblo no es correctaexacta, pues muchas veces han sido
celebraciones religiosas populares las que han sido el caldo de cultivo de
revoluciones sociales. La pascua, tanto judía como cristiana, han desembocado a
veces en cambios socio-políticos. La devoción polaca a la Virgen Negra, la fiesta de
la Inmaculada en la Nicaragua sandinista o la fiesta de la Virgen de Montserrat en
Catalunya, han tenidotienen una fuerte connotación política. Pero muchas veces la
religión del pueblo produce fragmentación política y es utilizada tanto para el cambio
social como para la subordinación al desorden vigente.
3. Lugar teológico.
Lo que aconteció en América Latina desde Medellín 1968, cuando la Iglesia escuchó
el clamor de los pobres, es un ejemplo claro de la significatividad de este nuevo lugar
teológico. De ahí surgieron grandes figuras episcopales verdaderos Santos Padres
de la Iglesia de los pobres, laicos y laicas comprometidos con su pueblo y su Iglesia,
comunidades eclesiales de base, una vida religiosa inserta en medio de los pobres,
numerosos mártires y una teología nacida por primera vez del Sur, la teología de la
liberación, que se distancia de la hermenéutica teológica del Norte.
Podemos concluir con las palabras poéticas del obispo Pedro Casaldáliga dirigidas al
obispo mártir y santo, Monseñor Romero: “Los pobres te enseñaron a leer el
evangelio”.
“En este momento, Jesús, se llenó del gozo del Espíritu Santo y exclamó:. “ Yo te
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los
sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla” (Lc 10,21; Mt 11,25) .
Se trata de un misterio, incomprensible a los ojos humanos, pero que nos revela el
corazón de Dios. Como dice Francisco:
“El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él
mismo se hizo pobre” (2 Cor 8,9).Todo el camino de nuestra redención está signado
por los pobres” (EG 197).
Toda la vida nazarena de Jesús está impregnada de esta prioridad de los pobres y
sencillos: su encarnación en María, su nacimiento en un pesebre, su anuncio a los
pastores, su revelación a los ancianos Simeón y Ana en el templo, su vida de
trabajador artesano, la elección de sus discípulos, sus milagros a pobres y enfermos,
su cercanía a pecadores y excluidos social y religiosamente, su bendición a los
niños, sus parábolas y bienaventuranzas, la última cena y el lavatorio de los pies, su
muerte desnudo y abandonado como un malhechor, su encargo a los discípulos
después de la resurrección de volver a la Galilea de siempre, etc.
Lo sorprendente es que a lo largo de los siglos este mensaje y ejemplo de Jesús nos
resulte nuevo, extraño y contradictorio, aunque siempre en la Iglesia ha habido
profetas, y santas y santos que lo han profesado y llevado a la práctica.
La pregunta obvia es cómo hacer para este magisterio de los pobres sencillos y niños
llegue a ser escuchado tanto por los fieles como por los pastores de la religión oficial
y clerical, Indudablemente un camino es acercarse scon simpatía y sintonía a la
religiosidad popular a su piedad, espiritualidad y mística.
5. El instinto de la fe.
El Concilio Vaticano II habló claramente del profetismo del pueblo santo de Dios que
participa del profetismo de Cristo. Y añade un párrafo que seguramente puede
desconcertar a quienes creen que la infalibilidad es una exclusiva de la jerarquía y
concretamente del Papa:
“La universalidad de los fieles que tiene la unción del Santo (cf 1 Jn 2,20 y 27) no
puede fallar en su creencia y ejerce su peculiar propiedad mediante el sentido
sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando “Desde el obispo hasta los últimos
fieles seglares” (S. Agustín), manifiesta el asentimiento universal en las cosas de la
fe y las costumbres” (LG 12).
“La presencia del Espíritu Santo otorga a los cristianos una cierta connaturalidad con
las realidades divinas y una sabiduría que los permite captarlas intuitivamente,
aunque no tengan el instrumental adecuadao para expresarlas con precisión” (EG
119).
Ahora bien, si todo esto vale para el sentido de la fe de todo el pueblo de Dios ¿no
valdrá de un modo especial para los sencillos y pobres a los cuales Dios ha revelado
los misterios del Reino? Los “últimos”, se convierten en nuestros maestros en
teología.