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NT OF ®@ COLECCION @® DE LA TORTUGA. ‘a madre de Mary Read era una muchacha de costumbres ligeras que habia conseguido casarse con un marino de buena familia, en unas circunstancias bastante espe- tales. En aquella época, era costumbre publicar pequefios anuncios matri- moniales en las gacetas, redactados con ese fin®, , y agg hicieron otorgaran un ase eT oernent Decepelonada dela infanteria, se alist6 en un regimtenty de cabaleria. Se empend de nuevo en destacar y logré ta ‘admiracion de todos sus oficiales. Era siempre la primera cenel ataque, se burlaba de las balas enemigas ¢ instruiag sus camaradas entre los cuales habia conseguido un ascendiente que no sabian explicarse. Entre sus compafieros, destacaba un joven por el cual sentia un afecto especial. Un joven y bello flamenco, altoy rubio, que poseia una tez capaz de rivalizar con la de Mary Read, Las casualidades de la vida militar hicieron que les — _ oe para compartir. Su amistad se ee embargo, sin darse cuenta y enamorarse. a pine, continua, la ausencia de precaucion de aay oats inocentemente no pensaba en abso- eticar as ee libremente delante del inglés, podria liebe det dency? af dtente de pasién y Ia eclosion ren nace un feng san otras razones, sin duda, hicle- tet rena, etumeRto en la joven, que qued® Mo podic m "t hermoso camarada. ¢. Hublera menosprecla” do el ater HAF dectarars * de su frend; sant Hatustin 3: Puesto que el hombre debe ni oui ante de que 6 61 muon SAY No la sensacién decepele” ™0 Un objetivo, Y ademas, gdecl@” 36 carse? aRewelar 8u Secreto, Tevelar que era una mujer? rao catlo afectaba al amor propio de Mary Read. ‘El amor nos vuelve Ingenlosos. tina noche, el bello flamenco vivié el momento mas sor- prendente de su vida. Al regresar a su tends, encontré a Pie ompafiero en tna Insinuante actitud y totalmente des- pido, de forma que no pudiese albergar ninguna duda sobre sit SEXO. Mary Read solt6 un grito ahogado y se refugié en un rin- con opuesto donde el hombre, atraido, la buse6. :Acaso podia adivinar que como verdadera hija de Eva, Mary Read habia renovado la ofrenda de la manzana? _jAsi que eres una mujer! ~exclam6. Le puso un dedo en sus labios y lo acercé a su lado. Dejando las formas, jé1 quiso demostrarle que era realmen- te un hombre! Pero ella no quiso ceder. —Tu esposa... pero jamas tu amante.. Se fiJ6 la boda y la noticia caus6 sensacién. Sélo se hablaba del acontecimiento extraordinario en todo el regi miento. jImaginense! ;Dos soldados -puesto que nadie conocia todavia toda la historia~ que contraian nupeias! Jamas habia ocurrido algo asi, y con razén. Los oficiales se burlaron enormemente ¢ insistieron ¢m asistir a la ceremonla. Por primera vez desde que tenia edad para caminar, Mary Read llevaba un vestido. Cabe decir que no se encontraba muy cémoda vestida de aquella guisa, Ya no podian seguir en el servicto, por 10 que tos dos Jovenes esposos obtuvieron su permiso y. gracias & 18 ny Fosidad de sus jefes, regresaron a Inglaterra, don’t establecleron como posaderas, bajo la ensena de 1084 37 vente va 4 meF0S08 puesto que la Roti 1 clientes e" ; : vee Mado, Acwdian en TUPOS PATA beber y come, i que durante tanto LIEMPO Se ais zecos se habia ext fen casa de ha mut ome ea etek 6 oC. Stari fallecté y legé Ia tranquilidad. Los cliente, fueron cada ver mas escasos Y el negocio acabé yéndose pique. Mary Read cerré la posada, bajo la persiana y deg, vet tlave bajo la puerta. Partié hacla Holanda recuperan, ‘fo su ropa masculina y se alist6 en un regimiento de fron. fon, hasta cl dia en el que decidié stibitamente partir hacia las Indias occidentales, donde esperaba poder ali ‘mentar su deseo de aventuras y de accién. ‘Se abria un nuevo capitulo en su vida. ‘Sin embargo, dejémosla a un lado ahora para hablar de ‘Anne Bonney. aunque no taréaremos en volver a encontrar a Mary Read en el camino de ésta. m Avo y nacié setae me €n Cork (Irlanda). Era el fruto de los ad con 90 tt tt sehior Bonney, notario de ta elt catego ae Su padre era un personaje serio ¥ legis descae los personajes serios y estirados: Con 8 espa y an bE virtuoso y conyugal hacla lentes, ‘ar la compaitia de jovencitas compla* Cuando se percatd de crmteehncrans oer n ee a *Y abandong gay Sado Fesultado, no se lo pense ‘ompahera legitima para dit 38 sese nacta Norteamérica con Ia nif, y por supuesto conta aijenta y un bucn fajo de billetes de banco. Sabi aon. sip algo mas quc tos astuntos intimos, ‘Se instalo en Carolina, que, como el resto del pais, era colonia inglesa, ¥ Se dedicé a la especulacién; con tan puena fortuna que Ye permitio adquirir una importante piantaci6n. EI comercio que practicaba, a semejanza de Pros negociantes, era muy particular y consistia principal- snente en compras o trteques ventajosos con los piratas {que abundaban en el golfo de Méjico. No nos escandalicemos. Hay algo de ingenuo en estas costumbres. tina ingenuidad que desarma. Qué magnifica ocasion para que un misantropo razone hasta hartarse ‘afirmando que nada ha cambiado desde hace siglos, y que Jos piratas encuentran siempre gentes supuestamente honradas con los que traficar. El padre de Anne Bonney se hizo muy rico, mucho mas de lo que ya lo era en la cludad de Cork. y su hija fue el punto de mira de todos los pretendientes de los alrededo- res. Era realmente bella, pero su dote seducia mucho mas. Sin embargo, como digna heredera de su padre, Anne Bonney ya habia vivido algunas aventuras secretas y Se Present6, un dia, ante el hacendado en compafia de wn marinero Joven y afable. —Mi marido... dijo. Bonney padre pensé que iba a desmayarse ahi mismo, Cuando recuperé el sentido, lanz6 un torrente de inriae y blasfemias. ;Su hija, aquella en la que habia puesto todas SUS esperanzas, casada con un bribon sin blanca! —iPuera de aqui, los dos! Fuera de aqui t 08- 39 se habia jactat et orgullo pater™! nero se dio cue sido tan provechos jAhora tenia qu Este hombt Charles Vane 4 cdaros, De entre los mas recientes si cipar en el pllale d 0 ie sul re pertenect vec estaba implicada en varios asuntos nada con las orejas do de impone! 10 era mas inta que al fin vom habia pensado €n UN principis rir la carga de una mujer sin dote! gachas. Anne Bonney, gy, su voluntad, Se Percats de qu fuerte que el carlo. ¥ el may, yal cabo el asunto no habia ‘aa la tripulacion del capitan ¢ les acusaba de part. ic los lingotes de plata que acababan de recuperar unos buques espafioles en el golfo de Florida, En, aque lugar se habian hundido hacfa tiempo algunos galeo. nes, y en las cercanias se encontraban todavia auténticos tesoros. Charles Vane, al igual que otros piratas, esper6 a que le hicieran el trabajo para apropiarse Iuego de la plata. Se dirigia ala isla de la Providencia, que era como el punto de encuentro de toda el hampa maritima de la region. Al Pasar por la costa donde se encontraban Bonney padre y pineal hacendados, habia hecho escala durante algu- ap a jee SRS empez6 la aventura El buque partio, compafifa de su "a joven en Providen ~seguiremos llama re ue la Historia se Io datse a bordo y ley Pero su maid, au 5 ; ©: S€ Neg6 rotung mari idamente, llevando a bordo a la joven esposa en. a Vane habia consentido en dejar @ 'a, donde los recién casados espera” tie empleo en tierra, Anne Bonney a geOr St nombre de soltera, puest? ‘antenido— hubiera preferido que ‘ar tna emocionant lon: 1 8¢ habia te vida de alta maf ‘vuelto repentinamente cel” 40 tenia suficientes motives. Un cabo lamado John Rac- ‘a encaprichado con Ia joven y no dejé pasar ni sstrarselo. Por su parte, Anne, que no era mit ‘as atenciones con una coqueteria que no podia dia a esti ii gular. Ya era hora de que Wlegaran a Providencla, de simbolico nombre. tne Bonney ¥ st marido desembarcaron con el firme propésito de ganar dinero. La suerte parecié sonrefrles. El hombre encontro para su mujer un empleo, lo que le per- mitirfa a 61 seguir navegando, Cuando llegara el momento, yolveria definitivamente y los dos se establecerfan, Pero la aventurera tenia otras pretensiones. Era la oca- sion para poder ver a Rackam a espaldas de su marido y convertirse en su amante. Un dia, aprovechando que el marinero habia sido enviado a tierra, visit6 a su amante en el buque y pas6 varias horas con él en su camarote. De repente, ternuras y suspiros fueron interrumpidos por una agitacién general en el puente. Ordenes mezcladas con juramentos se escuchaban por todas partes. El cabo, apartandose de los brazos de la Joven, la encerré en el camarote para mAs seguridad y corrié al puente. En un instante lo comprendié todo. Dos buques de guerra habian aparecido e Charles Vane, que no tenia la conciencia muy habia apresurado a cortar las amarras Y hacerse a la mar, no sin antes lanzar una andanada a los buques del Estado. Estos, bajo el mando general del capitan Rodgers, habia Venido a ofrecer a todos los piratas que Se ‘encontraban alli el Perdén y la ammnistia del rey de Inglaterra, a condicion de ue se rindieran y levaran una vida honrada en ¢l ture -n la ensenada Y tranguila, se aL ia nada de esto. Pero aunque hubiese esta, Vane no sabia HT coign hubiera sido la misma, Prefers, doa cre ase Tas aa. correr Sanh vimiento determiné Ta carrera de pirata qe Ee “pfecivamente, Jeera imposible abandonay « eaten! se alejaba con toda la fuerza de sus vela, varpaadas pr wn viento propio: Nada Te hublera gusta, ddo mas, zAcaso no habia siempre sofiado con una vidq como aguella? Se lo explicé feliz a Rackam, —A partir de ahora, seré toda tuya... por fin nos hemos deshecho del esttipido de mi marido... Te quiero.. El cabo, admirando su decisi6n, le revelé su preocupa- cién. £1 habia enviado su rival a tierra, para recibir a gu amante a bordo. Esto se habia hecho a pesar de la prohibi- cién formal de Vane, que deseaba tener, en todo momento, su tripulacién completa a su disposicion. gComo explicar, oe a ae del marinero, y por otra, la pre- una muj Ja solucién, Dame r ji diste cuenta a hombre ~sugiri6-. Puedes decir que te ‘nia de la desercion de mi marido y... jque Io has Sustiuido pr otro marinero = Laestra Piratas a funcion6 perfectamente, Ninguno de 108 Bonney, que Racha tet feeluta era una mujer. Anse afere dent aPresurado a presenta le camarote, ial esta nueva sity se adapt6 de la noch 10 Infenig 2108: Durante el dia era UP lor en ni o . Fe convert ingan aspecto a los dem Ime ardent yyy 8 jer? Anne Bonney encontré Ta mafana a luptuosa 42 brazos de su amante, en un® Iv Dos dias mas tarde, encuentran un balandro procedente ge Barbados. Zafarrancho de combate. Izaron la bandera negra, pero no hubo accion, puesto que el balandro arrié inmediatamente la bandera y se rindié sin condiciones. ‘anne Bonney s¢ levé una decepcién, _yfistos son los peligros que nos esperan? -murmuré-. Yo que crea que sbamos a luchar! Estas palabras legaron a oidos del capitan Vane, quien, sintiéndose orgulloso de la adquisicién del nuevo cabo, le ofrecié tomar el mando del buque capturado. Pero ella rechaz6 una proposicién que la hubiera separado de su amante. Finalmente, fue un hombre llamado Yeates quien tomé el balandro en sus manos, con veinticinco hombres de tripulacién. Un poco ms tarde, divisaron un velero espafiol. Este si ofreci6 cierta resistencia, defendiéndose a caionazos. Lle- vaba algunas piezas de a ocho. Esta vez, por fin Anne Bon- ney pudo pelear y se mostr6, definitivamente, a la altura de los piratas mas rudos. Lievando a la estela las dos iiltimas naves capturadas, Vane fondeé en una pequefia isla, donde repartieron el botin y se procedié a la limpieza de las carenas. Seguida- mente siguieron su rumbo. Entonces tuvo lugar una serie de acciones de pirateria. De forma sucesiva, saquearon 8 buque espafiol que venia de Puerto Rico y se dirigia a ba Habana, abandondndolo en lamas con toda su infell + Pulacién a bordo; capturaron varios navios britanicos pro- Cedentes de Inglaterra, y sembraron ¢l terror a Jo largo de las costas americanas. o, desde que Yeates habia ascendido a capi, sin embarg® Muniliar, se hacia cada vez mas qin : x et, tan del balandro 2 ideraba igual ddarle érdencs. BI hombre s¢ cons! igual a Vane y aan fan eada instant, exigeendo un botin tan importa, te como el del jefe. Por otra parte, bajo la Influuencia de gy inonte, Rackam sentia florecer su ambicion © idegy. varios proyectos. Las constantes conspiraciones con jog rmarineros y las insidiosas criticas pronunciadas a escon, didas le aseguraban poco a poco el apoyo de un grupo de disidentes. La primera gran brecha en la autoridad de Vane se abris a causa de la hufda de Yeates. Este ultimo se habia rebela. do abiertamente al recibir la orden de Mevarse a noventa negros capturados en un bergantin procedente de Guinea, La promiscuidad de esos hombres de color le parecia un insulto a su dignidad de hombre blanco. jHasta dénde vaa arar el amor propio! Desde entonces, empezé a reinar en el buque una silen- Glosa division mantenida por Rackam y Anne, que tenian cia vermis acendent entre la tripulacién. lc €speraba la ocasion 7 ope Esta se presenté en. de arriar bandera, bias cruzad: Propicia para deshacerse del capitan. forma de gran buque, el cual, en lugar a petra Vane iz6 bs calavera con las dos de Francia v dispard a oo ™mastil los colores del rey coe crecton, a de un bu que de gu Bean dean eo Buea des. ro de aquellas M. Luis XIV... decidi6 virar de bordo ya que caracteristicas le parecia una ie a francés no creyé lo mismo ¥ sata ‘avegaba a buen ritmo pero él un encuent 44 vane corria de derecha a izquierda en el puente, juran- go y blasfemando: © a toda velal... }O estamos perdidos! Anne Bonney Intercambi6 una mirada con Rackam, El cabo se acerco contoneandose hacia el capitan: gPor qué huimos, acaso somos unos cobardes? _;céllate imbécill No ves que son mas fuertes que no- sotros? ~grit6 Vane, alzando el brazo hacia su perseguidor. _s posible -respondié pausadamente Rackam, que estaba ya respaldado por Anney Bonney y por gran parte de la tripulacién-. Este buque francés puede estar mas y mejor armado que el nuestro, pero no puede ser ésta la razon para huir del combate. gEs que acaso sélo somos capaces de capturar a los buques indefensos? ;Permitenos probar con este buque de guerra! —Si-exclamé decididamente Anne Bonney-, jno somos mujeres!... Mostrémosle a este buque francés como se las gastan los verdaderos piratas. —iBstais locos!... Nos hundiran antes que podamos siquiera rozarlos. La discusién se contagié por toda la tripulacién. Final- mente, unos quince hombres apoyaron a Vane. El resto se Quedaron del lado de Rackam. Mientras tanto, el buque pira- ta seguia huyendo, y esta vez empezaba a ganar ventaja. —Yo soy el dueito de esta embarcacién -exclamé el capl- ‘én apuntando con una pistola a Rackam. —iNo por mucho tiempo! -mascullé este tiltimo entre dlentes, y se retir6, indicando a Anne Bonney que 0 Siguiera resistiendo por el momento. Mas valia, ante este desacuerdo, evitar cualquier persecucton. Le ajustaria las cuentas mas tarde. 45 Al egar la noche, et buque de guerra francés haba, pevdlendo distancia. Rackam reuni6 a SUS acéiitos; mA volar, sobre la conducta del capltant Todos op, Jamento que tna vez aceptAMos. ¥ en especig Ido céis el reel que reza su articulo primero. i, votemos!... El reglamento al que se referia Rackam era un extrajy contrato en vigor en todos los buques piratas. No congce, mos el contenido exacto del acuerdo que reinaba a bordg de éste, pero es probable que fuera similar al que tenemos la suerte de publicar mas adelante. Puesto que los docu. mentos de este tipo son muy escasos, hemos pensado que seria interesante abrir un paréntesis para darlo a conocer a nuestros lectores. Se trata, en este caso, de los estatutos de un buque pirata, el Sans-Quartier, comandado por Tho. mas-Jean du Lain, de origen francés. En la cabecera aparece esta inscripcion religiosa: LAUS DEO or murato de flete y reglas que deben seguir los marineros {aly como sigue, a saber: Att. 1. Nosotros, a are que suscriben, recibimos y reconocemos como Clones signer Ser Yean-Thomas du Latn, bajo la conde toque ordone para sain oon ele desobedezca, en ado Ser castigad lad y servicio de sus compaieros, la en funcion de s, : favor de ta sus delitos, @ Savor dela pluraidad de na Fak tos, o dejara su cargo Art 2° Como g Hu lentente, re el cual ustodiaré et réconocemos a Antoine Durand de Luo". Coffe de oro y de plata y se le perm 46 1 a bordo de los buques capturados con el fin de tnformar subi sub de la carga. det contentdo | geasy 52, legtbles (borrado por el agua del mar). Art. 304! “i a2 ¥en caso de que se produzca alguna disputa entre dos « mpaneros, aquel que Juzguemos culpable serd perdonado van primera vez, y. en caso de relncidencla, Se le amarraré. a a tnnon donde recibiré de toda la tripulacion un latigazo. ant 72 De nosotros, tncluldos los oficiales, los que se embriaguen ‘asta perder ta razon, seran, una primera vez, amarrados @ un cafon, y rectbiran de toda la tripulactén, como anteriormente, un latigazo. “art. 8.8 Acordamos todos Juntos, de comin acuerdo, que aquellos {que suban a bordo de los buques capturados obedecern a sus oficiales sin causar ningéan desperfecto y que todo lo que se saquee deberd llevarse al pie del gran mastil con el fin de que los oficiales lo distribuyan a cada uno, a partes iguales. ¥ aque- ltos de nosotros que regresen a bordo del Corsarto‘ con botin, deberdn ser registrados en presencia de un oficial, y a quien eve encima algo. por un valor de al menos cuatro reales, sin declararlo, se le romperé la cabeza de inmediato. Tampoco se nos permitird, a ninguno de nosotros, cambiarnos de ropa a bordo de los buques capturados, tinicamente en caso de necesidad y con el consentimiento del aftclal. bajo pena de reclbir en un cafén los castigos mencionados antertormente. Ant. 9° Aquellos de nosotros que roben a otros compaiteros cual- uier tipo de posesion, deberdn devolver to que hayan robado, ¥ después serdin amarrados a un canon y reclbiran de cada uno de nosotros un tatigazo como castigo del robo. AT 10.2 En cuanto a los buques capturados que se entreguen voluntariamente sin ofrecer resistencia, se nos prohibe term nantemente destruirlos, salvo que sean espafoles. —___ 4 1Plidico eufemismot 47 a nuestros hermanos heridos y Ustadog nprometemos de comin acuerdo a dares 10 necesar, ren tatados or os crwanos, ademas, obtengyg /® parte del botin, como et resto. i “Art, 12.8 Quien se encuentre de guardia y se duerma duranie ‘servicio sin advertiral oficial de guardia sera amarrady qs anon, ta primera ver, y ecibiré un azote de cada triputany fon caso de reincidencia, se le romper la cabeza, y Art, 11.8 En cuanto ‘art 198 Sos buques alos que atacamos se deftenclen conta bn ddera negra y, tras haber izado la bandera roja, nos dispargy, tres cahonazos, no se perdonaré a nadie. i ‘Art. 14.9A todos los que conspiren para desertar o sean considera, dos desertores, se les romperd la cabeza. En testimonto de lo cual, hemos firmado todos el presente documento, promettendo seguir las normas y efecutarlas, fr. mado y marcado con la marca ordinaria del niimero cincuenta y tres... El voto de los piratas tuvo lugar y, tal y como esperaban Rackam y Anne Bonney, la conducta del capitan Vane fue condenada por la mayoria. En testimonio de lo cual, se le destituy6 del cargo y mando. El buque arrastraba un pequefo sloop, capturado reclentemente. Rackam, que habia sido elegido capitan, 5¢ mostré magnanimo. Decidié dejar el velero a Vane y a SUS fieles. —Démosles provisiones y municiones ~aconsejé a sus compaiteros-. Hay que hacerlo siguiendo las normas. No podemos abandonarlos desprovistos de todo. El 24 de noviembre de 1718, el capitan Rackam tomé ¢ mando oficial del buque. En realidad fue Anne Bonney quien, desde ese dia, dirigié la aventura. Su amante 7° 48 | | que no fuera previamente aconsejado por ella. ada nacia e nine completamente. ila 10 OO destacar que, hasta entonces, nunca tuvo la Hay « crevelar a borde que era una mujer, y menos “a nario. El capitan le bastaba ampliamente, Con ait ee oes ‘que cambi6 de opinion. Pero no nos antt- cl uempo- capemos v Desenos, por un momento, 2 un Jado el buque que traspor- taba a Anne Bonney y a Rackam para seguir a Vane en sus venturas, Estas no fueron, ademds, muy largas, aunque si tormentosas, y finalizaron, como casi todas las aventuras de piratas, con la captura y la ejecucion. Las circunstancias en las que el ex capitén de Rackam fue capturado fueron las comunes y desacreditaron la atractiva leyenda segin la cual los piratas eran hombres que se ayudaban entre ellos. Todo lo contrario, siempre existieron crueles rivalidades entre estos bandidos. Los gobiernos lo sabian muy bien y, mas de una vez, se aprovecharon de este odio, nacido de la codicia, para enfrentarles entre ellos, ofreciendo gran can- tidad de recompensas y perdones. Entre los piratas. quien- quiera que ayudara a entregar a un «colega» a la justicia, se beneficiaba de medidas especiales de clemencia, con el Tlesgo de ser él mismo vendido por un tercer ladrén mas ‘abil 0 mas expeditivo que él, antes de ver cumplida su obra de delacién, — ot Vane y sus compajieros se resignaron a su tuacién y sin embargo, aun con todo, se conside- 49 raban afortunados por haber salido del apuro sin ningtin otro dao. ¢Acaso no disponian de wn buque -mds peque- fio que el anterior, clertamente, pero un buque=y de all mentos para subsistir, y de armas y pélvora? Pusteron rumbo hacia el cabo de la bahia de Honduras Tranquilamente, se dedicaron a reparar su sloop para poder reemprender su oficto de ladrones. {A rey mucrto, rey puesto! Vane se encontraba de nuevo a la cabeza de unt puniado de Neles y decidido a remontar la pendiente. En e| fondo, preparaba planes de venganza contra Rackam y eguidores. Se hicieron a la mar y, tras tres dias navegando, Vane se encontré con un sloop acompanado por dos pequenas ureas (navios de transporte) y los capturé. Los muevos pri sioneros aceptaron sin dificultad aumentar la banda. Hun dieron las urcas tras vactarlas y el sloop acompaié al buque de Vane. Parecia que la suerte les sonreia. Los dos buques atacs ron y saquearon un gran buque mereante llamado La Perla de Jamaica, El botin fue enorme y los hombres de Vane aclamaron a su jefe. Pero esta hazaiia fue en realidad ts altima, pucs con el anuncio de tal noticia las autoridades actuaron tal y como habiamos anunclado, es decir, prome Uleron una gran recompensa a quien entregara atado de ples y manos al pirata. Era invierno y las borrasc: so. Una de ellas, especialmente violenta, separé a Vane dle ‘su otro bugue. Ya no lo volveria a ver jams, La tormenta duré dos dias. Abatido, desamparado. haciendo aguas por todas partes, el pirata consigulé I hasta una pequena isla en las Inmediaciones de Hondu se repetian casi sin de: 50 aun habiendo ereido veinte vece todo se habia acaba- qu do, Cuando pens6 que se encontraba a salvo, un altimo sobresalto del furloso océano lo arrojé contra las rocas, donde el sloop se hizo aiilcos. El islote era salvaje y estaba deshabitado. De tod: pulaci6n s6lo quedaban Vane y uno 0 dos hombres enfer- mos. Estos, privados de alimentos y de culdados, no tarda- ron en morir. El capitan se quedé solo, desesperadamente solo... ¢Mortria él también? Los propésitos del Ciclo son Impenctrables. Hublera bastado que el destino decidicra acabar en ese momento con una carrera memorable. Pero estaba escrito que Vane conoceria otras desgracias. Mientras permanecia Urado sobre la arena, debilitado y febril, vio que se Inclinaban sobre 61 unos hombres compasivos. Eran pescadores que frecuentaban dle vez en cuando ese lugar propicio para la pesca de la tortuga. Bl ndufrago comprendié que lo tomaban por un marinero desafortuna- do, arrojado a la costa. Evidentemente, no tenia intenclon de desengaharlos y, durante algunas semanas, vivié tinica- mente de las ayudas que le proporcionaban. Vane s6lo deseaba una cosa: poder abandonar el islote Por algiin lugar mas acogedor. Podria haber pedido a uno de Sus benefactores que lo Hevase en una de sus barcas hasta la costa, pero no Io hizo. Sin duda esperaba que pasase algan buque que lo llevaria hasta Jamatca u otra parte, De hecho, un buen dia, vio aparecer un buque que detuvo para renovar sus provisiones de agua potable. Vane Se acercé a los marineros, y cusil seria su sorpresa al descubrir que entre éstos se encontraba el capitan Holford. Un viejo conocido... estaba salvado! la ute Y pensar qu 51 estaba perdido: ° cas para nada! BS" sta nolo reconocld. El hombre jj, Holford a PRMET parba bien erecida. Pero cuy, a sonrié maliciosamente: je hombros. van ~aljo-. Como la tuya... Como todas ,, de Tovenpanes que navegan coo 18 bandera pirata... 1) pe enigo. No te arepentiras. COMOZEO UN ESCOn«i ‘Riu en ura dels isis de las Balamas, nos reparti ane el botin que tengo ali escondido... gDe acuerdo? olford vacll por un momento. Quiz hublera acepiaxly «i sus hombres no le hubleran oido interpelar al néufra O puede que pensara que le reportaria mayores gananciac entregar a Vane, De todas formas, respondi6 con cinismo No, Charles, s6lo puedo aceptarte a bordo como pri sioner Vane suplic, sin éxito. —Te conozco -dijo Holford-. En cuanto subas al pucnte const a hombres, me rompers la cabeza uirds con mi buque... Esto demuestra, haciendo un paréntesis, que siempre Se recoge lo que se slembra. Holford conocia lo que habia ceurido entre Vane y Rackam y no tenia ningin interés et lun riesgo semejante. Efectivamente hubiera sido muy fécll corromper a los T a los miemby ion hablindles de anena oe nneimbres de ta trpulacten Holford afadis; —éPor qué no huyes 10 quleren levarte? me 8 CO8t2? ZAcaso los pescadores una barca! En ese caso, jseria muy facil robarles 52 ue los espanoles me cojan y me cuelguen sin _ipara F fectamente que es imposible, Hol- miranientost ‘Sabes per! jleno de rabia, la partida de su ex cama- i a que ya no podia contar con Gl, ;Peor todavit ae sa declarado duramente: ‘de nuevo dentro de un mes, en el camino de io todavia ests por aqui, peor para t a resignarse. Vane conté los dias. Se habia edir a los pescadores que lo Hevaran hasta tle- ando un buque que seguia la misma ruta que Y esta vez nadie conocia al pirata, regres: solo pod decidido a P* rra firme, cui Holford ech6 el ancla. por Io menos de-vista. _Llevarle a Jamaica?. Precisamente alli nos dirigimo: ‘Vane no creia lo que ofa. {Qué dulce le parecié esta res- puestal... Prometi6 pagar el pasaje y se comporté como el marinero mas trabajador y mas sacrificado. JY qué suspiro de alivio cuando, las velas al viento, el buque se alejé répidamente del islote!... Vane rid para sus adentros pensando en la decepcién de su ex camarada, cuando pasara de nuevo por el islote. Esta vez, el pirata se sintié seguro y crey6 estar a salvo de los castigos que durante tanto tiempo habian parecido inevitables. Era el mas alegre de toda la tripulacion, acep- taba todas las tareas con una sonrisa en los labios. Nada ra demasiado cansado, ni demasiado dificil. En su mente ya nacian proyectos para mas adelante: primero esconderse y dejar pasar un poco de tiempo. Después. Teapareceria, reuniria algunos hombres... Miraba al futuro con optimismo. iPor supuesto, querido amigo! 53 Incluso con tanto optimismo que no se extrafié en abso- Into de la repentina inmovilidad del buque. El se encontra- ba en la bodega cuando, arriba, el capitan, que acababa de divisar otro buque, ordené amainar las velas. creo que es Holford -mascullé este Gltimo-. Estaré encantado de estrecharle la mano... Precisaremos que este capitan era un marino honrado, pero, tal y como hemos tentdo la ocasion de destacar, no era extraio -y a menudo incluso Gtil- que los piratas man- tuvieran relaciones cordiales con marinos que no tenian nada que reprocharse. Cuando decimos «itil» entendemos spara este tiltimo. E] buque de Holford se aproximé y los dos amigos, con sus respectivos megafonos, intercamblaron cordiales men- sajes. —jVenid a comer a bordo!... -exclamé el capitan de Vane. —Con mucho gusto... -respondié Holford con voz esten- torea. Un cuarto de hora mAs tarde, Vane, al salir de la bode- ga. vio, con las pupilas dilatadas, a un hombre que subia al puente y, embargado por el terror, volvié a meter la cabeza en la escotilla de donde acababa de salir. —iEspero gue no me haya vistol... ~pens6, Jadeando. Por desgracia, Holford (enia una vista muy aguda. Lo primero que le dijo al capitan fue, sefalando el lugar por donde habia desaparecido el hombre: —eSabes quién es ese tipejo? —Sélo sé que es un buen trabajador. Lo recogi en una isla, a la altura de Honduras. Un néufrago. Holford se tomé su tempo y exclamd: —Lo conozo... ¥ ti también, seguro. 54 Sesion —éYo? Es la primera vez que le veo. —¢Pero has oido hablar de Charles Vane? —zQuién, el pirata? —Exactamente. Llevas a Charles Vane... Al capitan le flaquearon las piernas. —Pero... pero... balbuces, jno lo quiero aquil... Yo... yo... @Charles Vane en mi buque? |Qué calamidad! ° Holford supuso inmediatamente que no estaba al corriente de la recompensa que se ofrecia por la captura del bandido. Era comprensible, puesto que este iiltimo regresaba de un largo viaje por el Sur. Con un aire indiferente dijo: —St esto puede ayudarte, lo embarcaré en mi buque y lo entregaré a las autoridades de Jamaica. Ayudar? ;Pues claro! Todo lo que deseaba era man nerse al margen de este tipo de asuntos. Con un pirata nunca se sabia qué podia pasar. Eran de temerse compli- caciones, venganzas de cémplices y un sinfin de cosas mas! Acordaron que no despertarian ninguna sospecha a bordo, y que el propio Vane ignoraria hasta el ultimo momento que habian descublerto su identidad. Tras la comida cordial, Holford regres a su buque Un poco mas tarde, mientras Vane ardia de Impaciencla esperando las érdenes para largar las velas. diviso una chalupa que avanzaba hacia el buque. Sin duda =pensé para tranquilizarse- se habrian olvidado de algo. La tripulacién se sorprendié ante la escena que se desarrollé entonces. El segundo de Holford, al subir al asi Puente, apunt6 con su pistola al naufrago: uieme, Charles Vanel... (Eres mi prisionero!... ——————— Li — i‘ puesto entre rejas. el pirata fue entregado al goblerno a su legada a Jamaica. Bl julelo fixe rapido v la eJecuetén fue después de la de Robert Deal, aque! que comand6 el segun- do loop perdido durante la tormenta y que habia sido cap. turado recientemente por un buque de guerra, En cuanto al capitan Holford, continué con mas entu- siasmo todavia dando caza a sus antiguos camaradas, y puesto que el vio arrepentido debe ser recompensado -ya que segim las Escrituras es mucho mas admirable y valio- s0 que la virtud de siempre- se convirtlé en un hombre res- petado, rico y se establecié en el pais, donde adquirié una bella casa. VI ‘Durante este tiempo, Rackam, a Ja cabeza de su tripula- cién, entre la que destacaba su mujer pirata, seguia pirate- ando los mares y levando una hermosa vida independiente, jl es que acaso podemos afirmar que un hombre enamora- do-y Rackam lo estaba profundamente- es realmente inde- pendientel... Damos ahora una pequefa muestra de las depredacio- nes en las cuales Anne Bonney tomé parte muy activa: Entre San Crist6bal y Anguila, una cangreja y un sloop cargados en abundancia. Ala altura de Carolina del Sur, un gran buque cargado de madera, un pequefio velero procedente de Antigua, otro de Barbados y un tercero de Curacao. A la altura de Long-Island, un sloop y una cangreja. ambos procedentes de Jamaica. 56 Ja altura de Jamaica, un /buque procedente de Mz ude bordo de éste encontraron un tabernero de Jamaica se pombre era Hosea Tidsl, que consigité su seen ad bajo la promesa de que a partir de entonces les se : uultar los objetos robados. Sin embargo, Anne Bonney, on su instinto femenino, reprobé este acuerdo decidide oy kam. De hecho, se demostré mas tarde que Tidsel ve ia apresurado a advertir a las autoridades y que desde ntonces les habia tendido una trampa permanente a la oreja del capitan. jEstaba embarazadal... Hacia montar una comedia para que no se descubriese el tel, por lo que el lugarteniente de Rackam fue desem- do en una pequeia isla al cuidado de algunos amigos les que fueron informados del secreto. El asunto -si lemos permitirnos hablar asi~ no tuvo consecuencias, Anne Bonney no se preocupé demasiado de dedicarse 1s deberes que le incumbian. Se deshizo de lo que se ciaba como una pesada carga para ella. v al pasar de o, Rackam supo con satisfaccién que «a crisis de nteriar habia desaparecido. Anne Bonney recuperé su antes, eran designadas de esa forma. Esta sucesién de archipiélagos era especialmente apre- lada por los piratas, a causa de su situacién y de su con- clon. Grandes bancos de coral sobre los que crecen los 87 ocoteros, bosquecillos espesos. brotando del mas altos ¢ s rocas, agua clara y transpa- minimo intersticio entre la: rente en las calas. Pero lo que, sobre todo, atraia a los ladrones del mar era ta gran cantidad de grutas naturales que se encuentran por todas partes. Clertamente, muchas de cllas eran impracticables cuando subia la marea, pero otras, por el contrario, eran auténticas cavernas, profundas y secretas, en las cuales se podia. sin ningtin peligro, depositar el botin obtenido, hasta que llegara el momento de repartirlo. Las islas Bahamas, en particular, formadas por cientos de ellas, eran también guaridas inviolables. Solo se podia llegar a ellas a través de estrechos pasajes entre arrecifes, cuya localizacién debia conocerse exactamente para evitar dahos en el casco. El pirata que lograse aleanzar estos des- filaderos estaba a salvo, siempre que no ignorase nada sobre cada uno de sus recodos. Rackam habia decidido deslastrar el buque de todas las presas obtenidas hasta entonces. En el camino, se encontraron con un buque procedente de Europa. No habia ninguna raz6n para despreciar este bocado adicional, y de hecho no Jo despreciaron. Este buque procedia de Holanda y se dirigia a la costa america- ae fue capturado sin dificultad y tras haber cons- Fa ce a pasajeros eran todos. de nacionalidad holan- on pce ae que era inglés, embarcaron a éste, y ¢l ae vosajeng nereage de su carga, siguié su ruta. tease {ico no era un prisionero. £1 mismo . de forma esponténea, que lo embarcaran en el navio pirata. Lo Ile es varon ante y ey a Rackam y Anne Bonney 58 —Odio la vida aburrida de los hombres de tierra adentro ijo-. Solo soy feliz, en el mar. Déjenme quedarme con stedes. Seré un buen y fiel compaiero... _ Anne Bonney, impresionada positivamente, le otorgé to gute deseaba. A bordo de un buque de piratas siempre hay trabajo para unos brazos de mas. {Este atrevido no era otra que Mary Read! Anne Bonney, a quien Mary Read consideraba un hom- bre, también se confundi6 sobre el sexo de su semejante. Las dos -g0 deberiamos decir los dos?~ simpatizaron de inmediato, cada una en su fuero interno admirando a la otra... Sin embargo, el sentimiento de Mary Read no iba més all de una amistosa camaraderia, mientras que Anne Bonney, mas ardiente, se dejé rapidamente levar por un deseo apasionado. "No hubo un instante en el cual, con los pretextos mas diyersos, no multiplicara, en su calidad de lugarteniente, los favores y los privilegios para el recién llegado. Mary Read, un poco preocupada, se preguntaba si el segundo de Rackam no habria descubierto su secreto. {Podia acaso haberse imaginado una situacién tan rocambolesca? _ Por otra parte, ella misma amaba a un joven artista que se habia enrolado, tras una captura parecida a la suya, bajo la bandera de la calavera. En este caso también reina- ba la incertidumbre. gSeria capaz de usar de nuevo el sub- terfugio utilizado durante su estancia en los campos de Flandes? El problema estaba en el incordiante lngartenien- que no dejaba de molestarla. Y para colmo de desgracias, Rackam empezaba a sospe- y a poner mala cara a quien parecia acaparar a st ante. 59 vi ‘Mexrnas tanto Ta vida, tal y como 8© desarrolla en un arco pirata, seguia su. curso. Perseguian & cualquier pres que se presentara ante Su Tapar mirada, la apresaban, Ia saqueaban y partian de nuevo a la caza. Ms pubo ningin incidente realmente digno de ser con- tado. El terror que inspiraban estos piratas era suficien te para reducir al maximo Tas operaciones. Algunas veces, rompian la cabeza de algin que otro recaleitrantc que viajaba a bordo de los buques capturados, pero era algo normal. Generalmente todo ocurria de acuerdo con el famoso reglamento. Pero en lo que se reflere a la aventura que nos interesa, no debe extraharnos que la tripulacion lo ignorara todo, incapaces de percibir cualquier gesto intimo por parte de nuestros personajes. ¢Acaso ibamos a pedirle a unos bru- tos las mas basicas dotes de observacion psicol6gica? Ade- mas, en sus principios reinaba el hecho de que cada uno se ocupara s6lo de sus asuntos personales. Aungue lo cierto es que legaria el dia en el que la tripu lacién se enteraria de la verdadera identidad de las dos mujeres, pero mientras reinara la costumbre, seguirian considerandolas hombres sin que nada cambiase a bordo. Estos hombres sabian que encontrarian regularmente en un lugar, al sur de Cuba, donde hacian escala cuando Ja bodega estaba Ilena, todas las compaferas deseadas para compensar tantos meses de abstinencia. Hubo una alerta en los alrededores de las Bermudas. Los buques de guerra del capitan Rodgers les dieron caza. Tuvie ron que abandonar un sloop y un bergantin que habian cap- 60 saclo. Pero poco importaba. El resto del botin era lo bas. te importante como para compensar este disgusto. Desembarearon en t ; Cuba, en el pequeiio h cada una. Mary Read vigilaba a quien le habia echado el ojo. Anne Bonney no se separaba de Mary Read. ¥ el capitan Rackam estaba al acecho, no muy lejos, La ignorancia que cada uno tenia con relacion a los sentimientos del otro, hacia todavia mas deliciosa esta comedia de cuatro personajes. Puesto que fue bastante después de esta escala cuando el secreto de las dos mujeres dejé de serlo en el barco pirata. Un dia, después de haber bebido, Anne aparté a Mar Read del grupo y se le declaré sin tapujos. Esta altima se qued6 muda, y la amante del capitan se apresur6 a decir: —No, no es lo que crees... Soy una mujer.. Mary Read se qued6 boquiabierta y balbuced: Una... guna mujer?... ;Pues yo también! Entonces fue Anne Bonney quien se qued6 boquiabierta. " {Lo habia previsto todo, salvo aquello!... Sin embargo vo que rendirse ante la evidencia de la situacion. La ‘a que tuvo lugar entre las dos compaieras nunca ha lo narrada por nadie, ya que es evidente que no hubo tigos, sino que dejamos que la imaginacion del lector baje a sus anchas. Debié sobrepasar los limites de la icldad por su inverosimilitud... Como punto culminante, Rackam aparecié al final de... de... digamos, de las confesiones. Lanzé un bramido y con Ja pistola en la mano se abalanzo sobre Mary Read. Anne se Interpuso, explicando la situacion. {Naya carcajada dejé escapar el capitént 6. —————————— sin embargo exigio que Tle mostraran wna prueba de lo ‘atisfecho, Ie prometié a Mary Read Gia pore ti6, en cuanto a los senti. que no diria nada. Incluso consini#6, en ¢ nti. siientos de la mujer pirata por el Joven artista, favorecer su mrereamiento, con ¢1 fin, coneluy® gencrosamente, «le que todo el mundo esté contento a bordo». ‘ Por la noche, s¢ supo que dicho artista se habia peleado sjolentamente con uno de los marineros, un tipo gigantesco tgue le sacaba tres cabezas. Los dos hombres debian batirse gn duelo al alba. Fue entonces cuando pudieron observar la extra inclinacion de Mary Read. Con el primer pretexto plausible, buscé camorra con cl pribén y lo desafié a una lucha singular. Deseaba, a toda costa, evitar que el objeto de su deseo corriera el menor atisbo de peligro. El ataque tuvo lugar dos horas antes del momento pac- tado para el encuentro que temia, y fue muy breve, Mary Read no se andaba con tonterias. —iCon el sable primero ~habia exigido- y con la pistola después! Mientras quede un hombre en pie... El adversario, acuchillado por todas partes, fue remata- do con una bala en el coraz6n. Y cuando el vencedor anun- ci6 Ja noticia al artista, éste, sorprendido -y probablemente aliviado en su conciencia-, pregunt6 por qué este encuen- tro habia tenido lugar antes que el suyo: os te lo explicaré -respondié Mary. ivamente, el capitan se lo explicé tan bien que esa misma noche hubo -en dos camarotes diferentes, claro- @ bordo dos parejas muy felices, mientras que a la luz de la luna el buque se balanceaba tranquilamente sobre sus amarras. a ae staban a punto de zarpar. El buque estaba listo para a la mar, el cargamento habia sido descargado, la fa reparada y las velas zurcidas. Ya sélo faltaba que plara un viento favorable, cuando tn barco guardacostas ol fue avistado. Este buque espafol llevaba un bareo recién capturado, cuya tripulacién se encontraba sionera a bordo, yen el cual solo se habian dejado algu- hombres para garantizar las maniobras. ybiendo que el capitan Rackam se encontraba en los dedores. el patrullero habia ido en su busqueda y lo encontrado. . visionalmente por una pequeiia isla. en una especie de natural, se preguntaban cémo se librarian de ese paso. Fue Mary Read quien ideé el arriesgado plan de Se lo comunicé a Anne Bonney, quien a su vez osible salir de alli, El enemigo estaba acorralado. Por la les echarian el guante, lo que supondria un doble ados abandonaron en silencio el buque de Rackam. Ja tripulacién se encontraba en ellas, armada hasta dientes, literalmente. Lentamente, como sombras, las ibarcaciones se acercaron al barco capturado por los oles y los piratas, trepando como gatos, subieron al iNi una palabra, o estils perdidos! 63 ————— Piedad... no nos matéls. Siempre con la misma rapidez y el mismo sigilo, los hombres de Rackam, entre fos cttales destacaban muestras dos amigas, alzaron velas Y desaparecleron sin ser vistos, ni un solo instante, por el guardacostas, cuyo anclaje, por To demas, solo permitia vigilar de Tejos el buque Inmovil y silencioso que acababa de ser abandonado. ‘Ala mahana siguiente, el buque embaucado abrié fuexo con fuerza sobre lo que crefa que era su presa, Al no obtener respuesta, se acerc6, y cuando al fin los espafoles se deron cuenta de que habian sido burlados, los que crefan que habian capturado ya estaban lejos, con un buque mas nuevo que el precedente. Los prisioneros de Rackam salvaron la vida gracias a Mary Read, que se interpuso en su favor y consiguié que desembarcaran en la primera ocasion. ‘Sin embargo, los dias de libertad estaban contados. Desde Jos cuatro puntos cardinales se perseguia a los piratas. En 1720, hacia el mes de agosto, la tripulacion de Rac- kam habia disminuido debido a varios encuentros sangrien- tos. Estaban bajos de moral mientras navegaban por los alrededores de Jamaica. Los auténticos amos a bordo eran ahora Anne Bonney y Mary Read, que se hacian obedecct ciegamente. Hacia ya algin tiempo que no habian capturado ningun buque. En los alrededores de un lugar llamado Point Negril, el buque divisé por fin un navio con aspecto prome- tedor, Sin embargo, Rackam no creyé apropiado atacarlo puesto que disponian de un nfmero reducido de hombres. —Seria mejor ~dijo- intentar completar nuestra (ripula- cién embarcando hombres, por las buenas o por las malas. 64 i Ss (se iste método, muy tipie la 6 re dechangayaye, Mary Read no ooo : lary Read no era demasiado parti- de este método, pero la amante del capitan, cuya op (6n se consideraba imy le, a 6 a = orcs Sms he en re stros colores y el buque fue interpelado. —jSubid a bordo a tomar un vaso de ponche! Asi nos daréis noticias sobre Jamaica. Hace mucho tiempo que navegamos. Nueve marineros aceptaron la invitacion, con la autori- zacion de su capitan. Estaban armados con mosquetes ¥ machetes. gCudles eran sus verdaderas intenciones? Nadie Jo supo ni lo sabra jamas. 2Puede que fueran ellos mismos piratas disfrazados que creian subir a bordo de un inocen- te buque mercante? Lo cierto es que en el momento que subian al puente. apareci6, en un recodo de una isla, un buque que izé la bandera nacional y disparé un cafonazo. Era un enviado del capitan Rodgers que iba en busca de Rackam. - Enseguida se formé un gran revuelo, sin que se preocu- pase nadie de los nuevos visitantes, cuyas armas fueron guardadas por Anne Bonney y algunos marineros. El navio de Rackam no era tan rapido como el que habia dejado en manos de los espaiioles, y todo hizo prever que la captura seria sélo cuestién de horas. 4 bordo se vivieron: momentos de panico. El perseguidor era comandado por el capitan Barnet, quien con los anteojos en la mano veia “crecer y precisarse el siniestro aparejo que habia jurado Tecuperar. Alla, en el puente. iry Read, Anne Bonn siluetas. Las de nte de dlo distingwia tr yy un marinero, el a 65 ary, Los demés, includes los nueve hombres que habian mnadvertencia, se habian escondido en la bode. subido Por vmagaban sin control. Puesto que iban a ser ae = an mas valia vivir felices las dltimas Rear bertad. El propio capitén Rackam se habia ence. te. oa prsieto siendo maniobrado s6lo por dos mujeres y un hombre!... Cuando el capitan Barnet se cncontraba a unos cuantos cables, Mary Read, como un tigre. se precipit6 en medio de los cobardes, rugiendo imprecaciones. Se oyeron insultos y gritos. —Sois unos perros!...-increp6, y dos llamas salieron de sus pufos. Habia disparado a quemarropa. Un hombre cayd fulminado. Otro se retorcia de dolor. El resto no mos- tro reaccién alguna. La tripulacion observ6 asombrada los dos cuerpos en el suelo, pero ni uno solo de estos hombres que, e! dia anterior, rivalizaban en cinismo y ferocidad, parecia darse cuenta de lo que ocurria. El coraje habia muerto, del todo... Las dos mujeres opusieron una tenaz resistencia a los marineros del capitan Barnet. Fue necesario atarlas para levarlas a bordo. —iAh, si en vez de estos miedicas hubiese tenido muje- res a mi ladol... ~exclamé Mary Read, cuando todo acab6. Estas primeras palabras, incomprensibles para los ven- cedores, se repetirian mas tarde, ante el tribunal de Port Royal, en Jamaica, adonde fueron levados los piratas. El arresto de Anne Bonney caus6 gran sensacion en Jamaica, donde numerosos propictarios de plantaciones conocian a su padre y se acordaban de haberla visto cuan- do era pequefia. Hicieron todo lo posible por salvarla. 66 Igual que Mary Read, estaba embarazada. No podian ndenarlas ni ala una nf ala otra antes de que dieran a wz al nifto que Hevaban en su seno. os fueron levados encadenados al lugar del suplicio y yurieron sin que les liberaran de sus ataduras, : Read enferm6 y muri, evitando asi una nueva eje- cién. Mientras que Anne Bonney se beneficié de un irso de gracia, y nadie sabe lo que fue de ella después, toria no nos dice tampoco si su hijo vivid. s historiadores de la época echaron en culpa a Anne u vida privada, sino anatemas por su incumplimiento de deberes conyugales... La moral es siempre una cuestion preciacion personal. lo que se refiere a Mary Read, sus historiadores le dieron un auténtico homenaje. Esto es lo que uno de escribia de ell «.. Su conducta siempre estuvo acorde con sus princi- plos de virtud (textual) a pesar de la fogosidad de sus senti- mientos. Aunque se hubiese dejado llevar por un modo de existencia deshonroso que dejé una marca en su memoria y le concedié un lugar entre los eriminales de su tiempo, Poseia una conducta recta, muy superior a la de muchas mujeres que no tuvieron que sufrit las tentaciones de faltar a la castidad y al honor femenino.»* 5. The Adventures and Heroism of Mary Read (Las aventuras y el vismo ce Mary Read), anontmo, 1837, 67 ‘asi fure como acabé 1a historia de las dos Gnicas mujeres. onocié el siglo XVU. : més de un punto. es oe braid y de valentia masculina, de las que rare ie ory prueba, No fueron nunca «hombres» en el ats ta palabra, Sus aspiraciones intimas fue- oa invariablemente las de su propia naturaleza. ‘Aunque se vistieran continuamente de hombre, fueron. siempre mujeres. Sus amores fueron normales, Nunca yubo un cambio de personalidad en otro plano que no fuera ‘1 de las acciones exteriores. Fueron siempre sanas de mente en todo lo que concernia a los acercamientos fisicos ya que tuvieron, tanto Ja una como la otra, tantas ocasio- nes, al vivir juntas, de perderse por otras vias, no tuvieron en ningin momento la tentacién de conocer otros abrazos que los de los hombres vigorosos que habian elegido... Este lado psicolégico de su caso no fue el menos extraordinario. piratas que C CANTO DE PIRATA To the mast nail our flag, it's dark as the grave. Or the death, which it bears while it sweeps o'er the wave: Let our deck clear for action, our guns be prepared: Be the boarding-axe sharpened, the scimetar bared: Set the canisters ready. and then bring to me For the last of my dutles, the powder room key... Jt shall never be lowered the black flag we bear: If the sea be denied us, we sweep through the air. 68 i, te Unshared have we left our last victory's prey: It ts mine to divid it. and yours to obey: There are shawls that might sult a sultana’s white neck And pearls that are fair as the arms they will deck: There are flasks, which unseal them the air will disclose Damietta’s fair summers, the home of the rose. Tclaim not a portion; ask but as mine- ‘Tis to drink tour victory ~ one cup of red wine. Some fight ‘tis for riches, some fight ‘tis for fame The first I despise, the last ts a name. Lfight, ‘tis for vengeance! I love to see flow At the stroke of my sabre, the life of my foe. ‘strike for the memory of long vanished years: Tonly shed blood when another shed tears. [come as the lightning comes red from above, O'er the race that I loathe. to the battle I love. TRADUCCION fad en el palo mayor la bandera: es negra como la tumba muerte que lleva y barre por encima de las olas. posicion en el puente! ;Que las armas estén listas! d el hacha de abordaje! ;Desenfundad la cimitarra! d las cartucheras y dadme la lave guarda la puerta de ta pélvora! ee y perlas tan bellas como Ios brazos que cubrirén. Destapad estos frascos que extenderdn en el aire Jos veranos de Damictta, reino de la rosa, No quiero nada mas que una copa de vino parpura para beber por la victoria. ‘Algunos luchan por la riqueza, otros por la glorta, Menosprecio a unos, en cuanto a los otros, s6lo es un nombre. No, lucho por la venganzal Amo ver fluir Ja vida del enemigo bajo un sablazo mio. Golpeo por el recuerdo de dias pasados. ‘Vierto sangre donde otros vierten lagrimas. ‘Aparezco como el relampago rojo de arriba contra la raza que aborrezco, por la batalla que ador OTRO CANTO DE PIRATA Nor holy bell, nor pastoral bleat In former days within the vale Flapped in the bay the ptrate’s sheet. Curses were in the gale Rich goods lay on the sand, and murdered men, Pirates and wreckers kept their revels there... TRADUCCION Ni campana santa, nf queja pastoral que oiamos antaiio por el hueco del valle hicieron, en la bahia, temblar la tela del pirata. Violento, en la tormenta, el juramento estalla... Sobre el arenal yacen riquezas y cadéveres, Piratas, hacedores de naufragios, enen aqui sus abras... 70 AYER... ~ SIGLO XIX - «MISTRESS, CHING, ALMIRANTISIMA DE LOS «LADRONES,

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