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RESPONSABILIDAD ESTATAL La Convencién de Viena sobre el Derecho de los Tratados' es- tablece: Articulo 26. “Pacta sunt servanda”. Todo tratado en vigor obli- gaa las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe. Articulo 27. “El derecho interno y la observancia de los tra- tados”. Una parte no podra invocar las disposiciones de su derecho interno como justificacién del incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderé sin perjuicio de lo dispuesto en el articulo 46. SIPDH SEPDH SUPDH CADH CEDH PIDCP Preémbulo. Articulo 1. Obli- | Articulo 2 Reafirmando su propésito de consoli- dar en este Continente, dentro del cua- dro de las instituciones democraticas, un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre. Articulo 1, Obligacién de Respetar los Derechos 1, Los Estados partes en esta Conven- cién se comprometen a respetar los de- rechos y libertades reconocidas en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su ju- risdiccién, sin discriminacién alguna por motives de raza, color, sexo, idio- ma, religin, opiniones politicas o de cualquier otra indole, origen nacional 0 social, posicién econdmica, nacimiento o cualquier otra condicién social. gacién de respe- tar los derechos humanos Las Altas Partes Contratantes re- conocen a toda persona depen- diente de su ju- risdiccién los derechos y liber- tades definidos en el Titulo I del presente Conve- nio. 1. Cada uno de los Es- tados Partes en el pre- sente Pacto se com- promete a respetarya garantizar a todos los individuos que se en- cuentren en su terri- torio y estén sujetos a su jurisdiccién los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distincién alguna de raza, color, sexo, idioma, religin, opi- nin politica o de otra indole, origen nacio- nal o social, posicién econémica, nacimien- to 0 cualquier otra condicion social. * ONU. Convencién de Viena sobre el Derecho de los Tratados, Adoptada en Viena el 23 de mayo de 1969, entrada en vigor el 27 de enero de 1980. 1- F. MENDEZ Y A. PIZARRO 2. Para los efectos de esta 2. Cada Estado Parte se Convencion, persona es compromete a adoptar, todo ser humano. con arreglo a sus procedi- mientos constitucionales Articulo 2, Deber de y a las disposiciones del Adoptar Disposiciones presente Pacto, las medi- de Derecho Interno. das oportunas para dictar las disposiciones legislati- vas 0 de otro caracter que fueren necesarias para ha- cer efectivos los derechos reconocidos en el presen- te Pacto y que no estuvie- sen ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro caracter. Si enel ejercicio de los de- rechos y libertades men- cionados en el articulo 1 no estuviere ya garantiza~ do por disposiciones le- gislativas 0 de otro caric- ter, los Estados partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus proce- dimientos constituciona- les y a las disposiciones de esta Convencién, las medidas legislativas 0 de otro carfcter que fue- ren necesarias para hacer efectivas tales derechos y libertades. Antes de entrar a examinar cada una de las obligaciones generales que emanan de los tratados de DIDH, debemos hacer mencién de algunas consideraciones preliminares, que resultan esenciales para la posterior comprensién, no solo de este capitulo, sino del resto del presente Manual. En primer lugar, debemos establecer que los organismos de pro- teccién y tutela de los derechos humanos como la CrIDH, la CIDH, la CrEDH, la Comisién Europea, asi como los que forman parte del SUPDH como el CDHONU tienen competencia tinicamente para pronunciarse sobre la responsabilidad internacional que haya gene- rado el Estado como entidad juridica y no para atribuir respon- sabi consagrados en los respectivos tratados cuyo cumplimiento tutelan. idades individuales por las posibles violaciones a los derechos 2 MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Asi la Corte Interamericana establecié en el Caso Velasquez Rodriguez que: “En efecto, la proteccién internacional de los dere- chos humanos no debe confundirse con la justicia penal. Los Estados no comparecen ante la Corte como sujetos de accion penal. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos no tiene por objeto imponer penas a las personas culpables de sus violaciones, sino amparar a las victimas y disponer la reparacion de los daiios que le hayan sido can sados por los Estados responsables de tales acciones”. Esto fue reafir- mado en la Opinién Consultiva 14 donde la Corte Interamericana consideré que: “En lo que concierne a los derechos humanos protegi- dos por la Convencién, la competencia de los 6rganos establecidos por ella se refiere exclusivamente a la responsabilidad internacional del Estado y no a la de los individuos”. En cambio, “la responsabilidad in- dividual puede ser atribuida solamente por violaciones consideradas como delitos internacionales en instrumentos que tengan ese mismo caracter, tales como los crimenes contra la paz, los crimenes de guerra y los crimenes contra la humanidad o el genocidio...”*(lo resaltado es nuestro), tales delitos internacionales constituyen el campo de estu- dio de otras ramas de la disciplina juridica distintas del DIDH tales como el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Penal Su- pranacional, Asi encontramos otras referencias jurisprudenciales en el mismo sentido, por ejemplo en el Caso Castillo Petruzzi la CrIDH reiterd que: “tiene atribuciones para establecer la responsabilidad internacio- 2 CrIDH, Caso Velésquez Rodriguez. v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. > CxIDH, Opinién Consultiva 14 del 9 de diciembre de 1994, Responsabilidad internacional por expedicién y aplicacién de leyes violatorias de la Convenci6n. Este tipo de crimenes han sido de conocimiento de los tribunales de guerra, 0 de derecho penal internacional como el recientemente creado Tribunal de la Haya, cuyo fundamento se encuentra en el Estatuto de Roma, el cual se espera que atienda en el futuro casos que anteriormente eran de conocimiento de los tribunales de guerra Ad-Hoc. F. MENDEZ Y A. PIZARRO nal de los Estados con motivo de la violacién de derechos humanos, pero no para investigar y sancionar la conducta de los agentes del Es- tado que hubiesen participado en esas violaciones. Esta es la carac- teristica de un tribunal de derechos humanos, que no es un tribunal penal”, (lo resaltado es nuestro). En este sentido, “Para establecer que se ha producido una violacién de los derechos consagrados en la Convencién, no se requiere, como ocurre en el derecho penal interno, la culpabilidad de sus autores o su intencionalidad y tampoco es pre- ciso identificar individualmente a los agentes a los cuales se atribuye los hechos violatorios. Es suficiente la demostracién de que ha habido apoyo o tolerancia del poder piiblico en la infraccién de los derechos reconocidos en la Convencién”, Ademés, y es pertinente mencionar- lo en este punto, como ha manifestado la CrIDH, la responsabilidad internacional se genera independientemente de que los hechos que constituyen las violaciones a los derechos humanos en el caso con- creto sean 0 no parte de una politica estatal dirigida a tales efectos‘. Obviamente, de haber una politica estatal orientada a la violacién sis- tematica de determinados derechos esto seria un agravante de la res- ponsabilidad estatal. Llegado este punto es conveniente advertir que la responsabili- dad internacional del Estado es totalmente independiente del dolo, la intencionalidad u otros elementos que podrian ser relevantes para determinar la responsabilidad penal individual de los agentes. Asj la CrEDH ha sefialado que el Estado puede ser responsable tanto por accién, como por omisién o negligencia’. + CrIDH, Caso Castillo Petruzzi y Otros v. Peri, Sentencia de Fondo de 30 de mayo de 1999. 5 CrIDH, Caso Paniagua Morales y Otros v. Guatemala, Sentencia de Fondo del 8 de marzo de 1998. 6 CrIDH, Caso Paniagua Morales y Otros v. Guatemala, Sentencia de Fondo del 8 de marzo de 1998. CrIDH, Caso 19 Comerciantes v. Colombia, Sentencia de 5 de julio de 2004. ” CrEDH, Case of Oneryildiz v. Turkey, Judgment of June 18 of 2002. oe MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Ahora bien, cuando se genera la responsabilidad internacio- nal?, la CrIDH en el Caso Ricardo Canese record6 en palabras muy sencillas que: “la responsabilidad internacional del Estado se genera de inmediato con el ilicito internacional, aunque s6lo puede ser exigida después de que el Estado haya tenido la oportunidad de repararlo por sus propios medios. Una posible reparacion posterior llevada a cabo en el derecho interno, no inhibe ala Comision ni a la Corte para conocer un caso que ya se ha iniciado por supuestas violaciones a la Conven- cién Americana...”* La responsabilidad estatal por violaciones a los derechos huma- nos existe aunque los actos que ocasionaron las mismas se hayan dado con motivo del cumplimiento de obligaciones de derecho interno e incluso, como ha reconocido la CrEDH en el reciente Caso Bospho- rus Hava Yollari Turizm Ve Ticaret Anonim Sirketi v. Ireland, aunque se hayan dado para el cumplimiento de otras obligaciones internacionacionales: “Ha sido aceptado que un Estado Parte es res- ponsable bajo el Articulo 1 de la Convencién por todos los actos y omisiones de sus drganos, sin reparar en si los actos u omisiones en cuestion fuesen una consecuencia del derecho interno o de la necesidad de cumplir con obligaciones legales internacionales”. Y Contintia la CrEDH en ese mismo sentido: “Estableciendo el grado en que una accion Estatal puede ser justificada por su conformi- dad con obligaciones surgentes de su membresia en una organizacién internacional a la que ha transferido parte de su soberania, La Corte ha reconocido que absolver completamente a los Estados Partes de sus responsabilidades de la Convencion en las areas cubiertas por dicha transferencia seria incompatible con el objeto y fin de la Convencion: * CrIDH, Caso Ricardo Canese v. Paraguay, Sentencia de 31 de agosto de 2004. ° CrEDH, Bosphorus Hava Yollari Turizm Ve Ticaret Anonim Sirketi v. Ireland, Judgment of June 30 of 2005. F. MENDEZ Y A. PIZARRO las garantias de la Convencién podrian ser limitadas 0 excluidas a dis- crecion privando a ésta, por ende, de su cardcter obligatorio y minando la naturaleza efectiva y practica de sus saluaguardas. Se considera que el Estado retiene su responsabilidad por la Convencién con respecto a compromisos de tratados subsecuentes a la entrada en vigor de la Convencién”", Bajo este criterio surge responsabilidad estatal cuan- do el Estado contrae nuevas obligaciones internacionales que sean contrarias a sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. También debemos mencionar que un Estado también puede tener responsabilidad internacional con respecto al DIDH cuando expulsa a una persona de su territorio hacia otro donde existe certeza o indi- cios suficientes de que sus derechos humanos corren peligro de ser violados'', esto en conformidad con el principio de non refoulment re- conocido también por el Derecho Internacional Puiblico en general. T- Actors e Pueden Generar Responsabilidad Estatal Veamos ahora quiénes pueden hacer responsable al Estado por violaciones a los Derechos Humanos. La Corte Interamericana ha establecido desde su jurisprudencia més temprana que: “Conforme al articulo 1.1 es ilicita toda forma de ejercicio del poder publico que viole los derechos reconocidos por la Convencion. En tal sentido, en toda circunstancia en la cual un érgano o funcionario del Estado 0 de una institucion de caracter piblico lesione indebidamente uno de tales derechos, se estd ante un supuesto de inobservancia del deber de respeto consagrado en ese articulo. Esa conclusion es independiente de que el érgano o funcionario haya actuado en contravencion de dispo- siciones de derecho interno o desbordado los limites de su propia com- ®° CrEDH, Bosphorus Hava Yollari Turizm Ve Ticaret Anonim Sirketi v. Ireland, Judgment of June 30 of 2005. " CrEDH, Case of N. v. Finland, Judgment of July 26 of 2005. CrEDH, Case of Thampibillai v. The Netherlands, Judgment of February 17 of 2004. cc MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS petencia, puesto que es un principio de Derecho Internacional que el Estado responde por los actos de sus agentes realizados al amparo de su caracter oficial y por las omisiones de los mismos aun si actiian fuera de los limites de su competencia o en violacion del derecho interno... Sise considerara que no compromete al Estado quien se prevale del poder publico para violar tales derechos a través de actos que desbordan su competencia o que son ilegales, se tornaria ilusorio el sistema de pro- teccién en la Convencién”" (lo resaltado es nuestro). En lo que toca a la actuacién de un 6rgano del Estado, la Cor- te Interamericana ha anotado que: “Es un principio basico del de- recho de la responsabilidad internacional del Estado, recogido por el Derecho Internacional de los derechos Humanos, que todo Estado es internacionalmente responsable por todo y cualquier acto u omision de cualquiera de sus poderes u 6rganos en violacion de los derechos in- ternacionalmente consagrados. El articulo 1.1 de la Convencién Ame- ricana es de importancia fundamental en ese sentido”, En esta linea el CDHONU ha sefialado que: “Las obligaciones del Pacto en gene- ral, y el articulo 2 en particular son vinculantes en cada Estado parte como un todo. Todas las ramas del gobierno (ejecutivo, legislativo y judicial) y otras autoridades piblicas o gubernamentales, a cualquier nivel (nacional, regional o local) estén en posicion de contraer respon- ® CrIDH, Caso Velasquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1998. 8 CrIDH, Caso Villagrin Morales y Otros (de los “Nifios de la Calle”) v. Guatemala, Sentencia de Fondo de 19 de Noviembre de 1999, En este caso la Corte Interamericana, refiriéndose a las actuaciones del Organo Judicial, establecié también que: “El esclarecimiento de si un Estado ha violado 0 no sus obligaciones internacionales por virtud de las actuaciones de sus érganos judiciales, puede conducir a que el Tribunal deba ocuparse de examinar los respectivos procesos internos. Al respecto, la Corte Europea ha sefialado que deben considerarse los procedimientos como un todo, incluyendo las decisiones de los tribunales de apelacion, y que la funcién del tribunal internacional es determinar si la integridad de los procedimientos, asi como la forma en que fue producida la prueba, fueron justos.. la Corte debe efectuar un examen del conjunto de as actuaciones judiciales internas para obtener una percepcién integral de tales actuaciones...” F. MENDEZ Y A. PIZARRO sabilidad del Estado Parte”, En un sentido también concordante se manifesté la CrIDH en el Caso Olmedo Bustos cuando reiteré que: “Esta Corte entiende que la responsabilidad internacional del Estado puede generarse por actos u omisiones de cualquier poder u 6rgano de éste, independientemente de su jerarquia, que violen la Convencion Americana”". Esto con relaci6n a la actuacién de 6rganos del Estado como tal, obviamente realizando acciones que se consideran llevadas a cabo por dicho 6rgano como entidad, no por las personas indivi- dualmente consideradas que las Ilevan a cabo. También puede darse que las violaciones no sean llevadas a cabo por entidades estatales propiamente dichas sino por agentes estata- les, autoridades estatales 0 incluso por particulares'’. E] concepto de agente estatal tiene para el DIDH un contenido auténomo que es independiente de la organizacién formal y legal que contemple el Estado dentro de su ordenamiento interno. Se incluyen dentro de este concepto tanto los particulares en los que el Estado delegue poderes ptiblicos (ejemplo los colegios oficiales y en algunos casos las autori- dades de los grupos indigenas) y cualquiera otra personas que estén subordinadas de cualquier forma al Estado y ejecuten actos por orden de éste o con su tolerancia 0 aquiescencia. Asi por ejemplo en el Caso Blake (y en otros varios casos contra el Estado Guatemalteco) la Corte Interamericana consideré que el Estado era responsable por las violaciones a derechos humanos come- tidas PACs, (0 patrullas de autodefensa civil) las cuales, atin cuando estaban conformadas por civiles, recibian apoyo logistico, armamen- to, y direccién por parte del Estado. Como qued6 demostrado en ese caso las PACs tenfan: “una relacion institucional con el Ejército”””. A " ONU, Human Rights Committee, General Comment No. 31: The Nature of the General Legal Obligation Imposed on States Parties to the Covenant, 2004. ® CrIDH, Caso “La Ultima Tentacién de Cristo” (Olmedo Bustos y Otros) v. Chile, Sentencia de Fondo de 5 de febrero de 2001. ' Respecto al nivel de proteccién que el Estado debe brindar a sus coasociados frente a otros particulares e] DIDH adopta en una medida significativa la doctrina del efecto en terceros u horizontal, (Drittwirkung) originado en la doctrina del Derecho Constitucional Alemén. MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS consecuencia de esta relacién institucional la Corte Interamericana declaré que: “la aquiescencia del Estado de Guatemala en la reali- zacion de tales actividades por parte de las patrullas civiles, permiten concluir, que dichas patrullas deben ser consideradas como agentes del Estado, y por lo tanto, imputables a éste los actos por ellas practicados”. A este grupo armado se le atribuyen graves violaciones a los derechos humanos como desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales y sumarias. Este mismo criterio le fue aplicado en el Caso de los 19 Comer- ciantes a los grupos paramilitares que operaban en Colombia en una época en la que el Gobierno Colombiano no habia tomado las me- didas necesarias para prohibir, prevenir y castigar las actividades de estos grupos armados que degeneraron en grupos delincuenciales'*. ” CrIDH, Caso Blake v. Guatemala, Sentencia de Fondo del 24 de enero de 1998, Esta relacidn institucional con el ejército se fundamenta en que las PACs: realizaban actividades de apoyo a las funciones de las fuerzas armadas y, atin mis, recibjan recursos, armamento, entrenamiento y érdenes directas del Ejercito guatemalteco y operaban bajo su supervisi6n. 8 CrIDH, Caso 19 Comerciantes v. Colombia, Sentencia de 5 de julio de 2004. En este caso la Corte Interamericana consideré que: “Los grupos de autodefensa se conformaron de manera legal... El Estado impuls6 su creacion entre la poblacién civil, con los fines principales de auxiliar a la Fuerza Piiblica en operaciones antisubversivasy de defenderse de los grupos guervilleros, es decir, en su concepcién inicial no tenian fines delictivos. El Estado les otorgaba permiso para el porte 1 tenencia de armas, asi como apoyo logistico, Sin embargo, muchos grupos de ‘autodefensa cambiaron sus objetivos y se convirtieron en grupos de delincnencia, comiinmente llamados paramilitares... A pesar que Colombia alega que no tenia la politica de incentivar la constitucién de tales grupos delincuenciales, ello no libera al Estado de la responsabilidad por la interpretacion que durante aiios se le dio al marco legal que amparo a tales grupos paramilitares, por el 130 desproporcionado dado al armamento que les entregs y por no adoptar las medidas necesarias para prohibir, prevenir-y castigar adecuadamente las referidas actividades delincuenciales, aunado a que las propias autoridades militares de Puerto Boyaca incentivaron al grupo de antodefensa que tenia control en dicha zona a desarrollar una actitud ofensiva ante los guerrilleros, tal y como sucedié en este caso, pues se consideraba que los comerciantes brindaban colaboracién a los grupos guervilleros... Con base en los elementos probatorios aportados a este proceso, el Tribunal considera que, en la época de los hechos relevantes del presente caso, el grupo paramilitar que desaparecié a los 19 comerciantes tenia estrechos vinculos con altos mandos de la Fuerza Piblica de la region Magdalena Medio, asi como también recibia apoyo y colaboracién de éstos”. ao . F. MENDEZ Y A. PIZARRO En el caso de los actos cometidos por particulares propiamente dichos, bajo ciertas circunstancias, también pueden comprometer la responsabilidad internacional del Estado. La CrIDH ha establecido: “Es, pues, claro que, en principio, es imputable al Estado toda violacion alos derechos reconocidos por la Convencion cumplida por un acto del poder ptiblico o de personas que acttian prevalidas de los poderes que ostentan por su cardcter oficial... un hecho violatorio de los derechos humanos que inicialmente no resulte imputable directamente a un Estado, por ejemplo, por ser obra de un particular o por no haberse identificado al autor de la trasgresién, puede acarrear la responsabi- lidad internacional del Estado, no por ese hecho en si mismo, sino por falta de la debida diligencia para prevenir la violacién o para tratarla en los términos requeridos por la Convencion...” La obligacién del Estado de organizar el Poder Piiblico para garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos se impone independientemente de que los responsables de las violaciones de estos derechos sean agentes del poder puiblico, particulares, o grupos de ellos”. Para estos efectos podemos considerar, en términos generales, como particular a todas aquellas personas que no tienen de hecho, ni de derecho vinculos de subordinacién con la administracién del Es- tado ni poderes de éste depositados en ellas. En este caso se generara responsabilidad para el Estado por permitir, tolerar o indirectamente apoyar las acciones de estos particulares. Una forma como el Estado tolera estas actividades es precisamente omitiendo su deber de inves- tigar y sancionar sus actividades. ” CrIDH, Caso Velasquez. Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. » CrIDH, Caso Paniagua Morales y Otros v. Guatemala, Sentencia de Fondo del 8 de marzo de 1998. id MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS II- Obligaciones Estatales Derivadas del DIDH La Corte Interamericana de Derechos Humanos desarrollé el contenido del Art. 1.1 de la CADH in extenso a partir del primer caso contencioso que atendid, es decir el Caso Velasquez Rodriguez vy. Honduras. En el mismo la CrIDH establecié de qué forma y bajo idad Estatal derivada del in- cumplimiento de las disposiciones de la CADH. Naturalmente, como qué circunstancias surge la responsabi iremos viendo, a medida que la jurisprudencia recorre su camino va a ampliar y a clarificar muchos de estos criterios. Asi establecié en dicho caso que, en términos generales, el Art. 1.1 “contiene la obligacién contraida por los Estados Partes en rela- ct6n con cada uno de los derechos protegidos, de tal manera que toda pretension de que se ha lesionado alguno de los esos derechos, implica necesariamente la de que se ha infringido también el articulo 1.1 de la Convencién”. Es decir, cada vez que se viole alguno de los derechos contenidos en la CADH, se estar4 violando automaticamente este articulo. Contintia la CrIDH: “El articulo 1.1 es fundamental para determinar si una violacién de los derechos humanos reconocidos por la Convencion puede ser atribuida a un Estado Parte. En efecto, dicho articulo pone a cargo de los Estados Partes los deberes fundamentales de respeto y de garantia, de tal modo que todo menoscabo a los dere- chos humanos reconocidos en la Convencién que pueda ser atribuido, seguin las reglas del Derecho Internacional, a la accién u omisién de cualquier autoridad publica, constituye un hecho imputable al Esta- do que compromete su responsabilidad en los términos previstos por la misma Convencién™! (lo resaltado es nuestro). La Convencién Americana de Derechos Humanos, si bien, por ser un tratado de derechos humanos es por naturaleza esencialmente distinta a tratados 2! CrIDH, Caso Velasquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. F. MENDEZ Y A. PIZARRO que establecen derechos y obligaciones reciprocas entre los Estados, se rige, en cuanto a su cumplimiento, incumplimiento, reparacio- nes derivadas del dafio causado por su incumplimiento, entrada en vigencia, reservas, denuncia e interpretacin, por las reglas generales del Derecho Internacional, relativas a estas materias. Especificamen- te por las disposiciones de la Convencién de Viena sobre Derecho de Tratados. Veamos ahora cudles son las obligaciones Estatales de acuerdo a la jurisprudencia de la CrIDH: A. Obligacién de Respetar los Derechos y Libertades Continuando con el anilisis del Caso Velasquez Rodriguez, en el mismo, la CrIDH establece que son dos las obligaciones generales que dimanan del Art. 1.1 de la CADH, la primera, es la de “respetar los derechos y libertades”, esta es una obligacién mas bien de caracter negativo, se trata de el deber del Estado de abstenerse de realizar cual- quier tipo de accién que vulnere o menoscabe alguno de los derechos consagrados en la Convencién Americana de Derechos Humanos. Asif establecié la CrIDH que: “El ejercicio de la funcién publica tiene unos limites que derivan de que los derechos humanos son atributos inherentes a la dignidad humana y, en consecuencia, superiores al po- der del Estado... la proteccién a los derechos humanos, en especial los derechos civiles y politicos recogidos en la Convencién, parte de la afir- maci6n de la existencia de ciertos atributos inviolables de la persona humana que no pueden ser legalmente menoscabados por ejercicio del poder piblico. Se trata de esferas individuales que el Estado no puede vulnerar o en los que sélo puede penetrar limitadamente. Asi, en la proteccion de los derechos humanos, esta necesariamente comprendida la nocién de la restriccion al ejercicio del poder estatal... por graves que puedan ser ciertas acciones y por culpables que puedan ser los reos de determinados delitos, no cabe admitir que el poder pueda ejercerse sin limite alguno o que el Estado pueda valerse de cualquier procedimien- to para alcanzar sus objetivos, sin sujecién al derecho o a la moral. Ninguna actividad del Estado puede fundarse sobre el desprecio de i MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS la dignidad humana”. Como vemos el respeto de las obligaciones internacionales asumidas por los Estados (y asumidas en virtud de su potestad soberana de ratificar tratados de derechos humanos) cons- tituye una limitante a la facultad de actuar del Estado, con relacién a las personas sometidas a jurisdicci6n. Esto a sido reiterado por la jurisprudencia de la CrIDH, en otra ocasin dicho tribunal estable- cié que: “El respeto a los derechos humanos constituye un limite a la actividad estatal, lo cual vale para todo 6rgano o funcionario que se encuentre en una situacion de poder, en razén de su cardcter oficial, respecto de las demds personas. Es asi, ilicita, toda forma de ejercicio del poder publico que viole los derechos reconocidos por la Conven- cion... la salvaguardia de la persona frente al ejercicio arbitrario del poder piblico es el objetivo primordial de la proteccién internacional de los derechos humanos”. Sobre este punto volvié la Corte Interamericana en el Caso Bae- na Ricardo donde establecié que: “en cualquier materia, inclusive en Ia laboral y la administrativa, la discrecionalidad de la administracién tiene limites infranqueables, siendo uno de ellos el respeto de los de- rechos humanos. Es importante que la actuacién de la administracién se encuentre regulada, y ésta no puede invocar el orden piblico para reducir discrecionalmente las garantias de los administrados”™*. Re- cordemos que en este caso la mayorfa de las violaciones a los derechos humanos se dieron por actos administrativos del Estado, por lo tanto la sentencia esté orientada en este sentido. ® CrIDH, Caso Veldsquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988, La Corte reconoce sin embargo que: “Est mas alld de toda duda que el Estado tiene el derecho y el deber de garantizar su propia seguridad. Tampoco puede discutirse que toda sociedad padece por las infracciones a su orden juridico”, Pero, como sefialamos en esta cita, esto no implica que el poder del Estado pueda ejercerse sin limite alguno. ® CrIDH, Caso Tribunal Constitucional (Aguirre Roca, Rey Terry y Revoredo Marsano) v. Perti, Sentencia de 31 de enero de 2001. * CrIDH, Caso Baena Ricardo y Otros (270 Trabajadores) v. Panam, Sentencia de Fondo de 2 de febrero de 2001. is F. MENDEZ Y A. PIZARRO B. Obligacién de Garantizar La segunda obligacién que emana del Art. 1.1, de acuerdo a lo sefialado en el Caso Velasquez Rodriguez es la de “garantizar” el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos en la Convencién Americana a toda persona sujeta a su jurisdiccion. “Esta obligacién implica el deber de los Estados partes de organizar todo el aparato gu- bernamental y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiestan el ejercicio del poder publico, de manera tal que sean ca- paces de asegurar juridicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos... La obligacién de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos no se agota con la existencia de un orden normativo dirigido a hacer posible el cumplimiento de esta obligaci6n, sino que comporta la necesidad de una conducta gubernamental que asegure la existencia, en realidad, de una eficaz garantia del libre y pleno ejerci- cio de los derechos humanos””. La Corte Interamericana, posterior- mente desarroll6 atin mas esta obligacién de garantizar y establecid en la Opinién Consultiva 11 que: “garantizar implica la obligacin del Estado de tomar todas las medidas necesarias para remover los obstaculos que puedan existir para que los individuos puedan disfrutar de los derechos que la Convencién reconoce”**. Como consecuencia de esta obligacién, surge el deber del Estado de prevenir, investigar, sancionar y reparar, las violaciones a los derechos humanos, veamos en detenimiento qué implican cada uno de estos deberes: B.1. Deber de Prevenir El deber de prevencién: “abarca todas aquellas medidas de cardc- ter juridico, politico, administrativo y cultural que promuevan la sal- ® CrIDH, Caso Velasquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. % CrIDH, Opinién Consultiva 11 del 10 de agosto de 1990, Excepciones al agotamiento de los recursos internos, Este deber general, en concordancia la obligacién del Estado de ofrecer recursos internos efectivos para garantizar, implica, como dijo la Corte Interamericana en esta Opinién Consultiva, que: “la tolerancia del Estado a circunstancias 0 condiciones que impidan a los individuos acceder a los recursos internos adecnados para proteger sus derechos, constituye una violacién del articulo 1.1 de la Convencién”. it MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS vaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente consideradas y tratadas como un hecho ilicito que, como tal, es susceptible de acarrear sancio- nes para quien las cometa, asi como la obligacién de indemnizar a las victimas por sus consecuencias perjudiciales. No es posible hacer una enumeracion detallada de esas medidas, que varian segtin el derecho de que se trate y segin las condiciones propias de cada Estado Parte. Es daro, a su vez, que la obligacién de prevenir es de medio 0 comporta- miento y no se demuestra su incumplimiento por el mero hecho de que un derecho haya sido violado””. B.2. Deber de Investigar En cuanto a la obligacién de investigar, la CrIDH ha dicho que, al igual que la de prevenir, es una obligacién de medio 0 comportamien- to y no de resultado. Sin embargo, “debe emprenderse con seriedad y no como una simple formalidad condenada de antemano a ser infruc- tuosa. Debe tener sentido y ser asumida por el Estado como un deber juridico propio y no como una simple gestion de intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de la victima o de sus familiares o de la aportacién privada de elementos probatorios, sin que la auto- ridad publica busque efectivamente la verdad”. Continuando con el desarrollo de este deber de investigar, ahora en el contexto de las desapariciones forzadas”, la Corte Interamericana, siguiendo crite- rios del CDHONJU, ha sefialado que: “el Estado Parte tiene el deber de investigar a fondo las presuntas violaciones de derechos humanos, en particular las desapariciones forzadas y las violaciones del derecho ” CrIDH, Caso Velasquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. * CrIDH, Caso Velasquez Rodriguez v. Honduras, Sentencia de Fondo de 29 de julio de 1988. ® Este fenémeno de las desapariciones forzadas es examinado en una cantidad considerable de los casos atendidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre todo en sus primers casos, y precisamente ha sido en el contexto de este tipo de casos donde ha sentado las bases del contenido y aleances de las obligaciones que se derivan del Art. 1.1 de la CADH. ag F. MENDEZ Y A. PIZARRO ala vida, y de encausar penalmente, juzgar y castigar a quienes sean considerados responsables de esas violaciones. Este deber es aplicable -a fortiori- en los casos en que los autores de esas violaciones han sido identificados”®. Este deber de investigar y de lograr el esclarecimien- to de los hechos debe Ilevarse a cabo aun cuando no logren identi- ficarse a los culpables de tales hechos. Asi la CrIDH ha establecido que: “el Estado esté obligado a investigar los hechos que produjeron las violaciones. Inclusive, en el supuesto de que las dificultades del or- den interno impidiesen identificar a los individuos responsables por los delitos de esta naturaleza, subsiste el derecho de los familiares de las victimas a conocer el destino de éstas y, en su caso, el paradero de sus restos. Corresponde al Estado, por tanto, satisfacer esas justas expecta- tivas por los medios a su alcance””', La Corte Interamericana podra ordenar al Estado, como parte de las reparaciones, que investigue los hechos que las produjeron, aun en el supuesto de que el caso en la jurisdiccién nacional ya se haya cerrado", Tanto los familiares de la victima, como la sociedad en su conjunto tienen derecho a conocer la verdad sobre lo ocurrido®. B.3. Deber de Sancionar Toda investigacién debe buscar identificar a los responsables de las violaciones a los derechos humanos, con el fin de que los mismos sean sancionados por los tribunales internos del Estado, de acuerdo con lo que prescriba su legislacién. De ahi entonces el tercero de los deberes que comentamos, el de sancionar. De no investigar y sancio- » CrIDH, Caso Durand y Ugarte v. Peri, Sentencia de Fondo de 16 de agosto de 2000. »! CrIDH, Caso Castillo Péez v. Perti, Sentencia de Fondo de 3 de noviembre de 1997. » CrIDH, Caso de los Hermanos Gémez Paquiyauri v. Perd, Sentencia de 8 de julio de 2004, » CrIDH, Caso Bulacio v. Argentina, Sentencia de 18 de septiembre de 2003. 16 MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS nar a quienes sean responsables de perpetrar violaciones a los dere- chos humanos, el Estado estaria garantizando la impunidad de quie- nes cometen dichas violaciones. La Corte Interamericana ha definido impunidad como: “La falta en su conjunto de investigacion, persecucion, captura, enjuiciamiento y condena de los responsables de las violaciones de los derechos pro- tegidos por la Convencion Americana, toda vez que el Estado tiene la obligacién de combatir tal situacién por todos los medios legales disponibles ya que la impunidad propicia la repeticién crénica de las violaciones de derechos humanos y la total indefensién de las victimas y de sus familiares”(lo resaltado es nuestro). Hemos hecho énfasis en que para combatir la impunidad, no sélo basta con que se investi- gue, se persiga, se capture, o incluso se enjuicie, sino que, repetimos, hay que condenar a los responsables. Es muy probable que una vez Megada a la fase de enjuiciamiento el sistema legal del Estado permi- ta la interposicién de recursos e incidentes que dilaten el proceso o que de alguna forma esto sirva como una estrategia para eludir una posible condena. No podemos perder de vista que en la mayoria de los casos el Estado no tiene el mayor interés en castigar a sus agen- tes, quienes precisamente han cometido las violaciones a los derechos humanos en nombre de aquel. En este orden de ideas, la Corte en el Caso Villagran Morales, por citar un ejemplo, consideré que los responsables de los hechos se encontraban en impunidad, porque no habjan sido identificados ni sancionados mediante “actos judiciales que hayan sido ejecutados”. De no cumplirse con este deber de sancionar, se estarfa propician- do la impunidad, la Corte Interamericana conceptualiza como im- “ CrIDH, Caso Paniagua Morales y Otros v. Guatemala, Sentencia de Fondo de 8 de marzo de 1998, 7 F. MENDEZ Y A. PIZARRO punidad: “la falta en su conjunto de investigaci6n, persecucion, captu- ra, enjuiciamiento y condena de los responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convencién Americana, toda vez que el Estado tiene la obligacién de combatir tal situacién por todos los me- dios legales disponibles ya que la impunidad propicia la repeticion cré- nica de las violaciones de derechos humanos y la total indefensin de las victimas y sus familiares”. Esta impunidad puede ser total, cuando no se ha sancionado a ninguno de los responsables, o bien puede ser parcial cuando solo se ha sancionado a un grupo de ellos, por ejemplo en el Caso Gémez Paquiyauri sélo se procesaron y sancionaron a los autores materiales de més bajo rango en la Policia Nacional del Perti, mientras que los autores intelectuales contintian sin ser siquiera identificados, lo que en definitiva representa también una situacién de impunidad**, La Corte Interamericana considera que este deber de sancionar no puede ser eludido por el Estado, sobre todo en los casos de gra- ves violaciones a derechos humanos como la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y sumarias, las desapariciones forzadas, en estos casos: “Son inadmisibles las disposiciones de amnistia®, las disposiciones de % CrIDH, Caso de los Hermanos Gémez Paquiyauri v. Per, Sentencia de & de julio de 2004. Para profundizar un poco mas en nuestra explicacion transcribiremos el siguiente fragmento de la sentencia: “La Corte reconoce que en el presente caso la impunidad de los responsables no ha sido total, puesto que dos autores materiales han sido juzgados y declarados culpables por los hechos. No obstante, a a fecha de la presente Sentencia, después de més de trece aitos, el o los autores intelectuales de los hechos atin no han sido juzgados ni sancionados. Por lo tanto, se ha configurado una situacién de grave impunidad, que constituye una infraccién del deber del Estado de investigar y sancionar a los responsables de los hechos violatorios de los derechos humanos en el presente caso, que lesiona alos familiares de las victimas y que propicia la repeticion crénica de las violaciones de los derechos humanos de que se trata”. Entre las referencias que podemos citar sobre pronunciamientos en torno a estas leyes de amnistia conviene mencionar los siguientes casos: CIDH, Caso Ignacio Ellacuria, S.J. y Otros v. El Salvador, Informe de Fondo 136/99 del 22 de diciembre de 1999 y CIDH, Caso Monsefior Oscar A. Romero v. El Salvador, Informe de Fondo 37/00 del 13 de abril de 2000. ie 36 MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS prescripcin y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigacién y sancién de los responsables”””. Tampoco puede eludirse este deber permitiendo dilaciones excesivas en los procesos, que se siguen a los violadores de derechos humanos**. De lo contrario, ademas de propiciarse el clima de impunidad y de subsistir la responsabil dad estatal por tales hechos, se estaria dejando en indefensién a los familiares de las victimas que tienen derecho a que se castigue a los responsables. Esto es importante porque existe una tendencia generalizada a creer que el objeto y fin de los derechos humanos tinicamente es “proteger a los delincuentes y respetarles sus derechos y garantias”, pues no, esta es una visién bastante incomple- ta y genera criticas irresponsables. La verdad es que para el régimen internacional de derechos humanos es de suma importancia que las justas expectativas y derechos de los familiares de las victimas y de las » CrIDH, Caso Barrios Altos (Chumbipuma Aguirre y Otros) v. Pert, Sentencia de Fondo de 14 de marzo de 2001. Este criterio ha sido mantenido a lo largo de la jurisprudencia de la Corte Interamericana. En este caso este pronunciamiento se dio por la expedicién de leyes de amnistia. Asi mismo en el Caso Bulacio v. Argentina, se mantuvo este criterio pero enfocado al fendmeno de la prescripcién, lo que motivo que la Corte se pronunciara en el sentido de considerar que: “De acuerdo con las obligaciones convencionales asumidas por los Estados, ninguna disposicion o instituto de derecho interno, entre ellos la prescripcién, podria oponerse al cumplimiento de las decisiones de la Corte en cnantoa lainvestigacion y sancién de los responsables de las violaciones de los derechos humanos” (Sentencia de 18 de septiembre de 2003). ‘A este respecto expresé la Corte en el Caso Myrna Mack Chang v. Guatemala que: “el jez interno, como antoridad competente para dirigir el proceso, tiene el deber de encauzarlo, de modo que se restrinja el uso desproporcionado de acciones que pueden tener efectos dilatorios... la Corte considera que los jueces como rectores del proceso tienen el deber de dirigir y encauzar el procedimiento judicial con el fin de no sacrificar la justicia y el debido proceso legal en pro del formalismo y la impunidad. De este modo, si las antoridades permiten y toleran el uso de esta manera de los recursos judiciales, los transforman en un medio para que los que cometen un ilicito penal dilaten y entorpezcan el proceso judicial. Esto conduce a la violacién de la obligacién internacional del Estado de prevenir y proteger los derechos humanos y menoscaba el derecho de la victima y de sus familiares a saber la verdad de lo sucedido, a que se identifique y se sancione a todos los responsables y a obtener las consecnentes reparaciones” (Sentencia de 25 de noviembre de 2003). io F. MENDEZ Y A. PIZARRO propias victimas sean plenamente satisfechos®, De ahi que la Corte Interamericana ha manifestado en su jurisprudencia constante que: “del art. 8 de la Convencién Americana se desprende que las victi- mas de las violaciones de los derechos humanos, o sus familiares, deben contar con amplias posibilidades de ser oidas y actuar en los respectivos procesos, tanto en procura del esclarecimiento de los hechos y del castigo de los responsables como en busca de una debida reparacién”®. Como hemos, ya sefialado y lo reiteramos, la impunidad causa un terrible sufrimiento a las victimas y a sus familiares, quienes se sienten vul- nerables e indefensos frente al Estado, esta situacién les provoca una profunda angustia y les impide desarrollar su vida con normalidad". La CrIDH en el Caso Villagran Morales consideré que el solo hecho de que los responsables no hubiesen sido condenados consti- tufa una violacién per se de la CADH: “Esta sola consideracion basta para concluir que el Estado ha violado el articulo 1.1 de la Conven- cin, pues no ha castigado a los autores de los correspondientes delitos. Al respecto, no viene al caso discutir si las personas acusadas en los pro- cesos internos debieron o no ser absueltas. Lo importante es que, con independencia de si fueron o no ellas las responsables de los ilicitos, el Estado ha debido identificar y castigar a quienes en realidad lo fueron, y no lo hizo”, Ahora, conviene advertir que la CrIDH posterior- mente reconocié que la falta de una condena no puede considerarse en todos los casos una violacién per se de la CADH®, compartimos ese criterio por encima del anterior, pues debe comprenderse que in- » Tanto es asi que en la modificacién que se hizo al reglamento de la Corte Interamericana en el 2001 se instituy6 como parte en el proceso alos representantes de la victima, anteriormente sélo actuaban ante la Corte, los agentes estatales y los delegados dela Comisi6n Interamericana. Actualmente las presuntas victimas © sus familiares pueden presentar de manera aut6noma su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas y esgrimir pretensiones coincidentes o no con las de la Comisién Interamericana. * CrIDH, Caso Villagrin Morales y Otros (de los “Nifios de la Calle”) v. Guatemala, Sentencia de Fondo de 19 de Noviembre de 1999. * CrIDH, Caso Bulacio v. Argentina, Sentencia de 18 de septiembre de 2003. ” CrIDH, Caso Villagrin Morales y Otros (de los “Nifios de la Calle”) v. Guatemala, Sentencia de Fondo de 19 de Noviembre de 1999. * CrIDH, Caso Las Palmeras v. Colombia, Sentencia de Fondo de 6 de diciembre de 2001. 20 MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS cluso en los casos en que el Estado acttie con la mayor diligencia es posible que un delincuente burle la justicia. La obligacién de sancio- nar es, al igual que la prevenir y la de investigar, una obligacién de medio 0 comportamiento. B.4. Deber de Reparar El cuarto de los deberes que emanan de la obligacion de “garan- tizar” el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos en la Convencién Americana es el de reparar“. El cual implica que todo Estado Parte deberd responder por las consecuencias del incumpli- miento de la misma‘. Esta obligacién no se presenta aislada, como mencionamos, estd intimamente relacionada con las otras tres que he- mos ido viendo, la CrIDH establecié en el Caso Caballero, Delgado y Santana que: “para garantizar plenamente los derechos reconocidos por la Convencion, no es suficiente que el Gobierno emprenda una investigacion y trate de sancionar a los culpables, sino que es necesario, ademas, que toda esta actividad del Gobierno culmine con la repara- cion a la parte lesionada...” Como vemos, la reparacién de los efectos de las violaciones a los derechos humanos es la consecuencia légica de una plena garantia de dichos derechos. Este derecho de la victima, sus familiares y en algunos casos hasta de la sociedad en su conjunto, si bien se desprende y tiene su funda- mento en la obligacién de garantizar el libre y pleno ejercicio de los * Con relacion a este deber de reparar nos enfocaremos en los conceptos generales, pues no es el objeto de este capitulo ni del presente Manual, hacer un estudio de cémo la Corte Interamericana ha aplicado fijado las reparaciones en los casos coneretos que ha sustanciado. Este concepto de reparaciones se ha ido ampliando a medida que se ha desarrollado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humano, Es un concepto abarcador que no solo implica el deber del Estado de reparar las consecuencias que las violaciones de los derechos humanos produjeron en las victimas y sus familiares, sino que también incluye otras formas de reparacién que son érga omnes, esta situacién se da, por ejemplo cuando, cuando la CrIDH ordena al Estado adecuar algiin punto de su legislacién interna para que ésta sea cénsona con las obligaciones internacionales asumidas por dicho Estado en materia de derechos humanos. 45 1 F. MENDEZ Y A. PIZARRO derechos contenido en el Art. 1.1 de la CADH, esté regulado en el Art. 63.1 de dicho tratado. El cual establece que: “cuando decida que hubo violacién de un derecho o libertad protegidos en la Conven- cion, la Corte dispondra que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrd asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situacion que ha configurado la vulneracién de esos derechos y el pago de una justa indemnizacion a la parte lesionada”. Este articulo constituye una norma consuetudinaria que es, ademés, uno de los principios fundamentales del actual derecho de gentes. Las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza y monto dependen del dafio ocasionado en los planos tanto material como inmaterial. En este sentido, las reparaciones que se establezcan deben guardar relacién con las violaciones declaradas en la sentencia. Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni empobre- cimiento para la victima 0 sus sucesores“*. La reparacién del dafio causado por la infraccién de una obliga- cién internacional requiere, siempre que sea factible, la plena restitu- ci6n (restitutio in integrum), que consiste en el restablecimiento de la situaci6n anterior a la violacién. De no ser esto posible, corresponde a la Corte Interamericana ordenar que se adopten medidas para que, ademas de garantizar el respeto de los derechos conculcados, se reparen las consecuencias que produjeron las infracciones y se efectiie el pago de una indemnizacién como compensacién de los dafios ocasionados. La obligacién de reparar, que se regula en todos sus aspectos (alcance, naturaleza, modalidades y determinaci6n de los beneficiarios) por el derecho internacional, no puede ser modificada 0 incumplida por el Estado obligado invocando disposiciones de su derecho interno, En lo que se refiere a la violacién del derecho a la vida y algunos otros derechos (libertad e integridad personales, garantias judiciales y pro- teccidn judicial) por no ser posible la restitutio in integrum y teniendo en cuenta la naturaleza del bien afectado, la reparacién se realiza, inter alia, segiin la jurisprudencia internacional, mediante una justa indem- * Este criterio es una constante en la jurisprudencia de los Tribunales de Derechos Humanos 22 MANUAL DE DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS nizacién © compensacién pecuniaria. Es necesario afiadir las medidas de caracter positivo que el Estado debe adoptar para asegurar que no se repitan hechos lesivos, como veremos més adelante esto es el deber de no repeticion. Siendo las reparaciones el género, las especies serfan a) las indemnizaciones pecuniarias en sus diversos conceptos, como veremos a continuacién, y b) las otras formas de reparacién. Las reparaciones comprenden los siguientes conceptos: a) Daiio material, b) Dafio inmaterial, c) Otras formas de reparacién, d) Cos- tas y gastos. Repetimos, alguno de estos conceptos son cubiertos mediante el pago de indemnizaciones pecuniarias y otros, mediante otros actos. Veamos cada uno de ellos. a) Dafio Material: este supone la pérdida o detrimento de los in- gresos de la victima y los gastos efectuados por sus familiares con motivo de los hechos violatorios o lesivos, esta indemnizacién busca compensar las consecuencias patrimoniales de las violaciones declara- das en la sentencia’’. Este concepto incluy: © Pérdida de ingresos (lucro cesante)*. * Daiio emergente”. * Daiio Patrimonial familiar® (en algunos casos). * CrIDH, Caso Myrna Mack Chang v. Guatemala, Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Aunque reiteramos una vez més que estos son criterios constantes y uniformes en los fallos de este Tribunal. * Para determinar este concepto se toma en cuenta el salario 0 sueldo, segiin el caso, que ganaba la victima al momento de los hechos, el aumento del salario © sueldo de la victima en el tiempo, el aumento del costo de vida, la inflacién del pais, entre otros. CrIDH, (Caso Myrna Mack Chang v. Guatemala, Sentencia de 25 de noviembre de 2003). ® Se refiere a los gastos en que incurrié la victima que tuvieren un nexo causal con los hechos del caso, distinto de los que hubiere asumido respecto de la tramitacién ante los Srganos judiciales internos. (CrIDH, Caso Ricardo Canese v. Paraguay, Sentencia de 31 de agosto de 2004). O bien, los gastos en que en este mismo sentido hubieran tenido que incurrir los familiares de la victima, Es, en sentido amplio, la representacién econdmica de los gastos ocasionados con motivo de los efectos, de diversa indole, producidos por las violaciones, excepto las costas y gastos legales, que tienen una seccién aparte. * Poco usual, decretado en el Caso Bulacio v. Argentina, en ese caso la CrIDH observé que los familiares de la victima perdieron sus trabajos o la posibilidad de realizar sus actividades cotidianas debido al cambio de sus circunstancias personales como consecuencia de los hechos a los que se refiere el presente caso. (Sentencia de 18 de septiembre de 2003). 3. F. MENDEZ Y A. PIZARRO b) Dafio Inmaterial: consiste en los efectos lesivos de los hechos, que no tienen cardcter econdémico o patrimonial. El dafio inmaterial puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones causadas a las victimas directas y a sus allegados, y el menoscabo de valores muy significativos para las personas, como las alteraciones, de cardcter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la victima o su familia. No siendo posible asignar al dafio inmaterial un preciso equivalente monetario, sdlo puede ser objeto de compensacién, para los fines de la reparaci6n integral a las victimas, de dos maneras. En primer lugar, mediante el pago de una cantidad de dinero o la entrega de bienes 0 servicios apreciables en dinero, que el Tribunal determine en aplica~ cién razonable del arbitrio judicial y en términos de equidad. Y en segundo lugar, mediante la realizacién de actos u obras de alcance o repercusién ptblicos™. Estos tiltimos los veremos a continuacién en el punto (c) siguiente, cuando hagamos referencia a las otras formas de reparacién. Como ejemplos de reparaciones al dafio inmaterial podemos sefialar: ¢ La Sentencia®. © Las Indemnizaciones pecuniarias en concepto de este dafio. © Gastos de atencién médica por los dafios sufridos por las vic~ timas o sus familiares. c) Otras Formas de Reparacién: aqui la CrIDH considera otros efectos lesivos de los hechos, que no tienen caracter econémico 0 pa- trimonial, y que podrian ser reparados mediante la realizacién de ac- tos del poder ptiblico, que incluyen la investigacién y sancién de los responsables, y que reivindiquen la memoria de la victima, den con- suelo a sus deudos y signifiquen reprobacién oficial de las violaciones de los derechos humanos acaecidas, y entrafien ademés el compromi- so de que tales hechos no vuelvan a ocurrir®. E] CDHONU también 5! CrIDH, Caso 19 Comerciantes v. Colombia, Sentencia de 5 de julio de 2004. ® La jurisprudencia de la Corte Interamericana ha sido reiteradisima en considerar que la sentencia constituye, per se, una forma de reparacion. ® CrIDH, Caso Bulacio v. Argentina, Sentencia de 18 de septiembre de 2003. 24

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