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SANOIDIG] 3183139 OTOASNSd OGHYNOS1 empoynbry By] eB uotPonporuy lo original: Introduzione al © 1960, Gius. Laterza & Fight Primera ediciéa en castellano: 1979, Hermann Blume pa, Roma-Bari Disefio de cubierta de la colecciém: Manuel Estrada ‘Traduccidn: Floreal Mazia Copyright de esta edicton: © 1992, CELESTE EDICIONES Fernando VI, 8, 4° 28004 Madd ‘els. 51/310 05 99, Fax 91/310 04 59 Primera reimpzesién: 1993 ISBN: 84-87553-17-6 Depésite legal: M. 27.355-1993 Quodan rigurosamente prokibidos, sin la ‘utorizacibn escrita de los ttulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en Tas les, a repraduccién total o parcial de esta obra por cualqui medio 0 procedimiento, comprendidos la reprograflay el tratamiento informatica, yla distribucién de ejemplares de ella ‘mediante alquiler 0 préstame piblicos. Impresién: Fareso, S. A, Impreso en Espaiia - Printed in Spain INDICE Prefacio 1. IL. u. WV, v VL vu. vu. Ik. x, XL. xu. Xu. xiv. La arquitectura griega La arquitectura helenistica La arguitectura romana La arquitectura romana tardia La arquitectura bizantina La arquitectura roménica La arquitectura e6tica, La arquitectura gética tardia EI Renacimiento italiano La crisis del clasicismo en la primera mitad del siglo xvr La arquitectura del manierismo Clasicismo y barroca en los siglos xvm y xvnt El neoclasicismo y el historicismo EI movimiento moderno Conelusién: politica y arquitectura a7 39 55 1 87 101 17 145 163 188 195 an 231 249 265 -sod ‘sozonssisod sorquses ap sopepriqisod wis & wpequoe pepres: Bun wos “eaaze ap eaqov OW09 ‘oJo1:pa uN ab snilupe opaubse un esed poyp so exdworg “epeoeyde vs aoazede seziany se] 2p UoIsuD: e apuop “OpEIINses To bspssuos os_D [P ob sentionu ‘opeynsar je wo> wor ssodoad ns uo 4 sepraydwa sezzany ej 2p up!anqunstp z us oysnu vsoxeruy as cHambse foqueTMIUAEE To u9 & ugtonoals ey ua ‘omodord [> ua snos © someon sipanord so] ‘oa ‘sazopeniststumns soy “sasornisti09 sof ‘ergo ef eBreoua onb y2 “sopyuasip P— sound vo svar ap vorstarp 2% ‘ODIs [ap stssuD8 vy opor sue se19pisuoo ¥ oppnput a1ua[s 9s o‘anbse [2 anb sesuacur ‘opeuruna ossnpord jap sauowenarqey aed oonH9 15 -wo1sex0q¢I09 » & oformp jp ayqisod aay ‘auaurvsrsasd ‘onb osad auusueusad £ 01g aisenauo> un arsixe onb set annua ‘surunsip sopeprenuacs & 1880] ep soo11z0 soy ap 4 sox0p -zyosip so] 9p woygjoadss Uprsexedand yy ‘SauuyeANIENL vonogid worousua130 wun eyondun eaay “ssioaut wpe ‘oatoasiy om! EpED X ‘Soy osiydums v uorserado wy ueoynsn! sab ‘sarap -ssaad sonuaranrsaitiose soy axqos oaiz93s1y Tarn! un vaz0d -uroa eanszodo uorsioap pes :opesed [ap oraras120109 |= A qunoe eamsounbre yy anus soiuaistxe sojnoura sour -isjyaonse So] opfouors: ausujes2u98 oys>q UN sy olovaaad I i INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA, que la experiencia del disefio le hace ver que no existe unea un instante conclusivo, en el que la obra aparezca perfecta; existe, por el contrario, ua momento enh que parece razonable romper con el proceso puramiente creativo y pasar a la ejecucidn, y la eleccién de este momento no parece una valoracién estética sino mis bien una decisidn prictica, que nace de un complejo ego de circunstancias y que, por-lo que se refiere al disefiados, nace de la comparacién entre sus deberes particulars en ese caso concreto y sus deberes generales, relacionados con el conjunto de su actividad y el reparto de su tiempo. Pero el didlogo entre los ctiticos y los arquitectos sélo es fructifero si existe una cierta correspondencia entre los respectivos campos de interescs que hoy, sin embargo, se encuentran pricticamente alejados el ‘uno del otto, Los eriticos est los a considerar la histo- ria de la arquitectura como una parte de la historia del arte y, por tanto, 2 aislar un nico aspecto de las obras arquitectdnicas, que consiste en clasificarlas junto a las «obras de arte» en una categoria de experiencias homogéneas. Esta delimitaciéa categérica —a la que se attibuye un valor tedsico general— se considera constante y ap cable en cualquiet. tiempo; de ahi la exigencia de colocar. las distintas experiencias en una secuencia histérica conti ‘ua y usitaria. Si bien los criticos de hoy no separan las experiencias recientes de las remotas y ya sistematiza- das en el cuadro historiogrifico tradicional, tienden a resolver en este marco'todos los juicios sobre las nuevas experiencias. Una metodologia similar ya ha entrado virtualmente a cxisis en muchas de las més recientes investigaciones de historia del atte, pero continia teniendo peso en las instituciones y las costumbres, y tiende a perpetuarse 8 PREFACIO 4 través de los planes de estudio en que se forman los exiticos de arte, en la Facultad de Letras. El cuadro general de las sociones de histori cs parte integeante también de la educacién basica en las escuelas medias, y del curriculum de estudios en las facultades de-arquitectura, aunque sea interesante consta- tar que dichos estudios son acogidos por los estudiantes de arquitectura como una simple prolongacién de esos deberes del instituto, sin que la eleceién profesional deci- dida aumente de ningin modo su interés por este género de nociones que se mantienen después, de hecho, relega- dos al campo de la «cultura generaln y no se vinculan con los verdaderds intereses de su actividad como disefia- dores de proyectos La Gnica zona de contacto real entre el trabajo. de los exiticos y el de los disefiadores yace en los juicios sobre la produecisa contemporinea; los disefiadores soli- citan las presentaciones de los criti¢os para sus edificios, een sus criticas sobre sus obras y las de sus colegas y Comparten sus discusiones. Estos juicios cubren un breve intervalo, en el marco de los intereses habituales de la-critica actual, y estén condicionados por un marco mucho més amplio, como se ha dicho. Los disefiadores, habiendo conocido dicho marco sélo a través de unos habitos didacticos pasados, no tienen ningiin interés por el contexto en que nacen los juicios de los criticos, y se unen arbitratiamente 2 un contexto totalmente dife. rente, ¢s decir, a las nociones y constataciones que emer- gen de la prictica profesional. Estas nociones —de naturaleza cientifica, tecnoligica, distributiva, econémica— forman un sistema comple} y s6lo ca parte coherente, y promueven lazos de unidn cada vez mas numerosos entre el trabajo de los arquitec- tos y el de los cientificos, los téenicos especializados, los economistas, Ios socislogos, los juristas y los politi. 08; los eriticos de arte no sélo no participan de este 9 ‘uppoipen v[ 20d epeposuos ‘stares 9p vproared worsiarp gun 3p seyuDquDAUODU SO] LISIA wy ¥ soUaUaI eI LOH] sapeaoises sou 09 soso s1uatwepriia anbyts anb seam ap vorstarp ean, enioe pepossos e] do reayHst ap seuoTsIpyos Ue ose OF ‘ose Toinbjena us tvoupSorsry pepiees wun ap sased & uruidz0 9s anb sauoronnedas aonb sozur ‘eiseaun 92 -uawyperourisqns pepyes: eun seatR TOA 9p sesUNASIP seo} ouio sepezopisuoo 198 wapand — 212 ‘«eau9}9» “«eatU99I» Seourey— eueuiny vlouatsedxe ¢] ap 59303008 sof 23389 S9fe> “niga savorounstp Se] ‘pmanoe vaso ua sousrdwut soatz001 sowandnsdid soj ap aeqey exed weBiny yo 2359 59 ON, pepsiz0s e] ap € onpiarpur jap seidosd sepuequinour so1uEis92 se] oo 9yquNssU UoroNpeZ EUR 2uaR K —seT ouiny se/B3ou9 se] 9p rofsuU UOFINqUNsIp eu ail{.ouy 2nb sersusiadwo> 9p so1ay[n UpISIAIp eUR OpUDIPRIs9 F3s9 9s oysoy ap— soued sod epeivorye ros spond “sosioozd sammtuyy soun auan ‘erste [e [er9UD3 wa Ep” ¥[ oWOD S1qepUr a ep 52 ou “elojduroo uaig 1s “ease Tas eanrjduiouos epia ef A eanoe upra ey Uvprengsax onb supuaSiso sej sua wyeqorS zeaqgstaes 4 ‘sopepnuee & sopep eno se] O31e UE 9269 UD LeIOpIsuOD aIusUREaLNNUS 2q9P, DUN vpeD ap eUEIPNOD wpIA x sajsnauasap as anb uD fo2isty OLeUs0s> Jpp soUoTDeaIsTpOUL Sef FUTPtA. ‘31D9p: 59 Sopiungep ofstax9$ Ua pepays0s ¥I F To9—3JO aqap OWN & sennts apond os anb ‘eayper sear orquares un ayqeataour oysoq xy “ooHI9asty oaUoUOLH Osont -seduroa un 9p sopexinoigp 89] vo> asopuriuazzua ‘OSs ap sozusqaios ap seiprenduwa sx] 2p esusnodx9 Bf oarerado: vista ap ound j2 apsap ‘orpaisa ap oysasts9 un owoD op -ual[ea openunuos vy ‘euvurnY eouarsadxa Yap seaored sexo sey 4 sopeprfeno se] 2p punta [p amus searuaaoid sauopunsip sey { ‘saenprarpur sapepyfena sey ap o1pnass > ‘oanyo wisia ap ound un apsop ‘nb senuonm org ‘eatnoodso3o1 ‘ugfpenul! epor ap exu09 HE HINjOSqE PErTaqY] OPEPUIALDA uey sossafoxd ap sosopeuastp soy anb sexauarm ‘eisne 4 ago por ap svrdosd ‘sajeaprarpur sapeprteno sei ap 1 sosidp soxsioese> soy 2p oxpmusa ye orsandenuos wey soans12 80°] “vors2aKoad ap sopepow ow1o9 worEZ|AIN ns £ Sure yap vows [9p odums Jo va somse so 9p souoroeaisep> se] Sis}39 ud astiausesupIodwayuos or2INd ‘ois 2p souy 2p eipreniiuea ap somua{uraous sory “sauaxayip sauo(nginucs seyanta god o1sandio> open osasnss oxpen un ‘oarwssdo odure> > v2 ‘cquzpuer & ‘soporayrse|> seuranbsa sowstur 30, ua seanvsndy soure { emizoumbse seqoyduo we vaussu0 Lor -eSnsanut 1389 ‘vaurysoduroatsos ugponposd vf ap sofspout ouloo urjuodoad soy & —sajeuo18a1 sauo|siaipqns sts woo taseH ‘of8is op pea wary x a1wemp sopraese soupoy ap 9298 vun-ua eseq a8 seINBuIs UpIoENS As “wannows as oBo[gip a1s9 anb so 30d soxdsau02 soy vpipeur weid ua ueIUs! osnppu! onb ows ‘03 VUNLALINDAY V1 V NOIDNGOUINT INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA, y podemos vislumbrat la verdadera faz de una orientacion prictica distinta que tiene ya cincuenta afios de experien- cia, Asi como en otras épocas la teoria ha precedido ‘1Ja practica en lo que se tefiere a un cambio del equilibrio tradicional de valores, hoy dia la prictica. precede proba- blemente a la teoria, y existe una separaciéa sensible entre Ia problematiéa de la arquitectura actual —que implica concretamente a los disefadores y a los usua- tios— y sus reflejos en el campo de la critica. Debiera competir a los arquitectos el desbloqueamiento de esta situacién, intentando hacer explicitas las implicaciones metodolégicas contenidas virtualmente en Ia experiencia €n curso, pero los arquitectos deberfan hacetse-una idea lara del alcance de este empefio que exige, como primer punto, someter a una especie de duda metodolégica las nociones aprendidas. Por otra parte, seria initil © inoportuno teorizar cxplicitamente sobre este contraste La iinica respuesta posible a la cucstién planteada es de naturaleza histérica: los acquitectos deberian intentar releer desde su punto de vista la historia de la arquitectu- ra, explicando el diferente relieve con que observan los sucesos acaecidos y la interpretacién que se sienten indu- cidos a ofvecer, en relacién con sus intereses actuales, Esta tentativa debe permanecer independiente de:los estudios de la historia del arte, porque debe poner en duda precisamente la posibilidad de: separar el «atten de las dems componentes de la experiencia arquitect6ni ca, Deben acetcarse, por el contrario, mucho mds de Jo que hoy hace la critica de atte, a los ‘otros tipos de investigacién histé Lo que urge a los arquitectos modernos es que se haga la historia de I arquitectura como la dé cualquier otro fendmeno, circunscribiela empiricamente en Ja trama de los sucesos pasados y analizarla en la multiplicidad de sus componentes reales. Procediendo en esta direccién, se puede comenzar la 2 PREFACIO recuperacidn filolégica y en parte ideolégica de los resul- tados de la historia del arte. La pulera perfeccidn aleanza da por la critica artfstica actual af abrigo de una conven- cién afirmada durante largo tiempo podri mantenetse durante largo tiempo inalcanzable; pero es ésta la condi- ciéa tipica de la historiografia moderna, si mo acepta alejarse de los tequerimientos del presente, La historia del arte, derribando el encuadramiento tradicional, puede ser refundida en la historia de la arquitectura como tuna parte del todo; el discurso. nose refiere s6lo a los edificios, sino también a las otras «obras de atten de fas que se habla en los libros, y que deben considerarse integradas en el campo de la arquitectura Se ha escrito el siguiente ensayo con esa intencién. Se trata de un intento no exento de preocupaciones para el autor, porque la brevedad obliga a presentar demanera sencilla situaciones complejas, de oftecer alga- ‘nos juicios concisos que deberian ser matizados, y adelan- tar afirmaciones no documentadas. Estoy convencido, por otra parte, de que es urgente intentar una ligazén, aunque sea hipotética, entre nociones que habitualmente se telegan a sectores diversos, mas que perfeccionar conti- avamente el patrimonio cultural de cualquiera de los sectores, y que la brevedad del discurso es indispensable para hacerlo eficaz, limitando todo lo posible los desarro los analiticos comprensibles s6lo para los .especialistas de un sector. Este texto ha nacido en la Universidad, para los estu- diantes de arquitectura. Cuando se inscribe en la Pacul- tad sdlo han oido hablar hasta entonces de arquitectura en el curso de «historia del arter del instituto, en una petspectiva que abarca tradicionalmente la arquitectura, Ta pintura y la escultura; y cuando llegan a la Universidad se encuentran que la mayor parte de las publicaciones Uitiles para el exatnen de historia se hallan limitadas por cl mismo éngulo visual. Me encuentto, por tanto, con B SL -upiBusrp ‘Jee ‘oxa1qea [2 ve uasambpe saruuypnass soy anb vouaiiadxs ve wade omuoruseuozes [9 vjanoso wy uo owo> Se ‘useuoaea Sef 9p [PATA UOISIAIP e azq08 ¥pAp vungpe ‘sous fe opuEnuisuy > [rUaUa[a UO!Npe Be sopefiy soagyy sot opuonnosip ‘ondue oiarureuozes un se[qeea 2p opou! un Teorpur eisisimb osqy 21S, soquayjg ap eAoUlD wun ¥—sajequaa soso4asnba ap BuapED von ap aseq e a1qos opnuaur ¢— ofeqezs osusurur HOD vauelomas ns v zvonpa uOD asopupiuauos ‘roupIoduro3H09 peparoos Fj ap uaBseur je uysNas somsamnbse sof £ “eOR “hu vun ap orsowLned [e uysosouaued ourspour owas Taout Jap 81803 Sey ‘aauezado vas vioUDIID ¥Is9 seNUOTPT SpUnsowp sUDwWTARUT yxUDIET O:ouNbre p> anb ‘ouaqun oxdaauoo un ua sess9arp seuorou seis9 aeZLIaIUIS ap pepedes-vy oprpied waqeq ~—pepnio wun we ‘ouseq tun ud ‘ese9 UN U9 OpudralA adaTa|duHs 0 ‘OTN -suo9 BESRPL! 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Mientras se abandone al arquitecto a su suerte pata resolver los problemas de la ciudad moder- , no podré Hegar nunca al final porque no estard ain persuadido de que su profesién sea autosuficiente; la distinciéa entre expettos y «publico» funciona particular. mente mal en arquitectura, no porque los arquitectos ‘20 sean expertos, sino porque ninguno puede ser conside- rado simple péblico, estando cada uno implicado necesa- riamente en el trabajo continuo de modificar el entorno urbano y responsable, por su parte, del ordenamiento de dicho entozno, William Morris eseribié en 1881 La arquitectura abarca Ia consideracién de todo entorno fisico que circenda la vida humana; no podemos sustraernos 4 ella, puesto que formamos parte de la civilizacion, porque ‘a arquitectura es el conjunto de las modificaciones y alteracio- nes introducidas sobre la superficie de la tietta de acuerdo con las necesidades humanas, exceptuando jinicamente el rigu- 1050 desierto. No podemos confiar nuestros intereses arqui- tecténicos a un pequetio grupo de hombres instruidos, encar~ garles buscar, descubrit, molder el entorno donde tendeemos laos de percibislo como una cosa bien fecha; esto nos concierne, por el contratio, a nosotros mis- cada uno de nosorros, que debe vigilar y custodiar el justo ordenamiento del paisaje tereestre, cada uno con su espititu y sus manos, en la medida que le concicrna. 16 I LA ARQUITECTURA GRIEGA 1) La dificultad principal, en el estudio de la arquitec- tura griega, depende del hecho de que gran parte de nuestra cultura y sobre todo de nuestro modo de ver los valores artisticos, depende precisamente de los irie- £08; por tanto, contemplamos la arquitectura griega bajo una luz particular, y no podemos conservar ana actitud el todo objetiva, por la dificultad de separar la realidad de la arquitectura griega, en su tiempo, de las enormes consecuencias que de ella han derivado. Por otea parte, el valor determinante de la experiencia griega no depende solo de los resultados especificos alcanzados, sino principalmente del encuadramiento con- ceptual que tal experiencia recibe la primera vez, y que Juego se mantiene estable durante largo tiempo. Las actividades que se suelen lamar artisticas —-compren- diendo el conjunto de su aspecto manual y su significado ideal— se consideraron la primera vez como funciones auténomas, que emergian de las exigencias tituales, con- memorativas, iconograficas; ademés, la creacidn y la eje- cucién, el valor utilitatio y el valor contemplative de los objetos producidos se consideraban interdependien- tes, y.no se aominaban con dos nomenclaturas separadas, sino con una serie de vocablos que abarcaban globalmen. te cada sector —arquitectura, pintura, escultura, etc.—, ¥ que concluyen en un nico término general: tedine, W or ‘wapaye corsurz02» £ voaqo{» ‘aoo{Ipp» soarialpe sory ‘omaxoad yap osazoxd [> wo sep onposUT seuODeYTpoW se A vanonusuED UO!ZoNpoId ¥[u9 seBIUED seIoUANIasUOD sus Js Inbune ‘oxdo2G09 2189 9p stonga1 souo;seoidun sey sEnastp ‘oBzequID us “craepos essxaqu SoU ON “Te=PF OfSpOU [> Ua supruaIzO Sopeplfenauta sej arumsuos upond sauorsemt 9p 91398 zum 10 9jqisuas UoIsenN! eundeD anbsod ‘wuyur auoUE jouaiod sa souorpezsfeax se] ap peparsea vt mbe usiquiea sSoxopeusstp So 9p peuoqy YI yis9 sezouEU ses nua cuo}an9yo ef u> & ‘seroumU sowUaIag{p Anu ap OpeUN|OD 198 apand anb uoSiew on asixs vonoerd uopezyras of 4 yempopprur wuss0} vy amnue aruaus vy ap sofo soy uoD aqqIstA Syeraoajpiwy wUIO} HUN CUES “easIA eI 2p soUedIO so] LOI 23141814 “2]:8u9s ¥UEIOS wEN $9 OU O9TIOP aps0 [9 WHOTEUE viouew 9c] ‘sopour somurjur ua asreie:2u09 apand wunsIP ‘uoieur wun v Za vpeo asopuyogde onb yermona3so vpBox wun ouls “uuoyfuN opjow un so ou arsadsa my anbiod ‘souuazayip wos saxquioy. soy sopoi ‘odures. ouster o sono p anb s:quioy szas v9s oun anb siz9p apand as ow & ‘Seonspaiseses semstar sep uaueA spor sasquOY & comune ua fanwo> a1zadso o wunr03 wun ap urdrorased ‘ord -wala 10d ‘soaquioy soy sopo,, “som soy ap eyOsony ¥ ap senxo apand 9s auapiaa sya uprseEdwoo ey sonUnsIp nur sopou 9p aivouriexu09 asipnpen uopond anb ‘sopeapt sear ouls “soweurunaiap, awvaurer[dwo> soy -opour “asap so ‘sapeprareus setaz uos ox so>uosaunbse soUSPIN SO] {JEUOIUDALOD [BATT UN UD SOIOPEUDSIP SO] aP pepioueiwodss e uouep anb 4 sooxugaaur soqnouya our02 vavoruny seer sv anb apidust onb of sezex9u03 © vouspus wiso susuesisaid $2 ofag “KUOISNAUOD ve auode 9s ‘omy sod “uapio pp fo][9q o1tm{u0> un 9p upisisoduio vj u2 uaxrnaues onb soured ap visaysad £ seo: uorrsodsip voyra8ys —opesed ofits [ap soane un 2qp3089-— UapIE» “sius!>91 eood wun eISeY A¥pOA SeATA ‘VOaTIO VUNIOTLINOUV VT 8I ‘seorBojoap seiouarayar ap ypeBaro wise wagered wisg ‘onurso> vapso ‘ooruo| uapio ‘oaizp wapI0 :souapsp ap 2squIOU [> UoD se[HaF suis e seuNe| ON Oprusavod ey 9s einisaumbye e| Ug “Sepp & asrEns—pe Hs aastsuoa sejnonred viouaadxa epto ap 2076 [2 anb 4 “ezay ‘emaeu vy ap S949] se] ¥ sedoyeuT ‘swanalqo sear seundye uaisixa anb auodns as souse sey ap ewotabpena veg (or [EINI]MD UOTIIPeEN wy Ud ssotOIe apsap wousniueur 98 SOAnoW soxsa sopo,LlwaplaIpal orssures -aduioa [2 va ‘sojesnaey sosinoar so] wa ortade [2 opuarvod wiovatzedxo vj £ woroeanpe eI sero[ea ¥ uespUDy soBa to ‘pepredvs wise ap fesme> se] ap upIDEIOTeA yuo fast9 2p allo ns woo ju avn] J>-vOD 32 anb Epes Suen ov anb jsuosiad vsnefossosd tun owo> svozede peproedes ns 4 ‘ours ns rod sopanusuen ops uey sou soiquou sns ‘so[ems9jeaur uos seaspze soy {oq sowEssIp ajeaaqy sovorsayosd wos saxzt seai0 sey & varusaainbae eT eros worseNW ypos 2p eAINy “DzqmOY [9p soyeImIEE sopeproedes sv] ¥ uxjs9jo7 as'squOTDUNY sease “Hue GAIN] Us VUNLOALINOA VV NOIOONGOULNT ENTRODUCCION A LA ARQUITECTURA como se sabe, a los repertorios tradicionales de algunas estinpes griegas; estos repertorios son, sin embargo, fija- dos ¢ idealizados para poderlos utilizar en general, inclusc fuera de los lugares. y-de los grupos étnicos otiginarios. Asi se delimita un terreno comin sobre el que conviene concretar Jas enetgias, seleccionando progresivamente los resultados y aislando por convergencia las soluciones mejores de los programas que concurren; pero ninguna soluciéa se formula de modo taxativo —es decir, no se Ilegan a producir las formas y las proporciones de los érdenes en figuras geométricas precisas 0 mimeros fijos— conservando siempre un margea de libertad para adaptarse a cada caso particular. En el templo dérico, por ejemplo, existen una serie de problemas tipicos: la relacién geométrica entre las distintas partes del orden —columna y arquitrabe—; Ja conexién entre el ritmo de las columnas y el de los triglifos, que plantea un delicado problema en los ingulos del friso, Ia conexion entre Ia cornisa y el timpano, las relaciones planimécricas entre la columaata perimetral y los muros de Ia cella, Ia’ terminacién de las cabeceras de albafileria con la Hamada «anta» (pilastra cuadrangu- lar). Los disenadores griegos seleccionaron poco a poco a multiplicidad de las soluciones arcaicas, y cada ver gue encontraban una solucién convincente la considera n como una norma adquirida, hasta que cualquier otto nuevo ballargo replanteata los términos del probie- ma; cada una de estas normas contiene, pot otra parte, un ulterior campo de eleccién, y admiten siempre aplica. ciones distintas y otiginales. Asi, el control de los resulta- dos se escalonaba en distintos tiempos: de hecho, una parte de las decisiones que concusrfan para defini un wuevo juicio podia ser eliminada del proyecto en aguel caso particular y ser formulada por una vie general, mientras que una segunda-serie de.decisiones petmitia el paso de la formulacién general a la aplicacién particu- 20 LA ARQUITECTURA GRIEGA lar. El disefiador no tendré por tanto, necesidad de co- menzar cada vez.con los mismos razonamientos, sino que podsd introducir en su ecuacién una serie de téemi- nos conocidos, quc.le permitirin concentrarse en las in- cégnitas peculiares de su caso. Este sistema de control, por el que algunas decisiones de orden general sustituyen un ntimeto mucho mayor de decisiones particulares —que llamaremos control ind recto— produce una especie de economia de! pensamien- to, yadmite una distribucisn de fuerzas altamente renta ble. De hecho ascgura, fijando algunos temas obligados, Ja colaboracién de muchos disefiadores, en distintos iuga. res y momentos, sobre los mismos objetos de estudio, y permite una profundizacién mucho mayor de las solu. Giones que se obtendrian por separado. Porque cada uno de estas supuestos ya ampliamente aprobados asezu- ra ademés que todas las obras tengan un clevado grado de digaidad, aunque no todos los disefiadores sean perso- nalidades de primer orden, es decir, garantiza un elevado nivel medio de la produccién general; en fin, proporciona alos disefiadores y al publico, a través del conocimieato de ciertas reglas aproximativas y proporciones medias, un punto de referencia para hacer resaltar al méximo los distanciamicntos, si bien minimos, entre aquellas for- mas y relaciones. Como observa G. Scott, «una conven- in formal en arquitectura, tiene valor incluso aunque no se la tenga en cuenta, puesto que esti presente ea Ja mente del espectador y agudiza en él la percepcién de aquello que ve como nuevo en el disefio, dando relieve y tono a la nueva intencidnp. 3) La otta cata de este procedimiento es la ligitacién de las experiencias, De hecho, ia referencia a las. reglas garantiza Ja profundizacién de les investigaciones en un determinado campo, pero a la-vez obstaculiza fuertemen- te su ampliacién, y establece una Iinca divisoria iid wusaysIs [9 aqDUAUDWT aB[sIE 9p pepmigisod wy axdurars 21sIx9 fonmfnos us soumsyueax0 so] # OU & somUaWIAIa SOL ¥ aidwois sx vawiouoo sopesauad se[Box ser -oxmve oninpe [9 S vapro pp anus souoreraz sv] ropuszdwo B ugiqueer epnde orsg “sorsiqo sono soy tio uomrsod 09 ua JenuD 9p S2IUe PEPIIENPLAIPUL Ns Ue OproUOD—z es agap o1algo vpts anb vA ‘semaqord soy aqueus [Pow rely e ‘a.wagnd}suoo rod “sonptos woPeIa1I0 1s ssora{qo so] ¥ Js nua uanBunsip & ue[spe soroguadns sey “oporied ais uo viousuru goad ap ugiajsod wun ‘eussog sombjend ap ‘Suan op 10d onb £ emajno'ey ua ajqesoaey syuts upisesdxo op odure> tun. 9uap soralqo sol 2p ugpeuasard ap opows 2189 anb wazosqe ourarodo $9 oad ‘ooHoRHOU 50 OUTUD [> Feanynosa e] ap ordosd so aonb seuszoy se] ap oawarureness [e opusipre ‘soonsyid sazoqea ap rqey as couprodwaivos conus alendusy 19 wg) “worspord « pepaep euixear y ‘009 epewasand 12s aqap anb “ezonjoauy anb worpwW09d ugroeuss0gHOD. x] BOD EPEUOPELa: Opor 2190s ¥Is9 309 upeo ap viouarsisto9 of ‘sraytsedns vy seBny sousd uo so suorsdoorad svis9 ap SHUNT [> ood Jse < ‘seReIpoMTE sojqysuas souoyadaoiad se] « apqisod sya of assronpaz aqap vorsoidutos ns & ‘oissmtp seus opout Jap aiwainBisuo0s x0d opriuasoid 298 gop o1lgo upg ‘ouzer gr awowels ~rsanau aisixe Opunie [2 ‘owoxdns SOIC] un ap BIOuAISIXa F anouozes anb ‘sajaioisizy ered osnpsUt Seanjosqe peprest wun fnquae uD opepap vey vounU fount [9p zI>uIS> yy aigos opuannssip ‘anb owsruesed jap sesor8yjo3 6 seoly9S0]3 souoISdazuO9 se] woo UOTDeTEdUIOD ey aIUaMEOD -wiuodss aooredy: “ommjosqe rope ap suns wun asHINqEAe anomd & sojqysuas sews0} se] ap euaIsisuoD x FEU ua ezsuny ap apedse wun ensons pepanipon my anb aap wspod ag “orsinl un uoo sesasdxa qoytp 59 anb orad 91u9u uo suD_ wuosied wpor anb sorDpIt9 ap & ‘ouane ap vouarOyIp bun aisixa —eueasH9 wy apf suesed vgrezy[faf> &| ap— seafsoans seaod9 sey ap sor & enSnue VOATYO VUALOALINOWY V1 uowezyta y ap so1nposd soy anua !zaa woud 10d fasiA §9 FS ostpDur ‘euZpou! o jeAsIpow euN op enSAuE emgn9s9 9p o1wauidesy un ‘odurala sod ‘owourepidys anupsep sowapod vaurauodss vunzog aq ‘s021Tooossd soprusiuos soy 2p 4 safpmes soxqeq So, 9p s1u9praa 29d ¥| ¥ £ oven of ‘saitiagaid souqyy sonsoner 21q08 ouuer esod waspoa anb yemdosuos vuianbso jap’ pepy rone3 2] ¥ orunl trexsprstos auaiauos eBorr8 wuaTIadKD ¥ 9p soxseieD so] upystoa1d uos roUOds® eK cauopazeur eisinbuoo vf © uaarsaiqos ou & sod x] ap oonyfod uownS9x [ap sx, -eedasuy vos van emmmambrs y ap sajeauaurrpury soa cadse sound *pr9a 93 ow09 ‘ora zoq “o1wn{uoa [2 opor suo u9 emus & up1sedepe 9p pepredes vseass suo UIs [> ‘SaufWHIT soxa;D 9p FTE SFUE UeIqUIED stUIDIXD seouesuroMI9 sey pepyeas e[ UD Fg “opeurIOs vy 9s anb 9 sopeisos & svoquiguose ‘seoru9a sazepnonaed ssworarpuo> se] ap 21uaureqsons> sapuadsp' a2e4 of onbiod “pexnayn9 muaISIS jap o1grbs Ja [aap Anus vus0 ozad ‘OYE vy 9s owtos Sxndunsip ap peproedes vp aiwousruorasodord seuoume 2924 anbsod ‘souorsoo[9s ap vzanbjs sous tun aiuaureesezou eoyru8}s ou odures [op voeMUIN eT “seanisodwoo 4 svomgiso seousfixo se] anu euoutte el ap operuEyapE 10d somos uaiuais 95 so8au8 soy opow aise aq “epangg vf uaIquea ezou09 so%0118 so] anbunw ‘soxueHodsH! spUs SOIDTEpS 50] Sopot 2p worsonnsuos yj exed opedyyqo muaxsts jo ‘22 -uarnBisuo9 10d ‘tas ¥ eBoy] anb ‘oonyps Oapanansuos we -an818 [ap sepHonsed ugromardianuy wan 9p BeaArTOp sor1U93 -soambse ssuopap so “o2tu393 oxsadse [2 us aruoujetoadsa yuo. 7 wepnasap 38 ugreBnseauy 9p sosoiws sodkae> ‘sy ewan [ap sapeprenizodo sv sepor v sortnlosd ap vitexe arusuresapspiea vuos ap asuoype opuorprdun ‘sopeBiqo soumumay: sooio v aiuswueanuaaesd aonpest as waaigord epe anbiod ‘ego ¥ & sopryosip p anus VUNLOALINOUY VTV NOIONGOLNT INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA, columna-arquitrabe del edificio en el que.esté empleado, y precisamente esta posibilidad permite el control indirec- to sobre la composicién del conjunto, vinculando al disedador con el empleo de elementos previamente fija- dos por una via general, y asegura el maxi en primer plano. Las estrias todas iguales, lega la mirada, confirman que el tratamiento del fuste incluso en la parte tel y del arquitrabe ente el observador lo de cerca, contribuyendo a presentar cada parte con orden y evidencia. La sucesidn de los elementos perimetrales rodea a su vez, y dismimn do, la ensambladura del edificio, de ac pio general. El observadot ve simultincamente dos pare- 1. Planta del templo de Apolo, en Corinta (hacia 535 a.C.), 24 cl templo de Pe 25 a ton 2p aiqianpap ‘oraytps [pp woreresdsovur eis 0294 “o19151p9 BP opoi ap souorsrodosd sey ap vivipoursr vorentese bun zouaiqo eed orpauu un s9 Vopro Jo ‘Ise seas ese yy voo off] § oypur seuopsefos suuttad —sousps9 2p souo|aojar stl SaueIpaus emape Y Yoo OpEuorDE ED pase alozarer Jp anb owond— ugiqurea & ‘ogoue [2 o> 08:2] ye swuswuprdes sesedwos ered ompour un euojszodosd sofozaaur soy 9p pepyens! ‘ojBupias un eaueyd vf 395 Te ‘spwpy “Os91U9 OMIsIEEBIO Tap vpensape vopr ven sey as f ‘9819 ap vy anb o] Opoa epemus jos ean voD ef 9A Opet Un Spsap ojduim jp opuyjdumuo> ‘oyja sod fouiajumen oust Fe enUAUOD ‘sopared SOP se310 Se] aigos ‘seme onb einSosv 9] “e[jo> e] ap iopapouye ‘sve “uinyoo sey 9p owz0y1uN worsnedss x ox0d ‘oums Of & Sap Vouryy VanioaLindaV VT ‘expor9p 2) epeworsgod sio2en91 v2 gtaesoaop x ap A Gummutqraly es) "2UR1Ke] “Ay "Y 2p) 8509 > sepnessy 2p ojduan [ap FpeY>R) H 2p UOPIMNsHOIDY “Fg VUNLIALINDAY VI V NO|ONGOULNT INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA. tipo de montaje de cada uno de los elementos, debe ser coftegida por orto tazonamiento, que se puede hacer pastiendo de un dato que contrasta con los precedentes, es decir, de las deformaciones halladas en los edificios gricgos. A partirde una cierta época las lineas rectas S¢ someticron a leves curvaturas segiin los ejes de simetria Principales; los interejes prdximos a los angulos son sms breves y las columnas progresivamente més gruesas; de las columnas, mas que verticales, estén leve. ‘mente inclinados hacia el interior del edificio; las column. 68 cortos son a su ver més gruesas que aquellas de los lados largos, de tal forma que la columina de angulo resulta de seccidn eliptica; los pisos son leve- mente convexos, ete, Estos detalles se interpretan comin. mente como correcciones dpticas, es decir, soluciones Para compensat las diferencias de las condiciones vistales de los distintos elementos (por ejemplo las columnas dle esquina, mas expuestas a la luz, parecerfan més delga- las, ¥ por consiguiente, son ensanchadas), o bien para corregir algunas ilusiones dpticas (por ejemplo, una linea Perfectamente horizontal aparecerfa un poco ahondada cn el centro, por lo que se la levanta precisamente en la mitad; una vertical pareceria salirse de aplomo y por Jo tanto se Ja inclina hacia atris). Pero no sabemos si nuestras capacidades visuales son iguales a las de los Btiegos, incluso tenemos motivos para cteer que su sensi. idad era mas fuerte —sabemos que en musica distin guian los cuartos de tono— por tanto, pudiera darse gue percibieran las Hneas curvas inclinadas realmente como tales, con consecuencias ignoradas por nosotros. Todependientemente de su apreciacicin exacta, es cietto que estas deformaciones conducen al debilitamiento de Ja autonomia concedida a cada elemento y refuerzan 1a unidad de conjunto, porque la forma de los elementos se modifica de acuerdo con su posicién en el conjunto, por lo tanto llevan en si una marca de la situacion 28 gue ocupan; si, como por ejemplo, las columnas de un templo hubieran caido confusamente, se podrian reco- nocer las columnas de esquina por su mayor didmetro, Las curvaturas y las diferencias metricas, apreciables o no, son de todas formas poco acusadas, y el arquitecto iotenta precicamente presentarlas asi; si, por ejemplo, Ja columna de esquina tiene un didmetro’ mayor que las otras, sus adyacentes tienen a menudo una medida inter- media, para que el paso resulte inadvertido. Ello significa que el exacto conocimiento de la conformacidn de las Partes esté subordinado, en este caso, a los efectos del 29 y°¥ 2p) 2u2ug U2 sted e=ueNy ap ojduwas fp o2yU9! (eansticgeate pg ‘900918 j voado VaNLOALIADAV VT souojseurtusa sey { soweuiod seimonnso sv] "Jse Hos o8 s¥s03 st ofaa3 odua jo va org “sojensn sommps soy Ua "503509 sous wouDUE r] ap OpezuToyE ‘oBiqua is ‘se opeynsar 2159 —soaneruasordox soroigtpa so] ua owo2— ugiadsoxa ap opeyjnsaz un aramb as is & “‘ozsonys9 ounwpur jap 49] vj ap ontarusduans pe Loy sopeaquanasose soweasg “0214993 ouRyd Jp ue opoa axqos saustUEIED auITA, -pe as upreredas wisq “eatsnpaxo 4 wIsensqe 113989 BUR ua sofopusruod ‘suesunor, auaiquie jap Uouredas wun & fenprarpur 23[2s0x oprprop un —sosorfirjaz A soa. ~freauasoidar soy 2 0po} 2140S— SOFDITpe so 3p Ou EpED e ep ‘oonupivrs j2 S oopyeue ya ‘jonuo> ap.seuraisis sop so] ap wouaSraauoD y onb souniou ‘ou sexvaT, serous}radxo seaan 2p oauanoua [ opuayes ‘opezuxape orsqyzubo pp exadns ap peprsgrsod uy vi suou0> oassodwo> euuaisis [ap pep _-irejod 21gop ¥ !ugrsays0d vise ap oonmiso ou ‘oormpUIp sags pp upiquier & “oe A 1A sofBIs so] Ua So ~eauraTe Soper|nsas soy ap viows[29%9_y| IqIDIed 9p opour solou |p spzinb sa sowadse sop soy sxu9 onigqgmbo ap gr EOpIsuoD wT “wpm wuEMIOr kIMsanbre ey wISTY, “soaisaans soyjortesap so] spo: ausawperouaiod auajiu09 v3aud timoeimbse yj ‘sordourd sop soass axaUIpay, ‘oaun(voo 9p osnssoze|9 [p sezuOUt { a1Ba1309 ved aanis —rynoouig ug|s}a ¥ s1e:pour rezueDqe op s9|qysodust— soaaT]9z 50] 9p UOTSE|NPoUI ¥| ‘opundes [p U9 anb semusUE “soaatjas so| op eoHgWOoIISD UOISIA. ef Y oyesar Mp ered ass sequios. se 4 soony seq 9p Uo!repead yf ‘ost saund, [9 ua(‘zohvus wurst vu w aoarede ousoo ya ‘[pr9u0M vanyjoauo ef ap oonprUTs 019939 [9 OUTS “wOUEISTP e109 & avazede owWOD [x SoIUALUITa so] ap oun uprD varany onb afoyaadns ¥] ap vorenpow ef zeeypeur esas0101 OU UY 1s. veg “suIZEIOWUD[duIo9 seized se] ap o192;9 op0adjo95 [9 senfEa> “owstue#s0 Jo por vpeNw yj UO opuvoreqe ‘euzed, anb,epurasip. wun e asrelaye & o1 -sondo opriuas uo opeSyiqo vise zopeasasqo [2 & ‘orun{uos VUNLOALINOUY VT ¥ NOIOONGONNI INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA, son efectuadas con una técnica que parece , fuera de todo cali 1 ejemp) han de ser cubiertas por est ndes bloques de piedra de cor de los acabados jones de v la busca por por un deseo de perfeccién abstracta ideraciones explicadas hasta aqui se refieren ongamos un templo. La compo- cl empleo de las leyes geométricas y de los sistemas de coordin: 1 edificio, griegos han cl emperio de la comp entendi- da, dentro de estos confines, evitando aplicar los mismos meétodos cn escala més extensa. De esta delibetada limitacion proviene el concepto mismo de «cdificion que es propio de la tradici6 Y europea, es decir, la costumbze de saca dad del ambiente urbano una porcién de tetla a una disciplina unitaria y recon mos en condiciones de reconsteuir ¢ \érgicamente fos munca consideraron ciudad —incluso debia fundasse ex nove, como sucedia en los colonizar— en proporcién con el trazado lo. Bl disetio regular de algunos elementos LA ARQUITECTURA GRIEGA 7. Reconstmecién de la Acropolis de Atenas; a lo slo, «le inquiesa, el aja derecha el Partendn (447432 2.C); entre ambos, se 18 edvy anb orusinqam & owapradwy sod ‘oonyod wun 2359 sag “saurjoasiry sod seaz2sep svasayy sosBore se ows fu ‘sapiprony, 20d onsosap [eepr osoruoMse p_owo> soared sou 9$ ou asuatuare wae:90WDp ey A ‘eBaus8 woraod uoroezyueBs0 xy ap sopmasia se A soxs2J0p So ¥IDuspIsa UD oasond UBY SODHOISIY sorpRISs S07 ‘eomprsouap syod vw ap uses 4 oonsod runs jp ‘opow z9nbjen> ap ‘oiquzedasuy sooatde § e303 esmoambse vy ap series so] ap otsesard syur p> 89 ‘peproueiuodss & oyunu sed anus ‘ousmdwo 4 pepyemooja: asu> o1sqiinba Ig9P 918q “19 UO Toe op OFs91r [9 aIUAMAEMUTIUOD U9z309 sauap19 SO] 2p OFsE|MUIIO3 [P soBDEI soy ap uoqroa1 anb seasoons stoods sey anb senuayus ‘ousstfecszo3 jap O18 ad [v ounurst s2ezedy sou as eSo1a8 emnusaimnbse zy ow0> fyzinb ‘uvoydxa spond oisq “sofeuorsuoauos soxqum “509 Ua aiEOYsuEN as anb Opueraa ‘eapur auaCIENG 11609 vasinbuoo wun 9p sa}2¢FE9 [9 SofsBarasUOD ved ass ‘soqeuorsex seas se] uo vzusyuo> ¥ & 2DuDA ou onbunE & “eamaynbre vj ap oduaes ja opor euayy ug|suan eIsq_ “S| -euorses soysey Soy ap waged yj ua siwasard ausureAN. ‘09 souaxxe axTWIH o1tOD o1UDIS 96 [euO!DeAsT O| ‘soHaIsH ap widp eroueu w © sojeuorsem so, uo> uesuad sulog as saytuoies sexoa91y soy A ‘Sos0}899x9 souOFDETIZ SEL ap peuogy ey va vops0I709 ns UITEY SOUPS so] ap ropa, ugpIodwos y 9p z9pHHIT [eOIUDAD Fy * ssopeuoraes sejBaa e214) oomdwa vuaists un ap ye spur BA ow cwoTuMpszord Pp ord ‘efou8 pepyiqisuas x] 9p wzonbs wempsoen -x9 ef upon roydxa as Uorssasu! vis UOD “asilested “ex -oue¥ o1un{uod [2 wa yerosed oaun{u09 epes opuararosas.& slesied fp opor woo sojopuyzruousre ‘soustu soDETpS Soy a seBny Jap SesuasaZns se saFooe 20d war spur ouls ‘siuepunon> aiuaqure [& SOPYTPS. soy 9p. 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