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1 Clase Teorica Prof. Mendez Richmond I
1 Clase Teorica Prof. Mendez Richmond I
Aclarada esta cuestión del rango de autora clásica, nos referiremos a lo que constituirá
el Trabajo Social como disciplina, la intervención individual familiar (debemos aclarar
que en Europa también se desarrolla la disciplina, pero desde una perspectiva de los
Servicios Sociales).
En 1869 (siglo XIX) se crea la Charity Organization Society (la COS, para nosotros
Sociedad de Organización Caritativa o de la Caridad) en Londres, Inglaterra. El objeto
de la fundación de la COS era la de centralizar y hacer más eficiente el trabajo de
innumerables instituciones de filantropía y ayuda ya existentes (pertenecientes a
distintos cultos o religiones, como así también a grupos laicos). Este modelo se exporta
a Estados Unidos y en 1877 se funda la primera filial de la COS en Búfalo, Nueva York
extendiéndose rápidamente por todo el país del norte y Canadá. Mary Richmond ingresa
como tesorera en la COS de Baltimore (1889) y empieza a realizar tareas también de
atención directa y voluntaria en la institución. En 1900 es nombrada secretaria general
de la COS en Filadelfia y en 1909 se traslada a Nueva York donde dirige la dirección
de la Charity Organization Department de la Rusell Sage Foundation, donde realiza la
mayoría de sus publicaciones, que fueron: Social diagnosis (Diagnóstico Social), What
is social casework? (¿Qué es el Trabajo Social?) y The Good Neighbor in the Modern
City (El buen vecino en la ciudad moderna). En todo este período Mary Richmond
comienza a interpretar, comprender y modificar las prácticas que se realizaban al interior
de la COS, para el tratamiento de la ayuda a las personas y sectores más
desfavorecidos (pobres, inmigrantes, trabajadores). Fue incluyendo métodos y formas
de intervención (la intervención se realizaba a través de mujeres que se denominaban
Visitadoras Amigables), de carácter científico utilizando conceptos de la sociología (aún
en formación), derecho, medicina, psicología y otras disciplinas. De esta manera fue
desalojando de la práctica de las Visitadoras Amigables premisas que provenían de la
atención religiosa o filantrópica, cambiándolas por premisas determinadas a través de
un método científico. Así, las intervenciones realizadas podían ser evaluadas y no eran
una práctica empirista de ensayo y error.
Abogaba también por la profesionalización (que tengan un salario) de las mujeres que
formaban el cuerpo de las visitadoras amigables y que en su mayoría eran voluntarias.
Estableció relaciones con otras organizaciones académicas, sociales o que realizaban
política social; como la Universidad de Chicago, Nueva York y los Settlement Houses
donde trabajaba Jane Adams. Este esfuerzo de trabajo en red se verá recompensado
cuando en 1918 la Escuela de Filantropía, de la cual ella era docente, se va a incorporar
a la Universidad de Nueva York bajo el nombre de Escuela de Trabajo Social, y Mary
Richmond va a ocupar la primera cátedra universitaria de Trabajo Social de la historia.
Mary Richmond realizó toda esta tarea a partir de la lectura y el análisis pormenorizado
de los legajos que sus compañeras confeccionaban sobre las formas de asistencia
instrumentadas, para los distintos casos que se presentaban. O sea que la autora realizó
toda una tarea de sistematización de la práctica social, para darle un contenido
científico. Es decir, sus obras y la creación de un método de trabajo social responden
a una práctica. No es que un día decidió crear una profesión desde un lugar
contemplativo. Por eso el Trabajo Social responde en forma concreta a la resolución
de los problemas de las personas, o por lo menos lo intenta.
En ese prólogo además figura la pregunta que dio lugar a la creación de toda su obra y
por ello de la disciplina. Mary Richmond se pregunta ¿como hacer para extraer
elementos comunes en la práctica profesional, si las situaciones humanas y los
problemas humanos se presentaban diversos y en distintas formas? Da el ejemplo de
médicos y abogados, entre otras profesiones, que pueden discutir los casos porque hay
un acervo de conocimientos comunes de la disciplina para hacerlo, aunque los casos
fueran distintos. Dice: “Pero, ¿qué conocimiento común podrían asumir los
trabajadores sociales en un caso similar? Ésta fue la pregunta que me plantee
hace quince años. Entonces creía –y aún lo sigo creyendo- que los elementos que
componen el diagnostico social, una vez formulados, podrían constituir una parte
del saber común de todos los trabajadores sociales, y que, con el tiempo, debería
ser posible inferir, en cualquier trabajador social, un conocimiento y dominio de
dichos elementos y de las modificaciones aportadas por cada década de
desempeño de la profesión”. La construcción de un cuerpo común de conocimientos,
una lógica común para iniciar y realizar un proceso, y la puesta también en común de
ciertas premisas, son lo que la autora hizo, y de esta manera terminó elaborando la
profesión.
Richmond se pregunta “Cuando un ser humano, independientemente de su estatus
económico, desarrolla una forma visible de dificultad y de necesidad social, ¿qué
debemos saber sobre él y sobre su dificultad (o, más a menudo, dificultades) para
que podamos hallar un modo de satisfacer sus necesidades?” dando así inicio a la
intervención por medio de una investigación del caso (aclaremos que el caso es la
persona con su dificultad). Es sobre esta cuestión de la investigación donde Mary
Richmond expone un cambio importante para la que sería nuestra disciplina, frente al
esquema positivista imperante. Escribe la autora: “La tarea de búsqueda de los
hechos esenciales subyacentes a las dificultades sociales de un individuo es lo
que comúnmente se denomina “una investigación”, pero el término adoptado en
estas páginas como sustituto –diagnóstico social- presenta la ventaja de que,
desde el primer momento, fija la atención del trabajador social en el fin que se
persigue”. Se tuvo que esperar 50 años para que un grupo de “iluminados” citando a
Marx empezara a repetir como letanía (todavía hoy), que se trata de transformar el
mundo y no de contemplarlo. Tal vez si hubieran leído a Richmond, podrían haberlo
entendido antes.
Sobre la evidencia social en la obra se nos dice que ese momento se puede dividir en
a) la recopilación de la evidencia y b) las inferencias que se realicen a partir de esas
evidencias. Aclara que la recopilación de evidencia se realiza con la persona (a la que
llama cliente y que en una cita clarifica porque lo denomina cliente y el nivel de
democratización que esa palabra significa), con los familiares de la persona, con
cualquier otra fuente ajena al grupo familiar y con cualquier documento relacionado con
su problema. Toda esta información de distintas fuentes será la que se comparará y a
partir de ello se establecerán inferencias. La posterior interpretación del significado de
todas ellas, es el diagnóstico.
Dirá Mary Richmond: “En resumen, la evidencia social puede definirse como todos
y cada uno de los hechos, tanto personales como familiares, que, en conjunto,
permiten identificar la naturaleza de las dificultades sociales que atraviesa un
cliente dado y los medios para su solución”.
La autora defiende a cada momento la importancia de la evidencia social (realizada por
un trabajador social) para el tratamiento de los problemas sociales, y muestra como esta
evidencia social va modificando y cambiando la atención de la medicina, la psiquiatría y
el derecho (los tribunales) en particular, dando muchos ejemplos en la obra. O sea, es
la tarea del trabajo social como profesión el que modifica la forma de intervención de
esas otras disciplinas.
Define a la evidencia como el hecho o los hechos (los pensamientos y suceso también
son hechos) en los que luego se basa la inferencia. Entendiendo que la inferencia es
el proceso de razonamiento que nos lleva, desde esos hechos conocidos a algo nuevo
o desconocido. Un nuevo pensamiento o interpretación de esos hechos. Tenemos
hechos percibidos por nuestros sentidos (los que usualmente recopilamos con la
observación) y hechos que resultan de las afirmaciones de las personas.
Más adelante habla de las fuentes externas en general, la naturaleza de las fuentes, los
parientes como fuentes, las fuentes médicas, la escuela como fuente, los empleadores
u otras fuentes laborales, las fuentes documentales, el vecindario como fuente, las
entidades sociales como fuentes, cartas, llamadas, etc. Luego se detiene en clarificar el
tema de la comparación de las fuentes y la interpretación de las mismas.
Refuerza el tema de que todo diagnóstico es para lograr un fin “Un buen diagnóstico
social es, al mismo tiempo, completo y claro, y hace hincapié en los aspectos que
señalan el tratamiento social que ha de seguirse.”
Por último en el capítulo sobre los Presupuestos Filosóficos nos dice: “Si queremos
que los resultados de nuestra labor sean satisfactorios, tendremos que hacer
cosas diferentes con y para personas diferentes, y estudiar sus diferencias.
Habrán de estudiarse las relaciones sociales de los individuos, no sólo para
entender sus diferencias sino para hallar una solución para las desgracias que
seguirán sufriendo” ... para agregar más adelante. ...”Los métodos y procesos
expuestos en estas páginas se someterán a un todo más amplio. A partir del
estudio de ese todo –y no insistiendo únicamente en la técnica-, podremos
adquirir el conocimiento necesario para analizar correctamente las situaciones
individuales.”
Mary Richmond sabía que sus métodos y procesos debían modificarse, como se va
modificando la sociedad y los problemas humanos. Sabía que la profesión debía seguir
“estudiando” las situaciones humanas y de esa manera, seguiría creciendo.
Diagnóstico Social es la presentación de la disciplina dentro de las ciencias sociales,
¿What is the Social CaseWork? o Caso Social Individual, será el aporte final y
trascendental a la misma. Pero eso lo veremos en la próxima clase.