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Es El Análisis Interseccional Una Metodologia Feminista y Queer Platero
Es El Análisis Interseccional Una Metodologia Feminista y Queer Platero
Los debates que se producen desde los años sesenta y setenta en el contexto
de los feminismos anglosajones, y que posteriormente se conforman como los
“feminismos de la tercera ola”, ahondan en las diferencias existentes entre las
mujeres, rompiendo con la posible visión de un sujeto universal y homogéneo
llamado “mujer”. Estas diferencias entre las mujeres no siempre han sido
tenidas en cuenta por los feminismos, que han recibido fuertes críticas por
ser liderados por mujeres que encarnaban privilegios de clase social, raza,
sexualidad, acceso a la academia, etc. Son toda una serie de voces críticas,
que señalaban ya desde los años sesenta y setenta las situaciones concretas
de las mujeres. Ya las feministas marxistas prestaban una atención específica
a los “sistemas duales”, de clase social y género (Cooper 2004); también el
feminismo negro señalaba en los setenta la simultaneidad de las diferencias de
raza, clase social y género (Combahee River Collective 1977), para fijarse más
tarde no solo en esas desigualdades, sino en muchas otras, además de en cómo
estaban interrelacionadas y en que eran incluso interseccionales (Crenshaw
1989, 1991a y 1991b). Fruto de esta atención privilegiada sobre las diferencias
de las mujeres, la investigación sobre la producción del conocimiento se
ha estado interrogando sobre cómo hacer posible un cuestionamiento del
sujeto plural mujeres, así como de forma aún más interesante, también se ha
planteado cómo el género es una categoría dinámica que está interrelacionada
con las demás desigualdades.
Una segunda cuestión posible que introduce la teoría queer es la crítica que
plantea a la función normalizadora que tiene la identidad, donde se cuestiona la
posibilidad de cierta “esencia” propia que generase las identidades (ser mujer
u homosexual, por ejemplo), señalando que las posiciones de los sujetos (que
podemos entender como identidades) forman parte de cierta normatividad.
De esto se extrae que lo queer no sería tanto una conformación de una nueva
identidad distinta de otras, como la homosexualidad o la heterosexualidad,
sino el señalamiento de ciertas prácticas de la vida cotidiana, el activismo
o la investigación que contribuyen a ese cuestionamiento de la normalidad
y de la reificación de las identidades. Es relevante para este texto que el
término queer se puede usar como verbo (queering), enfatizando que se trata
de acciones, movimientos y pensamientos dinámicos que imprimen cierto
cambio de perspectiva, señalando que la teoría queer es potencialmente un
método o una metodología que, por otra parte, no se ha explorado lo suficiente
(Gunn y McAllister 2013).
1 Esta idea es clave y aparece en una serie de autoras y autores, de los cuales solo
algunos ya han sido traducidos al castellano. Podríamos señalar al menos a: Jagose
1996; Sedwick 1998; Turner 2000; Butler 2002 y Halperin 2007, entre otros.
podríamos nombrar actualmente como interseccional, subrayando también
que son identidades construidas, parciales, arbitrarias y que obedecen a una
lógica de control de la normalidad señalando lo que es diferente. Afirma que
estas identidades se construyen sobre categorías dinámicas que se refieren a
marcos dicotómicos, como es “monosexualidad”.
3 Sobre el contexto del Estado español, véase Bustelo 2009a; 2009b; de la Concha y Osborne
2004; Forest y Platero 2008; Juliano 1992; 1998a;1998b; 2001; 2002; 2004 y 2012; Lom-
bardo y Verloo 2010; López Rodríguez 2011; López y Peterson 2011; López, Peterson,
Platero y Forest 2008; Osborne 1991; 1996; 2004; 2009; 2011 y 2012; Osborne y Guasch
2003; Platero 2007; 2008; 2011 y 2012; Rey Martínez 2008; Romero Bachiller 2010; Stolc-
ke 1988; 1992; 1993; 1995; 1997; 2003 y 2004, entre otros.
4 La ONG Women’s Link Worldwide tuvo un papel clave para apoyar y visibilizar la demanda
de Beauty Solomon, que ha vivido una discriminación por raza, género y estatus social. Véase
<http://www.womenslinkworldwide.org/wlw/new.php?modo=detalle_proyectos&dc=26>.
Las experiencias de análisis interseccional que se conocen contienen
una fuerte influencia de las teorías críticas feministas, antirracistas, sobre
la diversidad funcional, sobre la sexualidad, o las apuestas decoloniales.
Estos son ámbitos donde ya se ha superado la pregunta de si existe “una
investigación feminista” o si hay un conjunto plural de aproximaciones a este
efecto, optándose por esta última perspectiva (Harding 1987). Son trabajos
que a menudo se dirigen a estudiar cómo se produce la discriminación y la
exclusión social, tratando de probarla en un entorno hostil y que normaliza
la desigualdad, haciendo más difícil que el análisis pueda también dirigirse
a cómo se conforman los privilegios. Es decir, realizando también tareas
que contribuyan a evidenciar las ausencias y los problemas sociales que
habitualmente no se estudian, siendo incluso inconcebibles.
Por otra parte, preguntarse por las categorías analíticas implica cuestionar la
naturalización de un sujeto o unas prácticas hegemónicas de las que, a menudo,
no nos ocupamos en estudiar. Implica argumentar que no se trata de procesos
“naturales” sino de procesos sociales y culturales, lo cual nos lleva a cuestionar
las categorías que usamos cotidianamente y a analizar qué significan. Al tomar
categorías concretas, la tarea consistiría en entender qué significados implícitos
encierran esos sustantivos, los cuales pueden estar privilegiando a un grupo
dentro de la misma categoría. No podemos seguir utilizando categorías pensando
que existe un consenso sobre su significado, sino que hemos de concretar lo
que significan y esto, a menudo, nos llevará a desmontar “falsos consensos”,
fijándonos en las cuestiones que se naturalizan y se dan por hechas. Así, se
hace evidente que estas categorías no son ni tan monolíticas ni tan universales
como se pretende. En este proceso, se evidencia que las identidades no son tan
estables y fijas como pensamos y que han de entenderse en relación a otras
formas estructurales de desigualdad. Por ejemplo, ya no nos fijaremos solo en
el hecho de que una persona sea transexual, sino en cómo ser transexual se
relaciona con la clase social, la edad o el deseo, generando ciertas oportunidades
encarnadas en una persona concreta.
ENG, David (2010): The Feeling of Kinship: Queer Liberalism and the
Racialization of Intimacy, Duke University Press, Durham y Londres.